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Tú no lo sabes todavía, Cyanide. Pero JC va a ser mío(?).
Ajá. Como lees.
Declaradas las intenciones, es muy tarde donde vivo como para ponerme a hacer una ficha y que salga algo decente, ¡pero! Si reservas, cosa que no he leído en las normas y por tanto no sé si haces, te pediría que me lo reservaras un par de días, tal vez tres. Si no, no importa, igual va a ser mío(?).
Ten un excelente lunes/martes. -
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Este mes estamos de Pullitzer. So...
La Carretera de Cormac McCarthy. (Que descanse en paz u_u)
Editorial: Random House.
Heredarás la tierra de Jane Smiley.
Editorial: Sexto Piso. -
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Como de contención sabe el tío Gilito, estoy leyendo cuatro libros.
Cell de Stephen King.
Editorial: DEBOLS!LLO.
El infinito en un junco de Irene Vallejo.
Editorial: DEBOLS!LLO.
El único indio bueno de Stephen Graham Jones.
Editorial: La biblioteca de Carfax.
Frankenstein de Mary Shelley.
Editorial: Alma.
Gracias por su atención.
Si leyeron hasta aquí, aprovecho para recomendar el libro: El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes. (?) -
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Gente Normal de Sally Rooney.
Editorial: Literatura Random House. -
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Buenas, Light&Kaze.
Primero de nada, ¡muchas gracias por interesarte en Mo! La verdad es que había perdido un poco las esperanzas de encontrar al faraón, así que... uwu (?).
Debo admitir que no he leído ese libro, pero intentaré echarle un vistazo si lo encuentro disponible en alguna parte.
Ahora, sobre tus preguntas, te las responderé en el mismo orden de llegada:
1. No tengo problema con llevar al entrenador, de hecho siento más predilección por este, así que será todo un gusto. Abajo te dejaré plausibles físicos, si quieres, para él.
2. En realidad, podemos hacer como más nos plazca, o bien asumiendo toda la historia como sucedida, o bien roleándola desde un inicio o inclusive intercalando capítulos de flashback/presente. ¿Qué te llamaría más la atención? Soy toda oídos.
3. Respecto a si fuera otro jugador... lo que pasa es que me inspiré en un equipo concreto, y me gusta mucho el entrenador de ese equipo. También podría decirte que me gustan mucho los dilfs, y aquí hay cero shame. Por lo que preferiría que fuera esa relación de entrenador/jugador, sin cambios. No obstante, no descartemos la posibilidad de compartir habitación, quizás podemos torcer los eventos para que haya algún problema que colinde en ello, ¿quién sabe?
Y por último y no menos importante, ¡te he leído!Chanchanchannnn. Y puedo aceptarte sin problemas el personaje; Dicho ésto, procedo a dejarte algunas opciones de pb:SPOILER (click to view)De ser anime...
¿Alguno te llama? Puedo buscar más perfectamente. ¡Saludos! -
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Poesía completa de Idea Vilariño.
Editorial: Lumen.
Te casaste me dijo.
Te casaste le dije.
Tú ya no me querías.
No, ya no te quería.
Pero me deseabas.
No, ya no te deseaba.
Mentira, dijo.
[...]
Y pensé que podía haberle dicho.
Sí. Un poco te quería. -
.¡Buenas, Nodus! Gracias por interesarte, me ilusiona mucho.
La verdad, no, no supone un problema estar algo desinformado, porque es sencillo remediarlo, y todo aquello que referencie en el rol puedo facilitártelo a pie de página.
Si te animas, estaré deseando leerte.
¡Ten un buen sábado/domingo!
Vengo a dar un up. ¡Se sigue buscando! -
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Busco y ofrezco.
— Aunque nos pierden las prisas cuando un rol nos entusiasma, creo que puedo dar una ortografía cuidada y una narrativa disciplinada. Habrá erratas, por supuesto, pero intentaré que sean mínimas. Me gustaría encontrar un trato similar, seguro que puedes dármelo.
— Debo confesar que mis roles de post no son excesivamente largos, rondan entre las 400 palabras hasta las 900, para que, de ese modo, haya mayor dinamismo y avancemos más rápido. Esto, por supuesto, no se va a cumplir siempre, y de igual forma no te voy a exigir que te adhieras a esa cantidad, sin embargo, sí quisiera que se comprenda que me muevo en esos parámetros.
— Me adapto a ti, y del mismo modo que podremos hablar de lo que sea necesario para coordinar una buena historia, mi personaje igualmente actuará en concordancia al tuyo. No sientas presión, y tampoco deber. El rol es algo que existe como hobbie para distraernos de los quéhaceres.
— Si deseas ver mi modus operandi, te puedo remitir privadamente algunos de mis escritos. Mismo así que, también, me gustaría ver un poquito cómo escribes, ya que no exigiré ficha para ésta búsqueda.
— Quiero que sea algo bien saboreado. Preferiría ahorrarnos las prisas y ponerle su enemies to lovers, mutual pining, etcétera.
He said, "Where'd you wanna go?
How much you wanna risk?
I'm not looking for somebody with some superhuman gifts
Some superhero
Some fairy tale bliss
Just something I can turn to
Somebody I can miss"
L I B R E
Hace poco más de cinco años, con tu llegada al banquillo, se estableció una nueva dinastía del fútbol en Alemania. Con el tiempo, la palabra derrota se perdió en el extenso vocabulario del club. Porque, amén de tu solemne presencia, ambición, competitividad y nivel aumentaron exponencialmente en la Bundesliga. Reconvertiste el juego, y, mismo así, rivalizabas, de hecho, con otras ligas de largo recorrido como lo eran la inglesa o española. Conquistaste a los fanáticos y no se te escapó título alguno.
Así, la primera vez que oíste de Mohamed (Mo) Sadeq, joven promesa egipcia, uno de tus asistentes lo mencionaba pasajeramente como plausible fichaje veraniego. Tenía diecinueve años y una carrera por delante. Y cuando encendiste aquella televisión para ver recopilaciones de quien apodaban "pequeño faraón", te enamoraste de cómo regateaba, cómo corría y cómo, de algún modo, hacía ver tan fácil un deporte tan exigente.
Sadeq fue fichado en 2017 como lateral izquierdo de tu equipo. Su sonrisa era brillante como el sol de la mañana, aunque, no obstante, su alemán fallaba con creces. Nunca percibiste, siquiera elucubraste, que para el muchacho fuiste amor a primera vista, a última vista y a cualquier vista. Y los abrazos amistosos, las sonrisas luminosas y los "lo has hecho fantástico" después de cada partido, solo lo empeoraron. Sadeq te quería, te quería muchísimo. ¿Quién le habría dado una oportunidad como la que tú le diste? Nadie. Absolutamente nadie.
Sin embargo, todo llegó a su fin.
Con una oferta monetaria mayor, el club cedió a Sadeq a un equipo de Francés hace tres años.
Nadie imaginaría que el equipo de Mohamed os golearía jugando en casa con un cuatro a cero, que el faraón haría un hat-trick, ni que, con el tiempo, los de Francia se convertirían en vuestros más acérrimos rivales, siendo año tras año firme competencia de la Champions League.
De éste modo, Sadeq pasó a ser tu anti-héroe, y los partidos contra él una guerra estipulada.
Tus declaraciones tras el partido fueron claras.
"Sadeq ganó todo en Marruecos, casi todo en Egipto. Así que creo que quiere volver a ganar en Europa. Eso está claro. Pero no se lo pondremos fácil".
¿Qué busco?
— Como se lee aquí, busco: o bien al ex-entrenador de Mohamed o bien al propio Mo, me amoldo a tus intereses. Solo quiero rolear la evolución de una relación en un terreno de juego tembloroso, hípermasculino y, en muchas ocasiones, tóxico.
¿Qué necesito que traigas?
— A priori, los datos básicos del personaje: nombre, apellidos, edad, físico, estado civil. Si nos ponemos fantasiosos, canción del personaje, alguna curiosidad. Lo que tú veas, lo que te inspire y con lo que te sientas cómodo/a/e.
¡Saludos! -
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—"Luckyan~ eres tierno" —atinó a pensar, viendo cómo el otro se marchaba hacia la base—. "No, espera, ¿qué?" —su cerebro quedó en pausa por lo que acababa de pensar, un lapsus en lo que todo era blanco, igual que la nieve o el cabello del otro muchacho—. "Bueno, sí, es tierno... porque és inocente, ¿o no?" —trataba de justificar su segunda mitad, se creyó idiota al pensar así de un chico que apenas conocía y a leguas no era su tipo—, "probablemente sea virgen, además, con esa cara de pre-adolescente imbécil..." —permaneció muy quieto hasta que el menor regresó, las puntas de los dedos le hormigüeaban de frío pese a ir enguantadas.
Negó. Quería el pensamiento fuera de su cabeza ya.
— ¿Sabes que te he visto reír de mí antes, verdad? —dio un respingo dramático y desvió la mirada, hizo un gesto pareciendo girarse con lástima, pero inmediatamente sus manos rodearon los menudos hombros ajenos, y sentenció al menor—: Verás lo que es bueno —seguidamente, empujó al chico a la nieve, mitad orgullo, mitad reírse de él y olvidar sus problemas. Con lo que no contó el coreano fue que Luckyan golpeara sus pies en el propio acto de caer, causando también la caída del mayor encima suyo, la cual por suerte amortiguó con las palmas de sus manos a cada lado del chico en el momento previo y exacto a un beso.
Sus labios se abrieron, tomando aire con sorpresa. Su cabello rosado caía en cascada rompiendo cercanía.
—"Luckyan es tierno" —vislumbraron sus orbes, forzándole a maldecir en voz baja.
—Mierda —se dignó en decir, frustrado por un sonrojo no deseado; Se levantó de inmediato, no queriendo dar explicaciones del por qué tardó unos segundos de más en ponerse en pie; Dejó al menor levantarse también por su cuenta y tomó la primera dirección que vio, adentrándose en un territorio salvaje y estéril; Desde el imperio ya sabían que los jóvenes se acababan de poner en marcha, quizá aquel día les dejarían explorar, si eran lo suficientemente inteligentes y demostraban poder sobrevivir ya les enviarían verdaderos peligros.SPOILER (click to view)¿Te imaginas que se pierden en una tormenta y acaban desnuditos para entrar en calor? -sueños de fangirl loca-. -
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—Estoy tenso por esta mierda —murmuraba con el rostro pegado a la almohada en señal de hundimiento. Claro, claro que el pelirrosado estaba despierto, de las tres horas que llevaba ahí, dos durmió y la tercera fue dedicada en exclusivo a carcomerse la cabeza, se odiaba por eso. Aunque su espalda bien constituida estuviera tapando todo paisaje de su mirada verdosa, sus ojos se entreabrieron con pesadez, ni siquiera podía sonreír así que se retorció con frustración en la cama hasta que Niebla le mordió; Escuchar el quejido del viento susurrando por la entrada al campamento cambió las cosas, le obligó a incorporarse de inmediato, jadeó exclamando un sonoro "idiota". Ese albino insensato, ¿cuál era su nombre? Ya no lo recordaba. Pegó un salto de la litera al suelo, el perro se quedó arriba. Colocándose unas pesadas botas adaptadas al clima y una chaqueta térmica con capucha, se apresuró en encontrar la salida. Si eran compañeros, estarían juntos en las buenas y en las malas, ¿qué era eso de explorar el terreno desconocido sin previo aviso?
Respiró aliviado cuando vio la mata de pelo blanca como la nieve al arrimarse a la puerta. ¿Qué hacía ahí?, pensó. Se colocó de cuclillas detrás suyo, como la puerta estaba entreabierta, los ojos desinteresados y ligeramente enfadados de Taeyang miraban a su compañero desde el interior, inclinó el rostro ligeramente, para cuando estuvo cercano al oído ajeno sopló con fuerza encima del mismo, alertando de su presencia, luego susurró:
—¿Qué, estabas teniendo toda la diversión sin mí? —el tono entre sarcástico y ácido denotaba que no deseaba respuesta alguna—.¿A qué viene esa cara, en qué pensabas, vas a llorar, mocoso? —postrando la diestra sobre el acero, la puerta fue abierta con lentitud, y a ritmo lento, Taeyang presionó con el dedo índice la mejilla del menor, alejó la mano y lo miraba abrazando sus rodillas, parecía diminuto así, un infante con curiosidad con ese aspecto inocente que le daba el frío enrojeciendo sus mejillas y calmando su mirada—.La vida sigue, no te desesperes —fue cortés, y rayos, se sintió muy bien al serlo, era la primera vez en tiempo.
Incorporándose, caminó más allá en la nieve, olvidando por completo cerrar y dejando esta tarea a su compañero. Lo que no esperaba fue resbalar al décimo paso, cayendo de culo y mojándose. Resopló y se tumbó, su cabeza recayó sobre la nieve con fuerza, se inclinó para mirar al muchacho aún tumbado, apretó los labios y a continuación contuvo la risa.
—Creo que después de esto, no hay nada más ridículo que pueda hacer frente a mi compañero, ¿o sí? Definitivamente debo dejar de echarle whisky al café —bromeó, olvidándose poco a poco de esa ridícula barrera que anteponía entre él y la Tierra entera por unos instantes, actuaba así porque estaba asustado, de lo contrario seguiría siendo el mismo prepotente—. Quiero explorar el terreno, vine aquí para eso, ¿te vienes conmigo? No tengo mucho sueño hoy —de apoco, se fue levantando, la caída solo había logrado que su trasero se mojara, gruñó al ver la marca en el pantalón—. Soy el mayor y casi me rompo la cadera, así que ves a por lo indispensable, tráelo en una mochila y paseemos por aquí —se cruzó de brazos con altanería, de nuevo su flequillo caía en diagonal sobre el lado izquierdo de su inmaculado rostro. Observó al niño con una mirada retadora, para que se atreviera a hacerlo, y a ello se añadió una media sonrisa.
—Puedes recordarme tu nombre, lo he olvidado... -
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Por cada paso que daba, mayores eran las exclamaciones refunfuñonas del albino, Taeyang marchó con divertimiento en las venas. "Fresita", sonrió... menudo peyorativo; No se sentía orgulloso de entristecer a ajenos, al menos antes, para el actual damphir se trataba de mera rutina; puede que algún día fuera un buen muchacho, mas a aquel joven le cortaron las alas abruptamente.
—"Qué irascible es, solo le dije un par de cosas" —pensaba, recién entrando por la puerta automática a la cocina, sin darle mayor trascendencia al asunto y limitándose a ignorar las repercusiones. Ni se le asomó la idea de que hizo llorar al menor, de saberlo, se habría disculpado con todo el pesar de su orgullo.
Hizo según manifestó, se puso a preparar el café, demorándose lo justo por emplear la metodología tradicional. Un diminuto inconveniente surgió cuando no encontró un par de tazas, efectuando más ruido de lo normal en la silenciosa base, ya que se puso a rebuscar por la despensa y varios cajones. Ciertamente, a pesar de estar en el tercer milenio de la humanidad, se notaba que aquel lugar no poseía la tecnología más novedosa, si bien era respetable. La cocina, además de pequeña, poseía materiales antiguos. Además, un buen campamento también tendría aislamiento acústico, allí se oían los fuertes vientos boreales estampar contra las instalaciones. Era bastante molesto e inquietante, razonó.
Una vez servido el café en los dos recipientes, solo desperdició unos pocos instantes más en palpar las tazas, que hicieron regresar la circulación
a sus dedos y emanar un suave suspiro.
—Bendito café —susurró, apenas quedando en el olvido.
Echaría tres cucharadas de azúcar en su taza e iría buscando a Luckyan por medio campamento para entregarle la suya. Todavía tenía corazón. Minutos más tarde, dio con el joven de espaldas a él dentro del laboratorio, así que carraspeó para hacerse denotar.
—Aquí te dejo el café —lo colocó en una de las mesas metálicas de la sala, y antes de recibir un gracias, se dio el lujo de responder—: De nada.
Vivía de fastidiar a otros, esperaba que no se lo tomara como personal.
No se volverían a ver las caras en varias horas. Taeyang reculó por donde vino hasta llegar a la habitación, donde decidió organizar sus cosas y meditar en su situación por fin, en cómo subsistir y organizar el trabajo. Necesitaba más información, así que se esquematizó un horario, para realizar las tareas pertinentes... estaba agotado, de igual forma, muy nervioso, por ello necesitaba tiempo para asimilar la trampa que su madre y hermanos urdieron y las horas de vuelo sin descanso, si no desconectaba pronto, el estrés le consumiría.
Probablemente, de todo lo malo, la compañía era lo de menos. Por su acento, dedujo que el chico no era natal de Japón, parecía inglés, así que difícilmente se volverían a encontrar. Le daba absurdamente igual, aquel muchacho.
Descubrió en las maletas, además de ropa, insignificantes detalles, como unos reproductores de música y algunas de sus posesiones favoritas. Su madre solo era buena con él cuando algo horrible estaba apunto de sucederle. No obstante, sus neuronas no hicieron demasiadas conexiones, y el pelirrosado, exhausto, se tumbó en la litera, colocando los auriculares en sus oídos y descansando un par de horas con la música encendida. Niebla, también durmió a su costado, bajo la calidez de varias mantas.SPOILER (click to view)Es gracioso que se discriminen en función de la altura x'D -
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¿Qué más daría lo que pudiera decirle? Despreció su respuesta.
—Joroseki... —contestó al halago, mirándose las falanges como mayor exponente de diversión—. No faltes el respeto a tus mayores.
Con mucha clase en sus movimientos, el futuro biólogo, pensó que sería lógico ir poniéndose ropa adecua al clima, así que se agachó y rebuscó en sus pertenencias, descubriendo la tapa del cesto abierta. Arrugó las cejas, cuando inspeccionó el interior, olía a comida de perro. Entonces, un "plof" resonó consecuente a la caída de su inocente, recién conocido y pequeño compañero, le sacó de sus conjeturas, e hizo enforcar sus faros verdosos en él de nuevo. Niebla, exclamó su subconsciente. ¿Qué hacía el perro ahí? No lo esperaba, así que se quedó embelesado por el momento, atando cabos y viendo al muchacho níveo acariciar a su mascota. Por más disimulo y distanciamiento que Taeyang quisiera poner entre él y el resto del mundo, una disimulada sonrisa cálida inundó las comisuras de sus labios, cosa que no duró mucho tiempo, pero fue tan breve como sentida. No sabía exactamente si se debía a la alegría que le daba ver al Husky que adoptó con él, o a la tierna imagen.
Pero nada dura para siempre, ¿cierto? El rictus del pelirrosado se fue al otro extremo, fue justo en el instante que ese idiota le señaló con ese tono y mirada, a los cuales estaba tan bien acostumbrado desde la infancia y había dejado de considerar, pero continuaban molestándole. Si quería buscarse problemas, con él los podría encontrar con facilidad. Correspondió con el mismo desdén y se acercó a pasos lentos al otro, pareciera un tigre reptando en derredor del antílope, a juzgar por su sonrisa y su silencio, cada palabra que cualquiera de los dos dijera, lograría que la tensión se pudiera cortar cada vez más con un cuchillo.
Quedando a pocos palmos del menor, arrancó el comunicador y demás de sus manos, sin ninguna amabilidad.
— Quisiera llevarme bien contigo, pero si sigues mirándome de ese modo, me temo que no podré —no estaba invadiendo su espacio personal, pero estaba lo suficiente cerca para acelerar los signos vitales de cualquiera.
Sintió el trémulo estado del menor. Tiritaba. Resopló y se alejó de nuevo para tomar al cachorro y la maleta.
"Luckyan", memorizó, sin darse lujo de olvidar el nombre.
—Ah~ Voy a intentar preparar café luego. Si callas, te daré un poco. No será necesario que le pidas permiso a tu madre para tomarlo, ¿cierto? —murmuró a sus espaldas con sorna. ¿Planes? Inspeccionar el lugar. Se alejó del menor, ignorando cada palabra que le dijera, por uno de los pasillos.
El sitio proporcionaba una sensación imposible para claustrofóbicos, y la iluminación, aunque estaba presente, era agobiante. Tanto revestimiento metálico había dejado olvidada a un lado la calidez que una casa debe tener. Taeyang llegó a una habitación con dos literas, lo más parecido a dormitorio que pudo hallar. Sin muchos tapujos, subió a una de las literas, y colocó su maleta encima. Se deshizo de los guantes, además de la camiseta, empapada en helor por el poco tiempo que estuvo fuera antes de entrar. No, definitivamente, el pelirrosado no estaba para nada mal.
Tal y como esperaba, su madre le había enviado ropa y algunos comestibles. De la envoltura del paquete de café, sobresalía una nota. "Pásalo bien", decía. Nada tardó en hacer una bola de papel y lanzarla lejos. Traidores... Gruñó y se quedó mirando el paquete de café. Bueno, tenía lo que quería. Se cambió la ropa y colocó los materiales proporcionados por el gobierno. Al final acabó llevando una sudadera negra, bastante grande y mullida, no obstante, debajo también portaba muchas capas de ropa que lo aislaban del frío. Saltó de la cama y se dirigió de nuevo al punto donde se encontró con el albino, dejando a Niebla sobre el lecho tras palmearle la cabecita.
—Hay una habitación casi al final del pasillo —indicó con el pulgar, sin mirar atrás—. Creo que la compartiremos, pero es espaciosa para ambos. Mientras no toques mis cosas, supongo que estará bien. También vi algo similar a un laboratorio, una cocina, aseos, y una pequeña enfermería. ¿Ves, Luckyan? Este va a ser el comienzo de una hermosa amistad —dijo sarcástico.
Volvió a partir, esta vez dirección a la cocina, a preparar el café como pudiera.SPOILER (click to view)^ joroseki: bastardo en coreano.
^ La apariencia del Husky. click here.
Disculpa la demora o/
Y, oh, Luckyan solo me provoca ternura x'D -
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Not Today -BTS.
A day may come when we lose
But it is not today
Today we fight!
Le habían engañado. La realización de la verdad llegó horas más tarde, enclaustrado en aquella nave junto a otros jóvenes y con pocas posesiones más que las que cabían en sus bolsillos. De nuevo, su familia, su monstruosa estirpe, se había salido con la suya, se había desecho del hijo estúpido, ya no bastaba con unos kilómetros de distancia, ahora habría millas y millas. Pero, oye, ¿y si era el primer damphir en pisar el ártico? Sonrió pesadamente, su cuello se encontraba dolorido de tanto tiempo en la misma postura en esos sillones futuristas, la nave, pese a haber viajado a la velocidad del sonido para ir a varios puntos mundiales, una vez interfirió con una tormenta glacial tuvo que relentizarse. La nieve indicaba que se aproximaba a su destino. Taeyang cerró los ojos, su cabello rosado se derramó hacia atrás, siguiendo el movimiento que su cabeza realizaba. Joder. Tuvo tantas expectativas para aquello... ahora se rompían en mil pedazos, fue imbécil al confiar en su madre, ella ayudándolo era una quimera que jamás vería la luz del sol.
Reanudó la sonrisa pensando que algún día se vengaría.
Aunque por otra parte, sentía ganas de dar puñetazos al primer objeto que viera, simplemente se contuvo. La frustración venía dada ya que, los soldados del imperio, irrumpieron en su exposición del movimiento circular uniformemente acelerado mientras iba en camisa de manga corta y sus característicos guantes blanco y negro, o sea que era el rarito que iba a ir a un polo helado del planeta en ropa semi-veraniega. Fantástico, moriría de frío. Suerte que como damphir, se trataba de un ser más inmune al dolor que los humanos, y esto facilitó ignorar los escalofríos que le subían desde las puntas de los dedos de los pies hasta la nuca.
Hizo contacto visual con uno de los soldados, hermético, era como mirar a una piedra.
Chasqueó los labios y devió la mirada, frunciendo el ceño.If you can't fly, run
Today we will survive
If you can't run, walk
Today we will survive
If you can't walk, crawl
Horas más tarde... un hombre entró a la sala, impasible como el resto de soldados, sostenía una lista y se preparaba para hablar:
—Saul Taeyang Jaegerjaquez —el mentado observó desdeñoso en un rincón.
—Presente —respondía de inmediato, mediante ese deje de indomabilidad que le perseguía para bien o para mal, lo cual pareció disgustar al señor que lo llamó, pues conforme se levantaba de su asiento, le agarró del hombro y jaloneó hasta fuera del lugar de muy malas formas.
—Muestre más respeto... Ahora, sígame, en nada efectuaremos su parada, mocoso.
Probablemente el soldado le habría roto los dientes si hubiera escuchado el gruñido que soltó aquel coreano irreverente. Éste último, se hallaba muy tenso por la situación. Él no era así usualmente, parecía siempre tenerlo controlado todo, ¿qué le estaba pasando? Se ajustó las gafas con orgullo, pronto agachó el rostro y un segundo guardia irrumpió en el habitáculo;
—Estudiante Jaegerjaquez, su madre le inscribió de forma altruista a esta actividad, nos hizo llegar algunas cosas de su posesión para usted —el militar señaló un cesto y una maleta cuadriculada frente la puerta de salida de la nave—. Cualquier duda, nos la podrá hacer llegar mediante el material proporcionado a su compañero —¿com...pañero?
— ¿Tengo compa--? —antes de darle tiempo a preguntar, la puerta se abrió, y un helor ardió en su piel como jamás antes ningún otro había hecho. Si bien Tokyo podía ser invernal en ocasiones, no existían palabras para describir cómo se erizaron los bellos del coreano al observar un grisáceo exterior, atormentando por ventiscas y nieve.
—Dese prisa —ordenaron.
Un túnel conectaba la nave a la base, así que se apresuró en ir corriendo a las instalaciones, abriéndose paso entre elevados sistemas tecnológicos. Ni siquiera se giró a ver la nave, aunque había muchas probabilidades de que ya se hubiera ido. En su lugar, acababa de llegar a su nuevo hogar sin mucho entusiasmo y demasiada brusquedad, sin obviar la respiración pesada que traía. Tenía las manos apoyadas sobre sus rodillas, mientras que al mismo tiempo su cuerpo estaba contra la puerta. No, no regaló tiempo a la presencia de un albino de dulce apariencia muy cerca suyo, simplemente no podía, o no pudo hasta que recordó las palabras del soldado "compañero". Elevó el mentón para encontrar un par de orbes cristalinos que inundaron sus sentidos, no pudo evitar la sorpresa, pero no dijo nada, solo se quedó correspondiendo a ese fundir de miradas, fueron minuciosos segundos en los que parecía perplejo.
Al cabo de un tiempo, con las maletas a un lado, empezó a murmurar:
—Debe ser una broma, ¿verdad? Mírate... eres un crío. ¿Mi compañero es un estudiante de primaria? —tras el veredicto, suspiró largamente. Lo cierto es que dijo lo primero que le vino a la mente y lo que le parecía, en comparación, el pelirrosa era un monstruo, más alto, más fuerte, más desarrollado. Resopló, ocultando una pequeña risa, que no tardó en llegar con sorna, por fin volvía a ser el Taeyang desagradable de siempre. Analizó al crío de pies a cabeza a través de sus lentes, luego, con lentitud burlesca, deletreó—: J-a-e-g-e-r-j-a-q-u-e-z, Taeyang Jaegerjaquez es mi nombre, no te confundas con él... niño. Ahora, por favor, modales a parte, ¿no has podido climatizar este jodido lugar? Está helado —inquirió, para chasquear los labios y negar.
Estaban, probablemente, muy entrelazados en aquella simple conversación que los incumbía, uno sonriendo con descaro y el otro reaccionando como podía. Ante tanta novedad, ninguno prestó atención a las maletas del de cabellos cálidos, en concreto, la cesta se movió de un lado a otro,
hasta que unos morritos caninos asomaron por su cobertura, la tapadera de la misma cayó al suelo, y de la nada, un cachorro de lobo siberiano salió del interior del equipaje. Sin pensarlo mucho, fue directo al joven albino, pues parecía mucho más dócil que su verdadero propietario. Aquel era el perro que Taeyang compró para el viaje, y tan pronto como lo vio, acababa de elegir a su dueño, que para tristeza -o no tanto- de Saul, no era él.Together we won't die
SPOILER (click to view)Me quedó muy largo. Y traté de hacerlo breve TWT -
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De momento, chicas os merecéis una disculpa, y os la enviaré por PM debido a esta demora en responder el tema. Este lío de persona tiene muchas justificaciones, pero ninguna bastaría para la situación. Tema en pausa, ya no se aceptarán más fichas en un buen tiempo.
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¿Queréis fotos mías? Pues tomad fotos mías. SPOILER (click to view)
(Me ha dado el puntazo, y me estoy estresando con los roles lmao.
Sé que nadie quería fotos mías, pero meh).
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Edit: sí, sois todos muy guapos también<3
Edited by Miss Stalker. - 7/4/2017, 21:33
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