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Sylvers Jusace
.User deleted
Yaoi-life: yo tambien me sentia poderosa cuando sabia quien era el encapuchado y vosotras no XD XD XD Lindos?? OMG!!! no puedo evitarlos hacerlos lindos!!!! *trauma* XD XD XD XD en fin asi es mas o menos como los veo XD asi que loe veo lindos XD
Katsumi: U/////////////U Dios que me sacas los colores.... aunk e de decirte que mu grande no soy XD no soy muy alta asi que... XD XD XD No te pongas de los nervios, que esto (y mas o menos lo que habeis leido en el otro foro) es solo el principio XD (10 capitulos y solo principio???O.O OMG!!! mi gran labia de escritura ataca de nuevo!!!! XD XD XD) Y bueno para escribir solo necesitas ideas (en algunos casos ideas locas como las de mi cabeza XD) y una buena escritura XD y por lo que tu en tu primer fic vas bien XD
Sarpuri-san: este fic... siempre que te veo comentar en el no puedo evitar recordar como tuve la idea para hacer este fic XD XD XD por eso me alegra tanto verte por aqui, aqui te traigo la conti, aunque ya la habeis leido...
Y ahora el capitulo... espero no aburriros con los parrafones que me salen ultimamente....
Shogun, Capitulo 4
Marco se encontraba en una de las habitaciones de invitados del castillo de los Monkey, tumbado sobre una confortable cama y con los brazos cruzados detrás de su cabeza, mirando el techo con expresión ausente. Estaba en casa de la familia que pronto formaría parte de la suya, pero se sentía como un extraño. Había querido asegurarse de que el importante mensaje llegaba a su destino sin ningún inconveniente, pero a la misma vez quería probarse a si mismo. Quería volver a ver al muchacho que pronto sería el prometido oficial de su hermana menor Bay, el recuerdo que tenía de él era el del pequeño niño tranquilo y parado que se dejaba atrapar y no hacía nada por defenderse, eso lo sacó de quicio cuando era pequeño y se le metió en la cabeza que ese niñito tonto no podía ser el prometido de su hermana, que Bay se merecía algo mejor que ese crío. Lo odio nada más verlo, ese bulto pequeño y de cabellos negros iba a llevarse a su adorada hermana pequeña de su lado y él no podría protegerla más. Por eso ahora quería ponerse a prueba, quería ver como reaccionaba cuando se plantara ante ese niño, “Ya no soy un crío, ahora he de aceptar las cosas tal y como vienen para poder suceder algún día a padre y sacar adelante a la familia con orgullo y honor. Así que cuanto antes te vayas acostumbrando a ese mocoso mejor que mejor, por que lo tendrás toda tu vida en tu familia y has de aprender a aceptarlo” pensó antes de partir del castillo donde vivía. En realidad le daba miedo encontrarse con ese niño, por que no sabía si podría controlarse o no, desde siempre había querido pegarle una paliza por comprometerse con su hermana, y eso era algo que no debía hacer. Y lo había conseguido, había pasado su prueba, había estado frente al niño y había mantenido la compostura, pero… en el momento en que el moreno apareció por el shoji de papel, Marco se había sorprendido al verlo. Se imaginaba que ese mocoso sería escuálido, no con ese cuerpo firme que había visto, que tendría una cara de mimado insoportable, pero en las facciones del moreno se empezaban a ver los rasgos del hombre en que se estaba convirtiendo, sus modales eran perfectos y en sus ojos negros vio firmeza, fuerza y alegría al mismo tiempo, no una mirada perdida y atontada como cuando era pequeño. Sintió ganas de retarlo a una pelea, quería ver cuan fuerte era, y si sería capaz de proteger a su hermana pequeña.
Se incorporó de la cama y vio a Jozu de pie y al lado de la puerta. Lo miró y le sonrió cálidamente, Jozu le devolvió la sonrisa a su señor, Marco adoraba a su guardaespaldas. Se levantó y se dirigió a la puerta.
- Voy a dar una vuelta por el castillo – anunció
- Lo acompañaré – dijo Jozu con determinación.
Marco asintió con la cabeza y luego preguntó extrañado
- ¿Dónde esta Haruta?
- Debe de estar con los sirvientes del castillo señor Marco.
Este asintió frunciendo ligeramente el entrecejo, sabía que Haruta nunca podía estarse quieto y siempre iba de un lado para otro, observándolo todo con un vivo interés y preguntando por todo cuanto veía, no era propio de un mensajero esa actitud, pero todos los de la familia Barbablanca estaban acostumbrados a su manera de ser. Salió de la habitación don de estaba, seguido de Jozu, y empezó a vagar por el castillo, buscando algo que hacer.
En el jardín del castillo, debajo de algunos cerezos sin florecer se encontraban seis personas, los dos jóvenes Monkey, sus dos guardaespaldas, y sus dos damas de compañía. Ace se encontraba leyendo un libro, a su lado, su dama Vivi le hacía compañía mientras observaba curiosa como Luffy y Mihawk se batían en duelo con espaldas de bambú. Zoro se encontraba al otro lado de Ace, mirando también como los dos peleaban, aunque mayormente su vista se posaba en la de su maestro, y al otro lado de Zoro, se encontraba Nami, la dama de Luffy mientras hacía cálculos del dinero de sus señores.
Mihawk dio un giro rápido esquivando un espadazo de su señorito y con su espada de bambú le dio a Luffy en el hombro.
- Touché – dijo Mihawk con media sonrisa.
- ¡No vale! ¿Por qué nunca consigo daros algún golpe?
- Aún ha de practicar mucho más señorito Luffy – dijo Mihawk con una sonrisa
A Zoro se le encogió el corazón, él deseaba fervientemente que su maestro le enseñara esa sonrisa a él y en cierta manera se sentía celoso. Miró a su maestro, llevaba el quimono gris abierto y enseñando medio pecho, el cual estaba ligeramente brillante a causa del sudor, al igual que su rostro, por donde se podían ver algunas gotitas brillantes. El peliverde se sonrojó al ver a Mihawk de esa manera, dispuesto a luchar y con una mirada de decisión. Cuando él miso peleaba contra su maestro, no podía fijarse en todos esos detalles, como tampoco en los movimientos evasivos o de ataque, todos con una velocidad increíble, haciendo quedar al señorito Luffy como un torpe. A cada movimiento, el cuerpo de Mihawk se tensaba y se relajaba, pasando del ataque a la defensa, y el quimono gris dejaba ver algo más del pecho del moreno que antes, así que Zoro llegó a ver uno de los pechos del moreno. Se lamió el labio inferior sin darse cuenta, mientras un rubor, acompañado de un agradable calorcillo, se posaba en sus mejillas.
Luffy en un intento de asestarle un golpe a Mihawk, alzó su espada de bambú y le intentó dar en el hombro al moreno, quien se echó a un lado. Pero Luffy lo vio y giró un poco la espada, cogiendo con la punta del bambú el quimono gris de Mihawk y tirando con fuerza hacía delante, haciendo que el quimono se abriera dejando ver el hombro, la clavícula y el pecho de Mihawk.
- Señorito Luffy, se trata de darme un golpe, no de desnudarme – dijo con media sonrisa.
- ¡¡Lo siento!! – dijo Luffy inclinándose repetidas veces - ¡¡Lo siento lo siento!! No era mi intención…
- ¡¡¡Jajajajajajajajajajaja!!! – se reían Ace, Vivi y Nami
Zoro por su parte estaba rojísimo y su corazón iba más deprisa de lo normal, había visto medio torso de su maestro y un cosquilleo había nacido en la parte baja de su cuerpo, y lo malo es que lo sabía, sabía que esa visión lo había excitado ligeramente y se sorprendió a si mismo imaginando como acababa de quitarle el quimono a Mihawk “¡¡Por Dios es tu maestro!! ¡¡¿Qué narices haces pensando en esas cosas?!! Has de respetarlo… así que aparta esos estúpidos pensamientos de tu cabeza…” Pero al no poder, sacudió la cabeza, vio el libro de su señorito Ace y decidió ponerse a leer para mantener la cabeza ocupada, sin embargo, no podía centrarse del todo en la lectura.
Pasados unos minutos, Vivi se levantó y Mihawk se puso en guardia pero no con Luffy, sino con las dos personas que acababan de llegar a esa parte del jardín donde estaban ellos. Zoro y Nami también miraron y Zoro se levantó desenfundando sus tres espadas, Ace levantó y miro hacía donde miraban todos. Su corazón dio un bote cuando vio a Marco parado en mitad del camino acompañado de Jozu.
- ¿Qué hacéis aquí? – preguntó Mihawk con cautela
Zoro lo miro y abrió los ojos sorprendido al ver una mirada gélida y aterradora.
- Solo paseábamos – respondió Marco tranquilamente
Entonces sus ojos se toparon con los de Ace, el moreno se sobresaltó y sintió como los colores le subían a las mejillas e intentó reprimir una sonrisa tonta que amenazaba con salirle.
El ambiente estaba tenso, y todos se miraban los unos a los otros, Marco mayormente tenía su vista posada en Ace, mirándolo fijamente, el moreno no apartaba la mirada, sino que la aguantaba con gran alegría. De repente Marco se sintió estupido mirando tan fijamente a Ace, así que decidió reanudar su paseo por el jardín seguido de Jozu. El moreno se levantó rápidamente y fue tras él, al ver que Mihawk y Vivi iban a acompañarlo, levantó la mano y dijo.
- Quiero ir solo
- Señorito eso no puede ser es mi deber protegerle y… - empezó Mihawk
Zoro sintió como su corazón se encogía ligeramente, por alguna razón, en ese momento, la idea de que Mihawk pusiera a Ace por delante de él le pareció insoportable, pero así debía de ser, los señoritos eran lo más importante en la vida para un guardaespaldas, Zoro lo sabía, pero muchas veces cambiaba el orden de sus prioridades, dejando a su maestro en primer lugar. Mihawk se lo había dicho muchas veces, pero él no aprendía, era un mal alumno y un mal guardaespaldas.
- No – dijo Ace seriamente – quiero ir yo solo
- Señorito Ace, estará usted solo y él tendrá a su guardaespaldas… - dijo Vivi preocupada.
- Iré solo – contestó Ace
Ninguno de los dos volvió a decir nada y Ace se fue por donde había ido Marco. No tardó demasiado en encontrarlo, él y su guardaespaldas Jozu caminaban tranquilamente por el camino de piedra, e iban en dirección al lago del castillo. El lago era grande, y justo en medio había una casita de te con tejado rojo, sin paredes, con una mesita baja y redondeada con motivos de dragones dorados. Habían cojines de diversos colores, amarillos, rojos, verdes… y una barandilla de madera clara rodeaba la casa de te, exceptuando por el lado donde se accedía al interior de la casita de te. Para poder llegar a la casa, se tenía que pasar por un puente de madera rojo y arqueado, y desde este, se podía tener una bonita visión del castillo, el lago y la casita de té.
Marco se dirigía al puente, Ace se quedó detrás de un matorral y lo miraba, quería ir con el y hablarle como si tal cosa, pero… tenía el inconveniente de que era el hermano de su prometida, es decir, su futuro cuñado. “Quiero hablar con él… conocerlo un poco por que dentro de poco… me prometeré oficialmente con su hermana… y… necesito llevarme bien con él…” pensaba Ace “Si, eso es lo que quiero, que haya una buena relación con mi futuro cuñado” Tomó aire y salió, dispuesto a ir directamente a por Marco y empezar una buena relación con él. Caminaba decidido hacía el puente cuando Jozu lo vio pero no hizo nada, Marco estaba apoyado en la barandilla roja del puente, mirando el agua con expresión ausente. Al escuchar pasos cerca de él, alzó la cabeza y miró a Ace, este, empezó a perder confianza a medida que se acercaba a Marco, y llegó a pensar en dar media vuelta y salir corriendo, pero ahora ya lo había visto y no había marcha atrás. Cuando llegó ala altura de Jozu, este se le plantó en medio, cortándole el paso al moreno.
- Déjalo pasar Jozu – dijo Marco
- Si señorito – contestó este apartándose
Ace se quedó sorprendido, pero se reverenció y caminó hasta Marco, este lo miraba fijamente y cuando Ace llegó junto a él volvió a mirar al agua “¿Qué es lo que pretende este niño viniendo sin ningún guardaespaldas?” pensó Marco mirando a Ace de reojo y tenso.
Ace se había quedado mudo, había conseguido llegar hasta Marco, pero ahora… ¿Qué le decía? Barajó ciertas posibilidades, pero no le gusto ninguna.
- ¿Qué quieres? – preguntó Marco mirándolo
- Solo venía a hablar un poco contigo – respondió Ace - c-como dentro de poco vamos a ser familia, pues quería conocerte un poco.
Marco abrió los ojos sorprendido. Debería haberse sentido enfadado por recordarle que algún día apartaría a su hermana de su lado, pero sin embargo solo consiguió sentir curiosidad por aquel joven. Lo miró atentamente, esos ojos negros azabache miraban los suyos con curiosidad, y la expresión de su cuerpo demostraba que el chico estaba nervioso, eso consiguió que toda su tensión se desvaneciera “Solo es un pobre chico que busca llevar una buena relación contigo” pensó Marco “Esto será tu segunda prueba, pero por extraño que me parezca, no estoy alerta ni nada… además, va sin guardaespaldas, signo que indica que no quiere ni busca nada malo…”
- Jozu, déjanos solos – dijo Marco
- ¿Señor? – dijo Jozu extrañado
- Ya has oído – dijo Marco sin apartar los ojos de Ace
- Si…
E inmediatamente se fue a deambular por el jardín, no muy lejos del puente por si pasaba algo.
- ¿Y bien? – preguntó Marco - ¿Cómo pretendes conocerme?
Ace no se esperó esa pregunta, pero respondió con total sinceridad
- No lo se
Marco alzó una ceja, a la espera de que Ace dijera algo. El moreno empezó a ponerse nervioso y a apoyar todo su peso en un pie y luego en el otro, haciendo que su quimono se moviera al mismo tiempo que él, aquello le resultó gracioso al rubio, quien sonrió con media sonrisa.
- Eres un inexperto en conocer a la gente ¿me equivoco? – preguntó
Ace se sonrojó por la vergüenza
- No – contestó
A decir verdad él no se había relacionado con nadie, solamente con su hermano, su abuelo, Mihawk, Zoro y los sirvientes de la casa. Su abuelo no le dejaba salir del castillo y si lo hacía, tenía que ir con Mihawk. Así que no había tenido oportunidad alguna de conocer a alguien a solas e intentar entablar una relación, ni siquiera la tenía con su prometida, Bay. Marco sonrió sin saber el motivo, y sus facciones se suavizaron. Ace se sonrojó visiblemente.
- Pues para suceder a tu abuelo necesitas mostrarte dispuesto a entablar conversaciones con gente a la cual no conozcas, mostrarte educado y ser fiel a tus palabras ¿lo sabías?
- Si, lo se – respondió Ace tímidamente.
“Esta muy verde” pensó Marco apoyándose en la barandilla del puente “Será mejor que lo ayude”
- Antes he visto a tu hermano pelear… ¿no es muy bueno verdad?
- No, no lo es. Es bastante malo, y más con la espada.
- ¿Y tú? – preguntó Marco
- ¿Yo? B-bueno, soy mejor que él
Ace empezó a temblar, estaba teniendo una conversación con Marco, algo que le parecía totalmente imposible hacía unos minutos antes.
- ¿Si? ¿Quieres que algún día probemos qué eres capaz de hacer?
“Así veré si eres capaz de proteger a Bay” pensó Marco.
- S-si – contestó Ace sonrojado a más no poder y con una sonrisa tímida – claro que si – añadió con emoción
Eso significaba estar otro día junto a Marco. El rubio sonrió ante la emoción del moreno “Ya he sonreído dos veces en poco tiempo… eso no es muy normal en mí” pensó extrañado. Sin embargo, la inocencia y los nervios de Ace habían echo que Marco se sintiera cómodo y relajado, cosa que no mucha gente había logrado. Escuchaba como Ace le decía que era bueno el la pelea cuerpo a cuerpo y con el arco, sin embargo, con la espada no es que fuera un genio. Ace había empezado a relajarse y a hablar más, cosa que agradó a Marco, se veía que era un muchacho inteligente aunque con algunas ideas de crío, y se sintió extraño. Él había ido al castillo a entregar el mensaje y a ponerse a prueba con Ace, pensando en controlar su odio y su rencor hacía él, sin embargo, ahora se encontraba hablando tranquilamente con el moreno, sin pensar en que algún día iba a ser el marido de su hermana. Ahora solamente era un crío que intentaba conocerle y poco a poco, Marco empezó a sacar su lado más niño, riéndose a carcajada limpia y hablando más de lo que solía hablar él, empezando a pensar que quizá fuera un buen chico para su hermana. Y Ace… observaba a Marco con una sonrisa en su cara y un leve sonrojo, la risa de Marco le producía alegría y quería que el tiempo se detuviera para escuchar por tiempo indefinido esa risa musical y esa voz tan varonil. Marco empezó a hablarle sobre historia, algo que Ace estaba estudiando y que en cierta manera, le costaba comprender, y eso era la base de su tierra, así que tenía que aprenderla para poder saber como gobernar a su familia. Escuchaba a Marco con gran interés, y descubrió que todo lo que este le explicaba se le quedaba grabado en la cabeza al instante, también lo miraba, sus manos al gesticular, sus ojos negros, sus expresiones, su pecho… y descubrió el por que Marco lo tenía fascinado, por que le gustaba.
Cerca del lago, apoyado sobre un árbol llorón, un joven estaba apoyado con los brazos cruzados, mirando hacía el puente rojo que llevaba a la casa de te de los Monkey, concretamente mirando a los dos jóvenes conversar tan tranquilos. Dicho joven castaño y de ojos azules se removió, poniéndose más cómodo, era ni más ni menos que Haruta, el mensajero de la familia Barbablanca. En su rostro no había una pequeña sonrisa curiosa “Jozu no esta… vaya imprudencia por parte del señorito Marco… en fin, yo a lo mío, ¡¡a explorar el castillo!!” pensó. Después empezó a pasear la mirada por el jardín, el lago se extendía hasta llegar a uno de los muros del castillo, donde habían unos pequeños agujeros para que cayera el agua cuando las lluvias llenaban demasiado el lago y así no provocar un desbordamiento. El muro era de piedra sólida, y por la parte alta habían centinelas que vigilaban si alguien se acercaba al castillo. Los vigilantes eran todos arqueros, dispuestos a disparar ante cualquier enemigo que se acercara. Los otros lados del lago daban todos al jardín, el cual ya había recorrido en su gran mayoría. “Este castillo es tan fascinante… y esta tan bien protegido…” pensó mirando sus muros con ojos de admiración.
Harutilla!!!!!! me encanta su curiosidad (no pensais que tiene pinta de curioso en el manga tambien?? XD imaginaoslo con cara mona y vereis XD)XD Marco y Ace.... me muero con ellos.... se que soy realmente mala con las descripciones, pero tenia k ponerlas XD me encanta describir castillos *o* k pornoso me a salido Zorete XD esta igual de salido que yo >XD
Bueno me callo y espero k os siga gustando!!! Gracias por leer, sinceramente!!!
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Shogun MarAce (entre otras) Nc-17(MarcoxAce MihawkxZoro ShanksxLuffy KiddxLaw) |
