SIN NOMBRE R+18 (SXN) (FINALIZADO)

CONTIENE ESCENAS DE SEXO Y VIOLENCIA NO MODERADAS,SADOMASOQUISMO, LEMON HARD, INCESTO, VIOLACIÓN Y MUERTE.

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    Cap. 07

    Mentiras, Engaños y Droga




    -Es hora de que me pagues la fidelidad que te tuve durante tantos años.


    -No ¿que te pasa?


    -Ya te lo dije, eres mi novio, y te quiero de nuevo en mis brazos.


    -pero aun no lo recuerdo, no lo quiero hacer así.


    Sasuke se quedo mirándolo con una ceja levantada, para luego suspirar -¡Ah! está bien, si no quieres no te puedo obligar –Se levantó –después de todo eres mi pequeña muestra de amor –le beso en la frente –si no quieres no te obligare, así que tranquilízate y ve al cuarto que preparé para ti, es la segunda puerta que ves allí –le señaló –así que ve y cámbiate o báñate, mientras yo preparo el desayuno –le sonrió de la forma mas calmada que en ese momento podía.


    Naruto obedeció; se daría un baño; entro a la habitación, la cual era bastante amplia, puso su maleta en la alcoba, metiéndose rápidamente al baño, mientras Sasuke estaba que se lo comía el padre tiempo, estaba pateando los muebles como loco, para después sentarse mientras ponía las manos en su cabeza, su respiración era fuerte, su mirada se volvió maniática –debo resistir, pero es demasiado para mi, ese cuerpo, ese rostro… pero debo resistir, si quiero que mi plan se haga realidad resistiré –Sonrió –y el resultado será hermoso –rió de forma malévola-.


    Después de calmarse Sasuke comenzó a preparar la cena mientras Naruto se metía a la regadera, un rato después se escuchó un grito proveniente del baño, el pelinegro se alarmó yendo rápidamente al origen del ruido, en donde entró sin previo aviso encontrando al rubio desnudo frente al espejo de cuerpo completo, los dos se sorprendieron, Sasuke tomo una toalla y cubrió rápidamente a Naruto, no quería que sus instintos le ganaran, e hiciera algo que dañara sus planes.


    -¿Qué pasa? ¿Por qué gritas?


    Preguntó cuando terminó de cubrirlo.


    -no… no es nada –sonrió de forma nerviosa -.


    -una persona no grita así por nada ¿dime qué te pasa?


    Ante lo dicho, naruto trago saliva para darle la espalda a Sasuke.


    -Mira, creo que… me hice un tatuaje en el hombro, enserio, ¿qué clase de persona era yo?


    Sasuke miró la marca conteniendo en máximo su risa –no te preocupes, ese no es un tatuaje, es una marca que te hiciste hacer para demostrar, que tu amor hacia mí, era serio, lo que tienes allí, es un paipái, un abanico de papel, es decir “Uchiha”.


    -¿E…enserio?


    -Sí, te dejas llevar fácilmente cuando te enamoras, por lo que temo, que llegue algún otro que te enamore y te aleje de mi, pero de todas
    maneras no creo que el otro pueda satisfacerte tanto como yo, te gusta rudo, aunque debo admitir que es una buena parte de ti, antes, no sé ahora te gustaba que te dieran por atrás muy duro, no querías que se detuvieran así sangraras.


    Hablaba con ensoñación el azabache recordando la última vez que lo tuvo en sus brazos, que tuvo el placer de estar en su interior, excitándose.


    -Eso no puede ser posible, e… es mentira –estaba choqueado – ¿Cuándo exactamente me hice esto? –se tocaba el hombro.


    -Hace cinco años, cuando comenzamos a salir, parecías un cachorrito enamorado detrás de mi, no recuerdo cuantas veces te rechacé, pero tu seguías allí, hasta que un día harto de tu obstinación te dije algo como: “grábate un paipái al rojo vivo en el cuerpo, así tal vez lo considere” y cual fue mi sorpresa al ver que realmente, lo hiciste, apareciste en mi antigua casa y te quitaste la camisa apenas me viste, mostrando la marca, a mi hermano casi le da un infarto, pero yo al ver hasta donde eras capaz de llegar acepte, te fui conociendo, hasta que me enamoré de ti, te amo Naruto, no sabes lo difícil que fue para mi, hallarte después del incidente.


    Ante la nueva información, el rubio quedó congelado, ¿Qué clase de persona era el aun siendo un niño? ¡Por Dios! Solo tenia trece en ese entonces ¿desde esa edad comenzó a tener sexo?


    -Sasuke… ¿Qué edad tenia yo cuando tuve sexo?


    -Creo que yo fui el primero, no estoy seguro, eras muy promiscuo, además de que tenías una extraña relación con tu hermano, pero déjame recordar, tenias 14 años en ese tiempo.


    -¡¿14?!


    Se alarmó.


    -Tranquilízate, no es tan horrible como crees, cuando lo recuerdes te gustara, habrá justificaciones y espero que me respondas si yo fui el primero.


    Trató de calmar al rubio, sin conseguirlo.


    -¿Cómo crees que me va a gustar que otro hombre me dé por atrás? debe ser muy doloroso.


    Sasuke comenzó a reírse, después de todo lo que le había dicho ¿Eso es lo único que se le quedaba? –dije que te tranquilizaras, a su debido tiempo lo recordaras.


    -No lo creo –habló deprimido, recostándose en el pecho de su ahora novio –lo único que sé es que soy horrible-.


    -No digas eso –le comenzó a acariciar la espalda –y te preocupes, si alguna vez recuerdas y quieres hacerlo, no lo haremos así, te hare mío muy delicadamente.


    -Gracias… ¡un momento! ¿Qué estás diciendo? yo no me voy a acostar contigo, eso sería vergonzoso.


    -Pero –habla en tono suave, casi seductor, para levantarle el rostro al menor, viéndolo directamente a los ojos –creo que no resistiré más tiempo.


    -¿Eh?


    -Solo déjame…


    Siguió hablando de forma suave para unir sus labios con los de Naruto en un tierno toque, el ojiazul raramente se dejó llevar por el azabache, cayendo poco a poco en el suelo del baño profundizando el beso y las caricias, Sasuke estaba disfrutando esto, ¿acaso esta vez podría poseer su cuerpo con cariño? Era la pregunta que rondaba en su cabeza.


    Sasuke seguía besando a Naruto, mientras sus manos recorrían tan hermoso cuerpo, siguió con el cuello, viendo que el otro no mostraba resistencia fue bajando las manos hasta sus glúteos, cuando este sintió este toque vinieron una imágenes a su mente.


    -¡¡Detente!!


    Gritó asustado, separándose de inmediato, haciendo que Sasuke parara.


    -¿Qué te pasa?


    Naruto se cubrió de nuevo con la toalla –recordé algo… yo… estaba en un salón de clases, era tarde, yo… estaba luchando con alguien, esa persona… no sé quién era.


    -¿Tenias uniforme?


    -Sí, tenía puesto el uniforme de la secundaria ¿por qué?


    Al oír aquello a Sasuke se le abrieron los ojos, era demasiado pronto para que comenzará a recordar lo que realmente paso.


    -Creo que ya es el momento, traeré tu medicina.


    -Si.


    Sasuke se levanto ayudando a Naruto a hacerlo también.


    -El desayuno ya está listo vístete y ve.


    -Está bien.


    Momentos después el rubio se dirigió a la mesa, la cual ya estaba servida.


    -Esto se ve delicioso.


    -Espero que te guste.


    -Claro que me gustara –sonrió –después de todo la hizo la persona que amo –Sonrió-.


    Después de comer…

    -¡Ah! Estuvo delicioso.


    -Que bueno que te gusto, ahora ve a cepillarte los dientes, yo lavare los platos.


    -No te preocupes, yo lo haré.


    -Está bien, pero toma tu medicina.

    -¡Ah! es cierto –tomo el frasco sacando dos de las capsulas - Gracias.


    -De nada.


    Sonrió, su plan comenzaba a marchar.


    Rato después…


    Un rubio sale de su habitación, dirigiéndose directamente a una puerta en especial, no toca, solo entra y se queda quieto.


    -vaya que tardaste –decía un azabache apareciendo de las sombras.


    Naruto no respondía.


    -parece que la medicina hizo efecto –habló inspeccionando al rubio, para luego ponerse enfrente –muy bien escúchame –le miró directo a los ojos –cualquier cosa que recuerdes de nuestros encuentros la olvidaras, en definición, remplazaras esos “horribles” recuerdos con unos agradables para ti, y que me incluyan, de hecho haremos esos recuerdos ahora, los recordaras, pero los que haremos ahora, esos serán el remplazo a los reales.


    Al decir eso Sasuke cierra las puertas con una sonrisa bastante arrogante, comenzándose a escuchar los gemidos del menor al poco tiempo.


    Al día siguiente…


    El rubio amanece con un dolor de cabeza de los mil demonios.


    -¡Ah! que…


    En ese momento un sinfín de imágenes comienzan a aparecer en su cabeza, recordando absolutamente toda su infancia; a su hermano, a sus amigos, recordó toda su historia, recordó quien era su padre, la ausencia de su madre, lo difícil de su vida, el dolor de cabeza, el mareo era demasiado haciéndolo vomitar.


    Aunque el dolor al recordar todo fue mucho de su boca no salió ningún sonido; solo pasaron algunos segundos, pero para el rubio fue una eternidad, cuando las imágenes se fueron el dolor también, Naruto, después de vaciar parte de su estomago a un lado de la cama se levantó mareado de la cama yendo a gatas al baño para luego de entrar cerrar la puerta y recostarse en ella.


    -Mi cabeza… no la aguanto, la próxima vez le diré a Sasuke que no me de ese medicamento, no me había sentido así desde que sai me dio ese trago de sake cuando tenía 10; ¡¡ah!! Recordé mi niñez, Ja que bien, no lo puedo creer; ¡hay! mi cabeza, así que esta es la consecuencia de recordar, es algo dolorosa, mejor me baño, tal vez así se me quite.


    Naruto llenó la tina de agua fría y se metió con ropa incluida.


    -Esto es refrescante, me pregunto ¿qué hora es?, lo averiguaré cuando salga -bostezó –y la hora tam…


    -Oe, Dobe despierta.


    -¿Hmmm? no me molestes Sai, hoy no tengo clases.


    -¡¡¡¡QUE DESPIERTES!!!!


    -¡AH! ¿Porque me asustas así? casi me da un infarto.


    -Dobe te dormiste en la tina.


    -¿pero que tonterías dices? –se burlo de tal comentario –si eso fuera cierto estaría mojado-.


    Ante esto al azabache, le llamo idiota con la expresión que puso mientras le señalaba hacia abajo.


    -¿Qué? –Preguntó para mirar -¡Estoy en la tina!


    -¿en serio? No me digas.


    Habló con sarcasmo.


    -Ja, ja, que gracioso.


    -Sal de allí que te vas a enfermar.


    -Esto no es nada, si hace doce años salí en ropa interior cuando nevaba y no me enferme, menos ahora.


    -Ya veo, así que recuperaste recuerdos.


    -Pero solo mi niñez, no recuerdo nada más.


    -Si es así, entonces respóndeme algo.


    -¿si?


    -¿Cómo se llama tu madre?


    -Hmmm, no la conocí, pero una vez oí a mi hermano decir su nombre por teléfono, y mencionarla en ciertas historias, creo que era…


    -¿sí?


    -Mi…Mikoto uchiha…



    Continuará…





    Cap. 08



    El Bermejo






    -Mi…Mikoto Uchiha…


    Al escuchar esto el azabache sintió rabia y un desgarre increíble en su corazón, casi no pudiéndolo disimular.


    -¿Seguro?


    Preguntó queriendo que la respuesta fuera “No”.


    -Si, se lo escuche decir a Sai, cuando hablaba por teléfono unas veces, decía algo como: “yo acepte no decir nada, así que no se preocupe, nunca nadie sabrá que Mikoto Uchiha, digo su esposa, le fue infiel y me tuvo y si, tranquilícese, aun me ocupare de las empresa de mi “madre” adiós” y eso fue todo lo que escuche, es una lástima, no la conocí; pero me alegra, no quisiera conocer a una persona que engaña a su esposo teniendo a bastardos, pero de todas maneras es mi madre, al menos me hubiera gustado verla, además de conocer más familia, solo conozco a Sai.


    Ante lo escuchado el pelinegro quedo perplejo por unos segundos, su expresión se volvió sumamente seria, casi igual a la de su padre.


    -Sal de la tina y cámbiate, te esperare en la sala.


    Ordenó para irse.


    -Está bien.


    Respondió el rubio un poco confundido.


    Después de que Sasuke saliera de la habitación del menor, se dirigió a la suya, se le veía un poco desesperado.


    -¡No puede ser! –Trataba de contener su voz, no quería gritar, pero la rabia se le veía en la cara, esta furibundo -¡¿esa basura es mi
    hermano?! No, espera un momento, es un medio hermano, no tenemos tanta cercanía, él aun puede ser mi juguete –sonrió –además, fue su culpa que yo me interesara en él –se sentó tratando de calmarse –sí, fue su culpa, por él nuestra madre nos abandonó, le hare pagar –comenzó a reírse –si, le hará pagar, todo es por su culpa, por eso él será mío y no tendrá escapatoria –calló por un momento, tranquilizándose –será todo mío.


    -Sasuke! ¿Donde estas?


    Llamaba Naruto, después de haberse cambiado.


    -Estoy en mi habitación –trato de que su voz sonara lo mas normal posible –ya salgo.


    -¿Para qué me necesitabas?


    Preguntó el rubio ya habiéndose encontrado con el de cabello azabache, quien le dedico una sonrisa de lado.


    -Te llevare a la universidad.


    -¿Para qué?


    -¿Sai no te dijo? –Recibió una negativa –bueno yo te lo diré, cuando te accidentaste, solo te faltaban dos años para salir de la universidad y antes de que protestes, si podrás, tus recuerdos de… cómo decirlo, “información académica” aun están en tu cabeza, así que no tendrás problemas respecto a eso, así que para comprobarlo, toma –le entrega una hoja de papel –resuelve las preguntas.


    -E… Está bien.


    Respondió no muy seguro.


    Poco tiempo después…


    -Aquí están.


    -Vaya, fue rápido, debo admitirlo –tomo la hoja – ¿y qué te pareció? ¿Fácil o difícil?


    -Es raro, pero estaba fácil, apenas lo leí mi cabeza comenzó a decir, algo como “esta es así, esta es la respuesta”.


    -Me alegro entonces, mi teoría no estaba mal después de todo –se levanta -Ven, revisare esto en el camino.


    -Si.


    Ya llegando a la universidad…


    -Hmmm, sorprendente, la mayoría de la respuestas son correctas, si sigues así, te será muy fácil entrar.


    -Ya veo –respondió sin mucho animo, comenzando a mirar por la ventana –Sasuke, ¡Mira! ¡Mira! Ese edificio es enorme –se emocionó señalándolo-.


    El pelinegro solo soltó una risilla.


    -¿De que te ríes?


    Pregunto haciendo un puchero.


    -Esa es tu universidad.


    -¡¡EH!! ¡Es inmensa!


    -Claro –obvió –es la mejor universidad del país ¿que creías? allí solo califican los estudiantes que son realmente buenos.


    -¿Enserio yo estudiaré aquí?


    -No solo estudiaras, te quedaras aquí, este también es un internado y antes de que preguntes, yo estaré a tu pendiente, ya que yo enseño aquí.


    -No lo iba a preguntar; pero ¿acaso ya tienes todo listo?


    -Si, solo falta que te presentes con el decano, así que baja del auto y entra al edificio, yo te guiaré.


    -Sí.


    Momentos después…


    -Esta es la puerta del decano, espero que hayas memorizado el camino, espérame un momento en esas sillas mientras yo hablo con ella.



    Adentro de la oficina…


    -Buenos días directora.


    Saludó con una sonrisa reluciente.


    -¡Hola Sasuke-kun! ¿Ya trajiste al muchacho?


    -Si, ¿Ya está todo listo?


    -¡Claro que sí! pero dime, ¿él lo resolvió?


    -Si, no demoro casi nada haciéndolo.


    -Me parece bien, pero sabes que solo lo puedo poner en tercer semestre ¿no?


    -Si, lo sé, así se desarrollara mejor académica y socialmente.


    -Respeto tus decisiones, así que ¿qué esperas? hazlo pasar.


    -Si, Cachi-chan.


    Sonrió para llamar a su rubio.


    -Naruto, ya puedes entrar –ordenó viendo como el blondo obedecía –saluda a la directora –volvió a ordenar.


    -Buenos días señora.


    -Cof, Cof, Cof Señorita.


    -Lo lamento –se sonrojó –y un gusto conocerla –sonrió-.


    -No te preocupes, el gusto es mío, por favor siéntate, mi nombre es Cachi, Sabaku no cachi.


    -Cachi-san.


    -Que niño tan simpático –Sonrió, para leer unos documentos en su escritorio –pero bueno –habló después de leer un poco –Según este
    reporte, ya tienes 18, dime ¿cuando los cumpliste?


    -hace algunos meses –hizo memoria –el diez de octubre, pero no lo recuerdo, estaba en coma, para ese momento –soltó como la cosa mas normal del mundo.


    -Sí, ya me había enterado, eso explica tu apariencia –le miró examinándole –pero bueno –continuo hablando – ¿sabes lo que vas a estudiar?


    -Según las hojas que resolví y lo que me dijeron, algo relacionado con el cuerpo humano.


    -Es medicina, en la actualidad ¿Es lo que quieres estudiar?


    -Sí, me emociona mucho el hecho de poder salvar vidas.


    -Entonces –sonrió mientras se levantaba –Uzumaki Naruto, bienvenido a la universidad de Konoha, es un gusto recibirte de nuevo.


    -El gusto es mío.


    -Muy bien, las clases empiezan mañana, mandé a llamar a un estudiante, debo decir, el mejor de la clase de dónde vas a estar y mi hijo, su nombre es Sabaku no Gaara, él te mostrara los dormitorios ¡ah! se me olvidaba decirte, el será tú compañero de cuarto.


    -Está bien, pero en ¿donde lo encuentro?


    -Ha estado esperando fuera de la oficina todo este tiempo ¿no lo viste mientras estabas afuera?


    -No lo note –se sonrojó –que vergüenza –Entonces me voy.


    -Oye –llamó Sasuke –dile a él, que te diga donde esta mi oficina, por si necesitas algo y no se te olvide tomarte el medicamento, recuerda, es solamente dos días a la semana, preferiblemente los fines de semana.


    -Sí, tranquilo –calmó mientras salía –adiós.


    Ya estando fuera de la oficina, el rubio miró alrededor, viendo un pelirrojo sentado escuchando música con audífonos y ojos cerrados, Naruto se le acercó un poco para hablarle, pero este ni se inmuto, intentó de nuevo sin ningún resultado por lo que una venita se formó en su frente, el rubio se estaba enojando, así que se le puso enfrente y le lamio la mejilla, el pelirrojo al sentir esto abrió los ojos algo asustado, mostrando
    unos hermosos ojos aguamarina.


    -¡Hasta que al fin! –Exclamó sonriente –enserio que ya me estabas enojando –habló en tono juguetón.


    -Eres un… -varias venitas se formaron en el rostro del bermejo, mientras observaba a quien osaba molestarle, para sorprenderse –“es él” –pensó –el de el ascensor ¿pero, cómo? esto es imposible, de todos los lugares en que me lo podía encontrar ¿porque aquí? – seguía perplejo.


    -Oye, ¿te sientes bien? –Preguntó el ojiazul, viendo con preocupación las expresiones del otro – Oye –volvió a llamar -.


    -¡Ah! Sí, tú eres ¿Uzumaki Naruto?


    -Sí.


    -Entonces sígueme, te mostraré el campus.


    El menor asintió.


    Después de decir esto, los chicos recorrieron todo el campus, a Gaara se le notaba algo nervioso, mientras que a naruto se le veía demasiado feliz, era una sonrisa que desde hace 4 años y dos meses no se le veía; maravillando a quien le veía, incluido el bermejo aunque prácticamente este lo ignoraba, solo mostrándole el campus con voz monótona hasta que se hizo tarde.


    -Ya es hora de que te lleve al dormitorio –hizo saber el mayor al mirar su reloj.


    -Está bien.


    Ya en el dormitorio…


    -La cama de la derecha es la tuya, la otra es la mía, y como puedes ver, tus cosas ya están aquí, esa puerta de allí es la del baño.


    -Sí respondía distraído, sin dejar de mirar a Gaara, este se le hacia conocido, se sumergió en sus pensamientos, ¿De donde le conocía? Perdido en identificar ese rostro el tiempo se pasó volando, se hizo de noche.


    -Por cierto –habló el galeno de nuevo, tratando de evitar la mirada del otro –a mí me toca el primer turno en la ducha, que no se te olvide.


    -No te preocupes –desistió de la idea, no era posible conocerlo de antes, después de todo el otro no le dijo nada tampoco -¡Ah! es cierto –recordó ruidosamente –casi se me olvida tomarme el medicamento, sasuke dijo que me lo tomara toda la semana excepto los fines de semana –Habló para si mismo –Gaara me disculpas un momento, tengo que ir al baño –se excusó para dirigirse al nombrado.


    -Ve, no importa –dijo en tono hastiado para ahora el perderse en sus pensamientos – ¿no me recuerda? –Pensaba –no lo creo, pero su aptitud… -se mordió el pulgar –además el me lamio la mejilla, cualquier persona no hace eso –susurró –un momento –frunció el ceño –todo este tiempo me ha estado llamando por mi nombre de pila ¿que se cree? cuando salga le reclamaré.


    Pasó un momento, cuando al fin Naruto salió del baño, ya se había puesto su pijama, aunque “alguien” había cambiado todo el guardarropas del rubio, dándole un pijama más grande, haciéndolo ver demasiado apetitoso a los ojos de Gaara, que al verlo se le olvido todo lo que estaba pensando.


    -¡Uaa! –Bostezó –Buenas noches –saludo para acostarse.


    -Oe ¡no te duermas! Oe –suspiró –bueno, yo también tengo que dormir, mañana es día de clases.


    Momentos después Gaara ya estaba en su cama.


    -Buenas noches Naruto.


    Saludo para cerrar los ojos.


    Pasaron algunas horas, cuando un bulto se deslizaba por debajo de las sabanas del bermejo despertándolo.


    -¿Pero qué? –Se alarmo viendo algo en su cama -¿qué es esto? –Levantó las sabanas -¡¡NARUTO!! –Gritó, viendo al blondo acostado en sus piernas -¿Qué haces? –Interrogó, no comprendiendo la situación-.


    Por otra parte el rubio no respondía, solo seguía avanzando mientras levantaba la camisa al otro, intentándole quitar la ropa.


    -E… Entonces si lo recuerdas –habló Gaara con tono molesto -¡Eres un maldito! –Alzó la voz –bueno, claro que yo no pregunté, pero te todas maneras, yo… -El bermejo estaba confundido, de sus labios solo salían incoherencias, pero pronto estas dejaron de salir, obstaculizadas por los besos del menor, el cual se veía impaciente por comenzar una noche de pasión con su antiguo amante.



    Continuará…






    Cap. 09



    Gaara






    Los besos siguieron, el ambiente comenzó a sentirse caliente, ante los toques y caricias que ambos comenzaron a darse.


    Naruto, en todo el tiempo que daba caricias al pelirrojo permaneció con los ojos cerrados, de un momento a otro los abrió mostrando un brillo peculiar en ellos, posándose una sonrisa algo sádica en sus labios.


    -¿Qué pasa mi amado cachorrito, no quieres jugar? –Sonrió –porque yo me muero de ganas por hacerlo-.


    -Bueno yo…


    El galeno se quedo sin palabras.


    -shhh –calló al otro con un dedo –solo déjate llevar, ten por seguro que lo disfrutaras mucho más que antes –volvió a sonreír para terminar de quitarle la camisa al pelirrojo de forma delicada, parecía como si tratara de no lastimar esa fina porcelana que Gaara tenía por piel, comenzándola a besar.


    -¿Que haces? –Preguntaba un poco extrañado ante el toque –no fuiste así antes.


    -¿Aun lo recuerdas? –Su voz sonaba grave, pero se estaba burlando –eres más lindo de lo imaginaba, por eso me encantas.


    -¿Cómo no recordarlo? –Dijo en tono frio –te aprovechaste cuando estaba vulnerable-.


    -¿Qué?


    -Fue mi primera vez, so bruto, dolió como el demonio, además en esa época solo tenia 16.


    -Je je je –Rió con malicia –entre más te miro más me gustas –se lamio los labios –no puedo aguantar más, te deseo, te quiero tener ya mismo –casi gritó para apoderarse de nuevo de los labios de Gaara, terminándole de quitar la camisa y comenzando a bajar la gomilla su pantalón, pero no sin antes comenzar a marcar su cuello, ese delicioso y delicado cuello, que cualquiera quisiera tan solo mirar, ahora estaba en manos de ese extraño rubio que se apoderaba de él.


    Ante el toque Gaara se sentía algo incomodo, ya que desde ese día él nunca había vuelto a ser el pasivo, pero debía de admitirlo, se sentía bien y mas el olor del rubio, era adictivo y aunque no lo intuía, Naruto se sentía igual con el olor del otro; los dos estaban en el paraíso de la pasión; pero solo con eso el rubio no se iba a satisfacer, así que comenzó a bajar aun besando el cuerpo, remarcando con sus manos la figura de este, Naruto llegó al vientre del pelirrojo y comenzó a bajarle la ropa interior, este no se resistía, él también lo estaba deseando, así que sin nada que se lo impidiera el Uzumaki siguió con su labor, desvistió completamente ese ansiado cuerpo, bajando hasta el miembro de este, comenzando a dar pequeños besitos que volvían loco al pelirrojo. Naruto comenzó a dar pequeños lengüetazos alrededor del miembro del bermejo, mientras le masturbaba, Gaara arqueaba su espalda mientras se agarraba fuertemente de las sabanas, esta reacción hizo sonreír al rubio metiendo de una sola vez el miembro del pelirrojo en su boca, comenzando el vaivén suavemente aprovechando para dar unas cuantas caricias con su lengua, el pelirrojo no aguantaba más, era demasiado, ya que no lo había hecho en algún tiempo, no podía resistirse al placer, el placer lo estaba enloqueciendo.


    -Por favor… por favor hazlo –Rogó –te quiero sentir en mi interior, ya no aguanto, siento que me derretiré.


    Al escuchar eso, el rubio prosiguió a seguir jugando con el miembro del pelirrojo, haciéndole sacar deliciosos gemidos, no paso mucho tiempo
    para que Gaara se corriera en la boca del rubio, el cual disgusto ese delicioso elixir, como si fuera lo último que probaría, siguió lamiendo el miembro del pelirrojo, limpiándolo completamente, no dejo ni una muestra de la semilla de su amante; Naruto subió de nuevo por esa tierna piel depositando suaves besos, hasta llegar a los pezones que le esperaban impacientes por ser usados como juguetes y ¿como podría negar el rubio esa oferta tan prometedora? El ojiazul de inmediato accedió a esa invitación, comenzando a lamer esos duros y delicados pedazos de carne, los cuales causaban ganas de arrancar en el Uzumaki, el cual dio pequeños mordiscos, causando aun mas excitación en el pelirrojo, quien de un momento a otro cambio los papeles, quedando él encima del rubio.


    -No dejaré que te quedes con toda la diversión –sonrió el pelirrojo comenzando a casi arrancarle la piel del cuello al rubio, sus besos eran salvajes, pero en vez de aterrado a Naruto se le formo una sonrisa aun mas sádica que en el principio, a lo cual Gaara reacciono aun mas excitado, sin esperar permiso del otro le arrancó de forma desesperada el pantalón, tomándole el miembro masturbándolo y de inmediato introduciéndoselo en el trasero, un grito de placer se escucho de ambos, el pelirrojo comenzó a moverse, introduciéndose aun más el miembro del rubio en su interior, los gemidos de parte de los dos eran profundos, inundaban toda la habitación, además de proporcionarse diversión mutuamente, el rubio comenzó a mover las caderas para profundizar, estaba alcanzando un punto del pelirrojo, que volvía loco a este, causando que arañara el pecho del rubio algo profundo, el blondo tomo de nuevo el miembro de Gaara en sus manos comenzando a masturbarlo, no se sabía cómo es que el bermejo aguantaba tanto placer, como es que no se desquiciaba, pero aunque así fuera, el pelirrojo disfrutaba esto al máximo, de repente, el rubio cambio a sus anteriores posiciones, pero con una pequeña diferencia, el rubio monto las piernas del pelirrojo en sus hombros, abalanzándose un poco hacia adelante, profundizando aun mas, causando más arañazos en su cuerpo, pero esta vez en su espalda, estaba claro, el pelirrojo era un gatito, con unas garras muy filosas, pero que hacían disfrutar a su acompañante, el rubio seguía embistiendo fuertemente mientras masturbaba el miembro del pelirrojo, el cual enterraba aun mas sus uñas en los omoplatos del rubio, causando, una herida algo grande en esa acanelada piel, pero eso en ese momento no era importante, ya había llegado el momento de que los dos subieran al cielo, los suspiros de Gaara y los de Naruto lo indicaban, los dos ya no aguantarían mas, y así fue, una última fuerte embestida de parte del rubio basto para que los dos se corrieran a la vez, Gaara llenó el rostro de Naruto, y este el interior de Gaara haciéndolo estremecer con esa sensación, esa sensación de llenar el vacío. Naruto hizo sentir a Gaara vivo de nuevo, después de visitar el cielo y volver los dos se miraron, esta vez con una hermosa sonrisa en sus labios, Gaara se acercó al rostro de Naruto, comenzando a lamer su propia sustancia de esa dulce piel, para que luego sus labios fueran devorados por el rubio.


    -Ahora es tu turno –susurró el pelirrojo mientras se metía en medio de las piernas del rubio, que no mostro objeción, al contrario, abrió las piernas –pareces acostumbrado –Comentó algo molesto-.


    -He tenido varios maestros –Sonrió de forma arrogante, callando al sentir como el pelirrojo se introducía en el de una sola vez, gimió, se sentía bien.


    -Estas bastante suelto –seguía hablando algo rencoroso el bermejo, al sentirse totalmente adentro-.


    Ante el tono el rubio sonrió –Hasta anoche me la estaban metiendo como locos –anunció con prepotencia, quería hacer enojar al mayor y funcionó, Gaara frunció el ceño, para agarrar los muslos del menor con fuerza y comenzar a embestir con fiereza, quería escuchar los lamentos de quien osaba hacerle sentir celos, pero eso no sucedió, solo se escucharon gemidos, gemidos llenos de placer –Más…Más fuerte –se escuchaba la voz del rubio en la dimensión del éxtasis, lo que hizo que Gaara con rabia obedeciera, lo partiría en dos si era necesario.


    Las estocadas del pelirrojo aumentaron, la fuerza era brutal y el pene de este no era nada pequeño, se hundía dentro del rubio como cuchillo a mantequilla, llenándolo de placer, Naruto no hacia mas que contorsionarse y gemir por el regodeo, pidiéndolo mas duro, pidiendo ser partido en dos, y eso es lo que obtenía, el bermejo no se abstenía en nada, estaba enojado si, pero debía de admitir que se sentía de maravilla poder hacerlo de esa forma, poder desfogarse salvajemente en un cuerpo tan delicioso, tan codicioso como aquel que estaba debajo suyo; el ojiazul comenzó a salivar, los hilos de esa sustancia caían por sus labios, al igual que las lagrimas recorrían sus mejillas, sus ojos tenían un brillo pervertido, incitando al mayor a ser mas salvaje, sus embestidas lo demostraban; la cama comenzó a moverse, la espalda de Gaara comenzó a tener marcas, el rubio comenzó a sostenerse de ella, aferrándose, para que sus labios fueran capturados, le costaba respirar, su vista se nublaba, su pene estaba goteando sin siquiera haber sido tocado, ya estaba pronto a venirse igual que Gaara, quien alejándose de los labios del Uzumaki, bajo a su cuello mordiéndolo fuerte, la sangre resbalo por su piel para caer a las sabanas, Naruto sentía los colmillos clavándose, una sensación de éxtasis recorrió su cuerpo, no aguantó mas soltando su semen a la vez que Gaara lo hacia en su interior.


    Sus respiraciones eran pausadas, estaban cansados, Gaara se separó del cuello del rubio para salirse bruscamente de su interior y dirigirse al baño, el semen del rubio se salía de su trasero, necesitaba limpiarlo, al igual que la sangre en su miembro, se había propasado un poco, pero a Naruto no pareció molestarle, de hecho, parecía gustarle –Maldito pervertido –susurró manteniendo una sonrisa mientras comenzaba a darse una ducha.


    Al salir del baño el pelirrojo observó al rubio aun en su cama, una venita apareció en su frente.


    -Oe, rubio –lo zarandeo, sin resultado, viendo el cuerpo del occiso sin ningún recato, saliéndole una sonrisa, ese cuerpo estaba lleno de sus marcas, de su semen ¿Qué mierda importaba con quien se había acostado la noche anterior? Desde ahora ese cuerpo era suyo, aunque debía
    admitir que había más sangre de la necesaria, suspiró, el rubio necesitaba tomar un baño –rubio –volvió a llamar sin recibir respuesta, volvió a suspirar, para agarrarlo y montarlo en su hombro como un costal de arroz, poniéndole la mano en el trasero, sintiendo como su semen salía, se le formó otra sonrisa, para dirigirse al baño y comenzar a lavar el cuerpo del rubio que no se despertaba por nada, limpio la herida del cuello, había sido mas profunda de lo que imaginaba, al igual que los arañazos, sintiendo mientras lo hacia el relieve de una cicatriz en el hombro del rubio, se veía vieja, le llamó la atención, después le preguntaría; con la esponja recorrió el cuerpo del otro, las líneas delicadas de su torso se veían perfectas para encajar los dientes, pero se resistió, era muy tarde, mañana, o mejor dicho en unas horas había clases, siguió recorriendo el cuerpo del rubio hasta llegar a cierto punto cubierto de semen y sangre, luego se disculparía, al parecer fue muy duro, siguió lavando, hasta terminar, lo envolvió en una toalla y lo tiro en su propia cama, mientras Gaara arreglaba la suya, las sabanas habían que dado cubiertas de semen y sangre, si su madre las veía le daría un ataque; luego de arreglar su cama, el bermejo comenzó a vestir al rubio con una de sus pijamas, tenia flojera de buscar en cosas ajenas, luego le puso una manta y se fue a dormir, estaba cansado.


    Unas horas después…


    El rubio era movido por alguien.


    -Despiértate, tonto, vas a llegar tarde.


    -Mmm, 5 minutos más por favor.


    Al oír esto el personaje, no tuvo de otra que golpear a cierto rubio, para que se despertara.


    -¡Hay! –Exclamó con una lagrimita saliéndole de los ojos mientras se sobaba la cabeza -¿Qué te pasa? ¿Porque me despiertas así?-.


    -Se te va a hacer tarde, así que dúchate rápido y arréglate.


    -Si, ya voy –respondió el rubio con pereza, aun sin moverse.


    -¡PERO MUEVETE QUE ES PARA HOY, JODER!!


    -Si –se asustó -¡¡ya voy!! –Dijo para levantarse rápidamente sintiendo como sus piernas flaqueaban cayendo de rodillas al suelo, escuchando la risa del pelirrojo -¿¡De que te ríes!? –Preguntó enojado, levantándose del suelo con una mano haciendo presión en su cadera, esta por alguna razón le dolía como el demonio.


    Ya en el baño…


    -¿Pero que le pasa? está loco –se quejaba –y yo que no he hecho nada, pero bueno, no hay forma de que le lea la mente, para saber qué es lo que pasa –suspiró resignado –así que soportaré


    -Muévete que es para hoy –hablaba Gaara mientras tocaba la puerta –o ¿acaso quieres que entre a bañarte? –se burlo –porque eso sería maravilloso.


    Naruto calló por un momento.


    -No gracias, ya salgo.


    Momentos después…


    El rubio salió del baño con solo una toalla cubriéndole el cuerpo, mostrando su apetitosa piel ante el pelirrojo, el cual quedo anonadado ante tal figura, el rubio no prestó atención a la mirada del pelirrojo comenzando a vestirse en frente de él, el cual no creía lo que estaba viendo, era seguro, el rubio se le estaba insinuando, pero él no caería tan fácil, no señor, el no sería tan tonto de tirársele encima, eso sí que no, ante todo está el orgullo, pero es que ese rubio en ese momento se veía tan apetitoso, pero Sabaku No Gaara no caería, bueno, al menos no en ese momento, ya que si lo hacían llegarían tarde a clases, pero no despego la vista de los movimientos del rubio, se apenó al ver las marcas de arañazos y mordidas en la espalda de este, viendo de nuevo la marca en el omoplato derecho el rubio no aguantando más la curiosidad.


    -Naruto –el blondo le miró - ¿Qué es eso que tienes en la espalda?


    -¿Qué cosa?


    No lo comprendía.


    -Ese símbolo.


    -¡Ah! –Recordó –bueno, es… es –tragó saliva – ¿un recuerdo de mi niñez? –preguntó, no quería decir lo que era, algo le decía que si le hacia saber a Gaara, este lo mataría.


    -¿Qué es? –puso voz severa al ver los nervios del rubio, quien tragó en seco.


    -Es… una marca que me hice –calló, por un momento, algo le decía que no lo dijera –cuando me enamoré –dijo lo último con un hilo de voz, ya podía sentir el calor del golpe en su cara sin siquiera saber ¿Por qué? Se sentía culpable.


    -Ya veo.


    Fue lo único que respondió como restándole importancia, un gran peso se mermo de los hombros del rubio para que continuara vistiéndose.


    -Debiste de querer mucho a esa persona.


    -La verdad, no sé –continuo vistiéndose –no lo recuerdo, hasta hace poco desperté de un coma y parece que hay secuelas en mi cerebro, tengo lagunas mentales.


    Soltó el menor como lo más normal del mundo.


    -¡¿Estuviste en coma?!


    -¡Ah! –Sonrió –Gomen, no lo sabías –tomó aire –Estuve en coma por 4 años ¿No se te hace raro ver mi físico?

    -Bueno la verdad sí, no has cambiado ni un poquito, en todo este tiempo.


    Ante lo escuchado el rubio volteo sorprendido –Gaara ¿tú me conocías desde antes? –no evitó el preguntarlo, esa pregunta le rodeaba la
    cabeza desde la primera vez que lo vio.


    Ante la pregunta algo dentro del pelirrojo sonó.


    -Acaso no me recuerdas –suavizó su voz –mi Naru-chan –bromeo –que no te acuerdes de tu mejor amigo ¿Qué tipo de persona eres? –mintió, creyendo, que el rubio mentía, por lo de la noche anterior, se veía que lo recordaba muy bien.


    -¿Tú eras mi mejor amigo?


    -Por supuesto, hacíamos todo juntos.


    Habló con seriedad, ante eso el rubio cerró los ojos por un momento, ahora tenia sentido el por que le parecía conocido, ¿pero entonces por que no había dicho nada hasta ahora? Tal vez estaba enojado, ¿porqué pensó que se olvido de él? se veía bastante sorprendido cuando se enteró del coma, así que no le avisaron, tal vez por eso estaba enojado y no dijo nada.


    -Te creo –Dijo con total seriedad mientras abría los ojos, decidió creerle después de meditarlo -¿Cómo pude olvidarte? –Se reprimió así mismo –de ahora en adelante, daré lo mejor de mí por recordarte y hacer de nuevo todas las cosas que hemos hecho, pero multiplicado por infinito –sonrió inocente.


    Gaara lo miró con desconfianza –mejor vámonos se nos hace tarde –ordenó tomando sus cosas, seguido del rubio, que mantenía una sonrisa en sus labios.


    Llegaron al aula, Naruto se sentó junto al pelirrojo y junto a otro que también era pelirrojo, durante todo el tiempo los pelirrojos estuvieron mirando al rubio, en especial el pelirrojo con ojos miel, el cual sin duda, miraba al rubio como un lobo hambriento.


    Continuara…


    Cap. 10



    Nagato






    Después de unas extenuantes horas de clase, el rubio estaba sumamente aburrido, se podría decir que se estaba durmiendo, pero no podía darse ese lujo, aunque sus parpados se estuvieran cerrando, tenía a su fiel amigo Gaara-kun para despertarlo con un codazo a las costillas.


    -¡¡Ah!!


    -No te duermas, idiota.


    -Lo siento Gaara-chan, no volverá a ocurrir.


    -Has dicho eso las últimas diez veces; un momento ¿como me llamaste? –le envolvió un aura asesina.


    -¡Ah! Gaara-sama, Gaara sama.


    -Así está mejor –se tranquilizó.


    -uf, por poco y no la cuento.


    Susurró para así, el rubio, limpiándose el sudor, para escuchar una risilla a su lado.


    -Vaya Naru-chan –Habló el otro pelirrojo a su lado -No sabía que tuvieras ese tipo de relación con Gaara-kun.


    -¿De que hablas Sasori-san?


    -¿Qué? No me digas que ustedes no…


    -No ¿qué?


    Seguía confundido.


    -No nada.


    Rió de forma nerviosa.


    -Eres muy raro –sonrió el menor –pero no importa, así es mejor.


    -¿En serio?


    Preguntó el de ojos miel sonriendo como un galán.


    -sí, así me gustas más –volvió a sonreír, sin saber la magnitud de sus palabras.


    Este último comentario dejo a Sasori helado, repetía en su cabeza una y otra vez lo que dijo el rubio, no cabía de felicidad, pero con lo que no contaba es con que otro pelirrojo escucho al rubio y le diera un buen coscorrón, lo cual ocasiono risas de todo el salón.


    -Pero ¿Qué hice?


    Decía el rubio con las manos en la cabeza y una lagrimita amenazando por salir, pero eso solo logro que Gaara le hiciera una cara de “estás muerto”, con lo cual Naruto se calló, y sin decir nada retomo la atención hacia las clases.


    Pasaron las horas, y las clases terminaron.


    -Oye Naru-chan


    -Si dime Sasori-san


    -Qué me dices si hacemos la tarea en mi cuarto, así yo podría ayudarte, en lo que no entendieras.


    -¿Enserio? ¿Harías eso por mí? –Habló emocionado – ¡Que alegría, claro que iré! ¿A qué hora?


    -Vamos de una vez, para hacerlo lo más rápido posible.



    Ya en el cuarto de Sasori…


    -Oye Naru-chan, antes de comenzar, ¿Qué dices de un juego?


    -¿Juego?


    -Sí ¿te digo de que trata?


    -Te agradecería si lo hicieras.


    -Es muy simple, vamos a estudiar y luego te haré preguntas, pero por cada que te equivoques, te quitaras una prenda y al final vemos quien
    tiene más correctas, el perdedor, hará todo lo que el ganador le ordené, lo mismo va para mi, esa es la mejor manera de estudiar, porque así te concentras mas y aprendes rápido.


    -Entiendo.


    -Y entonces ¿jugaras?


    -Está bien


    Acepto Naruto con una sonrisa, sin ver la que se formaba en el rostro de su nuevo amigo.


    El tiempo pasó y comenzaron las preguntas, pero lastimosamente, no salió como él pelirrojo esperaba, el rubio se las sabía todas, solo se
    equivocó en dos, en cambio él, solo le quedaba la ropa interior, el rubio sonrió ante esto, pero después recordó las reglas del juego.


    -jijijiji, reía maliciosamente el rubio.


    -¿Qué?


    -Tendrás que hacer todo lo que yo diga.


    El pelirrojo trago en seco ante estas palabras.


    -Y… dime, ¿Qué quieres que haga?


    Preguntaba el pelirrojo con algo de miedo en su voz


    -Es algo muy simple –sonrió de lado el menor –pero tendrás que hacerlo todos los días durante una semana –sonrió acercándose –me encanta lo que te haré hacer –se burló –porque me fascina degustar ese delicioso manjar y en este momento solo tú me lo puedes dar-.


    Decía Naruto, mientras se acercaba peligrosamente a Sasori, el cual nunca se imaginó que la expresión del que parecía un dulce niño al principio, se transformara en una mirada de lo más sádica.


    El rubio se le acerco más al pelirrojo, hasta quedar muy cerca de su oído para con voz extremadamente lenta y sensual hacer salir algunos susurros.


    -Así, que quiero que me…


    El pelirrojo se iba morir de excitación.


    -Compres rameen.


    Terminó de decir con una sonrisa, esto hizo caer a un lado al pelirrojo.


    -¿Qué te pasa?


    Preguntó inocente el rubio.


    -Nada –habló desilusionado –te llevare a comer rameen por una semana.


    -Gracias, pero ahora si me disculpas, ya es muy tarde, me tengo que ir.


    -No te preocupes, que te vaya bien.


    Después de oír esto el rubio salió del cuarto con sus cosas dejando al pelirrojo aun en el suelo y con una mano en su rostro, el cual al quitarla se veía el hilito de sangre saliendo de su nariz, el pelirrojo se metió en el baño rápidamente, para arreglar otro “problemita” causado por el rubio.


    Al salir el rubio vio que ya había oscurecido, se asustó un poco al ver lo tenebroso que era la universidad por la noche, pero siguió caminando, lo bueno es que los corredores estaban bien iluminados, de repente sintió como algo le jaló de la camisa, el rubio paró en seco, se volteo pero no había nada, iba continuar caminando, pero de nuevo lo jalaron, su corazón latía a mil rogando que no fuera un fantasma, miró otra vez, pero esta vez hacia abajo, encontrando a un pequeño de cabellera rojiza y hermosos ojos azules idénticos a los suyos, además de una piel extremadamente blanca y extrañamente la mismas marcas en las mejillas, el rubio aun sorprendido bajo a la altura del pequeño y con su mejor sonrisa le pregunto:


    -Sí, dime ¿Qué pasa pequeño?


    El pequeño lo miro serio, además de que con esas ojeras le era aun más tenebroso.


    -Disculpe, pero ¿me podría decir donde es el cuarto de Sabaku No Gaara? creo que me he perdido.


    Comunico el pequeño con voz firme pero educada.


    -Claro, justo iba para allá.


    Le respondió el rubio con una sonrisa, ofreciéndole la mano.


    El pequeño no reprochó y la tomo sin duda.


    Momentos después, los dos se encontraban en frente de una puerta, el rubio sacó una llave y abrió la puerta, cuando menos se lo espero el niño entro como un relámpago, aventándose contra un pelirrojo que estaba sentado en la cama.


    -Otou-san!!!


    Fue lo que salió de la boca del niño mientras se aferraba al pelirrojo.


    -¡Basta ya, Nagato, me haces cosquillas!


    Decía el pelirrojo muy alegre.


    De pronto se escucho un ruido metálico, el pelirrojo miró curioso, viendo a un rubio en la puerta, recogiendo sus llaves del suelo, al ver esto
    casi se muere.


    -¡¡¡Naruto!!!


    Exclamo este muy sorprendido.


    El rubio lo miró normalmente.


    -Sí ¿Qué pasa?


    Preguntó como si nada.


    -lo viste no, dime qué opinas.


    Decía Gaara con la cabeza gacha.


    -Yo, no soy quien para opinar, es tu vida no la mía, además es un hermoso hijo el que tienes, me gustaría tener un hijo así.


    Ante estas palabras se sorprendió.


    -Sí, ¿qué edad tiene?


    -Tres años y dos meses.


    Interrumpió el menor.


    -Vaya, eres muy listo para tener tan poca edad –sonrió el rubio –además te pareces a tu padre, ¿y dime, quien es tu madre?


    Al oír esto el pequeño calló.


    -No sé, no la conocí, pero mi padre dice que era una persona hermosa, esa persona era rubia, tenía los ojos azules, como los míos y las mismas marcas…


    El pelirrojo no lo dejo continuar.


    -Gaara, eso significa que…


    -¿Si?


    Decía emocionado el pelirrojo.


    -Que…yo…




    Continuará…

    Edited by 691396 - 24/11/2013, 16:24
     
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