Un marido por conveniencia (Albus/Scorpius) Nc+17

No puedo verte, por que aun te amo...pero tambien por que puedo comerte...literalmete.

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  1. 290589-kaname
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    Lo siento mucho por tardarme tanto. Esto de estar embarazada me hace torpe. je je



    Capítulo 10



    Albus y Scorpius llegaron a un salón donde ya los esperaba el señor Malfoy, Jareth y el juez que los casaría. Al parecer se llevaría a cabo una boda no mágica con un juez que no tenía ni idea que los magos existían ya que estaba vestido con un traje forma y corbata.
    Lo más seguro era que ese hombre pensara que todos los demás eran unos lunáticos por la forma de vestir, pero no había habido tiempo de prepararse.
    El moreno estuvo presente de cuerpo en toda a ceremonia pero no de mente, apenas si recordó cuando dijo acepto y cuando firmo. Las palabras que lo condenaban fueron pronunciadas un poco después. “Los declaró esposos a partir de este momento”. En ese momento Albus se dio por cumplido y salió de la estancia a paso ligero. Un momento después a su lado ya se encontraba Scorpius tomándolo del brazo.
    - ¿A donde vas? – pregunto un tanto alterado.
    - A mi casa. Ya cumplí con lo acordado.
    - No es así de sencillo Albus. De hoy en adelante soy tu esposo y como tal vamos a vivir juntos. En la mansión Malfoy. Todos tienen que quedar convencidos de que nos casamos por convicción y no por obligación.
    - ¿Convicción? – El moreno se impresionó por las palabras elegidas. Él había pensado en otras palabras como casarse por amor. – no quiero ir a vivir a la casa de tu abuelo.
    - No te preocupes él está en su cuarto y no te molestara. Lo prometo. Debemos convencer a las personas de que realmente somos felices con este matrimonio.
    - ¿Estás dispuesto a fingir?
    - Claro que sí, es por el bien de mi familia.
    Albus sintió un hueco en su pecho. No quería admitirlo pero si le habían dolido sus palabras.
    - Si, supongo que estás acostumbrado. - le contesto con toda la voluntad de sonar indiferente.
    Scorpius reconoció la indirecta. Reconoció que había hecho mal en el pasado pero ya no podía hacer nada por esos tiempos, lo único que podía hacer era ver hacia el futuro y hacer lo más llevadero a Albus este matrimonio.
    - Será mejor que vayas por tus cosas. Te espero en la mansión. – dijo entonces el rubio rotundamente y desapareció por el pasillo.
    Tenían menos de cinco minutos de estar casado y su esposo ya quería ejercer el derecho de macho alfa. Genial.
    Scorpius llego a la mansión con todo su equipaje preparado. Hacía ya demasiados años que no veía su antigua casa. Tampoco era que la extrañara. Lo único que anhelaba ahora era ver a su madre. Por mucho tiempo él había creído que sus padres no lo aceptaban por sus preferencias sexuales, pero después se había enterado que era una mentira, que el que creía su mejor amigo lo había engañado.
    En cuanto cruzo el umbral de la puerta su madre ya lo esperaba al pie de las escaleras. Con los ojos llorosos pero llenos de una inmensa felicidad.
    - Hijo mío. Al fin – se lanzó a sus brazos riendo de felicidad.
    - Mamá, ya estoy en casa.
    El rubio le dio todas las explicaciones que su madre le pidió. Cada una. Incluso le explico de su reciente matrimonio y el por qué lo había hecho. De lo cual su madre se mostró muy asombrada.
    - Nunca creí que Albus pudiera hacer algo así por nosotros, no después de lo que le hiso tu abuelo.
    - ¿Lo que le hiso mi abuelo? ¿A qué te refieres?
    La madre del rubio se quedó pálida. Ella pensó que su hijo lo sabía todo. Pero al parecer no.
    - Mamá – Scorpius descompuso su cara al ver que ocultaba algo de su abuelo, más grave que solo ocultar información como le había dicho su padre.
    - No se hijo yo…
    - Dímelo ya, estoy harto de los secretos. Dime de una vez lo que paso entre mi abuelo y Albus.
    Su madre, resignada. Decidió contarle toda la verdad. Después de todo tenía derecho de saber.
    - Cuando Albus vino a la casa a buscarte por él bebe, fue tu abuelo el que contrato a esas bestias para golpear a Albus y que lo perdiera. Además de eso, lo convirtieron en hombre lobo.
    Scorpius sintió como la sangre se le helaba. Su Abuelo, había provocado todo esto. Ese bastardo había causado la muerte de su hijo y convertido a Albus en…
    - ¿Albus es un hombre lobo? –logro preguntar entonces más horrorizado de o que podía admitir.
    La furia estallo en su interior y comenzó a subir las escaleras con estrepito hacia la habitación de su abuelo. No pudo escuchar los gritos de su madre que lo llamaban, ni los de su padre que acababan de sumarse al llegar a casa y escuchar lo que su mujer le contaba a su hijo.
    Cuando abrió la puerta del bastardo, encontró sobre la cama a un pobre viejo de piel curtida y gris. Al acercarse con toda la intención de reclamarle a ese miserable se dio cuenta de una terrible realidad. Su abuelo estaba ya muerto. Se podía ver ya sus ojos sin luz y su piel estaba fría como el hielo.
    Escucho los pasos de sus padres al entrar al cuarto y percatase de lo que estaba ocurriendo. Sin pensarlo dos veces. Salió de la habitación y se quedó en el pasillo sumido en sus pensamientos.

    Albus estaba justo en frente de la mansión de los Malfoy. No estaba seguro si quería entrar o no. Cambiar de residencia no era algo que había planeado, ni siquiera se lo planteo cuando firmo los papeles. Por Merlín, en qué demonios se había metido.
    Entro a la estancia un tanto desconcertado, no había ni un alma en la casa, bueno, al menos no sentía a nadie más que un fuerte olor a licor. Ese aroma impregnaba toda la estancia.
    Dejo las cosas cerca de la escalera y siguió el olor hasta una chimenea donde ardía un estrepitoso fuego. Cerca de él, se hallaba Scorpius. Tumbado en un sillón con una botella de Ron. ¿Qué rayos estaba pasando aquí?
    En cuanto el rubio lo miro, sus ojos eran como fuego ardiendo.
    - Conque un hombre lobo.
    El moreno no entendía lo que estaba pasando y mucho menos entendía a que venía ese comentario.
    - Si, lo soy. Creí que ya lo sabias.
    - No, no lo sabía. De haberlo sabido jamás te hubiera dicho que nos casáramos.
    Albus sintió un repentino ramalazo de dolor. Nunca se esperó que Scorpius tuviera las mismas ideas retrogradas de su abuelo.
    - No hay problema, podemos anular en este momento está estúpida farsa y así puedes elegir a alguien más honroso para ti.
    - Ya no hay tiempo. El viejo acaba de morir.
     
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