Posts written by AshleyChan

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    Juzumaru se acerca a ayudar a Taroutachi una vez este se golpea, intentando no reír para evitar incomodar a la espada. Aunque en la ciudadela ya estaban bastante acostumbrados a ver a los ootachis chocarse con las puertas.

    La verdad es que no, lo lamento—. Se disculpa negando con la cabeza cuando este le pregunta si tiene alguna idea de cómo ayudarle. —Pero si gustas podríamos reunirnos con Ichigo y Kogarasumaru en otro momento y pensar algo.

    Mikazuki entra al dojo bajo la mirada preocupada de Kogarasumaru, quien se retira en busca de Ichigo para que se encargara de vigilar a la espada luna por un rato. Así hace Ichigo, yendo junto con sus hermanos al dojo para entrenar e intentar levantarle un poco el ánimo a Mikazuki en lo posible.
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    Juzumaru se levanta nervioso, pero Mikazuki se retira más rápido de lo que hubiese esperado. Temía dejar a Mikazuki solo en ese estado y muchísimo más dejarlo salir, sin embargo, es consciente que en cualquier momento la espada retomaría su rutina como si nada. Mas no esperaba que fuera tan rápido.

    Lamento las incomodidades. Mikazuki realmente está muy afectado... Disculpa si algo de lo que te dijo te hizo molestar de alguna manera—. Se disculpa Juzumaru ayudando a Taroutachi a recoger las tazas. —Sí, lo mejor será que despeje su mente. Pero no puedo evitar sentirme nervioso dejándolo solo...

    Mikazuki sale de la ciudadela rumbo hacia el dojo. Kogarasumaru, quien se encontraba de regreso hacia la habitación del Tenka Goken se lo cruza y al verle fuera tan repentinamente se preocupa, así que no tiene más opción que seguirle. Shirosuke salta de los brazos de la espada cuervo y persigue a Mikazuki, chillando y dando brincos con la finalidad de llamar la atención de su cuidador, pero sus esfuerzos parecen no dar fruto.
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    Kogarasumaru suspira decepcionado de sí mismo cuando Oodenta se retira de la cocina. Otra vez no había sido capaz de darle una respuesta definitivamente a los sentimientos del Tenka Goken. ¿Pero cómo se suponía que se lo dijera? Había pensando múltiples veces en cómo abordar el tema una vez estuviera frente a la espada, pero ahora que finalmente lo veía era incapaz de escoger las palabras correctas. Le preocupaba que no fuera capaz de decírselo, pero sabe que tarde o temprano él mismo va a forzarse en ir donde el más grande para darle fin a esa situación.

    Porque Kogitsunemaru odia cómo soy. El realmente odia mi verdadero yo y... Yo no soy bueno fingiendo ser el tipo de pareja que él quiera que sea. Siempre intento e intento, pero termino decepcionándolo una y otra vez. Sabía que tarde o temprano me dejaría, pero no pensé que sería tan pronto... Realmente no pensé que sería tan pronto...

    Mikazuki se levanta de repente y saca de su armario una moda de ropa, cosa que le extraña a Juzumaru. No se había esperado que Mikazuki volviera a hacer su rutina tan de repente.

    A menos que me convierta en el tipo de hombre que Kogitsunemaru quiere, él nunca volverá a mí. Pero... No sé si realmente yo quiera ser como él tanto desea—. Admite Mikazuki y suspira. —Gracias por venir a visitarme. Iré a vestirme para entrenar...
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    Tú no has hecho nada malo, es verdad. Desconozco si Sohayanotsurugi habrá dicho algo, pero el niño lo hizo y Mikazuki terminó escuchándolo. Está muy herido por lo que Maeda dijo sobre él y cree que ustedes tres estuvieron hablando mal a sus espaldas con Kogitsunemaru. Aunque hasta yo tengo que reconocer que es simplemente tonto pensar que tú serias capaz de hacer algo tan bajo como eso—. Dice Kogarasumaru tranquilo tomando la bandeja que le había dejado a Oodenta para comenzar a lavar lo que había utilizado.

    Shirosuke mira curioso a ambas espadas sin entender muy bien la tensión entre ambos. El cachorro decide entonces hacer lo que mejor sabe hacer y sale corriendo de la cocina hacia el jardín, regresando a los pocos minutos con pequeñas flores en su hocico para ambos y chilla contento.

    Mira qué buen chico. Tragiste especias para el estofado de zorro—. Dice Kogarasumaru agachándose a recoger las flores y Shirosuke se tumba en el piso como respuesta. —Parece que ya se murió. Pero qué cooperativo eres Shirosuke, pero tus padres deben enseñarte a ser menos confiado, o podría comerte de verdad uno de estos días.

    No tiene caso. Es el final, se acabó. Nunca podré arreglar esta situación y nadie tampoco podrá hacerlo—. Se lamenta Mikazuki mirando el té dentro de su taza. —Kogitsunemaru me detesta independientemente de lo que haga, no tiene sentido...

    Si no cooperas no voy a impedir que Kashuu se acerque a la habitación de Kogitsunemaru—. Interrumpe Juzumaru ya un poco fastidiado con la conducta de Mikazuki. —Taroutachu ha venido acá con buenas intenciones y solo estás despreciando su amabilidad. Si sigues así ten por seguro que no voy a hacer nada por mantener a Kashuu lejos de Kogitsunemaru.

    Mikazuki abre los ojos de par en par al escuchar a su amigo amenazarlo de esa manera, sabe que no estaba diciendo todo aquello a la ligera. Tiene miedo de que Kashuu lograra su cometido por culpa de su propia actitud, así que sin mas, se dispone a contarle todo a detalle a Taroutachi en contra de su voluntad.
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    Kogarasumaru llega a la mañana siguiente con el desayuno de Juzumaru y algo ligero para Mikazuki, sin embargo, no logran hacer comer a la espada esa mañana por más que lo intentan. Al cabo de un rato llegan Oodenta y Taroutachi curiosos a la habitación, cosa que hace enojar ligeramente a Kogarasumaru.

    Alto ahí—. Dice Kogarasumaru deteniendo a Oodenta en la entrada de la habitación tan rápido como puede y le entrega la bandeja con los tazones que habían utilizado. Le empuja ligeramente de la espalda y lo hace caminar en dirección a la cocina. —Estás loco si pretendes aparecer en frente de Mikazuki luego de lo que sucedió, así que te vienes conmigo.

    Shirosuke sale corriendo detrás de ambas espadas y Juzumaru traga saliva claramente nervioso por la situación. Esperaba que el cachorro fuese capaz de controlar lo que sea que estuviera cruzando por la mente de Kogarasumaru en ese momento, después de todo, él no podría estar presente para supervisar que la situación no saliera de control.

    Ah... Mikazuki, mira. Llegaron más de tus amigos para animarte. Hay que levantarnos y recibirlos un rato, ¿de acuerdo? No podemos ser maleducados.

    Se apresura en intentar levantar a Mikazuki del futón a duras penas y arreglarlo para que no se viera demasiado deprimente frente a Taroutachi. Mikazuki se levanta a duras penas y se deja arreglar mientras mira a Taroutachi sin mucho interés.

    ¿Tú también estuviste hablando con él sobre mí?—. Pregunta con la voz ronca, claramente afónico por haber gritado y llorado tanto el día anterior. —Si es así no quiero saber nada, así que puedes irte...

    ¡Mi-Mikazuki! ¡Taroutachi es incapaz de hacer eso! No te refieras así de una espada tan seria y respetable como él—. Lo regaña Juzumaru realmente nervioso y e inclina ligeramente la cabeza ante el ootachi. —Lo lamento muchísimo, está muy afectado. No se lo tomes a mal.
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    Midare termina de preparar lo que su hermano le había encargado y sirve la papilla junto a tres porciones de almuerzo para llevarla como puede hacia la habitación de Mikazuki. Una vez entrega todo, se retira rápidamente y va en búsqueda de sus hermanos menores para llevarlos a almorzar en la ausencia de Ichigo.

    En la habitación del Tenka Goken las cosas no parecen dar señal de mejora. A duras penas logran sacar a Mikazuki del futón para hacerle comer un poco y por mucho que intentan animarlo ninguna de sus palabras logran llegar a la espada. Saben que lo mejor que podrían hacer por el resto de ese día sería estar a su lado y vigilar que no cometiera ninguna locura.

    Se turnan para cuidar de la espada el resto del día y a la hora de dormir Juzumaru es el encargado de quedarse en la habitación de Mikazuki. Saben que no había mejor candidato para servir de guardián de la espada en ese momento.
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    Mocoso malcriado, insolente, vanidoso y altanero. Si supiera cómo sufren tus hermanos por la propia división que tu mismo causaste—. Susurra para sí apretando sus puños con fuerza cuando Maeda se retira. —¿Cómo diablos sabe que no sabía leer ni escribir? Este mocoso infeliz... No, no Kogarasumaru. Respira y céntrate en lo importante.

    Se queda un momento quieto y respira pausadamente logrando controlarse lo suficiente para regresar al honmaru. Busca a Juzumaru y le comenta superficialmente todo lo que había sucedido para luego ir juntos hacia la habitación de Mikazuki y ayudar a Ichigo a calmar a la espada.

    La hora del almuerzo se aproxima cada vez más y las tres espadas están agotadas, habían hecho todo lo posible para consolar a Mikazuki pero sus esfuerzos no parecían dar resultados. Al final, Ichigo tiene que pedirle a Midare que se encargue de preparar algo de comer a Mikazuki en lo que ellos permanecían vigilandolo de hacer alguna locura.

    Tsurumaru san, buenas tardes...—. Saluda Midare entrando a la cocina, extrañado por el aspecto del albino e ignora a Kashuu hasta que recuerda las palabras de su hermano mayor y se voltea de la mala gana. —Perdón por haber ido a fastidiarlos esta mañana. Fue muy inoportuno de mi parte incomodarlos a ustedes dos en medio de sus asuntos privados y estoy muy arrepentido. <b>

    Sonríe sin muchas ganas y se da gira volteando los ojos para seguir con lo suyo. Saca arroz, tazones y ollas para colocarlas sobre la mesa y se coloca un delantal para empezar a cocinar.

    —<b>Con el único que debería disculparme es con Tsurumaru san al final de cuentas. Sigan con lo suyo e ignorenme, por favor. Tengo que hacerle un favor a Ichi nii y acabar antes de la hora del almuerzo para atender a mis hermanos
    —. Dice sacando de su bolsillo las indicaciones que había apuntado con ayuda de Shokudaikiri. —¿Por qué necesita que le prepare papilla de arroz? ¿Está mal del estómago o algo así? Molesto...
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    No hay nada que pudiera pedirle a un niño y mucho menos algo que debiera dar a cambio. Creo que sabes bien eso, Maeda—. Dice Kogarasumaru cruzándose de brazos y frunciendo el ceño. —Creo también que ya sabes a la perfección por qué quiero hablar contigo.

    Mira a Maeda con detenimiento y achica los ojos del disgusto. El tantou sólo lograba verse altanero tratando de comportarse de esa forma madura que no encajaba con él en absoluto. No entendía como Sohayanotsurugi lograba aguantarlo con esa actitud, y mucho menos le sorprende que su familia se hubiera distanciado de él.

    Lo que dijiste de Mikazuki estuvo muy mal. Independientemente de si sea verdad o no, o si tú lo consideras así, no debiste decir esas cosas y mucho menos a espaldas de alguien. Eso no es algo que hace un adulto bien educado. ¿Acaso tú te sentirías bien sabiendo que alguien habla mal de Hirano a su espalda?.

    Suspira frustrado y se lleva una mano al rostro sabiendo que realmente eso último no tendría efecto alguno en Maeda o lo haría recapacitar. Después de todo, el niño había hecho de lado a su familia y olvidado a su propio gemelo para ir a estar detrás de Oodenta veinticuatro siete. ¿Cómo hacerlo recapacitar con algo que claramente no tenía importancia para él?

    Bueno, ya no es que te interese demasiado tu gemelo. A lo que voy es, discúlpate con Mikazuki como el adulto que dices ser. No dejes mal parado a tus hermanos mayores, estoy seguro que ellos no te criaron de esta manera.
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    Ichigo llega a la habitación de Mikazuki y entra en silencio para encontrarse con la espada llorando bajo las frazadas de su futón. Suspira a sabiendas de lo que acababa de ocurrir y tan sólo se limita a acercarse y abrazar por encima el bulto bajo las mantas. En ese momento, era incapaz de increparle algo a Mikazuki, mucho menos de intentar darle olabras de apoyo que probablemente tendrían el efecto contrario al que querría lograr.

    Tan sólo tenía que quedarse al lado de la espada luna hasta que su llanto parara y estuviera más tranquilo. Solo así podría lograr comunicarse con su amigo y hacer lo posible en ayudarlo. No tenía intenciones de pelear, ni generar problemas. Él también se estaba agotando de los problemas amorosos en la ciudadela y, muy probablemente, ya no querría saber nada al respecto en un futuro próximo si los suyos propios no se solucionaban.

    Kogarasumaru se retira del almacén luego que Oodenta desaparece y se cruza con Kashuu retorciéndose de dolor en el pasillo. Mira por un segundo a la espada, dudando si ayudarle, patearle o seguir de largo con su camino como si no hubiera visto nada. Al final, elige ignorar a la espada y continúa su camino hasta la habitación de Mikazuki para dejar a Shirosuke y seguir con su día.

    Sin embargo, una vez llega a la habitación y se encuentra con Mikazuki llorando desconsolado se enoja. Deja que Shirosuke se acerque a su dueño y le hace una seña a Ichigo para que no se preocupe por él. Cierra la puerta para darles privacidad y va hacia la habitación de Oodenta, respirando profundamente para controlar su enojo y no hacer algo de lo que podría arrepentirse.

    Maeda—. Kogarasumaru abre la puerta de la habitación sin previo aviso y mira seriamente al menor. —Tengo que hablar contigo. Ahora.
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    Ichigo se preocupa cuando Tsurumaru tarda más de lo normal en salir del baño. Intenta acercarse a abrir la puerta para asegurarse de que no se había quedado dormido o algo por el estilo, pero el repentino llanto del albino lo espanta.

    Escucha preocupado el llanto de la espada, sin saber qué hacer para detenerle, pero al escuchar el nombre de Doudanuki entre sus lloriqueos vuelve a enojarse. Sin embargo, no es capaz de hacerle nada al albino. No quería ocasionar problemas y sabe que le esperaba otro dolor de cabeza cuando estuviera junto con Mikazuki. Se pregunta seriamente si era más difícil cuidar de niños o adultos, pero no podía evitar querer cuidar de todos.

    Cuando Doudanuki finalmente hace su aparición no dice palabra alguna. Se reverencia de vuelta en ambas ocasiones que la espada lo hace y suspira cuando se aleja con Tsurumaru sobre su espalda.

    Lo dejo en tus manos—. Susurra para sí mismo saliendo del baño luego de un rato y dirigiéndose finalmente a la habitación de Mikazuki para intentar consolarlo.
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    Ichigo intenta levantar como puede a Tsurumaru, hasta que llega Kashuu para arrebatarlo de sus brazos y comenzar a fastidiar. Gruñe enojado por las palabras del joven y se levanta para tomar a Tsurumaru de vuelta en brazos y completamente enfadado patea a Kashuu en la entrepierna.

    Deja de querer fastidiar a todos, Kashuu. Ya veremos si tienes la misma confianza de ahora una vez que regrese Yasusada a la ciudadela y se entere de todo lo que haces.

    Lleva a Tsurumaru hacia los baños sin importarle el estado de Kashuu en el pasillo. Una vez ahí ayuda al albino a lavarse la cara y le deja utilizar el baño con la esperanza de que la borrachera se le pasara aunque sea un poco y pudiera regresar a su habitación por cuenta propia.

    Oye, la próxima que vayas a emborracharte asegúrate que alguien te acompañe. O ese indeseable de Kashuu va a volver a estar fastidiando—. Regaña Ichigo realmente fastidiado y se acerca a sacudir un poco al albino para hacerlo reaccionar. —Como sea... Voy a ir donde Mikazuki, ¿crees poder regresar a tu habitación tu solo?
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    Mikazuki se aferra con todas sus fuerzas al cuerpo de Kogitsunemaru, pero este levanta de repente y le toma de la mano. Abre sus ojos sorprendido, llegando a creer que se trataba de una posible chance de volver a estar con su pareja. Pero, al ver que se acercaba tomar también a Kashuu de la mano, siente su corazón quebrarse en mil pedazos y una vergüenza abrumadora apoderarse de su ser.

    Limpia sus lágrimas lo mejor que puede y se suelta del agarre de la espada al instante. Eso ya era el límite, no iba a quedarse en ese lugar a soportar semejante humillación por parte de su ahor expareja y de Kashuu. Ese simple gesto había significado el límite para Mikazuki.

    Entonces, me iré. Espero te diviertas destrozándolo una vez más. Después de todo... Tú nunca serás más que un abusador, 6 tú lo sabes—. Le dice Mikazuki a Kashuu intentando no volver a quebrarse y mira a Kogitsunemaru una vez más antes de salir corriendo de regreso a la ciudadela, no quería tener que ser llevado de la mano junto con esa espada.

    Era humillante, realmente humillante. No podía creer que eso realmente le estuviera sucediendo aunque lo había visto llegar. No podía creer realmente que otra vez Kogitsunemaru estaba yéndose de su lado, y otra vez por culpa suya. Otra vez, una vez más, lo había arruinado todo.

    Corre tan rápido como puede, tratando de secar sus lágrimas que no dejaban de caer y al llegar a la ciudadela va directo a su habitación para encerrarse y tirarse destrozado sobre el futón.

    Oye, Mikazuki. ¿Quieres-? —. Ichigo no puede terminar de hablar. Mikazuki pasa corriendo por su lado con el rostro lloroso y esto claramente lo preocupa. —Niños, nos vemos en la hora del almuerzo. Ya regreso.

    Ichigo sale corriendo detrás de Mikazuki, quien también termina chocando con Tsurumaru y haciéndole caer. Se apresura en acercarse para ayudar al albino a levantarse y una vez este se encuentra estable continúa su camino hasta la habitación de Mikazuki.
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    Shirosuke chilla contento cuando Oodenta lo recibe y le brinda algunos mimos. Mira a Kogarasumaru batiendo la cola esperando a que fuera a tomar la inciativa en hablar con él Tenka Goken pero, en cambio, recibe una amenaza de muerte bastante poco convincente de parte de la espada cuervo. Salta de los brazos de Oodenta una vez este toma una postura defensiva pero chilla tranquilo para volver a saltar hacia Kogarasumaru tratando de indicar al más alto que todo estaba bien.

    ¡Pero mira que eres valiente! Te lanzas a mis brazos a pesar de que sabes que voy a hacerte estofado para la cena—. Dice Kogarasumaru atrapando al cachorro cuando salta a sus brazos y le acarica la cabeza. —Me pregunto de quién has sacado ser tan descarado...

    Kogarasumaru alza la mirada curioso por un momento, pero la desvía al instante. Realmente era muchísimo más incómodo tener a Oodenta frente suyo en la vida real luego de tanto tiempo. No estaba seguro si sería capaz de decirle algo, no estaba seguro si había sanado del todo siquiera. Tenía miedo, pero esta vez se aseguraría de no hacerle ningún daño a la espada.

    ¡No tengo miedo de estar solo! ¡Solo tengo miedo de perderte! ¡No quiero perderte otra vez! ¡No otra vez!—. Solloza Mikazuki completamente desconsolado cuando escucha a su pareja. —No te vayas a mi lado... Por favor perdóname, dame otra oportunidad... Solo una oportunidad...

    Cuando Kashuu aparece, Mikazuki se aferra con mucha más fuerza al cuerpo de su Kogitsunemaru, como queriendo retenerlo para sí. Sabe que si Kashuu empieza con su labia, podría arrebatarle a Kogitsunemaru de su lado. Pero no podía permitir eso otra vez, nunca más iba a permitir que esa espada lastimarla a su pareja. Aún así tuviera que defenderle con sus puños.

    ¡Kogitsunemaru me ama a mí! ¡Yo lo amo a él! ¡Tú solo eres un intruso, jamás voy a dejar que vuelvas a estar a su lado! Jamás permitiré que vuelvas a lastimarlo... ¡Preferiría entregárselo a cualquiera con tal de que esté bien antes de que regrese contigo!
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    Shirosuke gruñe molesto y se le eriza el pelaje al escuchar las palabras de Kashuu. El cachorro desea poder saltar y atacar al joven por hablar de esa manera, pero sabe que eso tan solo enfadaría a su creador. Si tan solo pudiera hablar o comunicarse con Kashuu de alguna manera, no se sentiría tan impotente en ese pequeño cuerpo.

    ¿Escuchas algo Shirosuke? Parece que hay una mosca molesta zumbando por aquí—. Comenta Kogarasumaru de forma burlona mientras se limpia la oreja con uno de sus oídos. Acaricia a Shirosuke con cuidado y se aleja caminando tranquilamente, ya no tenía nada que hacer con Kashuu. —Vámonos antes de que se nos acerquen más, Shirosuke. No deberías estar rodeado de moscas, esas cosas vienen de la basura y ahí deberían quedarse.

    Camina por los pasillos con el cachorro en brazos, hasta que Shirosuke salta y empieza a correr presuroso haciendo que Kogarasumaru le siga como puede. Si perdía de vista al cachorro y le llegaba a suceder algo, sin duda alguna Mikazuki o Kogitsunemaru iban a matarle. Sabe bien que no puede quitarle la vista de encima al pequeño animal. Persigue a Shirosuke hasta el almacén y no es hasta que logra atrapar al cachorro que se da cuenta de la trampa en la que había caído.

    Dicen que de tal palo tal astilla—. Comenta ligeramente disgustado a Shirosuke quien bate la cola alegre de poder ver a Oodenta en ese lugar. —Dile a Shirosuke que si vuelve a hacerme estoy voy a cocinarlo.

    Me esforzaré por enmendar mi comportamiento, solo necesito que me des una oportunidad. Te prometo que esta vez todo será diferente, sé que podremos ser felices los dos... Tal como lo hemos deseado por tanto tiempo—. Dice Mikazuki de forma apresurada sintiendo su cuerpo temblar de los nervios. Aprieta con más fuerza las manos de su pareja intentado lo posible por reterle, pero cuando este las retira, siente su corazón partirse en miles de pedazos. —Kogitsunemaru... Perdóname... Perdóname, yo estuve mal. Fui yo el que estaba mal... Por favor perdóname... Perdóname...

    Su vista se nubla rápidamente con las lágrimas que había estado intentando contener desde más temprano y la voz de su amado se vuelve cada vez más lejana con cada palabra que dice. Intenta alcanzarle con sus manos, pero se siente tan confundido que su cuerpo no responde y tan sólo puede quedarse viendo a la espada zorro alejarse por varios minutos en completo silencio.

    ¡No me dejes!—. Grita Mikazuki en medio del llanto y corre detrás de Kogitsunemaru para abrazarle por detrás con todas sus fuerzas. —¡No puedo dejarte ir, no puedo! ¡No puedo vivir sin ti! ¡Si lo hago, sé que esto será el final para siempre! No quiero... No quiero que lo nuestro se acabe. Si el amor se termina entre nosotros dos... ¿Cómo se supone que siga viviendo? ¿Cómo voy a soportar verte en los brazos de otro? Cómo... ¿Cómo se supone que siga sin ti...?
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    Shirosuke llega hasta la ciudadela y se remueve para hacer que Kashuu se bajara de su lomo. Gruñe al ver al joven tan cerca y le tira un coletazo fuerte antes de ir a acercarse hacia Kogarasumaru y regresar a su forma pequeña.

    Se detiene frente a la espada zorro y le escucha atentamente, entendiendo a la perfección las razones por las cuales su pareja había tomado la decisión de separarse de él. Comprende dentro de sí que lo que Kogitsunemaru decía y le pedía era lo más adecuado en esa situación, pero Mikazuki no quería quedarse conforme con esa decisión. No podía simplemente aceptarlo. Quería arriesgarlo todo.

    Pero yo no quiero terminar con esto. No puedo aceptar que esto se acabe. Nos esforzamos tanto por volver a estar finalmente juntos... ¡No puedo dejarte ir sabiendo que alguien vendrá a lastimarte!

    Mikazuki suspira tratando de aclarar su mente y se acerca a tomar las manos de su pareja entre las suyas. Siente su cuerpo estremecer luego de estar en contacto con su pareja por primera vez en tantos días y agacha la cabeza realmente arrepentido por todo lo que él mismo había ocasionado.

    Perdón... Te dije que esta vez estaríamos juntos, realmente juntos... Te dije que estaría a tu lado y que te apoyaría, que saldríamos de cualquier problema juntos. Sé que durante la expedición no cumplí con ello, sé que actué de la peor manera posible... Pero también quería hablarlo contigo, quería resolverlo contigo tarde o temprano. ¡Porque por mucho que intente hacerme el fuerte sé que voy a volverme débil una vez regrese a tu lado! Yo siempre soy débil cuando estoy a tu lado, porque tú eres todo lo que quiero y todo lo que necesito. No puedo imaginar un mundo en el que no estés conmigo, simplemente no puedo, Kogitsunemaru...
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