La katana del rōnin y el rōnin del yakuza (UsagixMisaki) ((Nc-17))

9Dokuro-Chan8

Posted on 24/2/2012, 02:38

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Woe! Pues llevo como tres días haciendo este capítulo, ya que la escuela no me deja mucho tiempo libre, por lo que no se sorprendan mucho si este capítulo está muy aburrido, ne? TwT

Ah, y White Witch: Muchas gracias por decirme que puedo confiar en ti, pero estoy bien! owó No dejaré que ese montón de bakas homofóbicos e hipócritas vean una sola de mis lágrimas, así que no te preocupes! x3 Y sí, es difícil, pero con perseverancia y orgullo todo se puede, no? Aunque me gustaría platicar contigo algún día, así que si quieres déjame tu face, va? El mío es Raquel Dominos (si, tenía hambre cuando lo inventé -w-). Nos vemos! nwn

Antes de que empezaran a leer el capi, les doy una pequeña reseña de lo que leerán: un pequeñísima pista de cómo fue el pasado de Misaki!! *aplausos* Ahora sí! ENJOY!! X3

***

Un cansado peli marrón yacía sentado en el borde del futón. Esperaba pacientemente a que el peli plata a su lado por fin despertara, aunque sabía que iba a tardar bastante.

El mar seguía su curso a lo lejos, perturbando cada vez más al menor. Sentía que su corazón latía a una velocidad increíble, y que su estómago se sometía a un peso intangible. Aquello era insoportable.

Por su mente pasaron varios pensamientos. Entre ellos arrancarse las orejas para no tener que escuchar el tenue sonido del oleaje y destruir el lugar, pero sabía que no era muy conveniente que digamos. Solo le quedaba esperar.

Pasaron así unos minutos, algunas horas, hasta que se volvió insoportable. Se decidió a salir y caminar un rato, para librarse de todos los pensamientos que carcomían su mente. Se levantó, se puso su kimono (ya que su kinagashi estaba en la casa del novelista), se dirigió a la salida del dormitorio, y cuando estaba a punto de correr la puerta, se detuvo en seco.

En serio, cómo detesto el mar… pensó con el ceño fruncido y los ojos cerrados. Suspiró pesadamente, mientras contaba hasta tres, armándose de valor. Al llegar al tercer número, lo único que hizo fue azotar violentamente la puerta corrediza y salir corriendo hasta llegar a la puerta principal, delante la cual se paró y la observó por algunos instantes. Se decidió. Tomó la manija para correrla lentamente, dejando entrar los casi imperceptibles rayos de Sol que venían con la mañana, y mostrando una parte de la costa del pueblo. Parecía Enbizaka.

Salió del lugar, y se dedicó a caminar sin rumbo por las casas y los puestos de comida y alhajas que apenas se estaban montando. Se alejó lo más posible, hasta que ya no pudo escuchar ni ver ninguna parte de la playa. Suspiró de alivio, y caminó por un rato más, sin percatarse de la hora.

Pudo ver un templo, también varios puesto de comida que lucía deliciosa —tenía bastante hambre— y algunas familias que caminaban tomadas de la mano, como si salieran junto con el amanecer. Misaki, al observar esto, solo pudo sonreír con dolor. Quisiera no tener que cruzarme con ninguna otra persona…

De pronto, como si los dioses lo hubieran escuchado directamente y desearan jugarle una broma pesada, delante de él aparecieron dos jóvenes de unos 24 o 25 años de edad, los cuales lo amenazaron con unas discretas navajas blancas.

—Si nos das todo lo que traes, tal vez no te hagamos mucho daño, niño bonito—dijo uno de ellos de manera desafiante. Misaki realmente no estaba de humor como para ese tipo de juegos, así que solo les dijo <<quítense>> con un tono despectivo, y los empujó a ambos con una facilidad sorprendente, cosa que molestó a los muchachos. El más pequeño, bastante fastidiado, le gritó:

— ¡¿Pero quién te crees que eres, bastardo?!—dijo el de cabellos verdes obscuros, molesto y sacando una katana que no se veía de muy buena calidad. El oji esmeralda notó esto, y se rio de forma burlona.

—No estoy aquí para tratar con perros como tú. Vete a jugar con tu mamá—dicho esto, siguió su camino tranquilamente, fastidiándolos aún más. Estos fueron tras de él, y el más pequeño trató de golpearlo en la espalda. Ni siquiera se dio cuenta de cómo fue que Misaki esquivó ese golpe y le dio uno mucho más potente entre las costillas.

El más alto de los muchachos, que tenía cabellos rubios, se alarmó al ver como el menor caía al suelo y soltaba algunas lágrimas de dolor. Volteó a ver a Misaki, luego de agacharse y sujetar a su acompañante, solo para notar su mirada. Esa mirada era intimidante y hasta espeluznante. Parecía un asesino en todo el sentido de la palabra. El muchacho lo miró con miedo, mientras estrujaba al malherido entre sus brazos.

— ¿Cual es tu nombre? Te me haces conocido—habló con cierta precaución.

—Takahashi Misaki—el joven abrió los ojos como platos, y se quedó estupefacto. No podía ser él. ¡Era imposible!

—Qui… quieres decir… ¿El legendario Takahashi Misaki, del cual se hablan innumerables leyendas?—Misaki no respondió nada, solo asintió.

El joven no podía creerlo. Era él en persona.

— ¡¿En serio lo eres?! ¡He querido conocerte desde que era pequeño!—casi gritaba, sin soltar al otro joven—por favor, discúlpame por lo de hace un momento. Es solo que pensamos que conseguiríamos algo de dinero para comprar comida…

Misaki contestó con un seco <<no te preocupes>>, sin quitar su mirada. El rubio se intimidó un poco, pero sabía que esa era su única oportunidad. Aunque era muy repentino, debía aprovecharla. Tragó saliva con nerviosismo, captando la atención del oji jade. Abrió la boca, y trató de tartamudear.

—Este… ¿Te puedo pedir algo?…—preguntó mirando fijamente al peli marrón. Misaki volvió a asentir—Bueno… ¿p-podrías acompáñame un momento? No te quitaré mucho tiempo, solo quiero hablar contigo…

El oji esmeralda en verdad no estaba de humor, pero pensó que podría ser bueno entretenerse un rato, por lo que aceptó la oferta. Ayudó al joven a cargar al más pequeño, y lo siguió hasta una pequeña caseta a las afueras de un bosque. Por supuesto que Misaki estaba más que atento por si era una trampa, ya que tenían muy en claro que era muy famoso entre los barrios bajos de Edo (aunque no sabía que también era conocido fuera de aquella ciudad).

Al llegar a una pequeña banca al lado de un árbol, el más joven le ofreció un pequeño vaso con sake, que el oji jade aceptó sin rodeos. Bebieron uno, dos vasos, después de que acomodaran al peli verde debajo de otro árbol, hasta que el muchacho se atrevió a hablar, todavía nervioso.

—Diré esto sin darle vueltas al asunto—hizo una pausa, pensando cómo decirlo sin ofender al castaño y cómo expresarse correctamente—Yo… realmente quería pregunte cómo fue tu vida, para que te hayas vuelto toda una leyenda viviente en el bajo mundo…

El peli dorado bajó la mirada, dándole a Misaki a entender que él realmente lo admiraba. Dejó el pequeño vaso a un lado, y alzó una pierna sobre la banca donde estaba sentado, para poner su codo encima de ella y apoyar ahí su quijada.

—Verás… Creo que mi “historia” ya se ha convertido en algo en boca de muchos. ¿Por qué no mejor me cuentas tú la versión que conoces?

El rubio alzó la mirada, y se encontró con los orbes ojos esmeraldas de Misaki, los cuales ya tenían un aura un tanto melancólica. Esto hizo sonrojar un poco al muchacho, pues todavía no podía creer que estuviera al lado de su más grande ídolo.

—Pues… Según lo que yo he escuchado, tus padres eran rōnin que asesinaban para comer, y luego toda tu familia murió, haciendo que te convirtieras en una especie de “lobo solitario”, o algo así… Aunque yo no creo que eso sea completamente verdad…

— ¿Completamente? ¿Crees que parte de esa historia es verdad?

— ¡N-no quise decir eso! Tal vez algunos datos coincidan, ¡pero no lo se!

— ¿Y cuales crees que sean los datos que coinciden?—Misaki trataba de jugar un poco con los nervios del menor. El rubio cada vez se sentía más presionado.

— ¡Pues por eso te pedí que me lo dijeras! ¡Para saber más sobre ti!

Misaki, por primera vez en el día, soltó una sonrisa, cosa que impactó al otro joven. Era la primera vez que veía a su ídolo desde que era pequeño, y además tenía la oportunidad de ver su hermosa sonrisa. Pero vaya que era suertudo.

—Ja ja, tienes razón—miró el bosque—pues los datos que no son verdaderos, para empezar, es lo de mis padres. Ellos no eran asesinos, trabajaban normalmente. Lamento si eso te decepciona un poco—sonrió amable, provocando que el otro se apenara.

— ¡N-no, para nada!

Misaki volvió a sonreír.

—Y otro de los datos que no coinciden es que yo no soy ningún “lobo solitario”. Tengo un hermano mayor—esto sorprendió un poco al rubio.

—Eso es realmente inesperado. ¿Cómo es tu hermano mayor?—parecía un niño pequeño al preguntarle tantas cosas.

—Pues es muy amable y algo despistado. Aunque…—bajó la mirada—él… perdió un brazo hace muchos años…

El rubio solo lo miró, anonadado. Entonces era como los rumores: un pasado trágico y lleno de sangre.

—Yo… lo siento mucho…

—No, no te preocupes. Te mentiría si te dijera que no importa, pero tampoco hay que ponerse muy mal por eso. Él ya está casado y vive en Edo, así que ya no hay porqué deprimirse. Ya todo está bien—el rubio lo miró.

—Y tú…—dijo el otro joven— ¿donde estás ahora?

Esta pregunta sorprendió al oji jade, el cual dudó en responderle. Si le decía que un rōnin como él vivía con el oji lila, tal vez mancharía su reputación. No podía permitir eso.

—Ahora estoy viajando, solo eso. Quiero ir a un lugar al que fui cuando era niño—no estaba diciendo del todo mentiras; en verdad tenía ganas de ir ahí.

—Eh…Entonces, si quieres, puedes quedarte en nuestra casa esta noche. Hay espacio, ya que solo vivo con Kyouhei, mi hermano menor—señaló al que dormía bajo la sobra de uno de los árboles. Misaki, al escuchar esto, solo pensaba en qué decir. No podía negarse tan repentinamente, ya que podía ser muy obvio, pero entonces, ¿qué hacía?

—Creo que no sería muy conveniente—habló el oji esmeralda—prefiero llegar cuanto antes. No quiero perder mucho tiempo—el rubio pareció entender, por lo que supuso que lo mejor era no agobiarlo con tanta persistencia.

—Comprendo… ¿y cuando partirás de Enbizaka?

—Puede que hoy mismo…

Se paró en seco. Recordó de repente que él estaba viajando junto a Akihiko, y que ahora mismo podría estar buscándolo, y que si no lo encontraba, entonces…

¡Mierda! ¡¿Cómo se me pudo olvidar algo tan importante?!

— ¡Lo siento, pero tengo que irme de una vez! ¡Nos vemos!

Se levantó corriendo, y antes de salir disparado, le preguntó, recordándolo también:

—Perdón, pero, ¿cuál es tu nombre?

El rubio lo miró algo extrañado, ya que todo había sido muy repentino.

—Este… Me llamo Oda Souichi…

— ¿Souichi? Bien, ¡nos vemos, Souichi!

— ¡Ah, pero…!—dejó al joven con la palabra en la boca, saliendo casi volando del lugar—pero si ni siquiera le había preguntado lo que en verdad le quería preguntar…

Mientras tanto, el oji jade, atravesando todo el camino que logró recordar, se reprendía mentalmente. Demonios… ¿Por qué me tuve que ir tan lejos? ¡Soy tan idiota! Continuó corriendo y tratando de recordar, hasta que vio algo que se le hizo familiar: un puesto de oden, que había visto mientras caminaba antes de encontrarse con el par de hermanos. Ya identificado ese detalle, no era muy complicado llegar al hotel donde estaba el peli plata.

Siguió corriendo a toda máquina, cuando por fin supo en definitiva que había llegado a su destino. Vio con angustia toda la extensión de la playa que rodeaba al lugar, y vio también a sus compañeros samuráis, quienes yacían sentados a la entrada del lugar. Parecía que Usagi aún no se levantaba.

— ¡Ah, ahí está Takahashi!—dijo un de los que estaban parados, observando a Misaki—qué bueno que llegaste. Eres el único que puede tener acceso al cuarto del amo, y necesitamos partir ahora mismo—Misaki no comprendió del todo la situación.

— ¿Y por qué Usa… el amo tiene que partir pronto?—preguntó.

— ¿No te acuerdas? Takatsuki-dono va a ir hoy a visitarlo. Ya sabes, para que le de clases y todo eso.

Ah, eso ya se me había olvidado. Pensó Misaki, dándose cuenta de que casi todo se le olvidaba últimamente.

—Ya veo… Pero, tú debes de saber como se pone el amo cuando lo despiertan, ¿no es así?—lo miró con el ceño algo fruncido. El otro hombre esquivó la mirada de Misaki, con una pequeña gota de sudor en su frente y una sonrisa nerviosa.

—Si no lo supiéramos, lo habríamos despertado nosotros—rió.

— ¿Qué? ¡O sea que me están echando la bolita solo a mí!

—Bueno, bueno—dijo otro de los samuráis—también sabemos que Takahashi-san es muy bueno con las artes marciales, así que pensamos que no habría problemas.

— ¡Así es!—volvió a decir el otro—por eso, contamos contigo, ¿si?

Misaki se resignó, al ver como él y los demás samuráis juntaban sus manos y se lo pedían algo desesperados. Suspiró, y contestó con un <<de acuerdo>> pesado, para luego meterse al hotel entre gritos de agradecimiento de sus compañeros.

Ellos en realidad son muy buenas personas… sonrió alegremente, aliviándose porque ellos no se dejaran llevar por los rumores sobre él y lo excluyeran o lo trataran diferente. En realidad, le gustaba mucho tener con quien hablar, aunque sea como un amigo.

Caminó entre los pasillos, y llegó por fin a la puerta del cuarto donde estaba el peli plata. Inhaló, y corrió lentamente la puerta de tela, para ver a un oji lila durmiendo plácidamente encima del futon. Es bastante lindo cuando duerme… Misaki se acercó a su rostro, y dio un pequeño beso la frente del novelista, el cual solo gruñó. Esto causó gracia al menor, y comenzó a mover un poco el cuerpo del mayor, para despertarlo.

—Usagi-san, levántate—decía el pequeño, tratando de despertar al escritor. Este, al sentir que lo estaban moviendo, solo alzó uno de sus marcados brazos y tomó al oji jade del cuello para acorralarlo entre su abdomen y las sábanas. Esto asfixiaba un poco al menor— ¡Oye, Usagi-san, no puedo respirar!

—Hmm… Misaki… ¿Qué hay para desayunar…?

—Usagi-san, tenemos que irnos ya… se nos va a hacer tarde para ver a Takatsuki-dono…

El mayor se levantó perezosamente, liberando al más pequeño de su agarre, y se dirigió hacia su hakama y su haori. Se los puso con flojera, aún con ojeras y con un aura somnolienta.

Terminó de vestirse, y le dijo a Misaki <<vámonos>>, mientras salía con tranquilidad del cuarto. El castaño lo siguió, y ambos llegaron a la entrada del hotel, donde todos los samuráis esperaban algo impacientes.

— ¡Muy buenos días, Usami-dono!—saludaron todos al unisonó, confundiendo a Misaki. Todavía no sabía muy bien lo que era un verdadero samurái. Usagi solo contestó con un <<buenos>>, y se subió a la carreta ya preparada. Misaki se subió a su lado, mientras los demás samuráis tomaban sus caballos y se encaminaban por detrás de la carreta.

—Misaki—dijo el mayor, cuando el vehículo comenzó a moverse— ¿dónde estabas?—el menor supo a lo que se refería.
—Estaba dando una vuelta por el pueblo. Aunque no pensé que te fueras a dar cuenta de que no estaba—trató de reír. Como eso no era del todo mentira, Akihiko creyó fácilmente la historia del menor. Así pasaron dos horas del viaje, en las cuales el oji jade solo miraba por la ventana, todavía recordando lo que había pasado la noche anterior.

Ya quisiera no poder recordar nada… Pensó, mientras sus ojos de pronto se sometían a un peso inexplicable, y sus párpados amenazaban con cerrarse bruscamente.

Mientras tanto, el peli plata frente a él se preocupaba por su compromiso con el hijo del Shogun, Shinobu. Había rumores que decían que era un niño muy difícil de manejar, por lo que estaba un poco nervioso por ello. Pensó en pedirle consejos a Hiroki, pero su orgullo se lo impedía. Además, no tenía ganas de escuchar su molesta risa burlona.

Suspiró pesadamente, sintiendo ganas de abrazar a Misaki. Volteó hacia él, con la intención de robarle un pequeño beso, cuando observó su cada adormilada que se acomodaba sobre su muñeca. Un poco de saliva salía de su boca, mientras él se entregaba completamente al cansancio de una noche entera sin dormir. Esta imagen, por alguna extraña razón, lo cautivó de sobremanera. Se levantó de su asiento, y se sentó junto al castaño, el cual, sin estar del todo consiente, acurrucó su mejilla en el hombro del mayor. Akihiko solo dejó que Misaki hiciera esto, acariciando sus cabellos color chocolate, y mirando su hermosa cara durmiente. Esto, de seguro, es una prueba de que ahora Misaki es lo más preciado que tengo… El peli plata también acomodó su cabeza sobre la del samurái, y sujetó su mano como si estuviera a punto de romperse. Besó con suavidad su cabello, sin importarle qué cosa pudiera venir en el futuro, con tal de que su preciado oji esmeralda estuviera a su lado...

***

Y bien? Qué les pareció? En lo personal no me gustó mucho, pero espero que aunque sea hayan dicho "pudo estar peor" o algo así TwT

Como sea, espero que les haya gustado y que no me abandonen! Ah, y gracias a las que me han acompañado desde el principio, a las que a penas leen el fic, y a las que no le encuentran sentido ni tampoco lo consideran interesante, pero se pasan por aquí de vez en cuando! nwn

Yane! x3

bettychan

Posted on 24/2/2012, 03:28

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POR DIOS COMO PUEDES DECIR QUE NO NOS VA AGUSTAR SI LA ULTIMA PARTE ESTUVO GENIAL PAFRECIA EL FINAL DEL FIC

WUAAAAAA ME ENAMORE DEL ULTIMO PARRAFO Y TAMBIEN DONDE LE PIDEN A MISAKI QUE DESPIERTE AL ESCRITOR

JAJAJAJA ME DIO RISA DESPUES

BUAAAA ESPERO LA CONTY CON MUCHAS ANCIAS AUNQUE ESTA UN POCO CORTA

EPSERO LA CONTY

SALUDOS Y MATTA NE

bettychan

Posted on 26/2/2012, 03:08

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kyaaaaa que bonito se veran misaki y usagi de esa forma

conty