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Sylvers Jusace
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Ilaila: bueno, li siento mucho de verdad po tener que subirlo todo de nuevo, pero no fue decision mia cerrar el otro foro.... espero que te guste esta historia^^
Sarpuri-san: si, desde el principio... de verda que lo siento, en el otro foro me quede con 10 capitulos subidos y no creo que vuelva a subir mas en el otro... asi que cuando lleguemos al 10 aki, pondre el 11 ya directamente en este
Yoru: si te gusta si, a releer desde el principio XD sino, pues no se XD
Yaoi-life: me alegro de que este fic te enganchara^^ y lamento que tenga que ser "Otra vez"
Alix-chan: que alegria verte por aqui Alix-chan^^ espero no defraudarte con este fic^^
Taka: XD ya lo sabemos es que Garp tiene el "Marimo-radar" XD aunk en mi imaginacion, sencillamente lo vio de refilon, y paro XD Actualizar este en el otro foro no creo k lo aga mas... de verdad que lo siento... y me alegro de que disfutes con Mihi de joven XD
Y ahora el capitulo 2 al final pondre mis super comentarios del otro foro k me gustan mucho XD
Shogun Capitulo 2
El tiempo fue pasando poco a poco, mes tras mes, y año tras año, hasta que finalmente pasaron los diez años acordados. Los niños Monkey fueron dejando la niñez en el pasado y se fueron convirtiendo en unos adolescentes, Ace, había llegado ya a la edad de los diecisiete años, la edad la cual no quería llegar a ningún precio. Su pelo había crecido un poco y su cuerpo se había vuelto más musculoso, por lo demás, seguía teniendo sus ojos negros como la noche y sus pecas no habían desaparecido o se habían aclarado. Luffy, ahora con catorce años, seguía siendo igual de alegre que siempre, iba de un lado para otro del castillo diciendo que tenía que hacerse más fuerte que su hermano Ace. Su guardaespaldas, Mihawk, si que había cambiado, ya no era el muchacho de diecisiete años de antaño, ahora era un hombre echo y derecho, se había fortalecido y sus ojos se habían vuelto todavía más aterradores que cuando era joven, ahora contaba con veintisiete años y era el mejor guardaespaldas que podía haber en todo Edo. El que también había cambiado era el pequeño Zoro, con quince años su cabello seguía siendo igual de corto e igual de verde que cuando lo encontraron, pero la actitud en verso a los del castillo Monkey había cambiado al cien por cien. Por lo general, Zoro era un chico serio y se mostraba indiferente a muchas cosas de las que sucedían a su alrededor, pero quería a los dos niños Monkey, a Ace por su paciencia y comprensión, y a Luffy por su alegría y su sonrisa. Garp decidió que Zoro se quedaría con ellos, y muchas veces intentó que el pequeño le contara que fue lo que le paso para que lo encontraran en aquel estado, pero Zoro no recordaba prácticamente nada, solamente fuego y risas. Aprendió, gracias a Mihawk, el arte de la espada, y este se convirtió en su maestro, el cual lo entrenó duramente hasta que su manejo con la espada fue tal, que Garp designó a Zoro como guardaespaldas, junto a Mihawk, el mayor sería el guardaespaldas personal de Ace, y Zoro el de Luffy.
Un día de enero, cuando Ace ya tenía los diecisiete años, Garp se encontraba de pie en una de las habitaciones principales del castillo, mirando por la ventana hacia su pueblo, Fusha. Detrás de él, arrodillado en el suelo, había un hombre de unos veinticinco años, complexión musculosa y aire misterioso. Finalmente el anciano empezó ha hablar.
- Durante estos diez años tú y tus aliados habéis estado trabajando fielmente para mi familia, y nunca habéis fallado en lo que os he pedido…
- Es mi deber – dijo el hombre con una sonrisa
El anciano se giró hacía su invitado.
- ¿Has descubierto algo sobre la posible familia de Zoro?
La sonrisa del individuo desapareció del todo dejando pasar a una expresión dura.
- No señor, lo lamento
Garp suspiró, después volvió a mirar por la ventana. Luego hizo una seña y una mujer joven con el pelo verde recogido en una coleta y vestida con un quimono verde y un obi rojo entró en la habitación, se arrodilló haciendo una inclinación y dijo.
- ¿Qué desea señor Garp?
- La ceremonia para oficializar el matrimonio de Ace y Bay se celebrará dentro de poco… ¿Has recibido alguna invitación o mensaje de Barbablanca?
- No señor, todavía no – respondió la joven
- Gracias Makino – luego el anciano volvió a mirar a su invitado – si el mensaje no llega en un par de días, envía a alguien de tus hombres a ver que es lo que ocurre en el castillo de Barbablanca
- Como ordenéis – contestó el individuo.
- La ceremonia a de llevarse a cabo si o si – prosiguió Garp – y Barbablanca no es de los que rompen una promesa, si se ha comprometido lo hará a cualquier precio, por lo tanto, si no recibimos mensaje alguno es que algo ha pasado…
- Señor – cortó el invitado – uno de mis hombres asegura haber visto movimientos en una familia…
Garp agudizó el oído
- ¿Qué familia? – preguntó
- Todavía no sabemos que familia es, lo que llegó a los oídos de mi hombre son meros rumores.
Eso preocupó a Garp, aunque fueran rumores eran preocupantes. Desde que el Shogun Roger murió a causa de una enfermedad, el país se había visto en la cuerda floja, pues no había heredero para sucederle en el trono, y muchos Daimyos codiciosos ambiciaban el título de Shogun.
- Confírmame cuanto antes si los rumores con ciertos y si lo son, descubre que familia es – dijo Garp
- Como digáis
- Makino
- ¿Si señor?
- Estate pendiente de si llega el mensaje, en cuando lo haga, me lo traerás enseguida.
La joven echó una mirada rápida al invitado, este le sonrió levemente y luego la chica dijo
- Como deseéis
- Bien… - dijo el anciano suspirando – podéis retiraros
Makino se inclinó y después se levantó para salir por el shoji de papel, cerrándolo tras ella con cuidado. El invitado se levantó y se dirigió también a la puerta, se giró a mirar al anciano y después salió cerrando la puerta tras él, en el pasillo estaba Makino, de pie, mirándolo fijamente. El invitado, con expresión seria, le habló a la chica.
- Hemos de hacerlo todo a la perfección, y no admito errores o fallos
- Lo se, señor – contestó la chica con el rostro serio
En el jardín del castillo de los Monkey, Luffy practicaba con su hermano en una pelea cuerpo a cuerpo, pero aunque el menor se esforzara todo lo que podía, no era capaz de ganarle a Ace, este esquivaba todos los ataques con una rapidez asombrosa. En uno de los puñetazos que Luffy intentó darle a Ace, este lo cogió del brazo, se dio media vuelta y, apoyando el cuerpo del pequeño en su espalda, lo hizo volar por encima de él, haciendo que Luffy cayera de espaldas en el suelo.
- Si alguien te coje de esta manera – dijo Ace – lo que podrías hacer es darle en la pierna con un pie para que pierda el equilibrio y caer encima de tu oponente
Luffy lo miraba desde el suelo con unos morros de niño pequeño, se levantó, se sacudió su quimono y luego intentó abalanzarse sobre Ace, este solo tuvo que apartarse a un lado para esquivar a su hermano pequeño.
- ¡¡Ace déjame pegarte!! – gritó Luffy empezando a enfadarse
El mayor sonrió y luego extendió los brazos hacía su hermano.
- Dame un abrazo… - dijo Ace caminando hasta Luffy y sonriendo anchamente
- ¡¡¡NOOO!!! – gritó Luffy huyendo de su hermano - ¡¡Ya me conozco tus abrazos mortíferos!!
- ¡Ven aquí! – le dijo Ace corriendo detrás de él.
Luffy empezó a correr por el jardín huyendo de Ace, aunque los dos fueran unos adolescentes, aún seguían teniendo una parte de críos y varias veces la sacaban a la luz. El pequeño llegó hasta la puerta principal del castillo, se giró para ver donde estaba su hermano y, al verlo detrás de él, aceleró la marcha tropezando con alguien y cayendo al suelo los dos.
- ¡Luffy! – dijo Ace llegando hasta su hermano - ¿Estas bien?
- Au… mi culo… - se quejó Luffy
La persona con la que había chocado se levantó, se apretó más la capa y la capucha que llevaba y se dispuso a irse sin más, pero Luffy lo agarró de capa que llevaba el hombre
- ¡Espere!
El hombre de la capa se echó todavía más hacía delante la capucha que llevaba puesta, evitando que se le viera algo de la cara.
- ¿Se encuentra bien? – preguntó Luffy - ¿Le he hecho daño?
- No – respondió el hombre
Luego se giró y se fue con paso ligero hacía un caballo negro que había en la puerta principal.
- ¡Pero que borde! – dijo Luffy levantándose - ¿Quién sería?
- No lo se – respondió Ace – Quizá sea una de las personas que visitan al abuelo de vez en cuando… ¡Ven aquí! – dijo de repente y se abrazó a su hermano
- ¡No, suéltame! – gritaba Luffy
- ¡¡Señorito Ace!! ¡¡Señorito Luffy!! – dijeron dos voces
Los dos se giraron a ver quien los había llamado. Dos jóvenes se acercaron a ellos corriendo, una de ellas era un poco más alta que la otra, de pelo corto y anaranjado, en sus ojos castaños había un enfado descomunal, vestía un quimono con en decorativo de mariposas amarillas y un obi dorado, por su cuerpo y su cara, aparentaba sus quince años. La otra era más bajita y más joven que la primera, su cabello era largo y azulado, recogido en una coleta con una pinza de jade verde, sus ojos eran lila oscuro, su quimono era azul oscuro con flores blancas y un obi plateado, su aspecto le daba un aire de mujer que no tenía a sus trece años.
- ¡¿Por qué demonios se van así por las buenas?! – gritó la pelinaranja
- Nami… - dijo la más joven de las dos en tono apaciguador – así no se les habla a los señoritos…
La chica, Nami, se apaciguó un poco al oír las palabras de su compañera. Luego llegaron donde estaban los dos jóvenes y Nami puso los brazos en jarras.
- Señoritos, no pueden irse así como así y sin avisarnos. ¡¿Y si les pasa algo?!
- Oh Nami… - dijo Ace - ¿Ni siquiera podemos jugar un poco Luffy y yo?
- Yo no digo que no jueguen, ustedes sabrán lo que hacen, solo que no se vayan sin avisar
- Nami… no les faltes al respeto… - dijo la otra
- ¡Vivi ya lo se! – gruño Nami – pero es que me sacan de quicio…
Los dos jóvenes sonrieron, y desde la puerta principal, sobre el caballo negro, la figura de la capa miraba la escena con interés.
- No falléis… - dijo en un susurro
Después hizo girar al caballo y lo espoleó, saliendo al galope por el camino de tierra en dirección al pueblo.
En el castillo de Barbablanca, el cabeza de familia hablaba con su hija, Bay, una adorable muchacha de extraordinaria belleza, sus cabellos largos y azulados se recogían en un moño con dos mechones sueltos alrededor de la cara, vestía un quimono blanco con los bordes de las mangas azulados y un obi azul oscuro.
- La ceremonia que hará oficial tu compromiso se celebrara el mes que viene – dijo Barbablanca – entonces, se decidirá que día es el enlace.
- Si padre – dijo Bay ocultando su tristeza.
Barbablanca hizo una señal y entró un joven castaño y de ojos azules, llevaba el uniforme de mensajero.
- ¿Señor? – preguntó
Barbablanca se giró y cogió un sobre marcado con su sello, le indicó al mensajero que se acercara y este obedeció
- Haruta – dijo Barbablanca – esta carta debe llegar lo antes posible al castillo de la familia Monkey, no admite más demoras y protege esta carta con tu vida.
- Si, señor – dijo Haruta.
- Júralo – dijo Barbablanca
- Lo juro por mi vida señor – contestó Haruta seriamente
El mensajero cogió la carta y la guardó dentro de su uniforme, luego se inclinó y salió disparado a cumplir con lo que su señor le había dicho. Barbablanca miro la cara triste de su hija.
- Bay, cariño. Esto es por el bien de la familia y del país – dijo con voz suave
- Lo se padre – respondió Bay
- Entonces… ¿Por qué estas triste hija mía?
- No lo estoy – mintió Bay – Considero que casarme con el señorito Ace es un honor demasiado grande para mí.
Barbablanca suspiró con tristeza, después apuró su taza de sake y le hizo una seña a Bay para que se acercara a él, después, la abrazó suavemente.
En la puerta de la habitación, Marco se descruzó de brazos y se despegó de la pared cuando vio salir a Haruta por el shoji de papel y lo siguió. No había cambiado prácticamente nada desde que era pequeño, salvo por que ahora tenía veinte años y una pequeña barbita en la mandíbula, dándole un aire más varonil.
- ¿Señorito Marco, donde va? – preguntó Jozu, su guardaespaldas
- Quiero asegurarme que el mensaje llega a su destino – contestó – ensilla mi caballo.
- Pero señor… - Jozu intentó replicar
- No admito contradicciones Jozu – contestó Marco.
- Si señor
Y Jozu desapareció para cumplir la orden de su señor. Marco siguió a Haruta, este se dispuso a coger todas las cosas que necesitaba para el viaje, al girarse, vio a Marco detrás de él. En su rostro apareció la sorpresa y empalideció.
- S-señorito… ¿Qué hace usted aquí?
- Vengo a acompañarte en tu viaje – respondió Marco
- ¿Por qué? – preguntó Haruta
- El mensaje que te ha entregado padre es de gran importancia, por lo tanto quiero asegurarme de que llega a su destino.
- E-esta bien señorito…
Haruta se fue recomponiendo del susto de ver a su señor detrás de él, casi nunca había tratado con los hijos del señor por eso se había puesto de esa manera. Cogió sus cosas y salió seguido de Marco hacía la puerta principal del castillo, donde los esperaba Jozu con el caballo de Marco y el suyo propio, por descontado, Jozu acompañaría a Marco. Era posible que cualquiera que los vea sospechara de que algo pasaba, pues uno de los hijos del señor iba junto a su guardaespaldas y un mensajero, pero Marco se negaba en rotundo a llevar escolta alguna, él sabía pelear muy bien, y no quería que nadie más lo protegiera a excepción de Jozu, en quien le confiaría la vida si fuera necesario.
Los tres subieron a sus caballos y partieron lo antes posible para entregar el mensaje, suficiente se había retrasado su entrega a causa de las lluvias que habían caído. Cabalgaban con rapidez, los castillos de los dos señores estaban separados por un día y medio de camino, y solamente pararon en las ocasiones de las comidas en diferentes pueblos en el camino. Allí, las gentes del pueblo los trataban con amabilidad, pues Marco empezaba a tener cierta fama de ser justo, leal y fiel, eso era normal, puesto que él sería el heredero de Barbablanca cuando este muriera, así que el viejo dejaba, a veces, que Marco decidiera temas de baja importancia y lo instruía.
En uno de los pueblos, concretamente donde cenaron, una mujer delgada, morena, de pelo largo y negro recogido en dos colas bajas, tenía una extraña nariz y era más fea que un cardo borriquero, les propuso de pasar la noche en la posada que regentaba.
- Sería un honor para nuestra humilde posada que alguien tan distinguido como vos, mi señor, pasara la noche aquí… - dijo con voz gatuna.
A Marco no le gusto el tono de voz que empleó la mujer, además, consideraba que lo adulaba demasiado, así que se negó en rotundo.
- No, proseguiré con mi viaje.
Miró a Jozu y vio como este sonreía orgulloso de él
- Pero señor – dijo Haruta con voz suave - ¿No sería mejor que descansarais? No debe ser bueno para vos el cabalgar sin descanso…
- Ya descansaremos cuando lleguemos a nuestro destino – contestó Marco
Este evitó pronunciar donde iban por posibles espías que hubieran o que los hubieran seguido.
- Como quiera… - aceptó Haruta.
La mujer miró a Haruta con cara de molesta, como si lamentara que el mensajero no hubiera insistido más, este se encogió de hombros, pagó lo que habían comido y así los tres reanudaron la marcha bajo las estrellas del cielo nocturno.
Diez años pasaron y en dos episodios e sacado un porron de personajes XD Haruta!!! aunk no os lo creais (eh Chibi) lo adoro, a Catalina no XD por eso le toco ser posadera XD ains... que estos kieren formalizar y yo no kiero k Ace se case con Bay.... se tiene k casar conmigo... XD y bueno, salio Makino *O* adoro a esa mujer, y como tiene relacion con Garp en el anime pues... XD ale ahiesta, aviso, el fic transcurre, es decir, k los personajes iran cumpliendo años, asi k iran creciendo XD al menos esa es mi idea XD
Me callo ya XD sus quiero y gracias por leer!!!!!!
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Shogun MarAce (entre otras) Nc-17(MarcoxAce MihawkxZoro ShanksxLuffy KiddxLaw) |
