La katana del rōnin y el rōnin del yakuza (UsagixMisaki) ((Nc-17))

Hace Muuucho tiempo, en una tierra muuuy lejana; había un yakuza que amaba a un rōnin. Curioso ¿no? Una historia con peleas, katanas y, por supuesto, amor. ¡Yey!

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  1. yue1804
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    esta historia promete mas waaaa!:=WTFf: necesito que sigas solo haces que me desespere a proposito:=RINRUM: >< por fa por fa...
    esta demasiado interesante necesito mass -mirada pervetida- sayo0 y po fa otra vez quiero conty pronto.. :=WIJIS:
     
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  2. bettychan
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    Y QUE PASO CON ESTE FIC WUAAAA TAN EMOCIONANATE QUE IBA

    WUAAAAAAA T T
     
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  3. white witch
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    Dokuro - chan :=BUABUA: :=BUABUA: :=BUABUA: :=BUABUA:
    Por favor no seas mala y continua con el fanfic que te esta quedando muy chevere así que es toda una crueldad con nosotros que no la continúes así que por favor continuala porfavor. :=BUABUA: :=BUABUA: :=BUABUA:
     
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  4. Lhaala
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    Me gusto tu fic =3... Continua la Plis! :=KITTIYN: :=MUSEEN:
     
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  5. yoru-kun
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    conti plis que va a pasar con los celos de usagui?habra lemon hiroxnowaki pliss continua ^///^
     
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  6. 9Dokuro-Chan8
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    Woe, más comentarios.... Soy tan feliz ;w;....

    Ja ja, no ya en serio, de verdad me hace muy feliz xD Sé que me tardé muchísimo! Pero cuando las torturas y los maltratos de castigo se acaben, pongo la conti, vale? ^^ Namás que ayudenme con algunas ideitas, si? Mi inspiración me abandonó... -w-U Y pues los problemas con mi mamá, mi papá y mi demás familia (me cacharon viendo lemon y revisaron todos mis documentos :P... Hasta me corrieron de mi casa y me llevaron al psiquiatra xD)

    Pero bueno.... Onegai, taskete! x'3 Busco ideas~ A cambio doy una sorisa ;w; (?)

    En fin, Yanne~ ^w^U
     
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  7. bettychan
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    haaaaa que horro pobre

    que dificel cituacion

    te apoyo

    fuerza guaaaaaaaaa!!!!
     
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  8. Bloody_Kat
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    esta muy bieno
    CONTY!!
     
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  9. white witch
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    Dokuro - sama siento mucho tu situación, a mi una ves también me cacharon viendo lemon mi familia casi no me vuelve a dirigir la palabra, pero tranquila que todas tus fans te apoyaremos hasta el final.
    :=KITTIYN: :=KITTIYN: :=KITTIYN: :=KITTIYN:

     
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  10. 9Dokuro-Chan8
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    Woe! Por fin, mi cerebro se molestó en pensar en la conty! nwnU

    Hontoni gomenasai! Con todas las cosas que pasaron a penas y estoy viva y coleando, pero he vuelto!! >:D

    Ja ja, como sea, espero que les guste esta conty (traté de hacer un poquitín más larguita), así que por favor, comenten... Onegai... TwT

    Que lo disfruten! n_n

    ***




    Habían pasado varios días desde que el tal “Kamijou Hiroki” se había convertido en el tutor personal de Misaki. A decir verdad, Usagi se notaba más que irritado cuando ese hombre se encontraba cerca. Se veía tan confianzudo, tocando y acariciando tan normalmente la cabeza del menor. Le daban ganas de golpearlo cada vez que le hablaba, y que comenzaba con su sarcasmo tan irritante. Y para colmo, traía a ese tipo tan alto como un gorila, y que “se especializaba en pediatría”. Le parecía hipócrita y falso, ya que a leguas se notaba que era todo un gran obstinado, aunque lo ocultara con su estúpida sonrisa. Akihiko solo refunfuñaba mientras tomaba café y leía un libro.

    Misaki, por su parte, no podía estar más feliz por la situación. Le encantaba poder tener a una de sus más preciadas personas tan cerca de él. Sobre todo porque hace mucho tiempo que no había tenido ningún contacto con él. Además, él y Nowaki seguían siendo los mismos buenos amigos de antes. En verdad, era muy feliz de poder volver a verlos.

    — ¡Misaki!— Le llamó el castaño. Misaki solo volteó a verlo, limpiándose la saliva que salía de su boca.

    —Eh, lo siento, Hiroki-san— Dijo Misaki. Hiroki suspiró.

    —Misaki, presta atención. Ya sabes que no eres muy bueno en matemáticas— Hiroki solo le acarició sus suaves cabellos castaños, mientras el oji esmeralda se reía un poco.

    Mientras tanto, el peli pata no quitaba la vista de esos dos castaños. Temía que si se descuidaba un poco, Hiroki le haría algo a su lindo niño. (Claro, por su mente pasó una imagen de un uke totalmente indefenso siendo violado por el desalmado profesor).

    — ¿Todavía sigue preocupado por Hiro-san?— Usagi dio un respingo. Era Nowaki, quien se sentó justo en frente del oji lila. Este solo refunfuñó— Así que es eso. Yo pensé que habíamos sido lo suficientemente amables como para que nos agarrara confianza.

    —Pues yo no sentí su llamada “amabilidad”. Sólo se están interponiendo entre Misaki y yo.

    —Entonces, ¿por qué no nos despide y ya? Tiene todo el poder de hacerlo— El peli azul seguía mirándolo con una sonrisa, mientras el escritor fruncía el ceño.

    — ¿No es obvio? Misaki se ve tan feliz, que no me dan ganas de que esa sonrisa desapareciera por personas como ustedes— El oji azul amplió aún más su sonrisa.

    —Ya veo. Creo que usted es una buena persona, así que, por mí, no hay ningún problema. Aunque…— Guardó un poco de silencio, para que el peli plata volteara con un desinteresado << ¿Qué?>>— Creo que debería ser un poco amable con Hiro-san. Después de todo, usted sabe perfectamente que él es muy importante para Misaki— Akihiko solo guardó silencio, sabiendo que eso completamente verdad. Nowaki solo lo miró con amabilidad— No se preocupe. Yo estoy consciente de que el amor es muy difícil. Si no me cree, solo debe de ver a Hiro-san —Usagi lo volteó a ver, con algo de sorpresa.

    —No pensé que fueras capaz de admitir que eran novios— Nowaki sonrió.

    —Desde hace una semana ya lo sabía, ¿no es así?

    —Bueno, sí. Pero, ¿Kamijou-san no se pondría molesto si supiera que tú lo delataste?— El peli azul rio un poco.

    —Tampoco es como si estuviéramos quebrantando la ley… Pero tiene razón; Hiro-san es muy tímido como para que admita abiertamente que él y yo somos pareja. Aunque Misaki ya lo sabe desde hace años— Dijo Nowaki con toda seguridad, sin saber que había hecho que al peli plata le creciera una duda.

    —Kusama— Lo llamó. Nowaki volteó con su sonrisa de siempre— ¿Desde hace cuanto se conocen tú y Misaki?— El oji azul supo lo que había dicho, así que solo esquivó su mirada con nerviosismo.

    —P-pues…— Por supuesto, hablaba con dificultad, ya que lo que él quería era ganarse su confianza, y no empeorar las cosas. Después de todo, durante esta semana había aprendido que ese hombre era en extremo celoso— Bueno… Somos amigos de la infancia, ya se lo había dicho— Usagi frunció el ceño. Necesitaba más información.

    —Entonces, ¿cómo se conocieron?— Esta pregunta fue como un golpe. Nowaki sabía que no podía decir eso, por lo que solo pudo transpirar aún más nervioso.

    —Este… Ambos fuimos estudiantes del padre de Hiro-san hace años… Prácticamente nos conocimos en la escuela…— Akihiko no estaba del todo convencido, así que se acercó lo más que pudo al más alto, y dijo con una mirada persistente.

    — ¿De verdad?...— Nowaki se alejó un poco.

    —De verdad…— No debo hacerle nada malo a este hombre… Como lo que le dije no es del todo mentira, las consecuencias pueden ser muy malas… Pensó, tratando de alejarse aún más del peli azul. El peli plata, de alguna manera, aceptó el hecho de que no iba a sacar más información de la boca de Nowaki, por lo que desistió de su intento y se alejó nuevamente del menor.

    —Entiendo…— Con esta palabra, se levantó de su asiento y se dirigió a la cocina por un onigiri. Nowaki lo siguió con la mirada, pensando que tal vez debería rendirse y dejar de intentar ganarse la confianza de ese hombre tan celoso. Aunque se parecían un poco, ya que a él tampoco le gusta que se le acerquen mucho a Hiro-san, y por supuesto que sentiría resentimiento del que fuera demasiado confianzudo con él. Claro, a excepción de Misaki.

    Mientras tanto, el peli plata comía tranquilamente su onigiri, preguntándose si su mente ya se estaba cosiendo de tantos celos. Sabía que Nowaki tenía razón en todo, pero aun así no podía mantenerse tranquilo al ver a su adoración con ese par de jóvenes. En verdad lo intentaba, pero no podía hacerlo. Era SU niño, y el verlo con el idiota de “Hiroki-san” le hacía hervir la sangre.

    Suspiró. Volteó a ver al par de castaños. Misaki se veía en extremo feliz, y ni se diga de Hiroki. Él no sonreía para nada, pero era obvia su alegría, ya que sus ojos brillaban como si hubiera velas en ellos. En verdad, se veían como el uno para el otro… Cómo le molestaba verlos juntos.

    —Bien, ya terminaron las clases— Dijo Hiroki, guardando su libro.

    —Waaa… Qué bueno, ya estaba cansado…— Misaki se estiró un poco. Hiroki formó una media sonrisa, y siguió acomodando sus cosas. Usagi solo suspiró con alivio, ya que ansiaba el momento en que ellos dos se fueran.

    —No estés cantando victoria todavía. Necesitas practicar más con las matemáticas, ya que eres muy malo con los números— Dijo, mientras guardaba sus cosas en un pequeño morral de seda que tenía. Misaki vio el morral por simple reflejo, y se dio cuenta de que tenía un pequeño sobre amarillento, con los bordes dorados y las esquinas rojo carmesí. Reconoció ese objeto de inmediato.

    — ¡Esa es la invitación que le llegó a Usagi-san!—dijo, señalándola. Usagi volteó al escuchar pronunciar su nombre, y Hiroki solo contesto con un << ¿ha?>>— ¡que esa es la invitación que le llegó a Usagi-san! ¿Acaso a ti también te llegó?

    — ¿Esta invitación? Claro que me llegó—habló triunfante, cosa que Misaki no entendió muy bien, ya que vio como Akihiko chasqueaba la lengua con fastidio.

    —Lo que Hiro-san quiere decir, Misaki-kun—dijo Nowaki—es que a todas las personas importantes de la sociedad se le entregaron estas invitaciones, ya que se hará una gran fiesta en honor al cumpleaños del hijo del Shogun de un pueblo vecino.

    — ¿El hijo de un Shogun? Debe de ser un evento muy importante…—dijo Misaki asombrado.

    —Por supuesto, tú irás conmigo—el peli plata lo tomó del brazo—Kamijou-san, me parece que ya terminó con sus clases, así que ya se puede retirar—le señaló la puerta, haciendo enojar al castaño menor. Sin embargo, este no quería ocasionar problemas, por lo que se contuvo y se mantuvo callado. Hiroki tampoco esperaba que dijera algo, así solo gruñó molesto y salió sin más de la casa.

    Cuando Nowaki y Hiroki ya habían salido, un molesto castaño le replicó al peli plata.

    — ¡¿Por qué siempre tienes que ser así con Hiroki-san?! ¡Sabes muy bien que es una persona importante para mí!—Usagi, quien estaba encendiendo nuevamente su pipa, le dijo molesto:

    — ¡¿Más importante que yo?! ¡No me jodas!—Misaki se molestó aún más.

    — ¡No tienes porqué hablarme así! ¡Es más, No se ni por qué te pones así solo porque soy amable con Hiroki-san!—Akihiko solo gruñó.

    —Me sorprende que no lo sepas…—Dijo bajito, pero Misaki lo alcanzó a oír.

    — ¿De qué hablas?—habló desafiante, y Usagi suspiró.

    —Solo olvídalo. Tengo trabajo que hacer, no me molestes—dicho esto, se fue sin más a su estudio, dejando a un confundido Misaki en la sala. Este solo pensaba en el porqué de la reacción del peli plata, sintiendo una pequeña punzada de culpa en su pecho.

    ¡No, Misaki! ¡No te sientas mal por algo sin sentido como eso! Pensó el castaño, luego de darse unos cuantos golpes en las mejillas. Por ahora solo haré la comida. Con eso Usagi-san de seguro de alegrará. Se dirigió a la cocina, mientras trataba de trotar como un niño pequeño para darse ánimos, aunque lo único que pasó fue lograr lo contrario a su cometido. De seguro me veo totalmente patético al comportarme como un niñito de seis años… Una gota de sudor se asomó por su frente, mientras se cubría la cara con su mano derecha.

    Soy tan idiota…



    —Usagi-san, ¿todavía no estás listo? ¡Ya nos tenemos que ir!

    Un apurado castaño apresuraba al peli plata que estaba en el otro cuarto. Finalmente el día de la gran fiesta del hijo del Shogun había llegado, pero el pueblo del muchacho estaba muy lejos del de Misaki, por lo que debían de salir temprano.

    —Sí, sí… Misaki, a veces siento que eres mi madre—Bromeó. Misaki solo gruñó levemente.

    —De todas maneras, solo apresúrate. Tenemos que irnos pronto, si no, no llegaremos a tiempo—Usagi lo miró por detrás de él, viendo como se arreglaba su kimono y trataba de peinar un poco su cabello. Por supuesto, Akihiko sabía que no iba a poder, ya que su cabello es alborotado por naturaleza. Pensó que esos pequeños datos del menor eran tremendamente lindos, y no pudo contener los deseos de darle un abrazo. Justo cuando estaba a punto de hacerlo, escuchó como uno de sus sirvientes entraba a la casa y le decía: “señor Usami, la fiesta comenzará dentro de poco. ¿Ya está listo?”. Usagi al verlo solo se fastidió bastante, y le dijo que sí, pero que dejara de molestar. Misaki, por supuesto, se molestó por la actitud del peli plata, pero pensó que no debía hacerlo enojar justo en ese momento, ya que sabía que las fiestas eran algo muy incómodo para él. Aunque le fastidiara mucho, tenía que aguantarlo. No quería recordar más de lo que debía.

    Ambos, Samurái y Amo, se subieron a la carreta. Misaki puso su atención en el paisaje, como siempre, y Usagi hizo lo mismo. Pasaron algunas horas, hasta que por fin habían llegado al pueblo. Era un lugar muy bonito, y como siempre, las mujeres no podían despegar su vista ni de Misaki ni de Usagi. Al castaño en realidad no le importaba que los miraran tanto, pero para el peli plata era muy molesto que las mujeres urgidas de aquella ciudad quisieran desnudar a Misaki con los ojos. Pronto, lo tomó del brazo e hizo que apresuraran el paso.

    Llegaron al frente de una casa que más bien parecía un castillo, escoltados por otros samuráis del oji lila. Al llegar, unas sirvientas tomaron sus abrigos y los acompañaron hasta la gran sala principal, donde se podían observar personas de la más alta sociedad, hablando sobre arte y literatura de la época. Misaki observaba anonadado, siendo conducido por Akihiko hacia el baño, el cual estaba prácticamente afuera de la casa.

    El baño igual era exageradamente lujoso, hasta con un espejo con los bordes de oro. El dueño de esta casa debe de estar pudriéndose en dinero… Pensó Misaki, viendo como el yakuza se lavaba la cara con flojera.

    — ¿Qué te pasa, Usagi-san?—preguntó, para tratar de animarlo.

    —Este ambiente me pone nervioso…—al principio a Misaki no se le hizo muy lógico, ya que Usagi igual tenía mucho dinero, pero comprendió que estar entre la gente no era algo muy agradable para él. Dicho sea de paso, que él tampoco estaba acostumbrado a un lugar tan lujoso como ese, aun estando con Akihiko.

    Cuando por fin el escritor se tranquilizó, se enderezó y salió tranquilamente del baño, acompañado por el oji jade. Saliendo de ahí, vieron algo que los dejó con la boca abierta a los dos. Era Hiroki, hablando muy familiarmente con el grande e indiscutible Shogun de aquél pueblo. Claramente, era algo muy sorprendente, sobretodo porque el oji marrón no acostumbraba a sonreír.

    —No sabía que Kamijou-san también tuviera la capacidad de mover sus labios así. Es algo misterioso.

    Misaki, al fijarse bien en su expresión facial, dijo:

    —Nah. Podrá parecer real, pero estoy seguro de que está fingiendo. Yo conozco su verdadera sonrisa—Usagi, cuando escuchó eso, volteó a verlo, pensando que era muy sospechoso. ¿Cómo él podía conocer la verdadera sonrisa de alguien que nunca sonríe? Eso pensó, hasta que recordó que Nowaki le había dicho <<amigos de la infancia… y antiguos rivales>>.

    ¿Eso qué significaba? ¿Acaso alguna vez él y Misaki pelearon por el cariño del profesor? Se mantuvo con esos pensamientos en su cabeza, cuando alcanzó a reconocer la voz de alguien, al cual no era muy grato ver en ese momento.

    — ¡Misaki-kun!—lo llamó un peli azulado.

    — ¡Nowaki-chan!, ¡así que sí vinieron!—el castaño, por supuesto, estaba más que contento. No así el escritor, el cual solo evitó su rostro y volteó hacia otro lado.

    Bueno… teniendo en cuenta que se llevan muy bien, no creo que hayan tenido un conflicto como ese antes… pensó el peli plata, al verlos conversar amenamente. Pasaron algunos momentos, hasta que a Misaki le entraron ganas de orinar. Le dijo a Nowaki que lo esperara tantito, y que ahorita volvía. El castaño se dirigió al baño a paso algo apresurado, orinó, y salió de ahí. Mientras caminaba se concentraba tanto en los detalles de la casa que no notó como dos personas de colocaban atrás de él y lo tomaban de los brazos. Como no había nadie más afuera del lugar, Misaki no dudó en defenderse. Como pudo se liberó de uno de los agarres y tomó su katana con una rapidez impresionante, para luego darse cuenta de algo:

    — ¡Ah, Sumi-sempai! ¡Y también Ichinose!—sonaba bastante sorprendido.

    —Hola, Misaki-san—dijo Ichinose con una sonrisa.

    — ¿Estás bien, Misaki? No tienes por qué sacar tu katana—la voz de Sumi sonaba muy apacible, por lo que Misaki decidió no sospechar y guardó su arma.

    — ¿Qué fue eso? Saben que si no me doy de que son ustedes, ya estarían tirados en el piso con un charco de sangre a su alrededor—Ichinose se rio, y abrazó al castaño.

    —Pero yo sabía que Misaki-san era muy bueno con sus reflejos, por lo que estaba seguro de que te darías cuenta de que era yo—Misaki trató de separar al menor, pero este se aferró a él, por lo que lo consideró inútil y solo se dejó abrazar.

    —Así es, Misaki. Pero no te molestes, solo pensábamos en hacerte una broma.

    El rostro de ambos lucía bastante inofensivo, por lo que Misaki pensó que no debía desconfiar de ellos. Sonrió, y les dijo:

    —Bueno, no importa. ¿Ustedes porqué están aquí?

    —Ah, pues mi amo, tenía que venir a felicitar al joven Takatsuki por cuestiones de negocios, ya sabes—dijo el del cabello marrón más claro, Sumi.

    —Mi jefa, Aikawa-san, vino para acompañar a su superior—de pronto, un leve sonrojo apareció en sus mejillas y se soltó del oji jade— y-y tú, Misaki-san, ¿para qué viniste?

    Misaki y Sumi lo miraron, y supieron que él esperaba que Misaki le dijera algo como “para poder verte otra vez”, o algo así, pero sabían que era imposible. Sin embargo, el castaño pensó en la mejor forma para decirle la verdad.

    —Eh… pues Usa… mi amo—fue muy raro para el castaño decir eso—fue invitado aquí porque, según lo que oí, solo las personas más reconocidas y de la alta sociedad son invitadas aquí.

    —Ah, ya veo—habló Sumi—entonces de seguro la conocida maga de catorce años de edad también estará aquí. Últimamente se ha vuelto muy popular, aunque solo la conozcan como “Kurokami-san”—Misaki se sorprendió un poco.

    —Eh… ¿se llama “dios negro-san”?

    —Creo que es muy exagerado, ya que dicen que solo la llaman así por su piel blanca, pelo negro y ojos negros. Además de que dicen que nunca sale de su cabaña y que solo usa Kimonos negros—dijo Ichinose.

    —No solo por eso la llaman así—dijo el de ojos avellana—también por el hecho de que ha adivinado muchas cosas acerca del futuro y también ha revelado secretos totalmente inesperados de muchas personas. Incluso, cosas como el clima del siguiente año a esa misma hora. En verdad, es bastante sorprendente—por supuesto, ambos menores se asombraron, tanto por lo mucho que sabía el mayor, como por las cosas que había hecho esa niña.

    —Waaa… Cómo me gustaría conocerla—dijo Ichinose.

    —Si… sería muy interesante ver como adivina algo—Misaki, de pronto, recordó que el peli azul debería de estar esperándolo, por lo que se despidió de manera rápida de ambos, y se fue corriendo, dejando a ambos algo confundidos.

    ¡Ah, soy tan idiota! ¡¿Cómo se me pudo olvidar que Nowaki-chan me estaba esperando?! ¡Además de que se supone que debo de estar con Usagi-san! Pensó eso, haciendo que le entrara más preocupación y que acelerara el paso a una velocidad tan alta, que casi nadie se dio cuenta de que él iba corriendo. Ni siquiera de que estaba ahí.

    Siguió buscando entre la multitud, hasta que pudo divisar la figura de un peli plata que parecía estar charlando con alguien. Trató de acercarse a él, pero pronto se dio cuenta de que un grupo de hermosas y elegantes mujeres platicaban con él. Al parecer, más de una trataba de seducirlo. Misaki solo se quedó parado ahí, observándolo.

    ¿Pero que estoy haciendo? Es obvio que yo no pertenezco a este ambiente. Mi cabello siempre está desordenado, no tengo modales en ningún aspecto y todos tienen un mejor porte que yo. Incluso los sirvientes se ven más elegantes. El castaño solo quería irse de una vez a algún lugar donde nadie lo pudiera ver. Solo quería irse a “su casa”. Pero… ¿eso es realmente mi casa, si ni siquiera vivo formalmente ahí? El joven se quedó cabizbajo en ese mismo luegar. Yo… ¿tengo algún lugar al cual llamar mi hogar? Si tuviera que escoger uno, yo desearía que fuera… A su cabeza le llegaron repentinamente un montón de recuerdos fugaces, en los que veía una pequeña casa a las orillas de un río. Había un gato recostado en el borde de la puerta, y el cielo era despejado y con el tranquilo sonido de las hojas chocando en los árboles y las cigarras cantando. Cuando estaba apunto de ver el rostro de una hermosa mujer de ojos azules, de pronto…

    El color escarlata y el sonido intenso de algo valioso rompiéndose…

    Yo… me estoy rompiendo…

    Estaba completamente sumido en sus pensamientos, y comenzó a caminar hacia la salida. Debía encontrar un lugar, o caminar para tratar de evitar esos pensamientos. No podía caer otra vez.

    Se movió entre las personas, las cuales casi ni notaron su existencia, cuando pudo escuchar algo. Pronto, el caos se hizo presente. Misaki, quien estaba sumido en sus pensamientos, reaccionó con el nombre de una persona en su mente.

    — ¡Usagi-san!

    ***



    Ne! Y que les pareció? A mí, en lo personal me gustó eweU

    Ok, que la pasen bien! Me esforzaré para tener la conty lo más antes posible, vale? Yane! >w<
     
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  11. bettychan
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    WOLCOMEN!!!


    vienbenida al foro


    ya extrañavamos tu fic T T wuaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

    wuaaaaaaaaaaaaaaaa T T wuaaaaaaaaaaaaaaaaa


    pero que bueno me gusto el fic espeor la proxima conty

    saludos matta ne
     
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  12. 9Dokuro-Chan8
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    Waa... Cuanto tiempo ha pasado?... Un mes? O más?... *aura depresiva*
    Mo... Ya me quiero morir... *snif*
    Gomenasai... Han pasado muchas cosas, y pues el tiempo es oro... Hontoni, gomenasai...
    Pero! Espero que me sigan dando su apoyo! Onegai shimazu! *reverencia* Sobretodo Bettychan, ya que he notado que ella es la que más sigue mi fic. En serio, tú me salvas en mis tiempos emos! GRACIAS! *Super reverencia*
    Como sea, esta es la conty. Espero que les guste, y que siguan dejando sus comentarios, ne?
    Yane!



    ***




    Varias puertas rompiéndose, y los gritos de las personas atemorizadas. Era una redada. Misaki reaccionó de inmediato, pensando solo una cosa.

    — ¡Usagi-san!—gritó. Desenvainó su katana con gran agilidad y comenzó a correr en busca del oji lila. Se comenzaba a desesperar, ya que no lo podía ver por ningún lado, gracias a las muchas personas corriendo por doquier. Algunas se escondían en la casa, y otras trataban de escapar por la puerta principal.

    Misaki pronto comenzó a empujar a todo el que se ponía en su camino, logrando divisar a lo lejos una cabellera plateada, luchando contra dos hombres vestidos de negro y con la cara cubierta por una máscara del mismo color. Corrió hacia él para ayudarlo, cuando un gran número de samuráis del Shogun Takatsuki entraron a la casa y comenzaron a pelear por las vidas de todos los invitados. Por supuesto, los samuráis de ellos no se quedaban atrás, y también luchaban con toda su fuerza por sus amos. Misaki, quien sintió el impulso de proteger también a Usagi, lo escondió debajo de una mesa.

    — ¡Misaki!, ¡¿que haces?!—preguntó, exaltado por la extraña actitud del menor.

    —Usagi-san, solo mantente callado. No hagas ningún movimiento hasta que todo se haya calmado.

    Sin darle tiempo al mayor de contestar, Misaki salió casi volando y comenzó a pelear contra los otros samuráis vestidos de negro. El escritor solo observaba desde debajo de la mesa, obedeciendo al castaño. Veía como cortaba sin piedad a los samuráis, y como su rostro cambiaba completamente. Se veía como si estuviera sediento de sangre. Por supuesto, Akihiko no podía creer que el joven al que imaginaba inocente y tranquilo pudiera poner tal expresión al pelear. Parecía alguien completamente diferente.

    Misaki seguía en la batalla, descargando todos los sentimientos que había sentido hace poco. Esos recuerdos los hundiría en la sangre de sus ahora enemigos, y protegería a su amo con su vida si era necesario.

    Seguía moviéndose ágilmente. Algunos movimientos eran muy precisos y simples, y otros muy extravagantes, como si se tratara de algún baile, para confundir a sus enemigos.

    Continuó peleando, cuando escuchó la voz de un peli azul que se posaba detrás de él.

    — ¿Estás bien, Misaki-kun?—dijo casi gritando, ya que había mucho ruido.

    Misaki, al escucharlo, recupero el sentido y deshizo su mirada asesina.

    —Eh… ¡Sí, no te preocupes!—dicho esto, ambos jóvenes comenzaron a pelear ferozmente contra sus contrincantes, matando a la mayoría e hiriendo a algunos.

    Los samuráis enemigos, al percatarse de que su único destino con tantos oponentes era perder, se retiraron de manera rápida, dejando a Nowaki y Misaki respirando algo agitados. Ambos se voltearon a ver, y sonrieron.

    —Parece que te has vuelto muy bueno con la katana—dijo Nowaki.

    —Tú no te quedas atrás—dijo Misaki.

    Ambos rieron como dos buenos compañeros, y Misaki se dirigió hacia la mesa donde estaba el peli plata.

    —Usagi-san, ya puedes salir—el menor, con una sonrisa amable en su rostro, le tendió la mano al oji lila, el cual lo miraba consternado. No podía creer que pudiera sonreír de esa manera después de poner todas sus fuerzas en matar a aquellos hombres. El oji esmeralda pronunció otra vez su nombre, haciendo que él recobrara el sentido.

    —S-sí…

    Se levantó con la ayuda del samurái, viendo que casi toda su ropa estaba cubierta de sangre. Sobretodo sus manos, con las cuales había sostenido la katana con firmeza. Esto hizo que un escalofrío pasara por toda la espalda del escritor, quien soltó la mano del menor bruscamente, y se dirigió al baño. Misaki, confundido por la actitud del mayor, lo siguió, hasta que él le dijo de manera cortante “no me sigas”. El peli marrón sintió una pequeña punzada en su pecho, ya que no se esperaba eso, y solo lo dejó ir en paz.

    Akihiko, ya en el baño, no pudo hacer más que vomitar. En verdad lo había dejado estupefacto como el menor actuaba de la manera más normal, aun cuando estaba cubierto por la sangre de muchos hombres. Siguió teniendo algunos espasmos, sin poder regurgitar nada, hasta que logró calmarse. Se recargó en la pared, y fue bajando poco a poco hasta llegar al suelo, para observar la sangre fresca que estaba en su mano. Sintió asco otra vez, pero pudo contenerse.

    Salió del baño, luego de haberse limpiado el vómito, y vio al menor hablando con uno de los samuráis del Shogun. Al parecer, entre ellos dos se entendían. El peli plata solo evitó mirarlo, ya que no le gustaba verlo lleno de sangre, pero cuando veía hacia cualquier lado algunas partes de cuerpos tiradas por doquier, todas cubiertas por un espeso color carmesí. Eso fue muy espeluznante para él, así que trató de ignorar esas imágenes y el intenso olor a sangre recién salida.

    Pronto, la gente que había salido de su escondite comenzó a preguntarse en donde estaba el Shogun. Sin aviso alguno, este salió y pidió la atención de todos los invitados, los cuales le escucharon y lo miraron atentamente.

    —En primer lugar—habló el Shogun—quiero pedirles una sincera disculpa por lo que acaba de pasar. Sé que fue mi culpa por no poner suficiente esfuerzo en la protección del lugar, así que me disculpo de todo corazón—Hizo una pequeña reverencia—Si todos están bien, los enviaré a sus hogares con una escolta de mis propios samuráis para asegurarles su seguridad de camino a casa. Si no hay problemas, pueden retirarse.

    Todos los invitados, un poco nerviosos, se dirigieron hacia la salida, para adentrarse a sus carretas e irse directo a sus casas.

    Cuando Hiroki y Akihiko ya se iban a ir, junto con sus samuráis, fueron detenidos por la voz del Shogun, quien los llamó.

    —Usami Akihiko y Kamijou Hiroki, quiero discutir algo con ustedes.

    Ambos hombres se miraron, y asintieron, para ir con el superior. Este, al tenerlos en frente, dijo:

    —Viendo todo lo que ha pasado esta noche, debo tomar medidas extremas en cuanto a mi hijo, al cual planeábamos festejar hoy.

    El hombre señaló a un lado del lugar, donde se podía ver a un muchacho de cabello castaño claro y ojos azul marino. Era un joven muy atractivo. Este estaba acompañado por un hombre de cabellera negra y ojos azul marino, el cual vestía de manera diferente a los demás samuráis del Shogun.

    —Mi hijo, Takatsuki Shinobu, corre un gran peligro, ya que es más que obvio que esos hombres han venido a asesinarlo en su fiesta de cumpleaños. Por lo tanto, quiero pedirles que no revelen nada de lo que estoy a punto de decir. Ambos saben que yo no tengo piedad si el tema es sobre mi hijo, y que mi palabra es de oro.

    Akihiko y Hiroki solo asintieron y siguieron escuchando con atención. Viendo esto, el Shogun suavizó su mirada.

    —Bien. Kamijou Hiroki, tú te harás cargo de mi hijo en tu casa, poniendo gran parte de tu servidumbre a su cuidado, y cuidándolo personalmente.

    Hiroki respondió con el típico “Hai” que usaban los generales de alto rango, mientras bajaba su cabeza como señal de respeto.

    —Usami Akihiko. Como Shinobu necesita tomar clases, tú le enseñarás todas y cada una de las cosas que sabes y que has aprendido a lo largo de los años. Serás su tutor personal.

    Akihiko, no viendo otra salida, respondió con un <<como ordene>>, e hizo una pequeña reverencia.

    Terminaron su “charla”, y cada quien se fue por su lado. Misaki, quien todavía no comprendía el anterior comportamiento del mayor, solo lo seguía con la mirada en el piso, preguntándose si había hecho algo malo. No recordaba haber hecho aluna cosa que hubiera podido fastidiar al peli plata, por lo que solo se llenó de más y más duda, sin poder poner nada en claro. Akihiko trató de ignorar al menor, pensando ahora en que pronto tendría que enseñarle a un niño que se veía muy mimado y arrogante. Además de que se suponía que tenía que enseñarle a Misaki, no a él.

    Se pasó la mano por la cara, dándose cuenta de que, aun si quería ignorar al castaño, siempre terminaba pensando otra vez en él.

    Usagi y Misaki subieron al carruaje, mientras el mayor plantaba su mirada al paisaje, y Misaki lo veía a él con confusión.

    ¿Por qué ahora me tiene que importar tanto lo que piense alguien sobre mí? No tiene sentido. Miró por la ventana, viendo el cielo obscuro y el bosque solitario. Antes… eso me importaba tan poco…

    ¿Cómo es que llegué a ser “eso”?

    Su mirada se volvió melancólica, apretado la tela de su kimono y haciendo presión con sus labios. Mientras, Akihiko pensaba que debía disculparse por lo de hace un momento. Volteó hacia el menor, para darse cuenta de su expresión, y como prácticamente exprimía la tela. Esto lo sorprendió, ya que no se esperaba eso.

    —Misaki, ¿qué te pasa?—el oji jade, al escuchar su voz, volvió en sí. Lo miró y sonrió de manera forzada, para decirle:

    —N… nada, Usagi-san. Solo estoy algo adolorido en mis piernas, eso es todo—por supuesto, el peli plata se dio cuenta de su mentira.

    —Misaki, no creo merecer que me mientan de esa manera—el castaño, al verse atrapado, solo dijo lo primero que se le vino a la mente.

    —Es que… Usagi-san, desde hace rato estás raro… a decir verdad, tu actitud me lastimó un poco…—esto desconcertó al oji lila, sin que Misaki se percatara de eso. El mayor solo bajó su mirada y se mantuvo en silencio por unos segundos, sin saber que contestarle. Es verdad que le hizo un gran shock el ver al oji esmeralda tan natural después de que ocasionara toda una matanza, pero también lo había hecho por protegerlo, por lo que supo que el menor no se merecía que hubiera tratado de esa manera. Viéndolo desde ese punto, Misaki tenía toda la razón para estar molesto—este… ¿estás enojado?—Akihiko volteó a ver al muchacho, dándose cuenta de que se veía arrepentido.

    Pero él… no tiene ninguna razón para estar arrepentido… Se paró rápido de su asiento, y se abalanzó sobre el samurái, para rodearlo con sus acogedores brazos y ocultar su rostro en su cuello. Misaki, sin saber que decir, solo se mantuvo callado.

    —Perdóname—dijo a fin el escritor—no fue tu culpa. Es solo que no estoy acostumbrado a verte de esa manera.

    Misaki claramente no entendía nada.

    —Eh… ¿a qué te refieres?—Akihiko alzó la cabeza, y lo miró directo a los ojos, haciendo que el muchacho se enrojeciera. Si previo aviso, tomó su barbilla y le dio un apasionado y profundo beso. Juntó su lengua con la de él, y comenzó a explorar cada pedazo de su cavidad, para robarle más de un suspiro al menor.

    Cuando ya necesitaban aire a toda costa, se separaron lentamente, mirándose con deseo.

    —Quiero decir, me sorprendió la manera en la que luchaste. No tenía idea de que lo hacías tan bien, y mucho menos de que pudieras empuñar la katana con tanta decisión—estas palabras dejaron azorado al oji jade, el cual dejó caer su cabeza sobre los hombros del mayor.

    —Si solamente era eso, me lo hubieras dicho, idiota—hablaba así, pero en el fondo estaba muy aliviado respecto al tema. Aunque esa no era su preocupación general, en realidad le alegraba haber escuchado eso. El oji violeta supo esto, así que solo sonrió y de dio un tierno abrazo.

    —Lo siento, no volverá a pasar—dicho esto, volvió a tomar el rostro del oji aceituna y le dio otro beso, pero este más suave y gentil. Poco a poco, comenzó a acariciar su cabello, y fue bajando lento por su cuello, luego por sus hombros, por la espalda, hasta llegar a la cadera. Suavemente, sus manos recorrieron la extensión de aquella parte que enloquecía al novelista, provocando algunos espasmos de Misaki.

    —U-Usagi-san—habló débil, mirando con dulzura y timidez a su torturador.

    —Misaki… quiero tenerte…

    Siguió besándolo pacientemente, hasta que por fin llegaron a un pueblo cercano al de la fiesta. El peli gris ordenó que se detuvieran por esa noche, y que encontraran rápido un lugar donde quedarse. Por supuesto, los samuráis de este se aliviaron, ya que no tendrían que viajar por todo el trayecto que faltaba y podrían descansar durante las siguientes horas. Algunos se fueron a un burdel para aprovechar y mirar a las bellezas que se encontrarían ahí, y otros simplemente se fueron a dormir. Akihiko, claro, se llevó a Misaki hacia una de las habitaciones de un hotel, para aprovechar al máximo esa noche. Después de todo, hace mucho que no podía estar con su peli marrón.

    Ya terminados los trámites de la renta de cuarto, ambos se fueron hacia la habitación, y al llegar ahí el peli plata cargó al menor y lo recostó suavemente en la cama, para cubrir su rostro de gentiles besos. Misaki soltó una risita.

    — ¿De qué te ríes?—preguntó el oji violeta.

    —Hace mucho que no hacíamos esto… cómo decirlo, me hace feliz—tomó el rostro del mayor, quien lo miraba abrumado, para darle un beso suave y ligero—No pares…

    Dicho esto, solo se acostó en la cama, mientras el mayor sonreía ampliamente.

    —Como ordenes—comenzó a quitar poco a poco cada prenda que traía puesto el menor, hasta que solo quedaba el fundoshi. Misaki soltaba algunos gemidos y suspiros, alzando sus muñecas hacia su cara y mordiéndose el labio inferior. Ver esto excitaba en gran manera al mayor.

    Desató lentamente el fundoshi de Misaki, viendo como lo que llevaba dentro se hinchaba más y más. Cuando ya esto estaba libre, pudo ver que el oji jade igual estaba más que excitado, al punto en que se podían ver rastros de pre-semen saliendo de él. Esto le encantó a Akihiko, y comenzó tocando la punta de su miembro, haciendo que el muchacho frente a él soltara un gemidito extremadamente placentero. Recorrió la longitud de su lívido con su dedo, hasta llegar a la base y regresar a la punta. El oji jade solo seguía gimiendo y soltando algunos suspiros.

    — ¿Te gusta?—preguntó el peli plata, aun sabiendo la respuesta. Misaki lo miró más que avergonzado.

    —Sí… Sigue…—dicho esto, Akihiko se excitó aún más, y continuó acariciando la parte más privada del menor.

    Cuando Misaki estaba a punto de correrse, apartó la boca de su amante, el cual ya sabía que haría eso. Vio al castaño con una amable mirada, que hizo que este se avergonzara más.

    — ¿Por qué te molesta tanto que yo continúe hasta que termines?—Misaki evitó su mirada, volteando hacia otro lado.

    —No es que me moleste… Lo que pasa es que me da pena…—el oji esmeralda llevó su mano derecha a su mejilla, cubriéndose la cara. Usagi sonrió aún más por la respuesta del menor, y continuó lamiendo el miembro de su amante, el cual se sorprendió por ello. Trató de decirle que no lo hiciera, pero cada vez que trataba de hacerlo, el oji lila mordía levemente la piel que recubría su lívido. Esto ocasionaba que el peli marrón no pudiera hacer más que gemir y gemir del placer.

    El menor, ya apunto de correrse, tomó el rostro del peli plata con ambas manos.

    —U… Usagi-san…—susurró—ya… no puedo soportar más…—La expresión del oji jade le encantó al escritor, el cual, aun lamiendo su virilidad, le dijo:

    —Está bien. Puedes correrte.

    Sin poder soportar más, el menor soltó un líquido blanco y espeso en la boca y rostro de su amante. Sentía que su vergüenza ya había alcanzado el límite. ¿Qué demonios fue eso de “está bien, puedes correrte”? ¡Me siento tan avergonzado que quiero morirme! Pensó el menor, cubriéndose la cara con una de las sábanas de la cama, la cual ya estaba desordenada. Usagi vio esto, y se acercó más al peli marrón, el cual sintió claramente el peso del mayor sobre él.

    —Misaki… muéstrame tu rostro…—su voz sonaba extremadamente sensual.

    —No digas así mi nombre… ya te dije que me da pena…—el oji violeta sonrió, quitando rápido la sábana que se interponía entre él y su amor.

    —Pero si te vez muy bello cuando te apenas—dio otro beso a la boca del oji jade, mientras este, al contrario de negarse, solo siguió la corriente y rodeó la espalda de Akihiko con ambos brazos. Ambos disfrutaron ese momento, sin tocarse otra cosa más que la espalda y los hombros. Era agradable.

    Al cabo de unos dos minutos, ambos comenzaron a impacientarse. Se querían. Se deseaban. Akihiko se separó de Misaki, y lo vio a los ojos con una mirada dulce y penetrante. El menor estaba avergonzado, pero terminó por rendirse ante esos orbes ojos violetas que lo hipnotizaban.

    —Empecemos de una vez…—dijo el de ojos esmeralda, lleno de deseo. El peli plata asintió, y se enderezó encima de su pareja. Poco a poco, fue acariciando cada parte de su torso. Sus pezones, el abdomen, los hombros, la pelvis. Cada parte de él le gustaba. Por cada pequeño roce, el menor soltaba un jadeo, o un pequeño quejido. Las caricias de Usagi lo encendían inmediatamente, al igual que a él las reacciones de Misaki. Ambos solo pensaban en el otro, adentrándose más y más a esa placentera atmósfera, sin pensar en nada más.

    Después de explorar su parte superior, el peli plateado bajó hacia sus partes más privadas. Esto, por supuesto, pudo excitar más a su acompañante. Sus exhalaciones se hacían más fuertes, y pronto los jadeos aumentaron y se dieron en un ritmo más veloz. Los cabellos castaños caían sobre la frente, humedeciéndose con algunos puntos de sudor del oji jade. Usagi no aguantó más y metió uno de sus dedos a la cavidad del menor, no sin antes lubricarlos con un poco de saliva. Al sentir esto, Misaki no pudo hacer más que sujetar aún más fuerte la tela que cubría el colchón, y convertir sus gemidos en gritos de dolor y placer. Aquellas dos sensaciones se combinaban de la manera más armoniosa posible, haciéndolo sentir en la Luna.

    —Ahh… Usagi… sa-¡ah!… ahí se siente…—rodeó el cuello de su amante con ambos brazos, mientras este seguía dilatando la entrada de su novio. La voz entrecortada de él y los leves gritos de placer que emitía simplemente lo excitaban en grande.

    Primero metió un dedo, cuidando no lastimarlo. Cuando vio que estaba lo suficientemente preparado, metió otro, ocasionando más jadeos y gritos del castaño. Los dedos entraban y salían de él, endureciendo más al peli plata. Miraba como se iba dilatando y escuchaba algunos soniditos que provenían del interior del oji jade.

    Siguió con su trabajo, hasta que vio que ya estaba lo suficientemente preparado. Alzó sus caderas con cuidado, como si tuviera miedo de que se fuera a romper, y lo tomó del rostro.

    —Ya está lo suficientemente preparado. ¿Está bien si la meto?—preguntó como si fuera algo del otro mundo. Esto, de alguna manera, conmovió al castaño, el cual igual tomó los costados de la cara de Akihiko.

    —Claro que sí. Hazlo rápido—sonrió idénticamente a un ángel. Akihiko, sabiendo que Misaki igual lo deseaba, entró de un solo golpe en él, procurando no lastimarlo. El menor soltó un grito de dolorosa placer, aferrándose a la escultural espalda de su amante, y rasguñándolo un poco con sus uñas. La excitación se desbordaba de cada uno de los dos cuerpos, mientras que ambos se entregaban un apasionante y hermoso frenesí.

    Akihiko pronto comenzó un vaivén rápido y firme, pero sin llegar a ser violento. Los muchos gritos de placer se ahogaban entre las cuatro paredes del cuarto, provocando que ambos se excitaran en gran manera. Misaki seguía sujetándose de la espalda de su amante, moviendo también sus caderas para aumentar el placer. Esto le encantaba a su seme, el cual también procuraba acelerar el ritmo con cuidado.

    El peli plateado siguió penetrando fuertemente al menor, mientras ambos suspiraban y gemían el nombre del otro, hasta que ya ninguno de los dos podía soportar por más tiempo. Estaban a punto de correrse. Misaki se aferró más fuerte a su pareja, rodeando su cuello con ambos brazos, y Usagi siguió entrando en él hasta que ya no pudo más. Ambos jóvenes se vinieron al mismo tiempo; Usagi dentro del castaño y Misaki en el vientre de ambos. Los dos se dejaron caer entre las sábanas, terminando así el maravilloso acto de amor que habían comenzado.

    Usagi volteó a mirar a Misaki. Su rostro cansado y cubierto de un sudor casi fosforescente simplemente lo sumían en una locura sin fin. Además de que su entrepierna y parte de su abdomen estaban cubiertos de la esencia del más grande, y de la suya propia. Misaki igual lo volteó a ver, sonriéndole hermosamente, casi recitándole palabras de amor en silencio.

    —Misaki… te amo…—susurró el peli plata al joven que estaba a un lado de él. Este solo sonrió tranquilo, mientras rodeaba su abdomen con ambos brazos.

    —Yo también te amo, Usagi-san…—el oji lila en realidad no se esperaba que el menor dijera eso; sin embargo, no resultó tan extraño para él. Correspondió a su abrazo, y dio un beso gentil a su boca.

    Pasaron algunos minutos, en los que Misaki se distraía mirando el entorno del cuarto. Para gran sorpresa del castaño, el escritor se durmió antes que él. Sonrió al ver su rostro tan apacible y tierno. Casi pudo jurar que estaba viendo a Usagi cuando era niño.

    Se quedó observando un rato la cara de su amante, hasta que se aburrió y decidió pararse a dar una vuelta por el cuarto, el cual era algo lujoso, pero no tanto como acostumbraba. De seguro lo único que le importaba era llegar y tener sexo. Pensó con algo de gracia.

    Cuando terminó de explorar el cuarto, simplemente se sentó en un borde de la cama. Se concentró en el sonido de las hojas a lo lejos, cuando escuchó algo que se le hizo muy familiar. Misaki no lo pudo creer, hasta que corrió hacia la ventana y abrió las cortinas de seda rápidamente, solo para poder observar algo que lo aturdió demasiado: el mar. Las olas chocando unas con otras, y algunas gaviotas que comenzaban a despertar con la salida del Sol, simplemente eran…

    Perturbadoras…

    Llegó un momento en que no pudo soportar más y se dejó caer de rodillas al suelo, rodeando sus mejillas con sus manos. Su garganta de repente se sometió a un agudo y estrujante dolor, y comenzó a llorar en silencio. Sus ojos solo se llenaban más y más de lágrimas, mientras un dolor más allá de la razón se apoderaba de su pecho. Aquellas imágenes no las podía soportar. Eran horribles, espeluznantes.

    Siguió en el piso, cuando por fin pudo controlarse. Sabía que si Akihiko se llegara a despertar sería demasiado incómodo para ambos, así que lo único que podía hacer era guardar todos sus sentimientos y dejarlo pasar. Después de todo, lo había estado haciendo todo este tiempo, y nunca se le había escapado nada, mas que con Hiroki y Nowaki. Ellos, y Takahiro, eran lo únicos que sabían acerca de él, y eran los únicos a los que les dejaría saber. Nadie más tendrá su pasado en sus manos. Nadie.

    Se levantó con un porte digno de un gran guerrero, y se dirigió al baño para darse una ducha en la gran tina de piedra que se encontraba ahí. Puso todas sus fuerzas en ignorar lo que había pasado hace un momento, y se lavó cada parte de su cuerpo, ya que seguía lleno de los fluidos del oji violeta.

    Terminó de acerase, y se secó con un toalla de una tela muy fina que estaba en el baño. Al parecer era cortesía del hotel.

    Salió de ahí, y solo esperó paciente a que el mayor despertara, para poder irse de una vez por todas a donde no pudiera ver esa horrible cosa llamada “mar”…

    ***

    Qué les pareció? Espero que les haya gustado!
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    Yane!
     
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  13. bettychan
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    esta exelente me gusto pero porque misaki se puso asi de

    rrepente sobre lo del mas acaso algo sucedio con lo de la muerte de sus padres

    tengo razon o no mmm...ya quiero saber que fueo lo que paso


    me emuero de ganas de saber que intriga

    conty conty
     
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  14. white witch
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    kawai!!!!!!!!!!!!!

    kawai, kawai, kakawai!!!! :=FOXXIN: :=FOXXIN: :=FOXXIN: :=FOXXIN: :=FOXXIN: :=FOXXIN:
    te que do super la conty, me fascino, la adore, esta absolutamente genial. :=MUSEEN: :=MUSEEN: :=MUSEEN: :=MUSEEN:
    Sigue asi dokuro-sama! :=KITTIYN: :=fgdfgd: :=KITTIYN: :=KITTIYN: :=KITTIYN: :=KITTIYN:
    y porfa trata de no demorarte. :=uuum: :=uuum: :=uuum: :=uuum: :=uuum:

    P.D: espero que todo vaya bien con tu situacion familiar, sabes que puedes contar conmigo para lo que sea (se que debes estar diciendo "yo pórque demonios deberia de contarte mis broblemas!" pues la razon es que, cuando estas pasando por algo muy malo lo peor que puedes hacer es quedarte callada, creeme, yo casi termino muerta por eso)
     
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  15. bettychan
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    CONTY CONTY CONTY :=NEKKIN: :=NEKKIN: :=NEKKIN:

    ME GUSTA EL FIC :=uuum: :=uuum: :=uuhuhuhus:
     
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37 replies since 28/7/2011, 01:01   1487 views
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