Posts written by Nini93

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    ¡Hola! Traigo una ficha para hacer un rol de mafias. Me he inspirado un poco en la historia de Peaky Blinders... Como verás, el físico de mi personaje es igual que el de Thommas Shelby. Si no conoces la serie ni el personaje, no pasa nada. ¡Sólo es una referencia! ;P

    Espero que te guste mi personaje y la historia. Se llama Nicholas y es el cabecilla de una mafia que tiene una misión que te describo en la ficha...
    En principio, mi idea es que mi personaje posee un material muy preciado con el que puede llegar a tener un enorme poder sociopolítico y económico. Tu personaje podría ser el enemigo (Quizás un infiltrado de otra mafia o un policía) que se acerca a él con la intención de descubrir dónde guarda ese material y detenerle, haciéndose pasar por alguien de confianza, pero el roce hace el cariño y... bueno, terminan enamorándose.
    Quizás podría infiltrarse como miembro de la mafia, como un trabajador secundario, etc... ¡Ya veremos cómo lo hacemos! Lo cierto es que prefiero construir la historia y las relaciones entre los personajes junto a mi partner de rol =), así que estoy dispuesta a cualquier cambio o sugerencia.


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    Nombre: Nicholas Lewis
    Edad: 29
    Cumpleaños: 15 de noviembre de 1890 (Escorpio).
    Sexo: Masculino
    Altura: 1,75m
    Sexualidad: Homosexual (Aunque no es algo que se pueda gritar a los cuatro vientos en la sociedad londinense de la Belle Époque, así que lo lleva con discreción).
    Tendencias sexuales: Versátil.

    Historia:
    Nos encontramos en Inglaterra, en mitad de la Belle Époque, en el año 1919. Acaba de terminar la Primera Guerra Mundial e Inglaterra no se encuentra en su mejor momento ni social ni económico. Sin embargo, las ratas más inteligentes del subsuelo siempre saben resurgir ante este tipo de situaciones y aprovecharse de ellas: es el mejor momento de las mafias y los empresarios. La corruptela es la orden del día.

    Nicholas Lewis es el cabecilla de una mafia de origen familiar procedente de un clan con algunas raíces gitanas. En el pasado sirvió en la guerra defendiendo a su país y, después de haber vivido allí experiencias traumáticas que condicionaron su psique y su alma de por vida, decidió que si estaba vivo era porque la vida le otorgaba una segunda oportunidad. Así, Nicholas Lewis decidió montar un imperio junto a sus hermanas, hermanos y su tía, con los que vive en una casa de nivel burgués.

    La familia Lewis es la dueña de la ciudad. Actualmente no hay otra mafia que pueda hacerle frente... Ofrecen protección a aquellos comercios de Londres que han decidido aliarse con ellos (tabernas, boutiques, mercaderes, banqueros, etc) a cambio de sus servicios, blanqueamiento de divisas y ayuda gratuita. Los Lewis, como cualquier grupo de gangsters, no juegan limpio y son temidos y respetados... Nicholas, entre todos los hermanos, es famoso por ser aquel de apariencia más calmada pero más violento, despiadado y con sangre fría si la situación lo requiere. Normalmente, no tiende a ser así si no es necesario... Prefiere centrarse en negocios, los cuales se le dan muy bien.

    Nicholas es un hombre supersticioso. No cree en Dios, pero sí en su instinto y en la magia blanca y negra. Cree que todo pasa por algo... Desde hace poco, no para de tener el mismo sueño todas las noches: su madre, que lo crio y que fue la primera jefa de la mafia hasta que falleció, aparece en sus sueños y le comunica que tiene algo que buscar... Algo que florece durante el invierno. Luego, Nicholas se encuentra en mitad de un prado de flores blancas. Son como pequeñas rosas blancas, pero pequeñas y de pétalos cristalizados, que se extienden por todo el lugar... Entonces, siempre se despierta.

    Desde entonces, ha comenzado a investigar. Los mercaderes del barrio oriental londinense comienzan a rumorear sobre la existencia de un vegetal traído de la India que cura las heridas y hasta el tifus, y que cuando se fuma es mejor que el opio o el cannabis, porque no deja residuos en el organismo... ¿Tendrá alguna relación?

    Nicholas ya ha empezado a investigar. Ya que siempre procura tener buena relación con el elenco de mercaderes, a los que protege de otros gremios a cambio de información, y ha descubierto una pista clave... Uno de sus mercaderes de confianza le ha dado el chivatazo sobre un mercader indio que posee unas extrañas semillas ignifugas. A Nicholas le ha parecido demasiado extraño como para que no llame su atención, y ha robado las semillas. Ahora bien, siguiendo las indicaciones del sueño de su madre, sabe que no debe plantarlas hasta otoño, para que florezcan en invierno... Ahora mismo es primavera, por lo que, mientras tanto, Nicholas ha escondido las semillas en un lugar secreto... Lugar que cualquier policía o contrincante de otra mafia pagaría por conocer, porque en cuanto esas flores florezcan y caiga en las manos de los Lewis, se convertirán en los reyes de Inglaterra y de Europa entera, y eso no lo desea nadie.

    Personalidad:
    Callado, reservado, hombre de negocios. Generalmente, intenta ser calmado y educado en la medida de lo posible, pero en el círculo de las mafias es difícil cuando todos los días negocias con ratas sin escrúpulos como tú. Aun así, Nicholas se considera a sí mismo alguien justo porque siempre cumple sus tratos y cumple con su palabra. Por lo tanto, siempre espera lo mismo por parte del otro.

    Le cuesta sonreír ya que no es precisamente feliz. La vida le ha castigado demasiado y eso ha dejado mella, pero tiene una perseverancia y personalidad fuertes, inamovibles. Si decide algo, no hay vuelta atrás. Es una persona inteligente, carismática aún bajo su faceta gruñona y siempre piensa dos veces antes de hablar. Es desconfiado por naturaleza y a veces pierde los nervios cuando alguien ofende cosas que le importan demasiado: básicamente su familia. Es un hombre orgulloso y valiente.

    Eso sí, sonríe poco, pero cuando lo hace, es de corazón. Tiene un sentido del humor inteligente que sólo utiliza en ocasiones y con personas de confianza, aunque a menudo es sarcástico e irónico.

    Gustos:
    Adicto al dinero, el whisky, el opio y el tabaco... Extrañamente, le gustan los niños. Tiene cierto instinto paternal que podría despertar. Le gustan las antigüedades y los libros sobre magia negra y hechizos. Es algo que, por parte de madre gitana, ha heredado y respeta sobre todas las cosas.

    Frecuenta lugares de alterne de hombres con discreción. En su familia se sospechan sus tendencias, ya que no muestra interés en mujeres ni en formar una familia, pero es algo de lo que no se habla abiertamente... A veces Nicholas ha fantaseado en su mente con viajar y explorar algún sitio donde quizás pudiesen ser más abiertos de mente, ya que es consciente, cuando frecuenta esos lugares de alterne, de la cantidad de personas homosexuales que viven bajo cubierto en Inglaterra, independientemente de su clase social o edad...

    Disgustos:
    A veces, los recuerdos de la guerra le atormentan. A Nicholas tampoco le gustan demasiado ni los perros ni los climas muy fríos.
    Pero, sin duda, lo que más le atormenta es el sentimiento de soledad... Aliviar tensiones en los sitios de alterne con hombres atractivos no está mal, pero a menudo siente que le es demasiado difícil encontrar a un hombre que sea capaz de enamorarse de un gangster en una sociedad así... A Nicholas no le faltaría valentía para afrontarlo, pero para eso necesita conocer a alguien especial.

    Apariencia:
    Gentleman inglés de ojos celestes acero muy expresivos. Corte de pelo militar, negro. Complexión atlética y andares y expresión corporal elegante. Llena el espacio fácilmente.


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    ¿¿Interesad@s?? *_*
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    -Ahá... -Emití una risa suave e incrédula, pero satisfecha al mismo tiempo mientras le miraba por el retrovisor del coche. Tenía una de mis cejas enarcadas y, con los dedos índice y anular de mi mano izquierda, repasé mi labio inferior mientras se me dibujaba una sonrisa en los labios... Jamás había mirado así a Aarón, con puro interés y... ¿satisfacción? Sí. Eso era, sin duda, satisfacción... Ese ser humano era especialista en darme respuestas inesperadas, pero aún más me gustó que su reacción me pillase completamente desprevenido- Querido... Qué susceptible -Sonreí un poco más, de medio lado, y chasqueé la lengua para mí mismo, sintiendo que me abatía la diversión...

    Yo normalmente no era tan expresivo con Aarón. Generalmente me caracterizaba por la sutileza, y aunque mis gestos no llegaron a ser grotescos ni desmesurados, no me molesté en ocultar cuánto me satisfacía que me diese juego... ¿Pero es que acaso yo había venido a este mundo a divertirme? Claro que no. Había venido a proteger al Señor Rhee... Pero cada día tenía más claro por qué él era mi dueño: tenía el poder de canalizar todas las sensaciones que mi sistema eléctrico pudiese experimentar hacia el más puro placer y la emoción, y otras veces sentía que me desconectaba cuando me llevaba al límite: a veces con su belleza, que era una obra de arte andante, otras con sus reacciones o su inteligencia casi artificial...

    Sentía que, junto a aquel extraño mineral que estábamos descubriendo, Aarón era lo único capaz de estimular mi sistema operativo con nueva información o emociones inesperadas, porque era lo único que yo no era capaz de registrar.. ¿Sería porque era mi dueño? Quizás por eso decían que los androides bélicos sólo mostraban su sentir y su opinión en la intimidad.

    Cuando llegamos a su residencia, Aarón estuvo de acuerdo conmigo en la compra del androide. Y no tardó en ponerse manos a la obra... Aquel hombre era pura efectividad, y se encargó de hacerlo él personalmente, ya que sabía que no podía confiar en nadie más. Incluso se las apañó para que su socio no supiese exactamente para qué lo necesitaba... Creo que esto era a lo que los humanos llamaban "atracción". Sí, mi dueño me atraía, ¿Cómo no...? Idolatrarle era parte de mi trabajo, aunque estaba seguro de que no todos los humanos se prestaban a ser admirados de un modo casi religioso... Y yo bien sabía que esa sensación era imparable y que crecería... Esto sucedía cuando unías a una criatura tan sobrehumana como Rhee y a un androide cuya principal motivación era algo tan pasional como el hecho de hacer guerra, el opuesto complementario del amor.

    Evidentemente, no expresé mis pensamientos en voz alta. Sabía que aquello era como un "secreto de guerra". Era mejor que guardase mi admiración por él para mí. No era algo que tuviese cabida en nuestra misión. Ahora bien, cuando vi los preparativos que había hecho Ryan, no pude evitar sorprenderme. Parpadeé con discreción cuando vi el jacuzzi, y enseguida me giré para desnudarme antes de entrar a la bañera para que Aarón no viese mi gesto de sorpresa y de diversión. Esos pobres androides domésticos eran demasiado sencillos.

    Antes de meternos en el jacuzzi, miré de soslayo a Aarón... Era una verdadera belleza esculpida. Dejé mi toalla a la orilla de la bañera y entré en ella rápido pero ágil, como un gato. Quería sumergirme cuanto antes en ese agua que se veía tan apetecible y... sí, lo admitía... Yo tenía debilidad por todo lo elegante y aquello era...- Esto es... muy seductor -Dije en voz alta- Querido, espero no haber hecho que te incomodes... -Aunque la media sonrisa que se dibujaba en mi rostro no hablaba precisamente de arrepentimiento sino de picardía- Realmente no pensé que Ryan fuese a concluir en esto... -Me sumergí bajo el agua, dando una brazada hasta él, asomando mi rostro apenas a medio metro del suyo. Apoyé mi mano en su hombro más cercano y le miré, por primera vez, con un gesto parecido al de un gato goloso- ¿Puedo probar... esas cosas? -El champagne, las fresas... esos placeres mundanos y golosos me perdían- No todos los días tiene uno la suerte de probar esas exquisiteces en un momento de paz... con un humano tan... -Contemplé su rostro, buscando las palabras mientras le escrutaba, y luego sonreí, sin dejar de resultar pícaro- ...Tan sublime.

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    ¡Hola, querida! Igualmente. Espero que hayas tenido unas muy felices fiestas con familia y amigos, que recibieses muchos regalitos y que hayas empezado el año con buen pie <3 Te deseo lo mejor.
    Lo cierto es que pude viajar para ver a mis amigos y familiares estas vacaciones, sólo que a la vuelta pillé el dichoso Covid y todavía ando confinada XD Pero nada grave.

    PD: Maravilloso ese jacuzzi. Esto se va a poner interesante pronto >=D

    Darey evidentemente no puede evitar flirtear con Aarón. Ninguno de los dos es de piedra XD No sé si creas conveniente que tengan un desliz por diversión antes de que suceda lo de la androide, etc... ¡Quizás Ryan no estuvo tan tonto!
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    Era consciente de que Aarón me contemplaba cuando creía que no lo percibía, pero por supuesto que lo hacía... Aunque estaba siempre más pendiente de lo que sucedía a nuestro alrededor, también le prestaba a él parte de mi atención porque le guardaba devoción. Era algo característico de un androide bélico, aunque confieso que, en aquellos momentos, no me imaginaba hasta dónde podríamos implicarnos emocionalmente en un futuro el uno con el otro... De hecho, ni siquiera contemplaba el desarrollo del ámbito emocional en mi cabeza, más allá de la fuerte sensibilidad que poseía hacia las expresiones artísticas.

    Después de aquella aventura en la mañana, salimos vivos victoriosamente, aunque bien sabía que eso había estado cerca... Aquel tipo había sido sigiloso. Si se hubiese tratado de un androide en vez de un ser humano, habríamos estado en un aprieto. Mientras conducía, me conecté por bluetooth al coche, dándole órdenes desde mi sistema para que el asiento se ajustase a mi altura. Se bajó un poco y se acercó más al volante. Al escuchar sus palabras, no pude evitar reparar en él, alzando discretamente mis cejas.

    -¿Es lo que más te indigna...? -Repetí estoico mientras le miraba por el reflejo del retrovisor con una pequeña sonrisa cruzando mis labios. Una sonrisa que, aunque era sutil, reflejaba picardía y satisfacción, y es que aquel ser humano me fascinaba... ¿No decían que las personas eran débiles y sensibles? Tenía sentada detrás de mí a una criatura cínica a la que le preocupaba más que estuviese conduciendo su coche a que le acabasen de traicionar... Suponía que eran ese tipo de personas las que tenían una psique tan fuerte como para darle la vuelta al mundo... Eran ellos los que hacían historia. ¿Pero de qué me sorprendía..? Si ese hombre llevaba sobre sus hombros la responsabilidad de una de las compañías más potentes de la tierra y yo mismo era testigo cada día de la calidad de su trabajo... A veces pensaba que era un cyborg él también.

    Luego, comentó lo de Alfarsi, y volví a centrarme en la carretera, pensativo... ¿Una pequeña empresa? Evidentemente, debía haber algo grande detrás de la imagen de "pequeña empresa", ya que si ese material estaba relacionado con la creación de androides, estábamos hablando de una materia prima que ni siquiera mi sistema operativo reconocía...- Aarón... querido... al fin y al cabo eres humano... -Ese pensamiento tan abstracto lo solté en voz alta... y es que, su comentario me pareció en cierto modo "inocente", contrarrestando mi pensamiento anterior sobre si no parecía Aarón también un cyborg a veces...- Estate preparado para desmantelar algo realmente gordo... -Lo cierto es que ni siquiera yo podía imaginar hasta dónde llegaba la raíz del problema.

    Cuando llegamos a la mansión, y después de esa enorme carrera que nos habíamos pegado, le propuse algo mientras nos bajábamos del coche tras meterlo en su garaje- Quizás esto te suene pretencioso, pero... ¿No crees que no hay nada más relajante que un baño después de la movida de hoy..? Y así trazamos nuestro plan -Le sonreí de ese modo sutil que me caracterizaba, lleno de sensualidad y calma a la vez. Le estaba proponiendo bañarnos juntos.

    Aquella tarde-noche estuvimos hablando sobre el tema de Alfarsi. Después de la traición de aquel investigador, pensaba que por ahora lo mejor es que actuásemos por nuestra cuenta... Quizás estaría bien comprar un androide proveniente de aquella compañía para investigarlo... Eso fue una idea que le propuse a Aarón.

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    ¡Hola! ¿Cómo has estado? Espero que bien <3 Por cierto, estaba pensando... Si Aarón acepta la idea de comprar un androide doméstico de Alfarsi para investigarlo, quizás podría ser la mujer aquella de la que Darey se encelase en un futuro porque ve que tiene algo con Aarón y la asesina, mandando al traste toda la investigación que lleven hasta ahora y provocando así el fuerte problema del que hablamos hace tiempo
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    Había sido creado para cuidar de mi comprador sin invadir su espacio personal. A no ser que se me requiriese lo contrario, mi presencia debía ser casi imperceptible, pero desde luego yo incumplía ese requisito al mirarle de arriba a abajo como si fuese la fruta más jugosa. ¿Y qué podía hacer yo..? Si era irremediable. Aarón era una obra de arte viva, y yo poseía muchísima sensibilidad en la materia. Creo que, en mitad de la guerra más sangrienta, el único factor que alguna vez podría llegar a desconcentrarme sería su desnudez... Sin duda cada curva de su musculoso cuerpo me restaba un porcentaje de atención. Al percatarme de ello, me crucé en un lánguido movimiento de brazos y miré con discreción a otro lado, mientras él se dirigía a la ducha. Mis labios se habían enrojecido por la subida de la temperatura en mi cuerpo... ¿Por qué no me habían dicho antes que un humano podía llegar a generar en un androide bélico de mi calibre un comportamiento tan primario? No es que sintiese exactamente excitación carnal... Era algo más complejo, aunque ni de lejos podía definirlo, y eso me causaba tal confusión que no lo quise pensar ni un minuto más.

    Me apoyé contra la pared del cubículo en el que se duchaba, escuchando las gotas caer y, no pude evitar pensar, lo precioso que debía ser verlas resbalar por su cuerpo en medio del vapor. Me ducharía con él sólo por verlo...- Querido mío... Para algo horrible, sin duda... Algo me dice que ese material hace la diferencia con el resto de aquellos que existen en este mundo... -Mi cuerpo había reaccionado a él de un modo muy extraño. Si Aarón estaba dispuesto a resolver lo que estaba pasando, sería mejor que le contase lo que había ocurrido aquella noche en la fiesta.

    Mientras se vestía, volví a observarle, esta vez desde su espalda, mientras continuaba apoyado en la pared del cubículo. Sonreí de medio lado, volviendo a comérmelo con la mirada. Qué maravilla de criatura me había tocado servir... Caminé hasta él despacio, contoneando mis caderas con ese swag grácil y coqueto que me caracterizaba. Cuando le faltaban unos botones por abrochar de su camisa, yo terminé de hacerlo por él, sin apartar mi mirada de cada botón que abrochaba- El día de la fiesta, creo que descubrí una habitación en la que debía haber cantidades de aquel material, porque mi cuerpo reaccionó del mismo modo que cuando estuve cerca en los laboratorios Rhee... Es un material... -Separé mi mirada del último botón que abroché, mirándole directamente a los ojos- ...que mi sistema operativo no es capaz de analizar, y el cual atraigo inevitablemente... -Aquella sentencia que acababa de decirle era realmente importante, ya que un androide bélico era la máquina más completa jamás vista. En mi sistema se recogía toda la información necesaria sobre cualquier cosa. Básicamente, era como un magnífico explorador, y allí estaba todo, menos... eso.

    -Vamos -Yo ya estaba listo desde primera hora de la mañana. Vestía un jersey negro de cuello de cisne pegado y pantalones grises de pinza junto a unos zapatos ingleses. Aquella mañana fuimos directamente a investigar a los clientes de los compradores de Krause... Ellos vendían lo que producían en el mercado negro, y gracias a la información de los investigadores que Aarón había contratado, podíamos comenzar a hacernos una idea sobre a qué tipo de creaciones se estaba destinando ese material. Ahora bien, el problema era que la información era demasiada... Era difícil descartar, si Krause tenía tanto clientes que fabricaban coches, como androides u órganos de fibra natural para transplantes.

    El investigador de Aarón nos dio un sobre con papeles, fotos y todo tipo de información sobre esos clientes, y Aarón y yo nos sentamos en un banco de un parque a mirarla, después de caminar unos minutos. Aunque sabíamos que hacían falta horas para poder dar con una sola pista, la curiosidad, sobre todo de mi querido y guapo humano, podía más que cualquier cosa- Eres impaciente... -Mencioné, observando cómo abría la carpeta sobre su falda. Yo, con el mismo instinto que un gato falto de atención, levanté la carpeta para sentarme sobre una de sus rodillas y puse la carpeta sobre mi propio regazo. Mientras él hojeaba las fotografías, me percaté de algo... Se aproximaba algo peligroso a gran velocidad hacia la cabeza de Arón, por detrás, por lo que puse mi mano en su nuca, extendida, como un amante que acaricia el pelo de otro y endurecí el dorso de mi mano con diamante cuando sentí una bala rebotar contra éste. Habían intentado matar a Aarón con un fusil de asalto... Aarón sólo había escuchado el ruido de algo caer contra el suelo, que era la bala, ya que mi mano ni siquiera se movió del sitio.

    En seguida cerré corriendo la carpeta, me agaché para coger la bala, la guardé en el bolsillo de mi pantalón y cogí de la mano a Aarón- Te han vendido -Fue lo único que le dije, mientras corríamos. Estaba claro que el investigador debía de haber recibido aún más dinero por parte de Krause, que ya se temía que pudiésemos ponernos a investigarle... Mierda. Ahora sabía que sospechábamos de él y que estábamos intentando detenerle- Acaban de dispararte con un fusil de asalto en la nuca -Le expliqué mientras corríamos. Imaginaba que Aarón debería de estar confuso, porque para él y el resto de la gente allí, aquel balazo había sido imperceptible. De nuevo esquivamos un segundo disparo al cruzar una esquina, y yo saqué la bala del bolsillo de mi pantalón. La disparé con un golpe de mi dedo corazón contra mi pulgar, devolviéndosela al agresor, que al fin localicé en una azotea y le di directamente en la frente... Eso sí que era pagar con la misma moneda- Vámonos. Dudo que esté solo -Escapamos en el auto de Aarón, aunque no le permití conducir a él esta vez. Prefería que fuese sentado en el asiento del medio en la parte de atrás, ya que era más difícil de interceptar por cualquier tipo de arma- ¿Estás.. bien? -Le pregunté mirándole por el retrovisor y le sonreí de medio lado- Aunque algo me dice que ahora mismo te jode más que yo conduzca tu querida máquina a que tu propio investigador te haya traicionado... -Dudaba que Aarón temiese a estas alturas por su vida. Yo le protegería a como diese lugar.

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    Hola, querida. Me vas a matar por tardar tanto en contestar, pero ahora por fin conseguí trabajo como profesora y el mes de septiembre y parte del de octubre han sido HORRIBLES, porque básicamente voy sobreviviendo al día con las materias que imparto X_x

    Ya puedo rolear con más asiduidad. Espero que el post resultara de tu agrado! Estos dos hacen una maravillosa pareja
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    Aquel mediodía Aarón se encontraba nadando en su piscina del club. Yo me había sentado en las gradas, en una zona en la que daba de pleno el Sol que entraba por los grandes ventanales, aunque me encontraba de espaldas a ellos. Eso me permitía cargar mi batería de emergencia, ya que la piel de mi nuca era termosensible. Nunca se sabía cuándo me haría falta utilizarla, y como androide bélico que era, últimamente tenía un extraño presentimiento.

    Me encontraba terminando de encajar la última pieza en un arma que había comenzado a construir hacía un par de días con piezas de los almacenes Rhee que Aarón me había dado permiso para adjudicarme. Crear armas era uno de mis hobbies favoritos. Entonces, me percaté de que miraba su móvil con preocupación... ¿Qué pasaría? Sólo le miré por el rabillo de mi ojo. Siempre procuraba ser sutil cuando lo observaba porque ya había comprobado lo importante que era para los seres humanos su sentimiento de privacidad.

    Uno de los socios investigadores de Aarón le había escrito un mensaje... Parecía que uno de los socios más cercanos de Krause, el que estuvo con él cuando cerraron la cifra del negocio de aquel cristal, estaba buscando piezas en el mercado negro que sólo portaban los androides bélicos, por lo cual estaba a punto de comercializar con ellos... ¿Pero cómo? Aarón pudo encontrarme de milagro. No éramos nada fáciles de comprar, sobre todo porque casi nadie conocía todavía cuál era el material clave con el que nos hacían y que nos diferenciaba del resto de los androides, pero que corría por todo nuestro sistema como si fuese sangre en las venas.

    Evidentemente, eso tendría relación con el cristal que le había vendido Aarón, sólo que no imaginé que ese fuese un material tan importante o si lo utilizaría para algo más. Ahora bien, no supe nada hasta que no me acerqué a él unos minutos más tarde, acercándole su toalla para secarse... Ya sabía cuándo iba a salir de la piscina porque Aarón era organizado hasta para su entrenamiento. Siempre entraba y salía a la misma hora de la piscina, y de algún modo me agradaba verle... Provocaba en mi una sensación de paz y equilibrio tal que aquel humano parecía un androide por lo cuadriculado y perseverante que era consigo mismo, además de que su cuerpo era, para mí y mi enorme sentido de la estética, una de las bellezas más bellas y proporcionadas que sabía que podría ver jamás- Aquí tienes -Le tendí la toalla, sin poder evitar darle un repaso de arriba a abajo no tan discreto como el resto de mis miradas- Aarón... ¿Está todo en orden? -Alcé mi mentón de manera insinuante. Evidentemente pasaba algo, y sólo tenía que darme una orden para que me hiciese cargo de sus problemas.

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    Ohhh, no te preocupes! Ya leí además tu mensaje. Sólo espero que estés ya bien y que no haya quedado ningún tipo de secuelas, reina <3
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    Miré a Aarón salir del coche. No había una expresión muy diferente a mi cotidiana cara de póquer en mi rostro, pero mi sistema operativo era lo suficientemente magnífico como para saber que estaba enfadado. Lo alterado que estaba y el hecho de que se fuese sin esperarme creo que eran indicadores suficientes de ello.

    Chasqueé la lengua mientras le veía entrar en la fiesta por el cristal del coche. Era cierto, me había metido donde no me llamaban y sobrepasado mis funciones, pero lo hice porque realmente creía que la venta de ese cristal podía de algún modo perjudicarle. Tampoco me gustaban esos tipos a los que estaba a punto de vendérselo y a los que luego vi de nuevo en la fiesta... Era un sexto sentido que me decía que podrían joderle la vida a Aarón.

    Independientemente de eso, por encima de mi juicio iba el suyo, por lo que esa noche comprendí que sería mejor darle más espacio y distancia de lo normal. Generalmente intentaba no atosigarle con mi vigilancia cuando nos encontrábamos en aquel tipo de eventos y era discreto. Sabía más que de sobra no perderle de ojo en la distancia, aunque no era fácil pasar desapercibido con los modelitos que me había comprado mi peculiar jefe humano, unido a mi apariencia.

    Igualmente, nadie sabía que yo era su androide bélico, básicamente porque eso era tremendamente ilegal... Así que durante la fiesta me camuflé con la gente, como su androide de compañía y empleado junior que supuestamente era. Probé algunas bebidas alcohólicas y canapés que pasaban en las bandejas que llevaban los androides del servicio de aquella enorme mansión. Creo que, de hecho, pertenecía a uno de los clientes que iban a comprarle el cristal a Aarón... Y bueno, aunque el Señor Rhee no me lo pidió, examiné con detenimiento el sitio, porque seguía sospechando... pero lo hice con discreción. Si Aarón se enteraba de que estaba tomándome esa libertad, no le sentaría nada bien.

    Dicen que la curiosidad mató al gato, pero yo no era uno, así que incluso me escapé un momento a investigar la casa por mi cuenta... Aarón me comentó la noche anterior que era una reunión de accionistas, así que daba por hecho que esos tipos eran accionistas de su empresa... ¿Pero por qué estaban interesados unos tipejos como esos en invertir tanto dinero en ese mineral? Y si eran accionistas, ¿Qué necesidad tenían de comprarlo físicamente? En cuanto pagasen su valor con sus acciones sería suyo, ¿No? Pero parecía que lo querían YA... Y eso me inquietaba.

    En mi corto y fugaz paseo, llegué al final de uno de los escondidos pasillos en el sótano. Allí había una puerta negra metalizada con un lector de huellas dactilares a un lado... Era imposible entrar. Sin embargo, noté que reaccionaba al acercar mi mano... De nuevo tuve la misma sensación que cuando entré en contacto con aquel cristal, y el desconcierto de mi sistema operativo, que no lo reconocía en absoluto. Pero me detuve porque escuché a alguien bajar al sótano, así que volví a la fiesta, con mi aspecto indiferente de siempre a simple vista, pero sintiéndome acelerado en mi interior... Eso era extraño.

    El resto de la noche transcurrió con normalidad, aunque yo no dejé de pensar en lo que habría detrás de esa habitación... Yo no abandonaba la idea de que esos tipos tramaban algo que nos concernía, y ni siquiera dejé de pensarlo en el viaje de vuelta en el coche- Buenas noches -Le dije a Aarón, pasando el dorso de mi dedo índice por la piel de su cuello. Sabía que probablemente seguía molesto conmigo, y no era cosa de androides hacer algo tan humano como disculparse, pero sí pedir su aprecio de nuevo de algún modo. Si Aarón se sentía ofendido por mí, no habría manera de que se dejase proteger en condiciones- No te enfades, jefe... que te pones demasiado atractivo -Le mostré media sonrisa antes de entrar en mi habitación.

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    ¡¡Volví!! Ya por fin podré rolear asiduamente *w* soy libre. ¡Espero que estés muy bien, por cierto!

    Ah, y quería comentarte que he pensado que quizás en esa sala, los compradores del cristal pudiesen estar haciendo experimentos con el poco cristal que tienen, pero necesitan mucho más para reproducirlo... De ahí que quieran comprárselo a Aarón y que la mano de Darey reaccionase ante el lector, porque está hecho de la misma materia que inunda el interior de esa habitación
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    Asentí cuando de camino a su coche me dijo lo del compromiso y que debía asistir- Querido, estoy aquí para que puedas seguir llevando a cabo tu vida con normalidad sin preocuparte por nada -Le dije haciendo un gesto con mi mano para quitarle importancia- Entonces algunos humanos sois mucho más interesantes de lo que pensé.. -Comenté sentándome a su lado en el asiento del copiloto. Lo cierto es que todos los humanos con los que nos habíamos cruzado en el centro comercial se veían mucho más feos, descuidados o simples que Aarón... "Quizás era algún tipo de especie desarrollada o algo así", pensé para mí mismo.

    Antes de que Aarón me explicase su plan del día siguiente en casa, yo miraba a los androides colocar mi ropa intensamente, aunque sin gesto aparente en mi rostro... luego cambiaría todo eso de sitio. Me gustaba el orden a mi manera estética y cuadriculada.

    Escuché el plan atentamente y asentí- Por supuesto. Descansa -Me despedí de él inclinando levemente mi cabeza. No sabía cómo aguantaba tantas horas despierto siendo una criatura tan débil como se suponía que mi sistema operativo decía que eran las personas... Aquella noche la pasé reordenando la enorme cantidad de ropa que me había comprado en el armario. Había apañado esa mañana el sistema eléctrico de la casa como para poder tener acceso al sensor de movimiento de la habitación de Aarón. Si entraba alguien que no fuese él, lo notaría. Aun así a veces me acercaba a mirar a través de la puerta que comunicaba ahora nuestra habitación. Al fin y al cabo, yo no dormía, ni pensaba hacerlo mientras Rhee viviera...

    Al día siguiente, procuré dejarle su espacio. Debía vigilarle, de hecho, yo siempre estaba ahí. Pero procuraba ser lo más sigiloso e imperceptible posible, hasta que salimos de la mansión y me mantuve con esa apariencia de androide junior que nadie más percibiría como algo distinto a un bonito androide asistente. Me había vestido apropiadamente tal y como él me pidió, con uno de esos ceñidos trajes de color azul marino estampado en una fina línea diplomática gris en el chaleco. Todo iba con normalidad esa mañana hasta que estuvimos en el almacén de armamento... Allí habían guardado bajo cámara acorazada un material desconocido que acababan de descubrir en unas minas abandonadas llenas de residuos químicos... Parecía una especie cristal plateado, y lo tenían guardado en una vitrina.

    Aarón estaba hablando con unos clientes. Creo que eran los accionistas a los que íbamos a ver luego, que parecían tan interesados en adquirir el material que incluso se habían adelantado y plantado allí mismo. Ellos permanecían unos pasos por delante de mí, charlando, y yo no pude evitar fijarme en el material... De algún modo me resultaba familiar. Me inquietaba... ¿Cómo decirlo? Creo que era algo que mi sistema operativo no reconocía y... ¿Eso era posible acaso? ¿No era yo una máquina perfecta? ¿Por qué esa cosa era un misterio incluso para mí?

    Me dio tanta curiosidad que, sin dejar de prestar atención a Aarón, me acerqué a la vitrina y pegué mi mano levemente a ella... Entonces sucedió algo que me dejó anonado: ese cristal comenzó a derretirse, volviéndose líquido y se pegó a mí intentando entrar en contacto con la piel de mi mano, pero la vitrina se lo impidió. Al apartar mi mano, este volvió a su forma cristalizada original. El acto me inquietó, y eso no me gustó, porque mi templanza no la mutaba nada ni nadie...

    -Aarón....... -Le hablé cuando íbamos de camino a la fiesta, en su coche, después de que hubiese transcurrido el resto del día. Llevaba pensando en eso toda la mañana. Esos clientes habían parecido tan interesados en el cristal... Estaban dispuestos a pagarle lo que sea, y Aarón, como empresario, estaba encantado con la idea- No vendas ese cristal -Dije abruptamente. Tanto, que pareció una orden más que siquiera una sugerencia- ¿Qué es......? ¿Sabes el nombre? ¿De verdad no sabes nada..? -Yo normalmente era calmado y encantador, pero se me notaba inquieto por primera vez, no por el tono o el gesto, sino por la insistencia de mis preguntas.
  8. .
    -Mh... -Miré a Akemi, observando los detalles de sus ropas, y luego los de la prenda que él me había prestado. Digamos que me llamaba muchísimo la atención por su belleza y la calidad de los materiales, pero sentía que eso de algún modo quedaba especialmente bien en él, una criatura tan pulcra y pura... Sentía que no era algo muy adecuado para mí.

    Miré la tienda con detenimiento, hasta que llegué an kimono algo diferente, de color vino que tenía la pieza del obi hecha de cuero y la hakama negra con bordados. Era muy distinto al tejido de sedas blancas y azuladas de Akemi, pero mucho más ideal para un cazador, y sobre todo, para ocultar las manchas de sangre... Hubiese sido una pena manchar la seda de ese modo.

    Además, la tela era más gruesa y un poco más tosca. Ese me pareció adecuado- Este.... -Dije tomándolo y enseñándoselo al vendedor y Akemi- ¿Llama demasiado la atención...? -Le pregunté al semielfo. Al fin y al cabo, no era algo que me conviniese lo más mínimo si andaba en búsqueda y captura.

    Mientras Akemi pagaba el kimono, yo fui a ponérmelo, cosa que no era fácil, pero a mí personalmente creo que no se me daría bien en la vida... Llevaba demasiado tiempo sin ponerme algo así, y ya él me había tenido que ayudar esa mañana a ponerme el suyo... De hecho, cuando salí de la sala contigua de la tienda con el kimono puesto, no es que estuviese especialmente bien colocado...

    Le devolví su kimono doblado también de un modo un poco grotesco. No es que la delicadeza fuese lo mío....- Te debo una... -Dije refiriéndome al pago del kimono. Puede que fuese un demonio, pero precisamente por eso sabía que nadie hacía nada a cambio de nada y que un trato era un trato. En algún momento le devolvería el favor.

    Y menos mal, porque yo llevaba conmigo la bolsa de dinero que le robé al militar el día anterior, pero no hubiese sido lo suficiente como para comprar algo así- ¿Qué mierda haces para ganar tanto dinero...? -Le pregunté cuando ya hubimos salido de la tienda.

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    El kimono sería así, pero con la manga hasta los codos y sin la prenda externa roja que le cae por la derecha
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    SPOILER (click to view)
    ¡No te preocupes! Hubiese querido contestarte ayer, pero estoy hasta el cuello con las oposiciones y el máster y ya apenas tengo libre parte del sábado y el domingo T_T
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    -Mh.. todavía estoy digiriendo lo de anoche- Por favor, no quería pasar ahora mismo por comer de nuevo comida para humanos. Esperaba que lo próximo que me metiese entre pecho y espalda fuesen los maravillosos muslos de Akemi, aunque lo mismo si lo hacía venían a matarme una orda de elfos...

    -Está bien, bajemos a por tu desayuno -En el bar de la posada había militares de Kirshta comiendo. Me hubiese cagado en sus muertos de no ser porque me importaba bien poco que invadiesen mi región... Al fin y al cabo, nunca me sentí querido en ella. Pero me jodían porque sabía que me buscaban, y no pensaba quedarme de brazos cruzados. Mientras Akemi desayunaba, yo me acerqué a la barra del bar, donde estaba la chica a la que asusté ayer, e hice ademán de pagar la cuenta. De hecho, había sacado una moneda de oro de mi saquito de monedas que le había arrebatado al militar en mi mansión y la había posado en la barra. Ella se dispuso a cogerla, pero yo le sururré, mirándole a los ojos con una sonrisa reptiliana- Estamos invitados... ¿verdad? -Ella percibía que había algo malo en mí, y no le apetecía jugarse la vida por el pago de un desayuno y la cena de anoche.

    La pobre mujer asintió, y yo retiré la moneda con disimulo, volviendo a meterla en el saquito, el cual guardé en el forro de mi yukata. ¿Que por qué la molestaba tanto? Porque era humana. Nunca los trataría bien....... O eso creía.

    Volví y me senté al lado de Akemi, poniendo mi cara a merced de los rayos del Sol que entraban por la ventana- ¡Venga, vámonos! -Le metí prisa. Quería ver el exterior de una vez por todas. De hecho, al salir detecté a lo lejos un Soldado que caminaba en muletas y estaba rodeado de gente... Era el militar al que le robé el uniforme y las monedas en mi casa. Él enseguida se percató de mi rostro a lo lejos. Era inconfundible.

    Aprovechando que caminaba por detrás de Akemi y que no me veía gesticular, yo le sonreí al soldado a lo lejos y saqué mi lengua, haciendo un gesto con mis dedos como si la cortase con unas tijeras. Era un modo de decirle que no me delatase allí en medio y se mantuviese en silencio, o yo mismo le mataría ahora que seguía indefenso. Efectivamente, guardó silencio. mientras nosotros nos adentrábamos en el pueblo para atravesarlo y ponernos en camino.

    -¿A dónde decías que ibas..? ¿Está muy lejos? -Lo miraba todo con los ojos bien abiertos, sin parpadear- Qué día tan bueno... -Le di otro fuerte manotazo en la espalda, como el de anoche- ¿¿Has visto el Sol?? -Repetí por enésima vez. Era un coñazo de tío.
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    Me deleitaba con su disfrute, y mi cara lo decía todo. Mirarle era como ser hipnotizado. No era capaz de apartar mis ojos de su rostro, y mi boca se había quedado entreabierta como aquel embobado que mira un cuadro. ¡Qué peligro..! Nunca nada me había cautivado así. Lo más parecido había sido cuando observaba la luna llena desde mi prisión a través de los barrotes porque Damballa enloquecía, pero aun así no era nada comparable.

    Se recostó en mi hombro, como si nada... Bueno, sabía que el alcohol hacía estragos en él, pero nunca nadie se había entregado a mis brazos con tantísima confianza... ¿Por qué? Si sabía que estaba maldito y que era peligroso... Pensarlo me inquietaba y asustaba, porque ese sentimiento tan blando e incipiente que se me pasaba por la cabeza ya me era casi desconocido... ¿Era ternura? Sí, algo así... pero no lo quise pensar más. Verle dormir con tanta paz, me incitó a hacer lo mismo, y no tardé mucho en caer rendido.

    Al día siguiente, desperté con mis brazos alzados hacia el cabecero de la cama, como si estuviese atado, pero evidentemente, no lo estaba. Era así como había dormido durante años en mi celda, con las muñecas atadas a los grilletes, y si no se me cortó nunca la circulación era porque mi sangre era la de un demonio. A cualquier otro se le habrían gangrenado los brazos.

    Cuando entraron los primeros rayos de Sol por la ventana, me asusté y di un brinco, cayendo de la cama. Pegué un grito parecido al sonido agudo de una mandrágora, pero fue casi imperceptible porque duró muy poco tiempo. Era el ruido característico que hacía cuando me enfadaba, propio de una criatura mágica.

    Luego, me levanté y, sin dejar de mirar hacia la ventana con los ojos abiertos de par en par, susurré- Eso es el Sol... -Sí, no lo veía desde hacía muchísimo tiempo. Desde los barrotes de mi celda no veía cómo salía o se ponía. Sólo entraba la luz- ¡¡Akemi!! ¡¡MIRA EL SOL!! -Di un brinco encima de la cama, y así salté un rato, como un maldito niño travieso. De un jalón, le destapé y me bajé de la cama para empezar a vestirme a toda velocidad. Estaba como loco por salir. Ni siquiera pensé en desayunar. Quería salir fuera- ¡¡Corre, vámonos!!

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    Creo que puedo proporcionarte escenas realmente graciosas y llenas de terror al mismo tiempo XD Dame cuanto antes una de esas escenas y verás la locura brotar

    PD: me ha dado lástima, ternura y risa a la vez escribir este post ;3;
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    -Pero bueno... -Oh, vaya. Acababa de descubrir el punto débil de los semi-elfos... Al menos uno de ellos. Sólo un sorbo y ya estaba tan borracho que tenía que sujetarle la nuca para que no se marease y cayese- ¿Sabes... lo que debería hacer ahora? -Susurré, mirándole a los ojos con una sonrisa perversa- No te lo diré porque entonces me abandonarás... pero te prometo que te comería vivo -Me reí yo mismo de mi estúpido chiste.

    Creo que le debía bastante a Akemi. No sólo necesitaba que me guiase... El demonio era una criatura de favores y yo tenía bastante que devolverle. En ese sentido, era mucho más justo que Dios, que es incondicional.... Se supone. Así que sabía que él sí necesitaba terminar de comer para estar bien al día siguiente, por lo que, a pesar de su mareo, le incité a terminarse la comida y luego le acosté en la cama. Le quité la ropa, quedando totalmente desnudo... Ahora que estaba borracho se veía especialmente vulnerable- Es mejor dormirse relajado... -Le susurré de un modo cautivador, acercándome a sus labios y besándole mientras acariciaba sus ingles y deslizaba una de mis manos hasta su entrada, la cual apreté con un par de dedos pidiendo espacio.

    Luego bajé a humedecer su entrada con mi larga lengua durante un delicioso rato en el que sólo rompía el silencio de la noche sus gemidos. Luego, volví a acostarme a su lado para meter despacio un par de dedos dentro de él. No lo hacía así por delicadeza, sino porque quería sentirlo a la perfección, memorizar cada curva dentro y fuera de él... Me volvían loco sus palpitaciones, y yo movía mis dedos en curva dentro de él, separándolos y presionando de nuevo hacia arriba, cerca de su próstata. Mientras me deleitaba con su belleza y besaba y me comía su cuello, no podía evitar pensar... ¿Por qué había sido tan amable conmigo? Salvarme de los guardias, prestarme su ropa, disponerse a comprarme más, cuidar mis posturas... Nadie era tan bueno a cambio de nada, ¿no? O quizás realmente tenía delante de mí a un devoto seguidor de la palabra del Señor... No lo sé. Como fuera, esperaba su traición en cualquier momento... por desgracia, no podía pensar de otro modo. No ahora.

    -Sé un buen chico... -Empujé más profundo mis dedos dentro de él- Selo mucho tiempo... -Acaricié su frente. Con lo borracho que estaba Akemi sólo con ese sorbo, dudaba que se corriese. Más bien esperaba que se durmiese entre mis brazos.

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    Pues el resultado podría ser realmente dramático XD Creo que realmente se cargaría a la persona y se la comería cuando aún estuviese viva =D
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    -Ah... -Aunque pareciese disperso a simple vista, su historia me sorprendía- Entonces.... -Rasqué mi barbilla, pensativo- Es como si un elfo fuese un demonio de los bosques... Al fin y al cabo parece tremendamente peligroso... -Me relamí los labios despacio, mientras seguía meditando- Creo que entonces es mejor que hayas podido nacer semi-elfo.. Creo que eres menos esclavo de la condición violenta de un elfo furioso y de la necia de los humanos... -Me encogí de hombros, porque ni yo mismo estaba convencido de la lógica de mi propio discurso. ¿Cuántas veces no había pensado que sería mejor que Damballa me poseyese por completo y perdiese toda mi humanidad? Pero me aterrorizaba perder mi conciencia y humanidad... Al fin y al cabo ser un demonio significaba una no-vida de penitencia continua.

    -Es sorprendente... -Mencioné sobre su comida. Si ese hombre supiese que yo había desayunado los trozos de carne de 5 personas distintas esa mañana...- Ahh.. No me mires así -Le reproché al notar cómo me miraba por mi grotesca forma de hablar. Luego me acerqué coquetamente a él. Dios, cuánto me atraía ese tipo... Era muy hermoso.

    Colé mi cabeza debajo de su brazo, asomándola- Oh, vamos... Entonces, ¿Para qué hemos pedido el vino? En serio... de verdad que esta noche hay algo que celebrar... -Me deslicé, sentándome a horcajadas encima de uno de sus muslos y acerqué la copa de vino a sus labios, sin dejar de mirarle de manera persuasiva e incitante a los ojos.

    Si la manera de atraer y cautivar a las presas de Akemi era con su belleza natural, el demonio siempre te incitaba a pecar y a los actos más nocivos, y yo era la tentación en esos momentos- Sólo un par antes de dormir... -Me llevé la copa a los labios, tomando un sorbo, pero no lo tragué, y le besé, pasando el vino a su boca- ¿Temes quedar expuesto...? Te prometo que no te haré daño... te debo demasiado, al menos por ahora... -Pasé mi meno por debajo de su yukata, acariciando la piel de su cuello y pecho. Si de verdad Akemi perdía mucho la conciencia por el alcohol, me moría por verlo y aprovecharme de él.

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    Lo siento, pero Konstantin ha decidido adueñarse de la voluntad de Akemi JAJAJAJAJA. Lo tiene sexualmente acosado
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    Cuando mencionó lo de mi mal comportamiento con la chica, no sonreí con los labios, aunque sí con las comisuras de mis ojos. A mí me resultaba divertido comprobar lo fáciles que eran de asustar, y no es que tuviese en mente concienciarme. Los humanos no merecían mi respeto, aunque sabía que por ahora tendría que disimular para que no me reconociesen. Con Akemi era distinto... ese tipo incluso me estaba ayudando.

    Sus respuestas no paraban de sorprenderme. ¿Qué clase de pasado había tenido y por qué diablos era tan... agradable? Para supuestamente ser un monstruo a ojos de los humanos, no desprendía para nada energía negativa o demoníaca. Bueno, era obvio que esos idiotas de los humanos eran seres increíblemente imbéciles- ¿Qué eres exactamente..? Quiero decir, ¿Qué hace un semi-elfo? Tiene algo que ver con la naturaleza... ¿no?

    Lo cierto es que tenía dinero. Podría comprarme ropa, pero era un maldito diablo. Si me podía aprovechar de él, lo haría y guardaría el dinero para un caso de emergencia. Además, en cuanto huyese lejos de aquí dudaba que utilizase ropa siquiera, a no ser que fuese lujosa y en alguna ocasión en especial, porque me encantaban los lujos, piedras preciosas y ostentaciones- ¿Y por qué no? Es preciosa... tienes muy buen gusto, o mucho dinero... bueno, creo que las dos cosas -Yo miraba embobado los apliques y fornituras de la fina seda de sus prendas- Deberías ser más detallista. Seguro que hacía años que no encontrabas un amante tan digno como yo.

    -Mh... lo vi cuando tenía 13 años... Hace ya mucho de eso..... -Asentí- Sí, es cierto... son deliciosos -Pero ya no sentía ni mucho menos ese gusto por la comida en general. Antes de que Damballa aflorase en mí al entrar en la pubertad, sí era un chico completamente normal y disfrutaba de ese tipo de cosas- ¿Cómo puedes disfrutar de eso..? -Miré su comida entornando los ojos- ¿No es demasiado ligera para un tío tan grande como tú? -Parpadeé mirándole perplejo cuando me avisó de lo de la postura... Bueno, mis huesos ya eran casi cartílago puro, como los de una serpiente, pero ese chico era sumamente considerado... Tanto, que me dejó mirándole una vez más sin parpadear durante unos segundos. No supe bien cómo reaccionar y dejé mi cuerpo caer al suelo, cayendo sobre la alfombra de la habitación a cuatro patas pero con el cuerpo muy pegado al suelo. Realmente parecía una maldita serpiente. Luego me acerqué a la mesa de estilo japonés que había en el suelo de la casa y comencé a comer, esta vez sentándome derecho.

    No comía con mucha ansia ni entusiasmo, pero desde luego, apenas masticaba las chuletas. Pasaban por mi garganta como si nada. Me percaté de que me miraba anonadado por esa manera de comer, y yo le sonreí de un modo muy pervertido y sinvergüenza- A ver si crees que esas mamadas celestiales que te hago las podría hacer cualquiera... -Era borde por naturaleza y un maldito sátiro, pero bueno, eran las ventajas de tener garganta de serpiente.

    Cuando sí me emocioné, fue al abrir el vino. Serví tanto el que había pedido él como el mío para ambos, en vasos distintos. ¡Cuánto tiempo llevaba sediento por un buen vino! Y qué difícil se me hacía obtenerlo en la prisión- ¡Bebe! -Se me habían iluminado los ojos y, desde luego, desprendía una energía tan alegre, que hasta la mesa vibró sin que la tocase siquiera- ¡Bebe hasta que estemos tan borrachos que no sepamos ni dónde estamos! -Le di una buena palmada en la espalda, y acto seguido, me bebí mi copa de un solo trago. La sonrisa que se dibujó en mi cara fue parecida a la que puse antes al llegar al orgasmo.

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    Puede que sea por el clima. No sé por allí, pero por aquí hace un tiempo horrible ;w; Con muchísimo viento
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    -Mh... -No contesté a eso que decía. Lo único que estaba claro es que un demonio era símbolo de lo peor en este mundo. Si descubría que yo era uno, tendríamos problemas... ¿Pero por qué me importaba tanto eso? Se suponía que mi intención era comérmelo. No sé... De algún modo me había sentido muy bien después de más de 10 años gracias a él, y no lo pensaba sólo por el sexo, sino por cómo me acababa de defender. Saber que podría cambiar de opinión si supiese que yo era ese tipo de monstruo, no es que me produjese una grandiosa confianza.

    -Malditos hijos de puta... -Fue todo lo que mascullé. Yo también me terminé de asear y salí detrás suya, tapado con la toalla. Mientras caminaba, le miraba de arriba a abajo. Era muy alto, no podría dejar de sorprenderme... Y eso que había dicho de que me comprendía... Lo cierto es que me daba curiosidad. ¿Qué le habría pasado a él? Preguntarle y obtener una respuesta significaría que yo le debería otra, pero no había cosa más curiosa en este mundo que un diablo, y no atendía a las consecuencias. Y es que antes había visto la cicatriz de su abdomen, y otras cuantas más un poco más discretas. Tuve tiempo para examinar su cuerpo en toda esa hora en la que estuvimos follando como malditos monos.

    -Mh... chuletas y vino koshu -Era un vino de origen japonés que procedía de una uva rosada. Si no hubiese pedido nada, hubiese sido demasiado extraño. Antes de que la empleada se fuese, me giré y la tomé abruptamente del brazo, haciendo que se asustase. La miraba a los ojos de un modo en el que más que parecer que le estaba haciendo un pedido, la iba a destripar allí mismo, pero no estaba en mí ser dulce, y menos con humanos desconocidos- Ah... no hagas la chuleta demasiado... con que toque el fuego está bien -La pobre criatura se había asustado, dando un respingo, y cuando se alejó iba agitada. Lo siento, pero es que no tenía ni la menor idea de cómo se debía tratar a alguien. Aparte de ser Damballa, estaba incivilizado después de tanto tiempo encerrado. Al verla salir pitando, me reí para mí mismo, aunque no de felicidad, aunque pudiese parecer eso a simple vista... Digamos que me tomaba con humor ese rechazo evidente y continuo al que ya estaba más que acostumbrado.

    Cuando entré a su habitación, la contemplé con detenimiento. Era más lujosa que la mía y olía a él en cada rincón... Mi olfato era fino como el de una bestia. Otro no se hubiese percatado de algo así. Luego, cuando Akemi me ofreció unos ropajes, los miré fijamente con una expresión de sorpresa y algo de incertidumbre en mi rostro... ¿Cómo me iba a poner su ropa durante días? No iba a poder parar de tener orgasmos. Era hermosa, ostentosa y olía a él. Toda una tortura para una criatura avariciosa como yo- ¿Por qué eres tan amable conmigo..? Ya te he dicho que estoy maldito... ¿Es que no te causo aversión? -Debería haberle dado las gracias en vez de decirle eso, pero ya ni siquiera recordaba lo que era el concepto de educación. Era como una maldita bestia sacada de una cueva.

    Me detuve en acariciar su ropa antes de ponérmela. Incluso la olí y froté con detenimiento la suave seda contra mi mejilla.. Qué agradable- ¿Qué es lo que quieres a cambio..? -No podía entender que alguien hiciese eso por pura amabilidad, y en cierto modo no me equivocaba... Akemi estaba buscando algo en su misión.

    Me puse la ropa, sólo el yukata interior para estar allí, y me quedé sentado a los pies de la cama en cuclillas, en esa postura extraña que a menudo solía adoptar. Tenía que aprender a sentarme con normalidad o daría un cantazo increíble en nuestro viaje.

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    Jajajaja ay no te preocupes! Pobrecita, si estás cansada, deberías irte a dormir ;3;
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    -Ah....... -Suspiré con alivio cuando se fueron. Me solté de su cuello, deslizándome dentro del agua. Con la de tiempo que había pasado agarrado a su cuello comenzaba a verme más parecido a un demonio-garrapata que a un demonio-serpiente. Me permití estar unos segundos sumergidos, intentando normalizar los latidos de mi corazón, mientras muchísima información pasaba de golpe por mi cabeza. Ese hombre acababa de hacerme un enorme favor. Bueno, dos, contando los orgasmos de antes... Era la primera vez que alguien era amable conmigo, y seguramente fuese porque el tipo no era humano.

    Asomé mi cabeza del agua, y le sonreí de oreja a oreja mostrándole mis dientes. Mi sonrisa era anormalmente afilada. Eso sí, ya no había rastro de mis colmillos ni el blanco de mis ojos rojizos. Seguía teniendo un aspecto reptiliano y que ponía los vellos de punta, pero ya pasaba por un atractivo humano normal al menos- Al menos te ha dado tiempo a correrte... -Le contesté a su pregunta de un modo muy infantil, y fue cogiendo agua con mi boca y echándole un chorrito en el pecho. Después de mirarle unos segundos a los ojos mientras pensaba muy bien qué contestarle, lo hice al fin- Estoy maldito..... evidentemente, no soy un humano... Bueno, tengo cuerpo de humano, pero lo que habita en mí no es de este mundo... Y no sé nada. Hace unos días estaba sellado -Eso no era del todo cierto y tampoco le había dicho que era un demonio, pero bueno... Él me dijo que era un semi-elfo, pero no cuáles eran sus poderes, igual que yo tampoco le dije que era un maldito caníbal y una maravillosa máquina de destrucción. Eso sólo lo sabía el soldado al que le quité el uniforme, que era el único testigo de mis capacidades, pero por lo visto aún no habían llegado las noticias a esta ciudad... Sólo sabían que habían visto a un tipo con el uniforme de los militares de Kirshta que no le sonaba a nadie en absoluto.

    Dejé que mi cuerpo cansado flotase en el agua, y le hablé mientras miraba al techo- Por eso quiero viajar contigo... No sé lo que hay ahí fuera, y tú... bueno, parece que los humanos tampoco son de tu agrado, ¿no? -Me reí socarronamente al recordar la bronca que les había echado antes a esos militares- ¿Por qué me has ayudado..? -Sospechaba que era porque de algún modo él comprendía lo que era ser odiado por el simple hecho de existir, pero eso sólo era una instintiva idea en mi cabeza- Prometo que cuando me ubique un poco, me alejaré de ti. Sólo quiero alejarme de estas tierras en guerra... -No sin antes comérmelo entero, claro. No se debe fiar uno de las promesas de un demonio- A cambio, te daré orgasmos en tu viaje y... prometo que te haré reír.

    Lo cierto es que necesitaba descansar. Hacía años que no veía una cama así, como la de esa posada... No iba a comer comida humana esa noche, cuando aquel día me había puesto a rebosar. Eso sólo lo hacía en situación de emergencia- No se te ocurra irte mañana sin mí... -Entonces afilé la mirada, mirándole a los ojos muy desconfiado. Demasiado- Dormiré contigo, así no te escaparás -Y así fue como me autoinvité a su habitación.

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    Tranquila, ya van a ser dos torpes XDDDDDD Lo más enamorado que había estado el mío era de la idea de ser libre, y ahora está descubriendo que el mundo es totalmente desconocido xDDDD
1607 replies since 27/7/2011
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