Mago por naturaleza (Scorpius/ Albus) +17

Un mago que es un desastre en la magia, es odiado a muerte por él chico del que se enamoro a primera vista.

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  1. 290589-kaname
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    Mago por naturaleza



    Generoo: Romance, Lemon, Ficcion.


    Prologo




    Scorpius se preparo con su acostumbrada oscura capa y sus guantes de cuero negro. Hoy era el día que los alumnos más destacados de sexto grado de la escuela de magia y hechicería –Hogwarts- tendrían algo así como su examen de graduación.
    Después de la batalla con Voltdemort los profesores creían que los alumnos tenían que enfrentarse a temores reales para saber como defenderse. Porque a pesar de que el Lord Oscuro estuviera muerto, no faltaba uno que otro mago que quisiera volver a alzarse contra el ministerio para enardecer nuevamente el nombre de su amo.
    Con una ultima mirada en el espejo, Scorpius se acomodo el cabello rubio platinado en una cola de caballo y se aseguro que su varita estuviera a buen recaudo dentro de su capa. –Como lo esperaba, él era totalmente arrollador-
    Salió de las mazmorras donde estaban los dormitorios de Slytherin y se encamino al jardín principal, donde los elegidos esperaban para recibir ordenes de su próxima misión. Al llegar, se encontró con un grupo conformado por tres estudiantes mas; cada uno perteneciente a las diferentes casas del colegio Hogwarts.
    - Llegas tarde- dijo Dominique Weasley, la Auror que acompañaría a los estudiantes a la misión.
    Scorpius se trago su contestación y le dirigió la más seductora sonrisa que tenia. Dominique rodo los ojos y entonces se dirigió al grupo de estudiantes reunidos.
    - Esta noche, ustedes estarán a mi cargo así que antes de partir les diré las reglas que tienes que seguir. –continuo la Auror. –Si yo les digo corran, ustedes correrán, si les digo escóndanse, ustedes se esconderán y si les dio huyan, ustedes lo harán.
    - ¿Huir? –pregunto el alumno de Revenclaw - Nosotros estamos capacitados para enfrentarnos a cualquier adversidad que se nos ponga en frete, no saldremos corriendo como cobardes.
    - Niño, -Dominique uso un tono de complacencia a un niño pequeño – tu no tienes ni idea de lo hay allá fuera. Las criaturas que existen en el mundo exterior no son como los que te has enfrentado aquí en el colegio, y si no estas dispuesto a seguir las reglas del juego, será mejor que regreses a tu camita a descansar.
    El Revenclaw fulmino a la Auror con la mirada pero decidió quedarse callado, decidiendo hacerle caso a su instinto de conservación.
    Dominique Weasley no era conocida precisamente por su trato con la gente y mucho menos con los estudiantes. Su naturaleza Veela, heredada de su madre –Fleur Delacour- le otorgaba un temperamento de los mil demonios. Toda una contradicción a su aspecto físico. De cabellos rubios rojizos y ojos azules, Dominique era una diosa entre los mortales.
    - ¿Preparados? –preguntó la Auror sacando de su capa un pequeño objeto parecido a un alhajero. El objeto comenzó a brillar y Dominique lo puso sobre el piso. –Quiero que tengan muy bien en claro que en esta misión, si su vida depende de ello, utilicen el maleficio asesino.
    Los alumnos se miraron los unos a los otros con signos de angustia.
    ¿Acaso esta Auror esta loca? –pensó Scorpius. No se suponía que esta “misión” era más como una practica que como un trabajo real. ¿Acaso realmente arriesgarían sus vidas?
    El traslador comenzó a brillar con una intensidad segadora. ¡Ahora! –grito Dominique, incitando a los estudiantes a tocar el objeto.
    Scorpius se apresuro a tocar el alhajero y al siguiente instante sintió el jalón al ser arrastrado a otro lugar. Cuando abrió los ojos, se encontró en medio de un pantano. Al inspeccionar un poco más el lugar, se dio cuenta que a tan solo unos metros de el, se encontraban los otros estudiantes. La Auror se aproximo a los alumnos para reunirlos.
    - Bien, -comenzó –esta es la situación. Nos enfrentamos a un grupo de Traukos que se esconden en este pantano. Tenemos evidencia que este grupo en particular tiene secuestradas por lo menos a una docena de mujeres. Nuestra tarea, es recuperar a las cautivas y llevarlas a un lugar seguro. Inmovilizar a los Traukos y esperar que la orden de Caín venga por ellos.
    Scorpius reprimió una mueca al escuchar que tenían que enfrentar a los Traukos. Según lo que había escuchado, los Traukos eran hombrecillos horrendos, de aproximadamente unos ochenta centímetros de estatura, no tenían pies, solo muñones. Y tenían la afición de secuestrar mujeres para luego violarlas. También se decía que estas criaturas sentían aversión por los hombres jóvenes y si ellos te miraban, supuestamente te deformabas igual que ellos.
    Un escalofrió recorrió la columna vertebral de Scorpius de tan solo pensar que su belleza seria arruinada por alguna de esas desagradables criaturas. Si alguno de ellos se le quedaba viendo feo, lo mataría. Esperando que con eso su maldición no llegara a tocar su hermoso rostro.
    Lo más impresionante de la misión seria encontrarse cara a cara con una de las ordenes más prestigiosas dentro del mundo de los magos. Los Cainitas, eran un grupo de magos que se encargaba de lidiar con las criaturas oscuras. Su orden, había sido fundada después de la muerte de Voldemort, con el fin de controlar a lo seres de la oscuridad, para que nunca mas se volvieran a confabular con magos oscuros.
    Dominique condujo a los estudiantes a las entrañas del pantano, hasta que encontraron un pequeño claro donde había un lago. Al principio, todo estaba en silencio y en completa oscuridad, pero entonces, las luces de unas antorchas iluminaron la entrada de una caverna revelando a dos Traukos que sostenían a una mujer que forcejeaba para ser liberada.
    La estudiante de Hufflepuff quiso levantarse de su sitio he ir a rescatar a la mujer pero la Auror la tomo del brazo y la obligo a rezagarse con una mirada fulminante.
    Los Traukos llevaron a la mujer hasta el borde del lago y comenzaron a desanudarla. Era una visión espantosa, y Scorpius por primera vez se sintió impotente ante la situación. ¿Realmente la Auror iba a permitir que ultrajaran a esa mujer?
    Dominique espero con mucha paciencia mordiéndose el labio para no gritar de la frustración. Quería atacar y descuartizar si era posible a todas esas criaturas. Pero no podía, por lo menos no todavía. Había sido todo un riesgo traer estudiantes a esta misión, la verdad, ella no sabia como la directora McGonagall había permitido esto. Si algo les pasaba a estos estudiantes seria su culpa, por eso, tenia que ser paciente y esperar el momento más adecuado.
    Antes de que pudiera poner su plan en marcha, sintió que alguien la jalaba de los tobillos y era arrastrada por el fango frio del pantano. Al darse vuelta, descubrió con horror que por lo menos cinco Traukos les habían hecho una emboscada.
    - ¡Ataquen! –ordeno la Auror a los estudiantes, confiando a todos los dioses que esos niños tuvieran la suficiente fuerza para defenderse.
    Scorpius eludió el golpe de uno de los seres y se resguardo detrás de un gran árbol. Saco su barita mágica y apunto con ella al ser que quería volverlo a atacar;
    - ¡Cistem Aperio! –Grito el rubio y de inmediato el Trauko comenzó a sacudirse violentamente.
    Los otros estudiantes se defendieron como nunca antes lo habían echo en sus vidas. Dominique tenía razón, el enfrentarte a una verdadera amenaza en el exterior, no tenia nada que ver con lo que te enseñaban en la escuela. Pero Scorpius sabia que él podía hacerlo. A pesar de su juventud, Scorpius Hyperion Malfoy era el hechicero más sobresaliente de Hogwarts. Y si el famoso Harry Potter, un día, a tan solo once años de edad tuvo su primer enfrentamiento con Voldemort y venció. ¿Por qué él no podía hacerlo?
    Poco a poco los Traukos fueron reducidos en número hasta que no quedo ninguno de ellos lo suficientemente consiente para enfrentarlos.
    Scorpius se sintió orgulloso de si mismo, los estudiantes de Hogwarts se habían enfrentado y vencido a una amenaza que el ministerio había catalogado como peligroso. Por lo menos hasta que sintió que sus fuerzas se le iban. Era como si sus poderes se los estuvieran drenando. El rubio miró para ver que los demás tenían los mismos síntomas. ¿Qué demonios estaba pasando?
    Dominique sintió como su fuerza era drenada poco a poco, trató de hacerse un campo protector pero descubrió estupefacta que de su varita no salía ningún hechizo mágico. Miró hacia todos lados implorando por no encontrarse a “esa” criatura. Pero se quedo helada al ver que encima de ellos, se encontraba un “contemplador”.
    El contemplador era monstruo malvado de excepcional inteligencia, muy agresivo y avaricioso, que también era conocido como "El ojo tirano". Se trata de un cuerpo globular, más o menos esférico, con pedúnculos largos. Su cuerpo estaba recubierto de quitinosa, lo que le daba una gran dureza y pudiera actuar como armadura. Diez de los pedúnculos tenían ojos, y estaban situados en la parte superior de la esfera. Tenía también una enorme boca con dientes afilados. Era un ser que podía levitar, por lo que podía desplazarse flotando a voluntad. Su tamaño era mediano, y su diámetro estaba de 1 a 2 metros. El monstruo tenía 10 pedúnculos oculares que, junto al gran ojo central, lo convertía un ser muy poderoso. El ojo central tenía un rayo antimagia, que le permite bloquear cualquier tipo de magia en un arco de 90 grados. Los demás ojos tienen distintas funciones, como las de hechizar, provocar sueño, transformar en piedra, telequinesis, lanzar un rayo desintegrador, provocar lentitud y lanzar el rayo de la muerte. Si pierde un pedúnculo en combate, sólo necesita una semana para que le vuelva a crecer. Estos pendúnculos perdidos son muy útiles para pociones mágicas de levitación. Existía una variedad de contemplador que habita en las profundidades marinas, y que se diferencia del anterior en que tiene unas pinzas como de cangrejo. Tiene además dos ojos extra que le permiten crear una ilusión, con la que engañan a sus victimas.
    ¡Maldición! – pensó Dominique, estaban relámete jodidos.
    Scorpius miro con incredulidad la criatura que estaba bloqueando sus poderes. Nunca, ni en sus más alocados sueños creyó que tendría a este ser frente a el. Era una criatura de muerte y jamás dejaba sus victimas con vida. Este era su final.
    El viento silbo tenuemente, haciendo que se estremecieran las hojas de los arboles, de repente todo estaba en completo silencio, como si nada ni nadie estuviera alrededor de Scorpius. Por un momento pensó que estaba muerto pero cuando al fin decido abrir los ojos, se encontró con la cabeza del monstruo enfrente de él, más bien, sobre sus pies. Pero el monstruo estaba… partido a la mitad.
    Busco con la mirada a la Auror pensando que ella los había salvado, pero en su lugar se encontró a un hombre vestido totalmente de negro, como un shinobi ninja. Era más o menos de su misma estatura, con un cuerpo delgado pero esbelto. Scorpius no podía verle el rostro ya que estaba cubierta por una mascara blanca. Pero al parecer el extraño si lo veía por que asintió con la cabeza a su dirección y después se fue a hablar con la Auror.
    Por un momento, Scorpius sintió que se le paralizaba el corazón. Ese hombre era…”El jaguar negro”.
    Si, tenia que ser el. Por que solo él usaba una espada Samurái en ves de una varita mágica. Nunca había entendido el por que le decían así hasta que lo vio en persona. En los pequeños espacios donde su traje no ocultaba su piel, “El jaguar negro” tenia una piel protectora oscura moteada, como los jaguares.
    No podía creerlo, él estaba aquí. El líder de la orden de los Cainitas los había salvado de una muerte segura.

    Edited by 290589-kaname - 16/1/2012, 22:14
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