Posts written by •NeZha•

  1. .
    ¡Muy buenas! Pasaba para ver si por favor podrían cerrar este tema.

    https://mundoyaoi.forumfree.it/?t=79322387

    ¡Muchas gracias!
  2. .
    Vaughan no estaba contento en lo absoluto. Un hombre demasiado apegado a las tradiciones y de pensamiento cuadrado como el suyo, no entraba en lógica de que el monarca aceptara la propuesta. O quizá sí, pero simplemente no le daba la gana aceptar el cambio.

    La iglesia estaba ganando fuertes influencias. Las habilidades de expresión y razonamiento de sus miembros eran reconocibles y apreciadas, el problema es que estas se estaban yendo por el camino equivocado. Él como la mano derecha de la consciencia del rey, debía cuidar que esto no sucediera.

    (*)



    El ruido llamó su atención.

    Pudo escuchar el chirrido del portón mal engrasado a lo lejos indicando que alguien había entrado a los calabozos. Difícil sería no oírlo, lo fúnebre del lugar no se limitaba solo a la apariencia, el ruido era prácticamente inexistente, por lo que cualquier cosa que fuera capaz de crear sonido, este se amplificaba alertando a aquellos que habitaban las celdas.

    Las cárceles no es que se mantuvieran vacías, pero a estas alturas, los pobres moribundos que cayeron en la desgraciada de ser encerrados y condenados, saben que no vale la pena gritar o pedir misericordia, todo aquel que entraba aquí y no iba a ser ejecutado, era abandonado incluso por su propio Dios.

    Como todo lo perteneciente a este reino, la cárcel era igual de ostentosa, pero no de manera agradable. Los calabozos se dividían en tres pisos, pero no fueron construidos hacia arriba, si no que la zona fue creada de manera subterránea. Cada piso era una zona considerable que se dividía en pasillos con celdas y cámaras para interrogación, así como una pequeña zona donde los guardias de turno podían permanecer durante la vigilia.

    Húmedo, frío y con poca iluminación ya que la mayoría de las lámparas si bien no estaban agonizantes, su calidad de luz era más que cuestionable. El hecho de que las ventanas fueran muy escasas no ayudaba, siendo solo en el nivel superior que habían unas muy pequeñas. Pero ¿Por qué debía darse mantenimiento si, aquellos que estaban ahí abajo era para pagar un castigo? El hecho de que les perdonasen la vida y los dejaran aquí abajo ya debían considerarlo como una bondad por parte de la corona.

    Uhg.

    Bueno, al parecer Alcor tendría la ‘bendición’ de no estar mucho tiempo aquí. Por la cantidad de pisadas que escuchaba, había más de una persona en camino y ciertamente se dirigían a su celda.

    ¿Era la hora ya? Recordaba haber leído en la antigua biblioteca que en épocas antiguas a los condenados, su verdugo los visitaba para pedirles perdón. ¿Sucedería con él también? ¿Quién tendría la dicha de ser su verdugo?

    Él sabe bien que hizo. Su pequeño gran error le había costado su libertad y es muy probable que su vida también. Pero no se arrepentía de haberse defendido, no de haberse mostrado y finalmente mostrar quién era realmente.

    No obstante, si debió haber ejecutado el plan de mejor manera. Debería haber confiado en su mente entrenada y como solía decirle a sus soldados, pensar con la cabeza fría, solo quizá las cosas hubieran salido diferentes. En el peor de los casos hubiera escapado, en el mejor, hubiera logrado fingir demencia y no caer ante la acusación con la esperanza de hacerlos creer que era mentiras y disparates lo que aquel soldado había dicho.

    No habría sido difícil convencerlos, pero cuando se metieron con su orgullo, sus instintos habían sido los primeros en aparecer. Su rencor le dictó callar a esos estúpidos ignorantes y hacerles ver su verdadero lugar. Ya sabemos cómo terminó.

    Y eso era lo que le tenía indignado. Que unos simples humanos lograran someterlo lo molestaba, solo aumentando su odio hacia estos. Aunque también disfrutó -y disfruta de recordar- las caras de horror y sorpresa de algunos de los imbéciles.

    Le temían, se recordó. Por algo lo incapacitaron e intentaron dañarle.

    Ahora si tan solo ideara la manera de usarlo a su favor.

    (*)



    El escuadrón entró al frío edificio. Por seguridad, Chrysonanthus se quedaría al inicio del área que llevaba a las celdas resguardado por un soldado. Precaución y política en su forma de operar. Así se lo indicaron al hombre.

    La criatura podría intentar irse a por él, por cualquiera en realidad; y atacar según las advertencias del eclesiástico. Dios no permita que algo le suceda a este estando bajo la protección de ellos. Primero lo asegurarían antes de acercarlo y transportarlo. El Teniente Kalergis sí estaría presente, por otro lado, principalmente para las órdenes. Ante algún imprevisto, su razonamiento sería clave, el que no pudieran lastimarlo, era una limitante.

    Ante la orden del teniente, se acercaron así pues a la celda de su general. Firmes cuál árboles era difícil distinguir si era por entrenamiento o por lo tensos que estaban. Era a su general a quien iban a ver, después de todo. Aunque ¿Deberían seguirle diciendo así? Siquiera lo sabían, para ellos las cosas también fueron muy de pronto. ¿Qué pensaba el Teniente? Porque, a pesar de lo que fue el hombre y sus raros comportamientos, fue respetable y los había tratado bien. Maldición, algunos hasta lo admiraban.

    Tal vez fue por eso que toparse con la penetrante mirada de Alcor sobre ellos al llegar al estrecho cubículo, sorprendió a más de uno que se estremeció por lo bajo.

    Y es que he aquí la primera particularidad de los Darkwing. Remontándose a la época de la caza de brujas, donde se creía que los ojos brillantes de los búhos eran signo de que una bruja lo poseía, se desconocía que era una evolución que madre Tierra les dio para poder ver correctamente en la oscuridad como las criaturas de la noche que eran. La especie de Alcor heredó también esta habilidad por lo que, dependiendo de la luz e iluminación, sus ojos parecían dos pequeñas linternas que seguían los movimientos de los hombres enfrente suyo.

    No ayudaba que el General estuviera erguido y con la cabeza en alto. Es como si los hubiera estado esperando.

    Por su parte, el Darkwing veía divertido a sus visitantes. Si bien, le sería imposible conocer a todos aquellos que estuvieron bajo su mando por la gran cantidad que eran y porque algunos tenían puestos que no requerían de su contacto cercano, a los que tenía enfrente sí los reconocía. No eran cadetes o cabos. Eran subtenientes. Razonó lo que había sentido en aquello. Su existencia probablemente fuera un alto secreto en estos momentos, no podrían pedirle a cualquiera que viniera.

    Lo primero que hicieron fue soltar las cadenas de la parte superior que mantenían sus manos cortas de movimiento. Mantendrían sus grilletes, ya que las simples esposas no iban a funcionar, el mismo Alcor en un momento de aburrimiento había querido probar en soledad que tan resistentes eran y las había roto luego de un par de tirones. El grueso metal de estos por otro lado…

    No habló e hizo algún comentario. Él conocía a sus soldados y parte de lo que les enseñó es a no caer bajo provocaciones. En vez de eso espero tener su cuello un poco libre antes de tomar la cadena que lo sostenía y jalar al infeliz de enfrente echándose hacia atrás. Se lo trajo con el peso, momento que aprovechó para usar su mano derecha, apuntando las garras directamente a los ojos, jalando a un segundo hombre hacia él. Su improvisado plan era incapacitar la vista del de enfrente. Patear lejos al de la derecha y degollar al de la izquierda, para finalmente irse contra los que estaban en la entrada. Repito, conocía a sus hombres, por lo que, si solo iban a encadenarlo, su fuerza no iba a bastar. Una pena acabar con tan buenas piezas.

    ¿O no?

    El que sostenía la cadena a su izquierda reaccionó rápidamente y jaló a Alcor con sus fuerzas, logrando que el golpe no conectara en la cara, si no en el brazo y fuera más un simple rasguño. Se desconocía que tanta era la fuerza de un Darkwing, pero él sabía que podía con esos hombres, el problema fue que uno de los subtenientes al tirar, golpeó el ala que no se escondía y que estaba bastante dolorida, logrando que se recogiera por el dolor. En lo que intentaban contenerle de nuevo, permitió que aquella que no estaba herida apareciera y trabajara como distracción, empujando a uno de los soldados. Ellas no estaban hechas para pelear y había que tenerles cuidado, pero no eran tan frágiles y gracias a su tamaño, bien podrían pegar un buen empujón.

    Lastimosamente la reacción de sus hombres fue rápida también. Al que hirió, se recuperó rápidamente y volvió a tomar la cadena en su cuello, tirando de ella para desbalancear, al mismo tiempo que los otros dos también jalaban las de sus muñecas, tenían la muy clara intención de arrodillarlo.

    Por su Dios, que lo intentaran.

    Soltó una maldición y se preparó para volver a tirar antes de que los otros dos que no trabajaban en sus cadenas -y de los cuales se olvidó por un segundo gracias a la cólera-, se abalanzaron sobre él, golpeando los costados de sus rodillas haciendo que se tambaleara. Una rodilla en el suelo y sus movimientos cesaron. No precisamente porque se rindió. Sintió un pequeño punzón frío en su garganta y otro en su espalda, peligrosamente cerca del nacimiento de su preciada ala buena.

    —General Alcor. —Esa voz, reconoció. —No deseamos hacerle daño. Pero me temo que si no coopera, tendremos que usar medidas más extremas.

    —Teniente.

    Ah. Lentamente levantó la vista para toparse con su Teniente. Kalergis estaba fuera de la celda esperando. La sensación de Alcor fue extraña al verle. Lo primero fue querer sacarle los ojos por traicionar su confianza, pero inmediatamente se preguntó ¿Qué confianza? Intentó moverse de nuevo, pero la presión en su cuello le recordó que en realidad estaba incapacitado y el no poder usar su alas para alejarlos, lo frustró más. Soltó un gruñido salvaje, porque quiso y se negó a hablar de nuevo, sino que su mirada se posó sobre Kalergis y no se apartó.

    Habían detenido su intento muy adecuadamente. El rasguño de uno de los subtenientes era muy superficial y si bien, su plan pecaba de precario si se comparan con las estrategias de ataque que dictaba para los militares, tenía de su parte el factor sorpresa. Uno que existía solo en su cabeza tal vez, ya que parecía más bien como si hubieran estado esperando que atacara. Supieron cómo reaccionar y hacerlo de manera rápida.

    Algo no le sentaba bien, analizó mientras sentía movimiento detrás suyo. Manos a la espalda con pesados grilletes y cadenas. La del cuello para controlar sus movimientos y los tobillos ahora lucían un par más.

    Sin embargo, se retorció violentamente cuando tocaron sus alas. De haber sido visto por los Padres de la Iglesia, hubieran pensado que Alcor había sido poseído por una de sus entidades ¿Demoníacas era? A las que tanto gustaban de invocar y echar. Se contorsionaba y sacudía como un animal, importando poco si le terminaban hiriendo con las armas, haría lo que fuera para no dejarse. Le estaban atando sus alas.

    Atando. Sus. Alas. Quizá el único momento en que expresión fue de dolor por un par de segundos antes de pasar a la absoluta furia.

    —¡Malditos!

    Gritó rabioso, pero nada más. No debía caer tan bajo, se repetía.

    Finalmente lo levantaron completamente atado y asegurado para empezar a sacarlo fuera de la celda. Por fin pudo estar cara a cara con su segundo al mando. O más o menos. ¿Qué hacía aquí de todos modos? ¿Y sus subtenientes? Por fin se preguntó. Si lo iban a ejecutar, no estarían tomando tantas medidas, ni cuidarán de dañarlo, porque con lo que se ha movido, era ya para que tuviera varias cortadas, pero no.

    No se tranquilizó, de hecho sus instintos se alteraron bastante, cuando divisó detrás de Kalergis, justo al final del pasillo dos figuras más. Un soldado y… Alguien más. Tenía una máscara y estaba demasiado cubierto para reconocerlo. No se le ocurrió el propósito de su visita o por qué acompañó a los militares, pero la vestimenta era demasiado llamativa y extraña para su gusto.

    —¿Quién-?

    Lo observó por varios segundos, fijo, extrañado y harto. ¿Él iba a ser su verdugo entonces? Parece más un adorno de aquellos que tiene la Iglesia. Y reconocía que el traje se veía muy delicado y refinado para que fuera alguno de los bufones del Consejo del Rey. ¿Entonces? ¿Cuál era la necesidad del misterio?

    ¿Qué exactamente estaba pasando? ¿Y qué iban a hacer con él?

    No tendría respuestas pronto, pues su Teniente se acercó a él con una lona negra, con el objetivo de cubrir su cabeza para poder llevarlo al vehículo que le iba a contener y llevar al que sería su nuevo destino: la Sede.

    Por supuesto el Darkwing volvió a retorcerse. Podrán tenerlo atado, pero no por ello iba a quedarse bien portado. Si pudiera hacerles el viaje insufrible, que así sea.

    SPOILER (click to view)
    Al final el ratito terminó siendo todo un día pwq Pero agradezco mucho la paciencia, de verdad.

    Ah, una disculpa si lo compliqué un poco :c

    Já, un mal de hermanos.

    Exacto, sé que la Iglesia tiene varios grados de poder, pero la parte que importa es la de Valerius, por lo que esos dos niveles por sobre él, creo que estaría bien.
    Disfruté leer esa pequeña rivalidad c'x siempre hay alguien que es la piedra en el zapato y que dan ganas de pegarle con ese zapato además(?) Eso le da un poco de sazón. Me alegra que lo de Vaughan te agrade c: . Hah, no sería nada raro, lol. Ya sabes lo que se dice: 'Dios los hace y ellos se juntan' jsjsjsjs

    Asss eshermoso.png me encanta la idea de como viste. Delicado pero mortal(?) me agrada la ideamaunque es algo que el primitivo de Alcor por el momento no va a apreciar x'c, ah y la capa por supuesto, jsjsjs

    ¡Ahs! Es como oír parte de sus intenciones. De hecho, me ayudó a escribir la segunda parte de la respuesta, aunque no tan poéticamente, lmao.

    Aprovecho para disculparme de nuevo -deberían decirme Sra.Disculpas c'x pero soy algo sosa para escribir peleas o enfrentamientos, así que en realidad no entré en mucho detalle en cuanto a la contención de Alcor. No sabía bien como hacerla adecuadamente por lo que opté por algo práctico. Igualmente asumí que tanto Valerius como Loewe descenderían con el pelotón por su prisionero en caso de que tuvieran que dar alguna indicación más, pero que no se acercarían mucho por el riesgo de que fueran atacados. Aún así, no quise desaprovechar que al menos tuvieran su primer contacto visual, idk.

    ¡Ojalá sea una agradable aventura!

    ¡Saludos también!
  3. .

    u



    Valerius -petrov.






    Alcor-NeZha

    QUOTE

    Fue solo un instante. Todo su cuidadosamente construido mundo se vino a bajo y quedó reducido a una simple escoria.

    ―Bajo el Decreto Tercero de nuestra amada nación y la autoridad que me fue dada; el Capitán General Alcor Smirnova, queda detenido por los cargos de: crímenes estatales, conspiración, corrupción y alta traición.

    Se podía notar el odio en sus ojos a pesar de estar sometido contra la mesa de Juntas y sus brazos atrapados en una llave. Su parche había caído, mostrando la verdad que por tantos años ocultó y creyó que se saldría con la suya. Desgraciadamente, las cosas no suelen ser tan perfectas siempre y con mucha frecuencia, decepcionaban y devastaban.

    Iba a hacerlos pagar. A todos. Juró antes de extender sus alas.

    Gran error.


    a3
    a4
    a2
    Música Insignia

    The Cage-Sonata Arctica


    Apariencia

    General||Darkwing||Night||Chains||Dangerous





    ❝Beneath all the reasons and the lies we lean on
    There's a painful surprise
    Hide behind one more smile so you won't find me
    So let's drink to a love that we tolerate

    Thought you figured me out but you don't know me
    You don't know me,I don't really think you should❞
    Tango -Added Color


    IZIS



    Los últimos rayos del sol se despedían acariciando las altas montañas que rodeaban a Athanor. Un naranja friolento señalaba la hora en que muchos de los habitantes empezaban a terminar sus labores, las calles se empezaban a llenar de hombres que deseaban llegar apuradamente a sus hogares y damas que terminaban de hacer las compras del día. Felizmente ignorantes del particular acontecimiento que había ocurrido hace unos días dentro de su reino. Solo se enteraron por las noticias que la Corona y los altos puestos de la Iglesia se iban a reunir y que incluso el Teniente Kalergis también tenía algo que ver.

    No obstante, el tema solo duraba un par de minutos antes de perderse entre las conversaciones casuales de las personas y su día a día. Fuera lo que estuviera sucediendo, era seguro que pronto tendrían el aviso por parte de la Corona y no habría de qué preocuparse.

    Así es como debía ser. Los presentes reunidos en el Gran Salón tenían eso muy presente. Fueron convocados por segunda vez con el objetivo de dejar decidir el destino del General Smirnova.

    La primera reunión había sido imprevista hay que aclarar, las labores diarias tuvieron que verse interrumpidas cuando llegó el mandato directo de la corona donde solicitaba la presencia de los miembros más importantes e influyentes de su reino y no fue hasta que estuvieron todos los interesados en el lugar que el Consejal Vaughan les reveló la verdadera razón del porqué fueron llamados.

    Habían descubierto un ser no humano entre los suyos.

    Por supuesto los comentarios de incredulidad no se hicieron esperar y un pequeño revuelo quiso levantarse, quejándose de que mencionar un tema tan delicado a la ligera era una locura. No fue hasta que el testimonio de los que ayudaron a su arresto y las palabras del propio Rey confirmando que había ido a ver a la criatura personalmente que las bocas callaron y el horror creció más. La explicación de cómo habían sospechado y la manera en que se llevó a cabo el arresto también fueron expuestas.

    Pero, aún entonces, no lograron ponerse de acuerdo y se decidió convocar posteriormente una vez más para realizar un juicio formal. Por supuesto se declaró como de alto secreto y tenían absolutamente prohibido hablar del tema. Los únicos que tenían permiso eran los cardenales presentes, quienes debían informar al líder eclesiástico de la situación, pero solamente a él tenían permitido hablarle.

    Es de esta manera, que se llega a lo comentado en un inicio donde; con el tiempo suficiente para sobrepasar las opciones, se tiene de nuevo a las cabezas del reino debatiendo. Y, como suele suceder cuando se reúnen personas cuyos egos e ideales gustan de imponerse a los demás, no se había encontrado aún una decisión unánime. La sorpresa fue que la iglesia había llegado con una solicitud poco común que disparó la disputa y dividió opiniones de forma inmediata.

    —Con todo respeto, es una propuesta peligrosa la que hacéis. Su Majestad ordenó que se mantuviera en secreto, su solicitud pone en riesgo este mandato. —Comentó Vaughan señalando el papel donde estaba escrita la, según él, locura por la que solicitaban permiso.

    —Tenemos muy presente que hay que tratar la situación con cuidado. —El cardenal que hablaba -pues esta vez llegaron tres en representación- observó a su Majestad que yacía en la cabecera de la mesa, distribuyéndose así, los demás involucrados a los laterales de la misma. Todos de pie, defendiendo con sus mejores argumentos su postura.

    —No obstante, Majestad. Luego de hablarlo entre nosotros detenidamente y consultarlo con su Santidad, creemos que se puede aprovechar la oportunidad para estudiar al Darkwing y obtener un mayor beneficio.

    —¿Y si no resulta? —insistió el concejal. — Poner en riesgo la vida de miembros valiosos de la división de investigación sólo para satisfacer una simple curiosidad que, además; no está del todo asegurada, es un sin sentido.

    —Está menospreciando a nuestros hombres, Concejal. ¿Cómo avanzar entonces, si no es de esa manera?

    — Este no es un simple sujeto de pruebas con el que podéis jugar a probar vacunas de penicilina, Padre. —Casi gruñó. —Estamos hablando de una criatura cuyos ancestros asesinaron a los nuestros. Está maldita y debe pagar por los atroces pecados que los suyos cometieron. Así fue como se estableció cuando se luchó por la supervivencia contra ellos. —Se enderezó quitando las manos de la mesa de donde había estado apoyándose mientras hablaba. —Como representante de su Consejo, mi Señor, considero que el general Smirnova debe ser ejecutado a la brevedad posible. Los reyes anteriores así lo hicieron, lo más prudente sería seguir su ejemplo.

    El Padre soltó un suave suspiro. Hombre terco y cerrado era el que tenía enfrente, no valía la pena razonar con él, pero si con el Rey.

    —De mi parte, Majestad. Por favor considere nuestra solicitud. Todo está detallado en este manuscrito, como puede leer, tenemos bases razonables y le aseguramos que todo tiene el fin de beneficiarle a usted y a vuestro pueblo. —Acercó el papel al monarca. —Han pasado años desde la última vez en que se tuvo la oportunidad de estar cerca de una criatura así y si bien, es peligrosa, tenga en cuenta mi Señor, que en aquel entonces nuestros antepasados no contaban con la tecnología y avances que hoy en día tenemos. Esta vez la ventaja la tienen los humanos.

    El Rey revisó los documentos tomando un par de segundos para leer entre líneas, fijándose especialmente en la información adicional antes de colocarlos de manera solemne sobre la mesa. —¿Qué hay de usted, Teniente Kalergis? Poco le he escuchado hablar respecto al tema.

    A falta de Alcor, quien asumió la responsabilidad del poder militar por ahora había sido el segundo al mando, en este caso el Teniente. Obviamente, eso también incluía ser el encargado de tomar las decisiones.

    —No crea que es por desinterés, Mi Señor. —Comentó tranquilamente. —Pero no me pareció adecuado intervenir pronto en tan acalorado debate.

    —En eso le doy la razón. Pero ahora me gustaría oírlo, después de todo, han sido ustedes los más afectados. ¿Ha pensado algo al respecto?

    —Así es mi señor.

    Con los brazos cruzados detrás de su espalda y el porte firme gracias al entrenamiento, el Teniente dio a conocer cuál era la postura del ejército. En este caso, para la gran cólera de Vaughan, resultó que estaban a favor de mantener a Alcor con vida para estudiarlo y obtener beneficio de él. Al igual que los otros dos, dio sus razones, centradas principalmente en su posible utilización como una herramienta militar. Que podían contenerlo adecuadamente y en realidad, un solo ejemplar, no debería representar una amenaza seria.

    Hubo un par de segundos de silencio antes de que el monarca asintiera un par de veces.

    —Padre. —Llamó. —Puede asegurarme que no solo habrá resultados, si no que, ¿es posible mantener en absoluto secreto la existencia de este ser?

    —¡Pero Majestad! —El Rey levantó la mano hacia su concejal en señal de silencio, quien no tuvo más remedio que obedecer.

    El nombrado asintió mediante una ligera reverencia. —Juro por su Magnificencia que es así. Poseemos entre nuestros miembros al mejor investigador sobre criaturas mágicas y no encontrará en todo el reino a personas con mejores habilidades para este trabajo que las que conforman su equipo.

    Y aunque era común, que estas personas adornaran su discurso con elogios y buenas palabras para enaltecer o darle más peso a lo que decían -actitud a la que Alcor siempre se refería como unos verdaderos lamebotas y le revolvía el estómago-, resulta que en este caso en particular, no había mentira o exageración en las palabras del cardenal.

    Solo bastaba escuchar o en este caso leer el nombre de ‘Valerius Kalergis’ para no exigir más detalles. Aquel hombre se había ganado las adulaciones mediante acciones, su nombre era reconocido en el reino y fue también una de las razones por las que el Rey consideró la opción. La familia Kalergis había servido a la Corona fielmente y hecho aportes significativos, uno de ellos estaba en la misma mesa que él de hecho. Por eso, no era difícil pensar que podrían obtener el favor del monarca. A este le agradaba enormemente tener personas así a su alrededor.

    Realmente estaba considerando aceptar la solicitud. Todo lo que respecta a los detalles de las condiciones y especificaciones sobre el acuerdo podían ser tratados con posterioridad y solo con los interesados. Esta vez, el monarca estaba más inclinado a confiar y arriesgarse, porque, si de verdad lograba sacar beneficio que le permitiera extenderse y enriquecerse ¿Por qué no tomarlo entonces? Aquel que logró domar a una criatura mágica... Su reinado jamás sería olvidado.

    Por supuesto, el Concejal Vaughan estaba que se arrancaba sus cabellos.

    (*)



    —Tsk. — La boca todavía le sabía a cobre y le costaba tragar.

    Conocía las celdas muy bien. Cientos de veces descendió a este lugar para encerrar o torturar a los presos de guerra. Golpeando los barrotes se divertía asustándolos. Lo que no imaginaba es que él iba a terminar como esos pobres desgraciados.

    El dolor físico era casi comparable con el emocional.

    Los grilletes habían lastimado ligeramente sus muñecas cuando intentó romperlas, a la tercera vez desistió, dándose cuenta de que era imposible. Plumas negras y azuladas adornaban el piso de la celda y sus afueras, unas cuantas se añadían cada vez que intentaba moverse para cambiar de posición cuando se cansaba, aunque en realidad su área de movimiento estaba considerablemente limitada, el que pudiera sentarse era todo un lujo, aunque su ala si lo resentía un poco más.

    A pesar de que se había acostumbrado a la oscuridad, prefería mantener los ojos cerrados. Llevar su mente lejos perdiéndose en sus pensamientos y emociones, era la manera en que había logrado mantenerse estable. Su entrenamiento militar brillaba en estos momentos ayudándole a mantener la cordura en aquel cuadro oscuro, frío y estrecho.

    Después de que lo encerraran y a excepción de la vez que el Rey le hizo una cálida visita, no habían bajado más a verle, nadie. Solo le vinieron a dejar algo de agua, pero no mucho más. No le extrañaba. Probablemente aquel montón de idiotas estuvieran peleándose por la manera en que iba a matarle. Ante la idea, sus manos apretaron las cadenas que sostenía un poco más. Iban a ejecutarlo, eso es seguro, pero no por ello dejaba de ser denigrante. Que su vida terminara así era un golpe duro.

    ¿Cómo sucedió? Era lo que más analizaba aprovechando su tiempo libre. ¿En qué momento fue que se descuidó?

    Lo único que se le ocurría es que fue durante la última misión. Quizá se confió de más, el haber compartido aquella cena con sus subordinados le hizo sentir inusualmente cómodo y bajó su guardia. Se había asegurado que nadie estaba alrededor cuando lo hizo, no obstante, subestimó la resistencia al alcohol de alguno de sus soldados al parecer. No encontraba otra situación además de aquella. Lo que si no iba a admitir, es que le dolía imaginar que habían sido los mismos hombres que cuidó y entrenó, quienes le apuñalaron por la espalda. Al menos dejó mal herido a uno de ellos cuando lo arrestaron, una bonita herida en la garganta antes de ser derribado por otros tres soldados más que se encargaron de devolverle el golpe y sostenerlo de nuevo contra el suelo alejando sus garras de cualquier potencial víctima. Una pena, le hubiera gustado ver al bastardo desangrarse en el suelo.

    Pero eran humanos, se recordó. ¿Por qué esperaría algo diferente de ellos? No eran compañeros reales, jamás lo fueron. Siglos de historia confirmaban este tipo de situaciones, era casi obvio que él terminaría como está ahora. Alcor se negó y se niega a verlo. Siempre creerá fielmente que no tiene porqué subyugarse a los humanos y que ellos son los que estaban errados. Aunque mucho no podía hacer en su situación actual. Y no es que lo haya intentado, por supuesto que buscó maneras de soltar sus ataduras, pero sus opciones se acabaron y frustraron por ahora.

    Sin embargo, no hay que confiarse.

    Porque en el momento en que vinieran por él, renovaría sus intentos con las fuerzas que guardaba. No se iría sin dar pelea y aunque morir no estaba definitivamente en sus planes, si llegaba a suceder, se aseguraría de por lo menos llevarse con él a unos cuantos.

    ¡No se iría al infierno solo!

    SPOILER (click to view)
    Greetings, joven c:
    Al final decidí ubicarme en la reunión de los tres poderes. No estaba segura de qué lugar usar para ello, pero estuve investigando por ahí(?) y encontré que a veces usan la sala del Trono y otras un gran salón, por lo que me quedé con la segunda opción e hice una especie de 'mesa redonda'. Aunque no le di cierre ya que no sé si deseabas agregar algo más(?) si no, pues se asumiría que el rey aceptó y dio por finalizada la reunión/juicio.

    Pensé que para el Consejo que, si bien no todos los miembros va a ser así, Vaughan fuera un poco desagradable, que busque más su propio beneficio que el del reino y sea bastante hablador. No sé que te parece la idea.

    Por último, tomé prestado al Teniente un par de momentillos para poder involucrar al poder militar, sin embargo no quise meterme mucho con su personalidad o pensamientos respecto a Alcor porque no sé aún como es, así que lo dejé algo ambiguo (o al menos eso espero), ash.
    ¡En fin! espero no haber metido mucho las patas con el inicio c': -o que haya quedado medio simplón- y sea agradable. También en dado caso de que algo no te agrade, ¡puedes decirlo con confianza!

    ¡Saludirijillos!


    Edited by •NeZha• - 20/11/2022, 01:43
  4. .
    —¡Imposible!

    Fred se levantó de su asiento de forma abrupta cuando por fin luego de un par de horas, había logrado tener una coincidencia realmente alta con respecto a la criatura que buscaba. Sin embargo no esperaba el resultado en lo absoluto. En especial porque dicha criatura se supone que ya no existía. Los archivos ponían en el estatus la categoría de extinto por lo que se supone que ya no deberían encontrarse más.

    —Pero siempre hay una pequeña posibilidad. —Murmuró tomando sus apuntes. —Y la coincidencia es más del 90% —Su asistente lo miró por un rato, pero no dijo nada acostumbrado a que su maestro hablara solo la mayor parte del tiempo.

    Un dragón.

    Con eso se habían topado según sus apuntes y los archivos de la Orden. Una de las primeras especies en ser masacradas por esta, fueron extintas durante la época medieval. Razón también por la cuál no existían fotografías de estas, pero si habían muchas descripciones bastante detalladas y dibujos. Dibujos a grafito que sobrevivieron con el paso del tiempo y que lograron conservarse para digitalizarse, que además se parecían bastante a la criatura vista entre la maleza. Era tarde sí, pero Fred no olvidaría aquella mandíbula desencajada y el peculiar color de las escamas.

    La emoción que sintió fue indescriptible. Este era uno de los descubrimientos más importantes que habían hecho en años. Los dragones habían tenido una historia cercana a los humanos llegando a haber una especie de relación amistosa entre ellos hasta claro, su traición. Se describen como bestias impresionantes y enormes, bellas. ¡Y ahora tenía la oportunidad de tener una en sus manos!

    Su vista se dirigió hacia el informe que debía entregar. Eso… podría esperar. Por ahora no iba a notificar nada. Quería el control de esto. Eso sí, iría a darse un baño y a comer un poco, que veía a su pobre asistente más pálido de lo normal.

    (*)



    Entrada ya la mañana, el equipo volvió a reunirse, de nuevo al mando de Fred, aunque ahora las cosas serán diferentes. Sabiendo lo que está buscando, no podía dejar que se escapara esta vez.

    —Mi asistente hizo un perímetro de cinco puntos en los cuales distribuiremos las cámaras de infrarrojo y las trampas. —Entre los puntos más importantes estaba la zona del día anterior entre las fincas, una zona de bosque y un faro. Entre las cinco creaban un círculo irregular donde en teoría cualquier cosa que habitara ahí, debía pasar por lo menos por una.

    —Pero estas trampas no son fuertes.

    —Por supuesto que no. No buscamos hacerle daño en serio. Su función será marcar a la criatura y activar los sensores que nos llevarán a su ubicación.

    —Entonces está diciendo que ¿nuestro trabajo será esperar?

    —Sí. —Contestó tranquilamente. —Salir afuera a buscarlo tal cuál fuera un perro perdido no es una opción. Lo de ayer fue un desastre. ¿Por qué usar métodos tan rudimentarios cuando tenemos la tecnología de nuestro lado? ¡Fue ella quien nos dió la victoria hace años atrás! Y nos ayudará esta vez. Los tiempos de la fuerza bruta y lanzarse a lo estúpido acabaron. Deberían empezar a meterse eso en la cabeza. ¡Y no fallar esta vez!

    Por supuesto el grupo no estuvo de acuerdo, no cuando ellos eran un montón de soldados brutos y que sólo confiaban en sí mismos. Estúpidos. Dio la orden para partir y realizar la instalación del equipo. No podían pasar de hoy, tenía que quedar todo listo.

    —¿Y qué es esta criatura que desea tanto atrapar doctor? No nos ha dicho nada y los muchachos lo describen como una especie de lagarto.

    Fred frunció el ceño mientras observaba al oficial por unos momentos.

    —Un Nüwa lo más probable.

    —Nunca había oído hablar de algo así.

    —Es porque se consideraban extintos. Además, habitaban la costa asiática en el pasado. Sin embargo, es muy probable que este haya logrado migrar hacia aquí y adaptarse a lo largo de los años. Además, este pareciera ser una especie de híbrido, así que por eso debemos atraparlo y poder estudiar adecuadamente.

    Satisfechos con la respuesta el equipo partió hacia los puntos marcados en el mapa. Fred tardó en salir un par de minutos, en los cuales su asistente aprovechó para acercarse a él.

    —Se lastimó.

    —¿Eh? —Bajó la vista y notó que su pulgar sangraba. Al parecer, durante su conversación con el oficial sin darse cuenta comenzó a rascar la carne con la uña y la rompió. Un movimiento bastante familiar cuando pasaba por situaciones que le ponían nervioso e incómodo. —Está bien, me pondré una gaza.

    —¿Está bien no decirles la verdad? —Fred guardó silencio.

    Sí. Pase lo que pase, no se debe saber que nuestra criatura es un dragón. Lo más seguro es que la orden no permita su estudio y quiera ejecutarla de una vez.

    No tardaron mucho más y salieron con el resto de oficiales. La instalación del equipo y las cámaras les llevó hasta entrada las horas de la tarde, pero al menos lo habían logrado dejar listo.

    SPOILER (click to view)
    ¡Oh! Igualmente al menos eso me ayuda a hacer también una idea general xd más bien muchas gracias!!
  5. .
    Relic intentó hablar o decir algo, pero antes de siquiera pensar un par de palabras, la criatura enfrente suyo se abalanzó sobre él. Esquivó por muy poco aquella boca y las filosas garras, lastimosamente su camisa no corrió con la suerte y había logrado rasgar gran parte de la manga izquierda. Del susto había dejado caer su linterna y sostuvo su brazo mientras retrocedía un par de brazos.

    ¡¿Qué carajos?! Más agitado que cuando había corrido siguió con la mirada a aquella escurridiza criatura. Aunque estaba oscuro su vista estaba más que adaptada. Ahora que había tenido más contacto con ese ser pudo confirmar de una vez por todas que efectivamente estaba ante un dragón. Su aroma además de ser fuerte era amenazante, ah según recordaba su padre le dijo que eso quería decir que era un macho. ¡Entonces estaba ante un dragón chico! Justo como él.

    —¡Oye! ¡Espera un segundo!

    Volvió a esquivar un par de ataques, pero esta vez el enemigo logró herir su antebrazo, dejando unas lindas cuatro marcas alargadas. Sintió sus instintos dispararse ante la amenaza de peligro. Gritándole que debía defenderse también y atacar. ¡Pero él no quería!

    No venía a pelear ni a causar daño y entendía que el otro reaccionó así porque quizá estaba asustado además de que era Relic quien se estaba metiendo en su territorio sin permiso. ¡Era una reacción natural! No obstante, eso no quería decir que se dejaría lastimar.

    Si tan solo recordara la lengua antigua de sus ancestros dragones…Quizá fuera más fácil comunicarse ya que no sabía si el otro entendía su idioma.

    En uno de los esquivos, las garras pasaron bastante cerca de su cara. Eso ahora sí lo asustó.

    —¡Basta! —Gruñó dejando que su voz cambiara un poco a una más profunda, menos humana.

    Se agachó e imitó la pose del otro dragón para colocarse a su altura, no se iba a transformar, pero intentaría con movimientos darle a entender que en realidad no buscaba pelear con él. Ahora, ahora ¿Cómo le había dicho su padre que se hacía? ¡Ah! Si, bajó levemente su cabeza y retrocedió encogiendo un poco su cuerpo en señal de rendición.

    —No quiero pelear. —Intentó hablar de nuevo.
  6. .
    El ambiente por supuesto se tornó tenso y pesado. Luego de el fracaso en atrapar a la criatura y de dar la orden de retirarse por hoy, Frederik se había cerrado al resto del equipo y le daba una fea mirada a cualquiera que intentara hablarle. Por supuesto los culpaba de todo. Y estaba bastante enojado, desgraciadamente aunque quisiera seguirles gritando, era consciente de que no lograría nada.

    El viaje de regreso a la improvisada sede fue en absoluto silencio y no fue hasta que entraron al lugar que él se dignó a hablar. Reuniendo a todos en un círculo, explicó lo que había sucedido para aquellos que no estaban cerca de la zona y que la misión cambiaba su clasificación. Ahora ya no trataban con confirmaciones y testimonios, directamente iban a enfocarse en la búsqueda y captura de la criatura.

    Pero de nuevo, no buscaban matarla aunque algunos de los hombres tuvieran ganas de hacerlo, Fred podía ver el odio y desprecio en sus ojos. Suponía que esa misma mirada la tenía él hacia sus compañeros. Como fuese, les ordenó que se retiraran y se prepararan para el día de mañana ya que ciertamente les esperaba un arduo trabajo. Esta vez no iba a tolerar errores y definitivamente iban a capturar a la criatura.

    Hablaron un poco más y se respondieron algunas preguntas, pero al final los miembros del equipo se fueron a sus respectivos hogares a descansar quedando solo Fred, su asistente y Bristol.

    —Antes de que se vaya oficial. ¿Podría darme acceso al mapa de la zona? —Este era en formato digital, por lo tanto se hallaba en la computadora del otro hombre. Este asintió inmediatamente y le pasó dicha máquina al doctor, indicando la clave y cómo acceder a este. Fred agradeció y finalmente se quedó solo junto con su asistente.

    —Ven aquí. Necesito que me ayudes a trazar los posibles lugares que pudo haberse ido la criatura a partir de su punto de escape. Y armes un perímetro.

    El muchacho que hacía de su asistente no hablaba mucho, por eso Fred lo tenía a su lado. Solo tres años menor que él, tenía desde que se graduó trabajando con Stone. El joven padecía un tipo de T.E.A leve que le impedía socializar adecuadamente, no obstante era hábil y muy bueno en su trabajo por lo que en realidad le caía algo bien. Al menos a él no lo maltrataba tanto.

    Ahora, mientras el chico hacía eso, él iba a preparar el informe que debía enviar a la Orden y buscar información de la posible especie de la criatura. Por supuesto, antes de todo revisó su pierna. Una bonita y bien roja marca adornaba su pantorrilla y aunque ya no dolía mucho, ciertamente estaba sensible al tacto. Lejos de enojarse, le hizo sonreír. ¡Era evidencia! De que aquella espectacular cosa no fue su imaginación. Por eso es que debía esforzarse.

    Luego de colocarse una pequeña pomada para la inflamación, tomó su libreta un bolígrafo y procedió a describir a la criatura que había visto (a falta de la habilidad de dibujar bonito). De escamas blancas ópalo, cola larga similar a la de un cocodrilo, mandíbulas considerablemente amplias.

    —Abarcaban más allá de sus mejillas. —Murmuró pensativo. Una boca ciertamente monstruosa. Terminado la descripción, tocaba hacer la investigación de documentos.

    Usando su computadora personal esta vez, accedió al sistema de la Orden, donde estaban los registros de las criaturas identificadas por la orden. Con el paso de los años y cambio de eras así como aumento de la tecnología, se lograron digitalizar muchos de los libros y pergaminos permitiendo acceder a ellos desde cualquier parte del mundo. Aunque no era un acceso libre por supuesto, para ello se debía pertenecer a la orden y tener un usuario que administraban. Fred tenía uno con el que pudo acceder y no dudó en irse a la sección de ‘clasificado-especies’ buscando algo que se pareciera a lo que había visto esa tarde.

    En el buscador colocó un par de palabras claves que le permitirían reducir la búsqueda. Por supuesto estas fueron ‘reptil’ y ‘escamas’. Los resultados fueron variados y Fred tendría que revisar uno por uno e irlos descartando.

    Descendientes de gorgonas, basiliscos, nagas y por supuesto… dragones. Aunque eso sonaba algo imposible, pensó.

    Tomó su frasco de pastillas y consumió una de las cápsulas antes de sentarse. Ciertamente Fred no iba a dormir esa noche.

    SPOILER (click to view)
    ¡Son preciosos! Su apariencia esta realmente bonita. Con razón le gusta nadar(?)
    Akajs ¿Cuánto mide aproximadamente en esa forma, por cierto?

    Ah! Olvidé poner esto ajahs:
    T.E.A: Trastorno del Espectro Autista
  7. .
    Estaba confundido, aterrado y con un revoltijo más de emociones que se acumulaban rápidamente en su estómago. Tenía un montón de preguntas en su cabeza que ciertamente le iban a carcomer el cerebro, pero no se resolvería nada si simplemente dejaba las cosas así. Si quería respuestas, debía ir detrás de aquella persona.

    Si bien, era un pequeño ladrón al que probablemente vaya a regañar y tal vez llevar ante las autoridades en cuanto terminara de hablar, primero debía alcanzarlo aunque ciertamente la tarea no estaba siendo sencilla. Esa… ¿Criatura? ¿Persona? Era horriblemente rápida y además el terreno no ayudaba mucho a Relic, más de una vez dio un tropezón, se resbaló con el suelo húmedo y con barro, así como se escapó de torcerse el tobillo, pero no bajó la velocidad.

    Cómo dragón, sus habilidades físicas eran mayores. Corría a una velocidad considerable, pero quizá estaba un poco fuera de práctica. Y por supuesto, si cambiara a su forma semihumana, lo más seguro es que a cuatro patas, su velocidad sería algo mejor y el terreno no lo amenazaría de dejarlo sin dignidad cayendo ridículamente. No obstante, transformarse es lo menos que se le ocurría al muchacho.

    Tantos años sin permitírselo por miedo pasaban factura ya que con frecuencia y en momentos de tensión precisamente, Relic olvidaba que podía hacerlo.

    Pero no todo estaba perdido. Hubo un cambio de dirección por parte de su intruso que por poco le hace perder el rastro, pero el aroma, aquel que le había provocado todo tiempo de sensaciones le permitió ubicar de nuevo la dirección que había tomado. No dudó en ir hacia allá, atravesando un par de árboles muy incómodos, teniendo que cuidar su cabeza hasta que sus pies tocaron arena. Su corazón bombeaba con fuerza, entre el esfuerzo físico y la emoción de saber estaban disparando su pulso bastante, los fuertes jadeos eran prueba de ello.

    Se detuvo buscando un poco de aire cuando dejó la parte boscosa, mientras veía a lo lejos una sombra oscura correr a través del camino que llevaba al… ¿Faro? Oh… Genial. ¿Era en serio? Se enderezó y observando aquel edificio a lo lejos, volvió a correr un poco más, pero esta vez ya llevaba la linterna en sus manos. ¿No podía escoger un lugar mejor para huir? Por suerte, había un pequeño tramo de rocas y arena que permitían acercarse a la entrada del faro, porque no se imaginaba teniendo que nadar hasta ahí, no podría con lo oscuro y ventoso que estaba aquella noche.

    Conforme se acercaba a aquella estructura, iba sintiéndose más nervioso. Maldición, solo esperaba que esto que estaba haciendo, diera algún fruto. ¡Tenía que valer la pena!

    Vio una puerta, la única por supuesto, pero al estar frente a ella dudó en empujarla. ¡Él no creía en cuentos de fantasmas! Por supuesto, no quería decir que ese lugar tuviera una apariencia terriblemente tétrica. Abandonado por años y sin mantenimiento alguno, por fuera ya daba bastante cosa. Relic tragó fuertemente. Podía hacer eso, si aquella persona tenía aunque fuera una pizca de información sobre los dragones, entonces esto no sería en vano.

    —¡¿Hola?! —Gritó intentando ver si había alguna especie de respuesta. ¿Quizá en un intento de no entrar? —¡Vengo… Vengo en paz! —Intentó que su voz no sonara temblorosa. Y claro, no hubo respuesta de nuevo. ¿Esa persona siquiera hablaba su idioma? Tal vez no, ya que era la primera vez que Relic lo sentía. Bueno, no quedaba de otra.

    Tomó una bocanada de aire dándose ánimos y empezó a empujar la puerta lentamente. Sus instintos estaban alerta, advirtiéndole que estaba entrando en territorio ajeno, por supuesto eso le tensó bastante, más no se detuvo. Apretó la linterna y entró. El lugar estaba terriblemente oscuro, pero ese no fue el problema, si no, el fuerte aroma que venía de una dirección era lo que llamó su atención.

    Alumbró hacia allí y notó una figura que de momento le espantó. La blanca cola se levantaba amenazante y su rostro, ese rostro era de peligro puro. Tembló. Él conocía muy bien esa forma. Relic reconoció la criatura que estaba enfrente suyo.

    —Ah.

    Un dragón… ¡Un jodido dragón! ¡Cómo él! Que por cierto no tenía una pinta muy amigable.

    Edited by •NeZha• - 2/11/2022, 23:45
  8. .
    La mirada amenazante y aquel gruñido le provocaron un escalofrío que recorrió toda la espalda. Espléndido. Su cuerpo humano reaccionando con miedo ante aquella bestia reconociendo que era peligroso solo lo emocionaba más. ¡Aquella boca definitivamente era un peligro! Y absolutamente excitante. Tenía que resistir las ganas de reír o sonreír.

    El comportamiento de la criatura era fascinante. Le recordaba a una especie de reptil, por supuesto, esa cola y las escamas que bordeaban el cuerpo era un signo claro, lo que le interesaba era el hecho de que también tenía una apariencia humana. ¿Un híbrido tal vez? Lo que sí era cierto es que no había visto algo así.

    La quería.

    Lástima que solo quedó como un deseo el pensamiento. Por supuesto el ruido había asustado a la criatura. En ese momento el científico había deseado arrancarle la cabeza al oficial que lo acompañaba, pero su atención estaba muchísimo más interesada en lo que tenía enfrente. Cruzó miradas con eso -ponerle género estaba difícil ahorita- y pudo sentir el odio y advertencia en esos ojos que por supuesto no eran humanos. Se mordió el labio dudando en acercarse más, pero no hizo falta ya que ella hizo el movimiento primero.

    Su pierna ardió dolorosamente y pronto se vio inclinado hacia atrás cayendo abruptamente sobre su trasero. La criatura lo había golpeado. Siseó ante el dolor, pero no le prestó mucha atención. Se levantó lo más rápido que pudo, sin embargo no pudo dar su paso bien, renqueando un poco. Lo más seguro es que aquel latigazo iba a dejarle un verdugón.

    Nota número uno: Mantenerse alejado de aquella cola.

    —¡Cuidado, Joseph!

    Escuchó a lo lejos a los oficiales, levantó la vista y se topó con que el objeto de su fascinación estaba escapando. Dio la orden de que lo atraparan a como diera lugar. —¡No la pierdan de vista! —Desgraciadamente, logró subirse a un muro y no pudieron seguirlo más. Gruñó frustrado observando como su preciado descubrimiento se escapaba.

    —Doctor, ¿está herido? ¿Necesita ayuda?

    —Lo que necesito ahora es que salgas de mi vista antes de que te dispare en la cabeza. —Le dio una fea mirada a su acompañante. —¡Se supone que debían disparar a mi señal! ¡A mi señal! —Gritó colérico. El otro intentó defenderse, diciendo que la criatura se estaba levantando y pudo haberlos atacado. ¡Una estupidez! Basándose en el comportamiento de algunos animales, aquella cosa debería estarles dando una advertencia, Fred creía que a menos que hicieran un movimiento brusco, no debería haber reaccionado mal. Era como acercarse a las serpientes, así le pareció. Por supuesto, los demás no parecieron ver eso. —¡Sus órdenes eran esperar! Pero ahora, gracias a su incompetencia, escapó.

    Vio a lo lejos al Oficial Bristol venir corriendo junto con el finquero y sus ayudantes. Al parecer aquel revuelo llamó su atención. El pelinegro bufó fastidiado, lo que le faltaba.

    —¿Doctor, que sucedió? Escuchamos disparos.

    —Un… Un animal salvaje. —Dijo intentando no soltar mucha información a los civiles presentes también. —Uno que debe ser atrapado ahora mismo. Puede ser peligroso para los habitantes. —Observó fijamente al oficial a cargo intentando hacerle saber que en realidad habían encontrado algo más. Y vaya que era así. Esto no era lo que esperaba, estaba encantado.

    —Huyó hacia el noroeste. Me parece que debemos movernos hacia allí.— Aunque eso tendría que ser al día siguiente se temía. Ya era tarde y gracias al fiasco anterior, debía reorganizarse. Además, debían informar lo que habían visto y preparar un plan de trabajo nuevo.

    Por que si de algo estaba aseguro es que definitivamente él iba a atrapar a esa criatura. Ahora que lo ha visto, sus manos picaban por tenerlo, la emoción y deseo aún no habían disminuido a pesar de la pequeña decepción. Pero bueno, ¿no era esto un poco más interesante?
  9. .
    ¿Qué rayos había ahí? Aunque seguía sin creer en fantasmas, sí sabía que existían algunos ‘monstruos’ que de vez en cuando merodeaban por acá aunque era raro verlos invadir las propiedades de los demás. Por ello perdón si es que el haberse burlado de los pobladores por creer en monstruos fue incorrecto y ahora estaba recibiendo su castigo. Si era el karma dándole una lección, ya la había aprendido y prometía no volver a juzgar a sus vecinos.

    Cuando la luz alumbró, notó como una sombra se agachaba rápidamente. Dio un par de pasos más, adentrándose entre sus cultivos, teniendo cuidado de no pisar. Veía bien por suerte, pero seguía siendo difícil distinguir una silueta clara, no obstante podía ver como reptaba hacia atrás, moviendo ligeramente las hojas de las plantas.

    Bueno, al menos eso confirmaba que sí había algo ahí y que no era un fantasma. Las sensaciones en su estómago se removieron entre los nervios e incomodidad, como algo de molestia,porque no sabía si catalogar eso como algo positivo o negativo. ¡Había un intruso en su casa! Un ser de carne y hueso o al menos vivo. Algo a lo que podía hacerle daño, pero que a la vez podría hacerle daño a Relic. Ah, la verdad es que no sonaba mejor.

    —¡Sé que estás ahí! —Gruñó acercándose viendo cómo el intruso se alejaba cada vez más.

    No obstante, cuando se apresuró para acercarse, porque, aunque estaba todavía con un susto atravesado en la garganta, sus instintos le pedían que echara al intruso, pues estaba en su territorio y no podía permitir tal invasión.

    Claro, hasta que una pequeña ventisca le hizo el favor y trajo consigo un aroma muy particular.

    Tenía el olfato más desarrollado, pero por eso iba a estar olfateando el aire siempre. Había notado que la gente lo veía raro cuando intentaba hacerlo, por lo que a menos que el aroma sea muy intenso o como en este caso, diferente, Relic no se preocupaba por identificar si lo que tenía enfrente era humano o no. La mayoría lo eran, pero este… Este no. Joder.

    —Tú...

    Sintió sus piernas temblar y la linterna casi cae de sus manos cuando le pareció tan familiar. Olía como sus padres, con algunas diferencias, pero ciertamente estaba ahí. ¡Era muy similar! Ese aroma como a fuego, ceniza y… Poder. La criatura que tenía enfrente olía como a un dragón.

    ¡Imposible! Eso no podía ser cierto- Años buscándolos sin resultados positivos y viviendo aquí el suficiente tiempo como para saber que ningún habitante del pueblo olía igual que su intruso le hacían imposible creer que lo que tenía enfrente era uno de los suyos. ¡Estaban muertos! ¡Todos! Acaso ¿Era una especie de truco? ¿Alguna otra criatura mágica intentando engañarlo? Movimiento cruel, pero posible, su mente lo creía pues se negaba a aceptar que tal vez había uno de los suyos vivos. No, no aquí.

    Dio un pequeño respingo del susto cuando escuchó que se rompía algo. ¡Ese hijo de…! ¡Había roto su cerca! Alumbró y ahí pudo ver la forma humana. Era una persona o al menos tenía el aspecto de una, pero es que su aroma no concordaba.

    —¡Oye no! ¡Espera!

    Por un segundo dudó en seguirlo, sin embargo algo en su interior, muy profundo de él le dijo que lo siguiera. A pesar de lo imposible que sonaba todo, también había nacido una pequeña esperanza. Si la persona -por ahora le dirá así ya que fue lo que vio. -no era un dragón, tal vez supiera algo más de ellos, que ese aroma significaba que había estado en contacto entonces con alguno. ¡Solo tal vez…!

    Aparte, ¡Se había llevado una de sus sandías!

    No dudó más y colocando la linterna en su boca para sostenerla con los dientes, salió por el mismo hueco que había hecho con anterioridad la otra persona y salió corriendo detrás de esta. Había maleza y el camino era incómodo para él, pero a pesar de ello continuó intentando que no le sacara más distancia. ¡Tenía que alcanzarlo como fuera! ¡Debía y necesitaba hacerlo!
  10. .
    —¿Oírse? ¿Por dónde?

    Bien, eso sí interesó a Fred. Descartando peligrosos depredadores como osos o lobos porque, claramente era una zona para nada apta para ese tipo de animales, lo más cercano que se había imaginado es un zorro o una serpiente. Ninguno interesante la verdad, pero eso del ruido le dio algo de esperanza.

    —¡Eh! ¡Espere!

    Ignoró el reclamo del oficial cuando pasó por su lado golpeando ligeramente su costado y adelantándose. No era prudente correr, si apresuró su paso para acercarse a donde venía el ruido. La maleza estaba alta, lo que no permitía visibilizar mucho más allá de sus pasos, además de eso, la luz de la tarde empezaba a escasear.

    —¡Doctor!

    —¡Cállate!

    Tomó del brazo al hombre que venía detrás suyo y lo jaló hacia abajo agachándose los dos para intentar ocultar su presencia. Le dio una mirada amenazante a su compañero y susurrando le explicó que si querían acercarse a lo que sea que está ahí, debían estar callados para no asustarlo. Así, avanzaron lentamente y Fred atento, adentrándose más hacia la maleza.

    Volvió a oírse un ruido, esta vez él fue capaz de percibirlo también. Sacó de entre su abrigo el arma con el tranquilizante por si acaso y empezó a caminar hacia el lugar. El corazón de Fred latía con rapidez, pero lejos de estar nervioso, era por la emoción y adrenalina que sentía en el momento ¡Oh! No mentiría si no deseaba que aquello que se movía en los matorrales fuera alguna criatura en las que pudiera poner sus manos, que los rumores y las molestias de los habitantes, por fin eran útiles en algo y le permitían encontrar alguna hermosa criatura para estudiar. Eso fue lo que le motivó a acercarse más, dejando de lado los riesgos que tenía el hacerlo sin ninguna protección, después de todo él no iba vestido con uniforme policial, ni siquiera con ropa de laboratorio, ya que había venido directo de vuelo a trabajar, parecía más un detective privado en realidad. Por lo que no llevaba los implementos necesarios. Pero poco le importaba, en este momento cuando tenía algo que descubrir enfrente suyo.

    Caminó un poco más hasta que pudo divisar algo más material y no solo ruidos. Fred se enderezó y acercó más, con toda la atención fija delante suyo.

    —Ahí.

    El doctor apuntó con su arma hacia el lugar señalado por su compañero, sin embargo se quedó quieto en su lugar cuando divisó en efecto, una especie de…

    ¿Qué era lo que estaba viendo? Jamás había visto una silueta como aquella. Y algo estaba claro, eso no era humano.

    Su vista siguió la larga forma cilíndrica con escamas, lo que claramente era una cola, similar a la de una serpiente, pero a su vez era algo más tosca y mucho más ancha, pero lo que realmente le sorprendió es que esa cola estaba unida a una forma algo humanoide. Frederik estaba sorprendido y absolutamente fascinado, pero no podía verlo bien. La cosa parecía estar escondiéndose de ellos. Bajó su arma e hizo acercarse para poder ver mejor, tal vez de forma lenta ese… curioso animal no se asustaría tanto, desgraciadamente justo ese momento el inútil de su compañero decidió disparar.

    —¡Espera! ¡No!
  11. .
    Conforme abrió las cajas, el olor de la fruta llegó rápidamente a su nariz, no pudo evitar olfatear gustoso el dulce aroma, incluso sintió que su boca se hacía ‘agua’. Algo bastante divertido si recordaba que de pequeño, sus padres habían sufrido intentando hacer que Relic comiera algo más que carne. Juró que jamás comería una fruta en su vida, claro, hasta probó una naranja.

    Colocó cuidadosamente las frutas en su respectivo estante, mañana a buena hora en la mañana las sacaría para su venta. No obstante mientras terminaba, no pudo evitar probar algunas para ‘verificar su calidad’ y efectivamente, aquella ciruela estaba madura y dulce aunque no perdía aquel característico ácido que tanto le gustaba. Tuvo que recordarse no comer más o de lo contrario terminaría sin fruta y él rodando por lo lleno.

    Ya en su lugar, decidió que iría por las sandías. No había luz del día, pero su buena vista y una linterna era más que suficiente. Pero temía no revisar la fruta, no quería que se echara a perder en caso de que ya estuviera lista. Será una pequeña revisión se animó mientras tomaba el foco y se dirigía hacía el patio del local.

    No obstante, cuando salió, sintió que algo estaba mal inmediatamente. Si bien, Relic no se había transformado en años, eso no quería decir que haya dejado de ser un dragón o que alguna de sus facultades haya disminuido. Seguía siendo más fuerte que los demás, oía mejor, veía y por supuesto, tenía un olfato mucho mejor que el de las personas. Es por eso que cuando salió y caminó un par de pasos hacia su huerto, sus instintos gruñeron a la defensiva cuando notaron una sombra moverse entre las plantas.

    Él por supuesto se sorprendió y asustó. Abrazó el foco -apago por cierto-, a su pecho dudando un momento en sí tal vez su vista le jugó una mala pasada o solo estaba confundiendo sombras. Además de las sandías, Relic tenía otros árboles fruteros ahí y hortalizas también, por lo que el juego de sombras y hojas no era tan descabellado.

    Solo que, las hojas no hacen ruido.

    Efectivamente se están moviendo y no es el viento. ¡Hay alguien ahí! O algo… Sea lo que sea, no parecía haber notado su presencia pronto. Tomó rápidamente la linterna y no dudó en alumbrar sus plantas hacia donde creía que había visto aquella sombra moverse, estaba entre sus preciadas sandías. Se aclaró la garganta mientras se acercaba cada a sus cultivos.


    —¿Hola? ¿Hay alguien ahí?—No fue lo más inteligente que podía decir, pero teniendo en cuenta el nudo en su garganta y estómago, fue lo único que logró salir de sus labios.
  12. .
    Eran inútiles. Un montón de inútiles. Poco delicados y unos incultos. ¿Qué le costaba a la orden prepararle un par de científicos o al menos a personal más preparado. Pero al final le enviaron soldados, ¿estos eran los investigadores de aquí? Una vergüenza la verdad. Y no confiaba en ellos en lo absoluto, tanto así que, tuvo que advertirlos por lo menos cuatro veces que, si llegaban a ver a alguna criatura, estaba absolutamente prohibido intentar matarla o dañarla. Las únicas armas que usarían serían pistolas con tranquilizantes, pues lo querían vivo en dado caso de que encontraran algo. Por supuesto hubo modos, pero Fred las ignoró y amenazó severamente con tomar represalias.

    Finalmente, luego de tomar y cargar el equipo, se dirigieron a aquel punto señalado en el mapa. Ya estaba entrando la tarde, perfecto. Tenía la intención de montar el operativo durante toda la tarde y noche e investigar con cuidado y detenimiento. Fue cuestionado, pues conforme esté oscureciendo iban a tener menos visión, pero respondió de que no tenía sentido alguno investigar de día si la mayoría de los ‘ataques’ a las víctimas vegetales habían sido durante la noche, por lo que era más lógico montar guardia en ese momento, había más posibilidades de atrapar algo o bien, descartar el lugar e ir por el siguiente.

    —Nos separaremos en grupos de tres, de esta manera cubriremos más área. Oficial, espero contar con usted para poder entrevistar a los dueños de estas fincas. —El hombre asintió. —Bien, entonces repasemos. Buscarhuellas, marcas o cualquier elemento que se haga inusual y no sea parte de la flora o fauna típica de la zona. Deben estar atentos y observar cuidadosamente cada paso que den para no perder nada, tomen fotografías de todo. Igualmente si hay ruidos extraños o se encuentran con algo, para eso llevan el tranquilizante. Ya les indiqué que hacer en esos casos.

    El personal asintió y así se separaron. Fred fue con el Oficial para cuestionar a uno de los dueños que para su suerte estaba afuera trabajando. Conforme se acercaron, pudo escuchar las quejas del hombre. ¿Un ataque reciente? Pensó curioso.

    —Buenas tardes. —Dijo su acompañante. —Soy el Oficial Bristol. Quería preguntarle si usted nos permitiría hacerle un par de preguntas.

    —Sí claro, pero ¿sobre qué sería?

    El oficial iba a hablar, pero Fred se adelantó. —Es sobre una situación que se ha presentado en la comunidad. Pero, no pude evitar escuchar que tiene algunos problemas con sus cultivos. ¿Plagas?

    —¡Plagas no! ¡Plaga! Una maldita cosa que se está llevando mis cultivos. ¡La última vez…! — Mientras el finquero se quejaba y les contaba la historia, Frederik se acercó a las plantas dañadas, observando con detenimiento. Se dio cuenta que la fruta en realidad era arrancada del tallo, como si supiera agarrarla. Un animal como zarigüeyas o ardillas, habrían carcomido y masticado la fruta sin arrancarla, teniendo en cuenta el tamaño, que eran melones.

    — ¿Sabe por donde huye? —El hombre se interrumpió un momento y luego de procesar la pregunta, señaló un costado de la cerca.

    —Mis hombres y yo encontramos algunas hojas y pedazos de fruta al principio. Ahora es menos, pero estamos seguros que es por ahí. ¡Me tiene el alambre torcido!

    Stone se enderezó entonces y dejó al hombre -que seguía hablando con el Oficial - y caminó hacia el lugar señalado. Le pidió a uno de los ayudantes de la finca que lo siguiera y bordearon la cerca. —¿A dónde lleva el camino?

    —Corta hacia la costa. Pero no lo llamaría camino, no es más que maleza mal cuidada. Es muy incómodo para que alguna persona pase.

    Era perfecto entonces. Si los humanos no podían pasar por ahí, era una ruta de escape para el escurridizo. Ahora bien. Aquí había algo, esas plantas estaban maltratadas y por la reacción del finquero, no fue él quien lo hizo, el problema tenía tiempo además. Que su problema fuera humano, animal u otra cosa, era algo que él debía descartar.

    —Vamos. —Le dijo al tercer miembro de su equipo.

    —¿Disculpe?

    —Si eso pasó por aquí, lo mejor es investigar, por supuesto.


    —Pero-

    —¿Pero, mi muchacho?. —

    —... Bien, pero vaya detrás mío entonces. Yo guiaré. —Fred soltó un ruidito de burla, pero aún así dejó que el otro lo adelantara y avanzaron dentro de aquel ‘atajo’ observando con cuidado a su alrededor. Algunas de las famas estaban quebradas, amontonadas hacia un lado como si algo hubiera pasado, algo de considerable tamaño. Se separó un poco del otro policía para seguir ese camino y ver si podía seguirlo.

    —¿Escuchó eso?

    —¿Qué? No. — Fred se detuvo.

    —Juro que oí ruidos, de algo pasando.

    Frunció el ceño. Ahora, ahora… ¿Qué animal grande había en Gales y que además se beneficie de la costa?
  13. .
    ‘— Recuerda: Pase lo que pase, nunca le muestres a nadie tu verdadera forma. A nadie. Jamás.

    —¿Ni a mis amigos?

    —Ellos son humanos, Relic. No son nuestros amigos.’


    La noche caía una vez más sobre aquel pequeño pueblo y Relic terminaba con su jornada del día. Despidiendo al último cliente y agradeciendo por los buenos deseos, el joven pudo sentarse por fin y soltar un suspiro agotado. Hoy ha sido un día ajetreado para el joven, había épocas en las que los humanos consumían más frutas que en otras, principalmente cuando se acercaba la época calurosa. Recordó que su padre había intentado explicarle esa extraña relación del comportamiento y el clima de los humanos, pero él, como cualquier mocoso rebelde había estado distraído jugando.

    A veces los extraña. Mucho. En especial cuando entraba a su hogar y era consciente de lo sola que estaba. Habían pasado muchos años ya de su muerte y aunque no dolía tanto como al principio y hacían falta. Había sido realmente difícil adaptarse a vivir sin ellos, sin esa protección que le daban y sus consejos, incluso por un momento pensó en simplemente irse a vivir en una cueva y no salir jamás de ahí, pero luego las palabras y sus padres llegaban a su mente. Ese esfuerzo y sacrificio que ellos hicieron para poder darle la mejor vida que podían permitirse entre los humanos. Sería muy malagradecido de su parte, no continuar con ella y poner de su parte también.

    Se esforzó como pudo y siguió al pie de la letra la advertencia de sus padres. Aunque de vez en cuando, se permitió libertades y observó de cerca a aquellos seres con los que compartía el mundo. Se cuestionó un par de veces si de verdad eran peligrosos, pero luego, observaba las cosas horribles de los que algunos eran capaces de hacer hacia su propia especie y volvía a jurarse no tener más contacto que el necesario con ellos. Yéndose del lugar tan pronto como lo empezaban a ver sospechosamente. Y no es para menos, después de todo, tendrían a un vecino que, aunque pasan los años, parecía igual de joven.

    Gracias a ello, dio con este pueblo costero. El lugar resultó acogedor y relativamente tranquilo. Tampoco había rastro de dragones aquí -a pesar de que ya no buscaba activamente pistas- pero al menos no había peligro de los cazadores tampoco. Existían algunos rumores raros entre los vecinos sobre monstruos o espíritus ladrones que solo le hacían reír, imaginándose la cara que pondrían entonces si algún día se llegan a dar cuenta que hay un dragón vendiéndoles fruta. Lo ayudaban a distraerse en realidad. Durante el día se sumía en sus quehaceres y en las noches, para evitar revolcarse en pensamientos desagradables, se distraía con algún pasatiempo o a estudiar un poco más de las personas. Hoy por ejemplo, llegó un encargo de frutas que por el clima, Relic no podía cultivar aquí, pero que si podía importar de otro lado. ¡Era fascinante! Y además le habían hecho un buen precio.

    —Y debería empezar a desempacar ahora o se van a magullar. —murmuró mientras dejaba su asiento y terminaba de cerrar el local.

    El pedido había sido dejado en un costado. Por lo que tendría que hacer varios viajes para llevar todo dentro, pero estaba bien, tampoco lo iba a cansar mucho. Ventajas de tener más fuerza que el promedio. Empezaría con las frutas pequeñas, ciruelas había pedido esta vez. Lo intentaría hacer rápido, pues a pesar de que él se había burlado de aquellos relatos, no tenía ganas de que algún ladronzuelo aprovechado del miedo, se llevara algo que tanto le había costado conseguir.

    También aprovecharía para revisar cómo iban sus sandías en el patio, para esta semana ya deberían estar maduras. Quizá haya alguna ya esté lista y la pueda vender mañana.
  14. .



    Kalevi-Señorita Calabaza

    QUOTE
    Nombre: Kalevi
    Edad: 16 años/316 años cronológicamente.
    Especie: Escama Eterna/Dragón.
    Sexualidad: Bisexual.
    Rol: Versátil.

    Sobre él:
    Desde el inicio de los tiempos, cuando los dragones aparecieron, fueron una raza especial y con gran destreza para conquistar territorios. En la época antigua, cuando la raza humana era reducida y frágil, los dragones incluso se encargaron de protegerlos de otras criaturas sobrenaturales y ayudarlos a prosperar. No obstante, el insano interés que desarrolló el ser humano con el poder y la riqueza material, hizo que se volvieran crueles y comenzaran a ver a las demás razas con desprecio. Todo, porque el ser humano, aunque frágil, era habilidoso para construir armamento capaz de asesinar a sus enemigos de forma certera.

    Kalevi nació en una manada de dragones "Escama Eterna". Si bien, cada especie de dragón tenía algo que los volvía únicos, aún más tratándose del linaje de los "Escama", los "Escama Eterna" eran llamativos por su capacidad de adaptación ante una crisis de reproducción. Puesto que, mientras otras especies perecían o dejaban de ser puras perdiendo muchas de sus habilidades al mezclarse con otra cuando sus enemigos erradicaban a las hembras o a los machos, estos dragones eran capaces de alternar su sexo con tal de poder engendrar nuevas crías de su especie.

    Era demasiado joven cuando forzosamente fue separado de sus padres, cuando estos fueron atrapados por un grupo de humanos dedicados a la caza de criaturas mágicas. Y estuvo a poco de morir, en aquella época situada a mediados de la crudeza del medievo, de no ser por una bruja piadosa que se encargó de sumirlo en un largo sueño, ocultando al niño dentro de un baúl en el fondo de un lago al que los humanos temían ir por el rumor de que estaba maldito. El pequeño no contaba con que su siesta duraría tanto tiempo, al punto de sumirlo en un letargo de más de 300 años.

    Y cuando finalmente despertó, se encontraba en una época bastante actual, en el desván de una casa cerca del mar. El niño no dudó en huir de ahí, apenas se dio cuenta que era el hogar de humanos. Durante los siguientes años, Kalevi se las arregló para esconderse y sobrevivir en aquel pueblo costero, viviendo en un faro abandonado que nadie visitaba por el rumor de que estaba embrujado. Y, claro, aunque aprendió el lenguaje de los humanos, al criarse solo desarrolló más su parte salvaje que su lado racional.

    Extras:
    ° Es, probablemente, uno de los últimos dragones que queden. Por lo menos, de la especie "Escama Eterna" debido a la intensa cacería. Quizá los "Escama Negra" u otros parientes cercanos hayan tenido mejor suerte.
    ° Los dragones suelen vivir una expectativa de vida de 150 años, tomando en cuenta las múltiples batallas en las que solían participar.
    ° Desde que despertó, Kalevi suele tomar cosas de los pueblerinos cuando vaga de madrugada por el pueblo, especialmente si son frutas o algo para comer.
    ° Puede escupir fuego aún en su forma humana, mismo que es de color azul.
    ° La apariencia semi-humana de los dragones es bastante aterradora, más que nada por la boca.

    Apariencia:
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    Apariencia de la boca en su apariencia semihumana:
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    Frederik-NeZha

    QUOTE
    Nombre: Frederik Stone Mayer.

    Edad: 27 años.

    Especie: Humano descendiente de la Orden del Exterminio.

    Ocupación: Científico.

    Posición: Versátil.

    Un poco sobre el egocéntrico doctor:

    La familia Stone viene de una muy larga descendencia de cazadores. Había sido un apellido de renombre dentro de la Orden del Exterminio, caracterizada por tener miembros de la familia robustos y ágiles, eran soldados sanguinarios que con honor y fuerza pelearon por lo humanos y cazaron a aquellos monstruos que osaban rebelarse a ellos. Obtuvieron puestos importantes dentro de la orden, saliendo al frente en el campo con todo tipo de armas y sin piedad. Siempre fueron guerreros habilidosos y fuertes. Incluso, años y generaciones después, aún cuando las criaturas mágicas mermaron y se creía tener bajo control, los Stone seguían al servicio de esta haciendo honor al lema familiar: ‘El valor y fuerza son, por encima de todas las cosas; las cualidades de un guerrero.’

    Y una mierda.

    Desgraciadamente, por más bonito y ‘épico’ que sonaba la historia de su familia, Frederik no podía estar más en desacuerdo. En algún momento de su árbol genealógico las cosas se torcieron un poco y quizá alguno de los soldados no se casó con la señorita adecuada tirando al trasto toda la cuidada línea de sangre, ya que al momento en que Fred nació, era muy claro que el crío era diferente.

    A diferencia de sus familiares, Frederik fue un niño más pálido de lo normal, flaco y sin mucha fuerza física. Muchas cosas lo asustaban y prefería quedarse en su casa leyendo algún libro que salir al patio a ensuciarse y jugar. Donde sus primos mostraban interés por aplastar la crisálida de la oruga, Fred quería capturarla en un frasco, verla eclosionar y finalmente, tomar la mariposa y disecarla.

    Desde pequeño mostró una curiosidad y agudeza mental que no era igual a la de los demás niños. Mejor promedio en la escuela, mucha imaginación y manos habilidosas. Su madre se dio cuenta de ello y lejos de reprenderlo, lo tomó como su aprendiz y le enseño sus conocimientos en químicos, plantas y otros ámbitos, pues la mujer al igual que su hijo, poseía mucha inteligencia, no por nada era profesora en una universidad. Desgraciadamente, quien no estaba muy feliz con esto era su padre, pues como el tradicional que era, estaba ciegamente convencido de que Frederik al ser un hijo un varón, debía entrar a la Orden como policía y ser parte de ella.

    Una lástima que su hijo fuera igual de terco que él.

    Después de pleitos, desacuerdos y más cosas desagradables, FrederiK finalmente se graduó de la universidad con honores y se especializó en el área de ciencias biológicas y farmacología. Orgulloso de lo que era, logró formar una especia de acuerdo con la Orden, donde gracias a sus conocimientos en toxicología, creó sueros y químicos que reaccionaban de forma interesante en las criaturas mágicas, dándoles un arma extra a los humanos. Al final, aceptaron y le permitieron unirse al consejo científico, sin embargo, Fred siendo de personalidad difícil y engreída no se llevaba muy bien con sus compañeros y solía despreciarlos o llamarlos idiotas, además de que muchos se quejaban de que el hombre era raro y temían ser ellos quienes terminaran en una cama de disección. Por eso, para no tener más problemas, construyó su propio laboratorio bajo la mansión Stone, donde varias y desgraciadas criaturas pasaron por sus manos y donde periódicamente deben mandar un informe a la policía estatal de sus investigaciones.

    Actualmente la Orden del Exterminio, está oculta y en realidad ya no lleva ese nombre, pues al pasar tantos años desde el último gran exterminio, decidieron quedarse en las sombras, pero aún sigue activa y atenta a cualquier anomalía que suceda en la ciudad y pueblos aledaños, funcionando como una ‘policía estatal’. Fred trabaja para ellos también, aunque su fachada es la de un científico que ayuda a desarrollar medicinas para la ciudad en el hospital Central.

    De mente abierta ante cualquier cosa, le gusta curiosear e investigar importándole poco el peligro que supone. Odia a su familia y no le apetece tener relación alguna con ellos. Al resto de los miembros del equipo científico, los tolera por respeto. Orgulloso y engreído, menosprecia a las personas por ser ‘idiotas e ignorantes’, suele decir que prefiere estar rodeado de sus hermosos experimentos. De muy dudosa moral, hay que resaltar, es capaz de hacer cualquier cosa con tal de obtener los datos para sus investigaciones.


    Información adicional:

    • Sus habilidades físicas son un asco, confía plenamente en su inteligencia y lengua filosa.

    • Sus padres están muertos. Fue un ‘trágico accidente’ automovilístico.

    • Sabe que existieron dragones, pero que estos fueron asesinados por la Orden. Lo que le duele en el alma, ya que le hubiera encantado tener en sus manos un espécimen para poder estudiarlo. Una pena.

    • Como hijo único de la familia Stone, heredó la mansión familiar. Se hizo de una pequeña fortuna gracias a la venta de fármacos y con ella sostiene sus investigaciones.

    • Sus compañeros a veces se preguntan si Fred es de verdad demasiado inteligente o por el contrario esta como una cabra.

    • Al igual que su moral, sus métodos de investigación son poco ortodoxos y cuestionables.

    • No discrimina a nadie. Humanos, criaturas mágicas, hombres, mujeres… Todos son buen material de experimentación si le llaman la atención.

    • Sufre de ansiedad, por lo que debe medicarse.

    • Es muy fácil hacerlo enojar, su respuesta suele ser violenta.

    • Amante de la música clásica y teatralidad. Culpemos a su madre, que lo llevaba a obras de teatro y óperas, logrando fascinar a Fred.

    • Sus ojos son color verde claro.

    Apariencia:




    “Recuerde que las cosas no siempre son como parecen ser… La curiosidad crea posibilidades y oportunidades”.
    —Roy T. Bennett



    —Todo listo, Señor.

    Frederik levantó la vista del informe que leía para observar cómo sus empleados terminaban de empacar todo en el auto. Era de madrugada y el sol apenas salía, la única forma de evitar gran parte del tráfico si deseaba avanzar rápido en su trayecto y llegar al aeropuerto a tiempo. No le entusiasmaba viajar en absoluto, pero las circunstancias no le daban otra opción. La Orden… Bueno, sus empleadores, le habían contactado hace no menos de tres días con información de interés. Al parecer -pero sin nada concretamente específico- existen menciones de avistamientos de una extraña criatura que había estado asustando a un par de pueblos cerca del mar. Los datos arrojados decían que podía ser una bruja (que era lo más común) o bien, algo más peligroso y salvaje que podría llegar a ser molestia si no se controlaba.

    Si bien, hubiera sido lo habitual ignorarlo porque no hay nada que confirme expresamente la existencia de algo, los policías que se encargaban de cuidar esa zona habían logrado tomar fotos y pruebas que no se podían negar. La posibilidad de que existiera algo que pusiera en peligro a las personas de esa zona fue suficiente para que enviaran a alguien a ver qué pasaba. Ahora bien ¿Por qué había sido él precisamente? Simple: Gracias a un inepto compañero suyo, se había quedado sin material de trabajo. Durante una prueba para un nuevo antibiótico usaron la última especie capturada. Como era en las instalaciones de la Orden, tuvo que trabajar con otro científico más 'experimentado'. ¡Ja! Le había advertido que a su objeto de estudio no se les tocaba directamente porque se ponían nerviosos y lo mejor sería sedarlos con lo que tenían, pero la advertencia fue ignorada y la criatura en un descuido había tirado algunos frascos con los medicamentos de la prueba. La consecuencia fue una queja ante los superiores y la inmediata ejecución de la criatura.

    Frederik estaba furioso, por supuesto. ¡Toda la investigación al carajo por culpa de un idiota sabelotodo! Si tan solo lo hubiera escuchado… Y es por eso que ahora se encontraba de camino hacia la costa de Gales, específicamente Smalls y aledaños ya que por esa área es donde se había registrado la última pista. Frederik había solicitado que le permitieran viajar personalmente para poder capturar al espécimen con vida y estudiarlo con el fin de evitar que los recursos invertidos en la anterior investigación no se perdieran y aunque al principio la Orden no estaba segura de aceptar, cuando metió el tema del dinero, casi fue un sí instantáneo. Uhm, avariciosos. Aunque claro, le pusieron sus condiciones; como por ejemplo, el que iría custodiado por un par de policías y que debía informar en todo momento lo que hacía. Como fallara en algún reporte, iban a cortarle los fondos. Ese mismo día pasó a reservar su vuelo y dejó todo arreglado en la mansión.

    ‘Es por el bien de la investigación’ se dió ánimos cuando llegó al aeropuerto y observó con bastante desagrado aquel montón de gente empezando a sentir una sensación de nudo en la boca del estómago.

    Sí, era por su pasión que estaba a punto de viajar a ese lugar olvidado por Dios. Si es que hubiera un Dios en primer lugar.

    (*)



    Sintió que le empujaban ligeramente del hombro. Se quejó murmurando incoherencias antes de poder despertarse del todo. Duró unos momentos en los que su cerebro volvía a la realidad y se ubicaba, recordando exactamente donde estaba. Era en el avión, ya habían aterrizado al parecer. 18 horas después y un par de medicamentos para dormir, habían ayudado a Fred a soportar tan tedioso viaje. Fue en realidad su asistente quien lo despertó para bajar del transporte. Se enderezó quejándose de un dolor en el cuello por haber dormido en una dudosa postura. Un par de segundos fue lo que le tomó recuperarse por completo.

    —Bienvenido, doctor Stone. Espero que el viaje haya sido de su agrado.

    Al bajar, un hombre en sus 50 tal vez, vestido con el uniforme característico del país ya lo estaba esperando. Era su contacto directo con la seguridad de este lado del continente y quien estaba liderando la situación aquí mientras él llegaba. Fred arrugó su nariz e ignoró la mano que le era extendida empezando a caminar hacia la salida del aeropuerto. Fue su asistente quien saludó al Oficial en su lugar dejando al hombre algo confundido y medio avergonzado, pero bueno, el científico no vino para hacer amigos y no le interesaba socializar.

    —Imagino que ya le fue notificada la razón de mi presencia aquí. Así que apreciaría no dar más vueltas al asunto e ir directo al grano, Oficial. El tiempo es preciado en estas situaciones.

    —Eh… S-Si. Por supuesto, Doctor.

    Y mientras se dirigían al destino, el Oficial cuyo apellido no recordaba de hecho, le explicó cómo estaban manejando la situación. Se iban a instalar en un hotel perteneciente a la Orden y que, al menos para la parte de la instalación del equipo, estarían en un área especial, propiedad privada y bien equipada hay que aclarar. Para no asustar a los habitantes, se les había informado que el Ministerio de Salud del país estaba haciendo operativos en algunas zonas aledañas al mar, debido a que quería llevar control de cómo estaban afectando los insecticidas al mar. Todo, en resumen; era un montón de -y perdonen la palabra- mierda, que lo único importante era que al final esto iba a servir como tapadera para no generar sospechas y que les permitiría andar por los terrenos y costas sin que les pregunten o generen pánico innecesario.

    Acostumbrado a que la organización tuviera tanto control tras el telón, no le sorprendió que lograran montar un operativo así, el poder que tenían era asqueroso. Pero bueno, él también estaba beneficiándose de esto, así que no se iba a quejar. Lo siguiente fue un aburrido papeleo y tediosas presentaciones del resto de oficiales de los que podía hacer uso. Por supuesto, su saludo fue una tétrica sonrisa mientras les aseguraba que cómo no le obedecieran y siguieran sus instrucciones, iban a ser ellos sus quienes probarán los nuevos venenos. Posterior a eso, ¡Finalmente habían llegado al centro de investigación! El pueblo era sencillo y menos desarrollado que la Capital por supuesto. Poca población, un acceso difícil si no se es un pueblerino y los edificios eran en su mayoría casas y amplias zonas para cultivo, también había mercados y tiendas artesanales. Su economía se basaba en la agricultura y pesca gracias a que estaba cercano a la costa lo que quería decir que el aire era espeso y agotador. En realidad, reunía las condiciones adecuadas para que un espécimen no humano habitara. Eso había animado a Fred bastante.

    —Entonces, ¿Dónde dicen que fue el último avistamiento? —Preguntó ya habiéndose acomodado

    —Aquí. Este pequeño paso. — El Oficial le mostró la sección en el mapa. Era un pequeño terreno boscoso que servía como división entre dos fincas dedicadas a la agricultura.

    —Mhm. Lo mejor será ir a inspeccionar el relieve. Si algo pasó por ahí, debe haber dejado huella. En especial si es animal, suelen marcar territorios y si esas dos granjas le han servido como fuente de alimento, es probable que regrese constantemente. Es un buen lugar para comenzar a buscar siendo el último punto registrado. —Se enderezó y observó a los demás. —Hay que preparar el equipo y partir inmediatamente.

    Y tal como se acordó, Fred iba a liderar esta investigación y se encargaría él personalmente de asistir al lugar y revisar con ojo crítico las supuestas pistas. Sabiendo que en este mundo las leyendas sobre criaturas eran más que historias para asustar a los niños, no iba a dejar pasar esta oportunidad.

    SPOILER (click to view)
    Hi!
    Al final decidí usar un pueblo semi-ficticio(? Básicamente usé la ubicación del Faro de la película 'El Faro' de Robert Eggers. Me gustó por que creo que dado lo que sucede en la película, ese faro es perfecto para ser embrujado y habitado por Kalevi x'D
    Ah, también a Fred le dicen doctor, pero no por que lo sea(?) si no porque su nivel de estudios es Doctorado.
    ¡Espero sea de tu agrado!
  15. .

    stitch-hola



    ¡Hola Mary!
    Bienvenida a este bonito rinconcito ¡Espero disfrutes tu estadía aquí! Y te diviertas curioseando por las secciones o conociendo a otras usuarios, los cuales también son muy amables.

    ¡Saludos!
7241 replies since 31/10/2012
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