Posts written by neko_yami-chan

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    —Solo escuchate, tú mismo dices que esperabas a ese alfa en el quién confiar, pero no lo hiciste conmigo, no me creíste y te aventaste al peligro sin saber nada, ¿Tan poco vale mi palabra para ti? ¿De eso se trata todo esto?

    Tomó aire, de nada le servía alterarse en este momento, quería un momento para él, alejarse, tal vez lleve al menor a la salida y regrese al centro de los arbustos, tampoco quiere ser tan insensible como para dejarlo en medio de un laberinto y que no pueda encontrar la salida. Pero si desea estar lejos de Lorel por un momento, con tan solo escucharlo se irrita más, si tanto esperaba a esa persona, entonces el omega hizo mal en escogerlo, ¿era lo que le estaba diciendo? si no podía confiar en él aunque sea un poco, de qué sirve este juego entre ellos dos.

    —No se trata de que me obedezcas, no soy tu dueño, es confianza mutua, te dije que encontraría mi camino de vuelta, pero no puedo seguir adelante si no puedo tener la certeza de que actuarás con sentido común, no quiero que en cada batalla tenga que preocuparme porque irás a hacer algo peligroso o por que te capturaron por escaparte.

    Nunca le gustaron las lágrimas, no tiene empatía por aquellos que las derraman, para él son una especie de técnica usada para manipular las emociones del otro, así lo aprendió con los presos que buscaban una oportunidad para escapar, cuando veía a algún aldeano no sabía cómo consolarlos y seguía adelante. Sus hermanos eran la excepción, se derrite de tan solo ver unos ojitos llenos de agua, quiere darles el sol y la luna para que quiten la amarga expresión. No sabía qué pensar del llanto de Lorel, ¿una defensa? ¿tristeza? ¿De verdad no entendía?

    Algo dentro de Alexander sin duda se movió al ver el agua salada, pero no sabía si debía bufar o darle unas palmaditas de consolación ¿eso siquiera sirve? está decepcionado, la idea de que Lorel no pueda confiar en él y justifique sus acciones con instinto no ayudan mucho, tal vez sea mejor que se separen, tal vez eso empeora todo, de una u otra forma tienen que hacer algo.

    —Tal vez sea mejor que no estés conmigo, si el omega con el que voy a estar no confia en mi, no creo que vayamos a ir muy lejos. Tomémonos un par de días. Hasta que tus padres decidan que sea buen momento para regresar al norte. Será decisión tuya si quieres quedarte o irte con ellos.
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    Había algo raro, con el paso de los días se había dado cuenta de una especie de escudo que el menor levantaba, no era una barrera exactamente, era como para protegerse a sí mismo de la rabia de Alexander, no sabía si era algo que le gustaba o no, o preferiría que no lo hiciera. Pero aquí frente a él, con Lorel sentado en sus piernas y los brazos del mayor rodeando el cuerpo delgado del omega lo sentía, sentía el escudo que se formaba frente a sus ojos.

    En sí, llevaban muy pocos días juntos y a pesar de que se conocieran de año aún había pequeños detalles que su vista había dejado escapar o no quería ver claramente y se dijo que ignorara aquellas diminutas cosas. Pero justo ahora cuando Lorel tenía que decirle algo importante, cuando había hecho algo que no estaba bien del todo y que sabía que Alex se enojaria hacía esto, le besaba el rostro, lo acariciaba, suavizaba su voz y la hacía más melosa de lo normal, o al menos así la catalogaba el mayor . Soltó un suspiro quería decirle “¿Ahora que hiciste?” pero se quedó callado y esperó.

    —Lorel, ¿Por qué lo hiciste? —creía que su voz sería de enojo, el mismo príncipe se sorprendió de lo cansada y decepcionada que sonaba —Una cosa, te pedí solo una cosa, no importa que hayas podido con ellos, ¿qué hubiera pasado si en lugar de dos hubieran sido más? No estarías diciendo lo mismo, ya te lo he dicho, encontraré mi camino de vuelta, pero por una vez, solo una haz lo que te pido.

    Sentía las manos temblar, se dijo a sí mismo que era culpa de lo débil que estaba su cuerpo en ese momento. El menor le había pedido perdón, pero ¿perdón por qué? él fue quien arriesgó su vida aún sabiendo que iban tras él, Lorel no le había hecho daño directamente, ¿qué esperaba que Alex le dijera? “Si todo está bien, no te preocupes, arriesgate a caer en las manos enemigas, con un perdón todo se compensa” tenía ganas de lanzar veneno, una cosa, solo una había pedido.

    Y si hubiera despertado y el menor no estuviera a su lado, ¿qué habría hecho? sus padres tendrían que haberlo sujetado a la cama con tal de no ir tras ellos. Tampoco quería que el omega fuera una damisela en peligro, era consciente de que podía defenderse, pero a veces y muchas veces su sentido común no funcionaba

    —No creo que “perdón” sea algo que tengas que pedir —se detuvo cuando escuchó la palabra “comprar” era escandaloso, si,pero si habían pensado en eso ya tenían a un comprador, hubiera sido imposible que fuera de estas tierras, tal vez de un lugar más lejano —¡Aparte quieren venderte o llevarte a quién sabe dónde!
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    Por un momento durante su paseo se dio el lujo de pensar qué habría sucedido si no tuviera a Lorel de esta forma. De vez en vez se le venía a la mente que este ataque no hubiera sido posible, ellos estaban formando una unión que no les agradó a otros reinos, y la solución para ellos fue hacer un alboroto público. Por otro lado se decía que aunque no estuviera con el omega ahora, de igual forma esto hubiera sucedido. Ya había roces con la nación del sur, y Alex suponía que en algún momento la tensión se iba a romper y estallaría, pero no esperaba que tan pronto.

    —No creo que hubiera sido posible, si hubieran atacado de nueva cuenta no habrían podido escapar. Lo que me preocupa es que huyeron, esto ya estaba planeado, tenían una ruta para salir y alguien que les ayudará. No sabemos quienes los están apoyando y eso me da muchas sospechas. —con las yemas de los dedos hizo pequeños círculos sobre la piel suave del omega para calmarse así mismo. —Atacaran de nuevo y está vez será mejor planificado, tenemos que estar listos para cuando eso suceda.

    De a poco se iban alejando de la entrada del laberinto, por donde miraran lo único que estaba a su disposición era el verde de los arbustos y uno que otro destello de color llegaron hasta el centro, con la fuente que simulaba un espejo y las multiples flores que adornaban todo el espacio. Asintió a la invitación de Lorel y se dejó caer en la banca de piedra, soltando un suspiro para al fin poder descansar.

    —No te preocupes, ahora no hay mucho que pueda hacer, para ese entonces ya han de estar en las afueras del reino. Me sería imposible ir tras ellos. Quiero hacer muchas cosas, investigar, mandar espías a buscar información. No sé algo para detenerlos. —se llevó a los labios el dorso de la mano del rubio y le dio un beso como de cortejo. —Siempre voy a volver, no te preocupes tanto, no hay forma de que te deshagas de mí tan fácil.

    Jaló hacia sí el cuerpo de Lorel y lo sentó sobre una de sus piernas, estaba herido, pero era el menor era ligero y no podía lastimarlo, además así podía enredar sus brazos alrededor del rubio.
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    † E T R E L I †: Cariño que lindo de tu parte todas las cositas bonitas que me dijiste. Claro que puedes hacer más de un pedido, yo me entretengo haciendolos. Ya tengo listo lo tuyo, creo que me hice un poco bolas con las imagenes pero te hice varios para que pudieras escoger. No, no, tu avatar no es un adefesio, para mi fue un dolor de cabeza meter un gif en un estatico, que bueno que tú ya puedes hacer eso, verás que con la practica vas a hacer cosas muy bonitas.

    Espero que te gusten tus diseños y si quieres que le haga algún cambio solo dime.


    QUOTE
    Avatar:

    Versión 1.



    Versión 2


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    De las firmas hice lo mismo, una imagen la tomé separada, por que me desontonaba los colores, igual si quieres que las dos diseños te los junte en una solo dimelo.

    Versión 1


    Versión 2

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    Parecía incluso que los caballos estaban felices de que el príncipe estuviera de nuevo por los alrededores. revoloteaban sus colas de lado a lado y uno que estaba más cerca de Alex asomó su cabeza. El mayor estiró su mano y con una suave caricia pasó sus dedos por la frente. Con su brazo libre se aferró a la cintura del menor y así entre la pared y el rubio se sostenía.

    —Es un poco cansado, pero creo que puedo hacerlo, de todas formas no quiero estar todo el día en el cuarto.

    Recostó su cabeza en el hombro del menor, mirando a los caballos, tomó una gran bocanada de aire, el calor proveniente del omega le devolvía las energías que perdió en el corto camino de sus aposentos hasta los establos. Se giró para mirar a Lore y este tomó los labios de Alex, le besó tranquilo, incluso hasta un poco perezoso.

    —Lo sé. —le dio un piquito en la punta de la nariz y disfrutó del color violeta —Sigamos.

    Se despegó con tranquilidad, teniendo cuidado de no lastimarse con algún movimiento brusco. Tomó los dedos de Lorel entre los suyos y caminó hacia el laberinto. De vez en vez alguno que otro jardinero les dedicaba un asentimiento de cabeza a modo de saludo. Al igual que los sirvientes dentro del castillo se alegraban de verlo vivo, pero no hacían ningún tipo de intervención.

    Llegaron hasta la entrada, las grandes paredes de hierba los comenzaron a rodear conforme se iban adentrando, el aroma del menor combinaba a la perfección con la naturaleza dentro del laberinto.


    SPOILER (click to view)
    Gracias, eres un solecito.
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    No dijo nada de la forma en la que Lorel lo miraba, estaba más que claro que quería reírse de su muestra de salud y fuerza, pero no importaba, había cumplido su misión y eso era lo importante. Con tropiezos, pero nadie más estaba aquí para ver eso,ni para recordarlo más tarde.

    —Que si, tranquilo, tranquilo no va a pasar nada. Si me siento mal te lo diré.

    El omega se encargó de todo lo demás, de limpiar la bañera y de vestirse, le daba un poco de celos que él pudiera moverse con tanta libertad. Agradecía que el menor no se pusiera algo elegante, ya bastante era estar afuera con algo que Alex llamaría “fachas”

    —Estoy listo, vamonos,

    Acercó al menor tomándolo por la cintura, le dio un beso en la sien y salió del baño, con paso lento logró llegar hasta la puerta de la habitación, al abrir una oleada de calor, ruido y movimiento le llenó por completo. Los sirvientes se movían de lado a lado y sonreían al verlo pasar. Alcanzaron a llegar a los establos y fue ahí cuando tuvo que hacer una pausa para respirar. Descansó su espalda contra la manera y una cabeza se asomó de uno de los corrales individuales.

    —Ven aquí, necesito recargar energía —abrió los brazos para que el menor se pusiera entre ellos y enterró su nariz entre el cabello húmedo.


    SPOILER (click to view)
    Lo siento, me tardé mucho, he tenido un par de semanas pesadas entre la universidad y el trabajo que me han estado consumiendo, espero no tomerme mucho tiempo.
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    —Ya te lo dije, no moriré tan fácil, una bala no es nada.

    Con los dedos le salpicó un poquito de agua enjabonada al omega que le terminó cayendo en la parte superior del pecho. Si había sido herido y si, también estuvo unos días fuera de sí, pero estaba mejor, había despertado, no quería decir que fuera invalido o que quisieran tratarlo como si fuera de cristal. Ok tal vez Alex exageraba, pero nunca se había sentido tan frágil y no quería ser puesto en esa posición.

    —Puedo andar bien, y no, no quiero salir en silla. Podemos pasear en el laberinto un rato, nadie nos va a molestar ahí.

    Estiró un poco sus brazos y piernas, tanto como le fue posible en el estrecho espacio, con el fin de que Lorel tuviera el espacio suficiente para moverse por sus extremidades. Disfrutó del pequeño masaje que sentía en sus músculos. Soltó un suspiro de relajación y pensó que no le molestaba que todos sus días fueran así.

    —Me siento mejor, algo cansado, pero eso es cuestión de que recupere mis energías en lugar de pasarme el día durmiendo. Creo que seré capaz de moverme por unos cuantos minutos.

    Y en todo caso de que necesitase apoyo siempre podía descansar sobre el príncipe del Norte. Haciendo un cuenco con las manos se quitó el jabón de encima, estaba listo para salir, tampoco quería quedarse tanto tiempo en el agua como otras veces. Necesitaba un poco de movilidad. Le dio un beso al menor en la mejilla y se dispuso a salir de la bañera.

    Salió sin problemas, al menos hasta que estuvo completamente fuera, un ligero mareo se apoderó de su cabeza pero se mantuvo lo suficientemente firme como para tambalearse demasiado, se agarró del borde de la tina y con eso tuvo, vestirse fue un poco complicado, o mejor dicho más tardado de lo que esperaba, quería probarle a Lorel que podía hacer las cosas por su cuenta y que no era necesario tanta preocupación. Aunque todo eso le tomará más de lo esperado y en conjunto con algunos gemidos de dolor y otros tanto de desesperación. Pero una vez estuvo listo con unos pantalones finos y una camisa holgada que no solía usar mucho miró al menor para que viera lo que había logrado.

    —Ves, todo perfecto por aquí.
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    —Si claro, seguro que no tienes nada en la cabeza —rodó los ojos, pero aún todo estaba sonriendo —Te creeré esta vez, a pesar de que tartamudeas en tu respuesta.

    Nunca le había dado importancia a su miedo al agua, sus padres no lo presionaron para que tratara de superarlo, además cada que estaba cerca los reyes recordaban como casi pierden a su hijo y en sus primeros años después del incidente trataron de alejarlo de ríos y lagos. Cuando era adolescente y su padre tuvo que hacer viajes en barco se ponía nervioso por la seguridad del rey. Eventualmente fue su turno de navegar.

    En aquellos años pasó las noches en vela, temiendo que el barco fuera a chocar contra alguna forma rocosa o que una ola fuera a derribarlos y terminaran como náufragos, eso si bien les iba. Conforme fue creciendo intentó tranquilizarse cada vez que le tocaba viajar por mar. Sabía que una vez que fuera coronado, eso sería parte de sus actividades. Al fin y al cabo moverse por las aguas era mucho más rápido que hacerlo a caballo. Ahora ya no pasaba las noches en vela, (bueno solo a veces) pero seguía poniéndose tenso ante la idea de subirse a una embarcación.

    —SI, ya lo he hecho, pero a mi no me da vergüenza, además esa vez estabas despierto, más o menos consciente. Yo no, dime Lorel, ¿Te aprovechaste? No me molestaría si lo hubieras hecho, sería algo atrevido de tu parte.

    Estiró su mano para atraer el rostro del menor y le dio un beso en la mejilla y le jaló el cachete solo para juguetear con la elasticidad de la piel.

    —Lo sé, solo estoy jugando contigo. Dime cuidador, que daremos después de que salgamos de la bañera.
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    Le devolvió el beso, de piquito a piquito saboreando la textura de tener los labios del otro pegados a los suyos y sus pieles pegadas unas a la otra con el agua rodeandolos. ¿Lo había extrañado tanto? Eso parecía. Para Alex no había sido tan difícil, en ese momento Lorel estuvo consciente, delirante, pero despierto. Esto quizá haya sido demasiado para el menor.

    —Es el único lugar que puedo decir que me meteré, nada de lagos, ríos o mares. Pero unas aguas termales, eso no me da problema. —con la mano hizo un pequeño cuenco y lo fue mojando poco a poco, en los hombros, en las mejillas —¿O es que tienes algunas ideas en tu cabeza? —se acercó un poco al oído, lo suficiente para que sus labios rozaran con cualquier movimiento —Ya me imaginaste, ¿cierto?

    Descansó su cabeza sobre la bañera y con la cara inclinada al techo cerró los ojos, a pesar de haber dormido hace unos minutos, se sentía cansado, era como si todo su cuerpo estuviera entumecido y tuviera que sumirse en el sueño para recuperarse, pero eso no funciona, despertando el cansancio se haría presente de nuevo y entraría en un ciclo interminable. No le gustaba la sensación, tenía que recuperar su energia.

    —Hush, hush, estoy aquí, no tienes que preocuparte.

    Con las manos mojadas le acarició el rostro, las mejillas y le quitó el cabello de la frente. Empujó un poquito hacia atrás la cabeza del menor para que quedara del todo recargada en su pecho y pudiera sentir el suave cantar de su corazón. Era un constante “estoy aqui” “mate” “amor”

    —No sé qué es lo que sucederá, tampoco puedo prometerte que no esto —hizo un gesto con su mano para referirse a toda la situación —… no volverá a pasar, pero puedo decirte que siempre encontraré mi camino de regreso.

    “Ya no pienses en eso, anda, te doy permiso de que metas mano con la excusa de limpiarme, ya me dijeron los niños que lo disfrutaste mientras estaba dormido —con la mano le extendió la esponja, esperando que todo lo vivido en los días anteriores se fuera con el agua.
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    —Así no funciona la plata

    En realidad si funcionaba así, pero no quería tener que darle la razón. Y eso era lo que más detestaba, siempre quedaba algún rastro y era lo que lo hacía más peligroso. Pero era fuerte, no había razón para que recayera, sino ya habría una reacción. Quería salir, Lorel no lo iba a dejar trabajar, pero al menos no estar encerrado si podía.

    Disfrutó en silencio el pequeño show que tenía frente a él. La ropa iba cayendo poco a poco y ahí estaba la piel blanca, suave, los músculos ligeros, pero formándose en el cuerpo del menor, el cabello largo acariciando los hombros. Tenía la idea de que Lorel estaba siendo demasiado cuidadoso con él, pero no había necesidad de serlo, el omega no lo lastimaría o al menos ahí era dónde Alex tenía puesta su confianza. Le estiró la mano como invitándolo a que se uniera a él, cuando al fin estuvo acomodado en el agua y los brazos de Alex se cerraron alrededor del omega al fin se sintió en casa.

    Era como si ese momento en el agua fuera más íntimo que cualquier otro, si estaban desnudos y eso implicaba algo, pero no era carnal, era totalmente distinto, era como ese pequeño recuerdo que se queda impregnado en la mente, el olor a cítricos, el agua caliente, el sol metiéndose por las ventanas, la bañera en medio de la habitación y un cuerpo palpitante que descansa sobre el tuyo, si le pidieran que describiera felicidad, sería este mismo momento.

    —Tú no me lastimarías.

    Con su nariz fue haciendo espacio y movió la cabeza de Lorel hacía un lado, recargó su barbilla en el hombro y le besó la mejilla, y parte del cuello, con cada roce, cada movimiento tenía presente el verde olor de la felicidad. Poco a poco los besos se hicieron más rápidos hasta hacerle cosquillas al omega.

    —Claro, tengo que tener feliz a mi reina. Podemos ir al pueblo, ver los mercados. Cuando no tenga mucho trabajo puedo llevarte a la parte costera, está a un par de días. Pero nada de entrar al mar. Me rehúso a meterme al agua. Pero puedo acompañarte a las zonas termales.
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    No pudo evitar sonreír ante las palabras, y sonreír por que no podía reirse, sino lo hubiera hecho. Y algo de verdad había en lo que decía Carmilla, si en parte quería tener a su reina solo para él y que mejor, que dentro de una bañera. Obviamente no se lo iba a decir de esa forma. Por otro lado estaba la cuestión de que los niños si tenían que ir a sus clases y solamente estaban usando su condición para perder tiempo, además Sebastián es bueno con los niños, pero como profesor es temible y estricto. Lo más probable es que les dejen montones de tarea por los días perdidos.

    Hizo un pequeño ruidito cuando Lorel se levantó de la cama, ahora que no estaba su cuerpo, el de Alexander había perdido su soporte y se desplomó con la cara en las mantas. Desde su posición escuchaba como la bañera se llenaba de agua y los pasos del omega revolotear por todos sus aposentos, era una sensación extraña, como si su presencia siempre hubiera estado ahí y no solo unos días.

    Ser desnudado en una forma no sexual era extraño para él, bueno ser desnudado y ya era raro. Por lo general no le gustaba quitarse la ropa con sus encuentros anteriores, era una molestia tener que encontrar su ropa y vestirse, además sentía que el mostrarse sin nada frente a otra persona era darle un grado de intimidad y confianza que no quería cederle a desconocidos. Pero este momento era distinto, las manos del menor se movían por todo su cuerpo, con cuidado incluso se atrevería a decir que los movimientos eran cariñosos. La ropa caía al suelo y en cuestión de nada su piel estaba expuesta. En ningún momento quitó los ojos de su omega, quería que supiera que era consciente de todo lo que hacía, pero no dijo nada, no era momento para chistes. Tal vez después.

    Cuando estuvo dentro de la bañera en automático se relajó, las sales le picaban la nariz y tenía ganas de nunca dejar lo caliente del agua. Bajó lo suficiente para recargar su cabeza en el borde y miró a Lorel en el taburete que en algún momento él había usado. ¿No pensaba meterse? No iba a hacerle nada, tal vez.

    —Lorel, fue una bala en el estomago no en las piernas, puedo caminar, no quiero una silla

    Se cruzó de brazos, como si eso cerrará cualquier argumento que el omega fuera a decirle. No le gustaba sentir que no podía hacer nada, y mucho menos algo tan sencillo como caminar.

    —Solo quiero salir de la habitación, no me gusta estar encerrado mucho tiempo. Pero algo más importante que eso. ¿No vas a entrar? Creí que estarías en el agua conmigo.
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    —Lo sabía, solo están poniendo excusas para no ir, anda, vayan y que Nost los acompañé también

    Mientras miraba a sus hermanos iba acariciando parte del torso del menor, dando pequeños movimientos circulares, en algún punto fue consciente de sí mismo y de lo que estaba haciendo, se le había hecho tan normal que no se había dado cuenta hasta que los ojos de los niños quedaron fijos en ellos. Se miraban como una pareja de esas melosas que a Alex no le gustaba ver en las calles, pero estando así con el menor, entendía a aquellos extraños y sus muestras de afecto.

    —Solo querías mandarme a dormir —se quejó por lo bajo restregando de nuevo su rostro contra la tela que cubría la piel del omega en un intento de quitarse la picazón de la nariz.

    Tenía ganas de ir a dar un paseo, de hecho que Lorel lo propusiera se le hacía extraño, hacía solo unas horas le había dicho que no iba a dejar que se levantara de la cama. Pero no iba a desaprovechar semejante oportunidad. Así también podía escuchar cualquier rumor o comentario que saliera de los sirvientes. No contaba como trabajar así que el omega no podía recriminarle.

    —Un baño, eso estaría bien.

    Llevaba unos días en cama y a pesar de que el rubio lo había estado limpiando se sentía con resaca y tenía que aflojar los músculos y sentirse limpio por si mismo. Ya después verán cómo salir de este cuarto y que tanto podía sostenerse sin necesidad de tanto apoyo, por que no, no saldría en silla. Se le hacían incómodas y restrictivas en cuanto a movimiento.

    —Y después podemos ir al laberinto, o algún otro lado. Y ustedes —dijo señalando a los niños que habían estado mirándolos todo el rato —Irán a sus clases.
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    En algún punto de su sueño todo se pusó extraño, al principio estaba cazando al omega en el bosque, ambos corrían entre los árboles, esquivando ramas que pudieran golpearles en la cara y saltando raíces para no tropezar. Todo estaba bien, hasta que las cosas se empezaron a distorsionar, de la nada aparecieron caballos con armaduras que no eran de ninguna de las cuatro regiones. Tenían el rostro afilado y en ellos había una mueca de escepticismo, al ver a Alex desnudo y a Lorel con ropa.. Alguno gritó algo en un idioma que jamás había escuchado y que presentía que is intentaba imitarlo le dolería la garganta o se terminará ahogándose con su propia lengua.

    Después vino un rugido que provenía del centro del bosque, y un dragón se postró frente a ellos, sacaba humo de la nariz y los ojos le chispeaban, los caballeros se pusieron en guardia y todo era tan bizarro que tenía que estar soñando, por que nada de esto sucedería en la vida real. Poco a poco fue despertando. Estaba aún abrazado a Lorel y tenía la sensación de haber vivido la experiencia más rara en toda su existencia. Lo más seguro es que la lectura del menor se haya mezclado en su cabeza.

    Se sentía un poco desorientado, había más voces en la habitación. A pesar de que ya había despertado aún no abría los ojos. Cuando al fin lo hizo se sorprendió de encontrarse en su habitación y con los niños en su cama. Volteó su rostro hacía el omega y frotó su cara contra él para que su olor se desprendiera. Después de que sus fosas nasales se llenaron de la esencia del rubio se dignó a mirar a los intrusos.

    —¿Qué hacen aquí? ¿Por qué no están en sus clases?

    La voz le salió medio ronca, aún con el sueño atrapado en su lengua, se talló los ojos con el dorso de la mano y volvió a abrazarse. Por regla los niños del castillo no van a la escuela común, sino que son educados en casa y aparte eran instruidos en alguna actividad especial o arte, eso era más a elección del alumno, pero como fuere, las festividades ya habían acabado y tenían que seguir con sus estudios.

    —¿Cuánto estuve dormido? —le preguntó a Lorel, la sensación extraña de su sueño aún raspaba parte de su cerebro y con la desorientación le costaba trabajo enfocarse.
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    —Hush, hush —con las yemas de los dedos le acarició las mejillas, como si con eso pudiera borrar las preocupaciones que tuvo el menor durante esos días en los que estuvo inconsciente. —Estoy aqui ahora, es lo que importa, además no fue algo tan grave, me pondré bien en poco tiempo.

    Le dio una ligera mordida en la nariz y después un piquito en los labios. No había necesidad de excederse, por mucho que lo deseara, también sabía lo que el omega había vivido, Alex mejor que nadie puede decirlo, por que él también pasó por lo mismo cuando Lorel fue envenenado. Así que poco a poco, que también su relación estaba empezando y no había necesidad de correr.

    —¿Qué? De verdad me dejarás a medias.

    Hizo un mohín con los labios, que se veía extraño en un hombre de su edad, pero no se iba a retractar. Venga que no había necesidad de tomarse todo rápido, pero unos cariñitos más no estaban mal. Se cruzó de brazos y vio como el menor se movía en su cuarto buscando algún libro para mantenerlos entretenidos por algún par de horas.

    Con libro en mano se volvió a acostar en la cama y acomodó a Alexander sobre su regazo, el alfa por su parte se abrazó a su cintura e inspiró profundo, también lo había extrañado, en especial su olor, tan dulce pero no empalagoso, era como un picnic en verano, a flores y frutas. Las palabras fluían, pero la verdad no le estaba poniendo mucha atención. estaba siendo distraído por unos dedos que se movían entre sus cabellos cafés, eran tan delgados y le hacían cosquillas en la cabeza.

    No conocía la historia, no había tenido tiempo de leerla, pero después de algunas páginas y que no se enterara de que rayos era la historia decidió cerrar los ojos, aspiró profundo, dejando que el olor ahora menos intenso ya que la etapa de celo se había acabado, lo relajara. En algún punto se quedó dormido y no sabía si ese era el plan de Lorel o no, pero ahora no había forma de que intentara moverse o al menos levantarse de la cama.

    En su sueño estaba de nuevo en el bosque, el omega iba caminando y ahí escondido entre los arbustos estaba Alex en su forma lobo, escondido, cazando a su presa. El menor se movía entre los árboles, dando un simple paseo y los ojos del alfa flasheaban en dorado. Mientras más se adentraba en el bosque Lorel sonrió, se había dado cuenta de que lo estaban acechando, una pizca de diversión se asomó en sus ojos y echó a correr, el mayor al entender el juego le dio unos segundo de ventaja y apretó el paso, ambos iban de lado a lado esquivando troncos y ramas. Cuando el mayor vio la mejor oportunidad saltó sobre el omega y en medio vuelo se transformó de nuevo en humano.

    —Te atrapé.
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    —Más que darte órdenes es estar a cargo, decirte que hacer es parte de todo —se encogió ligeramente de hombros, como si lo anterior fuera respuesta suficiente.

    Además podría decirse que era parte de su personalidad de alfa dominante, le gustaba poder moldear a su pareja a su gusto, hacerlo rudo y ser cariñoso de vez en cuando, especialmente al terminar. Pero claro, estos no eran pensamientos que podía tener en estos momentos, justo cuando no puede moverse y hacer todo lo que desea. Sonrió al sentir la mordida juguetona en la nariz, ah, así que así se siente, le gusta.

    —Dime, ¿Qué te puso tan travieso?

    Llevó una mano a la cintura del menor y la otra en la parte trasera de la cabeza, solo para tener algo que hacer con los dedos. Le revolvió los cabellos y de vez en vez cerraba en torno a la cintura. Quería que los labios del menor lo recorrieran por completo, que lo amaran de una forma húmeda y tomarlo duro por la boca. La sensación era extraña, las mordidas en todo su cuerpo. Una vez una de las ancianas consejeras le dijo que los lobos mordían porque a veces amaban tanto a una persona que no sabían que hacer, así que enterraban sus dientes para descargar sus emociones y de paso dejarles una marca para que los otros supieran que ya estaba tomado

    —No lo sé, no quiero que pares, además sería muy malo que dejes un trabajo a medias, ¿no crees?

    Le sostuvo el rostro entre las manos y lo subió lo suficiente como para que pudiera darle un beso, a diferencia del primero que le había dado, en este se permitió meterle la lengua y comerle los labios, quería saborearlo hasta que estuviera harto.

    —Pero como mi cuidado diga, esta al mando, ¿no es así?

6715 replies since 22/8/2011
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