MI BUEN AMIGO BAAL, MI BUEN AMO SATÁN (SXN)(IXN)(IXD)(R+18) Cap. XI Act. (19/02/17)

Que harías si te encuentras con un ser de otro mundo y ese ser te quiere a ti?... Esta historia contiene incesto, lemon fuerte y Shota suave... tal vez no sea apta para mayores de edad tampoco XD

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    Gracias por comentar, sin mas aquí el noveno capitulo.

    Cap. IX





    El rubio se acercó a Sasuke ante la mirada de Itachi, más no le importó, sentía que su corazón se apretujaba al ver a su hijo de esa forma, dudó un momento en tocarle, más lo hizo, apartó las manos que le impedían mirarlo a los ojos y al lograrlo dedico una sonrisa junto a una delicada caricia al rostro ajeno.


    -Ven –Salió de los labios del rubio con un tono dulce mientras extendía sus brazos frente a Baal, que aun dudoso acepto el abrazo –no te preocupes –consolaba –todo estará bien, lo prometo –arrullaba el menor sintiendo con agrado como el azabache se acurrucaba en su pecho como un recién nacido.


    -Te lo puedo explicar Naruto.


    Escuchó la voz de su esposo cuando comenzaba a alejarse, ya se había olvidado de él.


    -Entonces explícalo cariño.


    Respondió con una sonrisa, en ese momento no sabía como sentirse.


    -Es un castigo –se oía desesperado –es la pena que tiene que pagar por atreverse a tocar a mi anterior esposa-.


    -Hmm… ya veo –desvió la vista –cariño… -acarició los cabellos de Sasuke –ya ha pasado tiempo desde que Lilith desapareció, ya es momento de que perdones a Baal.


    -No lo entiendes –se alteró – ¡se acostó con su madre de sangre! ¡SEDUJO A SU PROPIA MADRE! –Gritó, se veía la rabia en sus ojos.


    -Según tenia entendido Lilith fue quien se aprovechó de Sasuke cuando era pequeño.


    Refuto con voz fría, sus ojos tenían una luz helada.


    -¿Quién te dijo tal cosa?


    Preguntó ignorando tal mirada.


    -Alabam-san –Respondió con igual tono, viendo la expresión descontrolada de Itachi, quien se sentía culpable, sus manos comenzaron a temblar, su cuerpo se quedo sin fuerzas, desplomándose en una silla -¿No lo sabias? –Preguntó el menor con tono sarcástico, algo en él se despertaba.


    -¿Cómo se supone que…? –Puso sus manos en su cabeza –Ella me dijo que él la había tomado…


    -¡¿Le creíste?! –Preguntó alarmado –Pero si en ese entonces sasuke era muy pequeño ¡¿eres estúpido?!


    Reprochó sin importarle las consecuencias, tenia rabia y le estaba costando esconderla.


    -Estaba ciego de amor, creía en todo lo que me decía –levantó su rostro para ver los ojos de su reina, tan fríos como el Tártaro, sonrío ante eso –todo el tiempo en un engaño –susurró con media sonrisa para levantarse -¡ALABAM! –Gritó con voz gruesa-.


    -¿Qué haces?


    -Confirmarlo.


    -¿Desconfías de mí?


    -Solo lo confirmo.


    Respondió con una sonrisa indescriptible, para que en un momento Sai apareciera.


    -Dígame, padre.


    -Sé que estabas escuchando esta conversación, responde.


    -Es cierto padre, Baal era la victima.


    Al confirmarlo, Itachi toco su pecho.


    -¿Por qué no me lo habías dicho?


    -Padre, sabe que no puedo decir nada si no me lo ordenan primero.


    -¡MALDICIÓN! ¡MALDICIÓN! ¡MALDICIÓN!


    Gritaba el rey destruyendo lo que había alrededor con sus manos.


    -Padre…


    Trató de calmar sai.


    -¡DEJENME SOLO!


    Ordenó furioso mientras sus ojos se tornaban carmesí.


    Naruto miraba esa escena sin mostrar expresión alguna mientras le entregaba a Sai el momentáneamente convertido niño Sasuke-kun y le pedía llevarlo a un lugar seguro; cuando solo el rey con su reina quedaron en el lugar, Naruto le miró.


    -Itachi…


    Susurró de forma dulce, no quería alterarlo más de lo que estaba.


    -Déjame solo –bajó su tono para organizarse el cabello; suspiró volviendo a sonreír –Me debes odiar, le hice eso a mi hijo sin sentir más que odio desde el principio – rio –me siento triste Naruto, tan triste de ser un Idiota, tan enojado de creer en lo que esa mujer dijo sin dudarlo, tan inútil…


    -No es así –sonrío el menor abrazando a Itachi, acogiéndolo en su pecho, tratándolo como un niño, igual que a Sasuke momentos antes.


    -Tranquilízate, todo estará bien, no te abandonaré, así que tranquilízate.


    -¿lo dices enserio? –Susurró sumiéndose en el calor –Promete que nunca lo harás, que siempre serás mio, que no importa lo que pase, siempre estarás a mi lado –se deshizo del abrazo para tomarle el rostro -¡PROMETELO!-.


    -Lo prometo.


    -Dame tu sangre entonces, solo así estaré seguro de que no me traicionaras.


    -Tómala, por que cree que siempre te perteneceré.


    Susurró directo sintiendo como de inmediato era recostado en el suelo y desnudado, sintiendo tanto frio que le era difícil soportarlo, no sabia explicar lo que le pasaba, pero ya no era como antes, los besos de Itachi de alguna forma comenzaban a asquearle.


    El mayor se sentía inseguro, temía por que ese cuerpo debajo suyo le fuera arrebatado, temía que esos ojos no le volvieran a mirar, temía por que se alejará, temía por todos a su alrededor, pero mas que todo, tenia miedo de si mismo, de dañar esa existencia que le había dado paz, que le había hecho caer en el amor otra vez, además del deseo que otros despertaron en el; estaba celoso, lo sabia y eso le carcomía, quería que esa existencia solo fuera suya, se lo comería si quisiera pero eso le haría rencarnar y su alma –estaba seguro- subiría al cielo, por eso lo mejor era marcarlo, estampar su sangre, cuerpo, esencia en él, para que ningún otro se atreviera a siquiera mirarlo y así lo hizo, sus colmillos servirían para algo además de matar, mordió el pecho y succionó la sangre entre besos y caricias acercándose con sigilo al cuello, sonriendo al ver su trabajo, no permitiría que las heridas sanaran, no aún, lamió un poco la piel ensangrentada para clavar sus caninos en el cuello del menor del que solo se escuchó un leve gemido más sus uñas rasguñar la espalda de su señor hasta que este estuvo satisfecho, por un momento el rubio cerró los ojos con alivio creyendo que había terminado, mas la captura de sus labios le aviso que era todo lo contrario; Itachi mordió sus labios para darle sangre en un fogoso beso, lamiendo cada centímetro de la cavidad bucal, extendiéndose de nuevo por el cuello y terminar de desnudarle el cuerpo, más esa acción hizo que Naruto se tensara, no parecía querer ser despojado de abrigo pero trataba de disimularlo, por que aunque no quisiera recordarlo, era la esposa de Satán y no tenia opción, pero se sentía mal por la escena que momentos antes había descubierto en esa habitación; sin que siquiera lo notara al estar perdido en sus recuerdos, Itachi le había desnudado por completo comenzando a abrirle mientras su boca se entretenía con sus tetillas y mordía su cuello disfrutando aun mas del banquete que le brindaba aquel liquido carmesí, sin más, el Rey introdujo por completo su miembro, sintiendo con placer lo apretado que estaba y escuchando de igual manera los sollozos de su reina, le excitaba que aun no se hubiera acostumbrado a su tamaño y mas que lo demostrará con todo su cuerpo, que se aferrará a él como único salvador, una nueva sonrisa se formó en sus labios para comenzar a embestir, sintiendo con delicia unas uñas rasgando sus hombros; cada vez que se adentraba en su reina su conciencia se iba, entraba en trance, solo quería olerle, saborearle y embestirle, ya no escuchaba nada, que no fueran sus propios gemidos, ni veía, solo sentía el placer que el oji-azul le brindaba o en la mitad del acto lo que el cuerpo de este le daba, ya que su conciencia se había ido, Itachi se encontraba absorto en tenerlo por completo, tan concentrado que no se enteró cuando su adoración comenzó a sangrar por sus embestidas, de como por los muslos internos se desperdiciaba el liquido de la vida, si no hasta eyacular en el interior del menor y caer jadeante sobre el cuerpo de su propiedad que ahora seria eterna.


    Al despertar, Naruto sintió el pecho de Itachi encima suyo, se sentía débil por lo que no pudo moverlo, sentía un horrible dolor e el cuello pero aun mas horrible en su ano por lo que miró con curiosidad, viendo un charco de sangre en el suelo rodeando sus piernas, haciéndole recordar el asesinato ocurrido o mejor descrito su “Liberación” del mundo humano y la última vez que vio a su familia, dejó de mirar el charco para acomodarse de forma que no lo viera, quedándose por un momento inmóvil debajo del cuerpo del mayor, teniendo tiempo para pensar, para recordar por milésima vez lo que le carcomía el alma, el rostro de Sasuke, la reina no podía sacarse aquella expresión lastimera de la cabeza que se sentía como el metal mas frio atravesando su pecho.


    -Tengo que ir a verlo –susurró con despiste para si mismo.


    -¿A quien?


    Escuchó la pregunta de su esposo que se levantaba un poco de encima suyo con la mirada molesta.


    -A Baal-san, quiero saber como esta.


    -Te lo prohíbo.


    Fue la escueta respuesta del mayor mientras se levantaba comenzando a vestirse.


    -¿Por qué?


    Preguntó sin entenderlo y aun sin moverse del suelo.


    -Porque de seguro también te arrebatará de mi lado.


    -No lo hará –Sonrió, aquello le parecía algo cómico -¿No te das cuenta de lo que hicimos? Te perteneceré por siempre y no pienso cambiar eso, al menos claro, que tu así lo quieras.


    -…Entiendo… –calló por un momento pensativo mientras se anudaba la corbata –te dejaré, más un sirviente irá contigo, el me informará lo que pase-.


    -¿No confías en mi?


    -No confió en nadie ¿Cuántas veces te lo tengo que decir? Así que acepta mis términos y no reproches, por cierto –Miró al rubio -¿Cuánto más vas a estar allí tirado?


    -No me puedo levantar, mi cuerpo se siente extrañamente entumecido y no lo puedo mover.


    -¡Ahhh! – Suspiró -¿Qué haré contigo? –Replicaba de forma falsa escondiendo una sonrisa mientras levantaba el cuerpo del rubio, lo cubría con sus ropas y salía de esa habitación con el en brazos para llevarlo a la habitación que compartían-.


    Itachi llamó a uno de sus sirvientes el cual tenía una extraña apariencia, era una mujer con cabello azul y algunos adornos tanto en el cabello como en el rostro.


    -Cúralo –de inmediato el Rey ordenó siendo obedecido –parece que me pase un poco con el, luego acompáñalo a donde él quiera –terminó de decir para marcharse.


    -Mi nombre es Konan majestad, es un honor servirle –sonrió la mujer siguiendo con su labor, deteniéndose en el cuello –Este lugar tendrá que sanar de forma tradicional, mi energía no es lo suficiente fuerte para sanar algo que el Rey no quiere que lo haga –notifico para cubrir la parte afectada con un papel que salía de su cuerpo que al tocar la piel del rubio se camuflaba ocultando el daño –Bien –sonrió –con eso debe bastar, la herida de su cuello se esta sanando mientras permanece oculta, no se exceda –Comunicó de forma dulce para comenzar a lavar el cuerpo de su reina quien se escandalizo ante el contacto.


    -Gracias –se apartó –pero puedo hacerlo solo –comunicó para levantarse y tomar el paño húmedo de las manos de la mujer quien lo miró indiferente –No me gustaría que una hermosa mujer como usted viera el estado en el que estoy, me da mucha vergüenza, pero me daría aun mas si dejo que lave mis lesiones.


    -No se preocupe, al ser usted la esposa del Rey, aunque sea hombre, será considerado por todos aquí como “La Reina”, otra mujer más, así que no hay problema.


    -No importa –Se sonrosó – ¡yo lo hago solo! –exclamó para ya sin un ápice de dolor correr a toda velocidad al baño y salir diez minutos después ya limpio con una toalla cubriendo todo su cuerpo, esa mujer le hacia sentirse apenado, tal vez por que se parecía un poco a su madre, tomó de forma rápida la primera muda de ropa que encontró para entrar al baño de nuevo, sin ver que la peli-azul lo veía con una sonrisa cómica, poco tiempo después el rubio salió con una especie de batola coreana de color azul quemado con bordado de dragones plateados y un pantalón negro abombado con los zapatos de siempre, había dejado su cabello suelto ya seco para por fin acercarse a la chica.



    -Onee-san ¿Me acompañas? –Preguntó con una sonrisa inocente y de forma infantil.


    -¿Onee-san? –Se preguntó la chica extrañada ante la expresión utilizada mientras tomaba el brazo de Naruto -¿A donde quiere ir?


    -Donde este Baal-san.


    -Entendido.


    Asintió para en un santiamén aparecer en la habitación del nombrado.


    -¡Sasuke! –Gritó el rubio al ver al otro durmiendo en la cama, corriendo para hablarle –que extraño te ves así Baal-san –rio infantil mientras se sentaba a un lado de la cama observando el rostro dormido y sudoroso del otro –Ya te ves mejor –susurraba mientras le apartaba los mechones negros del rostro y sonreía, brindándole a la peli-azul o mejor dicho a Itachi motivos para celarlo, la escena era extraña o ¿maternal? Konan que los miraba de lejos podía percibir ese extraño sentimiento que Naruto le brindaba a su ahora hijo, era admiración, contemplación pero mas que todo cariño, en esos momentos de verdad parecía su madre, pasaron algunos minutos desde que el rubio había comenzado a acicalar las hebras negras sin apartar la vista dulce hasta que su “pequeño” despertó.


    -¡Vaya! Que luz tan hermosa me despierta, madre –Se burló el pelinegro mientras se levantaba.


    -Al parecer ya estas mejor – suspiró aliviado juntó a una radiante sonrisa.


    -¡Claro que si! ¿Quién piensas que soy? –Exclamó arrogante el Uchiha.


    -Bueno, eres mi hijo por supuesto que estas bien –Bromeo orgulloso el rubio sacando una expresión de asombro del pelinegro y la peli-azul.


    -Claaaaaro mamá –Le respondió el pelinegro siguiendo con la broma, siendo seguido.


    En un momento la atmosfera se transformó por completo, ahora era cálida y divertida; los dos siguieron hablando por más de dos horas, bromeaban o simplemente charlaban conociéndose mejor el uno al otro hasta que la peli-azul intervino.


    -Señora, tenemos que iros, ya excedió el limite de tiempo.


    -Entiendo –Suspiró resignado, no quería irse, se sentía cómodo en compañía de su hijo, pero sabia que pasaría si desobedecía a Itachi, no quería que Sasuke fuera herido –Nos vemos luego, Baal-san –se despidió.


    -Me puedes llamar Sasuke madre, ya lo sabes.


    -Cierto –Sonrió –Hasta luego, Sasuke-.


    Volvió a despedirse mientras la mujer lo transportaba, dejando al Uchiha con una sensación muy extraña y cálida.


    -¡Ja! –Rio, cubriendo su rostro con las manos -¿Cuántas veces van madre? ¿Por qué cada vez sien que te quiero más? ¿Por qué me libero contigo? –Suspiró -¿Ahora que haré? Itachi te esta vigilando ¿Ya no puedes salir solo? Tengo que hacer lo posible por verte y ¡lo haré! –Se juró mientras se levantaba y dirigía al baño para de nuevo quitarse esa suciedad ya invisible del cuerpo.
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    Muy bien!
    Espero que lo hayan disfrutado.
    De este sigue la actualización del fic "SIN NOMBRE" https://mundoyaoi.forumfree.it/?t=57168273
    Me honrarían si también leyeran ese.
     
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45 replies since 13/10/2012, 19:46   3532 views
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