BAJAS PASIONES Harry/Draco +17

¿El amor pude nacer apartir del deseo? FINALIZADO

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. 290589-kaname
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Capitulo 27
    Se cánsela el torneo de los tres magos



    El Limani
    Dentro de todos hombres y bestias está el eterno deseo de un refugio. Algún lugar libre de persecución, libre de ser cazado o lastimado. Pero hace mucho tiempo no había tal lugar que encontrar para esos que eran ambos hombre y bestias. Esos que podían caminar a cuatro patas durante el día y dos piernas por la noche.
    Ellos eran cazados por todos, sin encontrar refugio.
    Su historia, como todas las historias, tuvo un comienzo – un comienzo de amor eterno y pasado muy enredado. Eónes atrás hubo un antiguo rey griego que tenía una reina que significaba para él más que cualquier cosa en el mundo. Pero su reina albergaba un oscuro secreto. Ella había nacido de una raza maldita.
    Más de dos mil años antes de su nacimiento, su gente había cometido un trágico error. Ellos habían asesinado a la amante y al hijo del dios griego Apolo. En venganza por los asesinatos, el dios griego maldijo a su gente con tres cosas. Tendrían que beber de su propia sangre para vivir. Nunca más podrían caminar a la luz del día. Pero fue la tercera maldición la más dura. Todos ellos morirían lenta y dolorosamente en su vigésimo séptimo cumpleaños.
    Fiel a la maldición del dios, la joven reina se convirtió dolorosamente en polvo el día que cumplió los veintisiete. Incapaz para detenerlo, el rey vio como su bien amada moría, pronunciando su nombre. Una vez que ella se fue, él se dio cuenta de que sus dos hijos estaban destinados a encontrar el mismo horrible destino de su madre.
    Incapaz de soportar su pérdida, también, el rey buscó en la magia el poder alargar sus vidas. Usando la más oscura de las magias, él recurrió a la gente de su esposa, quienes fueron llamados Apolitas, y experimentó con ellos. Uniendo la fuerza vital de sus vidas malditas con aquellos animales más fuertes, él creó dos razas. Los Arcadios, quienes poseían corazones humanos, y los Katagaria, quienes poseían corazón de animal.
    Los Arcadios eran básicamente humanos que podían tomar forma animal una vez que alcanzaban la pubertad – un acontecimiento que para ellos ocurre alrededor de los veinticinco años. Los Katagaria eran animales que podían tomar forma humana una vez que alcanzaban pubertad a la misma edad. Dos caras de la misma moneda, ambas especies nacieron con el poder de usar la magia y viajar a través del tiempo bajo la luz de la luna llena.
    Finalmente, la maldición del dios griego era levantada en al menos esos Apolitas que había sido transformados en ambos humano y animal. Al no ser verdaderos Apolitas, no podía caer sobre ellos la maldición de Apolo. O así pensaba el rey hasta que el antiguo dios griego le recurrió a la tres Parcas.
    ¿"Quién eres tú para frustrar el plan de un dios? Exigieron los destinos unidos en una sola voz
    El rey contestó desafiante. “Igual que cualquier padre, yo he protegido a mis hijos. Nadie se llevará sus vidas innecesariamente por algo en lo que ellos no formaron parte”.
    Pero eso no era suficiente para la Parcas. Ellas estaban enfadadas con los tejemanejes del rey. Con el desafío que había infringido al buscar una forma para alterar el destino de los Apolitas con los que él había experimentado una vez. Como castigo, le exigieron que matase a los Arcadios y a los Katagaria, empezando por sus hijos.
    Él se negó.
    "Entonces nunca habrá paz entre ellos," decretaron las Parcas. “Desde este día en adelante, los Arcadios y los Katagaria no conocerán otra cosa que la lucha entre unos y otros. Se cazarán y asesinarán hasta que no quede ninguno de ellos”.
    Así es como ha sido durante miles de años. Los Arcadios matando a los Katagaria que a su vez mataban a los Arcadios. Su guerra ha durado incluso hasta estos días…
    Y incluso más allá.
    Pero como en todas las guerras, con el paso del tiempo, fueron necesarias las pequeñas treguas. Savitar, el mediador imparcial entre los Arcadios y Katagaria, estableció limanis o santuarios donde humanos y animales podían ir sin miedo a ser cazados. En estos pocos designados lugares, ambos Katagaria y Arcadios podían descansar por un tiempo antes de que se reincorporaran a sus rangos y empezaran a pelear otra vez.
    No es fácil ser reconocido como tal lugar, pero una vez que se ha logrado, nadie hombre o bestia puede cometer una agresión en el santificado limani. No sin desatar la furia de todas las especies de Arcadios y Katagaria por igual.
    Es un honor sagrado el convertirse en santuario y también es un calvario. La paz siempre surge como resultado de sacrificio. Y pocos habían sacrificado más que el clan de los osos que controlaba el bar Santuario en Nueva Orleáns... (extracto original de la saga de los cazadores oscuros)

    Lucius
    Entre al santuario de los osos en Nueva Orleans. En la puerta me saludo con un cordial gesto uno de los cachorros de la dueña Nicolette. Pero yo no estaba aquí para hacer amistades, a mi lo que en estos momentos mas me interesaba era saber donde se encontraba Archeron.
    Camine hasta la barra, donde había toda una manada de lobos Katagaria y le pregunte al líder, Fury, sobre Archeron.
    El se me quedo mirando dubitativo, no era común que un Arcadiano como yo fuera tan amable con un katagaria. Pero ese complejo de razas ya lo había superado, yo no tenia nada contra mis hermanos katagaria de cualquier patria o con los Arcadianos.
    - Fury, por favor –pedí.
    Una encantadora sonrisa poso sobre sus labios, y con su dedo me señalo el punto donde se estaba la mesa de Archero.
    Mirar a Archeron era como ver a un increíble modelo de ropa interior, pero en ves de ropa interior, Ash estaba vestido totalmente de cuero, como acostumbraban la mayoría de los cazadores oscuros. No por ello no dejaba de admirar su cuerpo perfectamente bien torneado y seductor. Pero he de aquel que quisiera entrar en sus terrenos. Podría tener la cara más hermosa del mundo pero sus poderes estaban más allá de cualquier ser conocido.
    Revoloteando cerca de el, se encontraba una despampanante mujer de facciones elficas, con suave cabello negro y ojos enigmáticamente rojos. Hace no mucho había escuchado que el jefe de los cazadores oscuros siempre iba acompañado con un demonio muy antiguo y muy peligroso. Aunque esta mujer mas que peligrosa y antigua parecía un niña engullendo un enorme pastel de dos pisos. ¿Cómo le cabria tanta comida?
    Me acerque hasta el hombre y me senté en una silla, de tal forma que quedaramos frente a frente. Archeron arqueo una ceja, pero no pude ver la expresión real de su rostro ya que sus ojos estaban cubiertos por unas gafas negras. Lo que me recordó a Neck y Savitar, ellos siempre llevaban ese mismo tipo de gafas aunque estuvieran en sitios oscuros.
    - Lucius –me saludo.
    - Ash… yo
    - Se a lo que has venido Kattagaria. –me corto.
    - ¿Cómo lo sabes? –pregunte, pero no recibí ninguna respuesta.
    - Yo no puedo darte las respuestas que buscas, es…peligroso.
    - ¿Peligroso? –no estaba entendiendo nada, y su respuesta hiso que en verdad me pusiera nervioso. ¿Acaso no comprendía que esto dependía del bienestar de mi hijo y la de su pareja?
    - Aun no es tiempo –una vos, proveniente de las sombras hiso que todo el bello de mi cuerpo se erizara. Era Savitar. –dime Lucius, has escuchado algún ves el dicho de ¿la curiosidad mato al gato?
    Si, claro que lo había escuchado, esa historia se la habían repetido de generación en generación, cuando supuestamente un Katagaria jaguar pregunto algo que a Savitar le molesto mucho y por eso ahora los jaguares katagaria prácticamente estaba extintos.
    - Considérate advertido –amenazo.
    - Pero Savitar, ¿Acaso no entiendes lo preocupado que estoy?
    - Si, lo se, pero aunque supieras quien es la madre de Harry no puedes hacer nada para cambiar el futuro.
    - ¿El futuro? ¿Acaso insinúas que algo va a pasar?
    - No lo se, puede ser, pero yo que tu me dedicaría mejor a vigilar la marca tenebrosa en tu brazo y a cuidarte de cierto artefacto mágico con el que una vez fuiste sometido.
    Mi cuerpo se contrajo de terror al recordar aquellos oscuros tiempos. Yo apenas había salido de Hogwarts y lord Voldemort estaba en su apogeo de poder.
    Todos los Slyterin querían pertenecer a los mortifagos, pero yo no. Tenía prohibido estar en cualquier organización del tipo político dentro de aquel reino mágico. Pero ese mago fue bastante astuto, se entero de lo que yo era y quien sabe de donde diablos saco un de los famoso orbes malditos.
    El orbe de los dragones, como lo llamaban los elfos de Qualinost y Silvanesti. Eran poderosos objetos fabricados con las tres magias mortales; la magia de los hechiceros negros, la de los rojos y la de los blancos. Ese artefacto era capaz de dominar a cualquier dragón con sangre de los elementales, y para mi desgracia mi esposa era uno de ellos.
    Voldemort sometió mi voluntad amenazándome con matar a mi esposa y utilizo mi poder en su beneficio. De cierta forma debería estar agradecido con Harry y Draco. Cuando mi hijo nació y mi esposa murió me libere de de esas cadenas y cuando el Lord ataco a Harry y se malogro su acto y el se murió, yo me libere al completo y destruí el orbe.
    ¿Acaso había más de esos espantosos objetos?
    - Savitar, -comencé desesperado –solo quiero saber si mi hijo estará bien.
    - Lo único que puedo decirte es que, su pareja lo ama más que a su propia vida y pase lo que pase eso nunca cambiara. Su amor será el único que al final haga que Draco este bien.
    Con eso último asentí en rendición y me desaparecí del lugar. Pero en mi mente supe que algo andaba mal y que aquellos dos lo sabían.

    Archeron miro divertido a Savitar, ni en sus más retorcidos sueños se imagino que precisamente él dijera semejante cursilería. Savitar siempre había sido un ser muy enigmático y siempre le había dicho a Archeron que el amor no sirve para nada, que daña mas el amor de las personas que el mismísimo odio y por eso el nuca se enamoraría. Menudo farsante…
    Savitar pudo leer los pensamiento de Ash y le mostro una de sus típicas sonrisas seductoras.
    - Lo digo y lo sostengo, el amor es un sentimiento inútil y desgastante. –se quito los lentes mientras pedía una cerveza a Aimee, la mesera Arcadiana.
    Archeron examino sus intensos ojos verdes y sonrió al farsante.
    - ¿No me digas que tu mamita te tendió una trampa?
    - Yo jamás caería en ninguna de sus tonterías, no ha nacido hombre o mujer que pueda someterme todavía.
    - ¿Y entonces por eso estas tratando a toda costa que nadie se entere quien es Harry realmente?
    - El Glamur ante todo mi querido amigo, el Glamur.

    Harry
    Desperté en mi cama con un dolor de cabeza insoportable. Mire a mi alrededor y de cierta forma me sentí extraño, como desorientado. No recordaba nada de lo que había pasado después de que sentí el llamado de Neville, y la verdad eso me preocupo.
    A mi lado, Draco se contorsiono en la cama y dejo sin querer su espalda al descubierto.
    Era tan hermoso y sensual. ¿Quién hubiera dicho que alguien así me haría caso a mí?
    Con mi boca trace un sendero de besos por toda su espalda hasta llegar a la espalda baja donde pase mi lengua por dentro de sus nalgas hasta llegar a su entrada, la que devore con devoción.
    Draco salto de la cama ante mi ataque y me fulmino con la mirada.
    No pude reprimir una carcajada ante semejante puchero. Su carita de ángel era muy graciosa.
    - Tú… -comenzó, pero fuimos interrumpidos por unos fuertes golpes de afuera.
    - ¡Draco, Harry salgan de ahí! El director convoco a una reunió en su despacho. –grito Ron.
    ¿Una reunión?
    Draco y yo subimos hasta el despacho del director Domuldore. Ron, Fred, George y Neville ya estaban ahí. Sus rostros parecían alterados, algo muy malo había pasado.
    - ¿Qué pasa? –pregunte.
    El director se acerco a mi con paso lento, como tanteando la situación.
    - Harry, -dijo – tengo entendido que tu tuviste una relación con el joven Oliver Wood ¿Cierto?
    Me quede de piedra, ¿Acaso el profesor pretendía que ventilara mis fracasos amorosos enfrente de todos?
    - No es por la relación en si por lo que te llame, a pasado algo que tienes que saber. Algo muy grabe que involucra a todos ustedes.
    - ¿No entiendo que tiene que ver en estos momentos Oliver con nosotros?
    - Harry, encontraron el cadáver de Oliver esta mañana.
    Lo que el profesor me acababa de decir fue como un balde de agua fría. Me senté muy lentamente en una silla y tape mi cara con mis manos. A mi lado pude ver que Draco se removía algo nervioso. No sabia lo que estaba pensando pero me imagine que se sentía incomodo ante la representación que hice de la noticia.
    - ¿Cómo fue? –pregunte.
    El director pensó un poco la respuesta porque se acaricio la barba. – fue descuartizado…
    La noticia fue más de lo que pude soportar. Era cierto que Oliver y yo ya no teníamos nada, que todo estaba en el pasado y que tenia ya en mi vida a mi amor verdadero, pero no por ello no podía dejar de sentirme mal.
    - ¿Qué?
    - Harry, cálmate – me pidió Ron.
    - ¿Qué me calme? ¿Cómo quieres que me calme si Oliver esta muerto? ¿Y además descuartizado?
    - Fue encontrado hoy en la mañana cerca del bosque prohibido. No sabemos quien fue o que fue. Es por eso que lo he citado aquí. –dijo el director.
    Mi mente trabajo rápido ante semejante declaración, ¿Acaso pensaba que alguno de nosotros lo había echo? Mas que eso ¿Acaso creía que yo tenia que ver en esto y por eso saco a colación mi relación con el? Me llene de rabia y frustración, tanto que sentí la preocupación de mis amigos pero yo estaba tan confundido que lo deje pasar.
    - ¿Acaso usted cree que alguno de nosotros fue? –me sentí herido ante semejante acusación.
    - Ho, no, no, Harry. Yo jamás he pensado eso, no pienses mal de este viejo. Si los cite aquí fue por que creo que ustedes pueden averiguar sobre esto. Pongo mis manos al fuego por cada uno de ustedes.
    - Pero es que no entiendo – comencé.
    - Nosotros tampoco, pero hasta que no estemos seguros de nada, he tomado la decisión de cancelar el torneo de los tres magos hasta nuevo aviso.
    Cuando entramos a la habitación, Draco se encerró en el baño y no salió hasta después de una hora.
    Como ese día no tendríamos clases debido a la fiesta del día anterior, Draco iba vestido de forma informal.
    - Draco, - lo llame – no te pongas así.
    - No se de lo que estas hablando.
    - Recuerda que puedo sentir lo que tú sientes.
    - Entonces por que me haces esto.
    - Draco…
    - No Harry, ¿Acaso no te diste cuenta como me sentí ante el espectáculo que diste? Te comportabas como si aun estuvieras enamorado de el.
    - Claro que no, sabes que yo solo te quiero a ti. Es solo que me pone nervioso que un asesino este suelto en la escuela. Temo por los míos, solo eso. –le sujete de la cintura y lo atraje hacia mi.
    - Prométeme que solo me querrás a mí.
    - Te lo prometo. ¿De que me serviría la vida si no la vivo contigo? Escucha bien amor lo que te digo –susurre – jamás me arrepentiré de entregarte mi corazón y espero que tu nunca te arrepientas de entregarme el tuyo.
    - Nunca.
    Tome su fino rostro entre mis manos y lo bese apasionadamente. El me correspondió con la misma ferocidad que se nos hiso casi imposible separarnos.
    - Tengo que irme amor, debo reunirme con el profesor Moody.
    - Ve, pero no tardes.
    Draco salió y me lanzo un beso al aire. Suspire con alegría, todo en mi vida se estaba convirtiendo literalmente en un sueño echo realidad.
    Con un movimiento de varita ordene pulcramente la habitación, pero me detuve en seco al ver una prenda llena de sangre. La tome entre mis manos y me di cuenta de que se trataba de la pijama de Draco. ¿Acaso Draco estaba herido?
    No, no estaba el herido por que la esencia de la sangre no era de Draco, sino de Oliver…

    George
    Estaba realmente preocupado después de saber la noticia sobre Oliver, después de todo el había sido mi amigo durante todos estos años y su muerte me pesaba demasiado. Sobretodo por la forma en la que murió. ¿Qué tal si fue un Daimon en busca de venganza y se topo con Oliver? Eso seria devastador por que entonces eso significaría que nosotros tuvimos la culpa.
    - George, ¿Qué pasa? – la vos de Katty me saco de mis pensamientos y me alegre al sentir su cercanía y preocupación. Pero entonces comencé a sentir pánico, no quería que le pasara nada, moriría si a ella le ocurriese algo por su culpa y su maldita estirpe. Involucrarla en esta guerra entre katagarias, Arcadianos y Daimons no era justo para ella. Aun así no podía apartarse de ella. Tendría que decirle toda la verdad sobre el y sobre su gente.
    Tome a katty entre mis brazos y la abrace como nunca antes lo había echo, quería recordar cada centímetro de ella a como diera lugar.
    La conduje hasta una de las aulas vacías del colegio y apretuje su delicado cuerpo contra el mío. Respire su dulce aroma y acaricie su cuello con mis manos. Katty tal ves no entendía lo que estaba pasando, pero sentía mi desesperación por sentir amor y me dejo hacer lo que yo quisiera.
    Bese su boca violando cada parte de ella y succionando sus delicados labios. Mis manos recorrieron su silueta hasta encontrar sus piernas. Ella se dejo llevar por la excitación y subió sus piernas para rodear mi cintura.
    Me puse duro de solo pensar estar enterrado en ella. Ya no podía resistirlo más.
    Cargue a Katty y la puse sobre el escritorio del profesor. Deslice mi boca por su cuello y le abrí la blusa hasta posar mis manos en sus tiernos pechos. El sostén desapareció ante los ojos incrédulos de mi novia, pero no hiso ningún comentario al respecto.
    Ella gimió al sentir mi lengua en uno de sus pezones tiernos, mientras que con mi otra mano me acerque a su sexo por dentro de la falda. Katty era suave entre sus pliegues y ya estaba preparada para recibirme pero yo quería prepararla, así que le acaricie el clítoris encontrando su punto más sensible. Ella se retorció ante mis caricias y pidió por más.
    Deslice un dedo por su virgen entrada y sentí su suavidad. Deslice otro mas y poco a poco comencé un ligero vaivén con mi mano.
    Katty desabrocho mis pantalones y liberó mi erección. Ella abrió sus piernas, incitándome a entrar en ella. Yo tome sus caderas y posicione mi punta en su entrada y poco a poco la fui penetrando. Era tan suave y exquisita.
    Sus manos se aferraron en mis hombros y luego a mi trasero para conducirme más en su interior. Cuando estuvo lo suficientemente preparada, las envestidas no se hicieron esperar. Primero lentas y después más rápidas hasta que ambos llegamos al orgasmo más placentero que jamás hubiéramos experimentado. Bese de nuevo sus labios y después salí de ella a regañadientes.
    La abrace y acune en mi regazo mientras los últimos temblores del placer se desvanecían de nuestros cuerpos.
    - Te amo –susurro.
    - Yo también –nunca sentí que podría sentir esto por nadie más que Fred, pero lo sentía y lo quería con ansias.
    Una extraña picazón recorrió mi mano derecha y la sacudí. Una marca tribal apareció ante mi al igual que en la mano de Katty. ¡Santo Dios, ella y yo nos acabábamos de emparejar!
     
    Top
    .
71 replies since 4/8/2011, 01:44   8869 views
  Share  
.