IN11: Caperucito Rojo [FudouxKidou]

Yuuto tiene que llevarle una cesta a su abuelita que vive en el bosque, pero el camino es peligroso por culpa de los Lobos, o eso dicen.

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  1. suosainaki
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    QUOTE
    -Mmm –murmuró haciendo como
    que aquello era lo mejor que había
    probado nunca, siendo que a él no le
    gustaban en absoluto y prefería
    comerse un gusano antes… bueno,
    igual un gusano no.

    En serio no le gustán los platanos! pero si son tan ricos!.... Kidou es chico malo, pero de que sabe chantagear, sabe chantagear. Yuck! un gusano!? wakala ni porque me pagarán me lo comería.

    Nee mi querer conty!!! si!? chaou.
     
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  2. Starline
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    No XD Pensé que sería gracioso que no le gustaran porque a Fudou le encantan jaja es un bonito contraste ¬w¬
    Yo tampoco me comería un gusano >_<

    Dejo el capítulo 7, en el siguiente pasan cosas interesantes ¬w¬ jejejejejeje


    Capítulo 07: Palos para buscar

    SPOILER (click to view)
    -¿Cómo te llamas? –gruñó el Lobo al chico que tenía en frente y que le acababa de hacer otra pregunta.
    Yuuto frunció las cejas y miró al suelo con frialdad mientras respondía:
    -Mi madre dice que no hable con desconocidos.
    Aquello irritó al Lobo al que el chico de grandes y hermosos ojos rojos, como las grosellas de la tarta que se habían comido, no le había parado de hacer preguntas impertinentes sobre su persona.
    -¿¡Serás imbécil!? –gruñó con cara de mal humor- ¡Tú eres el que no paras de hablar!
    -Es interés científico –refunfuñó Yuuto acercándose de nuevo a las orejas del Lobo.
    -¡No toques! –gritó este tapándose la cabeza con las manos y chafando sus orejas contra su reluciente calva solo interrumpida por una mata de pelo encima de la cabeza, como un solitario árbol en un desierto.
    -Dime qué eres y no toco. Que sois los Lobos, ¿un experimento genético fallido?, ¿lobos mordidos por hombres?...
    -¡Ah, calla de una vez! Y yo que sé, siempre he sido así y punto.
    -¿Y tus padres?
    El Lobo entrecerró los ojos y miró hacia abajo. Luego contestó con un gruñido amenazador.
    -Los cazaron.
    -Oh, lo siento –respondió Yuuto con un tono de voz que no demostraba pena en absoluto. Él también querría capturar al Lobo ese para estudiarlo y averiguar que era de una vez.
    -Los humanos sois estúpidos –gruñó el Lobo-. Solo porque somos diferentes nos tratáis como criminales peligrosos.
    -El hecho de amenazar a la gente con despedazarla no ayuda mucho –replicó Yuuto mirando la pared de en frente con la mente en un laboratorio blanco donde en una mesa igualmente blanca yacía recostado el Lobo de piel blanca y pelo castaño oscuro, y él lo estudiaba a fondo vestido con una blanca bata y unas enormes gafas verde que le daban un parecido razonable con una mosca.
    -Tonterías –gruñó el Lobo-. Todos os tienen miedo y por eso no se presentan ante vosotros… hay muchas criaturas desconocidas por el hombre en este bosque, niñato. Pero no las verás nunca.
    -Eso crees tú –sonrió Yuuto mirando de reojo al Lobo, ¿criaturas desconocidas, eh? Él tenía sus gafas anti invisibilidad duendil.
    El Lobo gruñó de nuevo.
    -¿Y cómo debo llamarte, Lobito? –preguntó el chico decidiendo que nombre le pondría él… “Señor Calvicie” o “Gruñiditos” le quedarían bien como motes.
    -Señor Lobo.
    -Ahn no, te llamaré Señor Pulgoso si no me dices tu nombre.
    El Lobo giró las orejas enfadado, aquello era insultante.
    -No tienes que llamarme de ninguna forma –gruñó-. Aún mejor, no me hables.
    -¿Ah, sí? Y yo que pensaba dejarte plátanos durante todo un año… igual debería dejar solo manzanas –Yuuto soltó una carcajada maléfica.
    -Akio –gruñó el Lobo enseñando los dientes-. Akio Fudou.
    El chico sonrió.
    -Me gusta más Señor Pulgoso… pero haré el esfuerzo de llamarte Akio.
    El Lobo lo miró con enfado, pero a ese juego podían jugar dos.
    -¿Y tú, Enano Gafotas?
    Yuuto hinchó los carrillos y se sonrojó mientras rechinaba los dientes.
    -¡Cuando crezca seré mucho más alto que tú y te patearé el culo!
    -Por supuesto –sonrió Akio cínicamente-, ¿mientras?
    -Me llamo Yuuto. Para ti, Señorito Kidou.
    -Claro, Gafotas.
    -¡Cállate, Pulgoso!
    Ambos se miraron desafiantes y Yuuto le agarró de las orejas de nuevo a Akio, quién respondió tirándole del pelo. Pero ambos perdieron el equilibrio y cayeron sobre el Lobo, que empezó a revolverse mientras gruñía intentando quitarse a Yuuto de encima.
    -¿Sabes recoger palos, Pulgoso? –preguntó el chico de repente soltándole las orejas y mirándole con interés.
    -¡MUÉRETE!
     
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  3. suosainaki
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    Jdsjds yo quiero unas gafas anti duendil(?) XD me estaba aguantando la risa, pero cuando leí esa parte no pude evitar carcagearme... mi má me regaño jiji.

    Amí igual, me pareció buena idea ese contraste entre ambos.

    Señor pulgoso jdsjds XD Kidou, le gusta insultar, más no que le insulten, pelionero jaja. La mente de Yuuto hasta dónde se fue, imaginandose en el laboratorio... aveces asi me pasa ^^'

    QUOTE
    -¿Sabes recoger palos, Pulgoso? –
    preguntó el chico de repente
    soltándole las orejas y mirándole con
    interés.
    -¡MUÉRETE!

    Jadsjds bonita reacción la del pulgoso, digo Akio! el señor Akio, yo hibiese dicho lo mismo. No paré de reir n_n en todo el cap! difinitivamente quiero conty. chaou.
     
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  4. Starline
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    Yo también quiero unas gafas así, así sabría quien se come el chocolate de casa (aunque creo que es mi hermano por la noche XD) Pero unas gafas así serían lo más de los más.
    Kidou es un chico muy malo ¬w¬ No va a permitir que un pulgoso le intimide, de hecho me ha salido muy rebelde... En todos los fics que leo Kidou es el uke sin resistencia pero aquí él lleva la voz cantante XD De hecho van los dos al a par jajaja Pero Kidou parece medio acosador ¬.¬U Fudou solo quiere que se muera jajaja

    Hoy dejo dos capítulos >w< Llevo como 24 y me parece que quedan muchos más, así que los subiré de momento de dos en dos, XD Suo eres la única que opinas así que ya me dirás, si prefieres de uno en uno o de dos en dos. Y si alguien se anima a opinar siempre es un placer <3

    Estos dos capítulos me gustan mucho, no es que pase nada fuerte teniendo en cuanta que aquí todas somos yaoistas pero bueno, a mí las cosas tiernas me gustan más >w<



    Capítulo 08: Hojas mojadas (!) Shonen Ai
    SPOILER (click to view)
    La lluvia seguía cayendo lenta pero constante y Yuuto seguía encima de Akio, intentando convencerle para que fuera a buscar los palos que tirara para entretenerse. El Lobo le enseñaba los dientes furioso, pero Yuuto ya había entrado en su juego y sabía que “perro ladrador poco mordedor”.
    -Si vas a buscar los palos te llevaré más plátanos –prometió Yuuto sin intención alguna de cumplir su promesa pero intentando que Akio aceptara su proposición.
    -¡No soy un maldito chucho doméstico! –se enojó el Lobo intentando quitar de encima a Yuuto.
    -Venga, Lobito… Señor Pulgoso. Estás en mi propiedad y permito que te quedes a vivir, encima te ofrezco comida… Sería muy fácil llamar a un exterminador o los locos de los fenómenos paranormales.
    Akio lo miró con un odio helador que seguía golpeando al pequeño e inocente Yuuto con fuerza en el estómago, a pesar de haber estado recibiendo ese tipo de miradas durante todo el tiempo que habían estado juntos.
    Siguieron forcejeando un poco más hasta que Yuuto se aburrió también de eso y decidió apartarse. Empezaba a tener frío y no quería más que volver a su casa y calentarse con una taza de chocolate caliente.
    Al pisar el suelo para erguirse resbaló con una de las numerosas hojas mojadas que el viento había adentrado en la cueva. Perdió el control de su cuerpo y cayó de bruces sobre el Lobo, cerró con fuerza los ojos, como si aquello fuera a evitar la colisión y gritó.
    El Lobo por su parte respiró aliviado al ver que el chico se cansaba y parecía dispuesto a dejar de saltar en su estómago como un conejo en las praderas. Sin embargo, al intentar incorporarse el chico resbaló y cayó sobre él. Akio quiso protegerse la cara con las manos ante el inminente golpe, pero un rodillazo en su zona más íntima le hizo retirar rápidamente las manos hacia ese lugar y abrir la boca para gritar. Pero no le dio tiempo.
    Los labios del chico humano se juntaron con los del Lobo en un cálido contacto determinado por la caída, y ambos abrieron los ojos con una mueca de asco y desprecio. El corazón empezó a irles a gran velocidad. Yuuto retiró la cabeza rápidamente, haciendo arcadas, a la vez que Akio conseguía escapar de debajo del humano y se alejaba intentando limpiarse la boca con las manos.
    -¡Puag! –se quejó Yuuto- ¡Sabes a plátano! ¡Que asco!
    Akio le dirigió una mirada asesina y le gritó fuera de sí.
    -¡Asqueroso! ¡Es lo más repulsivo que he hecho en toda mi vida! ¡Incluso más que aquella vez que una mosca se metió en mi boca y me la tragué!
    -¡Ja! –refunfuñó Yuuto buscando en la cesta algo que le pudiera servir para quitarse el sabor-. ¡En boca cerrada no entran moscas!
    Ambos se miraron con odio, el Lobo deseaba quitarse de encima a ese enano impertinente, ¡ojalá la maldita lluvia parara pronto! Por su parte Yuuto estaba deseando llegar a su casa y mandar a los antiplagas a por aquel imbécil que le había estropeado la visita a su querida abuela… Bueno, no mandaría a los antiplagas pero le haría pagar el frío que estaba pasando.
    Los dos se sentaron alejados el uno del otro, aprovechando de vez en cuando para mirarse con odio. Los minutos pasaban y seguía lloviendo para exasperación de ambos.
    Yuuto comenzó a bostezar, tenía sueño, había pasado por muchas sensaciones aquel día… Y la única buena era la de la tarta de grosellas. Tenía hambre y frío, le dolía el cuerpo y odiaba a ese Akio que lo miraba como si quisiera clavarle un cuchillo… ¿¡y si lo hacía mientras dormía!? ¡Tenía que permanecer despierto!
    El chico miraba a la nada, intentando mantenerse despierto, pero era difícil, el sueño se le apoderaba, le abrazaba con sus pesadas manos arrastrándole a su oscuro seno, libre de pensamientos y embotando sus sentidos poco a poco. Quiso resistirse pero le fallaban las fuerzas. Finalmente cerró los ojos y dejó caer la cabeza sobre su pecho, resbalando por la pared hasta recostarse en el húmedo y frío suelo de la cueva.
    Akio gruñó, él también estaba cansado pero no quería perder ante el humano. Antes de caer rendido por el sueño se acercó a por una manta que había robado tiempo atrás para calentarse, mientras Yuuto temblaba de frío en sueños.


    Capítulo 09: Manta de cuadros
    SPOILER (click to view)
    El sol se levantaba entre las montañas, alegre y feliz, contento de que le permitieran alumbrar aquel bosque después de haber sido retenido por la tormenta del día anterior. Era temprano y entre los árboles los pequeños animales despertaban y cantaban radiantes.
    Los rayos del sol alcanzaron la cueva e iluminaron el interior, acariciando la suave piel de los dos chicos que ahí dormían.
    Yuuto, un muchacho de cabello castaño recogido en una coleta en ese momento muy mal hecha, abrió sus hermosos y grandes ojos rojos como el fuego y miró a su alrededor confuso. Sentía todo el cuerpo dolorido y no entendía porque no estaba en su suave y mullido colchón de calidad superior en su cama amplia y cómoda.
    Se giró y vio que había alguien recostado a su lado que le daba la espalda y que parecía dormido. Ambos estaban tapados por una manta de cuadros rosa con estampados florales que recordaba haber visto alguna vez en casa de su abuela, y que un día desapareció milagrosamente, pues siempre que Yuuto se quedaba a dormir tenía que taparse con esa horrible manta.
    El chico que dormía a su lado, de una edad muy similar a la suya tenía dos orejas peludas saliendo de la parte superior de su cabeza, lo cual resultaba chocante ya que esta estaba prácticamente rapada.
    Yuuto se incorporó y bostezó ruidosamente, luego se giró hacia el Lobo durmiente y le pinchó la mejilla con el dedo para molestarle. Akio se revolvió pero no abrió los ojos. Yuuto lo contempló en silencio. Igual podía ser una buena mascota en el fondo, le preguntaría a su madre si se lo podría quedar… Aunque en realidad eso sería bastante problemático.
    El Lobo tenía una piel bastante clara, aunque sucia de barro que no se había molestado en limpiar. Yuuto se chupó un dedo e intentó limpiar una mancha de la mejilla de Akio, el cual abrió repentinamente los ojos y le agarró de la muñeca con un gruñido.
    -¡Eso es asqueroso! –se quejó limpiándose la mejilla con la manga de la camiseta.
    El Lobo miró fuera de la cueva y suspiró aliviado.
    -Ha dejado de llover –se alegró-. Por fin podré apartarte de mi vista.
    -Antes me tienes que llevar a mi casa –recordó Yuuto sonriente.
    -Sí… y tú me tendrás que traer comida durante todo un año.
    -Un trato es un trato –afirmó Yuuto.
    Los dos chicos emprendieron la marcha cuando el chico volvió a vestirse con su ropa, ya seca.
    Ninguno de los dos dijo nada hasta llegar al claro donde se habían encontrado por primera vez.
    -Recuerda bien el camino, Gafotas, si te pierdes otra vez al traerme la comida no te ayudaré.
    -No te preocupes, Pulgoso, no me olvidaré –sonrió Yuuto haciendo irritar al Lobo.
    Akio lo llevó a través de un sendero que llevaba directamente a la casa de Yuuto, a la cual el Lobo había acudido alguna vez para robar ropa y comida.
    -Este camino es mucho más corto que el marcado por el hombre –explicó Akio haciéndose el listo-. Quedaremos a mitad del mismo, en el claro que hemos pasado antes.
    Yuuto afirmó con la cabeza. La casa del chico empezó a vislumbrarse entre los árboles, alejada de estos y rodeada por un prado lleno de flores.
    -¡Mi casa! –suspiró el chico con una lágrima de alivio en los ojos.
    -Yo me quedo aquí –Akio se paró-. Como le digas a alguien algo te aseguro que te mataré –y se llevó un dedo al cuello, haciendo que se lo cortaba de un lado a otro.
    -No diré nada –aseguró Yuuto con una mirada siniestra. Si alguien tenía que estudiar a aquella criatura sería él.
    El chico se alejó prometiendo verse al día siguiente para llevarle la comida. Akio se quedó mirándolo hasta que desapareció en el interior de la casa. Luego se dio la vuelta y volvió a su cueva.
     
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  5. Haruchan!
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    Qué geniaaaal *-*
    Me ha gustado mucho &.. yo si quisiera que fueran 2 continuaciones xD


    Matta ne~.
     
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  6. suosainaki
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    Haww amé ese tierno e inosente besito ^^ . Fue encantador, aparte de que al parecer a niuno de los dos les gustó, y si fue así, supierón como disimularlo XD. Haww (de nuevo) Akio se preocupó (mas bien; se apiado) de Yuuto y terminó compartiendole la mantita, para que no pasara frio. Lo que deplano me fasinó fue cuando Kidou se lame el dedo y, trata de limpiar la mejilla del Lobito, me gustó porque lo hizo.. ammm se podria decir, natural, como no sé, de inocensia, no como en los demas f.f que luego se ban por otro lado owo.

    Acerca de los capitulos, pues amm... como te sientas más comoda, para mí está bien ^^ me fasinan y encantan!. Ya empesarón las evaluaciobes en el cole, así que, quiza y/o si me llego a perder una conty, pido disculpas por adelantado n_n. Muy buenos, que sorpresa toparme con dos, DOS capis!!!. Adiósito.
     
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  7. Starline
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    Haru: gracias :) me alegro de que te gusten. Pues por lo pronto subiré de dos en dos >w<

    Suosainaki: sí, esos besos son los mejores jajajaa. Bueno son niños, obvio que no les gusta ¬w¬ ya crecerán jojojo Fudou es un buen Lobito en el fondo, aunque no quiere admitirlo ^w^ Bueno, esas cosas salen muy naturales en los niños pequeños, y estos no lo son tanto pero igualmente XD A mí me gustan los pequeños detalles tiernos más que otras cosas XD Además son más divertidos de escribir.
    Los subiré de dos en dos por ahora, ya que tengo acumulados, y luego ya veré jeje Suerte con tus evaluaciones x3

    Dejo dos capis más owo No me matéis por lo que pasa, vale? jajaja


    Capítulo 10: Regalo con papel de pingüinos y un lazo rojo

    SPOILER (click to view)
    Yuuto cumplió su palabra y al día siguiente, después de comer, se escapó con una cesta con comida a pesar de la vigilancia de su madre que no quería perderlo de vista después de lo sucedido. Y lo mismo hizo al día siguiente. Y al siguiente.
    El chico llenaba una cesta todos los días y después de volver del colegio, a las 3 de la tarde, se escabullía hasta el claro donde Akio siempre le estaba esperando recostado en un árbol.
    Al principio Yuuto y Akio solo se veían para que el chico le diera la comida al Lobo, tal y como había prometido, pero a medida que pasaban los días Akio tardaba más en desaparecer entre los bosques y Yuuto en emprender el camino de vuelta. Cuando el chico se enteró de que el Lobo no sabía leer ni escribir decidió enseñarle, Akio, agradecido, fue un alumno ejemplar y aprendió con gran rapidez, pasando enseguida a leer los complejos libros de física atómica y biología marítima que tenía su profesor en las estanterías de su cuarto. También devoró libros de historia de todos los continentes, economía, matemáticas e incluso cuentos como el Patito Feo, los Tres Cerditos y el resto. De ese modo se entretenía en su cueva, a la que Yuuto había provisto de varios faroles y una estufa portátil para que el Lobo se calentara en los fríos días invernales que poco a poco se hacían más crudos.
    -Toma, Akio –le ofreció Yuuto un día a finales de diciembre.
    El Lobo, que lo esperaba en un árbol al resguardo de la capa de nieve que cubría el suelo, bajó de un salto al suelo y observó un paquete envuelto en un papel azul con dibujos de pingüinos.
    -Los pingüinos son unas aves marinas, no voladoras de la familia Spheniscidae y orden Sphenisciformes que se distribuyen en el Hemisferio Sur, especialmente en altas latitudes –sonrió Akio mirando los dibujos y lamiéndose los labios.
    -Es tu regalo de Navidad –respondió Yuuto con una sonrisa en los labios.
    -La Navidad, del latín nativitas, es decir, nacimiento, es una de las festividades más importantes del cristianismo. Esta solemnidad, que conmemora el nacimiento de Jesucristo en Belén, se celebra el 25 de diciembre en la Iglesia católica, en la Iglesia anglicana, en algunas comunidades protestantes y en la Iglesia ortodoxa rumana. En cambio, se festeja el 7 de enero en otras iglesias ortodoxas, que no aceptaron la reforma hecha al calendario juliano para pasar al calendario conocido como gregoriano, nombre derivado de su reformador, el papa Gregorio XIII –recitó Akio mirando con interés el paquete que le tendía el chico, no entendía qué pasaba.
    -Bueno, en Navidad los humanos nos regalamos cosas –rio Yuuto acercándole el paquete.
    El Lobo lo cogió con curiosidad y miró la caja y el lazo rojo a juego.
    -Ah... Servirá para adornar la cueva… supongo.
    -¡No, Akio! Tienes que abrirlo –se burló Yuuto haciendo que Akio se pusiera colorado y procediera a desgarrar sin mucho cuidado, sacando de la caja de dentro un balón de fútbol y una bufanda roja con un pingüino bordado.
    El Lobo miró ambos objetos interesado, luego se giró hacia Yuuto con un ligero rubor en las mejillas.
    -No sé para que sirven… pero gracias… creo.
    -Esto es una bufanda –Yuuto le quitó la bufanda de las manos y se la puso alrededor del cuello.
    -Es cálida –murmuró el Lobo acariciando la lana suave con la que estaba hecha.
    -Yo tengo una a juego –dijo Yuuto-. Y esto es un balón de fútbol.
    El chico cogió la pelota y empezó a hacer toques con el pie, logrando captar la atención del Lobo.
    -¡Ah! ¡Déjame probar!
    Yuuto le pasó el balón a Akio quién lo pateó fuerte hacia arriba y luego le dio un cabezazo, con una sonrisa perversa en los labios, ya que era su única forma de sonreír.
    -Es divertido –admitió el Lobo pasándole a Yuuto de nuevo.
    -¡Claro! ¡Juguemos al fútbol juntos, Akio!
    -Ja, no sé si serás rival para mí, Gafotas.
    -¡Ya veremos, Pulgoso!
    Akio miró a Yuuto con las manos en las caderas y el ceño fruncido.
    -Yo no tengo nada para ti.
    -No hace falta –respondió el chico mirándolo extrañado.
    Akio sonrió con malicia y se acercó a Yuuto, quedando a un palmo de él. El estómago del chico dio un vuelco al notar su aliento sobre él, por alguna extraña razón parecía que le hubieran descorchado una botella de champán dentro de su tripa.
    El Lobo con un rápido movimiento le dio un lametón en la mejilla y luego salió corriendo con su balón y la bufanda. Dejando a un paralizado Yuuto con el rostro sonrojado, una mueca de asco en los labios y baba de Akio en la mejilla.


    Capítulo 11: Colmillo engarzado en amatista

    SPOILER (click to view)
    Los días siguieron pasando y la nieve comenzó a derretirse, llegó la primavera y el Bosque que parecía haber estado durmiendo volvió a la vida.
    Akio y Yuuto pasaban muchos días jugando hasta tarde al fútbol o yendo a la casa de la abuela del chico a gastarle bromas. La primavera pasó tan pronto como había llegado y dio paso al verano. Permitiendo a los dos amigos jugar en el río sin preocuparse por estar mojados.
    Yuuto preparaba una cesta con comida en su casa, varios plátanos y cosas que encontraba por la nevera. De repente entró su madre y lo miró con atención.
    -Pensaba que no te gustaban los plátanos.
    -¡Que va, madre! Los adoro –aseguró Yuuto con una falsa sonrisa y un sudor frío en la nuca.
    La mujer pasó a su lado y abrió un armario donde guardaban los dulces.
    -¿¡Dónde está mi chocolate de lujo!? –se alarmó buscando la tableta del más exquisito chocolate belga. Miró a su hijo y a la cesta que preparaba.
    -¡Yuuto!
    -¡Yo no lo tengo! –y salió corriendo con lo que tenía al encuentro de Akio.
    Aquella tarde el Lobo tenía una expresión de preocupación en el rostro y perdió varios pases del balón, lo que no era normal en él.
    -¿Te pasa algo, Akio?
    El Lobo levantó la vista y miró a su alrededor, nervioso.
    -No.
    Ya faltaba poco para anochecer cuando decidieron separarse. Yuuto se despidió con la mano y se dirigió hacia su casa.
    -¡Yuuto! –el Lobo le alcanzó y le agarró por detrás del brazo haciendo que el chico se girara sonrojado y con un nudo en el estómago.
    -¿Sí? –preguntó Yuuto preocupado y expectante.
    Akio bajó la mirada un poco y tragó saliva mientras sus mejillas adquirían un vivo color. Luego se arrancó un colgante que llevaba al cuello y se lo ofreció a Yuuto, después de que este lo tomara con expresión interrogativa salió corriendo y se perdió entre los árboles.
    Yuuto miró el colgante, le había preguntado alguna vez por él al Lobo y este le había dicho que era lo único que le quedaba de sus padres. Era un colmillo blanco engarzado en una amatista, el padre del Lobo había salvado a su madre cuando le atacó un oso, y aquel colmillo era un recuerdo de dicho animal que a pesar de haber puesto en peligro sus vidas había unido a los dos dando como fruto el nacimiento de Akio. El padre se lo había regalado a su madre para pedirla como compañera.
    El chico se lo puso al cuello y volvió a su casa con la mirada perdida y lleno de preguntas por dentro.
    Al día siguiente Akio no apareció en el claro. Yuuto preocupado de que hubiera podido pasarle algo fue a su cueva, pero no lo encontró, todo estaba como siempre… hecho un asco. Lo buscó por el bosque llamándolo a gritos pero no apareció. Al final, regresó a casa, pensando que le habría surgido algo, aunque nunca antes había faltado a un encuentro. Aquella noche tuvo pesadillas, y solo esperaba que llegara el día siguiente para volver a verlo. Pero de nuevo nadie salió a su encuentro. Ni al día siguiente.
    Los días pasaron sin que Akio apareciera y Yuuto se desesperó buscándolo cada uno de esos días, no había notas, señales… ¿qué había pasado?
    Los días se convirtieron en semanas y estas en meses, Yuuto seguía yendo todas las tardes con la cesta de comida, pero nadie la reclamaba.
    Era una noche realmente horrible de invierno, la nieve golpeaba sin piedad los cristales de la habitación del chico, y este con lágrimas en los ojos solo pedía que su amigo estuviera bien. Porque había escuchado a unos compañeros del colegio que, coincidiendo con la fecha en que Akio desapareció, unos cazadores se habían adentrado en el bosque buscando alguna cosa interesante.
    Los meses se convirtieron en años, y Yuuto ya no se adentraba en el bosque a llevar la cesta, pero nunca se quitó el colgante que Akio le dio el día antes de desaparecer.
     
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  8. flora fudou
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    waa que triste TwT perdón por no dejar review antes jejeje n_nU
    pero quiero contiiii onegai que le habrá pasado a fudou TwT
    y pobre de kido espero que se encuentran pronto *3*
    sayo y gracias ;)
     
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  9. Starline
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    Gracias flora! :D Jaja no pasa anda, me alegra saber de que te gusta y lo sigues >w< Siempre es una motivación extra x3

    Bueno, por ahora es un misterio lo que le pasó òwó y lo seguirá siendo un tiempo más

    Hoy solo dejo un capítulo, porque soy malvada y este capítulo me gusta dónde acaba, y si dejo el siguiente seguido entonces no hay emoción u_u

    Aunque es el capítulo más corto de todos XDU


    Capítulo 12: Timbre

    SPOILER (click to view)
    Habían pasado ya cuatro años desde que Yuuto se había encontrado a su amigo Akio, un Lobo, en el bosque, pero la vida seguía inexorable y ajena a su separación.
    -Parece que este fin de semana va a haber una tormenta muy fuerte –comentó un joven de piel oscura y pelo blanco mirando el cielo amenazador que cubría sus cabezas con su único ojo de un intenso color ámbar.
    -¡La noche perfecta para que aparezca una bruja y se te coma! ¿No es así, Yuuto? –bromeó un muchacho mucho más alto que los otros dos que le acompañaban y de hombros anchos, con el cabello de un marrón caldero despeinado en mil direcciones.
    -Sí, Koujirou –sonrió Yuuto tristemente mientras se apretujaba en su chaqueta.
    -¡Venga, Yuuto! –sonrió el otro muchacho tomando del hombro a su amigo- ¿Seguro que no quieres quedarte en alguna de nuestras casas? No sé si es muy seguro que te quedes en la tuya…
    -Es verdad –apoyó Koujirou-. En medio de un prado y el bosque estáis muy desguarecidos, además puede aparecer un gnomo de la lluvia y robarte el alma.
    -¡Koujirou! –le regañó el chico de pelo blanco- Si no tiene alma que robar.
    Y ambos soltaron una carcajada, Yuuto les sonrió forzadamente. El peliblanco soltó un suspiro y se encogió de hombros.
    -Al menos podrías sonreírnos de verdad, nosotros que intentamos animarte.
    -Déjalo, Jirou –le murmuró Koujirou-. Hoy hace cuatro años de aquello… Siempre está más taciturno en esta época.
    Yuuto se despidió de sus dos mejores amigos y se subió al coche que lo llevaría a casa mientras miraba por la ventana tristemente. Todos habían crecido tanto en los últimos años, sus amigos habían empezado en interesarse en chicas y en arreglarse para salir por ahí. Lo que más le incomodaba era que Koujirou parecía interesado en una chica en particular, ¡su hermana! El muy traidor… Pero a él no le gustaba ninguna chica… tenía amigas… pero no le atraían en ese sentido… Eso le hacía sentirse mal a veces, porque no le interesaban las conversaciones de sus amigos sobre ellas y desconectaba, pensando en sus cosas… Y en un par de ojos de un turquesa oscuro que la última vez que le miraron le partieron el corazón por la súplica escondida en ellos y que no entendió hasta que fue demasiado tarde… Si tan solo se hubiera dado cuenta antes… Suspiró ruidosamente y se apretó el colgante que llevaba al cuello.
    En casa todo seguía igual, su madre seguía faltando la mayor parte del tiempo y él se pasaba las tardes aburrido jugando al fútbol en el campo o leyendo libros más avanzados de lo que cabría esperar en alguien de su edad.
    Aquella tarde se tomó un baño caliente y se puso a leer una novela de terror que le había prestado Jirou.
    La tormenta fuera de la casa era terrible, el viento sacudía sin piedad los árboles y todo lo que pillaba a su paso, arrancándoles aullidos de dolor. Mientras que la lluvia salpicaba con fuerza las ventanas.
    Un trueno retumbó fuera y las luces titilaron. El timbre de la entrada resonó estruendosamente en toda la casa y Yuuto se asomó a la puerta de su cuarto para encontrarse con la mirada asustada de la criada.
    -Ya abro yo –sonrió Yuuto intrigado.
    El joven se dirigió a la puerta principal y la abrió con desconfianza. En el umbral había una figura encapuchada que se desplomó sobre sus brazos en cuanto lo vio lanzando un suspiro con su nombre. Yuuto abrió los ojos atónito y vio con pánico que se estaba manchando de sangre que brotaba de alguna herida escondida en su cuerpo.
     
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  10. suosainaki
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    Nooo!!! oh cielos santos! ya me perdí 3895215832 contys!!! aver voy ha hacer las cuentas: 1, 2 y luego que sigue... ah si! 8, no digo el 3, asi que, 1 +1 +1 = tres!!! conty!!!. Una enorme disculpa, yo le echo la culpa al cole. OMG! me desaparesco un momento... y ya pasó de todo. Qué pasó con Fudou? por qué ya no regresó a las citas con Kidou? Esperen, estoy casi segura de que ese sujeto que llegó a la casa de Yuuto es el Lobo (con L mayuscula) quiza alguien lo cazó tiempo atras, lo tubo con él por eso Akio no aparecia, y por fin logró escapar, pero cuando lo hasìa fue atacado... XD mi mente cerrada no da para más. Espero la conty! y prometo estar más atenta. Me fasina como se esta poniendo todo esto. Chaou.

    PD: gracias, si supongo que nesecitaré toda la suerte del mundo, para mis calificaciones. ;)
     
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  11. Starline
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    Bueno no pasa nada :D Así tienes más para leer de vez jajaja XD
    El cole siempre tiene la culpa de todo, tranquila =_= Nos roba el tiempo para todo ;w;

    Jajajaja en realidad es exactamente eso, salvo que estuvo además trabajando en un circo Lo llevaron lejos de su casa y no tenía ni idea de como volver, algo en plan Marco que se va a la aventura a buscar a su madre XD Salvo que quería volver a su cueva ¬w¬ Y por el camino lo van siguiendo los malvados cazadores jojojo al fin de cuentas está basado en caperucita roja, tenía que aparecer el cazador

    Hoy dejo uno solo y mañana volveré a dejar dos :) Espero que os guste >w<


    Capítulo 13: Bala

    SPOILER (click to view)
    Yuuto tenía las manos manchadas de sangre y ni siquiera sabía de dónde salía, aquel cuerpo derrumbado sobre su pecho respiraba a duras penas.
    El chico, de pelo castaño, largo, recogido en pequeñas rastras que en ese momento caían sueltas sobre sus hombros, tenía las pupilas dilatas y el corazón enloquecido. Le dolía mucho el pecho y temblaba como una castañuela.
    El joven llamó con voz trémula a su mayordomo y a la criada, que llegaron inmediatamente, porque estaban mirando desde una esquina.
    La criada preparó una cama en un cuarto de invitados, donde llevaron al encapuchado, mientras llamaban al médico de la familia.
    -Yo me encargo, señorito Yuuto–sonrió el mayordomo.
    Yuuto asintió, su mayordomo sabía primeros auxilios y medicina básica para situaciones de emergencia, tal y como aquella.
    -¿Qué puedo hacer?
    -Limpiarse la sangre, señorito –contestó el mayordomo desapareciendo en la habitación y cerrando la puerta tras de sí, dejando a un asustado Yuuto con lágrimas en los ojos y los puños apretados.
    Sin embargo, permaneció ahí quieto, sin moverse, hasta que el mayordomo volvió a abrir la puerta.
    -¡Oh! –exclamó sobresaltado el mayordomo- Tranquilícese, señorito. Está fuera de peligro –sonrió al ver la expresión anhelante de los ojos del muchacho-, pero necesita atención médica de verdad. Ha recibido un disparo y esta inconsciente.
    Yuuto abrió la boca pero la voz se le quebró.
    -Es un chaval curioso –dijo el mayordomo mirando hacia atrás-. Puede contar con mi discreción. Si me disculpa, debo atender un asunto.
    El mayordomo se perdió de su vista y Yuuto entró en la habitación, la criada limpiaba unas manchas y se asustó al ver a su señorito todo cubierto de sangre.
    -¡Por favor, límpiese!
    El joven se acercó al herido que reposaba en la cama y tenía los ojos cerrados y le acarició una mejilla, mientras una lágrima resbalaba por la suya.
    La criada lanzó un quejido y salió de la habitación llevándose las toallas manchadas.
    -Te han disparado en el hombro izquierdo –observó Yuuto apretando los labios furioso-. ¿Quién te ha hecho esto?
    Pasó mucho rato, un rato infernal entre lastimeros sollozos del viento y gemidos de las ramas de los árboles lejanos.
    Llamaron a la puerta y el mayordomo entró seguido del médico.
    -Señorito Kidou –saludó el médico con un movimiento de cabeza.
    El apelado giró la mirada y asintió.
    -Doctor Gouenji -respondió al saludo-. ¿Puedo quedarme en una esquina? –preguntó tímidamente Yuuto mirando al médico a sus oscuros ojos.
    -Está bien –aceptó el médico observando a su paciente con curiosidad.
    Yuuto se retiró a un rincón y mantuvo la mirada fija en las acciones del médico que con unas pequeñas tenazas estaba extrayendo la bala que se había alojado en el hombro del paciente.
    En un momento dado de la intervención oyeron que llamaban de nuevo a la entrada principal. El médico concentrado en su misión no hizo caso, pero Yuuto se revolvió en su asiento y se asomó a la puerta en silencio.
    El mayordomo hablaba secamente con un par de hombres.
    -Es peligroso –oyó Yuuto que decía una voz ruda-. Pero está herido y no creo que llegue lejos.
    -Esta casa es la única que hay por la zona además de desde la que se nos dio el aviso –dijo otra voz-, puede intentar asaltarla para conseguir ayuda. Nosotros le hemos perdido el rastro no muy lejos de aquí.
    -Si vemos a alguien sospechoso llamaremos al a policía –asintió el mayordomo educadamente mientras Yuuto comenzaba a sentir una furia que le recorría todo el cuerpo.
    -No –negó uno de ellos-, mejor llámanos a nosotros –y le tendió una tarjeta que este aceptó con un gesto de cabeza.
    El joven apretó el puño furioso y sin poder controlarse quiso llegar hasta ellos para romperles la nariz. Pero una fuerte mano le agarró de la muñeca y le volvió a meter en el cuarto.
    -Si sales ahí y haces algo extraño lo estás sentenciando –le reprendió el señor Gouenji.
    Los dos hombres se fueron y el mayordomo suspiró aliviado, agradeciendo haber borrado con anterioridad el rastro del misterioso invitado de su señorito.


    Para el que se lo pregunte, es Gouenji padre no hijo
     
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  12. flora fudou
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    por kami-sama apareció *3*
    aunque herido pero esta vivo hurra XD
    pon contii esta fabuloso y el suspenso me esta matando TwT
    sayo y gracias ;)
     
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  13. suosainaki
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    Ehh me escapé de el cole... jdsjds ok no, no tube clases wiii!!!. Oh ahora lo andan buscando! yo sabia que algo así iba a pasar. Ese mayordomo es un genio, borró el rastro del lobito para que no lo encontaran. Kido tiene toda la razón al estar enojado, cualquiera lo estaria. La historia a dado un giro de 180 grados... o 360. Dónde quedo toda la hermosa a mistad, de los niños!? pff ahora ya están grandes, jovenes que entiebden mejor las cosas. Mi estar feliz de comentar!! mi querer conty! mi despedirse, chao.
     
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  14. Starline
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    Flora: Apareció!! Yay! Bueno, por lo pronto no lo mataremos, quien sabe si más adelante... jaja no no, no me gusta matar personajes ;w; Gracias! :D Bueno, suspenso... no sé me da bien hacer cosas misteriosas XD Suosainaki me leyó la mente y adivinó todo jjajajaa

    Suosainaki: sin clases! que yay XD Es cuando mejor se está jaja See, lo andan buscando y no se darán por vencidos... Kidou tiene razón, pero si les rompe la nariz lo detendrán por agresión jajaja Bueno, ahora son mayores, quien sabe qué pasara, aunque Kidou sigue igual de tonto XD

    Dejo los dos siguientes capis òwó El segundo es totalmente de relleno y por eso lo dejo junto... quería hacer algo así y aproveché a meterlo en el fic.


    Capítulo 14: Sillón

    SPOILER (click to view)
    El nuevo día había amanecido igual de tormentoso que el anterior, un joven de cabellos castaños recogidos en multitud de rastras y cansados ojos rojos estaba sentado en un sillón que aunque siempre le había parecido muy cómodo pasadas las 5 primeras horas en él no se hacía tan confortable.
    En la cama dormía un joven de su misma edad y piel sumamente clara, llena de magulladuras y otras heridas. Tenía un cabello castaño pero mucho más oscuro y tirando a tonos grises. Pero lo más curioso de él eran las dos orejas puntiagudas y peludas que sobresalían entre su pelo y la cola peluda que nacía al final de su columna vertebral.
    Yuuto le acarició la frente con delicadeza, somnoliento. Había deseado tantas veces volver a verlo que en ese momento no sabía como actuar. Aunque estaba inmensamente feliz por tenerlo junto a él de nuevo se daba cuenta de lo grave de la situación, y aunque el riesgo de muerte parecía haber desaparecido su amigo seguía teniendo un agujero de bala en el hombro y varias fracturas al o largo del cuerpo.
    Observó en silenció al Lobo, su pelo había crecido desde la última vez que lo vio, cuando tenía la cabeza medio rapada, sus ojos permanecían cerrados pero sus pestañas eran largas y finas, tan delicadas como el vuelo de una mariposa, su nariz respingona y sus labios finos pero carnosos, de un color pálido y sensual. La barbilla era afilada y su cuello largo y esbelto, igual que todo él. Las manos, por encima de la manta, dejaban ver unos largos y estilizados dedos de uñas afiladas y mortíferas, con unas muñecas estrechas y huesudas. En realidad todo el parecía bastante demacrado y lleno de moratones.
    Yuuto se inclinó sobre su cuerpo y recostó su frente sobre la de su amigo, estaba fría y sudaba. Cerró los ojos y colocó su mano sobre la gélida extremidad del herido.
    Permaneció así un rato hasta que notó un intento de movimiento por parte del Lobo. Abrió los ojos y se encontró con la mirada confusa de este, con sus grandes ojos de mirada fría y perdida, de un color turquesa oscuro y gris.
    -¿Yuuto? –susurró en un quedo silencio la voz tomada del Lobo.
    -Akio –sonrió Yuuto separándose con un burbujeo de felicidad en la entrada del estómago.
    -Tengo hambre –murmuró muy bajo el herido, apenas un murmullo imperceptible que salía de sus labios.
    Yuuto asintió y mandó traerle algo de comer, algo especial y nutritivo. Akio lo miró en silencio hasta que el joven se giró hacia él. Con mucho esfuerzo le dedicó una sonrisa sarcástica y maligna.
    -La última vez que te vi –susurró el Lobo- eras un Enano Gafotas.
    -Y tú un Pulgoso rapado –sonrió Yuuto sentándose en la cama junto a él.
    -No he tenido tiempo para raparme últimamente –suspiró Akio intentando mover el brazo en el que le habían disparado, pero un pinchazo de dolor le recorrió el cuerpo y decidió mantenerse quieto.
    -¿Dónde has estado? Te eché mucho de menos –le preguntó Yuuto con una voz lastimera.
    -Je –Akio le enseñó los dientes-. Yo te había olvidado completamente.
    Yuuto abrió los ojos levemente dolido, pero luego le sonrió.
    -Sé que es mentira.
    -¿Por qué te crees tan importante? –gruñó el Lobo con una mueca de dolor al intentar incorporarse.
    -Dijiste mi nombre antes de desmayarte… y llevabas mi bufanda.
    -Que gran cosa -murmuró el herido-. Una bufanda en un frío día, no es tan raro.
    -La bufanda… sé que estaba en un baúl en la cueva, yo la dejé ahí… por si volvías. Y estaba al fondo, si querías evitar el frío tenías más prendas.
    Akio cerró los ojos y suspiró.
    -Yo solo quería recuperarla… después de todo lo que pasé… -se calló y en ese momento el doctor Gouenji entró con el mayordomo que llevaba una cesta con frutas amarillas y alargadas y una taza de chocolate caliente.
    -Quiero hacer un chequeo antes de irme –informó el médico mirando al paciente que le devolvió la mirada largamente.
    -Está bien –aceptó Yuuto levantándose para retirarse, pero una mano se entrelazó con la suya y le agarró con fuerza.
    El chico miró a Akio que con un gran esfuerzo había agarrado a su amigo y miraba asustado hacia la pared.
    -Akio –susurró Yuuto-, este es el Doctor Gouenji, mi mayordomo y él te han salvado la vida curándote las heridas que tenías.
    -No pasa nada –dijo el médico al ver que la expresión de angustia del herido acrecentaba-. Puedes quedarte a su lado.


    Capítulo 15: Cuento de hadas
    SPOILER (click to view)
    Akio miraba con tristeza y asco el techo blanco de la habitación donde se encontraba, en aquel momento estaba solo porque el resto tenía cosas que hacer… Yuuto había ido al Instituto y el personal de la casa estaba atareado, dejándole a él con un par de libros por si le apetecía leerlos.
    El Lobo movió las orejas, incluso ese simple movimiento le dolía. Miró la cubierta de los libros y uno le llamó la atención. En él aparecía un enorme monstruo peludo ataviado con un curioso traje real de la mano de una hermosa joven que llevaba un vestido dorado de gran belleza.
    -La Bella y la Bestia –leyó Akio con pesadez-. Yo encontraré algún día a alguien así… sí claro –y suspiró sarcásticamente.
    Akio comenzó a leer.
    “Había una vez un mercader muy rico que tenía tres hijos y tres hijas a los que colmaba de atención, riquezas y educación. Pero la menor de las hijas sobresalía entre las otras dos, pues era buena, amable, bondadosa y especialmente bella, lo que hizo que con el tiempo todos se refirieran a ella como Bella”.
    El Lobo dejó de leer en ese punto y alcanzó un lápiz que tenía en la mesilla de noche, que Yuuto había dejado ahí después de hacer unos crucigramas. Akio lo cogió y miró la página del libro, luego sin respeto alguno tachó el nombre de Bella y escribió encima con letra pequeña e irregular el nombre de su amigo Yuuto.
    -Así está mejor –sonrió malignamente, continuando con la lectura.
    “Las dos hermanas envidiaban mucho a Yuuto, a quien todo el mundo quería y quien prefería ampliar sus conocimientos leyendo y tocando el clavicornio que exhibiendo sus riquezas ante los demás o negándoles su compañía a quienes no consideraban dignos como hacían ellas.
    Un día los negocios del padre cayeron en picado y se vieron pobres como ratas, las hermanas lloraron excepto Yuuto, que aceptó aquello y comenzó una austera vida campestre junto a su familia, dedicándose a las labores de la casa y a la continuación de sus lecturas.
    No eran pocos los que le pedían la mano, pero Yuuto siempre rehusaba diciendo que era demasiado joven.
    Un día su padre recibió la noticia de que llegaba mercancía para él en el muelle, que le permitiría quizá recobrar su antigua fortuna. Las hermanas le pidieron sin fin de regalos, pero Yuuto solo le pidió una rosa. No obstante, al llegar el padre a la ciudad se dio cuenta de que la mercancía recibida no era legal y se fue igual de pobre que había vuelto. Perdiéndose por el camino en un oscuro bosque hasta llegar a un espléndido castillo.
    En él encontró comida caliente, un fuego y una cama. Al día siguiente agradecido por la hospitalidad dio las gracias al cielo y decidió marcharse junto a su familia. Pasando por un rosal de hermosas blancas rosas. Recordando la petición de Yuuto decidió llevarse una. En el momento en que la cortó una enorme y feroz bestia apareció ante él.
    -Esas rosas son lo único que amo y tú te has atrevido a cortarlas. ¡Gran muestra de gratitud!
    La bestia furiosa no aceptó las disculpas del viejo, pero le dijo que a cambio de perdonarle la vida tendría que traer a una de sus hijas o volver él para siempre. El padre se marchó cabizbajo, a pesar de que la bestia le permitió llevarse un cofre repleto de tesoros. Con la intención única de despedirse para siempre el padre volvió a su hogar. Pero Yuuto no aceptó aquello y decidió sustituir a su padre. Al llegar al castillo la bestia conmovida por su bondad la recibió fastuosamente. Y poco a poco, la bestia llamada Bestia” Akio tachó de nuevo el nombre y escribió el suyo encima “y Yuuto empezaron a conocerse, aunque Yuuto rechazaba todas las propuestas de matrimonio que Akio le hacía por considerarlo demasiado feo y poco inteligente, no obstante le agasajaba con una sonrisa ya que la bondad y virtud de Akio las atesoraba en gran medida.
    Con el tiempo el padre enfermó, y Yuuto conociendo el hecho pidió a Akio que le permitiera marchar durante 8 días junto a él. Este aceptó, pero le advirtió de que si no volvía moriría de amor. Yuuto marchó junto a bellos vestidos cortesía de Akio y se reencontró felizmente con su familia. Las hermanas envidiosas de que Yuuto fuera feliz con Akio decidieron tenderle una trampa para que pasara más de los 8 días con ellos, para que Akio se comiera a Yuuto. Al décimo día Yuuto soñó con Akio moribundo en su castillo y decidió volver junto a él.
    Yuuto encontró a Akio muriéndose en el jardín por el pesar de haberla perdido, y Yuuto comprendió entonces que aquella bestia era más importante que un amigo y decidió comprometerse con él, puesto que se había dado cuenta de que lo amaba. Entonces Akio se volvió un hermoso y bien inteligente príncipe, que le contó que había sido convertido en monstruo y privado de su inteligencia por una malvada hada. Yuuto y Akio se casaron y su padre vivió con ellos en el castillo. Un hada hermosa, Haruna, que había sido la responsable del sueño de Yuuto le deseó la mayor felicidad y convirtió a las dos hermanas, Jirou y Koujirou en estatuas, conservando su mente, como castigo a toda su mezquindad. Yuuto y Akio fueron muy felices juntos, puesto que sobre todas las cosas su amor estaba basado en la bondad y la amabilidad, y no la belleza y la inteligencia.”
    Akio dormía ruidosamente en la cama con el libro abierto sobre su pecho, un hilillo de baba se le escurría por la barbilla cuando Yuuto entró en la habitación al volver del colegio. El joven cogió el libro y sonrió divertido con un ligero rubor en las mejillas.
    -Jirou y Koujirou –rió el humano-. Que rencoroso eres, Akio. Hace años que no te hablo de ellos.
    Y sin poder evitarlo le dio un beso en la frente y salió de la habitación para comer.
     
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  15. flora fudou
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    que lindo me muero lloro por dentro esta hermoso TwT ehem! retomo
    contiiiii 8D ya quiero ver mas muestras de afecto 8D
    sayo y gracias ;)
     
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168 replies since 29/8/2012, 15:28   5808 views
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