Shogun MarAce (entre otras) Nc-17

(MarcoxAce MihawkxZoro ShanksxLuffy KiddxLaw)

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  1. Sylvers Jusace
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    Con este me salto el orden pk es el ultimo k empece XD pero como tiene seguidores k lo leen en el otro y es el k mas activo tengo tmb lo subo aki. Es un MarcoxAce pero tiene tres parejas sub-principales, MihawkxZoro, ShanksxLuffy y KiddxLaw se situa en el periodo Edo, un periodo que me encanta *o* y sin mas tardar, subo de nuevo el primer capitulo XD


    Shogun, Capitulo 1


    Japón, período Edo (1600 – 1868) Una vez finalizada la batalla de Sekigahara, donde se enfrentaron dos Daimyos de elevada categoría, Sengoku y Gol D Roger, obteniendo la victoria este último y por lo tanto ostentando el título de Shogun, el cargo máximo en la política japonesa del periodo Edo, por debajo del emperador. Así pues, el Shogun Gol D Roger instauró unas reformas en la posición de los feudos y peligran algunas posiciones de determinados nobles o Daimyos de elevada importancia.
    Por eso, dos familias se han reunido en el palacio de uno de los nobles de mejor posición, el noble Edward Newgate Barbablanca, Daimyio Shinpan es decir, que tenía relaciones directas con el Shogun, cuya posición de noble no se ve en peligro. Sin embargo, la familia Monkey veía peligrar su título, ya que su rango de Daimyo era Tozama, lo que quería decir que era un antiguo enemigo de Roger y luchó en el bando de Sengoku, pero una vez acabada la guerra se unió al Shogun Roger. Ahora, el cabeza de la familia Monkey, ha recurrido a Barbablanca en busca de ayuda.
    Los dos cabezas de familia estaban reunidos en el castillo de Edward. El señor del castillo, Barbablanca, un hombre alto, corpulento, ojos pequeños y oscuros, rostro serio y un gran bigote blanco. Y el invitado de honor, Monkey D Garp, un hombre más bajito que Barbablanca, pelo canoso haciendo juego con su bigote y su barba. Con ellos se encontraban los niños de cada familia vestidos con quimonos, en la de Barbablanca había dos niños y una niña, los niños se parecían un poco, los dos eran rubios y tenían los ojos oscuros, pero en sus rostros había expresiones diferentes. En el mayor, no había ninguna emoción, solo se limitaba a mirar al frente con el entrecejo fruncido, el pequeño miraba a su alrededor con curiosidad, memorizando cada detalle de la sala donde se encontraba. Los dos niños tenían diez años, y la niña, ocho. Esta tenía un cabello largo y sedoso que le llegaba a la cintura, y era de un azul claro, contrastando con el negro de sus ojos. Vestía con un shiromoku de colores pálidos y un obi oscuro, la vestimenta típica para un compromiso de matrimonio.
    Los niños Monkey eran dos, el mayor rondaba los siete años y su cabello era de color azabache, como también lo eran sus ojos. En sus mejillas sonrojadas descansaban varias pecas, y su rostro era serio, aunque se atisbaba cierto aire de tristeza. El pequeño, de unos cuatro años, se miraba las manos con una sonrisa en la cara mientras pensaba en hacer un castillo de arena. Era muy parecido a su hermano mayor, moreno y de ojos negros, pero a diferencia de este, el menor era un puro nervio. Detrás de cada familia se encontraban los guardaespaldas, en la familia Barbablanca habían tres, uno para cada niño, y en la familia Monkey solo había uno.
    Después de hacer las formalidades necesarias de cortesía, Barbablanca fue directo al grano
    - Bien Garp… ¿A que se debe tu visita? – preguntó aunque ya sabía el motivo
    Garp carraspeó y respondió sin rodeos.
    - Vengo a proponerte una unión entre nuestras familias – respondió el anciano sin tapujos.
    Barbablanca no se sorprendió.
    - Entonces esperas que alguno de tus nietos se case con mi hija… ¿Cierto?
    - Si – admitió Garp. Después le hizo una seña a su nieto mayor – Ace, acércate.
    El mayor se levantó, caminó con paso firme hasta llegar al lado de su abuelo, se sentó de rodillas y se inclinó profundamente. Barbablanca miró a su única hija y le dijo.
    - Bay, por favor, acércate.
    La niña obedeció, y se arrodilló al lado de su padre igual que había echo Ace, luego, junto sus dos manos frente a ella e hizo una reverencia.
    - Mi nieto mayor, Monkey D Ace, él será quien se prometa con tu honorable hija. ¿Estas de acuerdo?
    - Si – respondió Barbablanca – estoy de acuerdo. Bay, hija mía, muéstrale tus respetos a tu prometido.
    - Si padre – respondió la niña con una voz clara
    La pequeña miró con sus ojos negros a su prometido, quien la miraba con tristeza, esta se dio cuenta y lo miro de la misma manera, ninguno de los dos quería ese compromiso, pero habían de aceptarlo quisieran o no. La peliazul volvió a inclinarse para decir
    - Es un honor para mí ser su prometida, señorito Ace.
    El niño correspondió a la inclinación y contestó.
    - No, el honor es mío señorita Bay. Tenerla como prometida es más de lo que podía pedir.
    Ninguno de los dos sentía de verdad las palabras que acababan de decir. Cuando Ace levantó la cabeza, se encontró con dos ojos negros que lo miraban con odio, era el mayor de los hijos de Barbablanca. En el rostro de Ace apareció un sonrojo, esos ojos negros… aunque lo miraran con odio… le gustaban, se fijó más en ese chico, rubio… poquito pelo… mirada penetrante… sintió como esos ojos lo atraían y a la misma vez lo inundaba de miedo y odio.
    - Niños – dijo Garp – id fuera, el señor Barbablanca y yo hemos de hablar de asuntos de adultos.
    - Si abuelo – dijo Ace.
    Ace se reverenció y le echó una mirada al niño rubio, después se giró hacía su hermano, quien lo miraba alegremente, lo cogió de la mano y lo sacó de la habitación, seguidos de su guardaespaldas. Una vez en el pasillo, vieron como los tres hijos de Barbablanca salían también junto a sus guardaespaldas.
    - Ace ¿Qué es lo que ha pasado? – preguntó el menor tirando de la manga a su hermano.
    El mayor dudó en que contestarle. Después, poniendo una mano en la cabeza del pequeño contestó
    - Me he prometido con esa niña para que nuestra familia este bien. ¿Entiendes Luffy?
    - No, no lo entiendo. ¿Qué es prometerse?
    Ace sonrió y contestó acariciándole la cabeza.
    - Lo entenderás cuando seas más grande
    - Oye, tu – se escuchó detrás de Ace
    El moreno mayor se giró para ver quien le había hablado de esa manera, su corazón se sobresalto cuando vio al niño que lo miraba con odio delante de él.
    - ¿Qué quieres? – preguntó Ace suavemente
    En un rápido movimiento, el niño agarró del cuello del quimono a Ace, el guardaespaldas de Ace y Luffy se llevó la mano hacía la katana que llevaba encima mirando al guardaespaldas del niño de manera desafiante con sus ojos dorados.
    - No te acerques a mi hermana – dijo el niño rubio con acidez.
    - Marco – dijo Bay – suéltalo, es mi prometido
    El niño, Marco, no hizo caso de la petición de su hermana, solo se dedicaba a mirar al moreno con odio, Ace le aguantaba la mirada fascinado. El guardaespaldas de Marco, un hombre alto y corpulento, pelo oscuro y corto, ojos pequeños y negros y una barba extraña, dividida en tres zonas de pelo oscuro, dijo con voz grave.
    - Señorito Marco, suelte al señorito Ace por favor.
    - ¡¡No quiero!! – gritó Marco
    - ¡Suéltalo! – dijo Luffy pegándole golpes al brazo de Marco
    - ¡Oye! – dijo el mediano de los niños de Barbablanca yendo hacía Luffy - ¡No pegues a mi hermano mayor!
    El guardaespaldas de este, un hombre alto y fuerte, moreno de pelo rizado y un bigote ancho, cogió a su señor y lo retuvo. Los guardaespaldas estaban tensos, dispuestos a atacar ante cualquier agresión seria, sin importar mucho a quien de la otra familia podían herir. El guardaespaldas de la niña, un hombre con un moño de pelo oscuro y un quimono rosa, se adelantó dispuesto a acabar con todo el asunto.
    - Por favor señores – dijo con voz clara – si no les importa, les pediría que se fueran.
    - Con mucho gusto – respondió el guardaespaldas de Ace y Luffy – si su señorito Marco le quitara las manos de encima a mi señorito Ace – añadió con tono gélido.
    - Jozu… - dijo el hombre del quimono rosa.
    - Señorito Marco – dijo Jozu con voz autoritaria – suelte al señorito Ace
    Marco obedeció de mala gana. Soltó a Ace y se volvió con sus hermanos, abrazando a su hermana pequeña posesivamente y sin apartar la mirada del moreno.
    - Vámonos – dijo el guardaespaldas quitando la mano de su katana negra.
    - ¿Adonde Mihawk? – preguntó Luffy cogiéndose al quimono dorado de este.
    - Esperaremos a su abuelo en el jardín, si les parece bien – respondió Mihawk
    - ¡Si! – dijo Luffy – vamos Ace, dejemos a esos tontos – y les sacó la lengua
    - Señorito Luffy, eso no se hace – lo regañó Mihawk
    Ace miraba a Marco fijamente, luego, su hermano lo cogió de la mano y se lo llevó a rastras, siguiendo a Mihawk. Solo apartó los ojos del rubio cuando hubo doblado la esquina y no podía verlo.

    - Entonces… tanto tu como yo saldremos beneficiados ¿cierto? – preguntó Barbablanca bebiendo de su tacita de sake.
    - Si – respondió Garp – juré lealtad al Shogun Roger, y mantendré mi juramento a cualquier precio. Si unimos a mi nieto con tu hija, nuestras familias se verán respaldadas la una con la otra contra cualquier contratiempo.
    Barbablanca apuró su tacita de sake e hizo un movimiento para que una de sus criadas volviera a llenarla.
    - Pero tu eres un Tozama… - empezó Barbablanca
    - Pero gozo con la gracia del Shogun Roger – cortó Garp – en tiempos antiguos, era su enemigo, ya que mi lealtad se centraba en mi difunto señor Sengoku. Ahora, soy leal al señor Roger y por ello te he propuesto este compromiso, porque él también confía en ti, así, se asegura de darme una posición mejor y unir las dos familias.
    Barbablanca apuró de nuevo su taza
    - El compromiso no es oficial todavía… - dijo – lo será cuando tu nieto cumpla los diecisiete ¿estás de acuerdo?
    Garp asintió con la cabeza.
    - Entonces se hará totalmente formal y todo Edo lo sabrá, hasta entonces, esto es entre nuestras dos familias – continuó Barbablanca – Entonces… Me jurarás fidelidad a mí también tal y como yo te la juraré a ti… y los dos serviremos al Shogun Roger.
    El anciano de la familia Monkey volvió a asentir, bebiendo de su tacita.
    - Diez años… es lo que hay que esperar… - siguió Barbablanca – brindemos para que en diez años todo continué como hasta ahora y no salga ningún improvisto…
    Hizo un movimiento con la mano y la criada llenó su tacita de sake y la de Garp, después, los dos la tomaron entre sus manos.
    - Brindemos por este maravilloso día y por nuestro Shogun – dijo alzando la tacita.
    - Y por un futuro unido y prospero – completó Garp
    Los dos chocaron suavemente sus tacitas y bebieron su contenido de un trago, sellando la promesa de la unión entre las dos familias en un futuro gracias a los dos niños.

    Luffy y Ace esperaban junto a Mihawk en la puerta principal del castillo de Barbablanca, el pequeño corría de un lado para otro intentando coger mariposas y el mayor miraba el suelo con los brazos cruzados. Todavía intentaba asimilar lo que acababa de vivir en la habitación del castillo, en menos de unas horas, había llegado al enorme castillo, se había prometido con una chica que no conocía de nada y el hermano mayor de esta lo odiaba con toda su alma, aunque él no podía sentir lo mismo hacía él. El niño… Marco, lo había dejado fascinado y no sabía el porque, podría ser admiración, o interés por esa frialdad que había demostrado y de la cual él carecía.
    - Señor…
    La voz de Mihawk lo sacó de sus pensamientos, alzó la cabeza y vio como su abuelo llegaba hasta ellos, Luffy fue corriendo hacía él y se lanzó a sus brazos.
    - ¿Ya acabo señor? – preguntó Mihawk
    - Si, ya podemos volver a casa Mihawk – contestó el anciano cargando a Luffy en brazos
    Mihawk se reverenció y siguió a su señor hasta los caballos, Garp montó en un corcel blanco, Mihawk subió a los dos niños en uno marrón oscuro y después él subió en otro marrón.
    Salieron al trote del castillo de Barbablanca, sin volver la vista atrás, pasaron por el pueblo principal que gobernaba Barbablanca y se dirigieron a los campos de cultivo, en dirección al bosque. El pueblo que descansaba a la falda del enorme castillo de Barbablanca se dividía en categorías, las casas más pegadas al castillo eran las más ricas, y eso se notaba, tenían pequeños jardines y todo estaba pulcramente cuidado. Después se encontraba la zona de comercio, donde se veían calles de diferentes gremios, el artesano, el carpintero, el verdulero… también se encontraba en la zona este del pueblo, la casa de las Damas de Sauco, donde los hombres iban a divertirse con las damas. Al límite del pueblo, se encontraban las casas más pobres, y más allá, empezaban los campos de los agricultores, donde se podían ver enormes plantaciones de arroz. Las tierras de Barbablanca producían mucho arroz y eso generaba bastante dinero (o Kokus) pero a la misma vez, pagaban impuestos altísimos, que se satisfacían con parte de la cosecha, a veces, se daba incluso el 40% de la cosecha.
    Garp, Mihawk y los dos niños traspasaron los campos de arroz y llegaron al límite del bosque, había caído ya la tarde y los dos pequeños empezaban a sentir molestia en sus cuerpos a causa del galope del caballo, pero aún así, no se quejaron para nada. El estómago de Luffy rugía de hambre, ya que no habían parado ni siquiera para comer.
    - Tengo hambre… - se quejó en voz baja para que no lo oyeran ni Mihawk o su abuelo
    - Aguanta – le dijo Ace cariñosamente, apretando una de las manos de su hermano.
    Luffy asintió con la cabeza y siguieron galopando por el bosque hasta que de pronto, Garp paró en seco su caballo, Mihawk también paró y los niños lo intentaron, pero Mihawk tuvo que agarrar las riendas del caballo de los niños para que no siguieran galopando.
    - ¿Qué ocurre señor? – preguntó Mihawk
    Garp desmontó de su caballo y se dirigió a unos matorrales que acababan de pasar, se agachó, y pareció que recogía algo del suelo. Cuando se giró hacía los demás, llevaba un bulto en los brazos.
    - ¿Qué es abuelo? ¿Qué es? – preguntó Luffy impaciente
    Cuando Garp hubo llegado les enseñó lo que era, un niño de unos cinco años inconsciente y herido. Su cabello corto era de un color verde precioso y sus ropas estaban rasgadas y manchadas de sangre, por su cuerpo y por su cara habían heridas y moratones, saltaba a la vista que algo malo había pasado con ese niño, aunque las ropas que vestía estaban llenas de barro, sangre y rotas, se veía que era buena, posiblemente de alta cuna.
    - ¿Qué va a hacer con él señor? – preguntó Mihawk mirando al niño
    - Llevarlo al castillo – dijo Garp - ¿puedes llevar al niño contigo Mihawk?
    Este asintió con la cabeza y Garp puso al niño delante de Mihawk, apoyando su cabeza en el pecho del guardaespaldas. Luego volvió a montar sobre su caballo y reanudaron la marcha.
    Mihawk cabalgaba con cuidado para no hacer más daño al niño que llevaba con él. Le echó una mirada rápida, pero sin darse cuenta se lo quedo mirando, el niño parecía que durmiera placidamente apoyado en él, su cuerpo era pequeño y cálido, y aunque estuviera manchado de sangre y herido, a Mihawk le pareció un niño muy guapo. Se obligó a mirar al frente y despejar la cabeza, pero no podía evitar mirar al crío de vez en cuando.
    Les llevó día y medio regresar al castillo de los Monkey, para entonces, el niño todavía no había despertado, pero lo hizo al día siguiente. El niño se mostraba reacio a cualquier contacto con alguno de ellos, aunque como mínimo descubrieron como se llamaba, su nombre era Zoro.

    Y aqui acaba, este es el primer capitulo y es mas o menos introductorio, en el siguiente, crecen XD espero k os guste y gracias por leer^^

    Edited by Sylvers Jusace - 22/11/2011, 18:14
     
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