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pri_sasukelove20.
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Capi 5:
El puño del pelinegro de tez más pálida impactó con fuerza en la mejilla contraria haciendo que la propia víctima se agarrara del borde de una de las puertas, próximas a su cercanía.
Escupió un poco de sangre que escurría del interior de sus labios observando a su contrincante con una sonrisa desafiante.
—Que bien-sonrió Sai-Ahora están parejas tus mejillas hinchadas…
Un gruñido bastante molesto se escuchó del azabache al tiempo que limpiaba la comisura de sus labios con la manga, miró al rubio a un lado del bastardo metido con una mirada mezclada entre sorprendido y serio.
Ya era suficiente. No quería ser expulsado del instituto por un estúpido enfrentamiento. Tomó aire cerrando sus ojos, tranquilizándose muy a su pesar por el desgraciado que había tenido el descaro de deformar su perfecto rostro junto a ese rubio de mierda.
—Paremos aquí-masculló-¿No queremos tener problemas con el director, verdad?
Sai miró a su compañero, y si, estaba en lo cierto.
—Solo una advertencia… vuelves a tocarle y te dejo castrado. ¿O es que Gaara no puede satisfacerte como lo hacía Naruto?
El rubio bajó la mirada muy apenado enrojeciendo levemente sus mejillas, su amigo no era nada discreto. Y Sasuke… Sasuke estaba que mataba al pelinegro apretando sus nudillos hasta blanquearlos de ira.
Pasó de largo empujando bruscamente el hombro de Sai y caminando directo por los pasillos. El timbre acababa de escucharse y daba por finalizado el fin del recreo.
Tan pronto como veía que Sasuke se alejaba observo molesto a su amigo.
—No tenías porque decir eso.
—Solo quería hacerle ver la realidad. Qué viene a interesarse en ti si esta con Gaara… es un idiota.
—Regresemos…-suspiró.
Se alejaron del baño retomando su camino con otros estudiantes al salón. Y una duda se manifestó en el ojiazul
—¿Cómo sabias que estaba en el baño?
—Shikamaru me dijo que tardabas demasiado. Los encontré en el patio, además…-su tono se endureció-Gaara estaba solo con sus amigos, eso me dio la idea de donde se había escabullido el bastardo. Simple-se encogió de hombros.
—Pues… te lo agradezco. Pensé que no lograría salir de ahí.
Sai vio que estaban a unos pasos del aula y paró.
—¿Qué sucede?-preguntó el rubio confuso.
—No creo que sea bueno que te vean así-señaló su pecho.
Naruto bajó la mirada y se encontró con la camisa media abierta mostrando su pecho bronceado y unas pequeñas marcas que se acentuaban de a poco. Sus mejillas se sonrojaron con fuerza y a una rapidez increíble, sus manos comenzaron a abrochar la camisa ocultando cada parte de piel.
—Lo… lo siento, yo…
—No te disculpes. No es tu culpa, sino la del maldito ese-miró al frente y para sorpresa de ambos, Sasuke le observaba sin ninguna discreción.
Sasuke les sonrió con arrogancia al momento de tomar el domo e ingresar al salón.
—Es un maldito creído. Créeme Naruto que un castigo le vendrá tarde o temprano-rió malévolamente-Lo que te izo no tiene perdón.
—Je… ojalá se cumplan tus palabras-una sonrisa amarga se plasmó en sus labios.
Y a centímetros de la puerta, todo cambió. Sai jaló al rubio al momento que la puerta se abrió estruendosamente casi rompiéndola. Naruto hubiera sido golpeado con ella y una pequeña herida no era lo que hubiera obtenido sinceramente.
Fueron testigos de cómo por ella una azabache desesperado salía corriendo con la mochila y en dirección a la salida, a decir verdad, era tanto su correr que Sai rió cuando resbaló y cayó sentado. Pero solo fueron segundos, el moreno volvió a ponerse de pie y salir del instituto con una velocidad desconocida.
—¿Viste su cara? Era de preocupación-habló el blondo algo impactado por la actitud de su ex.
—Entremos y averigüémoslo.
Y cuando vieron a sus compañeros y a su profesor en la interrumpida clase, no pudieron evitar abrir los ojos de la impresión.
Sai no era adivino, pero eso que dijo y lo que ocurrió…
Era demasiado extraño y hasta cierto punto terrorífico.
Las palabras de uno de sus compañeros los dejó palideciendo.
—Se llevaron a Gaara en una ambulancia.
No podía creerlo.
—Es un maldito creído. Créeme Naruto que un castigo le vendrá tarde o temprano.
Y se sintió realmente culpable… porque él… LO DESEO.
—Je… ojalá se cumplan tus palabras.
(Continuará)
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