Posts written by ~Lau-Ryuu:3

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    Me he tardado varios días en poder leerme todo el capítulo entero, por culpa de mi escaso tiempo libre. Pero, wow.
    No, en serio, waoh. No me esperaba a Gouenji drogado y ni mucho menos esos besos que se han dado. Es que para nada, no sé ni qué pensar ahora mismo. Si bien es cierto que ya veía venir que Gouenji y Shirou fueran a tener algo (el título lo dice todo(?)), no pensé que fuera ahora. Acontecimientos inesperados by Valz.

    Pero antes, todo:
    Estos dos últimos capítulos me han gustado mucho. Podría decir que detalles como la pequeña amistad que tienen Yukimura y Shirou, la preocupación de Alois y hasta podria decir Ciel por su amigo, las dudas que ha podido tener Shirou respecto a si Gouenji lo soporta porque quiere o por Hiroto... Es genial.
    Podría decir que mis partes favoritas han sido, sin lugar a dudas, cuando Alois ayuda a recordar a Fubuki en la carretera y también la última parte del capítulo cuando Shuuya al fin oye la hermosa voz cantando de su """"amigo"""" (xD). Para mi, la parte de la carretera ha sido fantástica, no sé exactamente como expresarlo pero... me ha encantado. Supongo que hacía falta para la historia, sin embargo lo que me ha gustado es como lo has escrito y como vas evolucionando la personalidad de uno de los protagonistas. No sé, me cuesta mucho expresarme(?)
    Por otro lado, me he quedado con la duda de que iba a hablar Endou con todos los del club y, también, me he quedado pensando en que Midorikawa y los demás ya no aparecen tanto. ¿Qué pasó, al final, con Mido y Hiroto? (Tal vez ya lo hayas dicho y yo, como tonta, no me acuerdo xD)

    Well, nada más porque ya voy a entrar a clases y quería dejarte un comentario.
    Sigue así, eres genial.

    ¡Nos vemos!
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    ¡Hey! ¿Cómo estamos? Espero que bien.
    Bueno, qué decir de esta gran historia... Es simplemente genial. Ya te había dejado algún que otro comentario, pero como he visto que en esta última actualización nadie comentaba, decidí escribirte algo :3
    No sé cómo lo harás, pero este fic cada vez me gusta más, no tengo definición alguna para él, es que es simplemente genial. La evolución de cada personaje es impresionante, y no sólo eso, también el pasado de cada uno y sus razones de ser así y el porque hacen el que hacen.
    No me esperaba para nada toda la historia de los Fubuki, algo me intuía pero nada tan así xD. Por otro lado me preocupa Hiroto, no sé como acabarán él y Shirou, aunque igual esta Goenji y Midorikawa entre otros.
    De veras, me encanta todo el fic, amo cada parte y detalle de este. Sigue así<3
    ¡Nos vemos!
  3. .

    IT'S TIME FOR A NEW CHAPTER BAES.


    Vale. Buenas a todos los que sigan vivos para seguir la continuación de este tan abandonado fan fic. Siempre me ando disculpando, y lo haré otra vez. ¡Lo siento muchísimo! Pero espero lo entiendan, no es tan fácil escribir y he estado esperando a que me llegara la inspiración divina para poder traeros uno de los capítulos que marcarán una gran diferencia en la historia. Me ha costado bastante, he ido escribiendo y borrando repetidas veces sin un buen resultado. Aún no sé cómo me ha quedado la última parte pero, espero que disfruten del capítulo.
    Gracias por seguir esta historia conmigo, de veras. ¡Y mil gracias más por todas esas lindas personas que me han dejado un comentario! (A los que leeis igual os lo agradezco mucho).

    Aquí el capítulo 15.



    Capítulo 15.- Es difícil de aceptar.

    Tras unos minutos riendo y haciéndose bromas entre sí por lo ocurrido con el director ambos chicos empezaron a hablar, sentados en el suelo, en el mismo lugar donde se habían tenido que esconder. En cierto momento, Kirino se levantó, ayudando a Kariya levantarse también. Se le quedó mirando fijamente, como si estuviera pensando en algún plan. Ah, ahora que lo recordaba, el maldito enano le había estropeado el vendaje con su tan graciosa bromita. Bien, hora de pagar.
    Lo agarró de la camisa por la parte de atrás, levantándolo como una madre a su gatito.

    - ¿Que se supone que estás haciendo? -Cuestionó Kariya, irritado por aquella acción y moviéndose en un intento en vano de safarse del agarre.- ¡Suéltame!

    - Debes ayudarme a ponerme el vendaje, tú lo has estropeado, estúpido. -Suspiró y lo llevó a un estante donde habían vendajes. Sonrió y le dio una palmada en la espalda.- Hoy vamos a aprender a curar a la gente. ¡Divertido! ¿No lo crees?

    - ¿De donde ha salido esa faceta tuya de tratarme como un niño pequeño?

    - ¿A caso no lo eres? Pensé que por tu estatura... Ya sabes...

    - Prefiero baja estatura a que me confundan por una niña. -Aclaró el oji miel, pisando el pie del contrario.- ¡¿Y quien ha dicho que iba a ayudarte?!

    - Ajá, lo que tú digas. Que luego no te extrañe si te castigan por grave agresión a un superior...

    - ¿Agresión? Pero si yo no he...

    Kirino sonreía, triunfante. Pues tras eso Kariya se rindió y lo ayudó a cambiarse el vendaje. Aunque bueno, es cierto que sí había sido su culpa que se le estropearan las vendas, así que de una u otra forma tenía que arreglarlo.
    El pelirrosa se sentó en la camilla dispuesto a indicarle cómo es que debía hacerlo, sin embargo se llevó una gran sorpresa: El contrario sabía lo que hacía. Y para no molestarlo, se calló y observó durante un rato. Hasta le había lavado alguna herida... Parecía que ya tenía experiencia en tratar heridas, que curioso. Justo en ese instante le estaba cambiando el vendaje del lado de la ceja, donde debajo estaba el moratón del ojo. Por lo tanto, estaban cerca, bastante, lo que causó que Ranmaru se le quedara viendo por un rato largo. No conseguía comprender por qué o qué era lo que le gustaba tanto de ese chico. Bajó los ojos, no quería seguir mirándolo aunque le costaba.

    - ¿Ya lo has hecho antes? -Preguntó, intrigado. Tras la pregunta el peli cyan pareció reaccionar un tanto sorprendido, sin querer había tocado un moratón. Ranmaru se quejó por lo bajo, chasqueando la lengua.

    - Perdona. -Susurró.- Sí, mi padre biológico me enseñó un poco, nada importante.

    - Ya veo.

    El defensa número 15 asintió, no quería hablar del tema. No es que fuera nada malo, su padre le había enseñado sólo por si un caso, pero el hecho de hablar justamente de él le dolía. No es bonito que te abandonen cuando ya tienes un pensamiento mínimamente maduro y sabes qué es lo que haces.
    No muchos minutos más tarde, cuando Kariya ya casi terminaba, Hikaru pasó por el lado de la enfermería. Por cosas de la vida la puerta estaba entre abierta, y como no era extraño que el peli cyan se encontrara ahí, se le ocurrió mirar. Lo que vio fue a un Ranmaru y un Masaki muy juntos, demasiado. Parecía que se besaban. Al verlo bajó el rostro, se apartó y se iba a ir. Pero tardó más de lo pensado en reaccionar y ambos lo vieron. Los dos defensas se despidieron animadamente y el más bajo fue a por el delantero. Lo saludó y empezaron a caminar, como si nada.

    - Te estaba buscando, me habías dicho que almorzarías conmigo y... -Dijo después de sonreírle.

    - Fui con el afeminado, -aclaró mientras observaba detenidamente a quien era su ex pareja.- le estropeé el vendaje y tuve que ayudarlo. -En eso soltó un bufido, expresando pesadez.

    - ¿Eh? -El chico de ojos bi color se quedó confuso, no sabía nada de lo sucedido a Kirino.- ¿Kirino-senpai está bien? -Se le notaba preocupado.

    - Se metió en una pelea y salió un poco mal parado... Pero está bien, creo.

    Kageyama suspiró de alivio. No sería bueno que los daños hubieran ido a más, de solo imaginárselo le temblaban las piernas.
    Se encaminaron a la azotea, como era costumbre en ellos dos cuando los demás no iban ahí. Aunque es cierto que habían dicho que ese día irían, el chico de ojos bicolor los había visto a todos en la puerta principal, así que era de suponer que habían cambiado de sitio. Era gracioso que fueran a la azotea, porque el lugar parecía un santuario; era ahí donde solían contarse los secretos que no podían aguantar más tiempo, cuando hablaban de temas serios, cuando hablaban de sus sentimientos, cuando se besaban a escondidas cuando las personas aún no sabían de lo suyo...

    "No deberías pensar en ello, Masaki idiota."

    Pensó el oji miel, mordiéndose el labio. En cuanto quiso darse cuenta ya se encontraban en el lugar, y al mirar nuevamente el rostro de su amigo, se sorprendió. Parecía serio, o triste, o no sabía. Ni él podía descifrar qué significaba aquello.

    - ¿Sucede algo? ¿Estás bien? -Se apresuró a decir. Hikaru negó con la cabeza.

    - Oye, antes en la enfermeria, ¿Kirino y tú os estabais besando? -Dijo desviando la mirada, con una medio sonrisa que reflejaba algo de cinismo.

    Kariya abrió la boca queriendo negarlo en seguida, pero la cerró. Miró detenidamente al contrario, ese chico lo conocía demasiado bien y viceversa. Era extraño que preguntara algo con una respuesta tan obvia. Relajó los hombros y dio un paso en frente para estar más cerca de Hikaru. El olor de ese chico le llegaba en seguida, le gustaba mucho. Si bien Ranmaru olía a champú de fresas, Hikaru a arándanos. Al tener ambos la misma altura no hacía falta que mirara más arriba o más abajo, solamente en frente. El peli morado se percató de eso, mirándolo de vuelta. Un contacto de ojos más que bonito, de un momento tranquilo. Para Kariya, esos ojos eran mágicos, negros con un toque marrón y un brillo que podía expresar todo lo que era aquel chico. Se mordió el labio para luego dibujar una sonrisa sarcástica.

    - Sé que sabes que eso no es así.

    Quién sabe por qué, pero Hikaru mentía acerca de creer que se habían besado. ¿Fingir celos? Pero, ¿por qué haría eso? Lo mejor sería no pensar en ello.

    - Lo siento.

    Sus expresiones faciales se relajaron un poco y sonrió de verdad, algo divertido, cosa que provocó que Kariya lo imitara. Se dijeron algún insulto menor como idiota y tonto y luego se abrazaron. Ni siquiera el defensa entendía qué era lo que había ocurrido ahí. Pero al final de la conversación sólo tenía una cosa en mente: Había pensado en Kirino cuando vio a Hikaru.

    ***


    El fin de clases llegó, y con ello la práctica del equipo de fútbol empezó, a la cual nuestros dos protagonistas decidieron faltar. Kirino por su deplorable aspecto y Kariya simplemente quiso acompañar al primero. Era curioso, se había hecho costumbre que ambos se acompañaran a casa.
    El atardecer les hacía compañía mientras caminaban, a paso lento junto a un silencio agradable. Los dos pensaban en diferentes cosas pero el simple hecho de tener la compañía del otro parecía relajarlos. Kirino miraba el cielo, Kariya la calle y los árboles.
    En un momento dado el más alto paró en seco, mirándose el reflejo de su rostro en la pantalla del teléfono móvil.

    - No quiero que mi madre me vea así, Kariya.

    Admitió para la sorpresa del mencionado, quien se volteó al oírle y se quedó viéndolo. Para ser sinceros, sí, se veía destrozado. No eran las heridas, sino el cómo se movía y hablaba. Tal vez no lo había mencionado antes, pero su tono de voz era más apagado de lo normal y sus movimientos eran lentos.

    - Yo tampoco querría que nadie me viera así. -Suspiró mientras se daba aires de superioridad.

    - Estúpido.

    - Estúpido tú, tu madre debe estar preocupada. Si no apareces lo estará más aún. -Relajó su rostro, tratando de ser amable.- Si quieres venirte a mi casa vente, pero creo que tu madre quiere estar un rato contigo.

    - Ella debe estar trabajando.

    - ¿En serio crees eso?

    Hubo otro silencio, pero al contrario que el anterior, este sí que era incómodo. Odiaba admitirlo, pero Masaki tenía razón: su madre no habría ido a trabajar para poder verlo a él, estaba claro. Ranmaru llevó su mano a la frente, echándose el flequillo hacia atrás hasta su mano llegar a la nuca y apoyarla ahí.

    - ¿Te importa si hoy no te acompaño hasta el final?

    - Claro que no, -Kariya se acomodó la maleta para girarse y empezar a caminar por donde habían venido- igualmente estábamos yendo hacia tu casa. -Dijo eso último en un susurro que no oyó del todo Kirino.

    Cuando el peli rosa procesó las últimas palabras de la oración que pronunció el más bajo para entender la situación, este ya estaba dando vuelta por una calle. Cuando quería, era muy solidario con los demás. Fue un gesto muy bonito, algo que no se esperaba. Y, por primera vez en ese día, sonrió sinceramente, siguiendo el caminar del menor hasta perderlo de vista. “Maldito enano” pensaba.
    Bueno, no se preocuparía más, mañana lo vería en la quedada al parque de atracciones igualmente.

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    Habían quedado los cuatro en la parada de autobús que quedaba más cerca del intermedio entre sus casas, así más o menos todos caminarían lo mismo. Sin embargo Kirino hizo caso omiso a aquello y se fue a buscar a Kariya antes de ir, ya saben, se levanta más temprano de lo que debe y luego se aburre de sobremanera.
    Llegó a casa del peli cyan con antelación a lo pensado, había ido a paso rápido sin darse cuenta. Pero no le importaba en lo más mínimo, sólo era un dato curioso. Cuando terminó de pensar aquello al ver la hora de su móvil llamó a la puerta, siendo abierto casi al instante.

    - ¡Hola Kirino! -Era Midorikawa, cómo no con su tono alegre de siempre. Al verlo se quedó dos segundos sorprendido, hasta que consiguió recapacitar y hacerle paso al oji celeste.- Perdona: pasa, pasa.

    - Nosotros nos íbamos a ir ya hacia el trabajo, -comentó Hiroto bajando las escaleras, saludando con la mano al recién llegado. Este no se había fijado mucho en el estado del menor.- Kariya se estaba vistiendo, en seguida bajará. Pero puedes ir a molestarlo. -Comentó aquello último en voz lo suficiente alta para que su hijo lograra escucharlo.

    - ¡NI SE TE OCURRA!

    Se esuchó gritar a Masaki, lo que produjo que los tres rieran un poco. En cuanto Hiroto se puso al lado de Ryuuji para darle un corto beso en los labios, se percató de los moratones del peli rosa. Su semblante no cambió mucho, solamente se le vio algo preocupado y serio.

    - ¿Te ha pasado algo? -Preguntó al fin, poniéndo una mano en el hombro de este.

    - Ya está solucionado, no hace falta que os preocupéis. -Pestañeó a la vez que sonrió, dándoles a entender que no era necesario que hicieran nada. Los conocía muy poco, pero sabía que eran buenos hombres y sobretodo buenos padres, y como le había dicho Kariya el día anterior, si les pidiera ayuda la recibiría.- Pero gracias por preguntar, estaré bien.

    - Si necesitas algo, dinoslo. Estaremos dispuesto a ayudarte. -Quien habló en ese momento fue el oji negro, en un tono dulce.

    Ranmaru asintió y se despidió de ellos, debían irse ya.
    En cuanto cerraron la puerta, el chico de hebras rosas dio un hondo suspiro. Masaki tenía unos buenos padres, realmente. Volteó en seguida su cabeza para mirar las escaleras que daban al piso de arriba. Tal vez podría ser gracioso ir a molestar un poco a su compañero de equipo, pero tenía la pequeña sensación de que era mejor esperarlo ahí. Así que sin más, se dispuso a darle una ojeada a algunas imágenes que habían por la casa, enmarcadas y en la pared o encima de un mueble. Al parecer Hiroto y Ryuuji se conocían desde bien pequeños, pensó Ranmaru al observar varias fotos donde salían los dos mencionados, de pequeños. También habían algunas con el equipo del mundial y finalmente otras con todos los del Sun Garden. Él desconocía un poco de donde eran ellos, así que no era de extrañar que tardara en darse cuenta que ambos en ese matrimonio eran huérfanos.
    Finalmente decidió darle más importancia a las imágenes dónde salía Kariya. En la mayoría tenía cerca de once años, salvo una que parecía tener unos siete u ocho años. Salía con una mujer hermosa, tal vez… ¿su madre?

    - Ya estoy listo.

    La voz lo asustó, tanto que dio un brinco y se volteó en seguida. Alzó la mano en forma de saludo, pero algo patosamente.

    - Eres un cotilla. -Dijo a regañadientes el peli cyan, desviando la mirada tratando de ocultar ese sonrojo que le había salido por culpa de la vergüenza. Mil veces le habría dicho a Ryuuji que no dejara esas fotografías tan al descubierto, que cualquiera podría verlas... En fin.

    - De pequeño tenías el cabello más corto. -Habló con un tono de voz divertido, acercándose al menor.- No te quedaba mal. Parecías un pitufo bebé.

    - Desearía verte de pequeño. Estoy seguro que todos creían que eras una niñita estúpida. Ja ja ja.

    Hicieron contacto de miradas. Sonrisas con ojos asesinos, un paso en falso y el otro se tiraba encima.
    Pero no pasó mucho más, Kirino dijo de irse o se les haría tarde y eso hicieron.
    Ambos llegaron al lugar de quedada no mucho después, donde ya estaban Shindou y Hikaru. Vaya suerte habían tenido, pues llegan a quedarse insultándose un tiempo más y adiós autobús. Se subieron, pagaron el pasaje y se sentaron, bastante animados. La media hora de viaje se les pasó bastante rápida; en cuanto quisieron darse cuenta ya habían dado un pie dentro del parque de atracciones, el cual era bastante grande. La gran noria en medio se veía desde lejos, junto a la montaña rusa llamada Son Of Beast -su nombre lo decía todo- y a la típica atracción de caída libre. ¿Por dónde iban a empezar?

    - ¡AL TORNADO! -Gritó con gran entusiasmo Hikaru, alzando su puño derecho. Aquello era una pequeña atracción como una góndola que gira en torno a un brazo mecánico y sobre sí misma, precedida por una fuente. Normalmente los que iban a primera fila se mojaban, como mínimo, la cabeza.

    Nadie se opuso, así que se dirigieron ahí. Aunque por petición de Ranmaru se sentaron a la segunda fila. Kariya no tardó en hacerle burla.
    Y así se lo fueron pasando bien durante varias atracciones más del parque, hasta dado momento en que tuvieron que parar porque Takuto y Masaki querían un granizado. Decidieron que los dos restantes los esperarían en el banco de al lado, ya que había bastante cola.

    - ¡Psst! -Susurró el pelirrosa a Hikaru.

    - ¿Qué pasa senpai?

    - Tuve una idea. Pero hablemos bajo, por si acaso. -Se acercó al menor un poco. Miró donde estaban Kariya y su mejor amigo. El primero lo estaba mirando fijamente, a lo que respondió sacándole la lengua. El otro le enseñó el dedo del medio y se volteó a hablar con el oji vino.

    - Kariya y tú os lleváis muy bien. -Soltó de repente Kageyama, sonriéndole.- Bueno, ¿qué idea tuviste?

    - No es… -Quiso explicarse ante lo primero dicho, pero decidió que mejor no. Había tenido un plan para joder al enano y, a la vez, ayudarle. Si todo iba bien, conseguiría dejar a Hikaru y a Masaki solos durante un buen tiempo.- Verás, Shindou es débil a los sustos, y sé que al pit… a Kariya le asustan los fantasmas. ¿Qué te parece si vamos a la casa del terror y hacemos que nos perdemos y los asustamos?

    - No sé yo si eso estaría bien…

    - ¡Vamos! Será divertido. -Insistió juntando las palmas de sus manos y inclinándose un poco. El pelimorado no pudo evitar decir que no, y, qué demonios: Se iba a reír.

    Y así fue como idearon el plan perfecto. Entrarían los cuatro juntos, pero después de dos o tres minutos Kirino y Hikaru se separarían “accidentalmente”. Cada uno asustaría a su amigo, pero en momentos diferentes. Lo que no sabía Kageyama es que Ranmaru secuestraría -por así decirlo- a Takuto, haciendo que cuando este tuviera que asustar a Masaki, estuvieran juntos. Ya se lo explicaría todo a su mejor amigo una vez lo arrastrara a esconderse con él. La única pega era convencer a los otros dos de entrar, claro.

    - Me niego.

    - Y yo.

    - Par de maricas…

    El peli rosa se encogió de hombros. Tal vez si los provocaba con lo típico de decir que no eran capaces, se atreverían. Aunque no funcionó muy bien con cierto estratega, el cual le miraba con los ojos entrecerrados como diciendo: "Eso no funcionará conmigo, Ranmaru." Sin embargo el de ojos color miel parecía un gato rabioso, a él sí que lo había provocado. El simple hecho de ver como a quien él consideraba ser una princesa estaba decidido a hacerlo antes que él y, encima, le llamaba marica lo ponía algo rabioso, así que... No, definitivamente no iba a dejar que se mostrara más valiente que él.

    - Lo había dicho por ti, no quería que te murieras del susto. -Alzó un poco los hombros y también sus dos manos con la palma de la mano abierta, ambas mirando hacia arriba mientras él negaba con la cabeza.- Pero si insistes...

    Hikaru rió por lo bajo mientras optó por agarrarle del brazo cariñosamente. En seguida pasó eso, los ojos de Masaki lo miraron, con una mezcla de confusión y sorpresa, sin mencionar el pequeño salto que le dio al corazón. Ranmaru, quien intentaba convencer a Shindou tampoco lo pasó por alto, cambiando sin quererlo su tono de voz. Lo vio de reojo, sin que ninguno de los dos "menores" se diera cuenta. Sin embargo, su mejor amigo sí lo vio, por lo que le agarró la mano con delicadeza.

    - Está bien, será divertido. -Dijo en un suspiro el ex capitán del Raimon, soltando la mano del oji celeste. En eso, Hikaru ya estaba yendo con Kariya hacia ahí, arrastrándole con el brazo.

    El mismo peli cyan era consciente, lo era. Sabía que aquello no debía de darle ilusiones, pues así era el delantero. Amable, algo divertido y cariñoso. Que lo agarrara del brazo no era nada más que un signo de amistad y querer pasarlo bien. Pero aun así no podía evitar mirarlo, le encantaba esa faceta del "mocoso". Era prácticamente inevitable pensar qué tanto lo quería.

    Finalmente, los cuatro entraron a la casa del terror. Estaba bastante bien hecha, hasta a Hikaru le daba algo de miedo.
    Si os lo preguntais... Sí. Hikaru Kageyama, a pesar de tener una personalidad bastante inocente y cariñosa, no creía en fantasmas ni cosas parecidas, así que era bastante extraño que algo le diera miedo. No es que fuera extremadamente valiente, sólo que no se asustaba por cosas que no creía. Por ejemplo, un león sí podría asustarle, un murciélago apareciendo de la nada también, pero no un "fantasma".
    Pero a lo que íbamos, todos ya estaban dentro, con los dos más cobardes bastante atentos a su alrededor. Masaki tratando de hacerse el valiente mientras Shindou fingía indiferencia. El peli rosa y el oji bicolor consiguieron, de una u otra forma, quedar detrás de los dos yendo poco a poco más lento hasta que finalmente se "perdieron".

    - ¿Ranmaru? -Se volteó en medio de la oscuridad, pues al parecer su mejor amigo se había quedado mudo. O eso habría querido, pues no se encontraba ahí.- Si esto es una broma, para... ¿Dónde estás, Ranmaru? -Su tono de voz era algo irregular, pues estaban en la peor parte de la atracción y odiaba los sustos.

    - Seguro se quedó llorando en el suelo, ya dije yo que e-esto no era para chicas... -Suspiró con los ojos cerrados con la voz entrecortada. Se estaba muriendo de miedo, pero debía mostrar superioridad y valentía ante...-...Verdad, ¿Hikaru? -No hubo respuesta.- ¿H-Hikaru?

    - Oye, oye, no me jodas. -Takuto apretó los puños con fuerza mientras se acercaba al oji miel, tratando de convencerse a sí mismo que no existían los seres fantásticos y que los sustos no le darían un ataque al corazón.

    - Mejor vamos rápido... Esto n-n-no es nada. -Empezó con voz firme pero acabó siendo todo lo contrario. Por el momento mantenía la compostura, pero no duraría mucho.

    Caminaron hacia adelante y al segundo apareció el típico chico con la motosierra por detrás, encendiéndola, creando consigo un gran ruido.
    El grito afeminado de Masaki sonó por toda la atracción acompañado por un coro de Shindou, pero algo más grave. Una linda melodía para los oídos de cierto superior.
    Por lo tanto, ambos chicos salieron corriendo tal y como estaba planeado. Aunque ahora venía lo crucial para el plan del defensa: debería agarrar a Shindou y esconderlo con él en una de las paredes del lugar (típicas paredes en casas del terror que tienen puertas para que los feriantes hagan sustos y aparezcan de la nada). Que suerte habían tenido que el dueño del lugar era amable, había aceptado que dos chicos desconocidos se colaran por las "instalaciones" sin pensarlo. Pero Ranmaru había calculado mal, pues entre la oscuridad y a la velocidad que iban... ¿¡Cómo iba a diferenciarlos?! Escondido, entrecerró los ojos para tratar de descifrar ambas manchas. Pensó que lo tenía, y en un movimiento rápido agarró el brazo del contrario, empujándolo hacia adentro y tapándole la boca para que no gritara.
    Se percató que donde debería de estar la boca no había nada, todo era plano. Es decir, estaba poniendo su mano en la frente de una persona que, por la altura y lo liviano que era el cuerpo, no era Shindou. Kirino tenía el cuerpo del otro contra el suyo, de espaldas, como si estuviera abrazándolo por detras o secuestrándolo, depende de cómo quisiera la gente interpretar aquello. El caso es que supo en seguida que era Kariya. No por su cuerpo pequeño, no por el peso, sino por el olor. Lo reconocería fuera donde fuera.

    Normalmente el primer instinto que tenemos ante un peligro es huir, correr, abandonar todo y querer estar a salvo. Pero, ¿y cuando no puedes correr? Golpear, moverte, gritar o paralizarte. Así que sin pensarlo, Masaki hizo un movimiento rápido y fuerte con su cabeza, tirándola para atrás dándole un golpe bastante fuerte al oji celeste y voltearse para ver al "agresor". Pero este lo volvió a agarrar por las muñecas y lo tranquilizó.

    - ¡Que soy yo! ¡¡Tranquilízate!! -Medio gritó soltándole y tocándole con suavidad las mejillas. Creía que, si se acercaba, este le reconocería.

    - ¿Kirino-senpai? -Cuestionó con un tono de voz asustadizo, que cambio al instante por uno de enojo en cuanto le soltó las mejillas.- ¡Creí que te habías perdido o adelantado... O NO SÉ! -Frunció el entrecejo no muy enojado, simplemente molesto por haberse mostrado tan "gallina". Iba a cruzarse de brazos para mostrar su enfado, pero la mano del contrario se lo impidió, pues le agarró de la muñeca y lo arrastró hacia fuera de aquél tan pequeño lugar.

    - Tranquilízate y vámonos a por los demás.

    Tal vez había sonado un poco rudo y cortante, como si, literal, no quisiera estar en compañía del menor. No era así, claramente. Simplemente se puso nervioso por haber fallado el plan. O eso quería pensar... Seguía sintiendo el olor del cabello de Kariya, si cerraba los ojos volvía a ver su cuello tan cerca, sus cuerpos abrazados. Y eso no estaba bien, no ellos dos.
    Al instante que obligó a Masaki salir de aquel lugar agarrándole de la muñeca vio como este cojeaba un poco, sin querer caminar.

    - ¿Te has hecho daño?

    - ¡Si de repente sales de la nada y me metes en un puto armario claro que sí! Serás animal... -Desvió la mirada mientras apoyaba su peso en la otra pierna.

    No escuchó respuesta de Kirino, hasta temió que se hubiera adelantado sin él en ese minuto que estuvo mirando a otro lado. Pero no fue así, en cuanto decidió posar sus ojos al frente observó una espalda: él estaba agachado a la espera de que alguien se subiera encima.

    - Vamos, sube. De una u otra forma debo arreglarlo y pidiendo perdón dudo conseguir la gran cosa. -Hizo un movimiento con la mano para invitarle a que se subiera.- "Y tampoco te dejaría caminar lastimado."

    Discutieron un poco la situación, pues ya conocemos a Kariya, muy orgulloso él, ante Ranmaru. Pero finalmente desistió y se subió a la espalda del mayor.
    Su principal razón por la cual no quería ser cargado no era vergüenza o por llevar la contraria, sino que él tenía miedo. Odiaba admitirlo, pero lo tenía. Si por un acto reflejo decidiera abrazar su cuello o agarrarse a su ropa, ¿qué? ¡Se burlaría de él! Se lo recordaría por el resto de su vida y lo pondría en evidencia delante de Hikaru. Se ponía en el peor de los casos, ya se sabe que el peli rosa jamás haría eso con uno de sus amigos. Pero son rivales, más vale prepararse para lo peor.

    Llegaron a la salida de aquella casa del terror después de varios sustos que hasta pusieron nervioso a Kirino, aún Kariya siendo cargado. Lo primero que hicieron ambos fue mirar y buscar a sus acompañantes que no estaban. Tal vez seguían dentro, por lo que se sentaron en un banco de al lado. No salían.

    - Probaré a llamar a Hikaru… -Dijo Ranmaru después de pensar unos segundos qué hacer. Si se habían separado en ese parque, aunque no era el más grande del mundo, seguía siendo bastante grande, por lo que sería un gran problema.

    - No, a él no. -Se apresuró a decir, acercándose más a su superior para ver la pantalla del teléfono móvil. Tenía el fondo de Ichigo, el gato negro. Bonito detalle.

    - ¿Por qué? Tengo su número, no creo que sea problema. -Se extrañó por la negación a que llamara al delantero, pues no le veía nada de malo.

    - Dejó el celular en su casa. Me lo ha dicho antes, así que de nada te servirá llamarlo a él. -Rodó los ojos y luego volvió a su posición de antes, un poco más alejado del contrario.- Mejor llama a Shindou-senpai, seguro que se lo coge al instante.

    Hizo caso a Kariya, marcando el número de su mejor amigo. Sonó una, dos, tres y hasta seis veces, pero no lo cogió. El peli cyan se rio de ello, haciéndole una broma sobre que ya no le quería, que lo había cambiado, como si ellos dos fueran novios. Kirino contraatacó en seguida diciendo que no eran pareja, que sólo eran mejores amigos. Ya lo sabía, pero ya saben, con tal de molestar un poco a su superior diría cualquier cosa. Lo volvió a llamar, sólo por si un caso: tampoco contestó. ¿Debería tenerlo en silencio? No. Ya que no se encontraban, Takuto no era tonto y de seguro ya habría llamado o lo tendría en voz alta por si recibía una llamada. Así que, o lo había perdido, o también lo tenía en casa.

    - ¿Y qué hacemos ahora?

    Cuestionó el mayor, mirando alrededor. No los veía por ningún lado… Vaya fastidio. Cualquiera diría que, en ese día, todo estaba en su contra. O, tal vez, a su favor.
    La verdad era difícil de explicar la situación; Kirino siempre se había sentido muy cómodo al lado del menor, por mucho que se pelearan o insultaran, incluso los silencios que ambos tenían y que, en su mayoría, eran incómodos, los disfrutaba. Y todo porque era justamente él el que estaba a su lado y no otro más. Pero desgraciadamente en ese día no era así. En la mañana todo había ido genial y, sin embargo, ahora… ¿Por qué? ¿Sólo porque su plan había fallado? No, no podía ser esa la razón. No importaba mucho, probablemente se encontrarían con Hikaru y Shindou en un tiempo no muy largo. Entonces, ¿qué era?

    Kariya hacía un buen rato que había respondido a aquella pregunta anterior, diciendo que buscaran por las atracciones y puestos de comida de alrededor. Ranmaru se limitó a asentir a todo, haciendo que escuchaba y entendía al otro mientras conversaba, aunque la verdad es que estaba totalmente en su mundo, pensando por qué se sentía así. Miró al frente para divisar un montón de gente, oyendo que en ese instante el más bajo estaba hablando del equipo de fútbol y sus ansias por jugar en un amistoso. No podía concentrarse, hasta se empezaba a angustiar del simple hecho de estar en un espacio abierto. Así que se paró en seco sin saber muy bien qué diantres era lo que le estaba pasando. Lo tenía ahí, ¡lo tenía! Kariya Masaki estaba con él, hablando animadamente como amigos normales y, sin embargo, no le hacía el más mínimo caso y estaba totalmente incómodo. Es cierto que se negaba rotundamente a la verdad, pero aun así, era tan extraño.
    Fue exactamente ahí donde el peli cyan se puso enfrente de él, mirándolo detenidamente. Era muy molesto para una persona como Kariya admitirlo, pero se preocupaba por su superior, sobre todo desde el día anterior. Hasta hacía poco no lo había considerado su amigo, pero ahora realmente lo eran, y verlo a él, quien siempre estaba alegre y hacía lo que podía por su propia fuerza tan… Tan triste, prácticamente lo hacía sentir extraño. Porque, sí. Kirino se veía mal, ya no se podía esconder más su estado, pero parecía que la verdad salía a la luz cuando estaba a solas con él. Kariya suspiró y miró a un lado, esos ojos azules tan apagados los odiaba, tanto que no podía siquiera verlos. Es cierto que de un modo u otro le fastidiaba mucho el hecho de que se hubiera separado de Hikaru, después de estarlo pasando tan bien con este. Pero no podía dejar pasar cómo se encontraba el peli rosa. ¡Se suponía que ese día tenía que ser uno feliz!

    - Senpai. -Lo llamó, tocándole un hombro, pero no respondió. Lo había apartado un poco de la gente.- Superior Kirino. -Tampoco obtuvo respuesta, parecía estar perdido.- ¡Kirino! -Le agarró de las mejillas, tal y como este le había hecho anteriormente en la casa del terror.- RANMARU. -Dijo en voz alta estirándole un poco esas mejillas.

    - ¿E-Eh? -Vio a Masaki y se sonrojó un poco por percatarse de la cercanía y del contacto que este tenía sobre de él. Pero no hizo nada, tampoco se movió.

    - Escúchame bien. -Ordenó, en un tono serio pero, a la vez, burlón. Típico de él.- Está bien, todo estará bien. No me importa qué es lo que haya pasado contigo y con tu padre, pero ya ha pasado, ¿cierto? -Le soltó las mejillas lentamente, bajando sus manos hasta apoyarlos en los hombros.- Eres fuerte, lo eres y mucho. Me lo has demostrado un par de veces, nunca dejaste que tus celos por Shindou te superarán cuando él consiguió el Mixi Max y la Armadura, pudiste ayudar a Juana de Arco por tus propios medios y también conseguiste la Armadura. ¡Jamás te rendiste! Me salvaste de Kou, has pasado por cosas realmente tristes y, aquí estás. No te mentiré, ¿vale? Te ves mal, te han dado una paliza así que es normal. Pero no dejes que eso te supere, por favor, Ranmaru. Ya te lo había dicho, ¿no? Si necesitas algo, alguien con quien hablar, ¡estoy aquí! Odio decírtelo a ti, pero, de cierto modo… Eh…

    - ¿De cierto modo…?

    Hubo unos cuantos segundos de silencio, Kariya no sabía cómo decir aquello. Se lo recordaría de por vida. Pero por esta vez, para animarlo, se tragaría su orgullo.

    - De cierto modo pienso que eres una persona increíble.

    Abrió los ojos sorprendido, enternecido y algo aliviado, viendo bien a ese Masaki que acababa de mostrarse delante suyo. No se lo esperaba, para nada. Si tenía que ser sincero, no creía que el problema fuera que le atormentara lo de su padre y su madre, en parte sí, pero ese no era el problema central. Gracias a esas palabras ya lo había entendido, comprendido. Se mordió el labio y miró al suelo. ¡Maldita sea! Le había conmovido. No se puede explicar que tan bien logró sentirse tras aquello, tras escucharlo y entenderlo. No es que se sintiera feliz, simplemente se podría decir que se sentía aliviado. Llevó sus ojos al rostro del contrario, sonriéndole algo divertido. ¿Quién diría que semejante sujeto podía ser así?

    - ¿Eres consciente de que me acabas de llamar increíble? A mí, yo que según tú soy un afeminado.

    - ¡Sólo esta vez! No te lo creas mucho o…

    Ranmaru se rió por lo bajo y alborotó los cabellos de color cyan de ese chico.

    - Vayamos a buscar a esos dos, ¿vamos?

    Masaki asintió sin más, algo ruborizado por lo anterior dicho. Era muy extraño, pues esa faceta sólo la había conocido Hikaru, el Kariya que amaba a sus amigos y quería ayudarlos. Tal vez Tenma también, pero pocas veces… Así que lo hacía pensar. Kirino se había convertido en alguien importante para él en muy poco tiempo. Y es que este le ha estado ayudando desde el principio y lo agradecía mucho, pero parecía no querer aceptar la idea de “deberle” algo a su tan odioso superior, así que, bueno. Si se lo preguntaban, lo hacía porqué quería.

    En seguida se pusieron a buscar a Shindou y Kageyama, sin resultado. ¿Tan difícil era encontrar a alguien en ese parque de atracciones? De verdad, ni que estuvieran jugando a las escondidas.
    Después de un buen rato tratando de encontrarlos, se rindieron y se fueron a comer algo. No mucho, lo típico barato que puedas encontrar en las ferias: Un perrito caliente, o crepes, o algodón de azúcar, o hamburguesas… Estos optaron por unas crepes, pues mucha hambre no tenían y lo dulce le encantaba al menor. Mientras comían caminaban, a ver si por casualidad se encontrarían con sus amigos. Pensaron varias cosas para poder ubicarlos, pero ninguna era una buena idea.

    - Entonces, ¿a Kurama le daban miedo las serpientes? Pero si su hissatsu es una maldita serpiente…

    Habían estado hablando de curiosidades sobre los compañeros de equipo, como por ejemplo cuando algunos eran del segundo equipo, sobre cuando Hamano era defensa, las continuas bromas que hacía Nishiki en medio de los entrenos y varias cosas más, hasta llegar al punto de Kurama. Él siempre había temido a los reptiles, en especial a las serpientes, y todo por culpa de que un día que fueron al Zoológico con el colegio una se escapó y se puso en su mochila, otorgándole el susto de su vida. O algo así, pues eso sucedió en segundo y Kirino había llegado en cuarto, así que era una historia que le contaron. Aun así, era muy gracioso.

    - Sí. Era muy gracioso porque recuerdo que Hamano tenía una serpiente y siempre trataba de acercarse a Kurama y este huía. -El peli rosa rio por lo bajo, recordando aquella vez que fueron a casa del “pescador”.

    - Entonces, ¿cómo superó el miedo? -Parecía un poco intrigado en aquella pequeña historia. Norihito y él no se llevaban nada mal, habían intercambiado conversación más de una vez y se llevaban bien, así que le parecía curioso aquello.

    - Por su cumpleaños le regalamos una serpiente cascabel, antes de entrar en secundaria. Al principio se negó, pero le agarró cariño.

    - Vosotros no tenéis mucho tacto, eh. -Dijo por lo bajo, pues así era. Menudo susto se debió llevar el chico de cabello grisáceo.- No me gustaría nada tener una cosa de esas en casa.

    - Oh, ¡es cierto! Cuando estábamos donde el Rey Arturo casi te da un infarto por las serpientes. Serás cagueta. -Empezó a reír con fuerza, recordando aquella escena. Trató de protegerse agarrándose a su espalda y más tarde fue el último en cruzar junto a Tenma. Se lo recordaría de por vida.

    Lo único que fue capaz de hacer el menor fue ponerse rojo de la rabia e hinchar sus mejillas, pues era cierto. Su mayor miedo era y siempre serían las serpientes, malditas… Y por eso mismo no podía contradecirle, y contratacaría, pero no tenía con qué, pues… ¿Qué le daba miedo a Kirino? Jamás lo había visto asustado. Seguro que algo había, pero no sabía el qué. No aguantó que se riera de él y empezó a gruñirle y llamarle princesa y afeminado, como siempre hacía, pero esta vez con un par de golpes incluidos. Sin embargo el mayor seguía riendo.

    - Espera, para -su risa cesó y trataba de hacer reaccionar al contrario-, ¿ese no es Tenma? -Preguntó mientras su cabeza señalaba a un chico con cabello castaño junto a otro algo más alto que él. Parecían pasarlo realmente bien, conversando animadamente de quien sabe qué. Lo extraño era que ese sujeto no era Tsurugi.

    - ¿Tenma? -Se volteó para mirar hacia donde le había indicado, extrañado.- Imposible, me dijo que tenía cosas que hacer con su ti--

    No terminó la frase, pues en efecto era él. Su mejor amigo parecía tener un agradable día con alguien que no era su actual novio. “¿Qué diantres?” Fue lo primero que se le ocurrió pensar, pues no sólo le había mentido, sino que parecía que nadie quisiera saber de esa amistad que tenía con ese chico.
    Entrecerró los ojos, fijándose muy bien en ellos dos, parecía que los iba a matar con la mirada. Y si seguía así, probablemente lo verían, por lo que Ranmaru lo agarró del brazo y se escondió con él detrás de un puesto de comida, vigilando bien a aquellos dos.

    - ¿Tu sabes algo de esto?

    - No, ya te dije que Tenma me dijo que tenía que ayudar a su tía en casa.

    - Tenma no es el tipo de persona que va engañando a su pareja, tú deberías saberlo mejor que nadie -se rascó la nuca tras decir eso, para tranquilizar a Masaki-, tranquilo.

    Ya lo sabía, pero era por eso que lo confundía tanto. A ver, sí, Tenma y Taiyou eran amigos desde el Holy Road, muy amigos. No hubo ni un día en que Matsukaze no fuera a verlo al hospital cuando este estaba hospitalizado, así que no era de extrañar que quedaran. El problema es que estos dos tuvieron una disputa no hacía mucho; al parecer el delantero sentía algo por el castaño, pero como nunca tuvo el coraje de decírselo, se le hizo demasiado tarde y su amor platónico empezó a salir con Tsurugi. Admitía que fue él mismo, Kariya, quien provocó el noviazgo de su mejor amigo y el rebelde del equipo, pero ellos dos se amaban y verlos siempre de tonteo sin decirse la verdad lo cansaba. Creía que Tenma no se había dado cuenta de los sentimientos del peli naranja aun cuando este se enfadó al enterarse de la noticia, pues nunca se lo comentó. Pero, ¿y si sí lo hizo? ¿Y si empezó a confundirse y ahora quería a Amemiya? No hacían mala pareja, pero podría ser muy perjudicial para Kyousuke, ¿no? Negó con la cabeza, sacándose esas ideas de la cabeza. Tenma no era esa clase de persona, siempre ponía la verdad por delante… Kirino tenía razón. Lo mejor sería no molestarlos y al final del día iría a verlo, para aclarar dudas.

    - No digas nada de esto, si resulta ser un malentendido, podríamos meternos en un lío si otros se enteran. -Susurró el más bajo yendo hacia la dirección contraria a la que iba su capitán del equipo.- Vamos, he tenido una idea para encontrar a Hikaru y Shindou-senpai.

    - A sus órdenes teniente Kariya. -Bromeó para luego seguirle el paso. Decidiría dejar ese caso en manos del menor, pues por algo eran mejores amigos.

    Ranmaru se sorprendió mucho cuando Masaki lo llevó a la atracción principal de aquel parque: la Noria. Esta estaba ubicada justo en el centro del lugar, para que todas las personas que se subieran pudieran admirarlo todo. También era lo suficiente alta para poder ver un gran paisaje que, según decían muchas personas, era realmente bonito subirse a la puesta de sol. Cuando era pequeño se subió con su madre, pero no recuerda mucho de ello, la verdad.
    Ahora que lo pensaba, habían llegado ahí cosa de las 11 de la mañana y se habían separado justo antes de comer. Por lo que había estado un par de horas con el menor a solas, tiempo que se le había pasado muy rápido, demasiado para su gusto. En ese instante se lo estaba pasando muy bien, mejor que nunca con el de ojos color miel. Nunca antes se habían tratado tan amigablemente y, aunque es cierto que sí se habían metido el uno con el otro varias veces, era diferente. Era mirarlo a los ojos y sentir que no se aburría, que disfrutaba el momento. Aunque era extraño, le había privado de estar junto a Hikaru durante ese tiempo, sabía que preferiría estar con el otro, pero, en ningún momento lo culpó o se quejó de verdad. Cosa que lo hacía feliz.

    Después de hacer cola por unos quince minutos finalmente subieron a la gran atracción. Se sentaron uno en frente del otro, esperando a que los subieran y les dieran el largo viaje.

    - Des de aquí deberíamos ser capaces de verlos, ¿no? -Dijo Kirino observando por la ventana, acababan de empezar a moverse.

    - Exacto. -Susurró el contrario mirando la cabina donde se encontraban, no era ni muy pequeña ni muy grande, simplemente acogedora.

    Entonces no dijeron nada más, pues hasta que no estuvieran en el punto más alto sería difícil ver todo el parque de atracciones y, mucho más, encontrar a quienes estaban buscando. Entonces, de repente el ambiente se tornó algo incómodo, era muy difícil de describirlo, pues ninguno sabía muy bien de qué hablar en esa situación.

    Masaki tenía sus ojos totalmente fijos en el cielo anaranjado que estaba apareciendo, poco a poco el sol se había empezado a poner, y era una de las pocas cosas de la naturaleza que le encantaba admirar. Aprovechando la tremenda distracción del menor, Ranmaru miraba absorto en sus pensamientos a este, con total detenimiento. Estudiaba todas y cada una de sus facciones, desde esos labios cortados por el frío y esas pequeñas rayas que tenía debajo de sus ojos hasta las pequeñas arrugas que tenía en su ropa. Su semblante estaba totalmente relajado, como si no pensara en nada. Agh, estaba totalmente enganchado a su figura. Se fijó en el cuello de este, buscado esas marcas que tenía. Eran bastante duraderas y no se le irían en dos o tres días por lo que ahí seguían.
    Soltó un pequeño suspiro, inaudible, mientras entrecerraba un poco los ojos. ¿Por cuánto más tiempo seguiría engañándose a sí mismo? Se estaba dañando, muy lentamente. No lo sabía, ya que tampoco era consciente que quien le estaba dañando era él mismo. Y ahí estaba, en un ambiente totalmente romántico con la persona que quería creer que ya no amaba más, que sus sentimientos por él ya no existían, diciéndose a sí mismo que el cariño que le tenía era de simples amigos. Porque si no, ¿por qué querría ayudarlo en la reconquista de su ex novio? No quería aceptar la realidad, y por eso mismo quería destruirse toda ilusión que se había hecho con aquel muchacho. Su corazón le ordenaba que no, pero no podía evitarlo, debía hacerlo, saber la verdad. Arruinar completamente sus sentimientos, inconscientemente de ello. Mientras lo seguía observando y pensando, sus puños cerrados con fuerza mostraban unos nudillos blancos. Ya ni siquiera sabía si tenía sentido todo aquello, su cabeza estaba hecha todo un caos. Pero la necesidad de saber, de descubrir qué era lo que realmente sentía lo ganaba. Aunque eso conllevara destrozarse a sí mismo, porque realmente es difícil de aceptar. Una pregunta podría cambiarlo todo, si se la guardaba todo iría bien, pero… Quería ver la verdad.

    - Oye Kariya. -Su tono fue normal, acompañado de una tierna sonrisa. El mencionado en seguida lo miró.

    - Dime.

    - ¿Qué tanto amas a Hikaru?

    La pregunta lo tomó por sorpresa, causando un contacto de ojos duradero. No sabía qué decir, pues era una pregunta realmente difícil de responder. Abrió la boca y la cerró, bajó la cabeza observando sus palmas de las manos. Cerró los puños y volvió a mirar al frente. El sol estaba a punto de estar en el mejor punto del atardecer, sería cuestión de pocos minutos, al igual que era cuestión de pocos minutos que las esperanzas de Kirino se fueran al traste.
    - P- ¿Por qué esa pregunta? -Titubeó un instante, no sabía si quería o no responder a eso. En eso Kirino bajó la cabeza.

    - Si quieres reconquistarlo debe ser por una buena razón y… -miró al menor antes de terminar la frase- Me gustaría saber. -

    - Yo… -Nuevamente se fijó en el rostro de su superior, buscando las palabras necesarias.- Yo amo todo de Hikaru, no hay nada que no me guste. Desde sus defectos hasta sus hermosas virtudes. Amo su carácter amable, su linda torpeza, sus ojos cuando habla de las cosas que le gustan, sus manos frías cuando agarraban las mías, el contacto de su cuerpo en el mío con sus abrazos cálidos, sus labios cuando me decían un simple te quiero, te amo, sus pequeños pero hermosos detalles… Extraño mucho esos días en que todo mi mundo era él; cuando nos quedábamos hasta altas horas de la noche hablando, cuando íbamos a casa del otro y veíamos películas, cuando teníamos peleas absurdas, cuando lo acompañaba a casa, cuando nos escapábamos la hora del recreo e íbamos a comer a solas, para tener otro rato más juntos. ¿Sabes lo que es amar tanto a alguien que darías todo, absolutamente todo por esa persona? Lo amo tanto que daría cualquier cosa, cualquier cosa por estar un solo segundo con él, tenerlo en mis brazos y susurrarle al oído que lo amo más que a nada en este mundo. Porque no quiero otros besos, ni otros abrazos, porque me encanta su sonrisa, la amo. Me gusta mirarle y sonreírle sin razón, pensando que, con él, todo irá bien.

    El brillo que tenía Kariya en los ojos al hablar de Hikaru era indescriptible. Nunca antes había visto aquellos iris tan iluminados como en aquel instante, era asombroso.

    - Amo sus gestos, su forma de hablar y su estupendo aroma. Sobre todo su voz, en la distancia y en la cercanía porque es energía que mueve mi corazón. Amo estar a su lado porque me olvido de todo y sé que él también se olvidaba de todo, como si sólo fuéramos dos personas en el mundo, en nuestro propio mundo. Flotando, libres. Porque estar con él era sentirme en casa. ¿Sabe usted, Kirino-senpai, qué es que tu vida no tenga sentido alguno y, de repente, aparezca una persona por la que olvidarte de todos tus problemas para ayudarlo a él y con eso, sentirte realmente feliz? No hay palabras para describir qué tanto amo a ese renacuajo. Se me hace imposible. Es un sentimiento dentro de mí que hace que siga vivo.

    El color amarillo anaranjado de los rayos del sol por fin se colaron por la rendija de aquella capsula; estaban en el punto más alto junto al estado más hermoso de una puesta de sol. Invadió el pequeño lugar, transformando el ambiente totalmente a uno tenue, que relajaba los sentidos. Provocando que las miradas de ambos fueran tranquilas, apacibles. Las sombras se movían despacio junto al sol escondiéndose a lo lejos, abandonando, en menos de un minuto, ese color por uno rojo cada vez más opaco, absorbiendo toda luz por completa obscuridad. Exactamente igual a como se estaba sintiendo Ranmaru. Era un estúpido idiota que había roto cualquier ilusión que podía permanecer en cualquier pequeña parte de su corazón por propia decisión. Y todo por rehusarse a la realidad de que amaba a ese pequeño. Por supuesto que sabía qué era que su vida no tuviera sentido alguno y, gracias a una persona, fuera capaz de ver la vida de otra manera y dar todo lo que tenía, porque era lo que estaba haciendo.

    Maldita sea Kirino, ¿tan difícil de aceptar es?

    El de hebras rosas le dedicó una cálida sonrisa, junto a una risa algo sarcástica. Se levantó y se puso enfrente de él, observándolo nuevamente.

    - De una u otra forma estoy seguro de que podrás reconquistarlo y todo será como antes. Ya te di mi ayuda, pero ahora te prometo que te ayudaré sea como sea, porque estoy seguro de que tus sentimientos son totalmente sinceros. Los buenos pitufos nunca mienten.

    Continuará.
  4. .
    Creo haber leído este fic hace ya tiempo, e igual recuerdo que me encantaba. Estoy feliz de saber que lo estás reescribiendo, ¡y tan bien! Ánimos con esta historia, esperaré con ansias la continuación, así que, por favor no te tardes mucho jaja. Aunque sé que escribir cuesta lo suyo :C
    Btw en cuanto actualices estaré aquí para leer.


    ¡Nos vemos!
  5. .
    ¡Aquí esperando tu continuación! Y en serio, tranqui, te entiendo. Tómate tu tiempo para subir la continuación, si pudimos esperar un año, esperar un poco más no hará daño.
    ¡Suerte en todo!
  6. .
    ¡LLEGUÉEEEEEE!
    Sí, dos meses. ¡PERO ES QUE LAS CLASES...! Perdonenme. No es mi intención, de verás
    Mil gracias por vuestro apoyo en los comentarios. Respondería todos, pero ando corta de tiempo hoy, por lo que opté responder los más largos.
    ¡Abajo el capítulo, disfrutenlo!

    Senpaaaaaaai: Me debes un two-shot. Jé.
    WELL. SÉ QUE EN EL FONDO ME AMAS, A PESAR DE QUE TE HAGO SUFRIR TANTO.
    Kirino está más que friendzoneado(?) Es el senpai que ayuda en su reconquista, pobrecillo. Hasta a mi me duele :< Shindou mientras es un amor, ya verás en el capítulo.
    Siento haberme tardado tanto, pero espero que valga la pena la espera. Disfruta el capítulo, te amo<3

    Day Hann: Los autores de estos días son muy crueles, las lectoras como nosotras necesitamos leer más cuando nos dejan con suspense :c (Que se note que me hago la inocente asfjalgjs x'D)
    Gracias por leer y comentar :3 A tu duda del título, tienes la razón. Era un título con doble sentido, es decir, el monstruo son los dos. Pero de diferentes formas, claro.
    Bueno, te traigo continuación después de dos meses. No me mates xD


    Capítulo 14.- Un policía y sentimientos culpables.



    Sentía una mano agitarle suavemente, llamándole por su nombre en voz baja. Para cuando quiso darse cuenta que ya estaba consciente, un dolor punzante atravesó su cabeza, haciéndolo sentarse con los ojos cerrados. ¿Alguna vez os habéis quedado inconscientes por un golpe en la cabeza? Cuando os despertáis, el dolor es igual o peor que la resaca de toda una noche de fiesta. Se tocó la cabeza con la mano y se la apartó en seguida, abriendo un ojo. Estaba bastante oscuro. Pero lo curioso era que había dormido en un triste banco. Con esa imagen se acordó de que hacía ahí.

    - Mierda... -Susurró sin pensarlo.

    Tras eso decidió alzar la mirada. Alguien lo había estado llamando con cuidado de despertarlo en silencio. No se ubicaba muy bien, pues lo primero que vio fue el reloj de la pared. Las siete de la mañana. Perfecto, no le daría tiempo de ir al entrenamiento. Giró un poco su mirada y por fin visualizó a quien lo había llamado. Este le sonrió amablemente, cosa que hizo bastante feliz a Ranmaru en aquel momento. Ese hombre lo conocía bastante bien.

    - Afuro. -Dijo impresionado. Sus ojos se iluminaron un poco. Estaba sorprendido de que estuviera ahí.

    - Ranmaru, -saludó de vuelta con una sonrisa- ¿por qué tanta sorpresa? Sabes que soy policía.-Se rió.

    - Sí, lo sé. -Llevó su mano a la nuca, rascándose algo nervioso.- Hace tiempo no nos veíamos.

    - ¿Tienes el celular? -Preguntó como si nada, alargando la mano dando a entender que se lo diera.

    - Eh... Sí, aquí está. -Se lo dio en seguida, observando como lo desbloqueaba y parecía buscar una aplicación.- ¿Por qué lo quie...

    El flash procedente del teléfono le dolió en los ojos. Prácticamente no se lo esperaba, y aunque fuera de día, acababa de despertarse con aquellos moratones que dolían hasta en el alma. Le devolvió el celular luego de eso, enseñándole la foto que claramente había hecho con el dispositivo.

    - Estás destrozado. -Dijo tras un pequeño silencio que Ranmaru había usado para observar bien la imagen. Realmente estaba hecho polvo.- ¿No te duele?

    - Sólo son unos arañazos... -Susurró, más que para quien le hablaba para él mismo, pues quería convencerse de aquello. Pero en seguida cesó. Los ojos del policía lo miraban tan fijamente que daba miedo; sabía que mentía.- ¿La verdad?

    - Sí, la verdad.

    - Sí. -Miró al piso. Desde luego no revelaría hasta que grado le dolía, pero viéndolo estaba claro. Tenía suerte que no tenía nada roto. Pero eso había que sanarlo, tenía varias heridas -no solo moratones, cortes producidos por los golpes- y podrían infectarse.
    El hombre de cabello rubio suspiró, dando una palmada en la espalda del menor. Seguidamente de eso se levantó con pesadez enseñándole un maletín de urgencias.

    - Ven, iremos a curarte esto. -Titubeó.- Todo... Esto.

    ---------------------------------------------------



    El entrenamiento de aquella mañana ya iba a empezar, todos los presentes estaban preparados para salir del vestuario y acatar las ordenes de Endou o Kidou, tal ejército con su comandante.
    Pero Kirino no estaba.
    Era extraño, él siempre iba, y cuando no podía avisaba. Y esta vez ni siquiera contestaba los mensajes de su mejor amigo. Las llamadas tampoco.
    Shindou estaba preocupado, Ranmaru no era de esos de enfermarse, tampoco de los de dormirse. Es más, desde la noche que no contactaba con él.

    - Tal vez se encuentra mal. -Habló Tenma, el tema de conversación ahora mismo era el defensa.

    ¿Encontrarse mal? Si una vez vino a entrenar con 39 de fiebre, por dios. Pero tampoco quería preocupar a los demás, si sintieran que el ex-capitán del equipo estaba tan nervioso por un jugador -más si es su mejor amigo- es que algo ocurría. Así que optó por mentir.

    - Sí, debe ser eso. -Dijo en voz baja pero en tono seguro.- Vayamos a entrenar o nos castigarán.

    La gran mayoría asintió y todos salieron del vestuario. En eso, Kariya aprovechó para acercarse a Takuto, disimulando un poco. Tampoco lo miró.

    - No está enfermo, ¿verdad? -Se tomó dos segundos para seguir.- Él no es de esos...

    - Seguro está bien. Tal vez se durmió. -Le sonrió- No te preocupes, estará para las clases. Vamos a entrenar

    - Vale.

    Shindou salió en seguida, corriendo y dejando atrás al peli cyan.

    "Mentiroso." Pensó entrecerrando los ojos. Sabía perfectamente que el oji vino debía estar más preocupado que él. Pero no había de otra, si acababa por no aparecer iría a su casa. Por lo que por fin se fue directo al entrenamiento, aquella mañana tenía toda la pinta de pasarse muy lentamente.

    **
    **

    La sala en la que estaban ambos era algo pequeña, pero por las paredes blancas y esas dos camillas junto a esos estantes llenos de vendas, antibióticos y agua oxigenada entre otras cosas daban a entender que era una pequeña enfermería, ahí en la policía.
    En cualquier caso, Afuro ordenó al de hebras rosas sentarse y que se quitara la camisa, por si había algún moratón o pequeña herida por curar. Así que el rubio se dedicó a buscar lo necesario, vendas y agua oxigenada era lo esencial. También algún parche para tapar y eso.

    - Toma. -Dijo el policía tirándole un trapo que acababa de mojar.- Me ayudaría que primero te limpiaras el rostro y el cuerpo.

    Kirino no dijo nada, simplemente asintió. Estaba bastante pensantivo para darle un pobre "Sí", ¿que le diría a Shindou? Estaba seguro que su teléfono debía estar lleno de mensajes y llamadas de él. Que fastidio, cuando lo vea se va a preocupar pero le dará un buen sermón. Como siempre.

    Pero así era su amigo y lo agradecía.

    Sonrió un poco y se limpió, como se le había pedido.

    - ¿Y ahora? -Preguntó observando al oji rojo, que se acababa de sentar delante suyo con la silla del lado derecho.

    - Ahora procederemos a la tortura. -Su tono de voz fue aterrador y divertido a la vez, al igual que su rostro; sonreía de lado tratando de mantener el ceño fruncido y los ojos fríos. Con un trozo de cotón y agua oxigenada, lo acercó al rostro del defensa. Al tacto apartó la cara.

    - Lo siento, -dijo al segundo, reincorporandose y dejar que le curara primero ese corte en su mejilla- siempre duele.

    - No te preocupes, lo sé.

    Estuvieron largo rato en silencio, ninguno de los dos se atrevía a abrir conversación. Hacer recordar que sucedió podría ser un tanto brusco.

    - Sabes que no fue mi culpa, ¿verdad? -Habló en un susurro, con miedo a la respuesta. El rubio pareció no inmutarse, pues siguió con lo que hacía: le ponía un parche donde el corte y proseguía a curarle otra herida del cuello.

    - Ya lo sé. -Apenas se le escuchó.- Pero no deberías haberlo golpeado tampoco. Puedes llamarme si estás en problemas. -Aquella respuesta no fue nada esperada para el oji celeste, por lo que lo miró incrédulo.- Oye no me mires así...

    - La iba a golpear. Iba a golpear a mi madre. ¿Se supone que deba sentarme a ver? ¿En serio?

    - No quise decir eso. -Suspiró, apartando su mano mientras cambiaba el trozo de cotón por otro.- En vez de dejar que llame la vecina, que no sabe que está pasando, llama tu. Tuviste mucha mala suerte, justo te tocó el momento en que estaba él de guardia...

    - ¿Él? -Cuestionó más tranquilo.

    - El hombre que trató de darte todas las culpas y librar a tu pa... Bueno, de librarlo a él, es su mejor amigo. -Si llegaba a pronunciar la palabra "padre" Ranmaru lo odiaría.- Es por eso que hizo lo que hizo.

    - Pero, ¿eso no es saboteo?

    El policía no respondió, no hacía falta. Pues era verdad, falsificar un hecho podría traer consecuencias, sin embargo...

    - No lo culpes, Ranmaru. Es un buen policía, de verdad. -Miró a un lado.- Pero si a tu padre lo denuncian una vez más y es cierto, irá a la cárcel por un par de años. Ya sabes, es un borracho problemático. -Dio un pequeño suspiro y decidió mirar al peli rosa. Este parecía no estar, miraba a otro punto, pero lo había escuchado y entendido. Igualmente, esa no era una razón para todo esto, su padre debería estar en la cárcel. Definitivamente no era un buen hombre...

    - Bueno, no importa. -Pero lo dejaría pasar. Siempre y cuando no se apareciera más, lo dejaría pasar.- Pero no digas que es mi padre, hace tiempo dejó de serlo.

    - Eres muy buen chico, Ranmaru. -Le sonrió amablemente, terminando de sanarle y ponerle algún que otro parche.

    El de hebras rosas se limitó a asentir, levantándose en seguida. Pero al hacerlo un tremendo dolor en la cabeza acompañado de un ligero mareo le hizo retroceder y apoyar la mano en la silla. Trató de reincorporarse muy poco a poco, consiguiéndolo tras un par de segundos bajo la mirada de Afuro, quien no sabía si ayudarlo o no.

    - Estoy bien, estoy bien... -Masculló tras un largo suspiro. Debería pasar un largo rato hasta que la cabeza no le doliera más.

    - Te llevaré a casa, vamos.

    - No, no. Me gustaría ir a clase.

    - ¿Estás seguro de eso?

    Ranmaru asintió.

    - Sabía que dirías eso... Ven, te traje un uniforme limpio de tu casa. Cambiate y sube al coche.

    - ¿De ca...

    - Mientras yo haré papeleo. No querrás tener otro antecedente, ¿cierto?

    Resignado, Kirino se fue a cambiarse. Prácticamente le había cortado la pregunta que iba a hacer, demostrando que no quería hablar de aquello. Por lo menos conseguiría ir a las clases y ver a Shindou y los otros. Aunque por otro lado su apariencia sería un problema el día de hoy. Pero no importaba mucho que digamos.
    No tardó mucho en cambiarse, lo hizo bastante rápido la verdad. Así que cuando salió para llamar la atención de Afuro e irse, vio como el rubio rompía unos papeles, con la máquina esa que hace trizas los folios. Pues eso, que lo pilló totalmente infraganti.

    - ¿Eso es hacer papeleo? -Cuestionó el oji celeste en un tono sarcástico mientras una pequeña gota de sudor caía por su sien.

    - No te dije que tipo de papeleo era. -Se excusó en seguida.

    - ¿Y que tipo es?

    - Papeleo al estilo Aphrodi. -Sonrió y alzó el pulgar, orgulloso de lo que dijo. ¿No era Afuro un hombre serio? Sí, lo era. Pero también puede tener sus momentos, que conste.

    Tras un golpe flojo de Kirino hacia el oji rojo y alguna que otra queja, ambos se dirigieron al coche y pusieron partida al instituto. Fue un trayecto tranquilo y bastante rápido, con un silencio que no incomodaba a ninguno. Tampoco es que tuvieran mucho de lo que hablar pero, estaba bien así. Uno conduciendo y el otro mirando las calles.
    El sonido del freno y el parar del motor hizo sacarlo de sus pensamientos, viendo como ya habían llegado al destino. Miró la hora, aún quedaban varios minutos para que sonara el timbre y diera comienzo la tercera hora. Ninguno se movía. El rubio quitó las manos del volante, lentamente, como si quisiera hablar.

    - ¿Como está tu madre? -Preguntó al fin, en su tono habitual. A Kirino no le tomó por sorpresa eso, por lo que sonrió y posó su mirada en el antiguo delantero.

    - Bien. Ya sabes, como siempre. -Le sonrió.

    - ¿Y el trabajo?

    - Trabajando todo lo que puede, ya la conoces.

    Hubo otro silencio, esta vez incómodo. Sin embargo, tras unos segundos Afuro sonrió arrogante.

    - ¿Cuando fue tu cumpleaños? -Preguntó buscando algo en su bolsillo. Al poco tiempo sacó su billetera.

    - Hace unos meses. -Dijo Kirino, algo confuso ante tal acción.

    - ¿Te regalé algo...? No tengo memoria.

    - Sí, me regal...

    - Agh, ¿¡cómo pude olvidarme de darte un regalo?! -Cortó al oji celeste mientras contaba dinero.- Toma. Con esto es suficiente para que te compres cualquier cosa que a ti te guste. -El policía le guiñó el ojo, sonriendo de lado.

    Al contrario de la sonrisa de Afuro, la de Ranmaru era más de tristeza que de felicidad y arrogancia. No podía aceptar ese dinero, para él era inmoral. Y eso lo sabía el mayor, por lo que al ver como Kirino no lo tomaba, se lo puso en la mochila.

    - Quiero ayudar un poco, dejame, ¿sí?

    - Sabes que mi madre no quiere que...

    - Es tu regalo de cumpleaños. Quedatelo.

    El chico de hebras rosas desvió su mirada, algo nostálgico. Era increíble como alguien tan creído como Afuro podía ser tan amable y cariñoso. Él realmente... Realmente quería a Terumi. Hacía años que lo conocía y siempre estuvo dispuesto a ayudarlo a él y a... A su madre.

    - Sigo sin entender como mi madre te dejó ir. -Dijo resoplando, para luego sonreirle.

    - Bueno, -el rubio se acarició el cabello- uno no puede mandar en el corazón de otras personas. Supongo que así está bien. (*Nota: No lo dije antes, pero en este fic en vez de que Endou y los demás tengan diez años más que Tenma y estos, tienen veinte más.*)

    - Sí, sí. Como usted diga dios Aphrodi. -Kirino al fin salió del automóvil. Esa acción la imitó el contrario.

    - No deberías burlarte de tus mayores. -Recalcó el oji rojo entrecerrando un ojo.- Bueno ya deberías irte si quieres hacer clases.

    - Muchas gracias. -Susurró tras voltearse, antes de salir corriendo hacia el interior del instituto.

    - ¡Recuerda que si tienes cualquier problema puedes llamarme! -Gritó sin esperar respuesta alguna por parte del peli rosa, pues este ya estaba lejos.- Este chico...

    Se rascó la cabeza, observando como corría. ¿Cuanto haría que lo conocía? Varios años ya. Era un buen chico, es un buen chico.

    "Maldita sea..."

    Pensó el de cabellera rubia antes de entrar a su coche y ponerlo en marcha.

    "Realmente lo veo como un hijo, tsk"

    * * *



    Llegar tarde a clase puede llegar a ser incómodo y gracioso. Tienes dos opciones: Irrumpir la clase y dejar que todos te queden viendo mientras el profesor parece amenazarte con los ojos o dejar que suene la campana del cambio de clases y entrar a la siguiente. En el último caso todo el mundo te estará preguntando porque llegaste tarde, por lo que también es bastante molesto. ¿Que haría Kirino? Esperaría a la siguiente hora. No por nada en especial, simplemente repudiaba la clase de esa hora, educación visual y plástica. El profesor era odioso y por si fuera poco, su dibujo no era el mejor de todos los tiempos, así que para aprobar debía rezar al demonio. Pero eso es tema aparte. Nuestro defensa con el número tres vagaba por los pasillos en busca de que hacer. Habían algunas opciones... ¿Tsurugi? Es cierto que a veces iba a la azotea y se saltaba una clase o dos, pero últimamente Tenma no lo dejaba. ¿Kariya? Poco probable. ¿Kurama...? No, el nunca falta a clases, va muy justo en las materias. Se rascó la cabeza, su última opción era aguantarse y esperar sentado.
    Puso sus manos en los bolsillos, caminando hacia su clase escondiendo el rostro en la chaqueta del uniforme. Parecía que no, pero realmente estaba dolorido y cansado. Quizás no debería haber ido al instituto pero, él lo quiso así y ya no era tiempo para echarse atrás. Levantó la cabeza después de unos minutos vagando, pues le parecía haber visto algo y... Así era. Imposible no notarlo. En silencio, con los brazos cruzados apoyado en la pared y mirandole fijamente ¿enojado? ¿alegre? No, probablemente molesto. Paró en seco, arqueando una ceja y sonriendo inocente. Esos ojos de color vino podían llegar a ser realmente perturbadores, te penetraban el alma y esta vez estaba cien por cien seguro que le iba a echar la bronca del siglo. Nadie sabe que sería de Ranmaru después del sermón que le daría Takuto.

    - H-Hola. -Saludó en voz baja, como si no quisiera alterarlo.

    - ¿Donde estabas? ¿Que has estado haciendo? No contestabas las llamadas. -Se volteó hacia él, teniendo una visión más clara de su estado. Al percatarse de los moretones y los parches puso una cara de algo parecido a tristeza. Por muy enojado que estuviese, no quería verlo así por nada del mundo.

    - Lo siento, yo...

    - ¿Que te dije sobre las peleas? ¡Por dios Kirino, mírate! -El peli gris apretó los puños con fuerza.

    - No es lo que crees. -Se acercó un poco a él. No se iba a librar de esta y mejor afrontarlo, aunque no quería decirle la verdad.- Perdona.

    Hubo un silencio de unos pocos segundos que parecieron eternos. Shindou lo miraba atentamente.

    - Eso no ha sido una pelea normal de tu barrio. -Susurró el ex-capitán, sorprendido y triste.- Que... -Kirino nunca salía tan "mal-herido", sabía pelear y igualmente sus peleas anteriores eran contra personas que preferían no hacerlo, por lo que después de algún golpe se iban corriendo o aguantaban hasta recibir un buen puñetazo. Le miró con unos ojos de asesino, ¿le diría la verdad o se lo guardaría?- Ranmaru, ¿en que te has metido?

    - No es nada. -Desvió la mirada.

    - ¿Como eres capaz de decirme que "no es nada" cuando tienes estas pintas? ¡Me preocupaste mucho! ¿Y me dices que no es nada? ¿Que mierda hicis..

    - Vino mi padre a casa. -Kirino tuvo que decirlo. Pero no hablaría del tema con Takuto, no haría falta. Por su parte, el centro campista dejó de hablar y su semblante cambió a uno que no sabías que era lo que podía estar pensando.

    El peli gris trató de articular palabra pero no era capaz, no le salía. Miró al suelo, suspiró, miró al frente y se encontró con los ojos de su mejor amigo. Ahora se daba cuenta de lo tristes y opacos que estaban en ese momento...
    Dio un paso adelante y el defensa cerró los ojos esperando un agarre, grito o sermón por parte del otro. Pero no sucedió, lo único que sintió fue un contacto tan tierno y acogedor que no pudo moverse. El calor que le brindaban los brazos de su mejor amigo lo reconfortaban. Maldita sea, ¿todo lo que necesitaba era un abrazo? No, no un simple abrazo. Un abrazo como aquel, uno que le demostrara cariño y quisiera proteger. Kirino apoyó su rostro en el cuello de Shindou, correspondiendo ese contacto con fuerza.

    "Está bien, todo va a estar bien."

    Susurró Takuto mientras cerraba los ojos, aquello duraría un rato. Mientras, los ojos de nuestro peli rosa no tardaron mucho en llenarse de lágrimas, aunque no dejó escaparlas. Lo último que haría sería llorar, se negaba.

    Shindou siempre había estado ahí para él. Lo había ayudado, defendido e incluso engañado por su propio bien. Desde que se hicieron amigos no habían peleado ni una vez, nada que no fuera un enojo de un día, desde que eran amigos no habían tenido ningún momento incomodo, desde que eran amigos nunca habían dudado de apoyarse en todo. Lo quería, quería con todo su ser a ese chico tan educado, responsable y amable. Es por eso que era y siempre sería su mejor amigo.

    - Muchas gracias.

    Susurró Kirino deshaciendo el abrazo. Ambos se miraron y sonrieron al instante.

    Y ahí sonó la campana que indicaba el comienzo de la tercera clase.

    °-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°



    - ¿Vamos con todos a la azotea? Hoy dijeron de ir ahí. -Comentaba Kurama junto a Shindou, Kirino, Hamano y Hayami.

    - Claro. -Respondieron todos, asintiendo y dirigiéndose ahí.

    - Pero antes iré a comprar una bebida. Id sin mi, no tardo nada. -Dijo el chico de cabello rosado, alzando la mano mientras retrocedía; la máquina de refrescos daba a la otra parte.

    Claramente le dieron el permiso y se despidieron. Una vez hecho eso Kurama se le quedo viendo al igual que los otros tres. Eran amigos desde pequeños, estaban preocupados por él.

    - ¿Crees que está bien, Shindou? -El que preguntó eso fue el castaño, con su típico tono algo depresivo.

    - No hay de que preocuparse... -Susurró, parecía que no estaba tan convencido de ello y necesitaba decirlo en voz alta para confiar.- Ya lo conocéis, es fuerte.

    - Por muy fuerte que sea le debe doler igualmente. -Replicó el pescador.

    - Lo único que podemos hacer es estar ahí para él y apoyarlo y ayudarlo en todo. -Habló Kurama con seguridad dando un giro para ir hacia las escaleras.- Venga, se hará tarde.

    - Tienes razón. -Suspiró algo aliviado el oji vino. No sabía exactamente que hacer pero, eso serviría. El enano tenía razón.

    - Como estés pensando que soy enano juro que te golpeo aquí mismo. -Dijo el peli gris/celeste mirando con ojos asesinos a Shindou. ¿Como lo supo? Este le miraba con una sonrisa tonta, como si se burlara de su estatura.

    Bueno, mejor cambiemos de lugar y personajes antes de ver el asesinato, nadie debe ver que tan terrible puede llegar a ser Kurama Norihito. Supera al demonio.

    Kirino ya había sacado su refresco, y por extraño que fuera en él, esta vez escogió una lata de cola en vez de una de té, como acostumbraba a hacer. Tal vez era por la cafeína que portaba o porque, simplemente, le apetecía más. Se volteó para dirigirse hacia Shindou y los otros, y cuando estuvo apunto de abrir el refresco una mano, que quien sabe de donde venía, lo jaló hacia adentro de una sala. Bueno, sala era decir mucho, ya que literalmente parecía ser un cuarto donde solo cabía una persona de pie, por lo que se chocó contra la otra persona. Para ponerle aún más pegas, estaba totalmente oscuro.

    - ¿Q-Que es... -Kirino llevó su mano a adelante, tocando una mejilla.- ¿Quien eres? -Le agarró la otra mejilla y las masajeó, tratando de adivinar quien era.

    - ¡Oye para! -Gritó en seguida el contrario, quitándole las manos con brusquedad.

    - Ah Kariya.

    - ¿¡Donde estabas?!

    - Perdido.

    Hubo un silencio corto pero intenso, que terminó con el ruido de... ¿una patada? Ni Kirino sabía que había sido eso, pues espacio para hacer una no había, debías de ser muy pequeño. Fue entonces cuando Masaki empezó a hacer cosquillas a Kirino. Hacía tiempo que era consciente que el peli rosa era muy vulnerable a ellas y ahora mismo era su mejor arma.
    Así fue como Ranmaru trató de retroceder, pero el maldito espacio no le dejaba. Empezó a reír y quejarse en sobre manera, hasta rogando que parara, ya que la risa le agotaba totalmente las fuerzas. Por su lado, Kariya disfrutaba con eso. Hacía tiempo que no se metía con su senpai. El oji celeste acabó apoyándose en la pared, quitándo las manos del contrario como pudo, y al hacerlo la luz se encendió. La espalda había dado con el interruptor.
    Ambos se quedaron mirando un rato, estaban bastante cerca y, bueno, de alguna u otra forma era incómodo. Kariya estaba inmóvil, y Kirino... Bueno, él era incapaz de pensar ahora mismo. El miedo de que se escuchara su corazón palpitando de tremenda manera era descomunal. Pero cerró el puño, y tras morderse el labio, quiso hablar.

    ¿Era la oportunidad? Pero espera, ¿que oportunidad? Ni él sabía que iba a decir.

    - Kariya yo

    - ¿Que te ha pasado? -Le cortó en seguida, viéndolo detenidamente. Él aún no había visto el estado del peli rosa.

    - ¿Eh? -Ahora se encontraba aturdido.

    - ¿Que has hecho? ¡Mírate!

    - Ah, sí. -Se rascó la nuca, desviando la mirada.- No es nada.

    - ¿Quien te lo ha hecho? -Se apresuró a preguntar. No por nada, es que... Ver a Kirino en ese estado lo asustaba.

    - No importa, está bien. -Dijo el contrario sonriendo.

    - ¿Que está bien...? -Dejó pasar unos segundos, para procesar aquello.- Parece que te han dado una paliza, ¿¡eso está bien?!

    - Kariya, no debes preocuparte, de verdad.

    - Kirino, sabes que puedo ayudarte, ¿no? Mis padres pueden ir a la policía y...

    - No conseguirían nada. -Susurró el peli rosa, agachando la cabeza a un lado.- Igual vengo de ahí.

    - ¿Y los que te han hecho esto? No pueden salirse con la suya.

    - ¿En plural? -Rió sarcásticamente, posando su mirada en Kariya.- Se salió con la suya, sí.

    - Esp... ¿Una persona? Pero tu no perderías, tu eres

    - ¿Soy qué? -Le cortó, no enojado pero sí dolido. Realmente quería evitar el tema. Pero en cuanto vio la necesidad que tenía el peli cyan de querer ayudarlo de una u otra forma se arrepintió.

    Nadie dijo nada durante largo rato, formando un silencio realmente incómodo. Kariya tenía la mirada volteada, evitando mirar a su superior. Es curioso como alguien puede hacer mucho por ti pero luego tu no puedes hacer lo mismo, ¿no creen? Por más que quiere ayudarle no se deja o, directamente, no le cuenta suficiente para hacerlo. Pero el caso no es ese, para el más bajo, ver justamente a Kirino así le ponía mal. Para él, el oji celeste era una persona fuerte, y no es que ya no lo creyera, sino que por esa misma razón verlo tan golpeado y con esos ojos le era imposible no sentirse de esa forma.

    - Mi padre vino ayer a casa. Borracho, claro. -Cerró los ojos para volver a ver esa escena.- Intentó golpear a mi madre y yo simplemente la defendí, empezando una pelea entre él y yo. Su mejor amigo trabaja en la policía, así que ya puedes imaginarte que pasó. -Al abrirlos se encontró con la mirada de sorpresa del más bajo, y no le extrañaba.

    - Lo siento... -Dijo con remordimiento. Oír eso era dificil de asimilar, ¿por cuantas cosas debía pasar Kirino?

    - Por eso dije que no te preocupes, -"Ya que no quiero verte así por un idiota como yo."- no tiene importancia ya. Pasado es pasado.

    Kariya tomó aire. No sabía ni que decir, solía tratar un tema parecido con Hikaru pero, en ese instante sus palabras se fueron a un lugar que no podía alcanzar. Tampoco podía apartar la mirada para pensar un poco, ya que los ojos de Ranmaru seguían captando su atención junto a su mal estado. Esos ojos eran los mismos que tenía Hikaru la primera vez que vino llorando a él, contándole que le sucedía, que era lo que tanto sufría... Iguales. Y por esa razón podía saber que Ranmaru Kirino estaba destrozado, tanto físicamente como mentalmente.

    - Me podrías responder a otra pregunta con total sinceridad, ¿por favor?

    - Claro, habla.

    - Senpai, ¿estás... Bien?

    - Claro, solo son unos rasguños.

    El peli cyan negó con la cabeza.

    - No, me refiera a si estás bien de aquí. -Con dudas acercó su mano a la parte donde supuestamente está el corazon del otro, mirándolo fijamente. Eso puso nervioso a Kirino, pero por encima de todo, lo puso algo así como nostálgico.- Mira, creo que podemos llamarnos amigos y bueno, ya sabes... Si necesitas un abrazo puedes darmelo, ¿sabes? No todo en nosotros puede ser peleas sin sentido. Así que, -apartó la mano del pecho del peli rosa, extendiendo un poco los brazos con timidez- aquí estoy.

    No se esperaba eso. De verdad, no lo hacía. Esos ojos, esa "sonrisa" triste, esas manos indecisas, ese pequeño tic en el labio, su leve movimiento de pies bien disimulado, esas cejas preocupadas, todo, todo en él lo hacía sentir de aquella manera inexplicable. Maldita sea Kariya, la hiciste pero bien. Quería abrazarlo, ¡con todas sus fuerzas! Abrazarlo, llorar y decirle que todo era una mierda, que odiaba a su padre y tenía miedo. E iba hacerlo, no tenía miedo de hacerlo, sin embargo...

    ~Flashback~

    - Dime algo, Kariya... -Susurró Ranmaru lo bastante audible para que el mencionado le escuchara, dejándose caer hasta estar sentado en el suelo. No quería mirar al menor.- ¿Tanto amas a Hikaru?

    - Con todo mi corazón.

    El chico de hebras rosas asintió, mirando hacia el cielo. Era un estúpido, realmente él mismo era un completo estúpido. Es decir, ¿por que le ardía la garganta? ¿Por que le dolía el corazón? La respuesta era tan clara, pero quería hacerse el ciego.

    "Idiota, Ranmaru eres un idiota."

    ~Fin Flashback~



    Cerró las manos en un puño, con fuerza. No podía hacerlo, no debía...
    Qué difícil.

    Llevó su mano a la cabeza de Masaki, agitándole el cabello seguido de sonreír.

    - No es necesario, pero gracias. Realmente te lo agradezco.

    Los colores no tardaron en subir a la cabeza de Kariya, ¿¡le ofrecía un abrazo, lo rechazaba y luego le despeinaba?! No, esto necesitaba venganza. Pero no estaba enojado, la verdad es que sólo tenía en mente que, a veces la risa es la mejor medicina.

    - ¡Quita, afeminado! -Dijo a la vez que se soltaba. Hinchó su mejilla derecha y cerró los ojos, cruzando los brazos.- Venga, salgamos. No es muy divertido estar en un cuarto tan cerca de una princesa.

    Empujó no muy fuerte a Kirino hacia afuera, saliendo detrás de él. El peli rosa solamente sonreía tontamente, eran graciosos los cambios de ánimo que podía hacer ese enano.
    Una vez fuera miraron alrededor. Aún había mucho tiempo para el recreo, lo demostraban los alumnos que paseaban tranquilamente por el pasillo hablando y riendo. Bien, irían con Shindou y los demás y pasarían, como siempre, el tiempo libre ahí. Kirino sacó del bolsillo de su chaqueta la lata de cola que había comprado anteriormente, acto que fue visto por Kariya.

    - Oye, ¿me das un poco? -Preguntó el peli cyan extendiendo su mano.

    - Claro, toma. -Ranmaru no lo pensó y le entregó la lata antes de abrirla.

    El oji miel le sonrió.
    Mala señal.
    Miró la lata.
    Cola.
    Ah, ya... La había cagado y no tenía tiempo de reaccionar.

    Kariya, el muy idiota, agitó la lata y la abrió apuntando hacia Kirino, empapándole todo el rostro de cola.

    - Vale. Te doy tres segundos de ventaja. -Habló alto y claro, con los ojos cerrados. La risa de Kariya se podía oír por todo el pasillo.

    - ¿Para qué? Pft... ¡Mírate! -Volvió a reír con todas sus fuerzas.

    - Tres.

    - Mierda.

    - Dos...

    - Yo me voy, por ahí... -Señaló un lugar, con una pequeña gota de sudor en la sien. Iba a matarlo, ¡debía correr! Y eso hizo, empezó a correr con todas sus fuerzas por los tantos pasillos del instituto.

    - Uno. ¡¡VEN AQUÍ PEQUEÑA LAGARTIJA!!

    Una larga persecución empezó, con uno detrás del otro. Kariya gritaba atemorizado mientras Kirino le ordenaba que fuera un hombre y se atuviera a las consecuencias junto a uno que otro insulto. Era divertido, para ambos, y eso se veía en sus rostros. Hacía mucho tiempo no corrían uno detrás del otro por las bromas del oji miel, tal vez desde que Hikaru y él empezaran a salir.

    - ¿Donde está Kirino? Dijo que en seguía volvía. -Era Shindou, buscando alrededor mientras caminaba junto a Tenma.

    - Kariya dijo lo mismo. Siempre igual... -Suspiró. Estaban subiendo las escaleras hasta que.

    - ¡VEN AQUÍ HE DICHO!

    - ¡JAMÁS!

    - ¿Esos eran...? -Cuestionó el ex-capitán, señalando el pasillo por el que acababan de aparecer corriendo dos personas.

    - Sí. -Balbuceó el castaño, entrecerrando los ojos.- Volvieron a lo de antes, ¿nunca cambian?

    Shindou permaneció callada, mirando por donde se habían ido. Se sentía molesto.


    De alguna u otra forma la carrera llegó a su fin en cuanto doblaron una esquina. Me explico, en cuanto Kirino le siguió la pista tras ese giro se dio un golpe contra el más bajo, y al mirar en frente se dio cuenta que el muy IDIOTA de Masaki de había chocado contra ni nadie más ni nadie menos que el director. Genial. Si ya le tenía manía imaginate ahora, por no decir que ninguno de los dos cumplió el último castigo que les puso.
    El rostro del director estaba rojo, de furia claro, y parecía que estaba pensando las palabras justas para mandarlos a la mierda e imponerles un severo castigo.

    - ¡Hoooola director! -Habló el peli rosado con entusiasmo finjido, cogiendo la mano de Kariya por detrás, a escondidas.- Bonito día, ¿verdad? Yo tengo hambre jeje... Disfrute de su com... -Se fijó en que se le había caído el almuerzo. Doble punto para Kariya.- Tenga un lindo día.

    Antes de que el director dijera algo, Kirino jaló la mano de Masaki, incitandole a echar a correr. Como parecía no reaccionar no tuvo otra alternativa que gritar un sonoro "¡¡CORRE!!" seguido de salir por patas arrastrándolo consigo.
    Iban más rápido de lo normal, si un profesor veía que el director los perseguía les pararían el paso en seguida. Por lo que doblaban sin parar esquinas.
    Para cuando Kariya quiso darse cuenta de que estaban en peligro Ranmaru corría por delante de él, cogiéndole con fuerza la mano. Aunque su mano solía estar fría, esta vez no era así, era cálida, le gustaba ese tacto. Miró al frente, perdido en sus pensamientos... Vaya, era bastante más alto que él, lo primero que veía era su espalda. Aunque no lo pareciera a simple vista, tenía una espalda recta y fuerte.

    - ¡Derecha! -Gritó el peli rosa,girando hacia esa dirección.

    Lo imitó y siguió pensando, pensando cosas que no sabía exactamente qué eran, inexplicables.
    Kirino paró en seco enfrente de una puerta, se volteó y como Kariya no se esperaba aquello, decidió abrazarlo para frenarlo. Al segundo, tal y como tenía planeado, lo empujó dentro de la habitación.

    - ¿Ran-kun? -Cuestionó la encargada de la enfermería, viendo como el más bajo era empujado dentro y seguido entraba él cerrando la puerta.- ¿Otra vez herido?

    - ¡SHHHH! -Bajó el tono de voz, juntó sus dos manos en forma de suplica y miró a la chica. Eso bastó para que entendiera.

    - Okey, escondeos detrás de esa cama y no habléis.

    Salió de la enfermería tras comprobar que esos dos se escondiera. Al instante se pudo escuchar como aparecía el Director exhausto y preguntando por los dos chicos.
    Kirino y Kariya se miraron. Estaban sentados detrás de una cama, intentando no reír. Las carcajadas podrían escaparse en cualquier momento, y si lo hacían, ya se podían dar por muertos. El más alto fue rápido y tapó, con sus dos manos, la boca del otro. Este se puso rojo y empezó a quejarse, causándole más gracia a Kirino. Justo a tiempo, se oyeron pasos alejándose, seguramente la enfermera habría optado por "ayudar" al Director a buscarlos. Así que aprovechando eso, Ranmaru empezó a reír, sin vergüenza. Casi no podía ni contener las lágrimas de la risa.
    Kariya se quedó viéndolo unos segundos, por un momento su sonrisa le pareció la mejor del mundo, en perfecta sintonía con su rostro. Luego también rió.

    Continuará...


    No sé, siento que al final le falta algo. ¿Tristeza tal vez? Probablemente. Pero ni idea. Quise dejarlo así, para dejar volar vuestra imaginación con esto último.
    En fin, tardaré menos en actualizar el siguiente capítulo, pero ya os adelanto que abarcará la salida al Parque de Atracciones con Ranmaru, Masaki, Hikaru y Takuto.
    ¡Gracias por leer, nos vemos!
  7. .

    COMO SIEMPRE TARDE. PERO VALE LA PENA.
    BUENO EN VERDAD NO, PORQUE ASÍ MI RESPUESTA SERÁ DE 1 VS 3. PERO MÁS VALE TARDE QUE NUNCA.



    Te amo.

    Vale, mejor dejemos el pleito. Pero ni se te ocurra tocar a mi OTP, aún puedo hacer más sufrimiento en mi fic. Cof cof. >:c

    Hablando de mi fic... Ejem,-huye-


    rEALMENTE, me sorprendió tener razón en lo de Kinako. Es decir, estaba claro pero conociéndote capaz luego decías que no(?) Igualmente, esa escena donde va a pedir que Evan pueda ser la mascota de Fey me mató. Muy gracioso, hasta se desmayó el líder x'D
    Pero me dio bastante pena la escena donde Minaho -cubriendo a Manabe con sus alas- entra sin importarle el daño que pueda hacerse a la casa de Endou. De verdad, pobres. Por otro lado, esos toques cómicos en todo el capitulo se agradecen, estaba de los nervios para ver que ocurría.
    Y OH MY GOD. TENMA. TENMAAAAA. YA CASI ESTÁS PREPARADO, RESISTE<3

    No tengo mucho más que comentar, salvo que....
    Viva las hormonas de Kirino, di que sí. Un poder 10/10


    Well, con respecto a tu pregunta (por cierto, que Hayato se muera ya. Xfa. Pinche demonio hdp >:cc)

    ¿Debía aceptar o no la misión?
    A)Aceptar la misión (Lealtad)
    B)Aceptar la misión (Sabotaje)
    C)Rechazar la misión (Traición)



    Ya sabes que pienso. Me rehúso totalmente a que tanto Ranmaru como Takuto sean secuestrados y, por ende, torturados para poder sacarles información. Así que asumiendo el riesgo, me tento por la opción B. Prefiero un sabotaje a una lealtad, tengo miedo de que pueda pasar.

    Y hasta aquí, siento tardarme. El comentario no fue muy largo... BUT. NO PROBLEM, BE HAPPY.

    Te re amo senpai.

    PD: Stop con Laucifer :'c No soy tan mala... Creo
  8. .
    ¡ESTA VEZ NO TENGO NADA QUE DECIR! Disfrutad la lectura, y no me odieis por como lo terminé (el capítulo). <3
    Bueno, sí. Os animo a buscar y al escuchar las dos canciones que menciono, en especial la de Simple Plan subtitulada para que la entendáis.

    Mariiana Dewey-senpai: Primero que nada también te amo ashkfj xDD Y sí, algún día debemos escribir todo eso. Sería genial.

    En fin, los ex novios están claramente para reconquistarlos. O así piensa Kariya. Pero, ¡tranquila! ¿Que puede salir mal? (Nótese el sarcasmo). Y por cierto, que bien me conoces e.e Pero dime quien crees que cortó con quien, vamos. Sé que quieres...

    En fin, en parte es venganza, sí. Pero no pienso bajarle nada. Y lo veras en este gran capítulo, que espero no llores. Me rompes el corazón con eso ;-;

    Sufre<3

    Fatima: ¿Tu también lloraste? D: Creo que esto se me fue de las manos.

    Day Han: Asdhgafld no te diré nada sobre Kirino y Shindou. Que capaz hago spoiler y eso es malo(?)

    Concuerdo contigo con lo de poner más sobre Hiroto y Midorikawa. Y creo que lo voy a hacer :3
    Igualmente, sobre si lloras o no lloras dependerá de ti. Te voy a ser sincera xD Los capítulos de ahora en adelante no serán tan divertidos como ahora, pues llegamos al punto donde nuestro queridisimo Kariya está ciego de amor y Kirino trata de ayudarlo ssin darse cuenta de que le ocurre. Te lo demuestro en este capítulo, que espero te agrade.

    Y muchisimas gracias, la verdad no creo que escriba tan bien jaja. Pero me dio animos que dijeras eso, ¡Cuidate!



    Capítulo 13.- Monstruo.



    Llegaron bastante rápido donde los demás, las escaleras daban a la puerta que te daba entrada a la parte trasera sin necesidad de dar la vuelta por todo el instituto. Ahí estaban la gran mayoría, como Shinsuke, Tenma, Kyosuke, Shindou, Kurama, Hamano, Hayami, Hikaru y Minamisawa entre alguno más. Faltaban los de tercero, que ese día tenían unos exámenes y probablemente se encontraban en la biblioteca estudiando.

    - Hey. -Saludó el peli rosa sentándose al lado de su mejor amigo.

    - Hola. ¿Por que salisteis sin decirme nada? -Reprochó Masaki tirándose encima del actual capitán del Raimon, cogiéndole de las mejillas. Luego de que Hikaru y Tsurugi lo quitaran de encima del pobre castaño, se sentó al lado del peli morado.

    Todos empezaron a hablar de cualquier cosa que se les pasara por la cabeza; el entrenamiento que tendrían en la tarde, profesores, asignaturas, fútbol en general, etc. Vamos, hablaban por hablar y entretenerse el tiempo que les quedaba de receso. En todo eso habían dos chicos bastante callados. Kirino fulminaba con su mirada seria a su bocadillo. Aún no había probado bocado, se le había perdido el apetito. Este suspiró con pesadez cerrando sus ojos un momento, sintiendo al instante una mano tocar su hombro.

    - Ranmaru, ¿pasó algo? -Susurró el oji vino para que los demás no pararan atención en ellos dos.

    - No, nada realmente. -dijo el defensa partiendo el bocadillo por la mitad.- Es solo que se me quitó el hambre y no quiero desperdiciar comida. ¿Quieres un trozo?

    - Claro. -Entendió que no era el momento para hablar de aquello, y también, que Kirino no quería contarle. Así que lo dejó pasar aceptando aquella mitad de bocadillo. Al fin y al cabo tenía hambre.

    El fin de clases llegó tan rápido como el fin del entrenamiento de fútbol. Bueno, para cierto oji celeste fue algo largo, pero ya era hora de irse a casa, por lo que estaba más animado en comparación al receso de aquel día. Tal vez acompañaría a Kariya a clase, sí, sería una buena idea.
    Se encontraba recogiendo sus cosas de su respectiva taquilla, justo al lado de Shindou. Ambos hablaban sobre los deberes que el profesor le había puesto de más a Kirino. ¿Por que? Simplemente el peli rosa no hizo las tareas que eran para hoy, ya que ayer estuvo todo el día con Masaki y luego se quedó totalmente dormido. Aún con excusa el maldito profesor le dijo que estaría castigado si volviera a pasar. No le importaba, pero, a su mejor amigo sí. Mejor prevenir que curar. Según él, era un suertudo por no haberlo castigado a la primera y debía aprovecharlo.

    - Vale, vale. -Dijo Ranmaru reprochando.- Acompaño a Kariya a su casa y luego voy a la tuya. Así me vigilas para que lo haga.

    - Tu lo único que quieres es que te ayude con la tarea. -Susurró el oji vino con un leve tic en su ojo derecho, acabando de recoger las cosas.

    - Tal vez. -El tono en que lo dijo fue algo así como divertido. Respiró hondo y sonrió un poco, cerrando la taquilla a la misma vez que el centro campista.

    - Entonces, así quedamos. ¡Te veo luego! -Fue el primero en irse, tocando el hombro del peli rosa antes de irse caminando.

    Kirino se quedó viendo a Shindou mientras se iba, hasta que ya no lo podía ver bien. Volteó su mirada al vestuario, quedaban algunos pero no todos. Exacto, Kariya tampoco estaba: seguramente ya se había ido. Su vista se quedó viendo a Tenma y Shinsuke hablando juntos... Maldito Takuto. ¡Se había olvidado de contarle lo del cumpleaños del enano! Llevó la mano derecha a su frente, tratando de calmarse y pensarlo mejor. Iría a su casa, seguramente ahí le contaría todo. Bien, agarró su mochila y se dirigió hacia fuera no sin antes despedirse de todos. Probablemente debería ir rápido si quería acompañar a Kariya. Culpa suya, debería haberlo avisado. Sería una molestia tener que encontrarlo, y sus ganas eran 0. Pero realmente tenía la necesidad de ir con él. Aunque... De seguro el menor se negaría al hecho de que él quiere acompañarle.
    Decidió no pensar más en eso, caminaría rápido y se acabó. No debía estar muy lejos al fin y al cabo. Y ya estaba saliendo por la puerta principal del campus cuando advirtió un cabello azul verdoso. Era Kariya, ¿no se suponía que ya estaría de camino?

    - Superior, ¿nunca te han dicho que eres un tardón? -Susurró con molestia el chico, empezando a caminar cuando este fijó su mirada en él.- Vamos.

    Milagro. No habían más palabras. Milagro era la palabra para definir aquello. ¿El chico malhumorado y bipolar lo había esperado? No en serio, esto era un mundo paralelo o qué. Rió internamente. ¿El menor al fin había aceptado que eran amigos? Amigos... Sonrió como idiota por un segundo, evitando ver a Kariya. ¿Por qué? Él no tenía la respuesta.

    No tuvieron distracciones, caminaron directo a casa del menor. Habían hablado de cosas simples y triviales, lo único que destacaba era una conversación sobre consejos que Kirino le proporcionaba a Kariya para reconquistar a Hikaru. Aunque ese tema jodía un poco al peli rosa de alguna manera, él seguía tratando de ayudarle. El menor había dicho que quedaría con el delantero esa misma tarde y luego le contaría como había ido el día. Y no mucho después, se despidieron, con algunos insultos entremedio y pocas risas. Kirino emprendió su camino hacia casa de Shindou, angustiado. Ese medio día había sido tan, no sabía explicarlo, seguía negándose a ver la verdad, haciéndose creer a sí mismo que solo estaba nervioso por las clases que le iban mal.

    Bajó su mirada y agarró sus audífonos, poniéndoselos en la oreja escuchando la música de su reproductor. Llámenlo casualidad, pero al darle al botón de aleatorio, la primera canción que le apareció fue Save you de Simple Plan. Vaya, podía sentirse identificado de una manera u otra.

    * * *



    El sonido del primer toque de llamada hizo que tragara saliva. Llenando su cabeza de dudas. ¿Había hecho bien en llamarle? ¿No era más fácil dejarle un mensaje? ¿Respondería o no? Más importante, ¿que le diría? Bueno, sí. Le diría de quedar pero... ¿Cómo? ¿Y si sonaba desesperado? ¿Pensaría mal de él? ¿Le diría que sí o que no? Típicas dudas para un idiota enamorado. Pero al escuchar aquel timbre de voz diciendo hola con ternura lo sacó totalmente de aquellos pensamientos que tanto le inquietaban.

    - Hikaru, ¿quieres quedar? -Dijo escondiendo su emoción.

    - 'No lo sé, primero debería terminar la tarea.' -Se escuchó por la otra linea.

    - ¿De que es tu tarea? -Preguntó dando vueltas por su habitación, si eran de lenguas con suerte podría ayudarle en algo. Si eran de Matemáticas, adiós el poder quedar.

    - 'De japonés.' -¡Bingo!

    - ¿Te parece si voy a tu casa y te ayudo? Así acabarás más rápido y luego podemos ir a dar una vuelta o, no sé, hacer cualquier cosa. -Trató de decirlo completamente amable, pero siendo como era, le salió un poco mal. Amable había sido, pero su típico tono algo arrogante se coló entre medio. Que suerte que Hikaru lo conocía bien.

    - 'Como quieras. Te espero.' -Dijo bastante tierno antes de colgar la llamada con una rápida despedida.

    Bien, ahora sólo le quedaba vestirse con ropa de calle y salir.
    Espera, ¿que...? ¿Que se iba a poner?

    ---------------------------------------------------



    Alzó su vista observando atentamente la espalda de aquel chico, su mejor amigo. El como se movía acorde a todas y cada una de las notas musicales que tocaba en el piano era digno de ver y escuchar, aquella melodía era prácticamente hermosa. Inclinó la cabeza hacia atrás, mirando ahora el techo blanco. Estaba cansado de hacer tanta tarea, parecía que nunca terminaría. Aunque solo le quedara una página más, así lo sentía él. Pero a pesar de todo debía seguir o Shindou lo mataba y eso sí que sería realmente molesto.
    Rió internamente por eso, era cierto que el oji vino podía llegar a ser muy estricto con él si era tema de deberes y castigos. Sonrió de lado mientras esta vez daba un vistazo a la habitación; era enorme. En el centro estaba el piano, rodeado por paredes blancas llenas de cuadros artísticos de muchos tipos, hasta había uno de Picasso. Luego había una mesa y un sofá, donde estaba él haciendo los deberes. ¿Como podía tener un amigo así? Lo superaba en todo, y si era sincero, él era alguien de clase baja. Comparado con alguien de clase alta no era nadie... Pero lo mejor era eso, a pesar de todo se llevaba genial con sus padres y nunca lo juzgaron.
    Su mano no paraba de jugar con el lápiz, era muy bueno en hacerlo girar completamente libre alrededor de ella. Siempre le preguntaban como lo hacía, y la verdad es que le salía sin pensarlo. ¿Kirino pensaba en cualquier cosa solamente para no hacer los deberes? Tenlo por seguro.

    Y fue por eso que Shindou paró de tocar, presionando teclas aleatorias creando un acorde totalmente desafinado. Llamando así la atención de Ranmaru.

    - ¿No vas a seguir tocando? -Cuestionó el defensa cerrando los ojos. De seguro le gritaría.

    - ¿Y tu no seguirás con la tarea? -Dijo entrecerrando los ojos, desafiando al peli rosa.- Ya te queda poco.

    - ¡Como digas! -Sonrió posando sus brazos en la nuca.- Estás con una nueva canción, ¿no es cierto? Cada semana te aprendes una, eres genial. -Shindou lo miró mal un segundo para luego suspirar y volver su mirar al piano.

    - Sí, es una canción de Yiruma. -Decía orgulloso, pasando sus dedos por las teclas, pero sin llegar a presionarlas.

    - ¿Yiruma? Hay unas canciones suyas realmente difíciles. -Dijo más que nada para si mismo.- ¡Dejame adivinar la canción! -Dejó pasar unos segundos en silencio, pensando cual podría ser la canción. Pues le sonaba bastante. Y sí, Kirino Ranmaru escuchaba sinfonías de piano de vez en cuando. Por Takuto, claro.- ¿Kiss the Rain puede ser?

    - Diste en el clavo. Es una de mis favoritas de él.

    El oji vino iba a decir algo más para seguir la conversación, pero el teléfono sonó. Era el de Kirino, y por su rostro pudo adivinar quien era. Por lo que se desanimó un poco, pero nada importante. Vio como dudaba en si contestar o no, pero finalmente sucumbió al llamado.

    - ¿Sí? -Dijo el peli rosa para que el de la otra línea fuera al grano.

    - '¡Estoy en casa de Hikaru y ya terminamos la tarea!' -Gritó en susurros.

    - Bien por ti, ¿no? -Se dio un golpe en la frente. Levantándose del sofá después de eso.- ¿Cual es el problema?

    - 'Verá superior, vamos a salir pero no sé que deberíamos hacer. ¿Dar un paseo bastará?'

    - Claro, comprale un helado.

    - 'Sabes que es invierno, ¿verdad...?' -Dijo algo molesto.

    - No soy tan idiota como tu. A ver te complicas la vida, si lo que quieres es un ambiente romántico llevatelo al cine y ya está. -Decía el oji celeste mientras se acercaba donde Shindou.

    - 'Está bien... Luego te digo como fue. Adiós'

    - ¿Ni un grac- Colgó. -Su tic en el ojo derecho era bastante notable. Vaya molestia de chico era... "idiota." Bajó la mirada con una clara tristeza en su iris. Pero no era consciente de ello.

    Estaba plantado al lado de Shindou, mirando el piano.

    - ¿Kariya? ¿Que pasaba? -Preguntó el peli gris viendo al defensa.

    - No mucho, está tratando de reconquistar a Hikaru y me pide ayuda. -Se encogió de hombros tras eso, sonriendo con falsa arrogancia. Takuto frunció el ceño tras escuchar eso.

    - Ranmaru eso n...

    - ¡Veamos que tenemos aquí! -Dijo en seguida Kirino sin querer escuchar a su amigo, sentándose al lado de él. Observó las partituras con atención y empezó a tocar un poco.- Tiene para dos pianistas, ¿no? Vamos, toca la otra parte.

    Decidió no decir nada y acatar las ordenes. Tratar de regañar o persuadir a Kirino en ese instante sería en vano. Igualmente, ¿que iba a decirle? ¿Que estaba haciendo mal? ¿Que debería pensar por sí mismo? ¿Que debía admitir que estaba enamorado por Kariya de una vez? No serviría. Le haría caso omiso. Así que empezó a tocar la canción junto a él. Era impresionante ver como Ranmaru sabía tocar aquel instrumento, y más aún ver como ponía en práctica las partituras tan fácilmente.
    Sus ojos estaban perdidos en la concentración de Kirino, parecía que quería rehusarse a la realidad a través de aquella canción que era algo bastante triste. Maldita sea.

    * * *



    - Bueno Shindou, nos vemos mañana en la práctica. -Decía el peli rosa despidiéndose del mencionado, alzando su mano izquierda.

    - ¿Seguro que no quieres quedarte a cenar? Ya es tarde.

    - Nop. -Sonrió.- Hoy viene mi madre a cenar conmigo. Aunque aún queda una hora. ¡Pero así me da tiempo a comprar algo genial para ella! -Se agarró su antebrazo manteniendo la sonrisa.

    - Está bien... Hasta mañana. -Shindou se rindió y se despidió al fin, cerrando la puerta luego de que Kirino caminara unos metros.

    No mentía, su madre le había avisado de que llegaría a casa sobre las diez y media de la noche. Y ya eran las nueve y poco más, le daba el tiempo perfecto para preparar las cosas. Pero eso no quitaba el infierno de frío que había esa noche, por mucho que le gustara caminar alrededor de la oscuridad sintiendo el seco aire frío, sus manos estaban congeladas y era molesto. Sus manos... Se las miró, recordando el momento donde quiso agarrar la mano del enano. Ahora no estaría mal hacer eso, sentiría algo de calor. Apretó el puño sacándose de su cabeza ese penoso pensamiento, ¡estaba mal!

    Pero, ¿como lo estaría pasando él?

    Es triste saber que esa persona puede ser feliz con alguien que no eres tu. Quieres creer que tu motivo de sonrisa es su felicidad, estando o no a su lado, pero eso no es cierto. Si todo por lo que luchas se va, ¿que te quedaría? Felicidad desde luego no. Es una mentira para hacerse creer a uno mismo que puede estar bien.


    Estiró los brazos, cansado. ¿Donde iría? La tienda de 24h quedaba bastante cerca. Ahí ya vería que comprar. Pero mientras disfrutaría de su pequeño paseo a compañía de la luna y las estrellas, ya que caminaba por calles donde rara vez había alguien. A demás, a esas horas la gran mayoría debía de estar cenando, un alivio para Ranmaru, quien escuchaba música para distraerse. Su única luz que le enseñaba el camino era la de las farolas, que eran bastante débiles. Pero así estaba bien.

    No tardó mucho en comprar, nada fuera de lo normal. Había decidido que comerían una pizza entre los dos y refresco, era fácil de hacer y así podrían estar hablando los dos largo rato. Aunque también compró carne, huevos y más cosas para los próximos días. Pero había algo que lo incomodaba, y no era el hecho de que se había gastado casi todo lo que tenía, no, prácticamente parecía presentir algo malo. Y justo recibió una llamada. ¿¡Cuantas veces iban ya en el día?!

    - ¿Que quiere un bebé a estas horas? Deberías dormir. -Dijo enseguida que contestó. En ese instante estaba cruzando la rivera del río por el puente que hay al lado. Estaba subido al borde, haciendo equilibrio mientras seguía adelante.

    - 'El que debería dormir eres tú, no por nada eres la bella durmiente.' -Su tono arrogante se hacía notar.

    - Vale, adió...

    - '¡Lo siento, lo siento! -Insistió en seguida el peli cyan.- Tengo un problema y necesito tu ayuda.'

    - Claro, cualquier cosa. -Miró hacia abajo mientras seguía en el bordillo. Había una altura razonable.- Cuenta.

    - 'Hikaru me ha invitado al parque de atracciones.' -Su voz estaba totalmente nerviosa, cosa que no entendió el mayor.
    - ¿¡Y ESO POR QUE DEBERÍA SER UN PROBLEMA?! -De verdad, eso era lo perfecto para una cita entre esos dos. Por poco y perdía el equilibrio por lo desconcertado que se quedó.

    - 'Es que tiene dos entradas más.'

    - Ah, comprendo. -Se calmó.- Invita a Tenma y Tsurugi. Tendrás el ambiente perfecto de una cita doble, ¿no crees?

    - 'El problema está ahí, -se escuchó como tragó saliva- Tenma debe ayudar a su tía y Tsurugi estará con su hermano.'

    - ¿Kurama y Minamisawa? Ellos os acabarían dejando solos y ahí parecería una cita a solas. -Lo realmente molesto de aquella conversación es que le dolía. ¿Por qué? Quien sabe.

    - 'No, no, es que... He estado pensando que como tu y Shindou estuvisteis saliendo... Emm.'

    - Está bien, no digas más. -Suspiró con pesadez mientras, a la vez, daba un pequeño brinco bajando del bordillo.- Mañana lo hablamos mejor para saber cuando es.

    - '¡Gracias afeminado!'

    Colgó después de eso. Parecía bastante feliz, debería tener mucha ilusión por ir a aquel parque. Con Hikaru. Intentaría que se lo pasaran bien y pudieran tener algún momento romántico, porque definitivamente... Definitivamente eso sería lo mejor. Porque eso es lo que hacen los buenos amigos, ¿no? Claro, amigos.

    Pocos minutos después llamó a Shindou avisándole. Con la típica pregunta de "¿Te apetece ir al parque de atracciones este sábado?" Y por supuesto aceptó. Igualmente no tenían mucho que hacer, por suerte.

    - ¡Joder que frío! -Dijo Ranmaru tras dar un pequeño estornudo.

    Siempre había soportado bien el frío, pero ahora mismo no sabía que le ocurría. ¿Estar sumido en tus pensamientos te hace más vulnerable al frío? Eso suena estúpido. Aunque su mano debía estar muy fría, al estar agarrando la bolsa no podía metérsela en el bolsillo y calentarla. Debería aguantar, a demás ya estaba cerca.

    Miró al cielo.
    ¿Cuando fue el momento en que empezó a sentir esto? ¿Realmente era frío? ¿O solo era un dolor? Sí, decir todo aquello era una excusa, ¿no?

    "¿Cuánto tiempo vas a seguir mintiendote a ti mismo, Ranmaru?"

    "¿Cuánto tiempo más vas a negar esto?"



    Maldita sea, todo tenía que venirle a la cabeza esa noche. Justamente ese día. ¡Era innecesario pensar eso! Él ya no sentía nada de nada, ni ahora ni nunca. No...

    Y miró al frente. Había llegado.

    Y su madre no estaba sola.

    - ¡Sueltame te estoy diciendo! -Gritó la mujer de hebras rosas, la que estaba dentro de casa justo en la puerta principal. Delante de ella había un hombre alto, agarrándole el brazo.

    - Como no me dejes entrar juro que voy a golpearte. -Habló ese sujeto apretando el agarre.

    Kirino abrió los ojos, haciendo sus pupilas pequeñas. La sorpresa hizo que fuera soltando poco a poco la bolsa de su mano. ¿Que estaba ocurriendo? ¿Por qué hoy? ¿Por qué estaba ahí? ¿Que trataba de hacer?

    Un golpe se escuchó en ese instante.


    Temblando mordió su labio, frunciendo su ceño poco a poco con gran furia. Hasta tal punto que dejó caer la bolsa y se tiró corriendo al hombre. Lo jaló hacia atrás y se puso delante de su madre.

    - ¡¡NI SE TE OCURRA TOCAR NUNCA MÁS A MI MADRE!! -Gritó con todo lo que tenía, apretando sus dientes.- ¡¡MONSTRUO!! ¡No tienes ningún puto derecho de pisar esta casa! -Extendió sus brazos dejando a su madre atrás, como si no quisiera que el contrario se acercara más. Estaba totalmente alerta.

    - Niñato de mierda. ¿Quien te crees tú para hablarme así? -Dijo mirándolo con desprecio.

    - Ya sabes quien soy, papá. -Sonrió enfadado, apretando con mucha fuerza sus puños. El otro se limitó a hacer una mueca y escupir al suelo.

    - Apartate, esto no es asunto tuyo.

    Con eso dio un empujón a Kirino y agarró a la mujer estampándola contra la pared. Le gritó un insulto de miles más que quería gritarle, pero, sorpresa. Ranmaru no lo permitió más, se tiró literalmente encima del hombre dándole primero un puñetazo al lado de la mandíbula. Lo sacó fuera de la casa y empezaron a gritarse.
    Y aunque Kirino tuviera 16 y el otro casi 40, eso no impidió que se dieran un que otro golpe.

    Habían dos cosas totalmente sagradas para el defensa; sus amigos y... Su madre. Su única familia.


    La policía en seguida llegó, una vecina había estado escuchando los gritos de la madre momentos antes que nuestro defensa se hiciera presente. Pararon la pelea como pudieron, dos policías agarrando a Kirino. Su fuerza podía ser aterradora si estaba enfadado de tal manera.

    °•°•°•°•°•°•°•°



    Eran ya las 12 de la noche, y nuestro protagonista seguía hablando con los policías junto a su madre y el otro. El rostro le ardía, sabía perfectamente que su labio sangraba, tenía una herida en la mejilla y al otro lado de la cara, su ojo debía estar morado. Por no hablar de sus nudillos, los tenía rojos y con alguna herida también. Al menos no era el único mal parado, su "padre" estaba casi igual.
    Miraba al suelo haciendo caso omiso a las palabras de los supuestos policías, ellos lo conocían bastante bien. Había estado varias veces ahí.

    - El chico se quedará esta noche aquí. -Declaró el que parecía estar al mando del caso.

    - ¿¡Eh?! ¿Pero por qué? -Era la madre de Kirino, no se creía lo que estaba diciendo.- ¡Él no ha hecho nada, sólo quería defenderme!

    - Señora, ¿me está diciendo que este buen hombre, -señaló al "padre"- la trató de golpear? Permiteme decirle que no sería la primera vez que una madre intenta cubrir a su hijo.

    - ¡¡Per...

    - Dame eso. -Dijo al ayudante, quien le entregó lo que parecía un expediente.- Kirino Ranmaru. Fue el causante de un altercado a sus diez años, atacando a tres niños de los cuales uno tuvo que ir al hospital. Ha hecho varias veces pellas, es decir, se ha saltado varios días de clase y alguna vez ha sido atrapado por nosotros, la policía. También estuvo involucrado en varias peleas de calle y una en el instituto Raimon. -Cerró el expediente y miró con muy mala cara a los dos de apellido Kirino.- Es un niñato maleducado que le encanta pelear. Con todo esto podemos dar por seguro que atacó al pobre hombre solamente porque le tiene rencor por haber dejado aquella casa años atrás.

    - ¿¡Qué mierda está diciendo?! -El chico de hebras rosas no lo aguantó más. Era cierto todo lo que dijo, pero todas aquellas peleas fueron para proteger a alguien indefenso.- ¡Este hijo de puta ha pegado a mi madre! ¿¡CÓMO PUEDE LLAMARLE POBRE HOMBRE?! ¡¡NOS DESTROZÓ LA VIDA!! ¡Se... Se llevó todo! -Por el enfado hasta se había levantado.- Ese hombre me ha golpeado a mi, su hijo de 16 años y a su ex-mujer. ¿Me va a decir que es inocente?

    - Ran, sientate... -Ordenó su madre, evitando mirar al cuerpo de policías.

    - Señora, debe entender que su hijo ya tiene más de 14 años. Puede tener antecedentes perfectamente y su expediente no le ayuda en nada. Esta noche la pasará aquí.

    - Pero tiene que ir a clase por la mañana. -Habló tratando de persuadir al policía. Tal vez conseguiría que no se quedara ahí con eso.

    - Ya se ha saltado muchas clases, otra más no le importará, ¿verdad? -Sonrió de lado mirando a Ranmaru.- Al fin y al cabo acabará siendo un criminal. No podemos esperar más del hijo de una puta, ¿no creen? -Tras ese comentario empezó a reír como un desquiciado junto a sus amiguitos policías. Y aquello fue la gota que colmó el vaso, la gota que colmó la calma de nuestro protagonista. Esos hombres no podían ser llamados policías, ¿como alguien en ese puesto podía decir semejantes cosas? ¿Que pasaba con la ciudad? Él no había hecho nada más que proteger a su madre, y aún teniendo un testigo, decían que el culpable era él. ¿Que pasaba con el historial de su padre? ¿¡A caso no había?! Y ahora insultaba a su madre. Oh no, eso ya era imperdonable.

    Como aún estaba levantado decidió acercarse al policía, (si se le podía llamar así), y le agarró por el cuello del uniforme dificultándole que respirara. Lo miró con rabia en los ojos, como si fuera a matarlo.

    Y ahí quedó inconsciente. Uno de los compañeros le golpeó la cabeza con una porra.



    Continuará...
  9. .
    Well well well.
    ¡Volví senpai!
    Asdhgjslvl Y que decir. Ya sabes como me gustó todo x'D Igualmente, por el principio.

    Ah y sí, mejor no prometas nada que el sufrimiento al ver que algo les sucede a mis favoritos será x99999(?)


    Empecemos con que Kurama dice que es mejor no decir nada. Bien dicho :< Vosotros seguid con vuestro plan. Tengo plena confianza en ellos (Aunque uno está en peligro por el final del cap, maldita sea xD)
    El reencuentro de los tres demonios me fue muy divertido, pobre de Kariya que ya pensaba lo peor :c Asdfgjdkfll

    Oye, oye, ¿que le haces al pobre Tenma, Shuu? Al menos me alegra que este progresando, pero me dio mucha pena. No se merece tanto sufrimiento... Agh, que termine ya el entrenamiento y vaya con sus amigos. ¡Igual Fey! Coge a tu nueva mascota y a la guerra prro.(?
    Ah sí, yo sé que Kinako es su madre, como en el anime. (Ahora es cuando no es así y sigo con mi plan de matarme c: )

    Con respecto a la pelea ya sabes que pienso uvu Así que, la respuesta a la pregunta:


    ¿Qué debía hacer Minaho? ¿Quién valía más? ¿El amor de su vida o su amo?



    a)Ayudar a Manabe
    b)Ayudar a Kirino.
    c)Ordenar retirada




    d) Que Hikaru se vuelva malo y mate a todos. Lo mejor, 10/10.
    ¡VALE NO ME MATES XD! Sabes que bromeo con eso >-<

    La a), aunque Manabe es fuerte, ya lo hablamos tu y yo y la pista que me diste me lo dejó 100% confirmado.

    Ahora es cuando es la respuesta mala
    Bye.


    Te quiero<3
    ¡Nos vemos!
  10. .
    Holi, aquí vengo con el capítulo 12<3 Espero que les guste. Pero antes los comentarios~

    Mariiana Agropecuaria(?): No te preocupes por el Kirino Yandere, ya puedes quedartelo. Ya tengo otras ideas >:3 (las que dijimos xD) Bueno realmente me vinieron unas ideas que... Vais a sufrir.
    Es cierto te trolleé, pero te hice un favor en este capítulo, y parte de tus dudas sobre Kirino y Shindou serán resueltas hoy. O tal vez no y tienes más, quien sabe.
    Me encanta tu desesperación, no sabes cuanto<3 Hoy al fin vas a poder saber que pasaba con tu tan querido Hikaru. No lo odies, él es un amor :c
    Sé que serás la primera en leerlo, esperaré tu comentario.
    ¡Ah y espera tu el mio! Hoy te comentare tu genial fic :3
    PD: El de Mundo a Color realmente me gustaba uvu No deberías decir esas cosas.

    Dizay28: Ahakakf hola! Me alegro que te gustara tanto, y lamento la tardanza >-<. No puedo responder a tu pregunta, pero aquí vas a saber la verdad. Disfruta el capítulo :3

    Fatima Aviles: Kirino sufre por su amor platónico(?) Jaja xD Pero todo sufrimiento cobra recompensa, no te preocupes :3 ¡Saludos!

    ------------------------------------------



    Capítulo 12.- Sacrificio, dolor y esperanza.




    Tras el llamado de Masaki, Hikaru volteó la mirada viendo de quien se trataba. Sus ojos estaban rojos, rojos de tanto llorar. Se le cayó el alma al suelo en cuanto lo vio así, ladeando un momento la cabeza y haciendo una leve mueca, pues a Kariya realmente le dolía verlo de esa manera. Se acercó al peli morado sentándose a su lado. Los dos decidieron no dar contacto visual, se limitaron a ver al cielo o al campo del frente. Aquello se sucumbió en un gran silencio, pero no incómodo. Solo ninguno se atrevía a hablar primero.
    ¿Que hora debía ser ya? De seguro Midorikawa se enfadaría si llegaba tan tarde. Bajó los ojos al pensar aquello, para Kariya estar ahí para el peli morado era más importante que nada. Saber que este estaba mal, lo ponía nervioso, de verdad muy nervioso. Jugaba con sus dedos mientras miraba las estrellas, esperaría a que Kageyama hablara primero.

    - Siento haberte llamado. -Dijo entre sollozos Hikaru, escondiendo nuevamente su rostro en sus rodillas.- Se que a e-estas alturas no tengo el derecho, pe-pero... -El más bajo no aguantó más el llanto desconsolado.

    Kariya en seguida lo abrazó protectoramente, con fuerzas y haciendo que llorara en su hombro. Posando una de sus manos en el cabello de este para acariciarlo. Lo único que buscaba con esos actos era tranquilizarlo, sabía que cuando el delantero estaba así un fuerte abrazo y pequeñas caricias lo ayudaban.

    - Tranquilo, Hikaru. Estoy aquí, lo sabes. -Dijo el peli cyan susurrándolo. Cerró los ojos para decir lo siguiente, sabía que sentiría una punzada en el corazón.- Quedamos como mejores amigos, ¿recuerdas? Voy a estar aquí para ti siempre, así que no te disculpes. -Después de decir aquello Kageyama cesó un poco su llanto, a lo que aprovechó Kariya para limpiarle las lágrimas de uno de esos ojos que tanto le enamoraban.- ¿Que pasó?

    - Otra vez mis padres... -Mustio Hikaru, volteando la mirada.

    Kariya era muy consciente de los problemas que tenia Hikaru en casa. No era cosa nueva, ni mucho menos. El padre de Hikaru era un borracho con ganas, mientras que su madre prácticamente pasaba de la existencia de su hijo. Esos comportamientos provocaban seguidas peleas entre ambos, y aunque él trataba de ignorarlas siempre acababa perdiendo. A veces llegaban a pegarlo, pero no pasaban de ahí. Lo malo era todo lo que decían y hacían, Hikaru era un simple pre adolescente que amaba a sus padres a pesar de todo, y ver como siempre estaban discutiendo de tal manera le rompía por dentro. Últimamente esas peleas solían ser cada día, y en cualquier momento podría pasar a mayores, por lo que trataba de impedir que siguieran. Era ahí donde acababan, o golpeándolo, o echándolo de casa con unas palabras no muy bonitas. Kariya entendía perfectamente eso, las peleas familiares. Bueno, el peli cyan fue llevado a un orfanato porque sus progenitores no lo querían, así que...

    - Todo estará bien. -Habló el oji miel manteniendo el abrazo. Se acordaba de la primera vez que supo de esto: "Siempre que tengan peleas acude a mí, estaré a tu lado para ayudarte" fueron sus palabras. Y desde ese día, las veces en que tenía problemas le llamaba.

    - Sé que es muy egoísta hacerte esto, Kari--

    - Oye, ¿quien fue quien te dijo que vinieras a mi si te pasaba algo? -Sonrió de lado, interrumpiéndolo.- No te comas la cabeza. Somos mejores amigos, ¿recuerdas?

    Hikaru abrió la boca queriendo reprocharle, pero al ver el rostro de Kariya no pudo, todas las palabras se le fueron al instante. Quería ayudarle, aunque eso le doliera más que a él, Masaki quería ayudarle. No sabía si él podía llegar a ser tan bueno, Kariya era seguramente era la persona con más corazón que conocía. ¡Era un monstruo! ¿Quien aguantaría semejante dolor? Solo un monstruo con el corazón más grande del mundo. Tenerlo como amigo era un privilegio.

    - Gracias... -Susurró el peli morado aferrándose en los brazos del contrario.- De verdad, gracias.

    - Al fin y al cabo esto fue lo que nos unió. Siempre estaré aquí para ayudarte... -Le dedicó otra sonrisa para finalmente despeinarlo. Quien diría que con su simple compañía conseguiría tranquilizarlo bastante. Aunque siguiera llorando, sabía que estaba más tranquilo.

    Ambos permanecieron juntos hasta la madrugada, la primera hora fue puro llanto, pero poco a poco Kariya consiguió desconcentrarlo, hacerle olvidar todo lo ocurrido aquella tarde. Charlando con él hasta sacarle carcajadas, haciendo todo lo posible para animarlo. Y quien diría que aquello también hizo que Masaki olvidara por momentos lo que tanto le atormentaba...

    Aquella faceta del peli cyan solo la conocía Hikaru. Aquella faceta de alguien protector que desea ayudar a los que realmente ama.

    "Y si... ¿Y si tratara de reconquistarlo?"

    ---------------------------------------------------



    Algo pequeño y rasposo surcaba la mejilla del chico, incomodandolo hasta tal punto que lo despertó, poco a poco. Era Ichigo lamiéndole la mejilla. El peli rosa volteó la mirada tras apartar al felino, fijándose que hora ponía en su reloj digital. Las cinco y media. ¡Genial! Ya no podría dormir más. Se conocía, si se despertaba por la mañana, no volvía a dormir. Y justamente ese día no tenían entrenamiento matutino...
    Kirino gruñó por lo bajo, maldiciendose a sí mismo mientras se levantaba. Y se dio cuenta de algo, y es que aún tenía la ropa de ayer. Se había quedado dormido recordando aquello. Bueno, al menos haberse levantado tan temprano le serviría de algo; aprovecharía la mañana. Así que sin más, fue directo a ducharse. No se demoró mucho, solía ser rápido, por lo que en unos 10 minutos ya estaba fuera buscando otro uniforme escolar.

    Una vez ya estaba más que listo bajó al piso de abajo, decidido a ir a desayunar. Fue ahí donde se acordó de algo; no cenó nada, y por si fuera menos, no le hizo la cena a su madre. Asustado y con remordimientos miró alrededor, a ver si encontraba a su madre. Fue al comedor, a veces se quedaba dormida ahí; pero no estaba. Si fuera por él iría a la habitación de ella, pero capaz le degollaba la cabeza. Sí, despertar a la mujer Kirino podía ser peligroso. Suspiró cansado, sacando su celular para dejarle un mensaje a su madre por whats app. Era increíble como su propia madre lo usaba más que él, pero bueno... Al entrar a aquella aplicación volvió a ver mensajes del grupo. Nada nuevo, Tenma y Shinsuke hablando de cualquier cosa, Hamano diciendo tonterías que todos ignoraban, Ryoma contando anécdotas y la gerente Midori echando bronca. Lo normal. Aunque lo único nuevo fue que agregaron a Masaki al chat. Se había ido al siguiente día de irse, y aunque pareciera una tontería, a veces ese chat sí servía de algo, como horarios de partidos y entrenamientos especiales. Así que si pertenecías al club de fútbol del Raimon, debías estar ahí sí o sí.
    Dejó de lado ese grupo y se dio cuenta que tenía un mensaje de su madre:

    "Lo siento cariño, al parecer llegaré más tarde. Por lo que no te preocupes de la cena, ¡ya me compraré cualquier cosa en el camino! Cuidate."

    Tras leerlo alzó los brazos. Gritaría de ilusión si no fuera porque ella dormía. ¡De la que se había librado!

    Sin más agarró su mochila, las llaves, guardó su teléfono y salió de casa. Era muy pronto, ¿que haría? Varias ideas habían pasado por su mente: Dar un paseo matutino, llegar a clase y leer un libro o manga, jugar fútbol en el club aunque no hubiera práctica, pasar por Shindou... Pero nada le convencía del todo. Volvió a mirar la hora; 6:30 am. Aún tenía una maldita hora y media. Miró a los lados y se dio cuenta que ya iba por la rivera del río. Y por alguna razón la imagen de Kariya le vino a la mente. Anoche salió apresurado, ¿estaría bien?

    - Molestar un poco no me vendrá mal.

    Dijo para sí mismo mientras daba vuelta y se dirigía a casa del menor. A mitad del camino se percató del día que hacía, y el frío era importante. Deseó que no lloviera, el entrenamiento al aire libre le gustaba más que el de dentro de las instalaciones. Eso le recordó la vez en que todos debían ir a la Rivera del Río y los primeros en ir fueron Shinsuke y Tenma. Tenma, Tenma... ¿No le había dicho él que pronto sería el aniversario de Kariya? ¡Cierto! No tardó mucho en volver a agarrar el celular y abrir el chat de Tenma. Wow, en una mañana había usado más el whats app que en la semana pasada entera. Le preguntó por lo del cumpleaños, y este, respondiéndole al segundo, le explicó que lo hablarían en el receso. Pero necesitaban que alguien distrajera al defensa... Claramente le tocó a Kirino. Más tarde le contaría Shindou que planearon. Y tras eso llegó a la casa de su kohai. Comparada con la suya, era una de niño rico.

    Sin más, presionó el botón del timbre y al instante fue atendido. ¿Le esperaban o que? Vio a un hombre de cabello verde atado en una coleta. Le miraba con una ceja alzada, probablemente no sabía ni quien era.

    - Hola. -Habló Midorikawa sonriendo.

    - B-Buenos días. -Ah, maldita timidez mañanera.- Buscaba a Kariya, su hijo.

    - ¡Claro! Pasa, pasa, -le cedió el paso y cerró la puerta una vez estuvo dentro- ¿Eres su compañero de equipo, no? -Pues tal vez si lo conocía.

    - Sí, Kirino Ranmaru. Un gusto. -Dijo lo más formal que pudo el de hebras rosas, extendiéndole el brazo para estrecharle la mano.

    - No te tomes tantas formalidades, ¡tranquilo! -Un segundo hombre apareció bajando las escaleras, tenía el cabello de color rojo y poseía unas gafas delgadas.- Supongo que vienes a por Masaki-kun, en unos minutos bajará.

    - G-Gracias... -Pudo decir luego de analizar la situación. Era consciente de que Kariya era adoptado, pero que lo fuera por dos hombres le sorprendió unos segundos. Al fin y al cabo, de las tres veces que había ido a su casa, en ninguna vio a sus padres. Solo sabía que Hiroto era su padre, pero nada de que tenía un hombre y no una mujer. Curioso.

    - ¿Has desayunado algo? -Dijo el peli verde empujando por detrás a Kirino, llevándolo a la cocina.- Puedes comer algo si quieres, tranquilo.

    - Sientate tranquilo, ¡y deja de estar tan tenso! Ni que fuéramos a comerte.

    Por alguna razón, llamenlo estúpido si quieren, ese comentario hizo que Ranmaru por fin dejara de lado su vergüenza. Y con una sonrisa en su rostro, aceptó con gusto desayunar unas tostadas. Estaba hambriento, había salido de casa sin darse cuenta de que no había desayunado.

    - ¡Gracias! -Dijo el oji celeste con una gran sonrisa. Los padres de Kariya eran lo mejor.

    Y no era por decir, no. Empezaron a hablar los tres y se dio cuenta de que eran amables y divertidos. No cualquiera invitaría a desayunar una persona que no conocen y encima tratarla de aquella manera. ¡Parecía un hijo más!

    - Papás, ¿que hay para desa.... ¿¡QUE MIERDA HACE KIRINO AQUÍ?! -El peli cyan apenas había entrado a la cocina cuando advirtió la presencia de su superior. Esto era malo, ¿cuantas cosas vergonzosas le habrían contado de él? Más malo aún, ¿Kirino habría dicho algo malo de él? Pero lo más importante, ¿¡que hacía él aquí?!

    - Cuida ese vocabulario, Masaki. -Dijo Hiroto antes de que Midorikawa empezara a darle un sermón al niño.- Ranmaru-kun vino a buscarte para ir juntos a la escuela.

    - No quiero. -Negó en rotundo cruzandose de brazos y fingiendo seriedad.

    - ¿Quien vino muy tarde sin previo aviso y no fue castigado aún?

    - ¡Superior, que alegría verle! ¿Amaneció bien? -Kariya cambió por completo su actitud.

    No fue mucho tiempo que se demoraron en salir de casa los dos defensas para ir a la escuela. Aunque probablemente llegarían media hora antes, algo harían.

    - ¿Que quiere usted ahora? -Dijo un muy cansado peli cyan. No había pegado ojo.

    - Solo quería acompañarte, nada más. -Decía el mayor fijándose en el rostro de Kariya. Tenía ojeras.- ¿A que hora volviste ayer a tu casa? -Preguntó divertido. Prácticamente había sido amenazado por eso por sus padres para que se comportara.

    - ¿La verdad? -Dijo Masaki mirando el rostro de Kirino. Este asintió.- A las dos de la mañana. -Sonrió después de eso, si lo pensabas era bastante gracioso. El más alto y él rieron.

    - Que suerte tienes de que no te castigaron.

    - Lo sé. Ventajas de tener padres súper buenos. -Presumió cruzando los brazos y sonriendo de lado.

    - Ah, te envidio. Yo llego a esa hora sin avisar y a la mañana siguiente estoy muerto. -Ranmaru hizo una señal con su dedo pulgar alrededor de su cuello, como si se lo cortara. Aquello hizo hacer volver a reír a ambos chicos.

    - No queremos eso, ¿que haríamos sin la princesa del equipo? ¡Terrible, terrible! -Dijo el oji miel finjiendo preocupación.

    - Esta me las vas a pagar, ¡ven aquí defensa de pacotilla! -Kirino agarró las mejillas del menor, moviéndolas con intención de hacerlo avergonzar.

    Aunque fue por segundos, aquel tacto le encantó. La suavidad de su piel le hipnotizó, a demás que se había perdido en los ojos y el leve sonrojo de este. Pero no duró mucho, Kariya se zafó del agarre y pisó el pie de Kirino, haciendo que volviera a la Tierra. Se mandaron un par de insultos después, medio peleándose mientras llegaban a la entrada del Raimon.

    - Oye -llamó la atención Kirino-, ¿que pasaba con Hikaru ayer? Saliste muy precipitado.

    - ¿Como sabes que era...? -No terminó la pregunta, alzando los hombros tras eso para responderle.- Tuvo problemas y fui a ayudarlo, nada más.

    - Pensé que algo más había ocurrido, a la próxima no salgas tan precipitado. Podrían atropellarte, recuerda. -Vio necesario darle un pequeño sermón. Quisiera o no, era peligroso hacer algo así, y lo último que quería era que le pasara algo.

    - Sí, sí... -Ignoró un poco Masaki, poniendo sus manos detrás de la cabeza totalmente despreocupado.- ¿Entramos?

    - Las damas primero. -Decía el peli rosa haciendo una reverencia, dejándole el paso al oji miel.

    - Oye, oye, ¿eso no debería decirlo yo? -Un ligero tic en su ojo izquierdo se hizo presente.

    * * *



    Se podría decir que las primeras horas fueron realmente rápidas para ambos protagonista. Tal vez porque eran materias fáciles o tal vez porque era uno de esos días que se te pasan un abrir y cerrar de ojos. En cualquier caso, sin darse cuenta, el timbre marcando el receso sonó. Para su sorpresa, ninguno de sus amigos lo esperó, ¿que tanta prisa tenían? ¿O acaso huían de él? No pensaba así realmente, bueno, ya los vería en unos minutos. Igualmente tenía pensado ir a comprar algo en la cafetería. Se demoró unos dos minutos en recoger todo y revisar si tenía el dinero, tiempo suficiente para que Kirino saliera de su salón y llegara al que estaba él.

    - ¿Vas a comprar algo? -Dijo el peli rosa asomándose por el marco de la puerta. Podía adivinarlo por el monedero que traía el menor en su mano.- Te acompaño, yo también iré a por un bocadillo. -Le hizo una seña para que saliera. Lo increíble de todo eso fue que Kariya aceptó sin más, yendo al lado del oji celeste como si nada. ¿Donde había ido ese odio que le tenía?

    Llegaron a la cafetería en seguida, pero claramente estaba lleno. Pero no lleno en plan dos minutos y ya consigues la comida, no, no... Ni siquiera podías entrar ahí. Bueno, si te escabullías bien y juntabas toda la fuerza que podías tener, algo conseguirías. Suspiraron pesadamente, habían escogido un mal día para comprar; hoy tocaban los bocadillos de bacon. Especialidad del instituto.

    - Bueno enano, ves tu. -Dijo Kirino con una sonrisa totalmente amable, como si quisiera ocultarle que adentrarse ahí era el infierno.

    - ¿Qué? No, ni de coña. -Como era de esperarse se negó en rotundo, pero el peli rosa no iba a esperar a una respuesta, ya que aquello había sido una orden. Sin más, lo empujó dentro de la multitud.- Q-Que haces, ¡ayu--

    - ¡Confío en ti! -Decía el oji celeste con su dedo pulgar alzado y guiñando un ojo. -

    Y así, 5 minutos más tarde, o tal vez más, salió un Kariya despeinado y algo golpeado a la par que sucio. Tenía en su mano dos bocadillos y su mirada daba miedo. Mucho miedo.

    - ¡Saliste vivo! Por un momento pensé que te iban a aplastar, ya sabes, para ti deben ser unos gigantes.

    - Me debes 200 yenes, ahora cállate y vamos con los demás. -Dijo tirándole el bocadillo en la cara como venganza, empezando a caminar.- Maldito afeminado -Susurró para si mismo mientras Kirino al fin caminaba a su lado.- Oye, ¿sabes donde están hoy todos?

    - Esto... -Hizo como si lo pensara, posando su mano derecha en la barbilla.- Ni idea, vayamos a comprobar en la azotea. -Ranmaru ya sabía donde estaban todos sentados almorzando, pero hasta que no recibiera un mensaje de Shindou no podría llevar a Masaki ahí.- ¿A ti no te dijeron donde?

    - Hmmm no. Salieron sin esperarme. -Le dio un mordisco a su comida.

    - Pensé que tu lo sabrías.

    No hablaron más, decidieron que fuera así. Kariya miraba a los alrededores por si veía a Tenma y los demás mientras comía el bocadillo. Kirino, por su parte, jugaba con la comida. Dándole vueltas y demás, se lo comería una vez sentado o por lo menos, quieto. Comer cuando caminas se le hace incómodo. Llegaron rápidamente a la azotea, viendo como no había nadie. Mala suerte para el peli cyan.

    - Vamos a ver si los vemos desde aquí. -Aportó la idea el oji celeste, acercándose a las barandas.

    - Sí. -Asintió siguiéndole. Este empezó a mirar a ver si los veía, y Kirino prácticamente no hacía nada. Pensaba el porque de que Kariya estuviera tan "sumiso" hoy.

    - Por cier...

    - Oye superior, -habló el menor sin saber que lo había interrumpido, mirándolo de lado. Pues él estaba mirando hacia fuera mientras que Kirino miraba hacia dentro.- ¿usted salió con Shindou, no es así?

    - ¿C-Como lo sabes? -Dijo Kirino algo sobre exaltado, no se esperaba para nada aquello, por no decir que eso era un secreto que solo Shindou y él sabían.

    - Los vi un día por el parque agarrados de la mano. -Decía Kariya mientras miraba hacia abajo, no encontraba a los demás, así que se volteó imitando la pose de Kirino: apoyado en la barandilla.

    - Bueno... -Desvió la mirada. Ese tema era algo incomodo y no quería dar detalles.- ¿Por que la pregunta?

    - Hmm, estuve pensándolo en todo el día de hoy. Ustedes son muy amigos, mejores amigos, ¿por que lo dejaron? -Dijo posando su mirada en el peli rosa. Se notaba que estaba tenso, pero de un suspiro largo se le fue.

    - ¿Por que te dejó a ti Hikaru? -Ya sabía la respuesta.- Aunque sea tu mejor amigo, si no sientes que lo amas de verdad no puedes salir con él, a la larga le harías más daño. ¿No crees? -Se rascó la nuca tras decir eso, aún desviando la mirada.

    - Pero, ¿y si tratara de reconquistarte? -Aquellas palabras podían dar un malentendido, y Kirino lo malentendió. Sorprendido y confuso miró al menor.- ¡Q-Quiero decir! No sé quien dejó a quien, pero si hubiera sido usted, ¿como reaccionaría si Shindou tratara de reconquistarle. -Prácticamente al defensa número 3 se le fue toda la ilusión. Riéndose de sí mismo por dentro.

    - Supongo que por intentarlo... Pasará lo que pase. Puede funcionar o no, en el corazón de los demás no mandas, ¿sabes? -Dijo todo lo relajado que podía estar en aquel momento, sabía a lo que Kariya se estaba refiriendo.

    - ¿Crees que podría conseguirlo? -Sus ojos mostraban clara esperanza. Y por mucho que Kirino lo quisiera, no podía mentirle para su propio beneficio, eso sería muy egoísta. No se lo perdonaría.

    - Claro, por probar que no quede. -Decía con una pequeña sonrisa al final. Alzó su mano y la posó en la cabeza del menor.- Entonces que dices, ¿seguro que quieres reconquistar a Hikaru?

    - Sí, como tu dices... Supongo que quien no lo intenta no gana. -En seguida quitó la mano de su superior.

    - Dime algo, Kariya... -Susurró Ranmaru lo bastante audible para que el mencionado le escuchara, dejándose caer hasta estar sentado en el suelo. No quería mirar al menor.- ¿Tanto amas a Hikaru?

    - Con todo mi corazón.

    El chico de hebras rosas asintió, mirando hacia el cielo. Era un estúpido, realmente él mismo era un completo estúpido. Es decir, ¿por que le ardía la garganta? ¿Por que le dolía el corazón? La respuesta era tan clara, pero quería hacerse el ciego.

    "Idiota, Ranmaru eres un idiota."

    Una mano en su hombro lo sacó de sus pensamientos, era Kariya diciéndole que le habían enviado un mensaje. Era Shindou, ya estaban.

    - Vamos, están en la parte trasera del instituto. -Dijo Kirino levantándose, yendo hacia donde los demás.

    Continuará...
  11. .
    ME PIDO AL DE PELO AZUL ASFAJFKSK Esta nueva serie de seguro será genial :3
  12. .
    Creeme que dos o tres días después estaba pensando en mi decisión y pensé:

    Acabo de mandar a Kariya directo a la muerte.

    ¡De verdad! ¿Como se me ocurre que quiera patear a Matatagi y salir corriendo cuando este es más fuerte? La respuesta estaba a simple vista y yo quise ponerme en modo investigativo(? Pero no me arrepiento, no iba a cambiarlo :c Era mi decisión y ya ni modo.
    PD: igual me encanta el drama y la tragedia, no sabes cuanto <3 Pero cuando son personajes taaaan así me duele en el alma :c

    También me gusta mucho el Smash Bros, tengo el de 3ds y el de Wii asdfhlñk Y sobre el Majora's Mask, cuando digo Zelda Ocarina Of Time también digo Majora's Mask xD Es por el hecho de que se supone que el Majora's es la "continuación". Algo raro, pero así era y pues, ¡viva!

    Solo un cosa, viva los rpg <3

    ¿Donde están tus dibujos? Yo quiero verlos 7u7

    Buano, pasemos al capítulo. -Releyendo porque no se acuerda de casi nada- Yo y mi querido alzheimer.

    ASFGKDHAKD Kariya se salvó, lloro de alegría(?) Se me hizo raro que Matatagi lo tratara con tanta confianza, pero me hizo ver que es un poco amable con los "suyos". Lo que me hace replantearme si Matatagi está siendo usado, pero no, igual ha demostrado ser bastante malo xD sólo es una opción.
    Pasemos a otra cosa

    -¿Entonces cómo se supone que llegamos aquí? -

    -Magia. -

    -Ah. -


    La Magia es la solución a todo. Exacto, no necesitas saber más. Me mató esa parte xD
    En cualquier caso, el entrenamiento de Tenma es tan duro que me hace sufrir por dentro, pero es necesario que lo pase así. Igualmente, ¡ese ataque! No me esperaba que lo hiciera, en cualquier caso creo que Tenma está mejorando. Pronto terminará su entrenamiento y será un chico nuevo, lo mejor de lo mejor. Desde aquí le doy mis ánimos(? Ah, eso sí, lo que hicieron los dioses a la raza de Shuu... Bueno, digamos que me pareció fatal. Eran pacíficos, no hacía falta eso.

    Pero la parte favorita de este capitulo, para mí, fue la de Fey. En serio, no se volvió loco, estará bien, tiene una nueva mascota, conoció a Kinako, cuidan de él... Todo muy bonito, perfecto. Pero el grito de Fey me enamoró <3 Tengo una duda, ¿Fey se quedará ahí a pensar y tal vez, entrenar un poco a Evan y a él o se irá? Sinceramente sería buena idea que se quedara a ese lobo. Pero no sé, es tu fic.
    En cualquier caso, creo que todo empezará pronto, y con eso de que debemos tomar decisiones, ejem, mi miedo incrementa. ¡Pero aquí estaré siempre! Para stalkearte como tu a mi y amenazarte... Digo, quererte <3

    En fin, luego de leer la última parte, (pobre Hikaru, que suerte que no le paso nada grave) me puse a pensar en las preguntas.

    ¿Qué debían hacer ahora?

    a)Buscar a Tenma y decirle lo que sabían.
    b)Planear como buscar a Tsurugi durante la guardia de esa noche.
    c)No hacer nada.


    Creo que la A estaría mal, interrumpirían no solo el entrenamiento de Tenma, sino su salud mental por así decirlo. Es decir, lo desconcentrarían. Y es más, no se si sean capaces de llegar a donde él xD
    Y bueno, hacer nada, nada, aburrido maybe(?) así que me decanto por la B. Espero que a nadie le pase nada, es peligroso pero son lo suficientemente listos para mantener las distancias y observar.

    ¡Esperaré con ansias tu actualización! Me encanta tu fic, insisto :c

    ¡Nos vemos!
  13. .
    Voy con una semana de retraso, ¡no me maten! Justo cuando creo que no tengo nada que hacer y quiero ponerme a escribir me sale cualquier cosa, y no miento xD. Encima ahora se vienen la fiestas de mi pueblo y construyen un mini parque de atracciones, so my friends want to go there with me. -Ahora me creo bilingüe, matenme.- De consuelo os traigo un capítulo más largo y pronto la continuación. Trataré de tardarme menos de una semana, ya que se que queréis saber como sigue <3

    ¡Comentarios time!

    Fatima Aviles: Si es que Kirino es el mejor y no podía quedar mal ante aquel pequeño insulto(? xD A mi me hizo reir mucho, también.

    Mariina Dewey: Contigo tengo que hablar seriamente de tu maldito fic. PERO ESTE NO ES NI EL MOMENTO NI EL LUGAR (Literal), así que te salvas :c Ya luego te comento tu fic :3
    Al menos espero que vengas a espiarme otra vez <3
    ¿Te graduaste? ¡Que genial! Ahora eres libre(?) No pero en serio, me alegra que mi comentario fuese un regalo for you. En cualquier caso, creo que me siento de la misma manera cuando recibo una actualización u comentario tuyo, es en plan: "¡Miren quien me contestó! Soy feliiz~"
    Me gusta la idea, Kirino en modo asesino, sí. Me lo apunto para futuros fics(?
    Respecto a tu gran pregunta, te responderé. Estate atenta, solo lo escribiré una vez, así que sientate bien, acomodate y lee:
    SPOILER (click to view)
    No te lo diré.

    No me mates, es broma :c Lo cierto es que diste en el clavo, Shindou trató de que tuvieran algo. Pero ya verás en que condiciones, porque y demás, lo diré todo en un futuro, además esto es clave para el desenlace del fic. A partir de eso pon tu genial imaginación a trabajar :3 Ah, y ya me leí tu one-shot hace tiempo. Me encantó tanto que no tienes idea <3 (¿Se nota que el Ranmasa es mi OTP?)

    ASFHSFAKF HASTA YO ME REÍ ESCRIBIENDO LO DE KIRINO, ME LOS IMAGINABA PELEANDO Y OH MAY GA'. Pensé que esas burlas quedarían bien siendo como son esos dos.

    >Como cuando encuentras a alguien que le gusta el MasaTen y casi gritas fangirlmente.

    SÍ, SECUESTRAME PORFA, NO SIEMPRE SE ENCUENTRA A ALGUIEN TAN GENIAL COMO TÚ. ENCANTADA TE DOY MI FACEBOOK >:C. Ya hablando en serio, creo que estaríamos igual de salidas mentales xDD


    Buano, aquí tienes el capítulo. Siento haberme tardado tanto, me sabe fatal. Quiero actualizar pero me muevo más que un tren bala, estoy de aquí para allá :c Pero en fin, saco tiempo para escribir un poquito al menos :3
    Esperaré tu comentario con ansias. Ai lob iu tu <3


    Dizay28: Me alegra tanto saber que aún te gusta el fic, en serio. A ver si vuelves a reportarte por estos lares, recibir comentarios me ayuda a escribir.

    Hyouga Sher: ¡Una lectora más! Pues, sintiendo la tardanza, aquí te traigo el capítulo. Disfrutalo :3

    Day Han: ¡Nueva lectora! Antes de nada te doy la bienvenida :3 Muchas gracias por tu comentario, siempre intento escribir bien la historia, plasmar lo que tengo pensado en ella y en las personalidades de cada personaje. Me cuesta bastante y acabo llegando tarde para actualizar -matenme pls- Así que agradezco mucho tu apoyo. Y aún así, pienso que lo hago mal x'D cuando lo veo y lo leo me digo: esto no gustará. Pero en fin, así soy yo(? Be positive. Bueno, te esperan más sorpresas en este capítulo, ¡a ver si una de tus teorías acierta! Disfruta la lectura.


    Antes de que leáis, quiero que sepáis que tenéis una sorpresita en esta actualización <3



    ---------------------------------------------------



    Capítulo 10.- Un secreto.



    Tres chicos caminaban animada mente hacia la salida del instituto, ya era fin de clases y aquel día no tenían práctica de fútbol. Hablaban entre ellos, riendo y bromeando mientras todos los demás salían cansados, fatigados, animados e incluso tristes.
    El chico con los ojos de color miel llevó su mano a un lado de su mochila mientras sonreía animadamente, dándose cuenta de que le faltaba algo. Abrió los ojos y echó un vistazo por si acaso, y al ver que realmente no lo tenía paró su paso lento con ellos.

    - Chicos, debo volver al salón. Sigan sin mi. -Dijo Kariya rascándose la cabeza.

    - Serás despistado... -habló Tenma suspirando.- Okey, nos vemos.

    - Kariya, -mencionó esta vez el peli morado luego de unos segundos- si quieres puedo acompañarte e irnos juntos lue...

    - Ah, no, no. No te preocupes, estaré bien solo. -Miró a un lado rascándose la mejilla para seguido voltearse.- Hasta mañana Hik.. Kageyama-san.

    El peli cyan alzó su mano derecha en forma de despida, yendo corriendo hacía su clase. Este no sabía que era observado por Hikaru y Tenma, aunque este último estaba a varios metros detrás del primero. El oji bicolor no pudo evitar mostrarse preocupado:

    - "Kageyama-san", ¿eh? -Dijo en un pensamiento, dando un giro hasta ver la cara del castaño.- ¿Vamos Tenma-kun?

    - Sí, claro.


    Siguiendo con nuestro protagonista, este se encontraba ahora caminando, correr no le serviría de nada, ya no llegaría a tiempo a su propósito, sería tarde. Dio un leve bufido entrando lo que era su salón, donde claramente no había ni un alma. Bueno, ¿quien seguiría ahí un Viernes? Se dirigió a su mesa y como ya sabía, al lado estaba una bolsa blanca con algo dentro. Lo agarró y salió de ahí para irse a su casa. Su plan no era aquél, pero no tenía remedio... Ya lo haría el Lunes cuando lo viera. Siguió su paso hundido en sus pensamientos, ¿se lo daría o no? Al fin y al cabo ellos no...

    - Me alegro que pudieramos parar a Kou.

    Kariya esuchó la voz de quien parecía ser Shindou en el salón más próximo de donde estaba caminando. Decidió acercarse lentamente y apoyarse a la pared de la puerta por fuera, escuchando aquella conversación.

    - Sí, yo también. Si no hubiéramos sido capaces de verlo a saber que habría pasado. -Esta voz era de Kirino.

    - ¿Quien no se daría cuenta de que haría? Conociéndolo... No tiene remedio. -Se pudo escuchar un tono de molestia, como si le pareciera extraño esa persona de la que hablaban.- Hace años igual, él fue quien...

    - Shindou, -Interrumpió el peli rosa.- sabes que no me gusta hablar de eso. A ti tampoco.

    - ... -Un ruido de alguien abrir la boca para tratar de hablar y luego cerrarse se escuchó.- Lo siento. ¿Vamos? Terminamos de limpiar, ¿te apetece ir a mi casa?

    - No, hoy no. -Se disculpó Ranmaru juntando ambas palmas de sus manos como si rezara. Kariys sabía eso porque al juntarlas el típico ruido le fue audible.- Mi madre viene pronto y quisiera ayudarla en casa.

    - Tu siempre tan responsable. -Suspiró el del cabello castaño grisáceo.- No hay problema, nos vemos mañana. Yo me iré ya, adiós. -Rió por lo bajo y empezó a dirigirse hacia fuera.

    Al escuchar los pasos Masaki se puso pálido, lo vería. No tuvo tiempo de reaccionar a tiempo y Takuto ya se encontraba en el marco de la puerta, viendo al menor. Este no pudo evitar sonreír y saludarle con la mano, como si le dijera adiós. El oji miel perplejo también alzó la mano y le saludó. Pensaba que diría algo de que él estaba a...

    - ¡Adiós Kariya! -Medio gritó el centrocampista casi al final del pasilla. Eso produjo que una vena sobresaliera en la frente del menor.

    Kirino estaba justamente detrás de la puerta en ese instante, y al escuchar a Shindou siguió caminando como si nada, mirando a Kariya.

    - Hey, antes te había visto con Tenma y Hikaru, ¿no te ibas?

    - ¿Eh? No, es que... -Al apretar los puños se acordó de la bolsa. La vio y la llevó hacia delante mostrándosela al de hebras rosas.- Sí, ¡toma!

    - ¿Que? -Una ligera gota de sudor apareció en la frente de Kirino. Miró a Kariya, luego la bolsa y otra vez a Kariya. Ahí pudo observar un ligero sonrojo.

    - ¡Que lo tomes! -Para Kariya ya era molesto hablar con Kirino para ahora tener que darle aquello, así que claramente le daba vergüenza.

    - ¿Que es? -Preguntó el mayor agarronda la bolsa y abriéndola. Habían dos cosas: dulces para gatos y un pequeño ratón de juguete, el típico para gatos. Al verlo no pudo evitar sonreír levemente. ¿A caso Kariya Masaki le había regalado algo para su gato?

    - ¡No lo mires así! -Volteó su rostro en seguida- El otro día lo vi al pasar por una tienda y pensé en el gato y lo compré y decidí dartelo y...

    - Ya, ya. Gracias. -Dijo Kirino volteándose y yéndose como si nada hubiera pasado. Ante eso el menor se quedó de piedra, por alguna razón quería acompañarlo y dárselo él al animal, jugar y hablar. Pero el más alto pareció que no le importaba, lo tomó y nada más. No era así, Kirino volteó su cabeza mirando de reojo a Masaki.- Venga, vamos. ¿Quieres verlo no es así? -Le hizo una seña de que le siguiera y este aceptó al cabo de unos segundos. Supongo que al final si estaba a tiempo de dárselo.

    - Sí.

    - Veo que ahora sí llevas la bufanda. -Tras unos minutos de silencio Kirino indicó y dijo aquello señalando la prenda.- Te queda bien. -Le dedicó una pequeña sonrisa para luego seguir mirando al frente.

    - La verdad es que me va grande. -Admitió el peli cyan entrecerrando un ojo.- Pero el color me gusta.

    - ¿Alguien te vio eso? -Preguntó el pelirosa en un tono algo preocupado.

    - Tenma. Pero no me preguntó mucho. -Decía mirando al frente. Algunos copos de nieve seguían cayendo aún en la tarde, quien diría que en ese día haría tanto frío.

    Kirino optó por no decir nada más, sentía que molestaba al menor -aunque no era así-. Siguieron caminando tranquilamente, sucumbiendo a un silencio que realmente no era nada incómodo, la compañía del otro les bastaba para sentirse a gusto. En un momento dado el oji azul miró la mano del contrario, veía como se movía adelante y atrás mientras seguía caminando.

    Quería tomarla.

    Estiró su brazo unos centímetros concentrado en aquella mano que para él era muy bonita. Sin embargo cuando se dio cuenta de que es lo que estaba apunto de hacer dejó el brazo en su sitio.

    "¿Que estás haciendo Ranmaru? Se supone que tu ya no..." Pensó mirando al lado contrario de donde estaba Kariya, apretando su puño con fuerza. Decidió mirar solamente al frente por si un caso hasta que llegaran a su casa, pero lamentablemente sus ojos se desviaban de vez en cuando.

    - Llegamos. -Dijo el mayor con una sonrisa yendo hacia la puerta.

    Kariya se sorprendió mucho. A su vista Kirino debía ser un niño rico o como mínimo, con un dinero típico de clase media-alta. Pero no era así, aquella casa vieja decía absolutamente todo lo contrario. Titubeó sobre si decir algo o no, pero estaba confuso.

    - ¿Seguro que no te has perdido? -Se atrevió a preguntar.

    - ¿Eh? No, esta es mi casa. -Dijo el peli rosa indiferente.

    - ... ¡¡TU NO ERES KIRINO-SENPAI!! ¿QUIEN ES USTED? -Cuestionó a gritos el menor, señalando con discriminación al más alto.- ¿Me han secuestrado? ¡No, no, no!

    La cara de Ranmaru era totalmente indescifrable. ¿Sorpresa? ¿Enfado? No lo sabía ni él mismo. En un intento de tranquilizarse y tomarse aquello en broma sonrió, pero le salió mal. Daba miedo, mucho miedo. Se acercó a Masaki y le agarró de la muñeca, arrastrándolo hacia la puerta.

    - Sí, ¡te secuestro!,-Bromeó cargándolo como un saco de patatas, ya que no paraba de rechistar, dar patadas y golpes.

    - ¡Waaa! ¡AYUDA! ¡¡UN NIÑO VA SER VIO--

    El oji celeste le tapó la boca con su mano, haciendo que se callase. Podría llamar la atención de los vecinos y eso sería malo. Abrió la puerta y entró dejando a Kariya al suelo, ahora más calmado. Miró a ambos lados.

    - Hola ma...

    En ese instante su teléfono móvil sonó. Lo miró con curiosidad y lo sacó para ver quien le llamaba: "Mama". Frunció el ceño con desilusión y atendió la llamada debajo de la atenta mirada de Kariya.

    - Si, acabo de llegar.-Dijo yendo hacia la cocina. El oji miel le seguía por detrás. Kirino echó un vistazo a una nota y la leyó.- Acabo de leerla.

    El más bajo cogió la nota cuando Ranmaru se dirigió nuevamente al salón, leyendo que ponía:

    "Haré horas extras, lo siento cariño. Acuerdate de hacerte la cena. Nos vemos esta noche."

    ¿Su madre siempre sería así? Dejó el trozo de papel donde estaba y se dirigió donde su superior.

    - Ya me acuerdo, tranquila. Sí, sí... Adiós. -Parecía que iba a colgar, pero su madre le dijo algo más.- ¿Eh? Claro, ya lo tenía en cuenta. Hasta luego.

    Dejó su teléfono encima de la mesa y miró con desden el salón. No debería desanimarse así, él mismo sabía que su madre trabajaba duro. Tenía que ser fuerte.

    - Eh... Kirino-senpai, ¿donde está el gato? -Dijo el oji miel apareciendo detrás de este. No quería meterse en sus asuntos, así que desviaría el tema.

    - Ah, claro. -Suspiró el mayor tranquilizandose un poco y empezando a caminar hacia las escaleras, haciéndole una señal a Kariya de que le siguiera.- Está en mi habitación. Arriba...

    Con tan solo subir el primer escalón se acordó: su habitación estaba echa un TOTAL desastre. Sudó frío y se quedó totalmente quieto como una piedra, hasta estaba pálido. No iba a permitir que Masaki viera su habitación así, no. ¡Sólo se burlaría! Volteó lentamente la cabeza viendo al menor, el cual le miraba confuso.

    - ¿Senpai? ¿Que pasa?

    - Quedate aquí, NO SUBAS. -Recalcó la última frase en un intento fallido de decirlo seriamente e imponiendo.

    Tras eso empezó a correr dejandolo atrás. El peli cyan estaba hecho un lío por aquello, así que prácticamente le costaba cargar aquella escena. Mientras esto le sucedía a Kariya, Kirino abrió, entró y cerró con fuerza la puerta de su habitación, encontrándose con aquel panorama tan penoso. Y así, como si fuera Flash comenzó a recoger y ordenar superficialmente todo lo que podía. Bueno, no sé si a eso se le podía decir ordenar, ya que lo tiraba en una parte donde no se viera... Pero en fin. Cuando ya estaba por terminar escuchó los pasos de alguien subir las escaleras rápidamente. Kariya estaba subiendo. Apretó los dientes y nervioso miró a todos lados.

    - Todo parece estar bie....

    Sus ojos se quedaron quietos en la foto, aquella donde salían ambos. ¿Que diría si la viera? ¡Se reiría de él! Pero, no le daba tiempo. "¡Maldita sea!" En seguida que vio el pomo de la puerta moverse fue directamente a impedirle el paso al menor, haciendo fuerza contra la puerta para que no se abriera.

    - ¿¡P-Pero que haces?! ¡Dejame pasar! -Gritaba el chico fuera de la habitación, empujando con todas sus fuerzas.

    - ¡No! Dame unos segundos, por favor... -Dijo Kirino cerrando un ojo por el empuje, tenía que admitir que aquel enano tenía la fuerza de los mil demonios.

    - ¡Vamos superior! ¡¡Ni que tuvieras revistas porno en la habitacion!!

    - ¿¡Y a ti que te importa eso?! ¡Para!

    Estuvieron chillándose así por varios segundos hasta que, lamentablemente, Kirino se rindió. Cuando Kariya abrió la puerta cansado y enfurecido, solo vio al mayor al lado de lo que parecía su escritorio, sonriendo nervioso. Entrecerró un ojo mientras una pequeña vena le aparecía en la frente, pues al mirar alrededor todo parecía estar bien, ¿¡entonces por que no le dejaba pasar?! Se acercó al peli rosa y le aventó un golpe en la nuca, dejando que se quejara mientras buscaba al gato, resultaba estar en una cama para gatos al costado de la cama. Se encontraba durmiendo a pesar de todo aquel ruido.
    Cuando Ranmaru vio que Masaki se alejaba para ir a ver a Ichigo, se relajó y suspiró. Consiguió esconder la foto en un cajón justo a tiempo. Se sobó la nuca por el golpe anterior, para luego ir donde estaba el más bajo. Al instante en que se acercó este le preguntó algo.

    - ¿Como lo has llamado?

    - Ich... -"Espera, ¿si le digo el nombre se dará cuenta? Es decir, el nombre lo puse por que me recordaba a él y..."

    - ¿Ich...? No te quedes empanado, ¡dimelo! -Decía Kariya, pues el oji celeste se había quedado unos segundos pensando. Kirino tragó saliva y optó por decírselo, con suerte no se daría cuenta.

    - Se llama Ichigo.

    - ¿Ichigo? -Cuestionó confundido el peli cyan, asustando al mayor.- No sabía que te gustara el anime, y mucho menos Bleach. -Sonrió tras decir eso, parecía que aquel nombre le hacía feliz.

    La cara de Ranmaru lo decía todo, alivio total. Aunque ahora debía responderle.

    - Sí, lo vi hace tiempo jaja... -Se rascó la cabeza mientras fingía que era así. La verdad era que sí le gustaba el anime, pero Bleach no le llamaba la atención.

    - A mi siempre me gustó ese nombre, por eso me alegro que se lo hayas puesto. -Hablaba el oji miel acariciando al felino.- Ya sabes, Ichi y Go, Uno y cinco. El quince siempre ha sido mi número favorito.

    - ¿A-Ah si? ¡No me di ni siquiera cuenta! -Miró a un lado para evitar contacto visual, a veces era malo con ocultar cosas o simplemente fingir.- Bueno, ya deberías de darle lo que le has traído, ¿no?

    Tras eso el más bajo se limitó a asentir, luego empezando a entregarle aquellos "regalos" al gato por su parte, jugando con él y hablando con Kirino por un largo tiempo. Por muy raro que pareciera no se lo pasó mal, tampoco tuvo unos momentos o silencios incómodos, así que realmente se lo estaba pasando bien. Para el contrario era lo mismo, tenerlo ahí en su casa divirtiéndose y sonriendo con sinceridad le hacía feliz y realizado, lo había conseguido despistar de todo lo que le sucedía. En un momento Kirino le había pedido al más bajo que le diera una cuerda como juguete para Ichigo en el cajón, cuando este lo abrió vio la foto que anteriormente había tratado de esconder, pero no le dio importancia alguna. Y así fue como siguieron su tarde juntos, jugando, hablando y en silencio.

    Los ojos de Ranmaru se posaron en el rostro del menor, habían pasado de reír a insultarse mutuamente. Y aún con eso, por alguna razón se había perdido en su rostro, ganándose un puñetazo en el hombro, no muy fuerte.

    - ¡Pero hazme caso!

    - Sí, sí, es que como eres tan enano es difícil escucharte.

    - Te golpearía ahora mismo, pero si lo hago me temo que no me lo contarás. -Dijo un molesto Masaki, chasquendo la lengua mientras miraba a otro lado.

    - ¿Contarte el que?

    - Tu historia.


    Pov's Kirino.

    ¿Había oído bien? ¿Mi historia? En un acto reflejo tragué saliva, odiaba hablar de aquello, no porque me ocurriese a mi, sino porque involucraba a mis amigos, no quería recordar lo que sucedió durante varios años. Me estaba mirando seriamente, supongo que... O escuchó mi conversación de esta tarde con Shindou o Shindou le dijo algo. Tal vez las dos cosas. Ese idiota...
    Di un suspiro, desviando la mirada unos centímetros.

    - Bueno, esto sucedió en primaria. -Me puse a jugar con mis dedos al empezar, pero debía ser serio, así que lo deje al terminar aquella frase y puse un rostro realmente severo.- No creo que haga falta decirlo, pero de pequeño yo parecía una niña.

    - Sigues pareciéndolo. -Me señaló con el dedo índice, parecía totalmente indiferente. Y eso me molestó, así que le di un golpe en la cabeza como castigo.

    - ¿Tu quieres saberlo o no? -Era imposible ponerse serio con él. Como respuesta recibí un asentimiento.- Como decía, parecía una niña. Pero ese no habría sido el problema si no me hubiera cambiado de escuela. Al tener buenas notas mi madre quería que me preparase bien e hizo un sacrificio para llevarme a una escuela de prestigio por así decirlo. Cuando ingresé ahí empezaba el cuarto curso y todos ya se conocían, por lo que fui apartado de la gran mayoría. Muy pronto empecé a recibir insultos. -Me mordí el labio, intentando no recordar a aquellas personas.- No eran los de mi clase, no, ellos solo no me hablaban. Los que decidieron hacerme "bullying" fueron los de un grado superior. Se creían tan... Eran muy arrogantes. -Hice una pequeña pausa para tomar aire, me estaba explicando un poco mal.- Verás, cuando ya empezamos quinto ellos seguían molestandome, alguna vez hasta habían golpes. Pero si te soy sincero, no me importaba en lo absoluto. En aquel entonces había conseguido cuatro grandes amigos los cuales ya conoces: Kurama, Hayami, Hamano y Shindou. Me llevaba estupendamente con ellos, pero había una pequeña condición y era que nos teníamos que ver a escondidas. Si los superiores nos veían juntos estaba seguro de que los molestarían a ellos también. Y así fue como pasó medio curso, yo recibiendo golpes e insultos por todos lados, solo por mi maldita apariencia, pero como te dije y siento repetirme, no me importaba. Siempre he tenido el razonamiento de que, mientras mis seres preciados no estén involucrados, lo que me hagan no tiene importancia. Tampoco quería causarle más problemas a mi madre contandole lo sucedido, por esa época estaba separándose de su ahora ex-marido y la estaba pasando mal. Pero, ¿sabes? -Sonreí algo triste, no podía evitar sentirme así, aquella época fue tan frustrante...- Estaba ciego. Creía que todo estaría bien y realmente todo estaba mal. No fue hasta ese día que... Que me di cuenta de que esos mal nacidos lo sabían todo y también los molestaba a ellos...

    Fin Pov's Kirino.

    Continuará.
    A no ser.... ¡Otro capítulo!


    Capítulo 11.- La realidad..



    ~Flashback~

    Era un día soleado, solo algunas pequeñas nubes se atrevían a salir para tapar el sol en pocas ocasiones. Era de tarde, unos minutos después de que las clases terminaran. Y ahí se encontraba Kirino con sus tres de cuatro amigos detrás de la escuela. Tanto Hamano como Hayami miraban al suelo mientras Kurama mantenía la vista firme hacia Ranmaru. No estaban discutiendo ni mucho menos, solamente el más bajo trataba de pensar una respuesta a la próxima pregunta que le haría el oji celeste. Y no creía que lo pudiera esconder más tiempo, aquel pequeño pero notorio morado en su ojo izquierdo lo decía todo.

    - ¿Quien ha sido, Kurama? -Preguntó Kirino enfadado. Sabía la respuesta, pero no quería creerla, se rehusaba.

    - N-No ha sido nadie. Yo me di un golpe contra la puerta, nada más... -Dijo el oji negro, desviando al instante la vista. Cosa que sintió el contrario; cuando mentía no era capaz de mirar a alguien a la cara.

    - No me mientas. Han sido ellos, ¿cierto? -Sus ojos pasearon por la escena, viendo a Hayami, luego a Hamano (los cuales mantenían las cabezas gachas) y finalmente a Kurama.

    - No. -El peli gris (o azul grisáceo) apretó sus puños. Nunca quiso que él lo supiera, no querían darle más problemas. Ni él ni los otros tres.- Yo, Kirino--

    - ¿Desde cuando? -Susurró aquella pregunta.

    - Kirino... -De verás no había querido llegar a eso. Conocía a su amigo y sabía perfectamente que él daba absolutamente todo por sus amigos.

    - ¿Desde cuando? -Volvió Ranmaru con la misma pregunta, hablando alto y claro.

    - Hará unos meses. -Habló sin tapujos el peli azul de ahí, sabía que no podían esconderlo más. Al fin y al cabo eran molestados igual o peor que Kirino.

    Tras oír eso, el oji celeste se lamentó. ¿Había estado ciego durante meses? O es que, simplemente, ¿no quería ver la realidad? No sabía bien que pensar. Ver que había gente tan retorcida de mente para golpear, insultar y dejar hecho polvo a alguien le destrozaba. Pero siempre pensó que, ¡que más daba! Si solo lo molestaban a él y a nadie más de sus amigos o compañeros, que lo aguantara él mismo estaba bien. Pero ya no. Se atrevieron a tocar a personas que no les hicieron nunca nada. No iba a dejar pasar eso, nunca más. Y así fue como a Kirino Ranmaru le venció la rabia, en ese día no iba a pensarse las cosas dos veces. No iba a dudar, les haría pagar por todo lo que habían hecho.

    - Ran-kun, ¡espera!

    Al ver como el nombrado se iba corriendo el de gafas solo pudo reaccionar gritándole aquello, aunque de nada sirvió. Sin embargo, antes de que cruzara la esquina del edificio para dirigirse a la entrada principal apareció Shindou, abrazandole con fuerza.

    - Ranmaru, no vayas. Te harán daño... -Decía el castaño manteniendo el abrazo. No quería que su amigo fuera directo al suicidio.

    - Gracias por preocuparte, -dijo Kirino viendo el brazo de su mejor amigo mientras se separaba de aquel contacto- pero hasta a ti te hicieron algo, ¿no? -Tras cuestionar aquello le tocó lo que era un morado en el brazo, lo que hizo soltar un quejido por parte del contrario.

    - A-Aún así, por favor, no importa...

    - ¡Claro que importa! -Gritó en seguida.- Takuto, apartate.

    Aprovechando que el oji vino dudaba, el peli rosa se hizo paso yendo corriendo a la azotea. Ahí siempre estaban esos malditos.

    - Deberíamos avisar a los profesores... -Susurró Hayami, aunque fue lo suficiente alto para que lo escucharan los otros, que asintieron con miedo. Si los avisaban sabían bien que quien sería castigado sería Kirino.


    Tras unos minutos de correr sin descanso Ranmaru llegó a la azotea. No titubeó y de una abrió la puerta haciendo algo de ruido. Ahí estaban los tres chicos riéndose entre ellos. Cuando se dieron cuenta de su presencia, el que parecía ser el jefe, sonrió ladinamente.

    - Miren quien vino, ¡la princesita! -Habló el "líder".

    - Ja, ja, ja. No aguantaba ni un minuto más sin su rey. -Dijo el chico del lado derecho, con cabello castaño.

    - Vosotros... -Murmuró el menor, acercándose.

    - ¿Hm? -El rostro del peli negro se puso serio.

    Kirino no dijo mas, se limitó a chasquear los dientes y una vez lo bastante cerca de él, le propinó un puñetazo directo a la mandíbula. No fue lo suficientemente fuerte para hacerlo caer, pero si para hacerlo retroceder. El líder lo miró con desprecio, reincorporándose a la situación; lo acaba de golpear el niñato de quinto.
    Ranmaru dio un paso más, dispuesto a volverlo a golpear, pero en un instante sintió un peso de más en su espelda haciendo que se sintiera mareado y, aunque dudoso, más ligero. En efecto, le habían dado una patada, pero no una simple patada, no, una patada con mucha fuerza. Escupió saliva en el impacto y pensó que caería, pero fue agarrado por el chico que le había golpeado y el otro. Cada uno sostenía un brazo.

    - Bueno, ya me golpeaste. ¿Satisfecho? -Dijo el oji verde acercándose, estaba bastante claro que le iban a dar la paliza de su vida. Aunque sonrió de lado.- Hay rumores que dicen que de verdad eres una chica. Comprovemoslo.

    Sus dos secuaces asintieron con arrogancia. No hacía falta escuchar más para temerse lo que querían hacer, por lo que Ranmaru se puso de los nervios, moviéndose y retorciéndose todo lo que podía para safarse. Pero todo era en vano, aquellos chicos tenían una gran fuerza de agarre.

    - Sois una panda de hijos de puta que lo único que saben hacer con su vida es molestar a los otros para sentirse bien consigo mismo, hacer la vida de uno una mierda para pensar que no sois los únicos deshechos de la vida. -Dijo con gran coraje el oji celeste, mirando al peli negro con total asco.- No valéis nada. Y como se os ocurra volver a tocar a uno solo de mis amigos juro que...

    - ¿Que? ¿Acaso te crees que estás en condiciones de decirnos esto? Niñata, buscas tu muerte. -Habló el líder alzando una ceja, parecía divertirse. La verdad es que eran algo pequeños, es decir, la edad de 11 años no es una para largar todo aquello. Pero a esa época empiezas a pensar más y puedes convertirte así.

    Kirino no dijo nada más ya que al instante mordió con todas sus fuerzas al de al lado derecho hasta tal punto de hacerle sangre. Aquello hizo que le soltara, por lo que con la mano ahora libre golpeó al del lado izquierdo. Ambos retrocedieron del dolor, perro ladrador poco mordedor, supongo. Resistencia no tenían ninguna. El peli rosa no se lo pensó dos veces para tirarse encima del peli negro y golpearle con toda su furia dentro, necesitaba sacarla. Y la cosa no paraba, hasta a los dos chicos les entró miedo por ver aquello. Aún con todos los golpes, el "líder" intentaba defenderse, pero pocos puñetazos paraba. Eso iba a dejar marca. En un momento dado Ranmaru le agarró por el cuello de la camisa, alzándole un poco la cabeza estando aún encima de él.

    - Golpea, toca o insulta a uno de mis amigos y estás muerto. -Aclaró Kirino con unos ojos ferozes.

    ~Fin Flashback~


    - Después de eso vinieron los profesores y se pusieron de parte de los otros niños. A mi me expulsaron por dos semanas. -Dijo el peli rosa sonriendo con melancolía. Pese a todo no le gustaba contar aquello, ni recordarlo tampoco. Fue su error que golpearan a sus amigos, si lo hubiera parado antes nada de eso hubiera pasado. Kariya, por su parte, se quedó en silencio unos segundos.

    - ¿Te volvieron a molestar? -Se atrevió a preguntar algo nervioso.

    - No, sólo me miraban mal, pero nunca más.

    - Tengo una pregunta -añadió el peli cyan jugando con sus dedos.- Sigo sin entender como sabías eso... Lo de Kou.

    - Kou era el "líder" de los que me molestaban. -Dijo rascándose la cabeza mirando a un lado.- No tiene buena reputación, ¿sabes?

    - Gracias.... -Susurró casi inaudiblemente el menor.

    - ¿Que? -Realmente Kirino sí lo había escuchado, solo quería que lo repitiera. Pero antes recibió una mirada furtiva.

    - Gracias. -Dijo nuevamente, pero ahora un poco más alto

    - No te escucho, ¿podrías repetirlo por favor? -Decía el oji celeste mirando bastante divertido al contrario.

    - Jodete. -El peli cyan se cruzó de brazos bastante disgustado. No iba a repetirlo más.

    - Vale, ¿pero gracias por que? -No tuvo más opción que resignarse y dejar la pequeña broma, si seguía seguramente le golpearía.

    - No te pedí gracias en ningún momento sobre lo de Kou o lo de la bufanda, así que ahí tienes mi gratitud. Gracias.

    Tenía una mejilla hinchada mientras decía eso, como si fuera un niño pequeño. Decidió mirar a Kirino, el cual mantenía una cara algo confusa. Eso le molestó y volvió a desviar la mirada. ¿A caso se esperaba otra cosa? Ah no, ni de broma.

    - ¿Te pensabas que te iba a dar algo o q...

    - ¡Pft! -Bajo la atenta mirada de Kariya, el mayor empezó a reír, cosa que no entendía.- ¿El graan Kariya Masaki diciendo "gracias"? ¡Esto tenía que haberlo grabado!

    - Superior, usted es... Idiota. -El menor mantenía un leve tic en su ojo izquierdo junto con una vena que sobresalía por su frente y, sin pensárselo mucho, golpeó la cabeza de Kirino.

    Kirino en seguida reaccionó y aún riendo esquivó el golpe, cayendo sin querer encima del peli cyan. Pero no dudo y empezó a hacerle cosquillas. ¡La mejor venganza que se podía hacer! Por consecuencia, Masaki no paraba de reír mientras pedía que parara, era muy débil ante las cosquillas.

    - ¡D-De verdad p-para! ¡¡P-Por favor!! -Tartamudeaba por culpa de las risas, removiéndose todo lo que podía en vano.

    Todo eso no duró mucho, ya que un teléfono móvil empezó sonar haciendo que ambos se reincorporaran. Como era el de Kariya, el menor le pidió que si se lo podía acercar, ya que estaba en el escritorio detrás de Kirino. Agarró el celular y de reojo vio quien era, desanimándose un poco. Pero el no iba a hacer nada, así que rápidamente se lo entregó.

    - ¿Que pasa? -Dijo el oji miel al coger el celular. Él mismo ya se lo temía, por lo que no dudó en hacer que fuera directamente al grano. El rostro serio de Kariya se fue al traste en unos segundos, pues ahora mantenía uno de tristeza, preocupación y algo de enojo.- ¿Dónde estás? -Esperó por la respuesta y se levantó para dirigirse a la entrada.- Quedate ahí, en seguida voy. -Y colgó.

    - Kariya, ¿hacia donde vas? Es tarde, creo que ya pasaron las nueve. Es peligroso... -Kirino no tenía la intención de que no fuera a por él, solo decía la verdad.

    - No soy una princesita como tu, no me pasará nada. -Aclaró el más bajo de espaldas. Alzó una mano en señal de adiós y se fue hacia la puerta para salir y cerrarla.

    - Ten cuidado, nada más. -Dijo en voz baja.

    Cuando el peli rosa escuchó la puerta de la entrada cerrarse suspiró, miró al felino que se encontraba en una esquina de la cama y se dejó caer en ella. Con cuidado de no aplastar a Ichigo, claro. Llevó su brazo izquierda a sus ojos, tapándoselos por completo. Quisiera o no algo le angustiaba en el pecho. Tenía su mano libre en donde se supone que está el corazón apretando la camisa con fuerza.

    - No debería sentirme así, él y yo no somos ni nunca seremos algo más que esto.

    Cerró los ojos, recordando aquella tarde de debía hacer ya un año.

    ~Flashback~

    - Kariya Masaki, me gustas.

    Quien dijo aquello con voz segura y firme fue cierto oji celeste con un cabello de color rosa. Estaba él junto al mencionado en el vestuario después de la práctica de aquel día. Eran los únicos que quedaban, y luego de que Ranmaru recibiera varios golpes y bromas por parte del contrario le dijo aquello algo nervioso. Y la cara del más bajo lo decía todo.

    - Superior, -habló Masaki viendolo seriamente.- no es verdad. Usted y yo nunca hemos sido nada, ni amigos. Yo solo me la paso molestándolo.

    - Pero yo estoy seguro que... -Dijo el peli rosa dando un paso adelante. Lo que le había costado declararse para que ahora cuestionaran sus sentimientos lo entristecía.

    - Vamos, ¿que sabes de mí? ¿Y yo de ti? No tenemos nada en común, y peor, ni siquiera sabemos nada del otro. -Decía Kariya viendo a un lado. Tampoco es que quisiera hacerle daño, pero estaba en lo cierto.- Perdón pero...

    - ¡Podemos conocernos más! Solo debemos salir por ahí juntos, charlar y más cosas. -Dijo Ranmaru apretando con fuerza sus puños. Al ver como en seguida el menor negaba con la cabeza cerró sus ojos, no quería aceptarlo.- Yo... Tsk, ¡mi color favorito es el ámbar, me gusta el café pero amo pocos dulces como lo son las creppes, mi serie favorita es The Walking Dead, mi deporte favorito el fútbol! Y-Yo... -Cada vez la voz de le ahogaba más, hasta tal punto de sentir un gran nudo en la garganta. Tragó saliva y se mordió el labio.- Soy muy compulsivo cuando se trata de mis amigos, suelo dejar mi habitación poco ordenada.... -No sabía que mucho más decir, así que se tomó unos pocos segundos.- A pesar de que juego de defensa mi posición favorita es lateral de centro campista, me encanta correr, m-mi bebida favorita es el té verde y...

    - Lo siento Kirino-senpai, pero yo... Yo no siento lo mismo. -Dijo el menor cortando lo que decía el oji celeste. Se volteó para, antes de irse, mirar de reojo a Ranmaru.- Usted y yo solo somos dos chicos que se odian entre sí, recuerdalo. Adiós...

    ~Fin Flashback~


    * * *



    Mantenía una respiración agitada, corriendo con todas sus fuerzas sin parar. Debía llegar ya, él le necesitaba. Al voltear una esquina no controló su equilibrio y cayó. Pero le hizo caso omiso a aquello, levantándose al instante y siguiendo su camino. Ya era de noche, por lo que estaba bastante oscuro. Por no decir que hacía un frío de los mil demonios, ¡sentía sus dedos congelarse! Que suerte que la nevada de ese día había terminado, que sino si se helaría. Vio que ya estaba en la rivera del río, aquel lugar donde su entrenador iba tanto de pequeño. Buscó con la mirada, viendo sentado en unas escaleras del final del campo una silueta. Tomó aire y corrió más rápido, llegando así donde se encontraba el chico, a su espalda. Respiró agitadamente posando sus manos en las rodillas y mirándolo fijamente: estaba abrazando sus piernas sollozando.

    - Hikaru...

    Continuará....

    Solo tengo tres preguntas, para saber vuestra humilde opinión:

    ¿Que os ha parecido que os trajera dos capítulos seguidos?

    ¿Os esperabais esos sentimientos por parte de Kirino? ¿Y su declaración de hace tiempo?

    ¿Que creéis que le pasa a Hikaru?


    Y hasta aquí, ¡nos vemos pronto! (Espero)
  14. .
    Cada vez voy mas tarde... ¡Pero no me maten! Yo igual estoy trabajando duro en este fic >-<

    Comentarios :3

    Haku: Jaja que mala xD ¿Serás la primera nuevamente? Espero que también te guste este capítulo.

    CÓNËKÒ-Chàn: Confio en que los celos son buenos >:3 pero no muchos o si será malo(?
    Se que Kariya no pega como policía, pero debía hacerlo para la historia jaja y no te preocupes por no haber comentado antes

    Daya99: HakuXTaiLover siempre está por aquí para ganaros(? Tened cuidado o volverá al acecho >:3
    Me causa gracia que tengas esos pensamientos sobre Tsurugi y Tenma, ya que... Bueno, ¡ya lo verás! Dejaré que saques tus conclusiones. Siempre tienes una buena idea de como pienso yo con el fic y que quiero hacer. Te acercas mucho ¡pero no quiero darte más pistas! Que luego te arruino todo >-< (Solo diré que tus deseos se harán realidad xD)
    Aquí tienes el tan esperado capítulo.

    Mai Lizen: ¡Hola! Espera espera, ¿estresada? ¿Estás bien? Descansa y desconecta un poco, no sería bueno si te pasa algo malo >-<
    Buano, me entretuve bastante escribiendo este capítulo. Tenía las ideas claras pero me costaba escribirlo, lo siento. Solo te diré que hay una parte para cada pareja y algún que otro misterio oculto >:3 Me alegra tanto que te esté gustando. ¡Sabía que hacer que jugaran a policías y ladrones sería buena idea! Creo que puede ser divertido e interesante.
    ¿Policias eh? Aún no gana nadie, pero a ver si te gusta como acaba el juego.
    Gracias por comentar, ya te dejo con el capítulo.


    Todas me dais muchos ánimos con vuestros comentarios para poder seguir con el fic, os lo agradezco. ¡Aquí el capítulo 15!

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    Capítulo 15: Diferentes encuentros.




    Mantenía una respiración agitada mientras corría sin descanso. No podía parar, prácticamente no se lo podía permitir, si lo hacía....
    Se desvió por el camino del bosque, adentrándose en lugares lleno de piedras, matorrales y plantas. Los pasos detrás suyo lo asustaban, y peor aún, iba más lento. ¿A penas había pasado media hora y ya se estaba cansando? No, no, no... Debía seguir, por su propio bien. Sus piernas le llevaron a un pequeño lugar donde no había casi plantas para esconderse, solo unos arboles por al lado formando una gran redonda. Mientras pensaba donde ir escuchó un ruido de algo romperse, una rama, así que chasqueó los dientes y mirando a su alrededor desesperado optó por ir a la derecha. ¡Debía darse prisa! Tenía los ojos cerrados mientras perdía toda su fuerza, respiraba por la boca así haciendo de su respiración totalmente irregular. No podría seguir mucho más así, la resistencia no fue siempre lo suyo. En un momento dado una planta le dio de lleno en el rostro, pero aunque este la apartó para seguir corriendo
    perdió el equilibrio y cayó. Este, ¿era el fin...? Quería levantarse, pero sus piernas no respondían, su corazón parecía que se saldría de su pecho. Apretó los dientes y sus puños, estaba realmente desesperado y sus ojos negros lo demostraban. Lo había encontrado, ya no tenía escapatoria, solo podía rezar por sus últimos segundos de libertad, los pasos cada vez se oían más cerca. ¿Realmente se acababa aquí? "Mierda, esto es malo.. Mierda, mierda, mierda..." Sudaba frío al ver aquella cabellera morada.

    - Te encontré.

    - ¡AAAAAAAAAAAAH!

    * * *




    Un estruendoso grito se escuchó por toda la montaña, llegando hasta los pájaros que tuvieron que salir volando del miedo. Lo debieron atrapar, uno menos. ¿No se suponía que esto debía de ser más fácil? Con él ya debían ser tres atrapados, Hayami y Amagi habían quedado "eliminados" hacía pocos minutos. Había escogido bien en sentarse a la rama de un árbol, se ocultaba y podía ver un poco el panorama. Giró la cabeza mirando sus manos, las tenía sucias por haber subido al árbol, aunque bueno, que mas daba.

    - ¡Achis!

    Estornudó el castaño. Dudaba que se hubiera resfriado, seguramente lo estarían buscando. "Genial..." Una pequeña gota de sudor se veía por su nuca.
    Miró a ambos lados para ver si había alguien, al ver el lugar despejado decidió bajar del árbol. Cambiar de posición no iría mal. Al hacerlo se encontró de frente con una persona, por lo que dio un brinco hacia atrás.

    - Hail. -Dijo el más bajo saludando con la mano.- Ni que fuera un monstruo, Tenma-san, soy de los tuyos.

    - Los reflejos, lo siento. -Junto sus dos manos como si estuviera rezando y agachó la cabeza.- A todo esto Hikaru, ¿que te trajo por aquí?

    - Investigo el lugar y vigilo a los supuestos "policías." Ten cuidado, Gouichi y Sangoku vigilan por los arboles. -Se rascó la cabeza y luego de decirle eso a Tenma empezó a correr.- ¡Suerte!

    Ir por separado era simplemente lo mejor, era más difícil que los atraparan. Aunque los malditos "policías" aún así se las ingeniaban bien.

    Por otra parte de la montaña se encontraba Kirino, caminando cuidadosamente. Miraba por todos lados y si oía ruidos simplemente se escondía o huía. Aunque solo lo habían encontrado dos veces, y ese fue Kariya. Parecía que sólo quería atraparlo a él.

    - Maldito enano. -Susurró mientras dirigía sus ojos al cielo. Estaba atardeciendo.- "Debe de haber pasado una hora desde que empezó." -Pensó el peli rosa extendiendo sus brazos.

    Aunque acordaron ir todos por separado se le hacía pesado y peligroso, se preguntaba que pasaría si alguien se hiciera daño, ¿como lo sabrían? Bueno, rezaría para que eso no ocurriera.
    De repente se escucharon unas hojas moverse bruscamente, cosa que hizo poner alerta a Kirino. ¿Aliado o enemigo? No se quedaría ahí a descubrirlo. O eso pensaba él, pues ya se encontraba acercándose a aquel matorral silenciosamente. En un cerrar y abrir de ojos algo se tiró encima de él asustándolo un poco, lo suficiente para hacerlo caer. Casi chillaba y todo.

    - Un conejo, ¿eh? Soy un idiota... -Dio un gran suspiro de alivio y se echó al suelo, tenía sueño aquél día, y no solo eso, tenía muchas cosas que pensar.

    Se puso a observar el cielo, acomodado al costado de un pequeño árbol que por suerte no le tapaba del todo la vista (aunque al irse haciendo oscuro no veía mucho).

    * * *



    - Ser policía es molesto, ¿como vamos a atrapar a todos? Vamos, es demasiado grande... -El chico de cabello castaño/grisáceo dejó ir un suspiro. No hacía más que caminar y aún no se había encontrado a nadie. No un ladrón. Tenía suerte de que uno de su equipo le acompañara: Ichino.- Bueno, debemos intentarlo al menos

    - Y que lo digas... -Murmuró el peli blanco encogido de hombros.- Espero poder ganar. Estaría bien refrescarnos con helado.

    - No suena mal, ¿no? -Shindou soltó una leve risa.- Esforcemonos, Ichino. -Dijo dedicándole una sonrisa de lado. A pesar de que fuera difícil debía intentarlo, dejarse ganar no era una opción.- Bien, pensemos. Si fueras un ladrón, ¿donde te esconderías? Yo principalmente iría donde los matorrales grandes y me ocultaría, también optaría por encima de árboles y detrás de plantas... Hmmm -Llevó la mano derecha a su barbilla, cerrando un ojo mientras trataba de pensarlo bien.- Aunque también pueden irse moviendo. -Hinchó la mejilla izquierda y apoyó ambas manos en su cadera.- ¿Tu que dices? ¿Eh? ¿Ichino...?

    Al voltear la mirada para poder hablar con su compañero se dio cuenta que este no estaba. Miró por todos lados precipitado, sin saber que había pasado. Estar solo en aquél juego no era bueno, no, definitivamente no. Y menos cuando ya iba oscureciendo poco a poco, unos pocos rayos de sol procedentes del atardecer hacían posible ver algo y orientarse bien. Soltó un chasquido de dientes y luego de golpear una piedra con el pie trató de mantener la calma. Él sabía pensar bien, ¡por algo era el estratega del equipo! Se mordió un poco el labio inferior tratando de trazar algo así como un plan, pero no lo conseguía. Aún así, ¿como había perdido a Ichino? ¿Se había aburrido de él? No era así, entonces, ¿simplemente no se habían dado cuenta que se separaron? En cualquier caso, ponerse a buscar un compañero sería igual de difícil que atrapar un ladrón, así que optó por seguir el camino e intentar ganar aquél juego.

    Ya llevaba varios minutos caminando cuando de repente vio, a lo lejos, una cabelleramismo. Al verlo aligeró el paso, yendo rápido y sigilosamente a la vez. Se dirigía hacia él medio agachado, si tenía suerte no lo oiría y conseguiría atraparlo. El ladrón se encontraba agachado detrás de varias viendo como dos chicos pasaban corriendo, no sabía si huyendo o persiguiendo, pues no consiguió verlos detenidamente (por no decir que se había olvidado quien iba con él, que idiota por su parte). Shindou consiguió llegar a estar tres metros detrás del chico, ocultándose detrás de un árbol observandolo de reojo, no solía ver a su novio tan despistado. ¿Sería acaso que aquél juego no era lo suyo? Si fuera así tendría la oportunidad de atraparlo y reírse un poco de él. Así que sin pensárselo mucho más salió de su "escondite" y dio un paso adelante, totalmente seguro de sí mismo. Entonces pisó una cuerda, esta se agarró a su pie en un nudo y subió por una rama del árbol hasta dejar al oji vino colgado boca abajo.

    - Sabía que la trampa funcionaría, dejar inmovilizados a los policías es buena idea. -Dijo Tsurugi sonriendo de medio lado, volteandose hasta ver al ex-capitán del Raimon.

    - ¡B-Bajame!

    - Aunque no pensaba que tu caerías tan fácilmente. -Se acercó un poco a él, pero manteniendo las distancias para que no lo tocara.- No me odies, es un juego. Te amo amor -Junto las dos palmas de sus manos como pidiendo disculpas y luego se alejó para ir a otro lugar.

    - Espera, me duele, duele mucho -el castaño decidió fingir que le dolía el pie, haciendo una cara de dolor. Aquello hizo que Kyosuke se preocupara bastante, lo último que quería era hacerle daño.- ¿Podrías aflojar aunque sea un poco el agarre?

    - Lo siento, no creí que fuera a hacerte tanto daño. -El menor se acercó a él dispuesto a hacer lo que le pedía, pero una vez estuvo cara a cara con él, algo lo detuvo.

    Shindou estando boca abajo le robó un beso. A pesar de que el peli azul no se lo esperaba, lo aceptó con gusto correspondiéndole y haciendolo un poco más largo. Y así, luego de unos segundos se separaron.

    - Kyosuke parece que has visto un fantasma -Culpó el peli gris algo confuso, ¿tan mal había echo ese beso?.

    - Es que... ¡Tramposo! ¡Eso no se vale! -Había caído en la cuenta de que Shindou lo había tocado, lo que significaba que quedaba atrapado. Tenía un rostro que no se creía lo sucedido, había sido tan ingenuo...

    - No me odies, es un juego -Dijo riéndose un poco- te amo mi amor.

    - Serás...

    - Ahora bajame, tengo que llevarte a la cárcel, mi querido ladrón de pacotilla.

    - Tu lo haces a propósito, ¿no? -Susurró deshaciendo el agarre de la cuerda, dejando caer al centro campista.- Ups, no fue mi intención.

    - Oye, oye, empiezo a pensar que lo de que te escogieran ladrón acertó totalmente. -Admitió mientras se levantaba y limpiaba la arena y el polvo de sus pantalones por la caída con sus manos. Miró directamente al delantero y no aguanto estallar en risas, lo mismo hizo el contrario.

    La verdad era que no siempre bromeaban de aquella forma, pero era realmente gracioso.

    ---------------------------------------------------



    Tenma caminaba totalmente solo por aquella parte de la montaña. Hacía ya un rato que se había topado con Hikaru, y desde eso no se encontró con nadie más. Empezaba a maldecir su suerte y pensar que ya se había perdido. Lo bueno de eso es que así no lo encontrarían. ¿Lo malo? Que a saber si conseguía volver con los demás. Se preguntaba cuantos habían sido atrapados, antes de "perderse" escuchaba a mucho de los suyos correr con todas sus fuerzas. Eso es lo que querían los entrenadores, pero era peligroso. Aunque de eso trataba, pensar rápido y mantener resistencia y agilidad.
    El castaño miró arriba luego de quedarse parado debajo de un árbol, quería verlo bien ya que, prácticamente, era grandioso. Desde ahí podría ver el lugar y ubicarse. ¡Qué idea! Sin pensarlo dos se dispuso a escalarlo, pero a la que dio un paso se escuchó una rama romperse y con él, un grito.

    - ¿Qu...? ¡WAA!

    No fue capaz de reaccionar a tiempo, por lo que algo cayó encima de él. Por suerte no se había echo mucho daño, solo el golpe. Intentó voltear la cabeza para ver que era lo que tenía encima, pero no podía hacerlo del todo, por lo que solo veía parte de su cuerpo y no su rostro. Parecía estar sentado en su espalda.

    - Mierda... Que daño. -Se quejó el sujeto sobandose la cabeza.- Espera -recién se dio cuenta de que estaba encima de alguien.- ¿¡Lo he matado?!

    - ¿Taiyou?

    - ¿Tenma? ¿Estás vivo?

    - Tranquilo, pero... ¡Quitate de encima que no puedo levantarme! -Dijo el castaño un poco adolorido.

    - ¿Ah? Sí, en seguida. -Se levantó y se posó delante del capitán, extendiéndole la mano.- Perdoname.

    - No hay problema, tu caíste de muy alto, ¿estas bien? -Se agarró de la mano del peli naranja y consiguió reincorporarse. Llevó sus ojos a aquella mano y vio que estaba rasguñada.

    - Supongo. -Sonrió de manera inocente mientras se rascaba la nuca.- Se lo que preguntarás. Hace un rato vi este árbol y como era tan largo decidí subir arriba del todo. Pensé que podría observar la posición de algunos ladrones e ir a por ellos. Pero todos estaban muy lejos y esperé a que alguien se acercara. Y ahí apareciste tu, aunque no sabía que eras tu. Bueno, en resumen, bajé y a unos cuatro metros de llegar una rama donde apoyaba el pie se rompió y aquí estoy.

    - Ten más cuidado, podría haberte pasado algo, ¿sabes? -Agachó la cabeza apenado. Sabía que Taiyou estaba recuperado, pero aún podría recaer y no quería eso, debía cuidarse más.

    - Fue un simple descuido, no te preocupes por favor. -Dijo el oji azul llevando su mano a la cabeza del más bajo, revoloteandole sus cabellos. Le parecía muy tierno ver a quien tanto amaba preocupado por él.- Por cierto, estás atrapado.

    - .... -Levantó la mirada y puso los ojos en blanco. "Mierda." se había olvidado completamente del juego y de que Taiyou era policía.

    El peli naranja se limitó a sonreirle mientras el oji metálico lamentaba su idiotez. A este paso perderían, ¿cuantos habían sido atrapados ya? Sin contar a Shindou, que por el momento él no lo sabía, ¿tal vez cuatro? Solo quedaban cinco, o eso pensaba él. Al fin y al cabo eran 9 ladrones.

    - Maldito seas, me engañaste. -Dijo en un suspiro.

    **
    **


    El chico de ojos color miel se encontraba totalmente quieto, observando atentamente aquél chico tirado al suelo. Lo veía sin expresión alguna. Había permanecido así por varios minutos, a veces te podías quedar observando a la persona que amas por horas y para ti habrán sido sólo dos segundos. Entrecerró los ojos para seguidamente agacharse, observando de cerca el rostro de su superior.

    " Odio que el que me guste esté triste, pero lo que más odio es que sea usted el que haga que mi corazón sienta esto. -Se volvió a voltear, empezando a caminar dispuesto a irse, pero con la voz totalmente quebrada consiguió decir algo más- Yo solo quería ver su sonrisa una vez más, siempre me encantó verla aunque no fuera para mi."

    Ahora que lo pensaba, la gran mayoría de sus sonrisas actualmente sí eran para él. Le hacía tan feliz... Sin embargo él no era capaz de confiar totalmente en Kirino, seguía sin llevarlo a "su casa" y no le decía cuando estaba mal. Muchas veces se daba cuenta pero le mentía cuanto podía, evitaba el tema. Se odiaba por eso, pero, ¿y si lo tachaba de bicho raro? ¿Lo perdería?

    - Masaki...

    Susurró entre sueños el de hebras rosas. No solía llamar a Kariya por su nombre, por lo que este se sonrojo totalmente. ¡No se lo esperaba! Estaba rojo hasta las orejas. Cerró con fuerza sus ojos, agarrando la mano de Kirino y despertándolo de golpe.

    - ¿Kariya? ¿Que haces? Espera, ¿me dormí? Ah, ¿me has atrapado? -Se encontraba medio dormido y en un lío mental, aunque lo peor era que este no le respondía nada, solo lo arrastraba mirando al frente para que no viera su gran sonrojo.

    - ¡C-Callate! Has sido atrapado así q-que guarda silencio... -Decía Kariya mordiéndose el labio. Por alguna razón le hizo muy feliz que Kirino le llamara por su nombre.

    - A veces pienso que eres bipolar....

    - Y yo que eres la bella durmiente.

    - Touché.

    ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~




    "Estaba estático, en shock. No podía moverme. ¿Por qué? ¿Que me estaba pasando? Aquellos ojos parecían haberme paralizado. Aquellos ojos que hasta resaltaban en la oscuridad. ¿Que era eso? Estábamos separados por varios metros, tal vez 10, pero aún así lo sentía más cerca. No oía nada a mi alrededor, ni hojas movidas por el viento, ni animales, ni... Nada. Tampoco pensaba nada, me limitaba a observarlo. Pero, ¿por que? Debía correr a él a toda costa, pero mis piernas no se movían. Solo era un juego, pero tampoco quería perder. Aún así, ni él ni yo nos movíamos. ¿No sabíamos como actuar o que era lo que nos ocurría?

    Justo cuando se había escondido el sol del todo nos encontramos, observándonos atentamente. Hasta ahora no me había dado cuenta de aquellos ojos tan... Tan indescifrables."



    Continuará...



    ¡Hoy os tengo tres preguntas! Me gustaría saber que pensais.

    1.- ¿Quien creéis que eran los dos del principio?

    2.- ¿Lo atraparon?

    3.- ¿Quienes son los dos de la última parte?


    Y hasta aquí, ¡nos vemos!
  15. .
    En este mismo momento estoy que, realmente, temo por mi decisión. Leí dos malditas veces el capítulo anterior y este, y aun con eso... ¡NO SE QUE DECIR! Me largo, bye.
    Igual tomé una decisión a base de tus propias palabras en el capítulo 27, así que allá va.
    ¡Ah no! Primero te respondo a ti y comento el capítulo >:3
    (como cuando estas asustada y crees que la vas a cagar de todos modos)

    Ese nombre fue el mejor que me han puesto en mi vida, "Lau Ryuun-chan". Definitivamente te adoro. Bueno no, simplemente me causó mucha gracia xD cada nombre que me pones me hace reír.

    Sobre los dibujos, quiero verlos! Me gustaría saber como son las armas y esas cosas, imaginar se me da algo mal(?

    Así fue mi reacción en esta parte:

    "¿De verdad crees que le haría algo tan cruel a mi OTP?"

    -Se le iluminan los ojos alabando a la diosa Mariana Dewey-

    "JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA. Si, de hecho eso planeo."

    4khxuVQ
    Destrozaste mi corazón ;-;

    Ya vi que al fin salió Undertale en español xD Capaz lo vuelva a jugar. Y no, no he jugado Delete pero sí he visto un gameplay y me gustó bastante, muy buena historia :3
    ¿Mi juego favorito? Dejame pensar... ¡Inazuma Eleven Ventisca Eterna! :D... ¿no...? Okey, okey. Mi juego favorito, así de global es sin duda Zelda Ocarina of Time (aunque Kingdom Hearts 2 le sigue), pero de rpg, sin dudarlo, es to the moon. Le tengo un rinconcito en mi corazón, no se porque :3

    Lloraste y luego recordaste que quieres ver el mundo arder. Siento decirle que usted es malvada.
    PD: Siento haber escogido no en la pregunta anterior... Pensaba que algo podría pasar


    Vayamos al capítulo asdjdskkfk
    ¡Genial! Bueno, empezamos bien, Yuuichi y Furetsu, que lindos ellos <3
    Bien, ahora con Fey. A veces uno no se da cuenta donde que hace y resulta estar en un bosque lleno de magia y cosas sugois, lo normal. Que apareciera Kinako me encantó, ¿tendrá algo que ver en la historia? ¿Será también la madre de Fey como en la serie? Y ese lobete, ¿será una nueva mascota mágica? Me encantaría, me he enamorado de ese "animal" xD Fey ahí como si nada pasara y Tenma sufriendo jaj . Al menos me alegra saber que lo de su pie se sanará pronto :3

    Vayamos al grano, a lo más importante, a lo que hace que quiera matarme en cualquier momento, a lo que me trae tan hypeada, a lo que como pase lo que me temo, ¡voy a buscarte estés donde estés y sufras la ira de los dioses! No te confundas, yo te quiero mucho, demasiado <3
    Algo que realmente me tiene intrigada es el chico ese que tantas veces sale en la foto; ¿pelo blanco? Pienso en Goenji -de malo-, también por la camiseta del Raimon como número 10, pero no lo sé con certeza. Igual sé que tendrá mucho que ver en la historia, o por lo menos eso espero. No tengo mucho que comentar de aquí, el hombre extraño, fotos y fotos y la nota hacia Matatagi. ¿Que poder tan despiadado tendrá? Hasta me hace temblar.

    ~Resuenan tambores~




    Ahora Kariya tenía dos opciones



    a) Patear a Matatagi y escapar.

    b)Decir una mentira que convenza a Matatagi.



    Vale, vale, vale, vale. Hora de pensar, reflexionar y sobretodo analizar. Si lo vemos como algo sin importancia la respuesta b) sería la más indicada, y no solo eso, sino que daría una posible salida sin salir lastimado o incluso interrogado muy fuertemente. Pero vamos, ¡Matatagi no es idiota! Sospecharía, investigaría y si no, en el mismo momento lo encerraría. Es peligroso...
    Pero la respuesta a) no se queda atrá. Miremoslo fríamante; lo patea y se va. Ah claro, ¡perfecto! Deja dudas, sospechas y evidencias para ser un traído. ¿Tentador, eh? Pero, ¿y si la patada no le da muy fuerte para dejarlo en shock pensando? Podría empezar una pelea o peor.
    O al menos así pensaba antes de leerme el capítulo anterior. Recuerdo perfectamente aquello de:
    SPOILER (click to view)
    ¿Qué excusa le darías a alguien cuando te metes a su casa ilegalmente a revisar sus cosas ilegalmente porque quieres analizarlo ilegalmente? -aunque en el inframundo no existe tal cosa como ''ilegal''- Obviamente no podría decirle: ''Ah si, es que necesitaba estudiarte a detenimiento porque mis intenciones son aniquilarte y evitar el fin de la paz''. NO. MUERTE SEGURA.


    Aunque también me daba miedo esta parte:

    SPOILER (click to view)
    Le daría miedo tener una relación amistosa con alguien listo, nunca se sabe lo que ese tipo de personas planea y porqué esta contigo.

    Esa era su respuesta. Sólo debía empezar a llevarse mejor con su enemigo, sí era más listo que Matatagi podría ganar en su juego.


    Aquí fue donde estuve media hora reflexionando (y ojalá no me equivoque). Es cierto, Kariya es listo, ¡podría ganarle en su juego! Pero eso implicaba acercarse a él como amigo. Lamentablemente no tuvo el tiempo necesario para eso, y viendo la actitud de Matatagi... Creo sinceramente que mentirle con una excusa no funcionaría.

    Pensé que, tal vez, si Kariya consigue escapar con una patada podría ir al mundo exterior donde están Kirino, Shindou y los demás. Pero una cosas me hace rechazar esa idea: Matatagi igual puede ir ahí, ¿y si lo encuentra aún estando solo y lo mata? Me da realmente miedo eso.

    Pero, ¡digo yo!
    Quien no arriesga no gana, ¿no?

    Espero no equivocarme, pero en cualquier caso creo que ya sabes por donde voy. Sí, la opción que decidí es

    a)Patear a Matatagi y escapar.


    Confío en que esté bien. Y si no c: ...
    ...
    ...
    Te suplico, no, ¡te ordeno que no lo mates!
    >Imaginame echa bolita en un rincón rezando por el bien de mi OTP xDDD

    ¿Soy primera? Espero que sí, traté de tardarme lo más poco posible.

    ¡Nos vemos!
178 replies since 31/3/2015
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