Lying Game [KariyaXHikaru]

"Prometo amarte" [ShindouXKirino]
– Eres un tonto – dijo Shindou sentándose al lado de Kirino, en una de aquellas bancas.

Ambos estaban en el patio del hospital. Ya había pasado una semana desde que Kirino había roto con Masaki. Y Shindou notaba realmente decaído a su amigo.

– No me gusta que me mientan Takuto, es lo único que puedo decir. No quería salir con alguien que me mintiera. – sonrió Kirino apoyándose sobre el hombro del mayor. – Espero que no te importe que te use de almohada, tengo pocas fuerzas.

– Aún así eres un tonto, no deberías haberlo perdonado – respondió Takuto cruzándose de brazos.

– Cállate, las almohadas no hablan – rió Kirino. – Aparte, yo no lo perdone. Aquí duele, así que no lo perdoné. Le dije toda la verdad en la cara, así como no me gusta que me mientan, yo no miento a los demás.

– La almohada soy yo, así que si quiero hablar, hablo – respondió Takuto relajándose. – Aún así… Kariya merecía…

– Ay, basta, eres una almohada bastante molesta ¿Sabes? Sé que odias a Kariya, pero yo no y punto. ¿Bien? Déjate de estar como niña celosa – dijo Kirino comenzando a toser fuertemente.

– ¿Estás bien? – preguntó enseguida Shindou, sosteniéndolo de pecho y la espalda.

– No te preocupes almohadita, hay Ranmaru Kirino para bastante tiempo – respondió Kirino notando la sangre en su mano provocada por la tos. – Bueno, tal vez no para tanto tiempo, pero sí me queda algo. Anda, llévame a mi cuarto que tengo frío.

– No deberías bromear con eso – respondió molesto Shindou.

– Cállate almohada-burro – respondió Kirino tratando de subirse a la espalda de Shindou.

– Ahora burro… Mejor vamos – susurró Shindou llevando a Kirino en su espalda hacía su habitación.

– ¡¡Corre como el viento, Tiro al Blanco!! – dijo Kirino divertido, estilo “Toy Story 2”, notando como todos en el hospital le quedaban mirando.

Llegaron a la habitación, con un Shindou algo cansado y un Kirino afónico.

– Creo que me retiraré de esto como burro. – dijo Shindou divertido.

– bueno, pero sigues siendo una almohada cómoda. Ven aquí – dijo Kirino sentándolo en la cama y apoyándose sobre su hombro. – Te dije que no me gusta que me mientan ¿Verdad?

– Me parece que en todo el día, me lo has dicho… unas ¿15 veces? Sí, más o menos – dijo Shindou irónicamente. – El hecho es que todavía no entiendo porqué me lo dices a mí.

– Ocultar es igual a mentir ¿No? – preguntó Kirino, aún sabiendo la respuesta.

– Sí, supongo… – dijo Shindou levantándose de hombros.

– Entonces no me gusta que me ocultes cosas – dijo Kirino sentándose en frente del mayor.

Kirino miró fijamente a Shindou. Este bajó la mirada, se dio cuenta de lo que quería decir su amigo.

– Era tonto decírtelo, tan solo serviría para que tú ya no hablaras tanto conmigo – dijo Shindou.

Lo que Shindou ocultaba era amor, un profundo amor por su amigo. Hacía bastante que él estaba enamorado de Kirino. Cuando se estuvo por declarar, su amigo le contó que estaba saliendo felizmente con Kariya. Así que tan solo cerró la boca y se guardó el secreto para sí mismo. Si podía estar al lado de Kirino como amigo ¿Para qué arruinarlo diciéndole que estaba enamorado de él? Es por eso que Shindou casi odia a Kariya, por haberle causado tanto mal a la persona que él amaba.

– Y yo que recién me doy cuenta – suspiró Kirino. – ¿Sabes? Si tal vez te hubieras declarado unos días antes de que yo empezara a salir con Kariya, ahora las cosas serían distintas…

– ¿Eh? ¿Por qué? – preguntó Shindou intrigado.

– Habrías logrado confundirme tal vez, en esos tiempos yo tenía mis dudas de a quién quería. Al estar confundido, no habría aceptado a Kariya… – contestó Kirino.

Y Shindou suspiró tristemente, de no ser por unos días, ahora todo sería mejor para ambos: estarían juntos, Kirino no habría vivido lo que vivió con Kariya, todo estaría bien…

– Gracias por amarme… – susurró Kirino abrazándolo. – Tú has sido mi centro de apoyo durante todo este tiempo y te lo agradezco de corazón. Si no fuera por ti, tal vez yo estaría en mi camilla, perdido en mis pensamientos, sin ganas de nada.

– No digas eso ¿Sí? Porque ahora estamos aquí los dos y nada de eso ocurre, yo jamás dejaría que pasara algo así, menos a ti. – murmuró Shindou, abrazándolo con ganas de que nunca se fuera de sus brazos… Que más que ganas era miedo de que se pudiera ir en cualquier momento.

Una sonrisa apareció en el rostro del de pelo rosa. Le gustaba estar abrazado a Shindou. No negaba amar a Kariya con cada fibra de su cuerpo aún, pero la compañía de Shindou era tan agradable que no tenía ganas de separarse de él. ¿Quién querría hacerlo? Kirino tenía ganas de amar a Shindou, de devolverle todo ese cariño que el mayor le había brindado durante todos estos años de forma desinteresada. Tenía ganas de no estar estúpidamente enfermo y pensar en pasar una vida entera al lado de Shindou. Tenía ganas de entregarle su vida a Shindou…

– Igualmente gracias… – dijo Kirino rompiendo el abrazo suavemente. Sin querer apurarse, sin siquiera inmutarse, Kirino besó delicadamente a Shindou. – Prometo hacer todo lo posible para amarte…

– No hace falta… – dijo Shindou acariciándole la mejilla.

– Sí que hace falta. – Respondió Kirino – Porque simplemente, quiero ser feliz con alguien que realmente merezca eso. Takuto, creo que en lo poco que me queda de vida, quiero ser feliz contigo ¿Entiendes? Tal vez no te ame, pero si te quiero muchísimo… No importa si no es algo serio, es una promesa que yo te hago. Prometo amarte.

– Ranmaru… Tú… gracias… – susurró Shindou volviéndolo a abrazar protectoramente.

Prometía amarlo, eso era demasiado para Takuto, simplemente se sintió en el cielo…