Mi Director y Yo (+18) NaruSasu-- Capítulo Vii: Cita Actualizado el 17/11/2014

Lemon, Romance, AU, shota y BDSM. Resumen adentro.

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  1. kawai13
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    O.O Pues... ¿Holu? Ahora me encontraba estudiando inglés (mi talón de Aquiles) y como usa la compu por el traductor de Google se me dio por entrar acá.

    Hace tiempo perdí mi cuenta... cuando iba a subir la continuación de un fic, me di con la sorpresa de que no estaba guardada la clave y yo la había apuntado en un cuaderno extraviado. Pero hace unos cuantos meses lo encontré y por ende recuperé mi cuentita nwn. Pero solo lo usé en: "Juegos de Rol" Se me dio por revisar esta zona y me encuentro con mensajes de muerte x'D Y que aún hay personas que me leen por estos lares, no saben lo lindo que fue. Lo raro (pues son amenazas) que es que me alegrara y me di un tiempito para venir por acá. Solo porque me sacaron una sonrisita. Este fic está publicado en Amor Yaoi con mi mismo nick, pero como veo que este lindo público no pasa por esos rumbos les voy a dar la conty por acá. Aunque lo entiendo, hay personas que prefieren mantenerse en un foro más íntimo como este nwn. Yo lo hice al inicio.

    OJO: Me estoy ausentando de mi otra cuenta por unos cuantos meses. Es decir que los caps que van a ver ya están escritos. Pero si no quieren sentir la ausencia que se nota en la otra página les recomiendo que me lean por acá nwn Ya si no aguanta xD Revisen el otro foro.



    Entonces Con la continuación y sin nada más que decir. Le pondré lo que desean:


    Oh claro, ADVERTENCIA GENERAL. Este Fic contiene BDSM, mención explícita de relaciones sexuales. Se aconseja no leer a menores de 18 años. Presenta Chan, Disminución de OoC en los personajes gradualmente desde el primer cap. Orgías. Parafilias. Uso de juguetes sexuales.

    Advertencia del Capítulo: Perforaciones, uso de juguetes, Lime.

    Disclamer: Los personajes de Naruto Manga/Anime no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto, solo los uso para darle vida a mis historias SIN FINES DE LUCRO.

    Número de palabras del capítulo: 8,251




    Cap IV: Marca

    — Padre — decía mientras mirándolo fijamente y sin emoción alguna en el rostro, mientras que sus manos apretaban fuertemente los costados de su pantalón.

    El mayor solo lo ignoraba mientras revisaba los papeles, sentado detrás de su escritorio estilo renacentista con tallados a los costados — ¿Que deseas? — Cuestionó con un tono seco y carente de interes alguno — ¿No ves que me encuentro ocupado? —

    El menor solo trataba de que aunque sea le mirara, pero siempre tenía el mismo resultado. SER IGNORADO —Solo vengo a avisarte que desde mañana tengo que estar en la escuela a las 8 y no a las 9:00, para poder avanzar con un proyecto —.

    — Has lo que quieras — Respondió mientras seguía leyendo un contrato con la empresa Namikaze — Solo habla con Kakashi, y ahora déjame en paz — Se disponía a retirarse luego de hacer la reverencia correspondiente, ignorada también, y dirigirse a la salida del despacho familiar; pero el sonido de la puerta de la mansión hizo que la mirada del mayor se alzara por fin — ¿Itachi? — Dejando sus papeles y pasando por el ignorado ojinegro, cruzó por la puerta que el aun abría para que su padre saliera y luego el hiciera lo mismo — ¡Itachi, Hijo Mío! — Habló alegremente Fugaku, a ver a su primogénito caminar por el corredor donde los tres se encontraban.

    Pasó uno de sus brazos por los hombros del recién llegado — Hola padre — Mientras el le respondía con una afectuosa sonrisa.

    — Que bueno que ya llegaste. ¿Cómo te fue en las empresas Akatsuki el día de hoy? – Akatsuki, parte de la corporación Uchiha, que se encargaba del rubro de comercio.

    — Bien padre, es más, pronto seremos los primero en la cadena de tiendas de ropa tanto femenina como masculina — Iba a seguir hablando, cuando su mirada se fijó en esa esbelta figura que caminaba lentamente en dirección contraria a ellos — Hermanito, ¿no me vas a saludar? —

    El menor se detuvo volteando lentamente la cara. Recibiendo una mirada furibunda de Fugaku y una cálida sonrisa su hermano — Buenas noches Itachi — Dijo mientras se inclinaba en una leve reverencia. CLARO que lo quería saludar, pero sabía que a su padre no le agradaba en nada que su prodigio pasara tiempo con él — Con el permiso de ambos, me retiro a mi aposentos — Concluyó mientras su hermano lo miraba tristemente. Y antes de voltear para desaparecer de la vista de ambos empresarios, le mandó una sutil sonrisa, cosa que Itachi correspondió con una mirada de “más tarde te veo” y al igual que él, una cálida sonrisa.


    Al cerrar la puerta de su cuarto solo pudo botar un profundo suspiro mientras dejaba la maleta caer desde su hombro izquierdo hasta el suelo, al costado de su escritorio de estilo contemporáneo; le dio una vista a su cuarto de paredes blancas con delgadas líneas negras verticales, era amplio, de más de 24 metros cuadrados, pero aun así el estilo de decoración era minimalista (1). Su cama de dos plazas en la parte del fondo bajo la amplia y pulcra ventana de vidrios ahumados. Un estante repleto de libros de literatura clásica, como de obras actuales, ocupaba casi todo el largo y alto de una de las paredes. Y un par de puertas. Una era su walk in closet y la otra su baño privado.

    Con pasos apesadumbrados y cansinos se dirigió a su amplia, apetecible y mullida cama. Y se lanzó a ella sin el menor cuidado.

    Ahora que ya todo estaba calmado, ahora que ya nadie le hablaba o miraba, ahora que no se sentía cohibido ante la presencia de nadie. Justo en este momento, es cuando puede, por fin estallar y explotar como nunca antes lo ha hecho — ¿Por qué lo hice? —Claro que sabía la respuesta. No ganarse un mayor odio de su padre — ¿Por qué con él? — Sus ojos lo habían hechizado apenas tuvo la mirada fija en su persona, y el agregarle el miedo infringido por el futuro castigo no ayudo mucho —Ahora, que va a pasar? — ¿Iba a ser el juguete sexual de su director hasta que se cansara de él? ¿Así de simple? — ¿Hasta cuándo durará? — Solo sabía que mientras el rubio no se canse de él, seguiría en sus dominios, utilizaría su cuerpo. Y luego… solo se olvidaría de él y lo desecharía cual juguete.

    Una lágrima surcó su pálida mejilla. ¿Por qué tenía que empezar a sentir algo, justo con esa persona que no le convenía? ¿Maldita norma Uchiha de perfección? ¿Maldito su Orgullo roto el día de hoy? ¿Tan insignificante era para ponerse a llorar como una niñita?

    NO.

    Lágrimas no debían de salir de sus gemas ónix. Lágrimas no debe derramar por este asunto. Tal vez, el blondo también sintiera algo más que atracción sexual por él, ¿verdad? No debería de darse por vencido. No debe de ser débil, y aunque le cueste admitirlo. Ese orgullo familiar, también lo había heredado él, y con todas sus letras. Y situación en la que esté, trataría de mantenerse a flote.

    No le dio más vueltas al asunto. Simplemente se paró de la cama y se dirigió al baño a tomarse una relajante ducha. Solo hoy se mostraría débil. Y el tiempo de debilidad ya acabó y se fue con las gotas de la tan refrescante ducha.

    Al terminar de darse el baño su delgada y tonificada silueta se reflejó en el espejo de cuerpo entero dentro del baño. Tenía chupones por todo su cuerpo, mordidas por el cuello y los muslos internos, la forma de los dedos del rubio marcados por sus caderas, sus pezones rojizos. No pudo seguir viendo y volteó la mirada sonrojada hacia un lado mientras cogía la toalla y salía del baño. Su piel al ser tan blanca, se marcaba con facilidad. Por lo que verlo todo lo que hizo quedó grabado en su cuerpo, por lo menos hasta el día de mañana, o un par de días más.

    Dejó la toalla en el canasto junto con la ropa sucia y se dispuso a sacar un bóxer y un conjunto de ropa de dormir de su mesa de noche derecha. Era más práctico que ir hasta su inmenso armario. En la mesita derecha se encontraban cosas de uso diario. Y ya todo lo demás en el walk in closet.

    Sin darle más vueltas al asunto, abrió las mantas y se recostó en su cama para poder descansar de tan agotador día. Sus parpados pesaban más de lo que había llegado a imaginar y en menos de un minuto los brazos de Morfeo lo recibieron gustosamente, olvidando la promesa tácita de su hermano.

    Aquel que tocaba la puerta suavemente en ese momento — ¿Sasu? — Preguntó suavemente y al ver que no respondían, se atrevió a meter la cabeza — ¿hermanito? — Las luces seguían prendidas. Pero el cuerpecito inmóvil en la cama le decía que ya no podría pasar tiempo de calidad con su pequeño hermano menor. Apagó las luces y en penumbra se acercó a la cama, para acariciarle esa húmeda cabellera — Oh mi dulce hermanito. No sabes lo especial que eres — Susurraba mientras miraba la relajada expresión del durmiente — Lo idiota que es nuestro padre por despreciarte por algo tan hermoso como eso — Empezó a arroparlo mejor, cubriéndolo hasta el cuello — Pero no te preocupes, Que tu hermano mayor está para cuidarte — Dándole un beso en la frente de despedida — Buenas noches Sasu, pronto te presentaré a una persona especial para mí —Con suavidad y elegancia, se retiró del cuarto del menor y cerró la puerta.


    ***Mi Director y yo ****




    Seis de la mañana, y el menor abre los ojos antes de que la alarma suene. El día de hoy tiene que estar un poco antes de las 8: 00 am. Si quieres estar con 15 minutos de antelación, como mínimo, o por sea caso hubiera algún percance. Contando con la media hora de recorrido, tendría que salir a las 7:15 de la casa. Como era costumbre se daría una ducha para despertarse y desemperezarse. Y, aunque ya haya tomado una ducha antes de acostarse. El pensar que su cuerpo se va a ver completamente expuesto ante otra persona, implica que necesita estar más presentable — Dobe — Salió como un susurro de sus labios. Tenerlo tan nervioso y pendiente de las cosas era algo que no le agradaba. Pero resignado, partió al cuarto de baño.

    Ahora lo que necesitaba era una ducha de agua fría. Si era posible helada. Pues al pensar en todas las cosas que le hizo esa persona que lo tenía tan ansioso, la tarde anterior, su cuerpo empezaba a calentarse, pues sabía que el día de hoy seria presa nuevamente de ese salvaje zorro que era su director.

    Bajo la ducha, las gotas de agua fría caían en su cabeza pegando esos finos cabellos a su nuca, bajaban por su cuello, hombro y clavícula y se dirigían a recorrer todo el torso, entrando por sus glúteos o chocando con esa mano que empezaba a subir y bajar por su erecto pene. Oh, la masturbación, realmente no la había probado hasta el momento que Naruto puso sus manos y empezó masturbarlo mientras le metía su pene por su ano — Amm — Llevó sus dedos de la otra mano a su boca inconscientemente, y luego de chuparlos mientras el movimiento de su mano iba adquiriendo velocidad, fue bajarla y buscar su ano entre sus carnosas nalgas — Ahh — Estaba un poco sensible, pero esa pomada parecía milagrosa. No sentía más que un leve ardor, por lo que continuó metiendo el dedo corazón hasta lo más profundo que pudo — Mmmm — Le era insuficiente, el movimiento de su mano ahora tenía una velocidad mayor y constante; sus dedos entraban y salían, pues ahora eran dos, al son de su otra mano, pero aun así no le bastaba —Mmmg —

    Se estaba frustrando, su mano aceleró nuevamente, y ahora tres dedos entraban y salían de forma celera —Na-Naru — Recostó su cabeza en las frías baldosas mientras sentía como es que las gotas caían en su excitado cuerpo. Cuatro dedos y no sentía el placer que él quisiera — Ahhh — su mano diestra jugaba con su glande, lo apretaba masajeaba y volvía a presionar su tronco y frotarlo — ¡NO! — No era suficiente, pero aun así ya estaba culminando, iba a ser un orgasmo poco placentero ¿Era eso posible? —Ammm, Quiero mmmás — Sí, enteramente posible, sus piernas flaqueaban, pero sus dedos seguían entrando fuertemente en su ano, el sonido húmedo embargaba toda la habitación y su pecho que subía y bajaba con gran velocidad por su respiración entrecortada haciendo que este chocara con esa fría pared, sus pezones erectos, ardiendo, se frotaban con las ranuras entre baldosas — Ahh — y sus mejillas coloreadas de un rosa pálido solo expresaba lo que sentía. Esa recientemente conocida sensación que viajaba por toda su columna, empezó a emerger, su mano subía y bajaba a una velocidad casi incontrolable, y algo casi parecido a la electricidad llegó a su bajo vientre, para culminar en la punta de su glande — ¡¡Ahhh!! — Sus piernas por fin fallaron, y sus cuatro dedos enterrados en su trasero dejaron de moverse, mientras que su diestra seguía sobando su erecto miembro y chorros de semen salían embarrando su glande y pálida palma.

    Sentado en el piso, su respiración empezó a acompasarse. Y trató de pararse apoyando su mano en la pared blanca. Primer intento – Aghh, Mierda – Fallido, pues sus piernas aun no sostenían su peso y resbaló por el agua que seguía cayendo. Pero el segundo intento si fue exitoso. Un Uchiha no falla dos veces en lo mismo. Se lavó el cabello y todo el cuerpo, sin tratar de razonar mucho el por qué se había masturbado en la ducha en nombre de Naruto. Y Salió del cuarto con una bata blanca y pulcra.

    Miró su reloj mientras se secaba el cabello con otra toalla 6:30 am. Tendría que llamar a Kakashi, ahora. Una timbrada, dos, tres — ¿Desea algo, joven Sasuke? —

    Tirando la toalla blanca al cesto de ropa sucia que se vaciaba todos los días, respondió — Si Kakashi, hoy salimos a las 7:15, ahora tengo que llegar al colegio a las 8: 00 —

    — Claro joven Sasuke, alguna otra cosa más en la que desee mis servicios — Preguntó.

    — No eso es todo, gracias Kakashi —Colgó y dejó el celular en su cama, mientras iba por su uniforme del día, hoy le tocaba educación física (2), por lo que llevaría el short debajo del buzo, el polo blanco con franjas azul marino por los hombros y las cortas mangas, y la insignia bordada en el bolsillo corazón, finalmente sus zapatillas y casaca por el clima tan frio que hacía. Cogió su celular, sus llaves y armó su maleta con las materias que le tocaba el día de hoy, muchos decían que llevaba rocas por todos los libros y cuadernos, pero a él no le importaba, aparte de que también llevó un polo y ropa interior extra.

    Eran las siete empunto, bajó las escaleras y como era más temprano de lo normal, no encontró a nadie en la mesa, solo su desayuno servido. Ah, como extrañaba a su madre. Hace dos años se divorció de su terrible padre y por desgracia no ganó su custodia. Es que no lo entendía, si tanto lo odiaba ¿Por qué no se deshizo de el en ese momento? Aunque sea podría vivir sin verlo, sin ver a su error.

    Botó un suspiro y se sentó para tomar su jugo de naranja con parsimonia, morder una rica tostada con mermelada de sauco y seguir comiendo hasta que Kakashi ingresara al comedor y dijera que el carro se encontraba listo; lo cual no tardó mucho, pues a los 10 minutos se encontraba parado en la puerta del comedor — Joven Sasuke, el auto está listo para partir—.

    El menor se fue de esa gran y vacía sala con el mismo toque moderno y pasó de la sala a la puerta principal de salida. Frente a ella ya se encontraba la limosina negra y Kakashi abriéndole la puerta amablemente — Gracias — Dijo seriamente y se metió en el carro con la mochila, que pasó de su espalda a su regazo.

    El viaje fue tranquilo, solo se quedó mirando por la ventana hasta llegar a la escuela, Kakashi le abrió y se despidió, para que luego entrara a la escuela, había llegado con 15 minutos de antelación, como había predicho, pero caminaba lentamente. Los nervios empezaban a emerger, presionaba el aza de su mochila y caminaba lentamente. ¿Qué es lo que haría en una hora? Bueno, muchas cosas podrían hacer, pero de todas esas cosas pervertidas, cuales son las que le haría. Un leve rubor se asomó en sus pómulos, maldita mente traicionera, le empezaba a llenar la cabeza con imágenes del día anterior y escenas retorcidas de su posible futuro. Sacudió su cabeza para alejar ese tipo de pensamientos y al levantar la mirada, se dio cuenta de que ya se encontraba en frente a la puerta del blondo; su mano, lentamente se dirigió a la puerta y tocó tres veces. Esperó y esperó, y lo que fueron segundo a él le parecieron años — Adelante — Escuchó esa sensual voz decir desde el otro lado de la puerta.

    Abrió lentamente y vio como el fornido cuerpo de su director se encontraba sentado y detrás del escritorio revisando unos papeles; papeles que fueron ignorados al momento de que el ingresó por completo a la sala, esos ojos lo escudriñaban enteramente, y un brillo particular en los azulinos irises apareció — Buenos días mi neko — Pfff, ese apodo de nuevo. El rubio vio cómo es que le desagradaba que le dijeran así por lo que para arreglar y ACLARAR la situación, era necesario hablar con su NEKO con mayor privacidad — Cierra la puerta y ven a saludarme como se debe — Sus rubias cejas también se juntaron y esperaron a que el menor obedeciera todas sus órdenes.

    Sasuke lentamente cerró la puerta y se dirigió hasta el asiento del rubio — Buenos días Direc… — Unos labios acallarlo su formal saludo, pues el mayor se había parado de su sitio para acortar más rápidamente la distancia entre ambos, lo cogió de la cintura, y alzándolo por la diferencia de altura, le planto un demandante beso.

    El menor soltó la mochila e instintivamente pasó los brazos por el cuello acanelado, sentía ese brazo en su esbelta cintura, como es que sus pies no tocaban el suelo, como la otra mano acunaba su cabeza, y como esa traviesa lengua pedía permiso insistentemente para entrar a su boca.

    Mordía esos suculentos labios del menor, chupaba y se deleitaba con el sabor tan característico. Y por fin pudo entrar a su boca, a esa cavidad llena de saliva exquisita que se combinaba con la suya. Asaltó brutalmente al menor, succionaba su lengua y de vez en cuando le mordía el labio inferior y se adentraba nuevamente a su dulce cuevita — Amm — Trató de separarlo para poder respirar adecuadamente, pero lo único que consiguió es que el menor bajara su mano de su cintura a su nalga —Mmg — La apretujaba y el beso no terminaba, el menor masajeaba el cuero cabelludo rubio pero la falta de aire te molestaba — Naru — Dijo nuevamente y él se separó lentamente mientras lamia sus labios y de vez en cuando los chupaba dejándolos más rojos de lo que ya se encontraban.

    — Así es como siempre debes saludarme mi neko — Le susurró mientras tranquilamente lo dejaba nuevamente en el suelo — Todos los días tu saludo será el mismo, no vas a esperar indicación mía, apenas entres a mi oficina, cerrarás la puerta con seguro y vendrás a darme mi respectivo beso — Su aliento chocaba con tu cuello, el mayor se encontraba un poco inclinado y dijo todo lo anterior como un susurro, agregando otras palabras en a la altura del oído — Y también un beso de despedida ¿Entendido? —

    El cuerpo del menor se estremecía con cada palabra pronunciada — S-si Director —Ahh, NO. tiene que hablar bien con el menor para que sepa usar su apodo.

    Lentamente el mayor se separó y se dirigió nuevamente detrás de su escritorio, se acuclilló e hizo todo el procedimiento necesario para abrir el cuarto secreto. El menor al inicio lo miró intrigado, luego extrañado y finalmente sorprendido, por enterarse de que había un espacio totalmente desconocido para todo el cuerpo estudiantil — Vamos Sasuke — Dijo tendiéndole la mano — Te voy a enseñar mi hermoso cuarto —.

    Un poco temeroso, pero sin duda alguna, extendió su mano para coger la del mayor, y con la otra recogió la mochila del suelo, bajando detrás del oji-zarco y mirando todo atentamente. Mientras que la oficina estaba alfombrada, este piso era lizo y pulido, bajaste lentamente, y las luces ya estaban encendidas apenas se abrió la puerta. No había mucho, a simple vista, Era una habitación amplia realmente, pero todo se veía… ¿desinfectado? ¿Esterilizado? No sabía la respuesta, pero no caía con la personalidad del rubio, ¿O sí? — ¿Qué es esto sensei? — Cuestionó con la duda impregnada en su voz.

    El menor fue llevado a una mesa en una esquina del cuarto que contaba con un aproximado de 40 metros cuadrados todas las paredes eran blancas cual hospital, pero las cosas que se encontraban en el lugar eran plomas o hasta negras. Era una mesa de metal con sillas del mismo material, el director se dirigió a un armario negro, también de acero y de él, extrajo un estuche, metal de nuevo… Todo era mental o materiales plásticos resbaladizos o de cuero; todo, menos la cama. Llegó y dejo el estuche que parecía una caja de herramientas en la superficie de la mesa, se sentó en la otra silla arrastrándola para encontrarse de frente con el menor — Esto, es mi cuarto especial Sasuke — Dijo… su semblante había perdido un poco de dureza, pero lo que iba a decir era de suma importancia. — Sé que yo te dije que desde ahora harías lo que yo deseara, lo que yo quisiera — Dirigió su azul mirada a los ojos Ónices del menor.

    — Pero… — Se atrevió a decir el azabache.

    — Pero no es así, no te puedo obligar a hacer esto que sigue, porque conlleva una total confianza y aceptación por parte de ambas parejas — Su bronceada mano busco una de las pálidas, una que encontró con facilidad, es más, esta también fue en su búsqueda — Como te habrás dado cuenta el día de ayer, mis tendencias sexuales son diferentes y mucho más exigentes — Recibió un asentimiento con un leve sonrojo del menor. Qué lindo se veía de esa forma — Pues eso solo fue la punta del Iceberg, mi dulce neko — Los ojos del menor se agrandaron ¡¿PUNTA DEL ICEBERG?! Era mentira, ¿verdad? —A mí me gusta la práctica del BDSM, es más, pocas relaciones sexuales me incitan a que yo las practique si es que no tiene algo de el BDSM, ayer fue la bola de nieve, el amarre, pero yo necesito más¬ —.

    El menor estaba rojo ¿hasta qué punto llegarían las exigencias de su director? ¿Estaría dispuesto a llegar tan lejos por él? — ¿Q-ue es BDSM? —

    Los ojos cual cielo, se abrieron por la sorpresa, y luego una sutil carcajada emergió de los labios del portador — Pero que tonto soy — Dijo acariciando una de las mejillas del menor — BDSM, bueno las siglas te las voy a dejar de tarea y esa tarea solo me la entregaras si es que deseas seguir conmigo — su pulgar empezó a dibujar círculos por su pómulo — Lo que el BDSM implica es una actitud de amo y sumiso en una relación, el Sumiso es como un esclavo sexual para el otro, puedo llegar a hacerte pasar vergüenzas, llegar a azotarte amarrarte, pero nunca haciendote daño. ESO NUNCA – Agregó y recalcó al ver la cara asustada del menor — Todas esas… acciones son solo para aumentar la excitación y morbo en el acto sexual, siempre con cuidado, siempre al tanto de la otra pareja — Botó un suspiro y apoyó una rodilla en el piso para estar más cerca de su neko — Por eso es que se necesita confianza y aceptación por parte de ambos y si me atrevo a pedírtelo, es porque en nuestra sesión de sexo vi tendencias masoquistas en ti, y NO, no digo que seas débil ni nada por el estilo — Que bien conocía al menor que ya estaba a punto de reclamarle — Pero sé que te excita que te sometan, que te digan palabras vulgares mientras te follaba — Iba acercando su cara a la del menor — ¿O me vas a negar eso? —

    El azabache sabía que era verdad, le gustaba, le excitaba, pero no sabía hasta qué punto llegaba eso de BDSN? BFSM? — Sí, me gusta sensei — Mejillas rojas y voz aparentemente serena — Pero no entiendo bien hasta qué punto llegaría esto —

    El mayor ahora acariciaba la respingadita nariz con la suya propia — Llegaría hasta donde yo quisiera, y hasta donde tu pudieras. No va a ser una relación 24/7 — Cara de confusión por el menor — 24 horas al día, 7 días a la semana. Va a ser una relación por sesiones, solo en el acto sexual, y si es incitado puede ser frente a otros, sin que nadie lo note — Su aliento chocaba con los labios del menor —Para exponer ese lado exhibicionista que tienes dentro de ti. Vi cómo te excitabas cuando pensabas que te veían por la ventana, esos son puntos, que como tu amo, deberías de potenciar ¿Qué me dices Sasu? ¿Quieres ser mi sumiso? –

    El menor se debatía mentalmente, y aunque el mayor quisiera y estuviera ansioso, esperaba la respuesta del otro — Yo… no lo sé. No soy menos que usted, y si lo dice de tal forma pues hace que…

    — No, no te confundas pequeño, yo creo que los sumisos deben tener mayor carácter para poder actuar de diferentes formas, ser el sumiso no implica ser débil ni sentirse menor a otros, ser sumiso, para mi implica tener una mentalidad fuerte y decidida. Pues muchas personas que practican esto Y, siendo sumisos, son personas exitosas, si son mujeres hasta llegan a ser feministas y de gran importancia, pero al momento de la cama son lo que son, para aumentar su morbo y placer. Por eso yo creo que los y las sumisas tienen un carácter más fuerte. No digas que eres menos solo por ser el pasivo o un sumiso — Besó tiernamente sus labios — Solo si la sesión de sexo lo amerita podrías decir eso, pero ambos sabemos que no es verdad — Otro piquito en sus labios — ¿Qué me dices Sasu? — Le susurra mientras muerde su labio inferior —Serías mi primera pareja fija, mi primer sumiso permanente — Succiona el labio superior — ¿Quieres ser mi sumiso? —

    ¿Su primer sumiso? Tendría esperanzas de ser algo más que solo un juguete, pues eso significaba que le importaba más de lo normal ¿no? Pero si se negaba, si él decía que no — ¿Qué pasaría si dijera que no deseo serlo? — ¿Lo obligaría?

    Los ojos del mayor se fijaron seriamente en los suyos, acunó con sus dos grandes manos en la cara del menor — Si me dices que no — Su voz ahora era seria y fría — Nunca más volveremos a vernos — pero sus manos eran cálidas y tersas — No de esta forma, lo que paso el día de ayer será olvidado y solo tendremos una relación alumno director — El menor sentía como esos pedazos de cielo clavaban profundamente en su interior — Eso es lo que pasaría mi neko —una dulce sonrisa se coló en los labios del mayor — ¿Eso es lo que quieres?, Si me dices que sí, aceptaré tu decisión—

    Y sin darse cuenta, sus ojos empezaron a arderle, le dolía pensar en esa posibilidad, pero no lloraría, ayer se lo había prometido y no rompería tal promesa tan pronto. Negaste presurosamente con la cabeza — ¡No! — Cerraste los ojos y con mayor determinación dijiste — NO quiero eso — Alzó nuevamente su mirar decidido —Quiero intentarlo, quiero permanecer a tu lado — Esperaba no volver a repetir nuevamente palabras tan cursis, pero solo por esta vez lo intentaría —Quiero ser… alguien en su vida — Palabras decididas, pero terminaron en susurro y una cabeza gacha.

    El mayor se encontraba extremadamente feliz, no lo soportó y cargo a su hermoso nekito por los aires mientras daba vueltas — Ahhhhh, Ha ha ha ha — Que feliz se veía, con esa sonrisa y expresiones, hasta podía parecer normal, pero es que así se comportaba cuando estaba con otras personas, así se comportaba con sus amigos y, mientras no estuviera en las sesiones. Así se comportaría con su pareja — Me haces tan feliz mi lindo y hermoso neko — El menor no encontró de otra que abrazarse al cuello del mayor mientras sentía como este le seguía dando vueltas y vueltas — Se detuvo y separo esa carita de su cuello para darle un profundo beso—.

    El menor un poco mareado correspondió felizmente al beso, sus lenguas peleaba y jugaban entre si juntando y combinando los jugos deliciosos tan únicos de cada uno — Naru — Pero el menor se separó al faltarle el aire.

    El mayor al escuchar cómo era llamado, se puso serio y con una sonrisa lujuriosa le dijo al menor sus primeras reglas —No, mal mi neko — Susurró mientras mordió con un poco más de fuerza de la que siempre aplica, el labio inferior de, su ahora sumiso — Nuestras sesiones, como ya sabrás, son diarias; antes de clases y después de las mismas — Escuchó el pequeño quejido por la casi inexistente herida en su labio, y veía como este quiso limpiarse, pero le apartó la mano y lo lamió con su lengua —¿Entiendes verdad? —

    — Si sensei —

    El rubio botó un suspiro — No quiero que me llames director, sensei, es decir sé que tenemos ascendencia japonesa, pero no es necesario excitarme con esa palabra — El menor solo volteó su rostro con un leve sonrojo, haciendo que el rubio soltara una sutil sonrisa — Como mi sumiso, solo puedes dirigirme la palabras cuando te lo ordeno — Apretó el agarre del menor en su cintura pegándolo más a su pecho — Como mi sumiso me debes de llamar solamente Amo — Dijo con voz ronca — Como mi sumiso, debes de hacer lo que yo te diga y responder a lo que yo te pida — Sacó uno de sus brazos de su cintura y lo empezó a acariciar su cuello, mandando escalofríos por todo el cuerpo del menor — ¿Entendido?—

    El menor asimiló toda la información un poco apesadumbrado por todavía no saber mucho del tema, ahora que le preguntó algo, si podía hablar, es más debía de responder —Si Se- — No, solo lo podía llamar de una sola forma cuando estaban solos —Si, Amo — Dijo casi en un susurro, antes había dicho esas palabras, pero solo fueron por morbo; ahora estaba consciente de lo que realmente significaban, su mirada dudosa se fijó en la expresión del blondo. Lo había hecho bien.

    Sonrisa de satisfacción al escuchar a su neko decir esas palabras — Bien dicho mi neko — Volvió a besarlo, oh que adicción se habían vuelto esos labios rojizos, carnosos y perfectos. Lo volvió a sentar en la silla y él se situó frente suyo como antes — Ahora escucha atentamente — Habló mientras abría nuevamente la caja de metal con muchas divisiones, sacó la tapa superior con instrumentos de mental para él desconocidos, parecían ¿Aretes? No tenía idea — Como MI sumiso, tienes que tener una marca que diga que eres de mi pertenencia, que ningún otro amo puede tenerte —

    De la parte inferior de la cajuela sacó otros instrumentos, algo parecido a una pistola, varillas con diferentes puntas hechas de acero, algo que tenía el mecanismo de una tijera otra cosa como un tubo, en fin cosas que el desconocía, bueno la última supuso que era una cánula (3) que se usa para acciones quirúrgicas, todo estaba colocado ordenadamente en la mesa; pero no entendía para que servía, aun así no podía pregunta.

    Sacó y sacó varias cosas hasta que por fin dio con una bolsa con cierre hermético que contenía agujas muy anchas — Esto mi hermoso Sasu, es para hacerte unas perforaciones — Los ojos del menor se abrieron ¿Perforaciones? ¡¿Era enserio?! —Tranquilo, soy un experto en esto; además, como te dije, en el mundo que has decidido meterte, si no tienes algo que señale que tienes dueño te podrían hacer daño — De la parte superior que había sacado antes busco otras bolsitas como la que contenía las agujas y sacó dos pequeños aros con una parte plana y con cascabeles, eran de acero inoxidable quirúrgico con niobio y titanio, los más seguros en el uso. Y también agarró una de esas extrañas tijeras con puntas encorvadas — Haber mi neko, sé que no me estas desobedeciendo y eso me agrada, pero soy un profesional en esto, no dudes de eso — dijo a la par que se paraba de su silla un poco y le daba un piquito para calmarlo — Te voy a hacer uno en cada pezón y como eres un hermoso neko, los voy a hacer con lindos y hermosos cascabeles — ¿En sus pezones? ¿Cascabeles? Era demasiado, para él era mucha información —Generalmente los sumisos tienen collares de cuello grueso en el cuello, bebé, no podríamos hacer eso, porque de frente todos entenderían en que situación sexual te encuentras, algo más discreto son tu lindos y suculentos pezones — Quería hablar pero tenía que esperar a que el otro le diera permiso — ¿Que dice nekito? Solo porque recién estamos empezando te voy a permitir hablar en esta sesión. ¡Pero solo ESTA! ¡NO MÁS! — Agregó

    — ¿Me va a doler? — Preguntó al tener la libertad de hablar.

    — No mi Sasu, solo sentirás un piquete por un momento en cada pezoncito rosa que tienes, es más como los pezones son lugares sensibles, luego los vas a disfrutar mucho — el menor se sonrojaba al escucharlo — te haré delirar con estos juguetitos—

    Se acordaba de cómo se sentía cuando el mayor besaba chupaba y lamía esa zona, tal vez, y solo tal vez no era mala idea. Pero de algo se acordó — Pero no puede ser con cascabeles, s… Amo —

    El cejo fruncido, brazos cruzados y un puchero infantil se asomaron en el blondo, al permitirle hablar al menor, ya no lo tomaba exactamente como una sesión, por lo que podía dejar salir un poco su carácter vivaracho, sin dejar de ser autoritario enteramente — ¿Por qué no? — Cuestionó sin borrar su expresión infantil y su ceño fruncido — Si no me das una buena explicación para no ponerlos, también te perforaré el glande. Y créeme que ese sería más doloroso y más exquisito en el sexo —

    Sus reacciones infantiles estaban haciendo relajar al menor, pero al escuchar la amenaza, supo que no por tener la libertad de hablar, tenía mayor consentimiento de hacer otras cosas. Así que mejor explicó la situación dando su argumento — Porque hoy tengo educación física, Amo; y mientras corro alguien podría escucharme — No quería eso, realmente ninguno de los dos quería eso.

    El oji-zarco se resignó y votó un suspiro — Me pone un poco triste, pero creo que tiene razón — Dejó los aros* con cascabeles en su anterior compartimiento y sacó unos aros del mismo material, casi completamente parecidos, era una circunferencia plateada brillante, pero el treinta por ciento de ella era plana con dos esferas a los costados para ajustarlo enroscándolos y que no se caigan — Con tal de que sean aros, por el momento me conformo — Dijo adquiriendo nuevamente esa sensual sonrisa — Ahora quítate la casaca y el polo (4) mi dulce neko —

    El menor obedeció sin objeción alguna, bajó el cierre y dejó la prenda encima de la mochila que se encontraba en el piso, sentía la fija mirada del menor en todo su cuerpo, el polo le quedaba perfecto, por lo que se podía notar su esbelta figura; sin demorar más y no alargar el momento, se quitó y dejó la prenda junto con la otra y dirigió su mirada al otro. Sentía como le recorría todo el torso con gula, como es que sus ojos pasaban por toda su piel expuesta, en respuesta inmediata sus pezones se empezaron a poner duros y erectos.

    El mayor acercó su propia silla y quedo cerca al otro, su pierna izquierda se encontraba en el medio de ambas del contrario, la diestra del mayor se alargó y rozó un pezón, causando un pequeño sobresalto. Volvió a sacar algo más, era un recipiente de acero hondo y pequeño y una botella de alcohol — Me encantas Sasuke — Le dijo mientras empezaba a pasar alcohol a todas sus manos para desinfectarlas, y después de secarse con una toalla que antes se encontraba en un bolsa herméticamente sellada, se puso guantes quirúrgicos — Tu cuerpo es una delicia que los dioses me permitieron disfrutar — Hablar, le encantaba su cuerpo y es por eso que lo decía tan abiertamente — Es por eso que tengo que decorar tan hermosa creación con mis juguetitos —dijo manteniendo las manos en posición vertical.

    Ya los implementos que iba a utilizar los fue separando mientras el ojinoche se quitaba la casaca y la acomodaba en el piso, menos mal que fue rápido y pudo observar cómo se quitaba la segunda prenda — ¿Amo? — El otro dio un asentimiento dándole a entender que lo escuchaba, pues ahora seleccionaba el arito y la aguja indicada. Todo ya estaba esterilizado — Como los aros van a hacerle entender a los demás que tengo dueño —

    El otro sonrió abiertamente mientras dejaba ver sus dos perfectas hileras de dientes — Eso es simple mi hermoso Sasu-chan — Afirmó, mientras cogía pequeños dijes que también se encontraban en la superficie de metal, eran dijes circulares, en uno se encontraba un símbolo de una espiral y en otro la palabra Kyubi, ambos de color rojo — Así es como me conocen en el mundo bajo, Kyubi, mi lindo Sasu — Decía mientras empezaba a poner cada dije en los aros — el enmascarado Kyubi, ahora tiene a su lindo neko — dirigió su mirada al menor — en los anteriores aros, las mismas palabras se encontraban escritas en los cascabeles, lástimas que tus lindos pezones no los van a poder llevas mientras te encuentres en la escuela —

    Dejo los aros con los dijes ya puesto en la mesa, agarró un paquete de algodón y sacó un gran trozo que mojó completamente de alcohol — Mmm — y los pasó por el pecho del menor, primero por el pezón izquierdo, y luego por el derecho, poniéndolos nuevamente erectos — ¿Amo? — cuestionó.

    — Tengo que desinfectar la zona de trabajo —respondió mientras los empezaba a masajear cada uno con sus manos enguantadas, empezando a sacar gemidos — Además de que tienen que estar bien erectos para que pueda incrustar la aguja sin ningún problema — Seguía moviendo y piñizcando con su pulgar e índice esos rozados pezones — Eres tan hermoso — No podía dejar de jugar con ellos aun estando ya listos para la perforación.

    Sin poder contenerse, jaló uno con más fuerza de la necesaria — Aaahh — Sacando un sonoro gemido del menor — Mmm, creo que ya puedes poner los… Ahhh… los aros — Oh, qué lástima tener que dejar de jugar con ellos.

    Besarlos y chuparlos quería pero en este momento sabrían a alcohol — Tienes razón mi neko — Seleccionó una de esas extrañas tijeras y apretó el pezón para que quedara semi plano, dándole un espacio para que pueda incrustarle la aguja. Con maestría y rapidez, cogió una aguja gruesa de 6 centímetros de largo y 3 milímetros de diámetro, era una aguja ahuecada. Con uno de los lados con una punta bien afilada — Solo te va a doler un segundo mi neko —

    — ¡Ahh! — SI, era verdad, solo fue un segundo como si una abeja le hubiera pinchado; bajó su vista y se encontró con su rosa pezón perforado por tremenda aguja y la rara tijera ya retirada. No es que el fuera perturbable fácilmente, pero esa imagen sí que lo logró por un momento. Miró al mayor, pero él se encontraba sumamente concentrado en su tarea.

    Cogió uno de los aros con el dije colgando, desenroscó la esfera por la parte plana del aro, deslizó la parte circular hasta que salió y puso la parte recta en la aguja ahuecada; luego deslizó la gruesa perforadora por el lado contrario y dejando así el aro incrustado en su pezón, deslizó la parte circular de nuevo y enroscó la esfera para que quede cerrado el piercing. Le pasó otro algodón con alcohol al cual el menor se aguantó de hacer una pequeña queja, y luego jugó con el mismo — Listo el primero mi nekito — No se resistió y le dio un superficial beso a la zona enrojecida — Ahora el siguiente-ttebayo—

    No quiso ver, fue lo mismo, sentía como lo estiraba, una presión por la pinza-tijera, una punzada y el enroscamiento que le indicaba que ya había concluido todo. Esta vez no bajó la vista a mitad del procedimiento y esperó mientras veía la cabellera rubia moverse. No salió del trance hasta que sintió como jugaban con sus nuevas perforaciones — Ahhh… ¿Qu-qué haces? — Preguntó un tanto alterado, el área que el rubio masajeaba aún se encontraba delicada.

    Las manos canelas se encontraban cada una bordeando las costillas del menor, mientras los pulgares jugaban con los plateados aritos, tan brillantes y exquisitos — No lo puedo evitar mi Sasu — Susurró mientras seguía jugando con los pezones perforados — Eres tan exquisito, y verte con el torso desnudo me enloquece —su cabeza se iba acercando cada vez más hasta que los labios estuvieron a la altura de un pezón, a punto de morderlo con su cabeza inclinada pudo divisar la hora en su reloj de muñeca— Mierda —Eran las 8:43 – Me queda poco tiempo — Lanzó un suspiro de resignación — quítate la parte de abajo mi neko, nos falta algo y queda poco tiempo. — El menor con las mejillas sonrojadas empezó a desatarse los cordones de las zapatillas — No mi neko — susurró deteniendo su mano, no hay tiempo para eso, solo bájate la ropa hasta las rodillas.

    El menor asintió y se paró de la silla, se bajó el buzo bajo la atenta mirada del blondo, que ahora analizaba su ajustado short y el suculento trasero. Bajó el corto short y la ropa interior rápidamente pues la vergüenza lo embargaría rápidamente si seguía con el blondo viéndolo tan fijamente. Los brazos del mayor le hicieron espacio en la fría mesa de metal y luego el fornido cuerpo se puso a sus espaldas.

    — Ahora necesito que recuestes tu pecho en la mesa mi Sasu — El menor obedeció, haciéndose presente en la habitación el sonido de choque entre metales, de sus pezones y la fría mesa, junto con un leve jadeo del menor — Muy bien, espérame aquí amor — EL mayor se dirigió al inmenso armario de acero. Tan alto que llegaba hasta el mismo techo, cuatro metros; y de ancho más de 7 metros. EL como la había metido en su cuarto, solo él lo sabía.

    Buscó uno de los cajones en la parte inferior y de él, sacó una caja sellada más un bote de lubricante. Todo lo que usaría con su nekito era nuevo, no usaría algo simplemente desinfectado que ya ha usado con unos cuantos prostitutos o putas. Para el azabache, todo sería nuevo. Volvió con el menor, que seguía en la anterior posición y abrió la cajita para sacar un vibrador bala inalámbrico (*) de color negro. Le separó las piernas al menor y desde una altura prudente le empezó a echar ese líquido trasparente que cayó directo en su raja —Ah… — Sacándole un sutil jadeo al menor. No le echó mucho pues el menor tenía que ir a clases en quince minutos.

    — Tranquilo Sasu, solo tengo que meter algo pequeño en tu lindo trasero — El lubricante llegó a su entramadita fruncida, aquella que empezaba a ser estimulada, acariciando la superficie, para que se destensara y finalmente metiendo un dígito centímetro a centímetro. Leves gemidos ahora escapaban del menor — Me encanta como tu anito succiona mi dedo Sasu — Metía y sacaba su índice y sin aviso alguno le introdujo otro. Los gemidos eras un poco más sonoros, pero el solo se encargaba de ensanchar la entrada unos cuantos centímetros.

    Cuando ya lo creía lo suficientemente ancho, sacó sus dedos y con la otra mano empezó a meter el vibrador hasta que su dedo corazón ya no pudo empujar más — Mmm... ¿Qu-qué es eso? Ahh — Cuestionó al sentir algo medio ovalado entrando en sus entrañas y como amarraba una cuerda delgada a su muslo.

    — No te preocupes mi dulce neko, dentro de poco lo vas a saber — Con sus manos separando sus carnosas nalgas, besó la fruncida entrada, pues tanto le había gustado ver como entraba el juguetito que sin premeditarlo de tal forma terminó acuclillado, y luego cada uno de los glúteos — Te va a encantar —Con otra mano lo sujetó de la cintura y le alzó el torso y el choque de aros contra la mesa se escuchó de nuevo — No sabes cuánto me gusta ese sonido mi lindo neko — sus diestra iba subiendo hasta uno de sus pezones — Por eso me hubieran encantado que sean los de cascabel — Apretó y empezó a juguetear nuevamente con esos botones rosados — Pero tendremos que esperar ¿verdad mi lindo neko? — Dijo mientras le daba un beso en la mejilla y se separaba para acuclillarse de nuevo y subirle la ropa. Ropa interior, shorts y finalmente el buzo — ¿Acaso toda la ropa te queda tan bien? — dijo palmeando una de sus nalgas, al encontrarse ese objeto tan extraño muy dentro de él, no lo sentía de forma incomoda. Se paró y empezó a guardar todas las cosas dentro de la caja cuidadosamente — Vamos, vístete Sasu, que ya solo quedan diez minutos para las clases —.

    El menor buscó un reloj por la habitación y al ver uno que parecía integrada a la pared de metal, al costado de un mobiliario poco conocido para él se apuró—Rayos — Cogió su polo se lo puso y analizó si es que se notaban los aros. Muy poco, pero para la siguiente clase traería el polo de física negro — Amo, me puedo retirar — Ya se estaba acostumbrando a llamarlo de esa forma — A esta hora siempre llego y … —

    — No te preocupes mi Sasu — Cerró la caja con todos los materiales para perforaciones y la dejó en la mesa mientras la cajita ya sin nada adentro era botada en un cubo de acero negro en la parte inferior de la mesa — Te acompaño — Subieron las escaleras y el mayor cerró la guarida con un simple botón, todas las cosas se guardaron automáticamente y la oficina no dejó rastros de algo fuera de lo normal —Mi despedida Sasu — Susurró el director al sentarse nuevamente en su silla.

    El menor se acercó, dejó la mochila a un costado y se subió a las piernas del mayor. Sus labios se unieron y un fogoso beso empezó, cada par de brazos ya sabía dónde ir, los más delgados al cuello bronceado y los más fornidos a esa exquisita cintura. Las leguas jugaban y se conocían la una a la otra, un pequeño hilo de saliva comenzó a descender por el mentón del menor mientras sus labios eran succionados — Ahhh, amo — Resopló al sentir como el otro se entretenía mordiendo sus labios. El rubio se separó y le limpió la saliva del mentón — Nos vemos en la salida amo — Dijo con una sutil y casi imperceptible sonrisa en sus labios, mientras le daba otro beso fugas al mayor y se paraba de su regazo.

    Cogió su maleta y se dirigió a la salida para ir hasta su salón de clases — Cada vez me sorprende más tu hermosura — Dijo al recordar esa hermosa y suave sonrisa en el menor. Se dispuso a hacer su trabajo de director y esperar ansiosamente a la hora de salida.


    ***Mi Director y yo ****




    Llegó con cinco minutos de antelación y se dirigió a su asiento. Rápidamente el molesto de Suigetsu llega a su lado — ¡¡Sasuke!! — Gritó llamando la atención de todos — Mira que preocuparnos de esa manera cuando todo está bien. ¡Eres un insensible amargado! – Exageraba mientras se sentaba en su pupitre y cruzaba los brazos frente a su pecho.

    —Cállate Suigetsu, no estoy de humor para tus idioteces — Dijo calmadamente mientras sacaba de su mochila su cuaderno de apuntes y un par de bolígrafos. Empujó al peliblanco de su escritorio

    — ¡¡Ahh!! — Gritó el albino mientras caía al piso — No tienes que ser tan arisco Sasuke — Reclamó mientras se sobaba la cabeza y observaba como su compañero ponía las cosas con cuidado y orden en su mesa.

    — Solo no me molestes y déjame en — Pero fue interrumpido por unos chillidos.

    —¡¡Sasuke-Kun!! — Oh, rayos su pelirroja “amiga” venía hacia el — ¿Cómo te encuentras Sasu? — Decía mientras ponía sus manos frente a sus pechos y se los apretaba contra el justado y exageradamente pequeño polo de deportes — Seguro que el director no te hizo nada por ser tan gran alumno ¿no? —

    El pelinegro no sabía qué hacer, el único tranquilo era aquel que se había sentado en el pupitre individual de su izquierda, Jugo — Si me las arreglé, ahora déjenme en paz —

    — Si cuatro ojos, aléjate de él, que no te quiere ver ni en pintura — Genial su “linda” admiradora, que no tenía puesto el buzo, solo la falda short deportiva de las mujeres de color azul marino con una licra debajo para el frío . Se sentó en el pupitre frente a él y se volteó para hablarle — De seguro no quiere ser atosigado con preguntas inoportunas el día de hoy — El menor la miró sorprendida, no se pegaba a ella no le hacía tontas preguntas – Ne Sasuke-kun, si quieres luego te presto mis apuntes, ¿sí? –

    Ella era mejor opción que Jugo o Suigetsu — No te necesita frontuda, yo le puedo prestar mis apuntes a Sasuke-kun — Si bien, Karin, también era una estudiante brillante, realmente no entendía mucho su letra, y antes había tenido la oportunidad de ver el cuaderno de Sakura. Además, parecía que ahora la fanática era Karin y la que jugaba el papel de amiga Sakura. ¿Habrían cambiado de roles?

    — Gracias Sakura, lo apreciaría mucho — La pelirroja estuvo a punto de reclamar, pero entraba el profesor.

    La menor le dio una sutil sonrisa. Pero él todavía estaba reacio a ese cambio de actitud, si bien hace unas cuantas semanas que ella había dejado de perseguirlo, tenía unas cuantas dudas sobre el cambio, ¿tal vez ya se había rendido? O ¿habría cambiado de táctica? En fin no le dio más importancia. El maestro de clases Yamato ya había llegado y se había puesto detrás del escritorio. Y a sus compañeros no les quedó de otra que dirigirse a sus asientos. Pues la campana de los quince minutos previos al inicio de la jornada escolar sonó, ningún alumno tenía que estar fuera y esperaban a que llegaran sus profesores.

    — Buenos días alumnos — Dijo el profesor de Aritmética – En cinco minutos cerramos la puerta e iniciamos las clases — el timbre anterior era como un ultimátum para los tardones. Los menores conversaban sin pararse de sus asientos y en voz baja mientras que el profesor preparaba su material de clases – Muy bien alumnos, vamos a empezar las clases –

    Diez segundos pasaron luego del segundo timbre, y sintió algo que le erizó la columna. Ese pequeño aparato en su interior, aquel que ya había olvidado, empezó a moverse. No, su cuerpo se tensó, a moverse no, empezó a vibrar. Y la sensación…

    Le gustaba.


    Continuará…


    (1)Minimalismo: Se refiere a cualquier cosa, en este contexto la decoración del cuarto de Sasuke, que se reduce solo a lo esencial
    (2) EN mi país no te cambias de uniforme solo a la hora de clases, sino, cuando ese día te toca deporte, llevas el Buzo de colegio n3n
    (3) Cánula: Esta consiste en un tubo hueco de plástico que sirve para el frenaje de ciertas lesiones, pero en el caso de las perforaciones posee una aguja en el extremo.
    (4) Polo: Remera, polera, T-shirt.(dependiendo del país n.n)

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    Eso es todo, había una conversación acá pero no iba muy acorde a la fecha actual. Si les gustó Déjenme un comentario. Si no les gustó :B También XD Naa solo diganme en que debería mejorar. Siempre aprecio las críticas constructivas. Facil y encuentran errores de ortografía. Pero tiempo que no leo el cap y no tengo tiempo de betearlo ahora de nuevo u.u. En eso sean indulgentes XD.

    PD: Si me pusieron alguna peticion o pregunta antes, lamento no poder responder, pero de aquí en adelante lo aré pidanme de nuevo lo que deseen y si está en mis manos, se los daré. Besos

    PUBLICARé CADA DOS SEMANAS. Nos leemos el domingo 14 de Septiembre
     
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105 replies since 3/7/2012, 21:36   32467 views
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