Posts written by M° Maroth Araya

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    La Tortura.

    Epilogo.

    Parte V.

    (…)


    Se subieron al taxi con falsas sonrisas y se despidieron de la familia. Mantuvieron la fachada todo el tiempo que pareció necesario a petición de Chiaki, pero la realidad era más cruda. Se les pidió que mintieran, que juraran en vano que todo estaría bien y que pronto todo volvería a la normalidad, pero entre los tres ya no había normalidad a la que volver.
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    Al doblar la esquina, la expresión de Yuu se arrugó y sus ojos se volvieron cristalinos por las lágrimas que querían caer, pero su mirada, llena de ira, le ayudó a contener su dolor. Sus manos se cerraron con fuerza sobre sus piernas y golpeó su muslo dos, tres veces con toda la fuerza que podía sacar en ese momento.

    — Yuu, detente, te harás daño -le pidió Hatori estirando el brazo para detenerlo.

    — No te atrevas a tocarme -le gruñó, por primera vez mirándolo a los ojos después de la conversación que tuvieron los tres.

    Sus ojos ardían de tanta ira que parecía que en cualquier momento caerían las lágrimas, pero todavía no era el momento para estallar, no con el taxista presente, no con ellos dos en un espacio tan pequeño y mucho menos frente a Hatori.

    — No te atrevas a decirme qué puedo y qué no puedo hacer, por tu culpa estamos en esta situación, por tu culpa ya no… -se mordió el labio, no quería decirlo en voz alta, no quería confirmar que Chiaki no volvería a él, pero Hatori no le dio tregua.

    — Es verdad, por mi culpa es muy probable que nunca más veamos a Yoshino -dijo lo que Yuu evitó.

    El asistente volvió a golpear una vez más su pierna con fuerza y desvió la mirada hacia la ventana. No quería verlo de nuevo, no quería saber de Yoshiyuki Hatori nunca más en su vida. Lo único que quería era volver en el tiempo al momento en que todo se fue a la mierda. Le dolía el pecho y le costaba respirar, pero se controló, inhaló profundamente para calmar sus emociones, al menos lo suficiente hasta que llegaran a la estación de trenes.

    Una vez en su destino, Yuu le pagó la mitad al conductor y rápidamente se bajó del vehículo. El aire fresco de la noche llenó sus pulmones y lo ayudaron a respirar mejor. Esa brisa helada no solamente oxigenaba su cuerpo, sino que también enfriaba su cabeza. Fue cuando escuchó cerrarse la puerta del taxi y el vehículo alejarse que recordó que no recuperó su bolso del maletero. ¡Vaya forma de terminar el día!

    Se dio la vuelta, exasperado y levantando los brazos a modo de protesta, cuando vio a Hatori caminar hacia él con dos bolsos.

    — Intenta no perder tus cosas -le dijo mientras le devolvía su bolso.

    Yuu lo tomó enojado y sin pronunciar ninguna palabra se dirigió al interior de la estación, casi que trotando hacia la boletería. Se esforzó en mantener la distancia entre ellos, pero Hatori no lo dejaba. No tardó en parase detrás de él en la boletería y una vez cruzaron el torniquete se quedaron a dos metros de distancia esperando la llegada del tren.

    — Yuu.

    Lo llamó Hatori.

    — Yuu.

    Repitió al encontrarse con el silencio.

    Gatito.

    — No me llames así nunca más.

    — Necesito que me escuches.

    — No quiero escuchar más mentiras.

    — No voy a repetir lo que ya dije muchas veces, solamente te quiero pedir que no borres mi número. Respetaré tu deseo y no te llamaré más, pero quiero que sepas que siempre estaré disponible para ti, llámame cuando quieras, aunque sea por trabajo.

    Nuevamente, Yuu lo miró con furia, su respiración evidentemente agitada, pero en vez de dedicarle algunas palabras dejó que el ruido del tren respondiera en su lugar. Esa fue la última vez que le dirigió la mirada, una mirada llena de sentimientos y palabras, una mirada que amenazaba: "no me sigas o ya verás". Las puertas del tren se abrieron y Yuu caminó a pasos largos a otro vagón, se aseguró de estar a dos vagones de distancia de donde Hatori estaba antes de perderse en el interior.

    Después de ese triste día, Yoshiyuki Hatori y Yuu Yanase cortaron toda forma de contacto directo.

    (…)



    Cuando Yanase salió del baño intentó volver al comedor, pero se escondió para escuchar la conversación entre Hatori y Yoshino. Como siempre, con pocas palabras Hatori respondía a las largas preguntas del mangaka y de entre ellas escuchó:

    — Yuu está raro.

    — No está raro, está preocupado por ti -suspiró Hatori.

    — Sí, eso se nota, pero… hay algo más en él que no me cuadra. ¿Qué pasó entre ustedes? -preguntó Chiaki con emoción, como si esperara que algo emocionante hubiera pasado entre ellos.

    Escuchó a Hatori suspirar con fuerza, como si se estuviera debatiendo qué decir. Yuu rezó por que dejara de decir mentiras y que se disculpara con Chiaki como correspondía.

    — Es tal como dijiste, estamos en un triángulo amoroso sin fin. Cualquiera se descolocaría si lo rechazan como lo hiciste -notó cómo le cambiaba el enfoque.

    — Sé que pude sonar muy duro, pero Yuu es mi mejor amigo. Era mi mejor amigo…

    Sí, para Yuu fue un golpe muy duro la forma en que Chiaki lo rechazó. No solamente le dejó bien claro que nunca le daría la oportunidad, sino que también lo entregó a su enemigo, como si fuera un casamentero que arreglara un matrimonio con Hatori. ¡Con Hatori! ¡Un violador! Y ahora lo estaba escuchando hablar de su amistad como algo del pasado.

    No, no podía escuchar más, no quería saber más. Se dio media vuelta y se alejó del comedor para salir al jardín. Necesitaba tomar aire y pensar bien qué era lo que haría de ahora en adelante con lo que le dijeron y con lo que escuchó a escondidas.

    Miró al cielo, a las nubes en específico, y dejó que la brisa lo transportara a su pasado. Recordó los días en el instituto, el día que conoció a Chiaki y cómo sus sentimientos por él crecieron a medida que compartían nuevas experiencias. También recordó sus planes para futuro.

    Se vio a sí mismo de adolescente sentado en este jardín acompañando a Chiaki y con una libreta de dibujo entre las manos llena de ideas y bosquejos. En esa época, a pesar de reconocer sus sentimientos por Chiaki, nunca pensó en la posibilidad de declararse. Siempre vio en Chiaki a un hombre heterosexual que lo consideraba un amigo, nunca pensó que tendría una oportunidad con él. Tampoco es como si ahora la tuviera de todos modos, pero desde el principio renunció a tener citas y relaciones amorosas y se esforzó en mantener su lugar en la vida de Chiaki, se volvió un profesional del dibujo y lo siguió hasta Tokio para trabajar con él como su asistente, pero Hatori siempre fue un obstáculo. En más de una ocasión le pidió que lo contratara como asistente exclusivo de Chiaki, pero el hombre nunca quiso. Otro motivo para odiarlo.

    "¿Y si me equivoqué?" se cuestionó al pensar sobre su percepción de Hatori en esa época. Siempre supo que el hombre era gay, pero como lo veía al lado de Chiaki pensó que era su rival. Todavía lo veía así, no era como si le creyera sus repetitivas mentiras.

    Repasó sus recuerdos con el editor, pero los más claros eran de su época laboral. Si bien Hatori casi siempre iba al lado de Chiaki, muy pocas veces compartieron actividades los dos a solas. Recordó que mientras Chiaki y él se sentaban a dibujar, Hatori se quedaba a un lado leyendo o los convencía de estudiar. Lo único que recordaba hacer a solas con él fue en una oportunidad que entre los dos compraron materiales de dibujo para el cumpleaños de Chiaki porque él era el único elemento que los unía, más allá eran solamente extraños.

    Se dio la vuelta para buscar la ventana del dormitorio de Chiaki cuando vio al hombre ahí mismo, esperándolo en la puerta de la casa al jardín.

    — Por un momento pensé que te habías ido -le ofreció una sonrisa que no alcanzó sus ojos. Notó un rasgo de tristeza en ellos.

    — Necesitaba tomar aire.

    Caminó hacia él, pero se quedó a una distancia prudente.

    — ¿Cuándo volverás a la ciudad?

    — Todavía es muy temprano para decirlo -se rascó la nuca sin ver a su amigo a los ojos-. Por ahora voy a presentar una licencia médica de un mes, luego veré qué sucede.

    — Ya veo.

    — ¿Yuu? -Chiaki levantó la mirada y enfrentó la de su amigo- ¿Por qué odias tanto a Tori?

    — Porque te amo -respondió como si fuera algo obvio.

    — Yo nunca te pedí que lo odiaras, por el contrario. Quería que se llevaran bien, tú sabes que es un amigo muy importante para mí.

    — ¿Todavía? Después de todo lo que te hizo, ¿cómo puedes decir eso? ¿Acaso no lo odias?

    — Tori nunca me hizo daño. Él solamente…

    — ¿Cómo que no te hizo daño? Él te traicionó, traicionó no solo tu confianza, sino que también nuestra relación. Lo que él hizo no tiene perdón.

    — No, te equivocas, Tori no traicionó mi confianza. Tal vez sí pudo haber tomado mejores decisiones, pero en cuestiones del corazón, ¿cuáles son las mejores decisiones? Lo importante es que él está consciente de lo que hizo y que lo quiere remediar, de no ser así no estaría aquí hablando con nosotros.

    — No, esto no significa nada. ¿Por qué no lo entiendes, Chiaki? Lo que pasó entre nosotros no fue consentido, él te traicionó y a mi… -las palabras se ahogaron en su garganta porque todavía no podía confesar lo que le pasó.

    — ¿Yuu? ¿Me estás diciendo que…?

    De pronto pudo ver cómo el rostro de Chiaki cambió completamente, se volvió más pálido de lo que ya estaba y sus ojos se abrieron por la noticia. En ese momento, Yuu entendió porqué Chiaki no demostraba ningún sentimiento de odio hacia ninguno de los dos y porqué hablaba como si lo que pasó no fuera tan complicado.

    — ¿Qué te dijo Hatori? -preguntó atónito, deseando no haber metido la pata.

    — Solo me dijo que… te amaba. Desde el instituto. Que por eso no podía seguir conmigo. ¿Acaso…? ¿Te acostaste con Tori?

    Ahora fue el turno de Yuu de descomponerse. No pudo verlo más a los ojos. Desvió la mirada hacia el suelo y un profundo sonrojo tiñó sus mejillas.

    El sonido se apagó. La sorpresa fue grande y la cabeza de Chiaki empezó a unir las piezas. Yuu le habló de traición y consentimiento y con sus reacciones le dijo que sí tuvieron sexo. No había que ser un genio para entender que Hatori se acostó con Yuu antes de terminar con él. Su cabeza recorrió los eventos de ese último mes buscando el momento en que su relación cambió y recordó el momento que lo acusó de engañarlo. Chiaki dudó de su pareja una vez, pero pensó que era con una mujer, ¿cómo iba a pensar en Yuu? ¿Cómo no se dio cuenta antes de lo que pasaba entre sus amigos?

    — No lo sabía… -terminó por decir.

    — Chiaki, escúchame, por favor -Yuu acortó la distancia entre los dos y sujetó a Chiaki por los hombros-, Hatori me dijo que lo sabías todo. Pero yo nunca quise nada con él, yo no quería…

    — ¿Estás bien?

    — ¿Qué?

    — Te pregunto si estás bien porque yo no sé qué pensar ahora. ¿Tori te hizo daño?

    La pregunta quedó en el aire por unos largos segundos, intentando aclarar la situación y alcanzar la verdad.

    (…)



    La famosa mangaka Chiharu Yoshikawa anunció su retiro de la industria de los mangas un par de años después de receso. Nunca más se volvió a saber de su situación públicamente, pero sus fanáticos encontraron ilustraciones similares a su estilo en algunas revistas de editoriales pequeñas bajo otro nombre, uno unisex. Fueran rumores o no, muchos querían creer que la artista estaba volviendo al rodeo, pero a su propio ritmo y con sus propias reglas.

    Durante ese tiempo, el departamento Esmeralda perdió a uno de sus integrantes porque se cambió a otra editorial para trabajar en cualquier otro género distinto del shoujo. La calidad de su trabajo se había deteriorado con el paso de los meses y un día decidió que ya no era capaz de leer más historias de amor. Al fin y al cabo, después de ese día en la estación de trenes, el editor nunca más volvió a ver a Yuu Yanase. De un día para otro, el asistente de mangaka dejó de trabajar para la editorial Marukawa y algunos decían que era porque finalmente se estableció como el asistente exclusivo de un artista de otra empresa.

    Cuando Chiaki se retiró oficialmente del rubro, Hatori entendió que era momento de cambiar la página y cerrar el capítulo. Fueron dos años esperando que, aunque sea, uno de sus amigos del instituto volviera a él, pero con esto le quedaba más que claro que eso no podría suceder.

    Buscó otro trabajo, postuló y quedó casi de inmediato. Tomó la decisión con tal rapidez que ni siquiera tiempo les dio a sus colegas para que le hicieran una fiesta de despedida. Huyó tan lejos como pudo para que nadie le dijera a la cara que estaba siendo un cobarde, pero lo que no sabía era que, con este cambio de ruta, se volvería a cruzar con Yuu Yanase.

    Él estaba conociendo uno de los mangaka con los que trabajaría en la nueva editorial y ocurrió la casualidad de que, justamente ese día, iba a encontrar al asistente desaparecido, todavía trabajando como independiente y ayudando con las sombras. El plan era solamente saludar a su mangaka, pero el jefe del departamento aprovechó la oportunidad de presentarle los asistentes presentes ya que también trabajaría con ellos.

    Al principio no lo reconoció. Estaba ofreciendo reverencias por cada nombre que le enseñaban cuando uno de los asistentes lo llamó.

    — ¿Hatori?

    El editor levantó la cabeza y dirigió la vista hacia el dueño de esa voz que conocía tan bien. El hombre que vio vestía de jeans y camiseta manga corta y su peinado era corto en la parte superior y ligeramente rapado a los lados, estilo que le regalaba una imagen refrescante y brillante del hombre de sus sueños.

    — ¿Ya conoces a Hatori-san, Yanase-kun? -preguntó el nuevo jefe de Hatori.

    — Ya hemos trabajado juntos -respondió el asistente.

    Su tono de voz fue monótono, intentando esconder sus sentimientos, pero Hatori pudo ver algo en sus ojos. De pronto volvió a sentir la motivación que perdió durante esos dos largos años sin ver a su amado.

    — Espero que sigamos trabajando bien juntos, como antes.

    Esta vez, en vez de realizar la reverencia formal, extendió su mano para sacudirla con ese hombre que, aun algo cambiado, aun distante, era capaz de reavivar la llama de la pasión en su pecho. No podía esperar la hora en la que volviera a escuchar sus palabras insolentes desafiarlo.

    (…)

    FIN.



    A/N: ¡Oh, por Dios! Aún me cuesta creer que hemos llegado al final. En su momento nunca pensé que me demoraría tanto en terminar esta historia y ahora que lo logré no puedo evitar el deseo de que nunca termine. Esta relación entre Hatori y Yanase es tóxica, así la quise formular. Empezó con engaños, prosiguió con violencia tanto física como psicológica, destruyó todo lo que se encontró en su camino, provocó la ruptura de una amistad de al menos 5 años y desmanteló el autoestima de los involucrados. Si eso no es una relación tóxica, entonces yo ya no sé nada de la vida. Eeeeeen fin, con esto terminamos, espero nos podamos seguir leyendo y que pueda seguir con el resto de mis historias *fingerscrossed*.

    Muchas gracias por leer y comentar, sus mensajes alimentan mi felicidad. Hasta la próxima :)
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    Aaaaaaaaaay, me tomó un poco de tiempo volver al mundo de los fanfics y tenía como deuda el regreso de uno de los tuyos. Por el tiempo que pasó tuve que releer mucho para recordar los personajes y las historias de cada uno, pero eeeeeen fin! Es un placer leer la continuación. Como siempre, me quedo metida, con ganas de saber qué sucederá, y obviamente esperando que se encuentres bien *_* Estamos en contacto, Saludines :)
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    La Tortura.

    Epílogo.

    Parte IV.

    (…)


    — ¿Y bien? Estoy esperando.

    Chiaki y Hatori se habían sentado a la mesa junto a Yuu. Ninguno de los tres parecía querer tomar la palabra y, nuevamente, un silencio pesado se instaló en la habitación. Era entendible la situación, Chiaki esperaba que aquellos que lo abandonaron le ofrecieran algún tipo de explicación, pero Hatori no sabía por dónde empezar y Yuu no quería hablar de la violación. Estuvieron así por un rato hasta que Chiaki suspiró.

    — He pensado en muchas cosas desde que Tori terminó conmigo -Chiaki empezó a la vez que se ponía a jugar con su taza con té, el único brebaje servido-. En su momento, no sabía qué hacer, la confesión de Tori me dejó helado y muy confundido, pero todavía necesitaba hablar con un amigo. Te intenté contactar, Yuu, porque quería saber lo que pensabas de la situación, pensé que tal vez nos podríamos ayudar mutuamente. Me tomó un poco de tiempo entender por qué te habías alejado, supuse que Tori se te confesó, ¿o no?

    Chiaki decidió levantar la cabeza y mirar a Yuu de forma directa cuando formuló la afirmación. Yuu le miró de reojo sorprendido, asustado e inseguro. ¿Era una pregunta capciosa? Hatori le había confesado todo, eso fue lo que escuchó la última vez que lo vio. Eso fue lo que entendió. Cuando Hatori dijo que había confesado todo supuso que todo incluía la falsa declaración de amor, la primera noche que lo violó y todas las demás en las que se dejó abusar con la promesa de dejarlos solos. En ese momento pensó que su mundo se había terminado. Pensó lo peor. Su desconfianza le hizo creer que Hatori había contado todo de forma que él también perdiera, pensó que Chiaki sabía que se habían acostado durante todo ese mes. Pensó que Chiaki sabía de la vergüenza que había pasado y no supo cómo enfrentarlo.

    Todas estas ideas lo congelaron en el tiempo y la expresión que vio de reojo en Chiaki no le daba ninguna pista, no sabía qué estaba pensando su amigo. Luego miró a Hatori buscando respuestas, pero lo único que pudo percibir fue una mirada suave mezclada con una sensación de incertidumbre, preocupación y afecto. Notó que la mano de Hatori reaccionó a su mirada, vio que expandió su mano sobre la mesa y luego la cerró en un puño, casi como si quisiera hacer algo que no se atrevía a hacer, o tal vez era algo que no debía hacer.

    Prefirió bajar la mirada a decir algo que lo pudiera comprometer, todavía no estaba listo.

    — Creo que entiendo lo que sucedió -continuó Chiaki una vez que entendió que su amigo no estaba listo para hablar-. Tú y Tori nunca parecieron llevarse bien. Recordé nuestros días en el instituto y me di cuenta de que, si no fuera porque eran amigos míos, puede que nunca se hubieran conocido. O puede que me equivoque y que sea por mi culpa que las cosas hayan terminado así.

    — Yoshino, esto no es tu culpa -habló por primera vez Hatori-, la culpa no…

    — ¿No es de nadie? -terminó la frase Chiaki y aprovechó la intervención- Tori, ¿por qué siempre terminamos en situaciones así?

    — ¿De qué situaciones hablas exactamente? -preguntó con cuidado.

    — En situaciones sacadas de un manga shoujo. Amigos desde el instituto se encuentran en un triángulo amoroso que amenaza con quebrar sus lazos.

    — Parece más un BL -corrigió el editor.

    — ¿Tú crees? -se detuvo a pensar un momento y pronto agregó- No sé mucho de BLs, conozco más los shoujo y es muy común usar algún triángulo amoroso para desarrollar la historia.

    — Casi todas las historias románticas usan esa fórmula. La pareja protagonista se da cuenta de que sus sentimientos son correspondidos cuando llega un tercero a cortejar una de las partes. Se le dice triángulo amoroso, pero parece más ángulo por cómo se establecen las relaciones.

    — Ah, creo que tienes razón. ¿Tú qué dices, Yuu?

    — ¿Yo? -el castaño se sobresaltó, sorprendido con el giro que tomó la conversación, de inmediato apretó sus manos juntas y frunció el ceño- Para mí parece más un manga de terror.

    — ¿De terror? -sonrió levemente Chiaki sacudiendo la cabeza- Sé que no te agrada Tori, pero él no es tan malo. A veces es difícil de entender porque no es muy expresivo y, aparte de algunas frases sacadas de mangas shoujo, no sabe cómo decir lo que siente, pero -estiró su mano para tomar la de Yuu a modo de apoyo emocional- él te ama de verdad, de no ser así no me lo hubiera dicho.

    El calor de la mano de Chiaki caló hondo en sus huesos y chocó con el frío temor que lo mantenía inmóvil. Estaba confundido, no sabía qué rumbo estaba tomando la conversación. Como nunca, Chiaki fue el que tomó la iniciativa y les habló a ambos con honestidad y sin rodeos sobre sus pensamientos. Se sentía desconcertado con este nuevo Chiaki, la verdad es que quería que fuera Hatori quien hablara primero, quería que el verdadero culpable de esta situación fuera el que se disculpara con ambos, pero eso no estaba pasando. En vez de eso, Hatori y Chiaki estaban hablando de tonterías como si nada.

    Era evidente que Chiaki estaba bastante debilitado por la depresión que tenía, pero sus palabras y su mirada no carecían de convicción. El hombre estaba dispuesto a resolver el conflicto, ¿pero por qué? Se preguntó Yuu. ¿Habrá echo las paces con la traición que sufrió? ¿Con todo lo que vivió?

    La mano de Chiaki se enganchó entre las de Yuu en un suave pero firme apretón, demostrando cuánto apoyo necesitaban los dos en esta situación. Ambos resultaron muy heridos por esta experiencia y ambos necesitaban tiempo para sanar sus heridas. Pero al parecer solamente uno de ellos ya había empezado el proceso de sanación, aunque ese proceso tuviera un precio muy caro para su carrera.

    Yuu intentó huir del afecto que estaba recibiendo, pero Chiaki no estaba dispuesto a soltarlo. Reafirmó su agarre y esperó en silencio hasta que alguno de sus amigos tomara la palabra. ¿O estaba esperando a que estuviera listo para hablar?

    — No quiero perderte, Chiaki… -se atrevió a decir- pero tampoco sé cómo enfrentarte después de todo esto. Te quiero tanto que no soporto verte así, lo único que quiero es que nada de esto haya pasado.

    — Yanase… -Hatori finalmente se atrevió a estirar su brazo hacia él, pero sin llegar a tocarlo.

    — Eres un desgraciado -le gruñó en respuesta-. Yo solamente quería que dejaras de engañar a Chiaki, no que le dijeras más mentiras -sus manos temblaron de la frustración que se acumulaba en su interior. Yuu miró a Hatori un segundo para que fuera víctima de su sentir, luego se desvió hacia Chiaki. Al fin correspondió la muestra de afecto de su amigo y se acomodó más cerca-. Chiaki, lo voy a repetir cuantas veces sea necesario. La persona que amo eres tú, no Hatori. No sé qué mentira te dijo ese día, pero no es cierto, él no ama a nadie más que a sí mismo. Además, yo lo he odiado desde el instituto, desde que el momento en que lo conocí y ese sentimiento solamente creció con los años. No sabes cuántas veces deseé que se muriera para ser yo el que te cuide. Yo…

    — Yuu -lo interrumpió Chiaki-, tú sabes que yo no siento lo mismo por ti. Y este es el peor momento para que me pidas una oportunidad. La persona que yo quiero te quiere a ti, ¿crees que puedo ignorar eso?

    — Pero… Chiaki…

    — Eres mi amigo y deseo tu felicidad, pero no te puedo corresponder porque yo no te puedo hacer feliz. Y también quiero que Tori sea feliz. -aprovechó la proximidad y metió la mano de Hatori entre las de Yuu, formando una pelota de cinco manos y evitando que alguno de los dos se escapara-. ¿Por qué no le dices algo, Tori? ¿Por qué no le pides que te dé una oportunidad?

    Y de nuevo ahí estaba Hatori, solamente observando cómo sus amigos conversaban, escuchando a Yuu profesar su amor por Chiaki y a Chiaki rechazarlo por él. Aprovechó la oportunidad que le ofrecía Chiaki y tomó la mano de Yuu. En un suspiro colocó su otra mano sobre la pelota de manos.

    — Porque yo ya perdí esa oportunidad -admitió-. Yanase ya me rechazó y en varias ocasiones -se atrevió y acercó a su rostro el dorso de la mano de Yuu para besarla-. Pero aún lo amo.

    — Estás mintiendo.

    — Yuu… escúchalo, por favor…

    — Sé que a ambos les hice mucho daño -continuó el editor aprovechando que Yuu había bajado la guardia- y que no debería pedir ningún tipo de consideración, pero Yuu, necesito que me creas, necesito que sepas que sí te amo. Después puedes matarme si es lo que quieres.

    Las palabras de Hatori fueron directas y anunciaban lo honesto que estaba siento frente a Chiaki. Inconscientemente, Yuu apretó los puños y los dedos de sus amigos, o examigos, por un instante.

    — Si me amaras… si amaras a alguien de verdad, no lo obligarías a hacer lo que no quiere. Si dependiera de mí, te habrías muerto el momento en el que me tocaste.

    Y con esas palabras retiró las manos del montón. Sintió una brisa fría comerse sus dedos, dejándole bien claro lo que estaba haciendo. No solamente se alejó de su abusador, sino que también se alejó de su gran amor.

    La mirada de Hatori, que parecía poder verlo solamente a él, buscó la forma de volver a conectarlos. Yuu pudo reconocer un sentimiento de desesperación teñir esos ojos azules. Sintió una parte de él pedirle que volviera a abrigar sus manos con las de Hatori, solamente con las de Hatori, porque era a Hatori a quién necesitaba, pero lo ignoró, se puso de pie y salió de la habitación.

    — Voy al baño -anunció, esperando que así terminara el tema y en el camino calmar sus emociones.

    Después de esta conversación, estaba más que claro que el triángulo amoroso seguía vigente y que los tres seguirían deseando lo que no podían tener.

    (…)



    Vivieron tantas cosas los tres desde sus días de adolescentes, todo lo que vieron, todo lo que hicieron y todo lo que crecieron juntos los unió con un lazo que pensaron sería lo suficientemente fuerte como para sobrevivir toda tormenta, pero todo tiene un final y ese lazo, ese hilo que los unió, se terminó por romper.

    Los tres amigos se despidieron, dijeron falsas promesas y las escucharon con atención porque ya no tenían nada que perder. Ya lo habían perdido todo.

    — Estaremos en contacto.

    Fue lo que prometió Chiaki, pero Hatori sabía muy bien lo que vendría después. Antes de irse, Chiaki le entregó un sobre que contenía su evaluación médica y una carta que explicaba por qué se tomaba una licencia médica de tres meses con posibilidad a prórroga. Una vez que entregara esos papeles a la editorial sabía que perdería a un mangaka, que le asignarían uno nuevo y que Chiaki nunca más volvería a contactarse ni con él ni con Yanase.

    Sin tener nada más que hacer o decir, Hatori y Yanase volvieron a sus vidas en Tokio con la intención de cambiarlo todo sin cambiar nada.

    Un sueño imposible.

    (…)



    A/N: Por algún motivo, actualicé esta historia en Fanfiction.net, pero no acá, no recuerdo cómo fue que lo olvidé. De todos modos, les dejó la parte IV acá y les aviso que la parte V ya está publicada en el otro sitio, donde quieran leerlo :) Nos vemos el otro mes.
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    La Tortura.

    Parte III.

    (…)

    Por principio, pasar la noche en una cama que no fuera la propia garantizaba una noche de poco descanso, pero nunca pensó que este fenómeno se repitiera en su antigua cama. Después de discutir con Yanase, tomó sus cosas, inventó una excusa y se fue a su antigua casa para pasar la noche. No importaba ni qué tan fuerte fuera su deseo de estar junto al dibujante ni el tamaño de su necesidad, él sabía que este no era el momento y mucho menos el lugar.

    Antes de irse de la casa de Yoshino tuvo que conversar con la madre de Chiaki para llegar a un acuerdo. Le había preguntado si podrían dejarlos solos en la casa al día siguiente, quería asegurarse de que las pobres mujeres no se enteraran de nada en caso de que el reencuentro sea ruidoso y estresante. Si ella les hacía ese favor, él se aseguraría de que nada malo le pasara a Chiaki.

    "¿No habías dicho algo parecido antes?" fue lo que le preguntó la madre, evidentemente no conforme con el premio del acuerdo. Y cómo culparla. Fue Hatori el que años atrás les había prometido que cuidaría de Chiaki y ahora era él mismo el que decía no saber qué sucedía.

    La madre aprovechó la privacidad de su conversación para dejarle muy claro lo poco conforme que estaba con la situación, pero terminó por ceder solamente porque necesitaba que se solucionara pronto y con la condición de que Chiaki también quisiera. Ella también quería saber qué sucedía y no le avergonzaba decir en voz alta que quería escucharlos a escondidas.

    Por eso, al día siguiente, los cuatro sujetos se encontraron frente a la puerta de la habitación de Chiaki esperando por una respuesta.

    — Chiaki, ¿cariño? -llamó la madre después de tocar la puerta- Yoshiyuki-kun y Yanase-kun vinieron a verte.

    — ¿Tori… y Yuu? -se le escuchó responder sorprendido.

    — Sí, vinieron los dos juntos y quieren conversar contigo. ¿Pueden pasar?

    La madre se quedó contra la puerta esperando escuchar las respuestas de su único hijo varón, muy atenta y expectante. Un silencio los rodeó como si fuera un mal presagio. A unos pocos pasos de distancia, Hatori, Chinatsu y Yuu esperaban ansiosos la respuesta. Chinatsu, quien se encontraba entre los dos hombres, no sabía si mirar hacia la puerta de la habitación de su hermano o si mirar a Hatori. Cuando detenía la mirada en el perfil de Hatori veía un rostro rígido, con el ceño fruncido y una mirada desconocida para ella que nunca se desvió de la puerta a la espera de que en cualquier momento se abriera.

    — ¿Tiene que ser ahora? -preguntó entre el sonido que hacen los objetos cuando los cambian de ubicación.

    — Cariño, están aquí solamente por ti, pero -miró a Hatori, como si con los ojos pudiera pedir perdón- si no quieres verlos, está bien, les diré que se vayan.

    El silencio se volvió a prolongar y la madre sacudió la cabeza en negativa, evidentemente rendida con la actitud de su hijo. Juntó sus manos y se inclinó en una leve reverencia a modo de disculpa.

    — Chiaki -interfirió Yuu antes de que la mujer pudiera verbalizar su acción y así captando la atención de todos-, Hatori y yo estamos preocupados por ti, por eso vinimos. Entenderé si no me quieres ver, ¿pero podrías hacer la excepción por Hatori? Si no es por nuestra amistad, hazlo por tu trabajo -su voz salió firme, como si el trabajo fuera un tema de gran importancia en este momento-. Los fanáticos de tus mangas esperan con ansias más capítulos y quieren saber cómo los continuarás y terminarás.

    Las mujeres estaban impactadas, sabían que Chiaki había dejado su trabajo a medias, pero hasta ese momento nadie se había atrevido a hablar del tema y eso se debía a que había otros asuntos de mayor importancia que tratar como la salud mental del pobre dibujante.

    — Yanase-kun, ¿cómo te atreves a hablar del trabajo ahora? ¿Qué no ves que…?

    — Tiene razón -Chiaki interrumpió a su hermana que estaba a punto de decir lo que pensaba sin ningún filtro de cortesía-. Le debo una explicación a Tori. Debemos hablar.

    — Claro, nosotras nos quedaremos en el comedor por si necesitas algo -declaró la madre.

    — Quisiera que fuera a solas -pidió Hatori.

    En este momento, a ninguno le importaba las miradas de las mujeres y si bien, ambos querían hablar con Chiaki pronto, Hatori estaba más preocupado de que la presencia de las mujeres inhibiera la conversación. Yuu ya estaba dándose la vuelta cuando la respuesta de Chiaki accedió a la petición.

    — Mamá, Chinatsu, ¿puedo quedarme con Tori y Yuu a solas en la casa por un rato?

    (…)

    Su corazón latía a mil por hora. La madre de Chiaki había accedido a dejarlos solos en su casa. Estaba más que claro que no le gustaba la situación y con razones. Siendo honesto, nunca en su vida había visto a un hijo prácticamente echar a su madre de su casa para conversar con amigos. La situación parecía ir de mal en peor y no se le ocurría cómo evitarlo.

    Chiaki les pidió un momento para asearse antes de verlos. Al parecer ya había llegado al punto en el que estaba descuidando su higiene y quería verlos sin malos olores. Por eso ahora se encontraba muy nervioso con el otro hombre en el comedor, los dos solos y sentados en cada extremo de la mesa. Si no fuera porque desconocía del estado de Chiaki y qué tan grave era, ahora estaría poniéndole leña a la discusión, en cambio, estaba poniendo toda su atención en sus manos y en cómo podía jugar con sus dedos para relajarse.

    — Yoshino -el llamado del otro hombre lo obligó a levantar la cabeza.

    Ahí estaba su adorado Chiaki, parado en el dintel de la puerta atento a los movimientos de ambos.

    — Chiaki -pronunció el nombre con el poco aliento que le quedaba en los pulmones.

    Vio el pecho de su amigo subir y bajar rápidamente y observarlos con una mirada teñida de desconcierto. Se notaba que había salido recientemente de la ducha porque sus cabellos estaban mojados y su rostro y cuello estaban ligeramente sonrojados, pero lo que más se notaba era el color azul profundo que se extendía debajo de sus ojos y una importante pérdida de peso gracias a lo holgada que le quedaba la camisa.

    Los tres se miraron por un momento en silencio, esperando a que el mangaka se acercara a la mesa, pero este terminó por huir a la cocina.

    — Quiero agua. ¿Quién más quiere agua? Calentaré un poco para hacer té -dijo rápidamente.

    Yuu quiso pararse de su lugar, ir detrás de Chiaki y, aunque sea, ayudarlo a poner el agua a calentar, pero todavía no tenía el valor. Miró a Hatori quien, al igual que él, estaba sentado a la mesa del comedor y preguntando con la mirada cuál de los dos iría a ayudarlo.

    De la cocina se escuchó el mover de varios objetos y a los pocos minutos el sonido de la tetera. Después de lo que pareció una eternidad, Chiaki volvió al comedor con una bandeja en la que llevaba tres tazas, dos vasos, un termo, una jarra con agua y bolsas de té.

    — No recuerdo qué querían tomar, por eso traje todas las opciones disponibles. No traje jugo porque no sé dónde lo dejó mi madre, pero… -dijo acomodando la bandeja al centro de la mesa- ¿Qué quieren que les sirva? Les traje agua fría, agua caliente y té. ¡Ah! Se me olvidó traer galletas. Creo que mi madre tiene galletas especialmente para las visitas y van bien con este té…

    Chiaki se dio media vuelta para volver a la cocina hasta que Hatori lo interrumpió. El editor se había parado de su lugar, se alejó un poco de la mesa y ofreció una reverencia de 90 grados.

    — ¿Tori?

    — Yoshino, necesito pedirte perdón por lo que te hice -empezó a disculparse sin levantar la cabeza y mirando al suelo-. Nunca pensé que nuestra intimidad fuera a afectar nuestra relación laboral, creí que después de todo lo que habíamos pasado podríamos seguir trabajando juntos, pero me equivoqué, no medí el peso de mis actos. Dejaré de ser tu editor, alguien más del departamento Esmeralda se hará cargo de tus obras. Como dijo Yanase, todos esperan que puedas seguir con tu trabajo y creando historias para tus fanáticos.

    — ¿Solamente para eso vinieron los dos juntos? -preguntó Chiaki con una voz tan poco enérgica que parecía falsa- ¿Para hablar del trabajo? Tori, hay cosas más importante de las que tenemos que hablar. ¿Acaso no me van a explicar lo que pasó entre ustedes?

    Yuu sintió un miedo impulsado por la vergüenza cerrar su garganta y apretar su pecho con una rabiosa garra, preparándolo para el castigo que recibiría por sus acciones.

    "Maldición, Hatori, todo esto es tu culpa", pensó mientras miraba al editor que se había congelado en la reverencia.

    (…)

  5. .
    A/N: En esta oportunidad les traigo un extra que originalmente no iba a compartir, este segmento lo escribí porque quería tener una idea de los antecedentes para el desarrollo del epílogo, pero después de tanto releerlo me pareció adecuado compartirlo. Este extra trata sobre la mañana siguiente a la última noche de Yuu y Hatori juntos. Espero que sea de su agrado.

    La Tortura.


    Epílogo.


    Extra I.


    (…)

    Las palabras resonaron en sus oídos y entre más tiempo pasaba sumido en el silencio, más irritado se sentía. Yoshiyuki se había ido muy temprano, sabía que fue en la madrugada porque el sol todavía no teñía el cielo de sus cálidos colores cuando escuchó la puerta principal cerrarse, pero nunca corroboró la hora y tampoco quería hacerlo. Algo dentro de él se estaba secando y sus ojos ya no podían contener las lágrimas que se morían por caer.

    Su cuerpo le dolía, pero esta vez no era por haber sido forzado, sino que por el extenso ejercicio que realizó durante la noche. Largas y exigentes horas de sexo con el editor le hicieron comprender lo delicado y sensible que su cuerpo se volvía. No podía negar lo perdido que se sintió cada vez que Hatori lo penetraba. La atención que recibió durante toda la noche lo llevó a sentir múltiples orgasmos.

    Su interior aún parecía temblar al ritmo que Hatori marcó. Esa zona tan sensible dentro de él palpitaba dolorosamente, agotada de tantos golpes. Hatori pareció asegurarse de complacerlo al máximo, tal vez esperando así distraerlo de la hora. Después de la segunda sesión de sexo, Hatori estiró su mano al velador de Yuu, volteando el reloj y prosiguiendo a la tercera ronda. Obviamente, en su momento intentó reclamar, pero el editor lo calló a besos.

    ¿Qué tan vergonzoso podía ser todo esto? Se dejó hacer todo lo que el editor quiso, incluso lo dejó eyacular dentro. No solamente le dolía moverse por las duras embestidas, sino que también se moría de la vergüenza al sentir su esencia moverse adentro. Cada que la sentía, sentía de nuevo la longitud del editor ahí, tan caliente como era a pesar de ya no estar en realidad en él.

    Su orgullo estaba destrozado, fue por ello por lo que no pudo evitar romper en llanto al sentirlo afuera de su departamento. Nunca se imaginó en el lugar del pasivo y mucho menos con Hatori. Él quería a Chiaki, él amaba a Chiaki, pero con qué cara lo enfrentaría la próxima vez que lo viera sabiendo que Hatori le había dicho la verdad. Tenía miedo incluso de cuánto le confesó. ¿Sólo le dijo que a él era a quien amaba o le dijo también que se estaban acostando?

    Lloró larga y amargamente. Dejó su alma expuesta y lamentó todo. Su herido orgullo, su destrozado corazón, su violado cuerpo, su aterrada persona y sus sentimientos tan manoseados. ¿Había acaso Hatori logrado moldeado a su gusto? ¿Acaso ahora creía en sus interminables declaraciones?

    No quería creerle, no podía creerle. Cada parte de su cuerpo había sido manoseada por Hatori mientras sus oídos retumbaban con las promesas de regalarle todo. El editor le regaló su cuerpo, alma y corazón. Le rogó que le creyera, le prometió mil y una veces que le regalaría el sol, el mar, el cielo y la luna si le creía. Y le aseguró que si lo aceptaba haría todo lo que él quisiera, ya que por él daría la vida.

    Lo torturó desde el primer momento que lo forzó hasta esa madrugada, con su lenta y dolorosa partida.

    Mirando las partículas de polvo flotar a través de los destellos del sol madrugador, recordó su partida.

    (…)

    Su cuerpo permanecía inmóvil sobre su cama, abrazando su almohada de cabecera y manteniendo su postura bocabajo. Hatori encima de él, lo abrazaba y acariciaba. Sus grandes manos sobre su pecho y su rostro hundido en sus cabellos, casi que emulando el movimiento del de un gato cuando se frota los bigotes contra un objeto. Extraña ironía, ¿quién de los dos se suponía que era un gato?

    — Te amo –repetía con cada beso que plantaba sobre su cabeza.

    Su gran cuerpo parecía haberse amoldado al suyo, recordándole lo pequeño que era a su lado, a pesar de tener casi la misma edad. Cansado de esa sensación de "inferioridad" preguntó:

    — ¿Qué hora es?

    La respuesta demoró en llegar, pero cuando lo hizo fue con pesar, eso no se podía ignorar.

    — Ya terminó el ciclo, si es por eso por lo que preguntas –suspiró, estrechando su abrazo y repitiendo con desespero-. Te amo, Yuu. ¿No es eso suficiente?

    Le dolió su pregunta. Como si esas palabras fueran suficientes después de múltiples violaciones.

    — ¿Acaso debería?

    — Tienes razón –su voz parecía contenida por la dolencia que Yuu provocaba-. "No se puede amar a un violador", ¿no es así?

    Hatori estrechó aún más su caricia, suspirando pesadamente en su hombro.

    — No entiendo qué haces aquí –dijo Yuu sintiendo dolorosamente el corazón de Hatori latir contra su espalda.

    Dubitativo, el editor cedió. Lentamente aflojó su abrazo y se alejó, dejando a la fría brisa matutina recorrer sus desnudos cuerpos. Con el rostro escondido, Yuu pudo sentir cada movimiento por el rechinar de la cama. Pronto supo que estaba sentado a su lado. El rebote de su colchón le hizo suponer que estaba vistiéndose y luego lo confirmó al escuchar el cierre del pantalón subirse y la hebilla del cinturón moverse. Pronto sintió sus pasos llevarlo fuera de la habitación. Lentamente buscó la frazada de su cama y se cubrió con ella hasta la cabeza, dejándose reposar en una posición fetal.

    La madrugada era silenciosa y a lo lejos podía escucharlo moverse por su departamento. Pero aun así no podía comprender lo que hacía. Cerró los ojos un momento para distraerse, sentía las lágrimas arder por salir.

    De pronto sintió algo cálido apoyarse en su antebrazo y se estremeció ante la idea de que Hatori hubiera cambiado los planes. No recordó haberlo sentido llegar a su lado. Sin embargo, para su calma al parecer, Hatori le dedicó unas palabras.

    — Te amo mucho, pequeño gatito –susurró en un tono muy bajo, similar al que uno usa para no despertar a alguien-. Perdóname, nunca quise hacerte tanto daño, nunca fue mi intención… Digo, por un lado, sí quería hacerte daño, pero por despecho. No sabes cuánto tiempo llevo anhelándote, ni cuanto me molestaba tu actitud tan distinta conmigo a comparación de cómo eres con Yoshino.

    La mano de Hatori se movió lentamente por su antebrazo, tocándolo con extremo cuidado. Siguió hablando mientras cambiaba su foco de atención a su cabello que sobresalía por las sábanas.

    — Yo no lo amo, nunca he sentido algo más que simple amistad por Yoshino. Lo conozco de toda la vida, ¿sabes? No le encuentro ningún atractivo y tampoco entiendo qué le ves. Sólo tengo ojos para ti, pero tú siempre me trataste como si fuera tu rival. Todavía no entiendo el por qué. Te he amado tanto hasta sentir frustración. ¿Cómo es que nunca lo viste? …eso puede ser culpa de Yoshino, tal vez –rio de manera amarga por un momento-. ¿Será posible que el pasar tanto tiempo a su lado te haya contagiado lo distraído que es? En él es tan desesperante, pero en ti... aunque también me desespere, me parece muy lindo –con el dorso de su mano acarició su mejilla, amorosamente-. Normalmente eres tan audaz, portando una expresión plena de confianza y seguridad, que verte tan desorientado como a Yoshino de vez en cuando es refrescante. Es una expresión tan hermosa que me alegra que sea tan rara, así estaré yo entre las pocas personas que la conozcan. Soy un egoísta, me encantaría ser por siempre el único que conozca tu voz gatuna y excitada, y tu expresión llena de placer. Quisiera poder encerrarte, pero no puedo –retiró su mano y pareció alejarse-. Si por alguna casualidad, deseas contactarme o evitarme ya sabes dónde estaré…

    Sus pasos se alejaron de la cama de Yuu y con un último susurro se despidió.

    — Te amo.

    Escuchó sus pasos tomar distancia y desaparecer tras el sonido de una puerta cerrarse.

    Contó mentalmente hasta llegar a diez. Los vecinos parecían aún dormir y Hatori parecía estar finalmente fuera de su vida. Apretó los dientes, crujiendo lentamente y terminando por explotar en un mar de lágrimas. Debajo de las sábanas se intentó contener, pero no podía, en su pecho y mente ardía una tormenta de preguntas y palabras, aun preguntándose cómo fue que habían llegado a todo esto.

    (…)

    Con todo lo sucedido fresco en su mente, dejó que el amanecer pasara tan lento como lo desease. Una vez que sus lágrimas se secaron y su tormenta interior lograra calmarse buscó la manera de ponerse en pie. Ni se molestó en ver la hora, de todos modos, no tenía nada que hacer, podía tomarse su tiempo para recuperar su cuerpo.

    Su primer objetivo era ir al baño. Cada pequeño movimiento que realizaba le recordaba lo que Hatori había dejado dentro de él. Al levantarse de la cama tuvo que usar su sábana como túnica a la cintura para cuidar de no ensuciar nada en su camino.

    Se tomó una larga ducha para limpiarse. No quería ningún recuerdo de esa última noche, quería olvidar. Frotó incluso con algo de brusquedad su piel para olvidar todo rastro de las manos de Hatori.

    Al terminar de lavarse y vestirse, abrió las cortinas y ventanas de su habitación, pretendiendo que así se ventilara el olor a sexo. Las sábanas de su colchón las arrancó de su lugar y arrojó dentro de una bolsa de basura. Ni lavarlas en una lavandería buena le haría olvidar lo que pasó en ellas.

    Contempló la gran bolsa y no demoró en decidirse a sacarla con la demás basura que quedara en su departamento. Caminaba erguido, como si nada le hubiera pasado, pero eso era sólo para disimular, cada paso revolvía su interior. Aunque lo hubiera limpiado y Hatori no lo forzara a recibirlo, lo podía sentir muy sensible. No quería pensar mucho en ello, prefería ignorarlo.

    De todos modos, cuando volvió a su departamento, masajeó la parte baja de la espalda y su retaguardia. Ignorarlo servía sólo para aparentar, pero en privacidad podía intentar relajarlo.

    Volvió a su habitación y volteó su colchón. Más por manía que por otra cosa. Ese lado era en el que Hatori había dormido y prefería no compartir ese recuerdo durante las próximas noches.

    Ordenó y limpió todo lo que pudo, dejando para el final el reloj de su velador.

    Cuando lo tomó, suspiró al ver la hora. Apenas eran las nueve de la mañana y él llevaba al menos dos horas despierto. Sentado en su cama, ya arreglada con sábanas y cobertores distintos a los de la noche pasada, esperó por una idea, una señal, algo que le indicara lo que debiera hacer próximamente. Sí, continuar como asistente de mangaka era algo que no ponía en duda, lo que ponía en duda era ahora el tipo de relación que tendría con sus dos amigos del instituto. Chiaki ya estaba libre, podía ir de nuevo e insistirle con su confesión de amor, pero no sabía cómo estaba ahora que Hatori terminó con él. Quería llamarlo y preguntarle cómo estaba, pero al hacerlo podía arriesgarse a que Chiaki sospechara.

    No era que su amigo fuera del tipo que culpa a la gente y se vuelva hostil, pero… no sabía hasta qué punto Hatori había sido sincero. Según entendía le dijo que no lo amaba y que siempre lo había amado a él en realidad, ¿pero acaso le dijo que se estaban acostando, que él ya sabía de sus "sentimientos", aunque no los reconociera?

    Estaba volviendo a hundirse en sus preguntas cuando el timbre de su teléfono sonó. De pronto se dio cuenta de que eran las diez de la mañana y que todavía no había comido nada. Siguió sonando el timbre de su teléfono, haciéndolo reaccionar. Dejó el reloj en su lugar y revisó quién era.

    — ¿Chiaki? –preguntó sorprendido al ver su nombre en el llamador y tan temprano.

    (…)

  6. .
    A/N: ¡Hola! ¡Taaanto tiempo sin actualizar mis fanfics! ¿Qué les puedo decir? Muchas cosas han pasado en mi vida, podría contarles todas mis excusas, pero creo que no vienen al caso ahora, tal vez más adelante les cuente un poco de mis excusas, en este momento solamente quiero invitarles a que lean la actualización de este fanfic que siempre fue difícil de escribir por la naturaleza del contenido. Ojalá le guste a los nuevos lectores y que los antiguos puedan perdonar mi ausencia.

    La Tortura.


    Epílogo.


    Parte II.


    (…)

    Después de ingresar su pasaje en el torniquete, caminó con la frente en alto, simulando una postura firme y segura, pero por dentro estaba hecho un desastre. A pesar de haber sido quien retomó el contacto entre ambos, no podía evitar ahogarse de los nervios.

    En los meses que siguieron al conflicto discó el número telefónico de la policía varias veces, pero al momento de efectuar la llamada un dolor en su pecho difícil de describir lo hacía temblar y flaquear su determinación. Quería terminar con todo ya, vengarse de Hatori, denunciarlo y mandarlo a la cárcel, humillarlo para así tener a Chiaki solo para él, pero cada vez que su dedo tomaba su lugar sobre el botón de llamado, una pregunta clave aparecía en su mente. "¿Qué voy a hacer?" Y desde luego, se planteaba el escenario: llamaría, esperaría a que le contestaran al otro lado de la línea, ¿y después qué? Ni en películas había visto como se hacía una denuncia y no tenía idea de cómo continuaría la escena, sobre todo para un hombre. ¿Qué haría? Si llama tendría que hablar sobre lo que pasó y aún no sabía qué decir, por dónde empezar y cómo explicarlo. Podrían incluso negarle la denuncia por inverosímil. Y aún si lo tomaran en serio, ¿cómo les iría a explicar todo lo que hizo con Hatori? ¿Sólo para proteger a Chiaki? ¿Era eso de verdad una excusa? Chiaki era un adulto, podía cuidarse por sí mismo y tampoco creía que fuera a atestiguar a su favor. Se preguntó mil veces qué excusa podría dar, a sabiendas de que no podía ir con una excusa, tenía que ir con la verdad. Sin embargo, cada vez que buscaba "la verdad" se encontraba frente a algo difícil de entender y mucho más para explicar. Su mente ya no estaba segura sobre qué era cierto y qué era falso después de compartir tantas noches de intimidad con el editor.

    "Todo es culpa de Hatori," resumía, pero no era suficiente, no al menos para concretar una denuncia con la policía.

    Tomó asiento en el andén y revisó su teléfono. Al momento de acordar una hora de encuentro Yuu había pensado en el bienestar de Chiaki, no en que viajaría con el responsable de su dolor de estómago. No sabía cómo los enfrentaría a ambos. Después de que Hatori le confesara esa última noche la forma en la que terminó con Chiaki, Yuu no se atrevió a buscarlos, quiso desaparecer y olvidar lo sucedido, y cuando al día siguiente recibió un mensaje de Chiaki mayor fue su vergüenza. Si en algún momento pensó que Hatori le había mentido, ese mensaje lo anuló.

    Levantó la vista para ver el tren que llegaba a la estación y se encontró con su dolor de estómago mirándolo a la distancia y esperando quién sabe qué. De inmediato frunció el ceño y apretó los labios. Lo último que quería era que este hombre supiera las emociones que le provocaba, quería que supiera que no lo ha perdonado y que no lo va a perdonar.

    En silencio, pero sin desviar la mirada del peligro, caminó hacia el tren y esperó a que se abrieran las puertas para entrar. Detrás de él entró Hatori, también en silencio. De reojo notó que, al igual que él, llevaba un bolso relativamente grande a la espalda y se mantenía con una actitud seria, como si no se conocieran, como si no hubiera una historia turbia entre ellos.

    — ¿Dónde planeas quedarte? -preguntó Hatori mientras se adentraban más al vagón.

    — Que no se te ocurra creer que estamos juntos, solamente vamos a ver a la misma persona -prefirió no responderle y buscar un asiento libre.

    Eligió el lugar con solamente un asiento disponible, perfecto para mantener a distancia a Hatori. Sin embargo, el editor ignoró el intento y se paró frente a él. Notó la calma con la que acomodaba su mochila de viaje entre sus piernas en el suelo y lo cerca que estuvo de tocar sus piernas que temblaban al imaginárselo. Para no verlo más ni anticipar su próximo movimiento, Yuu sacó su teléfono y volvió a ver la pantalla.

    "Tengo que hablar contigo" decía el mensaje que Chiaki le mandó a la mañana siguiente de la entrega del manuscrito. Yuu no tuvo el coraje para verlo a la cara en ese momento y ahora no sabía de dónde sacarlo. Hatori había dañado tanto su relación que, como dice el dicho, todos se quedaron sin pan ni pedazo.

    Pero aquí estaba, viajando con el hombre que nunca más quería volver a ver y para reencontrarse con el hombre que había amado por tantos años y con quién deseaba tener una oportunidad.

    (…)

    Un abrazo desesperado rodeó el cuello de Hatori y la voz angustiada de Chinatsu expresó toda su preocupación. Detrás, la madre de Chiaki los recibía con una triste sonrisa.

    — Es un placer volver a verlos a ambos, a pesar de las circunstancias.

    — Buenas tardes, señora. Para mí también, para ambos –corrigió Hatori siendo seguido por Yuu-, es un placer volver a verla.

    — Lamentamos ser tan directos, ¿pero podría contarnos cómo está Chiaki? -continuó Yuu.

    — No es problema, pero primero pasen y pónganse cómodos -los invitó a la sala de estar-. ¿Van a quedarse en el pueblo?

    — Sí, pero sólo por un par de días. La verdad es que ambos estamos muy ocupados con el trabajo. Tuvimos el permiso de nuestros jefes solamente porque la ausencia de Chiaki nos afecta directamente. Me quedaré en la casa de mis padres.

    — ¿En serio? ¿Crees que va a ser seguro quedarse ahí? Hace dos años que nadie la habita.

    — No debería tener problemas, mi tío me dijo que todo estaba en orden y que de vez en cuando debería ir a verla.

    — Entiendo, ¿y tú, Yanase-kun?

    — Yo voy a quedarme en un motel del centro.

    — ¿En un motel? -exclamó la madre, justo a tiempo que Chinatsu entraba a la sala con jugo y té para los cuatro.

    — ¿Y por qué no te quedas con nosotras? -interrumpió la joven- Tenemos un futón disponible y así te ahorras la tarifa.

    — No quisiera molestarlas.

    — A nosotras nos encantaría tenerte aquí. A ambos -aclaró la madre incluyendo a Hatori en la conversación-. La verdad es que ya les preparamos el cuarto de visitas a los dos porque nos alegró mucho saber que vendrían por mi hijo.

    El rostro de ambas mujeres decayó un momento, pensando en la situación que les esperaba en el segundo piso.

    (…)

    Esa misma tarde que llegaron a la casa de Yoshino escucharon las pocas cosas que la familia sabía sobre la situación. A ambos les quedó claro que Chiaki estaba deprimido y que volvió a la casa de sus padres para escapar de su vida en la gran ciudad. Por ahora decidieron no obligarlo a salir de su habitación, asique esperaban que la presencia de sus amigos lo ayudara de alguna forma.

    Después de escucharlas hablar de lo preocupadas que estaban decidieron aceptar su oferta y pasar la noche ahí, aun cuando fuera un dormitorio para los dos hombres adultos.

    — ¿Alguna vez habías visto a la madre de Chiaki tan angustiada? -preguntó Yuu una vez que los dejaron en el dormitorio a solas.

    — No, nunca -suspiró Hatori mirando los futones acomodados en paralelo y a una distancia prudente.

    Yuu golpeó su bolso en el piso, llamando la atención del editor.

    — ¿Ves lo que has provocado? -sus ojos ardían por la ira e impotencia que sentía hacia este hombre- El trato era que te alejabas de él, no que lo destruyeras. Ahora no solamente lo lastimaste a él, sino que a toda su familia. ¿Estás feliz con lo que lograste?

    — Es obvio que no estoy feliz con este resultado, no pensé que Yoshino reaccionara así.

    — ¿Y cómo pensabas que lo haría? Tú sabes mejor que nadie lo mucho que dependía de ti.

    — ¿Y qué? ¿Acaso me vas a decir ahora que no debí terminar con él? Yo no soy el único que le hizo daño, tú también eres responsable de esto.

    — Yo nunca le hice daño, no me culpes de tus acciones.

    Hatori caminó hacia el dibujante con paso firme hasta que lo acorraló contra la pared. Ambos se miraron a los ojos en silencio por largos segundos como si fueran perros a punto de iniciar una pelea. La expresión de Hatori era indescifrable, pero intimidante y Yuu no estaba dispuesto a dejarse vencer, con sus ojos le estaba diciendo que no le tenía miedo y que estaba dispuesto a pelear con los puños si siquiera intentaba tocarlo.

    — Puede que sea cierto -empezó a decir después de un rato con una sonrisa burlona-, tú no le hiciste daño… directamente, pero al final lo dejaste solo. Yo tenía que seguir trabajando con él, no teníamos otra opción de momento, pero ¿y tú? Tomaste trabajos con otras editoriales y nunca contestaste sus mensajes. Lo dejaste solo y trabajando con su expareja. ¿Hasta ahí llegó el amor que tanto decías sentir por él?

    Y con esas palabras se alejó, tomó su bolso y salió de la habitación. Esa noche Yuu casi no pudo dormir del miedo. Pasó gran parte de la noche mirando hacia la puerta y preguntándose cuándo volvería Hatori a tomarlo por la fuerza.

    (…)


    A/N: Muchas gracias a todos los que hayan vuelto a este fanfic. Al principio se me olvidó agregar una disculpa. Pasaron 6 años desde la última vez actualicé uno de mis fanfics, ¡puede que haya pasado 6 años sin escribir algo con la intención de publicarlo! Y una de las cosas que tanto me preocupaban mientras escribía era sobre mi capacidad de mantener el tipo de redacción con la que empecé la historia. Espero que la redacción de Maroth de 2014 no sea peor que la de Maroth de 2020. En fin, nos leeremos más en los comentarios. ¡Saludos y cuídense!
  7. .
    CAP. 24

    Aish, los crueles funerales. Odio tanto lo que los trámites te obligan a hacer cuando deberías estar en pleno duelo...
    Me retracto un poco de mi comentario anterior, Takeshi también se está comportando, aunque no podía esperar menos, ya se mandó su cagadas de egosita, ahora tiene que pensar fuera de su burbuja mental.
    Haru catatónico me molesta tanto... Diría que es sano que reaccione y deje salir toda su pena de alguna manera, pero me duele que Masamune aún tenga que mantenerse firme.
    Ugh, cada vez que leo o veo a alguien tocando a un muerto me pregunto cómo no les cala hasta los huesos el frío de la muerte, es horrible.
    Y los hermanos weones vuelven a pelear, después del funeral, linda la tontera, ¿no? (nótese mi sarcasmo)
    OMG, OMG, OMG, OMG, YOSHIYUKI VIO A DAI. No, a Demiyah. OMFG!!! Ojalá no la maté, o lo maté. O por la... mujer, mira cómo me dejas, tan asustanda y preocupada. Tu sabes que nunca me gustó Yoshiyuki, ni el original ni el de los fanfics, ese hombre me da miedo. Por favor, no le hagas daño a Dai, o al menos evita enviarlo al hospital, creo que es único que se ha salvado de esa suerte en tu fic. No más, mamá, que mi corazón no puede con tanto dolor...

    Y terminé con mis impresiones de los capis que me perdí, me disculpo con las demás lectoras por el spam que les habré dejado :P

    C'ya
  8. .
    CAP. 23

    xD Amo esos recuerdos de infancia que integras, I really do ♥
    Y buah! Ahora Haru está en estado catatónico autoimpuesto D:
    Sabes? No, me dan rabia todos. Pensando en ellos no más, cómo le afecta a ellos mismo y actúan según lo que a ellos le acomoda. Argh! No es de ellos el duelo, ¿o soy la única que piensa que es Masamune quien necesita la fortaleza de sus amigos, conocidos e hijos? Taiki ex el único que salvo por ahora, a Sora no porque Sora es un weón, lo dije y bien a la chilena xD
    UUUUUUUH! Chiaki se puso los pantalones. Bien por tí, pequeño idiota, ánimo y fuerza!!!! Te apoyo, pequeño, haría de testigo si fuera necesario para que el divorcio salga bien.
  9. .
    Voy con mi prometido spam, Roschan

    CAP. 21

    Pobre Chiaki, me duele leer su dolor, aunque todas ya deberíamos saber que un hombre violento como Yoshiyuki no
    es la mejor compañía, mucho menos cuando hay niños de por medio. Igual, pobre cosita tonta :(
    La llamada de Dai a Kai... qué angustiante y recomfortante es recibir una llamada así. Habla muy bien de la confianza que hay entre amigos.
    Y de nuevo digo... I KNEW IT! Kai y Dai tienen química! Amigos pacientes, sí, claro. La química manda aquí xD

    CAP. 22

    Y aún no entiendo, Haru y Asahi son unos masoquistas o ambos se van a quedar sin pedazo, es decir, que ninguno termine con Sora. Digo, tal vez me esté proyectando un poco en los dos, pero estar de "amigüi" con la pareja de la persona que te gusta (o que fue TU pareja) es una tortura voluntaria. Una flagelación innecesaria, existente solo por el placer de hacer sufrir al corazón. ¿Por qué se hacen eso? ¿Ambos? WHYYY???
    "voy con él porque es el padre de mi bebé", God, esa frase nunca indica nada bueno, me preocupa el razonamiento de Taiki para mantenerse cerca de Takeshi...
    Hmmm... pero Takeshi... 'uta que fue imbécil... más le vale no ponerse así nuevamente que no te acepto que se le perdone otra vez xDDD
    Y ahora, Sora, Asahi, Kai y Haru, están en una cita doble. ¡¿Qué miércoles los masoquistas?!
    Uf! Ojalá Asahi no esté embarazado, sería terrible para las relaciones que ya son todo un desastre D:
    BTW, Ros, cuando Kai y Sora empiezan a hablar de Dai hay partes en las que los nombres se te mezclaron. Para que lo revises luego...
    Y... los hermanos pelean. Ahora me arrepiento de celebrar que hubiera química entre Dai y Kai xD
    Whaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaat??? Y ahora matas a Ritsu??? Whyyy??? How??? Mi memoria es mala o nunca dijeron qué era lo que tenía? Whyyyyyy??? Malvada con mi kokoroko xDD

    Y eso por ahora xD
  10. .
    Cariño, te comento rápidamente los capítulos que me perdí porque me los leí entre periodos de procrastinación (da más miedo de lo que pensaba el último semestre de la universidad, el solo saber que estoy preparando mi futuro para los próximos 6 meses o menos si lo hago bien, más si lo hago mal)

    Impresiones rápidas:
    I KNEW IT! Kai y Dai tiene algo más que simple química! xD
    Takeshi le propuso matrimono a aTaiki? Y este aceptó?? Digo, es bueno, pero creo que debía hacerse rogar un poco más xD
    Uhhh! Sora ya se enteró :O
    Nigga, what??? Mataste a Ritsu??? WHYYYYYYYYYYY???
    CSM, CSM, Yoshiyuki frente a Daisuke en su forma drag, CSM. La gran CSM! ME MUERO DE ANGUSTIA! OMG! Quiero saber más.
    qué terribles son los funerales. Como persona que ha tenido que hacer el trámite de funerales puedo decir lo pesado, estresante y cruel que ha sido el momento

    Talatontera, se me fue el tiempo y estoy perdiendo el hilo. Para no perder el comentario lo publico ahora y puede que luego en fb te molesto xd
  11. .
    Uuuwaaaaah, mi kokoro!
    Sora! Asahi no es un substituto ni se merece las sobras de tu amor! Aweonao!
    Takeshi. Eso! Levanta el culo, pendejo, y juegatela por tu amor y tu vida!
    Y Yuu... Puta, Yuu...! Kanade no está pintado, puede ayudar, mínimo como tu apoyo.

    Ah, quisiera comentar más pero estoy tan limitada de tiempo en este momento. No me espero a más rato porque de seguro que me olvido. Muchas gracias por el capítulo, muchos besos y abrazos para ti, de verdad que me encanta aun cuando los niños son tan niños y me estresen xd
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    Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah por dónde empiezo... Ya te dije, Takeshi es muy pendejo, no quiero ahondar en él porque me da rabia, si tuviera a un amigo así de pendejo en esa situación hace semanas que le estaría pegando por pendejo xD (golpes en el brazo o en la nuca, nada taaaaaan violento xD) y después le consolaría, igual es penca que te "nieguen" de cierta manera a tu hijo...

    Bueno... La noche todavía no ha terminado! Ahora los únicos que están bien, y entre comillas no más, son Haru y Kai. Aoshi, Dai y Yue están en el hospital, Takeshi desaparecido, Taiki deprimido, y Shin y Yuki se van a enfrentar a Yuu. ¿Yuu ya sabe que Yue está con Chiaki? Es la perfecta excusa para postergar la conversación... Aaaah, ya entiendo la pregunta de unos amigos, "en qué momento se fue todo a la mierda?"
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    Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah a Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah y muchos más Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah, niños..... Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah
    Para empezar, no sé cómo pero se me fue la semana pasada para leer y comentar. Pero ahora entiendo a Dai! :=duouou: :=duouou: :=duouou: omg! Esa familia se fue a la mier... pobre Chiaki, pobre Aoshi por el dolor y miedo que pasaron, pero pobre Dai, ahora cargando con la historia de los adultos, de sus padres, de los problemas de una pareja.
    Y ahora Taiki... Es hora de digerir la verdad, pero.... Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah, es cuestión de forzar a Takeshi a que escuche toda la historia del porqué Taiki no le dijo nada! Pero no lo puede forzar a hacer algo que no quiere... ¡Aunque se supone que Takeshi es el adulto! ¡Él debería sentarse y conversar! Aunque sea dirigir la conversación, pero conversar al fin y al cabo!
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    Jajaja, taaa que son lindos Shin y Yuki❤️ xD Y Kanade, como amo a ese hombre xD, el padre responsable que en cuanto puede evita la conversación de la intimidad sexual xDD Me encanta xD Ahora a esperar la reacción de Yuu, uuuuy xDD
    He ahí la explicación del estado de Ritsu, todo tiene sentido. Y ahora se van a viajar xD
    Y frente a la situación compleja de casi todas las familias, la familia Yukina está bien y son felices... Hasta que salga el tema de Takeshi... Pero para eso aún queda tiempo xD Ahora es el cumpleaños de Taiki el motivo para celebrar, yaaaay! Yuki y Aoshi, Sora y Asahi, todo parece que va a ir mejor entre ellos ❤️ Ay, y Dai y Kai... Confieso que todavía no entiendo la situación de Dai. Pero ya se verá más, ¿o no? Me ataca la duda y las teorías xDD Igual, yo ya lo encontraba muy coqueto. Qué me estás escondiendo, Roschan? XD
    Una duda, aquí "—Con razón te estás poniendo gordo —dijo un animado y divertido Kai, observando a Taiki en ese preciso momento atragantarse con un bocado de su tercera dona" te confundiste? Pusiste Kai en vez de Takeshi o es mi comprensión lectora el problema? En fin, qué miércoles!? Cómo Takeshi confunde una guata de embarazo con una de gordura! Para empezar una crece hacia adelante y la otra hacia los lados! Uy! En buen chileno, sí que es weón el weón! XD Ash! Y las oportunidades que Taiki tiene en bandeja para decir la verdad! Aaaah, los niños estos xD

    Próximamente, otro niño internado en el hospital. Taaa! Yoshiyuki!... Como que tengo una vaga idea de porqué él está molesto con Chiaki por un tema del pasado, pero no estoy segura, era algo que se menciona en capítulos anteriores no? Igual voy a releer, pero pregunto por si es otro asunto...
    Aaaaah, ayayay, ojalá que las cosas dejaran de ir de mal a peor.
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    Omg, omg, omg! Guuurl! Wah! Qué quieres que te diga? Creo que abarcaste todos los dramas de la historia que me mataban por ver su desarrollo. Sora despertó! Al fin! Y lo primero que hace es regresar con su ex?... Bueno, quién soy yo para criticar? Xdd
    Pero arrrrg! Que me dan rabia Taiki y Takeshi! Pero los entiendo! En parte... Por un lado, sí, qué difícil volver cuando hay un desencanto tan intenso, pero en este caso fue un desencanto de una confusión!
    Además, todos le temen a Yoshiyuki, eso no puede terminar bien u.u
    Y Yuki... El dolor de mi alma. Pequeño idiota! Me pone sensible! El chiquitito me preocupa tanto TT.TT pero uuuuuy, quién los pilló? Quién los pilló? Ojalá que sea Kanade, uuuuuuuuh, quiero ver como reacciona, onda, me hago una idea, ojalá que sea algo suave, en comparación a las situaciones con los demás padres, que regañe a los dos jóvenes y mande a Shin a su casa, pero sin prohibir la relación. Ah! Pero si fuera Yuu... Hmmm, no sé qué imaginarme. Oh por dios! Te amo loquilla xddd y necesito leer más!
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