Posts written by damn

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    Marcos fue quien abrió la puerta, como lo supuso. El "pasa" que salió de su boca sonó tan ridículamente frío que llegó a causarle gracia. Perfecto. Era una oportunidad que no podía dejar pasar, así que procuró sacar a relucir sus dotes de actuación (los que tenía reservados para situaciones como esa, en contextos familiares y/o laborales) para molestarle un poco.

    Hola, Marquitos, tanto tiempo —saludó al menor con una sonrisa divertida, mientras ingresaba a la casa—. ¿Te has hecho más alto desde la última vez o es idea mía?

    Por supuesto, era sarcasmo puro. Bien podría haber crecido o no, la verdad es que era imposible de determinar con esa marcada diferencia de altura. Lo mejor: aquella era una pregunta de lo más cliché. Por lo menos, a la tía le parecería inofensiva. Avanzó un par de pasos para encontrarse con ella y recibir su saludo.

    Qué sorpresa, tía, sus lasañas son sin duda las mejores. Para acompañar creo que esta vez voy por la ensalada —respondió, educado. Aunque la idea de elegir las patatas fritas le parecía tentadora, prefería elegir lo que le hiciera parecer más maduro, al menos frente a la señora—. El viaje ha estado... bien, para ser un viaje en metro, supongo.

    El llanto de Tama que irrumpió de pronto le ayudó a introducir la pregunta que no sabía cómo hacer a tal punto: ¿dónde dejo mis cosas? Levantó la jaula transportadora para verla y confirmar que no hubiera fluidos extraños.

    Ehm... bueno, a este punto debo confesar que traje a mi gata. Mi madre no pudo llevársela, así que no me dejó opción. La verdad no hace otra cosa más que comer y dormir, así que probablemente moleste menos que yo. De todas formas, espero no sea un problema —aclaró, intentando sonar simpático aún cuando era la persona más apática que conocía. Entonces, alzó la mirada hasta su primo—. ¿Dónde podría dejarla por mientras, para que se calme?

    No quería quedarse a solas con Marcos ni por medio segundo, pero era un hecho que Tama estaba demasiado estresada para esperar. Una hora y algo de viaje estresaría a cualquier animal, después de todo. Mientras se arrepentía de no haberle dado un tranquilizante antes del viaje, la gata le miraba fijamente, sin de dejar de maullar. "Está bien, serán dos churus, deja de mirarme así, bruja."
  2. .
    Leer los mensajes de Sayu mientras viajaba en el metro dibujó una sonrisa estúpida en su rostro, al menos durante los 5 segundos en los que tardó en darse cuenta. No había tenido tiempo de mirar el chat con atención hasta entonces, por lo que había ignorado los mensajes de buenos días que esta le había escrito en la mañana. Le dio like al sticker del gato con corazones automáticamente. Luego, con la intención de llenarle la pantalla de más corazones, procedió a hacer lo mismo con el resto de los mensajes, uno tras otro. Cuando llegó a leer la parte en la que ella gustaba de su foto, tuvo que reprimir otra sonrisa. Se sintió estúpidamente contento, como un niño elogiado por una tarea bien hecha, pero procuró que no se notara.

    QUOTE
    (1) Graciaaas, me hace tan feliz que Sayu sea tan comprensiva y preocupada ( ´ ▽ ` ).。ღ Así dan ganas de seguir esforzándose en el trabajo <3

    (2) Bueno, la verdad es que no, no soy yo. La foto es en realidad de un modelo que pillé en Pinterest para parecerte atractivo, ¿acaso funcionó?

    (3) Ánimo organizando tu cuarto jj, espero todo resulte bien en la reunión familiar. ¿Qué tal te sientan estas cosas?, yo también veré a unos familiares dentro de poco y la verdad es que apesta.

    El resto del viaje lo pasó pensando en ella. La verdad era que soñaba con conocerla en persona, sin importar como fuese, y pasar tiempo con ella. Ya sea pasear por algún parque, visitar un café, ver alguna película o incluso pasar la tarde completa sin hacer nada; el simple hecho de estar físicamente a su lado le parecía una idea inigualable. Mirar sus ojos, acariciar su cabello... ¿de qué color serían sus iris?, ¿qué textura tendría su melena? Sin embargo, Iván no la presionaría. Era una chica saliendo con un desconocido por internet, después de todo, ¿cómo podría confiar en él lo suficiente? El mensaje que le había enviado sobre la foto falsa era evidentemente una broma, una forma de molestarla, pero bien sabía que ella no tenía cómo comprobarlo. Ni siquiera conocía su verdadero nombre.

    Y tampoco era como si a Iván quisiera exponerse más a sí mismo. ¿Y si ella simplemente se había enamorado de la idea que tenía de él?, ¿y si sólo le gustaba su forma de escribir? Después de todo, la escritura era lo único que tenía, la única forma que conocía de conectar consigo mismo y con otros. Fuera de eso, no era nadie. Por otro lado, pronto sería una figura pública. Bueno, su cara tal vez no saldría en ningún lado, pero sí su nombre. Y si de casualidad se supiera que el "famoso" escritor de horror de la zona se la pasaba escribiendo porno gay con un seudónimo falso en Internet, no cabía duda, sería el fin de su carrera.

    El maullido de Tama le sacó de sus lúgubres pensamientos, como si el animal supiera reconocer cuando el hábito de sobreanalizarlo todo de su amo se manifiesta sin previo aviso. Iván se lo agradeció en silencio: "te daré un churu cuando lleguemos, bebita."

    ________________


    Bueno, había tardado casi una hora más de lo planeado, pero ahí estaba; de pie frente a la casa de su tía, con una maleta en una mano, la jaula transportadora para gatos en la otra y un bolso para el ordenador colgada al hombro. Mentiría si dijera que no estaba un poco nervioso. La última vez que había ido de visita había sido hace mínimo un año, y el hecho de tener que pedirle un favor de tal magnitud a su tía le hacía sentirse realmente incómodo.

    "Sólo es un mes, Iván" , intentó tranquilizarse. "Y no harás otra cosa que enfocarte en el trabajo, como siempre. Ni siquiera notarán que estás ahí."

    Él mismo sabía que eso era mentira. Al menos, Marcos de seguro no sería indiferente a su presencia, compartiendo la misma habitación. Por alguna razón, ese pensamiento le causó más satisfacción que desagrado. Llevaba tanto tiempo siendo ignorado sin justificación alguna, que la idea de provocar en su primo alguna reacción, sea cual fuese, le parecía hasta divertido. Y esta vez definitivamente no podría pretender que no existía.

    Esa idea fue el empujoncito que necesitaba para acercarse de una vez y tocar el timbre de la puerta.

  3. .


    (...) no recordaba cómo había llegado ahí. Las luces blancas del cuarto daban vueltas por todas partes y sentía que en cualquier momento volvería a perder la consciencia. Sin embargo, necesitaba averiguar dónde se encontraba. Se limpió el sudor frío de la frente y, procurando no hacer ruido, avanzó hasta la única puerta que había. El alivio que sintió cuando logró abrirla sin dificultad, se desvaneció al ver lo que había al otro lado.

    —Dios mío, ¿qué es esto?

    Un pasillo de paredes también blancas, completamente vacío, se extendía hasta perderse en lo que a simple vista parecía el infinito. La alfombra roja que comenzaba bajo sus pies, se perdía en el horizonte junto con los límites de las paredes, que daban la impresión de conformar un túnel verdaderamente interminable. Con horror pudo comprobar que ssskdSOAOOOOOOOOXOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO (...)



    ¡Tama, joder!, ¡baja de ahí! —gritó a penas pudo notar que la gata se había subido al ordenador, mientras salía del baño—. Tienes el sillón, tienes la almohada, ¡te compre una maldita cama, gata insufrible!

    LLegó al escritorio tan rápido como su lamentable condición física se lo permitió y soltó un suspiro de alivio tras corroborar que no se había perdido nada del trabajo de anoche. Tomó al felino en brazos y lo cargó hasta su cama de algodón con forma de plátano.

    ¿Acaso me odias?, ¿querías destruir lo que me quedé haciendo ayer hasta las 3 am? —murmuró, acariciando su pelaje corto y oscuro. La gata no tardó en agradecérselo con un ronroneo profundo, mientras se recostaba y cerraba los ojos—. Tienes suerte de ser un animal irresistible. Pero procura no hacerlo de nuevo, ¿quieres? Si me suicido por tu culpa, probablemente morirías de hambre.

    El corazón aún le latía con fuerza después del susto. Enseguida tomó el móvil y miró la hora: eran las 14:45. Joder, ¿tanto había dormido? Más de la mitad del día perdido y había quedado de llegar donde su tía durante esa misma tarde. Tardaba 1 hora y media en llegar a su casa, pero antes tenía que bañarse, hacer las maletas y...

    Mierda.

    No recordaba la última vez que había limpiado su cuarto, pero no había sido consciente de lo inhabitable que lucía hasta ese minuto. La cama desecha de hace días, los vasos vacíos sobre el escritorio y bolsas de basura acumuladas bajo el mismo indicaban que, por lo menos, llevaba 2 semanas viviendo en condiciones infrahumanas. La ropa sucia en el suelo era tanta que resultaba inútil tratar de caminar sin pisarla. Soltó otro suspiro. Sí, bueno, esas eran las consecuencias de que se aproximara el plazo para la entrega del borrador. No quedaba de otra que asumirlo y arreglarlo todo cuanto antes.

    Mientras se bañaba, por alguna razón, no pudo quitarse a Marcos de la cabeza.

    Vale, la oración sonaba horrible si se tiene en cuenta que Marcos era su primo tres años menor, pero existía más de una justificación razonable para no pudiera ignorarle en ese momento. La primera era que se iría a vivir con él a partir de esa tarde, y probablemente no sólo en la misma casa sino que también en el mismo cuarto. ¿Cómo iba a resultar eso siendo que llevaban odiándose desde hace mínimo unos cinco años?, resultaba inextricable. Por supuesto, Iván ya era un adulto. Un adulto maduro, con un trabajo estable, alguien muy diferente a quien era en aquella época en la que se dejaba llevar por tonterías de críos. Sin embargo, Marcos seguro era distinto. Pillar a tu primo besándose con un tío mayor en el portal de su casa dejaría secuelas importantes en la mente de cualquier crío de trece años, más aún si sentías gran afecto y admiración por ese primo. Por mucho que la pasaran bien en el pasado, jugando videojuegos o inventando historias de terror por las noches de verano, el shock sería más grande. En aquella época, lo que más había temido Iván era que Marcos abriera la boca y toda la familia se enterase de que el chaval que alguna vez pensaron que era un genio no era en realidad un bicho raro cualquiera sino una mariquita. "Una mariquita, ¿eh?", le pareció, de hecho, una buena analogía, aunque en esos momentos se sentía más como una cucaracha, "tal vez de debería escribir sobre esto, como una parodia de La metamorfosis de Kafka o algo así."

    Sin embargo, Marcos no dijo ni una sola palabra. Ni a su familia (lo que agradecía mucho, en secreto) ni a él; jamás volvió a dirigirle la palabra, tampoco una mirada, siquiera de reojo. Era como si, de pronto, hubiera dejado de existir para él. Por supuesto, Iván simplemente le siguió el juego. No iba a tentar a su suerte, ni aún cuando en el fondo le dolía que las cosas hubieran terminado de ese modo. Con el tiempo, a medida que ambos crecían, Marcos terminó por convertirse en un desconocido, un desconocido indiferente e innecesariamente desagradable. Podía percibir como le miraba con aires de superioridad, como si fuera...

    Y ni siquiera soy gay, mierda.

    Eso era lo peor.
    Iván no sólo había logrado convertirse en un adulto asalariado (o más o menos asalariado) y famoso (o más o menos famoso), sino que incluso había conseguido una novia (o más o menos). Y no era cualquier novia. Era la mejor novia del mundo. Eso lo hacía, por lo menos, bisexual. Le gustaba cómo sonaba eso. Iván no era un insecto cualquiera, tampoco una mariquita, era una maldita viuda negra. En su red no sólo morían machos sino también hembras.

    Luego de salir de la ducha, aún con el pelo mojado, quiso intentar algo osado. La imagen que le devolvía el espejo no era del todo mala; solía ejercitarse regularmente cuando los plazos de entrega se lo permitían y aunque a veces olvidaba alimentarse como correspondía, lucía decente. Por lo menos siempre encontró atractivo su propio abdomen, de una manera no gay, por supuesto, y se esforzaba por mantenerlo en forma. Tomó un par de fotos de modo que su rostro no se viera, enseñando el torso desnudo y húmedo, cubierto a nivel de la cintura con la toalla negra. Eligió la que parecía más guay y se la envió a Sayu, añadiendo: "Buenas tardes, princesa, ¿qué tal tu día? ~( ˘ ³˘)<3". Hace poco habían intercambiado números (él había dado el móvil que usaba para temas de trabajo, sin una razón en particular) y pensó que sería buena idea dar el siguiente paso. Mientras no se viera su rostro, al menos, pensó que estaría bien.

    En fin, ahora sólo quedaba comer algo, ordenar el chiquero que tenía por cuarto, hacer las maletas y marcharse cuanto antes. Si lograba apurarse llegaría como a las 19:00 hrs a la casa de su tía. Suspiró, sintiéndose cansado con sólo pensarlo.

    Realmente no quiero hacer esto...

    Si tan sólo su madre no hubiera aceptado irse de viaje, nada de lo que se avecinaba hubiera ocurrido.
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    ¡hola!, ¿qué tal?, nada más quería dejar manifiesto mi interés en Yatora(¿).
    la verdad no tengo mucha experiencia roleando y tampoco me manejo en html, así que me temo que el resultado no será particularmente estético jajan't; aún así, pregunto si es posible que deje una ficha a futuro. siendo honesto, dudo poder terminarla antes de un par de días y por eso prefiero preguntar si te parece bien la espera, sobre todo si ya te han entregado una ficha. en cualquier caso, siéntete libre de responder sin presiones~.

    pregunta aparte: ¿tu segunda ficha sigue disponible?, como no aparece especificado me entró la duda jshd, honestly también me llamó bastante la atención uwu.
  5. .
    Ante lo primero sonrió con genuino alivio.

    —Oh, ¿de forma permanente?, ¿estás seguro?, cuidar perros no es lo mismo que cuidar tortugas, eso te lo aseguro, pero si insistes...

    ¿Cuánto había pasado?, ¿unos cinco minutos?, cinco minutos y ya había llegado a la conclusión de que Elliot Duncan no sólo parecía ser una persona seria e inexpresiva, sino que efectivamente era una persona increíblemente seria e inexpresiva. Hablar con él era como jugar al detective porque lo que pasaba por su cabeza no podía ser otra cosa sino un verdadero misterio. Y claro, nada mejor que un inútil con casi nula inteligencia emocional para resolverlo.

    —Me gusta la idea —respondió a la propuesta fingiendo que esta no le aceleraba el pulso—. Como dije, pienso tomar responsabilidad en el asunto y no sólo me gustaría pasearlo de vez en cuando, ¿te parece si distribuimos también los gastos? Ya sabes, vacunas, comida, shampoo...

    Mientras hablaba, en su cabeza sólo se repetía una oración: 'parece maduro'. Sí, Demian, parece maduro, por favor. Templado, sobrio, responsable; todas esas cosas que claramente no eres pero que sin lugar a dudas puedes llegar a aparentar. Por mucho que en el fondo sólo quisieras llegar y preguntarle si quisiera salir contigo de una vez antes que estar hablando de comida y shampoo para perro, sabes muy bien que así no funcionan las relaciones normales en el mundo. No, el delicado y burocrático sistema social tiene un protocolo del cual es difícil zafarse y triunfar en la vida. Así que mantente firme, Demian, e intenta parecer maduro.

    —¿Me das tu número?

    Y aunque era una pregunta bastante sensata dado el contexto, jamás le había parecido más gay hacérsela a otro chico.


    SPOILER (click to view)
    YA AHORA RESPÓNDEME EL OTRO ROL, ESCLAVA, O VOY A IORAR Y LO CERRARÉ PARA SEGUIR IORANDO CON MÁS GANAS.


    Edited by L e a n - 28/12/2019, 11:07
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    Voluntad

    Cualquiera que le conociese lo sabía: él hacía lo que quería, cuando quería, donde quería. Era una de esas escasas personas que podían alardear de libres, ajenas a cualquier tipo de represión o compromiso, a los ideales socioculturales predeterminados, a los cánones de belleza y de conducta, o sea, ajenos a la norma en todas sus letras. Un artista dirían unos, un degenerado soltarían otros; lo cierto es que su carácter bohemio era innegable. Él mismo solía confirmarlo, con una sonrisa ladina y la mirada risueña, "vine al mundo para producir algo entre envidia y lástima", antes de llenarse el vaso con algo que de seguro vomitaría después.

    Sin embargo, lo cierto es que todo este cuento de la libertad como estilo de vida, que más que libertad podría tildarse de libertinaje, se reduce más que nada a eso mismo; hedonismo puro. Hacer la voluntad del cuerpo, de las pulsiones primitivas, es decir, vivir del hambre y de la sed como enemigo de todo aquello que sacia a plenitud. Una postura así, por su puesto, acarreaba sacrificios. Isaac era consciente de eso y sabía que para inmolarse debía usar los deseos intrínsecos del alma. Exacto, deseos como la trascendencia, la pertenencia y la virtud, deseos que derivan en vínculos. Todo eso era desechable y menospreciable en cuanto se opusiera al propósito de la libertad.

    Por ende, Isaac era un mentiroso.

    No hacía todo lo que quería, cuando quería y donde quería, porque sabía que existían cosas fuera de su alcance y que, a esas alturas, tampoco merecía.


    Cuarto N°5


    Odiaba el cinco y odiaba ese cuarto. Era un número tan poco elegante, tan imperfecto; gordo, impar, desagradablemente asimétrico, y aunque la estética del cuarto era igual o peor que la del número, nunca se quejaba. Isaac había pasado mucho tiempo odiando cosas así que había aprendido a lidiar con ese sentimiento y al día de hoy se sentía hasta orgulloso por lo bien que lo gestionaba. Hacía dos años que había logrado la tan ansiada independencia y no iba a lamentarse por ello a pesar de haber tenido que pasarlos en ese aburrido cuchitril. Sin embargo, mentiría si dijera que no se aliviaba de que ese tiempo por fin llegaría a su fin, aún si ello conllevaba sus complicaciones.

    Sobre todo porque lo peor de vivir en el cuarto número cinco había sido cohabitar con Eric.

    Su compañero de habitación no era un mal chico, de hecho, todo lo contrario. Era un aplicado estudiante de Ingeniería en no sabía qué cosa, súper responsable, ordenado, serio. Un nerd en toda regla que, de haber tenido cualquier otra opción cercana a la universidad, jamás habría acabado en el mismo lugar que él. Eran como agua y aceite, gato y ratón, pizza y piña. Si se hubieran conocido en otro contexto, Isaac estaba seguro de que le habría hecho bullying de todas las formas posibles y Eric, probablemente, le habría denunciado por alguna de las mil cosas ilegales que según él hacía, entre ellas, existir y respirar. Pero ahí estaban, a una semana de terminar con ese suplicio, bastante mansos el uno con el otro.

    La situación de Eric había mejorado de algún modo y ya por fin podía despedirse del infierno que significaba coexistir con un fenómeno. La situación de Isaac había empeorado de algún modo y ya podía despedirse del infierno que era coexistir con un ser humano normal para buscarse otro infierno más afín con su persona.


    Luke


    Hablando de infiernos, él había sido el primero en el que se había metido por voluntad.

    Cuento corto: aún después de tres años no ha podido deshacerse de las malditas cenizas.


    Scorpio


    Apenas le vio entrar por la puerta del local, con el cabello azul recientemente tintado y ese nerviosismo mal disimulado, supo que no pertenecía allí. La existencia de Blake Sanders en ese lugar era a todas luces un elemento disonante, una incongruencia curiosa, casi adorable. La chaqueta le ayudaba un poco a camuflar ese espíritu inofensivo, pero a los ojos de Isaac tanto su naturaleza como sus intenciones eran evidentes. Metamorfosis. Y no era lo único evidente, por supuesto, ¿había mencionado ya lo atractivo que resultaba a pesar de todo?

    Reprimió el impulso de relamerse los labios pero no el de sonreír con descaro, mientras le atendía y agradecía que aquel fuera el día libre de Bran para poder tratarle a solas. No era la gran cosa, un hélix en realidad le parecía decepcionante. Desinfectar, perforar, secar; en menos de un minuto estaba listo. Por eso se mantuvo entretenido sacándole conversación, "¿es tu primera vez?", "¿te gustaría probar algo más?", nada muy atrevido o tenía la sensación de que saldría corriendo y eso, en realidad, era lo que menos quería. De alguna forma, su presencia le resultaba inexplicablemente agradable.

    Sí, desde el primer momento, Isaac cometió un error.

    Permitió que aflorara la semilla de una pulsión de esas que tenía prohibidas, casi minúscula, casi imperceptible: un remoto deseo de permanencia.


    Blake


    Volvieron a verse, como lo había predispuesto.

    Solía hacer eso seguido para matar el tiempo en sus días libres, chatear con alguien, salir, beber, coger y, si tenía suerte, pasar la noche fuera de ese cuarto maldito. Por supuesto, Blake no parecía del tipo que haría todo eso el primer día, ni el segundo, ni el tercero, por lo que procuró ir -dentro de sus parámetros- a paso lento. En el fondo tampoco le urgía hacerlo de otro modo, después de todo intuía que el interés residía sólo en eso, en el reto de cautivarle y conseguirle, en probarle, descubrir lo que se sentía liarse con una persona como él.

    Y es que el sexo como tal, sin más ni menos, al contrario de lo que el común de los jóvenes pensaba a su edad, no era ninguna maravilla difícil de obtener.

    El primer encuentro pudo resumirse en una tocata, una tomada de manos y un beso. No lo esperaba, pero le bastó un día para descubrir que probablemente el chico aún no se había acostado con nadie en su vida. Isaac no podía concebir que eso fuera posible con dieciocho años de existencia en el mundo, pero lejos de parecerle motivo de huida, su inexperiencia resultó divertida, adorable y hasta interesante. De algún modo, el otro parecía ver las cosas desde un ángulo invisible a sus ojos y valoraba detalles que para él pasaban desapercibidos, encendiéndose el brillo en su mirada por cada roce casual, cada sonrisa, cada palabra. No lo entendía del todo, pero provocar tales respuestas en algún punto comenzó a parecerle satisfactorio y el tiempo voló como hacía tiempo no lo hacía; ligero, caótico, suave.

    A esa salida le siguieron otras esporádicas, igual de curiosas. Aunque se esforzara a ratos por parecer un poco más rudo, el chico de cabello azul siempre era atento, cuidadoso y exageradamente correcto. Al principio Isaac había pensado que los motivos que le incitaban a esforzarse por calzar en otro molde habían sido espontáneos, más relacionados con el autodescubrimiento y el innato deseo adolescente de querer traspasar un poco los límites, pero mientras más le conocía, menos parecía ser el caso. A veces, daba la impresión de estar angustiado por algo. Sí, se notaba en la ligera tensión de su mandíbula cada vez que hacían alguna travesura, en esa mal disimulada ansiedad que le invadía en lugares peligrosos, en el sudor frío de sus manos cada vez que iban más allá del beso en los labios. Se divertía, claro que sí, ambos lo hacían... pero era un hecho que renegar su naturaleza le resultaba tortuoso de muchas formas. De ser así, ¿por qué lo hacía?, ¿qué estaba buscando?

    Cual fuera la respuesta, sacarlo de sus casillas y apreciar sus reacciones era para Isaac casi tan placentero como una taza de café cargado por la mañana.

    En fin, llegó la noche.

    Había logrado hacer que bebiera más de lo usual esa vez y que bajara un poco más la guardia. Pese a que en situaciones así solía tomar la iniciativa y ser mucho más invasivo o descarado, esta vez optó por mantenerse al margen y así evitar incomodarle innecesariamente. Sí, sabía mostrar clemencia cuando la situación lo requería. Luego, una cosa llevó a la otra y después del bar se pasaron al departamento de Blake, que quedaba de camino, directo a la cama.

    ¿Y qué más podía detallar al respecto?, el sexo era una experiencia -siempre muy placentera, claro- a la que ya estaba acostumbrado. Inicio, desarrollo, clímax y desenlace; la trama tenía sus variaciones, pero era difícil escaparse mucho de los márgenes la primera vez. Lo único que sí le había conmocionado un poco era la paradoja de su trato, ese contraste entre la delicadeza exagerada e inexperta con la que sus manos le recorrían a ratos y, como si le invadiera de pronto algún miedo infantil, la forma violenta que tenía a otros de aferrarse a su cuerpo y mantenerlo cerca. En síntesis, Isaac le daba un 8/10, sumados ya el bonus extra por lo adorable que era.

    Entonces ocurrió, llegaron las caricias suaves, el tímido beso en la frente y las mejillas, su mirada hechizada y esa pregunta, con la voz suave, susurrante: "Isaac, estamos saliendo, ¿verdad?"

    Al principio no pudo comprender el sentido en esas palabras. Era una broma, ¿no?, ¿a qué se refería con salir?, ¿salir en plan de novios, por ahí, de la mano como en las películas? No pudo evitar soltar una pequeña risa antes de notar que hablaba en serio y se dispararan las alarmas. Joder, no tenía idea de qué estaba pasando por su cabeza, ¿acaso estaba loco? Recién acababan de conocerse, es decir, literalmente recién acababan de coger por primera vez. Dios, ¿qué esperaba?, tampoco era como si fuera capaz de llevar una relación estable por más de...

    Isaac soltó un suspiro y buscó mantener la compostura.

    —Sólo si luego no me pides que vivamos juntos, nos casemos y tengamos hijos—respondió al final, a modo de broma, mientras se sentaba con cuidado sobre la cama para alejarse del aterrador contacto excesivo—. Aunque lo primero dada mi situación tampoco se oye tan mal, ¿sabes? Podrías considerarlo.

    A pesar de mantener la distancia y entre comillas la calma, notó que tenía las entrañas hechas un ovillo.




    SPOILER (click to view)
    Bueno, como ya te dije por chat, la mitad lo he escrito con el cerebro medio jodido por el sueño, así que probablemente me pasearé muchas veces más pa' arreglar las cosillas feas. Si lo envío ahora es porque me vas a hinchar los cocos toda la noche si no x'd Ah, también... siento si me explayo demasiado en detalles sin importancia, but u know my habits.

    PD: Es gracioso como tus avatar siempre se alternan entre cosas kawaii y cosas darks jdknc, los amo.
  7. .
    "¿Y si te digo que no oí bien y te pido repetir mi nombre una vez más?"

    No flaqueó el ímpetu de su sonrisa con la aparente indiferencia del otro, pero algo se removió en el fondo.

    –Claro, ¿por qué no?–contestó, arrodillándose en el suelo para dejar al cachorro sobre él–. Llora bastante, pero es inofensivo.

    Mientras, aún encogido, acariciaba el pelaje colorido del cánido para amansarle, fue recogiendo con disimulo cada detalle en la escena. No sabía cuándo habría una próxima vez, eso si la había, y no podía arriesgarse a perder la oportunidad de grabar en su retina los nuevos matices de su figura. De reojo logró apreciar los destellos rojizos que la luz del atardecer le arrancaba a su cabello revuelto, de un dorado brillante, intenso. De pronto se descubrió a sí mismo, mientras aún acariciaba al perro, fantaseando con descubrir el tacto de esas hebras rubias bajo la palma de su mano. ¿Qué clase de suavidad tendría?, ¿desprendería algún aroma? Rídiculo, sí, también lo pensaba.

    –Gracias por responderme hace un rato, la verdad no sabía qué demonios hacer... ¿seguro no tendrás problemas?–dijo entonces, en parte, como excusa para mirarle otra vez sin disimulo–. Por supuesto, pienso hacerme cargo de él hasta encontrarle dueño. Eso significa que... bueno, me mantendré en contacto contigo seguido.

    Y dejó la oración ahí, esperando la señal de que era bienvenido o en su defecto, de que no estaba siendo rechazado. El chico se notaba bastante alto, sí, pero no tanto como creía recordar y, aunque su inexpresividad característica seguía manteniéndolo distante, algo en su postura le hizo intuir algo más parecido a la timidez que a la hostilidad. ¿Era idea suya o parecía menos amenazante?

    "¿Será eso?, ¿se sentirá nervioso o...?"

    O probablemente sólo estaba intentando ser optimista por una vez en su vida.
  8. .
    –Vale, aquí es cuando fingimos que nos llevamos bien y tú dejas de llorar como si fuera lo peor que te podría estar pasando, ¿entiendes?–le murmuró al animal una vez en el parque, mientras avanzaba por la vereda con el estómago contraído y las manos sudadas.

    No sabía si el perro efectivamente fue capaz de percibir la ansiedad vibrando en su voz o sólo fue producto de la ausencia del ruido vehicular, pero de un momento a otro pareció calmarse un poco. Bueno, al menos ya no daba la sensación de que le estaban degollando vivo. Tal vez la vida por fin le mostraba algo de piedad, quiso pensar mientras respiraba profundo e intentaba sentirse seguro. ¿Qué podría salir mal?, nada. Vale, no iba vestido para la ocasión pero definitivamente no se veía tan lamentable para ser la primera vez -considerando que había salido sólo para hacer las compras-; converse, jeans, chaqueta: ropa casual. Tal vez demasiado oscuro, sí, pero le aliviaba no haber tomado la maldita tenida deportiva.

    Cuando armó el valor suficiente para alzar la vista, le encontró sentado en una de las bancas circundantes. Miraba su teléfono con esa característica seriedad, totalmente ajeno a la bola de emociones que le sacudía el pecho y le palpitaba en los oídos a causa suya. "Tan lindo...". Tragando saliva a ratos, caminó sin detenerse hasta quedar a medio metro de distancia frente a él. Sólo entonces carraspeó un poco y aguardó ser visto, mirándole con una sonrisa.

    –¿Elliot Duncan?

    La pregunta estaba de sobra.
    Jamás podría confundirle.


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    Aquí es cuando caen los pétalos de cerezo, suena el violín de fondo y finjo que no me estoy emocionando, lol.


    Edited by L e a n - 3/9/2019, 07:36
  9. .
    NO ME HAGAS BULLYING POR AQUÍ TAMBIÉN MUJER QUE ME QUEMA, ME LASTIMA unu(¿). Ok, ya, es que en serio muero de vergüenza, vieras cómo me retuerzo y no miento. Deberían amputarme las manos ya para evitar que produzcan tanta telenovela barata X'D

    Sobre las ideas, como te dije no tengo muchas, lol, pero ya que soy tan bueno para escribir y escribir y no concretar nada -otro de mis talentos, u know x'd- mejor dejo lo poquito y nada que se me ocurre por aquí:
    SPOILER (click to view)
    Antes, decirte que el compañero de cuarto de Isaac se va a mudar pronto y que como aún es incapaz de pagar el alquiler por su cuenta, está buscando un lugar dónde quedarse por mientras(¿)

    —Fiesta: Bueno, lo único que tengo para agregar a esta opción es que podríamos meter algo de bardo con Luke*, no sé. En plan, está ahí molestando a Isaac y para librarse de él este comienza a hablarle a Blake -como si se conocieran, lol-, que casualmente andaba en la misma fiesta -que más que fiesta podría ser una disco, idk- y ahí que resulte algo bien loco(?)

    —Scorpio: Así se llama el local de Bran, donde trabaja mi pj -y donde además tiene el aviso de que se busca cuarto barato(?)-. Podría ser que tu chico, así como se había teñido el pelo azul para hacerse el rudo, pues quiera intentar alguna otra cosita poca -como un arete, un tattoo pequeño o algo así- y le visite. Si llama la atención de mi pj ya basta para que intercambien números y agenden una que otra escapada.

    —Dskkfnsl: Warning, aquí viene la idea más Lean, digo roña, cliché y vergonzosamente dramática de este spoiler, que mi pj esté pasando por un momento crítico, digamos, un episodio depresivo difícil de gestionar -cosa no tan inusual como debería- y que exactamente en ese instante se cruce con Blake. Como tu chico es tan amable pues, quizá se preocupe, piense que tiene algún problema grave o incluso que va a matarse o algo así (¿¿¿)(lo que pasa cada vez que me acerco a una ventana XD) . Eso último sería cómico y daría para jugar, sólo te advierto que sería uno de estos comienzos en los que parten con el pie izquierdo.

    Por último, nada más mencionar que si aún te tinca armar una trama más decididamente violenta no tengo problemas. Digo, después de Banana Fish esto de las pandillas, el abuso, el tráfico y las cositas oscuras me han quedado dando vuelta :'s la realidad muchas veces supera la ficción y supongo que sólo se trata de crear la situación idónea para que las cosas se tuerzan de la peor forma posible; no podemos decir que no hay material(¿?) creo

    *: A diferencia de Isaac, Luke sí tiene problemas con las drogas y, de hecho, está bastante vinculado a las redes del narcotráfico (había que decirlo).

    Y eso, son sólo weás súper pencas opciones vagas, en realidad me interesa más leer las tuyas fkdjd.
  10. .
    Ola(¿)

    Bueno, en estos exactos momentos son las... 23:30 hrs en Chile, así que en teoría sigue siendo lunes y no te he fallado(¿) De todas formas sorry por tardar x'd Intenté ponerle algo de drama amor esta vez pero digamos que resultó el personaje más cliché jamás inventado, lol (de hecho parece sacado de una novela yaoi barata de wattpad y eso que nunca me he leído una(?)). Ah, y sorry por la fuente, al final no me convenció pero, la verdad, ahora tengo cero energías para hacer cambios de último minuto -colapza-.


    SPOILER (click to view)
    Nombre: Isaac Grace

    Fecha de nacimiento: 06/11/1999

    Edad: 19 años

    Nacionalidad: Estadounidense

    Ocupación: Modificacor Corporal

    Orientación sexual: Homosexual

    Rol sexual: Pasivo


    "Well, tomorrow you probably won't remember my face, but you'll know you've met the Devil before."


    Historia:

    La pulsión primaria en su organismo siempre fue y será el hambre.  Indudablemente escrita en su código genético pero fuertemente reprimida por el medio, el hambre en la infancia de Isaac le llevó a experimentar unos contradictorios primeros años. De seguro hubiese llegado lejos sin problema alguno, con esa sensibilidad natural en alma y ese talento innato en el arte plástico, de no ser por Sarah Grace. Sí, Sarah Grace, imposible no mencionar ese desgraciado nombre en el primer párrafo de su historia como la causa principal de todos sus males. De temperamento inestable y un marcado fanatismo religioso, la madre de Isaac fue la responsable del carácter retraído y taciturno que -contra todo pronóstico- desarrolló a temprana edad, inducido a base de malos tratos y distintas formas de violencia psicológica.

    Ya que no queremos considerarla víctima sino victimario, como resulta ser a ojos de Isaac, evitaremos enfocarnos demasiado en ella -por lo que sí, evitaremos hablar de cómo a los diecinueve cometió el error de su vida al enamorarse del hombre que tras embarazarla decidió evadir la responsabilidad, ni perderemos tiempo en explicar las complicaciones que esto acarreó más tarde al ser rechazada por su propia familia de afanes también religiosos- y reduciremos su existencia a una sola oración: “Sarah Grace, infectada por el rencor, no tuvo reparos en descargar las toxinas de una vida frustrada en su hijo, al que culpaba de ser la causa fundamental de su desgracia.”

    A los catorce huyó de casa por primera vez, tras una arrebatada discusión que acabó por derramar el vaso. Sin embargo, de no haber pasado aquella vez la noche en esa galería de mala muerte, a la mañana siguiente no hubiese conocido a Bran, el excéntrico dueño del local en cuya entrada había parado a dormir. Y es que resultó ser que Isaac, cautivado por la particular estética y carisma de aquel tatuador profesional en sus cuarenta, acabaría siendo enormemente influenciado por él en los siguientes años; el único hombre capaz de despertar el hambre con el que había nacido.

    Al año siguiente se vio obligado a dejar la escuela por trabajo -exigencia de Sarah Grace-, lo que le sumergió a la fuerza en las movidas calles del centro. Sí, a los quince ya había tenido que abrirse al mundo de los jóvenes que habían perdido el rumbo antes de empezar a caminar, entre billetes sucios, colillas de cigarro y algunos moretones. Fascinado por el concepto de metamorfosis detrás de esa estética bizarra, no tardó en adentrarse al oscuro arte de la modificación corporal gracias a Bran, del que aprendió -bajo estrictas medidas de higiene- las técnicas básicas del piercing y el tatuaje. Más tarde, buscando ampliar su área de trabajo, optó por realizar un par de cursos -no necesariamente legales- de cirugía estética, lo que a los dieciocho le permitió independizarse y vivir de ello con relativa decencia.

    Actualmente vive en un cuarto compartido, trabaja en el local de Bran y evita a toda costa cualquier posible encuentro con Sarah Grace.

    Carácter:

    En una palabra: difícil.

    A simple vista parece una oveja negra más, con esa personalidad descarada y sarcástica, demasiado arisca y lejana como para vislumbrar la fragilidad en el fondo de sus ojos. En tiempos de ocio o de juerga, donde se requiere necesariamente relacionarse con otros para divertirse, claro que pareciera resultar encantador y hasta atrayente, con esa mirada atrevida y esa sonrisa fácil, pero si hablamos de situaciones comprometedoras o vínculos de relativa profundidad las puertas se cierran de forma automática. Porque no, nadie puede conocer demasiado a Isaac, nadie puede mirarle por mucho tiempo o tocarle demasiado profundo, porque con las grietas que lleva en el alma bien sabe que no existe ser humano capaz de acariciarle sin quebrarla en el acto. 
     
    Como si hubiese pasado la mitad de su vida reprimiendo la voracidad de su espíritu, descubrirse de pronto en la calle fue como la detonación de una bomba.  Así, el deseo de libertad le llevó no sólo a explorar el exceso y el placer mundano en antros de bajo calibre, sino también a experimentar en su propia piel, a pura tinta, metal y bisturí, lo que era sentirse por una vez soberano.  Por supuesto, tatuarse los antebrazos casi por completo, llenarse el cuerpo de perforaciones y bifurcarse la lengua no fueron en realidad sólo formas de proclamar su independencia, aunque así lo declare a los cuatro vientos. En realidad, esto de la modificación corporal extrema tiene mucho que ver con ciertas trabas en la infancia, las causas de una tóxica disconformidad con su imagen e incluso, con su persona en sí. 

    Vamos, que pasar la niñez siendo despreciado por esa persona que debía amarte más que nadie en el mundo dejaba sus yagas en el autoestima, en la percepción de lo doloroso y gratificante, y hasta en la forma misma de concebir el mundo. No por nada fue tildado de tímido y solitario por sus compañeros de clase o demasiado distraído y ensimismado por los profesores de su escuela. Sin embargo, una vez fuera de casa, lejos de Sarah Grace, se vio forzado a salir del letargo y rehacerse, a mantener las partes rotas contenidas en una misma carcasa, firme, sólida e indestructible. Decidido a ello, adornó las cicatrices de los antebrazos con paisajes en tinta y las ganas de hacerse daño con piezas de metal, y enterró todo lo que pudiese recordarle su propia debilidad así como se enterró el bisturí por la mitad de la lengua a los diecisiete.
     
    Datos extra:

    • No consume drogas de ningún tipo por explícita petición de Bran.
    • Desde pequeño adora dibujar y hacer figuras de arcilla, aunque lo último hace años ya que no practica. Lo otro por razones obvias lo ha mantenido; hasta el día de hoy gusta de trabajar con materiales como grafito, cera, carboncillo y tinta (duh).
    • Tuvo una relación tóxica con su ex y primer amor, Luke, el que todavía insiste desesperadamente en volver.
    • No sabemos si llamarlo adicción, pero tiene cierto gusto excesivo por el tabaco y la cafeína.
    • Le gustan mucho los animales y los insectos, pero nunca ha podido tener mascotas. 
    • Lo de su homosexualidad fue cosa que siempre tuvo clara. No hubo dramas al respecto salvo porque tuvo que reprimirse hasta los quince, cuando realmente pudo conocer gente sin temor a ser sacrificado vivo ante Dios por Sarah Grace. 
    • Es pésimo en matemáticas (había que decirlo).
    • Su banda favorita en la adolescencia fue Placebo.
    • Es algo vegano. (decimos “algo” porque pese a no interesarse mucho por la causa del veganismo, como es intolerante a la lactosa y detesta la carne, su dieta es la que mejor le acomoda)
    • No es ateo pero le gustaría; digamos que tiene una relación complicada con Dios.
    • Bran es lo más cercano que tiene a una figura paterna.

    Apariencia:

    Fenotipo(?): Ojos claros, cabello color miel, complexión delgada, estatura de 1.78.

    Ambiente(¿): Cuatro aretes distintos en una oreja, una expansión en la otra, piercings en el labio, la lengua, la clavícula y el ombligo. Además, tiene tatuados los brazos, la espalda, una pierna -diseños propios entre los que abundan patrones, serpientes, insectos, órganos y paisajes varios- y la palabra “g-o-d” deletreada bajo los nudillos del dedo índice, medio y anular. Ah, y la lengua bífida. 



    Imágenes referenciales(¿):


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    Lol, me da una vergüenza enorme subir fichas, sobre todo de criaturas tan dramáticamente darks pero... es lo único que me sale X'D

    Sobre las ideas, pues... bueno, como vemos Isaac tampoco es una persona muy estable que digamos (x'd) así que tal vez podría ser la segunda, aunque si te soy sincero no lo visualizo matando a nadie, lol salvo su madre o su ex(¿?), pero la dejo ahí. Ah, también pienso que podríamos tomarnos de la tercera para que se conozcan o algo -aunque iwal tengo más ideas roñas por si me preguntas-, pero supongo que eso lo dejamos para cuando decidas aceptarme la ficha, que uno nunca sabe x'd

    Recalco eso último, recuerda que no hay compromiso, sin presiones :'v

    Nos leemos, bb.
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    A penas sintió la vibración del teléfono en el bolsillo, pensó en ignorarlo. Tenía el brazo entumecido por el peso de la bolsa que cargaba y se encontraba demasiado concentrado en intentar callar el llanto hiriente del cachorro que parecía aún no acostumbrarse a su contacto. Sí, a ratos probaba con tonos de voz ridículos y frases absurdas -que el animal, obviamente, jamás entendería- tanto dramáticas como "ya ha pasado, bebé, todo estará bien ahora, ¿vale? No volverás a estar solo nunca más, lo juro" y tanto casuales como "¿quién quiere ser un buen chico?, ¿eh?, ¿quién quiere llegar comer toneladas y toneladas de bolitas de carne? Los dos vamos a subir unos buenos 5 kilos, ¿verdad que sí?" Y aunque no funcionaba en lo absoluto, no flaqueaba su esfuerzo.

    De cualquier modo, no pasó mucho hasta que le dio un calambre en el hombro. ¿Quién le había mandado a comprar dos bolsas de detergente en polvo sólo porque estaban en promoción?, seis kilogramos extra que le dolían a cualquiera que por flojo no iba al gimnasio en meses. Dejó al cánido en el suelo por un rato y en eso se permitió revisar el teléfono. Abrió la notificación de instagram que había recibido hace 5 minutos no sin cierta tensión en el estómago.

    –Es una broma... ¿verdad?

    Había leído unas tres o cuatro veces el mensaje y aún era incapaz de digerirlo correctamente. Ese era un "¿te veo ahora?" de su crush, ¿no? Maldita sea, ahora no sabía cómo borrarse la sonrisa estúpida de la boca. Tecleó rápidamente una respuesta, se acomodó las compras en el hombro, volvió a tomar al perro en brazos y aceleró el paso como si se tratara de la más sencilla de las tareas.

    "Vale, voy hacia allá", le había escrito.


    SPOILER (click to view)
    Lol, al final terminé escribiendo esto desde el teléfono nada más para no tardar tanto. Nuevamente, siento la demora :')
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    Ya te había dicho lo loco que me dejaste con esto pero nunca está de más reiterarlo(?)

    Para empezar, me sorprendió bastante que hayas decidido participar del reto con estos dos a pesar de que llevemos tan poquito roleando con ellos, no sé, se me hizo un detalle adorable fbdj. De saber dibujar decentemente me habría gustado mucho presentar algo también, pero ya qué(?) con lo tuyo basta y sobra por los dos, que te ha quedado muy lindo <3

    Sé me había olvidado comentarte, pero me encanta el vestuario de Damiana Demi, la verdad pienso que calza a la perfección con los aires de "soy tan cool" que se gasta Demian a ratos xd Y bueno, u already know, que me he enamorado de Emily a primera vista. Toda ella emana una vibra tan sweet <3 Me hizo sentir hasta mal por dejar a tu niño esperando tanto, Dios me perdone, que ya me pondré al día :'v

    ¡Nos leemos!
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    "En este mundo no existen las coincidencias, sólo lo inevitable."

    Y un carajo, ¿acaso estaba condenado a su mala suerte?, ¿qué seguía?, ¿ahora perdía la billetera y se ponía a llover?

    En el segundo en el que oyó al cachorro al final del estacionamiento, detuvo el paso y se llevó las manos a los bolsillos, alzando la vista hacia el cielo. Sí, tenía la billetera y no, no parecía querer llover. Al contrario, como si el universo le pidiera clemencia, aquel era uno de esos mágicos atardeceres donde la luz del sol se reflejaba rojiza y casi rosácea sobre las nubes pintadas a crayón. Suspiró y maldijo en silencio, resignado.

    Ya lo había oído; había reconocido su existencia y su evidente llamado de auxilio, así que para entonces las opciones que le dejaba la vida eran dos: o fingía que lo ignoraba o actuaba en consecuencia. Nunca había sido una persona particularmente hipócrita, pero tampoco particularmente consecuente, por lo que la cosa estaba difícil. "Además, maldita sea, vivo en un departamento, ¿qué estoy pensando?"

    Pero para cuando quiso arrepentirse, ya había llegado a la pequeña caja que había al fondo, detrás del último vehículo.

    Oh, no...

    No debía tener más de uno o dos meses; era literalmente un bebé. No se veían rastros de la madre ni de compañeros de camada. Sola, temblando de frío, lloraba a punto de desfallecer una criatura incapaz de valerse por sí misma. Antes de compasión o ternura, sintió inevitablemente rabia. No entendía a la gente, no entendía la vida, no entendía muchas cosas. Rápidamente sacó el teléfono y tomó una foto para compartirlo en historias, etiquetando su dirección.

    "No sé qué hacer, vivo en un depto y no sé cuanto tiempo pueda cuidarlo. Contáctame al direct si puedes ayudar, o al menos difunde."

    Agradecía pillarlo ahí, en la tienda de conveniencia más cercana al edificio, de lo contrario no sabía si soportaba cargarlo con las pesadas compras de la semana al hombro.

    SPOILER (click to view)
    Lol, qué atropellado esto, ojalá no me toque adelantar las cosas otra vez, pls xd Por cierto, ¿qué tal si de casualidad Elliot se encuentra en una plaza cercana (tomando fotos o no lo sé) cuando ve su publicación? Así tal vez se topan cuando Demian vaya de camino al depto o algo(¿) Es una idea sdkfk
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    "Whoever said love was blind
    Must of not seen you comin'"


    La cantidad de cosas que tenía que hacer ese viernes por la tarde era tanta que decidió proceder de la misma forma que lo haría el ser humano promedio: procrastinando. Afirmado en la baranda del balcón, con el teléfono entre las manos y una canción para nada cursi de fondo, deslizaba rápidamente las publicaciones que instagram consideraba que podrían interesarle. Ilustración digital, memes, pintura, shitposting, artistas, fotografía...

    Oh, conocía ese lugar.

    Se detuvo unos segundos ahí, mirándola. Era curioso, ¿por qué resultaba de pronto tan bonito algo que, en la cotidianidad, apenas notaba? La magia de la perspectiva. Entonces se le ocurrió clickear -por mero capricho- el perfil del fotógrafo local en cuestión y, de no ser por un reflejo sobrehumano, habría dejado caer el teléfono desde el mismísimo sexto piso en el que se encontraba. Madre mía, no podía ser.

    Pero sí, sí era.

    Después de revisar los posts más recientes -a los que no se atrevió a darle like al instante- tenía la certeza de que este fotógrafo local era, en efecto, el chico del metro; sí, el rubio de la sonrisa bonita; sí, su crush. Porque, desde que había sido fríamente ignorado en su primer intento de conversación, no podía no llamarle crush con todas sus letras. "O Elliot", se dijo, con una sonrisa tonta, "ahora su nombre es Elliot".

    No lo pensó dos veces antes de darle follow y decidirse por ir a comprar una cerveza.
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    No supo si había estado demasiado inmerso en sus pensamientos como para notarlo o efectivamente al tiempo se le había ocurrido la fantástica idea de acelerar su paso de un segundo a otro. Y es que, ¿en qué momento habían quedado tan próximos?, ¿desde cuando que el vagón estaba tan lleno?, como si su contacto le hubiera despertado el letargo de la mañana, volvió a la realidad. Como de costumbre, el metro estaba atestado de gente y de su para nada agradable calor y aroma. En efecto, era una experiencia apenas soportable.

    Pero ahí lo tenía, más cerca que nunca; esa cabellera rubia era todo menos confundible.

    "Perdona", había dicho, y al instante detestó tener los audífonos puestos, que no había logrado percibir correctamente el timbre de su voz. Lo que sí, al menos le habían permitido grabarse en la retina la imagen de sus suaves labios moviéndose, y luego, curvándose en esa sonrisa. Dios, era sólo un gesto de cortesía, ¿de verdad era legal sonreír así?

    No hay problema—murmuró, apretando el mango del pasamanos como si fuese su único cable a tierra. Desesperado entonces por no aniquilar con eso tal vez su única oportunidad de interactuar con él, devolvió la sonrisa y añadió lo evidente—. Está lleno a esta hora... es un asco.

    No, no era un asco.
    Era de seguro el mejor momento del día.

    Al rato, y como si su suerte le hubiera oído el pensamiento, la voz automática de la locutora del metro le indicó que la próxima estación -esa usualmente bendita pero ahora sin lugar a dudas maldita próxima estación- era la suya. La vida era un dolor de cabeza.


    SPOILER (click to view)
    Qué rico, porque la idea era ponerle su cuota de humor al ambiente (¿) xd No estoy seguro aún de cómo hacer el corte, pero ya tal vez en el próximo post Demian pueda seguirlo instagram y todo.
955 replies since 3/8/2013
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