Batallas contra el corazón

(Eustass Kidd x Trafalgar Law, otras) Trafalgar Law es el nuevo becado de la escuela, dónde poco a poco y a base de encontronazos va conociendo a sus nuevos compañeros y sus historias

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    Menos de un año en colgar capítulo, estamos batiendo records jajaja... Como siempre me disculpo por la tardanza y les doy las gracias a los que siguen teniendo fe en esta humilde historia. Agradecimiento especial a Taka-chan por su ayuda con la edición. Sin más les dejo con el capítulo...



    Capítulo 13

    Abrió los ojos perezoso, tornándolos y observando su alrededor. La cantidad de luz que entraba por las persianas y sentir las legañas acumulándose entre las pestañas le hicieron pensar que habría dormido más de tres horas; sin embargo, al mirar el reloj de su móvil, daban cerca de las cuatro menos cuarto. Aquello lo dejó algo desconcertado.

    Sin darle más vueltas, se dispuso a aprovechar el tiempo que le quedaba hasta la llegada de su invitado, por lo que decidió darse una ducha para deshacerse del cansancio que aún lo inundaba. Tomó una toalla del armario y se dirigió al cuarto de baño, pasando por la sala, en cuyas ventanas pudo divisar un cielo gris.

    Después de quitarse una a una las prendas del uniforme y haber jugado con la grifería en busca de la temperatura perfecta, se adentró en la cascada de agua. El vapor viajaba por el espacio empañando el espejo y los azulejos. Aquel torrente cayendo sobre su cuerpo había logrado que se relajara y abstrajera, olvidándose de aquellos días de locos, de sus nuevos compañeros y del amargado pelirrojo que ocupaba con frecuencia sus pensamientos.


    Los últimos rastros de espuma acababan de desaparecer por el desagüe cuando oyó el timbre. Se dijo a sí mismo que no podía ser, que no podía haber pasado una hora allí dentro. Como pudo salió del baño, dejando un rastro de agua tras su paso mientras se amarraba una toalla blanca alrededor de la cintura para tapar su desnudez. Cuando llegó al umbral del apartamento abrió la puerta, encontrándose con la cara sorprendida de Eustass Kidd.

    - Buenas tardes Eustass-ya, pensaba que habíamos quedado a las cinco.
    - ¿Y qué hora crees que es?- afirmó más que preguntó malhumorado. El otro dirigió la mirada hacia el reloj de la cocina, corroborando lo que le había dicho.
    - ¿Qué le pasa a los relojes últimamente? Entra,- dijo apartándose del marco- siéntete como en casa, yo voy a cambiarme… a no ser que te gusten las vistas- sonrió travieso ante la mirada analítica del más alto.
    - No te lo creas tanto Trafalgar- espetó, aunque no pudo evitar fijar la mirada en la figura del otro en lo que éste se alejaba, llamándole la atención el pequeño tatuaje que tenía en el cuello, bajo el nacimiento del pelo. Un corazón en cuyo interior había alguna especie de símbolo.

    Kidd se acercó a la mesa de café para dejar la caja de herramientas y la bolsa con el material, después de lo cual pudo dedicar un tiempo a analizar el espacio en el que se encontraba. Se podría decir que el pelinegro vivía en un apartamento bastante aséptico y de tonos neutros.

    Apenas pasados diez minutos Law estuvo de regreso, ahora con unos vaqueros y una sudadera amarilla, arrastrando con el pie lo que parecía ser una toalla para limpiar las gotas de agua que había ido dejando en su paseo nudista por la casa.

    - Veo que ya has elegido el sitio de trabajo- insinuó con una media sonrisa recogiendo el tejido del suelo.
    - Me da igual donde lo hagamos…
    - Vaya, no te creía tan salvaje Eustass-ya- la respuesta del pelinegro tomó desprevenido a Kidd, quien abrió los ojos sorprendido mientras sus mejillas tomaban un sutil tono carmesí.
    - ¡Déjate de juegos! En cuanto antes empecemos antes me largaré de aquí.
    - Que poco romántico - se rio, recibiendo una mirada fulminante por parte del pelirrojo.- Está bien, pongámonos serios. Siéntate- ofreció haciendo lo mismo al otro lado de la mesa en la mullida alfombra.- ¿Cómo exactamente quieres hacer el trabajo?
    - Respecto a lo que hablamos compré los materiales, por lo que no creo que nos haga falta nada más. Lo ideal es hacer una memoria o guía de los pasos que seguimos, acompañado de una conclusión, una lista de materiales, etcétera.
    - Está bien, como yo no tengo mucha experiencia, y por qué no decirlo, habilidad con este tipo de proyectos, me encargaré de redactar el informe y te echaré una mano en lo que me pidas, si te parece bien…
    - ... Sin problemas.

    Una vez acordados los términos empezaron a sacar los materiales y útiles. Todo el proceso que Trafalgar veía llevarse a cabo lo iba apuntando diligente, además de las aclaraciones de Eustass acerca del procedimiento. Y ahí fue cuando lo notó, eso era lo que el mayor amaba, el brillo en sus ojos lo delataba; del mismo modo que él se fascinaba con la biología su compañero lo hacía con esas cosas frías y metálicas.


    - “Al final no vas a estar tan amargado como pareces Eustass-ya…”- pensó el ojeroso.-Hagamos un descanso, aunque ya casi terminamos, ¿quieres un café?- ofreció.
    - Está bien, gracias- respondió soltando el cableado que tenía entre manos y respaldándose contra el sillón. Se sentía bastante cansado, aunque lo achacaba al insomnio.

    Desde donde estaba sentado podía observar al otro preparar lo que le había ofrecido. Dejó caer su peso en la mesa, acunando la cabeza entre los brazos mientras seguía los hipnóticos movimientos de su compañero. Se permitió por un momento escudriñar su figura, desde las largas piernas hasta el sedoso cabello negro, pasando por su esculpida espalda. Al rato notó que le empezaban a pesar los párpados, que los músculos se relajaban, que todo se iba volviendo negro.

    El de ojos grises colocó en una bandeja la azucarera y ambas tazas de contenido amargo. No es que él fuera dado a los detalles, pero era una de las mejores formas de llevar a cabo su propósito sin dar muchas vueltas por la casa.

    Al encarar los sillones se encontró con la silueta dormida de Eustass. Sorprendido ante tal estampa, se aproximó, y dejando aquello que portaba en la mesa lo más despacio que pudo se sentó frente al otro. Se le veía tranquilo cuando dormía, aunque las pequeñas bolsas bajo sus ojos daban a entender que eso no pasaba con regularidad.

    Estaba pensando en despertarlo cuando escuchó como las primeras gotas se estrellaban contra el cristal, y en pocos minutos, lo que pareció ser una ligera llovizna, terminó siendo un gran aguacero. No le sorprendería que aquella noche hubiera tormenta eléctrica. Sonrió, levantándose rumbo a su habitación, para poco después salir de ésta con una manta.

    - Ya que parece que no podrás salir de aquí, al menos no pesques un resfriado- dijo más para sí mismo que para el otro mientras le ponía la tela sobre los hombros. En respuesta, Kidd se acurrucó aún más, emitiendo alguna especie de ronroneo, lo que le arrancó una sonrisa al pelinegro.

    Law se acercó a la ventana taza en mano. Vio a la gente correr de un lado para otro refugiándose bajo los alfeizares y balcones, entrando a las tiendas aunque esa no fuese su intensión desde el principio. Le encantaban esos días, el agua que caía del cielo lo limpiaba todo, incluso las almas de los que se sentían afligidos.

    Regresó sobre sus pasos sentándose tal como estaba antes de levantarse. Paseó su mirada sobre la mesa, contemplando el trabajo y su respectivo informe. Lo tomó entre sus manos, dejando a un lado su bebida para poder pasar las hojas, no estaba de más una última revisión.

    Tras un par de cambios, el pelinegro se había quedado sin nada que hacer. Pudo observar una taza vacía, otra llena, y una cabellera pelirroja desparramada sobre la superficie de madera oscura.


    Al abrir los ojos notó la escasez de luz, por lo que no le supuso mucho esfuerzo empezar a distinguir lo que veían sus ojos, en este caso un techo no muy alto de color blanco. Giró la cabeza en busca de más información, pudiendo divisar la pata de una mesa sobre una alfombra de pelo blanco, y algo más lejos, una cabellera negra.

    Extrañado, empezó a incorporarse de forma pausada, notando como un tejido se deslizaba por su pecho hasta amontonarse en el regazo. Tomó lo que supuso era una manta y la ovilló contra su abdomen para volver a echar un vistazo al alrededor. Reconoció el lugar en el que se encontraba, lo que no sabía era cómo había llegado a quedarse dormido tan profundamente ni qué hora era, aunque lo último lo averiguó encendiendo su móvil.

    Las siete y veinticinco pasadas, de la mañana, del sábado…

    - ¿Pero qué demonios…?

    Entonces escuchó como algo se revolvía al otro lado de la superficie de madera. Sin hacer ruido, terminó de ponerse en pie, encontrándose con Law, quien dormía abrazado a un libro de medicina con la sudadera levantada por uno de sus costados, dejando entrever su piel color caramelo.

    Si en ese momento le hubiesen preguntado a Kidd que pasaba por su cabeza, éste no hubiera sabido definir las sensaciones que lo inundaban. Pero estaba seguro de que le encantaba ver la expresión relajada del moreno.

    Soltó la manta sobre uno de los sillones, dispuesto a mover la mesita con cuidado de no despertar al pelinegro ni tirar la maqueta. Después de retirarle el libro, lo tomó entre sus brazos para recostarlo de forma delicada en el sofá.

    Mentiría si dijese que no le resultó cálido tener al ojeroso contra su pecho, por muy breve que fuera el contacto; también lo haría si desmintiese que paseó su mirada por las facciones del otro, memorizándolas, desde su cabello hasta sus labios entreabiertos, pasando por aquellas largas pestañas negras.

    Volvió a coger la manta y lo tapó, haciendo que el pelinegro se revolviese. Sin embargo, éste no abrió los ojos, por lo que pudo dejar de contener la respiración y hacer que sus pulsaciones fueran disminuyendo poco a poco hasta normalizarse.
    Puso de nuevo el mobiliario en su sitio, percatándose al hacerlo de la presencia de una nota sobre la mesa, la cual rezaba:

    “El informe está terminado, échale un vistazo por si encuentras algún fallo. No intenté terminar de conectar lo que faltaba de la maqueta por si metía la pata.
    P.D.: No te desperté porque había tormenta y no hubieras podido regresar a casa.
    P.D.2: Haces ruiditos graciosos cuando duermes.”


    Al leer las últimas líneas quiso asfixiar al ojeroso mientras dormía. Aunque aquel pensamiento no evitó que notara como sus mejillas y orejas aumentaban de temperatura.

    - Estúpido…- susurró tocándose la oreja derecha.




    La del pelirrojo no fue la única mañana singular, un par de horas más tarde, en el ático del profesor de literatura del New World High School, Roronoa Zoro abría sus cansados ojos a la par que retorcía su cuerpo sobre la cama. Había pasado la noche en vela preocupado por su tutor, quien no había ido en coche al restaurante.

    Se levantó pesaroso, quedando frente al ventanal. Estiró la mano hacia la cadena para abrir la persiana que impedía el paso del sol, lo que le costó una ceguera temporal. Lento, se dirigió al salón, con el objetivo de comprobar si Mihawk había llegado bien al loft. Se sorprendió al encontrar un reguero de ropa húmeda que iba desde la entrada hasta la habitación del otro. Ante la escena el peliverde se puso en lo peor, diversas circunstancias cruzaban su cabeza, desde un simple resfriado hasta un asalto. Aceleró el paso con el corazón en un puño rumbo al otro extremo de la sala.

    - ¡¡¿Mihawk estás…?!!- gritó al abrir de golpe la puerta. Sin embargo, el panorama que se encontró hizo que la cerrase de golpe y se apoyase en ella, mirando más detenidamente el resto de la casa. ¿Cómo no se fijó desde el principio que había demasiado ropa para una sola persona? La sorpresa inicial fue desapareciendo, transformándose en rabia y tristeza.



    El pelinegro abrió los ojos sobresaltado y desorientado. Le costó hacerse a la idea de qué había sucedido, aunque más le costó asimilar la cara somnolienta que tenía a escasos centímetros de la suya.

    - Se supone que te dejé durmiendo en el salón maldita sea- dijo cansado el ojos miel.
    - Buenos días a ti también Mihi- contestó en forma de bostezo Shanks.
    - ¿Qué haces aquí?
    - Digamos que le preparé una escenita a tu pupilo, pero se ve que el chico no da para más…
    - Mierda…- susurró Mihawk.

    Se levantó para salir en busca del menor, poniéndose una camisa negra que había en la silla de camino a la puerta. Una vez al otro lado vio que el otro ya se encontraba en medio de la estancia.

    - Zoro ¿sucede algo?
    - ¡¿Qué si sucede algo?! ¡¿Tú qué crees?! Me paso toda la noche preocupado por si te hubiera pasado algo y me encuentro con esto- gritó.
    - Lo siento, pero no es lo que parece…- intentó excusarse el mayor, quien , después de analizar rápidamente el estado de la casa, contempló la ira en los ojos del más bajo.
    - Seguro que sí, ahora me dirás que el pobre no tenía donde dormir- espetó airado.
    - Zoro intenta tranquilizarte, eres lo suficientemente mayor como para ponerte así, ¿no crees?- empezó a hablar con mayor firmeza Mihawk. Aunque aquella frase acabó con la poca entereza que le quedaba al otro.
    - ¡Soy mayor para lo que a ti te interesa!
    - Pues si quieres demostrar lo contrario no lo estás logrando- expuso serio, frunciendo el ceño y cruzándose de brazos.
    - ¡Lo que pasa es que eres un adulto insensible que no se da cuenta de nada!- rebatió el menor.
    - ¡Ya está bien, baja la voz! No tienes derecho a rebatirme cosas que no entiendes Roronoa- soltó el pelinegro llegando al límite de su paciencia, lo cual le costó que Zoro se acercara y le propinase un puñetazo bajo el ojo izquierdo.
    - ¡El único que no entiende nada eres tú! Si llego a saber esto nunca me hubiese ido contigo cuando murieron mis padres. A ver si te enteras de una vez que me gustas- siseó frustrado el peliverde asiéndole de la camisa, para tras unos segundos deshacer el agarre bajo la sorprendida mirada de Mihawk.
    - Mihi te voy a tomar prestada la ducha si no te…- calló un sorprendido Shanks al abrir la puerta.- Lo siento si interrumpo algo.
    - ¡Lo que me faltaba! ¡Me largo de esta casa!- gritó mientras se dirigía a su habitación.
    - ¿Y dónde se supone que vas a vivir?- preguntó el de pelo azabache.
    - EN CUAQUIER SITIO DONDE NO ESTÉS TÚ NI ESE ESTÚPIDO- vociferó antes de cerrar la puerta de un portazo.
     
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  2. alexis.ascolta
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    oooohh genial :=KITTIYN: tengo guardada esta historia y entrando, me notifica capitulo nuevo,estoy de suerte :=uuhuhuhus: me gusta mucho tu historia, esperemos que no tarde mucho el capitulo siguiente jejejeje escribes mu bien ,te felicito :=KITTIYN: :=KITTIYN: :=KITTIYN:
     
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    la flor de hielo jamas se marchita
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    Sobre el viejo árbol, mirando el lago donde reposan mis ilusiones.

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    :=uuhuhuhus: :=uuhuhuhus: :=uuhuhuhus: :=deeaaah: :=uuhuhuhus: :=uuhuhuhus: :=uuhuhuhus: :=AKAKAKAKAK: :=omgdf: :=PENSDF: :=nuse: :=nuse: :=uuhuhuhus:
     
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  4. Taka.RyuujiDalton
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    Sabes que ahora eres lo más guay del foro querida mujer mía? Estoy orgullosa de ti :3
    Creeme que todos tenemos ganas de ver como sigue, incluso tu beta-reader xD
     
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  5. sej
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    Cntyy :=PENSDF:
     
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  6. Sombra Kali
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    Me cuesta seguir un poco el hilo de la historia, no me preguntes porqué, que ni yo sé xD. Aún así me está gustando mucho, espero que lo continúes pronto que ya tienes acá otra seguidora :). :=duouou:
     
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    Hola a todes, muchas gracias por el apoyo a ester fic que no se lo merece. Más de un año... debería darme vergüenza. Sin más preámbulos les dejo con el capítulo:


    Capítulo 14

    El sonido de las puertas y cajones abriéndose y cerrándose componían una melodía algo perturbadora, como la tormenta en la lejanía, acercándose a pasos acelerados. La furia adornaba el rostro de Zoro, que metía prendas a diestro y siniestro en la bolsa deportiva a los pies de su cama.

    Cuando la creyó completa tiró del cierre, se puso una sudadera gris que yacía en el sofá, las deportivas y salió de la habitación. En la sala un consternado Mihawk se acercó a él rápidamente.

    - Espera Zoro, tranquilízate ¿quieres? Vamos a hablar- soltaba cada vez más apurado el mayor en vistas de que el otro no aminoraba su marcha hacia la puerta.
    - No hay nada que hablar.
    - ¡Te quieres parar un momento!- exclamó asiéndole del brazo de forma brusca.
    - He dicho que no tengo nada que hablar contigo- contestó frío el peliverde, sin siquiera mirarle a los ojos, tras lo cual se libró del agarre de un fuerte tirón. Llegó hasta la puerta y bajo la incrédula mirada del azabache se marchó.
    - ¡Zoro!- volvió a bramar yendo tras él.
    - Es mejor que lo dejes por ahora Mihawk- lo interceptó Shanks con una mirada entre la pena y el arrepentimiento.



    Cuando por fin tomó conciencia de sí mismo notó el peso de un suave tejido, y lo cerca que se encontraba del borde de aquella superficie sobre la que yacía recostado; por lo que empezó a desperezarse lentamente. Se encontraba en el salón, y hasta ahí todo correcto, pero no recordaba haberse quedado dormido.

    Mientras intentaba recapitular sus memorias llegó a él el olor a café, lo que le hizo que buscar su origen.

    - Mejor no abras la boca y solo cógelo- dijo Kidd mientras le ofrecía una taza con el oscuro líquido. Law apenas tuvo tiempo de mirarlo a los ojos, luego a la taza y cogerla sin rechistar centrando su vista en ella. Eustass tomó asiento frente a él a la expectativa.- Ojalá ese estado zombi tuyo durara todo el día.
    - Hm-masculló el pelinegro mientras frotaba uno de sus ojos.
    - ¿Se supone que esa es alguna clase de respuesta?
    - …enos días- respondió bostezando.
    - ¿Durmió bien la princesa?- preguntó irónico, recibiendo una mala mirada por parte del otro, que ya empezaba a recobrar sus cinco sentidos.
    - Al menos yo no me voy quedando dormido en casas ajenas.
    - Tsk.
    - Punto. Set. Y partido- contestó antes de pegar el último sorbo a su café, recibiendo una mirada fulminante del contrario.
    - Como sea. Ya terminé de hacer las últimas conexiones, solo queda probarlo- comentó señalando la maqueta.
    - Haz los honores Eustass-ya- entornando los ojos Kidd puso en marcha el mecanismo.

    El pelirrojo destapó la pequeña placa solar y la orientó hacia la ventana. Al incidir la luz, la electricidad generada viajó a través del cableado, poniendo en marcha el motor. Éste, a su vez, trasmitió la energía mecánica de un engranaje a otro hasta llegar al molino, que empezó a girar despacio, pero de forma constante. Kidd, viendo que todo funcionaba correctamente, alzó la vista en busca de una opinión del contrario, encontrándose con la cara fascinada de Trafalgar Law.

    - Es increíble Eustass-ya… Es decir, sé cómo funciona, pero dudo que hubiese sido capaz de llevarlo a cabo- el cumplido dejó a Kidd sin habla.- Sinceramente, se te da muy bien esto.
    - Gracias, supongo.
    - Parece que no eres bueno recibiendo cumplidos- rio el moreno.- ¿Acaso quieres ser mecánico?- la pregunta provocó la risa del pelirrojo, tomando desprevenido a Law.
    - Algo así. Mi familia, entre otras cosas, es dueña de una marca de coches. Nos encargamos de la producción y distribución. La empresa la fundó mi bisabuelo, pero fue mi abuelo el que revolucionó la industria.
    >>Él amaba los coches, bueno, creo que si lo hubiesen dejado hubiese construido naves espaciales- rio de forma nostálgica.- Por otra parte mi padre es un hombre de negocios, así que para él lo único importante es saber llevar los números de la empresa: “Pagar poco y que otros hagan el trabajo”- a medida que confesaba lo último su rostro se iba ensombreciendo.
    - Intuyo que te gusta más el trabajo de campo que el de oficina.- dijo intentando relajar la atmósfera.
    - Sí, pero en esta vida uno no siempre puede hacer lo que más le gusta- rebatió aún más tenso.
    - Algunas veces así lo parece, pero siempre hay solución para todo. Menos para la muerte, aunque eso déjamelo a mí- bromeó.
    - Si tú lo dices- sonrió, manteniéndole la mirada al ojeroso.


    Eustass Kidd no sabía que tenía Trafalgar Law. Aquellos ojos grises le transmitía la confianza necesaria para sentirse tranquilo y a salvo, incluso hablando de uno de los temas que más le dolían. Y eso lo enfurecía, porque no podía permitirse crear ese tipo de lazos otra vez.

    Por su parte, Trafalgar Law sentía una calidez extraña en el pecho, algo que atribuyó a la repentina sinceridad de Eustass Kidd. Era lo suficientemente perspicaz como para darse cuenta que el pelirrojo apreció sus intentos por quitarle importancia al tema, que de lejos se veía que le incomodaba.

    Ambos se observaban mutuamente, en un ambiente que rozaba lo irreal, sin tensión, sin preocupaciones, como si se conocieran de toda la vida. Sin embargo, aquello no duró mucho pues el sonido del timbre explotó su pequeña burbuja.

    - ¿Esperas visita?- preguntó Kidd saliendo de su ensimismamiento.
    - No… será algún vecino- contestó extrañado Law, tras lo cual se levantó y se dirigió a la puerta. Al abrirla se encontró con una sudadera gris, unos pantalones con los bajos sucios y una cabellera verde. Zoro estaba ante él, sudado, y con una bolsa de deportes colgando del hombro.
    - Yo… no sabía a dónde ir…- balbuceó nervioso.
    - Tranquilo, pasa- respondió apartándose de la puerta.- Espero que no te moleste Eustass-ya.
    - No pasa nada, de todas formas yo ya me iba- dijo mientras se levantaba para coger sus herramientas, con una mezcla de confusión y molestia.
    - Siento la interrupción, de verdad.
    - No te preocupes Zoro-ya- le restó importancia el moreno.- Y Eustass-ya, nos vemos el lunes- se despidió con una sonrisa Law.
    - Lo que tú digas Trafalgar- replicó el otro cerrando la puerta tras de sí.
    - Ahora, ¿me vas a explicar qué ha pasado, o he de entender que me quieres tanto que no concibes la idea de vivir lejos de mí?- exigió saber Law alzando una ceja. Sin embargo, relajó su expresión al ver como el otro empezaba a temblar.
    - Lo he jodido todo.




    En un ático cerca de allí, Mihawk tenía la mirada fija en la nada, intentando asimilar todo lo que había pasado: la expresión consternada del menor, los gritos, el puñetazo, la confesión… Zoro marchándose. “¿Qué diablos había hecho?” era la pregunta que pasaba por su mente una y otra vez, clavándose cada vez más en el fondo de su corazón.

    Salió de sus pensamientos al ver una pequeña bolsa con hielo delante de él. Shanks se apoyó en el respaldo del sofá.

    - Póntelo, aunque creo que te va a quedar marca. Ese niño sí que sabe dar un derechazo.
    - No estoy para bromas Akagami. Además, todo esto es culpa tuya, ¿lo sabes no?- señaló irritado.
    - Lo sé, y no me siento orgulloso. He de admitir que calculé mal mi último movimiento, pero al menos ahora ya sabes lo que siente- respondió alzando los hombros y rodeando el sillón para sentarse junto al azabache.
    - Hubiera preferido que las cosas siguiesen como hasta hora- confesó dejando caer la cabeza en el respaldo mientras colocaba la bolsa sobre su pómulo izquierdo.
    - ¿Cómo? ¿Con una tensión sexual-amorosa no resuelta? Qué bonita forma de vivir. Al menos ahora sabes que él siento lo mismo que tú.
    - ¡Por Dios santo Shanks! Tiene 15 años, todavía no sabe siquiera que significa la palabra amor.
    - Mihawk, yo he visto cómo te mira. Y lo que dice su mirada no proviene de un sentimiento que naciera ayer. Yo creo que ni él mismo lo supo ver hasta hace poco.
    - Aunque todo eso fuera cierto, hay ciertos hechos que no puedo ignorar, cómo que es mi alumno y que nos llevamos 11 años. Mis sentimientos se podrían catalogar de pederastia fácilmente.
    - Es verdad que quizás no es el momento, y que sería mejor esperar unos años, pero eso no quiere decir que en un futuro no podáis estar juntos.
    - Incluso con esas, a estas alturas dudo que algo así suceda. No después de todo lo que ha pasado.
    - Si me aceptas un último consejo,- empezó a decir el pelirrojo- creo que deberías sincerarte con el chico. Zoro, aunque sea joven, ha demostrado tener la cabeza sobre los hombros, tanto, o más, que tú y que yo.
    - No sé…
    - Tú dale este fin de semana, seguro que está en casa de alguno de sus amigos. Dale tiempo para pensar, además tú también lo necesitas. Pero, por favor, no vuelvas a levantar muros a tu alrededor, no sólo te haces daño a ti, también se lo haces a él.






    - Tampoco hay que precipitarse, ¿seguro que no malinterpretaste las cosas?- preguntaba Law mientras le tendía una toalla a su interlocutor.
    - ¿Qué voy a malinterpretar? Estaban en la misma cama como dios les trajo al mundo. ¿Crees que ahí se puede malinterpretar algo?
    - La verdad es que lo pones difícil. Entiendo que estés frustrado,- repuso mientras se sentaba- no tuvo que ser agradable.
    - Lo peor es que le pegué, y después, encima, me confesé- dijo Zoro hundiéndose más que sentándose frente al moreno.
    - La verdad es que no es la mejor combinación- respondió Law sobándose la nuca.
    - Estaba ciego de ira y me salió, sin más- explicó el peliverde.- No me va a volver a mirar a la cara- sentenció escondiendo la cara tras las manos.
    - No nos precipitemos…
    - No quiero verle Law- dijo en un sollozo.
    - Pero es tu tutor, y tu profesor. Además Shanks…
    - ¡Lo sé! ¿Crees que no lo había pensado? ¿Con qué cara voy a clase ahora?
    - Zoro… si necesitas estar un par de días aquí… ésta es tu casa, incluso si necesitas que te cubra en el instituto, lo haré… Yo…, no sé qué más decirte.
    >>Sólo ten en cuenta que algún día tendrás que enfrentarte a esta situación, ya no vale esconderse o ignorarla.
    - Lo sé… Solo, …necesito un poco de tiempo.


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    Sé que éste ha sido bastante corto, pero creo que con esta forma de trabajo puedo actualizar con mayor frecuencia (el siguiente capítulo ya va viento en popa). Gracias por la paciencia infinita <3
     
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    ¡¡Hola chicos!!

    Me pasaba por aquí para comentar que este fic está siendo sometido a correcciones y restruccturación del contenido (sí, pese a todo este tiempo de hiato).

    Seguramente de aquí a final de año vuelva a publicar los capítulos, así como la continuación y final del fic. La esencia de la historia no cambiará pero sí la forma de estar narrada

    Quiero aclarar que no lo volveré a publicar el fic en este foro, sino en páginas como Wattpad, Fanfiction (donde ya existe) y Amor Yaoi, donde me podéis encontrar por el mismo nombre de usuario, al igual que el título del fic seguirá siendo el mismo.

    Muchas gracias a todos por leer <3
     
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112 replies since 8/12/2011, 12:53   6405 views
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