BAJAS PASIONES Harry/Draco +17

¿El amor pude nacer apartir del deseo? FINALIZADO

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  1. 290589-kaname
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    ¡Ya puse la conti! arriba, arriba, no te preocupes. Ahora pondre los ultimos capitulos que hice en el otro foro, y el la semana ahora si abra conti nueva.

    Capitulo 38
    El cazador y el mago



    Neck
    Caminar por las calles oscuras a mitad de la noche, no era precisamente adecuado para nadie en sus cinco sentidos. Y menos para un humano. En la calle, existen todo tipo de peligros; Ladrones, violadores, asesinos, etc. Pero aparte de esos temores humanos, existen criaturas llamadas Daimos; seres malditos, condenados a vivir en la oscuridad y forzados a robar almas humanas para sobrevivir. De ellos son de quien los humanos se tienen que cuidar.
    Afortunadamente, existimos nosotros, los guerreros inmortales llamados cazadores oscuros, que salimos todas las noches en busca de Daimons sedientos de amas humanas.
    Aun recuerdo mi primer día como cazador bajo las enseñanzas de Ash, el líder de los cazadores oscuros. Nunca en mi vida podría olvidar su monologo de bienvenida, explicándome quien era y cual era mi misión:
    Bienvenido, Cazador Oscuro. Sé que tienes varias preguntas sobre tu nueva vida y lo que se espera de ti. Nacer es difícil, especialmente la segunda vez.

    Si tienes alguna duda, puedes dirigirte a mí directamente.

    Al final del día, todos los DH me rinden cuentas a mí. Encontrarás que soy paciente y que la mayoría de las veces soy un jefe que te da tu espacio y que casi siempre tolerará cualquier actitud. Aun así, no presiones tu suerte. En verdad tengo un temperamento y no es bonito cuando se desata. Sin mencionar que corté mis dientes de bebé por mala actitud, así que no trates de superarme. Tan solo me sacarás de quicio.

    ¿Que significa eso? Imagínate esto:

    Tu+eternidad+sin cuerpo+hambre infinita+sed que quema=Infierno.

    Se llama ser una sombra. Ser una sombra no es nada agradable. Nunca quieres morir como un DH por que cuando lo haces, quedas atrapado por siempre en un doloroso, terrorífico lugar que hace ver al infierno como el paraíso.

    En este momento debes de estar pensando, "Espera, soy inmortal, no puedo morir." Vuelve a adivinar. Tu cuerpo está dotado con poderes regenerativos. PERO algunas cosas ni siquiera los dioses pueden arreglar. Trauma severo de cabeza que resulta en cráneo completamente machacado y/o cerebro aplastado = Sombra.

    Cualquier cosa que te pueda cortar en pequeños pedazos te puede matar. Astillas de madera son nuestra perdición. Ustedes, aquellos de la Edad Media recordarán el castigo de ser colgado, jalado y descuartizado -contrario a opinión popular, lo descuartizado viene de nuestra parte. Si eres descuartizado, y enterrado en diferentes sitios, estas muerto.

    La última cosa que nos puede matar, es la luz solar. Si, pequeños campistas, es verdad. Apolo nos odia con gran pasión y no dudará en deshacer al mundo de sus cuerpos si los atrapa en su dominio. Nunca dejes que un rayo solar entre en contacto con tu cuerpo. Si lo haces, prepárate a recibir una Ampolla en el Trasero, si señor.

    Si has de morir sin tu alma, no puedes pasar a un mundo de Felices Por Siempre. Quedas atrapado entre mundos sin un cuerpo, pero con total conocimiento. Mira las ya mencionadas descripciones de ser una sombra.

    Ahora que ya nos hemos quitado eso de encima, podemos pasar a las cosas importantes como reglas y supervivencia.

    Bienvenido a la locura, Cazador. Recuerda, al final del día, tu eres con lo que otros tienen que lidiar. Somos las cosas más asustadoras que salen en la noche.”
    Recuerdo que después de ese discurso tan alentador, empezó mi entrenamiento. Cinco años me había costado acostumbrarme a mi nueva vida y a seguir el reglamento.
    Primero que todo nunca debemos mostrar nuestros poderes a humanos que no hayan sido iniciados. Teníamos que ser parte del mundo pero nunca en el. Nunca debemos estar en presencia de un dios. Nunca debemos dejar que el sol nos toque.
    Un Cazador Nocturno inconsciente, es un muerto Cazador Nocturno.
    Nada de Media Naranjas, novias/os. Nada de familia, ni amigos que nos conozcan antes de que muriéramos.
    No dejar escapar a ningún Daimon vivo. Nunca hablar de lo que somos.
    No podemos estar en la presencia de otro Cazador Oscuro.
    Cualquier cosa que le hagas a otro DH, lo sentirás diez veces más fuerte.
    Caminamos solos y mantenemos nuestra marca de Arco escondida.

    Con el paso delos años, había aprendido que esta segunda vida más que ser una segunda oportunidad, era una maldición. Nosotros éramos como los Daimos; colmillos como los vampiros, indefensos bajo la luz del sol y eternos si ningún Daimon era lo suficientemente fuerte para derrotarnos. La única diferencia era que nosotros no necesitábamos de sangre para vivir, nosotros podíamos comer cualquier comida –bueno, no cualquier comida, por lo menos para mi el chocolate estaba prohibido.
    No había de todas formas muchos como yo; un cazador oscuro Arcadiano. Nosotros más que cualquier otro cazador oscuro, estábamos doblemente malditos, ¿Por qué? Al ser un Arcadiano, mi sangre desciende de los Apolitas, por los cual, los Daimos son primos de cualquier Arcadiano y Katagaria. Pero al convertirme en un cazador oscuro y cazar a mi propia sangre, era considerado un acto de traición contra el Omegrion –la sede donde los Regis de cada clan se reúnen para saber que mierda. Cuando un Arcadiano o Katagaria desidia convertirse en un guerrero de Artemisa, automáticamente estábamos expulsados del clan, renegados para el resto de nuestras vidas.
    Con un audible suspiro, comencé mi ronda por las calles de Liverpool, la ciudad donde residía. Mi primera opción había sido visitar Londres pero Ash se había negado rotundamente a ello argumentando que aun no estaba listo, que necesitaba más experiencia para líder con el lugar donde mi vida mortal tuvo vida.
    La verdad yo no sabia de que quería protegerme Ash si de todas maneras no recordaba nada de cuando estaba vivo.
    ¿Razón? Según Ash, mi muerte había sido tan trágica que yo mismo había decidido borrar de mi memoria ese suceso, incluyendo al causante de mi muerte y a todos los que me podrían recordar o hablarme de él. Ese tema estaba totalmente zanjado entre Ash y yo. Si realmente era tan doloroso como él decía, prefería no recordarlo.
    Un escalofrió en mi cuello me indico que había Daimons cerca. Escuche un grito de mujer a unas cuantas calles y entonces con mi daga en mano, me lance a la batalla.

    Ash
    Solo faltaba a lo más una hora para el amanecer y aún no había señales de Neck. Estar esperando, no era uno de mis pasatiempos favoritos pero si no fuera por que Neck era el protegido de Savitar, lo más seguro es que ya lo habría hecho polvo. Esa condenada sabandija era todo un dolor en el trasero. Su actitud arrogante, su temple inmaculado me sacaba de quicio.
    Después de conocer a Draco por los últimos diez años, todavía me preguntaba el como Savitar se pudo haber enamorado se semejante arrogante.
    - Ash –la vos de Nick Gautier, el escudero de Neck, me llamo desde la puerta. –ya viene, y se ve que esta hecho polvo.
    Agudice mi vista para ver en el camino. Efectivamente, Neck estaba cruzando la reja de la puerta principal de su casa y venia cojeando hasta mi dirección. Al verlo más de cerca, me di cuenta que sus pantalones de cuero negro estaban rasgados como su capa. Una enorme contusión, se apodero de su ojo izquierdo y una fea cicatriz cruzaba por su mejilla derecha.
    Cuando llego a solo unos metros de mi, trato de recobrar la postura y me lanzó una mirada desafiante.
    - Neck, ahora si recibiste tu merecido –le dije, un poco divertido de la situación.
    - Ja, quisieras. No ha nacido Daimon u hombre que pueda dominarme. –contesto petulante.
    “Ah, si yo te contara”
    - Bueno, ¿A que debo el honor de tu visita? –me pregunto un poco más calmado.
    - Tengo una misión para ti. Hoy en la noche nos iremos a Londres para resolver una serie de asesinatos.
    - ¿Londres? ¿No se supone que no debo ir a ese lugar? Además, ¿Hablas en serio? ¿Una serie de asesinatos? Nosotros no somos detectives Ash.
    - Lo se, y es por eso que tendrás ayuda.
    - ¿Ayuda? Yo no necesito ayuda para matar a nadie.
    - Lo se, por eso tu serás la fuerza bruta y tu pareja será la parte intelectual.
    - Ja, ja que gracioso.
    Neck camino torpemente por la fachada las escalerillas de la entrada principal. Ese hombre si que era obstinado, nunca quería que nadie supiera cuando estaba débil y herido.
    Cuando entramos a la casa, Nick corrió las cortinas de talaje pesado para que cuando llegara el amanecer no afectara al cazador oscuro. Neck se sentó pesadamente en uno de los sillones de la mansión y comenzó a ver los daños en su cuerpo.
    Lo observe con interés, después de todos estos años, el muchacho apenas si había cambiado. Lo único diferente ahora era el color de su cabello. Neck había decidido pintarlo de negro por que según él no quería ser confundido con ningún Daimos –Ya que todos los Apolitas y Daimons eran puros Fabios.
    - Cuéntame más sobre la famosa “misión” –Neck me miro con una sonrisa de oreja a oreja.
    - Nos reuniremos hoy al anochecer con un mago…
    - ¿Un mago? ¿Quieres ponerme de pareja a una de esas florecitas? –el tono de Neck parecía indignado.
    - Con que una florecita…no se tu pero yo jamás lo llamaría así. El es un Auror muy temido en la comunidad mágica. Con un temperamento de los mil demonios.
    - Si, claro.
    No estaba seguro del porque pero preferí omitir el detallito de que su pareja no era una simple florecita, sino el Regis Drakos Arcadiano. O como en el mundo mágico lo llamaban; Harry Potter. Ya había siendo hora de que alguien le diera su merecido a tan arrogante cazador.

    Neck
    Cuando recibí al fin el llamado de Ash, aparecí en una oficina iluminada con candelabros y luz mágica. Enfrente de mi, había un sujeto de más o menos uno noventa de estatura. Iba vestido como cualquier civil; con jeans azules, playera negra y una chamarra de piel. Al ver su cara, sentí de repente una opresión en el pecho, era como si mi cuerpo quisiera decirme algo pero preferí ignorarlo. El mago era relámete atractivo, con esa piel bronceada y esos ojos verde esmeralda que me recordaron con horror a los de Artemisa. Sus gafas redondas caían ligeramente por su nariz, dando un toque sexy. Pero todo lo atractivo que pude haber visto se desvaneció cuando el me miro. Su mirada era…como explicarlo, malvada.
    Me miraba como si yo fuera una basura. ¡Maldito! Te hare ver tu suerte.
    - Él es Neck –comenzó Ash, -él te ayudara con este trabajo.
    - Yo no necesito ayuda de nadie –soltó el mago.
    - Harry, los tuyos mataron en mi territorio. No pienso permitir que salgan libres de esto.
    - ¿Insinúas acaso que no se hacer mi trabajo?
    - Yo no dije eso, solo quiero tener a alguien que se encargue de él y no solamente que lo lleven a Azcaban. –se defendió Ash.
    - Como quieras… -contesto el mago.
    - Neck, él es Harry Potter, te lo encargo.
    Antes de que pudiera decirle algo, Ash se desapareció. ¡Demonios! ¿En que rayos estará pensando el líder de los cazadores oscuros?
    Por no se cuantos minutos, Harry yo nos quedamos viendo sin decir nada. Después de fruncir más el ceño, Harry dirigió su dedo a mí.
    - Si te metes en mi camino, te juro que te matare.
    - Ah, sí, eso quiero verlo…florecita.
     
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