Mago por naturaleza (Scorpius/ Albus) +17

Un mago que es un desastre en la magia, es odiado a muerte por él chico del que se enamoro a primera vista.

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  1. 290589-kaname
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    Muchas gracias Acheron, Loky-kun: Espero que le siga gustando.

    Loky-kun, en este episodio he creado un personaje dedicado a ti. Espero que te guste. Tu personaje tendra una relevancia muy importante.


    Capitulo 1



    Harry Potter miró con impaciencia su reloj de mano. Casi daban las nueve de la mañana y Al aún no bajaba de su cuarto. Si no se daban prisa, el expreso de Hogwarts los iba a dejar.
    - Papá –llamó Lily, la hija menor de los Potter. –Dile a tu hijo que baje ya, si por su culpa no alcanzo mi lugar favorito en el tren, juro que le are la vida miserable.
    - Lily –reprendió Harry –ten paciencia, es su primer día.
    - Yo no tengo la culpa de eso papá, si ustedes hubieran permitido que Al estudiara desde el principio en Hogwarts, nada de esto estuviera pasando.
    Lily tenia razón, pero después de ver las “habilidades” mágicas de su hijo en acción, Harry y Ginny habían decido contratar un maestro particular para tratar de canalizar las habilidades de su hijo a zonas más seguras. Nada había dado resultado, cada vez que Albus intentaba realizar un hechizo, por mínimo que fuera, la caza o el lugar donde se encontraban, explotaba. Entonces, Al, desolado ante su situación, dejo de lado su varita mágica y comenzó a entrenarse en otros rubros.
    Suspirando audiblemente, Harry decidió que ya tenia suficiente. Subió las escaleras al segundo piso de su casa en Londres y tocó en la puerta de su hijo varón.
    - Al –llamó – sal de una vez, se nos esta haciendo tarde.
    - ¡No quiero! – gritó el muchacho desde el interior de su cuarto.
    Harry abrió la puerta y se encontró Albus envuelto sobre sus sabanas, apenas si se lograba ver su cara.
    - Albus, no te comporte como un niño, estas por cumplir los diecisiete. –trató de sonar sereno.
    - No me importa, esto es su culpa. ¿Qué ganan por mandarme a Hogwarts a estas alturas de mi vida? Seré el hazmerreir del colegio. Además, imagínate lo que dirán cuando demuestre mis habilidades mágicas.
    - Albus, lo harás bien. Tengo la confianza de que esta vez si resultara.
    Al quería tener la confianza de su padre, pero la verdad estaba aterrado de llegar a ese colegio y que todos se burlaran de el, como en el pasado. Tal vez las burlas no eran todo el problema, ¿Y si por accidente destruía la escuela? ¿Y si por accidente lastimaba a alguien?
    ¿Quién había sido el genio que le sugirió a sus padres inscribirlo en la escuela?
    Como si de repente se tratara de una invocación, Dominique, su prima, entró a la habitación y prácticamente se tiro encima de su primo.
    - ¿Listo para la escuela Al? –pregunto la mujer con una sonrisa en los labios.
    - ¿Cómo…? ¡Tú! Fuiste tu la que les dijo a mis padres que me mandaran al colegio ¿verdad? –se suponía que su padre no le revelaría a nadie que entraría a la escuela hasta que estuviera allá.
    Dominique miro a su tío Harry con unos ojos de complicidad.
    - Vamos Al, solo será un año. –la Auror sacudió el cabello de su primo pequeño.
    - ¿Un año? –pregunto Al incrédulo, él había pensado que estaría en esa escuela los siete años. De por si ya se sentía ridículo de tener que pasar ante todos como un alumno de primer año con la edad que tenia.
    - Si, solo cursaras séptimo. –Afirmó Harry.
    - ¡Séptimo! –prácticamente grito Al, ¿Acaso estaban locos? Si de por si un hechizo de levitación de primer curso hacia que todas los cristales se rompieran, no quería ni imaginar la que pasaría con encantamientos tan avanzados del ultimo año del colegio.
    - No seas dramático Al, Hugo te estará ayudando y Lily también. –Al resopló ante sus palabras. En primera, Hugo iba en Revenclaw y dudaba mucho que a él lo pusieran en esa casa. En cuanto a Lily, ella siempre prefería estar diez metros lejos de él. –Además, tengo algo para ti.
    Albus asomó su cabeza de entre las sabanas para ver de qué se trataba. Dominique hiso un silbido dulce y melodioso, como un pajarito. Y entonces una hermosa lechuza blanca entro por la ventana y se poso en el brazo de su prima. Albus contemplo al animalito embelesado. Tenía un aleteo suave y grácil, mientras que su blancura parecía como nieve recién caída.
    - Su nombre es Loky –anunció Dominique. – El te protegerá y cuidara de ti cuando estés en problemas.
    Albus se quedo viendo los hechizantes ojos color plata de su nueva lechuza y suspiro emocionado. Dudaba mucho que Loky pudiera salvarlo de los enardecidos estudiantes que buscarían su cabeza una vez que destruyera el castillo.
    Cuando la familia Potter llegó a la estación nueve y tres cuartos, Ron y Hermione Weasley ya los esperaba con su hijo Hugo.
    Se saludaron con abrazos y palmadas en la espalda. Hugo se acercó a Scorpius y le palmeo el brazo.
    - ¿Preparado compañero? –preguntó.
    - Ni en diez mil años. –susurró Al.
    - No exageres, Al. Yo te ayudare en todo lo que necesites. Claro, esperando por favor que te coloquen en mi casa o la de los leones, bueno, en cualquiera menos la de las serpientes.
    Albus se paralizó ante la posibilidad de estar en la casa de las serpientes. Desde que su padre le había dicho que ese año entraría al colegio Hogwarts, jamás se le paso por la mente que había una posibilidad de que lo pusieran en Slytherin.
    El silbido de la locomotora escarlata resonó en los oídos de Albus indicando que ya era hora de partir. Los estudiantes se apresuraron y abarrotaron las entradas del tren.
    - Vamos Al, -apremió Lily –tenemos que encontrar los mejores lugares.
    Lily desapareció por una de las entradas y aunque Albus quiso apresurarse lo más que pudo, se encontró con toda una manada de estudiantes que le evitaban seguir a su hermana.
    Cuando al fin logro darse un espacio ante la multitud, se encontró de frente con alguien que le quito la respiración. Era él…
    De ojos color azul plata y cabellera rubia. El joven que había obsesionado sus sueños por todas estas vacaciones estaba ahí, en frete de el y real. No podía creerlo. Era mucho mejor que como lo recordaba. Él era alto y esbelto, de apariencia noble y carismática, su traje pulcro de color gris, no hacia menos que hacerlo ver como todo un príncipe.
    Alrededor de él, había por lo menos unas diez jovencitas clamando por su atención pero el solo tenía ojos para Al, o al menos eso pensó hasta el joven dijo:
    - Sal del camino, estorbas.
    Al salto hacia un lado para que el grupito pasara. Su corazón no dejaba de latir con fuerza por lo que acababa de ocurrir. Pero era tan obvio que el no lo reconoció. ¿Y que esperaba? Después de todo, cuando se conocieron, Al llevaba puesta una mascara.
    - ¡Al! –gritó Hugo –por aquí.
    Albus forcejeo con la muchedumbre hasta que encontró el compartimiento que Hugo compartía con Lily. Se sentó cerca de la ventana y vio como sus padres lo despedían del otro lado del cristal. Él levanto la mano para despedirse pero el tren ya estaba partiendo.
    - Albus – Lily le llamo la atención –de una vez te digo que no se te ocurra ponerme en ridículo. Es más, si vas a hablarme en algún momento limítate a tener tu varita bien lejos de mi.
    - Lily –trato de reprender Hugo.
    - No Hugo, tú no sabes lo que es vivir con una maquina de destrucción masiva. Él puede destruir casi cualquier cosa.
    - Cierto, -confirmo Hugo –pero por esa habilidad se gano su apodo. Además de que es excepcional en otras artes.
    - ¿Podrían dejar de hablar como si no estuviera aquí? –Al fulmino con la mirada a su hermana y primo.
    Como deseaba que James estuviera aquí, el era mas comprensivo y siempre le estaba ayudando. Pero ahora su hermano estaba en una misión con la orden de Abelitas. Tratando de controlar nigromantes.
    - ¡Buenos días viajeros! –las puertas del compartimiento se abrieron y entro un joven de aspecto intrépido al compartimiento. Al ver a Albus se quedo de piedra.
    - ¿Qué…que hace él aquí? –preguntó titubeante.
    - Oooh buenos días Fred, gracias por tus buenos deseos. – Albus ignoro a su primo y decidió mirar por la ventana.
    - No, enserio, ¿Cómo es que Al esta aquí? –Fred se sentó al lado de Hugo.
    - Sus padres decidieron que ya era hora que bebe dejara el nido –dijo Lily sarcásticamente.
    - Jaja, que graciosa –espetó Al. –Mis padres quieren que controle mi magia mejor, y creen que mandándome a Hogwarts lo conseguiré.
    - Define “mejor” –señaló Fred. –porque que yo sepa, tú y la magia y la palabra mejor, nunca se han llevado bien.
    Albus bajo la cabeza ante semejante acusación. No podía creer que Fred aun le guardara algo de rencor por “sin querer” haber quemado hasta las cenizas su escoba mágica. Pero tampoco era mentira que él jamás pudo hacer magia decentemente. Eso era lo que más le preocupaba.

     
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