Salvaje, valiente y dulce

Severus Snape/Harry Potter

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  1. majo-san
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    Salvaje, valiente y dulce.



    Resumen: Su peor error fue creer en los que creían sus amigos y familiares, les dijeron de su amor y ellos los crucificaron. Ahora 15 años después, los frutos de su amor se encargaran de dar un vuelco a las cosas.
    Nada es lo que aparenta y las personas no siempre son como pensamos.

    Disclaimers: Los personajes de este fic no me pertenecen. Son propiedad de J. K. Rowling.

    Parejas: Severus Snape/Harry Potter

    Advertencias: M-preg / Chan / AU / Violación / Muerte de un personaje

    Clasificación: NC-17

    Dialogo: Entre " " pensamientos; Entre // // parsel


    Tres ángeles diferentes

    Las velas alumbraban el gran comedor, donde cientos de alumnos se reunían a degustar del primer banquete que abriría un nuevo año escolar.
    Como siempre, y a lo largo de los años, la profesora McGonagall traía por el pasillo a los alumnos que se alistarían ese año.
    Los chicos estaban nerviosos, miraban a todos lados hasta llegar al frente de la mesa donde se encontraban los profesores.
    En medio de ellos, en una silla alta y majestuosa, se encontraba el director de Hogwarts, el profesor Albus Dumbledore.
    A la derecha del hombre de encontraba un rubio, con el cabello largo hasta la cintura, atado minuciosamente con una cinta de color negro, el mismo tono que tenía la túnica que llevaba puesta. Su porte impávido y majestuoso, por ser conocido como uno de los mejores profesores de DCAO, después claro, de su padrastro, Remus Lupin-Malfoy. Siendo su hijastro y el haber vivido por años con él, fue el mejor aliciente para que, hace dos años atrás, allá aceptado el puesto, para ser conocido como el profesor Draco Malfoy.
    Al lado de este se encontraba un hombre de cabello castaño y ojos cafés, que estaba siempre con una hermosa sonrisa para todos los alumnos. Increíblemente, para todos lo que lo conocieron cuando era sólo un alumno más de Hogwarts, era profesor de pociones, ya que nadie en su sano juicio hubiera imaginado que Neville Longbottom podría llegar siquiera a pensar en la idea de especializarse en pociones y medí-magia.
    Al lado izquierdo del director se encontraba el profesor de vuelo y entrenador de Quidditch, un hombre pelirrojo y de ojos azules, que miraba penetrantemente a los chicos que entraban ese año al colegio, ya que entre los chicos se encontraba su único hijo, un hermosísimo castaño de ojos azules, con un aura que irradiaba inocencia y pureza, por lo que sus posesivismo iba en aumento cuando su vista divisaba uno que otro buitre volando alrededor de su pequeño.
    Al lado de Ronald Weasley estaba el profesor de cuidado de criaturas mágicas o CCM Rubeus Hagrid.

    El sombrero comenzó a cantar cuando la profesora McGonagall lo acerco junto al taburete.

    "Cuando Hogwarts comenzaba su andadura
    y yo no tenía ni una sola arruga,
    los fundadores del colegio creían
    que jamás se separarían.

    Todos tenían el mismo objetivo,
    un sólo deseo compartían:
    crear el mejor colegio mágico del mundo
    y transmitir su saber a sus alumnos.

    "¡Juntos lo levantaremos y allí enseñaremos!",
    decidieron los cuatro amigos
    sin pensar que su unión pudiera fracasar.
    Porque ¿dónde podía encontrarse
    a dos amigos como Slytherin y Gryffindor?
    Sólo otra pareja, Hufflepuff y Ravenclaw,
    a ellos podía compararse.

    ¿Cómo fue que todo acabó mal?
    ¿Cómo pudieron arruinarse
    tan buenas amistades?
    Veréis, yo estaba allí y puedo contaros
    toda la triste y lamentable historia.

    Dijo Slytherin: "Sólo enseñaremos a aquellos
    que tengan pura ascendencia."
    Dijo Ravenclaw: "Sólo enseñaremos a aquellos
    de probada inteligencia."
    Dijo Gryffindor: "Sólo enseñaremos a aquellos
    que hayan logrado hazañas."
    Dijo Hufflepuff: "Yo les enseñaré a todos,
    y trataré a todos por igual."

    Cada uno de los cuatro fundadores
    acogía en su casa a los que quería.
    Slytherin sólo aceptaba
    a los magos de sangre limpia
    y gran astucia, como él,
    mientras que Ravenclaw sólo enseñaba
    a los de mente muy despierta. Los más valientes y audaces
    tenían como maestro al temerario Gryffindor.
    La buena de Hufflepuff se quedó con el resto
    y todo su saber les transmitía.

    De este modo las casas y sus fundadores
    mantuvieron su firme y sincera amistad.
    Y Hogwarts funcionó en armonía
    durante largos años de felicidad,
    hasta que surgió entre nosotros la discordia,
    que de nuestros miedos y errores se nutría.

    Las casas, que, como cuatro pilares,
    había sostenido nuestra escuela
    se pelearon entre ellas
    y, divididas, todas querían dominar.
    Entonces parecía que el colegio
    mucho no podía aguantar,
    pues siempre había duelos
    y peleas entre amigos.

    Hasta que por fin una mañana
    el viejo Slytherin partió,
    y aunque las peleas cesaron,
    el colegio muy triste se quedó.
    Y nunca desde que los cuatro fundadores
    quedaron reducidos a tres
    volvieron a estar unidas las casas
    como pensaban estarlo siempre.

    Y todos los años el Sombrero Seleccionador se presenta,
    y todos sabéis para qué:
    yo os pongo a cada uno en una casa
    porque esa es mi misión,
    pero este año iré más lejos,
    escuchad atentamente mi canción:
    aunque estoy condenado a separaros
    creo que con eso cometemos un error.
    Aunque debo cumplir mi deber
    y cada año tengo que dividiros,
    Sigo pensando que así no lograremos
    eliminar el miedo que tenemos.
    Yo conozco los peligros, leo las señales,
    las lecciones que la historia nos enseña,
    y os digo que nuestro Hogwarts está amenazado
    por malignas fuerzas externas,
    y que si unidos no permanecemos
    por dentro nos desmoronaremos.

    Ya os lo he dicho, ya estáis prevenidos.
    Que comience la Selección."


    Los profesores miraron asombrados en dirección al sombrero, ya que la canción que entonó, fue la misma que hubiese cantado hace muchos años, cuando la mayoría de los que, ahora eran profesores, eran estudiantes de la época.
    —Disculpe director —le habló Malfoy, mientras veía como los niños comenzaban a ser seleccionados — ¿Sabe usted por que el sombrero volvió al canto de hace años? —Le preguntó expectante recordando que hace días el hombre les había comunicado que había recibido una carta incógnita que solicitaba la autorización para que entraran unos trillizos a quinto año, por primera vez a esa escuela. Cosa que extraño a todos, pero ahora que el sombrero volvía a cantar, coincidía demasiado con lo de separar, seguramente se refería a que separaría a los hermanos, pero aun así era extraño que el sombrero repitiera un canto.
    —Para serle sincero profesor, no tengo la mas remota idea del por que —le dijo el anciano, sin apartar su vista de los alumnos que se encontraban esperando su turno para ser seleccionados, buscando casi con ansiedad a los trillizos que supuestamente deberían haber estado desde el comienzo, pero al parecer no fue así, por que no podía distinguir ninguna presencia igual entre lo que se encontraban allí.
    La selección continúo hasta que solamente quedaba un alumno por seleccionar.
    —Ari Weasley Granger —llamó la profesora y muchos se voltearon a ver al chico que subía tranquilamente por las escaleras.
    Ari se sentó en el taburete y el sombrero le comenzó a hablar.
    —“Un nuevo Weasley, hace años que no recibía a otro, valla eres muy inteligente y atrevido. No dejas que nadie te pase por delante, pero tienes una lealtad a tu familia, casi enfermiza, difícil, difícil, dime tú jovencito, ¿A qué casa te gustaría pertenecer?”
    —“Me gustaría ir a Gryffindor, señor, como mis padres” —le respondió firmemente.
    —“Me parece bien, además podrías encontrar alguien muy interesante en esa casa, pero te recomiendo que habrás tu corazón y aceptes a esa persona, quizás puedas llevarte mas de una supresa” —si alguien pudiera ver en el sombrero algún rostro o expresión, seguramente sería una sonrisa picara por lo que él sabía y los demás no — ¡Gryffindor! —Gritó a todo lo alto, mientras Ari se bajaba del banco, pero en ese momento se abrieron las puertas rebelando a tres jóvenes muy parecidos, sólo algunas características eran diferentes.
    Caminaron a lo largo del lugar.
    Uno de ellos con aire superior, llevaba el cabello largo y negro, tomado en una media cola, mientras dos mechones caían a cada costado de su rostro, enmarcándolo y haciendo resaltar unos hermosos ojos verdes.
    A su lado venía un chico con el cabello del mismo largo del primero, pero lo llevaba en una trenza, sus ojos igual de verdes que el otro, pero este tenía una sonrisa avasalladora que estaba dejando sin aire a muchas y muchos en el salón, especialmente a un muchachito, a su parecer hermoso, que descendía las escaleras que llevaban al sombrero y se dirigía a la mesa de los leones, “interesante”, fue lo único que atravesó por la cabeza del ojiverde.
    Tras los jóvenes venía otro con características iguales a los otros dos, su cabello lo traía suelto cayendo liso por su espalda, mas sin embargo su mirada se veía más dulce y tranquila que la de sus “escoltas”.
    Cuando llegaron delante de la profesora, la mujer leyó, nuevamente, la lista de alumnos nuevos, pero no había mas de los que se encontraban allí, por lo que se dirigió al director.
    —Albus, los chicos no aparecen en la lista —le notificó la mujer, alcanzándole la lista. El hombre la leyó y finalmente se levantó deteniéndose frente a los chicos.
    —Jóvenes —saludó cortésmente, recibiendo sólo un ligero asentimiento de los chicos —recibí hace días una carta que me solicitaba autorización para que ingresaran a quinto año, ¿Estoy en lo correcto? —De nuevo sólo recibió un asentimiento. Todo el mundo estaba atento a lo que decía el director —acepte sin pedir pruebas, pero necesitaran pasar por la selección de las casas y luego vendrán a mi oficina, para poder apreciar sin son aptos ara estar en quinto año, ¿Les parece bien? —Sólo un asentimiento como las veces anteriores, lo que le extraño al hombre, pero lo que le asustó realmente fue cuando trató de entrar a la mente de los menores y no lo logró, pero sólo les dedicó una sonrisa —bien, partamos por ti —le dijo al que parecía mayor que los otros o por lo menos mas alto que sus hermanos. El chico se sentó y el sombrero comenzó su selección.
    —“No lo puedo creer, nunca pensé que fueran a venir aquí, pero sinceramente me alegra que hallan venido, sólo espero que la venganza no nuble sus corazones”
    —“No se a que e refiere, sólo estamos aquí para estudiar y aprender lo que nuestro papá no pudo enseñarnos” —le contesto con aire desafiante.
    —“Esta bien, déjame ver a donde te envió, tienes un gran corazón y eres un gran amigo cuando alguien lo necesita, pero tamben buscas poder y no te limitas para lograrlo” —el sombrero lo medito sólo unos segundos, hasta que se decidió — ¡Slytherin! —Realmente nadie hablaba, ya que todos estaban al pendiente del chico, mas que nada unos ojos celestes, que casi no parpadeaban por seguir cada movimiento del, ahora, Sly.
    —Bien, ahora tendrás que ir a tu casa… —pero se detuvo al no saber el nombre del chico. El cual al darse cuenta sólo sonrió de lado.
    —Rudy señor, mi nombre es Rudy —y sin decir mas se fue a la mesa de las serpientes. El director miró curiosos su caminar, le recordaba a alguien pero no podía recordarlo, hasta que indicó a otro chico para que avanzara, esta vez al que llevaba el cabello en una trenza y tenía un aire divertido y sensual, demasiado para un chico de sólo 15 años. Se sentó y el sombrero comenzó su trabajo.
    —“Como le dije a tu hermano, me alegro que hayan venido y te repito mi advertencia, no dejen que la venganza les nuble el juicio, algunas cosas no son como parecen” —esta vez no recibió respuesta, pero noto el movimiento de negación que hizo el chico y como sonreía por lo dicho —“Ok, veamos que encontramos en tu cabes, tienes mucho valor en tu corazón y eres muy leal a tus ideas, pero sinceramente no me decido a donde enviarte” —esta vez fue el chico que lo interrumpió.
    —“¿Qué te parece Gryffindor?” —Dijo mientras dirigía su vista al chico que se encontraba entre los leones y tenía su vista clavada en él —“creo que sería bastante ¿Fructífero?”
    —“Si es lo que piensas esta bien, pero recuerda lo que te dije, no todo es como parece” —sentencio finalmente — ¡Gryffindor! —Todos estaban silentes y miraban entre el chico en la mesa de las serpientes y el nuevo nombrado león.
    El chico bajó y se dirigía a su casa sin apartar la vista del otro chico, pero al ver la cara de expectación que tenía el director se detuvo un segundo, ya que le daría su nombre, sólo eso por ahora, ya que habían acordado con sus hermanos que el ultimo que fuera seleccionado dejaría caer la bomba.
    —Si se pregunta por mi nombre señor, es Levi —le dijo y partió a sentarse estratégicamente frente al muchacho que no había dejado de mirar y que ahora presentaba un hermoso rubor en las mejillas.
    —Bien, sólo faltarías tú, muchacho —el chico le dedicó una hermosa sonrisa y se dirigió al taburete, dejando al director con una extraña sensación, ya que esa sonrisa no sabía si le provocó ternura o terror. El sombrero estaba listo y se apresuro a su declaración,
    —“El ultimo, supongo, jovencito” —sintió como el chico asentía —“veamos eres extremadamente inteligente y audaz, amas a tus hermanos y tienes un carácter fuerte, es difícil, podrías calzar bien en cualquier casa, pero creo que el destino te tiene deparado algo especial” —se aclaró la voz para declarar el ultimo nombre de este año — ¡Ravenclaw! —Todos miraban a los chicos, tan iguales por fuera, pero al parecer ni tantito por dentro. El chico bajo del taburete y se llevó consigo la mayoría de las miradas, siendo la mayoría de chicos y una que otra chica.
    —Así que, ¿Quedaron todos separados, no? —Señaló el director — ¿Me daría su nombre joven? —Le solicitó educadamente.
    —Claro, director —se escucharon murmullos, por la melodiosa voz del chico —mi nombre es Damián —dijo para luego mirara a sus hermanos los cuales le sonrieron y apoyaron —soy Damián Snape Potter —sentencio con una sonrisa.
    — ¡¿Qué?! —Gritaron todos los profesores, impactados por la noticia ya que sólo sabían de Severus Snape, el cual se encontraba en una celda de Azkaban, pero del niño que vivió, no sabían nada desde hace mas de 15 años.
    Los trillizos Snape Potter no hicieron más que sonreír, este año sería el mejor.


    El interrogatorio

    Todos en el gran salón estaban en completo silencio. Realmente no entendían las reacciones de los catedráticos.
    La mayoría se preguntaba ¿Qué tiene de malo ser un Snape Potter?, de hecho la mayoría podía encontrar en uno de los apellidos el del salvador del mundo mágico, el gran Harry Potter, pero de ese hombre no se sabía hace años, ¿Podrían ser ellos los hijos de aquel magnifico ser?
    Miles de preguntas aparecieron en las cabezas de los presentes en el gran salón. Hasta que por fin una persona reacciono.
    — ¡Por favor, silencio! —Pidió el director — ¡Comencemos con el banquete y luego podrán ir a sus salas comunes! —Trató de distraer a los demás, pero eso no lo querían los trillizos, ellos vinieron con un propósito y harían todo por lograr su cometido. Fue Damián el que habló ahora.
    —Entonces, ¿Hablarémos luego, señor? —Le dijo con una muy falsa inocencia, que sólo captaron sus hermanos. Definitivamente, Damián podía ser un ángel, pero cuando se trataba de defender a su familia, no ponía límites.
    —Por supuesto que si, joven Snape —eso realmente le dolió al viejo rector, pero ya hablaría luego con los chicos —ahora ve a tu mesa y disfruta del banquete —dijo poniendo su mejor careta.
    El banquete comenzó, pero nadie le quitaba los ojos de encima a los trillizos. Unos por el hecho de no saber el porque de la reacción de los profesores y estos mismos por el impacto que les causo el saber la procedencia de los chicos.
    Ya cada uno en su mesa, comenzaron a ser asediados por preguntas de sus nuevos compañeros.
    — ¿Tu nombre es Rudy, cierto? —Preguntó un chico al lado del moreno.
    —Así es, mucho gusto Rudy Snape Potter —le dijo expendiendo la mano, la cual fue acogida en forma inmediata.
    —El gusto es mío —respondió el chico, un rubio de ojos celestes, muy profundos —mi nombre es Scorpius, Scorpius Malfoy —se presentó.
    — ¿Algo del profesor Malfoy? —Le preguntó, recordando los nombres de los profesores.
    —Si, él es mi papá —reconoció, para luego iniciar la cenar, aunque siendo muy conciente de la mirada penetrante que le dirigía el oji-verde.
    —“Será un año interesante, muy interesante” —pensó el pelinegro y con una sonrisa en los labios comenzó con su cena.

    — ¿Cómo te llamas? —Le preguntó directamente un moreno, haciéndolo saltar del susto.
    — ¿He? —Dijo el chico mirando hacia el frente, pero cuando vio quien tenía frente a él, prefirió no haberlo hecho, por lo que trato de contestar lo más tranquilamente —mi nombre es Ari, Ari Weasley —contestó y luego siguió comiendo.
    —“Un Weasley, eso no me lo esperaba, pero no creo que se vea involucrado en nuestros planes, y aunque así fuera, esta muy lindo, como para dejarlo de lado” —cavilaba mientras lo miraba y comenzaba su cena — ¿Qué edad tienes, Ari? —Le dijo con un tono muy sensual.
    —Yo… yo tengo 11 años —le dijo, muerto de vergüenza por la atención que estaba recibiendo, ya que todos en la mesa estaban al pendiente de ellos dos.
    —Oh, así que vas en primero… genial —terminó por zanjar la conversación, más que nada para que el otro chico se relajara. Miró de reojo hacia la mesa de los profesores y vio que cierto maestro de vuelo, prácticamente sacaba humo por las orejas.

    —Hola —saludó muy educadamente el menor de los trillizos, los alumnos que estaban alrededor, le respondieron con la misma educación. El joven no le quitaba la vista de encima a sus hermanos —“¿Como va el asunto? Rudy ligando con ese rubio, que esta demás decir, es idéntico al profesor de DCAO y Levi acosando al hijo del maestro de vuelo, claro que es divertido verlo así. Sólo espero que no hagan problemas, como lo hicieron con nuestro padre” —terminó de pensar con un deje de amargura, pero se compuso de inmediato —“ya pagaran lo que hicieron, pagaran el habernos separado” —comenzó a cenar, sin dejar de mirar a sus hermanos los cuales con sus miradas le pedían que se calmara, se trató de relajar lo más que pudo y hasta cierto punto lo logró.
    La cena continuó en completo silencio, bueno lo que cabe dentro de un salón lleno de adolescentes, hasta que por fin terminó el banquete y los platos y cubiertos que estaban sobre la mesa desapareciendo de estas, entonces los profesores se retiraron por una puerta al costado y el director se paro frente a todos para dirigirles algunas palabras.
    — ¡Alumnos, este año espero que den su mayor esfuerzo, se vienen las competencias de casas y la copa de Quidditch, por lo que sólo les digo, den todo de ustedes y esfuércense en aprender todo lo que puedan! —Todos estaban al pendiente de lo que decía el anciano — ¡Bien! ¡Ahora por favor, los prefectos, acompañen a los de primer año a las salas comunes y los demás a sus habitaciones, como siempre sus cosas ya se encuentran en las recamaras que les tocaran a cada uno! —Terminó por hablar y luego bajó hasta ubicarse frente a los trillizos —jóvenes, ¿Me acompañarían al despacho por favor? —Les indicó el camino por donde habían salido antes los profesores. Los chicos siguieron al director a lo largo de los pacillos, hasta que llegaron frente a una gran estatua
    >>Pie de Limón —dijo el director y la estatua comenzó a abrirse dando paso a una escalera caracol la cual siguieron hasta que llegaron al despacho del hombre, donde se encontraban el cuerpo docente en pleno.
    Cuando los vieron llegar se quedaron todos en silencio, al parecer habían estado discutiendo, sólo minutos atrás.
    >>Tomen asiento por favor —les pidió el director que estaba sentado tras el escritorio —bien, primero que todo, quiero darles la bienvenida a Hogwarts. Se que les será muy provechoso —les dijo con una sonrisa, hasta que uno de los profesores explotó.
    — ¡¿Cómo que son hijos de Harry y Snape?! —Preguntó Ron casi saliéndose de sus casillas, por la aparente tranquilidad de todos los demás.
    —Harry Potter y Severus Snape, para usted —le respondió Levi y todos pudieron apreciar la mueca de desagrado que pusieron los tres chicos.
    —Por favor, calmémonos —dijo el director.
    —Nosotros estamos calmados profesor —le expresó Damián, con toda la calma del mundo, claro que esa calma era falsa, ¿Pero ellos no tenían por que saberlo, o si?, desde pequeño Damián fuel mejor en ocultar sus emociones —sólo que no venimos aquí a hablar de ¡Nuestros padres! Sino a que nos evaluara para ver si estamos capacitados para estar en quinto año —todos lo veían fijamente al menor, el cual sólo inclino la cabeza hacia un lado y les sonrió.
    —“No entiendo como fue que no quedo en Slytherin” —pensaron sus hermanos, al ver como manipulaba a los adultos.
    —Comprendemos lo que dicen, pero deben entender que nos gustaría saber de su padre, todos aquí lo queremos y nos dolió mucho que desapareciera —dijo la profesora Mcgonagall.
    — ¿Si tanto lo querían? —Preguntó Rudy — ¿Por qué le hicieron tanto daño? Creo que lo que más se merecía, luego de haber derrotado a Voldemort —todos lo miraron de frente al ver que le chico ni se arrugaba para hablar del Lord Oscuro, como aun lo hacían muchos adultos —lo mínimo hubiera sido que lo dejaran ser feliz con el hombre que amaba, con nuestro padre —les enfrentó, a lo que los demás no tuvieron nada que acotar.
    Rudy siempre hablaba de frente, por lo que a veces tenía problemas con ello, pero esta vez nadie lo iba a callar.
    —No sólo los separaron, sin importarles el amor que se profesaban —comenzó a exaltarse Levi —enviaron a nuestro padre a Azkaban, ¡¿Por abuso de menores y violación?! —Dijo con todo la rabia del mundo —lo que es una soberana estupidez.
    —Cálmate Levi, no es necesario que te exaltes —le dijo su hermano pequeño.
    —Pero, por lo que yo veo, los cargos que se le implantaron estaban en lo correcto, si no ustedes no estarían aquí —volvió a decir el pelirrojo, casi con arrogancia.
    — ¿Sabe qué, Profesor Weasley? Me limitaré a escucharlo en clases y lo que tenga que ver con las materias, por lo que a mi respecta e imagino que mi hermano también, no quiero hablar con usted asuntos ¡Familiares! —Ron iba a protestar pero se vio silenciado por un hechizo.
    —Así que son hijos de mi padrino —les dijo Draco, mirando fijamente a los chicos —se parecen mucho a él, aunque físicamente son más como Potter —les dijo sonriendo de lado.
    —Supongo que usted no esta en desacuerdo, como imagino están todos los demás —le curioseo Rudy.
    —Para nada, el amor no se puede evitar y lamenté mucho el hecho de que mi padrino fuera a dar a la cárcel. En ese tiempo yo estaba en Francia con mis padres, solucionando mi propio problema, pero entiendo lo que hizo Potter, si me hubieran separado del padre de Scorpius, habría hecho más que desaparecer —dijo bajando un poco la cabeza —espero poder contactarme con Potter en algún momento.
    —Supongo que eso lo decidirá papá, pero asumo que luego de que nuestro padre quede libre, querrá hablar con usted —le contesto Damián, claro que vio la cara de sorpresa en los demás y asumió que fue el hecho de que hablara de la libertad de su padre —¿No lo sabían? —Les dijo irónicamente —mi padre sale este año de Azkaban —dijo con un singular brillos en sus ojos.
    —Fue esa la razón principal de que nosotros estemos aquí. La mayoría de nuestros estudios los hicimos en el mundo muggle, pero como padre sale en libertad este año, por fin podremos formar una familia —les aportó Levi.
    —Como debió de haber sido desde un principio —todos guardaron silencio ante lo recalcado por Rudy.
    Se notaba que los chicos se estaban conteniendo, por lo que Dumbledore prefirió dejar los demás detalles para más adelante y espesar con las pruebas.
    —Bien, estamos aquí para probarlos, pero antes me gustaría saber un ultimo detalle —dijo viendo directamente a los chicos — ¿Cómo fue que nadie se enteró de sus nacimientos? —Todos posaron sus ojos en los menores. Era verdad, luego del termino de la guerra, era lógico que todo los relacionado con el héroe del mundo mágico, estaría en prioridad, pero en mas de 15 años no se supo nada de él.
    —Eso es simple, fue gracias a María Walles. Ella es una doctora muggle que se hizo muy amiga de mi padre y se enteró de todo luego de que mi padre se comenzara a sentir mal —les empezó a decir Levi, pero Damián continúo.
    —Como mi padre no sabía que era lo que tenía, le pidió a María que lo examinara y descubrió lo del embarazo. Le explicó todo, de que era mago y la batalla contra Voldemort, además también le contó lo de nuestro padre, por lo que nadie podía saber que estaba esperando un bebé, era obvio que nos tenía que ocultar de todos.
    —Pero si lo hubiéramos sabido lo hubiéramos apoyado —les dijo por primera vez el profesor Longbottom.
    — Claro ¿Igual que lo apoyaron con su relación con mi padre? —Les dijo sarcásticamente el mayor de los trillizos —si lo separaron de nuestro padre por ser menor de edad, ¿Qué le garantizaba que no le quisieran quitar a sus hijos por el mismo hecho? —No les quedó más que bajar la cabeza, claro todos menos Draco, ya que el nunca estuvo de acuerdo con lo que hicieron
    — ¿Continuamos? —Le dijo Levi deteniéndolo del brazo y haciéndolo sentarse, ya que se había parado en un momento de su enfrentamiento —el resultado fue que María lo ayudó con el parto en nuestra casa y luego hizo un informe donde figurábamos con el apellido de nuestro padre, ya que la atención, como bien dijo el director, estaba en papá. Por lo que, por años, en el registro de nuestros nombres figurábamos como Snape Prince, así no había problemas para ello. Papá se enteró que nuestro padre quedaría en libertad a principios de este año y comenzó los trámites para que fuéramos Snape Potter. Total, ya nadie podría separarnos, ya no es menor de edad —todos guardaron silencio.
    Al parecer el temor de Harry de que les quitaran a sus hijos, lo llevó a realizar muchas cosas a escondidas.
    —Bien —dijo el director —ahora, cada profesor los examinara, para saber en que condiciones están para poder empezar con sus cursos, por favor, comience profesor Weasley —vio que el hombre lo miraba fijamente, pero no le decía nada — ¿Profesor?
    —Ah, lo siento —dijo Damián, para luego apuntar al profesor con su varita —lo lamento, pero le mandé un hechizo silenciador —todos lo miraban extrañados —ya dijimos que no queríamos hablar con él los asuntos familiares y seguramente seguiría interviniendo, por eso lo hice —contestó, para luego quitarle el hechizo a Ron.
    —No te vi lanzando el hechizo —le dijo Draco.
    —Eso es por que nosotros podemos hacer hechizos sin varita. Por razones obvias, nuestro padre no nos podría llevar al callejón Diagon para adquirir las nuestras, por lo que nos instruyó en hacerlo sin ellas, estas las tenemos desde este año —le explicó Rudy.
    —Ok, comencemos con las pruebas —les dijo el director con un deje de orgullo por lo que había logrado Harry con sus hijos.


    Las pruebas y primeros recuerdos

    Estaban esperando, pacientemente, en los terrenos que rodeaban el castillo. ¿Por qué?, porque el profesor de vuelo Ronald Weasley los iba a evaluar, para saber si estaban calificados, para estar en 5° año. Vieron como los profesores se acercaban a ellos, realmente estaba helando afuera, pero como eran tres, necesitaban mas espacio.
    —Bien, jóvenes —les dijo el director —empezaremos con sus exámenes —dio el paso para que el pelirrojo, comenzara con sus pruebas.
    Ron fue claro y preciso, quería ver que tan buenos eran. Los retó a atrapar una Snitch, seguidos de tres bludger. Los chicos no tuvieron ningún problema, cosa que todo el mundo imaginaba. Ya que al ser hijos de Harry Potter era casi imposible que fallaran en algo tan simple, pero los chicos no sólo atraparon la Snitch, sino que también dieron tantas volteretas y giros en el aire que mantuvieron a los adultos en el filo de los nervios.
    —Bien, creo que están lo suficientemente cualificados como para estar en el nivel —dijo el pelirrojo tomando su pose de serio profesor de Hogwarts —el que mejor salió en la prueba fue Levi, atrapando la snitch en 18.9 segundos seguido de Rudy que lo logro en 25.3 segundos y finalmente Damián que lo hizo en 31.3 segundos, pero dentro de todo están muy bien. Superan con creses el rango de los alumnos que van al día con las clases ya que ellos están en un rango generalizado de 45 segundos —culminó el pelirrojo. El director se acercó a los jóvenes.
    —Perfecto, creo que el joven Levi sería bastante bueno en un equipo de Quidditch —le declaró el hombre.
    —No lo creo posible director —declaró el joven, ganándose la mirada sobresaltada de los profesores —no me gustaría preocupar a papá con esto, ya que siendo niño caí de una escoba y siempre fue aprensivo al respecto, después del accidente —les dijo finalmente, mientras recordaba los sucesos que lo llevaron a tomar tal decisión.

    Un joven de unos 23 años buscaba afanosamente en el ático de su casa. Sacaba las cajas que estaban más a mano y las revisaba. Hasta que recordó ser un mago, rió por lo atolondrado que era y conjuró un hechizo mental.
    —“Accio Relámpago de plata” —al instante las cajas comenzaron a temblar y de ellas apareció una empolvaba escoba que llegó a sus manos en forma inmediata —hola preciosa —le dijo acariciando la estructura. Recordó el momento en que la había recibido y no pudo evitar sonreír por ello.

    La guerra estaba apunto de estallar y todo el mundo parecía ansioso o exasperado, pero él se las ingeniaría para poder ir a verlo. Se escondió bajo su capa de invisibilidad y se dirigió al observatorio, había visto en el mapa del merodeador que él se encontraba allí, por lo que no dudó un instante en ir a su encuentro. Se apresuró y por fin llegó. Se encontraba apoyado en el barandal que daba hacia el lago. Se acercó muy despacio y sin quitarse la capa. Estaba apunto de llegar cuando sintió que su hermosa armadura transparente era jalada en un movimiento rápido.
    —No creo que sea prudente dejar su mente sin protecciones, señor Potter —le dijo el hombre frente a él —no creo haberte entrenado por meses, como para que en el último momento se te olviden todos los detalles y dejes que el Lord entre en tu cabeza —le reprochó al haberse percatado de la presencia del menor por medio de legeremancia.
    —Ah, pero esto es diferente —le dijo con tono ladino logrando que el hombre enarcara una ceja —no quería esconderme de ti —le dijo acercándose lentamente, pero toda paciencia fue perdida por el mayor que lo atrajo por la cintura y lo besó de manera hambrienta, estrechándolo mas contra su cuerpo, sin dejar espacio entre ellos.
    Hace poco más de un año que eran pareja, claro, escondidos de los ojos de todo el mundo, pero aun así, amándose sin reparos. El aire les comenzó a hacer falta y se tuvieron que separar. Se miraron por largos minutos y terminaron abrazándose fuertemente. El mayor lo volteo para que pudiera apreciar el hermoso paisaje, sin dejar de abrazarlo por la cintura
    >>Es hermoso —declaró el menor.
    —Si —fue la lacónica respuesta del hombre que recargaba su cabeza en los hombros de su amante y aspiraba su aroma. Oh, cuanto quería que todo esto terminara luego, para no tener que esconderse mas de nadie, por el temor a que Voldemort los descubriera y utilizara su relación como anzuelo, pero ya quedaba poco, lo sabía, por eso tenía algo especial para el chico de oro —Harry —lo llamó, logrando que este se girara, así quedaron frente a frente —tengo algo para ti —le dijo apuntando con su varita al cielo —Accio Relámpago de Plata —pronunció con fuerza y en segundos estaba frente a ellos una hermosa escoba nueva.
    — ¡Oh Sev, es hermosa! —Le dijo tomándola entre sus manos y regalándole una sonrisa al mayor, seguida de un apasionado beso. Cuando terminaron, al menor se le ocurrió algo — ¿Te gustaría probarla conmigo? —Le dijo en tono empalagoso.
    —Estaba esperando que lo dijeras —le dijo aferrándose a su cintura volteándolo para pasar la escoba bajo sus piernas y emprendiendo camino hacia el bosque prohibido, donde, en un claro iluminado por la luna, Harry le demostró con su cuerpo lo feliz que estaba con su regalo.

    —Quizás esa noche engendramos a nuestros hijos —se dijo a si mismo, mientras bajaba a encontrarse con los niños en el patio. Al llegar pudo divisar a los tres, se encontraban jugando con su eterna amiga, María, no sabía que hacer sin su ayuda. Llegó hasta ellos y les mostró la escoba —miren niños, esta es la escoba que me regalo su padre antes de la guerra —le dijo en tono calmado, desde hace un año atrás que les había empezado a contar poco a poco, sobre el mundo mágico y su padre, ya que lo poderes de los niños se habían manifestados.
    — ¡Es genial, papi! —Le dijo Levi, mientras tomaba la escoba en sus manos.
    — ¿Harry, no serán muy pequeños para ocupar una escoba? —Le dijo la muchacha, que traía a Damián de la mano, siempre lo andaba mimando en todo.
    —No te preocupes María, sólo les enseñare lo basi… —pero no dijo mas, al ver la cara de sus hijos y María que miraban a sus espaldas. Se giró lentamente y vio algo que le heló la sangre. Sin saber como, Levi había logrado hacer elevarse la escoba y estaba a unos 20 metros del suelo — ¡Levi! —Gritó al ver como empezaba a caer estrepitosamente, por lo que envió el único hechizo que recordó en esos momentos — ¡Levicorpus! —Expuso apuntándolo con su varita, la cual siempre traía cerca.
    El niño se detuvo a sólo unos centímetros del piso, pero por el susto de la caída, se encontraba inconsciente.
    María lo cogió en brazos y lo entró a la casa donde lo comenzó a revisar.
    >> ¿Qué le pasa? ¿Por qué no despierta? —Estaba entrando en pánico, por los nervios y los niños se mantenían en silencio esperando el diagnostico de su madrina.
    —Esta bien —dijo soltando un suspiró —sólo se desmayó por el susto —sentencio, para luego abrazar a su amigo que estaba destrozado —vamos, Harry, es un niño, a todos los niños les pasan accidentes.
    —Si, pero a los chicos nunca…
    —Lo se, pero eso es por que los hemos sobreprotegido, no dejamos ni que el viento los toque, pero eso a la larga les hará mal, lo único que debes hacer ahora es enseñarlos bien, para que cosas como esta no se vuelvan a repetir —le dijo, mientras le dedicaba una sonrisa tranquilizadora.
    —Creo que tienes razón, no se de donde sacas tanto sobre niños —le indicó, pero al instante se arrepintió. Si bien María era linda, no una hermosura de mujer, pero si muy linda, era simpática y amigable, pero aun, a sus 26 años, no había conocido el amor, por lo que su sueño de ser madre aun no se cumplía —lo siento —le dijo de corazón.
    —No te aflijas, Harry, además el haber criado a mis tres hermanitos pequeños, me dio la suficiente sabiduría con los niños, y te voy a decir un dicho muy conocido por donde yo vivía, "Lo que no te mata, te hace más fuerte" por lo que no limites a los niños con su aprendizaje. Eres el mejor mago que conozco, dejando de lado que ere el único, por lo que estoy segura que los niños aprenderán lo mejor de ti —le daba ánimos al moreno
    Harry le agradeció y se dedicó a enseñarles a los niños como volar de la manera más segura que conociera, no podía dejar de sentir nervios cuando veía a lo niños en ellas, pero habían demostrado ser dignos hijos de él y nietos de su abuelo James. Los tres eran uno con las escobas.


    —Bien, continuemos con las pruebas —dijo el director —ahora ¿Defensa contra las artes oscuras? —Preguntó al rubio, el cual asintió.
    —Ok, haremos esto lo más rápido posible. Quiero un resumen de los hechizos, avanzados, que conozcan —les pidió, sin perder su porte elegante, en ningún momento.
    —Bueno, sabemos muchos hechizos, por que no nos pide algo que hacer, como para demostrarlo —lo retó Rudy.
    —Me parece bien —dijo mirándolos fijamente —primero Rudy. ¿Qué tal si atacas esa roca? —Le dijo indicándole una gran roca cerca del sauce boxeador.
    —Claro, profesor —se puso en posición y comenzó a lanzar una gran gama de hechizos, para hacer añicos la roca —Bombarda… Cistem Aperio… Reducto… Confringo… Orbitus… —terminó, para que los fragmentos desaparecieran, amparados por la oscuridad de la noche.
    —Excelente —dijo anotando en una lista que tenía en las manos —ahora tú, Levi —le dijo poniéndose frente a él —quiero que me enseñes hechizos de transformación —le pidió, mientras conjuraba una copa y la ponía en el suelo, frente al menor.
    —Enseguida profesor —al igual que su hermano, se preparó para lanzar los hechizos —Draconifors… Orchideous… Pullas… Veraberto… —conjuro, volviéndolo a su estado original.
    —Muy bien, Levi —le decía al momento de anotar, pero él quería ir mas allá y estaba seguro que con Damián lo lograría —es tu turno, Damián —le indicó parándose frente al menor y buscando las palabras adecuadas — ¿Qué saben, tú y tus hermanos, sobre las maldiciones imperdonables? —Le preguntó de golpe, lo que causó la exclamación de los adultos, pero no así la de los menores, lo que ciertamente lo emociono.
    —Sabemos las maldiciones imperdonables y como repelerlas, además de varias mas que sólo mis padres conocen y que, si bien no son imperdonables, no significa que sean igual de atroces —le dijo seriamente con su mirada firme, lo que le indicó a Draco que decía la verdad.
    —Perfecto —dijo con una sonrisa de lado, cosa que imitaron los mellizos, pero mucho más disimulados que el mayor —están aprobados —sentenció dando el paso al director.
    —Sigamos con pociones… —pero vio que Damián levantaba la mano —dígame joven —le dio la palabra.
    —Sinceramente cree que será necesario esa prueba, somos hijos de Severus Snape, el “mejor” pocionista de la guerra y mi papá tenía todos sus libros y apuntes. Sabemos más pociones que los alumnos de 7º, por lo que le pediría que nos saltáramos esta prueba, ya que la veo innecesaria, al igual que las demás. A comprobaron lo mas importante ¿No? ¿Para qué seguir con esto? Si no pasamos, bien, pero si lo hicimos prefiero ir a descansar, ya que no quiero ser expuesto en clases, por quedarme dormido y no poder poner atención —declaró finalmente, ahora entendían el por que fue a dar a Ravenclaw, el director sólo pudo sonreír, quizás este año sería muy interesante.
    —Esta bien, entonces a descansar jóvenes, mañana comienzan las clases y no queremos que se desconcentren ¿Cierto? —Les dijo moviéndose a un lado. Los chicos pasaron entre los docentes y se dirigieron al castillo —espero no estar cometiendo un error —dijo en voz alta.
    —No se preocupe director, estoy seguro que ya nada puede afectar a esos chicos, el más grande mal ya se les hizo —dijo el rubio, encaminándose al castillo, dejando a todos los demás con una amarga sensación.


    Los recuerdos con el lobo… el secreto de Draco.

    Todos se mantuvieron en silencio, hasta que este fue roto por el rector.
    —Por favor, acompañen a los alumnos a sus salas comunes —dijo el director al ver como Draco se acercaba al castillo —avísenle al profesor Malfoy, que acompañe al joven “Snape” a su sala en Slytherin —les dijo a los otros dos jefes de casa, los cuales luego de un asentimiento se fueron a la entrada.
    —No podrás quitarte la culpa nunca, Albus —le dijo la profesora McGonagall, mientras ponía una mano sobre su hombro —todos hicimos lo que, en ese momento, era lo mejor para el señor Potter, nadie se imaginó tan siquiera lo que ellos sentían —le dijo con tono suave.
    —Te equivocas Minerva, si hubo alguien que me quiso abrir los ojos, pero yo no lo tome en cuenta —le dijo seriamente, mientras recordaba lo que pasó en su despacho, unos días después de que Severus Snape, fuese enviado a Azkaban.

    Se encontraba en su despacho. Desde hace días que no quería salir de el, recordando lo equivocado que estuvo al poner, como guardián de Harry, a su profesor de pociones. No entendía como el hombre, que hasta el momento se le había presentado respetable, había aprovechado la cercanía para involucrarse con el adolescente.
    Tan perdido estaba en sus recuerdos que no oyó cuando llamaban a la puerta, hasta que estas se vio abierta de un portazo.
    — ¡¿Qué mierda es lo que pretenden al mandar a Severus a Azkaban?! —Gritó indignado Remus Lupin-Malfoy, el cual entró al despacho y se paró frente al hombre, golpeando la mesa con sus manos.
    Estaba hirviendo por la cólera y sólo una persona podía controlarlo en ese estado, precisamente la persona que venía tras él y lo acercaba por la cintura para que el castaño escondiera su rostro en el fuerte pecho de su marido.
    —Cálmate, Remus. Lo importante ahora es ver como sacamos a Severus, de este inconveniente —le dijo con su voz grave y calmada —buenas tardes, Dumbledore —le saludó el hombre, recién en ese momento el director quitó sus ojos de su ex alumno, que lloraba desconsolado en el pecho del rubio.
    —Por favor, tomen asiento —les ofreció el anciano. Los hombres así lo hicieron. Mientras que Lucius no paraba de calmar a su esposo, el cual estaba muy alterado.
    —Por favor Remus, no te hace bien en tu estado —le decía acariciando su espalda.
    Efectivamente, Remus estaba esperando su tercer hijo, ya que Draco, si bien no era hijo de ambos, lo amaba como si lo fuera y mucho más por ser el mayor al tener 15 años. Luego de él venía Lucían de 1 años, quien era una copia de su papi Remus pero con los ojos plateados como su padre Lucius. Y finalmente Rebeca, la bebita de la cual estaba entrando en su último mes de gestación.
    — ¿Es que no lo entiendes, Lucius? —Le decía el castañito entre sollozos —Harry y Severus se aman, lo sabes bien, no entiendo como es que lo encarcelaron por amarse —dijo mirando al anciano, el cual enarcó una ceja.
    — ¿Acaso sabían de la “relación” que tenía Severus con Harry? —Interrogó a los otros dos.
    — ¡Por supuesto que lo sabíamos! —Le gritó Remus —Harry quedó a mi cuidado, luego de… —bajó la cabeza al recordarlo, pero ahora debía apelar por Harry —luego de que Sirius muriera, ¿Cómo no iba a saber que estaban enamorados?
    —Por favor, Remus, ¿Te estas escuchando? —Le dijo el anciano negando con la cabeza —no puedo creer lo que estas diciendo, ¡Por Merlín! ¿Sabes que lo acusaron de pedofilia? —Remus abrió la boca no creyendo lo que decían —Harry sólo tiene 15 años, Remus, en cambio Severus, el tiene 32, ¡Le dobla la edad! —Le dijo parándose y empezando a caminar por el despacho.
    — ¿Tú crees que eso les importaba? Se tenían el uno al otro y sólo eso era lo que les importaba —dijo Lucius, por primera vez, alterado al saber la condena que había recibido su antiguo compañero y compadre —no tenían derecho —le dijo con los ojos inyectados en furia.
    — ¡¿Qué habrían hecho ustedes?! —Los interrogó — ¿Qué hubiesen hecho si en vez de Harry fuese Draco el que estuviera en este problema? —Les encaró —estoy seguro que hubiesen actuado peor, quizás hasta lo hubiesen matado…
    — ¡Por supuesto que no! —Dijeron los dos al mismo tiempo.
    —Cada noche sufro por mi hijo —dijo Remus llorando y tratando de hablar lo mas claro posible —cada noche se me parte el alma al escucharlo llorar —le dijo al hombre que ahora tenia toda su atención —¿Sabes por qué retiramos a Draco hace cuatro meses? No, claro que no lo sabes, pues te digo. Draco estaba embarazado, hace unas semanas dio a luz, pero el padre de su hijo no puede estar con él —cerró las ojos tratando de parar la angustia que en ese momento lo embargaba —cada noche llora su muerte, ¡Cada noche llora por Sirius Black! —Le gritó al viejo, que estaba con los ojos abiertos a mas no poder por la información recibida —te juro, te juro que haría lo que fuera por traerlo de vuelta, pero no puedo. Y ustedes, que tenían en sus manos el amor de dos personas lo arruinan —ya no podía mas, los espasmos lo estaban torturando. Por lo que dejo que Lucius lo abrazara potentemente.
    —No sabía, no sabía que Sirius y Draco… —no sabía ni que decir.
    — ¿Sabes por que no lo sabías?, por que nuestro hijo no confiaba en que lo dejaran tranquilo con su recuerdo, claro que tenía razón, en cuanto supo lo que hicieron con Severus —le dijo el líder de los Malfoy —se aprovecharon de que Potter no tenía quien lo protegiera en ese momento, de que sus tutores hablaran a su favor —eso puso los pelos de punta al anciano y logró que el rubio curvara una sonrisa — ¿Creías que no lo sabíamos? Sabemos muy bien que trajeron a esos, asquerosos muggle, para que hablara en contra de Severus —le dijo seriamente —sólo trata de dormir con el peso de tu conciencia, Dumbledore. Ellos sólo te pidieron comprensión y tú los crucificaste —dijo finalmente el rubio, mientras guiaba a su esposo a la salida y dejaba a un destrozado Albus Dumbledore, solo en su despacho.

    —Remus y Lucius me gritaron en la cara que Harry amaba a Severus, peor yo no dije nada —le contó a la mujer mientras emprendían camino al castillo.
    — ¿Qué fue lo que hicimos Albus? —Se dijo la profesora, al comprender lo mal que actuaron.

    Cerca de las escaleras de la torre de Gryffindor, caminaban rápidamente dos personas, sin siquiera dirigirse una mirada.
    —“¿Qué demonios se creen estos mocosos al tratarme así? Claro se nota a leguas que son hijos del maldito grasiento, pero no me imaginé que Harry pudiera haberse acostado con esa cosa… puag, será mejor que ni siquiera me lo imagine si no quiero terminar con traumas mentales. Siempre dije que lo mejor hubiese sido es que Harry se casara con Ginny, la pobre lo ha estado esperando por todos estos años. ¡Eso es! Le diré a Ginny que Harry apareció, seguramente luego de que la vea, se queda prendado de ella y se olvida del cretino ese, sólo lamento que si las cosas resultan, mi hermanita se tendría que hacer cago de estos mocosos, pero bueno, sólo es cosa de controlarlos” —iba pensando, ahora con una sonrisa en el rostro.
    —“¿Cómo se le ocurre pensar en eso? Maldito estúpido, ¿Qué se cree? ¿Qué mi padre permitirá que una tonta mujercita venga a quitarle su puesto en el corazón de papá?, esta muy equivocado. No lo consiguió María en todos estos años, claro que ella no se lo propuso, pero ese no es el tema. Sólo esperó que no se le ocurran cosas mas descabelladas, pero porsiacaso" —se dijo deteniéndose y llamando la atención del pelirrojo con ese acto.
    — ¿Qué pasó, Snape? —Le preguntó, casi escupiendo el apellido.
    —Sólo me pregunta algo “profesor”, ¿Acaso no sabe que mis padres son expertos en Legeremancia? —Vio como el pelirrojo perdía el color en la cara —veo que no lo recordaba, pero se lo recuerdo y le doy un consejo —le dijo acercándose al hombre —no trate de meterse con mi familia, créame que se muy bien como utilizar las maldiciones, legales o no —dijo, mientras volvía a caminar.
    Ron estaba furioso por la intromisión mental a la que fue sometido, pero mucho más por la advertencia del mocoso.
    — ¿Me amenaza, Snape? —Le interrogó con los dientes apretados por la rabia.
    —Yo no amenazo profesor, yo doy ultimátum —le dijo mientras caminaba en dirección a la sala común —ah y no se preocupe por la contraseña, la leeré de la mente de algún Gry —le dijo con una sonrisa de lado —Ok, con que esa es “Sursum corda” —dijo al momento que la puerta se abría —buenas noche profesor —se despidió, pero el pelirrojo lo volvió a llamar.
    —Snape, mañana pasa por tu horario —le dijo al momento que desaprecia tras un pasillo.

    Mientras tanto, Levi entraba a su sala común y divisaba una particular cabellera, que había llamado su atención desde que llego, sólo sonrió al saber lo bien que lo pasaría con su “querido profesor”.
    Por otro lado iba un muy sonriente Damián conversando con un tranquilo Neville Longbottom.
    —Entonces papi nos mandó a todos a acostar por haber hecho esa pequeña broma, incluso a María la mandó a la cama —se reía el joven, mientras le contaba algunas anécdotas que habían vivido con sus hermanos.
    Damián era muy amistoso, por lo que se le hizo injusto castigar a su jefe de casa por lo de la reunión, de todas maneras, él sólo expresó una idea, no como Weasley que era mucho más desagradable.
    Neville sólo lo guiaba y escuchaba lo que el muchacho le decía, una sensación calida se instaló en su pecho, el verlo sonreír de esa manera, le recordó mucho a Harry cuando lo hacía, claro que con los rasgos de Snape, pero muy simpático.
    Llegaron a la entrada de la sala común de Ravenclaw y Neville habló por primera vez en todo ese rato.
    —Bien, joven Snape… —vio que el menor negaba con la cabeza — ¿Qué pasa? —Le preguntó.
    —No me gustaría que me llamara de ese modo, Profesor, de todas maneras es mi jefe de casa, ¿Sería mucho pedirle que sólo me llamara Damián? —Le pidió con su dulce voz a lo que el adulto sólo negó con una sonrisa.
    —Ok Damián… pero tú me llamaras profesor Neville ¿Trato? —Vio que el chico sonreía por lo que continuó con lo que iba a decir —bien, la contraseña es “Verba volant, scripta manent” —le dijo al momento de que la puerta se habría.
    —Eso es muy cierto —le dijo el joven a lo cual el hombre frunció el ceño, al no saber a que se refería —lo dijo por la clave “Verba volant, scripta manent” es “las palabras vuelan, lo escrito permanece” ¿No? —Le dijo con una sonrisa.
    —Así es, veo que sabes Latín —le señaló mientras lo acompañaba a la entrada.
    —Si, me gustan muchos los idiomas, se Latín, Japonés, Alemán, Español, Ingles y Coreano —respondió sin quitar su sonrisa.
    — ¿Con que un políglota? —Le dijo Neville —algún día me gustaría escucharte hablar, pero ahora es mejor que vallas a dormir y mañana pasas por mi despacho a buscar tu horario —caminó hacia la puerta.
    —Algún día le cantaré, profesor —susurró Damián, al ver salir al profesor por la puerta y dirigiéndose a las habitaciones.

    Camino a las mazmorras se encontraba Draco y Rudy que se encaminaban a las habitaciones de los Sly.
    —Y dígame profesor Malfoy, ¿Donde tendré que dormir hoy? —Le preguntó el moreno.
    —Bueno, según tengo entendido compartirás habitación con mi hijo, que si no me equivoco, lo conociste en el comedor. Además de Christopher Nott-Zabini y Patrick Goyle-Greengrass. Son muy simpáticos, estoy seguro que te caerán muy bien —le dijo al llegar a la puerta de la sala común de Slytherin —la contraseña es “Ad libitum” —expuso al momento de que la puerta se abría y daba entrada al joven. Cuando entró, todas las miradas se centraron en ellos, cosa que ciertamente le encantaba al menor —bueno, te dejo aquí, mañana pasa por mi despacho y te entrego el horario —se despidió el profesor.
    —Hola, Snape —le dijo un chico rubio a su lado.
    —Por favor, no me llames Snape, me haces sentir viejo —le pidió al hijo de su jefe de casa.
    —Ok Rudy, pero tú me llamaras Scorpius o Scorp, como mas te guste.
    —Claro —le dijo con una sonrisa “Pero te llamaría de muchas otras formas amor, cariño, tesoro… ¿Qué rayos estoy pensando?” Se reprendió mentalmente, pero eso quedó en el olvido al ver como subía las escaleras tras el rubio que se había impuesto como su guía.
    —Esta es nuestra habitación —“Nuestra habitación” pensó nuevamente en moreno “Vasta, Rudy ¿Qué demonios pasa contigo?” — ¿Estas bien? —Le preguntó al ver que se quedaba en la puerta.
    —No pasa nada —le respondió con una sonrisa, que le quitó el aliento al rubio. Vio que sobre una de las camas había una cajita plateada y corrió a ella. Cuando la abrió se encontró con quien mas esperaba ver —//Hola Mack// —saludó el moreno, el rubio saltó en su puesto.
    — ¡Hablas parsel! —Le dijo maravillado, ya que según su padre, eran limitadas las personas que lo podían hacer y entre ellas estaba Harry Potter y Lord Voldemort.
    —Si, lo herede de mi papi, sólo él y yo lo podemos hacer, Levi y Damián no pueden —le dijo sacando una hermosa Mamba Verde —esta me la regalo papá, cuando cumplimos los 15 —le dijo enseñándole su mascota.
    — ¿Pero no es peligrosa? Que la dejes por aquí, sin no me equivoco es muy venenosa —le preguntó acercándose al hermosos espécimen, claro la serpiente, Rudy era hermoso, pero no se podía clasificar como un espécimen.
    —No, la tengo sumamente controlada, además nunca la he incitado para que ataque, así que sólo la mantendré en su caja y la sacaré algunos días en el bosque prohibido para que case su propia comida, claro, si no les molesta.
    —Claro que no es molestia —le dijo un chico desde la puerta, era moreno y tenía los ojos muy azules —mi nombre es Christopher Nott-Zabini, mucho gusto —le saludó.
    —Y yo soy Patrick Goyle-Greengrass, encantado —le dijo un chico, con el cabello rubio y muy corto, con los ojos castaños más alto que todos los demás. Rudy se paro y su serpiente se enredó en su cuerpo.
    —Mucho gusto, Rudy Snape-Potter —le dijo saludando a los que, desde ahora, serian sus compañeros de habitaron.

    Draco Malfoy casi había corrido a su habitación y cuando entró cerró con todos los hechizos que conocía y se dirigió a la chimenea de la habitaron — ¡Mansión Malfoy! —Gritó al tiempo que tiraba un puñado de polvo flu y las llamas lo envolvían.
    — ¡Hermanito! —Chilló una niña, al momento que se lanzaba a sus brazos.
    — ¿Por qué sigues despierta, Cristina? —Le preguntó a la más pequeña de los hermanos Malfoy. Cristina era la cuarta y última de los chicos. Tenía 10 años y la apariencia de un angelito, al igual que Remus — ¿Cris, sabes donde está papá? —Le preguntó por el Castaño. La chica sonrió y lo guió al despacho, donde se encontraban Remus y Lucius, sentados frente a la chimenea.
    — ¿Draco? —Preguntó Lucius al ver al joven ahí.
    —Buenas noches papá, padre —hizo una inclinación y luego se decidió a lanzar la bomba —les tengo una noticia —les dijo sentándose cerca de ellos y con Cristina en su regazo —hoy entraron trillizos al Hogwarts, pero a quinto —sus padres lo miraron interrogantes —se llaman Rudy, Levi y Damián.
    — ¿Qué tiene que ver eso con nosotros, hijo? —Le preguntó el lobito, percibiendo la emoción en su hijo mayor.
    —A eso voy, sus apellido, son los trillizos Snape-Potter —los mayores quedaron con la mandíbula abierta a mas no poder dejando satisfecho al rubio profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras.

    -Ad líbitum: a voluntad, libremente; a gusto.
    -Sursum corda: levantad vuestros corazones.
    -Verba volant, scripta manent: las palabras vuelan, lo escrito permanece.

    El encuentro del lobo y su cachorro

    Remus estaba completamente impresionado por lo que acababa de decir su hijo. Se puso de pie se acercó a el lentamente, hasta alcanzar sus hombros y con los ojos anegados en lagrimas le volvió a preguntar.
    — ¿Apareció? —Le preguntó en un chillido — ¿Harry apareció? —Le dijo temblando.
    —En realidad no —le dijo con una sonrisa y haciéndolo sentarse nuevamente —sólo aparecieron los trillizos, pero efectivamente son Snape- Potter —les dijo de frente.
    —Así que Severus es padre —dijo Lucius mirando el fuego de la chimenea —Valla, valla, me imagino que se sorprenderá mucho cuando se entere —dijo con una sonrisa de lado.
    —Quiero verlo —dijo Remus casi en un susurro —quiero ver a mi cachorro —le pidió a Lucius, con los ojos brillantes.
    —En realidad no sabría decirte donde esta —les dijo el menor —los chicos llegaron solos hasta el momento no han dado indicios de la ubicación de Potter.
    — ¿Puedo conocer a los niños? —Preguntó el lobito —quizás si habló con ellos me puedan decir donde esta.
    —Te llevare mañana —le dijo el patriarca de la familia sorprendiendo a los dos hombres, ya que la muchachita se había quedado dormida en los brazos de su hermano —como miembro activo del comité escolar de Hogwarts, aun tengo ciertas ventajas, como la de entrar al colegio cuando se me de la gana —dijo poniéndose de pie y tomando a la niña en brazos —y como mi esposo puedes ir conmigo —declaró finalmente saliendo del despacho, en dirección a la habitación de la menor, dejando a los otros dos completamente impactados por su repentino interés en la aparición de Harry Potter.
    El día comenzó y en el gran comedor los ojos seguían puestos en los alumnos recién integrados en quinto grado.

    Las puertas se abrieron de repente por la puerta aparecieron las imponentes presencias del matrimonio Malfoy.
    Cuatro personas abrieron los ojos de manera incrédula, pero por diferentes motivos.
    — ¡Abuelos! —Dijo muy emocionado Scorpius y con toda la elegancia que le fue inculcada con el paso de los años, se dirigió hacia los hombres.
    —Hola, Scorp —le dijo el castaño, con una sonrisa adornada en sus labios — ¿Cómo estas mi pequeña serpiente? —Le preguntó desordenando su cabello con una mano.
    —Bien —le dijo con una sonrisa — ¿Por qué están aquí? —Les preguntó intrigado, por la presencia de los mayores en el colegio.
    —Nada que te incumba mocoso —le dijo el rubio mayor, molestando al adolescente.
    —Por favor —le pidió despacito.
    —Compórtate o no te diré nada —le dijo seriamente, pero Scorp ya sabía que había ganado, siempre lograba lo que quería con su abuelo Lucius.
    —Scorp… ¿Conoces alguno de los chicos que llegaron ayer? —Le preguntó el castaño.
    — ¿Se refiere a nosotros? —Dijo una voz tras ellos, logrando que los tres se giraran y quedaran frente a frente con los trillizos Snape Potter.
    — ¡Por Merlín! —Dijo el oji miel impresionado, tanto como el mismísimo Lucius que sólo se quedó en silencio.
    Si no le hubieran dicho que eran los hijos de Harry y Severus, hubieran estado seguros que regresaron en el tiempo y vieron copias casi perfectas de Severus Snape, pero con los ojos de un color verde casi sobrenatural.
    —Suponemos que ustedes serán Lucius Malfoy y Remus Lupin ¿No? —Les preguntó uno de los chiquillos. Viendo que ambos asentían se alegraron increíblemente —es un placer conocerlos, mi nombre es Damián y ellos son mis hermanos Levi y Rudy —presentó a los otros dos.
    —Mi padre siempre nos hablada de ustedes, bueno de uno mas que otro —dijo Rudy con una sonrisa de lado —siempre nos contaba lo que el sabía de los merodeadores —dijo casi con dulzura —normalmente cuando nos contaba algo de nuestro padre.
    — ¿Cómo esta él? —Preguntó con emoción el ojimiel — ¿Cómo esta mi cachorro? —Le pidió a los menores.
    — ¿Por qué no le pregunta usted mismo? —Le dijo Levi, sorprendiendo a los tres, bueno a ellos y casi a todo el comedor, que en ese momento estaba en un silencio sepulcral —papá dijo: “Sólo Moony puede saber donde estoy” —le dijo alcanzándole un papel.
    — ¿Por qué sólo yo? —Preguntó recibiendo el papel que le extendía el muchacho.
    —Por que ustedes no participaron en la destrucción de nuestra familia —dijo Rudy con los ojos inyectados en furia —así que por favor, sólo usted puede ir por el momento, hasta que papá diga lo contrario —le pidió formalmente —ahora si nos perdona, debemos dirigirnos a nuestras clases —le dijo mientras se adelantaba a la salida, sus hermanos lo seguían, luego de despedirse con un asentimiento.
    — ¿Qué esta pasando abuelo? —Preguntó el rubio, junto a los dos adultos que aun seguían con la mirada perdida en el camino que habían seguido los trillizos.
    —Scorpius, termina con tu desayuno, luego hablaremos —le dijo su padre, que ahora se encontraba junto a los otros dos — ¿Vas a ir ahora, papá? —Le preguntó el profesor.
    —Si, quiero ir ahora mismo —luego se giró para quedar frente a su marido —debo hacer esto solo, Luc —le dijo sellando su posible respuesta con un beso y dirigiéndose a la salida.
    —Sólo espero que Severus vuelva pronto —dijo seriamente el cabeza de la dinastía Malfoy.
    — ¿Por qué lo dices, padre? —Le preguntó caminando con el mayor, por los pasillos del castillo, dirigiéndose a las puertas del colegio.
    —Por que esos niños están dispuestos a todo, por vengar la separación de sus padres y creo que sólo Severus podrá calmar su sed de venganza —declaró finalmente, dejando a Draco completamente de acuerdo con lo que había dicho.

    Remus apareció en el mundo muggle. Desde un principio supo que Harry había huido a ese mundo, pero nunca lo pudo encontrar.
    Llegó a una villa cerca de Francia y recorrió las calles en busca de la dirección apuntada hasta que llegó al frontis de una casa, ni muy grande ni muy pequeña. Por delante tenía un pórtico muy hermoso y mientras iba avanzando se daba cuenta de los detalles de la casa, hasta que llegó a la puerta y no pudo evitar una sonrisa al ver que en medio de esta había una cabeza de león con una serpiente enrollada en el cuello.
    Tocó el timbre esperando que le abrieran la puerta y escuchó como alguien corría desde adentro. La puerta fue abierta por una mujer de unos 30 años aproximadamente, con el cabello lizo y castaño que le llegaba hasta media espalda el que llevaba atado de manera floja y por lo mismo algunos mechones caían por su frente. Sus ojos eran de color castaño claro y la piel clara, no tanto como la de su marido y sus hijos, pero de todas formas clara. Su cuerpo era grande, no gorda, pero si grande.
    — ¿Si, que desea? —Preguntó con una voz muy melodiosa, nada parecida a su apariencia, si no mas parecida a la de una adolescente.
    —Disculpe, soy Remus Lupin busco a… —pero no pudo terminar por que la mano de la chica lo jaló adentro y cerró la puerta tras ella.
    —No se preocupe —dijo con una sonrisa —llamaré a Harry en un instante —le dijo al lobito, al cual le brillaron los ojos —pase a la sala, por favor —le mostró una hermosa salita al lado de la entrada.
    —Eh… ¿Usted es? —Quiso saber en mayor.
    —Ah si, lo siento —dijo sacando su lengua en forma infantil —soy María Walles, amiga-matrona-niñera-pediatra-madrina de los hombres de esta casa —le dijo enumerando sus funciones.
    — ¿Cómo? —Preguntó dudoso.
    —Eso, soy amiga de Harry desde hace mas de 15 años, traje al mundo a los trillizos al enterarme del maravilloso estado de Harry, he ayudado a su crianza desde que nacieron por lo cual también soy su niñera, estudie pediatría, para tratarlos yo misma y soy su madrina —dijo con una sonrisa.
    —Ahora entiendo —le devolvió la sonrisa.
    —Bien, pues entonces llamare a Harry. Queda en su casa —le dijo al salir de la habitación.
    Remus recorrió con la mirada la sala y en la chimenea habían muchas fotografía, todas muggle, en donde aparecía Harry con los niños, siendo aun unos lactantes, otras de los niños solos, jugando, bailando alrededor de la mujer que lo había recibido, otra de Harry y María, en donde ella sostenía un diploma de pediatría y un sin fin mas.
    —Moony —llamo un ahogado gemido a su espalda, lentamente se giró y por fin, luego de años podía ver de nuevo al muchacho de ojos verdes.
    —Cachorro —le dijo con una sonrisa abriendo los brazos para recibirlo entre ellos.
    — ¡Oh, Moony! —Le dijo corriendo a refugiarse en el pecho del mayor —te heché tanto de menos —le decía emocionado, por ver una cara conocida después de años viviendo en el mundo muggle.
    —Harry, Harry, Harry —le repetía una otra vez estrechándolo mas fuerte.
    Siguieron así por quizás cuanto tiempo, pero no le tomaron importancia.
    —Tengo tanto que preguntarte, cachorro —le dijo tomando la cara del mas joven entre sus manos.
    —Yo también, Moony —le dijo con una sonrisa.
    —Entonces ¿Qué tal si les traigo algo para beber? —Dijo una voz desde la puerta.
    —Te lo agradecería mucho, María —le dijo el ojiverde —y también trae una para ti, quiero que conozcas mejor a Remus, él es como mi padrino, al igual que Sirius —le dijo al instante de mirar al mayor, que no le quitaba los ojos de encima.
    Esperaron hasta que la mujer volviera con las tres tasas de té que preparó, junto con unos trozos de queque, el cual habían preparado con Harry, en espera del lobito, ya que el ojiverde le aseguró que vendría ese mismo día.
    —Bien —dijo la mujer, sentada en un sillón, paralelo a los que ocupaban los otros dos — ¿Quién parte? —Preguntó sorbiendo la taza y mirando fijamente a los hombres, muy impaciente, como si fuera el final de la teleserie que estaba viendo.
    —Creo que lo primero sería el como llegaste aquí, cachorro —le dijo el ojimiel.
    —Está bien —dijo con un suspiro —te contare desde el principio.

    La guerra por fin había terminado, el-niño-que-vivió había derrotado al mago tenebroso más poderoso de los últimos tiempos.
    La gente feliz, celebraba por las calles y la vida parecía, por fin, sonreírle al mundo mágico.
    Los meses pasaron y la gente se fue calmando. Las tiendas volvieron a abrirse, las clases en Hogwarts ya estaba en su fase final. Ya sólo quedaban unos cinco meses de clases, para terminar el año escolar.
    Una noche se celebró una cena, sólo con los miembros de la orden del fénix.
    En una larga mesa se encontraban el director Dumbledore y en orden desde su derecha, estaba Harry, Hermione, Ron, Minerva McGonagall, Alastor Moddy, Arthur Weasley, Molly Weasley, Ginebra, Fred, George, William, Nymphadora Tonks, Kingsley Shacklebolt, Luna Lovegood, Neville Longbottom, Rubeus Hagrid, Charlie Weasley, Fleur Delacour y Severus Snape.
    —Amigos —llamó el director poniéndose de pie —quiero que hagamos un brindis, por nuestra victoria sobre las fuerzas tenebrosas, donde muchos de los nuestros cayeron, pero que nunca se irán de nuestros corazones —alzó su copa, acción repetida por todos en la sala —hoy estamos aquí, para celebrar, pero esto no hubiera sido posible, sin vuestra ayuda, su sacrificio y su entereza —decía en tono solemne —pero quiero darle las gracias a una persona que lo dio todo sin pedir nada a cambio, que se enfrentó con más valor del que alguna vez se allá visto en el tiempo —dijo volteando un poco a su derecha —por Harry —dijo con entusiasmo.
    — ¡Por Harry! —Vitorearon los demás alzando las copas bebiendo su contenido.
    —Por favor, Harry —dijo el anciano —dedícanos unas palabras —le pidió, dándole la palabra.
    Los demás apoyaban la idea del mayor y aplaudían dando ánimos al ojiverde, el cual, muy avergonzado, se puso de pie.
    —Bueno yo —dijo terriblemente ruborizado, por las miradas que se posaban sobre el —se que quieren que de un gran discurso, pero no soy el director Dumbledore —dijo haciendo reír a los presentes —sólo les quiero dar las gracias, por que sin su ayuda, no hubiese podido vencer a Voldemort —dijo seriamente —fueron ustedes los que me imprimieron fuerzas, fue su amor el que me dio valor, fue su garra la que me dio aliento, cuando más lo necesitaba —les dijo uno a unos, hasta que llegó hasta el ultimo en la mesa, sentado junto al director —ustedes fueron los que me dieron una razón para querer vencer —dijo sin desconectar sus ojos de los negros que lo miraban en ese momento.
    Todos estaban en silencio, esperando las siguientes palabras del ojiverde, el cual se había quedado como hipnotizado, mirando a una persona en la mesa, la mayoría imaginó, que el respeto que le tenía al hombre y todo lo que este había dado en la guerra, eran razón de peso, para que el menor le sostuviera la mirada.
    >>Pero más que a nadie, te quiero agradecer a ti —todos arrugaron el ceño ante esto ¿Desde cuando Harry tuteaba a Snape? —Por entregarme toda tu sabiduría y tu paciencia —le decía sin apartar su mirada de encima —por darme la razón mas poderosa para segur viviendo —todos escuchaban atentos a lo que hablaba el morenito, hasta que llegó a la parte final de su discurso —Por entregarme tu amor —le dijo con una sonrisa, misma que fue devuelta por el mayor.
    — ¿Disculpa, Harry? — Le dijo el director a su lado —Creo que no entendimos muy bien eso o no te diste a entender muy bien —le dijo con un intento de sonrisa.
    —No entiendo que es lo que no entiendes, Albus —le dijo el profesor, logrando que ahora las miradas se posaran en él —Harry dijo amor, por que es eso lo que le he dado todo este tiempo —dijo tomando un sorbo de su vaso, mientras se ponía de pie y se acercaba al ojiverde.
    —Severus y yo somos pareja y en cuanto salga de Hogwarts nos casaremos —dijo el menor, con una hermosa sonrisa, la cual fue sustituida por una cara de confusión al ver la cara de los demás — ¿Qué pasa? —Dijo al momento en que sentía el agarre en su cintura, se hacía aun más fuerte y se giraba para ver al mayor que ahora mostraba una expresión preocupada — ¿Qué pasa, Sev? —Le dijo nervioso por las sensaciones que estaba sintiendo.
    — ¡¿Cómo te atreviste, Severus?! —Dijo el director poniéndose de pie.
    Harry vio sin entender, como era separado fuertemente de Severus y Tonks junto a Kingsley sujetaban al profesor.
    — ¡¿Qué pasa, director?! —Preguntaba Harry sacudiéndose para salir del agarre en que lo tenían sus “amigos” — ¡Hermione, Ron, suéltenme por favor! —Pedía al ver como el mayor era alejado de él — ¡Severus! —Gritó al ver como era transportado por los dos Aurores — ¡¿Qué mierdas esta pasando aquí?! —dijo soltando su magia, logrando que los otros dos los liberaran y dejando caer las lagrimas.
    —Harry, muchacho —dijo el director acercándose al menor —siento todo esto, nunca debí dejarte al cuidado de Severus Snape —le dijo con voz pacifica —no sabía que se aprovecharía de eso para acercarte a ti —le dijo con lastima.
    — ¡¿Aprovecharse de qué?! —Gritó furioso, mientras caminaba a la salida — ¡Confié en ustedes, por que los consideraba mis amigos! —Les dijo a todos, pero mas específicamente a Ron y Hermione.
    —Pero Harry, no podemos dejarte en manos de ese… —dijo con cara de asco, el pelirrojo.
    — ¡¿Ese que, Ron?! —Le dijo con rabia — ¡¿Qué mierda ibas a decir?! —Le dijo agarrándolo por la solapa, pero en ese momento, el mundo se le hizo negro y calló en la inconciencia.
    Despertó un tanto aturdido, pero mejor. Se sentó con cuidado y se dio cuenta que estaba en la enfermería de Hogwarts. Lentamente fue recordando lo que había pasado.
    —Despertaste, muchacho —dijo un hombre desde la puerta.
    — ¿Dónde esta? —Dijo con los ojos rojos por la rabia — ¿Dónde tienen a Severus? —Repitió con fuerza.
    —Tranquilízate, Harry —le pidió alguien desde la puerta.
    — ¿Quieren decirme, donde esta MI novio? —Preguntó con los dientes apretados. Frente a el ataban Ron, Hermione, Dumbledore y madame Pomfrey.
    —Por favor, salgan de la enfermería —pidió la enfermera del colegio —lo que necesita es descansar —hizo salir a los demás.
    —Madame, por favor —le pidió el ojiverde —necesito saber que le hicieron a Severus —le pidió con los ojos anegados en lagrimas.
    —Ay, mi niño —le expresó sentándose a su lado —llevas dos días durmiendo, han pasado tantas cosas —le dijo con tono triste, lo que preocupo aun mas al ojiverde —Lo enviaron a Azkaban —le dijo casi en un susurro.
    — ¿Qué? —Dijo con el aire atorado en sus pulmones, sentía que los oídos le iban a reventar y la sangre, no sólo se le helaba, si no más bien, se le congelaba — ¿Cómo que a Azkaban? ¿Cómo pudieron? —Dijo liberando las lágrimas que caían ahora por sus mejillas.
    —No hubo juicio aparente, por lo menos no publico —le indicó pasándole un vial con una poción tranquilizante, había descubierto algo, que ni siquiera al director le había informado, pero necesitaba mantener al chico, lo mas tranquilo posible —sólo se que los muggles esos que te criaron hablaron en contra de Severus —le informo con tono afligido.
    — ¡¿Qué?! —Le dijo poniéndose de pie —necesito ir a verlo, tengo que sacarlo de ahí —le dijo caminando hacia la puerta.
    —Espera muchacho —le dijo deteniéndolo de un brazo.
    —No trate de detenerme, por favor —le pidió con los puños apretados.
    —No pretendo detenerte —le dijo con una sonrisa —ven —le indicó que la siguiera a su oficina —aquí hay una salida secreta, quiero que la uses y huyas lejos —vio que el chico iba a protestar —se que te seguirán y harán todo por retenerte, por eso debes irte, por lo menos hasta que las aguas se calmen y puedas hacer algo por liberar a Severus.
    —Pero, madame —dijo tratando de aguantar las lagrimas —no entiendo por que.
    —Harry, aun eres menor de edad, créeme cuando te digo que tienes mas de una razón por la cual ser libre por un tiempo y sin los ojos del mundo sobre ti —le dijo llevándolo a la salida —huye lejos y cuando estés preparado, vuelve en gloria y majestad. Se que Severus te esperara y se que tú también los harás —le dijo haciéndolo salir —yo me encargare de distraer a los demás —se acercó a el lo abrazó —buena suerte, muchacho —le apuntó separándose de él y cerrando la puerta.

    —Luego de eso vine a dar al mundo muggle y conocí a María, fue ahí que me entere de mi estado —le dijo limpiando sus lagrimas, mientras era calmado por el mayor, que en un momento del relato se había sentado junto a el en señal de apoyo —supongo que madame Pomfrey sabía que estaba embarazado y por eso me ayudó —le dijo al lobito.
    —Es lo mas probable —dijo aun un poco afectado por lo que le contaba el menor — ¿Pero como viviste así todo este tiempo? —Le preguntó, mientras el oji verde se hundía nuevamente en su mundo de recuerdos.

    Como siempre, su ayuda para poder seguir poblicando
     
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  2. LuZFanFics
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    Segui!!!!! me encanta!!!!! :=duouou:
     
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  3. Hachiko_ari
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    quiero conty contyyyyyyyyyyy.........por favor no me dejes con este nudo en la garganta continualo pronto
     
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  4. AsUkI_HiNaKuRe
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    waaaaaaa me encanto¡ mi kerer conty oyo XP (morir XDD)
    muy buen fic..voy a ver si puedo hacer a los hijos de harry a harry y a cuantos pueda de los que estan apoyando a snape y a su familia pra salir adelante ^^ Sayo~

    Majo-san...te encontre tambien en la mazmorra de Snarry yo leer todos tus fic cuando tenga tiempo
     
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  5. darkkuro
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    kiooooo esta muy interesante ya quiero leer mas me encanta >w<
    nos vemos, yane ;3
     
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  6. fer-chan
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    etoo..... Y EN DONDE DIABLOS SE SUPONE QUE ESTA LA CONTINUACION DE ESTO?!?!?!?!!?!?!?!?!?!

    yo quiero saber que mas pasa aqui.

    espero la conti .---.



    matta ne
     
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  7. kido_loveforever
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    me encanto esta genial
    sayo
     
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  8. sami454
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    conty

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  9.     +1   -1
     
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    Aprendiendo Yaoi
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    bien, pues este es uno de los fic que no podré seguir aquí, pues como notaron mi cuenta está eliminada y no sé por qué. por lo que lo lamento mucho por las incomodidades, lo bueno para ustedes, es que este fic aun no lo terminó y ya veré como soluciono esto
    Un beso
    Majo
     
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  10. Suxo-Chan
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    Quuueeeeee?!?!?!
    la trama es genial no me puedes dejar asi!!!
    en nombre de Salazar Slytherin te exijo la conty xDDD ok no
    pero si lo continuas connotro nombre o en otra pagina avisa!!
    yanee~
     
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  11. Ciel Michaelis
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    Siguela!!!!!!
    Joder!!! Por favor!!!!! Pprfavor siguela!!!!
    Te lo suplicó pero siguela!!!!!
     
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  12.     +1   -1
     
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    No me importa lo que pase, seguire adelante, intentando ser feliz

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    holaa GOMEN GOMEN GOMEN por no haber comentado antes espero q pongaas pronto la conty matta nee~
     
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11 replies since 3/9/2011, 14:37   1325 views
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