BAJAS PASIONES Harry/Draco +17

¿El amor pude nacer apartir del deseo? FINALIZADO

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  1. 290589-kaname
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    Capitulo 33
    Esto no me lo esperaba



    Harry

    Mirar a través de sus ojos era como contemplar el océano, infinito y de cierta forma aterrador. En sus ojos ya no había esa calidez con la que me embriagaba en las mañanas cuando despertábamos juntos, su piel tampoco parecía tan viva como antes, era como si estuviese viendo a un zombi. Pero era Draco…y el había asesinado despiadadamente a Ron y a Katty.

    ¿Acaso merecía perdón? ¿Merecía clemencia?
    Draco dirigió sus ojos a la lanza que sostenía con la mano, acontinuación sus labios se curvaron en una cruel sonrisa.
    - Tu no puedes hacerme daño –afirmo, no había duda en sus intensos ojos azules, lo que hiso que se me calentara la sangre.
    - ¿Cómo puedes estar tan seguro? –le pregunte.
    - Por que me amas más que a tu propia vida, yo me encargue de que así fuera.
    Casi se me cae el alma a los pies, Draco sabia donde pegar, donde echarle sal a la herida. Y lo peor de todo era que tenía razón, lo amaba más que a mi propia vida y era por eso que le daría el tiro de gracia al final. Nadie más podría hacerlo porque lo mas seguro era que lo odiaría.
    - El amor no me siega Draco –le confesé –he sufrido lo suficiente como para que no fuese cauto.
    - ¿A caso me estas diciendo que nunca confiaste en mi?
    En esta ocasión pude ver un poco de turbación en sus ojos así que me agarre de ahí para descontrolarlo y quitarle su seguridad, aunque todo lo que dijese fuera mentira.
    - Exacto, nunca confie en ti. Nunca he confiado en nadie…
    - Mientes – aspeto – si no lo hubieces hecho, me habrias descubierto antes.
    - Y quien dice que no lo hice, es por eso que hice algo antes de venir aquí.
    Le mostré mi mano donde alguna vez había estado la marca de emparejamiento. Draco la miro sin comprender, pero en su rostro se veía furia contenida.
    Para mi sorpresa, el lugar donde nos encontrábamos parecía demasiado silencioso. Mire alrededor con un poco de angustia ya que ningún sonido podía penetrar en mí. Fred y George estaban en el suelo, fuertemente abrazados pero casi ilesos, el cuerpo de Katty seguía tirado y sin viada y Voldemort nos miraba fijamente, envuelto en pensamientos que solo una mente retorcida como la suya tendría.
    - No te creo, no has hecho nada que pueda dáñame.
    Era extraño ¿Cómo era que no se daba cuenta que la marca ya no estaba?
    - Draco, - la voz siniestra de Voldemort resonó con eco en mi mente – acaba de una vez por todo con esto.
    - Como lo ordene amo…
    Draco se transformo repentinamente en dragón y se lanzo sobre mí con las fauces abiertas, ni siquiera me dio tiempo de reaccionar y me tiro al piso. Su enorme pata presiono sobre mi abdomen y me saco todo el aire. Trate de transformarme para liberarme pero algo me lo estaba impidiendo, la influencia mágica de Voldemort era más de lo creía.
    - Draco –lo llame suplicante, por una estúpida razón, creí que el reaccionaria, pero no lo hiso. Él realmente quería matarme y yo a el. Pero claro, no por las mismas razones. Draco me odiaba, podía verlo en sus ojos y de cierta forma yo también por todo lo que había hecho, no solo a mí, sino a la familia de Ron, a la de Katty, por Sirius que era mi única familia y por todos los estudiantes que en este momento luchaban por sus vidas.
    El matar a Draco no era acabar con la raíz del mal pero si se acabarían muchos problemas, esta arma tan preciosa y temible no debería estar en las garras de un desalmado como Voldemort. Tenia que parar esto.
    ¡Y que estúpido y engreído había sido! ¿Cómo pude quitarme la marca de emparejamiento? La rabia me había segado, el dolor me hiso ensordecer mis oídos para cometer semejante acto de deslealtad. Le había prometido a Draco que estaría con el hasta el final y con esto le esta traicionando. Pero no solo a el, sino a mi mismo. ¿Realmente seria capaz de vivir sin el? ¿Realmente podría vivir con la culpa de su asesinato? Lo mejor seria si los dos muriéramos…

    Hermione
    Tenia que llegar lo más rápido posible al castillo, tenia que advertirle a Harry de lo que estaba pasando antes de que cometiera una locura. Aun podía recordar la ira en sus ojos cuando Draco mato a Ron y con el a Sirius y no dudaba ni un poquito que tomara venganza del asunto. Los dragones como el no se aferraban demasiado a sus sentimientos, bueno por lo menos eso era lo que había visto de su especie.
    Pero Harry era diferente, él había vivido toda sus vida como un humano y por eso contaba para que no hiciera nada de lo que podría arrepentir después.
    El señor Lucius y yo habíamos salido con trabajo de la mansión Malfoy. Justo cuando escapábamos de las prisiones del sótano, nos habían descubierto y atacado, pero esos Mortífagos no eran nada contra Lucius, bueno, hasta que uno de ellos lanzo un hechizo que partió la carne del dragón y la hiso negra. Lucius me había explicado que se trataba de veneno mortal hecho con sangre de cazador oscuro y teníamos que detener su avance antes de que fuera demasiado tarde.
    Lo lleve a donde el me había dicho, un lagar en Nueva Orleans llamado “El santuario”. Un hombre, que resulto ser un katagaria halcón lo atendió y curo.
    En ese lugar descubrí que no solo los dragones existían sino toda una gama de animales. Lucius me explico su historia al igual que sus batallas por los últimos siglos. Jamás pensé que precisamente yo, la sangre sucia, estaría platicando así con Lucius Malfoy. Con este extraño vínculo me decidí a decirle la verdad sobre mí. Al principio estaba muy aséptico pero después se convenció al ver mi verdadera forma.
    Lo que realmente me sorprendió fue su historia con el orbe, nunca pensé que algo así había ocurrido, el orador de lo soles de Qualinost no me había dicho toda la verdad después de todo. De haberlo sabido mi búsqueda del orbe se hubiese dirigido primordialmente a la casa de los Malfoy y probablemente no hubiésemos evitado de muchas cosas, al igual que de muchas muertes.
    Cuando llegamos al castillo, la batalla ya había comenzado.
    Entramos al grancomedor y descubrimos que los mortifagos estaban por todo lados, lanzando hechizo tras hechizo a los estudiantes que apenas si se podían defender. Lucius se concentro y lazo una ola de energuia que incapacito al intante a todos lo seguidores del Vodemort.
    - Buena técnica –le dije, impresionada.
    - No has visto nada. –me dijo con una sonrisa ladeada, pero la satisfacción de haber frenado a los mortifagos no le llegaba a los ojos. –vamos, -continuo –tenemos que encontrar a mi hijo.
    El me condujo por los pasillos hasta llegar a los jardines que estaban cerca del lago, busque con la mirada a Harry y me paralice en el acto. Lucius miraba con los ojos como platos a su hijo. Draco estaba atravesado totalmente con una lanza y las manos de Harry estaban llenas de sangre. Habíamos llegado demasiado tarde.

    Harry

    Los ojos del dragón blanco refulgieron enloquecidos cuando le lance de lleno una ola de mi poder. El animal retrocedió pasmado he incrédulo, jamás hubiese pensado que yo le atacaría con tal intensidad.
    Draco recupero su forma humana y me miro con odio contenido, su mirada hiso que me tragara mi propia bilis.
    - Me atacaste – parecía sorprendido.
    - Draco, detente, no quiero hacerte daño, yo no quiero…
    - ¿Matarme? No tienes el coraje para hacerlo. Eres un cobarde, siempre lo has sido.
    Para reafirmar sus palabras, camino hasta donde estaban Fred y George, atravesó el escudo debilitado que George había creado y tomo al león negro, que se esforzaba por zafarse de las manos de Draco. George trato de detenerlo pero Draco le dio tal golpe que lo dejo noqueado.
    Arrastro al león hasta ponerlo frente a mí. Yo estaba horrorizado por semejante acto de vileza. Draco no tenía misericordia por nada ni por nadie.
    - Demuéstrame de lo que eres capas, Harry Potter. – acto seguido, Draco tomo una pata del león y la rompió…
    El aullido de dolor rezumbo por todo mi cuerpo, estaba pasmado, no podía moverme y tampoco creí que si daba un paso pudiera sostenerme.
    Mire como el ser que mas había amado en mi vida me destrozaba con cada hueso que le rompía a Fred, pero aun así no podía moverme, no podía. Las lágrimas se me salieron de los ojos y el corazón se me comprimió en mil pedazos. Si hubiese existido alguna duda de que Draco me había engañado siempre, utilizándome, y haciéndome confiar en el, ahora no había dudas. Draco incluso podría matarme a mí sin ninguna consideración, podría deleitarse torturándome hasta la locura con tal de satisfacer a su amo.
    Mi mente se comenzó a llenar de odio, un odio cruel y despiadado como nunca antes lo había sentido. Este nuevo sentimiento que comenzaba a crecer en mi acallo el sentimiento de protección, de sutileza, de compasión, incluso el de amor. No escuchaba a nada más que al odio. El me estaba aconsejando matarlo de la manera más vil que pudiese encontrar. La vara que estaba entre mis manos se calentó con mis sentimientos. No sabia con exactitud el porque había elegido precisamente una lanza, pero este era como el instrumento del final, con esta arma le arrancaría el ultimo aliento a ese ser que tanto amaba y odiaba al mismo tiempo.
    “Acabare con esto” –le proyecte. Tome la lanza y la arroje, directo en el pecho de Draco.
    La serpiente me miro totalmente pasmado, como si no hubiese creído lo que acababa de pasar. Sus ojos entonces comenzaron a tornarse nuevamente en el platinado que yo había conocido. El estaba desconcertado, mas que eso, el estaba ¿dolido?
    - ¿Harry? –me llamo, con esa dulce y engañosa voz.
    A pesar de todo el amor que sentía por el, en ese momento solo pude verlo con odio y desprecio. Me arrodille y con una sonrisa cruel le dije:
    - Hasta nunca, mi amor. Que te valla bien en el infierno.
    Draco me miro horrorizado antes de dar su último respiro.



    Voldemort

    Mis ojos no podían creer que Harry Potter realmente lo había matado. El…
    Efectivamente había asesinado al que decía ser su amado. Realmente esto no me lo esperaba y obviamente tampoco Draco.
    Cuando capture la esencia de Draco en el orbe, el me había dicho que Harry no se dejaría engañar, que el descubriría la verdad y lo rescataría. Que estúpido había sido Draco, ¿Cómo pudo confiar en alguien que al parecer jamás estuvo seguro del amor que Draco le tenía? Que con tan solo una palabras manipuladas por mi, Potter se había vuelto contra el.
    Por todos los fundadores de Hogwarts, realmete quería ver el rostro de Potter cuando le dijera la verdad. Pero algo no andaba bien aquí, ¿acaso no se suponía que encuanto Draco muriera, Potter también lo haría?
    - Lo has matado – le solté.
    - ¿Acaso pensaste que no podía hacerlo?
    - Creo que mi opinión es lo que menos importa, la cuestión es que Draco no creía que fueras capas, de hecho el contaba con eso. Después de todo el pensaba que le amabas. Fueron horribles las ultimas palabras que le dijiste, sobre todo cuando le deje cobrar la lucidez de su mente.
    El desconcierto en su rostro fue como si bebiera agua fresca en medio del desierto.
    De mi túnica saque el orbe que me había dado el Arcadiano que gobernaba antes que Potter.
    - ¿Sabes lo que es esto? –le pregunte con regocijo. – esto es un orbe mágico, le llaman “el orbe de lo dragones” es un instrumento creado por magos muy poderosos para controlar a los dragones con sangre elemental.
    El rostro del muchacho se puso pálido ante tal conocimiento.
    - Si, Harry –lo llame más personalmente – esto es lo que estuve usando para controlar a Draco. Con esto hice que asesinara al capitán de equipo de Quidittch, al igual que al Weasley y a la chica.
    - No, esto no es sierto… -soltó pobre diablo con el rostro mas pálido que el papel.
    - Claro que si, pero ¿sabes cual fuel la parte más divertida? La mejor parte fue cuando Draco me dijo que tu lo salvarías, que tu te darías cuenta, que jamás creerías nada de lo que yo te dijera a través del cuerpo de el y que al final lo rescatarías y me darían una paliza. Es una lastima que no hayas cubierto sus expectativas. Pobre Draco –fingí congoja – y pensar que moriría en manos del amor de su vida, en manos de un hombre que en realidad nunca confió en su amor y que incluso no murió con el. Nunca pensé que fueran tan cobarde. Fuiste capas de matarlo con tus propias manos pero no morir con el como le habías prometido.
    Guarde silencio mientras saboreaba el conflicto emocional que estaba librando Potter.
    - Bueno, eso ya no importa. Al final le demostraste lo mucho que lo amabas, en sus últimos momentos le deje recobrar su cuerpo, ha de haber sido todo un deleite la demostración de tu afecto.
    Potter se agarro la cabeza con desesperación y profirió un grito que pudo haberse escuchado hasta el otro lado del mundo.
     
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