Posts written by Kuroshiro-san

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    HOLA, HOLA... KUROSHIRO DE REGRESO. LES TENGO UN BONITO CAPÍTULO, SUCIO COMO NUESTRAS ALMAS COCHINAS.

    ~The Purpeter~: Gracias por leer y comentar. El padre de Guang Hong es al parece ser el único padre decente en esta historia, y es de la mafia.

    Anne onodera takano: Gracias por leer y comentar. Tus sospechas pueden estar en lo correcto, aunque no daré más explicaciones... por ahora.


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    EXTRA I: Cuando las fantasías se vuelven realidad (?)…




    Otabek Altin siempre sintió una gran admiración por Yūri Katsuki desde el día en que miro con alegría la primera presentación de Senior del joven japonés. Para un niño con problemas para mantener sus sueños de ser un patinador sobre hielo, el ver como al final de la competencia, en donde gano la plata y coronándose como el primer doncel en hacerlo (por lo menos japonés), preguntándole “¿Qué es lo más difícil de superar como patinador?”

    Yūri sonrió y sin temor contesto: “Para cada patinador las dificultades son diferentes. Yūri Katsuki, por ejemplo, siempre será juzgado por ser un doncel y esa fue mi mayor dificultad. Porque me enseñarón a no sobresalir en la vida más que un varón. Pero, si mi sueño me indicaba romper esa regla primordial tendría que hacerlo… aun si mi propio país me diera la espalda. Ese fue mi mayor obstáculo”

    Otabek entendió desde entonces que, para cumplir sus sueños, aun tuviera a su país entero dándole la espalda… lograría su cometido con esfuerzo. Y lo hizo, aun después de pelearse con sus padres y tener que residir en Rusia la mayor parte de sus años como patinador.

    Para Otabek fue una gran sorpresa encontrarse a Yūri frente a frente en una de las calles de San Petersburgo. Era como si los sueños de su adolescencia se volvieran realidad. Claro, sin todo aquel sentimiento erótico que invadieron sus fantasías de jovenzuelo. Y más ahora que ya tenía a su verdadero amor tan cerca de él.

    Yuri Plisetsky, un doncel muy salvaje de tan solo quince años. Otabek había encontrado el amor a muy corta edad y con los años jamás pudo olvidarse de aquel niño rubio con mirada determinada, temerosa pero decidida… tal como un soldado, joven y primerizo en batalla.

    Duro para él cuando descubrió en donde se encontraba Yuri, y más al ver que este no lo recordaba o imaginaba en su vida, pero no se rindió. Aun con las amenazas del menor y muchas inseguridades logro llegar a su corazón y era bien correspondido.

    No podía estar más contento con la vida, después de todo ambos Yuri´s se encontraban en su vida y todo parecía ir en buena marcha. La vida no podía darle más sorpresas… o es creía Otabek.

    - Me gustas – las confesiones nunca habían sido un problema para él. Pero nunca espero escuchar esas palabras por parte de su gran ídolo Yūri Katsuki – en verdad me gustas –

    - ¿P-Perdón?... C-Creo que… estoy escuchando mal – por alguna razón prefería negar aquello, su oído debió estar mal. Porque el mismo Yūri tenía otras intenciones en este momento que un romance… y menos ahora, cuando Yuri ya había aceptado era su pareja y Yūri lo acepto con alegría… ¿en realidad no sentía eso?

    - Tsk… no escuchaste mal. El cerdo en verdad dijo que le gustas – Yuri hizo su aparición frente a ambos, se mantuvo todo el tiempo serio tras Otabek para escuchar cuál sería su respuesta.

    - P-P-P-P-PERO – la serena actitud de Yūri hacia la molestia de Yuri era tan… extraña. La confusión en su mente era mayor, y para ser honestos no sabía a qué llegaría esta situación – Yūri, no sé si esto sea una broma cruel por parte tuya y de Yuri por lo que ocurrió el otro día, en verdad imagino que te dijo lo que ocurrió y en verdad lo siento si te sentiste ofendido y por eso juegas con mi mente –

    - Yo no le conté nada al cerdo, pero ahora me molestaste y lo hare – logro sacarlo de sus casillas, eso no era bueno – Otabek se excito con la imagen mental de nosotros dos besándonos, tuvo que corres al baño cuando ya no pudo aguantar más –

    - Oh… Dios – Yūri se mostró avergonzado por la situación, tapando su rostro con el brazo para ocultar su sonrojo.

    - Y-YURI – ahora Otabek no sabría que decirla a Yūri – no debiste decirle eso, te jure que no volvería a suceder –

    - Pues tú tienes la culpa por ser un pervertido que disfruta imaginarse a dos donceles besándose – ambos discutían sin tomarle mucha atención al japonés.

    - Otabek – su nombre sonó tan hermoso en los labios de aquel doncel preñado, tan dulce e inocente – n-no me molesta que me imagines de esa forma, después de todo, tú me gustas en ese sentido. Quisiera ser más claro – nunca se imaginó a donde llegaría esta situación. Al llegar Yūri frente a su rostro y sin ninguna duda plantarle un gran beso sobre los labios sin pena, comenzó a tornarse más fogoso cuando las lenguas de ambos se tocaron, terminando con un jadeo por parte de Yūri al necesitar aire.

    - No podemos – dijo Otabek al entrar en razón, claro… no antes de pensar “DIOS, QUE BIEN BESA” – yo tengo una relación ahora con Yuri –

    - No vengas a pensar en mi después de ese beso, maldito idiota – Yuri no se quedó atrás. Lleno de ira se acercó a Otabek tomándolo de las mejillas y acercándose con rapidez hacia el rostro del kazajo, de igual manera plantando un beso más agresivo. Las lenguas compartían sin pena la saliva, los gemidos y el placer compartido que fue transformándose en excitación en ambos lados – HA, ¿Qué te pareció eso? –

    - Y-Yuri – Otabek tuvo una erección de manera inevitable (quien no la tendría), pero su razón era mayor y tuvo a que huir antes de que esto fuera a mayores. Aprovecharía ahora que ambos donceles se peleaban entre sí.

    - Nada mal para un niño como tu… – Yūri siguió con la mirada el cuerpo débil de Otabek, este se dirigió a la salida de la habitación de Yuri. No se percato que la puerta tenia llave desde el rubio entro al cuarto, ambos habían decidido lo que pasaría desde entonces – pero, aun con mi cuerpo gordo puedo hacer que Beka se corra – lamio sus labios con suma sensualidad antes de acercarse a Otabek.

    - Mierda – se dio cuenta que la puerta estaba cerrada y él atrapado con aquellos dos salvajes sedientos de placer – Y-Yūri, no cometas algo de lo que te puedas arrepentir – su cuerpo se tensó al sentir sobre su pecho la cabeza de Yūri, luego sin pena de nuevo estaba siendo besado por el japonés. Su razón seguía diciéndole que se alejara, pero… ¿por qué negarse? Ni siquiera Yuri estaba actuando en contra de aquello. Entonces, ¿debía seguir aun sabiendo que estaba mal?

    - Otabek… no pienses, solo disfrútame – ambos sin despegarse de aquel beso apasionado resbalaron con lentitud por la puerta hasta llegar al suelo. Otabek abrió sus piernas para que Yūri pudiera acomodarse más cómodamente sobre su cuerpo sin incomodarse, después de todo estaba embarazado y debía incomodarle ciertas posiciones. El beso continuo y no se desaprovecho ese momento, Yūri bajo la cremallera de Otabek para poder sentir con sus propias manos el pene del kazajo, nunca imagino que este tuviera un buen miembro bien proporcionado por la madre naturaleza a la hora de crearlo – e-es enorme – dijo Yūri sorprendido.

    - No digas esas cosas – el color rojo invadió más el rostro del joven Altin, aun así, disfruto con mucha alegría las caricias de la mano de Yūri. Con cuidado giro su cuerpo completo para estar frente al pene del varón, lo consensual ya no pasaba por la cabeza de cuando sin aviso alguno introdujo el pene de Otabek en su boca y comenzó las felaciones llenas de satisfacción hacia el kazajo – nhg… ahh – los gemidos del varón no tardaron mucho, y aunque eran más silenciosos podía escucharse la satisfacción en ellos.

    Cada vez el ambiente se tornaba más caliente, Yuri solo observo como la primera felación aplicada hacia su novio se la llevó Yūri, sin vergüenza alguna. Debía molestarse con él y más con Otabek por permitirlo. Pero en realidad le excito ver como aun con el embarazo Yūri podía ser una bestia lujuriosa y sensual. Debía ser un experto en esa área, o eso imagino al ver como la lengua del japonés lamia con sensualidad cada parte del miembro de Otabek, ni los testículos se salvaron de ser bañados por la ágil lengua de Katsuki. Cuando toco cierto punto entre los testículos y el pene fue inevitable la eyaculación por parte de Otabek, bañando el rostro y boca de Yūri con liquido blanquecino.

    - Oishii – soltó Yūri en japonés al tragarse el semen de Otabek sin pena.

    - Basta… ya te has divertido lo suficiente – Yuri movió a su rival hacia un costado. Bajo su propio pantalón y ropa interior, posicionándose sobre el pene recién lamido de su novio para comenzar a restregarse sobre el miembro flácido – deberías haber visto tu rostro durante toda la mamada del cerdo, no dejabas de verlo cuando lamia tus bolas –

    - Que vulgar – Otabek ya no sentía pena o temor, solo rio al escuchar a su novio. Estaba seguro de que ahora él le daría placer y eso lo alegraba. Sería su primera experiencia sexual con Yuri – seré gentil, lo juro – Yuri avergonzado prefirió ignorar las palabras de su novio y seguir con lo que iba a pasar. Otabek introdujo con lentitud y cuidado su dedo entre las piernas de Yuri, acariciando con lentitud las paredes calientes y carnosas del joven ruso.

    - Ahhh… SI – Yuri sentía placer por primera vez. Era la primera persona que le daba satisfacción en su entrada antes de introducir algo más grande dentro, jamás imagino sentirse tan feliz en el sexo. Otabek era un hombre tierno a pesar de lo sensual que podía llegar a verse en ese momento mientras disfrutaba del rostro excitado de ambos donceles – q-quiero más… más dedos AHHH –

    - Eres un chiquillo sucio, Yu-ri-o – Yūri pego su cuerpo a espaldas de Yuri, con voz sensual susurra aquel apodo molesto de cierto ruso (que no nombraremos) y con vulgaridad introdujo su lengua dentro del oído de este lamiéndolo – tan dulce como un caramelo –

    - Ahh… P-Perra en celo – soltó Yuri con obvia molestia entre un gemido placentero – al parecer la sangre japonesa es más caliente que ninguna, maldita zorra… mhg… – al mismo tiempo los dedos de Otabek acariciaban su interior y los labios del mismo besaban los rosados pezones de su pecho.

    - Juju… las hormonas del embarazo pueden convertir a cualquiera en una zorra – se justificó Yūri con las obvias razones de su calentura – y que me puedes decir tú, cariño. Te excita tanto que tu novio vaya a follarte a ti y a tu peor enemigo, ¿Eso cómo debería llamarse? – Yuri no pudo contestar de inmediato, los labios feroces del japonés se pegaron a los suyos, las leguas se acariciaron mutuamente en una danza llena de sensualidad. Ni siquiera el varón frente a ellos se lo creía.

    - Me diste lastima, cerdo… por ello te comparto un poco de mi felicidad – durante varios minutos ambos donceles jugaban entre besos cortos y largos, derramando saliva entre las comisuras de sus labios. Pero era hora del verdadero placer – vamos a la cama, Beka… cerdo –

    La cama de Yuri era como un lecho de plumas suaves y algodón, o por lo menos se sentía así. Aunque en ese momento nadie noto ese detalle, tan solo querían acostarse juntos para compartir más placer del que sus cuerpos estaban acostumbrados. Después de la preparación de Yuri estaba perfecto para recibir un pene en su interior… y él lo sabía, de igual manera Oabek. Yūri noto a la pareja preparándose para la gran hora.

    Otabek posiciono su cuerpo entre las piernas del doncel rubio, su gran pene erecto apuntaba directamente en el orificio anal, restregándose como juego antes de entrar en acción. Yuri no pudo soportarlo más tomando el miembro de su pareja y metiendo el mismo la cabeza sin antes gemir por la expansión de su entrada. Yūri tan solo reía por lo avergonzados que se veía la pareja, se notaba su inexperiencia en el amor, recordando su juventud cuando deseaba que Viktor lo amara tanto como para avergonzarse antes de actuar.

    - Te vez hermoso – pronuncio Otabek con honestidad y nervioso al notar la belleza del cuerpo desnudo de Yuri.

    - G-Gracias – por parte de Yuri era igual. La masculinidad e Otabek era sexy… demasiado para él. Ambos jóvenes se habían quedado congelados, tan solo conectados por un pene.

    - Creo que necesitamos calentar esto un poco mas – Yūri destruiría en ambiente tenso del momento. Aun con su gran estomago logro ponerse sobre el cuerpo de Yuri en posición 69 con el doncel, con el rostro directo en el miembro ruso y el bello torso kazajo – Beka… debes comenzar – dijo, despertando a Otabek de su transe y volviendo a la acción.

    - Claro – y los movimientos suaves comenzaron, levantando la temperatura de inmediato. Más cuando Yūri ayudaba lamiendo el miembro de Yuri y debes en cuando una parte del pene de Otabek que no entraba al cuerpo del ruso – mierda – se expresó el kazajo.

    - Ahhh, ahhh… maldito cerdo – Yuri disfrutaba de las estocadas de su novio y de las lamidas de Yūri. Tanto placer para su cuerpo era demasiado, pero perfecto. Él no quería quedarse atrás, no quería ser vencido en el sexo por un doncel embarazado y caliente… ¿acaso la juventud no la tenía él mismo? No pensó dos veces antes de lamer el pene de Yūri mientras acariciaba los pequeños testículos que colgaban sobre este.

    - AHHH – gimió el japonés al sentir las expertas lamidas del joven ruso en sus partes íntimas, ni siquiera su trasero se salvó de las manos de Yuri – SI… SI… QUIERO MÁS – grito sin vergüenza.

    - “Cerdo pervertido” – pensó Yuri sin dejar de lamer a su enemigo.

    - Mierda, esto me pone más caliente – Otabek acelero sus estocadas, moviéndose con mayor habilidad y fuerza para darle más placer a Yuri y este comenzar a gemir en la misma frecuencia que Yūri. Acababa de descubrir un nuevo placer en escuchar a ambos donceles gemir al mismo tiempo.

    El calor del momento aumentaba, la fuerza aplicada en los movimientos de Otabek igual, junto a las felaciones de ambos donceles. No paso demasiado para que el varón se viniera en el interior de Yuri, provocando una ola de calor en el cuerpo del doncel, sin dejar pasar demasiado y gracias a los movimientos de Otabek después de venirse, el mismo Yuri se vino dentro de la boca de Yūri y viceversa.

    - Aun no acaba – Yūri quería más, sabía que los chicos igual. Habían llegado a un momento armonioso en el cual compartían el mismo pensamiento e idea de a donde querían llegar y acabar – es mi turno. Deseo tu pene aquí… – de manera obscena Yūri habría su entrada con ambas manos. Nunca pensó que, con ese cuerpo regordete podría lograr abrir sus piernas tan fácilmente con antes y mostrar su parte intima a alguien más que no fuera Viktor.

    - Sera un placer – Otabek necesitaba sentir el interior de Yūri. Durante su etapa de adolescente caliente imagino este momento tantas veces, jamás en una situación dentro de un trio y que este estuviera embarazado… pero no se quejaría por ello.

    - Ahhh… tan… grande… – era mayor al único pene que conocía, aunque este si le interesaba su placer. Debía admitir lo mismo que Yuri: Otabek era dulce a pesar de su sensualidad… y ese pene destroza orificios.

    - Disfrútalo mientras puedas, nunca lo volverás a tener – Yuri se regodeo por ello, orgulloso de tener a Otabek como su novio… y ese pene también. Al escuchar a su novio Otabek no lo dejo atrás, acerco su brazo hacia la entrada de Yuri nuevamente para darle placer – ahhh… SI – se había vuelto igual de gritón que el mismo japonés.

    Al parecer a los donceles ya les gustaba compartir bocas, entre los mismos gritos y gemidos no podían dejar de besarse, más cuando notaron como Otabek se excitaba con verlos hacerlo y para ellos era divertido tentar a la bestia para que liberara más fuerza en sus movimientos sexuales. Fue un momento sorpresivo cuando Otabek se acercaba a los rostros de los donceles y compartía ese beso con ellos… convirtiéndolo en un fogoso beso triple, lenguas danzarinas tocándose entre los tres. Placer en las embestidas y al llegar al clímax del momento un gemido por parte de Yūri al sentir el caliente semen dentro de él. Yuri de igual manera llego a venirse con solo tocar el punto exacto en su interior.

    - Eso fue… lo mejor… de mi vida – Yūri de apoco recuperaba su aliento, su pecho sudoroso se movía con rapidez por los latidos agitados de su corazón – creo que me embazare de gemelos –

    - No digas tonterías, cerdo – Yuri, aunque igual de cansado por la “rutina de ejercicios” no se veía para anda cansado. Se podría decir que estaba acostumbrado a las jornadas de sexo sin problema – pero… creo que me gustaría decir lo mismo – de la nada cambio su actitud ruda por una más adorable, esa imagen de Yuri tocando si vientre con cariño nunca se borraría de los ojos del kazajo o del japonés.

    - No me molestaría tener hijos con ustedes… debo admitirlo – dijo Otabek esperando no recibir alguna golpiza por parte de alguno de los dos – seria bello si llegara a pasar – ambos donceles se miraron mutuamente en completa seriedad, poniendo a Otabek en una posición incómoda avergonzándolo por lo que había dicho.

    - La verdad… debo admitir, tienes razón – reía Yūri con algo de pena, su mano cubría su boca para evitar reír de manera más notoria, gesto que compartía con Yuri.

    - Solo porque el cerdo esta embarazado y yo tomo anticonceptivos ahora – dijo Yuri mientras miraba a su novio, llego a acomodarse en la cama de manera más cómoda, cruzando sus piernas sin importarle su desnudes y ayudando a Yūri a sentarse, ya que este no pida por él solo.

    - Podríamos intentarlo después, con más calma y con la cabeza fría – dijo Yūri mirando a la pareja. Otabek no lo creía.

    - No lo sé, nunca pensé encontrarme en esta situación – admitió con miedo, después de todo Yuri seguía teniendo un poco de rivalidad con Yūri, esto podía ser un problema.

    - Bueno… si solo tendrás hijos con nosotros no veo problema – no esperaba eso de Yuri, tanto Otabek como el propio Yūri – pero aun si llegas a embarazar al cerdo seguirás siendo solamente mío, ¿entiendes? – esa actitud celosa y posesiva de Yuri le gustaba, no pudo evitar besarlo.

    - Entiendo – Otabek se encontraba feliz.

    - Bueno… no sé ustedes, pero… – Yūri se encontraba lleno de deseo nuevamente. Su mirada lo delataba y su cuerpo gateaba hacia donde se encontraba Otabek.

    - No eres más que un pervertido, cerdo – Yuri no se quedó atrás, no dejaría que su novio fuera devorado si antes no era él quien lo recibía.

    Todo pareciera una felicidad de ensueño, el placer llenaba el aire y escapaba de los cuerpos en forma de gemidos y satisfacción para los tres individuos. La fantasía perfecta para cualquier varón, Otabek no escapaba de eso… y no era más que eso.

    Un despertador comenzó a sonar con intensidad. Otabek abrió los ojos con sorpresa y confusión, se encontró con su habitación de hotel en el cual dormía ahora que se encontraba en San Petersburgo. Se levantó de la cama para apagar la alarma que tanto lo molestaba, noto de inmediato humedad entre sus prendas bajas… notando la mancha de fluido en sus pantalones, era obvio lo que era.

    - Maldición… – soltó luego de fuerte suspiro. Tuvo un sueño húmedo después de años, tal vez unos cinco años… debía darle vergüenza, al parecer lo había prendido las palabras de su novio el día anterior, en realidad no sentía remordimiento alguno por su sueño.

    Solo se levantó para cambiar su ropa y algunas sabanas, después de todo tenía que ir a su entrenamiento ya a esa hora. Más tarde iría con Yuri para hablar con él y con Yūri sobre lo que pasaría ahora en adelante con el plan para escapar. No cometaria nada sobre su sueño, si tan solo se mantenía así, como una fantasía todo estaría bien.


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    MUY BIEN, ESPERO LES HAYA GUSTADO ESTE COCHINO ESPECIAL. A MI ME ENCANTAN LOS TRIOS Y ESAS COSAS EN LAS SHIPPS, POR ELLO ME ATREVÍ A PONERLO POR LO MENOS COMO UNA FANTASIA. ME DISCULPO SI NOS LES AGRADA ESTA INTERACIONES ENTRE LOS PERSONAJES, PERO ME ENCANTA LA COCHINADA... OH SI.

    MUCHAS GRACIAS POR LEER Y LOS ESPERO EN EL PRÓXIMA ACTUALIZACIÓN, QUE YA NO ES UN EXTRA, AHORA SI ES LA HISTORIA.

    KUROSHIRO FUERA... :]
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    HOLA, HOLA... KUROSHIRO DE REGRESO. PERDÓN POR LA TARDANZA, NO HABÍA PODIDO ATENDER MI COMPUTADORA EN TODO ESTE TIEMPO Y YA LA EXTRAÑABA. AL MENOS YA PASO, Y LES TRAIGO NUEVA ACTUALIZACIÓN.

    Anne onodera takano: Gracias por leer y comentar. Al menos ahora Yurio tiene con quien contar y quien lo pueda ayudar. Esperemos todo salga bien para ellos, así como lo deseas.

    ~The Purpeter~: Gracias por leer y comentar. Fue una explisón de emociones aquí, como en licuadora. Viva en fanservice de los Yuri's, como puerkas sin remedio que somos, amén.


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    CAPÍTULO XX: Resolviendo los problemas




    - Bienvenido sea, joven Guang – las puertas de la gran mansión se abrieron en par, dos grandes hileras de sirvientes recibían con seriedad al primogénito y único heredero del gran Guang Hong Ji – su padre lo espera en el comedor del patio trasero para una agradable comida familiar. Todo fue planeado con mucha rapidez después de su repentina llamado, joven –

    - No tenían que molestar, pero gracias – Guang Hong Ji ya estaba acostumbrado a todo eso. Su infancia estuvo siempre llena de lujos, solo tenía que pedir algo para tenerlo sin un problema. Tanto capricho llego a aburrirlo, por ello actualmente estaba muy conforme con su vida tranquila al lado de su esposo e hijos… no extrañaba nada de su antigua vida.

    - Hijo – la voz de su progenitor resonó entre sus oídos. Aquel hombre de mirada feroz, con el cual compartía nombre y era idéntico tanto en cabello, ojos y color de piel, solo exceptuando la edad. Ese hombre sanguinario con él cual compartía nombre y en un futuro cercano llegaría a heredar su imperio lo saludaba con tanta alegría.

    - Padre – a pesar de la apariencia dura que podía dar el patriarca de la familia Guang, la relación con su hijo no podía ser mejor. Su único heredero tuvo todo lo que deseo, no podía escuchar queja alguna por parte de su hijo. Aun cuando tuvo diferencias con aquel día de su joven hijo cundo le presento al amor de su vida y actual marido, siempre procuro darle felicidad. Muchos dirían que, por el hecho de ser doncel Guang Hong Ji padre odiaría a su hijo… pero no, al contrario, lo llamo como él y siempre trato como un igual – me alegra veré de nuevo –

    Su amor de padre siempre fue más importante que cualquier estereotipo, ley o forma de pensar que regían su cultura pudiera ordenar. Tal vez fue por su forma de vivir o su trabajo, sabiendo que en cualquier momento él podía partir al otro mundo y no quería irse sin tener la mente tranquila sabiendo que, su único hijo siempre fue feliz y agradecido.

    - Tu mensaje me dejo muy preocupado, debo admitir – ofreció él mismo a su hijo, gesto caballeroso que muchos varones ya no tiene ni con sus parejas – rápidamente creí que los pequeños tenían problemas. Tuve miedo que me dijeras algo negativo ocurrido con, ya sabes… – aclaro su garganta con molestia – ese tipo al que llamas marido –

    - Papá, ya te dije que lo llames Leo… o por lo menos no lo llames "tipo" – a veces su padre podía ser gracioso con aquellos celos típicos. Después de todo se casó joven y se embarazo rápidamente, de lo cual no se arrepentía… pues ahora tenía a su pequeño Huan Yue y Mei Ling – en realidad, no es por algún problema con Leo. Es más, un problema con uno de mis amigos más cercanos, ¿Recuerdas a un tal Yūri Katsuki? –

    - Recuerdo poco sobre él: “Un doncel japonés amigo tuyo casado con un patinador ruso de prestigio, pero idiota hasta los cojones” … según tus propias palabras, hijo – Hong Ji rio avergonzado, su padre recordaba con exactitud sus palabras.

    - Si, exacto – contesto el doncel – pues ocurrió una desgracia. Al parecer su esposo lo maltrataba, mi amigo trato de escapar y por defenderse tomo un cuadro para golpearlo –

    - ¿Él chico se encuentra bien? –

    - No lo sabemos. Mi amigo lo golpeo demasiadas veces que casi lo mata. Por miedo a ser detenido por asesinato escapo, desde entonces nadie sabe absolutamente nada – para el joven chino era una tristeza saber por lo que paso Yūri. Agradecía que, por lo menos él no tuvo que pasar por una relación así jamás, y daba las gracias a la vida por haber conocido a alguien tan noble como Leo de la Iglesia – mi amigo Phichit vino hasta aquí con su pareja para investigar, por si acaso a Yūri se le hubiera ocurrido venir conmigo. Por ello, padre… pensé en ti –

    - Por si en algún malentendido el chico fue secuestrado por el bajo mundo, ¿no? – asintió el menor. Una chica de la servidumbre se acercó a la mesa con la comida en platos lista para ser ingerida, de igual manera servían el té y una ensalada – necesito la información física del chico, rasgos y una fotografía –

    - Si. Él es un doncel de 23 años y 173 cm de altura, japonés, de cabellos negros, ojos marrones con un destello color vino. Tiende a engordar, aunque ahora se encuentra delgado, tiene una marca de una cesaría en su vientre y existe la posibilidad de estar embarazado –

    - Por tu descripción no destaca mucho del japonés promedio, solo su altura… es más alto que el doncel japonés promedio – el señor Guang tomo una fotografía que Phichit había tenido guardada en su cartera, la fecha era del cumpleaños de Iván – es muy lindo, y por su papel en el patinaje debería costar una fortuna en el bajo mundo. Ya no es joven, pero el que este preñado puede ser mercancía importante – a Hong Ji se le helo la sangre, siempre detesto el tráfico de personas. Estaba seguro de que en cuanto fuera jefe de todo, varias cosas cambiarían – ¿Saben con exactitud cuantos meses tiene de embarazo? –

    - Emmm... creo que unos cuatro o cinco meses –

    - Entonces hay una posibilidad de que este fuera del país en este momento, han pasado meses, tal vez hasta la apariencia física sea diferente – las palabras de su padre entristecieron a Hong Ji. Nunca pensó en la posibilidad de que su amigo fuera a desaparecer de la vida de todos en esa forma, el miedo de que tal vez haya muerto lo invade y la preocupación de aquella criatura que tendría en su vientre en ese instante.

    - Tengo miedo, no quisiera saber todo el miedo o el daño que esté pasando él solo – expreso con honestidad, después de todo él también es madre y sería una pesadilla si le ocurriera lo mismo a él o a sus pequeños – pero te lo pido, como el primogénito de Guang Hong Ji, como tu hijo que soy… sin importar el resultado, quiero saber sobre el paradero de Yūri Katsuki – una mirada determinante entre manantiales de lágrimas miraron al varón chino.

    - Y créeme cuando te digo, que yo seré quien encuentre el lugar donde este tu amigo. Solo debes de darme unos días… tendré información fresca de mis subordinados –

    - Gracias, padre – ambos Guang se abrazaron, solo el doncel lloraba de felicidad.

    - Todo por ver a mi hijo feliz – definitivamente Leo seria como su padre, de eso se encargaría el mismo doncel.

    ~•~•~•~•~•~



    - Me duele mucho saber esto, Yuri – Mila se enteró por la misma boca del joven ruso sobre lo ocurrido la noche anterior. Con tristeza lloraba decepcionada – sabias mi historia y la de mi hermano, él sufrió hasta enloquecer… se suicidio porque no lo deje consumir más esa mierda. ¿Acaso quieres terminar igual? ¿Quieres verme llorar sobre tu tumba de la misma manera? – y por primera vez Yuri se sentía miserable al ver a la chica rusa sufrir.

    - Lo lamento. N-Nunca se me ocurrió que alguien sufriría por mí – Yuri no se esperó el abrazo tan doloroso y tierno que Mila le proporcionaba.

    - De ahora en adelante seré una gran amiga, casi una hermana – expreso determinada – siempre estaré para ti –

    - Suéltame… maldición, me duele – entre jaloneos de Yuri y risas de Mila parecía que todo estaba resuelto ahí. Yūri observaba satisfecho por la puerta, escondido para no ser una molestia.

    - Al parecer debe de alegrarte mucho el escuchar conversaciones ajenas, ¿No es así? – Yūri se asustó al ser descubierto su rostro se cubrió de un rojo carmesí. Giacometti llevaba minutos observando la actitud sospechosa del doncel japonés y aprovecho el momento para darle un buen susto.

    - C-Chris… casi me matas de un infarto – la risa del rubio mayor no mostraba ningún arrepentimiento previo.

    - No es mi culpa que cierto japonés adorable… – apretó con fuerza las mejillas regordetas de Yūri, ya que nuevamente estaba engordando por el embarazo – disfrute de escuchar charLas ajenas –

    - No me gusta hacerlo – aclaro antes de algún malentendido – es que… Yuri hablo con Mila sobre lo de ayer –

    - Ah, y querías saber cómo fue la reacción de Mila ante esto – Yūri asintió – bueno, ella no es mala. De seguro solo entristeció al recordar su pasado… pero Mila no es de enterrarse en esos problemas dos veces, debe de estar feliz al saber que el gatito prometió dejarlo –

    - Tenía miedo de no ser aceptado por ustedes – Chris de igual manera entendió todo. No tuvo que imaginar otra reacción del rubio suizo, después de todo es una persona muy buena… aunque el miedo siempre estuvo ahí – Yuri es un niño, no sabría cómo manejarlo yo solo. Estaba más asustado por mí mismo –

    - Mila y yo somos muy comprensivos ante las personas con adicciones – comento Chris – vivimos situaciones parecidas antes de estar aquí, de igual manera seguimos observando como las drogas afectan la vida. En sitios como estos es preferible vivir fuera de la realidad, y cualquier porquería es buena para dar ese efecto –

    - ¿Tú también pasaste eso? – la curiosidad de Yūri fue mayor, preguntando sin vergüenza.

    - Claro que sí, te aseguro que muchos aquí hemos tenido problemas con las drogas o vivido con personas cercanas con lo mismo – aseguro Chris – en mi caso fue mi pareja de toda la vida quien era el adicto. Adoraba el crack, la heroína y la cocaína… también distribuía y me obligaba a venderme cuando no tenía dinero para comprarla –

    - Lo siento por preguntar –

    - No te disculpes, eso es el pasado – aclaro Chris. Al contrario de muchos le gustaba recordar el pasado, así podía asegurarse de que nunca regresaría a todo eso – al final huyo del país dejándome aquí… solo. Por desgracia, me vendió a Lilia antes de irse –

    - Eso es terrible – cada día Yūri se daba cuenta de cómo era Lilia Baranovskaya en realidad – y Mila… –

    - Ella tenía a su hermano mal. Dejo la heroína a fuerzas a obligación por ella misma y tuvo que trabajar en lo que sea para ayudar en su hogar… – suspiro con pesadez, era más fácil relatar su vida que más de los demás (en su caso) – en fin, el chico se suicidó en un ataque de ansiedad… Mila no pudo hacer nada por él. Después ella se metió de lleno en la prostitución y desde entonces está aquí en el Zamok Ice –

    - Es tan triste todo lo ocurrido… y me alegra tanto que lo pudieron superar – Yūri se dio cuenta del sufrimiento que ocurrió en la vida de los demás, no solo en la suya. Comprendió que todos los humanos, sin excepción alguna han pasado por situaciones dolorosas, tristes y difíciles de superar. Era cuestión de la fuerza que tomara las personas después de lo ocurrido para levantarse y luchar por la felicidad tanto ajena como propia.

    - Claro que nos gustaría ser libres de verdad, pero conformarse con el espíritu es un comienzo – era fácil notar a lo que se refería Chris. Yūri sabía que muchos habían sido comprados por deudas externas, otros chantajeados para no ser llevados a la policía por crímenes y pocos secuestrados de las calles… como Yuri y él.

    - En realidad… tal vez, pronto serán libres – Yūri no explico sus palabras. Aun así, él sabía a lo que se refirió.

    - Yūri, me confundes – Chris ya no pudo preguntar más, una figura varonil y pequeña se acercó a ambos. Yūri no pudo evitar acercarse y abrazarlo.

    - Otabek – soltó el nombre ajeno con alegría – es bueno que regresaras –

    - Tenia un poco de dudas – Otabek fue honesto – temía en regresar y que no hubieras sido más que un producto de mi imaginación –

    - Eso nunca ocurrirá, no desapareceré de tu vida de nuevo – respondió Yūri, sacando una sonrisa sincera del kazajo.

    - Que bellos – dijo Chris acercándose a ambos – me encantaría verlos juntos, pero debo dejar esas fantasías mías aun lado. A menos que a cierto muchacho no le importe tener relaciones con un doncel preñado… no te juzgaré si dices que no –

    - C-Claro que no… es decir… claro que sí, bueno… – Otabek moría de la vergüenza, las palabras de Giacometti lo confundieron.

    - Christopher, no molestes al novio de Yuri – a sus espaldas Mila y Yuri habían salido de la habitación de la rusa, ambos habían escuchado toda la conversación desde que llego Otabek – Yūri solo es como su mamá, en realidad quiere cogerse al pequeño Ágape. A menos que tenga fetiches raros en los cuales tenga un trio salvaje con un menor de edad y un embarazado… lo cual no me enojaría si dijera que no –

    - No… bueno, es un sí pero negativo. O sea, como lo anterior... –

    - No sirve de nada que te expliques, ellos solo juegan con tu mente para reír un rato – dijo Yuri sin mucha expresión emocional. Aún era incomodo tener a Otabek frente a él por lo ocurrido el día anterior, sintió tanta pena por la forma en que lo corrió del lugar.

    - Esta bien – Altin de igual manera no sabía que decirle, temió que empeorara la situación y eso rompería la relación de confianza que tanto le costó crear.

    - Chicos… creo que debemos irnos – Yūri fue una gran ayuda en ese momento, jalando a ambos amigos – Giacometti… Babicheva, ayúdenme con la comida –

    - No, odio cocinar – se quejó Mila.

    - Yo quería ver como acababa este drama romántico, muchas gracias Yūri – Chris se quejaba de manera dramática. Aun así, se fueron.

    - “Espero Yuri pueda arreglar todo” – Yūri repetia con felicidad sus buenos deseos – suerte, Otabek – de igual manera deseo lo mejor, para los dos.

    ~•~•~•~•~•~



    - ¿Quieres que vayamos a mi habitación? Podemos hablar ahí con más privacidad – ofreció Yuri. Sus nervios no iban a traicionarlo, tenía que actuar con normalidad o lo más que pudiera.

    - Si – dijo sin expresión. La tensión entre ambos podía ser cortada con un cuchillo con facilidad. Tanto Otabek como Yuri se sentaron en la cama del rubio, duraron ciertos minutos en completo silencio, hasta que Altin tuvo el valor de comenzar – en verdad siento haberme enojado ayer contigo, no debí gritar o levantar la voz de esa manera. Tampoco haberme ido sin aclarar todo antes, solo confundí más las cosas –

    - No, yo fui el culpable – Yuri no dejaría que Altin asumiera toda la culpa – me sentí celoso de como actuabas con el cerdo, me sentí ahogado en mi propia melancolía y no carbure mis palabras y mis acciones. Casi lastimo al pequeño y no estuvo bien, también haberte golpeado o dicho todo eso –

    - Te absuelvo de toda culpa, solo porque te amo – las últimas dos palabras dejaron sin habla a Yuri. Era doloroso escuchar una expresión tan importante cuando sentía que él no merecía ser tan importante para el kazajo.

    - Yo… ¿Cómo estas tan seguro de que me amas? – pregunto Yuri, tenía que saber que tan importante era para Otabek – “te amo” es una expresión muy fuerte, no se le dice a cualquiera ni tampoco tan a la ligera –

    - Mi sentir es verdadero, no un juego o una expresión banal – la seriedad de Otabek era excitante, con solo esa mirada podía derretir toda la nieve de Siberia si se lo proponía – ¿Quieres saber desde cuándo? –

    - Si – contesto sin pena. Esa misma pregunto lo carcomió desde un inicio, cuando aún no sentía nada por Otabek – te traté mal desde un inicio, jamás te vi más que como un cliente más. Pero ahora es diferente… –

    - Fue desde la primera vez que te vi. Aquella vez en el hielo de la pista en Moscú, cuando tan solo tenías ocho años y yo doce – Yuri no pudo evitar abrir sus ojos más de la cuenta por la sorpresa – te veías tan perfecto, tan angelical y seguro de ti. Yo tenía dificultades para patinar y tu… pareciera que naciste patinando sobre el hielo –

    - ¿Por qué no te recuerdo?... tu rostro no me es familiar, ni siquiera tu nombre esta en mi memoria – Yuri lucho con su propia memoria por recordar aquel recuerdo… y nada.

    - Eras un niño que solo vivía para respirar patinaje, no necesitabas aprender el nombre de todos en la pista – Otabek no le gusto ver a Plisetsky tan afligidito, le dolió verlo llorar – yo tampoco di por hecho que debíamos hablar, solo pasé dos semanas en Moscú antes de regresar a mi hogar –

    - Si tan solo me hubiera enamorado de ti en aquel entonces… – “tal vez, no hubiera cometido tantas estupideces”, pensó Yuri.

    - Entonces nunca hubieras ayudado a Yūri en este momento, ni yo hubiera venido a San Petersburgo a socorrerlo. Por fuerzas del destino te encontré aquí, al doncel que amo, y puedo ayudar al doncel que admiro –

    - No sabes cuantos años soñé por alguien que me dijera lo mucho que me ama – Yuri se encontraba contento, satisfecho con la vida ahora… no pedía nada más – sufrí múltiples veces, cosas indescriptibles solo para conocerte. Creo... creo que valió la pena –

    - Yo hare que dejes de sufrir, te sacare de este lugar junto a Yūri. Nos iremos de regreso a Moscú donde nunca debiste haberte ido… es una promesa – por primera vez en años una promesa no resonaba en sus oídos como una mentira vacía. Por primera vez podía creer en verdad y esperar por ello.

    - De acuerdo – ese momento ninguno de los dos podía separarse. El dedo juguetón de Yuri daba círculos por el pecho de Otabek poniendo nervioso al susodicho – oye – lo llamo.

    - ¿Si?... –

    - Antes que fuera tu doncel amado, bueno… que fuera algo mas que tu amor platónico. Cuando eras un adolescente, ¿llegaste a masturbarte pensando en mí? –

    - No, jamás – demasiado rápida la contestación y sincera para el gusto de Yuri, molestándolo con lo dicho.

    - ¿Por qué no? – ahora se había metido en serios problemas.

    - Tu imagen era demasiada pureza para mis deseos sexuales. Para mi fuiste ese tierno niño de ocho años durante demasiado tiempo... ¿Lo siento? –

    - Ah, claro… pero con Katsuki me imagino que si llegaste a excitarte – Yuri espero que no, pero el rostro de Otabek reflejaba otra cosa – ¿En serio?... el cerdo pudo parar tu pene y yo no –

    - Yūri era mi ídolo toda la vida, es obvio que cuando crecí me di cuenta de su atractivo sexual. Créeme, es difícil no pensar en cosas sucias cuando eres adolescente y tu ídolo de toda la vida se muestra en mallas haciendo flexionar su cuerpo en cada pose que despierta… – al darse cuenta como describía su primera noche de masturbación prefirió callar. De igual manera el rostro de Yuri no era de alegría – lo siento, pero eso fue en el pasado –

    - En eso tienes razón, el cerdo tiene un atractivo sexual del cual no puedes escapar – interrumpió Yuri, sus labios formaron una sonrisa divertida – por lo mismo no pude evitar besarlo y montarme sobre su cuerpo. ¿Te imaginas?, yo metiendo mi lengua en la cavidad bucal cálida de Katsuki… mientras ambos jadeábamos llenos de deseo esperando algo más, no sé… tal vez un salvaje varón penetrándonos con fuerza mientras nosotros satisfacíamos nuestras bocas –

    - Ahg… necesito el baño – Otabek no evito soltar un gemido placentero después de cerrar la puerta y comenzar a masturbarse. No pudo evitar tener a Yuri pegado a la puerta del baño mientras se reír a carcajadas por lo ocurrido. Ni tampoco evito sentirse avergonzado frente a Yūri una vez estuvo frente a él y pensar en esa imagen tal sensual implantada en su cabeza.

    Lo bueno era que ya todos los malentendidos estaban resueltos entre los que ahora era oficialmente una pareja de novios. Tanto Yūri, Chris y Mila no cabían con la emoción, mientras lo mantuvieran en secretos de los demás y de la misma Lilia todo estaría bien.

    La tranquilidad parecía una vez más aparecer frente a las costas del mar en las vidas de los ya mencionados. Sin saber que una nueva tormenta podía formarse en cualquier momento, y que una vez lloviendo sobre las olas de un océano podían convertirse aquellas tormentas en un huracán de gran categoría… ¿Estaba preparados a enfrentar este nuevo problema?


    Continuara...


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    ESTE CAPÍTULO SE ME HIZO BONITO, POR LO DE GUANG HONG JI CON SU PADRE.... Y GRACIOSO, POR EL FANSERVICE METIDO ENTRE LAS FANTASIAS COCHINAS DE OTABEK. JAJAJAJA, ESTOY DEJANDOLES CALMA ANTES DE QUE COMIENCE LO BUENO... ASÍ PODREMOS DISFRUTAR COSAS LINDAS.

    MUCHAS GRACIAS POR LEER Y COMENTAR, LES AGRADEZCO SU ESPERA POR MI TARDANZA Y NOS LEEMOS EN LA SIGUENTE ACTUALIZACIÓN.

    KUROSHIRO FUERA... :]
  3. .
    HOLA, HOLA... KUROSHIRO DE REGRESO. DEJANDO COMO SIEMPRE LA CONTINUACIÓN DE ESTA HISTORIA, AHORA CON EL PASADO DE YURI PLISETSKY FRENTE A NOSOTROS Y A PUNTO DE SER CONTADO.

    Anne onodera takano: Gracias por leer y comentar. Viktor será siempre un bastardo. Yuuri es un ser muy tonto, metiéndose siempre en problemas al tratar de ayudar a todos. Veremos que ocurre con eso de la huida mas adelante.


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    CAPÍTULO XIX: La historia de Ágape




    Yuri Plisetsky descubrió su amor por el hielo a la tierna de edad de tres años, al resbalar sobre el agua congelada de un estanque cuando corría por la nieve. Cuando sitio su pecho deslizarse sobre el hielo lo sorprendió… llego de un lado al otro en segundos, el niño tan solo rio mientras su abuelo corría a socorrerlo.

    Después de ese día Yuri siempre quiso estar sobre el hielo, aun sin saber patinar o sostenerse correctamente, tan solo en deslizarse sobre el hielo lo divertía... ya fuera sentado sobre su trasero o el pecho. Nikolai Plisetsky (su abuelo) al ver la alegría que radiaba la mirada de su único nieto no dudo en llevarlo a clases de patinaje en el centro deportivo de la ciudad. Rápidamente el desempeño de Yuri fue creciendo durante los años, siendo una sensación en la pista a su corta edad.

    Yuri admiraba el patinaje artístico. Al verlos de pequeño por la televisión y en algunas presentaciones en vivo en su ciudad lo volvieron determinado en su decisión a futuro: ser un gran patinador sobre hielo, como lo era Viktor Nikiforov. Lo admiro durante años, convirtiéndolo en un rival en vez de un ejemplo a seguir. Su rápido crecimiento en este arte pudo darle un empujón positivo a sus sueños. Pero... alguien se presentó en su vida demasiado pronto, quien intervino en su vida tanto de manera positiva como negativa.

    - Hola, pequeña… mi nombre es JJ – se presentó aquel que cambio su vida desde el momento en que lo miro con aquella sonrisa coqueta – ¿Cuál es tu nombre? –

    - Tus padres deben de estar muy locos para llamarte solo con dos letras, JJ – Yuri no era de prestar mucha atención a sus compañeros, más si eran igual o peor de ridículos que ese nuevo chico – o tu estas muy idiota para decir con tanto orgullo tan ridículo como ese –

    - En realidad soy Jean Jacques Leroy. JJ solo es la abreviación de mis dos… ah, ¿te vas? –

    - Nunca pregunte tu nombre o tu vida. Solo aléjate de mí si no quieres salir lastimado – Yuri no soportaba mucho a los tipos como JJ, no era el único ni el ultimo tipo con aires de grandeza que intentaba ligarlo. Tomo su toalla y salió de la pista.

    - Espera, eres una chica muy hermosa y pensaba que podíamos ir por ahí. Soy nuevo en la ciudad y como estaré un tiempo podríamos dar un tour por… – una fuerte patada propinada por la hermosa pierna de Yuri fue la causante del actual dolor de JJ en su estómago. Jean cayó al suelo escupiendo saliva y aguándose por la falta de aire.

    - Escúchame bien, idiota – sin dejarlo recuperarse, el joven Plisetsky tomo por el cuello la camisa de Leroy y con actitud amenazadora hablo – no sé si en tu pequeño cerebro quede claro que no quiero saber nada de ti ni me interesa, así que hablare con claridad frente a frente. No me interesa nada que tenga que ver contigo, eres un idiota y por si no lo sabes soy un chico. Más te vale que no me vuelvas a dirigir la palabra, porque estaré directo a dejarte sin descendencia –

    Fue la primera vez en que Jean Jacques Leroy conocía de cerca un doncel… y no cualquier doncel. Yuri Plisetsky se convirtió con el paso de los años en un adolescente delgado y de facciones andróginas con belleza que nadie más podía imitar o adoptar, conocido como el hada rusa por su delicadeza en el hielo, aunque también como el tigre del hielo por sus mas allegados compañeros y quienes en verdad conocían el temperamento del joven doncel.

    JJ no se rindió. Aun después de aquella “amigable presentación” la curiosidad del chico canadiense hacia el joven doncel no cambio. Las palizas no faltaron e amenazas de todo tipo (tanto físicas como psicológicas) fueron recibidas de Yuri. Pareciera que JJ era masoquista, o muy determinado con lo que quería… lo cual era un dolor de cabeza para Plisetsky.

    - Bienvenido, Yuratchka – Nikolai recibió con ánimos a su nieto, el olor a la comida del día llenaba el cálido hogar – un chico llamado Jean llamo el día de hoy, me dijo que perdió su celular y no puede comunicarse contigo. Le di tu número de celular –

    - ¿Le diste qué? – el celular de Yuri sonó, un numero con lada fuera de Rusia estaba en la pantalla, no teníamos que ser muy inteligentes para saber de quien era – “maldita sea” – soltó en ruso.

    - Yuratchka… el lenguaje – sin mucha atención al regaño de su abuelo Yuri se dirigió a su habitación.

    - Muy bien, sé que eres tú, JJ – dijo sin mucha pena – solo quiero saber quién mierdas te dio el número de mi abuelo – Yuri estaba decidido a matar a esa persona en específico, después de a JJ.

    - Me robe la información de la carpeta que el entrenador tiene en su oficina, fue fácil abrir su puerta – admitió con orgullo – solo quería tu celular, no pienses mal de mí, por favor –

    - Eres un acosador de lo peor – estaba punto de colgar y acusarlo con el entrenador.

    - Solo deseo una cita, una pequeña e insignificante salida a la ciudad – insistió Jean para seguir en línea, su desesperación rindió frutos – eres un chico muy lindo… e-en Canadá no hay muchos donceles como tú. Bellos y con esa actitud tan salvaje –

    - Colgare –

    - NO NO NO NO NO – grito en desesperación – juro que después de esto te dejo tranquilo, si no te gusta dejamos esto por la paz y no vuelvo a molestarte –

    - Mañana después de la practica iremos al centro… después de eso no volverás a dirigirme la palabra –

    Pero a pesar de las palabras del joven Yuri, las acciones de Leroy hicieron que el corazón de Plisetsky ablandara. Era fácil después de todo, Yuri nunca tuvo una persona interesada en él, tanto de forma amigable como amorosa. Su abuelo era el único en su vida y siempre seria así, pero Leroy con su simpatía no era un mal chico, aun cuando este le ganara con tres años y Yuri tan solo fuera un niño. La gracia y simpatía del canadiense puedo con la fortaleza de hierro de un Yuri de tan solo 13 años.

    No tomo mucho tiempo para que el pequeño Yuri callera en las lindas palabras del joven JJ, manteniendo una relación secreta mientras todos pensaba que tan solo eran amigos. No costo mucho hacer que Yuri entre palabras bonitas entregara su primera vez a Jean, sin remordimiento alguno, a pesar del dolor que sintió al inicio. Se sintió pleno al notar la sonrisa satisfecha de su novio, sin importarle su propia satisfacción (o solo era lo de menos).

    Pero, la dulce relación no duro mucho… no después de que Jean Jacques Leroy anunciara cambio de residencia a San Petersburgo.

    El corazón de Yuri se sintió devastado, un fuerte dolor agolpo su corazón y al no poder demostrar su tristeza frente a sus demás compañeros tan solo oculto su pesar tras el gorro de su sudadera.

    - Lo siento, no tenía planeado esto. Mis padres hicieron arreglos como sorpresa, ya que la pista de San Petersburgo es más grande y moderna – aclaro Jean mientras abrazaba y besaba a su amado – ellos piensan en mi futura carrera profesional… lo mejor para el Rey JJ–

    - Lo mejor para el Rey soy yo – insistió Yuri, sus lágrimas adornaron aquellos bellos ojos verdosos – te amo, no sabes cuánto… nunca pensé que llegaría a amarte, pero lo hice. Tú me amas, es muy injusto que dejes al amor de tu vida y te vayas –

    - Yuri, mi bello gatito – al escuchar aquel apodo el llanto de Yuri se calmó. Ese apodo tan tonto que su novio le dio un día que se puso unas orejas de gato y con el tiempo logro llenarlo de tanto amor – no me iré de Rusia, tan solo estaré en otra ciudad. Te prometo que regresare por ti –

    - ¿Lo prometes? – Yuri sonrió.

    - Si, lo prometo – un último beso antes de la despedida, lleno de pasión y deseo.

    Yuri se sintió desolado en los siguientes días. No tenía ánimos de patinar, de salir de su habitación o de su hogar. Nikolai estaba preocupado, su pequeño nieto pasaba por una tristeza enorme… él se enteró de la verdadera relación de Yuri con el joven Leroy, lo cual no fue tomado con mucha alegría ya que JJ tenía 16 años y su pequeño nieto tan solo 13. Él sabía que aquel chico podía estar aprovechándose de la falta de cariño o la inmadurez e inocencia de Yuri. Ahora la vida podía ser más tranquila, Leroy ya no se encontraba rondando en la vida de Yuri… y una vez más se equivocó.

    - Yuratchka, escúchame… esto es una mala idea – Nikolai sufría un fuerte dolor de cabeza mientras veía como su nieto con mirada determinada le explicaba su plan.

    - Abuelo, yo lo amo – se expresó Yuri. Llevaba una maleta en mano, una mochila a su espalda y un boleto de tren en mano. Más decidido que nunca iría a San Petersburgo para estar junto a JJ – entiéndeme, necesitamos estar juntos –

    - No, Yuratchka – negó y con razón, todo apuntaba a que era una mala idea – esto no es mas que un capricho de un niño tonto a cuál envolvieron con palabras bonitas. Créeme, ese chico debe estar riéndose de ti… debes abrir tus ojos, si te vas solo pasaras por una amarga verdad –

    - Te equivocas, abuelo – Yuri estaba seguro de los sentimientos de JJ, nadie lo haría pensar lo contrario o dudar de los mismos – sé que soy joven, pero no tonto. Jean es el amor de mi vida y yo deseo estar a su lado, quiero ir a San Petersburgo y casarme con él –

    - Por dios, eres solo un niño – Nikolai no estaba para aguantar más tonterías – mientras vivas en mi casa y estés bajo mi cuidado jamás te iras de Moscú. Ahora vete a tu cuarto y no bajes hasta que yo te llame para cenar –

    - Te odio, no sabes cuánto – Yuri no pensó en sus palabras o en lo que su abuelo pudo sentir, tampoco le importo mucho en ese momento. No espero mucho para planear su plan B, tan solo junto lo más necesario en otra mochila y abrió su ventana… fue fácil salir de la casa sin hacer ruido gracias a la nieve que amortiguo su caída.

    Ese mismo día Yuri tomo un tren hacia San Petersburgo, busco información sobre aquella pista que le describió JJ antes de irse, no fue tan difícil. Llego a las afueras del recinto deportivo, ingreso con cautela para no llamar la atención de algún guardia o profesor, miro por toda la pista alguna pista de JJ y nada… pareciera que era su día de mala suerte.

    - Mierda – maldijo, fue a un establecimiento de comida rápida a comer. Su cabeza se encontraba tranquila después de la comida y siguió buscando. No se alejó mucho del lugar, observaba con atención el rostro de todos los que entraba y salían… ninguno era su amado.

    Estaba a punto de rendirse cuando aquella risa característica de su novio lo hizo sonreír. Lleno de esperanzas corrió hacia dónde provenía la voz, sin esperar una escena que lo marcaria para siempre. En efecto, era JJ… pero, no estaba solo. Se encontraban sus padres, sus hermanos, dos individuos que parecieran ser amigos de la familia… y una chica de cabellos negros y mirada alegre de la misma edad que JJ. Ambos adolescentes estaban tomados de la mano y compartiendo un amoroso beso frente a los demás sin pena o vergüenza.

    - No… debe ser mentira – aun sin creer lo que veía Yuri salió de su escondite. Se acercó con lentitud hacia los Leroy, su presencia fue notada y entonces la expresión de Jean cambio por completo, su sonrisa se desvaneció a un rostro sorpresivo y hasta algo molesto – JJ… –

    - Cuanto tiempo sin vernos, amigo – no se esperaba que las emociones de Jean fueran tan cambiantes, fue tomado por los hombros en un abrazo de “amigos” – padres, señores, Isabela… necesito salir un segundo afuera con mi amigo. Tenemos meses sin vernos y me gustaría hablar de nuestras travesuras en privado – con fuerza jalo el delgado cuerpo del doncel hacia la salida del recinto, tuvo cuidado de no levantar sospechas de su familia y de alguien más.

    - JJ, por qué mentiste. Acabas de salir de Moscú hace dos semanas, no tenías que mentir de esa manera si no estabas preparado para presentarme ante tus padres –

    - ¿Qué haces aquí?... no debiste seguirme – Jean molesto podía verse aterrador, pero en realdad temía mas a la verdad que a nada mas – ven… te llevare a que esperes el tren de regreso – Yuri forcejeó, su novio actuaba extraño y él no estaba de humor para aguantar tonterías de varones.

    - NO – respondió zafándose del agarre de JJ – no me iré hasta que me expliques por qué mentiste sobre mí y la razón por la que esa chica te besaba sin vergüenza… se supone que tú y yo nos amamos, ¿Es así como demuestras cuánto me amas? –

    - Yuri, creo que es hora de decirte la verdad – Jean no podía esconder su sonrisa cínica, no pensó que Plisetsky fuera tan tonto – yo nunca te amé. Es verdad que me gustas y tu cuerpo me atrae mucho, pero nada más –

    - ¿Qué? –

    - Todo fue una mentira para acostarme contigo, eres tan pequeño e inocente y yo deseaba quitarte toda esa pureza. Me costó y lo sabes, siempre comienzan tan ariscos como tú, obvio con unas palabras bonitas cualquier ser cae al instante – Las lágrimas de Yuri se hicieron presentes – no llores… te ve tan feo cuando lloras, ni gatito – Jean intento limpiar el rastro de agua, pero una mano lo detuvo.

    - No vuelvas a llamarme así, maldito saco de mierda – no pudo evitar sentirse furioso, avergonzado más que nada y arrepentido por gritarle aquellas cosas a su abuelo… definitivamente se disculparía con él cuando regresara a Moscú – y me imagino que esa zorra es mi remplazo, o me vas a decir que ella no es igual de fácil que yo –

    - No te equivoques, gatito – JJ se molestó de verdad, tomo las mejillas del doncel con una mano sin miedo a apretarlas. Aun con el forcejeo de Yuri era inútil que se soltara del agarre – Isabela es el ser más hermoso del mundo, ninguna mujer o doncel se le tiene comparación y eso debe quedarte claro – prosiguió aun sin soltar al joven rubio – me podre acostar con decenas de personas, engañarlas y jugar con sus sentimientos… pero Isabela siempre me perdonara, porque ella sabe que somos el uno para el otro y sin importar nada llegaremos al altar para estar juntos toda la vida –

    - Ella es una tonta si desea pasar toda una vida contigo – Yuri tampoco pudo evitar soltar palabras llenas de veneno – créeme, algún día se dará cuenta de lo idiota que eres y se ira de tu lado para siempre. Entonces estarás solo, sin nadie que te amé. Ese día pensaras en mí y en todos los que has dañado –

    - Lárgate de mí vista antes de que te de la lección que necesitas – ya nada se podía hacer ahí. Yuri con mirada orgullosa se aleja del varón, sin dejar salir su verdadero dolor.

    - En verdad soy un estúpido – Yuri tomo sus cosas para volver hacia su hogar, ya no tenía nada más que hacer en San Petersburgo. Se dedicaría en lleno en su carrera para convertirse en un patinador estrella y enfrentarse al mismo JJ si fuera posible… darle una lección sobre el hielo.

    Pero en ocasiones, aun después de reflexionar sobre nuestros errores la vida no es compasiva y tiene muchas cosas más dolorosas que mostrarnos, sin importar que tan fuerte somos o que tan preparados nos encontramos para enfrentar ese desafío.

    - Doncel solo sobre el centro, no hay nadie alrededor… podemos actuar – un hombre escondido en la esquina de un edificio miraba a Yuri con una sonrisa. Su compañero se acercó hacia el pequeño doncel, tomando entre sus manos una de sus mochilas.

    - OYE, MALDITO – Yuri no pensó dos veces, comenzó a perseguir al hombre quien huía por las calles. Cada vez se acercaba más, su resistencia física era increíble y en muchas ocasiones eso lo ayudaba. Aunque nunca se esperó que, en una de las vueltas lo llevara a un callejón donde a parte del hombre que le robo se encontraran otros dos… tomándolo desprevenido – SUELTENME MALNACIDOS… NO SABEN CON QUIEN SE ESTAN METIENDO –

    - Tranquilo, dulzura… pronto estarás en un lugar mejor – no supo que paso después, tan solo cayó en un sueño profundo. Al despertar se dio cuenta que ya no eran las calles de la ciudad, sino una oficina donde una mujer estaba frente a él.

    Lo que ocurrió después de eso… es el actual presente de Yuri.

    ~•~•~•~•~•~



    - No trabaje con los hombres enseguida, fueron unos largos meses siendo mesero hasta que Lilia se enteró de que ya no era virgen – rio al recordar eso – dijo que, si aun siendo pequeño ya deseaba tener la compañía de un cuerpo ajeno, entonces no tendría problemas con hacerlo para vivir –

    - Lilia… puede llegar a ser un monstruo – Yūri temía por su propia existencia al escuchar los relatos de Yuri. De seguro Lilia no tendría ningún problema en ponerlo en las manos de los hombres luego de que su retoño naciera… y eso le provocaba escalofríos.

    - Ahora que me puse a analizar lo ocurrido con JJ, es lo mismo que paso con Viktor – Yūri pensó lo mismo. El destino podía ser cruel más de una vez – al parecer los varones no me ven más que como un chico fácil y tonto. Otabek debe pensar igual –

    - No, Otabek no es así – dijo Yūri sin miedo a equivocarse – él es diferente, tan solo debes escucharlo con atención y él te dirá sus razones –

    - No lo creo – susurro con decepción. Estaba seguro que después de lo que vio Otabek estaba enamorado de Yūri. Y como no estarlo, aun en un lugar lleno de lujuria pareciera que era un ángel lleno de luz, esperanza y sobre todo pureza.

    - ¿Comenzaste a drogarte después de eso? – pregunto Yūri con interés.

    - Fue después de decimo viejo – respondió Yuri – el dolor era insoportable. Tan solo el pensar en cómo me tocaron y decían durante el acto… era repugnante – suspiro, no le gustaba pensar en eso – se sentía bien estar fuera de mis sentidos –

    - ¿Son Chris y Mila quienes te consiguen la heroína? –

    - No, ellos no saben que me inyecto eso. Tan solo me dan alcohol, cigarros y en ocasiones marihuana para divertirnos un rato – después de todo si tenía amigos, nunca se le ocurrió que esos dos tontos podían ser tan cálidos con él – Mila me mataría si se entera. Su hermano murió por la heroína, ella la detesta – fue bueno hablar de sus problemas con Yūri, ahora sabía que nunca estuvo solo.

    - Lo dejaras, ¿No? –

    - Es difícil, ya lo he intentado… necesito algo más fuerte para evitar que me de ansiedad –

    - No, tan solo necesitas apoyo – definitivamente Yūri era un ser puro – tendremos que decirle a Chris y a Mila de esto, ellos también deben saber lo que estuviste pasando y lo que pasara –

    - Cerdo… eres un chismoso sin remedio – ya no podía discutir con Katsuki sobre nada, él tenía razón, sobre todo, necesitaba ayuda urgente y apoyo. Ya no lucharía mas solo, tenía con quien hacerlo – tendré que darte un premio por las molestias ocasionadas –

    - Yuri, está bien. No necesitas dar… – Yūri no supe con qué fuerza o el movimiento exacto con el cual fue derribado en el colchón de esa cama. Tampoco supo cuándo o como termino Yuri sobre su pecho, teniendo sumo cuidado de no recargarse en su vientre o lastimarlo – Yuri… ¿q-qué haces? – pregunto con vergüenza. El contacto fue acortado en segundos, un beso delicado fue puesto sobre los labios de Katsuki.

    - Lo que a cualquier morboso le gustaría ver… o leer –

    No termino ahí. Rápidamente los labios de Yuri tomaron la iniciativa nuevamente, profundizando el beso a uno más fogoso. La lengua de Plisetsky pedía entrar más allá de los dientes de Katsuki, se unieron ambos músculos danzando entre jadeos de excitación y un creciente mar de saliva… la cual resbalaba por la comisura de los labios del japonés. El placer de ambos cuerpos se elevaba, sus mentes quedaban con rapidez en blanco… de no ser porque el bebé comenzó a manifestarse las cosas hubieran subido de nivel.

    - Espera, el pequeño cerdo me hizo sentir avergonzado – Yuri comenzó a sentirlo ya que su trasero estaba pegado sobre el estómago hinchado de Yūri.

    - No parecías para nada avergonzado – Yūri se separó del doncel ruso cuando comenzaron a incrementar las patadas a su vientre – lo siento, creo que te moleste –

    - No es nada, cerdo – contesto Yuri. Acomodándose nuevamente la ropa en su lugar.

    - No te decía a ti, pequeño pervertido – Yūri no estaba molesto, solo avergonzado. Siendo doncel nunca creyó sentir placer de otro doncel… era un tabú para la “sociedad normal” – al parecer tienes practica al besar donceles –

    - Mis clientes no solo son varones. He tenido mujeres y donceles, tanto abajo como sobre mí – Yuri no evito reír, por primera vez Yūri molesto lo divertía en verdad.

    - Sonriendo te vez muy lindo, como un niño –

    - Este niño acaba de provocarte una erección – Yūri comprendió que ahora no era mas que Yuri el payaso. Ojalá siempre fuera así con él – mami, ¿No me darás el beso antes de dormir? –

    - Un niño muy malcriado – Yūri se acero al rubio y sin pena beso los labios de este. No profundizó, tan solo fue un beso tranquilo antes – descansa –

    - Tu también, gracias por todo – solo sonrió.

    Ambos habían roto un gran muro que los separaba. Ya nada volvería a ser igual, para alegría de todos podía ser de manera positiva en sus vidas.

    Yuri habia pasado por cosas dolorosas y aun ocurrían en su día a día. A pesar de todo ya no se sentía dentro de un profundo hoyo sin fondo o salida. Ahora tenía a Yūri, quien creía en el sin problema y velaba por él. También tenía a Chris y a Mila, siempre apoyándolo a pesar de sus tonterías… ellos comprenderían todo, estaba seguro. Y más importante, ahora tenía a Otabek, no podía asegurar que estarían siempre juntos. Pero ahora, el corazón le decía que no lo dejara ir.


    Continuara...


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    UFFF, LA COCHINADA MORBOSA DEL FINAL FUE PENSADA PARA UN PÚBLICO IGUAL DE PUERKO QUE YO... NO SE SI A TODOS LES GUSTE, PERO A MI SIP. GRACIAS A TODOS POR LEER Y COMENTAR, NOS VEMOS EN LA PRÓXIMA ACTUALIZACIÓN.

    KUROSHIRO FUERA... :]
  4. .
    HOLA, HOLA... KUROSHIRO DE REGRESO. TRAIGO UN NUEVO CAPÍTULO, ESPERO LES GUSTE. DE AHORA EN ADELANTE LA INTENSIDAD AUMENTA Y TODO PUEDE PASAR, O MÁS BIEN DE TODO UN POCO OCURRIRA.

    ~The Purpeter~: Graciar por leer y comentar. Aunque las notificaciones no te lleguen el capítulo aquí estará siempre, por eso no te preocupes. Viktor es un desgraciado que como siempre le sale todo a su favor en la vida. Esperemos todo vaya bien para Yuuri, y más con ayuda de Phichit y Otabek.

    Anne onodera takano: Gracias por leer y comentar. Es una suerte para Otabek encontrarse con Yuuri, al igual para Yuuri que haya sido Otabek quien termino encontrándolo primero.


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    CAPÍTULO XVIII: Fragmentos del pasado




    - Seung, calma… que mi cuerpo no da para más –

    - No puedo creerlo – se quejó Seung sin importarle el sufrimiento de su pareja mientras ambos subían unas largas escaleras en una montaña, en algún lugar dentro de las tierras chinas – eres un patinador artístico con pésima condición física. Cialdini estará sucumbiendo de la vergüenza al percibir a su pupilo en tan patética acción –

    - No hablemos de Celestino en este momento… es como si quisieras invocar al mismo diablo – Phichit uso toda la fuerza que sus piernas podían ofrecerle para alcanzar el paso de Seung.

    No tardaron más que unos minutos en divisar una pequeña aldea después del gran recorrido. En aquella aldea se encontraba viviendo en la actualidad un joven ex patinador: Guang Hong Ji. Caminaron por unas cuantas casas más, los niños que corrían por las casas notaron la presencia de los extranjeros y comenzaron a seguirlos mientras corrían a su alrededor, llamando la atención de los jóvenes entre risas y juegos.

    - Mira, amor… los niños quieren jugar con nosotros – decía Phichit con entusiasmo al empezar a juguetear con los pequeños.

    - Que bien – respondió con desinterés ya que los niños no eran su mayor alegría – llegamos a la residencia de los Ji – los niños dejaron por fin a la pareja. Al acercarse a la casa se percataron de la presencia de un niño de no más de siete años.

    - Hola, pequeñín… ¿Está tu mamá? – el rostro del niño reflejaba todo menos confianza, termino lanzado un puño de tierra sobre la cara de Phichit.

    - MAMI – grito el menor, adentrándose en la vivienda.

    - Ese niño si me gusta – admitió Seung sin mucha vergüenza – ese debe ser el hijo de… –

    - Phichit, ¿Eres tú? – un joven doncel salía de la casa, junto a él aquel niño – si eres tú. Me alegra verte después de tanto tiempo – sonrió Hong Ji.

    - Hola, Hong Ji– con la cara aun cubierta de tierra Phichit expreso una cálida sonrisa.

    Los adultos tomaron asiento dentro de aquella casa. Un lugar cálido y amoroso, según demostraban las fotografías familiares.

    - Estoy muy contento de ver que tienes pareja – dijo con alegrías el joven chino, se acercó a la mesa con unas tazas para el té – pensé que terminarías casándote con tu celular o con Celestino –

    - Pensaba lo mismo al inicio – confeso Seung con seriedad mientras tomaba su taza.

    - OYE… todavía con mi celular, ¿Pero porque me casaría con Celestino? – ambos donceles rieron. Phichit recordó el pasado, cuando Yūri y Hong Ji se reían juntos por tonterías, de nuevo la culpa invadió su cabeza. Todo se tornó más serio – Guang… quisiera saber si has tenido contacto con Yūri en los últimos meses –

    - ¿Con Yūri?... No realmente. Deje de saber de él cuando se casó con Nikiforov. Recuerdo que cambio su número de celular y era la única manera de comunicarnos – contesto entristecido – ¿Ocurrió algo con Yūri? – el tono de preocupación rápido invadió al pequeño chino. La pareja se miró mutuamente antes de hablar.

    - Yūri sufrió mucho con Nikiforov. Desde un principio él nunca lo amo, lo trato mal e hizo que se enfermara – Phichit estaba molesto, su voz era muy amarga – hace poco ocurrió una tragedia, Yūri golpeo varias veces a Viktor con un marco, estuvo a punto de morir –

    - Dios… ¿ Y Yūri está en prisión? –

    - No, escapo después de aquello. Desde entonces nadie sabe sobre el paradero de Katsuki – contesto Seung – por lo mismo hemos venido hasta aquí, pensamos que tal al ser su único amigo fuera de Rusia y el más cercano sabrías algo sobre el paradero de Katsuki –

    - No, lo siento – Guang Hong Ji lamento no ser de ayuda para su amigo Phichit, de igual manera se lamentó el hecho de no haber buscado a Yūri en el pasado.

    Hace siete años atrás Yūri, Phichit y Hong Ji eran muy buenos amigos, sobre todo los dos donceles. Ambos jóvenes y llenos de sueños estaban dispuestos a darlo todo. Hong Ji soñaba con ser un chico lindo, que al verlo sobre el hielo apreciarían su lindura… y convertirse en un actor en películas de Hollywood. Mientras Yūri se veía más como una estrella en el hielo y llevar el orgullo a Japón, siendo la primera vez de un doncel en ser una representación famosa de origen japonés.

    Pero el destino quería otra cosa para el joven Guang. Conoció a un chico dos años mayor que él, Leo de la Iglesia es su nombre y era un patinador de igual manera… ambos se enamoraron. Y así de rápido como ocurrió con “Romeo y Julieta” o “Jack y Rose” se enamoraron a primera vista. No fue como muchos pensaron, sobre que en la locura adolescente Guang quedo embarazado por Leo, sino que, aun con las represalias que podían tener por parte de sus familias por ser jóvenes, ambos se casaron en secreto poco después, huyendo a lo más profundo de un bosque en China. Su bebé llego meses después: Guang Huan Yue, su alegría como el significado de su nombre.

    Perdió el contacto con Yūri un año después de que su hijo nació, de igual manera Phichit ya nunca lo frecuento… aunque hablaban debes en cuando. Su familia siempre fue más importante que nada en el mundo, pero su amigo japonés era un ángel que no merecía sufrir… inocente, y si tal vez hiso aquello fue porque no tuvo de otra. No se quedaría con los brazos cruzados.

    - Llegue, cariño – una voz familiar se escuchó desde la entrada de la casa, Leo llego del trabajo y fue una sorpresa encontrarse a un viejo amigo sentado en la sala… y el acompañante de este – Phichit, cuanto tiempo… y, ¿amigo de Phichit? –

    - Leo… gracias por llegar – Guang se levantó del suelo con una chispa extraña en su mirada, camino hacia la habitación del matrimonio y cuando salió cargaba una niña recién nacida en los brazos – necesito que cuides de Huan Yue y a Mei Ling por un rato. Por cierto Phichit, ella es mi hija… acaba de nacer el mes pasado –

    - Wow, no esperaba escuchar eso – Phichit se levantó para cargar a la pequeña, mientras por muy sorprendente que sea el niño se sentí más cómodo con Seung.

    - Amor, ahora que ocurrencia tienes – Leo sabía que aquella mirada determinada significaba una aventura nueva (o una locura) por parte del doncel.

    - Iré a buscar a mi padre, el sabrá mover sus hilos y ayudarnos a encontrar a Yūri aunque se encuentre en la Antártida.

    - ¿Buscaras al Señor Guang?, es una locura… – Leo se sorprendió, pero sabía que aquello de buscar a Yūri era muy importante.

    - Por qué el padre de Hong Ji suena tan peligroso – Phichit estaba confundido, Leo rascaba su cabeza nervioso.

    - Hong Ji es hijo de un mafioso, el Señor Guang es dueño de todo el mercado de armas de China y tiene contacto con el bajo mundo de la compra-venta de esclavos – tanto el tailandés como el coreano no se esperaban aquella revelación.

    - Cuida bien de los niños, Leo. Regresare cuanto antes – un beso dulce fue dado entre el matrimonio, Hong Ji salió con determinación hacia casa de su padre.

    - Estoy tan enamorado de él – Leo suspiro enternecido, nunca podría tener a una persona más hermosa en su vida que no fuera su esposo y sus hijos.

    - Leo de la Iglesia… ¿Tuviste los cojones para follarte al hijo de un mafioso y aparte embarazarlo? – Leo no respondió, tan solo sonrió más ampliamente y abrazando a su hijo con cariño.

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    - El frio hará que tu estado físico empeore, Viktor – sin muchas intensiones de obedecer el varón de cabellos platinados se alejó de la ventana cerrándola tras de si – tu estado aun es delicado. Tuviste una cirugía y cualquier descuido puede causar alguna tragedia – hablaba con afirmación, ya que los mismos médicos le habían ordenado alejar a Viktor de las pistas, salidas hacia el exterior y hasta de abrir un refrigerados. Así que por decisión propia llevo a los dos Nikiforov a su hogar. Ahí podría vigilar a Viktor con más tranquilidad.

    - Me siento un pajarillo dentro de una jaula – se quejó Nikiforov, volviendo hacia el sofá junto a Makkachin – esto de estar en casa las 24 horas del día es cansado. He visto la programación de todos los canales, hasta los programas de chismes –

    - De todos son los que más te gustan, Viktor… siempre te alienta el hecho de que hablen de ti – Yakov sabía que el ego de Viktor era grande, demasiado para su gusto… por lo menos le pedía discreción ante los demás, así evitarían habladurías sobre su persona.

    - Ahora no dejan de hablar de Yūri y su posible localización – Viktor tomo una bolsa de comida chatarra nuevamente para continuar comiéndola, llevaba dos días ahí abierta – dice que puede estar en Detroit o en Japón, muchos también sospechan que huyo a Corea del Norte… ¿No es emocionante? –

    - Viktor, deberías de dejar de ver eso – Yakov intento tomar el control remoto y fallo. Le molestaba más el hecho de que Viktor no se tomara en serio todo aquel odio que las personas estaban tomando en contra de Yūri. Aun con sus acciones, nadie merecía ser odiado o maldecido en televisión abierta – piensa un poco en el bienestar de tu hijo, ¿Crees que merece escuchar como destrozan a su madre en los medios de comunicación? Yūri debe de estar llorando o asustado solo por ahí –

    - No pensó mucho en las consecuencias cuando me golpeo en la cabeza hasta el punto de casi matarme… tampoco pensó en su hijo cuando lo dejo ahí en el departamento conmigo muriendo frente a sus ojos – Viktor se expresó, pero en realidad no perdió de vista el televisor y más insultos hacia Yūri – es más, no sé exactamente dónde está… pero te puedo asegurar que en Japón o en Detroit no está. Fácil, nadie lo espera ahí –

    - Yūri también tiene familia – aquel comentario nada hizo reír al joven.

    - El padre de Yūri es una persona muy conservadora, orgullosa y estricta. Se llevó una gran decepción cuando su hijo doncel salió embarazado a tal grado de nunca buscarlo o llamarle. Ahora que su hijo también es un criminal la vergüenza hacia su Yūri creció. Creeme Yakov, nunca en la vida querrá verlo nuevamente –

    - Viktor, ¿Estas disfrutando todo esto?... Saber que Yūri no tiene a nadie a su lado y tal vez esté muerto de miedo te fascina – no podía creer el rencor que podría tener aquel que, durante años crio como su propio hijo… ahora no era más aquel joven adolescente bajo su cargo, era más que un monstruo sediento de venganza y rencor. Y no sabía si aquellos sentimientos lo envolverían a él también, después de todo… Yakov obligo a Viktor a unir su vida con el pobre doncel.

    - No – respondió con una simple palabra – tan solo soy un hombre herido, en recuperación después de ser casi asesinado por un doncel que, irónicamente, era mi pareja – un tono melodramático exagerado alerto a Yakov para no tomarse en serio nada – a pesar de todo, estoy preocupado por mi esposo… ¿Dónde estará mi Yūri? – rio por la pregunta.

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    - Sabia que no podía confiar en nadie – aquella voz juvenil alerto a los presentes, interrumpiendo su tan anhelado rencuentro.

    - Yuri… –

    - Yura… –

    Los ojos verdosos están inyectados en ira, el ceño fruncido del joven junto con los puños cerrados y la respiración alterada alerto a Katsuki. Rápidamente se alejó de Otabek, detecto preocupación en el rostro de Altin…

    - Yuri, debes calmarte – Yūri se acercó con lentitud hacia el doncel más joven, pero una cachetada rápidamente fue dada a su mejilla izquierda. Otabek se alteró, tomando entre brazos al doncel japonés, crispando más a Yuri por apreciar aquella escena.

    - YURA – Otabek asustado de que algo le pudiera pasar a Yūri, con mucha molestia levanto la voz hacia Yuri – pudiste haber lastimado al bebé, ¿Qué no lo comprende el estado de Yūri? –

    - Lo que pase con ese bastardo no debe de importarme – Yuri no era consciente de la actitud tomada, tan solo estaba dolido – eres un mentiroso. Pensé que podría confiar en ti y en lo que decías tener hacia mi… pero veo que no eres diferente a todos esos varones idiotas que me follaron antes. Eres igual de mentiroso, egoísta y traicionero –

    - De qué estás hablando, estas confundiendo las cosas – rápidamente pudo aclarar su mente, ahora veía lo que Yuri pensaba. Intentando sacarlo de su equivocación se acercó hacia el doncel rubio, siendo golpeado de una manera cruel por unos puños.

    - Esta más que claro lo que sientes por el cerdo... siempre es por el cerdo – el dolor comenzó a invadir sus palabras – y tú… deberías estar avergonzado – se dirigió hacia Yūri – en el estado en que te encuentras no deberías comportarte como una zorra. SIEMPRE, SIEMPRE ERES EL CAUSANTE DE MI DESDICHA… TU Y TODOS LOS VARONES –

    - Yuri, escúchame – nuevamente Otabek se acercó de manera inútil.

    - LARGATE DE AQUÍ… QUE NO VEZ QUE ES POR TU CULPA QUE ME SIENTA ASI – las lágrimas resbalaron por sus mejillas, intentando ahogar su sollozo para no verse más patético que en ese momento – TE ODIO, A TI Y A TODOS LOS VARONES DE ESTE MUNDO… ERES UN CERDO, MENTIROSO Y MALNACIDO… ALEJATE DE MI Y NO VUELVAS –

    - Otabek – Yūri saco al varón de la habitación cerrando la puerta tras de si – no sé qué vinculo tengas con Yuri, pero tratare de arreglar todo para que ambos estén juntos –

    - No. Tu y yo debemos irnos de aquí – Otabek con el dolor que cargaba en el alma por el desprecio de Yuri tuvo que aguantar su tristeza para estar firme y darle seguridad a Yūri. Después de todo tenía que ayudarlo, sacarlo de ese lugar y llevarlo junto a Phichit y Seung fuera de Rusia – debes venir conmigo, te llevare a un lugar seguro – pero Yūri lo rechazo.

    - No puedo… no debo hacerlo todavía – el rostro de Otabek se horrorizo, su desesperación le estaba ganando.

    - No sabes lo que dices, ¿Estas bromeado acaso? – tomo a Yūri entre los hombros para poder mirarlo cara a cara – Phichit, Seung y yo estábamos desesperados. Desapareciste sin dejar rastro y ahora la policía piensa que eres un presunto asesino. POR DIOS, ellos no saben lo que Viktor te hacía. Necesitas salir y aclararle a todo el mundo el monstruo que en realidad es Nikiforov… tu hijo necesita de tu apoyo de igual manera –

    - Nadie me necesita, mucho menos Iván – aclaro Yūri con dolor – él me odia, me lo dijo y por eso lo deje con Sala… porque estaría mejor sin mí… me arrepiento, pero creo que ser más feliz al lado de Yakov y Makkachin –

    - Viktor está vivo y acaba de salir del hospital – la expresión de Yūri no era positiva, pero aun así no dejaría el Zamok Ice – por favor, debes regresar con tus amigos –

    - No puedo, no aun… no sin Yuri – entonces Otabek entendió todo – él se quedaría solo nuevamente. Aunque diga odiarme y yo en ocasiones no lo soporte, es un niño… me necesita, también de ti –

    - Acaba de correrme de su habitación, me detesta – rio frustrado.

    - No, solo está dolido. Créeme, se siente traicionado nuevamente, y por mi culpa – Yūri no podía evitar preocuparse por Plisetsky. A pesar de todo lo ocurrido, las palabras crueles de su parte… no podían simplemente abandonarlo.

    - Yura te necesita, pero de igual forma tu hijo te necesita… ¿Dejaras que su mente sea envenenada por Viktor en tu ausencia?, ¿Vivirás tranquilo sabiendo que ese niño vivirá odiándote y pensando lo peor de ti?... ¿Estarás bien con ello? –

    - No será por mucho tiempo, solo hasta que nazca mi hijo, prometo irme junto a ti y Yuri. Pero necesito un plan, uno para Lilia no sospeche nada, ella es demasiado peligrosa y podría hacernos daño – Yūri tomo las manos de Otabek de manera tan delicada que podías percibir el calor y el cariño que quería transmitir, la calma con la que quera pedirle ese gran favor – necesito que finjas no haberme visto, tienes que actuar como si nada hasta que yo te diga –

    - No puedo, lo siento… simplemente no puedo – Otabek estaba alterado, ¿Cómo era posible que pidiera eso? Tenía que contarle a Phichit donde se encontraba y con ayuda de la policía cerrarían ese lugar… así podría liberar a ambos Yuri's. Pero luego pensó en que Yūri seria arrestado en cuanto saliera a la luz su nombre, de igual manera tomarían a los trabajadores de ese lugar (Chris, Mila y Yura entre ellos) y los encerrarían por prostitución… perdería todo de igual manera – está bien, pero debe ser pronto… en cuatro meses nacerá tu hijo. No podemos esperar tanto –

    - Tenemos que esperar ese tiempo. Te aseguro que sé lo que estoy haciendo, déjame todo en mis manos – Yūri se encontraba seguro, podía notarse en sus bellos ojos marrones esa pequeña y resplandeciente llama roja que resaltaba a pesar del cristal de los lentes – ¿Es un trato? –

    - Yūri, no tenemos otra opción – dijo resignado, tenía que seguir el plan de Yūri.

    - Ahora vete. Tengo que hablar con Yuri, sobre todo esto – rápido el varón kazajo bajo y salió del lugar. La excusa fue que Yuri no se sentía bien y estaba siendo atendido por el nuevo doncel, Lilia no sospecho nada sobre algún laso amistoso entre Yūri, aunque este fue patinador en el pasado… la voz de Otabek no hacía sospechar nada.

    Yūri dudo unos segundos sobre entrar a la habitación del joven doncel. No quería molestarlo en ese momento, debía encontrarse destrozado y dolido si pensaba que Otabek tenía un sentimiento diferente hacia su persona. Suspiro con calma, dándose valor para entrar al cuarto. Logrando hacerlo comenzó a llamarlo.

    - ¿Yuri? – el doncel se escuchaba en el baño, pero no haciendo alguna necesidad del cuerpo. Yūri entro al ver que la puerta no estaba cerrada por completo, encontrándose con la escena más lastimera que pudo ver – YURI POR DIOS –

    - A-Aléjate de mí – lloraba sin darse cuenta, entre su inconsciente ser trata de alejar aquello que lo estaba lastimando. Una gran aguja se encontraba inyectada en su brazo… era heroína – no te necesito ni a ti, ni a nadie –

    - Por qué haces esto, eres tan pequeño y te inyectas esta mierda – Yūri tenía miedo, miedo de que en cualquier momento pudiera pasar lo peor… nunca en su vida había consumido ese tipo de droga y no sabía cómo eran sus consecuencias.

    - Llevo inyectándome desde que llegue aquí, estoy acostumbrado a esta mierda – si ningún cuidado saco la jeringa de su brazo lanzándolo a una esquina del baño. Yūri se acercó más al chico, pero este enfureció, aunque sus movimientos no eran muy rápidos, estaba mareado y débil.

    - Te llevare a la cama y no me importa si me dices todos los insultos que tengas en ruso… esta vez te ayudare – Yuri no protesto, se encontraba demasiado mareado para luchar, tan solo se dejó cargar y fue depositado con cuidado en su bella cama – ¿Te encuentras mejor? – no respondió a la pregunta del japonés, tan solo lo vio cómo se alejaba de su lado hacia el baño para recoger su desastre. En el piso estaban los vidrios del espejo y algunos rastros de sangre.

    - Lilia no debe saber que me drogo. Enloquecería y terminaría muerto por sus manos – en realidad tan solo lo reprendería y castigaría un tiempo, pero no quería arriesgarse a cualquier otra cosa. Conocía a la mujer y era de temer.

    - No estoy de acuerdo con que consumas drogas, créeme que iría con Lilia en este mimo momento para decirle todo –

    - No lo hagas… esta mierda es la única que me mantiene cuerdo después de que algún viejo se excede con sus tratos. Si me la quitan tendré que soportar muchas cosas, demasiadas… ya no quiero seguir aguantando todo ese dolor consiente – las lágrimas de Yuri eran de desesperación, miedo y suplica – hare lo que quieras, por favor –

    - Bueno, eso se escucha bien – Yūri no lo pensó mucho, sabía lo que quería preguntarle a Yuri y ahora este tendría que responderle – quiero saber todo de tu vida. Desde el inicio hasta el ahora –

    - ¿Para qué quieres saber eso?... Tan solo te burlarías de mi – Yuri no estaba sorprendido, tampoco asustado por algo que su pasado podía revelar. Tan solo tenía miedo, de ser escuchado y no ser tomado en cuenta… que le tengan lastima, o peor, que Yūri se burlara de él. Como su primer amor que resulto mal, o como Viktor llego a hacerlo cuando le prometió amor eterno.

    - Quiero ayudarte, Yuri… en verdad quiero hacerlo – Yūri fue sincero desde el comienzo, si quería el apoyo del doncel ruso en su plan necesitaría que este tuviera plena confianza en él y en Otabek – he pasado cosas horribles por mis terribles decisiones, y hay cosas que lamento y otras que no. Me he dado cuenta que en muchas cosas tu y yo somos muy parecidos… entonces debiste pasar cosas horribles, peores que yo me atrevo a decir, tan solo siendo un niño –

    - No te equivocas, en parte. Tu y yo nunca seremos iguales, ni parecidos – contesto Yuri – pero… me he equivocado muchas veces y no puedo perdonarme por ello –

    - Yuri, cuéntame todo – Yūri acerco su mano hacia la del menor, entrelazándola y acariciándolo con la otra.

    - Si, lo hare – respondió con aprobación, la sonrisa de Yūri no se podía ocultar por la respuesta.

    El relato del pasado de Yuri comienzo. La historia de un pequeño doncel que con todo el deseo inocente de su corazón quería convertirse en un patinador sobre hielo, una bella hada o un poderoso tigre. Que gracias a la horrible realidad y decisiones erróneas los sueños de esta joven criatura morirían entre el mismo hielo frio que una vez logro calentar su espíritu.


    Continuara...


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    CADA VEZ SE PONE MÁS Y MÁS INTERESANTE TODO AQUI. AHORA DESCUBRIREMOS UN POCO DEL PASADO DE YURI, DEL COMO Y CUANDO LLEGÓ AL ZAMOK ICE... Y SOBE TODO POR CULPA DE QUIÉN.

    GRACIAS POR LLEER Y COMENTAR, NOS VEMOS EN LA PRÓXIMA ACTUALIZACIÓN.

    KUROSHIRO FUERA... :]
  5. .
    HOLA, HOLA... KUROSHIRO DE REGRESO. LES TRAIGO LA ACTUALIZACIÓN DE MI FANFIC. ESPERO LES SIGA GUSTANDO, AHORA CON TODO ESTE DRAMA QUE ESTA OCURRIENDO ESTAMOS DANDOLE CONDIMENTO A LA HISTORIA... GRACIAS POR EL APOYO.

    Anne onodera takano: Gracias por leer y comentar. Al fin los tres juntos para buscar a Yuuri en verdad, porque la policía no estaba muy a favor de eso... a menos que sea para castigarlo. Viktor no ha hecho mucho esfuerzo, Iván lastimosamente a tomado la decisión de odiar a Yuu por su cuenta.


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    CAPÍTULO XVII: Encuentros y sentimientos




    - Yūri comenzó a comportarse de manera extraña desde el día de la competencia de los pequeños donde participo su hijo. Tuvo un fuerte mareo, después de ese día no lo volví a ver… hasta que supo los acontecimientos en las noticias – Otabek con amabilidad invito a aquellos amigos de Yūri a su hogar, el cuarto de un gran hotel en el centro de la ciudad – desde entonces salgo en mis horas libres para buscar a Yūri –

    - Me siento tan miserable por no hacer nada. Tu estuviste a su lado, por lo menos tienes el derecho de sentirte importante en la vida de Yūri. Yo… yo lo abandone cuando más me necesitaba – expreso Phichit con impotencia, con ira contenida golpeo el costado de la cama.

    - Aun si hubieras estado con él, no creo que haya pedido ayuda… si no, el señor Altin pudo también ayudar con lo que sea que estuviera pasando con Katsuki – a Seung le dolía ver a su pareja cargar con tanta culpa, cuando él tan solo se alejó de Yūri para que este pudiera tener un poco de razón por el mismo y alejarse de Nikiforov. Eran de las pocas cosas que lo hacían molestar, y cuando encontrara a Katsuki lo haría pagar por hacerle eso a su amor.

    - Créanme que si hubiera sabido sobre el estado de Yūri en ese momento nunca hubiera permitido que se fuera junto a Nikiforov ese día. Me arrepentiré de por vida si algo malo le ocurre – de igual manera Otabek se culpo.

    - En vez de lamentarse, deberían comenzar a idear un plan para buscar a Katsuki fuera de Rusia – ambos varones miraron al doncel, desconcertados por las palabras – si… de seguro él huyo de Rusia cuando paso todo, es razonable después de lo ocurrido –

    - Puede que tengas razón – Phichit analizo lo dicho por Seung – en este momento Yūri no tiene ninguna razón para quedarse en un país en el cual si lo ven rápidamente seria arrestado. ¡¡Tenemos que irnos a China!! – se levantó de la cama motivado.

    - ¿Por qué a China? – pregunto Otabek.

    - Por Guang Hong Ji – respondió – él era un doncel muy cercano a Yūri en la época en que competía. El chico se retiró antes que Yūri por la misma razón que él… pero sin el esposo desgraciado –

    - Y que estamos esperando – Seung se alegró por la emoción en el rostro de su pareja, lo apoyaría en lo que sea.

    - Es que... – apenado Phichit comenzó a reír – el dinero no es suficiente para regresar después a Tailandia en caso de que fuéramos a China –

    - Yo les daré el dinero – dijo Otabek sin chistar – se trata de la seguridad de Yūri y su bebé, cualquier cosa que pueda ser una pista a su paradero debe ser investigada a como dé lugar –

    - Altin, GRACIAS – Phichit no podía estar más agradecido con el joven varón – cuando encontremos a Yūri juro que te devolveré este favor. Vámonos Seung – salió disparado de la habitación, olvidando por completo el cheque en manos de Otabek.

    - Altin, te agradezco todo esto – Seung tomo el cheque y lo guardo en el interior de su chaqueta (tenia bolsillos largo para ocultar dinero o papeles) – sé que Katsuki tiene un significado muy importante en tu vida, de la misma manera que lo es para Phichit. En serio, agradezco de corazón lo que estás haciendo –

    - Por mi trabajo debo quedarme más aquí, si no los acompañaría – dijo Otabek con algo de tristeza – por favor, encuéntrenlo y tráiganlo aquí – Seung asintió, saliendo de la habitación y cerrando la puerta.

    El plan resultaba muy bueno, estaban seguros de encontrar alguna señal de Yūri fuera de Rusia. Sin saber, que dentro de un lugar en los barrios rosas de la misma ciudad se encontraba Katsuki, escondido y temeroso de la vida fuera de ahí. Ignorante de que afuera hay gente preocupada por su bienestar.

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    - Maldita sea, ¿Qué estás haciendo en mi habitación? – Yuri no se llevó una gran alegría en notar al japonés dentro de su dominio. Tan solo había salido una hora, y ahora estaba planeando darle unas buenas patadas.

    - Lilia me mando a limpiar tu habitación, dijo que debíamos aprovechar ahora que nos llevábamos mejor – una palmada en el rostro de Yūri por parte de Yuri hizo que se cayeran los lentes al piso.

    - Déjame aclarar algo que creo que Lilia, y al parecer, tu estúpido e imbécil ser no comprenden aun – con tono y pose amenazante se acercó más hacia Katsuki, agarrando con fuerza del cuello de su camisa atrayéndole hacia su rostro (ya que Yuri era más delgado, Yūri tuvo que agacharse) – que en este momento no este aplastando tu rostro hacia los cristales de mi ventana para que se rompa el vidrio sobre todo tu maldito y gordo rostro, no quiere decir que de la nada eres mi mejor amigo… PORQUE NO LO SOMOS –

    - L-Lo sé… – Yūri cayó sobre la cama, por suerte – yo tampoco estoy muy contento de estar aquí –

    - Entonces… ¿Por qué sigo viendo tu cara en este momento? – Yūri ignoro por completo las palabras de Plisetsky, y como lo estaba haciendo antes de que llegara comenzó a doblar la ropa del chico doncel.

    - Lilia fue clara con el hecho de que limpiara, ya lo hice… aunque también debo doblar y guardar ropa – con cuidado doblaba las prendas, la mayoría ropa interior – me da un poco de escalofríos que la mayoría sea ropa íntima, como este Baby Doll. Lo recuerdo perfectamente – levanto un conjunto de color blanco con encaje de un amarillo claro, muy hermoso.

    - ¿Y tú cuando me has visto con ellos puesto? – exclamo Yuri con violencia, al verse avergonzado de que alguien que odiaba como Yūri tocara sus cosas.

    - No sé si ya lo olvidaste, pero mandabas foto tuyas mientras mi marido tenia sexo contigo – rápidamente el rostro de Yuri se coloreo – este fue uno de los primeros conjuntos que te vi. En ese tiempo me desagrado tanto que no pude mirar la foto más de cinco segundos. Ahora puedo apreciar la belleza del tipo de encaje que utilizaron en el… y lo hermoso que luce con tu tono de piel – confeso sin problema, haciendo que Yuri se avergonzara más por olvidar tan pequeño detalle.

    - Y qué. De la nada se te olvido que yo fui el amante de tu marido y comienzas a tratarme con amabilidad, no me jodas – a Yuri más que molestarle la presencia de Yūri, era molesto verlo actuar como si nada hubiera ocurrido. Las pocas veces que hablaban lo trataba como igual y nunca le hacía mala cara… al contrario de él – por lo menos ódiame, pégame o desquítate con palabras hirientes todo el daño que ocasione –

    - Tendría muchas razones para reprocharte. Comenzando con las fotos y tu visita amenazadora. Con tu presencia comencé con verme como algo que no era agradable para Viktor, tu belleza me abrumo tanto que comencé a dañarme físicamente no comiendo. Tu rostro aparecía cada vez que Viktor me hablaba sobre una familia feliz, aparecías tú y me hacía darme cuenta que en realidad nunca iba a darme eso, porque siempre habría un Yuri Plisetsky en algún momento en la vida de Viktor nuevamente – Yūri trataba de no levantar tanto la voz para no molestar a los demás, pero se encontraba furioso. Por la actitud tan agresiva de Plisetsky hacia él sin razón, cuando en realidad debía odiar a Viktor por engañarlo – me arrepiento de muchas cosas en la vida. Una de ellas fue no hacerle caso a mi mejor amigo cuando me dijo que me alejara de Viktor, así pude evitar aquella discusión en donde Viktor termino golpeándome y violandome… o también de no haberme ido después de eso junto con Iván, así hubiera evitado los acontecimientos actuales –

    - A qué quieres llegar, cerdo –

    - A pesar de todo el odio que llegue a tenerte por ser el amante de mi marido, no puedo tenerte rencor. Porque comencé a cambiar a partir de que me abriste los ojos – confeso Yūri – aun así, no me agradas. Me culpas de cosas que yo fueron causas por mí, ese rencor debes de expresarlo hacia Viktor… porque te engaño. Te ilusiono hasta el punto que comenzaste a amenazarme con tal de tenerlo y mírate… no eres más que un prostituto para él – una bofetada llego de parte de Yuri hacia él.

    - Eres un mentiroso – expreso entre llanto e ira – Viktor si me amaba, siempre me lo dijo. Cuando me tocaba, cuando me besaba, cuando me hacia el amor… –

    - Él nunca lo vio como un acto de amor, créeme. Viktor no puede sentir amor por nadie… más que por el mismo – Yūri no se dejó intimidar por el golpe, comenzaba a notar que en realidad Yuri Plisetsky no era un doncel desgraciado sin escrúpulos capaz de destruir a una familia por ambición. Tan solo era un niño carente de amor que había sido ilusionado y dañado por Viktor, y quien sabe por cuantos varones más – yo no estoy aquí para molestarte, solo sigo aquí por necesidad. Cuando mi hijo nazca, me iré –

    - No – dijo Yuri lleno de rencor – cuando ese bastardo nazca comenzaras a hacer lo que nosotros, vender tu culo a viejos ricos para vivir. Lilia no dejara ir a una joya como tú, un doncel ex patinador que a pesar de ser gordo y feo tiene buen trasero. Agradece que tal vez te dejen ver al bastardo al nacer, porque lo más seguro es que Lilia lo deje en un orfanato… ella detesta a los niños –

    - Escapare –

    - No se puede. Te mataran antes de que escapes… aunque por mi mejor, si mueres por intentarlo no estaría mal –

    - Yo también te quiero, Yurio – por lo menos no iba a dejar que lo siguiera molestando, dijo aquel apodo con intención de lastimarlo… era una buena forma de dejarlo callado y con expresión molesta. Esta vez Yūri se quedó con la última palabra – me voy, termine mi trabajo aquí –

    Salió de la habitación más tranquilo, haber dicho todo aquello desahogó su alma… todo el estrés que acumulo desde que escapo, o antes de aquello.
    Lo único que pesaba, era el hecho que tuvo que desquitar todo con aquel niño rubio. Se lo merecía, eso le quedaba más que claro… pero, aun así, era tan solo un niño que se encontraba solo… sin cariño de nadie, vendiendo su cuerpo al mejor postor. El temor en su interior se elevó, sabiendo que en algunos meses también comenzaría a tener que hacerlo…

    ~•~•~•~•~•~



    - Estoy muy contento por tu desempeño en el hielo, muchacho –

    - Muchas gracias. Sé muy bien que aún me falta corregir algunas cosas… pero, últimamente me he sentido cansado – expreso Otabek a su entrenador. Desde que Phichit y Seung se fueron no había recibido mensaje de alguno de los dos… y era raro que Phichit no estuviera tomando fotos y subiéndolas a Instragram (aunque por la situación era entendible).

    - Comprendo totalmente lo que me estás diciendo – el entrenador estaba consciente de las visitas de Otabek a aquel lugar, no le desagradaba la idea de que su muchacho tuviera algún acompañante debes en cuando… tan solo le pedía discreción y nada de escándalos – ve a divertirte un poco, necesitas hacerlo –

    - Si, gracias – Otabek no estaba al tanto de aquello, tan solo pensaba en la comprensión que tenía su entrenador hacia él… aunque no entendiera el doble sentido de “diviértete” que expresaba.

    Así que esa noche se arregló, tomo su chaqueta de cuerpo que Yuri tanto adoraba y se dirigió al Zamok Ice. Al entrar fue rápidamente recibido por Lilia, saludándolo amablemente y dirigiéndolo hacia la barra para que tomara una bebida. Después lo dejo dirigirse hacia la parte trasera en busca de Yuri, subió las escaleras como siempre lo hacía.

    - Cuanto tiempo sin verte, guapo – Otabek giro su cabeza, era la chica que se hacía proclamar como amiga de Yuri… aunque este se expresaba de ella como “maldita bruja de mierda” – el pequeño gatito pensaba que ya no vendría su héroe a visitarlo –

    - Me encontraba trabajando – se justificó Otabek – ¿Él está en su cuarto? –

    - Me imagino que si, en la mañana tuvo una discusión con el nuevo doncel y desde entonces no ha salido de su habitación – contesto Mila – deberías esperarlo dentro en caso de que no esté. Tranquilo, a veces se queda en la oficina de Lilia charlando. Yo iré a ver si esta y lo mandare hacia aquí –

    - Gracias, te hare caso – ambos se despidieron y con obediencia Otabek se sentó sobre la cama del doncel rubio. Efectivamente no se encontraba, pero no le haría daño esperar… después de todo no tenía hora de regreso.

    Mientras tanto en la parte baja Yūri terminaba de acomodar y limpiar los juguetes sexuales de Chris, tenían que ser desinfectados y oler a limpios para cuando este terminara su espectáculo en la pista y quisiera utilizarlos.

    - Yūri, cariño – una mano acariciaba el trasero del japonés, sabia de quien se trataba – gracias por tu ayuda, me encanta el olor a limón que tienen después de limpiarlos – Chris se acerba el consolador rosa a la cara, oliendo aquel aroma cítrico.

    - Chris, sabes que no me gusta ser tocado de mis posaderas – con vergüenza tomaba sus accesorios de limpieza para salir – me alegra que te guste el olor, pero por favor, si los vas a utilizar en una persona procura que este no tenga la entrada sucia. Es anti higiénico –

    - Los varones son los que más disfrutan esto, aunque su cuerpo no este hecho para aquello… recuérdalo, siempre se excita más a un varón por el trasero que por su pene –

    - Me iré – Yūri sabia cuanto disfrutaba Chris de burlarse de él, no con mala intensión, si no con hacerlo para que se olvidara de sus problemas riendo en vez de llorar.

    En ocasiones lloraba en la madrugada después de soñar con Viktor, siempre se encontraba cubierto de sangre y mirada seria. Sonriendo al final mientras le decía “te hare pagar por todo, Yūri”. Pero las pesadillas que más dolían eran las que lo hacían recordar las palabras de Iván y su expresión lleno de miedo. Nunca podría perdonarse por haber dejado solo a Iván, debió habérselo llevado a pesar de todo, pero ya no podía mirar atrás. Ahora tenía que preocuparse por su nuevo hijo, al menos Iván tendría a Yakov y a Makkachin… no estaría solo.

    Al subir las escaleras y caminar por el pasillo, noto la puerta de la habitación de Yuri abierta, lo cual era extraño porque hace unos momentos lo vio dentro de la oficina de Lilia. Se acercó a la puerta para verificar que nadie (fuera de los trabajadores del lugar) se hubiera metido con intensiones malas. Al notar al hombre frente a él y que este lo mirara… su expresión cambio.

    - Y- Yūri – no podía creer lo que veía, ninguno de los dos. Yūri alejo su mano del picaporte y quedó atónito.

    - Otabek – pronuncio el nombre del varón con tanta suavidad, como si tuviera miedo de equivocarse y fuera alguien más.

    - NO PUEDO CREERLO – Otabek no pudo ocultar su felicidad. Tomo de los brazos al doncel para acercarlo hacia él, abrazándolo con tanta fuerza. La alegría llenaba el cuerpo de Otabek – tanto tiempo sin saber nada de ti, buscándote en cada rincón de la ciudad, para que al final estuvieras en este lugar. Tan cencas de mi –

    - Otabek, eres tú – por fin Yūri pudo corresponder el abrazo sin miedo a nada, sentía el calor del cuerpo ajeno – me alegra verte –

    Yuri observaba la escena de reencuentro, no se movía ni decía nada. Pero sus ojos verdes expresaban todo. Nuevamente, aquel sentimiento llamado odio hacia Yūri lo invadio.


    Continuara...


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    UFFFFFF, ESE FINAL PUSO PICANTE LA SITUACIÓN. ¿QUÉ SITUACIÓN CREEN QUE ACONTECE DESUÉS DE ESTE ENCUENTRO?... LO DEJO A SU IMAGINACIÓN. MUCHAS GRACIAS POR EL APOYO, SUS COMENTARIOS Y SUS LECTURAS.

    KUROSHIRO FUERA... :]
  6. .
    HOLA, HOLA... KUROSHIRO ESTA DE REGRESO. TRAIGO UN NUEVO CAPÍTULO, ESPERO SEA DE SU AGRADO, A PESAR DE LAS CIRCUNSTANCIAS EN QUE AHORA VIVE YUURI Y LO QUE ESTA PASANDO EN SU VIDA.

    Anne onodera takano: Gracias por leer y comentar. Si, Yuri escupe veneno pero el también fue envenenando hace tiempo. Yuuri vivirá lo que tenga que pasarla, solo debe ser fuerte.


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    CAPÍTULO XVI: Dentro y fuera de la jaula




    Dos meses habían pasado, la policía declaro el accidente de Viktor Nikiforov como atentado e intentó de asesinato por parte de Yūri. Con la declaración de Iván lograron llenar el hueco vacío de la historia, claro que los medios torcieron las palabras dadas por los detectives en una conferencia.

    Actualmente Yūri de Nikiforov era buscado en toda Rusia. Los fans del ruso patinador no se quedaron de brazos cruzados, expresando su odio hacia el japonés por internet en forma de blogs, opiniones y comentarios llenos de ira... preguntándose: ¿¡En dónde se había ido Yūri Katsuki!?

    Sin imaginarse la respuesta...

    - Yūri, es hora de servir los desayunos –

    - Enseguida bajo, Señora Lilia – Yūri se encontraba despierto, justo había acabado de tender su cama. Salió del pequeño cuarto (el cual se le otorgó justo después de su llegada), bajo las escaleras para llegar a la cocina... su trabajo en las consistía en servir la comida que ya estaba preparada y ayudar en la creación de los complementos.

    Eran las 7:00 AM cuando todos los muchachos bajaron a desayunar, y Yūri juntó con los sirvientes ya tenían dos horas trabajando (claro, Lilia también). El doncel servía los platillos en la mesa mientras los ruidos y risas no paraban.

    - Yūri... tu comida es deliciosa, tu si sabes preparar una sopa – lo halagó Mila.

    - En realidad yo sólo menee la olla para que no se quemarán las verduras – confeso con honestidad el japonés.

    - Pero meneas de una manera en la que la sopa sabe más deliciosa – Mila intentó corregirse, pero ya sus compañeros reían... aunque no le molestaba.

    - Dejen al pobre niño tranquilo, no ven que asustan al bebé de sus entrañas – Chris trato de sonar maduro, ganando nada más que las risas de los demás.

    - Cállate, que aquí el único que asusta eres tú. Con esa mascarilla verde... pareces un alíen – Mila no pudo contener decirle aquello a Chris. Tan sólo el rubio la miraba con molestia, aunque en el fondo sabía que no se había molestado.

    - Por favor, guarden silencio – Lilia por fin había llegado a la mesa. Todos callaron inclusive los sirvientes, Yūri supo que no sería bueno seguir riendo juntó a Mila y Chris.

    Terminando el desayuno y después de haber comido Lilia le ordenaba llevarle la comida a Plisetsky. Quien llevaba esas semanas encerrado sin hablar con nadie, y sólo insultando a Yūri cuando lo alimentaba. Se preguntan cuánto tiempo más seguiría esa actitud por parte del doncel rubio, recordando las palabras de Lilia dichas días atrás:

    - "Esta furioso y algo molesto, con todo. Necesita aprender a convivir con su peor enemigo... y para él que yo te haya aceptado en este lugar lo ve como una traición. Dale tiempo para descubrir, que ambos podrían ser más parecidos que sólo sus nombres"

    ¿Plisetsky y él, más parecido que sólo sus nombres?... Podría ser.

    Después de todo ambos se enamoraron de Viktor, cayeron ante sus encantos y mentiras. Sufrieron de igual manera por Nikiforov, lloraron y se lamentaron por la verdad. Tuvieron miedo del verdadero Viktor y aun así seguían teniendo sentimientos (aunque no tan fuertes) por él. Aún el en realidad Yuri al parecer seguía enojado sólo por orgullo, mientras Yūri poco a poco transformaba ese amor por desprecio... pero aún era un idiota y un cobarde.

    - Yuri, traje tu desayuno – temeroso de las acciones violentas del doncel rubio, Yūri se adentró con cuidado dentro de la habitación – el desayuno está caliente, no querrás comer cuando se enfríe... – no había respuesta del chico ruso, tan sólo sonidos extraños en el baño. Sonidos que él por experiencia conocía perfectamente – YURI – entro asustado sin pedir permiso.

    Y ahí estaba, el joven Yuri Plisetsky con su cabeza metido en el retrete, dando fuertes arcadas dentro de la taza y con debilidad levantando su rostro para mirar con desprecio al japonés.

    - Que haces... en mi habitación... maldito cerdo... – Yuri hablo con dificultad, jadeando después de lo que había ocurrido – lárgate... –

    - NO – Yūri no respetó el espacio personal del menor. Tan sólo lo alejó hacia un costado de la bañera y tiro del retrete para que el líquido vertido dentro de ella se fuera – descansa un poco, tu garganta aún esta resentida por la fuerza utilizada –

    - Cállate... – pidió Yuri, quien se sintió desfallecer. Rápidamente Yūri lo tomo entre sus brazos... cargándolo – Qué... haces... –

    - Tienes que descansar – depósito el delgado cuerpo sobre la cama, revisando que no tuviera alguna complicación – sabes, nunca pensé que tu... llegarías a tener los mismos problemas que yo –

    - No soy un estúpido bulímico – recalco Yuri ante el malentendido – tengo fiebre, mis mareos han sido recurrentes y esta mañana comencé con estas horribles ganas de vomitar –

    - N-No estarás... amm... –

    - NO, no estoy embarazado... jamás llegaría a estarlo de alguno de esos estúpidos varones ancianos – Yuri resoplo con molestia, quería que aquel doncel gordo e idiota se largará de su habitación y lo dejara tranquilo. Pero también necesitaba compañía, y sus compañeros o Lilia no serían una excelente visita. Al contrario, estaría más irritado – tan sólo pásame aquellas pastillas y el vaso de agua –

    - ¿No es la primera vez que te pasa esto? – Yūri pregunto curioso, obedeció ante todo la orden del pequeño rubio.

    - Es recurrente que nos enfermemos del estómago, no sabría decir la razón – contesto con "amabilidad" aquella pregunta sencilla – Lilia nos tiene preparado un botiquín con medicina marcada para cada ocasión. Soy propenso a infecciones estomacales y migraña, así que, mi botiquín tiene muchas pastillas para esas dos en especial –

    - Eres muy joven para tener migrañas, Yuri – dijo Yūri con preocupación.

    - JA... este trabajo tampoco es para mí, pero eme aquí – río con descaro – tengo desvelos constantes, no duermo ni como lo suficiente, las luces de la pista hacen que me sienta mareado e irritado... toda una mierda –

    - La vida es una mierda – expreso Yūri, haciendo reír al pequeño doncel... sorprendiéndolo por eso.

    - Bien dicho, cerdo – tomo un sorbo de agua e introdujo la pastilla en su boca, rápidamente tragó la medicina – últimamente he estado aburrido sin hacer nada, todo por culpa de ese varón "con mil expresiones" – se quejaba Yuri, con más calma comenzó a hablar sin importarle la persona.

    - ¿Un cliente? – pregunto Yūri, con más confianza, pero aun así prevenido en caso de algún ataque por parte del rubio.

    - Debería contarte ya que en un futuro tu comenzarás a hacer nuestro trabajo, será mejor prepararte – una risa burlona escapo de sus labios – cuando un varón con suficiente dinero se engancha contigo, paga para que tu no estés disponible para nadie más. Tan sólo puedes ser usado por él, cada vez que regrese por un tiempo indefinido. Yo fui "apartado" más o menos por unos tres meses... tal vez más. No lo sé –

    - Eso es horrible... como si fueran mercancía en tiendas – Yūri tembló, agradecía que su belleza era mínima y no resaltaba. Normalmente los varones buscan mujeres y donceles llamativos, que tengan colores de piel, cabello y ojos peculiares o raros.

    - Sin bailar es como si mi función en este lugar no fuera nada... le agradezco por ya no acostarme con nadie en estos últimos días, pero ya no encuentro nada más que hacer –

    - Podría venir a hablar contigo más seguido – Yuri mira al japonés con sorpresa, nunca se espada aquella sugerencia y menos después de cómo lo trato – s-sólo necesitas con quién hablar... todos lo necesitamos –

    - Eres una persona muy estúpida al querer hacerte amigo del chico con el cual tu esposo te fue infiel – rio Yuri por inercia – ¿Acaso no tienes dignidad? –

    - La perdí cuando me arrodillé ante ti, pidiendo que te alejaras de Viktor y nos dejaras ser felices – justo después de aquella frase la risa de Yuri se detuvo, la expresión en el rostro de Yūri era nostálgica, hasta algo triste – es una pequeña broma, no te preocupes –

    - Tus bromas no son graciosas, cerdo – varios minutos quedaron en silencio. Yūri prefirió salir después de comprobar que Yuri estaba dormido, cerró la puerta de la habitación y se retiró hacia sus deberes.

    ~•~•~•~•~•~



    - Su actividad cerebral se encuentra estable, revisamos la movilidad de sus extremidades y reflejos… todo en orden y sin efectos negativos. Gracias a las intervenciones tempranas pudimos evitar daño cerebral – informo el doctor con expediente en mano y una sonrisa satisfecha en su rostro – el que despertara no es más que una señal de su rápida recuperación, Señor Nikiforov –

    - Es un milagro, simplemente un milagro – Yakov se regocijaba de emoción. Había recibido una llamada del hospital, informando del despertar de Viktor… sorprendiendo hasta los mismos médicos.

    - Aun así, deberá estar en observación por lo menos dos días, la lesión sigue vigente y queremos descartar algún efecto negativo de la misma intervención – el medico salió de la habitación dejando en soledad a ambos varones.

    - Vitya, me alegra verte sin ningún problema. No sabes cuan preocupado estaba al saber que… no podía ni pensarlo, el hecho de que tal vez podías morir – a pesar de los sentimientos honestos de Yakov, la atención de Nikiforov era nula. Su mirada se concentraba solamente en la ventana de la habitación, que tenía una excelente vista del cielo de Rusia.

    - Si, me alegra encontrarme con vida – Viktor miro el alrededor de la habitación, observando los utensilios médicos – ¿Dónde está Yūri?... debería estar con su esposo, preocupado por mi seguridad –

    - Vitya… tu sabes perfectamente que ocurrió, ¿verdad? – Yakov se preocupó, más al ver como los ojos de Viktor miraban y tomando un bisturí con mucha atención – el casi te mata. Golpeo tu cabeza con un marco, más de quince veces… una parte de tu cráneo fue hundida, tardaste semanas en despertar. Por el amor de Dios, dime que recuerdas… –

    - Lo recuerdo – respondió con serenidad. Una bella sonrisa adorno su cara, más que alegría podría sentirse tensión – me gustaría ver a mi hijo. Mi pobre Iván debe estar asustado. Después de todo… sus padres no estuvieron a su lado en esta experiencia tan dramática –

    - Vitya, no hagas nada ridículo… ahora regreso junto a Iván – Yakov salió con temor, iba deprisa por los pasillos no solo por Iván si no en busca del doctor o alguna enfermera que lo ayudara en caso de alguna crisis. Aunque Viktor no era un idiota y no estaba desequilibrado… tan solo se encontraba cansado y adolorido de los músculos.

    - ¿Crees que tan solo desapareciendo de mi vida de esta forma podrás deshacerte de mí?… No lo creas así, mi Yūri – Viktor lanzo el bisturí hacia la pared, su sonrisa lo adornaba como si no tuviera otra expresión facial. Yūri lo pagaría caro, no conforme con solo humillarlo con el hecho de casi matarlo y hacerlo ver como débil frente a todo mundo también se había atrevido a abandonarlo… dejándole el niño sin pensar dos veces en su bienestar. Tan solo de saber eso le daban ganas de desquitar todo con Iván… después de todo sería culpa tan solo del mismo Yūri, ¿No?

    - PAPÁ – Iván entro sin ningún cuidado. Yakov había llegado a su lado dándole la mejor noticia que pudiera recibir en ese día, las lágrimas rápidamente surcaron sus bellos ojos azules. Después de dos meses sin sentir el cuidado de alguno de sus padres, por fin la soledad se esfumaría por lo menos en un porcentaje – PAPÁ… PAPÁ, NO VUELVAS A MORIRTE. NO VUELVAS A DEJARME SOLO – por su parte Viktor, no pudo sentir para nada aquella emoción que embargaba su propio hijo… le era indiferente. En este momento no podía pensar en nada más que en su propia ira contra el japonés… y en su propio hijo, aunque este no tenía la culpa de nada.

    - Hijo… por favor, me estas lastimando – pero no podía desquitarse con él.

    El rostro de Iván era parecido a Yūri, sí. Gracias a ese embarazo Nikiforov dejo su vida libertina de lado y casarse con quien no amaba, tal y como ocurrió con sus propios padres. A pesar de todo podía verse así mismo en el reflejo de Iván… y un sentimiento que él jamás pudo sentir hacia sus padres: amor. El niño lo amaba, sin objeción alguna… su único hijo, sangre de su sangre… su única familia, a parte de Makkachin.

    - Me sentía tan solo… ya no quería estar dentro de la pista, no sin mi papá – siguió llorando, expresando su sentir – mamá quiso matarte… me dejo solo… lo odio – sollozaba.

    - Odiar es una palabra muy fuerte… – soltó Viktor con toda la hipocresía del mundo, cuando el mismo sentía lo mismo por Yūri. Iván levanto su rostro sorprendido y limpio el rastro de lágrimas en sus mejillas pegajosas – es tu mamá después de todo… debes quererlo sin importar que haya hecho –

    - Trato de matarte… eso lo hace malo… como a todas esas personas en prisión. No merece que lo queramos… no merece que le diga mamá – Iván recordaba con miedo, desprecio y desesperación aquel recuerdo al entrar a su hogar. Aun sentía el agarre de la mano de Sara cuando ambos vieron como Yūri con una fuerza inimaginable golpeaba la cabeza de Viktor con aquel marco… sangre regada por el piso, corriendo en todas direcciones. Su propia madre con ese líquido pegado a las ropas… como un demonio en alguna película de terror – tu eres mi único papá, yo no quiero a nadie más – apretó con fuerza el cuerpo de Viktor, ese abrazo transmitía todo lo que las palabras ya no podían hacer. Y Viktor estaba feliz.

    - Esta bien, si tu así lo dices… te creeré – ahora podría causarle más dolor a Yūri. No había nada peor que el odio de un hijo, él lo comprobó cuando su padre estuvo a punto de morir. Soltó un “jamás te he querido… ya estás muerto para mi desde hace mucho tiempo” … un día después murió, de igual manera aborrecía a su madre y la trataba con indiferencia, muriendo en soledad dentro de una mansión enorme. A veces las palabras pueden lastimas más que las acciones… y eso Viktor lo hacía con Yūri, ahora dejaría a su hijo hacer lo mismo.

    Yakov observo a su discípulo y al hijo de este desde la puerta de la habitación, desaprobando en totalidad las palabras de Viktor dichas al pequeño Iván… pero no podía meterse en una familia ajena, ya no más.

    Intento aconsejar a su amigo Dimitri Nikiforov cuando dejo embarazada a una joven convenciéndole de casarse con ella, aunque no la amara. Siendo un completo error a futuro, cuando observaba el rencor por la existencia de Viktor y su matrimonio dañándose entre peleas e infidelidades.

    Intento reparar el error en el mismo Viktor cuando este embarazo a Yūri, para así no tener inconvenientes con la familia Katsuki. Para su mala suerte Viktor habia causado panorama más horrible que el que sus padres habían tenido… Viktor le era indiferente el amor de Yūri y tal vez el de su propio hijo.

    Un idiota. Cómo podría creerse capaz de ayudar a los demás con sus problemas familiares cuando el mismo no pudo arreglar su matrimonio. La mujer que amaba más que nadie en este mundo desapareció de su vida justo después de firmar el divorcio… y no la culpaba, después de todo nunca la trato como ella debía ser tratada, del mismo modo indiferente en que su pupilo trataba a su doncel.

    Con toda cobardía del mundo cerró la puerta, dejando a Iván solo con Viktor… aun sabiendo las ideas que tal vez se estarían desarrollando en la pequeña mente del niño, el rencor y odio que se estarían formando gracias a las palabras sutiles inyectadas de veneno que saldrían de los labios del Nikiforov mayor.

    - Necesito un respiro – suspiro agotado el viejo hombre mientras salía del hospital a tomar un taxi. Yakov no intervendría más… ya no.

    ~•~•~•~•~•~



    - Necesito saber la información dada por la policía a los medios para la localización del doncel Yūri Katsuki… o Yūri de Nikiforov, no sé cómo se le ha llamado en los medios –

    - Disculpe… no pudo darle esa información, a menos que sea parte de la investigación del caso – contesto el chico encargado de la recepción. Phichit junto con Seung tomaron el primer avión disponible a Rusia, con poca carga y llenos de ilusión creyeron en la facilidad para encontrar a Yūri con ayuda de la policía… después de todo ellos buscaban al doncel, ¿no es así? – le pediré por favor que se vaya de aquí… más si menciona el nombre de ese criminal en frente de mi – la actitud del joven no era la correcta para un policía, pero si para un admirador de Nikiforov.

    - Como sea, no los necesito – furioso, Phichit salió lo más deprisa del lugar, descargando su ira con el primer poste que encontró cercas de la banqueta – malditos sean todos los fanáticos de Viktor Nikiforov… maldita sea Rusia – comenzó a insultar en tailandés, llamando la atención de algunas personas que lo vieron raro… ignorándolo y siguiendo con su camino después.

    - Sera mejor que calmes tu ira… o de lo contrario te pateare hasta llegar a la calle y esperare a que un coche choque contigo – Seung tomo a su pareja por los hombros, sentándolo con brusquedad en la jardinera. Sabia el porqué de la frustración de Chulanont al no saber nada del paradero de su mejor amigo, y que además la policía y los medios no hicieran nada más que acusarlo y culparlo… también entendía del porqué de su desesperación. Yūri se encontraba embarazado y quien sabe cómo estaría pasándolo solo… sin ayuda de nadie... sin apoyo.

    - ¿Por qué lo deje solo?... No debí hacerlo, no debí enojarme con él. De lo contario… – comenzaron los sollozos, últimamente pasaba seguido – soy un pésimo amigo… soy un pésimo varón… y tal vez, hasta sea un pésimo novio –

    - Phichit… no solucionaras nada tratándote como una basura – dijo Seung, abrazo con fuerza al moreno. Reconfortándose con el calor mutuo, Phichit calmo su llanto – tu solo te alejaste de Yūri porque no querías verlo sufrir más, la mala decisión fue del mismo Katsuki… no de ti – el abrazo fue correspondido por parte del tailandés, lo cual alegro a Seung – nadie sabía que aquellas malas decisiones tendrían un peso tan grande, ni siquiera el mismo Yūri. Nadie se espera algo así –

    - Tenemos que encontrarlo, no me importa cuánto tardemos… o cuanto tenga que pasar aquí en Rusia. Yo lo encontrare y lo llevare junto a nosotros, junto con Iván y ese nuevo bebé – Phichit demostró más determinación que nunca, y aquello alegraba a Seung.

    - Tal vez deba ayudarlos – ambos chicos miraron hacia su costado. Un joven de chaqueta de cuero, no muy alto y de mirad seria los observaba. Llevaba en manos algunos volantes, con la foto de Yūri impresa en ellas y palabras rusas… el mensaje repetido en ingles bajo este mismo.

    - ¿Y tú quién eres?... –

    - Otabek Altin, patinador sobre hielo. Un admirador de Yūri Katsuki… y se podría decir que su único amigo aquí –


    Continuara...

    ..................................................




    BUENO, LAS COSAS ENTRE LOS YURI'S SE CALMARON, VIKTOR ESTA VIVO Y PHICHIT JUNTO A SEUNG Y OTABEK ESTARAN EN BUSCA DE YUURI. CHALE, LO ÚNICO MALO ES QUE AHORA IVÁN DESPRECIA EN SERIO A SU MADRECITA... TRISTE, DE VERDAD.

    MUCHAS GRACIAS POR LOS COMENTARIOS Y LAS LECTURAS, NOS VEMOS EN LA PRÓXIMA ACTUALIZACIÓN.

    KUROSHIRO FUERA.... :]
  7. .
    HOLA, HOLA... KUROSHIRO ESTA DE REGRESO. ME DISCULPO DE ANTE MANO POR LOS CORAJES QUE TENDRÁN DE AHORA EN ADELANTE. SIN MÁS, GRACIAS POR SIEMPRE LEER Y COMENTAR.

    Anne onodera takano: Gracias por leer y comentar. Si, la vida de Yuu se puso difícil ahora y algo triste por lo de Iván, esperemos que esto no vaya a mayores.

    ~The Purpeter~: Gracias por leer y comentar. Mi especialidad es el drama, por ello lo pongo mucho. Iván tendrá un laaargo camino que recorrer ahora, muy duro y confuso. Abracemos a Yuu, por lo de ahora y lo que viene.


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    CAPÍTULO XV: El inicio de un infierno



    Noticia de último minuto. Nos informa que el ídolo del patinaje sobre hielo Viktor Nikiforov fue internado en el hospital central de San Petersburgo alrededor de las 4:35 de esta tarde.

    Los últimos reportes indican que fue golpeado repetitivas veces en la cabeza, el arma un marco de fotografías de madera muy pesado. Una vecina que escucho el escándalo llamo lo más rápido a emergencias, rápidamente trasladaron a Viktor en estado de gravedad. Actualmente se encuentra inconsciente y tal vez sea operado.

    Se cree que el culpable del ataque sea el doncel Yūri Nikiforov, ex patinador sobre hielo y actual esposo de Nikirofov. La policía ya está en busca del doncel quien escapo de la escena del crimen rápidamente.

    Este caso no sólo impacto en el mundo del patinaje sobre hielo, si no a Rusia y al mundo entero. Porque la pregunta e incógnita sería... ¿Quién sería capaz de cometer una abominación así y por qué?


    ~•~•~•~•~•~



    La televisión fue apagada. Sala suspiro profundo, ella estaba agotada y cansada de ese tipo de noticias... en todos los canales era lo mismo.

    - Malditos programas de televisión – este aconteciendo también estaba afectando su vida. Al ser la testigo clave sobre lo ocurrido muchos medios de televisión la molestaban en casa, en la calle y hasta en su trabajo. Tuvo que pedir permiso no sólo por las molestias que estaba causando al hospital... si no para cuidar del pequeño Iván mientras Viktor se recupera.

    - Quiero un jugo de la máquina expendedora – dijo Iván. Sala se levantó del sillón que se encontraba en la habitación.

    - ¿Quieres que te acompañe? – pregunto amable.

    - En realidad, quisiera que fueras por él – para Sala fue una sorpresa, la molesto un poco – no quiero dejar a papá sólo... si le ocurre algo y no estoy, yo... –

    - Regreso enseguida – Sala sabía perfectamente las razones del pequeño, no quiso discutirle o reprocharle nada de su comportamiento.

    Mientras caminaba por el pasillo del hospital pensaba en varias cosas. Ella había sido testigo del maltrato hacia el doncel, los gritos de Yūri se escuchaban en ocasiones hacia su departamento... por desgracia nunca intervino o dijo nada.

    Quien le creería sobre eso, Viktor Nikiforov era un ídolo y nadie atentaría sobre él. En parte comprendía sobre el actuar del japonés; pero lo que no toleraba era el abandono de Iván.

    Sala había sufrido el abandono de sus padres hace años en Italia, jamás los perdono. Ella y su hermano superaron muchas cosas juntos, las penurias rápidamente desaparecieron... y en el momento más hermoso de sus vidas su hermano desapareció. Nunca supo él porque se fue, nunca dio razones de algún problema o incomodidad... simplemente se marchó.

    Con los años recibió una carta de su hermano... pero nunca la leyó. Su orgullo no se lo permitía, prefería vivir como si nunca tuvo a nadie más que a ella misma.

    - Tardaste – dijo Iván al ver a la mujer entrar a la habitación. El sonido del respirador y la máquina cardíaca llenaban el vacío.

    - Si, me quede pensando un poco – porque ella no quería dejar al niño sufriendo la misma soledad por la que ella estaba pasando – ¿Cómo se encuentra tu padre? –

    - Igual... sigue sin despertar –

    Iván sufría, las imágenes de aquella escena lo perturbaban al dormir. Los mimos y cariños que su madre le ofreció desaparecían en su memoria, ahora sólo aparecía cubierta de sangre. No quería volver a ver a su madre...

    En su mundo sólo existía su padre, si es que este no moría. Se recostó sobre el pecho de un Viktor inconsciente, sollozando entre susurros: "te quiero, papi"...

    ~•~•~•~•~•~



    - Al parecer me consiguieron uno nuevo –

    - Si, lo encontramos sólo en la calle... en un callejón para ser exacto –

    - ¿Vive en las calles? –

    - No lo creo – contesto el hombre – esta limpió y no parece tener signos de un pordiosero. Creo que escapo y se oculta de la policía... intentaba llamarle a alguien cuando lo atrapamos, se hizo el difícil –

    - ¿Escapar?... –

    - Él es el doncel de Nikiforov, intentó matarlo y huyo –

    - ¿¡Qué!?... – Lilia dijo su mirada hacia el rostro del doncel. Aún con la venda sobre los ojos era fácil saber sus facciones – si, es él –

    Lilia nunca tuvo la dicha de conocer frente a frente al doncel japonés. Viktor se tomó muchas molestias en describírselo: un japonés fofo, gordo, con problemas emocionales con tendencias depresivas... de tan sólo imaginárselo daba lástima.

    Pero al verlo en revistas de patinaje y en algunos artículos de prensa juntó a Viktor, en realidad Yūri era muy bello... increíblemente magnífico capaz de enamorar a cientos con una sola sonrisa... así como Yuri.

    - Denme tiempo a solas con él, hablaremos sobre las reglas –

    - Como diga, señora Baranovskaya – los hombres salieron de la habitación.

    Yūri y Lilia se encontraban en una sala de estar. Había sillones color café y una mesa de centro. Yūri estaba atado y vendado sentado sobre el sillón más grande, llorando y esperando lo peor.

    - P-Por favor... no me lastime – suplicaba el joven doncel.

    - No te haré daño, cálmate – contesto Lilia con tono autoritario. Le molestaba un poco que la gente llorara frente a ella – te quitare las cuerdas y la venda si prometes no intentar hacer una estupidez. Eso incluye suplicas, golpes o intentar escapar... fuera de aquí hay guardias que fácilmente te matarían con órdenes mías –

    - S-S-Si... c-comprendo todo – Lilia lo desato primero de brazos y piernas, luego retiró la venda dejando al descubierto aquellos ojos marrones – gracias –

    - No hay nada que agradecer – Lilia sirvió una taza de chocolate para Yūri. Se sentó frente a él con otra taza – tu nombre – ordeno.

    - Yūri Niki... Katsuki – contesto – Katsuki Yūri, soy japonés –

    - Así que... ¿Katsuki Yūri? – el japonés asintió. Lilia no pudo evitar reír con modestia por aquel cambio de apellido – ¿Acaso te da vergüenza admitir sobre tu crimen, Yūri de Nikiforov? –

    - Y-Yo... – el miedo invadía su cuerpo, ¿Acaso esta mujer lo entregaría a las autoridades por una recompensa? – no quiero ir a la cárcel, por favor no me entregue –

    - Debiste pensarlo antes de intentar matar a Viktor – dijo Lilia sin mucha delicadeza, quería ver hasta donde llegaba el doncel.

    - ¿Conoce a Viktor?... –

    - Viktor es un deportista destacado en Rusia, todos aquí lo conocemos... es una leyenda viva. Tuve la dicha de verlo en persona – "en realidad más de las que debía ser", pensó ella.

    - Yo no quise hacerle daño... no tuve opción – Yūri no quería llorar, tal vez la mujer se molestaría con él y atentaría sobre su persona. No podía permitir que lastimaran a su bebé – por favor, si voy a la cárcel me quitaran la custodia de mi hijo... y del niño que llevo en mi vientre –

    - Estas embarazado – afirmo Lilia con sorpresa al notar más a detalle aquella leve curvatura – eres afortunado, acabas de salvarte – suspiro con pesadez.

    - ¿Disculpe?... –

    - Sabes... soy amante de la cultura japonesa – Lilia cruzó sus piernas y puso más derecha su espalda, su voz al narrar era muy educada y se notaba que estaba contenta al compartir sus gustos – lo que más me llama la atención es la historia de las casa de entretenimiento para hombres. Las Okiyas que ayudan en la educación y crecimiento de muchas chicas o donceles de bajos recursos, es bellísimo... muy altruista –

    - Ellas los vendían –

    - Si, pero a final de cuentas fue un gran apoyo... para las familias y las geishas – Lilia sonrió – yo ayudo a mis trabajadores, los salvo de sus problemas proporcionándoles una nueva vida. Tan sólo tienen que pagarme con trabajo, eso y nada más... –

    - ¿Harás que me prostituya? – Lilia no pudo evitar reír por el miedo del doncel.

    - Estas embarazado, yo no soy un monstruo para hacer que trabajes así... por lo menos no ahora – confirmo Lilia.

    - ¿Y si me niego? –

    - La policía estará muy contenta de encontrar al que trato de matar a Viktor Nikiforov – Lilia afilo su mirada, sonriendo convencida de haber convencido a Yūri de quedarse – tú decides –

    - Yo... no... – Yūri sentía la amenaza, no sabía si tan sólo era un truco para asustarlo o en verdad la mujer era capaz de entregarlo a pesar de su condición. Sea lo que sea, el miedo lo invadía – me quedare –

    - Perfecto – expreso con alegría la mujer – ven, acompáñame a donde será tu nuevo hogar –

    Lilia abrió la puerta de aquella habitación. Tuvieron que pasar por una especie de pasillo alargado, tan sólo decorado con algunos cuadros de pinturas muy hermosas... la mayoría de mujeres y donceles bailando ballet.

    - El lugar se llama Zamok Ice, es un lugar de entretenimiento para adultos, de alta clase claro está – narraba con orgullo – te encargarás de limpiar, cocinar, lavar, planchar y cualquier cosa que necesite. Odio las quejas, las vulgaridades, mentiras... y sobre todo la traición – Lilia paró, con ojos filosos miraba con seriedad el rostro del doncel – somos una familia ahora, Yūri... así que no me obligues a encargarme de asignar un castigo para ti –

    - Comprendo, no le daré motivos – la mujer abrió la puerta al final del pasillo. El lugar era muy elegante; con muebles, cuadros y pinturas no tan llamativas.

    - Esta es la parte trasera del establecimiento, o sea mi hogar y el de varios más – lo siguió guiando entre las habitaciones – te encargarás de la limpieza aquí también... nada de quejas –

    - Vaya, una nueva adquisición – un doncel muy extravagante se acercó hacia Yūri, acariciando su trasero... lo cual alteró un poco al japonés – que bonito, de seguro es chino o algo así –

    - S-Soy japonés – aclaro Yūri – y te pediré con amabilidad que no vuelvas a hacer eso –

    - Que lindo –

    - Chris, por favor... no vuelvas a hacer eso en mi presencia – dijo en tono de reprimenda, varios donceles y algunas mujeres se asomaron para observar la nueva maravilla del lugar. Lilia aprovecho aquello para presentarlo – de ahora en adelante este chico sé quedar aquí con nosotros, trabajará y convivirá con ustedes. Por ahora no bailará, tan sólo se dedicará al aseó... trátenlo bien –

    - ¿Qué pasa?, por qué tanto escándalo – pregunto Yuri a Mila, apenas había despertado cuando notó un tumulto de personas.

    - Hay un nuevo doncel – contesto la mujer, se hizo a un lado para dejar a su amigo observar el chisme.

    - ¿Cuál es su nombre? – pregunto un doncel a Lilia. Ella no contesto, esperaba que él mismo se presentará hacia los demás.

    - M-Mi nombre es Yūri Kat... –

    - CERDO MALDITO – desde la parte trasera del tumulto un grito lleno de ira sorprendió a varios y asusto a Yūri – no te basto con intentar matarlo a él, ¿Ahora lo intentarás con nosotros también? – Yuri hizo a un lado a sus compañeros y acercarse más al frente.

    - Yuratchka – Lilia trataba de calmarlo llamándolo con voz autoritaria.

    - NO... ÉL INTENTÓ MATAR A VIKTOR, SI LO DEJAS AQUÍ NOS METERÁS EN PROBLEMAS CON LA POLICÍA –

    - ¿L-La policía?... – tembló una chica.

    - No puedo ser encontrado por ellos, me matarían – se asustó un doncel, mirando acusador hacia Yūri.

    - Entonces... él intentó matar a Viktor Nikiforov – susurro otro doncel.

    - Que maldito – contesto su compañero con desprecio.

    - Cálmense todos – Lilia estaba furiosa – Yūri está pasando penurias y necesita de nuestra ayuda... al igual que muchos de ustedes. Ahora se encuentra en estado y con más razón tenemos que apoyarlo en vez de estarlo juzgando –

    - ¿Por lo menos ese bastardo es hijo de Viktor? – pregunto Yuri con palabras llenas de veneno – porque... intentaste matarlo. Lo más probable es que quisiera fugarse con algún amante e intentó deshacerse de Viktor antes... –

    - Suficiente – interrumpió Lilia – Yuratchka, vete a tu habitación... hoy no te quiero en la mesa, comerás en tu habitación y será sólo después de que nosotros lo hagamos –

    - Lilia, estas siendo muy injusta –

    -Eso o quieres que te ponga un castigo que nunca olvidarás –

    - Tch... – el doncel rubio no dijo nada más. Tan sólo se fue hecho fiera hacia el segundo piso.

    - Los demás... vuelvan a sus labores. Y no quiero escuchar estúpidos chismes sobre todo esto – los demás se retiraron deprisa, cada uno a hacer lo que estaban haciendo antes de todo el espectáculo.

    - Vaya, Lilia... tendremos muchos problemas con este doncel – Chris estaba un poco preocupado. Sabía sobre qué tan molesto se encontraba Yuri cuando supo del ataque hacia Viktor... y ahora que tenía al causante en su mismo hogar... – tendremos que tenerlos alejados –

    - No, no serviría – suspiro, pensativa – tenemos que hacer lo contrario –

    En ningún momento Yūri se movió, inerte en su sintió preguntándose entre lágrimas.

    - "¿En dónde fui a acabar?" –

    ~•~•~•~•~•~



    - Hola, mi nombre es ************** de la policía de San Petersburgo y él es Emil Nekola, fuimos enviados para tomar testimonio de lo ocurrido sobre el atentado al Señor Nikifofov –

    - Ya le dije todo lo que se – contesto Sala no muy amable.

    - Claro que sí, usted ya dijo lo que vio de los hechos... pero el niño no –

    - Iván... en este momento no tiene padres que autoricen el permiso para dejarlo colaborar – Sala sabía que por los recientes sucesos Iván se encontraba inestable para dar un punto positivo o correcto hacia Yūri... temía por ello – lo siento, no puedo dejarlos hablar con él –

    - En realidad... – ese hombre de la policía no pensaba quedarse así, sonrió antes de hablar – Yakov Felstman, quién es el tutor legal del Señor Nikiforov nos dio su firma y su consentimiento. Y antes de que diga algo en contra del Señor Felstman, debe saber que él es un conocido confiable para el Señor Nikiforov – la mirada del detective reflejaba burla, Sala no podía hacer nada y estaba molesta.

    - Disculpe, ¿Puedo hablar con usted un momento? – Emil se acercó a Sala y con mucha educación hablo con ella fuera de la habitación – detective, debo pedirle que por favor me deje charlar con la señorita – siempre sonriente, no perdía su encanto.

    - Sólo unos minutos – el oficial se fue. Sólo cuando se encontraban solos Emil pudo continuar.

    - Debo disculparme por parte del oficial, estoy avergonzado de su comportamiento tan prepotente – Emil a pesar de sonar arrepentido seguía sonriendo, aunque de manera más débil – soy un psicólogo policial enviado para ayudar con la colaboración de este caso... – Sala no respondió o dijo nada – ¿Le han dicho que el tono de su piel es muy bonito? –

    - ¿¡Disculpe!?... – grito, ofendida y en total sonrojo.

    - Ajajaja, perdóneme.... quería apaciguar la tensión – Emil aclaro su garganta antes de continuar – necesitamos el testimonio del niño, así podremos continuar con la investigación de Viktor Nikiforov y en la búsqueda de Yūri Katsuki –

    - Tengo miedo, de que... – Sala comenzó a llorar – Yūri es una buena persona, no justificó sus acciones, p-pero... él ya ha sufrido suficiente –

    - Para poder ponerme de su parte... necesito saber que más pasó – Emil era comprensible, no intentaba minimizarla como el detective... ella también sufría – puede estar presente, no tenemos inconveniente con ello –

    - ..... – Sala limpió sus ojos. ¿Qué podía hacer ella?, también quería saber las razones de Yūri para hacer aquello – está bien, Iván no me necesita con él – susurro.

    Después de aquello, tanto el detective como Emil tuvieron un tiempo a solas con Iván. Sala miraba desde el cristal de la ventana en la habitación de Viktor. No lo oía, pero Iván contestaba cada pregunta que realizaban los hombres... al final el detective sonrió satisfecho y la mueca de Emil era inexpresiva.

    - Bueno, hemos concluido – Sala miro a Iván, tan serio y pensativo... su actitud la puso nerviosa – nos vemos luego, Señorita –

    - Iván... ¿Qué les has contado? – Sala estaba asustada de lo que pudo haber dicho.

    - Nada que te importe – Iván salió corriendo hacia la habitación de su padre, sin dar explicación.

    - IVÁN... – Sala iba tras él, pero el brazo de Emil la tomo del hombro, deteniéndola.

    - Ten por seguro que estoy de tu lado... aunque todo diga lo contrario sobre Yūri Katsuki – dijo Emil de forma clara, sonrió – no pierdas la esperanza, Sala Crispino –

    - C-Cómo sabes mi... –

    - Secreto – contesto Emil sin más. Justo después se fue juntó con aquel detective.

    Al día siguiente, el nombre de Yūri Katsuki era visto por todo San Petersburgo... y con el título de prófugo, y presunto asesino.

    ~•~•~•~•~•~



    Yūri se encontraba comiendo juntó a los demás en la mesa de ese gran lugar. Todos en silencio y tan sólo hablando cuando ocupaban la sal al otro extremo de la mesa.

    En los últimos días su nombre se había esparcido en toda Rusia, y sus intenciones habían sido malinterpretadas por programas de chismes y artículos amarillistas. Ya no podía huir de ahí.... su única esperanza habitaba en ese burdel.

    - Yūri, ya que terminaste... ¿Puedes llevarle la comida a Yuratchka? – Lilia lo tomo por sorpresa.

    - ¿Eh?... ¡AH, sí! – Yūri acomodó su silla y con cuidado tomo la bandeja que le había ofrecido Lilia. Desde aquel día Yuri seguía confinado en su habitación, no salía para nada... y desde entonces Yūri es el encargado de llevarle los alimentos en las tres comidas diarias.

    - YŪRI... cuídate de ese gatito, que cuando menos lo sientas... BUM, te dará una mordida –

    - Mila, silencio – Lilia cayó a la chica inmediatamente. Sin más, Yūri subió las escaleras hacia la segunda planta, caminando todo derecho y dando vuelta a mano derecha... hasta el final del pasillo se encontraba la habitación de "Ágape".

    - Buenas tardes.... – hablo Yūri sin recibir respuesta – ... yo, traje tu comida... como todos los días... ¿Puedo pasar? –

    - ................. – silencio total, al parecer Yuri se encontraría en la ducha o en el baño. Decidió entrar, mala idea al ver como una botella de cristal era rota en la pared a escasos centímetros de su rostro.

    - AHHHH – grito Yūri, caso tirando la bandeja de no haberla sostenido correctamente.

    - Tch, falle... – suspiro decepcionado el rubio. Plisetsky se encontraba acostado en su cama, con pinta de aburrimiento y molestia.

    - Sólo vine a dejarte tu comida... ten. Buen provecho – con rapidez el doncel peli-negro dejo la bandeja sobre una mesa.

    - Oye, ¿En serio te asustaste?... pobre de ti – se burló Yuri – y dime, la comida estaba deliciosa o la vomitaste como antes lo hacías – a Yūri no le gustaban aquellos comentarios.

    - No, estuvo deliciosa –

    - Que podía esperar de un cerdo como tú, ahora tienes que comer doble... por ti, y ese bastardo –

    - Mi hijo no es ningún bastardo. Él es un Nikiforov... –

    - Por favor, es obvio que tus razones para haber querido matar a Viktor fueron por salir embarazado de algún amante tuyo. De seguro enloqueció y al intentar golpearte casi lo matas –

    - Cree lo que quieras, no tengo que darte explicaciones – Yūri no estaba dispuesto a escuchar más tonterías – sólo estas celoso por lo que ocurrió antes –

    - Celoso ni en tus sueños – bufo Yuri – vives un matrimonio forzado, eres gordo y nadie te ama. Te busca la policía, tu hijo te odia y la única manera de sobrevivir es esconderte... en un burdel, trabajando como sirviente hasta el nacimiento de tu bastardo. Viviendo con el miedo de ser encontrado y aprisionado, quitándote a tus hijos... o sabiendo que en cuanto eso nazca... – apunto hacia el vientre del japonés – comenzarás a vivir en el mismo infierno que nosotros –

    - Este lugar no es un infierno – dijo Yūri, afirmando a ciegas.

    - Tu que sabes... no eres más que un doncel llorón – la mirada de Yuri desprendía lástima, burlándose de la situación en donde había caído Yūri, sabiendo lo que le acontecía a futuro – sólo espero estar presente cuando caigas en la desesperación –

    - ..... – Yūri no quiso estar más tiempo ahí, rápidamente salió sin despedirse.

    Ese lugar no parecía un infierno. Lo cuidaban, alimentaban y vestían. Claro que, al costo de su trabajo y bajo amenaza... pero no todo en la vida era perfecto y Yūri era conformista, demasiado.

    Esperando a que las cosas no empeorarán en su nuevo capítulo de vida... o por lo menos eso pedía. Aunque...

    La vida... la vida no era amable con nadie, y mucho menos para las personas como Yūri.


    Continuara...


    ..................................................




    UFFFFF, TREMENDO CAOS QUE ESTAR COMENZANDO. INTRODUCIMOS MÁS A SALA Y AHORA A EMIL, Y TENEMOS LA MENCIÓN DE LA DESAPARICIÓN DE MICHEL... ¿DONDÉ ESTARA? LILIA SERÁ EL DIABLO, Y YUU LE ACABA DE VENDER SU ALMA. LA RELACIÓN DE YURIO Y YUU ES COMPLICADA, ESPEREMOS LOS DEMÁS NO SALGAN AFECTADOS POR ELLOS.

    GRACIAS POR LEER Y COMENTAR, NOS VEREMOS EN LA PRÓXIMA ACTUALIZACIÓN.

    KUROSHIRO FUERA... :]
  8. .
    HOLA, HOLA... KUROSHIRO ESTA DE REGRESO. ESTA VEZ TARDE UN MES EN ACTUALIZAR, QUE HORRRIBLEEEE. ESPERO NO ME VUELVA A PASAR ESTAS COSAS, PERO SON INEVITABLES CUANDO LA VIDA PERSONAL SE METE EN TUS TIEMPO LIBRES. NI MODO, YA PASO, PIDE DISCULPAS Y DEJO LA CONTINUACIÓN DE ESTA HISTORIA DONDE SE QUEDÓ, Y ES QUE EL INICIO DE ALGO TERRIBLE SE ACERCA.

    Anne onodera takano: Gracias por leer y comentar. Es cierto, es triste por lo que tuvo que pasar Yuu. Malamente tuvo que esperar a este ese momento para que vea de lo que es capaz Viktor, ahora ya no debe dudar en actuar e irse ya.

    ~The Purpeter~: Gracias por leer y comentar, se sintió tu ausencia y estoy feliz de verte por aquí nuevamente. Amo cuando le desean mal a este Viktor, todos estamos esperando el momento del karma.


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    CAPÍTULO XIV: Quiebre total




    La mañana era fría, ni el aire acondicionado podía remediar la temperatura del departamento. El joven Nikiforov aún dormía en su tibia cama llena de enormes cobijas muy abrigadoras.

    De igual manera Viktor Nikiforov dormía plácidamente en la cama de su habitación... donde debería estar de igual manera su esposo, pero no se encontraba ahí. Yūri no había conciliando el sueño por lo ocurrido la noche anterior, se encontraba sereno viendo a la nada, inerte en su propio mundo... aun así, con una mano acariciaba el pelaje de Makkachin. Por acción propia tomo su celular e intentó llamar a aquel número que sabía no contestaría...

    - ¡Hola, soy Phichit!... En estos momentos no puedo atenderte, lo siento... pero puedes dejar un mensaje después del tono y cuando pueda te atenderé con mucho gusto...

    - Phichit... – comenzó a hablar con lentitud – t-tenías toda la razón. Viktor no es una buena persona, ni siquiera estoy seguro que sea un ser humano... – fue inevitable que comenzara a llorar, su alma era agobiada por una gran tristeza – Viktor fue capaz de violarme, me golpeo y yo luche... juro que lo hice... a-aun así, no pude evitar lo que me hizo... –

    - *PIIIIIIIIT* – el sonido de la contestadora llena sonó. Yūri lloraba incontrolable, el dolor de haber sido penetrado con fuerza aún se sentía en su parte baja. Al ir al baño notó un sangrado en su parte trasera, de igual manera reviso la herida del puño de Viktor en su rostro. Tendría que usar maquillaje hasta que bajará la hinchazón.

    La parte dolorosa de lo ocurrido; en si no era el sufrir físico, si no el hecho de soportar el teatro de la familia feliz aun sabiendo que tipo de bestia tenía al lado... y todo por Iván. Aunque una idea descabellada invadió la cabeza de Yūri, pensando detenidamente los pros y los contras de aquella idea absurda... tal vez tenía una posibilidad de ser feliz, tal vez podía serlo si se iba, llevándose a Iván.

    - No.… es estúpido – reflexiono nuevamente sacándose esa torería de la mente. Preparaba el desayuno que esa mañana alimentaria a su familia.

    - Buenos días, mami – Iván radiaba alegría. Había terminado cansado del día anterior, tanto que lamentablemente no escucho la discusión ni las acciones de sus progenitores.

    - Hola, mi amor – Yūri no pudo contenerse, abrazo a su hijo de manera amorosa. Protegería a su pequeño de cualquier cosa, él no debía enterarse de lo sucedido hace unas horas – te prepare unos ricos huevos revueltos con tocino y jamón – susurro al oído del infante.

    - Mi pancita ya tiene ganas de saborear tu comida, mami – el pequeño Iván no se contuvo en darle besos a Yūri. Ambos se sentaron en la mesa uno frente al otro, compartiendo un desayuno encantador – la comida de mamá siempre es deliciosa, nunca me cansare de comerla –

    - Algún día tendrás que crecer y yo no estaré ahí para cocinar, por ello tendrás que aprender o conseguir un doncel te haga de comer –

    - NO.… nunca me iré de tu lado, jamás me casare para no irme de casa y vivir por siempre juntó a ti – el pequeño Iván se escuchó tan seguro, lo único que Yūri podía hacer era sonreír y no contradecir a su pequeño.

    - Lo que tú digas, amor – pero en realidad Yūri deseo con todas sus fuerzas, que Iván creciera y él mismo se fuera de esa casa... así Viktor acabaría con ese matrimonio.

    Porque Yūri era un cobarde, que a pesar de vivir en agonía usaba de pretexto a su pequeño... aunque este sufriera sin darse cuenta. Condenando a Iván a darse cuenta de la verdad en un futuro... si eso ocurría, ¿Con quién se iría Iván?

    Nunca lo había pensado tan seriamente. Si el niño se daba cuenta de la situación, si llegaba a separase de Viktor... ¿Iván se iría con él?

    - Yūri, tengo hambre – tan inmerso en sus pensamientos y preocupaciones, jamás notó la presencia de Viktor en la mesa. El ruso despertó y sin mucho esfuerzo saludo a su esposo, ignorado en su totalidad sólo se sentó al lado de su hijo – deseo también un café muy cargado –

    - S-Si – Yūri tembló, la voz y órdenes de Viktor lo tenían muy asustado. Trataba de disimular lo mejor posible frente a Iván.

    - Papá, ¿Crees que debería quedarme contigo y con mamá toda la vida? – el pequeño Iván insistía con el tema. Pero la mirada severa de su padre le dijo la respuesta que no esperaba... aunque, en su mente Viktor reía.

    - "Qué idea más estúpida se te ha metido en la mente, hijo" – pensó Nikiforov, acaricio la cabeza de su hijo diciéndole... – estarás con nosotros los años que sean convenientes, después tu decidirás cual será tu camino... espero que con nosotros – mintió.

    - SI, así podremos ser siempre una familia feliz... –

    - Aquí está tu café, querido – Yūri no tuvo delicadeza al dejar la taza de café sobre la mesa, derramo unas cuantas gotas sobre el mantel y sobre su mano... aunque dolía no se comparaba con la rabia de no poder hacer nada en contra de Viktor.

    - M-Mamá – Iván al escuchar el sonido de la mesa y ver la mirada rabiosa de su madre, por primera vez sintió un escalofrío que tal sólo su padre no hacía sentir.

    - Lo siento – se disculpó al ver los ojos acuosos de su hijo – la taza se me estaba resbalando, iré a curarme la herida al baño – retiró su mano de la mesa y se encaminó hacia el baño.

    - Mami de despertó de mal humor – afirmaba Iván sin saber a ciencia cierta si era verdad.

    - Puede ser, hijo – contesto Viktor antes de sorber su café, era caliente y muy delicioso. Se sentía satisfecho de la bebida – puede ser – reafirmo nuevamente. Mirando hacia la nada tratando de no reír por el comportamiento de su esposo.

    Porque él había transformado a Yūri en una persona más inestable e insegura de si... y eso le encantaba. Viktor se sentía satisfecho de haber quebrado a su propio doncel.

    ~•~•~•~•~•~



    - Quiero que te sientes en las gradas sin llamar la atención. No eres más que un espectador más – indico Viktor con voz severa a su esposo. Había pasado un mes de aquella horrible nueva realidad para Yūri, y en más de una ocasión se había repetido.

    El día de hoy por petición de Iván el doncel peli-negro fue a ser espectador de una de sus prácticas. El joven había visto decaído a Yūri las últimas semanas, se podría decir que hasta ausente y ya no jugaba con él como antes. También los mimos habían ido desapareciendo del vocabulario de su madre... haciendo que extrañara esas palabras llenas de amor.

    A Viktor no le agrado mucho la idea de llevar a su esposo. Le importaba poco la presencia del japonés en la pista, lo que le preocupaba y carcomía era... que por alguna razón Yakov notara el cambio de su esposo, y que ese en un ataque emocional le dijera lo que ocurría. No podía permitir un contacto entre su entrenador y Yūri, aunque fuera la mirada más pequeña.

    - No me moveré – contesto Yūri, su voz había sido tan baja que tal sólo pudo pronunciar en susurro. Viktor estaba ya acostumbrado a la actitud del japonés.

    - Más te vale – le susurró al oído, retirando de hacia la pista juntó a un montón de niños y su hijo. La mirada azulina de Iván reflejaba alegría, el ver a su madre entre las gradas no.

    - Veo que Yūri los acompaña – dijo Georgie a Viktor quien estaba parado aún lado de él – deberá ir a hablarle –

    - Ni lo intentes... está de mal humor y créeme, actúa extraño cuando se encuentra sentimental –

    - Eres su esposo, deberías decir cosas dulces de él... no denigrarlo – Georgie estaba molesto, levantó la mano para saludar a Yūri desde lejos. El doncel tan sólo movió la mano con suavidad sin levantar mucho el brazo.

    Yūri se encontraba tan vacío y con desesperación, quería desahogar su sentir con alguien, pero el ya no tenía a nadie que lo pudiera ayudar. Debió acceder a Plisetsky cuando se le propuso aquello, debió escuchar a Phichit en su momento, tenía que obedecer a su padre sobre las advertencias... pudo hacerlo, pero el tiempo no podía ser rebobinado...

    - Estoy sólo – suspiro con pesadez, ¿de qué serbia llorar ahora?... ya nadie podía hacer nada. Viktor era un varón lleno de poder en Rusia, nadie ahí podría ayudarlo... ni siquiera Yakov podría con alguien como Nikiforov.

    - Buenos días – una voz tan varonil y suave lo arrebato de sus pensamientos. Otabek se encontraba a su lado, sonriéndole con gentileza y calidez.


    - Hola – respondió el japonés con pena, miro sin querer hacia la pista... temía ver a Viktor molesto por alguna acción suya.

    - ¿Qué pasa?, estas pálido y tembloroso – Otabek con discreción veía las acciones de su ídolo... estaba asustado, asustado de Viktor Nikiforov – ¿Quieres que me aleje un poco? –

    - Quiero vomitar – susurro Yūri, que con rapidez se alejaba de las gradas en dirección al baño. Le importo muy poco si alguien se encontraba en el baño, abrió la primera puerta de un inodoro vacío y descargó todo su estómago ahí... algunas arcadas continuaron luego de haber agotado todo el líquido en el asiento de porcelana. Había olvidado como se sentía aquel acto... era horrible.

    - YŪRI – rápidamente Otabek llego al baño, intentando ayudar un poco al japonés – ¿Te sientes mal?... quieres que vaya por Vik... –

    - No, por favor – contesto con súplica – debió haber sido algo que comí, últimamente la comida me cae muy pesada y acabo de recuperarme de una enfermedad... mi estómago aún esta sensible – se justificó, lo último que quería era al kazajo metiendo de en un lío con Viktor cuando no tenía nada que ver – estaré bien –

    - Tu boca me dice eso, pero tus ojos dicen lo contrario – suspiro resignado – correcto, te dejare sólo ahora. Sólo sugiero que vayas a un médico, no quiero que nada malo te pase... eres mi héroe, ninguna persona quiere ver a su héroe en mal estado –

    Otabek no dijo nada más, tan sólo salió de los baños y volvió a las gradas. Nadie notó la ausencia de Yūri hasta casi la hora de irse... él tan sólo se refugió en uno de los asientos en el auto de Nikiforov.

    Al día siguiente y al siguiente los síntomas de mareos y vómitos comenzó a darse con más frecuencia. Yūri jamás se imaginó que en una ida al hospital le darían la noticia menos esperada...

    ~•~•~•~•~•~



    - Felicidades, señor de Nikiforov... se encuentra en estado. Tiene doce semanas de gestación – indicó la mujer que lo había revisado. La noticia no era tan grata como la mujer pensó, Yūri estaba congelado... en shock – ¿se encuentra bien? –

    - G-Gracias, me iré a casa – tomo los papeles de sus resultados, salió del hospital y con rapidez camino hacia un parque... el más cercano a su hogar.

    Por su cabeza pasaban las imágenes del principio de su relación con el ruso. Cuando su joven y dulce corazón deseaba un pequeño ángel con genes Nikiforov y suyos... aquellos deseos siempre lo avergonzaban. Nunca espero que, su anhelo más grande lo condeno a una vida de sufrimiento.

    Pero no culpaba a Iván, él nunca sería culpable de nada. Su pequeño era el único salvavidas en un mar de angustia... pero su nuevo hijo se había convertido en un peso atado a su pierna, quien lo hundía más en la desesperación.

    - ¿Qué debo hacer? – se preguntó a sí mismo. Era agobiante no tener con quien contar, pedir consejos o simplemente tener un apoyo emocional.

    Quien se imaginaria que un joven doncel tan dulce, con amistades y familia que lo amaban incondicionalmente, dedicado a ser patinador sobre hielo con un gran futuro y sueños... terminaría sólo. Yūri ya no sabía quién era en esa vida.

    No tenía un propósito para seguir viviendo. Había perdido la esperanza... sólo era un cascarón vacío al manejo de su marido.

    - Dijiste que no tardarías – Viktor llego antes de lo esperado, no le dio tiempo al japonés de pensar nada y por andar preocupado por la situación no cálculo cuanto tiempo estuvo fuera.

    - L-La cita se aplazó media hora – no podía verlo a la cara, lloraría si lo hacía – no me dio tiempo de llamarte o enviar un mensaje –

    - Nadie te cree eso – Viktor no estaba de humor, ocurría esto ocurría eran las ocasiones en que se ponía más violento... desquitaba su presión y estrés en Yūri – ¿Con quién estabas?... de seguro fuiste con aquel estúpido kazajo, ¿No es así? –

    - No metas a Otabek en esto – no soportaba ser tratado como un infiel cuando Viktor era el único que lo hacía, y tampoco dejaría que insultaran a un amigo... su único amigo ahora – escucha, tienes razón. Mentí sobre el aplazo de la cita, pero era porque diré un tiempo pensando en la banca de un parque antes de llegar aquí – respiraba con nerviosismo, Yūri tenía que buscar las palabras correctas para decirle sobre su embarazo – la doctora me dijo una noticia la cual me altero un poco, necesitaba pensar –

    - ¿Y que podría ser tan importante como para alterarte?... eh, Yūri – Viktor se acercó más hacia su doncel, imponía su presencia sobre Yūri, poniéndolo nervioso.

    - Aléjate de mi – era horrible sentir miedo de tu agresor, más si era tu marido. Viktor disfrutaba aquella expresión, no tuvo compasión al tomarlo de los brazos.

    - ¿Por qué?, yo no estoy haciendo nada malo. Tan sólo toque a mi esposo... dime, ¿Es malo querer acariciar a mi pareja? – una caricia no requerida en la mejilla, el miedo se disparó. No quería seguir sintiendo aquello.

    - Estoy embarazado – confeso sin delicadeza, las palabras se salieron de sus labios sin consideración. Yūri tan sólo miraba la expresión de sorpresa de su marido, la cual rápidamente cambio a una más desesperada y molesta.

    - No es posible... NO ES POSIBLE – con ira choco sus puños contra la pared, en su acción tiró una fotografía familiar rompiendo el cristal del marco... un mal augurio.

    - V-Viktor... –

    - Prometiste que esto no ocurriría de nuevo, lo prometimos después del nacimiento de Iván... sabías perfectamente que no debía pasar – la molestia en la voz de Viktor era perceptible. Parecía león enjaulado, girando de un lado a otro. No evitaba jalarse los cabellos platinados de la desesperación – Iván es mi única razón para mantenerme a tu lado, sabíamos que en cuanto cumpliera la mayoría de edad nos separaríamos. Él tan sólo tiene cinco años, y ahora tendremos otro... –

    - Eso duele –

    - La verdad duele, querido – las lágrimas de Yūri no lo hacían sentirse mal, tan sólo lo molestaban en mayor medida... necesitaba calmarse si no cometería una estupidez. La mecha de su ira era corta, sólo necesitaba una razón para explotar – aborta –

    - Q-Qué... NO – de nuevo aquella propuesta, no podía creer que lo estuviera sugiriendo – no lo haré. ¡No quise aquel día, no lo haré ahora! –

    - Me encadenaron a ti hace años... pero ahora no tienes a nadie para apoyarte. Celestino tiene años de no hablarte, tus padres te odian... Phichit ya no te quiere – Viktor no tenía compasión, ya no – yo soy tu única familia, si quieres permanecer a mi lado tendrás que desacerté de eso –

    - No tienes corazón... ¡ES TU HIJO! – ya no importaban ni su relación con Viktor ni el amor que le profesó por años – no abortare, no puedes hacer que cambie de opinión... ni ahora ni nunca –

    - No me dejas opción – Viktor llevo el cuerpo de Yūri hacia el suelo, sin mucha consideración ahorcando su cuello con fuerza.

    El pobre doncel al sentir aquella obstrucción involuntariamente llevo sus brazos al mismo lugar, forcejeando e intentando quitar la mano de Viktor.

    - No quiero matarte, tan sólo quiero evitar que forcejees – con su otro brazo formaba un puño, preparando un punto fijo en el vientre del doncel – tranquilo, seré rápido y certero –

    Yūri tuvo un momento de terror, sabía las intenciones del ruso y con lágrimas en los ojos llego a la conclusión más difícil de su vida como esposo y doncel... no dejaría que Viktor lo lastimara nuevamente.

    - DÉJAME – soltó un grito con el último respiro de aire que cargaba en sus pulmones. Soltó una patada en las partes bajas de su marido, haciendo que Viktor lo soltara su cuello dejándolo libre – ahg... d-déjame – repitió entre jadeos, tratando de respirar mientras se alejaba del varón.

    - Mal... dito... – Viktor sufría un infierno con aquel golpe. Ahogaba sus ganas de llorar, se enfocó totalmente en hacer pagar a Yūri por ello – no te escaparás de mi... voy a matarte a golpes – arrastrándose de igual manera por el suelo tomo el pie del doncel desde el tobillo, jalándole con fuerza así él y poniéndolo a su alcance – te matare a ti y ese bastardo –

    - No lo harás... no te dejare – Yūri con todas sus fuerzas intentaba alejarse, gracias al piso era imposible – DÉJAME EN PAZ – como última alternativa y al notar el cuadro el marco con la fotografía en el suelo lo tomo, no pensó en nada cuando con fuerza después de ser jalado de nuevo por Viktor lo golpeara con la punta del marco.

    - ¡¡Ahg... Y-Yūri!! – Viktor se quejó, pero su doncel no le dio tiempo de más. Otro, otro y otro golpe fue dado en la cabeza platinada, las salpicaduras de sangre manchaban su alrededor.

    Yūri asustado y con los ojos cerrados por fin soltó el marco. Al abrirlos fue un shock ver la imagen frente a él. Sin duda ese charco de sangre provenía de la cabeza de Viktor.

    - V-Viktor... – el miedo comenzó a invadirlo, más al escuchar la puerta de su casa abrirse dejando entrar a su hijo y a la vecina del piso de abajo.
    - Mamá... P-Papá – Iván se paralizo. La imagen era un tormento; Yūri salpicado de sangre y Viktor tirado en el suelo, boca a bajó y sin moverse... con una herida abierta.

    - ¡¡Por Dios!! – grito la chica. Sala Crispino era la vecina de juntó, tenía un gato de mascota el cual Iván adoraba, debes en cuando paseaba por su casa una hora... al parecer uno de esposo días había sido hoy – tengo que llamar a una ambulancia – ignorando un poco la presencia del doncel, se acercó a Viktor para sentir el pulso... Sala es enfermera – tiene pulso, aún estamos a tiempo –

    - I-Iván – Yūri trato de acercarse al pequeño... fue un desastre.

    - No.… aléjate –

    - Hijo... –

    - No, no, no, no, no.… eres malo, mataste a papá – comenzó a sollozar – él era bueno, me quería y te quería... Y LO MATASTE – se acercó corriendo hacia Yūri y comenzó a golpearle el pecho con sus puños – te odio, te odio, te odio, TE ODIO –

    - No digas eso... por favor – Yūri sentía un gran dolor sobre su pecho – Iván... –

    - Yūri, llame a emergencias – Sala llego de nuevo preocupada al ver como Iván le gritaba al doncel – ahora necesito detener la hemorragia. También tuve que llamar a la policía, necesitan saber lo que ocurrió –

    - Mejor que se vaya – Iván estaba dolido. Se acercó para abrazar el cuerpo de su padre, lanzando con desprecio la mirada llena de ira y desprecio – es un asesino, lo meterán a la cárcel y morirá ahí... sería lo mejor. Pero yo no lo quiero ver aquí, ya ha lastimado suficiente a mi padre –

    - IVÁN – Sala no soportaba la actitud del niño.

    - Tiene razón, tengo que irme... l-lo siento – Yūri tenía que pensar el su hijo, la policía de seguro le quitarían la custodia de ambos... no podría soportar aquello – perdóname, Sala –

    - Yūri... YŪRI – intentó seguirlo, pero no podía dejar sólo a Viktor o a Iván.

    - Cobarde – susurro Iván sin despegar la mirada del cuerpo de su padre.

    ~•~•~•~•~•~



    - Bienvenido a casa, cariño – Seung preparaba la comida cuando llego Phichit. Ambos estaban viviendo actualmente en el departamento de Seung.

    - Quería verte ya. Celestino me tiene en la pista todo el día – Phichit beso la mejilla de su pareja, dejo sus cosas en el sillón y acaricio la cabeza del perro de Seung – estoy agotado –

    - Eres un quejoso – río por la expresión sufrida del tailandés – por cierto, hay un nuevo mensaje... –

    - Sabes que no me gusta escuchar esos mensajes –

    - No seas bebé, podría ser importante... sabes que Yūri está arrepentido, ¿No ha sufrido lo suficiente? –

    - Al parecer no – contesto, aquello molesto demasiados al doncel coreano – de acuerdo, lo escuchare... pero tú lo harás conmigo –

    - Esta bien – Phichit apretó el botón de la contestadora. Varios mensajes fueron escuchados hasta que llego a escucharse la voz de Yūri.

    - P-Phichit... ya no sé qué hacer, estoy desesperado – entre sollozos y dolor no sabían determinar lo que sucedía – acabo de matar a Viktor, e Iván me vio... me desprecia... salí huyendo de casa, creo que la policía me persigue – ya más calmado trato de sonar más claro – no quiero que me separen de Iván o de mi nuevo bebé... tu eres al único en quien confió... – término el mensaje. Rápidamente Phichit busco su celular y marcar sin éxito de ser atendido.

    Él o Seung no podían saber, que el celular al que se comunicaban se encontraba tirando dentro de un callejón, totalmente abandona... y sin señales del doncel japonés.


    Continuara...


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    Y AQUI SE VIENE EL DRAMOOOOOON. ESPERO DISFRUTEN DEL DOLOR QUE LES VOY A OCACIONAR Y ME DUSCULPO DE ANTEMANO PORQUE VAN A SUFRIR.

    MUCHAS GRACIAS POR LEER Y COMENTAR, NOS VEMOS LA PRÓXIMA ACTUALIZACIÓN.

    KUROSHIRO FUERA... *^^*
  9. .
    HOLA, HOLA... KUROSHIRO DE REGRESO. AHORA SI PUDE CUMPLIR CON MI ACTUALIZACIÓN DE LA SEMANA EN MI DÍA ASIGNADO, ESTOY FELIZ. ESPERO ESTE CAPÍTULO NO LES DE UN MAL SABOR DE BOCA. UNA DISCULPA DE ANTE MANO.

    Anne onodera takano: Gracias por leer y comentar. Phichit es un chico que lucho siempre para que Yuu abriera sus ojos, termino agotándolo al saber que esto aún no pasaría. Viktor es un hombre que solo piensa en él, Yuu lo descubrió poco despúes de su matrimonio, pero pensó "ya cambiara"... y nunca pasó.


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    CAPÍTULO XIII: Pesadilla, dolor y sueños rotos



    - ¡Hola, soy Phichit!

    - PHICHIT… –

    - En estos momentos no puedo atenderte, lo siento… pero puedes dejar un mensaje después del tono y cuando pueda te atenderé con mucho gusto… *PIIIT* – Yūri sintió un fuerte dolor en su pecho al ser interrumpido por la contestadora, rápidamente tomo valor para dejar su mensaje.

    - Phichit… soy Yūri – con voz quebradiza intento siguió hablando – he tratado de comunicarme a tu celular… has ignoras mis llamadas y mensajes. Y-Yo en verdad siento haberte decepcionado nuevamente, pero no puedo dejar mi matrimonio de una manera tan a la ligera… Iván a estado más feliz que nunca desde aquel día; además que Viktor y yo hemos tenido más comunicación. Creo que en esta ocasión toda ira de… –

    - *PIIIIIIIIT* – ese sonido de la grabadora llena se escuchó en su celular, suspiro resignado. Desde aquel día Yūri había tratado incontables veces en comunicarse con el tailandés, sin éxito alguno – con este día se cumple dos meses – susurro para el mismo, Yūri se levantó del sillón y miro el reloj de su pared – ya casi es hora –

    - Yūri, ¿Estás preparado? – Viktor salió de la habitación, acomodando su corbata y vistiendo un traje gris muy elegante. Yūri vestía algo menos glamuroso, pero igual de elegante, con una camisa manga larga color beige y unos pantalones negros entallados – estas muy… apretado – dijo Viktor al mirarlo con aquella ropa.

    - ¿Tú crees? – Yūri se juzgaba nuevamente frente a un espejo. Era verdad que últimamente había engordado un poco y había comenzado a verse nuevamente en los espejos – creo que tienes razón, mis pantalones haces que mi estómago se salga por los lados… me veo gordo –

    - No, no exageres – cuando el doncel dijo aquello una sensación de temor invadió los pensamientos de Viktor… “rayos, dile algo” – tan solo tenemos que acomodar un poco tu camisa y el pantalón – Viktor se acercó, al final había arreglado el problema – tal vez la lavadora comenzó a encoger la ropa… ¿Lo ves?, te vez sexy – para evitar que aquellas dudas comenzaran de nuevo en la cabeza de Yūri, comenzó a darles besos por las mejillas – ¿Mejor? –

    - Si, mejor – aquel gesto alegro un poco a Yūri, sin tomar más en cuenta aquella imagen suya frente al espejo prefirió tomar su abrigo y encaminarse hacia la puerta del departamento. Viktor cerro, junto a ellos venia Makkachin… los tres subieron al auto para dirigirse hacia la presentación de su hijo.

    Era una tradición de Yakov hacer una presentación de los niños que estaban bajo su cargo como pupilos. El centro deportivo se llenaba por los padres y conocidos de los niños que estaban deseosos de ver a sus pequeños sobre el hielo. Había una pequeña competencia, una para determinar quién tenía mejor avance… y quien un futuro podía dedicarse a este deporte. Obvio también había un pequeño premio monetario y un regalo sorpresa para el niño o niña. Eran dos competencias, una para cada sexo.

    - Viktor, Yūri… me alegra verlos a tiempo – dijo Yakov, recibiendo con alegría al joven doncel de su pupilo mayor – te vez hermoso, tenía mucho tiempo sin verte –

    - Gracias, Yakov… también extrañaba verte – Yūri siempre considero a Yakov como un segundo padre, y era la única persona que podía escucharlo y hacerlo sentir especial; además de su marido, claro… aunque no de manera sexual.

    - Iván ya está listo para la presentación, se encuentra demasiado emocionado… y ansioso por usar la rutina que su padre creo – Viktor expreso una risa agradable, rara vez en él.

    - ¿En verdad?, después de todo “In Regards to Love: Agape” es perfecta para un niño tan dulce como lo es Iván – Viktor estaba orgulloso de su creación. La melodía había sido creada después de ver a Yuri bailar… aquella figura angelical emanaba inocencia y pureza a pesar de su profesión. ¿Quién diría que la inspiración de su amante serviría para el futuro prometedor de su hijo?

    - ¿No crees que esa rutina es muy compleja para alguien tan pequeño como Iván?, digo… sé que es tu hijo, pero no podemos esperar a que el pequeño sea igual de prodigioso que tú – Yakov había dudado en verdad si Iván era capaz de realizar aquella rutina sin ningún incidente. Las primeras veces fueron terribles y al no ver mejoría Viktor solicito lo dejaran entrenar él a su propio hijo… grande fue la sorpresa cuando la idea funciono, y la mejoría de Iván fe creciendo, aunque con dificultades mínimas.

    - Iván es un niño muy valiente y no le teme a los errores, eso me gusta de nuestro hijo… cree en sí mismo, una determinación que yo desee tener cuando era un joven patinador – la nostalgia en las palabras de Yūri eran notorias, ninguno de los rusos tuvo algo que decir… tan solo dejaron que Yūri se hundiera en sus recuerdos, suspiro tranquilo regalando una bella sonrisa al final – mi bebé será el mejor patinador del mundo, superándome a mi… y superando a su padre –

    - Esperemos así sea – dijo Yakov con entusiasmo, al parecer Iván ya tenía la aprobación de Yūri también para llegar a ser un patinador profesional. El temor del japonés por la prensa y el daño que podían hacerle a su hijo comparándole constantemente con su padre poco a poco iba desapareciendo… simple, Iván parecía tener una pasión mayor por el hielo de lo que Viktor llego a tener, parecido a lo él sentía de pequeño cuando patinaba en la pista en Hansetsu. No quería negarle la felicidad a su retoño.

    ~•~•~•~•~•~



    La competencia comenzó con el programa de las chicas, eran tan lindas y joviales. Muy en el interior de Yūri siempre deseo tener un hijo más, de preferencia una niña… la pareja de hijos que muchos matrimonios cotizan. Quería ver crecer a Iván con un amor inmenso como el que le dio su hermana a él, la protección y mimos que podía llegar a haber; aquellas peleas sin sentido y travesuras que podían llegar a realizar. Pero el destino, o más bien Viktor no quería una razón más por la cual permanecer más años junto a Yūri.

    - Viktor… quisiera tener otro bebé – ahora que las cosas habían “cambiado” ente ellos, ¿Estaría mal desear nuevamente aquello sueño?

    - ¿Eh?... estas preguntándome eso en serio o solo bromeas – Viktor miraba atento las presentaciones de más pequeñas, nunca espero recibir aquella pregunta de su esposo en un momento así. Precia muy cruel con su contestación, pero en realidad no esperaba que en verdad Yūri hablara en serio – oh vaya, no sé qué decir – rio esperando a que Yūri dijera “olvídalo”, pero no… esperaba una respuesta de su parte.

    - Sé que tienes miedo – Yūri en verdad deseaba un hijo, aun si fuera por Iván o por el mismo Viktor… lo quería para él. Un deseo egoísta amelado por años – nosotros solo estamos en un acuerdo por Iván, pero en verdad deseo un hijo… alguien a quien cuidar y mimar, verlo jugar con Iván, escucharlo decirme mamá… y a ti papá –

    - Yūri, no lo sé… habíamos quedado en claro que solo Iván – no quería comenzar una pelea o discusión en un lugar como ese, Viktor trato de disuadir el tema por ahora – hablaremos en casa… te daré mi opinión sobre el tema –

    - D-De acuerdo – Yūri sentía que algo cambiaria, tal vez… tal vez Viktor en verdad estaba reconsiderando su propuesta.

    ~•~•~•~•~•~



    Yūri salió corriendo de su asiento hacia el baño, las competencias de las niñas habían terminado… ahora era el turno de los niños, tenía que regresar rápido a su lugar antes de que su pequeño comenzara a participar, pero al mismo tiempo que él varias personas tuvieron la misma idea… el baño estaba repleto, tuvo que realizar una fila inmensa y el programa de los chicos casi comenzaba.

    - Diablos, tarde más de lo debido – Yūri rápidamente corría entre las personas, chocando con unas cuantas y disculpándose con vergüenza. Pero no pudo evitar chocar con una figura azabache – LO SIENTO, EN VERDAD YO… –

    - Señor Katsuki – dijo el chico, y no cualquiera… era Otabek – digo, señor de Nikiforov – ayudo al doncel a levantarse, acomodándole los anteojos.

    - No pensé verte nuevamente… y de una manera similar a la anterior – Yūri reía avergonzado, viendo la expresión preocupada del varón quien pensaba que le había causado algún daño a su persona – estoy bien, gracias por la ayuda y disculpa por ser algo despistado –

    - No, soy yo quien debe disculpase. Estaba distraído, tengo que llegar a la mesa de jueces, pero tenía hambre… así que fui a comprar algo, aunque no debía –

    - ¿Acaso eres juez de la competencia? – pregunto Yūri sorprendido. No esperaba que el mundo fuera tan pequeño – mi hijo está compitiendo… en unos minutos más –

    - ¿En verdad?, estoy sorprendido – Otabek no esperaba que el patinador japonés de 23 años, Katsuki Yūri… tuviera un hijo tan grande – perdón por ser un metiche, pero… ¿No eres muy joven para tener un hijo? – avergonzado por la pregunta, Otabek entendía perfecto su el japonés se enojaba por juzgarlo… ese doncel podía hacer lo que quisiera en la vida y no tenía que meterse.

    - Tuve a Iván a los dieciocho, actualmente él tiene seis… esa fue la razón de mi retiro tan repentino, y mi matrimonio – Yūri relataba su pasado sin pena, Otabek era un recién conocido… pero le daba tanta confianza, no tenía miedo de ser juzgado por él… porque sabía perfectamente que; aunque el azabache lo hiciera, no le diría nada para no ofenderlo – cuando me dijiste que eras patinador, no pensé que fueras profesional… perdón – rio nervioso – yo creí que eras novato –

    - Muchos lo creen, es raro escuchar del patinador kazajo Otabek Altin. Pero mi sueño es vencer a los mejores y darle gloria a mi país – Yūri sonrió. En verdad él y Altin compartían una meta similar… esperaba que el varón llegara a realizar sus sueños – sueño muy tonto, sé que es pronto para enfrentarme a los grandes… no podría vencer a tu esposo. Ese Nikiforov es una bestia en el hielo –

    - Si te lo propones puedes lograrlo – ambos se miraron fijamente. Era tan fácil hablar el uno con el otro… el tiempo pasaba tan lento, y Otabek noto que ya era hora de volver.

    - Lo intentare, gracias – se acercó sin miedo, regalándole un abrazo lleno de agradecimiento y alegría. Hablo y estaba abrazando a su más grande héroe, su inspiración… hoy era un gran día – tengo que calificar a los chicos. Mirare con mucha atención la presentación de tu hijo –

    - Si, adiós – Yūri sentía una felicidad inmensa. Para él era difícil conversar con alguien, esa barrera desaparecía cuando aquel chico kazajo conversaba con él. Tal vez porque ambos eran muy reservados, se notaba por la mirada seria de Otabek casi atemorizante… pero solo tenía que entrar en confianza.

    - ¿Acaso para ti es mejor quedarte aquí abajo, platicando con un estúpido varón? – miro hacia la dirección de la aquella voz. Viktor emanaba un aura molesta, llena de ira – preocupándome por ti, salí de mi lugar porque Iván quiere vernos juntos… y que me encuentro –

    - S-Solo era Otabek… volví a chocar con él, platicamos un poco y me dijo… dijo que era juez del concurso – Yūri no necesitaba justificarse, no hacía nada malo. Pero ese temor, no quería ver de nuevo a ese Viktor enfurecido… no quería regresar a como era antes todo – perdón, no te molestes – sin poder controlarlo las lágrimas se acumulaban en sus ojos, no quería llorar.

    - Cállate, me desespera verte así – suspiro con molestia, tenía que controlar más su temperamento… y aunque le molestara de lleno que otro varón interactuara con Yūri, tenía que guardar las apariencias… por Yakov, por Iván y si carrera – solo regresemos a nuestro lugar –

    El silencio se hizo eterno, Yūri solo miraba hacia en frente… temía voltear y mirar aquel rostro serio de su marido. Viktor por su parte estaba molesto, había actuado como buen marido durante tanto tiempo… DOS MESES. Puso todo su esfuerzo por ser una buena persona con Yūri, pero su impulso sentimiento de celos siempre intervenía, no le importaba cuando Yakov lo tocaba, o cuando veía caminando en la calle junto a él. Pero odiaba que un varón hablara con SU esposo, ¿Qué derecho tenia de interactuar con lo que era suyo?... se alegró cuando Phichit le había dejado de hablar.

    - Ya va a comenzar – dijo Viktor. Ambos padres miraban a su pequeño con aquella vestimenta blanca y plateada… decorado con plumas. El pequeño poseía una melena larga hasta los hombros, con su cabello platinado y su mirada inocente era como ver un ángel e el hielo – demuéstrales lo que un Nikiforov es capaz, hijo –

    La melodía comenzó, el pequeño con elegancia se deslizaba sobre el hielo, dando un espectáculo dichoso. Los observadores no despegaban la mirada del angelical muchacho, no solo porque era un niño de tan solo seis años siendo un prodigio sino por la belleza que emanaba de su coreografía… la mirada del joven era seria, llena de paz interna. Una sonrisa discreta se asomaba por sus labios, invisible por los movimientos del pequeño.

    - Eso es, mi pequeño – Yūri junto sus manos, rezaba agradecido por darle vida y salud para ver a su pequeño triunfar. Si su enfermedad hubiera continuado, ¿habría vivido tanto para ver a su pequeño de esa manera?... no quería pensar eso, agradecido de no seguir por aquel camino – Otabek – susurro al mirar la figura del kazajo sentado observando a Iván, una mirada seria… concentrado mirando al joven Nikiforov y calificando sus movimientos.

    - Vaya, no esperaba menos del hijo de Nikiforov… ¿O qué opinas tú? – uno de los jueces se dirigía a Otabek, teniendo como respuesta una sonrisa agradable. Al parecer Iván era talentoso.

    - Ese niño tiene sangre de campeones, pero… no necesita eso para sorprender al público, con tan solo su gracia puede lograr sorprendernos – contesto sin decir más. “¿Sangre de campeones?” … quedo confundido aquel hombre.

    Con brazos extendidos hacia el cielo concluía por fin su participación. Los aplausos y bullicios del público no se hicieron esperar, todo se encontraban sorprendidos y admirados por aquel bello niño. Iván sonreí, logro terminar a la perfección todas las partes de la coreografía… rápido se deslizo sobre el hielo, se puso los protectores en los patines y corrió hacia sus padres, que ya lo esperaban.

    - ¡¡Felicidades!! – Yūri no puedo evitar abrazar a su pequeño, estaba tan orgulloso de él – estuviste estupendo, los impresionaste a todos –

    - MAMI, ME VISTE – grito Iván lleno de euforia.

    - Hijo, estoy orgulloso de ti. Rebasaste mis expectativas a tan corta edad… no quiero esperar para que comiences a participar en las competencias verdaderas – palabras con orgullo fueron recibidas a iodos de Iván. Ambos padres, juntos y tomados de las manos lo felicitaban… parecía que su deseo infantil de ver a su familia por fin feliz de verdad, se estaba cumpliendo.

    - Yo también estoy ansioso, papá… LOS DERROTARE A TODOS – Iván estiraba sus brazos golpeando al aire con sus puños cerrados, las poses eran parecidas a los Power Rangers.

    - Vamos Iván, tenemos que regresar con tus compañeros – Yakov e Iván regresaron con los demás niños. Mientras sus padres tomaron de nuevo su lugar, por desgracia la magia de la familia feliz había terminado por ahora… y ambos volvían a su indiferencia, por lo menos de Viktor.

    ~•~•~•~•~•~



    Al finalizar la competencia, nadie se sorprendió por el primer lugar del heredero Nikiforov. Todos y hasta los niños estaban de acuerdo con el resultado. Iván no necesitaba ni dinero o el premio, que siempre era un juguete. Así que siempre terminaba regalándolo al lugar segundo (el dinero) y tercer (el juguete).

    - Quiero un helado de vainilla, con mucho chocolate… y MUCHAS CHISPAS – grito el pequeño Iván, sus fuerzas regresaron al cuerpo en cuanto escucho las palabras “te llevaremos a comer helado” … era lo de menos por su campeonato.

    - Lo que tú quieras – contesto Viktor, fijo sus ojos azules en la figura de su doncel. Yūri caminaba al costado de él, pero con una distancia mínimamente alejado – Yūri, acércate… hay mucha gente, puedes perderte o irte por otro lugar –

    - L-Lo siento, es que… estoy buscando a alguien – no pensó con claridad su respuesta, sin querer una parte de sus pensamientos lo dijo en voz alta. Era obvio la molestia en las facciones del peli-plata – quiero que Otabek conozca a Iván, puede ser una influencia positiva en su futuro… y también preguntarle algunas cosas sobre su experiencia sobre el hielo –

    - No necesitamos otra influencia. Cualquier cosa, Iván puede dirigirse a mí… sabe que no debe temer al preguntarme cosas, yo responderé a todas sus dudas… ¿No es verdad, hijo? – hablo tan rápido que podías escuchar su egocentrismo inflarse.

    - Si… es creo – el pobre de Iván no había entendido todo lo que su padre decía, tan solo la pregunta al final. Yūri suspiro resignado, no quería enojar más a Viktor.

    - ¡¡Yūri!! – pero al parecer el destino tenía otros planes para él. Otabek se acercó corriendo hacia la familia, puso su mano sobre el hombro del doncel – te estuve buscando, a ti y a tu hijo –

    - ¿Y qué planeabas hacer con mi esposo y con mi hijo? – con desprecio alejo la mano del varón, su mirada se intensifico sobre la figura de Altin – además, ¿Acaso eres muy cercano a Yūri como para llamarlo por su nombre, y no por el apellido de su marido? –

    - Lo siento, no me he presentado con usted – Otabek estiro su brazo hacia el otro varón – soy Otabek Altin, patinador de hielo kazajo… admirador de su esposo y creo, que también su amigo – Yūri se sonrojo de golpe, al igual Otabek tenía un leve sonrojo sobre sus mejillas… ambos desviaron las miradas del uno a otro – solo quería felicitarlos por el campeonato del joven Nikiforov. Yo fui uno de los jueces, y por mi propia opinión sé que le espera un gran futuro sobre el hielo. No por ser un Nikiforov, perdóneme si lo ofendo… si no por ser él mismo –

    - Estamos más que consientes sobre eso, no necesitamos que un patinador novato me lo diga – aclaro Viktor, molesto con la sola presencia del varón kazajo –

    - Viktor, se cortes – susurro Yūri – lo siento… él no quería ser grosero –

    - MAMI – Iván llego a paso veloz, abrazando el cuerpo de su progenitor con fuerza. Noto la presencia del peli-negro varón segundos después… sus miradas se cruzaron – hola, soy Iván Nikiforov – se presentó.

    - Hola, yo soy Otabek Altin – Otabek se agacho a la altura del pequeño, extendió su mano correspondiendo el saludo – yo fui uno de los jueces en esta competencia, me encanto tu presentación. Creo que en un futuro superaras a tu padre –

    - ¿Deberás?... ¡¡Muchas gracias!! – el pequeño ilusionado miro hacia su padre – seré mejor que tú, papá – dijo con mucho orgullo.

    - Yūri, tenemos que irnos – dijo Viktor en tono seco, cortando la alegría del momento de manera cruel – vámonos –

    - S-Si – asintió – lo siento, tenemos que irnos – se despidió de Otabek. Él kazajo tan solo sonrió, revolvió los cabellos del doncel de manera suave.

    - Nos vemos en otra ocasión, Yūri –

    Los ojos azules capto cada micro segundo de aquella escena. Molesto e hirviendo de celos tenía que contener su enojo, supo disimular correctamente después de aquello; pero era obvio que Otabek percibía en desprecio de Nikiforov, no era tonto. Por lo mismo temía por la seguridad o el bienestar de Yūri. Él conocía varones que tenían un comportamiento similar en su país, el doncel o la mujer terminaban muy mal… con daños a su integridad, o la muerte misma.

    Yūri más que su héroe, se había convertido en alguien importante para él… un amigo a quien sentía, debía proteger y ayudarlo. Por otro parte todo el proceso que habían logrado en los últimos meses, Viktor sentía que “la actitud despreocupada y coqueta” de Yūri había acabado con su avance. Era una rabia que no tenía sentido, ni siquiera la razón tenía lógica o debía ser tomada en serio; pero para Viktor era real y verdadera… esa era su forma de ser, su pensar y su actuar. Era un varón el cual se dejaba llevar por sus instintos y no pensaba antes de cometer alguna barbaridad… como lo que haría después de la media noche.

    - Viktor… m-me duele – el cuerpo de Yūri fue lanzado con brusquedad sobre la cama. Tratando de huir de quien era su marido.

    - ¿Crees que para mí es fácil todo este teatro?, por primera vez en mi vida trataba de llevarme a la perfección contigo… sin problemas – el cuerpo de Viktor se posiciono sobre el japonés, forcejeándolo para que no huyera – pero tenías que ser tu quien arruinara todo, hablándole a ese varón con tu rostro de muñequita y tu actitud de mártir. Seduciéndolo frente a mí y sin tener poca vergüenza frente a tu hijo –

    - Yo no hice nada de eso, todo está en tu cabeza… ESTAS IMAGINANDO COSAS – Yūri pocas veces subía su tono de voz, intentando no ser descortés, prefería no hacerlo. Pero estaba harto de las tonterías de Viktor, de lo desconfiado que era sobre su fidelidad y actuar… no dejaría que lo siguiera degradando – por el amor de Dios, yo no sería capaz de una bajeza tan grande. No soy como tú –

    - Vaya, ya es hora de los reclamos… nunca espere acto tan bajo de ti, Yūri – Viktor aplaudía con hipocresía, se podía escuchar el tono sarcástico en sus palabras – te recuerdo que nada hubiera pasado si te hubieras puesto a actuar como mi doncel, cumpliéndome en mis caprichos y deseos –

    - Sabes perfectamente que, aunque hubiera sido el doncel más sumiso de todos… aun así, aun así, hubieras terminado acostándote con Plisetsky – las lágrimas de ira de Yūri salieron sin control.

    - Plisetsky ya no tiene nada que ver entre nosotros – afirmaba Viktor con molestia – te recuerdo que termine todo contacto con él POR TI –

    - No, lo terminaste porque te vio la cara de estúpido. Te gusta tener todo bajo control, y cuando te dije sobre su actuar no soportaste tal humillación – Yūri estaba harto – estoy cansado de esta vida, no sabes lo arrepentido que me encuentro por haberte conocido… lo único bueno que tengo es Iván, ¡¡tú y todo este matrimonio se pueden ir a la mierda!! –

    - Oh, nunca me habías gritado de esa forma – Viktor sorprendido por el actuar de su esposo comenzó a carcajearse incontrolablemente, Yūri estaba avergonzado y un poco asustado de la actitud de su marido. Y tenía razones por las cuales temer – pero… temo que tendré que castigarte – sin aviso un puño fue dirigido y chocado sobre la mejilla de Yūri, dejándolo caer con fuerza sobre la cama… haciéndolo rodar hacia la orilla de este y cayendo al suelo.

    - V-Viktor – la tensión del momento estaba al tope. Yūri nunca en su vida se imaginó que Viktor fuera capaz de aquello, tardo en analizar la situación correctamente… el ruso ya estaba a su lado, jalándolo de cabello. Observando aquel rostro mallugado, los lentes de Yūri se encontraban chuecos y la mejilla inflamada.

    - Nunca creí que esta sensación pudiera ser… tan maravillosa – Viktor recorto nuevamente a Yūri sobre la cama, tomándolo de las extremidades con fuerza comenzó encimando su cuerpo sobre el ajeno. Besando el cuello del doncel, y con fuerza apretado más los brazos del pobre – esta sensación de adrenalina se sentiría tan excitante – dijo Viktor, recargo más su peso contra Yūri.

    - Suéltame… déjame en paz – Yūri trataba de levantarlo, siendo inútil. Viktor rápidamente tapo su boca, asiéndolo callar y continuando con aquel acto tan ruin.

    - Recuerdo a un joven patinador japonés. Él deseaba tanto resaltar y ser visto como un campeón por su país, su familia y por todos – narro Viktor, su lengua recorría aquel cuello blanco... susurrándole la anécdota al oído – su destino fue diferente. El idiota se embarazo, he hiso que su al causante se le amenazara y obligara a casarse… aunque este no quería, arruinando su libertad, su vida y sus planes a futuro. Todo por la tontería de poder enamorarlo a futuro y ser “la familia feliz” … no es más que UNA ESTUPIDES – un golpe más fue dado al rostro de Yūri, esta vez la mejilla contraria.

    - B-Basta… – susurraba con miedo el doncel.

    - Mi vida se echó a perder por ti y tu egoísmo. Simplemente hubieras abortado, o lo hubieras tenido, pero nunca me hubieras buscado… fue tu error, Yūri. TU CULPA – tomo la cabeza de su esposo, lanzándola contra la almohada y poniendo sus manos sobre el cuello… apretándolo – tan fácil puede ser invertir más fuerza en mis dedos y matarte – los ojos de Yūri comenzaron a derramar lágrimas de miedo, temeroso a morir por manos de Viktor… y no poder tener la fuerza suficiente para defenderse y escapar – pero no, no soy idiota – dijo alejando sus dedos del cuello – así que decidí castigarte de una manera que conociéndote… tan solo cargaras tú y nadie más – sin compasión, hizo que el cuerpo de Yūri girara posicionándolo boca abajo. Bajo sus pantalones de un tiro, junto a su ropa interior.

    - No… no, no, no, no, no – Yūri nunca estuvo seguro que tan grande era el odio de Viktor hacia él; creía haber pasado por todo el sufrimiento inimaginable, el desprecio y la odio durante todos estos años. Creía que Viktor a pesar de todo era un ser humano que podía llegar a perdonarlo y comprenderlo, nunca imagino que fuera capaz de hacer lo imperdonable, lo inimaginable… lo más bajo que un varón puede hacerle a un doncel.

    - Es hora de recibir tu castigo, esposo mío – sin ninguna preparación, delicadeza o cuidado Viktor introdujo a la fuerza su miembro en el interior de Yūri. Aquel pobre doncel tan solo abrió los ojos por el dolor, y Viktor al ver aquella acción involuntaria… decidió comenzar a acelerar los movimientos, haciéndolo sufrir.

    - ¡¡AHHHG!!... – grito ahogado por la mano de Viktor. Las estocadas iban acelerando, con fuerza sacaba el pene y con mayor intensidad lo introducía nuevamente… una y otra vez, llenando la cama de sangre y liquido pre seminal – ahg… Vig… no… – Yūri entre lloriqueos y la palma del varón, trato de hablar, de rogar para que se detuviera – “me lastimas, me lastimas… por favor, detente YA” – rogaba Yūri entre sus pensamientos, distorsionando lo que en verdad no podía decir y lo que pensaba.

    - Oh, Yūri. Nunca en mi vida me había sentido tan excitado. La razón puede ser la forma en la que te estoy penetrando, o porque para mí… esta es la mejor forma para hacerte pagar por todo mi sufrimiento – con toda la fuerza que podía exigirse Viktor mordió el hombro del doncel, haciéndolo chillar entre dientes… sufrir por ambos dolores, el interno y el externo. Yūri no estaba nada excitado, su miembro seguía intacto y jamás deseaba sentir aquella sensación de nuevo sobre su cuerpo… pero lamentablemente esta ocasión podía repetirse. Ya no confiaba en Viktor, ya no deseaba cumplir aquello sueño e ilusiones… tan solo quería desaparecer, huir y morir en un rincón de la ciudad… Fuera de las garras de ese varón al que llamaba “esposo”.

    - Morir… quiero morir – susurraba muy bajo, Viktor no alcanzaba a oír. Tan solo se dedicaba a hacerlo sufrir y llenando su ego por una venganza que en realidad no estaba bien ameritada.

    Era verdad que Yūri le dijo a su familia sobre su embarazo y quien era el padre de su hijo, pero jamás deseo casarse con Viktor. Luego d aquella platica en la cual el varón le propuso deshacerse del bebé no quería verlo de nuevo… pero su padre, decepcionado por la tontería que había hecho su hijo pensó de diferente manera. Toshiya era muy conservador, y haberse enterado que su único hijo doncel, al cual le había concedido todos sus caprichos y deseos le fallo de tal manera al apellido Katsuki… esa vergüenza pudo más que el amor hacia su propio hijo.

    Busco al varón responsable de la deshonra de su familia, y sin consentimiento de su propio hijo lo obligo a hacerse cargo del nuevo ser. Viktor jamás se enteró de aquello, y tan solo vivió en el rencor a su propio esposo.

    - Me vengo – Viktor habia llegado al clímax, concluyendo con su acto ruin. Yūri parecía un muñeco inmóvil, ya ni siquiera las lágrimas caían de sus ojos… o sonido de sus labios – espero lo hayas disfrutado, mi amor – sin cuidado sacaba su miembro del interior del doncel. Sangre y semen se mezclaron, saliendo por el trasero de Yūri.

    - ….. – Yūri tan solo cerro los ojos, su marido no había sido considerado ni para taparlo o limpiarlo después de aquello. Se introdujo al mundo de los sueños, no con calma como en noches anteriores, si no por medio del cansancio físico y mental… haciéndolo desmayarse.

    Esa noche Viktor rompio las esperanzas de su joven esposo, todos los anhelos y deseos que este tenía para su matrimonio. El amor que pudo haberle tenido se convertio en miedo y desprecio… se reprocharía el por qué no escucho a su amigo a tiempo, por qué no intento hablar con Yakov o su familia para que dejaran por la paz este teatro, por qué lucho por algo que sabía jamás sería bueno, por qué no huyo junto a su hijo desde hace tiempo.

    El porqué de las acciones ya no existe, y tan solo queda pensar en que haría. Fue violado por su propia pareja… ya no habría vuelta a atrás, tan solo pensar en cómo alejarse de todo este dolor junto a su hijo.

    Continuara...


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    DE NUEVO ME DISCULPO POR LO FUERTE DE LA ÚLTIMA PARTE DEL CAPÍTULO.

    SIN MÁS, ES TODO POR HOY. MUCHAS GRACIAS POR LEER Y COMENTAR, HASTA LA PRÓXIMA ACTUALIZACIÓN.

    KUROSHIRO FUERA... ;_;
  10. .
    HOLA, HOLA... KUROSHIRO DE REGRESO. PERDÓN POR NO ACTUALIZAR LA SEMANA PASADA, TUVE PENDIENTES QUE NECESITABA TERMINAR Y DARLE PAZ A MI VIDA. ESPERO LES GUSTE EL CAPÍTULO DE HOY.

    Anne onodera takano: Gracias por leer y comentar. Viktor es un idiota, si queremos que recapacite es mejor esperar sentadas, si no nos cansaremos. Phichit merece ser feliz y quiero darle felicidad junto a Seung.


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    CAPÍTULO XII: Cuento de hadas




    Aquella noche Viktor durmió con mal humor, ¿La razón?... su hijo al parecer sabía demasiado de la realidad y estaba furioso con él por hacer llorar a Yūri... de nuevo.

    Por sorprendente que sonara, cuando su doncel se enteró de la pequeña riña entre padre-hijo este se molestó. De igual manera dejándolo sólo y convenciendo a Iván para que lo dejara dormir juntos, lo cual logró y paso. Dejando con seguro la puerta nuevamente para evitar presencias no requeridas de varones idiotas.

    Y, por si fuera poco, Makkachin había analizado la situación que sucedía en su hogar. Llegando a la conclusión de que su dueño Viktor era el culpable de que aquel hombre que lo alimentaba diariamente y el niño que lo llenaba de mimos estuvieran tristes. Aplicando una actitud indiferente hacia los llamados de su dueño peli-gris y dejándolo sólo para ir a dormir justo al lado de la puerta de la habitación de Iván.

    Viktor no podía creerlo... hasta su perro se había molestado. Entonces si tres individuos estaban de acuerdo, él debía ser el problema... ¿Verdad? Aunque no lo creía. Y sabía perfectamente que, si mañana le contaba a Yakov sobre lo ocurrido también lo reprendería. Ciertamente no quería ser regañado (de nuevo, como siempre) por aquel viejo amargado... ya suficiente tenía con Yūri para sacarlo de quicio.

    - No tengo otra opción... más que fingir arrepentimiento – suspiro pesado. Se recostó en la gran cama para dormir, o por lo menos descansar hasta resolver ese problema.

    A la mañana siguiente Viktor con pesadez levanto los platos de la noche anterior y los lavo, junto a eso se dignó a poner el desayuno (que era solamente cereal y leche) en la mesa e ir por Yūri para poder hablar. Su presencia alerto los instintos de Makkachin, haciendo que se levantará del suelo en un brinco.

    - No les haré nada, lo juro – acaricio la cabeza peluda de su fiel mascota. Viktor levantó su rostro, abriendo la boca para emitir palabra – Yūri... siento haberme comportado como un cretino celoso que no tiene derecho a actuar así... más si te he hecho cosas... de las cuales estamos conscientes, no tengo que explicarlas – rasco la parte trasera de su cabeza, estaba comenzando a impacientarse – Señor puerta, sea educado y por lo menos responda – dijo con tono molesto en su voz.

    - Iván está enterado de muchas cosas, no creí que pudiera ser tan atento a nuestras acciones – Yūri abrió la puerta con desanimo – aunque debí suponerlo, después de todo esto al pendiente de mi –

    - Hemos sido unos padres muy tontos si creímos tan fácil en el desinterés de Iván ante nuestras acciones – bufó molesto – los niños siempre observan a su alrededor... analizándolo todo, como no recordé eso –

    - ¿Qué podemos hacer?, nuestro matrimonio era un acuerdo solamente para tener a Iván en la farsa de la familia feliz... – Yūri tembló, una idea horrible que Viktor le había repetido por años entro en su cabeza – ¿Me pedirás el divorcio? –

    - Claro que no – contesto inmediatamente, Yūri quedó sorprendido – aún tenemos que engañar a mis admiradores, si hacemos eso la prensa caería sobre nosotros… destruyendo mi imagen – Viktor rápidamente revelo su cínico ser – lo que tenemos que hacer es fingir frente a Iván, pero ahora de una manera más convincente... para él y para los demás –

    - Será raro para los demás vernos... ya sabes... – de tan sólo pensar en la demostración de sentimientos falsos que deberá actuar sus mejillas no evitaron sonrojarse – Yakov no creerá que tan rápido nos contentamos –

    - Créeme, soy capaz de tener sexo contigo en medio de la pista y con todos viéndonos sólo para convencerlos –

    - VIKTOR –

    - Sólo juego – Viktor no pudo evitar reír por aquella expresión tan avergonzada de su esposo – Yavok me ha rogado por años por este día, no preguntara más de lo normal, así que eso déjamelo a mí… tu solo se feliz por como actuare de ahora en adelante, ¿O no querías mi devoción y amor? – “lo deseo, pero no como una cruel farsa más en mi vida” … Yūri se encontraba dolido, aunque si analizaba correctamente todo no le iría tan mal.
    Estaría recibiendo un poco de cariño y atención, tal vez hasta cambie la forma de pensar de Viktor y enamorarse en verdad.

    - Si, si quiero – contesto con mucho ánimo.

    - Mamá, papá – Iván aun adormilado camino hasta el comedor, encontrando a sus dos padres ya despiertos y por lo visto de buen humor.

    - Buenos días, Iván – con una alegre sonrisa Viktor tomo los hombros de su hijo, un abrazo sorprendió al niño y a empujones su padre lo llevo hacia el comedor – esta mañana me apetece mostrar el delicioso desayuno servido a la mesa por mí. Acompáñeme, buen señor – Iván rio por la forma tan graciosa de hablar de su padre, Yūri tapo su boca para no mostrar una sonrisa.

    - ¿Mami no quiso cocinar? – pregunto el pequeño mientras se sentaba en la silla.

    - Llegamos a un acuerdo esta mañana – Viktor se acercó hacia el doncel, abrazándolo por la espalda y tomando la muñeca de este, entrelazando su mano junto a este y al final… besando sus nudillos – a partir de ahora nos llevaremos mejor. Sera rara vez en la que nos veas discutir, a tu madre llorando o a mi molesto –

    - ¿E-En serio?... no me están mintiendo por lo que paso ayer, ¿Verdad? –

    - Claro que no – ahora fue el turno de Yūri para hablar, sus sentimientos fueron complacidos con esa pequeña acción de Viktor. Si en un gesto tan mínimo como aquel podía alterar su ser, ¿Qué pasaría con algo de mayor intensidad? – vimos nuestro error, la forma en que terminamos y que por nuestra culpa tu estas sufriendo. Siento tanto que tuvieras que pasar por todo esto; por mi enfermedad, las discusiones y peleas de tus padres… en verdad lo siento tanto, Iván –

    - No tienes que disculparte, no es tu culpa – Iván sentía un fuerte dolor ver a su madre llorar. Dejo su lugar para ir y abrazarlo.

    - Hijo, nosotros en verdad estamos dispuestos a cambiar… y ser felices como familia nosotros tres – Makkachin ladro, haciendo presente su presencia – bueno, nosotros cuatro – dijo Viktor acariciando la cabeza del animal.

    ~•~•~•~•~•~



    Y así como si fuera una promesa, la relación del matrimonio Nikiforov cambio en un giro de 180 grados… tanto frente a su único hijo como los demás. Para lo que no conocían a la perfección la vida de Viktor y Yūri paso desapercibido; pero para los conocidos de la pareja… VAYA que fue un cambio.

    Yakov sabía que algo sucio estaba escondido bajo toda esa farsa de la “familia perfecta” Nikiforov. A pesar de sus sospechas al ver una sonrisa tan pura en el rostro de Yūri prefirió no meterse en el asunto… solo deseaba que al final toda la vida de Yūri e Iván no llegara a una conclusión trágica, y que Viktor se diera cuenta sobre el verdadero valor de su doncel y la suerte de tenerlo como esposo.

    Georgi era más romántico y despistado, por no llamarlo idiota. Con asombro y alegría veía el cambio de su amigo como un milagro. Yakov de igual manera no quería explicarle nada a su pupilo, prefería que Popovich viviera en su mundo fantástico de amor.

    - Yūri, ¿En verdad accediste a algo tan bajo? – de todos, Phichit fue el único que nunca creería en ese cambio en Viktor… y Yūri no estaba dispuesto a mentirle a su mejor amigo, contándole la verdad del asunto.

    - No es tan malo, soy feliz con Viktor sonriente y amable – dijo Yūri, su única comunicación con su mejor amigo era esa llamada a larga distancia, pero aun así Yūri podía sentir el aura molesta de Phichit.

    - Pensé en verdad que Viktor cambiaria después de lo ocurrido, sabía que haberme regresado tan pronto era una mala idea – Phichit suspiro molesto – Yūri, por favor… sabes perfectamente que Viktor nunca te amara; a veces pensó que ni siquiera quiere a Iván, o si en verdad es capaz de amar a alguien… –

    - Es que ustedes no conocen a Viktor de manera correcta – interrumpió Yūri – no es muy paciente y por ello se exaspera rápido, yo más que nadie sé a dónde es capaz de llegar cuando no cumples sus caprichos – Phichit no dijo nada, tan solo escuchaba como Yūri trataba inultamente de defender a Viktor – es como un niño, tienes que hallar un modo de convivir con él y no siempre darle por su lado… hacerlo entrar en razón para que veas también sus errores –

    - Yūri, no podrías ser más idiota – Phichit soltó una risa, pero en realidad se encontraba decepcionado de su mejor amigo – tu amor es tan grande por ese hijo de puta… que en realidad no escuchas tus incoherencias. Viktor te controla de una manera tan radical y a pesar de tu desacuerdo lo obedeces, tapas sus infidelidades y además… eres capaz de aguantar humillaciones y maltratos “por el bien de Iván” – lo último lo dijo con gracia – cuando en verdad soportas tantas cosas porque te gustan… te encanta ser una víctima y que te tengan lastima – ahora Phichit descargaba toda su ira reprimida. Quería a su mejor amigo y su felicidad, pero era tan desgastante querer cambiar su vida cuando este mismo no quería cambiar.

    - No, Phichit… eso no es verdad. Amo a Viktor y sé que cambiara, por Iván es capaz de hacerlo… –

    - MENTIRAS, NO LO HA HECHO EN TODOS ESTOS AÑOS… NO LO HARA AHORA – aquel tono alterado asusto a Yūri, nunca había escuchado a Phichit de esa forma… ni hace años cuando le revelo su amor – es inútil tratar contigo, yo en verdad traté de hacerte entrar en razón… te amé una vez, te quiero actualmente… pero creo que es tiempo de rendirme – suspiro, estaba cansado.

    - ¿Phichit?... – Yūri sentía un terror inexplicable por las palabras de su mejor amigo.

    - Háblame cuando por fin entres en razón, Yūri. Porque en estos momentos a la última persona que quiero escuchar… es a ti – la llamada termino.

    Yūri no podía despegar el celular de su oreja, había hecho enojar a Phichit… peor, lo había decepcionado con sus acciones.

    - Lo siento, lo siento en verdad – solo quedaba llorar, desahogar su sentir amargo en soledad y ocultar su tristeza.

    ~•~•~•~•~•~



    - Te veo decaído, ¿Ocurrió algo? – Viktor ya no era tan indiferente a las acciones de Yūri. En los últimos días veía que las emociones de su esposo eran muy cambiantes: alegría, temor, miedo, tristeza… esas siempre destacaban.

    - Phichit… discutimos y no quiere hablar conmigo, me siento tan culpable – era inevitable que el doncel llorara, Viktor sabía que Yūri era muy sensible hacia lo que ocurriera con sus amigos… en realidad Yūri no tenía amigos, por ello quien más le afectaba era Phichit – no está de acuerdo con esto… y siento dudas si en realidad es lo correcto, Viktor –

    - Por favor, ese idiota tailandés no sabe de lo que habla – bufo Viktor – y que si decidimos “mejorar” nuestra relación por nuestro hijo, muchos matrimonios lo hacen… mis padres lo hacían y no estoy tan mal – tomo las mejillas de Yūri apretándolas con fuerza – quisiera que mi madre hubiera amado a mi padre de la misma manera que tú me amas a mi… así por lo menos no hubiera sido tan notorio su actuación de tolerarse – rio con cinismo.

    - Viktor, pero tú no me amas – Yūri lloro con dolor, esa pequeña espina no podía ser arrancada de su corazón… era lo único que necesitaba de Viktor.

    - Aquí vamos de nuevo – Viktor ya estaba cansado de siempre lo mismo. Molesto por la actitud llorona de su pareja lo tomo con brusquedad, llevo el cuerpo de su doncel hacia la habitación que compartían… lanzándolo hacia la cama sin cuidado – el amor está sobrevalorado. En la vida real la pasión es lo que ayuda a las parejas a convivir en harmonía, Yūri –

    - V-Viktor – fue callado por un beso apasionado por parte del varón. La sangre comenzaba a hervir, lo sonidos del sexo comenzaron a elevarse en aquella habitación. Saliva recorría el mentón de Yūri, con mirada ida miraba aquellos ojos llenos de deseo… Viktor estaba dispuesto a hacerle el amor.

    - Las caricias, besos y palabras llenas de deseo es lo único que necesitas para estar completo… no lo olvides – Viktor lamia lascivo el miembro de Yūri, estimulando aquella parte sensible del doncel – tú me amas y yo deseo tu cuerpo en ocasiones especiales. No necesitamos sentir ambos lo mismo para llegar a un acuerdo y tener este tipo de encuentros –

    - Ahh, Viktor – Yūri trato de cubrir su boca inútilmente, ocultado sus gemidos entre las palmas de sus manos – se siente bien… n-nunca me había sentido así de… AHHH – un dedo fue introducido en su trasero, estimulándolo. Viktor sonreía con malicia, continuaba haciéndolo mientras estimulaba la parte delantera de Yūri.

    - Es hora de jugar – acomodándose entre las piernas del doncel, Viktor comenzó a rosar su miembro erecto sobre el de Yūri… volviendo la masturbación más interesante.

    - Viktor… Viktor... VIKTOR – el interior de Yūri ya estaba preparado para recibirlo, el calor y la fogosidad de la masturbación había activado sus más bajos instintos – p-por favor… ya no puedo más – Viktor relamió sus labios, tomo su propio miembro acomodándolo en la entrada trasera de Yūri… con cuidado comenzó a introducirlo su pene, espero unos cuantos minutos antes de comenzar a moverse – ahhh, SI… se siente increíble –

    - Verdad, ¿Verdad que se siente increíble? – las envestidas eran cada vez más rápidas, los movimientos de sus caderas rozando las piernas de Yūri se sentían tan excitantes – no necesito amarte, y tú no necesitas que te amé… tan solo el simple acto del coito nos puede hacer felices, satisfaciendo nuestros deseos carnales y necesidades básicas – Viktor tomo las piernas del doncel abriéndolas más, quedando cara a cara con el rostro de Yūri.

    - B-Bésame… por favor, hazlo – Yūri perdido entre su regocijo quedo satisfecho al sentir su petición cumplida. Aquellos labios del varón tocaban los suyos, jugueteando con su lengua y mordiendo la misma, el sonido de gemidos saliendo de ambas cavidades – y-ya no puedo más… –

    - Aguanta un poco más, ya casi termino – con una fuerza mayor acelero los movimientos de su cuerpo, marcando sus dedos en pequeños moretones alrededor de las caderas de Yūri – agh, m-me vengo – una sensación eléctrica recorría el miembro de Viktor, estaba a punto de eyaculir en el interior de su esposo… y este sin mucha queja dejaba que mancillaran sus piernas con pequeñas mordidas de parte del varón.

    - Ahhh… VIKTOR – termino justo después de escuchar su nombre. Viktor se dejó caer sobre el cuerpo de Yūri, agitado y lleno de sudor… les importaba una mierda.

    - Vaya, me siento de maravilla – Viktor saco con cuidado su miembro del interior de su esposo, dejando caer su cuerpo a costado de la cama y llevando su mano hacia la cómoda buscando un cigarro que fumar – deberíamos hacer esto más segui… – no pudo terminar, los labios de Yūri ya estaban sobre los suyos. No se esperaba aquello.

    - Gracias por besarme, en verdad… gracias – Yūri tapo su rostro después del beso, avergonzado por ser impulsivo – lo siento, quería que supieras lo feliz que me has hecho – aclaro – p-para mí los besos son muy importantes –

    - ¿En serio?, nunca me lo imagine – Viktor dejo el cigarro en el cenicero y comenzó a reír por lo tonto que se veía el peli-negro.

    - Siempre he sentido que los vemos son una muestra de amor verdadero, y que solo se le debe dar a la persona en la cual confías y con la que deseas pasar juntos el resto de la vida – sonrió – así como en los cuentos de hadas –

    - Lo triste es que no sé si me consideras el príncipe azul o el monstruo de la historia… para mi tu eres como esas princesas que solo se la pasan llorando – a pesar del insulto Yūri comenzó a reír junto con Viktor.

    - Tú no eres un monstruo malvado y feo, pero tampoco eres un príncipe azul – Viktor se sentía ofendió y sol bufo – creo que eres más como esos hechiceros que parecen malvados, pero solo son unos amargados… eso creo –

    - Bueno, no estoy en contra de eso –

    - Viktor, gracias por intentar esto conmigo… en verdad me sentía mal por todo lo ocurrido – Yūri volteo hacia la ventana de su habitación, la noche se veía hermoso… ya había pequeñas estrellas visibles en el cielo – es solo que, últimamente he pensado en todos los errores cometidos por mi idiotez… en la decepción que deben sentir mis seres queridos por como soy y como me comporto. Y creo que lo único que me importa ahora es… que entre esa larga lista no estén incluidos tu e Iván –

    - Bueno, eso dependerá de cómo te comportes conmigo… al contrario, Iván te adora. Después de todo eres su mamá, nunca podría odiarte – aun con el tono desinteresado que Viktor siempre tomaba al hablar con él, sentía que en esta ocasión fue diferente – es hora de tomar una ducha – dijo, levantándose de la cama hacia el baño – puedes hacerlo después de mi –

    - Si – contesto en tono bajo. En verdad, se encontraba feliz… por lo menos por ahora.

    Continuara...


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    VIKTOR Y YUU SON UNOS TONTITOS, UNO POR EGOISTA Y EL OTRO POR SOÑADOR... ESPEREMOS TODO VAYA BIEN. LASTIMA DE LA AMISTAD CON PHICHIT, PORQUE ESTE SI QUIERE A YUU Y EL MUTUO EL AMOR QUE LLEVAN... PERO YUURI NECESITA DEJAR DE SER TAN INOCENTE, ASÍ COMO PHICHIT NECESITA SER MÁS DURO CON EL JAPONÉS.

    MUCHAS GRACIAS POR LEER, NOS VEMOS EN LA PRÓXIMA ACTIALIZACIÓN.

    KUROSHIRO FUERA... *^^*
  11. .
    HOLA, HOLA... KUROSHIRO DE REGRESO. ESPERO LES AGRADE ESTE NUEVO CAPÍTULO. NO PUEDO DECIR NADA MÁS, LOS ACONTECIMIENTOS FUERTES COMENZARON HACE DOS CAPS Y ASÍ SEGUIRA HASTA EL FINAL... TODO EMOCIONANTE Y LLENO DE TENSIÓN.

    Anne onodera takano: Muchas gracias por leer y comentar. Phichit merece todo en esta vida, por ser un gran amigo, hombre y sobre todo ser humano en este mundo... pocos como él. Yuu es muy emocional, por ello con carbura bien lo que quiere en la vida, además de ser inseguro... pero todo lo hace por el bienestar de Viktor, de Iván y sobre todo para él mismo. Viktor, bueno... él esta tratando, espero siga haciéndolo.


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    CAPÍTULO XI: Dulce y amargo sabor de boca




    Yuri no podía créelo, hay estaba nuevamente como todas las noches. Aquel varón desesperado que le confesó su amor y compro sus servicios simplemente para hablar... había llegado, siete días seguidos.

    - Parece que Romeo va por su Julieta – se burló Mila, la peli-roja disfrutaba cada segundo el sufrimiento de Yuri.

    - Cierra la boca, bruja de mierda –

    - Vamos, no te enojes así conmigo... jeje, yo no tengo la culpa de que un estúpido varón se haya enamorado de ti – las palabras llenas de veneno que soltaba Mila eran insoportables y no sólo era ella.

    - Lástima que el pequeño minino no comparta el mismo sentimiento – Chris era mucho peor, porque... es peor que un doncel le diga a otro sus verdades que una mujer.

    - Púdrete, Giacometti – era insoportable escuchar al "dúo de mierda", pero era mucho peor escuchar las palabras melosas de un varón – muy bien... ¿Ahora qué quieres de mí? –

    - Lo mismo de siempre... sólo hablar – Otabek llevaba un lirio blanco y lucía muy hermoso. Yuri no dudo en agarrarla y tomarle la mano para dirigirse a su habitación y tener más privacidad – el color de tu ropa interior en lindo el día de hoy –

    - Te gustaría ver lo que tengo abajo, no lo niegues – Yuri aún no creía "los sentimientos puros y honestos" de Otabek. Estaba consiente que todo varón (sin importar quién fuera) al final cae en la tentación carnal... pudriendo los sentimientos verdaderos y convirtiéndolos en lujuria, rencor, odio y desprecio. Así eran los humanos, más los varones... pero no importaba lo que pensara, Otabek no se rendía.

    Cerró la puerta tras de sí, evitando la mirada de los chismosos de afuera. Otabek sólo miraba como Yuri enfurecido se resignaba a sentarse a su lado... con una cercanía de aproximadamente veinte centímetros.

    - Sólo quiero terminar con esto rápido – dijo Yuri – habla todo lo que quieras, te escuchare y no replicare en nada. Vamos, cuéntame algo de tu vida... ya no quiero escuchar alabanzas de tu parte –

    - Bueno, soy originario de Kazajistán. Tengo una familia dedicada completamente al comercio, pero me interesaban otras cosas... escape de casa y ahora soy patinador sobre hielo profesional, no tengo hobbies ni nada por el estilo. Estoy enamorado de un chico muy hermoso, aunque algo huraño... –

    - ¿También escapaste de casa? – pregunto Yuri, era la primera vez en mucho tiempo que había sonado tan interesado en algo. Otabek sonrió por ello y continúo hablando.

    - Si – contesto, sin preguntarle al rubio si él también lo había hecho – mis padres, los quiero... pero me dieron a elegir entre mi felicidad o su familia –

    - Deberías regresar y pedirles perdón – dijo con tono serio – a veces la felicidad que piensas termina convirtiéndose en una pesadilla, yo... –

    - Esta bien, no tienes que contarme a mí. Después de todo no somos cercanos – Yuri enrojeció, si se descuidaba le contaría su pasado al peli-negro... y lo que menos quería era otra persona que le tuviera lástima – y si te preocupa sobre mi asunto familiar... En realidad, he visitado a mis padres, trato de hablar con ellos lo más constante que puedo, mandarles dinero y medallas para que vean lo grande que estoy siendo. Pero, son orgullosos – soltó una pequeña risa – me cerraron la puerta en la cara y dijeron que ya no era más su hijo –

    - Uy... lo siento –

    - Bueno, no todos los padres son comprensibles con sus hijos... algunos se toman el orgullo como algo importante – a pesar de ver una sonrisa leve en el rostro de Otabek, sabía que en fondo la tristeza debía estar albergando su corazón. Es algo que él podía entender.

    La siguientes tres horas fueron una charla sobre noticias actualizadas del patinaje sobre hielo, al parecer Yuri parecía gustarle mucho y eso no desaprovecho Otabek, atiborrándolo de aventuras, acontecimientos, chismes, etc. Hace mucho que Yuri no se ponía al tanto, y quien mejor que un patinador para hablar de patinaje. Además, compartían el gusto por las vestimentas de cuero, las motocicletas y algunas canciones en común.

    - Creo que es hora de retirarme – dijo Otabek luego de revisar la hora en su reloj.

    - ¿Tan pronto? – para Yuri fue una sorpresa, normalmente Otabek pasaba alrededor de cinco horas junto a él. Notó lo tonto que había sonado al preguntar aquello y ver sonreír al peli-negro con satisfacción – n-no imagines cosas que no son –

    - Entiendo, no lo haré – acaricio con suavidad aquellos cabellos rubios largo, con sumo cuidado levantó el rostro de Yuri haciendo que sus ojos se encontraran – tengo algunos artículos que promocionar en estos días, mis visitas tendrán que cesar un tiempo... seguiré pagando tu servicio, promete que respetaras el acuerdo –

    - Idiota, crees que soy una rata traicionera acaso – Yuri bufo, desvió su mirada con furia – haz lo que sea... me importa una mierda. Por mi puedes irte y nunca volver –

    - Comprendo, nos veremos en una semana – Otabek debía ser muy paciente con ese doncel, más que paciencia podría cambiarse a "amarlo demasiado" para aguantar sus cambios repentinos – te amo, cuídate – sin preguntar antes beso la mejilla del doncel.

    - Oye – antes de irse miro con curiosidad al rubio, este soltó un gran suspiro – c-cuídate también. Al parecer tienes gustos parecidos a los míos y sería muy tonto de mi parte mandarte a la mierda… yo… no tengo muchos amigos aquí que compartan mis gustos –

    - Lo tendré en cuenta – Otabek tuvo el atrevimiento de acercársele nuevamente para plantar un beso sobre sus labios, POR DIOS… ¡¿acaso deseaba suicidarse?! – te amo –

    - HIAAAAAAAAAA… IDIOTA – antes de poder reventarle la cabeza como era debido Otabek ya se había retirado de la habitación.

    Para Chris y Mila fue aterrador escuchar la furia del pequeño doncel… más después de ser descubiertos espiando fuera de la habitación (esas horas que Otabek estuvo con él) y fueron perseguidos por todo el pasillo… y segundo piso. Lilia no sabía el por qué, aunque estaba 100% segura de que fue por culpa de la peli-roja y el rubio mayor.

    ~•~•~•~•~•~



    - Bienvenidos, ¿puedo levantar su orden? – una chica joven pregunto muy gustosa, llevaba cuaderno en mano y una pluma lista para anotar.

    - Quisiera una hamburguesa especial con doble queso, una gaseosa de cola y unas ricas papas… ah, ¿Podría traer una orden de nachos con mucho queso derretido? – la chica asintió sin problema.

    - Phichit, son las 9:00 AM… si vas a comer basura por lo menos espera hasta el medio día – un chico delgado y cabellos negros lo reprendía de una manera severa… a pesar de ello el tailandés no se lo tomo a mal, sonriendo mas alegremente junto con una carcajada.

    - Lo siento, amor – se disculpó arrepentimiento… aun así, no cancelo la orden.

    - Me gustaría un plato con frutas picadas, de preferencia manzana y durazno. Lo quiero junto a un plato mediano con yogurt, y una taza de té recién hecho… amargo, por favor – Yūri se impresiono por lo educado y algo frio que podía sonar la pareja de Phichit. La chica tan solo anoto sin chistar.

    - Me gustaría unos huevos estrellados con tocino, y un jugo de naranja natural… por favor – ordeno Yūri con sonrisa en rostro.

    - Muy bien, en un momento traigo sus pedidos… con su permiso – la chica sonrió educada y se marchó.

    Phichit había estado dos semanas enteras en Rusia, apoyando a Yūri en todo lo que este no pudiera hacer solo. En verdad deseaba estar más tiempo con él; lamentablemente una llamada de Celestino lo saco de su paraíso, al parecer necesitaba de su presencia para lagunas promociones de marcas tailandesas. Ambos entendían, ya eran adultos y Phichit era un varón ocupado… además, necesitaba practicar para las competencias de patinaje.

    Pero antes de irse necesitaba que dos personas se encontraran. Sin planearlo o decirle a Yūri, Phichit invito a Seung-Gil Lee, pagando su viaje y ofreciéndole hospedaje donde lo hacia él… así ambos se conocerían. Se reunirían en un restaurante familiar, donde se encontraban actualmente.

    - Ambos… tienen gustos diferentes en las comidas – opino Yūri al ver llegar las ordenes, mientras que lo de Phichit era pura comida grasa… Seung prefería una alimentación más ligera y sana.

    - Hubieras visto nuestra primera cita, Seung pensaba que yo era vegetariano… se sorprendió demasiado cuando me vio comerme ese filete gigante de res – recordó Phichit con mucha alegría.

    - Había escuchado que en Tailandia prevalecía la alimentación vegana y la adoración a los bovinos, disculpa si mi interpretación cultural no fue la correcta – hablo Seung con suma educación(?), ingería delicadamente los trozos de fruta bañados en yogurt a su boca, limpiando sus labios después de un sorbo de té.

    - Wow, en verdad son muy diferentes – admitió Yūri – Seung es un doncel muy educado y correcto, a diferencia de Phichit que es un varón muy… Phichit –

    - OYE – exclamo Phichit mientras aun tenia comida en la boca, salsa se derramaba alrededor de sus labios y sin querer restos de migajas saltaron a la mesa. Aquel comentario del japonés saco una risa ligeramente audible de los labios de Seung, que para sorpresa de Yūri y del mismo Phichit… “era como estar presenciando un acontecimiento astrológico que en mil años no se repetiría”, en palabras del tailandés.

    - Me agradas, Yūri Nikiforov – confeso Seung, lo cual era bueno tanto para su pareja como para el amigo de este.

    - Tu también me agradas, eres un doncel muy hermoso… me alegra que te hayas fijado en Phichit, estaba llegando a pensar que prefería estar en compañía tan solo de sus hámster’s –

    - ¡¡OYE!! – volvía a reclamar el moreno en voz alta, ahora pedazos de nacho saltaban a la mesa. En verdad Yūri se preguntaba qué era lo que Seung le gustaba de Phichit, aunque en realidad estaba seguro de que fue. Tenías que ser tonto si no terminabas enamorado de la buena persona que era Chulanont, y si… admitía que si él no hubiera conocido a Viktor tal vez hubiera terminado siendo pareja del moreno. Aunque descarto aquello rápidamente, porque si hubiera sido así nunca tendría a su pequeño Iván entre brazos.

    - Fue un gusto conocerte, Yūri Nikiforov – se inclinó con educación y agradecimiento.

    - A mí también me alegro haberte conocido hoy, Seung-Gi Lee – de igual forma Yūri imito el acto del coreano.

    - WAAAA… te extrañare, amigo – Phichit a diferencia de Seung se balanceo sobre Yūri abrazándolo de manera cariñosa, sin importarle mucho la mirada de sorpresa de muchos en la calle – sabes que te acompañaría a tu hogar sin problema, pero es la primera vez de Seung en Rusia y me gustaría llevarlo de paseo antes de volver al hotel y empacar mis cosas –

    - Lo comprendo, sé que desean estar tiempo a solar como pareja – sin molestarse en lo mínimo Yūri despidió a los muchachos con gran alegría, sabía que alguna vez se volverían a encontrar… tal vez dentro de unos meses, o seria dentro de años cuando ellos estuvieran casados y con hijos. No lo sabía con exactitud.

    Con pasos lentos Yūri caminaba por la ciudad hasta llegar a un parque cerca de su hogar. Pudo disfrutar del alegre sonido de algunos niños jugando, las risas de algunos donceles jóvenes caminando y la hermosa voz de una mujer haciendo espectáculo público. Era extraño para él estar fuera de su casa sin estar acompañado de Viktor, Iván o del mismo Makkachin… así que disfrutaba de su solitario momento tranquilo.

    - Ya debería regresar a casa – tan solo unos minutos fueron suficientes, recordó que aún no tenía pensado que haría de comer, tenía que apurarse y regresar…

    - Ahg – sin tomar mucha atención en su camino Yūri choco con un joven, por el mismo golpe los lentes del doncel salieron volando y su cuerpo cayo de sentón en el suelo – lo siento, en verdad –

    - N-No, es mi culpa – contesto Yūri intentando levantarse del suelo. Solo con ayuda del joven pudo hacerlo – debí tener más cuidado y no estar distrito –

    - Para nada, fue mi culpa – el chico tomo los lentes de suelo y con sumo cuidado los coloco sobre el rostro del japonés – listo, todo arreglado – sonrió el chico – vaya, ¿e-eres Yūri Katsuki? –

    - Ah, si… mucho gusto – un poco apenado de escuchar de nuevo su apellido después de tanto, deseaba que no fuero uno de esos fans obsesivos que lo tocaría de más en público – aunque después de casarme ahora soy Nikiforov – aclaro para que no hubiera malentendidos.

    - Mis más sinceras disculpas, lo había olvidado – aclaro su garganta y se inclinó como saludo, al parecer respetaba el hecho de que era japonés con eso del contacto – soy Otabek Altin, soy patinar profesional de Kazajistán –

    - Mucho gusto Otabek, saber que un joven varón está interesado en este deporte… y que sepas de mi me pone feliz –

    - ¿Bromea?, sus coreografías eran muy buenas… fue la segunda razón por la cual me llevaron a ser lo que soy ahora – un poco sorprendido, Yūri no esperaba ser la inspiración de alguien, menos de un joven con apariencia tan rudo como ese muchacho – yo… – con suma educación Otabek saco un pedazo de papel (un volante de propaganda dado por ahí) – quisiera su autógrafo, tengo pluma y papel… si no lo molesto –

    - Esta bien – con cuidado de no firmar como Nikiforov, Yūri Katsuki había regresado de nuevo… la nostalgia invadió su pecho, regocijándose de esa sensación que llegaba cuando hace años los niños de su ciudad pedían a gritos su autógrafo. Su mayor felicidad era hacer sonreír a los jóvenes que deseaban ser como él.

    - No puedo creerlo, Yura no me creerá cuando le diga esto… tendré que esperar hasta verlo – satisfecho el kazajo volvió a inclinarse – se lo agradezco – sin más cada quien tomo su camino.

    ~•~•~•~•~•~



    - Mami, estas sonriendo mucho – comento Iván en la mesa, tanto como sus padres estaban comiendo una rica sopa… bueno, Yūri estaba un poco distraído entre sonrisas.

    - Parece que la despedida de Chulanont te ha dejado muy triste – dijo con sarcasmo Viktor.

    - No, mami está sonriendo… no está triste – corrigió Iván a su padre.

    - Hoy conocí a la pareja de Phichit, es un buen doncel… muy educado que puede ponerlo en cintura – dijo Yūri mientras comía – además, un joven me reconoció en la calle… me pidió autógrafo y estaba muy contento… me dijo que yo era la segunda razón por la cual era patinador sobre hielo profesional –

    - ¿Un admirador?, debe de adorar a los famosos retirados – comento Viktor de forma muy cortante – ¿Te dijo su nombre? –

    - Otabek Altin – los ojos de Viktor quedaron fijos sobre la figura de su esposo – el muchacho me llamo Katsuki de nuevo, me sentí avergonzado después de mucho tiempo… –

    - Ese muchacho es regular, no pasa del bronce… un varón kazajo de 19 años – había recalcado la palabra “varón”, Yūri no temía por los celos de Viktor… sabía que no llegaría a más que una tontería en la mente de su marido – Yūri, quiero hablar contigo e nuestra habitación… Iván, quédate aquí y acaba tu comida –

    - Si – Iván estaba en total despreocupación.

    - Y bien… quiero una explicación del por qué no regresaste a casa luego de terminar tu salido con Chulanont y su doncel – ¿Era en serio?, Viktor estaba en verdad celoso – contéstame –

    - Me senté en el parque unos minutos, fue cuando choqué con él… no pasó nada de otro mundo –

    - Es un varón… joven, estabas solo en la calle y sin compañía – el tono de Viktor ya era de molestia – el idiota ni siquiera debe ser tu fan… TODOS saben que eres Nikiforov ahora, el muy estúpido debió fingir no saberlo para ver que respondías… ¿Le dijiste que estabas casado? – Yūri rodo los ojos hacia arriba.

    - Le aclare enseguida mi apellido de casado, por favor… ¿En serio seguiremos con esto? – intento salir de la habitación, pero la mano de Viktor tomo con fuerza su brazo y con fuerza lo aventó sobre la cama – pudiste lastimarme – Yūri se había asustado, creía que iba a golpearlo… pero no, tan solo llego a dejarlo en la cama.

    - Te prohíbo salir solo de nuevo, y si hay necesidad de ello marcare cada diez minutos hasta que regreses – ordeno Viktor, el silencio sepulcro lleno la habitación… un ambiente incomodo se percibía – eres mi doncel y tienes que hacer lo que yo te diga ¿Quedó claro? –

    - No soy un objeto… como para que digas que soy de tu propiedad. Eso me hiere, Viktor – las lágrimas traicionaban los ojos del doncel – de nuevo te comportas como un imbécil –

    - Seré un imbécil, pero tu estas casado con el imbécil… lo cual te convierte en un estúpido – Yūri quería controlarse, su hijo sospecharía algo malo si lo viera así – regresare a la mesa… cuando limpies tu cara puedes venir, no quiero que Iván piense cosas –

    - Por lo menos… concordamos en algo – sin mucho más que decir, Viktor volvió a su lugar en la mesa. Noto un poco decaído a su hijo al volver.

    - Tienes comida la mejilla – con una servilleta Viktor retiro el pedazo de verdura que quedo en Iván – listo, ahora sigue comiendo –

    - Mamá siempre… siempre llora – dijo con voz entristecida sin dejar de ver hacia su plato – últimamente estaba muy feliz, pensé que se había curado y que nunca más se pondría triste –

    - Yūri es algo sentimental, llora por todo… no es porque este triste de verdad – Viktor trataba de ser comprensible con la preocupación de Iván, aunque le era indiferente.

    - Mamá a veces llorar por ti – aquello lo tomo por sorpresa – piensa que no lo quieres, le he dicho lo mucho que lo amas… solo sonríe, pero yo sé que no me cree – los ojos tan llenos de sentimiento, preocupación desbordaba por ellos – a veces cuando te vas, y-y cuando hablan fuerte… y eso me hace querer llorar… –

    - Debes ser fuerte Iván, tu eres varón –

    - Si, pero los varones no hacen llorar a sus esposos como tú lo haces… así que yo puedo llorar también – o vaya, al parecer Iván si escuchaba sus discusiones. Viktor no pudo alcanzarlo, el niño se había metido a su habitación cerrando la puerta.

    - Mierda – maldijo, sin muchas ganas de arreglar lo que hizo prefirió sentarse en el sofá y dormir. La cabeza había comenzado a taladrarle.

    ¿Qué se suponía que haría?, tratando de que su hijo nunca escuchara los disgustos de Yūri y suyos y al parecer sabia más de la cuenta… solo esperaba a que nunca se enterara de lo de Plisetsky, aunque su mente era pequeña en un futuro podría comprender y no sería bueno…

    Tendría que arreglar las cosas con su hijo, y principalmente con Yūri.

    Continuara...


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    VEMOS UNA CONVIVENCIA MUY BONITA ENTRE YURI Y OTABEK, MUY PURA Y FUERA DE LUJURÍA. TAMBIÉN APARECE SEUNG-GIL LEE, AHORA COMO PAREJA OFICIAL DE PHICHIT... ESPERO LLEGUEN A APRECIAR EL AMOR DE ESTOS DOS, ASÍ COMO YUURI ESPERA QUE SEAN PARA LA FELICIDAD DE SU AMIGO. ¿A QUÉ NO SE ESPERABAN EL QUE OTABEK SEA FAN DE YUURI Y LA RAZÓN DE SU AMOR AL PATINAJE?, ES ALGO QUE SE ME OCURRIO SERÍA MUY BONITO. DE NUEVO EL IMBECIL DE VIKTOR HACIENDO DE LAS SUYAS POR SUS CELOS... AHORA IVÁN LO CACHO, ESPEREMS SE CONTROLE CON ELLO.

    MUCHAS GRACIAS POR LEER Y COMENTAR, LOS APRECIO A MIL.

    KUROSHIRO FUERA... :]
  12. .
    HOLA, HOLA, KUROSHIRO DE REGRESO. ESPERO LES AGRADE EL CAPÍTULO DE HOY.

    ~The Purpeter~: Muchas gracias por leer y comentar. La relación de Yuri y Otabek comenzó muy rara y se desarrollara muy bien. Phichit es un buen amigo, que es capaz de darlo todo por quien ama aunque este no corresponda sus sentimientos como quisiera... y si encontrara a alguien, ya veras.

    Anne onodera takano: Muchas gracias por leer y comentar. Estos dos son importantes, no lo olvides... muy importantes. Viktor sabe que no podrá estar siempre con Yuu, por ello necesita ayuda de alguien de confianza que sabrá cuidara bien al japonés. Otabek tiene sus trucos, ya lo veras.


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    CAPÍTULO X: Inocente deseo




    - Ayúdame con los platos, colócalos sobre la mesa con mucho cuidado – indico Yūri a su amigo.

    - Ya escuché, seré cuidadoso – Phichit no entendía el cuidado extremó que tenía Yūri a la hora de cocinar... desde la preparación de la cena hasta el acomodo de los utensilios y trastes – nadie va a morir porque los tenedores no quedaron derechos – dijo al ver como el japonés volvía a acomodar todo cuando él ya lo había hecho.

    - Lo siento, Phichit – Yūri alejó sus manos de la mesa, poniéndolas detrás de su espalda – puedo llegar a ser un poco molesto y perfeccionista –

    - Perdonado – Phichit con sonrisa en rostro se acercó, apretó las mejillas de su amigo dejándolo adolorido.

    - ¡Ay!... – Phichit río. Recuperar ese lazo olvidado por los años era lo que ambos creían sería difícil, pero en realidad con el paso de los días su amistad refleja ser una verdadera, la cual no se veía afectada por nada en el mundo... y eso ayudaba demasiado a la autoestima de Yūri.

    - ¿Viktor e Iván llegarán pronto? – Pichit miro el reloj, marcaba las 3:45 PM.

    - Si, hoy salen más temprano – respondió Yūri – gracias por ayudarme con la comida, en verdad... no tenías que quedarte tanto tiempo el día de hoy –

    - Viktor me pidió cuidarte, eso hago – Yūri suspiro.

    - Me siento muy feliz... en verdad – ambos rieron, comenzaron a hablar de recuerdos en su juventud. Cuando recién se conocieron gracias a Celestino, quien era entrenador de ambos... siempre se comportaron como hermanos, aunque Phichit desarrolló otro sentimiento más fuerte.

    - ¿Sabes?... hay un chico que conocí hace unos meses, se llama Seung-Gil Lee –

    - Ah, ¿es tu nuevo amigo?... –

    - En realidad estamos intentando una relación amorosa – Yūri miraba atento a su amigo, lo hizo sonrojar con tan sólo clavar aquellos bellos ojos color chocolate – Yūri... me avergüenzas –

    - Perdón – río Yūri – estoy feliz de saber que estas intentando algo con alguien – en verdad se alegraba, porque Phichit merecía ser muy feliz en su vida... por todo el daño que sufrió por su culpa, por lo menos eso pensaba Yūri – ¿Cómo es Seung-Gil?... de personalidad –

    - Es muy conservador, algo tímido... muy apegado a su madre y familia – Phichit río al recordar al chico, saco su celular para mostrarle una fotografía del susodicho doncel – el me aconsejo cuando recibí la llamada de Viktor... le agradezco lo considerado que es hacia mi comportar contigo –

    - Phichit... ¿Amas a ese doncel como me amaste a mí? – una pregunta peligrosa, algo incómoda. Phichit no sabía el por qué Yūri lo hacía, pero no era (por lo menos) con malas intenciones.

    - Viví contigo desde mi adolescencia hasta nuestra adultez. Te vi casarte, ser madre de un niño maravilloso; estuvimos juntos desde la felicidad hasta nuestras tristezas... y yo te amé, en verdad lo hice demasiado – La sonrisa calidad de Phichit regocijó el corazón del japonés, juntó con las palabras tan dulce que se le estaba brindando – aún no llega la oportunidad de sentir algo tan grande por Seung... pero, estoy tratando de poco a poco olvidarte y seguir mi vida –

    - Mereces eso y más – dijo Yūri.

    - Gracias, tu igual – aunque lo sabía, Yūri no se sentía así.

    - ¿Interrumpo algo? – Viktor había llegado a su hogar un minuto antes, escucho atento la plática.

    - Tío Phichit – grito emocionado Iván.

    - No, claro que no – Yūri se levantó para abrazar a su pequeño hijo. La tensión era pesada, por lo menos sólo con los varones presentes.

    - Yūri – Viktor lo llamo, y este por inercia se acercó... sin saber que sería abrazado y besado en los labios por el peli-plata.

    - V-Viktor... – Yūri no sabía cómo reaccionar, eso había sido tan incómodo.

    - ¿Él se quedará a comer? – pregunto Viktor sin toma muy en cuenta la vergüenza de su esposo.

    - S-Si... me ayudo con la comida, quería invitarlo y charlar –

    - Si, escuche lo segundo –

    - Encantado acepto tu invitación, Yūri – contesto Phichit con sonrisa triunfante, pues el rostro de Viktor era un poema, estaba furioso.

    La cena prosiguió con calma, aunque no como usualmente lo hacía... más bien había tensión entre tanto silencio provocado por los dos varones adultos en la mesa. Yūri trataba de disimular su nerviosismo, e Iván ignoraba por completo lo ocurrido... ya que, ni enterado se encontraba de la situación.

    Al terminar todos de comer y después que Yūri retirara los platos de la mesa, Iván con sonrisa radiante pregunto a su tío tailandés...

    - Tío Phichit, ¿Vendrás a mi fiesta de cumpleaños?... porque estas en Rusia ahora y mi fiesta es en cinco días – dijo justo al terminar de contar los dedos de su mano.

    - Bueno, estaría encantado de ir a tu fiesta. Cuatro años sin darte un regalo deben ser recomenzados cuanto antes, ¿No? –

    - ¡¡SI!! – grito Iván eufórico – escuchaste, mami –

    - Phichit, no tienes que compensar nada – aclaro Yūri, pero Phichit sólo sonrió.

    - Mi presencia bastara, ¿De acuerdo? – Yūri quedo más tranquilo, asintió para dar a entender que sí.

    - Me iré a recostar – Viktor harto de la voz de aquel tailandés cerró violentamente el libro que estaba leyendo desde hace tiempo. Se levantó del sillón y sin decir más fue directo a la habitación que compartía con Yūri.

    - Vaya forma de llamar la atención – Phichit no pudo contener las ganas de reír, la actitud de Nikiforov había sido tan infantil e inmadura – me alegra que este molesto –

    - Phichit – Yūri soltó un gran suspiro, ambos varones estaban comportando como unos niños – recuerda que al final quien carga con Viktor soy yo –

    - Lo siento, pero no lo siento – la risa de Phichit era contagiosa. Yūri no soporto mucho antes de reír juntó con él.

    - No entiendo – se dijo Iván al no saber el por qué su tío y mamá comenzaban a reír... aun así se unió en risas a ellos.

    ~•~•~•~•~•~



    Yuri prepara el vestuario que llevaría el día de hoy, lencería color rosa con encaje blanco y un par de alas blancas adornarían su bella espalda. Si, aunque se sintiera incómodo con aquella ropa para su público decrépito tenía que hacerlo... no tenía otra opción.

    - Yuratchka – Lilia entro a su habitación, llevaba un bello vestido color amarillo... resaltaba sus facciones – ¿Estás listo? –

    - Sólo término de ponerme la ropa... –

    - En realidad, venía a decirte que no presentaras tu actuación de ahora en adelante –

    - ¿Disculpe?... no pueden quitarme mi espectáculo, muchos de los viejos pervertidos vienen sólo por mí – reacciono Yuri exaltado – no es que me enorgullezca o guste, pero si no hago eso cómo le pagare... –

    - Yo tampoco estoy muy contenta, Yuratchka – suspiro Lilia, resignada a la situación.

    - Entonces... –

    - Un varón pagó tus servicios, dice que vio tus encantos hace unas noches y quiso negociar conmigo – Lilia se hizo un espacio en la mullida cama de Yuri, y siguió hablando – mientras el este en Rusia no podrás salir a espectáculos, ni te acostarás con algún varón... a cambio, pagara cada noche y tu tan sólo lo complacerás a él –

    - Ah... y eso no fue consultado conmigo, ¿Por? –

    - Entiendo tu disgusto, desde que te acogí como uno más de mis hijos siempre has detestado ser tratado como mercancía... tú mismo me lo hiciste saber el primer día –

    - Pero al parecer no le importa – Yuri molesto por la situación sentía que la discusión no estaba llegando a nada, prefería ignorar a Lilia.

    - Yuratchka, no discutiré más este asunto – a Lilia le partía el alma ver a Yuri en modo defensivo, se atribuía la culpa... después de todo él no era más que uno de sus trabajadores, gracias a ella – al menos se, que el Señor Altin te tratara bien... él es un caballero – no dijo nada más, se retiró de la habitación inmediatamente.

    El silencio reinó el cuarto... hasta qué el chillido molesto de Yuri llenó cada rincón. Después de todo recordaba perfectamente quien era el dueño de aquel apellido.

    - ¡Maldita sea! – expreso insatisfecho y molesto por lo acontecido. Lanzo con ira una de sus almohadas sobre el tocador; rompiendo sus maquillajes, perfumes y algunas piezas de cristal – en cuanto te vea juro que romperé tus bolas de una sola patada, bastardo Altin –

    La noche llego más rápido de lo esperado. Y en el Zamok Ice reinaba los ruidos lujuriosos que cada noche le daba vida al burdel. Todos y cada uno de los habitantes de aquel sitio atendían a decenas de varones como era de costumbre... a excepción del doncel rubio favorito de Lilia.

    Este se encontraba esperando la llegada de su "rentero" en la habitación, tal y como Lilia le ordeno. Y así fue hasta que la presencia del susodicho se hizo visible.

    - Buenas noches... – no alcanzo a terminar su saludo, el zapato del doncel había impactado su rostro con fuerza suficiente como para hacerlo quejarse del dolor.

    - ¡TE DIJE QUE NO TE METIERAS CONMIGO, GRANDÍSIMO HIJO DE PUTA! – la ira de Yuri era evidente, demostrándole su desprecio por medio de otro zapato a la cara del varón.

    Antes que el ruido llamara la atención de algún custodio de fuera, atrajo el cuerpo de Altin jalándole hacia dentro de la habitación, cerrando la puerta tras de sí y aventando el cuerpo de este hacia la mullida cama.

    - Tienes exactamente un minuto para explicarte el por qué me has quitado mi trabajo y tener el derecho de rentar mis servicios de manera exclusiva... antes de que rebane tu garganta – Yuri tenía contra el cuello de Otabek un pedazo de una botella de perfume, las escasas gotas de escénica goteaban sobre la piel del varón – vamos bastardo, CONTESTA –

    - Si hablas tanto no podré explicarme en el tiempo que me diste, Ágape – trago con cuidado, de encontraba nervioso al sentir la punta de vidrio en su piel... temeroso por hacer algún movimiento involuntario.

    - ¿Crees que por prohibirme hacer mi trabajo te estaré agradecido, enamorándome perdidamente de ti?, no me hagas reír –

    - Yo no he dicho nada, tu sólo has realizado la suposición – punto para Altin, Yuri retiro del cuello el arma punzo cortante dispuesto a escuchar – mi primera impresión de ti fue: "vaya, ¿hay niños trabajando aquí?"... estaba dispuesto a ir con la policía – los ojos de Yuri se abrieron grandes, sudó frío de tan sólo pensar en lo que pudo haber ocurrido – pero... al ver tu espectáculo, me di cuenta que al igual que muchos aquí soy un cerdo depravado –

    - Vaya, quien lo diría – Altin no se veía tan viejo, pero aun así era mayor de edad.

    - Pregunte por ti, una chica que dijo ser tu amiga me platico demasiadas cosas de ti... pensé en mil maneras para poder ayudarte a salir de aquí, aunque lo único que puedo hacer por ti es terminar tus trabajos nocturnos –

    - Eres un idiota, no puedo creer que hayas hecho todo esto tan sólo porque estas prendado de mi – más que un acto romántico, Yuri lo veía como un acto desesperado de un príncipe estúpido actuando como héroe de cuento.

    - Quería ayudar... para que, al no ser un ingreso para este lugar te dejarán ir –

    - Tú no sabes cómo funciona esto – contesto Yuri con frialdad – respetare el trato, hasta que te canses de mí y me dejes seguir con mi vida –

    - No lo haré, jamás – Yuri sonrió por aquella contestación. De pronto recordó aquel tiempo cuando él era un novicio en el amor y creía que el amor era para siempre.

    - Idiota – suspiro, comenzó a quitarse la parte de arriba de su Baby Doll haciéndola caer al suelo. Poco a poco comenzó a deshacerse de la braga y las medias, quedando desnudo frente a Otabek.

    - ¿Qué haces? – Otabek no supo cómo reaccionar, quedo inmóvil al sentir como el cuerpo del doncel iba posicionándose sobre su cuerpo – A-Ágape... –

    - Shh, sólo disfruta – Yuri era quien controlaba el momento, sus labios unidos a los del varón lo demostraba... cerrando sus ojos y sentir la pasión del momento, aumentando la intensidad – besas bien – afirmo Yuri, limpiando el rastro de saliva con su lengua.

    - No, esto está mal – Otabek tratando de negar ese inmenso placer que estaba sintiendo por el rubio, insistió en alejar a Yuri – aún eres menor... –

    - Por favor – Yuri bufo, estaba harto de escuchar esa excusa por parte del varón – si tú mismo dijiste que eras igual de pervertido que esos viejos de haya afuera. Eres un varón, ellos tan sólo utilizan nuestros cuerpos para complacer sus propios deseos carnales... yo te estoy permitiendo hacerlo, ¿por qué no te aprovechas? –

    - Porque... – tomo las manos del adolescente y las acercó a su rostro – lo que siento por ti, no es una simple calentura... yo te amo, Yuratchka –

    - Se acabó – Yuri no soportaba aquella palabra, la había escuchado dos veces en el pasado y ambas lo engañaron. No caería de nuevo – vete... esta visita término – bajó de la cama y tomo la ropa interior, fue directo al baño para encerrarse.

    - Lo entiendo – Otabek respetó aquella decisión, acomodó su ropa y salió de la habitación. No estaba molesto por lo ocurrido, quería darle su espacio a Yuri antes de comenzar a ayudarlo verdaderamente.

    Porque, a pesar de la situación en cómo se acontecía sus vidas actualmente. Otabek estaba seguro que sacaría a Yuri de ese sitio, aunque le costará su propia existencia.

    ~•~•~•~•~•~



    El día del cumpleaños llego. La fiesta había sido realizada en las instalaciones de la pista de hielo donde entrenaban diario. Los amigos de Iván asistieron sin problema, algunos conocidos y compañeros de Viktor de igual manera... ya que, como figura pública que era hasta la prensa estuvo invitada.

    - Me pone nervioso tanta gente – se quejó Yūri. Nunca había sido muy sociable y su timidez había evitado que a lo largo de su vida hiciera amistad, tan sólo Phichit se había convertido en un gran amigo.

    - Vamos, mientras Iván sea feliz – Phichit se había vuelto un pilar en su vida, sin él no sabría que hacer... pero por su hijo, se haría fuerte – podemos sentarnos lejos de todos, para que no sufras –

    - Me encantaría la idea – Yūri no espero a que se lo propusieran dos veces. Durante toda la fiesta, su presencia no fue requerida, tan sólo el mundo quería saber y estar pendientes de la felicidad de Iván Nikiforov y los acontecimientos futuros de Viktor Nikiforov.

    Nadie necesitaba preguntarle qué es lo que sentía a un doncel, así era la vida... o por lo menos la de Yūri. A pesar de que nadie notó la presencia del doncel Viktor no le despegaba la vista, siguiéndolo a todas partes y sintiéndose molesto al ver a su lado a Phichit.

    - Viktor, ¿estas escuchándome? – Georgi notó la ausencia de Viktor en su plática, cinco minutos después de comenzar a hablar. Suspiro fuerte y tomo el hombro de su compañero – ¿En serio?... mejor encierra a Yūri en una habitación –

    - Ganas no me faltan – confesó el varón – Yūri debería estar cuidando de nuestro hijo, no aún lado de Chulanont – gruño Viktor – su actitud despreocupada puede levantar una mala imagen de nuestra familia –

    - Viktor, en verdad no has cambiado – Georgi no podía olvidar aquella ocasión en la que quiso ayudar a Yūri hace años. Pensaba que tal vez eran los celos interiores de Viktor y que en verdad amaba al doncel... pero entre más pasaba el tiempo menos era su esperanza de que esto pudiera ser verdad – ni siquiera tú te encuentras al lado de tu hijo, ¿Por qué Yūri lo haría? –

    - Él es mi doncel, ese debería ser su único trabajo – no podría creer lo que escuchaba. Estaba molesto, y al ver el rostro tan desinteresado de Viktor...

    - No quiero discutir por tonterías contigo – Georgi prefirió dejar todo ese asunto. Ya una vez intentó hacerlo ver sus errores... y fracaso, afectando a Yūri y su matrimonio – iré con Yakov... y a beber un poco –

    - Mm, está bien – Viktor escuchaba cada palabra que Popoviche decía, no era tan estúpido e infantil... y no estaba celoso, tal sólo protege lo que es de su propiedad, o eso quiere hacerse creer.

    En cuanto más aumentaban las horas más crecía las miradas "discretas" hacia Yūri. A lo lejos ambos amigos reían gracias a sus esporádicas pláticas del pasado, recuerdos llenos de alegrías y diversiones... la sonrisa de Yūri era tan perfecta, daba luz a la vida de cualquiera... y eso celaba a Viktor.

    Quien estaba acostumbrado a todo, un niño mimado que egoístamente lloraba por un juguete al que no quería, pero otro niño sí. Viktor no podía tener la sonrisa honesta de Yūri, y él se encargaría de que nadie más la tuviera.... y menos Phichit Chulanont.

    - Iván, es hora que soples las velitas del pastel – la sonrisa del niño y sus amigos eran enormes. Rápidamente corrían hacia la mesa; las cámaras de la prensa, las miradas de los adultos y niños se dirigían hacia en joven Nikiforov.

    Cantaron la típica canción "Feliz cumpleaños"... los niños no podían esperar la hora en que terminara la canción y soplarán las velas para comer pastel y dulces.

    - Pide un deseo, Iván – grito uno de los niños. El pequeño soplo con fuerza y tardo en apagarlas, todo un éxito al final.

    Yūri y Phichit repartieron los dulces y el pastel. Viktor había sido entrevistado, con la sonrisa más hipócrita daba a enterar como la fiesta de su hijo le encantaba, como amaba a su esposo y su familia.

    - Nikiforov es una mierda – expreso Phichit al ver el actuar de Viktor.

    - Oye, yo soy Nikiforov – Yūri actuaba dolido, aunque por dentro moría de risa.

    - Lo siento, sabes bien a quién me refiero – Phichit de puso nervioso, algo avergonzado. Yūri disfrutaba avergonzar a su amigo.

    - Mami, mami... el señor "sonríe bonito" quiere hablar con nosotros – Iván llego entusiasmado, tomo la mano de Yūri y casi arrastrando lo llevo hacia las cámaras de los reporteros – ¿Verdad que no miento, señor? –

    - Claro que sí, pequeño – respondió el entrevistador, la prensa estaba encantada con el hijo de Nikiforov – y digamos, señor de Nikiforov. ¿Algunas palabras para la cámara? –

    - E-En realidad... no tengo nada que expresar – Yūri se había puesto nervioso.

    - Mami, ¿quieres saber mi deseo? – y, por otra parte, se encontraba Iván con sonrisa en boca, queriendo llamar la atención de su madre.

    - En un momento me dices... – trato de calmarlo.

    - Pequeño Iván, sería estupendo que nos dijeras que deseaste – más cámaras de interesaron en aquellos dos, Yūri avergonzado trato de acercar a su hijo – y bien, ¿Cuál es tu deseo? –

    - Mi deseo... mi deseo fue me regalarán un hermanito para jugar – Iván estaba acostumbrado a las cámaras. Desde muy pequeño fue su pan de cada día al portar el apellido Nikiforov... se sentía en confianza de hablar sin miedo.

    - Un deseo complicado – opino el reportero, quien con malicia se acercó más hacia Yūri – Señor de Nikiforov, ¿puede ser qué en un futuro el deseo de Iván se cumpla?... opina algo en cuestión –

    - Yo no... –

    - ¿Entonces no habrá posibilidad de otro Nikiforov?, es raro en un doncel no querer más hijos de su varón. ¿A tenido algún desacuerdo con su marido? – más y más cámaras comenzaron a enfocarse sobre él, las miradas de los invitados de igual manera... poniéndolo al borde de una presión.

    - Yo nunca negué nada, pero... –

    - Acaso hay un problema con usted... ¿O es el Señor Nikiforov quien lo tiene? –

    - En realidad, ambos hemos decidido esperar un poco antes de tener otro hijo – Viktor había llegado a su rescate – disculpen a mi Yūri, siempre ha sido temeroso ante la cámara y muy tímido – se disculpó. Nadie tomo importancia al doncel en toda la fiesta después de eso.

    Yūri fue a sentarse, aún seguía incómodo... recordando sus tiempos de patinador cuando las cámaras no lo dejaban respirar al enterarse de su retiro por embarazo inesperado, y más al saber de quién era el varón. Fueron meses de insoportables acosos, tuvieron que refugiarlo en el interior de su hogar durante meses para vivir en paz... pero nunca era suficiente, término teniendo pavor hacia las cámaras de prensa y deseando que Iván, por su propio bien... no deseara patinar como Viktor y él.

    ~•~•~•~•~•~



    Al llegar a casa Iván no tuvo muchas fuerzas para seguir despierto. La energía había terminado justo después de abrir sus obsequios y cenar un enorme plato de cereal. Cayo rendido antes de las 10:00 PM, dejando tiempo a Yūri para terminar asuntos hogareños.

    Aunque en realidad la mente y cuerpo de Yūri estaba en otro sitio. Él era joven aún y su ciclo menstrual estaba iniciando... lo sentía en su vientre bajo. No sabía si era por el calor de esos días o la triste realidad de su vida, pero sentía mariposas en el estómago justo después de recordar como Viktor lo defendió de aquellas personas.

    Y muchos podrán decir: ¿Qué estás pensando?, él te engaño con un niño... te ha sido infiel con quién sabe cuántos. No te ama y jamás lo hará, date cuenta.

    Pero... ¿Qué no podemos perdonar y seguir adelante? Yūri deseaba poder dejar todo atrás y comenzar de cero, tener por fin esa idea de una familia feliz que tanto anhela... aunque eso signifique olvidar su propio sentir emocional.

    - Viktor – entro a su habitación, su esposo se encontraba recostado leyendo un libro. Cerró la puerta con cuidado y volvió a hablar – t-tengo que decirte algo –

    - Puedes hacerlo, no estoy tapando tu boca – despego un poco la mirada para ver a Yūri, temblaba y tal vez lloraría – escuchaste lo que... –

    - Quiero que tengamos sexo – soltó antes de que Viktor terminara de hablar. Dejándolo sorprendido.

    - Tu, Yūri Nikiforov... ¿Estas pidiéndome que te haga mío tan directamente? – Yūri asintió, por lo cual Viktor no pudo contener una carcajada – es un mal momento para tus bromas –

    - No estoy bromeando, en realidad lo deseo... y creía ir después de mucho tiempo tu... –

    - ¿Y por qué piensas que te deseo como amante?, digo... te engañe en el pasado – un golpe bajó por parte de Viktor, su única manera de hacer sentir menos a Yūri – dame una mínima razón por la cual mantienes esperanza –

    - Por qué... seguimos juntos – contesto sin vacilar – puedes decir que la razón sólo es Iván, pero yo sé que no – llevo su mano hacia el pecho, sentía los latidos de su corazón – cuando me enferme y fui al hospital pudiste decir que era incompetente, así la custodia de Iván pasaría a ser tuya nada más. O lo de Plisetsky... pudiste dejarme, y tan sólo dejaste de verlo por nosotros –

    - No te lo tomes tan personal, no eres el centro del mundo... no del mío, Yūri – pudo haber llorado por los comentarios hirientes. Pero no lo hizo.

    - Tu... querías estar conmigo antes de todo esto, aún querías tocarme y hacerme tuyo. Muchas veces terminabas enojado porque yo me negaba, ¿Lo recuerdas? – Yūri poco a poco se acercó a la cama, subiendo el colchón y sentándose frente a quien era su marido.

    - No lo niego – acepto Viktor – eres mi doncel, tienes que cumplir mis caprichos... hasta los sexuales – suspiro, nunca había notado una mirada tan brillante a Yūri como en ese momento. Tan lleno de deseo – pensé que, después de lo de Yurio... –

    - Quiero olvidar... olvidar y comenzar de nuevo – afirmo, tragando sus ganas de llorar – por favor, no quiero ser tu enemigo – aquella mirada tan pura, a pesar de los años... aún después de tanto sufrimiento.

    - Idiota, no tienes remedio – Viktor siempre tuvo debilidad hacia esposo ojos llorosos. Belleza inmaculada que debía ser corrompida, felicidad que debía ser destruida... llenándolo de sufrimiento.

    - Viktor... ahhh... – ¿Cuánto tiempo tenía de no sentir las caricias de su esposo?, meses de abstinencia... de miedo por ser rechazado, de no ser suficiente para Viktor.

    - Lindo cuerpo, no recuerdo tan... – no era hora de mencionar algo sobre aquello. Continúo acariciando aquel pecho blanco, suave y hermoso – lindo – la excitación era evidente por los pezones rosados de Yūri. Siendo lamidos y estimulados, al igual que su miembro.

    - Ahhh... – dedos entrando en su trasero, siendo preparado de una manera suave – n-no, no más – los labios de Viktor besando su cuello, los dedos resbalando su interior... su piel siendo rozada por el cuerpo de este – y-ya no... –

    - Tú fuiste quien comenzó... – Viktor se burlaba de aquella mirada. Seguía preparándolo, el calor del momento era más fuerte que cualquier problema ocurrido anteriormente.

    - Ya no quiero ser preparado, te quiero a ti – un beso inesperado, dulce... lleno de sentimiento – Hazme tuyo, Vitya –

    Un sentimiento extraño sucumbió el interior del pecho de Viktor... ¿Tan solo por escuchar ese tonto apodó?, sin problema tomo su miembro y lo introdujo en el interior de Yūri, haciéndolo gemir y llorar.

    Los cuerpos más juntos que en otras ocasiones, esta vez sus rostros podían verse el uno al otro. Yūri aferrado con fuerza, rasguñando la espalda de su varón, soltando gemidos llenos de placer y deseo.

    Viktor se dejó llevar por el momento, los gemidos de su doncel nunca se le habían hecho tan excitantes. Las estocadas siguieron, el olor del sexo inundo la habitación y al llegar a su clímax, ambos se aferraron con fuerza... hasta que el interior de Yūri fue llenado.

    - V-Viktor – a pesar de haber concluido no era aún el final. Rápidamente Yūri fue tomado nuevamente.

    - Sólo copera, y te daré lo que deseas – Viktor había sido embriagado por el sexo. El cuerpo de Yūri era adictivo... no podía negarlo.

    Acabaron después de hacerlo cuatro veces esa noche. Durmiendo abrazados el uno del otro, aún unidos de manera sexual... la incomodidad era lo de menos.

    Yūri había tomado una decisión. No sólo para hacer feliz a Iván, si no para unir sus vidas en una nueva travesía... donde los errores del pasado no fueran cometidos. O por lo menos eso creería.

    Continuara...


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    TERMINAMOS EL CAPÍTULO CON ACCIONES RIKOLINAS, PERO ESO NO QUITA LA SITUACIÓN TENSA EN QUE LA SITUACIÓN SE AMERITO, ¿SERÁ QUE ALGO RESULTE DE ESTO?, ¿EN QUE AFECTARA ESTO A LA HISTORIA?

    DE IGUAL MANERA OTBEK ACABA DE DECLARAR AMOR POR YURI, ¿SERÁN SOLO PALABRAS VACIAS PARA HACERLO CAMBIAR O EN REALIDAD HAY UN CONTEXTO DENTRO DE ELLAS?... ¿YURI VOLVERA A CONFIAR EN UN VARON COMO OTABEK?

    SIN MÁS, HASTA AQUÍ EL CAPÍTULO. GRACIAS POR LEER Y COMENTAR A TODOS, LES ESTOY MUY AGRADECIDA POR ELLO.

    KUROSHIRO FUERA... :]
  13. .
    HOLA, KUROSHIRO DE REGRESO. INFORMANDOLES QUE HE ESTADO TRABAJANDO NUEVAMENTE Y ESPERO ESTO NO AFECTE LAS ACTUALIZACIONES DE LA HISTORIA, AUNQUE NO CREO.

    ~The Purpeter~: Muchas gracias por leer y comentar. La tensión se podía cortar con un cuchillo. Espero yo eso de Viktor también. Yurio es un chico que vive un mundo de adulto cuando todavía es un niño, se equivoco entre las manipulaciones egoístas de Viktor y su amor... por ello hizo lo que hizo, ojala la vida le vaya mejor.

    Anne onodera takano: Muchas gracias por leer y comentar. Yurio pagó por sus actos, pero estará mejor cuando se le pase el enamoramiento de Viktor. Viktor pagara cuando tenga que pagar, el karma es duro y no tiene consideraciones.

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    CAPÍTULO IX: Hermosa Ilusión




    - Mami, ya me voy – el pequeño Iván se despidió de su madre, dándole un beso en la mejilla y una adorable sonrisa mañanera.

    - Adiós, que te vaya bien – Yūri regreso el pequeño beso sobre la frente del niño. Después de varias semanas de descanso era tiempo de que Iván volviera a sus prácticas… y Yūri estaba contento, porque su hijo se encontraba entusiasmado de volver al hielo, pero solo había un inconveniente.

    - Regresare en unos veinte minutos – Viktor aun no regresaba, no por completo. Había pedido un permiso hasta que Yūri estuviera más sano… y eso desde aquel día en que Viktor corto toda comunicación con Yuri Plisetsky.

    Desde aquel día en que Viktor regreso en la madrugada varias cosas habían cambiado entre ellos y más en la actitud de Nikiforov hacia su familia. Es como si la poca razón de Viktor hubieran vuelto, aquella la cual quería llevar una vida lo menos escandalosa y perjudicial… pero, ¿acaso estaba bien aceptar de nuevo aquello?

    Durante años Yūri vivió en carne propia la indiferencia de Viktor, las palabras de este diciéndole que no valía nada… y despreciándolo, por el simple hecho de unirse en matrimonio cuando ninguno de los dos lo había deseado, por lo menos Viktor no. El perdonar es algo bueno, pero si en este caso la persona que pide tu perdón no lo merece, ¿se lo darías y comenzarían de nuevo?... Yūri estaba confundido. Siempre había deseado atención de su marido, y ahora que la tenía no le agradaba… se sentía diferente a lo que pensó.

    - Llegue – la puerta se abrió y la presencia de Viktor saco a Yūri de sus pensamientos.

    - Me alegra – dijo entre sonrisa falsa, Viktor rápidamente lo noto… pero no le presto interés. Tan solo se recostó sobre el sillón, con dolor de cabeza por el fuerte tráfico de la ciudad su única acción fue poner su brazo sobre sus ojos para evitar que la luz le diera una jaqueca – ¿Quieres una pastilla para el dolor? –

    - Por favor – Yūri no lo pensó dos veces, dejo de recoger las cosas en el comedor y se dirigió hacia su habitación. Ruidos de cosas moviéndose y algo cayendo llamo la atención de Viktor, estaba a punto de pararse cuando vio salir a su esposo del cuarto, sonriendo.

    - Tenía guardado unas pastillas que me dieron en una ida medica hace unos meses, pero no recordaba en donde había dejado mi botiquín – su cabeza estaba cubierta de polvo, al parecer cajas cayeron en su cabeza… y eran las del armario – aun no caducan y dice que son buenas previniendo las migrañas –

    - Pensé que a los japoneses no les gustaba auto medicarse… y que hasta en una simple gripe iban al doctor – dijo Viktor serio.

    - Bueno, vivir en país diferente durante cinco años hace que cambies la perspectiva de muchas cosas; además, recuerda que no podía salir sin permiso tuyo… eso aplica en los días que yo me enferme o Iván – la expresión de Viktor se volvió más seria – no te estoy reclamando nada, tan solo… creo que debo agradecerte un poco mi cambio –

    - Me disculpo por eso – Viktor no estaba dispuesto a pelear o molestarse por un comentario que, si era verdad después de todo. Tan solo se tragó sus palabras – pero ahora seré un padre más atento con Iván. Y creo, que un marido también – finalizo.

    ~•~•~•~•~•~



    Las siguientes horas Yūri y Viktor limpiaron el departamento, comenzando con la sala y finalmente acabando con la habitación de ambos. Era un poco más complicado limpiar aquí, había muchos recuerdos de los campeonatos pasados de Viktor. Cajas y cajas de fotografías, que retomaban de la infancia de Viktor hasta su adultez.

    - Saquemos las fotografías y tiremos los cuadros, algunos ya están quebrados – indico Nikiforov, el azabache cumplía la orden y comenzó a sacar las fotos – no se te olvide limpiarlas –

    - Correcto – Yūri continuaba con su labor, aquella inseguridad sobre qué pasaría en el futuro con Viktor volvía a él. Tuvo el valor de comenzar una charla sobre esto – emm… Viktor –

    - Qué… – respondió sin prestarle mucha atención.

    - B-Bueno, he analizado estos últimos días los acontecimientos ocurridos… desde… ya sabes – los nervios le ganaban, y más al ver que Viktor se había interesado en lo que pudiera decir – lo que quiero decirte, es que no tienes que tomar vacaciones para seguir cuidando de mí. Yo me encuentro mucho mejor, entendí mis errores y debo esforzarme más por ustedes y mi propia salud… creo inútil que sigas dejando a un lado tu propio futuro y éxito por mi culpa –

    - No lo estoy haciendo, por lo menos no por las razones que tú crees – contesto – llevo años practicando sin parar, mejorando mi estilo y forma de patinar. He obtenido el éxito deseado, pero aun un punto donde comienzo a ver que ya no estoy en edad de seguir en esto… ya tengo 27 años, casi 28 –

    - ¿Estás pensando en retirarte? – Yūri quedo anonadado.

    - Tal vez, por eso mismo necesito aclarar mi cabeza con un descansó – suspiro – si pensaste que esto lo hice por ti, estas mal… está bien que seas mi esposo, pero hay cosas más importan… –

    - Entiendo, hay cosas más importantes que yo – dolía, en verdad dolía sabes que valía menos que una duda existencial de su marido. Yūri siguió limpiando las fotografías, ignorando la presencia del peli-gris… en verdad lo había molestado.

    - Yūri, no quería decir eso – dijo Viktor tratando de justificarse – mira, lo siento… en verdad ciento no saber explicarme bien y sacar todas mis palabras sin tener la delicadeza de saber si te ofenderé o no – ¿era lo mejor que podía decirle?... en verdad Viktor era un idiota en sus momentos.

    - Viktor, no me molesta el que no sepas medir tus palabras… yo sé, que cuando las dices en verdad es lo que sientes en ese momento. Pero me duele saber que, a pesar de convivir por tantos años, haberte dado un hijo, soportar tu indiferencias y malos tratos… aun no llegas a apreciarme como yo lo he hecho – no era la primera vez que Yūri lloraba, aunque si la primera vez en que Viktor se arrepentía de pelear con él. Yūri aun seguí débil mentalmente, cualquier recaída podría ser su culpa… y no quería recibir más regaños de Yakov o aquel psicólogo.

    - Vamos, no llores… tu rostro se vuele feo si llorar hasta comenzar a moquear – Viktor alcanzo una caja de pañuelos desechables y se la ofreció a Yūri, este los tomo para limpiarse los rastros de lágrimas y mucosidad.

    - Qué tengo que hacer para que aprecies mi trabajo, ¿desaparecer de tu vida?... ¿morir? – mierda, el asunto se estaba poniendo tenso – acordamos llevarnos mejor por Iván… y no estás haciendo tu parte, ni siquiera notas la mía… ME SIENTO IMPOTENTE Y SOLO –

    - Vaya, si tenías mucho que decirme – lo único que Viktor Nikiforov odiaba más que los regaños era decirle sus verdades en la cara, y más si estos eran verdad… porque no podía reclamar algo que en verdad hacía. Pensó muy bien lo que iba a hacer, para luego no arrepentirse – ¿No hago mi parte del trato? Tratare de hacerlo, ¿Qué no noto tu parte? Lo hago, aunque no parezca, ¿Te sientes impotente? Espero poder hacer algo para que no te sientas así – sabía que lo siguiente le daría en su orgullo de varón, suspiro y dijo – ¿Te sientes solo? Entonces, traeré a alguien para que te haga compañía – dejo las cosas y tomo el celular de Yūri.

    - Oye, Viktor… ¿A quién llamas? – de igual manera Yūri dejo todo y persiguió a su marido, la llamada ya estaba siendo realizada.

    - Que bueno que contestas, soy Viktor – Yūri no podía escuchar la voz claramente, se acercó y era inútil – aja… a ocurrido unas cosas y él necesita tu presencia, para mi pesar – suspiro resignado – no te preocupes, él está muy entusiasmado por tu llegada… te esperamos – la llamada concluyo, pero Viktor borro el registro – listo –

    - Viktor, ¿A quién llamaste? – Yūri no podía estar tranquilo, peor si era alguien de sus contactos.

    - Cálmate, no es nadie malo… sé que tu familia te odia – no dijo nada más, luego de eso Yūri no quiso peguntar más… y prefirió esperar hasta el día de mañana.

    ~•~•~•~•~•~



    - Veo que Viktor me mintió, no sabías que vendría –

    - ¿Phichit?, por dios… ¿En serio eres tú? – Yūri no lo creía, su mejor amigo y luego de años sin verse… se encontraba frente a él con una maleta en mano y su sonrisa brillante – Phichit, lo siento mucho… y-yo nunca quise dejar de hablarte, lo juro – el arrepentimiento llego, Yūri abrazo fuerte a Pichit.

    - No has cambiado nada, aun eres una mami muy llorona – Phichit recordaba aquella carita llorona de hace tres años, fue el día en que Yūri le dijo que dejaría de contactarlo… aún estaba grabado en sus memorias, llevaba aquel suéter color azulado de cuello alto y a Iván ente brazos – ¿Puedo pasar? –

    - Claro, claro que si… pasa – Phichit avanzo hacia dentro del departamento, Yūri cerró la puerta tras de si – ¿Gustas al de tomar?, tengo té y jugos –

    - Me encantaría un vaso de jugo – Phichit se sentó en el sofá, espero hasta que Yūri llego junto a él con dos vasos en mano – Yūri… me imagino que te preguntaras el por qué estoy aquí en Rusia, o en tu casa –

    - Bueno, en GPF comenzara dentro de poco y tengo entendido que estarás compitiendo, Celestino debió proponerte venir aquí y no sé… turistear como siempre lo hacíamos antes –

    - Celestino no sabe que estoy aquí, y no pienso decirle por lo menos hasta volver – Pichit no se contuvo en abrazar el cuerpo del doncel azabache – Viktor no tuvo la oportunidad de contarme… pero, sé que algo está pasando contigo – serio y decidido en sacarle la información a Yūri, con su mano acaricio la suave mejilla de su amigo – estarás sonriendo como siempre, pero tus ojos me dicen que eres infeliz –

    - No lo soy… – negó.

    - Te dije que, si sufrirías al casarte con Viktor, él no te amaba en ese entonces y ahora te está haciendo cosas horribles. Un varón como él no merece a un doncel como tú… y lo sabes –

    - Merece alguien mejor que yo, lo sé –

    - No, sabes bien que no lo digo por eso… yo más que nadie se lo mucho que vales y no mereces que ni tú te denigres – y entonces aquellos recuerdos volvieron para Yūri.

    - Yūri, yo… te quiero –

    - Yo igual, Phichit… sabes que eres mi mejor amigo –

    - No, no de esa forma. Yo en verdad te quiero, como doncel… me gustas mucho y por eso no me gusta que Viktor te lastime de esa forma. A mí no me importa si tienes a Iván, lo amaría igual que un hijo mío… –

    - Lo siento, no podría… n-no lo haría. Lo siento mucho –

    - No merezco tu amistad, nunca lo he merecido – desde aquella vez nunca volvieron a hablar, y aun así… Phichit se encontraba ahí para él – perdón por no amarte como tú has querido, te juro que lo intentaría –

    - Eso ya no importa, eso no es lo que importa ahora – dijo Phichit, consolándolo. En verdad, ese gesto de haber traído a su mejor amigo luego de tantos problemas que armo para que dejara de hablar con él… se lo recompensaría. Viktor no era tan mala persona, por lo menos “pensaba” en él – ahora, me dirás que es lo que tienes y tratare de cuidarte durante toda esta semana que tengo de vacaciones –

    - No comprendo, ¿Serás quien me cuide? – Phichit tan solo asintió. Fue la primera vez que Yūri sonreía sinceramente sin que su hijo estuviera involucrado.

    Fue honesto con Phichit desde un inicio, conto sus problemas desde el principio. Desde las infidelidades de Viktor hasta su problema de bulimia, en verdad Chulanont estaba furioso y no solo con Viktor, si no consigo mismo por alejarse durante tanto tiempo dejando solo a su mejor amigo.

    Debía admitir que en aquel tiempo el dolor de haber sido rechazado por Yūri, quien eligió e su lugar la relación problemática con Nikiforov había sido una de las principales razones de su alejamiento. A él no le importaba las amenazas de Viktor, pero el rechazo… le había dado en su orgullo varonil. Gran error, ahora no sentía. Pero estaba dispuesto a corregir su error, ahora que sabía de la enfermedad de Yūri y tenía la aprobación de Viktor para ello, estaba dispuesto a ser de nuevo el mejor amigo del doncel… sin doble intención; porque Phichit sentía que al abandonarlo, había perdido el derecho a ser algo más… y lo aceptaba.

    ~•~•~•~•~•~



    - Yuratchka, terminando el privado vas a tu habitación, un cliente pago por tu servicio especial – dijo Lilia a su “hada rusa”.

    - Si, de acuerdo – Yuri no contesto mu educadamente, pero era mejor a no recibir nada. Desde el día en que Viktor Nikiforov lo voto por seguir su matrimonio, su mundo había terminado… por lo menos sentimentalmente.

    Le importaba muy poco quien fuera su cliente, ya no importaba si era joven o viejo. Su vida era una miseria que tendría que cargar hasta el jodido día en que el ser divino o cósmico que le concedió la vida se apiadara y se la quitara, si… así se sentía ser despreciado por quien más amas, con quien depositaste tu confianza absoluta y sueños.

    - Fue el mejor privado de la vida, preciosura – dijo aquel hombre viejo, quien siendo un cerdo pervertido lo hizo hacerle un oral y dejarse tocar por aquellas sucias manos – volveré pronto, hada rusa –

    - Cuando quieras – tuvo que retener su propia bilis al decir aquello con una voz melosa – jodida mierda de viejo – limpio sus labios por encima, se dirigió a su habitación con un cliente más.

    - Ah, tu eres el “hada rusa” – la voz de su cliente recién se hacía escuchar. La puerta de la habitación fue cerrada y Yuri no tuvo más remedio que poner su rostro lindo y su voz dulce.

    - Muchos me conocen así, también puedes llamarme Ágape si lo deseas – sonrió – por ahora tu eres mi dueño, cualquier fantasía puedes cumplirla… no me importa nada –

    - Vaya, no pensaba que fueras tan atrevido para tu edad… ¿Cuántos años tienes? – Yuri se acercó con mucha confianza, sentándose sobre sus piernas y moviéndose en vaivén en el miembro del varón.

    - ¿Acaso importa?, me tendrás a tu disposición – aquellos ojos verdes se posaron sobre la mirada seria del sujeto, suspiro y paro sus movimientos – tengo 15, ¿contento? –

    - Me hace sentir un cerdo pedófilo, ¿no te sientes asqueado? –

    - Mierda, me harás este numerito – Yuri dejo de lado toda amabilidad y saco su verdadera personalidad frente a un cliente, lo cual estaba prohibido… dependiendo la reacción del cliente – ¿acaso eres policía? –

    - No, pero debería… aun eres un niño para hacer estas cosas – “tenía que tocarle un varón de la moral”, pensó Yuri.

    - Mira, amigo… tengo otros clientes en las siguientes horas, de eso vivo para mi mala suerte – suspiro, sentándose sobre su cama – pero no me quejo, por lo menos no tanto. Así que te pido con toda la amabilidad del mundo que me folles o si no… lárgate de mi habitación –

    - Me gusta tu mirada ahora, es como la de un soldado… determinado y sin miedo a nada – aquel varón se acercó y beso los labios del chico rubio – me iré, pero te pagare una hora de servicio –

    - Deberías, fueron los peores minutos de mi vida – el hombre rio – ¿con quién tuve el disgusto? –

    - Con Otabek Altin – contesto el varón sin temor – sigo pensando que eres muy pequeño para venderte –

    - Cállate, o diré que terminaste rápido porque eres precoz – aquella grosera actitud en vez de molestar era agradable, por lo menos para Altin.

    - Si así lo deseas. Adiós, Ágape – dijo antes de cerrar y retirarse.

    - Vaya, tenía mucho que alguien no me llamaba así – Yuri suspiro, ahora se quería ahí hasta que otro cliente lo solicitara… pero, al menos tenía mucho tiempo libre – que varón tan idiota, pagar por mi compañía y no hacer nada… que se cree – decidió descansar, cerrando sus ojos un momento y olvidarse de su realidad.

    Continuara...


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    AQUÍ COMENZAMOS CON DOS PERSONAJES MÁS, PHICHIT Y OTABEK. QUIENES AHORA CON SU PRESENCIA COMENZARAN A TENER ALGO QUE VER EN LAS VIDAS DE SUS RESPECTIVOS YURI´S.

    MUCHAS GRACIAS POR LEER Y COMENTAR. NOS VEMOS EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO.

    KUROSHIRO FUERA... :]
  14. .
    HOLA, KUROSHIRO DE REGRESO CON NUEVO CAPÍTULO. ME ALEGRA SABER LO BIEN QUE LES ESTA GUSTANDO LOS ACONTECIMIENTOS DE LA HISTORIA. PUEDE QUE PAREZCA TODO ESTA EN CALMA, PERO QUIEN SABE... EL COMO SE MANEJE ESTO POR PARTE DE LAS ACCIONES DE LOS PERSONAJES, ES UN MISTERIO.

    ~The Purpeter~: Yuu hace lo que hace para ser feliz, lo anterior fue un error y lo reconoce. Por ello ahora su prioridad esta en Iván, quien es un hermoso niño, quien se preocupa por sus padres de verdad. Gracias por leer y comentar.

    Anne onodera takano: Si, es verdad. Yuu no quiere ser una mala imagen o enseñarle cosas negativas a Iván, se preocupa mucho por él. Muy valiente de parte de nuestro japonesito en darle la cara Viktor, para que este por fin se entere sobre que ha sido manipulado por quien se dice quererlo. Gracias por leer y comentar.


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    CAPÍTULO VIII: Agonía en el cielo, felicidad en el infierno




    El sol brillaba intensamente bajo el cielo nublado de la ciudad de San Petersburgo, el viento soplaba igual de frío que todos los días. Pero esa mañana Yuri Plisetsky lo sentió diferente.

    Sus bellos ojos verdosos se abrieron al sentir el viento tocando su rostro, había dormido con la ventana abierta... y el frío rápidamente pasó por los poros de la piel.

    - Maldito frío – se quejaba Yuri. Estiro sus brazos y llenó sus pulmones con el frío aire, peino con suavidad su cabello rubio... mientras admiraba su rostro cansado, había dormido muy tarde y su cuerpo lo resentía.

    Abrió la puerta de su armario, cambiando su sexy Baby Doll blanco por una chamarra gris y un pantalón azul. Hato su cabello en una coleta y salió de su habitación hacia la sala principal de aquella casa.

    En el día el lugar estaba cerrada al exterior, nada más los clientes que quedaban dormidos al tener una noche de pasión con los chicos y chicas salían de ahí a muy tempranas horas. El desayuno ya estaba servido y sus compañeros esperándolo en el comedor.

    - Vaya, vaya... el hada rusa se dignó en despertar – se burlaba Mila mientras masticaba un pedazo de pan recién horneado.

    - Sera mejor que cierres la boca, sucia bruja de mierda – justo después del insulto una mano golpeo fuertemente la cabeza del rubio, era Lilia.

    - Modera tu lengua, jovencito – dijo la mujer indicándole el asiento para que pudiera comer – esas palabras no deberían ir en el vocabulario de un doncel – dijo firme la mujer.

    - En caso de que el doncel contara con familia de alcurnia, pero yo soy un prostituto –

    - Sin importar su situación, un doncel es un doncel… recuerda eso, Yuratchka – con un bufido Yuri se sentó, odiaba con todo su ser discutir sobre eso con Lilia.

    - Como diga – soportando las risas de Mila y los regaños constantes de Lilia, esa era la vida en los días de Yuri. Después se dedicaba a practicar su baile, aquel con el cual cautivaría a los varones más pervertidos y desagradables de todo San Petersburgo.

    - Necesitas estirar y mover más tu cuerpo, no solo bailar – aquella voz, era más molesta que la de Mila… o Lilia – vamos Yurio, solo imagina que estas en un espectáculo de ballet –

    - No compares una bella danza de ballet con unos sucios pasos de pole dance, Chris – aquel rubio doncel de descendencia suiza era Christophe Giacometti, un trabajador más de Lilia y uno de los donceles más viejos en el Zamok Ice.

    - Lo siento, ¿lastime tu orgullo o tus sentimientos? – sarcástico y cruel, su arma letal era la lujuria con la cual engatusaba a sus clientes para hacer que estos lo trataran como a un príncipe – tendremos que llamar al guapo Vitya para que te de tus besitos –

    - Te lo advierto, Chris – Yuri bajo del tuvo, de manera amenazante se acercaba a Chris – si una palabra más sale de tus sucios labios… hare que Lilia te de una incapacidad, ya que tus clientes no querrán acercarse a un doncel con el rostro partido a la mitad –

    - Tus amenazas no son más que puro resentimiento, gatito bonito –

    - Como si me importara, zorra de cuarta –

    - HEY, cálmense o tendré que llamar a Lilia – Mila se interpuso entre los dos donceles – Chris, deja de molestar a Yuri… ese es mi trabajo –

    - En tus sueños, bruja –

    - Y Yuri… debes aprender a lidiar con las personas, que Chris sea un idiota que no piensa más que en penes y sexo no quiere decir que no tenga sentimientos –

    - Gracias por la ayuda, Mila – Yuri quito la mano de Mila, estaba molesto de seguir discutiendo con el idiota de Giacometti. Le importo muy poco la presencia de sus dos compañeros – ¿Qué le sucede? –

    - Ugh, Viktor no ha venido en unos cuantos días… ni siquiera se ha comunicado con él o Lilia para confirmar una cita – Mila disfrutaba del mal carácter de Yuri, pero ahora… se notaba no furioso, si no entristecido – creo que su plan fallo, de nuevo –

    - ¿Y qué esperabas?, ninguno de nuestros clientes dejaría su matrimonio por prostitutos… eso debería tenerlo claro – dijo Chris, sin apartar la mirada de aquel chico rubio – en un negocio como este, el amor y las ilusiones románticas serán aplastadas por la realidad –

    - Si, lo tengo más que claro, pero Yuri no –

    ~•~•~•~•~•~



    - Se enfriará tu comida, Yūri – el azabache no tardo nada en tomar la cuchara y dar probadas a su sopa. Desde hace una semana, cuando le contó todo a Viktor... este comenzó a actuar extraño.

    Aun cuando esa misma noche quería ir a reclamarle a Yuri Plisetsky, no lo hizo... ni los días siguientes. Su forma de hablarle se había vuelto más dulce, un poco sería cuando Yūri no quería comer.

    - ¿Y bien? – pregunto al ver como Yūri por fin comenzó a disfrutar de las cucharadas.

    - Esta delicioso, gracias – y como no agradecer. Esa mañana Yūri se había levantado tarde, cuando se disponía a cocinar la comida... Viktor lo esperaba con la comida ya hecha.

    - No es como la de mamá, pero papi se esforzó y por eso sabe muy rico – al igual Iván estaba contentó, tanto que pido repetir el plato tres veces.

    - Es una sopa especial que mi madre me preparaba... como Yūri aún tiene que aliviar su garganta y no puede comer nada con mucho condimento o sabores exóticos, decidí hacerla – Viktor sirvió más sopa a Iván, al igual le servía otra cucharada en el plato de su esposo – será el último, por favor acábatelo –

    - Bien – los cuidados intensivos de Viktor habían aumentado. No sabía que pensar, justo después de derrite alegría por aquellas obras recordaba las palabras que el mismo ruso le dijo en el hospital – ¿irán a la pista el día de hoy? –

    - No, Yakov me ha dado un mes de vacaciones para ser tu enfermero... agradécele cuando lo volvamos a ver – dijo Viktor, levantándose de la mesa para llevar los últimos platos al fregador. Tenía que admitir, que en los últimos días su vida era más tranquila… a pesar de las constantes llamadas de Yakov para verificar la salud de Yūri, nunca había tendió una tarde tranquila junto a su hijo y esposo.

    - A propósito… el psicólogo necesita hablar contigo, Viktor – dijo Yūri esperando alguna queja del varón.

    - ¿Y por qué desea hablar conmigo? – ahí estaba, lo siguiente podría ser una explicación sencilla por parte del azabache; pero, aunque esta fuera una gran explicación… la respuesta de Viktor siempre será la misma, una negativa.

    - Llevo algunos días yendo y cree que estoy preparado para dejar de ir todos los días. Mi tratamiento está funcionando mejor de lo que creían; además, he comido correctamente y hasta subí tres kilos – sonrió, felicitándose así mismo por el avance – el siguiente paso es hablar contigo, para que así sepas cómo manejar mi transición si en algún momento recaigo –

    - Que extraño, es como si en parte me culparan por tu enfermedad… que sencilla forma de pasar la responsabilidad a terceros – Viktor sorbió su taza de café, Yūri trato de no entristecer, así que tomo aire y dio un gran suspiro.

    - No lo veas de esa forma, tan solo quieren charlar contigo… créeme, tú no tienes la culpa – aquella linda sonrisa forzada se veía extraña, Yūri no era de mucho sonreír frente a él… parecía incomodo al sentir que Viktor elevaba su tono molesto – por favor, será solo una vez. Yo mismo hablare con el psicólogo en caso de que quiera verte una vez más –

    ~•~•~•~•~•~



    Viktor no sabía cómo, pero había caída en la petición de su esposo. Ambos llegaron al hospital para la última revisión del avance en la herida de la cirugía. El doctor que lo atendió estaba muy contento de que siguieran correctamente las instrucciones de cuidado y limpieza. Gracias a ello la herida cerro bien, y tan solo una cicatriz blanca en el pecho del doncel.

    - De ahora en adelante tendrás que aprender a preparar comidas que no dañen tu esófago –dijo el doctor – puedes seguir por ahora con las hojas que te dimos, pero no por siempre comerás lo mismo. En internet hay muchos platillos sencillos que podrán, no solo comer tú, sino también tu marido e hijo –

    - Si, muchas gracias por todo – agradeció Yūri.

    - No hay de que, espero nunca volver a verte de nuevo en un estado como aquel, ¿de acuerdo? – Yūri tan solo rio, pero Viktor había sentido una amenaza por el tono de voz del doctor y no dejaba de lanzar una mirada que llenaba a cualquiera de escalofrió – eso sería todo, el psicólogo los espera donde siempre… no lo hagan esperar más – ambos asintieron, fueron agradecidos, y más Yūri.

    - El doctor quería algo contigo – dijo Viktor al salir de la consulta.

    - No, tan solo fue amable… nadie me querría después de aquello – dijo el inocente de Yūri – en tu caso sería por ser mi esposo, pero yo creo que ningún varón me desearía –

    - No te dejes engañar tan fácil, hay muchos que desearían una persona como tu… pero no les daré la oportunidad – lo último lo dijo en susurro. Como había dicho el doctor, aquel psicólogo que atendía a Yūri ya estaba esperando y no paso mucho para que rápidamente el doncel entrara a consulta, “Viktor, iré yo primero… por favor, espera aquí” dijo Yūri – llevan más de una hora – Viktor se encontraba desesperado.

    - Seria todo por el día de hoy – la puerta se abrió, Yūri salió y era el turno de Viktor para entrar – Señor Nikiforov, por favor… acompáñeme – se notaba por el aspecto físico del psicólogo que era un doncel.

    - Viktor, te estaré esperando aquí afuera – no dijo nada, tan solo se adentró a la oficina en donde los últimos días su esposo era atendido.

    - Siéntase comodo, Señor Nikiforov – tomo la palabra, sentándose en un sillón alargado… frente a un sillón individual, en el cual el psicólogo se había sentado primero. Tardaron dos minutos antes de comenzar con la terapia – muy bien, usted sabe que Yūri ha comenzado a tener mejoras en su trastorno, y que su único problema en estos días ha sido el trabajo que tiene en ingerir la primera cucharada en cada alimento –

    - Si, eso mismo –

    - Yūri es uno de mis pacientes más peculiares – dijo el doncel – mis pacientes normalmente son adolescentes o adultos jóvenes que quieren encajar en un grupo de personas, se matan lentamente y son egoístas, no piensan en el bienestar de los demás… tan solo en la aceptación y en su propia felicidad. Yūri es un caso no muy diferente, pero extraño –

    - ¿A qué se refiere? –

    - Los primeros días normalmente un paciente niega sus problemas, esta furiosos por haber venido aquí… poco a poco eso cambia, se desahogan y al final liberan todo, sintiéndose libres y mejor que nunca – dejo su libreta de notaciones para hablar más seriamente – Yūri llego asustado, buscando con desesperación una cura a su problema, desahogando todos sus pesares… menos uno, ¿quiere saber cuál era ese tema? –

    - Para que me pregunta si aun así me lo dirá –

    - Su matrimonio, tiene pavor de hablar malicias de su matrimonio. Y no creo que sea porque no pasa nada malo en lo que ustedes quieren llamar “feliz matrimonio”, si no en el hecho de que Yūri teme decir algo más que lo pueda perjudicar – el tomo de voz del psicólogo estaba tornándose cada vez más firme – hable con su hijo, el me confirmo muchas cosas las cuales me preguntaba, y Yūri por accidente se le escapo el hecho que usted tenía un amante, ¿o acaso mintió? –

    - No lo hizo, yo tengo un amante – Viktor se tragaba sus palabras, su mirada se endurecía.

    - Usted es un varón muy reconocido mundialmente, capaz de conseguir todo en esta vida con tan solo chasquear sus dedos… eso incluye personas, más específico donceles y mujeres – prosiguió – quien soy yo para juzgarlo, el ser humano es curioso y no mide las consecuencias de sus actos hasta que, desgraciadamente pasan accidentes. En este caso el doncel que usted tiene como amante se está pasando del límite del cual usted mismo le instruyo… amenazando a Yūri, poniendo en peligro su vida perfecta a los ojos de la sociedad –

    - Y que me aconseja, ¿Qué le ponga un alto al comportamiento de mi amante y sea feliz con Yūri? – Viktor por fin hablo, harto de que le echaran en cara sus errores. Si, había quedado como un estúpido cuando no controlo el comportamiento de Yuri.

    - No es un consejo, no soy nadie para dar consejo – el tono de voz del psicólogo se apaciguo – Yūri es un doncel soñador, que tan solo quiere una familia feliz con usted y el pequeño Iván. Le he explicado que no se haga más ilusiones, que tan solo se ponga metas pequeñas y no divague sobre su vida… después de todo se casaron sin amor y es muy probable que, aunque se esfuerce usted no se enamore sinceramente de él –

    - Si él fuera capaz de despertar mi libido, pensaría seriamente en ser feliz a su lado –

    - Señor Nikiforov, le aseguro que usted es dependiente a Yūri… ¿las razones?, no lo sabría. Yūri me dijo que no quiere venir más aquí, así que le seré claro – unos segundos de silencio bastaron para levantar la tensión en el ambiente – si en verdad usted odiara a su esposo ya se habría separado de él hace tiempo, pero no lo hace. Tiene amantes ya que es su forma de desahogo, porque no conoce el potencial sexual de su esposo… piensa, que tal vez este es muy conservador y podría ser lo contrario. Pero no tiene la suficiente hombría para descubrirlo, prefiere lastimarlo o dejar que se lastime… no lo juzgare más, tan solo le digo que proteja su relación… cualquier cambio en Yūri podría ser peligroso, tan solo mida sus palabras y sea más atento –

    - Para usted es fácil decirlo, también es un doncel – el psicólogo no quiso escuchar más, la plática había terminado y si Viktor no había tenido la madurez para tomarse algo enserio, ya no era su problema. Se había encariñado con Yūri, le deseaba lo mejor… y siguiera yendo a terapia, pero ahora tan solo una vez por semana.

    Esa misma tarde Viktor no dejaba de pensar en aquello que más le molestaba, el hecho de que se dejó engañar por un doncel. Yuri Plisetsky era un doncel arisco, joven y lleno de sensualidad, por mucho tiempo Viktor pensó que, quien había caído en las garras de la pasión era Yuri… pero fue, al contrario, ¿y qué se ganó? El hecho inminente de que era igual que la mayoría de los varones viejos que iban al burdel a buscar el cariño de un doncel lujurias, quien tan solo los quería para dejar su trabajo y convenirse en donceles mantenidos y ricos.

    Viktor no se dejaría manipular así por un doncel prostituto, moriría antes de ser manipulado por un doncel.

    ~•~•~•~•~•~



    - Vitya, que sorpresa – Lilia había divisado a Viktor en la entrada, se notaba diferente… algo estresado – ¿quieres que llame a Yuratchaka para que te atienda? –

    - No, Lilia – contesto Viktor con una sonrisa fingida – esperare en su habitación hasta que se desocupe, si me hicieras el favor de decirle de mi presencia, tan solo después de que acabe con su baile… me serias de gran ayuda –

    - De acuerdo – Lilia sentía que algo estaba por ocurrir, lo presentía. La sonrisa de Viktor era más fingida de lo normal, al contrario de sus visitas anteriores estaba dispuesto a esperar – dios, que Yuratchka no se haya metido en nada grave –

    Las horas pasaron, la noche se convirtió en madrugada y por fin Yuri había terminado su espectáculo. Rápidamente Lilia se acercó al doncel rubio, antes de que un cliente lo pidiera esa noche.

    - Vitya lleva desde las 10:00 PM en tu habitación – los ojos verdosos de Yuri mostraban sorpresa… y molestia.

    - ¡¿Por qué no me avisaron?!, hubiera suspendido mi trabajo – gritaba furioso, ya eran las 2:00 AM.

    - Él mismo dijo que esperaría, quien soy yo para darle la contra – contesto Lilia – además, creo que está molesto –

    - Siempre que viene está molesto, el cerdo lo hace explotar y sacar lo peor de su ser – sin más Yuri subió lo más rápido posible a su habitación. Acomodo su ropa un poco para no parecer desaliño, ese día usaba un sexy baby doll negro con costuras de encaje rojo, peino su cabello con sus dedos y entonces giro la perilla de su habitación.

    - Bienvenido, Yurio – la voz sensual de Viktor resonó por todo el cuarto, aquel tono emocionaba el cuerpo de Yuri.

    - Viktor – soltó un jadeo, se acercó corriendo hacia Viktor… abrazándolo con tanta fuerza como sus brazos pudieran ejercer – ¿por qué no me hablaste?, sabes que podía haber suspendido todo… siempre lo hago cuando vienes.

    - Bueno, mi presencia el día de hoy no es de tanta importancia – tomo los pequeños hombros de Yuri, alejo el delgado cuerpo del doncel del suyo – el día de hoy no quiero tener sexo –

    - QUÉ – Yuri se sorprendió, no quería parecer un pervertido – bueno, eso es lo de menos – fingió una sonrisa, quiso acercarse de nuevo a Viktor – por lo menos podemos darnos mimos… – antes de que terminara de hablar, se sorprendió. Toco su mejilla izquierda con su mano, sobre ella había una leve coloración roja provocada por Viktor, lo había abofeteado – Viktor –

    - Pensé que… con tan solo venir y brindarte mi cariño sería suficiente – dijo Viktor – nunca pensé que sería parte de tus manipulaciones, Yurio –

    - ¿De qué estás hablando?, yo jamás te manipularía – intentaba justificarse entre lágrimas.

    - Por favor, ¿Cómo me explicaras todo esto? – saco de entre su saco unas cuantas fotografías, las más comprometedoras… las lanzo hacia Yuri – que estabas pensando, en mandar esto a mi esposo. ¿Acaso esperabas que se fuera, qué me dejara?... –

    - Viktor… escúchame –

    - Y luego, amenazándolo para que lo hiciera… todo para que yo te sacara de ser un prostituto y darte el papel de mi pareja –

    - ¿Y qué esperabas que hiciera?, desde hace un año me habías prometido que lo dejarías, que lo lanzarías a la calle y me dejarías entrar más a tu vida – Yuri, cubierto de un llanto desolador por fin tenía el valor de expresar lo que sentía, reprochándole a Viktor lo que desde hace un año se le había hecho una ilusión – espere, espere y espere… hasta quería convencerte de acelerar todo, pero no parecía importarte. Así que decidí actuar por mi cuenta, amenaza a tu estúpido cerdo… pero es un idiota sin orgullo propio –

    - Yurio, no eres más que un estúpido iluso – la sonrisa arrogante de Viktor adornaba su rostro, para él los sentimientos de Yurio no eran más que una broma – deberías saber que alguien como yo no dejaría su imagen de “Familia perfecta” por una persona tan vulgar y salvaje como tú –

    - ¿Qué estás diciendo? – susurro incrédulo.

    - Los varones somos unos mentirosos, dejamos salir de nuestra boca una sarna de mentiras para conseguir lo que deseamos – dijo, y prosiguió – yo deseaba que tu cuerpo me perteneciera, te ilusione para ver que eras capaz… hasta donde llegarías, y funciono. Lo malo es que te tenía tanta fe ciega que casi me dejo manipular, y quede como un estúpido para mi entrenador… y para Yūri. Eso para mí es lo más horrible que me pueden hacer –

    - Lo siento, no pensé que lo descubrirías – Yuri al ver aquellos ojos azules llenos de ira, temió por su vida – pero tampoco merezco que me digas cosas tan horribles… yo en verdad te amo –

    - El amor no existe, y si existiera… yo jamás me enamoraría de un prostituto como tú – aquellas palabras terminaron de romper el pobre corazón de Yuri, sus ilusiones y su propia existencia – déjame advertirte algo, si te vuelves a acercar a mi familia… no tendré la misma compasión que te estoy teniendo ahora –

    No se dijo nada más, Viktor tan solo salió de aquella habitación. Yuri estaba destrozado, impotente y lastimado; todas sus ilusiones de volverse enamorar y ser feliz las tenía por Viktor. Lo peor de todo no era eso, si no que sin importar lo que acababa de demostrarle Viktor Nikiforov… no podía dejar de amarlo. Por ello dolía más.

    Continuara...

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    UF, UF, Y RECONTRA UFFFF. PARECE SER QUE ESTA RELACIÓN YA TERMINO. YURIO SE CONFIO Y ESCALO POR EL LADO EQUIVOCADO DE LA MONTAÑA, DE DONDE ACABA DE CAER. MUCHAS GRACIAS POR LEER Y COMENTAR, ESPERO LES HAYA ENCANTADO EL CAPÍTULO COMO A MÍ ME ENCANTO.

    KUROSHIRO FUERA... :]
  15. .
    HOLA, KUROSHIRO DE REGRESO CON LA CONTINUACIÓN DE ESTE FANFIC. PERDÓN SI NO ACTUALICE HASTA MEDIADOS DE SEMANA, ME SALIERON ASUNTOS FAMILIARES IMPORTANTES Y LA COMPUTAORA NO ME FUE POSIBLE TOCAR HASTA EL DÍA DE HOY.

    N Lawliet: Ahora veremos si fue grave o no. La decisión recae ahora en Yuu y lo que él decida a final de cuentas. Gracias por leer y comentar, me alegra ver tus comentarios.

    Anne onodera takano: Yuu es un ser sencillo y solo tiene en la cabeza una cosa por ahora, lo que pase a partir de aquí será relevante para su vida y la de su hijo... dejando de lado a Viktor en el tema (hablando desde mi persona, no es que te este spoleando). Estoy feliz que te haya gustado el capítulo, se te agradece tus comentarios.

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    CAPÍTULO VII: Consecuencias, aceptación y solución





    - Familiares del paciente Nikiforov – el doctor recién salía del quirófano, habían recurrido a una operación de emergencia.

    - Yo soy su esposo – Viktor se levantó de aquel asiento, la expresión seria del doctor lo tenía un poco nervioso.

    - Su doncel tenía una úlcera reventada dentro del esófago, gracias a que usted actuó deprisa y lo trajo aquí la intervención fue rápida y no paso a mayores – Viktor estaba más alivia – sin embargo, me gustaría que su esposo pasara unos días internado para ver el avance de su recuperación... la herida aún puede abrirse si no se trató bien –

    - Si, lo que sea más conveniente para la salud de mi Yūri – el doctor sonrió, no esperaba algún día tratar a algún miembro de la familia Nikiforov... agradecía que no fuera a Viktor.

    - El paciente se encuentra en la habitación 243... el horario de visita está abierto para usted, Señor Nikiforov –

    - Muchas gracias, Doctor – Viktor suspiro tranquilo, lo peor había pasado.

    Cuando vio a Yūri caer en la inconsciencia aún no llegaban al hospital. Para Viktor fue desesperante aquello, lo bueno fue que cuando lo vieron llegar al hospital la atención fue rápida. Espero por lo menos dos horas, sentado en aquellos asientos... sin saber si Yūri saldría librado de esta.

    Las palabras "maldito idiota" llegaron a su cabeza rápidamente justo cuando Yūri ingreso al quirófano. Pues, ¿Qué idiota con problemas alimenticios de provoca una úlcera?... solamente su estúpido esposo.

    Al entrar a la habitación se encuentra con Yūri inconsciente aún por la anestesia, vestido de blanco y con el semblante lúgubre. Parecía más un muerto, la delgadez de su cuerpo era extrema... como no notó ese cambio.

    - Vitya – la voz de Yakov lo llamo desde el marco de la puerta. Lo miraba con molestia, Viktor sabía que iba a recibir otro regaño por las tonterías de Yūri... de nuevo.

    - ¿Dónde está Iván? – Yakov suspiro fuerte, definitivamente estaba molesto por lo calmado que se encontraba Viktor. Su esposo estuvo a punto de morir... está bien que preguntara por su hijo, pero Viktor ignoraba lo grave del asunto metiendo "la preocupación paterna" en medio.

    - Esta sentado en las bancas, dos cuartos antes – antes de que abotone saliera, Yakov lo tomo de los hombros, mirándolo fijamente le dijo – no me importa mucho tu forma de ser tan infantil, estoy acostumbrado a ello... pero si llegas a lastimar a tu familia por tus pensamientos egoístas, créeme cuando te digo que aún tengo poder sobre ti – Viktor desvío su mirada – soy tu representante y tutor, lo cual me da derecho sobre tu vida –

    - No me vengas con artículos de mierda – altanero, qué más se esperaba de Nikiforov – lo único tan importante para mí a parte del patinaje, es mi hijo. Lo que haga Yūri con su vida y cuerpo es su problema, pero claro, yo tengo la culpa de todo... ¿No? – jalo su cuerpo para zafarse del agarre de Yakov.

    - Ese chico haría cualquier cosa por ti, algo debiste decirle – insistió Yakov.

    - Yo no le pude una pistola en la cabeza para que se matará de hambre, si él así lo decidió... no es mi problema – dijo Viktor molesto – Yūri es mi esposo por título, pero no le he tomado nada de cariño en los últimos años... creí que eras capaz de ver por lo menos la verdad –

    - Eres un egoísta, Vitya –

    - Claro, al menos yo tengo el valor de admitirlo – sonrió cínico.

    ~•~•~•~•~•~



    La siguiente hora Viktor se la paso calmando al pequeño Iván, quien temeroso de la situación médica de su madre seguía sollozando en cada momento. Viktor como "buen padre" comenzó a mimarlo comprado algunos aperitivos, las mujeres y donceles comenzaron a asechar, a los dos peli-grises... y a preguntarse por qué Viktor Nikiforov se encontraba en el hospital.

    - Yakov, dile al doctor que atendió a Yūri que oculte la razón de nuestra estancia aquí – ordeno Viktor. Yakov de mala gana fue a cumplir con lo pedido.

    - ¿Mamá está enfermo? – pregunto Iván, la sonrisa de su padre le daba confianza.

    - A mami le dolía mucho el estómago, por comer poco... y por eso escupió sangre – hablo con voz enternecida – de ahora en adelante sí vez a mamá tomar su polvo mágico o comer como pájaro, dile que es malo... ayúdame a mejorar a mami, ¿ok? –

    - Aja – Iván asintió, sonrió dándole afirmación a su expresión.

    - Viktor, el doctor quiere hablar contigo – Yakov juntó a Viktor salieron de la habitación, el mismo cirujano se encontraba parado al lado del varón mayor.

    - ¿Qué pasa? –

    - Bueno, después de la operación del paciente Nikiforov pude notar algunas características muy preocupantes sobre su cuerpo – suspiro – lo más alarmante es la falta de grasa corporal y los dedos con llagas; no es tan delgado para estar en peligro, pero lo es para su altura y juntó con el problema de la úlcera... –

    - El doctor cree que Yūri puede padecer bulimia o anorexia – interrumpió Yakov, el doctor hablaba demasiado.

    - Eso mismo, Señor Nikoforov – confirmo el doctor.

    - Yo también lo creo – dijo Viktor – lamentablemente lo note muy tarde, es por ello que estamos aquí... le pido que me diga alguna solución a su problema, medicinas o un tratamiento mayor –

    - Primero debemos hacer saber al paciente lo que tiene, convencerlo que está enfermo y tratarlo con algunas citas terapéuticas y una alimentación recomendada –

    - De acuerdo –

    - ¿De acuerdo? – Yakov frunció el ceño, Viktor en verdad era un idiota – no sabemos si Yūri sea tan fácil de convencer, un enfermo de eso no lo acepta con un simple "estas mal, te vamos a tratar"... esta situación va más allá de eso, Vitya – se acercó al oído del peli-gris y susurro – además, esto afectaría tu imagen de "matrimonio perfecto"... los periodistas comenzarán a hacerse preguntas, ¿Por qué Nikiforov no notaría la enfermedad de su esposo? –

    - Lo sé, pero para eso te tengo a ti – contesto Viktor – tu deberás encargarte de callar a las malas lenguas y mentir sobre esto. Algo se te ocurrirá – guiñó el ojo.

    - Tch, no será fácil –

    - Papá... mamá está despertando – los tres varones entraron a la habitación después del niño, Yūri estaba desorientado... miraba con miedo todo a su alrededor.

    - I-Iván – el pequeño al ser nombrado se acercó corriendo hacia los brazos del doncel.

    - Mamá – lloraba Iván, y al igual lo hacia Yūri. Todo hubiera sido tan hermoso, si Viktor no hubiera intervenido con su hipócrita forma de ser.

    - Yūri, no me vuelvas a asustar así – decía "preocupado" – que hubiéramos hecho Iván y yo sin ti. Eres el amor de mi vida y la madre doncel de nuestro hijo... pero gracias al cielo estas mejor, y ahora podrás aliviar tu enfermedad de forma normal –

    - ¿Enfermedad? – dijo Yūri, el doctor se acercó más a la cama.

    - Usted tiene varias úlceras en el esófago, una de ellas reventó causando una leve hemorragia... la cirugía fue un éxito, pero creemos que la causante de aquellas úlceras fue usted mismo – todo quedo en silencio unos segundos, antes de que el doctor hablara de nuevo – usted tiene algún transformo alimenticio –

    - No, debe estar mal – afirmaba Yūri – tan sólo me he estado cuidando, por eso baje de peso rápido... nunca llegaría a un extremo –

    - Pero lo hizo – contesto el doctor – usted mide 1.73 mts... y pesa 48 kg. Esto ya no es un peso promedio, si baja más morirá –

    - No es verdad, no estoy tan delgado... estoy gordo aún, tan sólo míreme – extendió sus brazos, tan delgados y frágiles – aún tengo mucha grasa y piel colgante –

    - Yakov, saca a Iván y llévalo a comprar algo – Feltsman saco lo más pronto posible a Iván. Es ahora cuando Viktor podía ponerse serio – doctor, le pediré unos minutos a solas con mi esposo –

    - Sólo no lo altere – el doctor se retiró cerrando la puerta al final. La tensión podía cortarse en el aire, el silencio penetraba la habitación... y la mirada de Viktor hacia Yūri, era firme.

    - Esta tontería debe terminar, Yūri – dijo Nikiforov, poniendo nervioso al pobre doncel.

    - No sé de lo que hablas – trato de no ver los ojos azules del varón – lo que dicen es mentira, yo no estoy enfermo –

    - Tal vez tienes bulimia – dijo Viktor importándole muy poco lo que Yūri pensaba – el exceso de ejercicio, la medicación, la falta de alimento y el vómito inducido cuando comes... ¿quieres que continúe? –

    - Viktor, por favor – Yūri sujetaba su cabeza, le dolía. Pero le dolía más saber que Viktor le reclamará – no estoy enfermo... yo sólo quiero gustarte –

    - ¿Gustarme?, ¡cómo es posible que me gustes cuando eres un esqueleto andante! – grito – cuando me preguntaste todas esas tonterías de que me molestaba de ti no pensé que te lo tomarías tan serio, como llegar a ser un enfermo –

    - Viktor... –

    - Te dije lo que me molestaba, pero yo jamás te prometí amarte o quererte... no soy un estúpido – Yūri lo miraba atónito mientras grandes lágrimas caían de sus ojos – aún si fueras gordo, o muy delgado... o tan simple como un modelo de doncel perfecto, yo no te amaría... porque jamás lo he hecho –

    - ¿En verdad? – pregunto Yūri dudoso de las palabras de su marido.

    - Me case contigo por obligación, amenazado por tus padres y Yakov. Mi vida de soltería, juntó a mis posibles futuros amantes desaparecieron... y lo único bueno de todo esto es Iván – Viktor se acercó a la cama, poniendo la situación más amenazante – y ahora mismo él está sufriendo aquí, llorando por la seguridad de su mami... mientras él se comporta como un estúpido, poniendo en peligro su vida y actuando como un mar de lágrimas sin poder admitir en que se equivocó –

    - Basta... por favor – pedía Yūri entre sollozos.

    - No, ahora por atención a mis palabras – tomo entre sus manos el lloroso rostro del japonés y susurro – admite que estas enfermo, tratare y mejora... has feliz a Ivan, solamente cuando cumplas todo aquello, tal vez considere tratarte más como un esposo. Considera mi opción, y si por tu remota cabeza vuelve a pasar algo que me moleste o lastime a Iván... – se acercó más al oído de Yūri, y con una sonrisa en labios dijo – entonces conocerás lo que es capaz de hacer Viktor Nikiforov –

    - ..... – un sudor frío atravesó el cuerpo de Yūri, paro de llorar en seco. No trato de moverse hasta que Viktor se alejó de él... estaba sonriendo.

    - ¿He sido claro contigo? – pregunto Viktor.

    - S-Si – contesto por inercia, el escalofrío no desaparecía y Yūri fijaba su mirada en aquellos peligrosos ojos azules.

    - Te quedarás en el hospital unos días más – dijo – vendré mañana a traerte la compañía de Iván… por ahora no creo que sea conveniente verte, y espero que seas más adorable en día de mañana –

    - Si –

    - Te dejo descansar – Viktor se dirigió hacia la puerta – adiós, Yūri – y el cerro, dejando sólo y aterrado a su esposo.

    ~•~•~•~•~•~



    Los siguientes días Viktor llevaba a Iván, como lo había prometido. La única felicidad de Yūri era ver a su retoño, este radiaba una sonrisa cada vez que convivía con el doncel. Para Iván era muy triste irse y dejar a su madre sólo, en casa la falta de Yūri se notaba... ya que Viktor no limpiaba, cocinaba, lavaba y cuidaba con la misma atención el departamento como lo hacía el doncel japonés.

    Para Viktor la ausencia de Yūri lo hizo estresarse más de la cuenta. Su vida tan sólo había sido los entrenamientos y el patinaje... su nivel en tareas doméstico era muy bajo, y se notaba. Hasta Makkachin extrañaba los mimos de Yūri, más cuando los dos peli-gris se iban a entrenar.

    Por su parte Yūri, aunque extrañaba a su hijo y su hogar... recapacito un poco las palabras dichas por su esposo. Que, aunque eran dolorosas de digerir, no tuvo más remedio que aceptar... y rápidamente recibió ayuda psicológica especial, juntó a una dieta.

    Aún no aceptaba al cien su problema, se negaba en admitir sus problemas matrimoniales, pero rápidamente y al utilizar correctamente un tema en específico las cosas comenzaron a cambiar... y era Iván. Yūri adoraba a Iván más que al mismo ruso.

    - Los niños son muy susceptibles a ciertos cambios en las rutinas de los padres, aprenden a identificar cada movimiento o actitudes que, aunque no entienden quedan grabados – dijo el psicólogo a Yūri – su hijo menciono "unos polvos mágicos" y sus llantos al no bajar de peso, también que esta tendencia sobre las calorías desde que "mamá era más feliz" – Yūri se avergonzaba al ver que Iván desde un principio sabía sobre sus manías.

    - Yo... no quería que mi hijo aprendiera eso, en verdad – lloro con dolencia – pero no vi otra solución, pensé que... si yo tomaba un peso determinado en poco tiempo todas mis inseguridades desaparecerían, que mi marido me amaría y podríamos ser una familia feliz –

    - Es fácil suponer cosas, pero no es bueno alterar el balance normal de la vida con acciones innecesarias – dijo el varón – por ahora vendrá una vez cada semana a una cita y veremos el cambio que ha comenzado a mostrar. Por ahora deberá mantener una dieta estable, y por lo menos alcanzar un peso de 55 kg... no le impediré ejercitarse, solamente no exagere y no tome nada que sea para engordar o adelgazar –

    - Si, eso haré – Yūri limpió sus lágrimas de más mejillas, hizo una pequeña reverencia agradeciendo al psicólogo.

    - Usted es un excelente esposo y persona, pero hace falta que tenga más carácter... además de confiar en las personas de su alrededor y en usted mismo – sonrió – trate de cambiar, por su propia felicidad –

    - Gracias –

    Yūri fue dado de alta dos semanas después del incidente, por él fueron Viktor e Iván... acompañados de un hiperactivo Makkachin, quien rápidamente al ver al doncel se puso como loco.

    - MAKKACHIN, NO – gritaba Viktor al tratar de calmarlo.

    - MAMÁ – Iván corría tras Yūri para abrazarlo, aunque el pequeño tan sólo llegaba hasta la altura de las piernas – felicidades por curarte –

    - Gracias, amor – Yūri se hinco para poder recibir mejor el abrazo de su pequeño, y un ramo de flores – no te hubieras molestado – le dijo al varón mayor.

    - No todos los días sales de un hospital – Viktor a pesar de todo seguía con ese tono de voz sarcástico y pesado – fue Iván quien las compro con sus ahorros –

    - Mami debía tener algo especial, te has esforzado mucho todos los días – Yūri no sabía que había hecho para merecer un hijo tan lindo como Iván, pero le agradecía a la vida por aquello.

    - Vámonos, el departamento debe extrañar mucho a Yūri – hijo y doncel se separaron para entrar al auto de los Nikiforov.

    El tramo no fue tan largo, y la felicidad de ver el edificio de su hogar agolpo a Yūri… se le había hecho las dos semanas más eternas de su vida. Al abrir las puertas de casa, rápidamente el doncel notó el desastre... definitivamente Viktor sólo era bueno en cuanto se hablaba de patinaje sobre hielo.

    - Sí que me extrañaron – dijo Yūri con tono de burla al notar aquella capa de polvo, sobre todo.

    - Es difícil entrenar y mantener una casa en orden, casi me vuelvo loco – suspiro pesado Viktor.

    - En eso tienes razón, no todos pueden con ello – Viktor notó que en el tono con el cual Yūri contesto fue como indirecto.

    Lo más difícil al llegar a casa fue la hora de la cena. Mientras los peli-gris Nikiforov comían sin ningún problema aquel katsudon (especialmente comprados para Yūri), el japonés dudo al principio en llevar un bocado a su boca.

    - Yūri, eso se enfriará – dijo Viktor sin siquiera mirarlo.

    - Lo sé, perdón – se levantó y se fue hacia el baño de su habitación. Llorar ahí se había vuelto una costumbre de años.

    - Mami – para sorpresa de Yūri su hijo lo siguió – ¿el katsudon tiene calorías?... ¿por eso no lo quieres? – aquellas preguntas fueron más dolorosas para Yūri que todos sus pesares juntos. ¿Acaso eso le estaba enseñando a su hijo?...

    - No es eso, tan sólo me sentía mal – sonrió dejando la tristeza de lado – vamos rápido o papi de enojara – abrazo a Iván entre sus brazos y beso su mejilla.

    - Si – contesto Iván. Yūri no dudo en comer después de aquello, fue dificultoso terminar el tazón... y no lo hizo, pero al menos comió el 70%.

    Cuando la noche llego Iván fue el primero en caer dormido, Yūri lo tomo con cuidado para llevarlo a la habitación... definitivamente lo que más extraño fueron los abrazos de Iván.

    - Se despertó desde temprano el día de hoy, porque saldrías del hospital – Viktor recargado en la puerta no dejaba de mirar como dulcemente su esposo dejaba a su hijo acostado.

    - Es un buen niño – dijo Yūri, pasando de lado de Viktor y siendo seguido por este.

    - Espero que el amor que profesas por él sea verdad –

    - Viktor, yo no mentiría sobre mis sentimientos... ni por ti o por Iván – al llegar a su alcoba Yūri cerró la puerta, era ahora o nunca para ser honesto con Viktor y hablar – pero tu si –

    - Que estupidez dices –

    - Una de los pasos para mejorar es hablar con la verdad... yo estoy cansado de mentir y que me mientas – dijo firme, decidido a todo – la razón por la cual me metí en este embrollo fue en parte mi culpa, por pensar que todo estaría mejor si yo obedecía a tus peticiones, fue tuya por decir algo tan a la ligera sin tomar tus palabras en serio –

    - Por favor, no me metas en esto... –

    - Y fue en parte culpa también de tu amante, Yuri Plisetsky – Viktor quedo en shock después del nombre, no sabía que decir.

    - Como lo... –

    - Desde hace tiempo recibía unos sobres con algunas fotografías – se acercó a uno de sus cajones con ropa y saco sobres abiertos, sacando las fotos y enseñándole al ruso – siempre se trataba de ti con un doncel rubio; ambos besándose, abrazados, acariciándose o teniendo sexo –

    - ¿Por qué no me decías sobre esto? – Viktor estaba anonadado. Nunca había notado ninguna cámara en la habitación de Yuri.

    - Tal vez por idiota, por el miedo de que reaccionarás de mala manera y me dijeras que querías el divorcio – por sorprendente que sonara, Yūri no lloro – por miedo a que me alejarás de Iván –

    - Mierda – Viktor estaba molesto. Yuri había actuado a sus espaldas, significando que todas esas veces donde quería convencerlo en dejar a Yūri era parte del plan de un rubio doncel – ¿algo más que quieras agregar? –

    - Él vino una vez, a verificar que este fuera el departamento correcto... y hablo conmigo –

    - ¿De qué?... – Viktor quería saberlo todo, tenía que saberlo.

    - Me amenazo, si no te dejaba y me llevaba a Iván... me haría daño –

    - Creo que ahora yo resolveré este asunto – Viktor abrió la puerta, furioso… al parecer se iría a ese lugar.

    - Viktor, no – lo detuvo Yūri tomándolo del brazo – no por ahora – Viktor paro ahí, pero Yūri no había parado de hablar – también me dijo que es menor de edad, por ahora déjalo... si lo enfureces puede ir con los medios y arruinar tu imagen –

    - Siempre pensando en los demás antes que en ti – Viktor suspiro pesado, abrazo a Yūri con fuerza – idiota –

    - Si, lo soy – susurro Yūri.

    - Resolveré esto, lo prometo – dijo Viktor aunque no convenció al japonés – y no me separare de ti, no por esto –

    Viktor estaba furioso, a pesar no ser muy simpatizante con la forma de vida que llevaba juntó a él... tampoco le agradaba que Yuri estuviera llevando todo a escondidas suyas, viéndole la cara.

    - "Me pagarás esto, Yurio" – pensó Viktor.

    Continuara...


    ...................................................



    UFFF, LOS PLANES DEL GATITO FUERON DESCUBIERTOS. ¿QUÉ PASARA AHORA?

    MUCHAS GRACIAS POR LEER Y COMENTAR, ESPERO NO HAYA INCONVENIENTES LA PRÓXIM SEMANA PRA PODER PONER EL CAPÍTULOS DESDE INICIOS DE SEMANA.

    KUROSHIRO FUERA... :]
252 replies since 4/5/2014
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