Mago por naturaleza (Scorpius/ Albus) +17

Un mago que es un desastre en la magia, es odiado a muerte por él chico del que se enamoro a primera vista.

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  1. 290589-kaname
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    Hola, siento mucho la tardansa, esq estoy en mis finales del semestre y estoy terminando mi tesis, y ya solo tengo una semana para entregarla, gracias por haber esperado.


    Capitulo 7



    En cuanto Albus entró a la sala de prácticas donde darían lugar las clases privadas del profesor de defensa contra las artes oscuras, supo de inmediato que esto seria una tortura. Porque por inexplicable que pareciera la situación, Scorpius también se encontraba ahí. Cuando el rubio notó la presencia de Albus, paro en seco la practica del hechizó que esta a punto de lanzarle al profesor.
    - ¿Qué haces tú aquí? – preguntó con enojo he impaciencia.
    - Oh, lo siento Scorpius, -se disculpó el profesor – se me había olvidado decirte que Potter tomara clases con nosotros.
    El rubio miro a su profesor con la esperanza de que solo estuviera bromeando con él, porque de ninguna manera practicaría magia codo a codo con el inútil de Potter.
    - ¿Es una broma?
    - No, -dijo el profesor Nott –la profesora McGonagall me lo ha encargado. Vamos Potter, adelante, pasa y acomódate.
    Albus entró a la sala un poco cohibido ante la mirada del rubio. Diablos, ahora que conocía al verdadero Scorpius, no podía entender como demonios seguía gustándole. Parecía como si le gustara la mala vida.
    Dejo sus cosas al lado de una mesa grande que tenia en sima pequeños objetos. Saco su varita y espero con impaciencia las indicaciones del profesor.
    - Bien Potter, quiero empezar con unos hechizos sencillos, solo para saber como estas de magia. Intenta levantar alguno de los objetos de la mesas. –indicó.
    Albus levanto su varita, sabia perfectamente el hechizo para hacer levitar las cosas, ya lo había leído antes al igual que muchos otros encantamientos que soñaba alguna ves poder utilizar. Justo cuando quiso pronunciar el hechizo, de su varita salieron chispas blancas de fuego que se extendieron sobre todos los artículos que el profesor había preparado.
    - ¡Oh, lo siento, yo no quería…! –comenzó a disculparse Albus pero el profesor lo detuvo levantando su mano.
    - No te disculpes, creo que sabía que algo así podría pasar. –Con un movimiento de varita, el profesor intento apagar las llamas pero estas no cedieron. –Mmm, interesante.
    - Disculpe profesor, -El moreno se impresionó al escuchar al maestro, nunca nadie había dicho: Mmm, interesante, cuando él hacia magia. -¿Por qué es interesante?
    El profesor Nott miró a Potter con curiosidad sin responder, cosa que no le gustó para nada a un joven rubio que había visto toda la escena con recelo.
    - Albus, déjame ver tu varita mágica. –Nott se acerco a su alumno y extendió la mano para recibir la varita.
    Albus se la tendió y espero a que el profesor diera el veredicto.
    - Mmmm, una varita muy buena, nervio de dragón… -Nott dio vueltas sobre si mismo examinando muy interesado algo que Albus no entendía, incluso, si el profesor no lo hubiera mencionado, Albus ni siquiera sabría que su varita estaba hecha de nervio de dragón. Al final, el profesor se la devolvió a su dueño. -¿Qué tal si intentas otro hechizo? Ya se, intenta convertir esta manzana en naranja.
    - Profesor, -interrumpió Scorpius –no creo que sea una buena idea. Ya vio lo que paso con un simple hechizo de levitación…
    - Vamos Scorp, dale una oportunidad, estoy seguro que lograremos algo nuevo, Albus, inténtalo.
    El moreno no se explicaba el hecho de que el profesor le tuviera fe, nadie antes lo había hecho y por alguna razón eso le gusto. Tratando de concentrarse, Albus apuntó la varita a la manzana y realizo el hechizo. Para asombro de Scorpius y de él, la manzana no se convirtió en naranja, pero si en una piña.
    - Bien, bien Albus, eso ha sido revelador. No es una manzana, pero por lómenos no se quemo nada. –dijo con entusiasmo Nott. –creo que de ahora e adelante tendremos un gran progreso.
    Con estas palabras, Albus sintió una felicidad que jamás había experimentado. Él, había hecho un hechizo y aunque no había salido como se planeó, era como si hubiese vencido al fin al peor de sus enemigos; el miedo a realizar hechizos.

    Jareth, estaba en su habitación tratando de hacer su reporte de “historia de las nuevas Ordenes formadas por el ministerio en los últimos diez años” cuando entró Albus con la respiración entrecortada pero con una enorme sonrisa en el rostro.
    - ¡Jareth, puedo hacerlo, puedo hacerlo! –gritó con alegría.
    El muchacho no entendía lo que Albus estaba diciendo pero por la cara que estaba poniendo, decidió préstale toda su atención.
    - Mira, -Albus apuntó con su verita a uno de los zapatos de Jareth que estaban bajo la cama y a continuación, este se convirtió en una piña.
    - ¡Albus, has hecho magia! –dijo Jareth emocionado por su amigo.
    - ¿No es fantástico? El profesor Nott me ha enseñado. Si sigo a si tal vez pueda convertirme en mago.
    - Albus, tu ya eres un mago.
    - Cierto, ¿pero apoco habías conocido a un mago tan malo como yo? Verdad que no.
    Jareth no contesto, había conocido a magos malos, pero era verdad que ninguno de ellos incendiaba las aulas de estudio.
    - Bien… -Jareth quiso decir algo más, algo que ayudara a Albus y su total falta de confianza, pero entonces se dio cuenta que algo raro pasaba con la varita de su amigo. –Albus, ¿me dejas ver tu varita? –el moreno asintió con la cabeza y se la entrego mientras recogía la piña.
    Al examinar la varita mágica de Albus, Jareth de dio cuenta de dos cosas: La varita era falsa, la ramita que Jareth sostenía en esos momentos no tenia ni una pisca de poder mágico y la otra fue que Albus era capaz de realizar encantamientos sin varita mágica, lo cual, lo convertían en un hechicero más poderoso de lo que cualquiera imaginara.
    El profesor Nott de seguro se dio cuenta, -pensó Jareth, por que de lo contrario, ¿quien había cambiado las varitas sin que Albus se diera cuenta? Pero entonces… ¿Por qué no se lo dijo? ¿Seria prudente que él se lo dijera? No, mejor no, primero tenía que hablar con el profesor.
    Jareth le devolvió la varita a su amigo y cogió entonces de las manos de Albus la piña.
    - Es impresionante Albus, -dijo – ¿pero podrías convertirla nuevamente en mi zapato?
    - Oh, lo siento Jareth –se sonrojo Potter –pero aun no se como invertir mis hechizos.
    - Genial, no se porque pero de repente me sentí como si estuviera en un episodio de Sabrina la bruja adolecente. Lo que me recuerda…no estaría mal que convirtieras a Scorpius en una piña también.

    James plegó sus enormes alas cuando entró a la lechuceria del colegio. No era su lugar favorito para dormir, pero por lo menos había más lechuzas calientitas para acurrucarse. Pero esta ves no iba precisamente a dormir, si no que Nott le había mandado una nota de carácter urgente con respecto a su hermano Albus, por lo cual no podía faltar a la reunión.
    - Espero que sea realmente importante Nott, –dijo James en cuanto se trasformó en hombre. – porque no pienso aguantar nuevamente tus insinuaciones…
    - No se trata de eso, -interrumpió Nott con el semblante serio – esto es sobre tu hermano.
    - ¿Qué pasa con Albus?
    - La razón por la que desde un principio no trajeron a Albus a la escuela a los once fue porque lo mordió un vampiro ¿Verdad?
    El joven Potter se puso lívido ante el descubrimiento de Nott, pero trato de no demostrarlo.
    - No se de lo que hablas –contestó James.
    - Sabes, antes de ingresar al cuerpo de profesores de Hogwarts yo, junto con Draco Malfoy, fuimos lo que todos llaman “inefables”.
    James se quedo callado y pensativo, un mago inefable trabajaba en el ministerio de magia con asuntos muy confidenciales. Era extraño enterarse a estas alturas que carrera había ejercido Nott antes de ser maestro, y más impresionante que el mismo se lo dijera.
    - Una de las misiones que el ministerio nos encargaba –continuo Nott –era la relación social con las criaturas oscuras. En una ocasión, visitamos el clan de los vampiros del norte y vi de buena fuente los efectos de las mordidas de aquellos vampiros. Si mordían a un muggle, este se convertía en una piltrafa humana, una mera manera de conseguir alimento sin esfuerzo. Pero cuando estos mordían a los magos, aquellos desventurados se obsesionaban con el vampiro que los mordió, tanto que muchos de ellos se convertían en sus fieros guardaespaldas. Incluso vi un caso bastante raro en el que el vampiro también se obsesionaba con el mago y este le daba de su sangre para prolongar su vida.
    Nott esperó a que James tuviera alguna reacción antes de continuar. Y realmente lo había conseguido, James parecía sorprendido.
    - Entre los efectos que pude ver en los magos que se vinculaban con el vampiro, estaba la fuerza sobre humana, la rapidez, la increíble visión nocturna y… la total incapacidad de realizar magia con su varita sin que algo explotara o se quemara. Para gran sorpresa mía, estos magos se habían vuelto tan poderos que no necesitaban de su varita para hacer magia. Lo malo de este vinculo era que en cuanto el vampiro maestro moría, el mago se convertía en un depredador sumamente peligroso y la única forma de mantenerlos cuerdos era vincularlo con un humano mago que le proveyera de sangre mágica. Otra cosa que note, fue que los vinculados siempre se buscan, no importa lo separados que estén, ellos siempre encuentran la forma de reunirse. A lo que yo pregunto… ¿Están escondiendo a Albus del vampiro que se vinculo con el?

    Los siguientes días, Albus se sintió con fuerzas renovadas. Con su nueva confianza adquirida, demostró a los profesores que no era un bueno para nada. Entre más practicaba, más bueno se hacia, cosa que no le agradaba en lo absoluto a Scorpius Malfoy, ya que los elogios ahora eran para el hijo de los Potter.
    Albus se dio cuenta que era particularmente bueno en cuidado de las criaturas mágicas y en trasformaciones, más no se diga de defensa contra las artes oscuras. Gracias a sus conocimientos de todas las criaturas tenebrosas que se había enfrentado, Albus demostró que era una biblioteca andando de esa materia.
    Ocasionalmente, Lorien lo visitaba y le daba información sobre la Orden, que aparentemente estaba en calma. Pero una noche, una lechuza negra entro a su cuarto y le dio un sobre rojo de parte de su segundo al mando en la Orden de los Cainitas. Esta decía que necesitaban verse urgentemente y que lo esperaba en el bar “cabeza de puerco” a media noche.
    Esto era muy raro, Iqui –su segundo al mando –no se comunicaba con el a menos de que se tratara de algo muy urgente y peligroso. Así que cuando dieron las once en punto de aquella noche, Albus salió a hurtadillas de su cuarto para reunirse con él.

    Scorpius se quedo recostado en uno de los sillones de la sala común de Slytherin. Estaba cansado, los deberes que les habían dejado los profesores cada vez se hacían más y más laboriosos. Y ahora que el señorito Potter había demostrado que era tan capaz como cualquier otro mago, Scorpius tenia que esforzarse para superarlo, pero lo que más coraje le daba era el hecho de que Potter no se estaba esforzando, es más, ni siquiera estaba al tanto de que Scorpius competía contra el.
    Justo cundo iba a levantarse para ir a su habitación, escucho unos ruidos en el pasillo. Alzó la cabeza cuidadosamente y se encontró con la silueta de un alumno que de seguro quería entrar de contrabando a la cocina. Al oscilar la escasa luz que aun quedaba del fuego de la chimenea, Scorpius se dio cuenta de quien se trataba: Albus Potter.
    ¿Qué estaría haciendo a estas horas fuera de su cama? Sin siquiera hacer ruido, Scorpius decidió seguirlo y agarrarlo con las manos en la masa, para que al final tuviera el gran honor de castigarlo. Como prefecto, tenia que hacer cumplir las normas.
     
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