Nombre: Zhizn'

Edad: Desconocida

Ocupación: Dios de la Vida (como bien comparte rango con Smert', el rango de deidad es por creencias mortales)

Sexualidad: No encontraría una manera de definirse. Puede sentir atracción hacia cualquier criatura, aunque no tiene porque ser sexual, pero siente especial atracción hacia los hombres.

Rol: Pasivo

Datos relevantes:
No sabría por donde comenzar a contar la historia de este extraño ser. No recuerda gran cosa sobre su nacimiento, simplemente aparecer en un plano plagado de oscuridad, con una sola idea en su mente, dar vida. No tenía otra idea en la cabeza, al parecer su creador no se esmeró lo suficiente en él, ya que no le había dado idea alguna de cómo hacerlo, solo el deseo atrayente de dar ese amado regalo.
Pasó el tiempo, no sabría decir cuánto, sufriendo en su soledad y con su ansiado deseo. Ni siquiera sabía a qué se refería su "creador" con dar vida, no era un concepto que entendiese tampoco, por lo que simplemente se dedicó a vagar en la eternidad, en un lugar donde el espacio y el tiempo aún no se habían separado.
En su mente se arraigaba la idea de que por siempre vagaría en ese plano, más se quivocó. Un, si se pudiera decir día ya que aún no se hayaba ese concepto en el mundo, todo cambió. Una energía muy cálida le rodeó, su creador se había comunicado con él y al fin había descubierto la verdad sobre su nacimiento, cómo regalar esa ansiada vida y vivir tranquilo sin esa desesperación de no saber para que fue creado en un mundo que ni siquiera existía.
Poco a poco de desarrolló el mundo y Zhizn' aprendió el arte de dotar de vida dicho universo. Siempre le ha parecido un trabajo bastante complejo, pero siempre había sido un ente con ilusión de lo que se dedicaba, le gustaba ser el causante de tan bello acto, tanto en plantas como en animales y la especie humana, siendo la última la favorita de Zhizn'.
Se le permitía explorar la vida de las criaturas y, curioso y aventurero, se dedicó a vigilar a sus favoritos, eso sí, sin intervenir nunca activamente.
Había preguntas que nunca tendrían respuesta, y Zhizn' lo sabía, pero simplemente hacía oídos sordos a esa curiosidad que le provocaba preguntarse más cosas de las necesarias.
Sabía de la existencia de su contraparte, la Muerte, ya que el mundo no era solo creación y vitalidad, debía haber un equilibrio bien guardado, y observaba como la vida de las diferentes criaturas llegaba a su fin tarde o temprano, más nunca le molestó excesivamente, entendía que solo unos pocos eran eternos, y aquellos avivados por él no lo eran.
Si bien conocía a la Muerte, nunca había tenido que tener contacto con ella hasta que llegaron las grandes guerras y, con ellas, la muerte y la devastación, rompiendo ese delicado equilibrio.
¿Qué estaban haciendo esos humanos tan puros a los que les dio la oportunidad de nacer? ¿Por qué se mataban unos a otros? ¿En qué momento se tornó de esa manera? Eran las preguntas que se arremolinaban en su mente cual tornado. No era capaz de entender que las personas se odiaran tanto por unas pequeñas diferencias, la mayoría de ellas inexistentes.
Gracias a dicha colaboración ambos trazaron una manera de poder contrarrestar las muchas muertes que había en la guerra, de ahí los llamados "baby booms" por los libros de historia.
Si bien habían restaurado el equilibrio, no hacía más que empezar. Hubieron cosas que beneficiaban a la vida, como los avances científicos y médicos, también hubo otras en las que el trabajo de la muerte se intensificaba, como las drogas y las siguientes guerras, cada cual más peligrosa y mortífera que la anterior.
Desde entonces, los destinos de los dos soberanos se vio entrelazado para siempre. Eran diferentes, tanto que estar juntos suponía peleas y catástrofes, pero ambos sabían que constituían la balanza y que no podían separarse. Si lo hacían, peores catástrofes azotarían a la Tierra.
Poco a poco establecieron un acuerdo para evitar más muertes innecesarias y, junto a ello, las civilizaciones fueron pasando, una tras otra, en un ciclo eterno.
Recibió muchos nombres pero el que sin duda le pareció más curioso fue: Madre Tierra. Parecía que, aunque eran conscientes de la vida, no lo eran de que había alguien, o algo, creándola, trabajando cada vez que un bebé ingresaba al mundo, dotándole de alma al cuerpo vacío, pero nunca le importó demasiado, simplemente se dedicaba a trabajar.
Y así siguió, entre miradas de reojo y algunas risas, así como bromas, entre él y su, a su parecer, interesante compañero en ese tablero tan despiadado al que llamaba: El Ciclo.

Personalidad: Me he ahorrado detalles de la historia para ponerlos aquí y explicar la extraña personalidad de Zhizn'.
Cuando fue creado se trataba de un ser ilusionado por hacer lo que había venido a hacer, amaba simplemente dotar de almas a las criaturas que ante él eran puestas, e innumerables veces ha obsevado la vida entera de un humano por puro capricho, más esa ilusión fue su propia tumba.
Según observaba a los humanos, sus vidas y como corrompían esa alma tan pura que él había moldeado especialmente para esa persona, más se convencía de que simplemente la raza humana no tiene salvación.
No era capaz de entender por qué hacerse tanto daño entre ellos o a sí mismos, simplemente era inconcebible para él, por lo que la dulzura y vivacidad de antaño se transformó en decaimiento y pesar.
Según transcurría el tiempo comenzaba a dudar de sus capacidades, pensar que era culpa suya que los humanos se corrompieran tanto, pero simplemente intentaba no pensar mucho en ello ya que era el único capaz de hacer eso, por lo que no podía irse y dejar el trabajo sin más, debía esforzarse.
Sentía cada día pesarle incluso siendo un ser atemporal, por lo que su apariencia no cambiaba en absoluto, pero su mente sí.
Se fue encerrando en capas de tristeza y arrepentimiento, seguía evolucionando, pero para mal. Poder observar a los humanos era el peor castigo que podría recibir. Aunque quisiera ignorarlos los seguía amando, y muy en el fondo de su ser había una pequeña esperanza alvergando la pureza del alma humana.
Pero, lo que sin duda destacaba de Zhizn', era su capa esterior, una capa envuelta en sarcasmo, sensualidad y felicidad fingida, incluso hiperactividad, camuflando en bromas su verdadero pesar. Sabía que su compañero no le soportaba por la cantidad de dolores de cabeza que le había causado, pero simplemente no podía evitar querer defenderse. En el fondo le daba envidia su coraza, se le veía tan tranquilo, mientras que Zhizn' es una oleada de sentimientos cada segundo.
No era el único que daba algo a las almas que daba vida, también recibía un poco de corrupción a cambio.

Apariencia: Mide 1,80 de estatura y es de complexión delgada aunque no tan excesiva como su contraparte, lo que le confiere un aspecto bastante normal en cuanto a cuerpo se refiere.
Por otra parte su cabello, largo y de color verde, destaca bastante, así como sus ojos morados y grises, en dualidad entremezclada. Su rostro es extremadamente bello, como la misma vida, de apariencia hermosa pero interior podrido.
Su vestimenta preferida es en base a su comodidad, usando chaquetas largas y pantalones simples, aunque cabe destacar que cuando hace sus visitas a la Tierra, su vestuario cambia a uno más colorido o extravagante.


Gustos:
-Leer, siempre que tiene un tiempo libre aprovecha para leer en alguna biblioteca humana. En especial adora los libros de fantasía, siente que el autor ha dado vida a sus personajes al igual que él con los humanos.
-Las bibliotecas, es su lugar favorito para ir, en especial las grandes de las ciudades, ya que adora adquirir conocimiento.
-La música, adora escuchar y cantar.
-Volar, adora surcar los cielos, se siente libre.
-Dibujar

Disgustos:
-Los humanos, es una relación de amor odio la que siente hacia ellos, los adora porque son sus niños pero los odia porque se corrompen y tiran su regalo como si fuera basura.
-Que no le tengan en cuenta. No quisiera que estuvieran encima de él, invocándolo como a su compañero, pero le gustaría que supieran que está.

Extras:
-Como bien he mencionado, se suele encaprichar de humanos y los vigila a lo largo de sus vidas sin ninguna razón aparente, simplemente alega que le agradan.
-No es bondadoso, es más, diría que es hasta cruel a veces, le gusta que la gente que se echa a perder lo pague.
-Suele llevar un cojín bastante grande en brazos, nadie sabe de donde lo consiguió y con él se dedica a volar por el cielo infinidad de veces.
-Suele tener ojeras por el estrés o simplemente el pesar, pero mintió a Smert' y le dijo que esa sombra significaba felicidad, ignora si él le creyó o no.

Nombre: James Kyle (le llaman Jem)
Edad: 21 años
Nacionalidad: Inglesa
Ciudad de origen: Desconocida
Ocupación: Escritor
Sexualidad: Bisexual
Rol: Versátil con preferencias activas

Datos relevantes: ¿Por dónde empezar a hablar de este chiquillo?
Nació y se crió en una ciudad algo problemática de Inglaterra, de la cual no quiere recordar su nombre siquiera. De familia humilde tirando a pobre con una madre enferma, a la cual agarró gran cariño en sus primeros años de vida, ya que a su padre apenas le veía por casa. Era el hermano pequeño de 4 en total, por lo que siempre se llevaba la peor parte de todo, apenas tenía ropa ya que la heredaba de sus hermanos y esta llegaba destrozada a sus manos y en cuanto a la comida se la solían quitar agregando que ellos la necesitaban más que él.

A sus siete años murió su madre, la única persona que le quería de verdad y le defendía de las maldades de sus hermanos, y toda la culpa recayó en él, sus hermanos aseguraban que era su culpa que muriera y comenzaron a pegarle a diario. A su padre le despidieron del trabajo y se unió a los hermanos del pequeño en la acción de maltratar a James ya que él era el que más parecido guardaba con su madre, tanto en físico como en personalidad.

A sus hermanos y a su padre les molestaba que ellos estuvieran llenos de odio y que Jem, aún compartiendo la pobreza y la desdicha mantuviera una sonrisa en su rostro, y nunca les dijera una palabra fea a sus hermanos a pesar de todas sus maldades, simplemente no podía culparlos, eran su familia y en el fondo le querían, al menos así eran las familias que veía en la pequeña televisión de la casa, la suya a pesar del odio hacia él era igual, ¿no?

Pasaron los años y la situación solo empeoraba cada vez más, hasta el punto que le negaron estudiar más cuando llegó a la edad de los catorce años, alegando que debía ponerse a trabajar a pesar de lo mucho que adoraba la enseñanza y de la inteligencia que poseía. Comenzó a trabajar en un bar de camarero y todo el dinero que ganaba era para su padre y sus hermanos. A pesar del trabajo al acabar se iba a la biblioteca a seguir estudiando y escribiendo, su gran pasión.

Cuando cumplió 16 cayó en la cruda realidad de la que era consciente pero no quería aceptar, su familia no le quería y la situación no iba a mejorar. Contra todo pronóstico decidió algo impensable para su familia: se fue. Su padre y sus hermanos creían firmemente que habían destrozado la mente del pequeño, pero lejos de eso solo la habían fortalecido más y más, solo que no había surgido hasta ese momento, el momento en el que vio una exhibición de ballet. Le hizo sentir tan ligero, como si no tuviera problema alguno y, al acabar, como si de un milagro se tratara, dejó de aceptar la situación y resurgieron sus verdaderos sentimientos.

Odiaba a su familia, eso era un hecho que era incapaz de negar en esos momentos. Esa belleza en los movimientos del bailarín... eran tan precisos y perfectos que limpiaban su alma y calmaban su agonía. Esa representación hablaba de felicidad, de cumplir los sueños que uno se propone, algo que pensó que se le había negado, pero lo veía más claro que nunca en esos instantes.

Llegó a casa y, aprovechando que no había nadie, recogió sus escasas pertenencias y, dejando una nota, se fue se esa casa de la que debió huir hacía tanto tiempo, pero nunca había encontrado el valor para hacerlo. Se mudó a Londres y volvió a trabajar, esta vez en una cafetería con un ambiente mucho más tranquilo que el bar, y en la cual trabajaba menos horas, dejándole tiempo para su verdadera pasión: escribir.

Poco después de llegar conoció a un chico en la cafetería, muy amable, algo que nunca había conocido. En seguida congeniaron y comenzaron a quedar más, estableciendo un vínculo de amistad bastante fuerte. Era un chico talentoso en el canto y, lo que más le sorprendió fue que tuviera un hermano gemelo, tan parecidos pero tan diferentes al mismo tiempo. A pesar de la amabilidad de Dirk y el claro deseo que mostraba este en él, Jem se enamoró poco a poco, perdidamente y hasta los huesos del gemelo de su mejor amigo, Emmett, y más aún cuando descubrió que el chico amaba el baile, lo que le entristecía bastante era que el joven no se valoraba a si mismo absolutamente nada, pero él estaba dispuesto a darle esa confianza que le faltaba.

A sus 20 años comenzó a ver más posible su sueño, cuando publicó su primer libro, el cual fue bastante famoso, y eso le dio la confianza que necesitaba para seguir adelante, él en verdad ansiaba dedicarse a la escritura profesionalmente y luchará para conseguirlo con todo lo que tiene, al mismo tiempo que intentará que su ángel consiga alas y vuele más alto que el mismo cielo.

A pesar de los reveses en su vida es un chico muy alegre y optimista, heredado de su madre, la cual siempre decía que adoraba su sonrisa y su amabilidad, por lo que es un chico cariñoso, amable y simpático, en honor a la memoria de su madre


Apariencia: Mide 1.85 de altura y de complexión delgada pero fuerte, ya que se cuida saliendo a correr y de vez en cuando va al gimnasio, sin obsesionarse demasiado. Al ser tan alto se le ve ligeramente más delgado de lo que es, pero lo que antes era desnutrición en estos momentos es simplemente que su constitución es así, no tiene ninguna falta alimenticia.

Pelo largo y rojo, como el de su madre, así como la ligera palidez en el rostro, sin ser excesiva sino más bien atractiva. Su ropa se resume en camisetas de tirantes ya que le parecen muy cómodas y vaqueros. Cuando hace frío se le ve más con sudaderas o con su chaqueta de cuero falso, ya que está en contra de la trata de pieles de animales.



Gustos:
-Fuma muy de vez en cuando, solo cuando se siente bajo presión.
-El ballet, lo adora pero es demasiado torpe para practicarlo.
-Leer, en especial libros de fantasía.
-Las pecas, incluso antes de conocer a los gemelos eran un punto débil para él.
-El chocolate.
-Hablar de su madre, la idolatra prácticamente.

Disgustos:
-Las verduras, es como un niño pequeño en muchas ocasiones.
-Las películas de terror.
-Hablar de su familia.
-Los juegos de azar.
-Los abusones.

Datos extra:
-Es bastante torpe y distraído, muchas veces se le olvidan las llaves dentro de casa, por eso le dio una copia de las llaves a Dirk, para emergencias
-Tiene un gato de color negro, se llama Horus en honor a su pasión por la mitología egipcia.
-Se cuida el pelo, lo considera una de las herencias de su madre ya que ella lo tenía del mismo tono, por lo que es bastante suave.
-Cuando Dirk se le declaró este le explicó de su atracción hacia su hermano y, aunque al principio se comportó algo extraño acabó superándolo, eso sí, se han acostado en numerosas ocasiones, siempre dejando claro que solo es sexo.

Nombre: William Adams (Le llaman Will)
Edad: 21 años
Nacionalidad: Inglesa
Ciudad de origen: Coventry
Ocupación: Estudiante hasta ahora, que busca trabajo
Sexualidad: Homosexual
Rol: Pasivo

Datos relevantes:
Es el hijo del pastor, empezamos bien, ¿no? Inculcado en la fe cristiana protestante desde pequeño, acudiendo a todas las misas para escuchar a su padre decir cosas que carecían de sentido para él. Si todos eran iguales, ¿por qué discriminar a tanta gente? Prácticamente desde que tiene memoria es consciente de su homosexualidad, mas la ocultaba todo lo posible para que su padre no se sintiera decepcionado o le rechazara por eso. Perdió la esperanza en la fe cristiana bastante temprano, a pesar de ser su padre un devoto predicador, simplemente no le encontraba sentido adular a alguien que no puede ver ni escuchar.

Cuanto más crecía más seguro estaba de su atracción hacia los hombres, y no tardó mucho en tener su primer noviazgo en plena adolescencia, donde el amor flotaba en el aire y sí, podía afirmar a ciencia cierta que estaba enamorado de aquel joven llamado Jett. Sentía como su corazón palpitaba más rápido cuando escuchaba su nombre, cuando le veía en las misas y cuando sus miradas se encontraban, apasionadas y pidiendo a gritos encontrarse, al igual que sus labios.

Fue atracción a primera vista, más cuando su relación se torno más seria no tardó en llamarse amor, uno puro y sincero, sin tener en cuenta nada más, sin desear a nadie más, pero sin poder decirlo a nadie, eso le atormentaba, no poder decirle a su padre sobre su felicidad, porque los homosexuales arderían en el infierno.

Su padre comenzó a desconfiar del chico, ya que en algunas ocasiones le descubrió escapando por la ventana para encontrarse con ese chico al que tanto amaba. Asustado de que su único hijo tonteara con las drogas o algo peor, una noche le siguió, descubriendo algo que, para él, era peor que las drogas: vio a su hijo besarse con otro chico. ¿Con otro chico? Si, era un hombre, su hijo era homosexual.

Esa noche se lo llevó a rastras, entre lágrimas y gritos del pequeño. El rumor corrió como el agua de un río, a los pocos días todos los parroquianos se enteraron y, entre ellos, los padres de su adorado novio. El padre de Will alegó que este fue forzado por Jett y arrastrado a su sucio mundo. Will ese día no estaba en la Iglesia, sino encerrado en su cuarto, llorando y con varios moratones repartidos por todo su delicado cuerpo.

Al poco tiempo Jett abandonó el lugar y el alma de Will fue destruida y doblegada. Le convencieron de que era una enfermedad y le "curaron", o eso querían creer, Will nunca olvidaría los dulces labios de su primer amor, más todos esos sentimientos fueron encerrados con cada golpe, acallados con cada charla y humillados con cada insulto, hasta el punto de que el pequeño llegó a arrepentirse de amar a alguien de su mismo sexo, a asquearse por haberse dejado llevar, más en el fondo sabía que su corazón seguía siendo de aquel chico tan dulce y amable.

Se volvió un chico callado y sumiso, el cual aceptaba todo sin rechistar, encerrando su verdadera personalidad fuerte y decidida, la cual Jett le había dicho en numerosas ocasiones que era hermosa.

Apariencia:


Gustos:
-Caminar de noche
-Los caramelos ácidos, especialmente los de limón, siempre está comiéndolos
-Fumar ocasionalmente
-Los gatos

Disgustos:
-Los homosexuales (por ahora claro) No los odia, solamente no le gustan
-Que le despierten
-Que le ordenen cosas, aunque las acata sin rechistar
-Ser tan débil, se odia mucho a si mismo

Datos extra:
-A pesar de afirmar ya no amar a Jett lleva una pulsera que le regaló, aunque a su padre le mintió y le dijo que se la compró en la feria.
-Sigue despreciando a la iglesia en el fondo de su alma, pero no tiene valor para decirlo, por lo que es un "devoto creyente"