Un marido por conveniencia (Albus/Scorpius) Nc+17

No puedo verte, por que aun te amo...pero tambien por que puedo comerte...literalmete.

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. 290589-kaname
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Capítulo 8


    Después de invitar a su hijo a sentarse, Draco Malfoy dio un pequeño tirón de su varita para aparecer un juego de té.
    - Muy bien, -dijo el mayor –veo que Albus te convenció de venir, después de todo. Sé que tal vez sea una molestia y que preferirías estar en América…
    - No, padre… yo- Scorpius no sabía que decir. – Yo no sabía, yo creí que ustedes no me aceptaban. Yo jamás me entere que me habían mandado cartas. Creí en alguien que no debí.
    El joven rubio suspiro audiblemente y se acomodó su cabellera rubia. Parecía más grande de lo que era. Y en sus ojos se reflejaba una gran pena.
    - Padre, yo lo que quiero saber es sobre Albus, que paso. ¿Cómo es que no me entere que él esperaba un hijo mío? ¿Cómo es que paso ese accidente? – su expresión era de alguien desesperado.
    - Tu abuelo –Contesto Draco con una vos fría. –El hiso esto. Albus se lo dijo a él y tu abuelo se encargó de… -No estaba seguro si decirle todo a su hijo, además tampoco sabía si Albus le había contado que era un hombre lobo. – ya no se puede hacer nada hijo mío. Y aunque quieras venganza por lo que paso, ya no vale la pena. Tu abuelo ya es un pobre viejo que apenas si recuerda su nombre.
    Scorpius tomo su propio rostro entre sus manos y sollozo en agonía. Si él hubiera estado aquí tal vez nada de esto hubiera pasado. Pero se comportó como un sucio cobarde, y abandono todo solo por pura ambición propia sin pensar en los demás.
    - ¿Dónde está Albus? –pregunto al fin.
    - No lo sé, creí que tal vez vendía contigo.
    - ¿Realmente crees que quisiera ver mi cara después de lo que paso? –se rio Scorpius- antes no me crucio. Yo lo hubiera hecho.
    - Albus es un buen hombre, de buen corazón. Lo he tomado bajo mi protección durante todos estos años.
    - Hiciste bien, y te lo agradezco. Jamás hubiera pensado que un Malfoy pudiera ayudar a un Potter.
    - Si yo también lo creí, pero el destino es caprichoso.
    Draco escribió algo en un papel y con un encantamiento, el pequeño papel salió volando de la oficina.
    - Tal vez Jareth sepa donde se encuentra.
    - ¿Jareth?
    - Es el mejor amigo de Albus.
    El rubio sintió un poco de incomodidad ante esa revelación. No es que no esperara que Albus tuviera amigos íntimos o incluso un novio. Pero era un poco incómodo saberlo.
    Unos segundos después unos golpes en la puerta lo sacaron de su ensoñación. Al instante apareció un hombre alto de una belleza impresionante. Su rostro tan perfectamente esculpido le recordó a sirenas. Era esbelto y de constitución fuerte, pero algo en el parecía frágil y delicado.
    Cuando el desconocido le miro, supo al instante que no se iban a llevar nada bien. Su mirada estaba llena de reproche y odio. Él sabía su historia con Albus. Y como no saberlo si era su mejor amigo.
    - Jareth, ¿sabes algo de Albus? –pregunto entonces Draco.
    El moreno miro especulativamente a Scorpius, al parecer si lo sabía pero no quería decirlo enfrente del rubio menor.
    - No lo sé con exactitud pero quedamos en comunicarnos más tarde.
    - Dile por favor que necesito verlo. Necesito agradecerle.
    - Se lo diré. Permiso.
    Jareth salió de la oficina, si no antes dirigirle a Scorpius una mirada hostil.


    Jareth llego a su laboratorio con ganas de destrozar cosas. No podía creer que ese sinvergüenza estuviera aquí. Realmente había venido. Ahora no sabía que iba a pasar si Albus lo viera. Tal vez le arrancaría la cabeza o algo peor. Bueno, pero se lo merecía. Él no iba a hacer nada si Albus decidiera atacarlo.
    De repente sintió una ráfaga fría sobre su piel. Al mirar, descubrió que su mejor amigo se encontraba sentado en el sofá de su pequeña estancia, sumido en sus pensamientos.
    - ¿Albus? –Jareth se acercó a él cuidadosamente.
    - ¿Me extrañaste? –pregunto de repente Albus con una sonrisa.
    Jareth se quedó paralizado ante semejante acción. Albus había sonreído de verdad. Esta vez era una sonrisa verdadera, una que le llegaba a los ojos.
    - Parece como si hubieras visto un fantasma. ¿No esperabas que volviera con vida o qué?
    - No digas tonterías Albus. Claro que quiero verte con vida, es solo que te vez diferente. ¿A dónde fuiste por cierto?
    - Fui a ver a un viejo conocido. Le prometí a su padre que lo traería de vuelta.
    - ¿Tú trajiste a Scorpius aquí?
    - ¿Por qué, ya está aquí? –Albus estaba conmocionado, no creyó que fuera tan fácil. –¿dónde está?
    Jareth no podía creer lo que estaba pasando, al parecer su amigo había visto al rubio sin matarlo.
    - Se encuentra con su padre, justo ahora. Y por cierto, me dijo que quería verte.
    - Voy en seguida.
    - Un momento, Albus, creí que odiabas a Scorpius que tal vez lo decapitarías en cuanto lo vieras.
    - Yo también lo creí. Pero me di cuenta que no vale la pena. Me di cuenta que he estado viviendo un infierno por mi propia culpa. El dolor de las personas es opcional Jareth. Ya estoy cansado de vivir así. Ya es hora de seguir adelante.
    - ¿Quién eres tú y que hiciste con mi mejor amigo?
    - Oh vamos, no crees que es mejor así. Creí que estarías feliz por mí. Y mi nuevo ánimo.
    - Lo estoy pero… ¿Tiene que ver tu repentina felicidad con que Scorpius esté aquí? ¿Aún lo amas?
    Albus se puso repentinamente serio.
    - No Jareth, solo me di cuenta que mi odio no estaba dirigido a la persona correcta. Y no, yo ya no amo a esa persona. Y esa es la razón por lo cual me siento mucho mejor.
    - Está bien…
    El joven Potter salió de la oficina de su mejor amigo para ir a la de su jefe. Estaba un poco nervioso. No por el hecho de ver a su ex amor si no porque había llegado la hora de abandonar esta compañía y rehacer su vida. Una vida verdadera, con su familia y amigos. Una vida donde su manada ya no tendría lugar. Ya era hora de hacer las cosas bien. Por él y por la personas que amaba y que había descuidado todo este tiempo por su propio egoísmo.
    Al entrar a la oficina se encontró con dos rubios que lo observaron con asombro.
    - Albus, hijo, que bueno que estas aquí con bien. Estaba preocupado.
    El rubio se acercó para abrazar a un hijo que el ya consideraba.
    - No creo que debas, no es como si alguien pudiera hacerme algo no crees.
    - En eso tienes razón. Mi hijo Scorpius me estaba hablando de algo que puede ayudarnos a no perder el patrimonio.
    - Hablando de eso… -Albus vacilo – he decidido irme.
    - ¿Qué? Albus no puedes dejarnos en este momento… -comenzó Scorpius.
    - Hijo, déjalo hablar, él tiene el derecho de tomar sus decisiones. –lo interrumpió Draco.
    - Creo que este ya no es mi lugar- continuo Albus. –ha llegado el momento de buscar algo más.
    - Si eso es lo que deseas, entonces ve con paz hijo mío.
    - No espera, él es el único con el que podemos confiar en esto Padre. No le confiaría mi vida y mi reputación a nadie más.
    Albus se sorprendió del comentario del rubio. No entendía nada.
    Scorpius se acercó al moreno y mirándolo a os ojos le dijo:
    - Albus, ¿te gustaría casarte conmigo?
     
    Top
    .
37 replies since 17/6/2012, 05:10   3183 views
  Share  
.