la fidelidad de un hanyo (Nc-17)

-cuando te enamoras... nada te detiene, pero... ¿y si no eres correspondido?...

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  1. hikaru tamilla
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    Han pasado 3 años desde el día en que te fuiste…
    Y desde ese entonces…
    Yo, te sigo esperando…

    Proyecto
    Hikaru Tamilla
    Presenta.



    Han pasado 3 años desde que kagome regreso a su tierra natal. Finalmente naraku había muerto. Pero en el momento en que la perla de shikon desapareció, también desapareció kagome. Inuyasha, no pudo ni siquiera decirle adiós.
    Ahora inuyasha visita el pozo cada dia. Todo el tiempo esta esperando el regreso de aquella persona. Pero no regresa. Inuyasha ya comienza a cansarse cada vez más.
    Sango y miroku están preocupados. Ellos ya formaron una hermosa familia. Tienen dos hermosas hijas a quienes quieren y aman. Con mucha tristeza ven a inuyasha ir y venir del pozo mas de una ocasión. Pero sin la chica que más amaba.
    “crees que este bien miroku” –decía sango muy preocupada.
    Miroku estaba también preocupado. No sabia que hacer, la tristeza de inuyasha era cada vez más grande que nada.
    “a este paso… inuyasha podría morir de tristeza…”

    L a noche finalmente llego. Y los aldeanos comienzan a regresar a sus casas. Alguien se acerca con 5 personas. Los aldeanos comienzan a tener miedo. Pero solo uno se acerca a una pequeña casa. Un chico de pelo oscuro y con orejas puntiagudas. Su mirada traviesa y con 2 lobos en cada lado. Tocando la puerta que se menciona.
    La anciana kaede abre tranquilamente y se impreciona por quien es.
    -¡Koga… que haces aquí!
    Lamento mucho molestarla señora kaede-- decía mientras 2 hombres se acercaba con 2 compañeros heridos -pero necesito de su ayuda ahora…-

    INUYASHA
    ULTIMO ACTO



    la soledad del hanyo




    Lin tenía en frente a un gran lobo. Que este le miraba con mucho cuidado. Lin comenzó a temblar… pero la dulce voz de koga la saco de ese miedo.
    -tranquila, mis lobos solo atacaran si yo lo ordeno, ellos no te harán nada, si lo dudas puedes comprobarlo.- lin tranquilamente acerco su mano a uno de los lobos. Este dejo ser acariciado por las pequeñas manos de la niña. Quien al final lo abrazo y restregó su rostro en ese pequeño cachorro.
    De pronto alguien se acerco…
    -cuanto tiempo sin verte koga- decía el monje mientras bajaba la cortina que daba inicio la casa de la anciana kaede.
    -lo mismo digo de ustedes, ya que hace 3 años que no nos vemos- decía koga muy contento.
    Miroku comenzó a ver a los hombres que koga había traido, todos estaban eridos, pero kaede atendía a los que mas estaban lastimados.
    -y porque tus hombres están asi
    -desde que naraku murió, los monstruos atacan nuestras aldeas. En una de esas intentamos protegerlas pero nos costo caro con los hombres.
    En ese preciso momento en que koga volteo apareció de improviso inuyasha, pero era extraño. Su mirada era perdida, tenia los ojos caídos en el suelo y caminaba sin siquiera saludarlo. Koga se asombro por como inuyasha estaba actuando
    -¿y ahora, porque el perro no se me acerca?-
    -tendrás que disculparlo. Ha estado muy deprimido en estos meses-
    - ¿por lo de kagome?-
    -Así es-.

    Koga se levanto. Se sacudió y se estiro un poco. Ginta se levanto también pensando que recibiría ordenes de su jefe.
    -Ginta, me avisas cuando terminen de acuerdo. Voy a pasear un rato.-
    Ginta acento con la cabeza mientras ocupaba el puesto de vigilancia de su jefe. Al verlo miroku se impresiono por lo que vio
    -¿a donde vas koga?
    -Voy a ver al perrucho ese… hace tiempo que no lo saludo. Puede que le levante el ánimo. Y se dirigió directo en la dirección en donde se fue.

    Una pequeña cabaña apenas con un poco de luz. Se veía recientemente reconstruida. Sentado en la pequeña fogata inuyasha miraba tristemente las flamas que sacaban el carbón y la madera… mencionando a una sola persona… kagome
    -HOLA PERRO INUTIL!!!!- Decía koga con mucho esmero. Inuyasha se sobresalto. Estaba muy enojado al sentirse sorprendido por el hombre lobo
    -MALDITO KOGA, QUE QUIERES…- decía muy enojado, sus dientes mostraban un poco de rabia y enojo, y su mirada mostraba desafío. Pero koga noto que en esa mirada, también había rastros de lagrimas, unas diminutas gotas que apenas adornaban sus ojos, y unos ojos un poco cristalizados y rojos. Las mejillas de inuyasha también estaban un poco rojas…
    Koga entro por la ventana de aquella casa y la miro detenidamente. Noto que la casa era nueva, había muchas cosas nuevas como vasijas y ollas. El caldero estaba a la mitad, tenia algo de comida. El leño apenas se estaba haciendo negro. No había pasado mucho tiempo que inuyasha había llegado.
    -Esta casa esta muy bonita-
    --LARGATE KOGA NO TE QUIERO VER--
    -¿Así tratas a las visitas tonto?-decía koga desafiando al perrito de mirada rencorosa. Inuyasha volteo un poco mientras el cabello le tapaba sus ojos...
    No estoy de humor para aguantar…- koga lo volteo a su lado. Y toco aquellas cálidas mejillas… y de pronto una lágrima se interpuso en el camino de aquella mano.
    - ¿porque estas llorando?-decía koga sorprendido… inuyasha no pudo aguantar mas… y se recargo en aquellos brazos de esa persona. Llorando amargamente sacando todo lo que podía… koga al sentir ese peso en su cuerpo se tambaleo hasta caer, y sentir las lagrimas faltantes del cachorro plateado que no paraba de gritar de tristeza….
    La luna ya estaba en su punto mas alto, y e inuyasha estaba tapado con una manta que había en la casa, recargado en la pared mientras el calor del fuego estaba alimentando la casa. Koga estaba recargado en sima de el. Inuyasha ya estaba calmado. Tenia los ojos hinchados, y cansados, su mirada aun estaba triste, y extrañamente estaba recargado en el ombro de koga. A este no le importaba, pero le extrañaba que el estuviera así. Inuyasha era un chico muy rebelde y muy roñoso. Un hombre muy valiente que nunca lloro mas que por su querida kikio pero ahora se mostraba muy sensible. Como que en cualquier momento se fuera a romper.
    -¿ya te sientes mejor? Le decía koga a inuyasha mientras este se tapaba con la manta.
    Si, gracias.-
    Koga se sentía raro con inuyasha recargado en su hombro, se rasco un poco la cabeza para pensar que hacer, y al ver a inuyasha mirando hacia el fuego intento cambiar el tema.
    -dime inuyasha, ¿tu hiciste solo esta casa?-
    No. Me ayudaron los aldeanos que están aquí- decía inu, muy tranquilamente. Cerrando los ojos quizá para descansar koga estaba un poco extraño. Verlo tranquilamente dormido después de haber explotado lo hacia lucir algo raro. Puso su mentón en la cabellera del cachorro. Olía a pasto fresco, un pequeño aroma que koga se quedo pensando por varios minutos. De pronto escucho un ronquido… inuyasha finalmente se había quedado dormido. Lo observo un momento y despacio fue separando al cachorro de los hombros del lobo. Finalmente lo puso en el suelo. Koga empezó a ver en donde podía poner a inuyasha o que prenda podía taparlo aparte de la manta que casi no lo cubría bien. Entro a la segunda habitación y vio un monton de eno envuelto en una tela. Parecía una sabana. Al sentirlo vio que era acolchonado, asi que decidió cargar a inuyasha para ponerlo a dormir hay. Para sorpresa de koga, inuyasha no pesaba mucho. Era muy ligero. Asi que decidió acostarlo en esa cama. Y encontrando un poco de piel de oveja, lo tapo. koga se sentó finalmente a un lado de aquel montón de eno.
    Comenzó a observarlo. Verlo dormir era agradable. Notaba que aun sus ojos tenían lagrimas, intento secarla con el rose de sus manos, curioso, se sentía su piel suave. Koga estaba tocando un poco de todo… sus mejillas, sus cabellos que le tapaban sus parpados, aquella pequeña nariz rosada, y por ultimo aquellos labios. Los sintió un momento y uno de sus dedos sin querer entro por aquella pequeña abertura… koga se sorprendió, al sentir los colmillos del cachorro mordiéndole su pulgar mientras este intento acariciar algo de aquella cavidad. –que estoy haciendo- decía koga reaccionando finalmente sacando aquel dedo de esa entrada. Su dedo se lleno de saliva un poco. La toco. y se la llevo a la boca… - que sucede con migo
    --KOOOOGAAAAAAAAAAA- grito miroku por la ventana para ver si aparecía inuyasha o koga. – koga se sobresalto al escuchar el grito de miroku, verifico si inuyasha seguía dormido y lo vio. Aun roncaba. Salió de aquella habitación callando a miroku mientras este se disculpaba.
    Finalmente con el fuego levantando la luz en ese lugar miroku le conto toda la verdad.
    --Desde que inuyasha regreso de aquel pozo sin la señorita kagome. Inuyasha va todos los días a verificar si ella algún día regresara, desafortunadamente, inuyasha ya no es el mismo de antes, ya no come, ya casi no duerme, se la pasa llorando todo el tiempo sin que nadie lo vea, ya no habla con nadie. Esta casa la hizo el y los aldeanos esperando que algún dia la señorita kagome regresara para dársela. Porque esta casa será para ella. Según inuyasha. Pero a medida de que el tiempo pasa. Inuyasha si sigue asi, morirá de tristeza. Como muchos otros hanyos que se quedan solos.--
    Koga se entristeció un poco. Recordando algo de su pasado. Aquel día en que su madre… murió de un ataque gracias a las aves del paraíso que inuyasha destruyo cuando se conocieron.
    Koga- decía miroku, mientras koga reaccionaba- ¿te puedo pedir un favor?
    Koga miro tranquilamente a miroku cuando de repente se escucho un ruido en el otro cuarto. Rápidamente se paro y se asomo a ver a inuyasha, este tenia las lanas hasta la se acerco para tocarle la frente y la sintió muy caliente. Inuyasha se había enfermado.
    Koga- miroku miraba a koga preocupadamente-¿podrías quedarte en casa de inuyasha por ahora?-
    Koga miro a miroku de reojo. –Porque- decía preocupadamente
    -Hay monstruos en la región del sur, y nos pidieron que fuéramos a revisar. El señor seshomaru ira con migo, y como inuyasha esta asi, es probable que ataquen la aldea.-
    -¿Seshomaru ira con ustedes?- le pregunta koga muy extrañamente
    -Sip.
    -¿Y mis hombres?-
    -Solo será por un mes, después de ese mes podras irte. -
    Koga lo pensó por unos minutos. Finalmente accedió a quedarse con inuyasha. Para cuidarlo. Miroku sonriendo le agradeció a koga por todo. Saliendo de la casa de inu.
    Cerca de la casa había un rio. Koga fue con una cubeta de madera para enfriar la cabeza de inuyasha que seguía con temperatura. Mojo un poco el trapo para enfriarlo. Los ojos cerrados en el cachorro y la jadeante voz de inuyasha por no poder respirar bien hicieron que koga despertara una extraña sensación que no podía describirla. Se sentía demasiado bien mirando a inuyasha y acariciando su piel ahora acalorada por la alta temperatura… sintiendo sensaciones raras pero placenteras en su entrepierna.
    -¡¡¡¡MALDICION, ESTO NO PUEDE PASARMEEEE!!!!-

    Edited by hikaru tamilla - 10/8/2011, 06:52
     
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