sueño de amor (claudexalois) (sebastianxciel)

Edad Victoriana AU/ La temporada social se abre prometiendo lo que promete siempre, un romance de leyenda, intrigas y emoción con un protagonista joven aunque no muy inocente.

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  1. Mizuki_sama
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    princesa de la luna
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    Nota: Gen_Yuki me asustaste y me hiciste volver ToT team ClaudexAlois, siempre y cuando el idiota no lo dañe… pero igual!! *shoro* *shoro*
    En fin, volví.


    Un nuevo capi.. espero que la racha continue y pueda escribir el que sigue xDD


    Capítulo 12

    El barón caminaba por el pasillo en silencio, recordando sin recordar, sabía que había cometido un error fatal…
    “me subestima, mi señor” aún tenía las palabras de Maurice cerca suyo, mientras avanzaba por el pasillo, adivinando en aquel silencio su destino,
    “me subestima”
    Si, lo había subestimado, ahora lo sabía… mientras caminaba, las semillas de la traición se habían sembrado en su alma, el reino al que pertenecía por su madre era pequeño, y el rey que lo gobernaba para mantenerlo estaba destinado a un matrimonio importante gracias a aquella víbora imperial, Victoria, que había cedido, como quien cede un hermoso cuadro, a una sobrina suya en quinto grado.
    Estaban en riesgo y era culpa suya: había revelado, ante Maurice Cole los secretos de la guía, el que sería quien los dirigiría… lo había hecho…
    Pero mientras caminaba, sentía que el alma se le destrozaba, Maurice Cole era como le habían dicho los demás. Cruel e infame, sus hermosos orbes mostraban un dolor tal que rompería un alma más fuerte que la suya en dos, su hermosa cara mostraba una belleza capaz de derrotar al mismo demonio…
    “Estoy en deuda con usted, no sabe hasta qué punto lo estoy” esas habían sido sus palabras, llego hasta la habitación de su hotel, sabiendo que le habían seguido, y comenzó a escribir la nota a Diederich.
    Solo escribió las primeras letras, mi querido amigo, antes de que la bala le atravesara el cráneo y su cuerpo cayera como una piedra contra el suelo.
    Dicen que al morir nuestros ojos atrapan lo último que vemos, si fuera así, el habría tenido que quedarse un rostro hermoso con unos hermosos ojos verdes.
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    Alois daba vueltas en su habitación, con la mente hecha un lio y sus manos retorciéndose entre sí, no había pasado mucho tiempo, una semana desde las palabras de Sebastian y su corazón aún no se recuperaba del todo, el simple hecho de pensar en aquello, encendía sus mejillas y su corazón echaba a latir desbocado, cerró los ojos inclinándose hasta caer contra el diván que se acomodaba frente a la chimenea que apagada, no daba un gramo de luz, sintió la brisa de la tarde que ingresaba desde la ventana de su habitación y cerró los ojos frustrado.
    Sebastián Michaelis era un hombre que no terminaba de comprender, pero que a pesar de la innegable desconfianza que le tenía estaba logrando hacerse un lugar en su alma, muy a su pesar.
    “te quiero… creo que te querré siempre”
    Cerro los ojos con fuerza, respirando agitado… ese hombre iba a matarlo... pensó, sonrojado y quizás un poco cobarde, cuando tocaron a su puerta, se sobresaltó, levantándose del diván y preguntando.
    -¿Quién es? –su voz no era la misma, era parecida, pero con un trasfondo de expectativa, como si esperara algo e especial.
    -Joven Alois –fue la respuesta y la reconoció como la de una de las sirvientas –Es la hora de la cena, su padre desea saber si cenara con él –Alois cerró los ojos un poco decepcionado, ¿Pero que estoy esperando? Se preguntó.
    -Bajo enseguida, no necesita esperarme –contesto, levantándose y arreglando su ropa en silencio, en cierto modo la pregunta estaba allí ¿Qué espero? ¿Por qué no le dije nada?
    Recordaba haberse sonrojado como una rosa, y no haber sabido que decir mientras le miraba sorprendido, perdido en medio del cumulo de emociones que Michaelis le había provocado, tras aquello habían continuado el paseo en silencio, su último recuerdo era su sonrisa pálida y un beso en el dorso de su mano, mientras le explicaba que debía volver a Londres, por negocios, y esperaba verlo pronto…
    Al día siguiente había entendido porque aquel “nos veremos pronto” su padre le había enviado un carruaje y una carta a su tía reclamando, muy cortésmente su presencia y agradeciendo, dedicado, la protección de su tía, cerró los ojos recordando apenas las palabras de su tía, “estarás bien, cariño… solo sigue mostrándote esquivo, y lo tendrás a tus pies” él no se había mostrado esquivo ante Michaelis porque quisiera tenerle, no realmente, aquel hombre le daba miedo cuando fue esquivo, ahora también le causaba algo parecido al miedo y la angustia, a la angustia y la espera, algo parecido a un sueño, a un regalo esperado, al miedo ante una puerta cuyo desconocido interior deseas conocer…
    Pero ahora, en ese momento en que su corazón aun buscaba recuperarse de sus palabras entendía el final de la cuestión que le había provocado serias dudas antes, “eran amantes” pensó y un dolor sordo le cruzo el alma por un segundo en el momento en que toco la perilla de la puerta de su habitación, casi provocándole doblarse en dos y gimotear su decepción contra el suelo… pero no lo hizo mientras cruzaba las puertas y su mente luchaba contra su corazón.
    ¿Amaba a Michaelis?
    No, aun no, aunque comenzaba a dar los pasos para caer al abismo, ¿Cuál era su temor callado? Se dijo bajando las escaleras que le guiaban al comedor donde su padre y su hermano le esperaban, los saludo cortes y educado, “buenas noches tenga, padre mío” una reverencia y la mirada cubierta de finas pestañas “buenas noches tengas, hermano, es placentero contar con tu agradable compañía” su cariño y su burla veladas en su saludo, los escándalos que el hermano que amaba había provocado eran también culpables de haber aceptado la compañía de Sebastián…
    Sebastián, su nombre le resulto cálido al tiempo que oía la respuesta de su familia y se sentaba en su lugar en la mesa, ¡Qué lejos se encontraban! Pensó con la mirada brillante y mostrando una luz extraña, la misma luz que expresaba desde que regresara a la mansión, ignorante de la arruga de preocupación en el rostro de su padre y la frustración en el rostro de su hermano, mientras llenaba la mesa de su conversación, su conversación, siempre culta, siempre elegante…
    Como recordando un sueño imposible de contar realmente.
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    El conde Trancy conocía la mirada que atrapara en los ojos de su hijo, la había visto hace años, Dios lo perdonara, en los ojos de su esposa poco después del nacimiento de Alois, apenas unos días, era amor… no amor puro, sino apasionado, un apasionamiento extraño, que envenenaba de apoco el alma, un llamado demoníaco que invitaba a sentir más que a amar, a dejarse llevar como una hoja en la brisa por las emociones y no por la cordura.
    Era algo peligroso, y lo temió durante unos minutos, siendo joven también había sido un dandy, y había arruinado reputaciones, hasta que la había visto a ella, hermosa, dulce y rica.
    No había sido amor, pero si algo semejante, más calmado, y era lo que esperaba para su hijo, había estado satisfecho con la animadversión que su hijo sentía por Michaelis, ahora notaba que este había hecho su jugada.
    Muy pronto su hijo sería de otra casa.
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    Andrew Trancy, vizconde Trancy, futuro heredero de la casa Trancy conocía a su padre, conocía a sus hermanos, conocía a la vasta sociedad de Londres y maldita sea… Conocía la reputación de Sebastián Michaelis, por eso cuando contesto a su hermano, su pregunta sobre las fiestas de Londres contesto.
    -Fantásticas, La marquesa de Lyford nos h abandonado, porque alguien le ha roto el corazón pero por lo demás siguen siendo fantásticas –escucho el golpe contra la mesa que su padre había dado pero no lo miro observando la reacción de su hermano, “no te enamores” decía con los ojos “por lo que más quieras, no te enamores, que no quiero verte sufrir”
    Los ojos de Alois en cambio no decían nada, estaban fríos como dos trozos de diamante perfectamente pulido, y sostenían la mirada de Andrew sin dudar, su alma temblaba como una vela, dios lo perdonara conocía los rumores y sabía la relación que Sebstian sostenía con aquella mujer y que se lo restregara su propio hermano mientras el intentaba explicarse a sí mismo que lo de su tía y su prometido debía haber pasado muchos años antes de que ambos se conocieran… y no servía de nada, sabía que él debía casarse los rumores lo gritaban a cuatro vientos desde Londres hasta Francia, y solo el cielo sabía porque elegía a un joven sin presentar en sociedad para tener la corona del marquesado, pero entonces…
    -Escuche que había pasado algo con la diadema de la familia de su esposo –contesto al fin, sosteniendo su mirada, ocultando el agitar de su alma -¿Es verdad? Sería terrible que pasara algo así, dicen que tiene tres zafiros de corte perfecto en la parte frontal –comento aparando, al fin, la mirada de los ojos de su hermano que avergonzado los bajaba, parpadeando y bebiendo de la copa para ignorar como en los ojos de su hermano se veía una guerra sin cuartel y pensando sin saber muy bien porque en Maurice Cole una vez más, ¿sería su destino como el de aquel muchacho?
    No deseo amar sin remedio, pensó, no deseo amar a alguien que podría no amarme tanto como yo lo hago.


    Notas finales:
    Hola! Se que demoro un montón con las actualizaciones, pero espero que la historia aun os guste, mil disculpas por la demora.. os quiero mucho. See you.
    Gracias por sus reviens –los que dejan xD-
     
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149 replies since 1/7/2012, 21:03   4535 views
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