Green Eyes (Harry/Draco - Sirius/Remus): Epílogo [FINALIZADO] - AGRADECIMIENTOS

Autora: Amy Lupin Traductoras: anali_snape y Hermione

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. Kari Tatsumi
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Capítulo Catorce

    Manzana




    Mientras recorría las veinticinco cuadras de la mansión hasta el parque silenciosamente, Draco reflexionaba sobre los últimos días. Nunca había sido de pensar mucho sobre su vida, sólo vivía y dejaba vivir. Pero últimamente estaba muy reflexivo. Tanto que prácticamente había abandonado sus viejos hábitos y sus antiguos compañeros por un par de ojos verdes. “¡Oh, ese pensamiento fue aterrorizante!”, pensó “¡Quien me escuchara decir eso pensaría que estoy enamorado!”. Y lo peor de todo era que dichos ojos pertenecían a un chico. El chico que había detestado durante siete años enteros y con el cuál estaba platicando más que con su familia, incluyendo a Natalie.

    Potter nunca había intentado darle alguna lección de moral, o hacerlo cambiar sus costumbres e ideas, sin embargo conseguía influenciarlo a tal punto de que ya no se imaginaba retomar su vida del modo que era dos semanas atrás. La noche anterior Pansy había conseguido arrastrarlo a una discoteca con los demás. Bueno, en realidad, prácticamente Draco se había obligado a ir, pues tres sábados seguidos sin fiesta sonaban como una afrenta para sus oídos. Más aún después de cierto sueño…

    El problema era que no se sentía a gusto en la discoteca. No conseguía prestar atención a las bromas pesadas que eran gritadas por encima de las copas que se vaciaban con una rapidez impresionante; había huido de la traviesa mano de Pansy, de los esfuerzos por atraer su atención –que ya no eran pocos; ni siquiera se había sentido tentado de invadir la pista de baile con una de las chicas que se le habían insinuado –nada discretamente; no soportaba aquella música y las luces vertiginosas que comenzaban a marearlo; hasta que se cansó de todo y se levantó, aprovechando la oportunidad de que Pansy fue al baño, y se despidió sin dar explicaciones. Probablemente todos pensarían que estaba intentando librarse de Pansy para encontrar alguna otra chica e inventarían alguna excusa por su ausencia. Perfecto. Sería magnífico si ellos pensaran eso cuando en realidad había ido al parque. Si volvía a casa a esa hora, su madre le diría a Pansy, ciertamente, así que decidió caminar por el vacío lugar, mirando las estrellas y deseando tener alguien para simplemente conversar. Un cierto alguien, en realidad…

    Regresó a casa a las dos y media de la mañana, que era un horario razonable. Además de eso, el cansancio lo venció en poco tiempo, haciendo que cayese en un sueño sin sueños y despertase hasta las once y media de la mañana –por algún motivo, se había agarrado desesperadamente a la almohada, abrazándola, pero ese no era el caso. Lo peor, tal vez había sido pasar el resto del día ansiando ese encuentro, sin conseguir mantener su atención en la televisión, ni en la computadora, ni siquiera en un libro o en la música, nada le quitaba esa ansiedad.

    Por otro lado, se sentía cada vez más ligero conforme se acercaba al parque. Al instante encontró a Potter, esta vez sin la compañía de Snuffles. Estaba sentado al lado de la bicicleta con la cabeza apoyada en el tronco de un árbol, picoteando distraídamente hojas secas. Tenía una expresión tranquila en el rostro y balanceaba una de sus piernas. Draco se bajó de la bicicleta y caminó hasta él halándola, deseando tardarse mucho en llegar, sólo para admirarlo un poco más. Cuanto más lo viese, más ganas tenía de observarlo, como si sus ojos estuviesen viciados, o hechizados por aquella visión de perfección llena de defectos. Natalie tenía razón, como siempre, él era fascinante.

    Potter abrió los ojos cuando escuchó el sonido del pasto siendo pisado y… sonrió, obviamente.

    - ¡Mira nada más, quién lo diría! ¡Llegaste en el horario marcado! – bromeó, pero sin maldad.

    Draco desvió la mirada, sin palabras. Era gracioso cómo aquel chico de cabellos desordenados conseguía ponerlo incómodo.

    - ¿Todo bien? – aquellas dos palabras hicieron a Draco mirarlo. No sonó como un saludo formal o meramente educado, pero parecía cargado de simpatía, y eso, ciertamente, era algo nuevo.

    Se dio cuenta de que tal vez estaba demorando demasiado en responder el saludo y asintió con la cabeza. Potter pareció satisfecho con eso y se levantó, montando en su bicicleta. Draco lo imitó y esperó instrucciones, como siempre.

    - ¿Tienes preferencia por algún lugar para andar, Malfoy? – parecía que todo estaba saliendo un poco diferente a lo que esperaba. Por ejemplo, no esperaba aquel tono agradable en la voz del otro. Potter siempre había sido extrovertido con él, pero había algo nuevo. Como si sólo hasta ahora estuviese realmente apreciando su compañía. ¿O sería una broma que su fértil imaginación le estaba jugando?

    - No. No acostumbro andar en bicicleta – acabó diciendo, esforzándose para parecer con ganas de aquello.

    Los ojos del moreno brillaron por detrás de los lentes y sonrió nuevamente.

    - Entonces sígueme.

    Atravesaron el parque y rodearon el lago, donde algunos niños respondían los saludos del moreno. Pasaron por un puente y entraron en el bosque. Un viento fresco trajo el aroma de eucaliptos mientras seguían el sendero. Hasta que el sonido de un piano quebró el silencio, llamando la atención de Potter, quien lo miró.

    - ¡Hey, eso es Mozart!

    - Es evidente, Potter – Draco no tuvo tiempo de reprimirse.

    - ¿Es tu celular? – preguntó, ignorando su tono sarcástico.

    - Sí.

    Potter paró, apoyándose en una de sus piernas y Draco fue forzado a hacer lo mismo.

    - ¿No vas a contestar?

    - No – se encogió de hombros.

    - ¿Por qué?

    - ¡Porque no quiero, caray! Además de eso, me gusta la melodía – Draco volvió a pedalear y luego Potter lo alcanzó, sin más preguntas.

    La música cesó y comenzó nuevamente, pero el rubio fingió no escucharla.

    Cuando la pantalla de su celular ya mostraba tres llamadas perdidas, Potter salió del sendero y paró bajo un frondoso árbol.

    - ¡Llegamos!

    Draco analizó el paisaje. Estaban cercados de árboles por todos lados.

    - ¿Qué tiene este lugar de diferente a todo el trayecto hasta aquí? – preguntó, sarcástico.

    - ¡Ese árbol! – Potter se apoyó en dicho tronco y lo acarició con cariño.

    Draco torció los labios.

    - ¿Qué tiene de especial?

    - ¡Oh, Malfoy, por favor! Todos los otros son eucaliptos o robles, pero este es un manzano.

    - ¿Y? - ¿Será que debía reverenciar el árbol o felicitarlo?

    Potter rodó los ojos, se puso a rodear el tronco mientras miraba hacia arriba y hablaba.

    - Desde que me mudé para acá, lo encontré aquí en medio de los demás y comencé a visitarlo regularmente, esperando que diese frutos. Ves, ya está cargado, pero aún no hay ninguna manzana madura…

    Fue el turno de Draco de rodar los ojos.

    - Mira, si lo que quieres son manzanas, ve a una frutería o a un supermercado y compra una, Potter.

    Potter dejó que sus hombros cayeran y se sentó junto al tronco.

    - No lo entiendes, ¿verdad, Malfoy? Cuando vivía con mis tíos, no había un parque para que yo lo visitase, ni bosque, ni nada de eso. Apenas algunos pocos árboles en la calle, pero no era lo mismo. Ellos siempre iban a una casa de campo a pasar algunos días, pero nunca me llevaban. Comprar manzanas es muy fácil, siempre he comido manzanas compradas, pero nunca he comido alguna que haya cogido directamente de un árbol, ¿entiendes?

    Draco lo miró como si fuese algún bicho raro y feo. ¿Por qué alguien desearía comer una fruta cogida directamente de un árbol? Su padre tenía una casa de campo, pero desde que tenía diez años no la visitaba. No tenía gracia en aquél fin del mundo, matando moscas en sus brazos y mirando aquél monte de árboles.

    - Eres extraño, Potter – acabó diciendo y Potter rió.

    - Debo serlo. ¡Debo ser un loco, idiota y otras tantas cosas!

    Draco se quedó mirándolo por algunos segundos, imaginando si valía la pena ensuciar su ropa sentándose en el suelo. Por increíble que parezca, aún tenía la playera puesta. Si bien andando en bicicleta transpiraba menos que corriendo…

    Acabó agachándose al lado de Potter, apoyándose en las piernas sin recargarse en el suelo.

    El moreno suspiró y se acostó en el pasto, irguiendo las piernas paralelamente al árbol y lo miró. Draco se quedó desconcertado por un momento e intentó mirar para todos lados menos hacia él, pero en ese momento se escuchó nuevamente cierta melodía.

    - Puede ser algo importante, Malfoy – ponderó Potter.

    Draco finalmente sacó el celular de su bolso y verificó la pantalla.

    - ¿Importante? ¡Humpt! – lo abrió y gritó hacia el aparato - ¡Dolor de cabeza, Pansy! ¡Dolor de cabeza!

    Volvió a cerrarlo con fuerza y Potter se carcajeó.

    - ¡Malfoy, eres todo un personaje! ¡Te pareces a aquellas mujeres que intentan librarse de sus maridos diciéndoles que tiene dolor de cabeza!

    Draco estrechó los ojos, pero creyó mejor no decir los insultos que pasaron por su mente..

    - ¿Siempre usas esa excusa para huir de ella?

    - ¡No es una excusa! – lo pensó mejor. – Bueno, ahora mismo es una excusa, pero mis dolores de cabeza no son broma. Ella lo sabe, por lo tanto no intentará llamar de nuevo.

    - ¿Jaqueca? – preguntó el moreno, pareciendo interesado.

    - Por increíble que parezca, no es jaqueca – explicó, finalmente cansándose de apoyarse en las piernas y sentándose en el pasto. – Es hereditario. Mi abuela tenía eso, mi madre lo tiene y yo también, pero es simplemente dolor de cabeza, a pesar de no tener nada de simple, si es que me entiendes…

    - Sabes, ahora que lo dices, creo que Sirius tiene el mismo problema. No tan frecuente, pero lo tiene – Potter parpadeó. - ¿Eres primo de mi padrino, cierto?
    - Mi madre es su prima, lo que me da un grado de parentesco más distante – Draco reparó en que su tono de voz era tan suave como el del otro, pero no hizo nada para cambiar eso. Estaba sintiéndose extrañamente confortable así, de momento.

    - Oh, tienes razón… ¿Narcisa verdad?

    - Sí.

    Hubo una pausa en la que Draco tuvo casi certeza de que Harry estaba analizándolo, pero no lo miró para confirmar sus sospechas, hasta que volvió a hablar.

    - ¿Pero qué hay de Parkinson?

    - ¿Qué hay con ella? – preguntó ácidamente. ¿Por qué esa niña tenía que regresar a la conversación? ¿Será que conseguía entrometerse aún no estando presente?

    - ¿Te gusta?

    Draco lo miró entrecerrando los ojos.

    - ¿Y a ti qué te importa? – dijo mordaz. - ¿Por casualidad estás interesado?

    De algún modo eso le incomodaba, pero no exactamente por parte de Pansy.

    - ¿Yo? ¿Interesado en aquella pesada? – Potter se botó de risa. – No, definitivamente no. ¡Sólo que no sé cómo la soportas! Bueno, creo que de hecho no la soportas – apuntó, perspicaz.

    - ¿Quién está entrometiéndose ahora, eh? – gruñó.

    Potter se encogió de hombros y puso las manos detrás de su nuca, apoyándose en ellas.

    - Sólo decía lo que pienso.

    - ¿Y por qué crees que no la soporto?

    - Bien, sólo su voz es irritante, habla demasiado, es escandalosa, pegajosa, y últimamente te has negado a sentarte con ella en clase. ¿Me olvidé de algo? Oh, sí, nunca te has comprometido con ella, a pesar de que ella cree que te tiene en la palma de su mano.

    Draco abrió la boca espantado.

    - ¡Ella no me tiene en la palma de su mano! – se indignó. Fuera de eso, los demás argumentos eran correctos.

    - Es evidente, Malfoy – Potter usó sus propias palabras. – La cambiarías por cualquier otra que estuviese frente a ti el tiempo suficiente – la mandíbula de Draco cayó aún más, pero el otro continuó. – Pero la cuestión es, ¿por qué no le das una patada en el culo de una vez?

    El rubio irguió la nariz y lo miró por encima. Pensó en responder con un “no es de tu incumbencia” bien maleducado, pero de alguna forma responder a la pregunta le pareció más tentador.

    - No puedo – acabó soltando, y las palabras “te tiene en la palma de su mano” sonaron impertinentemente en su mente.

    - ¿Por qué? – el moreno parecía realmente curioso.

    - Mi padre me mataría – las palabras escaparon por entre sus dientes cerrados. – El Sr. Parkinson es un importante aliado en la empresa Malfoy y yo tengo que agradarle a ella o arruinaría los negocios de mi padre. ¿Qué culpa tengo yo de que esté obsesionada por mí?

    - Empleaste la palabra perfectamente, Malfoy. Obsesión.

    - Pues sí. Así puedes ver que no tengo alternativa. No puedo simplemente mandarla a volar.

    - No exactamente – canturreó Potter y Draco lo miró alzando una ceja.

    - ¿Cómo?

    - Tal vez ese no sea el camino a tomar, pero siempre hay una alternativa, Malfoy.

    - ¿Y cuál es esa alternativa, Potter? – dijo, sarcástico.

    - Sólo necesitas darle una ayuda para que ella se enamore de alguien más y olvide esa “obsesión” que tiene por ti.

    Draco frunció el ceño irritado.

    - ¡Dilo de una vez, Potter! ¡Sin rodeos!

    - ¿Sabes cuál es tu problema, Malfoy? – Draco rodó los ojos y lo miró desafiante. – No prestas atención a las personas a tu alrededor. Si lo hicieras, sabrías que Justin Finch-Fletchley está coladito por Parkinson desde el colegio.

    - ¿Finch-Fletchley? – preguntó incrédulo. - ¿Aquél debilucho de Contaduría?

    - ¡No es un debilucho, Malfoy! – dijo Potter cansinamente.

    - Joder, ¿y entonces por qué aún no se le declara?

    - Porque es como si ella tuviese una plaquita pegada en la frente: “Propiedad de Draco Malfoy”

    Draco se acarició distraídamente la barbilla.

    - Pero… ¿Qué hago entonces?

    - Bueno, aún no he pensado en eso – Draco bufó y se cruzó de brazos. – Pero ya veremos qué hacemos.

    Draco no podía entender el motivo del frío que llegó a su estómago causado por aquél simple “hacemos”. Pero no tuvo mucho tiempo para pensar en eso.

    - ¡La encontré! – gritó Potter mirando hacia arriba y se puso de pie ágilmente.

    - ¿Qué? – preguntó Draco también mirando al cielo.

    - ¡Una manzana!

    - Oh, no – Draco enterró el rostro en sus manos, pero Potter no se dejó vencer.

    - ¡Mira! ¡Está madura! ¡Ahí está, mírala! – el moreno estaba bastante entusiasmado apuntando hacia arriba por lo que Draco avistó la fruta roja en una de las ramas más altas, probablemente lejos del alcance de las manos.

    Potter pareció analizar la distancia primero, probó un salto, pero sus dedos apenas tocaron las hojas de abajo. Pasó a analizar el tronco del manzano.

    - Mierda, es imposible de escalar.

    El rubio se entretuvo observando los esfuerzos del otro, quien intentó saltar nuevamente, haciendo que la rama se balanceara, buscó ramitas en el suelo para golpearlo, sin embargo nada de eso funcionó. La manzana continuaba firmemente presa. Hasta que Potter finalmente miró a Draco como si apenas lo notara. Se mordió la lengua, en un gesto común delatando que estaba desarrollando una idea.

    - Malfoy – comenzó tentativamente. - ¿Podrías subir a mis hombros y tomarla?

    - ¿Qué? – preguntó Draco, después de unos segundos de duda.

    - ¡Lo que escuchaste! Sube a mis hombros y toma la manzana por mí. Por favor – agregó plácidamente.

    - ¡Por supuesto que no! – Draco sonrió. - ¿Estás loco? ¡Nos caeríamos los dos y mi golpe sería mil veces peor que el tuyo!

    - ¡Entonces deja que me suba en ti! – sugirió, haciendo que los ojos del rubio se abrieran cómicamente y comenzara a balancear su cabeza negativamente.

    - No, Potter.

    - ¡Malfoy, por favor! Nunca te he pedido nada, ¿qué te cuesta, sí?

    Draco se removió, incómodo con la visión del chico arrodillado frente a él, mordiéndose el labio inferior y mirándolo directamente a los ojos, expectante. Sintió nuevamente aquella sensación de frío en el estómago y su boca seca. Intentó negarse una vez más, pero no logró que las palabras salieran de su boca. Potter inclinó la cabeza hacia un lado y frunció la frente en súplica. Draco abrió y cerró la boca varias veces, pero acabo haciendo la cabeza hacia atrás, bufando.

    - Está bien. Pero tú arriba. Quiero decir… tú subes a mis hombros.

    Potter le regaló una blanca y perfecta sonrisa, como un niño que acababa de ganar un regalo anticipado.

    - ¡Genial! – se puso de pie y le ofreció la mano a Draco, quien la aceptó en el mismo instante. – Date la vuelta.

    - ¿Eh? – cuestionó Draco, nervioso. Potter sonrió.

    - Date la vuelta y une tus manos a la espalda haciendo un escalón para que yo pueda subir – explicó, quitándose los tenis y pisando el pasto con las medias blancas.

    Draco tardó un poco en obedecer. Le dio la espalda al otro y entrelazó los dedos en la base de su columna. Sintió dos manos asegurar sus hombros con fuerza mientras Potter apoyaba uno de sus pies en sus manos.

    - Si crees que no soportas mi peso, avísame antes de soltar los dedos, ¿de acuerdo?

    - ¿Estás insinuando que soy demasiado débil, Potter?

    - No. Estoy insinuando que no me quiero llevar un buen golpe.

    - Está bien. Apúrate antes de que me arrepienta.

    Potter colocó todo su peso en los hombros de Draco –quien hizo un gesto, obligando a sus propias rodillas a mantenerse firmes– y se irguió rápidamente, pasando uno de sus muslos sobre un hombro, y luego el otro.

    - Wow – apoyó las manos en el árbol para equilibrarse mientras se aseguraba a los hombros del otro. - ¡Agarra mis piernas, Malfoy!

    Draco dudó un poco antes de menear la cabeza –o intentarlo, ya que tenía al chico en sus hombros– y aseguró ambas piernas de Potter.

    - ¡Con ganas, Malfoy! – dijo, divertido. - ¡No te voy a morder por eso!

    “¡No puedo creer que estoy haciendo esto!” pensó antes de agarrar aquellas piernas con más firmeza, ayudándolo a equilibrarse mejor y tener más estabilidad. Potter se soltó del árbol y agarró su cabello.

    - ¡Hey! – protestó.

    - Malfoy, si me tiras, te juro que me llevo buena parte de tu cabello conmigo, ¿entiendes? Ahora posicióname bajo la manzana.

    Draco gruñó y enterró los dedos más profundo en las piernas gruesas del chico, dando dos lentos pasos hacia el frente.

    - ¿Aquí está bien?

    - Un poco más a la izquierda. Eso, perfecto – una de las manos que estaban en su cabello se soltó y escuchó el sonido de un tallo partiéndose. - ¡La tengo! ¡Es perfecta! ¡Oh! ¿Y cómo es que bajoa hora, Malfoy?

    - ¡Potter! – se irritó y tuvo ganas de empujar las piernas del otro, provocando su caída, al escucharlo reírse.

    - ¡Calma! ¡Estoy bromeando! Muerde la manzana – su visión fue obstruida por algo rojo.

    - ¿Qué?

    - Olvídalo. Ya la muerdo yo. Ahora puedes soltar mis piernas. ¡Seguramente les quedarán las marcas de tus dedos permanentemente!

    Draco lo soltó y sintió ambas manos del moreno en su cuello. Los muslos fueron alejados y, en un solo impulso, Potter se apoyó completamente en sus hombros, haciendo que sus rodillas casi se doblasen, y tiró las piernas hacia atrás, cayendo de pie en el suelo.

    Se giró para ver a Potter sacándose la manzana de la boca, ya faltando un pedazo.

    - ¡Hum! – Potter masticó y tragó. – Lo vale, colega. ¡Es una delicia! – Potter dio otra mordida entusiasmada, provocando aquel sonidillo tan característico, se limpió la boca con el dorso de la mano y le extendió la fruta. - ¿Quieres un pedazo?

    Draco pensó en rehusarse, pero Potter hacía a la fruta parecer tan suculenta que acabó aceptándola y la giró entre sus dedos antes de hincarle el diente. Era sólo una manzana, caray. No tenía nada de especial. Se la devolvió al moreno, quien se sentó en el suelo nuevamente, continuando comiendo. ¿Por qué será que hacía que las cosas más simples pareciesen tan sabrosas? Se sentó a su lado, la manzana estaba frente a sí, nuevamente. La aceptó.

    ¿Acaso el pedazo que estaba en la boca de Potter era más sabroso? Sólo ese pensamiento lo hizo casi ahogarse, pero lo disimuló bien. ¿Qué carajos quería? ¿Tomar la manzana directamente de la boca del otro para probar que realmente no tenía algo más?

    - Bueno, parece que Parkinson entendió el mensaje – concluyó Potter cuando terminó de comer. Draco simplemente concordó con la cabeza. – Ya está comenzando a oscurecer. Mejor nos vamos o no veremos el sendero de vuelta.

    --------------------

    Sirius estaba sentado en el sofá, acariciando los cabellos de Remus, que estaba recostado con la cabeza en sus piernas. A pesar de que sus ojos se concentraban en la televisión, no la estaba viendo realmente. Snuffles estaba desparramado en el tapete, con los movimientos de su respiración acompasados y tranquilos. Los pensamientos de Sirius estaban vagando y él tenía una leve sonrisa nostálgica en los labios, hasta que Remus gruñó y se movió, abriendo los ojos.

    - Hum, creo que me dormí un poco… - dijo medio perdido, volviendo a cerrar sus ojos dorados.

    - ¿Un poco? Ya está oscureciendo, ¿sabías?

    Remus sonrió despreocupadamente, se limpió la esquina de la boca –¿de baba?– y se giró para verlo sin, tan siquiera, levantarse.

    - Estoy tan a gusto aquí… - dijo mañoso.

    - Claro, mi amor, ¡estás recostado en las piernas de Sirius Black!

    Remus rió y se dejó perder en las caricias nuevamente, dándose cuenta que se volvería a dormir si no hacía algo para espantar el sueño.

    - ¿Dónde está Harry, Padfoot? – preguntó con la voz pastosa.

    - Dijo que iba a andar en bicicleta con Malfoy.

    Remus arrugó la frente y abrió los ojos.

    - ¿Draco Malfoy?

    - Sí – y como Remus aún parecía curioso, continuó explicando, con el semblante bastante serio. – Se ha estado encontrando bastante con el riquillo por causa de los entrenamientos de voleibol. Dijo que fueron amenazados con ser expulsados si no lograban una convivencia más tolerable, así que comenzaron a correr juntos. Pero, sabes…

    Hizo una pausa para organizar sus pensamientos. Remus esperó pacientemente.
    - No le dije nada a Harry para no desanimarlo, pero no me gusta aquél chico. Creí que quedarían un día o dos, pero ya hasta resolvieron sus problemas, quién sabe si hicieron un trato, sin embargo Harry parecía entusiasmado de salir hoy. ¿Tú qué crees, Moony? ¿Debo alertarlo, decirle que no se tome tanta confianza?

    Remus pensó un poco antes de responder.

    - Draco es un buen chico, por lo que he podido observar. Es aplicado, se esfuerza mucho, un poco mimado y arrogante, yo diría, pero aún así creo que no hay ningún problema.

    - ¿Estás seguro? Es hijo de aquella víbora Lucius…

    - Mira, tú eres un Black, pero eso no significa que seas una víbora – dijo Remus con una sonrisa bondadosa. – Creo que buena parte del carácter de Draco aún no está formada. Es medio influenciable, creo que le va a hacer mucho bien la compañía de Harry por un tiempo.

    - No sé, Moony – dijo Remus, desconfiado. – Podría aprovecharse de la bondad de Harry también. Sabes cómo es él, confía mucho en las personas. Incluso más ahora, que está un poco solo, por causa del noviazgo de Ron y Mione…

    - Harry sabe cuidarse, Sirius. Tuvo que aprender a valerse por sí mismo desde que tuvo uso de razón, no te preocupes por lo que él considere correcto. Heredó la sensibilidad de Lily, sabrá doblar a Malfoy. Además, Harry es demasiado cautivante. No creo que Malfoy sea inmune a ello.

    Sirius frunció los labios, se rascó la barbilla, la cabeza…

    - Está bien. Pero si lastima a Harry, ¡se las verá conmigo!

    - Si lastima a Harry, se las verá con nosotros – sonrió Remus y Sirius casi se perdió al observarlo.

    - ¿Moony?

    - ¿Hum?

    - Se me durmieron las piernas.

    - ¡Oh, perdóname! – Remus se levantó rápidamente, Sirius se llevó las manos a los muslos para regresarles la sensibilidad, después se aproximó al otro pasando un brazo por sus hombros y tomando su barbilla con la otra mano.

    - Hum, así puedo besarte… - y no dándole tiempo al otro para reaccionar, colocó sus labios en un beso calmo. - ¿Pero no crees que está tramando alg…?

    - Sirius – Remus colocó un dedo sobre los labios de su novio. - ¿Me besas?

    - Eso es golpe bajo – murmuró Sirius, mordiendo la barbilla del otro.

    - Lo sé – respondió Remus travieso, y Sirius no se resistió.

    --------------------

    Príncipe Slytherin dice: Te quedó muy bien el artículo. No recuerdo muy bien en este momento, pero me parece que nosotros tenemos un sistema de identificación digital en funcionamiento. Debe estar en la fase inicial, ¡así que creo que tu información no será muy útil!

    Pues sí, después de pasar más de tres horas en compañía de Potter, Draco aún tenía valor de conectarse y platicar un poco más. Con otra identidad. No podía dejar de pensar en cómo el moreno reaccionaría si supiera con quién estaba hablando… Tal vez ni existiría la plática, en realidad…

    What if there was no lies

    (Y si no hubiesen mentiras)

    Nothing wrong, nothing right

    (Nada equivocado, nada cierto)



    .:Ángel:. dice: Oh, realmente espero que lo sean. ¡Ese artículo me dio bastante trabajo!

    Pero… quién sabe si podría sacarle algunas opiniones, sutilmente…

    Príncipe Slytherin dice: Bueno, ¿qué tal el fin de semana?

    La expectativa era siempre acompañada por un airecillo frío en el estómago. O sea, estaba teniendo muchas de esas sensaciones últimamente.

    .:Ángel:. dice: ¡Fantástico! ¡Mi padrino está enamorado! ¡Estoy tan feliz por ellos!

    Hum… ¿entonces ese era el motivo de la alegría el sábado por la mañana? ¡Black estaba enamorado! Pero… ¿será que en eso se resumía todo el fin de semana del chico? ¿No habría algún otro acontecimiento que tornase todo aún más fantástico? ¿Cómo, por ejemplo, paseos en el parque con Draco Malfoy…?

    What if there was no time

    (Y si no hubiese tiempo)

    Ad no reason or rhyme

    (Y ninguna razón o rima)



    Príncipe Slytherin dice: ¡Caray, una noticia de esas es siempre bien recibida! Felicidades para tu padrino y para la suertuda, claro.

    Bien que le gustaría saber quién era la enferma, pero no sería prudente cuestionar.

    .:Ángel:. dice: Vale. Ah, pero no fue eso todo lo que pasó. ¿Te acuerdas de aquel chico de quien te hablé?

    Draco se inclinó un poco más en dirección a la pantalla de la computadora de tanta excitación. Sus dedos hormigueaban extrañamente y su corazón se aceleró bruscamente, dejándolo casi jadeante. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué su pie no paraba de golpear tan rápido el suelo, moviendo toda su pierna? ¿Por qué tenía esas estúpidas ganas de morderse las uñas hasta que no existieran más?

    What if you should decide

    (Y si decidieras)

    That you don’t want me there by your side

    (Que no me quieres a tu lado)

    That you don’t want me there in your life

    (Que no me quieres en tu vida)



    Príncipe Slytherin dice: ¿El odioso? Sí, me acuerdo.

    Oh, era vergonzoso el modo en como sus manos, aún si su permiso consciente, volaban a su boca y sus dientes insistían en morder la uñas tan meticulosamente cortadas.

    Draco estaba sintiendo una sensación extraña en la boca del estómago, una opresión excesiva. Tenía miedo. Tenía miedo de haber echado a perder su oportunidad con su incontrolable mal humor. ¿Pero qué podía hacer?

    ¿Simplemente no podía actuar natural cerca de él? O tal vez su “actuar natural” era sinónimo de ser “odioso”… Pero ninguna de esas conjeturas cambiaba el hecho de que temía haber extinguido sus oportunidades de conquistarlo… q-quiero decir, ¡conquistar su simpatía, obviamente! Caramba…

    Sería necesario mucho mayor esfuerzo de su parte para arreglar siete años de burlas, provocaciones, palabras crueles…

    What if I got it wrong

    (Y si me equivoco)

    And no poem or song

    (Y no hubiese poema o canción)

    Could put right what I got wrong

    (Que pudiera arreglar lo que he arruinado)

    Or make you feel I belong

    (O hacerte sentir que te pertenezco)



    .:Ángel:. dice: Je je je… ese mismo. El problema es que no lo encuentro ya tan odioso.

    Sobresalto. Saliva por el camino incorrecto. Tos.

    Príncipe Slytherin dice: ¿Cómo es eso?

    “¡Por favor, explícate! ¡Detalles! ¡Yo quiero detalles!”

    .:Ángel:. dice: Bueno, tal vez esté un poco desesperado por compañía ahora mismo que mis dos mejores amigos son novios, pero el caso es que estoy comenzando a apreciar su compañía.

    El corazón de Draco se disparó en su pecho al leer aquellas líneas. Arrastró la silla más cerca de la pantalla, como si deseara entrar en ella. El ritmo en que movía una pierna se intensificó y sus dedos digitaron furiosamente.

    Príncipe Slytherin dice: ¿En serio? ¿Y por qué ese cambio tan repentino?

    What if you should decide

    (Y si decidieras)

    That you don’t want me there by your side

    (Que no me quieres a tu lado)

    That you don’t want me there in your life

    (Que no me quieres en tu vida)



    .:Ángel:. dice: No fue tan repentino. Nos encontramos el viernes por la noche en el parque, después el entrenamiento del sábado y hoy anduvimos en bicicleta por un buen tiempo y, sabes, no fue desagradable como imaginé que sería. Continúa un poco cohibido, pero creo que es parte de su personalidad ser cerrado. A pesar de eso, se ha soltado un poco más. Platicamos bastante, comparado con otras veces… Es… tal vez él también esté algo desesperado por compañía y acabamos uniendo lo útil a lo agradable.

    Sí, esa era una buena explicación, la justificación perfecta. ¡Ambos actuaban por desesperación! Sin embargo, ¿por qué esa justificación se veía tan pobre? ¿Por qué sentía que había aún otra razón para aproximarse al moreno?

    Oo-oo-oo that's right

    (Oooooooh es verdad)

    Let's take a breath jump over the sigh

    (Vamos a respirar y saltar a la próxima etapa)

    Oo-oo-oo that's right

    (Oooooooh es verdad)

    How can you know if you don’t even try

    (Cómo puedes saberlo si no lo intentas)

    Oo-oo-oo that's right

    (Oooooooh es verdad)



    Príncipe Slytherin dice: ¿Quieres decir que estás logrando verlo con otros ojos?

    ¿Habría acertado? ¿En qué? ¿Será que era mejor aún? ¿O lo estaría arruinando todo? Necesitaba esas respuestas… mucho más de lo que quería admitir…

    Every step that you take

    (Cada paso que des)

    Ccould be your biggest mistake

    (Puede ser tu más grande error)

    It could bend or it could break

    (Podría doblarse o quebrarse)

    That's the risk that you take

    (Ese es el riesgo que tomas)



    .:Ángel:. dice: Sí, me esforcé por ello. Lejos de sus “amigos”, parece ser más sociable y estoy descubriendo ese lado. Su mal humor llega hasta ser divertido, tendías que verlo…

    ¿Potter se divertía con su mal humor? Bueno, ese tipo le encontraba gracia a todo, en realidad. ¡Hasta cuando una goma de mascar explotaba en su rostro! Pero… ¿debía continuar siendo odioso, entonces? ¡Joder, qué tipo tan más complicado de agradar!

    Príncipe Slytherin dice: ¿Entonces pretendes seguir adelante?

    What if you should decide

    (Y si decidieras)

    That you don’t want me there by your side

    (Que no me quieres a tu lado)

    That you don’t want me there in your life

    (Que no me quieres en tu vida)



    .:Ángel:. dice: Sí. Es genial tener a alguien para acompañarte en los deportes. Mis amigos acostumbraban poner gestos cuando los llamaba, pero parece que a él le gusta ejercitarse.

    Oo-oo-oo that's right

    (Oooooooh es verdad)

    Let's take a breath jump over the sigh

    (Vamos a respirar y saltar a la próxima etapa)

    Oo-oo-oo that's right

    (Oooooooh es verdad)

    How can you know if you don’t even try

    (Cómo puedes saberlo si no lo intentas)

    Oo-oo-oo that's right

    (Oooooooh es verdad)



    Draco no estaba en la misma condición física que el moreno por haberse relajado durante un largo tiempo, pero estaba retomando el ritmo poco a poco, además de volver a encontrar el placer en ello. La convivencia con él le traía ventajas, a pesar de todo el sentimentalismo barato que despertaba en él. ¿Necesitaba sentirse tan feliz por el simple hecho de haber despertado simpatía en el moreno? ¿Necesitaba?

    Príncipe Slytherin dice: ¡Sí, ejercitarse regularmente es bueno! Aún más acompañado. Bueno, me refiero a la compañía humana, además de la canina…

    .:Ángel:. dice: ¡Ja ja ja, tienes razón! ¡Snuffles es un buen compañero, pero a veces es difícil entender lo que dice!

    Draco sonrió de medio lado y meneó la cabeza, divertido. ¡Sí, estaba perceptiblemente más aliviado! Al final de cuentas, parecía que sólo necesitaba estar lejos de sus antiguos amigos, intentar platicar más, parecer más a gusto de ser odioso de vez en cuando… ¡Humpt! ¡Como si eso fuera difícil!

    Oh, necesitaba tanto hablar con Natalie ahora…

    Oo-oo-oo that's right

    (Oooooooh es verdad)

    Let's take a breath jump over the sigh

    (Vamos a respirar y saltar a la próxima etapa)

    Oo-oo-oo that's right

    (Oooooooh es verdad)

    You know the darkness always turns into light

    (Sabes que la oscuridad siempre se vuelve luz)

    Oo-oo-oo that's right

    (Oooooooh es verdad)



    ---------------
    En el próximo capítulo…

    - Toma, Draco – le extendió una aspirina y un vaso de agua, que el rubio aceptó.

    - ¿Quieres platicar? – preguntó después de algunos segundos en los que el rubio giraba la pastilla entre sus dedos.

    La miró y finalmente tomó la medicina, seguida del agua y puso el vaso en el escritorio.

    - Necesito platicar, Natalie.

    La mujer asintió y se sentó frente a él.

    - ¿Qué está mal? – preguntó dulcemente, como sólo ella sabía hacer.



    QUOTE
    Notas finales:

    Notas de la Autora: Bueno, atendiendo el pedido de Yellowred, aquí está What If – Coldplay. ¡La canción es maravillosa! Y fue maravilloso haberla colocado en esa escena. ¡La enriqueció! Estaba tan pobrecita, cosita. En realidad, sólo tenía diálogo, después fue agregando los pensamientos, los miedos y las reacciones de Draco conforme a la letra de la canción. Al final, acabó encajando perfectamente, como siempre… ¡Coldplay se encaja perfectamente en este fic, joder!

    ¡Otro paseo delicioso de esos dos! ¿Qué Harry, verdad? ¡Y Sirius preocupándose por su ahijado! ¿Después? Bueno, estoy ansiosa por saber su opinión.

     
    Top
    .
85 replies since 18/3/2012, 01:41   16784 views
  Share  
.