Schaumichan.com (MA (18+) ItaSasu, OroSasu...

AU, Drama, Lemon, Shota, Violacion, Tortura psicologica, Tragedia, TsunaSasu(no explicito)

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  1. Kira Kuran
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    Tiempo sin leerte!!!

    Me gusto mucho ver a Sasuke actuar como cualquiera de su edad, tan solo se olvido un poquito de la pesadilla en la que vive... Y casi se quiso asesinar a la mesera XD y tomate XP ... Y el gatito ... Pero las preguntas tan inocentes que le hizo a Itachi me dio ternura tanto que quisiera que Sasukito no vivira en ese mundo T.T ... Y me alegro de sobre manera al saber que Itachi si le creyo T.T ... Jiraiya no lograste estafar a Itachi... Ahora encuentra a Sasukito para que Itachi-kun pueda ayudarlo

    Estare esperando la conti!!!

    Matta ne!!!
     
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  2. claudylu
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    Que bueno que itachi le cree y es un maldito orochimaru espero que itachi averigue lo que pasa a sasuke para así rescatarlo de eso.Espero que lo continues pronto
     
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  3. Gerdhr
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    — Chidori, tenemos unas cuantas preguntas para usted. –Sasuke estaba sentado en la cama. Ya habían pasado dos días y todavía no le sacaban de ahí. ¿Sería una coincidencia que eso ocurriera justo después de que hablara con su maestro? -¿Está en condiciones de responder?

    — Importa a caso si lo estoy o no. –la mujer no contestó, más en ese instante sintió un golpe justo en su mandíbula. Puto escuchar la perfección el crujir de esta, el impacto. El golpe le hizo azotar contra el piso.

    — Esta es la última vez que me vuelve a desafiar Chidori. –el chico apretó sus dientes con fuerza. Una lágrima de odio fue absorbida a través de la venda. –póngase de pie. –en ningún momento la mujer había cambiado su tono de voz. Seguía siendo la misma voz monótona y fría.

    El chico se irguió lentamente, pero no se sobó ni se tocó donde había recibido el golpe, ni siquiera se molestó en quitarse la sangre que escurría por su labio partido. No les daría el gusto de verles en estado de debilidad.

    — Ahora voltéese. –Tsunade veía con detenimiento cada una delas acciones de Sasuke. -toque la punta de sus dedos. No, no flexione las piernas.

    Sasuke no sabía con detalle que hacían, pero si sabía que la cámara exploraba su cuerpo.

    Tsunade sonrió por debajo de la máscara, esperaba que la cámara captara con atención el pequeño y sonrosado ano de Sasuke.

    — Díganos Chidori, antes de estar en esta habitación, ¿Cuál era su miedo mas grande? –tuvo que pensar ¿cuál era? -¡Conteste!

    Sasuke luchó contra su mente, debía pensar.

    — ¡Las serpientes!

    — Eso es algo a lo que usted le tiene miedo. No su más grande miedo.

    — Creo que al dolor.

    La mujer sonrió y deslizó un dedo hacía ese pequeño hueco.

    — ¿Esto es parte de su miedo? –Sasuke soltó un gritó cuando sintió ese dedo hacer presión y meterse en seco, y no era el dolor, era el terror, estaba paralizado, jamás le habían hecho eso, sentir algo diferente era extraño y, aterrador. – no, su miedo no es ese.

    — Creo que… el hecho de estar encerrado y no poder salir. Quedarme con mi padre para siempre.

    — ¿Por qué?

    — Porque lo odio

    — ¿Qué es lo que odia?

    — Todo.

    La mujer continuaba con las preguntas, sabía con qué tipo de preguntas machacar al niño.

    — Entonces quería salir de ahí, quería una vida diferente.

    — Jamás quise esto.

    — Usted quería escapar. ¿Todavía quiere una vida diferente? ¿Todavía quiere escapar?

    — Si.

    — ¿Qué haría para vivir?

    — Lo que sea.

    — ¿Lo que sea? –. Preguntó con burla –una última pregunta. ¿Es la primera vez que ha sentido algo ahí?

    Sasuke sintió un enorme bochorno, si decía que no, era una invitación a que metieran algo más dentro de él. Y si decía que si… ¿eso que significaría?

    — Si –su voz se quebró ligeramente.

    La mujer se echó a reír.

    — Puede regresar a la cama. –su voz estaba cargada de burla.



    oOoOoOo OoOoOo



    Itachi estaba sentado revisando sus anotaciones junto con Izuna.

    — ¿Sucede algo Itachi?

    — No.

    — Es que… te noto un molesto.

    — ¿Te molesta acaso?

    — Claro que no.

    — Entonces no tiene porque incomodarme a mí.

    — Itachi, te noto algo extraño últimamente y créeme que no logro saber por qué estas así

    — No te angusties

    — No, si es que me angustie pero…-exhaló el humo del cigarro. –pienso que entendiéndote a ti podré comprender a Madara.

    — Deberías evitarse todas esas complicaciones.

    — No es tan fácil, recuerda que somos hermanos.

    — Eso es una ventaja, si fueran hombre y mujer habría riesgo de embarazo y perjudicarían al feto, pero dado que los dos son hombres no veo ningún inconveniente.

    — Puede que tengas razón. –admitió. –pero pasando a otro tema –se inclinó hacia adelante y rostro se tornó serio. ¿Qué tienes respecto a la Hyuuga?

    — Que está muerta. Será mejor de buscarla y concentrarnos en otra víctima.

    — ¿Es que acaso tienes a alguien más?

    — Puede ser, no estoy seguro, que podrías decirme acerca de “ven todo lo que yo hago pero nunca puedo verlos”

    — ¿Una adivinanza?

    — Algo así.

    — No estoy muy seguro, me recuerda a juego macabro.

    — Juego macabro.

    — Si, las películas de Saw en las que el asesino siempre mira a través de una cámara a sus víctimas, para ver si realizan las pruebas o si las fallan.

    — Eso puede ser útil. –susurró.

    — ¿Dijiste algo?

    El profesor sintió su teléfono vibrar en ese momento, hizo un ademan para que el otro esperara en lo que contestaba su llamada.

    — ¿Diga?

    — Maestro Uchiha, buenas tardes. Disculpe las molestias pero lamento decirle que prescindiré de sus servicios. –Itachi se quedó con la boca entreabierta, trató de asimilar lo que acabada de escuchar. Tardó unos segundos en formular su pregunta.

    — ¿Acaso cometí un mal trabajo?

    — No, debo decirle que estoy muy complacido pero. Sasuke fue recibido en una escuela en Alemania por lo que hoy mismo viajamos a conocer las instalaciones. Gracias a usted pudimos lograr esto.

    — Oh, si esa es la situación le deseo suerte.

    — Claro, un placer haber trabajado con usted. –Itachi dejó el teléfono en su oreja hasta que escuchó que colgaban la bocina.

    Se pasó la mano por la cara tratando de asimilar la información. ¿Ahora cómo podría ayudar a Sasuke?

    — Discúlpame Izuna, tengo unos pendientes. –pronunció con voz monótona.

    — Si Itachi, gracias por ese concejo. –Itachi asintió y salió de prisa de aquel lugar, necesitaba encontrar a Sasuke ya, algo decía que tenía muy poco tiempo.







    — ¡Maldita sea! –Tsunade se lamió el puño. –maldita mandíbula de luchador tiene tu puto hijo. –el golpe tan fuerte que propinó le había ocasionado una ruptura y una fractura en sus nudillos

    — Para la otra deberías usar guantes. –se burló Orochimaru. –cuidado que de que no te rabia.

    — Ay maldita sea. Claro, como a ti no te duele.

    — Orochimaru dejó su tono burlón y fue a ayudar a su compañera.

    — Deberías atenderte amor. Hay un hospital cerca.

    — No es necesario. –comentó aún un tanto molesta.

    Orochimaru tomó la mano de su compañera entre las suyas y las besó con delicadeza, ayudándole a ponerse la venda. Entre ellos dos eran las personas más amorosas del mundo, mientras que con otros eran muy fríos. Una relación un poco retorcida. Su compañero besó sus labios con cariño.

    — Haré que pague.

    — Gracias amor, pero no es necesario, tu eres lo más importante en mi vida.

    — Aun así, esto cortará un poco la serie. Además en dos días es el cumpleaños de Sasuke ¿No crees que será un lindo detalle?



    oOoOoOo oOoOoOo






    Habían pasado dos días desde su última entrevista.

    Sasuke tenía la boca seca, no sabía cuánto tiempo llevaba sin tomar nada, no había entrado nadie a la habitación en mucho tiempo, se mordió el labio con fuerza y se recostó en la cama. La garganta le quemaba, le pedía a gritos algo de líquido.

    Se apretó las manos con fuerza y se paró, se dirigió lentamente al inodoro portátil. No fue difícil, el olor le indico donde estaba. Metió su mano dentro de este y pudo sentir algo húmedo y pastoso, cerró sus ojos y con su mano tomo un poco de la orina que había en ese recipiente.

    Se la llevó a la boca

    El sabor, el olor, todo era desagradable, pero llevaba días sin tener nada en el estomago, y aun quería vivir. Aún quería ver el rostro de su maestro una vez más.

    Volvió a meter la mano y estaba tomó aquella sustancia pastosa y se la llevó a la boca. Tragó sin probar, tragó aquello que en algún tiempo estuvo dentro del el. Repitió la misma acción hasta dejar completamente vacío aquel inodoro y se limpio los restos de la boca. Se lamió los dedos para quitar los restos de sus propios desechos y se volvió a acostar en la cama. Eso había sido muy desesperado pero por lo menos podría aguantar un poco más. Su estomago estaba revuelto y sufría unas ganas incontrolables de vomitar pero no lo hizo. Quien había realizado esa acción no había sido él, había sido otra persona. Era alguien completamente diferente.

    Quienes estaban viendo ese programa veían a Chidori, no a Sasuke. Ese no era él, era alguien completamente ajeno. Ese no era el….



    — Solo espero que no se infecte. –susurró Orochimaru. Estaba haciendo unos ajustes a la cámara para enfocar la boca del su protagonista.

    — No te preocupes por eso. –le dio una palmada en la espalda. – en sí, las heces no son dañinas. En situaciones extremas podemos volver a sacarle provecho a nuestra orina y al excremento. Es considerado algo insalubre pero en sí, forma parte de la supervivencia del ser humano. Es mero instinto, por muy civilizada que sea vea una persona jamás podrá negar su parte animal. Además esto es algo que no esperaban.

    — Tampoco yo, debo confesar.

    — Hay algo más, en el retrete mezcle un poco de adrenalina. De esta forma estará bien despierto. Haz lo que mejor sabes hacer amor. –le sonrió con ternura




    oOoOoOo oOoOoOo






    Itachi estaba afuera de la casa de delincuente sexual, tocó el timbre y espero pacientemente a que aquel delincuente abriera sus puertas. Este le invitó a pasar y el maestro lo hizo de una manera muy formal.

    — Se supone que debería estar trabajando maestro. Pero si quiere podría venderle un televisor a muy buen precio. Tal vez de esa forma no me regañen por tener bajas las ventas. –Itachi no le prestó importancia a lo que el hombre decía. Simplemente pasó y tomo asiento en el sillón.

    — Dígame qué es lo que tiene.

    — Bien, el chico mide un metro cincuenta y peso unos… cuarenta kilos. Esta bastante desnutrido, ¿Tiene idea del riesgo que corro con el hecho de tener la fotografía de un niño en mis manos?

    — Esto llevará horas, días, tal vez semanas. –comentó el delincuente. –no es CSI donde encuentras a la chica linda y la salvas. Unas cuantas entrevistas y todos felices y contentos. La mayoría de la personas dedican tiempo de su vida a contemplar a Horatio-me-vale-verga-su-apellido, y se deleitan de un poco de acción. Pero los finales felices no existen en la vida real.

    — Bien, el muchacho esta en el país, si es que lo usan diario, cerca ya que dice usted que lo miran todo el tiempo. Lo que no sé es si coopera o no.

    — Supongo que no lo haría.

    — Usted supone, sería como suponer si el helado se derrite o no. No queremos respuestas a medias profesor, queremos respuestas concretas que nos lleven a un resultado concreto.
    Itachi no cambió su expresión.
    — ¿Es tu hermano quizá?

    — No… es un niño y… yo no pude hacer nada para que se lo llevaran, todo el tiempo estuve con el y jamás le ayude.

    — Conmovedor. –comentó el hombre, aunque Itachi no pudo saber si era sinceridad o una burla nada más. -¿Y es virgen quizá?

    Un brillo cruzó a través de los ojos de aquel hombre.

    — Si. –asintió Itachi. –o por lo menos lo era hace cuatro días. Pero no creo que esté dispuesto a.

    — Entonces… a navegar se ha dicho. –mientras Itachi se abría cada vez más los ojos ante el montón de sitios que abrían en los que el hombre simplemente tecleaba su tarjeta de crédito e imágenes de niños, , cruzaban la pantalla este cantaba, haciendo aún más tétrica la buscada

    Rema ya rema ya rema ya, Rema, rema sin parar,

    ¡Qué felicidad!


    Cantaba el delincuente, navegando en el ciberespacio.

    Vieron perversiones, vieron muertes, vieron toda la realidad. No necesitaban maquillistas de Hollywood, la sangre que salpicaba las paredes y las ventanas era real en su totalidad.

    Jiraya estaba extasiado con todo eso, definitivamente ardía de deseos de complacerse, pero no lo haría con aquel joven ahí.

    — Mira… creo que hemos visto demasiado. Deberíamos comer algo.- Itachi miro con recelo al hombre y asintió. Sabía que el hombre necesitaba un rato a solas, y a cambio de esa ayuda el saldría un rato a alguna tienda de autoservicio y compraría algo para mantenerle despierto. Llevaba pegado a aquella pantalla más de un día.

    Itachi salió de aquella habitación, y salió a una tienda… su mente estaba en blanco. Al inicio se le había hecho espantoso ver tantas muertes y tanto horror. Ahora… todo eso era un simple estudio del comportamiento humano. No podía juzgar la moral de aquellos tipos puesto que era obvio que ellos no respetaban nada.

    — Entró nuevamente pasadas unas horas, luego de meditar y asimilar toda aquella información.

    — ¿Quiere continuar o seguimos mañana?... ha gastad bastante y ya es muy noche…

    — Siga. Veamos dos o tres sitios más.

    Itachi miró la pantalla, y el hombre hizo click en un link que llevaba a un sitio en especial schaumichan.com

    — Este sitio es especial. –señaló el hombre. –piden bastante dinero para entrar…. Debe de haber algo… especial. –pronuncio lleno de entusiasmo.

    Solo tenían el nombre de la serie. Chidori, y eso era todo. De ahí en fuera no tenía más datos, y eso se debía a que sus espectadores ya sabían en qué consistía dicho sitio.

    — Pague. –a diferencia de Jiraya, Itachi sentía algo muy distinto al entusiasmo.

    — Está bien. –el hombre hizo la transferencia bancaria, en ese momento el sitio pidió un nombre y contraseña. Jiraya escribió, mangekyou, como usuario y como contraseña, Sasuke.

    En ese momento la imagen de un joven invadió la pantalla. Podría ser niño o niña, a juzgar se veía de unos once años… nadie sabría a esa edad si era hombre o mujer hasta ver sus genitales. Sus rostro estaba escondido tras una capucha negra. Itachi pudo apreciar el collar que surcaba su cuello. Pero también había una cicatriz en su abdomen. Jamás había visto al niño y no podría estar seguro si era el o no. Ni siquiera estaba seguro del sexo de aquel niño.

    — Parece tener la edad correcta…. Las estatura, todo coincide con el.

    — Puede ser. –Itachi contempló aquella imagen.

    — ¿Qué es eso? –pregunto viendo el cronometro que había en la parte superior.

    — Podría indicarnos cuanto tiempo tiene durando la serie. –comentó con simpleza aquel hombre. Hizo click en el. Era una apuesta, una apuesta acerca del momento en el que aquella figura perdería la virginidad. –Muy bien… observe a detalle. Aquí hay un retrete, una cama y, eso es todo

    — No es muy útil, no hay una tubería que nos pueda decir dónde está, o indicios de que sea una construcción especial...

    — Coincide con lo que Sasuke le dijo ¿no es asi?. –aportó el hombre. El maestro le miró con curiosidad. ¿no es asi? –Ellos ven TODO lo que hago. –remarcó. –me observan TODO el tiempo y NUNCA puedo verlos… no me extrañaría que incluso pudiéramos ver cuando defeca el niño, es un detalle morboso pero sumamente atractivo. Sabe, el ver cuando un pequeño esfínter se abre… está bien, creo que fui demasiado explicito. –Itachi no sabía qué cara había puesto para haber asustado a un criminal como ese.

    Bien, el muchacho es atractivo, tiene dinero y siempre ha estudiado con profesores destacados. Un chico brillante que puede resolver ecuaciones grandiosas en cuestión de segundos. ¿Cómo ayudar a un chico así? El niño no tiene amigos que se preocupen por el por lo tanto nadie le buscará. Este chico es muy útil ¿sabe? El no hablará.

    — Me lo dijo a mí.

    — Y que le dijo, ¿Cree usted que alguien más se daría cuenta?

    — Si el muchacho desaparece y por alguna razón aparece muerto…. Por supuesto que su padre hará todo lo posible por encontrarle. Tenerlo en internet tiene muchos riesgos pero también posee demasiadas ventajas. Usted no busca a alguien a quien no conoce. Usted ha visto cientos de jóvenes aquí… ¿tiene intención de ayudarles? –el más joven hizo un mohín. El delincuente tenía toda la razón.

    Usted no buscaba a una joven cualquiera, usted buscaba a Sasuke, encontramos a Sasuke.
    Usted no debe de preguntarse por qué un niño. Si no por qué ese tipo de niño.
    Si su padre lo ha involucrado en esto. El chico no sabría cómo definir este delito, por lo tanto no hay delito. –sonrió y estiró. –es muy conveniente ¿No cree? Cuando usted le da de comer al cordero, por más abundante que sea la comida el cordero jamás se va a dar cuenta que lo van a matar.
    — ¿Qué está insinuando?
    — ¿Yo? –se señaló a sí mismo. –yo nada, ellos mucho.
    — Observe bien, hay varias cámaras y varios ángulos, esta serie es realmente…. Impresionante. A diferencia de las otras películas esta ocurre en tiempo real. Estas películas son más valiosas, las anteriores usted puede verlas las cuando le plazca…. Pero saber que el chico esta gritando en ese momento… lo hace más excitante. Imagínese tener en este momento, saber que el adolescente está comiendo, saber que está ahí, que está vivo… eso es muy placentero ¿Sabía?

    — No se si sea este el sitio que estamos buscando, pero estamos cerca…

    — Usted no puede estar cerca… ¿es Sasuke o no?

    — Si lo es. –respiró profundamente. Aunque todavía tenía una duda, ¿Qué haría si no era? ¿Y si era el joven equivocado?

    — Bien, ha encontrado el sitio. ¿Pero sabe cómo llegar hasta el muchacho? –trató de hacer que la pregunta sonara sincera pero había un tono de emoción tras esas notas. Quiero decir, hemos estado navegando de un lado a otro, pero ¿cómo sabremos adonde ir físicamente para encontrar a Sasuke una vez que la descubramos en la web?

    El delincuente soltó una risa desdeñosa pero en ningún momento apartó la vista de la pantalla.

    — No es tan difícil —respondió—. Sólo que depende de alguna manera de las personas que han montado el sitio.

    — No entiendo

    Jiraya giró su asiento y miró a Itachi con una expresión sumamente fría.

    — Usted no ha estado prestando atención profesor.

    Itachi se sorprendió.

    — ¿De qué estaba hablando?

    — ¿Hasta qué punto quieren que el mundo sepa que están haciendo algo ilegal?

    — No demasiado —contestó Itachi.

    — Error, profesor, error, error, error. El mundo de las sombras. Ahí, uno necesita credibilidad. Si la gente piensa que usted respeta totalmente la legalidad, bien, ¿dónde está la gracia de eso? ¿Dónde está la emoción? ¿Dónde está el límite?

    — Vaya… realmente me impresiona.

    — No soy solo un pervertido, -observó con cautela. –los de mi área somos muy perspicaces. Escuche con atención, profesor, usted comprende que cada sitio tiene una dirección IP, un nombre único para el servidor que lo pone en ese lugar, ¿no? Hay un programa muy simple que da las coordenadas de GPS para cada servidor. Podemos buscar éste muy rápidamente, pero...

    — ¿Pero qué? —quiso saber

    — Estos tipos..., los delincuentes, los terroristas, los banqueros..., como usted quiera llamarlos, también lo saben. Hay programas que uno puede comprar para mantener el anonimato mientras mira o transmite..., sólo que...

    — ¿Sólo qué?

    — Bien, sólo que no es del todo así. Todo puede
     
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  4. claudylu
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    Vaya ese jiraya es muy listo.Espero que lo continues pronto
     
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  5. Sasuky_Uchiha
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    Wa~~~ me encanta como escribes eres supergenialosa!!!! (*7*) mi querer conti!!!!!!!
     
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  6. Gerdhr
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    Dos personas veían con gran emoción la escena que se proyectaba en su enorme pantalla LCD. El volumen estaba a todo lo que daba, no se preocuparían porque los vecinos o tal vez el personal de servicio les descubriera. Simplemente la respiración del niño era excitante.



    — Maldito maestro de mierda. –maldijo uno de los hombres. Tomó su costoso celular y lo arrojó contra uno de los espejos que había en la habitación. No sabía en qué momento comenzó a odiarlo, pero si estaba seguro de algo. Chidori le pertenecía y el hecho de saber que el pensaba en alguien más. Lo odiaba. El era el único que tenía derecho sobre Chidori?



    ¿O donde es que estaba su amado maestro? El siempre estaba con él, no físicamente pero siempre le llevaba. A donde quiera que el fuese siempre traía activado su teléfono, para no perderse nada de lo que él hacía. ¿Y así es como le pagaba? Pensando el alguien más.



    — Tranquilo Hidan. –susurró su compañero, sin dejar de ver la pantalla.



    Era curioso, pero después de ver la serie siempre Hidan se comportaba como fiera cuando se acostaban. En particular, el no entendía para nada esa serie con la cual su amante estaba tan entusiasmado, solo pensaba en el efectivo que debían reunir los encargados de armas la serie.



    — Pero mira al maldito cabrón…-gritó emocionado, con la misma emoción que un niño tiene un juguete nuevo.



    Kakuzu sacó su celular y comenzó a hacer unas llamadas.



    — A mí si me importan cosas útiles, gracias a nuestro trabajo es que podemos darnos lujos como este. Y gracias a puto de Orochimaru nos descubrieron las cincuenta toneladas de coca.



    — Me vale verga su puta coca, tu eres el que se encarga de eso ¿No?



    — Mira pendejo, cállate, ese hijo de puta prometió hace un año que nos pagaría y apenas nos ha depositado la mitad.



    — Pues secuestra a su hijo y cóbrate a la mala. –respondió tratando de subir el volumen de la televisión, cosa imposible.



    — Lo mando lejos, además tenemos al maricón de Kakashi pisándonos los tacones, esa pinche DEA no sirve para nada.



    — Pues a tu Cuba, te quejas por todo marica. –calló Hidan, Kakuzu se molestó y tiró la lap top.



    — ¡NOOOOO! –gritó aterrado el albino, arrojándose sobre la computadora para, inútilmente, armarla. –justo cuando mi Chidori.



    — Eso es para que me tengas respeto.



    Kakuzu cerró la habitación del cuarto y se dirigió a otro, donde había una televisión aun más grande en la cual, degustaría con todo detalle, la violación del niño.





    oOoOoOo oOoOoOo












    — Pero el no está aquí, jamás sabrá dónde está. ¿Cree usted acaso que algún día sepa el regalo que se perdió? –el no contestó. -¿Usted sabe cómo se lleva a cabo dicho acto? ¿Sabe que es lo que sucede en la primera vez?



    — No estoy seguro, es la unión de dos personas. –se puso enfrente el muchacho acariciando las caderas del chiquillo. Para después pasar su mano de una manera sutil sobre los glúteos del niño. Si tal vez lo amase esa caricia podría haber llegado a ser erótica, incluso para un niño de doce años, pero por el contrario, era completamente terrorífica.



    — Así es, se unen físicamente. ¿Cómo cree que puedan unirse dos cuerpos?



    — ¿Con un beso? –contestó temeroso.



    — No. –Orochimaru sonrió a través de la máscara. –piense mal y acertará.



    — Eso. –un nudo se formó en la garganta del muchacho.



    — Sabe, los humanos estamos hechos como un rompecabezas. Estamos incompletos hasta que llega otra persona, capaz de encajar en nosotros a la perfección, solo entonces somos perfecto. –metió su dedo meñique dentro de este. Sasuke tuvo que luchar contra del dolor y el deseo de quitarlo con todas su fuerzas de encima. Si la mujer había sido despiadada cuando desobedecía, no quería imaginar cómo sería su padre. -¿Qué opina?



    — Pero… -tartamudeó. –los rompecabezas son diferentes, no todos encajan.



    Orochimaru sonrió, no cabía la menor duda que Sasuke era brillante. Todo un prodigio.



    — No somos diferentes, físicamente, somos tal para cual.



    Sintió como lentamente ese dedo salía de su interior y soltó un respingo.



    — ¿Sabe cómo se sentiría? ¿O solo está deseoso de unirse a él? ¿Acaso conoce lo que conlleva?



    — No estoy seguro



    — ¿Sigue deseoso?



    — No. –apretó sus labios con fuerza.



    — ¿Por qué nos miente? – cerró sus ojos aún más, hasta el punto de dolerle. –si fuese el estaría dispuesto a cooperar en lo que fuera. ¿No es así?



    Lentamente se fue relajando, es verdad. si fuese el no importaría. Incluso si dolía.



    — Si.



    — Entonces acuéstese en la cama. Boca arriba. –sasuke acató lentamente las ordenes. –abra las piernas. Encójalas –dictó. Por primera vez Sasuke se sentía realmente expuesto, no quería imaginar que es lo que iba a suceder ahora. O tal vez si lo imaginaba, y eso era lo que más le aterraba.



    Orochimaru se movía de manera firme, evitando de toda manera obstaculizar la cámara y poder tener todos los ángulos posibles del cuerpo. El se deleitó con ese pequeño torso, sintió un enorme deseo de presionar los pezones hasta reventarles pero se contuvo. Ese no era el momento.



    Acarícialo con la cámara –pensó. Llevó sus ojos hasta los pequeños genitales: rosados y con color más oscuro que la blanca piel en algunas partes. También observó con delicia el ano del niño. Sucio. Un exquisito manjar que sólo él debía probar.



    Es verdad que el niño no estaba aseado, lo cual no era para nada higiénico, pero si le hacían un edema o limpiaban el área perdería su naturalidad. Sasuke se mordió el labio con fuerza.



    Orochimaru traía puesta una máscara pero había hecho una pequeña ranura por la cual se podía ver su boca.



    Subió a la cama con de manera lenta, cómo quien quiere hacer perpetuo el momento.



    — A partir de este momento no nos importará lo que sienta, o como se siente. ¿Entendió?



    Sasuke sintió un escalofrío y apretó sus ojos por debajo de la venda. Sintió algo extraño rozar contra sus partes intimas. No era piel. Quizá plástico, no estaba seguro, pero más se sorprendió cuando sintió algo húmedo tocarle en esa parte. Luchó contra el deseo de cerrar sus piernas, ya que si lo hacía sería severamente castigado.



    La sensación en sí, era algo desagradable. Pero nada que no se pudiera sobrellevar.



    Piensa en otra cosa. Piensa en otra cosa. Por un breve momento su mente viajó a los libros. A los museos, a su gata. Hizo un recorrido mental de sus últimas emociones y se detuvo en el parque de diversiones, en la película que vio, su primera vez en el cine. La forma en la que lo habían relatado en esa película no se parecía en nada a lo que él estaba a punto de experimentar; pero sus recuerdos fueron interrumpidos por un fuerte dolor en su parte baja. Automáticamente pateó lo que fuera que le estuviese haciendo daño



    Pero pasa su raptor esto no era ninguna novedad, era obvio que se resistiría. Escuchó un ruido metálico y después alcanzó a oír como un golpe seco. No sabía que estaban golpeando, parecía que fuese un objeto. Tardó en reaccionar, en darse cuenta que el objeto golpeado era él. una lacerante grito salió de su boca. En ese momento el sonido paró.



    — ¿Quiere volver a retarme?



    Sasuke se estremeció. Una lagrima salió de sus ojos pero quedo atrapada en la venda de la misma forma que el estaba atrapado en esa jaula.



    Orochimaru le tomó y le arrojó sobre la cama.



    Sasuke no se opuso. No se opuso cuando un dedo se deslizó en su interior, el guante de latex hizo que entrara con una relativa facilidad. Un segundo dedo le hizo compañía y comenzaron a urgar dentro de ese pequeño orificio que lo único que hacía era contraerse de manera inocente. Apretaba fuertemente los dedos de Orochimaru con intención de expulsarlos pero nada de eso ocurría. Al contrario, se adentraban más y permitían entrar aire. Cosa que hacía arder las recientes heridas que había en su interior.



    Su violador no se preocupaba en lo absoluto si Sasuke sufría o no, el niño se oponía demasiado con dos dedos, entonces qué sería cuando tuviera su miembro dentro de él. con tanta fricción se estaba lastimando las muñecas, estas comenzaban a arder..



    Orochimaru se volvió a posicionar sobre su cuerpo pero esta vez llevo una mano hacia el interior del niño mientras que con la otra comenzó a pellizcar los botones, llenó de saliva y Sasuke no hacía otra cosa que retorcerse. Esos dedos hurgaban en su interior con descaro ocasionando gemidos de molestia y dolor.



    Orochimaru tomó un poco de lubricante acuoso para poder facilitar el trabajo. Una preparación requería tiempo, y mucha más si era un niño puesto que su esfínter era mucho más pequeño, además de que la saliva se evaporaba rápidamente.



    En sí, el sonido del lubricante sumado a los gemidos de Sasuke era extremadamente morboso y estaba seguro que causaría una enorme excitación en el público. Sasuke sintió una necesidad enorme de ir al baño.



    — Espere, yo…-trató de tomar aire. –quiero…quiero ir al baño. –sentía unas ganas enormes de excretar lo que sea que estuviese dentro de él.



    — No.



    — Por favor.



    — No, si quieres hacer algo, hazlo aquí, yo no me detendré. –anunció, reanudando su tarea. Eso era normal, en un inicio cualquiera sentiría la necesidad de expulsar lo que jugase dentro suyo. Sasuke trató de contenerse, trató de aguantarse pero ese deseo se volvía urgente. Llegó el momento en el que no pudo aguantar y comenzó a pujar, Orochimaru aprovechó el momento para introducir aun más sus dedos. Sabía que el chico no expulsaría nada, ya que no había sido alimentado en esos últimos días, tanto así que había recurrido a alimentarse de sus propios desechos.



    Este hecho facilitó la dilatación del ano puesto que inconscientemente le estaba ayudando.



    Cuando sintió que estaba lo suficientemente preparado saco los dedos se su enrojecida entrada. Sasuke pensó que lo peor ya había pasado, pero no vio venir cuando sintió algo más grande y y duro introducirse en un solo golpe.



    Sus músculos se tensaron y lanzó un grito.



    Orochimaru se metió de golpe, no para facilitarle la tarea al niño, no se molestó en masturbarle para apaciguar el dolor.



    — Si no te relajas de dolerá más. –anunció, Sasuke estaba tensó y se frotaba contra la cama. No ayudaba en ninguna forma y apretaba el miembro de su atacante hasta el punto de causarle dolor. Tanta que agresor se vio en la necesidad de sacar su miembro con gemido de dolor. Una copiosa cantidad de sangre salió haciéndole compañía, era algo natural debido al alto flujo sanguíneo que hay en la parte anal.



    Pero ellos ya tenían previsto esto, sabían que iba a pasar y por ello sabían que tenían que castigar al niño. En lo que Sasuke estaba llorando sobre la cama Orochimaru tomó una péquela varilla de metal, algo puntiaguda y rasposa. El lubricante no había sido suficiente y la sangre que expulsaba se encargaba de barrerlo.



    Por consecuencia usaría un lubricante aún más natural.



    Abrió las piernas con fuerza y metió lentamente la varilla, asegurándose de herirle y se aumentar el sangrado. Por mucho que Sasuke pataleara y rogara no se detuvo. En ningún momento paró.



    Esta vez cambió de posición, lo acostó sobre la cama poniéndose el detrás y lo penetró, esta vez con aun más dificultad puesto que el cuerpo estaba bastante tenso. Por lo que alzó una pierna para facilitar la penetración, las manos de Sasuke buscaron aferrarse a las sábanas. Con esta postura podrían captar el sacudir gracioso de los genitales del niño dadas las embestidas así como también podrían ver su rostro.



    Deténganse. –pidió entre sollozos, la suplica era para el público en general. Sabía que estaba siendo observado por lo que comenzó pidió en plural. Orochimaru sonrió por debajo de la máscara y continuó embistiendo al niño. –Maestro… -susurró apenas, lo suficientemente fuerte como para que las cámaras captaran el sonido. –maestro, maestro, maestro.



    Orochimaru sonrió con burla, levantó aun más la pierna de Sasuke para mostrar una mejor visión, más le valía a Tsunade capturar con detalle puesto que su miembro le dolía a horrores. La presión del ano del niño era muy grande, pese a que ya no luchaba su organismo se mostraba recio a dejarle entrar.



    Pellizcó fuertemente las tetillas del niño, no con el fin de hacerlas sangrar pero si tratando de darle un aire más erótico.



    La saliva escurría por la boca del niño mojando las sabanas, su reparación era fuerte y no podía cerrar su boca, sentía que se ahogaba entre el dolor y la presión. Las embestidas parecían no tener fin. ¿Sería Itachi así de cruel si hacían el amor?



    Desgraciadamente ya no podría saberlo, alguien ya le estaba poseyendo, alguien más estaba disfrutando y mancillando el regalo que le pudo haber dado. Lo único que tal vez. Podría haber sido digno de alguien como Itachi.



    Con esos pensamientos se largó a llorar.









    oOoOoOo oOoOoOo











    Itachi estaba quieto, no movía ni un solo dedo, simplemente estaba atento observando la pantalla. Se había resignado en el momento en el que habían ganado la apuesta, en el instante en que habían visto el reloj de virginidad detenerse



    — ¿Cuánto tiempo más va a tardar? –preguntó para romper el silencio.



    — No lo sé, no puedo hacer nada…. Esto es un motor de búsqueda, puede tardar minutos o tal vez días.



    Itachi asintió, hasta ese momento todo parecía ir “bien”



    Estaban teniendo relaciones sexuales con Sasuke.



    Eso ya lo tenía previsto.



    Sasuke era solo un niño de doce años.



    Estaba consciente de eso.



    Se resistía a la violación. Eso era obvio, si cooperara ya no sería violación y ya no sería interesante.



    Estaban golpeando a Sasuke.



    Eso es normal en cualquier violación, la gente no se conformaba con acuchillar una sola vez, un poco de más cortes a la herida hacían ver más emocionante la escena.



    Sasuke estaba enamorado de él.



    Eso no estaba bien, la razón las preguntas que se le hacían al muchacho se hacían con un único fin. Llevarle a borde de la locura. Quebrar a un niño es mucho más difícil que a un adulto. Un adulto tiene problemas existenciales, miedos a estar sujeto a la humillación. miedo al rechazo. Los miedos de un niño son más superficiales, por ello es más difícil romper su corazón. Pero si lo logras verdaderamente es muy difícil volverlo a pegar.



    Esa confesión fue una descarga de adrenalina y euforia. Una descarga que en ese momento le hizo endurecerse. Endurecerse para poder escuchar los gemidos y sollozos que se escuchaban a través de la pantalla, para no estrellar la pantalla con fuerza. Y lo que más le enfurecía es que el no hizo nada cuando tuvo la oportunidad, cuando Sasuke le pidió ayuda. Tal vez no hubiese llegado ese momento.



    Habían llevado a Sasuke con el único fin de que se enamorara de maestro. Todo había sido perfectamente planeado. Itachi sabía que tenía la particularidad de hacer caer a quien fuese, pero jamás pensó lograr tal efecto en un niño que todavía no despierta sus hormonas del todo. la atracción que sentían los demás por el era meramente sexual, pero ese niño no se había enamorado de él por eso.



    — Profesor.



    En pleno acto carnal había gritado pidiéndole ayuda, ayuda que nunca llegó.



    — ¡Profesor!



    ¿Acaso podía ponerse peor…? Sabía que sí, y eso es lo que más le aterraba.



    — ¡Joder! –le lanzó una bola de papel sacando a Itachi de su trance. -¡Profesor Uchiha! –el delincuente tenía rato que le estaba llamando.



    Itachi tomó la bola de papel entre sus manos y volteó la cabeza lentamente a su atacante.



    — ¿Si? -pronunció con voz suave a la par que se acomodaba las hebras de su cabello.



    — Joder, es que lleva así horas, la violación terminó hace mucho.



    Itachi observó con cautela la imagen, no se dio cuenta en qué momento habían dejado de penetrar al muchacho que estaba en la pantalla. En su cabeza todavía seguían abusando de él y aun estaban ahí los gemidos del chico Pero si alcanzó a ver que estaba con las piernas abiertas y respiraba lentamente. Había un brillo especial en las mejillas, restos de las lágrimas que seguramente ya habían empapado la venda.



    Sus piernas estaban abiertas y encogidas, permitiendo minimizar el dolor y a la vez permitiendo a los clientes obtener una vista de la roja entrada aun salpicada de muchos fluidos de dudosa procedencia. Unos cuantos cortes en la piel se mostraban pero su respiración era suave, pausada.



    Jiraya vio con curiosidad como el maestro se levantaba tranquilamente, seguía manteniendo la compostura a pesar de todo lo que él había visto nada en él había cambiado.



    — Avíseme cuando haya encontrado algo útil.



    — Espere. ¿Qué cree que está haciendo? –objetó el hombre parándose para encarar al maestro.-no puede dejarme aquí pegado al monitor.



    El profesor se arregló el cabello e hizo un ademán para callar al hombre. Después sacó un cheque y le entregó al hombre una jugosa cantidad de dinero.



    — Puede hacer con él lo que le venga en gana.



    — ¿Y si alguien me pregunta de dónde saqué tanto dinero?



    — Yo me haré responsable de eso. Simplemente es un regalo mío hacia usted para que viva en mejores condiciones. Servicio a la comunidad si quiere llamarlo de una forma.



    El viejo tomó entre sus dedos aquel cheque por el que casi babea.



    — Supongo que está bien



    Itachi asintió. Si ocurre algo llámeme enseguida. Por cierto, ¿existe alguna forma de ver lo que ocurre desde una minicomputadora?, o ¿quizá un reproductor?



    — Si. –señaló la pantalla. –aquí nos brinda esa opción, viene con el paquete.



    — Bien, quiero que lo sincronice con mi celular.



    — Está bien. –iniciaron la conexión, ahora podía ver al chico sobre la pantalla.



    — ¿Para qué quiere?



    — Si en algún momento muere, no tendría caso seguirle buscando ¿o si?



    — Me sorprende profesor Uchiha, es usted una de las personas más frías que he visto en mi vida.



    — Simplemente soy lógico. –contestó a la adulación.



    — Ese chico… ¿Qué tanto le importa?



    — Me importa, es lo único que le puedo decir.









    oOoOoOo oOoOoOo











    Tsunade revisaba alegremente todos los comentarios acerca de su reciente obra, tarareando con singular alegría. También se aseguraba de pagarles a los clientes que habían acertado a la hora exacta de la violación. La honestidad, era la clave de su triunfo.



    Había varios, algunos decían.



    ¡Genial! ¡Háganselo otra vez! ¡Háganlo gemir como la puta que es!



    ¡Si, es una zorra! ¡Bien que le gustó tener esa polla en el culo!



    Algunos otros eran de lástima, algunos incluso atacaban a Orochimaru por haber sido tan brusco. Pero otro de llamó más la atención.



    Pensé que iba a luchar más, Chidori ya esta quebrado, lo único que le queda es el final, eso es lo que quiero ver.



    Decidió dejar por la paz los comentarios y comenzó a realizar las transacciones.



    — Este es nuevo. –susurró para sí. –mira… Mangekyo… lindo nombre, tuviste mucha suerte… y que gran premio te sacaste. –sonrió. –entraste justo en el momento preciso…. Me agradas –En ese instante sintió un abrazo húmedo. -¡oye! ¡me estas mojando! –le reprochó a su compañero.



    — Uy, ¿De verdad? –Orochimaru se sacudió el pelo como un perro para salpicar a su compañera. –no me di cuenta.



    Tsunade le sacó la lengua, ambos reían y se comportaban como niños de primaria. Algo completamente contrario a lo que eran.



    — Perdóname si.-juntó sus palmas.



    — No. –Tsunade se volteó e hizo un puchero.



    — Anda. –pidió con voz lastimosa. –o si no…-dicho esto la levantó entre sus brazos. –oye! Espera! –le susurró.



    — No te preocupes, está adolorido. –le sonrió.



    — Pero por si las dudas…-Orochimaru le llevó hasta la computadora y sin dejar de cargarla ellas se las agregó para teclear. -¿Crees que le guste el Heavy metal?



    ¡Agh! esa es una porquería de música, por lo menos el actual es completamente carente de estilo.



    — Uy mira. –hizo un mohín. –que tú seas un fan de Michael Jackson…



    — No soy su fan, solo, me gusta mucho su estilo.



    — ¡Estas enamorado de Michael Jackson!. –Comenzó a burlarse con voz cantarina –se quieren y no son novios. –Orochimaru hizo un mohín y la dejó caer. –¿ay!. ¡Cabrón, eso me dolió!



    — Ups. –le sonrió. –déjame ponerle otro tipo de música. Creo una lista de reproducción, -esto será bueno, pondremos una canción de electrónica, una de reggaetón, otra country, y una instrumental.



    — ¿Reggaton? –exclamó con incredulidad. – No me chingues, ¿lo llevaste a clases de piano y lo vas a poner a escuchar porquerías? Mejor mátalo cabrón. Apuesto a que preferiría que lo volvieses a violar a escuchar ese intento de música.



    — Aunque no te guste el reggaetón es música, querida, y desde cuando eres tan experta en música, eso es para bailar.



    — ¿Planees que baile?



    — ¿Por qué no? –extendió su manos y comenzó a bailar el tan afamado perreo.- sabes, creo que lo volvería a hacer con él si me bailara se manera tan…-se mordió el labio de manera provocativa. -incitante



    — Ya, -se incorporó Tsunade dirigiéndole una mirada pícara. - ¿Sabes? Esa escena me hizo ponerme celosa. –habló con tono infantil.



    — No te preocupes amor, ya sabes que solo me importas tu.



    — Je, de todos modos no importa. –le sonrió. –muy pronto la serie llegará a su final ¿No es así? –se acercó a Orochimaru, el cual cerró sus ojos esperando recibir el beso de su compañera…



    — ¡Ay! –exclamó cuando sintió un golpe seco. -¿Eso por qué fue?



    — Eso fue por tirarme cabrón… –vio a través de la pantalla como Sasuke se agarraba la cabeza y se mecía de un lado para otro. Seguramente la música que acaban de poner le estaba atormentando.



    El hombre se sobó la barbilla a la par que examinaba al niño en la pantalla.



    — Creo que se me fue la mano.



    — No. –hizo un además de indiferencia su compañera. –pudo haberlo hecho en otra parte, además el sexo anal no es tan doloroso, no es como si fuese letal. –se echó una carcajada. –además seguro que fue mucho mejor que hacerlo en un coche o en un sofá.



    — Hablando de sofás. –Orochimaru se acercó a ella, que solo lanzó una mirada asesina. –no te preocupes, no te pienso soltar por nada del mundo.



    — Dame un poco de su sabor. –exigió. A lo que su amante le plantó un beso, aún poseía parte de la “suciedad” de Sasuke, pero, Sasuke era de ambos, era su objeto de placer, por lo que ella también ansiaba probarlo. Se lamió los labios. –mm… hasta podría decir que es dulce…. Pero ahora que tu tuviste su virginidad, yo quiero quedarme con algo de él.



    — Lo que gustes amor, lo mío es tuyo y lo tuyo es mío.









    oOoOoOo oOoOoOo











    Sasuke estaba acostado sobre el piso, había caído hace unos momentos, en una pesadilla, más no se preocupaba por volver a la cama, menos con la música tan estruendosa que ponían. No sabía de dónde venía, ahora estaba traumado. Le daba asco, miedo, esa cama había sido testigo de todo. Estaba encogido, se sentía asqueado, humillado, golpeado y hambriento. La hemorragia en sus piernas se había detenido pero aún asi sentía su pómulo inflamado y su cuerpo le dolía, en especial los cortes que había en su abdomen y en sus brazos. Sentía que le había todo en cientos de pedazos pero aun seguía entero. Eso era lo peor, quizá estar roto o muerto le hubiese dado algún alivio ante ese dolor que sentía en todo su cuerpo, en partes que jamás creyó experimentar sensación alguna.



    Tampoco era consciente del tiempo que había pasado desde que el hombre había abandonado la habitación. Le parecían días.



    Ya no sabía a quién temerle más, si a su padre o a aquella mujer. Su padre se había presentado una vez, hizo lo que tenía que hacer y se retiro. Pero la mujer, esta no se conformaba con solamente enterrar el cuchillo, tenía que retorcerlo. Y eso no había sido en sentido retorico.



    Escuchó la voz de la mujer, lo gracioso es que en ese momento no le daba miedo. Cuando se está muriendo le es más sencillo aceptar que se va a morir. Cualquier cosa que me vayan a hacer, bien, adelante y que la hagan. No me importa. Ya no.



    — ¿Tiene sed?



    Sasuke asintió ante lo obvio. Esta vez la mujer se mostró algo compasiva y llevó el popote hasta su boca. Sorbió el líquido sin respirar hasta que vació la botella. El agua le supo a tiza, quizá tenía algo, alguna droga. Lo que sea sería bien recibido con tal de olvidarse de ese infierno.



    — ¿Mejor?



    Sasuke asintió con la cabeza, pero mintió. Se sentía peor. Quería gritar su nombre, pero de todos modos no importaría. Nadie extrañaría a Sasuke. Chidori era aun más valioso que Sasuke. Chidori era querido y aclamado por el público. Por el contrario Sasuke no era nadie, solo era el hijo de un empresario importante, nadie se preocuparía por buscarle. Por lo tanto las pakabras murieron en su garganta con gemido de resignación.



    — ¿Puede levantarse?



    El trató pero se sentía demasiado débil y mareado.



    — Está bien, permítame ayudarle. –la mujer le cargó con mucha suavidad y le sentó sobre la cama, apoyando la cabeza de este en el respaldo de la misma. El tono de la mujer había cambiado, de ser severo había pasado a ser dulce ¿Qué es lo que le había ocurrido? No le gustaba ese tono de voz, daba miedo. Pero a estas alturas ya no le importaba nada, solo quería dejar de sufrir.



    — Le haré unas preguntas, serán breves.



    Sasuke trató de erguirse apoyándose en los codos.



    — ¿Cuál es su mayor anhelo? ¿La libertad?



    Otra vez atacaban a los sentimientos de Sasuke. Dolor físico, dolor emocional, dolor físico, dolor emocional. ¿Cuándo terminarían con eso?



    — No, solo quiero, que las cosas sean como antes. Como hace un año. –hizo el cálculo, había perdido ya la cuenta de los días.



    — Pero nos dijo que odiaba esa vida. –atacó. -¿Nos mintió?



    — No, no, no.



    — Yo creo que si nos mintió.



    — No, no, no –repitió varias veces, una especie de suplica cargada de odio.



    La mujer vaciló antes de continuar.



    — ¿Qué cree que vaya a pasar ahora?



    Sasuke no supo que responder, una parte suya estaba confundida, temerosa. Mientras que la otra estaba completamente fría. Sus sentimientos se habían congelado en ese momento. No le importaba nada, solo deseaba el tan esperado final.



    — No lo sé.



    Y no quería pensar. Si respondía debía pensar en el futuro. ¿Había acaso algo peor que ser violado, golpeado, humillado y filmado por tu propio padre? El solo imaginarlo él hacía temblar. Por un breve momento se imaginó con su maestro, visitando uno de los tantos museos que había visto en sus libros, pero esa imagen fue cortada. Fue cortada súbitamente por la mujer.



    — ¿Qué cree que vaya a pasar ahora? –volvió a preguntar.



    — No lo sé, no lo sé, no lo sé. –comenzó a hiperventilar.



    — Escuche, le…



    Sus palabras fueron interrumpidas por el niño.



    Creo que, nada, jamás saldré de aquí, todo lo que viví fue un sueño, jamás existió, solo existe esta habitación. No hay nadie esperándome, no hay nadie. No hay nada.-Soltó de golpe.



    No quiso complacer a nadie con esa respuesta, solo dijo lo que sentía. Resumió el voy a morir. Pero decir esas palabras le sonaba tan crudo. La muerte en esos momento le sonaba algo aterrador pero… tan tentador.



    — ¿Quiere salvarse?



    La pregunta causo burla en el interior de Sasuke. ¿alguna vez he podido hacerlo? No, eso no existe para mí.



    — ¿Qué haría para poder vivir?



    La pregunta en sí se refería a la libertad. Lo que él siempre deseó.



    — Lo que sea. –contestó de manera rápida y precisa.



    — ¿Lo que sea? –repitió la mujer, enfatizando la peligrosidad de su palabras.



    — Lo que sea. –repitió Sasuke.



    — Quiero sus ojos.



    Sasuke abrió la boca por la sorpresa. Eso. ¿A qué se refería?



    — Usted no ve la libertad, usted la siente.



    — Si, si lo haré. Se los daré. -Fue lo que dijo Sasuke, si con eso salía de ahí. Después de todo para tocar el piano no necesitaba sus ojos. Solo escuchar y sentir la música.



    La mujer se acercó a Sasuke y le quito la venda. Por unos momentos Sasuke quedó deslumbrado por la luz de aquella habitación. Apretó los ojos con fuerza y luego los abrió lentamente para acostumbrase a la luz. Parpadeo unas veces mirando su alrededor, la cama era un simple colchón con una sábana blanca, la cual estaba manchada en sangre, un liquido amarillento y otros tonos café oscuro. Las paredes eran completamente blancas y la puerta tenía únicamente una perilla que podías comprar en cualquier centro comercial. Vio su cadena, en efecto, era una cadena para perros, a unos metros estaba el retrete portátil, desvió la mirada para tratar del olvidar lo que aconteció el día anterior. Alcanzó a divisar las cámaras,- cinco en total- las vio con odio. Esa era la primera vez que veía su prisión Vio a la mujer que estaba frente a el, no podía ver su rostro, este estaba cubierto por una capucha negra y solo podía ver sus ojos miel, un miel que mostraban ¿Emoción?



    ¿Cómo podía resultar su situación emocionante?



    Aunque ella no pensaba lo mismo, le emocionaba no poder descifrar la mirada del niño que yacía frente a ella ¿Era odio? ¿Rencor? ¿Ira? ¿Resignación? ¿Suplica? O tal vez eran todas esas emociones juntas. La mujer fue rápida tomó con fuerza la mandíbula del niño hasta infligirle dolor. Entró a la habitación otra persona, no sabía si era mujer y hombre. No era su padre, era alguien más.



    El recién ingresado vio con asombro las orbes grises del niño, jamás le habían sostenido la vista por tanto tiempo. Definitivamente esto era algo asombroso. No era un gris cualquiera, era tan intenso que se asemejaba mucho al negro. Un color precioso que ninguna gema podría igualar.



    La mujer le hizo una seña con la cabeza y el hombre se acercó. Traía unos guantes de látex.



    Los dedos del hombre se acercaron a los ojos de Sasuke, que en ningún momento los cerró. Durante un instante el hombre sintió miedo. ¿Qué era ese niño? ¿Por qué tenía tantas ganas de vivir?



    Los dedos índice y pulgar de Kabuto hicieron presión contra la cuenca del chico que en ese momento soltó un grito desgarrador. Se retorció de dolor pero la mujer no le soltó, su mano parecía de acero, se revolvió sobre la mano que le sujetaba. Rápidamente Kabuto jaló ojo del chico reventando el nervio óptico por la fuerza con la que lo jaló. Pretendía realizar el mismo procedimiento pero Sasuke apretó sus parpados con fuerza por lo que el hombre esta vez dejó el ojo sobre la cama y ocupó las dos manos. Una para abrir el parpado y la otra para arrancarle su brillo, una vez extraído el ojo fue liberado. En el momento en que la mujer le soltó Sasuke se derrumbó, por sus mejilla escurría la sangre mientras que el se apretaba contra la cama con tal de mitigar el dolor. Frotó su rostro contra el edredón y se encogió, lloró amargamente, como si con eso pudiese disminuir su angustia.



    Su propia sangre le quemaba las mejillas.



    El hombre miró entre sus manos los dos globos, y salió de la habitación dejándoles solos. La mujer esperó varios minutos a que Sasuke dejase de llorar lágrimas de sangre.



    — ¿Aceptable Chidori? –levantó la barbilla del niño con la punta de sus dedos, mostrando la cámara el sangrante rostro. No sabía que era más doloroso, la violación, la golpiza, el chuchillo y su extracción de sus ojos. Todos competían por el primer lugar en quién hacía más mierda a Sasuke -¿Le pareció justo ese trato?



    No contestó.



    — ¿Es hora de terminar con esto?



    Sasuke asintió. Aun bastante tembloroso por lo que acababa de suceder.



    — ¿Quiere que todo termine?



    — Si. –chilló.



    — ¿El final?



    — Si, si, por favor. –sollozó, encogiéndose aún más. Las manos de la mujer se posaron sobre las suyas. Y entonces sintió que se aligeraban. Escuchó las esposas caer al piso, un canto de alegría. La cadena que estaba en su cuello también cayó. Sasuke no podía comprender lo que ocurría. Fantasías de libertad en ese momento. Todo, todo lo que siempre había soñado. ¡Sería libre! Temblaba de dolor, pero también de felicidad.



    — Está bien, he puesto la llave en la esquina de la cama, esta llave es la única que puede liberarlo de su prisión. Usted decidirá el momento en el que quiera abandonar este lugar. Esta es su decisión, es un trato justo. Ahora escuche, no se altere. En cuanto sea libre todo esto quedará en el olvido, usted podrá ser lo que quiera.



    Sasuke ahogó un gemido de alivio en su pecho. ¡Sería libre! ¡Verdaderamente libre! No le importaba el dolor, no le importaba nada. La esperanza inundó su corazón. Sus propios verdugos le darían la llave de su libertad, no sería un sueño ni una treta como los hechos anteriores.



    — Gracias. –susurró a la mujer, por primera vez le agradecía. Eso la tomó desprevenida, y le contestó con voz suave, y tal vez dulce.



    — No me agradezca Chidori, todo esto lo ha hecho usted. Ha resistido hasta el final. Lo merece.



    La mujer salió de la habitación. Sasuke comenzó a contar, no se sentía listo aun para poder salir y contaría para darse la valor…



    — Uno… dos… tres... -Le había quitado sus ojos para que no pudiese identificarlos con la policía. Pero ahora que sería libre no diría nada. Seguramente después dirían que perdió sus ojos en un accidente, no le importaba en lo absoluto.







    Lástima que ya no podría ver los museos ni aquellas hermosas obras, tampoco podría volver a ver la bahía, mucho menos el atardecer; guardaría para siempre esas imágenes en su cabeza; aún así reconocería la voz de su maestro, aquella voz tan varonil. Lo que le gustaba es que comúnmente esa voz carecía de cualquier emoción, entonces, cuando mostraba un interés en el era perceptible, y eso le reconfortaba. Lo haría, e iría con él a que le enseñase todo lo que pudiese. Quién sabe, tal vez algún día podría ser pianista. Una sonrisa se formó en su rostro.



    Recordó aquella tarde que tocó su primera pieza, algo que había hecho. Tenía el nombre perfecto para esa canción. “Escúchame”



    Esa palabra que no decía nada y a la vez decía tanto. Comenzó a sollozar de manera incontrolada. No puedes ver nada, pero aún asi podrás salir de aquí. Todo lo demás se solucionará después.



    Se incorporó lentamente y gateó hacia donde se supone que debía estar la llave, tanteando. Un pequeña sonrisa –algo infantil –cruzó su rostro. Tanteó algo, sólido, metálico. Algo largo y extraño. No era nada que se pareciese a una llave. Su mano se quedó pegada a aquel objeto y su sonrisa desapareció. Esa era una llave muy diferente a las que cualquiera usara.



    La única llave que le permitiría salir de ahí.



    La única llave que le permitiría salir de ese infierno.



    Una pistola era su llave.
     
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  7. Kira Kuran
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    Que me perdi un capi O.o? Donde estaba... Bueno... T.T pobre Sasuke T.T NOOOOO!!!!! no uses la pistola T.T que no la use T.T conti

    Sayo!!! T.T ITACHI SALVA A SASUKE!!!!
     
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  8. claudylu
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    Sasuke no te mates T-T T-T.Por favor no uses la pistola T-T,Espero que lo continues adios
     
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  9. Train Heartnet
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    T-T
    He comenzado a leer tu fic este día, desde el principio hasta ahora y... me has hecho llorar
    Es triste ver que la unica llave para la libertad es una pistola.
    Espero que Sasuke no piense en usar la psitola...no debe usarla, aunque sea la unica llave para salir del infierno que ha vivido. u-u
    Espero la continuación, con muchas ansias de saber y Sasuke utiliza esa llave o no.
     
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  10. Gerdhr
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    Itachi se subió a la motocicleta, se aseguró de ajustar el casco, así como también se aseguró de verificar que trajera todos sus papeles en regla. Lo que menos quería ahora era que le detuviesen por alguna tontería, por un exceso de velocidad o por no traer licencia.



    Manejó muy por debajo del límite de velocidad y se detuvo en cuanto alcanzó a ver una agencia de autos.



    Se bajó de la motocicleta y entró rápidamente. Inmediatamente un hombre le atendió.



    — ¿Se le ofrece un auto? –preguntó con voz entusiasta.



    — Si.



    — Mire, tenemos varios modelos que podrían…-



    — Quiero un Mustang ahora.



    — Si, tenemos varios pagos que podrían…



    — No, lo pagare ahora, con tarjeta….-cortó al hombre mientras sacaba su cartera para enseñarle el ID y la tarjeta de debito.



    — Mire Señor…-alcanzó a ver el nombre de la tarjeta. –Uchiha, antes debemos de realizar papéelo.



    — Afuera tengo una motocicleta. –soltó, el hombre le miró con incredulidad pero se asomó y la vio de reojo. Una belleza, pero esas motocicletas tenían un pero, antes de que el hombre pudiese objetar Itachi continuó. –Se que no es muy buena para manejar, es un motocicleta algo soberbia, peor el valor que tiene sobrepasa los límites de alguien con su sueldo…



    — ¿Qué quiere? –preguntó con algo de miedo. ¿Por qué le ofrecía ese trato?



    — No tengo tiempo para papeleo, lo que necesito es una auto veloz ya, y estoy dispuesto a pagar el automóvil y dejarle esta motocicleta si me entrega el auto y el permiso sin más.



    — Bueno… no estoy seguro que…



    — La motocicleta está en regla, usted se la vendió a mi padre por lo que debería saberlo mejor que nadie. No pienso alzar una denuncia, lo único que quiero es ese auto.



    Esbozó una sonrisa nerviosa y asintió.



    — Bien, -perdieron unos minutos en lo que hacía el pago, pero en cuanto se desocupó Itachi abandonó el lugar. El hombre le entregó las llaves del auto y el a cambio le dio todos los papeles de la motocicleta. Si sus conjeturas eran ciertas necesitaría algo lo suficientemente veloz pero a la vez silencioso, y una motocicleta no sería apropiada. Venía con el tanque de gasolina lleno, pero aun así respetó el límite de velocidad hasta llegar a su departamento.



    Estacionó el auto y entró sin contestar a los saludos, pasó de largo y topándose a Izuna en el ascensor.



    — ¡Itachi! –exclamó con entusiasmo. -iba a verte



    — ¿Qué haces aquí?-preguntó, algo fastidiado, no había dormido y apenas había consumido algo de azúcar por lo que no estaba de muy buen humor.



    — ¿No tengo derecho a venir a visitarte?. –Itachi salió del ascensor sin hacer gesto, abrió rápidamente la puerta pasando directo a la cocina; rompió uno de los cristales que estaban en la alacena. Sacando varias armas, una AK-47, una beretta 92 y una Colt. Las guardó en una bolsa de tela y salió del departamento sin molestarse en cerrarlo con llave. El pequeño minino aprovechó para salir, puesto que la falta de cariño por parte de su otro amo le irritaba.



    — ¿Me puedes explicar que sucede? –preguntó bastante molesto, pero a la vez intrigado.



    — ¿Que necesitas para levantar una orden de aprensión?. –preguntó sin responder a la pregunta de Izuna.



    — Pues pruebas –contestó haciendo una mueca de incredulidad. No creía que alguien como Itachi hiciera una pregunta tan estúpida. –tú lo sabes mejor que nadie. Por el amor dios, ¿qué rayos te sucede?



    Itachi se tomó unos minutos para calmarse, la agitación le estaba afectando el corazón.



    — Estoy esperando. –Itachi sacó su celular y se lo mostró.- ¿Quién es ese niño?



    — Es Sasuke… el niño que asistía conmigo.



    — Tu….¿Es verdad?-los ojos de Izuna estaban abiertos de par en par por la sorpresa. ¿Cómo lo sabes?



    — Es una complicada historia. –Izuna le siguió los pasos. Bajaron y subieron al vehículo, Itachi condujo hasta llegar a un barrio de mala muerte, el barrio de Jiraya. Izuna reconoció el perímetro inmediatamente pero no se molestó en preguntar. Estas preguntas ya se responderían después por si solas. Pensó.






    oOoOoOo oOoOoOo








    Tsunade estaba haciendo los ajustes de cuentas, miraba con atención la pantalla. Esta vez no apresuraría al niño, le daría todo el tiempo que quisiera para tomar su decisión. Llevó las manos al frasco donde estaban dos extrañas perlas y comenzó a menearlas en el frasco.



    — Realmente me agradabas Sasuke… pero todo tiene que terminar.



    La serie de Chidori había sido todo un éxito. Aun más que la anterior, la serie anterior había sido un completo asco. Hinata se había rendido muy fácilmente, solo había durado una semana y la muchacha gritaba todo el tiempo. Siempre temerosa, siempre llorando, nunca pudo hacer nada por si misma. Pero este niño había sido diferente, quizá porque… era tan fresco. Amaba su carácter, su personalidad, y el hecho de que, incluso en el último momento había hecho su esfuerzo por vivir. Hinata se había muerto de un paro por la desesperación de estar encerrada, un día simplemente, su cuerpo se comenzó a podrir. Un completo asco. Incluso a ella le daba tristeza terminar la serie, se había encariñado con Chidori,-no con Sasuke –y le daba nostalgia. Y estaba seguro que los clientes sufrirían en el momento en que vieran la serie acabar pero todo lo bueno tiene su fin. –fue lo último que pensó.











    oOoOoOo oOoOoOo







    — ¿Nada aún?



    — No



    — ¿Qué hace el aquí?



    — Usted prometió que no le diría nadie.



    — Y usted me prometió resultados. ¿Ha visto algo? – Jiraya le dirigió una mirada furtiva al maestro, así como también al detective.



    — He encontrado dos direcciones que podrían sernos útiles.



    — ¿Están aquí?



    — Si, esta proviene de… un servidor en los Ángeles y esta otro. Un pequeño poblado no muy lejos de aquí. –El delincuente llevó las coordenadas que aparecían en la computadora hacia google maps.- ya está.



    — Es una pequeña casa a tres horas de aquí. –se estiró de la misma forma que lo haría uno gato recién levantado. -Sabe, yo que ustedes me daría prisa. El titulo “mirame” significa que vea todo lo que hace… y en este tipo de lugares. Todo tiene un significado muy macabro.



    Itachi sacó el aparato y le dio un último vistazo al niño, este aún seguía esposado y atado a la pared, su respiración era débil. Cerró la página y en su lugar puso un GPS, de ahora en adelante no se enfocaría en otra cosa más que encontrar al niño. Observaron bien la imagen. Una pequeña cabaña cerca de un lago, un buen lugar para que una pareja de ancianos fuera vacacionar y a divertirse, aunque la diversión era relativa.



    Salieron de la casa lo más rápido posible.



    — Yo conduzco. – Izuna –no pueden detener a un federal.



    Itachi le entregó las llaves y subieron inmediatamente al automóvil, no se molestaron en ponerse el cinturón de seguridad. Izuna vaciló un momento antes de arrancar ¿Debía llamar a Madara?



    No, el se preocupaba demasiado por las cosas que podrían salir mal como para actuar. Tenía en su mente la imagen de una hermosa cabaña, ese lugar donde seguramente, en un futuro, un turista pasaría a ver y no se detendría a pensar en la masacre que había ocurrido en ese lugar.



    Ya eran cerca de las once de la noche, no habría tráfico que le impidiese llegar lo más pronto a su destino, incluso podría hacer una hora en vez de tres. Al igual que la difunta madre de Itachi, Izuna también era aficionado a los autos de carrera y muy buen conductor. En su juventud había participado en varios arrancones, puesto que, según él, no había nada mejor que sentir la adrenalina del momento. De realmente saber conducir en el terreno que fuera y no en una pista especial para ello.



    Madara estaba sentado en oficina revisando los clásicos casos de adolescentes drogadictos, de jóvenes que escapan de su cosa y de señoras gordas que habían levantado quejas acerca de los ruidosos que eran sus vecinos. Giró sobre su silla.



    — ¿Sucede algo Madara? –preguntó su compañero. este había entrado a la oficina sin tocar.



    — No Hashirama. –respondió parándose súbitamente de la silla. –solo me preocupa Izuna.



    — Ya es grande, puede tomar sus propias decisiones



    — Y son esas mismas las que me preocupan. –contestó azotando el puño contra la mesa. –por cierto, ¿a qué has venido?



    — Hay alguien aquí que quiere verte. –se hizo a un lado. La visita que tenía era la más inesperada y no pudo evitar abrir sus ojos por la sorpresa



    — ¿Usted? –encaró.



    — Si, soy yo. –bufó con molestia Jiraya.



    — ¿Se puede saber que hace aquí? –el delincuente volteó los ojos.



    — ¿Podemos hablar en privado? –Hashirama abandonó la oficina.



    — ¿Y bien?



    — Mire… no se cómo empezar pero…



    — Vaya al grano y me haga perder mi tiempo.



    — Esta bien, pero creo que su sobrino va ir a matar a alguien.



    — ¿De esta hablando? Itachi, ¿Matar a alguien?, por favor. –la burla teñía todas sus palabras. –por favor, es mi sobrino y lo conozco, no sería tan idiota como para.



    — Usted no lo vio. –afirmó. –si hubiese visto la mirada de Itachi en el momento en que sabía cuál era la dirección, incluso a mi me dio miedo.



    — Explíquese. –ordenó, no entendía la historia y tampoco estaba seguro de que es



    — Pues la verdad es que… hace unos días Itachi llegó pidiéndome ayuda. –hizo una mueca al recordar la forma de pedir del joven. –y no era acerca de Hinata. Si no a cerca de un niño llamado Sasuke



    — ¿El hijo de Orochimaru?



    — No sé, pero resulta que tenía una loca idea acerca de que prostituían al niño…-hizo una pausa. –cosa en la que no se equivoco del todo.



    — De que habla.



    — Pues… -sacó su ordenador de la mochila. –el ayude a encontrarle puesto que el pobre no sabía en donde buscar. –esto causo una gracia dentro suyo. –y parece ser que encontramos el sitio.



    — Yo se donde vive Orochimaru



    — Puede, pero apuesto que no sabe donde se lleva la obra. Si usted no tiene nombres no busca a nadie. Pero Itachi si tenía alguien y le encontró. –abrió el portátil y entro a schaumichan.com. en ese momento tecleó su usuario y contraseña y apareció la imagen de un niño antes ellos. este parecía susurrar algo inteligible y abrazaba algo, ¿un arma?



    — Esto… esto no puede ser real. Tiene que ser un actor



    — Eso es lo que muchos piensan, pero la realidad aterra más que la ciencia ficción ¿No lo cree así?



    Madara contempló la imagen que proyectaba computadora. Y sintió como li hubiesen golpeado el estomago.



    — Esto ocurre en tiempo real, quiero decir, lo que usted ve es lo que está pasando en este instante. Satisfacción inmediata.



    Madara casi cae por el impacto.



    — Esto… ¿puedo ver su cara?



    — No,-contestó rígido. -sólo puede ver lo que está pasando en este momento.



    — ¿Dónde...?



    — Es a donde voy, ese lugar está tres horas de aquí.



    — Es de noche, seguramente tardaran menos en llegar.



    — No, si Izuna fue con él.



    — ¿Por qué no me pidió ayuda?



    — ¿Le habría creído? –Madara hizo una mueca, no, ni siquiera estaba seguro de poder creer lo que estaba frente a él.



    — De acuerdo –salió rápidamente de la oficina poniéndose el saco.



    — Uchiha, ¿Qué es lo que sucede?



    Madara vaciló. ¿Qué debía decir? Tengo un loco que dice que él chiflado de mi hermano y mi sobrino van a atacar a Orochimaru Sannin por abuso de su hijo. Posiblemente estén armados y posiblemente estén en las afueras de la ciudad. Estaba atrapado en sus indecisiones, ¿Qué debía hacer?



    — Usted viene conmigo. –anunció finalmente. –vamos a ver qué tan chiflados están esos dos.









    oOoOoOo oOoOoOo











    Circulaban a gran velocidad sobre el carril izquierdo, parecía que el auto volaba, una sóla vez habían sido detenidos, pero en cuanto Izuna mostraba su placa les dejaban continuar. Los dos estaban completamente callados, para desgracia de Itachi el minino se había bajado con Izuna y ahora estaba sentado sobre sus piernas. Maldijo a la gata, puesto que esta se durmió sobre sus piernas. ¿Cómo podía estar tan tranquila en un momento como ese?



    Hembra tenías que ser. –aunque si se ponía pensar, era muy difícil pedirle a un gato que se preocupase de que abusasen de alguien.



    Disminuyeron la velocidad en cuanto entraron a un terreno pedregoso y apagaron las luces, no querían que alguien se diese cuenta de su visita. Izuna derrapó en una vuelta en U cerca de la zona.



    — Si no me equivoco, debe ser por aquí. –comentó abriendo la puerta del automóvil. –sacó de inmediato dos armas de fuego.



    — No parece un lugar para una transmisión web.



    — No existe mejor prueba que la falta de estas.



    — Sea como sea el caso, no creo que tengamos una recepción amistosa.- se llevó la mano hacia donde estaba su beretta.



    Itachi se echó al hombro la AK-47 y sacó la Colt.



    — A partir de ahora seguiremos a pie.



    Caminaron entre el lodo, tratando de hacer el menor ruido posible. Como la gata no pudo caminar se trepó a la cabeza de Itachi. Ambos se sentían como un anti, esperando ser atacado por el león y morir desangrados en el acto. Pero no, Itachi no se podía dar el lujo de morir. Debía ser fiel a la promesa de ayudar a Sasuke.



    Avanzaron por un terreno, aparentemente plano, pero este era bastante inestable. Ideal para enterrar a alguien. a medida que avanzaba el terreno se volvía más hostil, se llenaba de ramas y espinas, recias a dejarlos pasar. En ese momento Itachi maldijo. ¿por qué no mejor había traído un cuchillo o un machete en vez de esa armas. eso era lo equivalente a estar en una pelea, ambos sudaban y respiraban pesadamente por el esfuerzo mientras que el gato se limitaba a ferrarse de la cabeza de Itachi. En un instante había querido lanzarlo muy lejos pero le había prometido a Sasuke cuidarlo. Lo único que iluminaba su camino era la luna, maldijo a su enfermedad que le hacía sentir que esa caminata era como escalar los Alpes Suizos. Maldijo a Orochimaru y maldijo su obsesión por encontrar a Sasuke. Él apenas comprendía porque ese niño le importaba tanto. Ni siquiera la muerte de sus padres le había angustiado tanto.



    Finalmente el terreno volvió a volverse estable.



    En cualquier película entrarían por la puerta principal, como héroes. Pero sabía mejor que nadie que los ataques frontales nunca funcionaban, y lo que debía hacer ahora era ser cauteloso. En cuanto cruzaron el monto de arboles divisaron una cabaña, la misma de las fotografías. Había unas luces encendidas en la última habitación, seguramente dese ahí controlaban todo el sitio.



    No observaron guardaespaldas que pudieran frustrar su llegada por lo que avanzaron con cautela.



    El primero en correr hasta la casa fue Izuna, se pegó contra la pared. Hizo una seña para que Itachi le siguiera y muy pronto, los dos avanzaban como cangrejos, tratando de esconderse, tratando de ser lo más sigilosos posibles. En situaciones como esas hasta el ruido de su respiración era demasiado fuerte.



    — Hay un sótano. –Itachi se fijó, era una ventana, no muy grande pero si lo suficiente para que una persona delgada entrase. Estaba abierta –todos siempre tenemos descuidos, a mi padre siempre se le olvidaba cerrar la ventana.



    Itachi se deslizó por la ventana, debía estar a dos o tres metros del piso. Toda la tensión hacía doler su corazón, trató de quejarse con su cuerpo. Escúchame cuerpo, sobre todo tu maldito corazón, si quieres morirte, hazlo mañana, adelante, tienes mi permiso, pero no me estés jodiendo ahora. –era molesto tener que hablar consigo mismo para poder seguir adelante. Si fuese un dolor de alguna fractura, no tendría problema, pero se le hacía difícil respirar. Izuna le dejó caer la AK-47 e Itachi la atrapó, cuidando de no hacer ruido. Por un momento dudó. ¿Estaría en el lugar correcto?



    Lo peor que podía pasar en ese caso es que alguien le tachara de ladrón. ¿Qué diría?



    Perdón señor, estoy buscando un lugar donde emiten un programa en el cual acaban de violar a un niño. ¿No sabe dónde puedo encontrarlo?



    La gatita también saltó y cayó sobre la cabeza de Itachi.- este sintió como sus unas se aferraban a su piel. –un motivo más para odiarte gato bastardo.



    Apartó a la gata de un manotazo, esta cayó de pie y comenzó a husmear el lugar. No le preocupaba que encontrasen al minino. Ni siquiera tenía un collar o una identificación, si le descubrían bien podría pasar por un animal de la calle.



    Hizo un recorrido visual, aparentemente parecía ser un sótano normal, común y corriente, con un olor a humedad y a viejo completamente desagradable, todo estaba lleno de polvo y de moho. Sin embargo, algo no coincidía con un sótano normal; una especie de cableado que llevaba a una habitación. No estaba seguro si sería ese sería la prisión, tocó la perta con curiosidad, no era muy resistente, solo tenía un cerrojo común, la diferencia es que este estaba puesto por fuera y no por dentro.



    — Si, este es el lugar. –susurró para sí. Sus pensamientos fueron interrumpidos por un grito agudo que provenía de la habitación.







    oOoOoOo oOoOoOo







    Sasuke tenía la mano pegada al arma. Era como si se hubiese adherido a esta. Ya matate. Es lo que todo mundo quiere ver, es lo que todos quieren, es lo que tu quieres. –y ese mismo pensamiento le llenó de ira. Siempre había seguido las malditas reglas, con la esperanza de que algún día todo acabara, y eso estaba a punto de suceder. Se suponía que el ser él le había mantenido con vida todo ese tiempo. Byakugan había dejado de ser ella, por eso le había aburrido al publico, y le había asesinado. Ahora descansaba en alguna parte del parque de Yellowstone. ¿Ahí acabaría el?



    Lanzó un grito fuerte, uno que incluso atravesó las paredes. En ese gritó dejó ir todo su odio. Se jaló los cabellos con fuerza, era consciente del dolor. Del dolor de su zona íntima, del dolor de los cortes así como el dolor de los golpes, el dolor de su cara.



    Cogió el arma, no podía verla, pero si la imaginaba, negra, fea, horrible. Pero aun así, no imaginaba que fuese tan pesada. Nunca antes había tenido un arma en su mano y ahora que lo tenía se le hacía difícil pensar cómo es que podían matar con tanta facilidad. Le hacían parecer que eran ligeros como plumas. No sabía si el arma tenía solo una bala o quizá tenía más, de lo único que estaba consciente es que si tiraba del gatillo terminaría con una vida. con lo que había visto en televisión sabía que tendría que colocar el arma en su cabeza, tirar del gatillo y eso sería todo.



    Una parte de él decía, ¡termina con todo! ¡ya! ¡Nada existió, deja de soñar y termina lo que ellos empezaron!



    Sus propios pensamientos le hicieron inhalar profundamente. Su mente viajó por unos momentos, calculando que debía actuar rápido. No tenía manera de saber en qué momento ellos estarían ahí, dispuesto a hacerle daño otra vez. ¡Mátate para que ya nadie te lastime!



    Tomala suavemente, eso es, colócala sobre tu regazo. Poco a poco los recuerdos inundaron su mente, recordó cada uno de sus cumpleaños. En su cumpleaños cuatro le regalaron un libro de historia, en el quinto uno de ciencias, en el sexto uno geografía; recordó los buenos momentos y los malos, recordó el momento en el que le trajeron a esa habitación, recordó también a su maestro pasado, su maestro de inglés, tenía un nombre gracioso, ¿Kakati?, no, ese no era, Kakate, Hanate… Hatake Kakashi, ahora lo recordaba a la perfección. Recordó también que no le creyó, que le había dicho a su padre le los delirios. Recordó la golpiza que había recibido gracias a este, recordó también a Itachi.



    Recordó sus clases, el piano, la música, la bahía, a la mesera, a su gata y la promesa que le había hecho Itachi, de apoyarle como un hermano, de ayudarle. –mentiroso.- fue lo que pensó. –prometiste apoyarme. ¿Dónde estás? Mentiroso, mentiroso… no, él no tiene la culpa. La tienes tu por ingenuo, por idiota. ¿Realmente creíste que le importabas a alguien? por favor, hazle un favor al mundo y pégate un tiro. Sasuke pasará por alto, sólo fue alguien más…. Un ingenuo más.



    Pero después sus recuerdos, tanto los buenos como los malos fueron desapareciendo, y solo quedaba el, solo en esa habitación. Tenía en sus manos la llave, debió haberlo sabido. La muerte era la única forma de salir de ahí, la única opción lógica.



    Abrazó el arma, no tenía caso ir a la puerta, estaba cerrada con llave, lo sabía.



    — ¿Están filmando esto? –preguntó con voz débil. Sabía que si la hacían. –Váyanse todos al carajo, -gritó. -soy Chidori. –esto último lo dijo en un susurro casi inaudible, gritó de rabia, de impotencia y se puso la pistola debajo de la mandíbula, un tiro, solo un tiro y todo acabaría…. pero después escuchó un ruido, algo extraño, un sonido que le pareció distante. Tiempo sin escuchar ese nombre.



    — ¿Sasuke?























    Orochimaru se pegó súbitamente a la pantalla.



    — ¿Qué rayos fue eso?



    — No lo sé. ¿Hiciste sonar algún efecto?



    — No, que mierda está pasando…. ¡Mira al mocoso! –señaló Tsunade.



















    ¿Sasuke?



    Temblaba, el miedo le inundó. ¿Lo harían sufrir más? Sus músculos estaban tan tensos hasta el punto de hacerle doler. No apartó el arma de su lugar.



    ¿Sasuke?



    Quería gritar, ¡aquí estoy!, pero no confiaba. Seguramente todo era un truco, un sonido falso como los muchos que había escuchado. Escuchó el cerrojo, ese ruido metálico le taladraba los oídos. Ha venido a matarme. Temblaba y apuntaba, disparía en cualquier momento. No me voy a morir solo, uno de ellos vendrá conmigo, espero que seas tú maldita bruja.



    Itachi abrió lentamente la habitación, había visto la imagen en la computadora y esperaba ver a Sasuke encadenado a la cama, con una venda, pero lo primero que vio fue la niño enfrente de él, sin cadenas, sin mascaras y sin ojos… casi se echa atrás por el impacto.



    Sasuke se las había arreglado para levantarse y acercarse lentamente a al puerta, a pesar de todo su dolor, se encontraba apuntando directamente contra el vientre del hombre que había justo enfrente suyo. Inclinó más el arma hacia adelante para tocarle. ¿Quién era? No lo sabía, reconocía un aroma muy diferente al de su padre, al de Kabuto o al de esa mujer. Mátalo, mátalo antes de que te mate a ti. ¡Mátalo! –pero otra parte no estaba muy segura. Aunque no había posibilidades de que alguien viniese a rescatarle, eso era más bien, un sueño muy distante. Es más seguro disparar. No seas cobarde, ¡dispara!



    Itachi sabía que el niño estaba pasando por un ataque de pánico, una enorme conmoción que le hacía temblar. Sabía que él estaba a punto de disparar, y que le mataría. Tenía que decir algo adecuado para la ocasión. No encontraba que sonaría adecuado, ¿Algo educado?



    Estaba tardando demasiado hasta un maullido sonó en la habitación. Sasuke reaccionó y su dedo se tensó sobre el gatillo.



    — ¿S-Sakura? –titubeó.



    — Si Sasuke.



    — ¿Maestro?



    — Si. –con una mano hice una suave presión sobre el arma. Para apartarla de su pecho.



    — Usted….-pero la confusión, la adrenalina del momento era enrome por lo que Sasuke volvió a apuntarle con el arma. –no, usted no puede estar aquí. –gritó. –me mintió, es uno de ellos. es por eso que está aquí.



    — No Sasuke, yo no viene a hacerte daño



    — Me está mintiendo. Todos mienten. ¡Es un maldito truco, estoy harto de ustedes! –la voz se le quebró. -¿Por qué esta aquí? –preguntó después.



    — ¿Olvidaste la promesa que te hice?



    Sasuke respiró profundamente, en ese momento las lágrimas le quemaron las mejillas.



    — ¿Vas a llevarme a contigo hermano? –su voz fue casi chillido indaudible.



    — Si hermanito. Iremos a casa.
     
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  11. Train Heartnet
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    Es tan hermosa la ultima parte que escribiste, me hizo llorar de felicidad T-T
    ¿Este será el final, o habrá más?
     
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  12. Kira Kuran
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    T.T por fin dio Itachi con Sasuke T.T ... Esa gata que si es bien inteligente XD yo quiero una asi X3 ... -_-u me sali del tema... Si atrapen a Oroshimaru y Tsunade y hagan una serie igual a lo que le hicieron a Sasuke MUAJAJAJA!!!!! Que sufran!!!!! Al final casi se me hace un nudo en la garganta T.T no me digas que esto ya casi acaba O.o? Yo quiero otro capi pliss!!!

    Matta ne!!!!!!
     
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  13. Gerdhr
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    En un oscuro y lujoso salón la pantalla proyectaba algo completamente inesperado. Un personaje aparecía de la nada en la fabulosa serie Chidori, la cual estaba a punto de llegar a su final hace unos momentos, o eso era lo que pensaban. Sabían que en cualquier momento presenciarían la muerte del muchacho, pero ahora las cosas habían dado un drástico cambio.



    Y ahora por fin conocían su nombre. Sasuke.



    El saberlo no solo le reconfortó, si no que incrementó sus deseos de posesión hacia el niño. Y en ese momento odio a la mujer, la odio por haber lastimado sus pertenencias.



    — Huye Sasuke….-le alentó en la pantalla. –tú puedes, es tu oportunidad.


























    Tsunade se quedó estática, ella siempre había tenido planeado todo lo que iba a hacer, sus notas, sus obras, sus guiones. Pero esto iba más allá de lo que nunca hubiese imaginado.



    Pero Orochimaru fue más rápido en su reacción. Rápidamente se asomó por la ventana para ver si no había patrullas, oficiales o cualquiera que se interpusiera en la serie Chidori y ellos.



    — Este cabrón viene solo. –escupió mientras saltaba al otro lado de la habitación.



    Tomó el AK-47, con el cargador de treinta tiros lleno y encima metió otro en el bolsillo de sus pantalones, además de una granada. Ella tomó una escopeta de calibre 12 y rápidamente empezó a meter cartuchos en ella para después cerrarlo con un solo y energético movimiento de abajo hacia arriba.



    Orochimaru colocó una cámara que alcanzara a filmar el patio de la cabaña. Esta vez las cosas no se le irían de las manos.














    Itachi le pasó rápidamente la mano por detrás de las rodillas y antes de que su cabeza pegara contra el piso le cogió y abandonó a toda prisa la habitación. En ese momento se volvió dócil, era Itachi. No le importaba ya lo que hicieran con él, de cierta manera, se sentía feliz de estar otra vez con la persona que amaba. Un poco infantil su pensamiento, pero en ese momento se sintió reconfortado



    — ¿Cómo supiste dónde encontrarme? –preguntó en un susurro recargándose en el pecho de Itachi.



    — Te escuché. –se limitó a responder.



    — ¿Qué fue lo que escuchaste? –esta vez, algo de pena le embargó. –¿tu escuchaste…?



    — Sasuke… -hizo un mohín. -¿qué te parece si dejamos tu confesión para después…?



    — Pero yo… yo no podré darte nada.



    — Sasuke, eso no me interesa. Con que estés a salvo me daré por bien servido. – avanzó hasta que un fuerte dolor en el pecho le hizo detenerse. Aunque aparentase estar en calma su corazón le traicionaba, es el sentía todas las repercusiones del estrés de Itachi.



    — Tomó unos momentos para inhalar profundamente y olvidar el fuerte dolor.


    — Puedo caminar. –sugirió Sasuke, pensó que quizá, el era muy pesado.



    — No. –respondió.



    En cualquier película de Hollywood el héroe encontraría la forma de poder sacar ileso al secuestrado, blandiría su arma y los criminales caerían muertos como por arte de magia. Un discurso enternecedor y todo se solucionaría, pero esto no era Hollywood, el traía a un niño herido y sabía que las personas que había arriba estaban armadas y no dudarían para anda en dispararles.



    Pronto escucharon unas estruendosas pisadas. Un aterrador golpeteo de pasos que se dirigían rápidamente hacia ellos, Sasuke se dobló, como si le hubiesen dado un fuerte golpe en el estómago y de su pecho salió un gemido, un sonido gutural cargado de terror.



    Rápidamente arrojó al niño al piso y le cubrió con su cuerpo. Un sonido estalló, una enorme ráfaga de balas se dirigía a acabar con sus vidas, una enorme cascada de proyectiles de 7.62 milímetros se dirigía directo a acabar con ellos, Sasuke dio un grito como si las balas le hubiesen alcanzado pero rápidamente Itachi le cubrió la boca, no quería que apuntaran con exactitud hacia donde estaban ellos, pero ese sonido había sido suficiente para redirigir la descarga.



    Una bala perforó su hombro, Sasuke se espantó al escuchar el gemido ahogado de su maestro. Y aún más al sentir algo caliente tocar su mejilla.



    — ¿Itachi? – de su boca salió un sonido ahogado. Quería saber de donde procedía la sangre.


    — Estoy bien. –le susurró, tratando de disimular el dolor. Se levantó nuevamente arrojándose junto con el niño a la pared más cercana. Aun podía ver el ángulo de las balas y sabía por donde moverse.


    — Estas sangrando.





    — No hay problema. –le abrazó con más fuerza para darle seguridad, y también para darse ánimos a sí mismo.



    Ahora había una enorme cantidad de polvo y se les hacía difícil respirar. Itachi alcanzó a ver la venta por la que había entrado, estaba a solo unos tres metros pero esta era atravesada por la ráfaga de balas. Ahí estaba Izuna, asomado pro la venta, haciéndole señas a Itachi.



    — Sasuke, escúchame. -El niño estaba abrazado de su brazo. –se que no puedes ver pero haré todo lo posible para que puedas trepar. Ahí habrá alguien que te ayudará a salir. – Sasuke apretó sus labios e hizo una señal de asentimiento.





    — Yo te cubriré–Itachi tomó una mesa y la lanzó con fuerza del otro lado de la habitación. Repitió lo mismo con los demás objetos y algunos era brutalmente destrozados durante el tiroteo.





    — ¿Saldrás verdad? –la sangre seca de sus mejillas comenzaba humedecerse nuevamente. -¿Volverás a tocarme esa canción? –se refería a la canción relajante, con la cual se había dormido en las piernas de su maestro.



    Itachi dudó por un momento, no tenía tiempo de pensar en tantas cosas a la vez.



    El ruido de las balas se detuvo por unos instantes.



    — ¿Hermano?


    — Promete que no te volverás a quedar dormido y escucharás la pieza completa.



    Sasuke esbozó una sonrisa.



    — Lo prometo hermano.



    Rápidamente Itachi comenzó un tiroteo con el arma automática a la par que se preocupaba por cubrir al niño.























    — ¡Te dije mil veces que era una mala idea!


    — Jamás pensé que se interesaría tanto. –se defendió Orochimaru. En cuanto llegaron a la escalera del sótano comenzó el tiroteo. Las balas eran de alto calibre por lo cual podrían atravesar los muebles con mucha facilidad. No sabía con exactitud a donde disparar, había escuchado un grito de Sasuke pero inmediatamente había sido callado.



    Por una parte trataba de ser lógico, si era Itachi al que se enfrentara seguramente traería un arma o lo que sea que le sirviera de apoyo. El examinaba y Tsunade disparaba, así es como funcionaba su equipo.























    Itachi trató de trepar sobre la estructura. Tomó Sasuke de la cintura y lo elevó lo que su brazo le permitió como para qué Izuna le tomase de las manos.



    Sasuke hizo un poco de fuerza para poder apoyarse con los pies e impulsarse a la superficie. Las astillas del marco se le clavaban en la piel y dolían condenadamente pero se dio cuenta de que eso era lo que menos importaba. Tambaleó por unos momentos, pateó y al final pudo salir.



    Izuna le llevó hasta que estuvo completamente alejado de aquel infierno, exhausto, Sasuke bebió el frío aire de la noche. A pesar del frío, a pesar de la sensación de escozor, eso le supo a gloria. Izuna le limpio la cara que estaba cubierta de tierra y sangre seca.



    — ¡Salgan de aquí!


    Sasuke volteó la cabeza en dirección de la voz.


    — ¡Pero Itachi! ¡Tú! –su maestro no hizo caso de las objeciones del niño



    — Izuna llévalo a un lugar seguro. -advirtió cuando de momento otra ráfaga les atacó.



    Devuelve el fuego, joder, muévete. – estiró el brazo herido lo suficiente como para poder coger el arma. Se arrodilló y comenzó un nuevo tiroteo, esta vez escuchó a alguien caer por las escaleras. Bien. –sonrió interiormente. –con esto les darás tiempo.











    Orochimaru sintió un repentino dolor en su pierna. Bajó la mirada para ver como esta comenzaba a borbotear sangre y cayó desplomado sobre las escaleras.



    — ¡Lord Orochimaru!


    — Ayuda a Kabuto y maten a ese par, yo me encargó de este cabrón. Le gritó. Tsunade asintió temblorosa y se despidió de él con una simple mirada, los dos salieron en busca del par que corría hacia el bosque.



    Itachi se escondió tras un montón de muebles viejos mientras que Orochimaru se ventaba la pierna con un pedazo de tela buscando, con éxito, parar el sangrado, pero aun así, el dolor prevalecía y se le hacía difícil caminar sin sentir los huesos crujir. Ambos se movían sigilosamente, buscando el momento para atacarse el uno al otro. No pronunciaban ruido alguno por temor a recibir un disparo.



    El silencio que había en ese lugar parecía mortal, pero un ruido de una metralleta los interrumpió.



    — ¡No! –Sasuke se revolvió entre los brazos de Izuna, y este se le echó al hombro, el niño trató de golpear débilmente la espalda de Izuna. Itachi sintió como la mesa se desplomaba y el cayó sobre esta. Tardó unos breves segundo en reaccionar y nuevamente tirarse al piso para poder cubrir de la ráfaga que llovía sobre él. Las astillas salían disparadas como fuerza y le impedían tener los ojos abiertos.







    Un solo crujido en la madera fue suficiente para que Itachi se percatara de la localización de Orochimaru dentro del sótano. Inmediatamente comenzaron un tiroteo en el cual Itachi fue herido nuevamente.



    Se movían rápidamente y los disparos eran letales. Itachi se percató de que una granada había caído escalera abajo, si la lanzaba tendría pocas oportunidades de salir, pero si no lo hacía no podría hacer tiempo para ayudarles a escapar de esa prisión.



    Las balas eran veloces y se quedaban estancadas en las paredes de concreto. Quizá fue por la adrenalina del momento o por hecho de querer proteger a Sasuke lo que le hizo tomar la granada y lanzarla con fuerza hacia donde provenían los disparos. Salió en medio de las balas por la escalera, ese lugar se vendría abajo muy pronto. Una fuerte explosión hizo eco y pronto la estructura se empezó a desmoronar.



















    Izuna traía Sasuke como su fuese un costal de papas pero en cuanto escuchó el ruido de un cargador lo arrojó al piso, tirándose a su lado. Una nube de tierra y astillas estalló a su lado. Las astillas de los arboles volaban veloces directo a su cara. Sasuke trató de cubrirse el rostro con su antebrazo, no tenía una idea de que es lo que estaba pasando pero si sabía que el ruido de esa ametralladora era mortal, y si una bala le podía quitar la vida, esas eran cientos, directos a acabar con ellos sin piedad.



    Tener a un ciego en un campo abierto no era tarea sencilla. Estaban a tan solo unos metros de la seguridad del bosque



    Izuna desenfundó su arma y se posicionó enfrente del niño. Solo tenía un enemigo enfrente suyo. Se arrodilló y punto directo a la casa. Inmediatamente descargó una ráfaga sobre el hombre. Tres tiros fueron suficientes para arrebatarle la vida.



    Kabuto cayó de rodillas y se desplomó en el suelo, una bala había dado directo en la sien.



    Izuna dio un respiro, pero su descanso fue interrumpido cuando un fuerte patada lo arrojó lejos y le aturdió. Más adelante sintió un golpe en seco y un disparo en el estomago.



    — ¿Tsunade?



    Izuna no tuvo tiempo de pensar, en ese momento una ráfaga de balas le hizo girar y una alcanzó a cortar su garganta como una filosa navaja. Cayó de boca en el piso y sintió como se ahogaba con su propia sangre. No tuvo tiempo de formular nada, en ese momento todo se volvió negro.



    Tsunade tomó el arma de de Izuna, estaba descargada, pero aún así se acerco sigilosamente al niño que tenía enfrente suyo, aun desnudo, aun vulnerable, y aún así, la serie debía concluir, concluiría con la muerte de chiquillo.



    — Sasuke.



    Sasuke se levantó inmediatamente, el instinto le decía que debía alejarse del peligro, se alejó lo más que pudo hasta sintió que era derrumbado. Tsunade había conseguido taclearlo..



    — ¿A dónde crees que vas?



    Sasuke quedó enfrente de Tsunade y esta llevó sus manos hasta su cuello, inmediatamente comenzó a estrangularle. Abrió la boca tratando de respirar, pero sus intentos eran frutados, el aliento se le iba, la cabeza le daba vueltas. En un intento por escapar llevó sus manos hacia la cara de la mujer y con una mano hizo presión en uno de sus ojos haciéndola soltar un grito agudo y logrado que le soltara.



    Sasuke se volteó sobre el vientre y se arrastró lejos de la escena.



    Tsunade se cubrió una parte de la cara por la cual comenzaba a escurrir sangre. Sasuke le había reventado el globo ocular. Tomó un madero que estaba a su alcance, cubierto de clavos y astillas y se lanzó contra el niño. Por consecuencia Sasuke soltó un lacerante grito de dolor al sentirlo golpear parte de su cuerpo. Se encogió y se cubrió la cara, tratando de protegerse. Tsunade se puso de pie y se acercó al cuerpo débil que yacía enfrente de ella. Colocó el pie en la cabeza de Sasuke e hizo presión contra la tierra, el lodo se encargaría de asfixiarle, y por mucho que la victima pataleara no conseguiría escapar. Alcanzó a ver el arma que le había dado a Sasuke hace apenas unas horas para que se pegara un tiro. Si no lo mal recordaba aun tenía una bala, se agachó a recogerla sin dejar de oprimir la cabeza contra el lodo. Y una vez con el arma en la mano apunto cuidadosamente en la espalda del niño, directo al corazón.



    — Muérete. –escupió, más no tuvo el tiempo de disparar el arma.



    De un fuerte golpe fue apartada



    Tsunade divisó la silueta, era Itachi.















    Itachi se alzó y trató de levantar el cuerpo de Sasuke, quien apenas y se daba cuenta de lo ocurrido. Había conseguido salir y tomar un cuchillo de la cocina, pero lo traían guardado puesto que varias astillas yacían incrustadas en gran parte de su cuerpo.



    — Corre en línea recta ¡trata de ocultarte o lo que sea!. –le obligó a pararse con el brazo que aun no estaba herido.


    — Pero tú...


    — Iré por ti más tarde, no hagas ningún ruido. –le soltó. –pase lo que pase no salgas.



    Sasuke tembló, no sabía a dónde ir, no podía ver nada. Pero su instinto de supervivencia era más fuerte por lo que corrió, corrió como nunca creyó que pudiese haberlo hecho, con las manos extendidas hasta que se tropezó con el montón de tierra y espinos que había por la zona. Sin impórtale los cortes, se adentró unos metros y se aferró del árbol más cercano.







    Tsunade instintivamente volteó la cabeza en dirección de la casa, esta ardía en llamas, por la euforia y la excitación no se había dado cuenta en qué momento había explotado la casa. No había rastros de Orochimaru…



    Estaba muerto. La sola idea de que Orochimaru no estuviese con ella en qué momento había pasado eso. Le llenó de terror. Entrecerró sus ojos a su vez que estos se cargaron lágrimas y de ira. Sintió como si lo más importante de su vida hubiese sido arrebatado



    — ¡No! ¡Orochimaru! ¡No! –se lanzó sobre el hombre que tenía enfrente, tomo el arma que pensaba vaciar en Sasuke y comenzó una lucha feroz. Ella tenía ventaja, Itachi se encontraba muy débil y apenas y podía ver lo que pasaba. Le dio un golpe en estomago con el arma y a su vez soltó un tiro que le perforo el vientre.



    Itachi cayó de boca pero alcanzo a mover su cabeza para contemplar la escena.



    Tsunade temblaba, no podía controlar su rabia y no se había dado ceunta hacia donde había ido el niño, pero le mataría, a él y a Itachi. Ella sabía que ese maestro era el culpable de la muerte Orochimaru, el que le había arrebatado al amor de su vida. Se acercó cuidadosamente al cuerpo que tenía enfrente y tomó el madero con el que antes había atacado a Sasuke, se lo clavaría y lo remataría. Como si al hacerlo pudiese traer otra vez a su amante la vida.



    Por otra parte, Itachi traía un arma, en cuanto Tsunade se acercase lo suficiente podría clavarle ese cuchillo y así los dos morirían. Si la ambulancia llegaba a tiempo Sasuke estaría bien. Eso era lo que le importaba, desde un inicio. Es verdad que había creado cierto sentimiento de apego al niño pero demostrarlo sería en vano. Solo había extendido un poco su periodo de vida, al final, Sasuke le había salvado a él. El suicidio era un acto cobarde, pero dar la vida por alguien que te importaba…. Era una sensación única, y simplemente sonrió.



    Moriría con una sonrisa en los labios



    Oyó pisadas y el cambio de un cartucho, lo primero que pudo ver fue la mujer desplomándose, Itachi alcanzó a ver, tenía un hoyo en la cabeza y yacía inconsciente, y frente a él, estaba nada más y nada menos que Jiraya, con el arma en las dos manos.



    — Tú sí que eres obstinado muchacho. –le halagó. Volteó a ver, Madara estaba al lado del cuerpo de Izuna llorando descontroladamente. Ni siquiera se percató en el momento que la mujer se dirigía con rabia a matar a Itachi. Pero Jiraya si había alcanzado a salvarle, había matado a alguien que había matado a un federal, no a cualquier policía faldero. Ahora era un héroe, un héroe pervertido pero al fin y al cabo un héroe.



    Detrás de ellos se escucharon los patrulleros, los cuales se detenían tan bruscamente que las puertas chirriaban mientras los oficiales apuntaban indicando ordenes.



    — Llévenselo rápido.



    Madara recobró la compostura frente a sus subordinados, y sobre todo, frente a Hashirama que dirigía el equipo SWAT.



    — ¿Qué carajo pasó aquí? – Hashimara vio la carnicería que había a su alrededor.


    — Señor, detectamos en el bosque.


    — Salga con las manos en alto. –boceó el policía. –es una orden.



    La sombra de los arboles dejó de moverse, enfocaron las luces y vieron que era un persona.



    — Si no sale, dispararemos. Salga inmediatamente.



    Madara reaccionó, era un niño por el que habían ido. Y no había ningún niño, Itachi no arriesgaría su vida en vano, debían encontrar a la víctima, el clic-clic del cambio de cartucho le hizo reaccionar.



    — ¡Esperen! –hizo una seña con la mano.



    Madara se acercó cautelosamente a los espinos, apuntado en caso de cualquier percance, la luz era muy fuerte y podía percibir una silueta acurrucada contra un árbol. Era un niño desnudo, escuálido y lleno de tierra. Guardó su arma en su cinturón y acercó lentamente su mano al chico acariciándole el cabello. Este abrazaba con fuerza a un pequeño gato que se mostró hostil en cuanto el hombre se acercó.



    — ¿Tú eres Sasuke?


    — ¿Quién es usted? –se estremeció con el tacto.


    — Mi nombre es Madara, Uchiha Madara. Venimos a ayudarte


    — Itachi dijo que le vendría a buscarme, que no saliera y que no hiciera ruido


    — Itachi es parte de mi familia, puedes confiar en mí.


    — ¿Usted es el padre de Itachi?. –seguía con mostrar el rostro, y seguía sin confiar en los ruidos.


    — No, soy su tío.


    — No es cierto –movió energéticamente de un lado a otro. -ellos mataron a su tío.



    Madara hizo una mueca, en efecto, ellos habían matado a Izuna, pero el chico que tenía enfrente le llamaba mucho la atención



    — Itachi tiene dos tíos. –trató de recobrar la compostura.


    — Supongo que eso es posible. –susurró, dándose ánimos para confiar en el hombre que tenía enfrente.


    — Fue muy descortés de su parte nunca haberte hablado de mí. –le dijo a modo de broma, tratando se destensar el ambiente. Trató de poner su mejor sonrisa para ganarse la confianza del niño, pero grande fue su supresa cuando el muchacho mostró el rostro. Abrió los ojos desmesuradamente y le tomó unos segundos volver a su estado normal.



    Madara le rodeó con los brazos y le cargó fuera de los pastizales. Sasuke en ningún momento soltó a su gato, que en medio de la balacera había logrado encontrarle.







    — ¡La ambulancia! ¡rápido!


    — Disculpe oficial, pero teníamos otros dos vivos, la siguiente tardará en llegar.


    — ¿Izuna?


    — Si mi Capitán. –Madara respiró de alivio, pero el temblor en sus brazos le trajo de nuevo a la realidad. El chico que tenía en brazos necesitaba atención medica urgente.


    — ¡No me jodan que haremos esperar más a este niño! –exclamó con furia. -¿Dónde está el imbécil de Hashirama?


    — El general Hashirama se subió con ella en la ambulancia.


    — ¿Ella?


    — Si, se subió con su hija.


    — No me digan que quien se salvó fue…


    — Si, Tsunade Senju.
     
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  14. Kira Kuran
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    Entonces Izuma si se murio T.T... O no ... Si MUAJAJAJA!!! Muerete maldito Orochimaru y tu igual Kabuto ... Esa vieja si que resiste!!!! Infiltren a alguien en el hospital y que termine el trabajo XD ... Ese gato si que tiene suerte XP ... Por lo menos Sasuke ya esta fuera de ese lugar ... El pervertido un heroe haber si los infantes no lo idolatran XD ... Conti pliss!!!!
     
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  15. Lola300
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    Hola ^^

    Leí tu fic T_T Joder, este es un fic que valió la pena leer y valió la pena perder mi tiempo en leerlo. Yo no soy de leer fics, (Bueno, no como antes)... Chica mostraste en este fic una realidad que se ve en la vida, la pornografía infantil. Me gusta leer fics AU que se trate de temas controversiales en la sociedad (Narcotráfico, prostitución, drogas, mafia, etc...)

    Sobre tu fic... Dios amo a Orochimaru en el manga/anime y a Tsunade, pero en este fic, los odio XD Itachi Dios, es un amor. Lastima lo de su corazón -.-Sasuke, aunque sea una victima , aun poseía esa frialdad.

    Madara y Izuna, mis dos segundos personajes favoritos >w<. Te agradezco mucho en haberlos incluido en tu fic, ya que por un lado, Izuna no es un personaje reconocido y casi nadie lo utiliza en sus fic. Madara lo trabajan de la forma más patetica. Un villano violador. Está bien que sea villano ¿Pero violador? ¬¬... Y en tu fic le diste otro papel... De bueno y raro, pero por alguna razón, lo amé XDUu... Aunque, soy más al Incesto de ellos, pero como fraternal, me encanta >w<

    Hinata, pobre T.T

    En verdad, amé tu fic. Volvería mi pasión de leer fics si no hubiese tantas basuras -.-. Ojala que el fic que estoy escribiendo (Que casualidad es ItaSasu y MadaIzu XD) llegara hacer como el tuyo. Algo que impacte *O*

    Espero la conti ^^
     
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73 replies since 5/9/2011, 18:55   10770 views
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