MI BUEN AMIGO BAAL, MI BUEN AMO SATÁN (SXN)(IXN)(IXD)(R+18) Cap. XI Act. (19/02/17)

Que harías si te encuentras con un ser de otro mundo y ese ser te quiere a ti?... Esta historia contiene incesto, lemon fuerte y Shota suave... tal vez no sea apta para mayores de edad tampoco XD

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    Tiempo sin venir por aquí, he estado enfermo ultimamente así que no me sentia con ganas de escribir, bueno, como sea, este capitulo contiene lemon y bueno, no soy muy bueno escribiendolo, creo que le pongo muchos argumentos y poca accion, así que pido un poco de consideracion respecto a ese teme, pero tambien critiquen todo lo que quieran, me sirve para mejorar.
    Sin mas chachara he aqui la continuacion:


    CAP. VI





    Pasados algunos minutos de salir de la dimensión “CERO”, sasuke entablo su ida hacia la habitación del pelirrojo en donde en esos momentos Iruka volvía con el rubio en brazos, buscando a su amo, sus ordenes, su aprobación, pero su amo no se encontraba, sintiéndose nervioso al sentir como el rubio despertaba en sus brazos.


    -Me podría bajar por favor.


    Pidió con una voz algo somnolienta el que se encontraba en brazos, sorprendiendo un poco a quien le sostenía que solo asintió y bajo.


    -Gracias – dijo con una sonrisa al sentir el suelo en sus pies, mientras observaba a su alrededor -¿en donde estoy? –pregunto por fin.


    -Esta en el territorio del castigo.


    Respondió cortante el castaño.


    -¿Castigo? –Se le escapo un suspiro - ¿Cómo salgo de aquí?


    -No puede hacerlo a menos que el jefe de esta sección se lo permita.


    -¿Quién es el jefe?


    -es…


    -Él esta ocupado, yo le atenderé Madre –interrumpió un pelinegro llegando a la habitación –ya te puedes retirar Iruka –ordenó siendo
    inmediatamente obedecido.


    Ahora solo quedaban sasuke y naruto en la habitación además de los cuerpos siendo castigados, para que de un momento a otro el azabache se arrodillara frente a su madre, sorprendiéndolo un poco.


    -Le pido que disculpe a Gaara, madre, él solo estaba haciendo su trabajo, fue una equivocación.


    -Gaara es el pelirrojo ¿cierto? –Recibió una afirmación de cabeza –No hay problema, admito que me asuste, pero si no era la intención de
    Gaara-san hacerlo, le perdonaré.


    -Usted es demasiado comprensivo Madre, el deshonró su cuerpo, si quiere le daré una reprimenda física.


    -je, je, je –el rubio comenzó a reír ante lo escuchado –No es necesario que haga tal cosa, mi cuerpo hace mucho que dejo de ser puro, si no
    lo cree, míreme, hace algunos días tenia ocho años, ahora quien sabe que edad tenga, soy alto, mi cabello es largo y no tengo idea de como este mi rostro, mi cuerpo creció demasiado rápido, me convertí en un demonio sin quererlo y fui tomado sin evitarlo, así que no hay de que preocuparse, mi cuerpo desde el principio no era puro.


    -Madre yo…


    Ante lo escuchado Sasuke se quedo sin palabras, cada frase que su madre decía estaba llena de dolor.


    -No tiene que decir nada, todo está bien, no diré nada al respecto.


    -Madre… -no pudo evitar ver como en el rostro de su madre se formaba una expresión dolorosa -¿Por qué llora?


    -¿De que habla? –Preguntó algo confuso mientras se tocaba el rostro confirmándolo – ¿N-no sé? – al hacer esa pregunta su fachada se
    desplomo, sus lagrimas comenzaron a salir libres, sin nada que las parara, Sasuke comprendió la situación, tomándose según él, el gran atrevimiento de abrazarle, se acercó al rubio y le abrazo con fuerza brindándole, su pecho para que se desahogara, no recibió replica alguna por lo hecho, al contrario recibió total aceptación, Naruto se aferro al pecho del otro dejando salir su dolor, lagrimas acompañadas de gritos y gemidos, Sasuke por su parte seguía firme en su posición, consolando a su Madre que en esos momentos parecía solo un niño, no, solo se estaba mostrando tal y cual era, dejo atrás su fortaleza fingida y mostro su debilidad verdadera.


    Naruto despertaba el instinto protector de Sasuke, el menor se veía tan frágil, que en lugar de querer romperlo, quería conservarlo intacto, el pelinegro sentía como el calor en el pecho causado por las lagrimas del otro calentaba su cuerpo, se sentía bien, pero tal tacto no duro mucho tiempo, el menor dejo de llorar pero aun estando aferrado a su hijo, como un pequeño koala a su Madre.


    Sasuke como inconsciente comenzó a acariciar la sedosa, larga y dorada cabellera, perdiéndose en el tiempo.


    Ninguno de los dos se daba cuenta de que el tiempo pasaba, para ambos solo un segundo había transcurrido, Sasuke podría decir que se encontraba en un sueño, el cual quisiera que durara toda la eternidad, pero el rubio no lo quiso así, se alejó del pecho del pelinegro levantándose, sus ojos se veían rojos siendo así aún mas apetecible a los ojos del mayor.


    -Me podría llevar a la habitación de Itachi-sama por favor.


    Al escucharlo, el azabache se entristeció un poco, pero debía de obedecer a su Reina.


    -venga conmigo, le llevaré allí.


    Se levanto extendiendo su mano junto con una pequeña sonrisa, tal vez la más sincera que en su vida había mostrado.


    Sasuke abrió la puerta para salir de esa habitación tomando la mano de su Madre y dirigiéndose a la habitación de su padre.


    -¿Madre?


    -¿sí?


    -Si quieres, yo podría… yo estoy dispuesto a luchar contra padre por tu libertad.


    -No lo hagas.


    -Pero, usted lloro recordando lo que padre le hizo, no quiero que sea infeliz.


    -Ese es mi destino –sonrió de forma triste –tengo la sangre de Satanás corriendo por mis venas, yo le pertenezco, no tengo ningún derecho
    de revelarme, así que no lo hagas, sé muy bien que sabes que si te enfrentas a él, morirás y si eso ocurre sentiré una gran tristeza.


    -¿Usted se pondría triste por mí?


    Pregunto sorprendido y la vez feliz.


    -Por supuesto, después de todo eres mi hijo –sonrió –por cierto ¿cuanto falta?


    -solo un momento –respondió el otro con una sonrisa alegre mientras abría otro portal –por favor entre allí, cuando salga se encontrará frente
    a la puertas de la habitación, el rubio obedeció sin chistar entrando inmediatamente diciendo un “gracias” antes de que se cerrara.


    Al pasar por el portal, el rubio llegó de nuevo a las gigantescas puertas, sin perder tiempo las abrió encontrándose de nuevo con la elegante y enorme habitación, pero sin nadie dentro de ella, lo que causó un suspiro de su parte, cerrando las puertas algo desanimado.


    -Que aburrido –suspiró de nuevo –no hay nadie aquí, me siento algo solo, ¡ah! Ya sé –se golpeo la frente con la mano –lo llamaré a él, ¿Cómo no se me ocurrió decírselo antes de venir? Baa… ¡Sasuke-san! ¡Sasuke-san! –comenzó a llamar ruidosamente.


    -¿Qué sucede madre?


    Llegó de inmediato el pelinegro con una reverencia.


    -Levántate –ordeno el rubio con una sonrisa –quiero que me enseñes en lo que eres bueno.


    -¿Disculpe? ¿Que le enseñe en lo que soy bueno?


    Pregunto algo desconcertado imaginando toda clase de cosas, apareciendo un leve rosa en su rostro.


    -Sí, por favor enséñeme, así tal vez podre hacer feliz a su padre, pero no solo eso, si lo sé, me sentiré mejor conmigo mismo.


    Decía entusiasmado el rubio pensando cosas muy diferentes a las de el azabache.


    -Madre ¿acaso sabe en lo que soy bueno?


    Pregunto incrédulo el azabache a lo que escuchaba, seguro que lo estaba interpretando mal.


    -Bueno, sé que eres mayor que yo, así que debes tener experiencia.


    Al escuchar eso el azabache estaba sorprendido ¿A dónde fue el pequeño niño de hace unas horas?


    -Madre, eso es…No debería pedírmelo…pero usted es mi madre… yo no sé… no… -guardo silencio por unos momentos, su guerra interna era
    grande, pero aunque tardo un poco se decidió quien ganó –Le enseñaré, Madre, yo le enseñaré, pero debe prometerme que Itachi nunca se enterará.


    -¡Claro! Nunca le diré, quiero que sea sorpresa.


    -Madre, ¿Cuándo quiere que empecemos?


    Preguntó muy inquieto.


    -Entre más pronto mejor, hmm, ¿Qué te parece ya?



    Preguntó sin un ápice de picardía.


    -¿ya? –Preguntó asustado –pero es la habitación de Itachi, no es adecuado.


    -¿Por qué?


    -Mejor vayamos a la mía –desvió la pregunta con rapidez, sonriendo con algo de perversión, definitivamente, lo que había pasado hace
    algunas horas, había quedado en el olvido.



    -¿Se refiere a la habitación que esta llena de cuerpos sudorosos y con expresiones lujuriosas?


    Preguntaba el menor sin esconder su desagrado.


    -Se equivoca, ese es como decirlo… mi lugar de trabajo, mi habitación es otra.


    -Entonces vamos ¿por donde es?


    Preguntó emocionado la Reina, algo impaciente.



    -Permítame llevarle, es un lugar algo apartado –ordeno suavemente el azabache mientras tomaba a su madre en brazos y desaparecía de ese lugar, llegando casi como un rayo al otro cuarto, dejando al rubio encima de la cama, mientras lo miraba con una lasciva sonrisa.


    -Sabe madre, esta es la primera vez que traigo a una de ustedes aquí, y pensar que la primera fue para hacer “Eso” –se comenzaba a acercarse al otro –Me juré a mi mismo el protegerte, pero me parece que solo con una sonrisa de su parte me desmorono, tal vez eso sea una señal más que precisa para decir que en realidad soy un desgraciado, no, mas bien, que soy un demonio, soy lo que soy.


    -¿Por qué me dices eso?


    Preguntaba confundido el menor.


    -Por que parece que no podre contenerme más.


    Advirtió el mayor mientras comenzaba a arrinconar a su rubio en la cama, acercándose a sus labios.


    -Por favor perdóname Madre.


    Fue lo único que salió de los labios de Sasuke, antes de que se unieran con los del rubio y sus manos comenzaran a acariciar aquel cuerpo prohibido, sin sentir reacción alguna del que estaba siendo tocado, así que se separó por un momento viendo el rostro sorprendido de su Reina.


    -¿Madre?


    Pregunto algo asustado el azabache.


    -¿Qué? ¿Qué esta haciendo?


    Pregunto el rubio ido.


    -Le estoy enseñando.


    Aclaro el azabache con su altanera sonrisa.


    -Eso no era lo que quería aprender.


    Anuncio sereno el menor.


    -Usted dijo que le enseñara en lo que soy bueno, y soy excelente en esto.


    Anuncio el mayor con su sonrisa arrogante.


    -Pero, yo me refería a que me enseñara a leer y escribir mejor, además de comportamiento y esas cosas, no esto, yo quería que me enseñara
    lo que alguien con mi apariencia ya debería de saber, después de todo mi edad todavía es de ocho años.



    Aclaró el rubio aun estando debajo de su azabache.


    -Era eso…le… ruego que me perdone –se quedo en silencio por un momento –pero, por otro lado Madre, esto también le puede ser muy útil, así podría complacer a mi hermano en muchos sentidos, solo tiene que dejarme llevarla –se insinuó el mayor mientras delineaba el abdomen del mayor con su dedo.


    -Me podría llevar de nuevo a la habitación de su padre por favor.


    Ordeno Naruto con un rostro impasible, como ignorando lo dicho por su hijo, como si esas palabras nunca hubieran salido de la boca de éste.


    -Con gusto le llevaré Ma…no, Naruto, solo piensa en lo que te dije, yo podría enseñarte lo que desearas, así Itachi nunca se cansaría de usted, nunca le dejaría, solo piénselo y dígame su respuesta.


    Decía el pelinegro mientras se levantaba de la cama, dejando al pelinegro un poco pensativo.


    -¿Qué es lo que ganaría usted con eso?


    Pregunto entre interesado y desconfiado la Reina.


    -Que frio, yo como la personificación de la lujuria ganaría placer, si tengo eso ¿Qué más puedo pedir?


    Respondió el azabache con total despreocupación.


    Ante eso Naruto guardo silencio por un momento.


    -Lo pensaré, ahora por favor lléveme.


    -Como desees mi dulce reina –se inclino besando una de las manos del otro, para luego tomarlo en brazos –ya te había dicho antes que me hablaras de forma informal, yo lo haré desde ahora, así que espero un igual trato.



    De nuevo solo se escucho el silencio.


    Sasuke comprendió esto, yendo rápidamente al cuarto de su padre que seguía sin nadie dentro, bueno, que antes estaba sin nadie en su interior; soltó a su madre, para luego mirarle a los ojos.


    -Madre, por favor piénselo.


    Dicho eso el mayor se fue, dejando dubitativo a su Madre.


    Al ver que sasuke se fue, el rubio se recostó en la cama, mirando el techo, para que después de unos segundos se escucharan las grandes puertas abrirse.


    -Mi reina, ¡no sabes cuanto te extrañé!


    Exclamaba un pelinegro corriendo a abrazar a la reina en la cama.


    -Itachi-san, Bienvenido.


    Saludo el menor sentándose en la cama.


    -Mi Reina, te extrañe, tanto, tanto que tuve que resistirme a dejar el trabajo para venir a verte, ¡Ah! Te deseo tanto, sé mío.


    Demandaba mientras escondía su rostro en el regazo del rubio.


    -Haré lo que usted me pida Itachi-san, soy suyo después de todo.


    -Mi reina –levantó feliz la cabeza –Me haces tan feliz.


    Al decir eso Itachi comenzó a recostar al rubio de nuevo en la cama, mientras le besaba y comenzaba a recorrer aquel codiciado cuerpo con
    sus manos, quitando poco a poco la ropa, disfrutando de la vista de aun la poca descubierta piel.


    Itachi prosiguió con sus manos, quitando poco a poco las prendas, mientras tocaba suavemente la piel del menor que respondía con algo de timidez al sentirse manoseado, ya que no tenia muy buenos recuerdos de tacto, pero aun así dejó a su esposo hacerlo, sabia que no tenia el derecho a negarse, después de todo era una propiedad y el que estaba encima suyo era su dueño, su amo.


    Sin más, Itachi ya había desnudado al rubio, el cual se sentía muy nervioso; aunque ya lo había hecho una vez, se preguntaba si se iba a sentir lo mismo, era una experiencia muy difícil de olvidar, así que simplemente se dejo llevar por las caricias del mayor que comenzaban a enloquecerlo haciéndolo gemir.


    Las marcas de besos en el cuerpo del menor no se hicieron esperar, itachi comenzó a marcarlo con una pasión sorprendente, bajando poco a poco, hasta llegar a la entrepierna en donde contemplo por un momento el miembro del rubio, en verdad que había crecido; Itachi no solo se quedó mirando, tomo el miembro del menor introduciéndolo en su boca, saboreando aquel delicioso pedazo, haciéndolo despertar, irguiéndose como un soldado orgulloso, mientras era atendido por los labios de itachi, quien mostraba una sonrisa al pasar su lengua a lo largo del miembro de su esposo, el cual comenzaba a gemir fuertemente apretando las sabanas, el placer era demasiado.


    -¡Oh! Que imagen tan lasciva tenemos aquí, no puedo creer que mi reina sea así de lujuriosa, solo basta ver tu rostro para saber el cuerpo que tienes, tu pene ya esta soltando pre-semen, ya quiere estallar y mira esto –metió sus dedos en el ano del otro –estas todo mojado solo con molestar un poco tu frente, definitivamente, que buena elección hice contigo.


    Susurraba el mayor sin dejar de masturbarlo, para subir y apoderarse de los labios de su Reina, de toda su boca, su lengua se paseaba por cada milímetro, siendo correspondido; Itachi devoraba los labios del rubio mientras seguía masturbándolo y preparándolo para su entrada, metiendo mas hondo su dedo, sintiendo como el menor trataba de cerrar las piernas, claro, no siendo permitido que lo hiciera, ya que el Rey se encontraba en medio de estas; el segundo dedo fue introducido moviéndose hacia adentro y circularmente, para que al poco tiempo el tercero lo fuera y luego el cuarto, el rubio necesitaría de MUCHA dilatación para que entrara el gigantesco pedazo de carne que el Rey del inframundo tenia como pene.


    Itachi, sin dejar de preparar ni masturbar a su rubio, dejó de besarlo para bajar a sus tetillas, escuchando de nuevo los tan ansiados gemidos que lo hacían ponerse duro, al igual que lo estaban esos botones de carne rosa que eran recorridos por su lengua, los mordiscos a los mencionados no se hicieron esperar junto al semen del rubio, el cual no pudo aguantar más; Itachi sonrió ante lo ocurrido, que ya cansado de esperar metió su pulgar dentro del rubio agrandando con mas fuerza.


    -pero mira que mojado estas –se mofo de nuevo itachi -¿quieres que te meta mi pene mi amada reina?


    Preguntaba el mayor con una sonrisa mientrashacia que sus dedos se extendieran en el interior del menor y tocaba los buenos puntos que hacían que Naruto no pudiera pensar con claridad.


    -I…itachi-s…san, por…por favor…


    Trataba de articular el rubio mientras sentía como su cuerpo ardía y trataba de detener sus gemidos.


    -¿por favor qué? Mi Reina.


    Pregunto con malicia, el mayor aumentando la velocidad de sus dedos.


    -Por… por favor ¡METEMELA!


    Dijo con un sonrojo.


    -Con gusto, todo por complacerte.


    Rió de nuevo el azabache, sacando sus dedos volviéndolos a la normalidad, comenzando a introducir su pene en la rosada y pálida entrada del rubio que abría sus piernas con total descaro olvidándose por completo de su timidez inicial, mostrando por completo su mojado y dilatado ano, que palpitaba por sentir el pene de itachi penetrándolo; su deseo pronto fue cumplido, su esposo apenas al sentir la temperatura en la punta de su miembro no aguanto más y se introdujo de inmediato embistiendo con mucha fuerza introduciéndose por completo en el interior de su esposo quien grito de placer, haciendo que de nuevo su pene se pusiera erecto junto con el involuntario movimiento de caderas, tratando de que itachi llegara aún más adentro ese gran trozo de carne que le tocaba todos sus puntos sensibles mientras mas entraba, haciendo que se sintiera mojado en su interior, que su ano se humedeciera aun mas, permitiendo mayor penetración, causando gemidos mas sonoros.



    Itachi estaba extasiado con su nueva reina, los gemidos, los gestos, todo en él, era perfecto, era el ser ideal; el mayor tomo las piernas levantadas del rubio obligándolas a estar sobre la cama y empezó a embestir, un sonido mojado se escucho por toda la habitación, junto con los gemidos, ambos cuerpos chocaban, incrementando el sonido, era como si se golpeara un recipiente con agua con algo grande; la sensación que le brindaba su esposo le estaba volviendo loco, no sabia que pasaba, no sabia que hacer, no pensaba, no podía respirar bien, así que simplemente dejo de preocuparse y se dejo arrasar por las sensaciones como si estuviera poseído, tumbó a Itachi sin que este se saliera de su interior, comenzando a auto empalarse, siendo aun mas ruidoso gritando como una puta y disfrutándolo, lo cual no disgustaba para nada al Rey quien le tomo de las caderas y profundizó sus alcances.


    -¡Ah! ¡Ah! Más, onegai, motto , onegai, mas fuerte, ¡Onegai!


    Gritaba el rubio cabalgando con fuerza sobre su esposo mientras pellizcaba sus pezones, es su rostro se veía lujuria de sus labios salían gritos, gemidos y un hilo de saliva por el placer, Itachi lo seguía metiendo cada vez más, podía modificar su estructura, para que fuera más adentro y así lo hizo, recorrió los adentros de Naruto donde quizás nadie nunca más pueda volver a llegar; Itachi también sentía placer, y vaya que lo sentía, ante la rudeza de su esposo se sentía en el cielo, la sensación que era el interior del rubio era fantástica, fenomenal, era la primera vez que lo sentía, ninguna de sus mujeres, ni siquiera su primera esposa, la madre de sus hijos le había causado tanto placer con solo el penetrarle, definitivamente ese niño había sido una buena elección, sin más itachi seguía sosteniendo las caderas del menor cada vez era más y más fuertes, primero fue suave, luego un poco duro y ahora tan salvaje y descontrolado que los gemidos de ambos parecían los gritos de animales en pelea, pero lo disfrutaban, vaya que sí, el rubio no se cansaba de gemir, ni se cansaba de moverse de esa forma, sentía como el intruso es su interior se expandía por sus entrañas, un placer no imaginado, pero aunque disfrutaba como nunca de eso, ya no aguantaba más, su cuerpo por alguna razón se sentía pesado, aunque eso no le impidió venirse de nuevo, esta vez en el pecho de itachi, el cual invirtió de nuevo las posiciones, poniendo al rubio debajo de él, mientras le subía las piernas a sus hombros y profundizaba poniendo de nuevo erecto a Naruto, las embestidas continuaron, el rubio se tuvo que aferrar al cuello de itachi, la fuerza podría sacarlo en cualquier momento de la cama mientras itachi sentía como pronto llenaría el interior de su Reina, continuando, los chirridos de la cama no se hicieron esperar, y su cambio de posición tampoco, la alcoba había llegado al otro lado de la habitación, solo unos cuantos chirridos fueron necesarios para que Itachi derramara su esencia, al fin ese sentimiento recorría su cuerpo y se vaciaba, su semen llenó el interior del rubio, rebasando la capacidad de éste, escuchando como su pequeño gemía a gritos al sentir tal sensación llenar desde lo mas profundo en su interior, el semen salía aun estando itachi adentro; solo un momento paso para que el mayor volviera su miembro a la normalidad, causando una sensación de que algo le recorría las entrañas a Naruto, algo grande y rasposo.


    Después de que volvió a la normalidad lo saco suavemente, para recostarse al lado del rubio, ambos estaban cansados, bueno, al menos naruto lo estaba e itachi prefería dejarlo descansar, aunque ambos estaban llenos de sudor y con un calor infernal se abrazaron, naruto estaba prácticamente desmayado después de recibir la semilla del Rey del inframundo en su interior, quien después de abrazarlo, tomo una sabana para cubrir a su reina y a el mismo, para tratar de dormir.





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    ¿Les gustó el lemon?
    Bueno eso es todo nos leemos en otra de mis historias, y despues en esta.
     
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45 replies since 13/10/2012, 19:46   3532 views
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