JUNJOU FUTURE (USAMI X MISAKI) Actualizado: 24/07/18

Usami y Misaki tendrán que plantearse su futuro juntos. La radiación en japón tras los terremotos podría afectar a las personas...

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  1. SnowieWhite
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    HOLA A TODOS Y A TODAS
    Este nuevo cap es cortito pero INTENSO así que espero que lo disfrutéis.
    Nyancatdoll12= a veces lo racional no sirve, así que deja volar la imaginación y disfruta!!
    Amor por elyaoi<3 = Cada malvado tiene su momento de gloria, tras el cual le espera la ruina. Tengo algo MUY PERVERSO reservado para esos dos.
    Nathalia Rosmary= Muchas gracias!! me siento super halagada, aunque creo que después de este cap me matarás por dejarte en suspense así que por favor, no lo hagas jajajaja.
    SPOILER (click to view)
    CAP 9: Huir

    Misaki cogió el móvil y llamó a Aikawa-san, no podía más, el corazón le iba a mil por hora. ¿Usagi-san estaba en Tokio? ¿Qué hacía en el hospital? Sabía que él y su antiguo profesor de la universidad eran amigos pero ¿por qué ahí?
    -¡Misaki! Te he estado intentando llamar toda la mañana, menos mal que no has venido a trabajar.-Sonó la voz de Aikawa-san nada más descolgar el teléfono.
    -¡Está aquí! ¡En Tokio!- le gritó Misaki, tratando de esconderse en una esquina cerca del hospital, no le respondían las piernas como para caminar hasta el metro ¿o no quería irse?
    Aikawa-san suspiró.
    -Lo sé, ha venido esta mañana.-Dijo ella.
    -¿Y por qué no me has llamado? ¡Me lo acabo de encontrar!- Le gritó él al borde de un ataque de nervios.
    -¡Pero si te he llamado como seis veces!-Protestó ella al otro lado del teléfono.
    Misaki comenzó a llorar como un niño pequeño, sentía que no podía controlarse. No quería verle, no quería oír su voz, sólo quería huir, lejos, muy muy lejos.
    -Tranquilo Misaki, ven a la editorial.-Dijo Aikawa.-Vamos a hablar y a tranquilizarte ¿vale?
    -¿Cómo quieres que me tranquilice?-Le gritó él.
    -Pues deberías empezar por dejar de chillar.-sonó una voz cercana a él.
    Misaki se giró con gran mueca de enfado hacia el imbécil que se estuviera metiendo en su conversación, para gritarle a él que se metiera en sus asuntos. Pero no pudo hacerlo, frente a él estaba el único hombre al que había amado en toda su vida.
    -¡Usagi-san!
    -¿está ahí contigo?-sonó la voz de Aikawa desde el teléfono.
    Usagi-san lo cogió sin permiso el teléfono de Misaki y habló con ella.
    -Yo le llevaré a casa, tranquila.-Tras esto colgó.
    Misaki se había quedado mudo, intentó repasar la conversación anterior por si había dicho algo de su embarazo en voz alta, pero ¡No se acordaba! Casi no podía pensar, ahí, frente a él estaba el padre de su futuro hijo. Dio gracias a que aún no se le notara su estado. Él estaba igual, su pelo desaliñado, su traje impoluto, sus grandes manos sosteniendo un cigarrillo, sin embargo, había algo diferente, sus ojos… eran fríos y calculadores, ya no despertaban ese cariño ni esa pasión que tanto le mantenía atado a él.
    -¿No vas a decir nada?-Le preguntó él.- ¿qué hacías en el hospital?
    -Estoy… resfriado- Murmuró Misaki con la vista fija en el suelo.
    -¿Me quieres preguntar algo?
    Poco a poco la rabia contenida durante un mes, salió. Misaki le miro a los ojos de la forma más dura y despreciativa que podía.
    -Muchas cosas, pero ya no mereces la pena. Te fuiste sin decir nada, y no quiero ni necesito explicaciones.-Sabía que se arrepentiría de todo eso y notaba una punzada de culpabilidad al ver como la expresión seria de Usagi-san, se transformaba en una mezcla entre asombro y miedo.- Tú mismo te lo has buscado. ¿Creías que no diría nada y me lanzará a tus brazos así como así?- Misaki soltó una carcajada sarcástica y se alejó un poco de Usagi-san.-Usami Akihiko, no se que tipo de relación conservamos, pero queda claro que a partir de ahora ya no somos nada.
    Dicho esto, Misaki encontró la fuerza necesaria para andar hasta la parada de metro sin mirar atrás.
    “Es lo correcto” se decía a sí mismo. Pero lo que acababa de decirle a Usagi-san, ¿Asagi-san? ¡no! Para él ahora era Usami Akihiko, de todas maneras, no podía quedarse en casa de aquel hombre ni un minuto más. Pero tampoco tenía a donde ir, bueno, sí, a casa de su hermano, quien le diría que lo justo sería contárselo a Usami, cosa que él no quería. ¿Qué podría hacer?
    Pero al llegar a “casa”, se encontró con algo bien distinto. Su hermano, su cuñada y Aikawa-san le esperaban en el salón. Al entrar se sorprendieron al no ver a Usami, todos menos, su hermano que parecía un poco… enfadado.
    -¡Misaki!- Le saludó Aikawa.
    -Tranquilo, te apoyamos en esto. –Le abrazó Manami.-Aunque tu hermano no está muy de acuerdo.-Le susurró esta última parte.
    -¿Cómo se te ocurre ocultárselo a Usagi-san?- Su hermano se levantó del sofá y caminó hacia él.- ¡También es hijo suyo! ¿En qué estás pensando?
    Misaki notó como las lágrimas desbordaban de sus ojos, su hermano le estaba gritando y no tenía el ánimo como para que le echaran una charla.
    -Tranquillo- le volvió a abrazar Manami mientras miraba a su marido con una mirada de desaprobación.-Que tacto tienes para estos temas, cariño. ¿No ves que está sensible?
    -¿ Que quieres que diga?- le respondió él.
    -Yo…Yo solo he venido a por mis cosas.-Dijo Misaki entre sollozos.- He hablado con él, no le he dicho nada de esto, pero tengo que irme de aquí, no puedo quedarme.
    Manami miró a Takahiro, él respiró hondo, no lo aprobaba pero era su hermano.
    -Te quedarás con nosotros.-Dijo su hermano.-Pero sigo pensando que esto no es justo ni adecuado, ni siquiera sano para el estado psicológico de Misaki.
    Manami, Aikawa y él fueron a recoger sus cosas. Era la última vez que estaría ahí, jamás volvería a aquella casa, el olor, la luz que entraba por las ventanas, el frío tacto de suelo. Aquellas paredes guardaban demasiados recuerdos y por eso, no podía quedarse.
    -Siento el habérselo dicho a tu hermano Misaki.-Dijo Aikawa.-Pero no sabía a quien más acudir.
    Misaki le miró e intentó sonreír, pero se quedó en un intento.
    -No pasa nada, me has ayudado, yo tampoco sabía que hacer.
    Adiós al cuarto de los osos de peluche, adiós a aquel sofá lugar donde por primera vez, Misaki se entregó totalmente a Usami, adiós a aquellas vistas de la terraza y adiós a aquella habitación con ese extraño tren de juguete, peluches, banderas colgadas del techo y el aire impregnado de olor a tabaco y el perfume de Usami.
    Misaki cerró la puerta con llave y después la escondió debajo del felpudo. Estaba huyendo, lo sabía, pero en aquel momento parecía la única salida.


    Edited by Drewelove - 5/5/2018, 19:04
     
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121 replies since 28/8/2012, 14:59   6487 views
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