SIN NOMBRE R+18 (SXN) (FINALIZADO)

CONTIENE ESCENAS DE SEXO Y VIOLENCIA NO MODERADAS,SADOMASOQUISMO, LEMON HARD, INCESTO, VIOLACIÓN Y MUERTE.

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    Cap. 16





    La Llamada








    En estos últimos meses he estado preocupado, Gaara se ha sentido enfermo y no sé que le ocurre, no me ha querido decir pero por los síntomas parece un embarazo, ojala que no me haya engañado, porque por lo que recuerdo no me he acostado con el ni una sola vez desde que nos reencontramos, estoy realmente preocupado, así que lo sigo en la moto de mi hermano cuando falta a clases para ir a algún lado, de seguro va al médico y así es, pero se demora mucho y me quedo dormido en la moto, el agua me despierta, comienza a llover con fuerza, cuando veo que mi pelirrojo se monta a un auto, lo observo mejor, es el auto de sasuke, enciendo mi vehículo para comenzar a seguirlos, pero se me dificulta en demasía, el agua llega a tal punto que tengo que parar y refugiarme, ya me estaba arrastrando, suspiró en el refugio, aun recordando por donde fue, mientras veo como las calles se inundan, como los postes y los arboles, al igual que las personas y los vehículos son arrastradas por el agua y el viento, me preocupo ¿Qué si eso les pasó? Me inquieto por unos momentos dando vueltas por todas partes, recordando que tengo el celular en el bolsillo, llamé a Gaara pero no respondió, el miedo apareció, llamé a Cachi-san pero tampoco respondía, el miedo se incrementó, solo quedaba llamar a Sasuke, tome el teléfono para marcarle, pero no pude, el techo de donde estaba se derrumbó encima de mí dejándome inconsciente.



    Desperté después de algún tiempo, no sé cuanto, pero la tormenta se había acabado, aunque el ambiente era extraño, parecía el ojo del huracán, debía de apurarme, pero mi cuerpo no se movía, estaba enterrado en escombros, moví mi mano sintiendo algo en ella, era el móvil, me alegré acercándolo como pude a mi oreja y marcar, para mi suerte aun funcionaba “Diga” escuché que contestaron, conocía esa voz, era sasuke, hablé lo más firme que pude explicando mi situación, le dije en donde estaba y le pedí que viniera a por mí, él se oía feliz de que estuviera bien, diciendo que vendría de inmediato, sonreí y agradecí para caer inconsciente de nuevo.



    Abrí los ojos viendo una luz cegadora, trate de moverme sin lograrlo ¿aún estaba bajo los escombros? Me concentré para mirar alrededor, era un cuarto extraño, seguí recorriéndolo para que mis ojos se abrieran de par en par, Gaara, Nagato y Cachi-san se encontraban allí, todos como si su alma se hubiera ido, trate de hablarles, pero mi voz no salía, mi boca estaba amordazada, miré mis brazos y piernas, los cuatro estaban sujetos a la pared por cadenas, me desesperé tratando de zafarme.



    -Si fuera tú, no haría eso.



    Escuché una voz grave que conocía muy bien, la voz de mi ex, Sasuke Uchiha que me miraba con una sonrisa sádica en el rostro, mi cuerpo tembló, como prediciendo lo que iba a suceder.



    Mi Naruto, mi amado Naruto ¡Al fin te tengo entre mis manos! ¡Al fin te haré mío por completo! Lo que sufrí para poder obtenerte ya esta saldado, ahora te tendré por siempre entre mis brazos, ahora tu alma me pertenecerá incluso en las siguientes encarnaciones ¡Soy tan feliz! –


    Eran los pensamientos del azabache mientras esperaba el despertar de su rubio con una jeringa en la mano, lo que había planeado lo haría cuando este despertará, no tenia sentido que lo hiciera mientras dormía, se impacientó un poco por la demora del despertar, más se divirtió con los otros tres mientras lo hacia, disfrutó un poco del pelirrojo, quería saber que tan bueno era que hizo a su rubio dejarlo y vaya que lo comprobó, aunque los gritos de Cachi y el niño lo des-concentraron un poco, lo hizo, penetró, violó al galeno con mucha más fuerza que a su hermano, definitivamente la venganza era dulce y más si era acompañada de sexo.



    Le miré deseoso, esa mirada tambaleante, ese miedo en los zafiros me seducía más de lo que lo hacía su hijo, ese niño que se encargará de darme lo que quiero de su padre, le di una advertencia al ver que trataba de zafarse, se quedó quieto sin chistar, sonreí ante tal acción –Eres tan obediente, le felicité mostrándole la aguja -¿Sabes que es esto? –Le pregunté sabiendo que la respuesta seria “No” –Es lo que nos permitirá estar juntos para toda la eternidad Naruto, fantástico ¿No? –le dije emocionado, mas el no parecía estarlo – ¡Ah! Ya veo –golpee mi cabeza –si no puedes hablar como vas a responderme –obvie para quitarle la mordaza, quería escuchar su voz y vaya que lo hice, resonaron en el cuarto los gritos y maldiciones que para mi solo era poesía lírica de un cántico de amor, sonreí ante tales palabras, me amaba, lo sabia, lo calle por un momento, sus ojos me miraban estupefactos, tome su rostro, el no dejaba de mirarme y mirar a los demás –Me desharé de ellos pronto, no te preocupes –Le comuniqué tranquilo, no quería más interrupciones; me separé un poco de él, para que mirará alrededor -¿Recuerdas este lugar naruto? –Recibí una negativa como respuesta – Es donde terminó, aquí te marque para siempre como mio, como mi propiedad, pero en vez de decírtelo, mejor te lo muestro ¿No crees? –Dije alegre para encender la pantalla y mostrarle los maravillosos momentos que pasamos juntos, las expresiones de su rostro se distorsionaron, se puso pálido, apartó la vista por unos momentos para luego gritar, le dolía la cabeza, comenzó a sangrar por la nariz -¡Eso es! –Grité -¡Recuerda! Recuerda cuando eras mío, ¡Cuando te hice mio! ¡Recuerda el placer que te he dado! ¡Recuerda como hice tu primera vez mía! ¡Recuerda cuánto me amabas! –Exclamé deseoso, excitado para solo escuchar un débil “Cállate”, mi sonrisa se esfumó ¿Quién osaba a destruir tal momento? ¿Quién se atrevía a robar mi tiempo con Naruto? –Claro… -Susurré –aun no te he matado –dije para dirigirme a la mujer.



    -Naruto ¡Mira! –Grité para mostrarle el rostro destrozado de la directora, el me miró de forma débil, suplicando que parara, su rostro estaba lleno de sangre ¡Tan hermoso! Pero yo iba a mostrarle algo muy entretenido –Naruto, esto te va a encantar –Sonreí para sacar la navaja oxidada y repetir el proceso, la mujer ya ni gritaba, tal vez lo estaba haciendo mal, tiré el pecho recién cercenado al suelo, para mirar el hueco que le había dejado, podía apreciar las costillas, mas mi amado parecía no disfrutarlo, suspiré para vendar las heridas –Primera fase finalizada Cachi-san –Le susurré al oído, para dirigirme a mi hermanito con el pecho en la mano -¡Mira! –Exclamé como un niño, mostrándole la mama, Mi rubio solo abrió los ojos y gritó que me detuviera, suspiré de alivio, ya había recobrado su personalidad, le sonreí para dirigirme al pelirrojo, el “¡Gaara! ¡Gaara!” que gritaba mi hermanito no me gustó para nada, el solo debía pronunciar mi nombre, ningún otro.



    -Hora de la comida –Avisé al mapache, sin recibir respuesta -¡Hora-de-la-comida! –Grité viendo sus ojos abrirse, me escupió al apenas verme, me saco una carcajada, Naruto me gritó para que lo dejará y el pelirrojo al oírlo pronunció su nombre, una luz de esperanza apareció en su rostro, me enfadé, tome su cráneo con toda su fuerza mostrándole a naruto lo que su prometido era, le mostré sus piernas, sus muslos, le hice ver la sangre y el semen que por ellas resbalaban, le mostré que el mapache era una puta, más no funcionó, las lagrimas recorrieron la piel de ambos, podía escuchar claramente el “Lo siento” de mi oji-azul, el “Te amo”. Me enfurecí como un loco al escucharlo, solté al galeno y le di un golpe al rubio, el más fuerte que he dado en toda mi vida, le rompí el labio, la nariz y le saque algunos dientes, me disculpé, como siempre mi rubio me perdona todo, volví con Gaara, levanté la mama del suelo, se había caído en la conmoción, e igual que antes alimenté a Gaara y al mocoso, con un extra, necesitaba a cachi viva por mas tiempo, también le nutrí, necesitaban alimento, habían pasado dos días después de todo.
    Me sentía mal, no había mas gritos, no mas suplicas, estaba aburrido casi al punto de matar, mas me controlaba al ver a mi rubio, me senté en el suelo por un momento visualizando la jeringa, también se cayó en la conmoción, la levanté para acercarme a mi caramelo, el no dejaba de gritarme -con tanta energía como siempre- susurré con alegría para abrazarle, disfrutar de su calor, del toque su piel, de su olor, respiré profundo para toquetear su abdomen e incrustar la aguja en el ombligo, su gemido me hizo estremecer, me excitaba, le mordí el cuello para controlarme al vaciar el contenido del inyector dentro de su cuerpo –Con esto nuestros sueños se harán realidad dobe –Le susurré de forma dulce mientras me separaba, viendo la imagen que había creado, una sinfonía de colores y sonidos se mostraba ante mis ojos, se perdían en mi subconsciente, el éxtasis para un artista, en mi caso, el paraíso de un hombre enamorado.



    El dolor, el maldito dolor, sentía como si Sasuke hubiera inyectado acido en las venas, mi cuerpo se contorsionaba, mas ni un solo grito salió, no merecía ese desahogo, no, no lo hacia, no desde que no pude proteger a Gaara y a mi hijo, era un cobarde, un donnadie, un idiota ¿Por qué no me había dado cuenta? ¿Por qué no lo intuí? ¿Por qué no pude salvarlos? El dolor es lo menos que me importaba ahora, me importaba una mierda lo que sasuke estaba haciéndome, más la cruz del arrepentimiento se hacia mas grande al ver lo que les hizo a ellos, sin quererlo las lagrimas salieron, no podía decir nada mas que “lo siento” tantas veces hasta que me callaron, mas no con golpes, una mordaza lo hizo “haré que lo sientas de verdad, amor” susurró en mi oído aquel que creí querer mientras tomaba a mi hijo, traté de moverme pero una corriente eléctrica me inmovilizó, todo mi cuerpo se encalambró, ni siquiera podía mover la lengua, mas si podía ver, escuchar y sentir; vi como mi hijo era despojado de su ropa, como era inmovilizado con brusquedad, escuché el tintineo de las cadenas, los gritos de Cachi, Gaara y mi hijo, mas las risas de Sasuke, sentí el miedo en la habitación y el infierno que comenzaba a generarse en mi vientre; no podía más, estaba a punto de ahogarme con mi propio vomito, no quería ver, mas no podía apartar la mirada, mi hijo estaba siendo mancillado, violado, golpeado, podía ver la sangre resbalar por sus muslos, podía escuchar su respiración entrecortarse, quería morir, preferiría morir a seguir viendo tal acto, tal cara de un Sasuke desconocido, tal rostro de un niño oscurecido, quería morder mi lengua, mas la mordaza no me dejaba “Por favor que el vomito me asfixie” pedí a algún ser que me escuchara, mas de mi solo estaba el silencio y de mi hijo el llanto; dejé de pensar en tales estupideces, no era momento de morir, era hora de ayudar a mi familia.



    “Naruto” escuché en un gemido para mirarlo, al pelinegro que seguía dentro de mi niño “Esto es un regalo para ti” me dijo en voz melosa para pasar una navaja por su cuello, mis ojos se abrieron de par en par viendo como la sangre de mi pequeño se expandía por el piso, mi corazón se comprimió, mi cabeza comenzó a doler como el demonio, mi nariz comenzó a sangrar y recordé, recordé lo que había sucedido en mi pasado, lo que sasuke había hecho y lloré, no por mi, si no por mi hijo que había sido victima de la obsesión, de un amor enfermizo, mi niño, mi bebe había muerto por mi culpa.




    ¡Si! ¡Si! Había sido fabuloso ¡Esplendido! Uno de los mejores shows que he hecho y para colmo lo disfruté, el interior del mocoso era delicioso, sus suplicas casi tan buenas como las de su padre, ya había tenido su primera vez, no iba a dejar que otro le pusiera las manos encima, ya le había pasado una vez, no iba a permitir una segunda, así que sin mayor vacilación, procurando que mi amado lo viera con total nitidez, le corte la garganta, su muerte fue rápida, sus ojos se apagaron mientras la sangre se escapaba de su cuerpo apretando fuerte su entrada ¡Que bien se sintió venirse dentro! Más de nuevo me endurecí al ver el rostro de mi rubio, cubierto de lagrimas y sangre, me levanté sin importar mostrar mi virilidad, dirigiéndome hacia él, retirando la mordaza, viendo con cierta alegría como me vomitaba encima, me llené de él, sonreí para acercarme y besarle ¡Me importaba un carajo que hubiera acabado de vomitar! Todo lo de Naruto era delicioso ¡Precioso! “Esto servirá como lubricante” le susurré refiriéndome a la sangre y desechos de su hijo que se habían mezclado con su vomito, pude sentir como se tensó, estaba anhelante, lo sabia, quería tenerme cuanto antes en su interior y lo cumplí, rasgué su ropa tal y como le gustaba para adentrarme en el sin preparación, su rostro se frunció, mas ahogaba sus gemidos, sonreí ante eso ¡Que penoso era mi naruto! Y que apretado, bueno no lo habíamos hecho en un tiempo, debía de estarlo, sin esperar mas, comencé a embestirlo, sentía como el liquido vital resbalaba por sus muslos igual que momentos antes pasaba con su hijo.



    Lo disfrutaba, le quería, le amaba hasta el punto de la locura, Sasuke estaba consciente de eso, mas no podía parar, los celos, los malditos celos eran su detonante, más tener a Naruto así, como lo tenía ahora era su recompensa, adoraba estar dentro de él, el oír su respiración entrecortada, sus gemidos ahogados lo hacían excitar cada vez más y lo demostraba con sus movimientos, cada vez mas bruscos, mas fuertes, mas certeros, hasta lograr un verdadero gemido, su rubio le correspondía, su miembro se había erguido, su entrada estrechado, lo disfrutaba.




    El silencio que ahora había en la habitación ahora solo se interrumpía por los gemidos, los fuertes gemidos que ni Gaara ni Cachi parecían escuchar; Naruto… su rostro estaba deformado, su boca estaba abierta, salivando, sus ojos un poco abiertos iluminados en lujuria, más sus lagrimas le delataban, no eran de placer, eran de un profundo dolor, al parecer ahora, además de sus padres y su hijo, su cordura también se había ido.



    Pasó algún tiempo para que Sasuke al fin terminara, se alejó un poco viendo su obra, sangre, semen y vomito mezclados en un solo lugar “Tu hijo nos da su bendición” anunció mientras se limpiaba, para revisar a los demás, el pelirrojo estaba en trance, ido, mientras que cachi… -¡Demonios! –Exclamó enojado para ir a revisarla -¡Lo ves Naruto! – Llamó al rubio mientras pateaba el cuerpo -¡Por esto las mujeres son complicadas! Prefirió ahorcarse con sus cadenas antes de que yo le prestara atención, tsk, que desperdicio ¿Ahora como voy a alimentarlos? ¡Mierda! –Volvió a patear el cuerpo, lo hizo una y otra vez hasta calmarse -¡Ah! Esta bien, no es mucho problema, tengo un generador y un refrigerador para carnes –miró el cuerpo del niño –él también puede servirnos –sonrió para arrastrar los cuerpos –Alimentaras a mami, papi y tu hermanito ¿No estas feliz? –Habló en forma aniñada mientras los metía en la nevera –Ahora Naruto –habló para si mismo mientras tomaba un carrito y algo de la chimenea –es hora de que me aseguré para siempre de tu fidelidad –sonrió para dirigirse al rubio, ahora era su momento.

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    ¿Y? ¿que les parecio el psicopata, obsesivo de Sasuke?

    Espero que la historia (o al menos este capitulo les haya causado escalofrios) les haya gustado.

    Hasta la próxima.

    Edited by 691396 - 24/3/2016, 17:50
     
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74 replies since 7/8/2011, 16:22   8786 views
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