POSDATA: TE AMO (USAGUIXMISAKI) AVISO 14/ABRIL/2014

Lecciones da la vida, te dicen. Que todo ocurre por una razón, ¿Qué razón podría tener tu partida? "El tiempo curará tus heridas” Es tan fácil decirlo, ellos no perdieron al amor de su vida.

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  1. Jhubem
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    Hola, pues leí bien rápido los capítulos y no quería dejar de leer, porque es muy perfecto, me dio ganas de llorar con lo sucedido, muchos sentimientos tuve, pero es que tienes que seguir con el fick es espectacular y Usagi lo que esta haciendo por Misaki, es tan HERMOSO, lo amo mucho, quiero seguir leyendo, saludos:).
     
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  2. onodera-san
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    wwaaaaaaaaaaa por que lo dejas asi :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO:
    :=NOIP: :=NOIP: me isite llorar ( & eso es dificil) :=nuse: :=nuse:
    esperare con ansias la conti
    :=starss: :=starss: nos leemos luego
     
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    Hola, perdón por desaparecer tanto tiempo >w<, bueno, en lugar de dar mis excusas (que si las tengo, falta de tiempo, estudios, enfermedad..etc), les dejo este capítulo y les digo que intentaré actualizar este fic cada semana, si alguien lo lee pues gracias >w< .... aunque no sean lo que esperan del capítulo pues les tengo que decir que a todos nos toca nuestra dosis de realidad y para poder seguir adelante el primer paso es darse cuenta de ella y Misaki tendrá que hacerlo..... sin más les dejo por el momento, muchas gracias por todo, nos vemos. ♥











    CAPITULO 4: DESPERTAR.







    www.youtube.com/watch?v=xmGvAygsNcM
    Forever - Rascal Flatts













    - Misaki, ¿Qué lees? -



    - Uno de mis libros favoritos de infancia. Debo hacer un ensayo para Kamijou onii, sobre la novela o cuento que más me haya gustado de cuando era niño. Ah, nunca se me ha dado la literatura, al menos como para estudiar. -


    - Yo podría hablar con él y exonerarte, ya sabes. Tiene tantos secretos guardados bajo llave, oh si , un pasado muy oscuro. –


    - Usagui baka. No debes aprovecharte así de la gente menos de tu mejor amigo. Además, no es necesario, casi ya termino… hmmmm…. Aunque no me guste mucho Kamijou onii porque me da… miedo. – tragué saliva al recordar el sentimiento de sobrevivencia en cada clase suya y un leve temblor sacudió instantáneamente todo mi cuerpo. - ¿Sabes? debo admitir que hay novelas muy interesantes… -

    - ¿La sirenita? ¿No es ese un cuento? ¿En serio? – dijo, resonando repentinamente muy cerca de mi oído, asomándose por sobre mi hombro apoyando su cabeza en este y rodeando mi cintura con sus brazos ¡¿Por qué rayos nunca me doy cuenta cuando está por hacerlo?! Tal cual como conejo siendo acechado y capturado como presa de su ágil, sigiloso, calculador y furtivo cazador; el lobo.

    Era así, siempre me tenía en sus manos, no podía ser de otra manera.

    Me sobresalté, quizá un poco, si, solo un poco.



    - ¡Aaah! ¡¿Qué haces Usagui san?! – más me quejé por el nerviosismos demencial que recorría a mil kilómetros por segundo como electricidad por cada átomo de mi cuerpo y que fue causado por mi alborotador y enamorado corazón al tenerlo así de cerca; que por alguna pizca de molestia alguna.


    - ¿No es evidente? Abrazando a mi novio. Necesitado de cariño quien me lo pidió muy amablemente. –


    - Yo no te pedí nada, eso pasa en tu cabeza y novelas BL. – mas no intente deshacerme del gentil y cálido abrazo junto con su aliento entre un suave olor a mentas mezclado con el del tabaco, que nunca lo abandonaba; acariciando mi mejilla. Su perfume…. Hmmm, el suave y profundo olor que arraigaba cada parte de su cuerpo el jabón que usaba, su shampoo y solo un poco de su perfume predilecto… alborota la cordura de todos mis sentidos. No sabía describirlo, pero si me pidieran hacerlo era una de esas pequeñas cosas que me cobijaban con inclemente seguridad y confort…. Y todas venían solo de él.




    - Mira esta parte es mi favorita:



    “Como en un sueño, la Sirenita, sujetando el puñal, se dirigió hacia el camarote de los esposos. Más cuando vio el semblante del príncipe durmiendo, le dio un beso furtivo y subió de nuevo a cubierta. Cuando ya amanecía, arrojó el arma al mar, dirigió una última mirada al mundo que dejaba y se lanzó entre las olas, dispuesta a desaparecer y volverse espuma.”




    - Es la verdadera historia, no la tonta y patética versión de Disney. –


    - Es una historia muy triste. –


    - Lo sé. De hecho no sé porque me gusta tanto. Quizá se deba a que es la única historia que recuerdo mi madre me leía por las noches .-


    - Misaki… -


    - ¡Ja! Y lo gracioso es que me dormía inmediatamente al leerme, y creo que fue mas por curiosidad que por interés que terminó convirtiéndose en mi libro favorito y le pedía a ella que me la volviera a leer cada noche, pero nunca alcanzaba a escuchar toda la historia, siempre caía dormido a la mitad, con sus manos entre las mías. –

    - Misaki. –

    - Creo que también era su favorita. –

    - Misaki… -

    - ¿Si, Usagui san? –

    - No llores. – y en sus ojos vi reflejada la tristeza de mi alma, me lo pidió con voz dolorosa y acarició mi mejilla.

    - Jaja, ¿Quién está llo… . – en ese momento absorto en aquella imagen del libro en donde la sirenita se convertía en espuma de mar, quieto, inmóvil, imperturbable pero hasta entonces sumergido en mis recuerdos vagos de una figura cálida pero sin voz ni rostro por el paso del tiempo que ya mi mente no recordaba, me percaté de la gota salada que cayó sobre la página del libro, sorprendido y despertando a la realidad. Le sonreí.


    - No te preocupes. No son lágrimas. Son gotas de mar. –

    - Tonto. – tomó con sutileza mi rostro entre sus grandes y frías manos. – Entonces yo vaciaré el mar para que nunca más tengas que derramarlas. – y en un gesto sublime pero a la vez demandante unió sus labios con los míos en un beso urgente y rebuscado, dedicándose no solo a recorrer cada recoveco de mi ansiada y suplicante boca sino deseoso también de explorar y aliviar de alguna manera las viejas heridas de mi solitario corazón.



    Él no sabía que ya lo había hecho hace tiempo, desde el momento en que me aceptó en su vida.

    Pero no iba a detener su “cura”.

    Cada vez que lloraba lo hacía sin querer pero ya no podía parar, siempre odié esa parte de mí, pero el hechizo de Usagui san para que dejara de hacerlo, me enseñó a amarla cada vez un poco más hasta que temí pudiera convertirme en un masoquista… ¿o ya lo era?


    Caímos en el sofá por culpa de la inminente e implacable lluvia de besos y caricias, frente a los ya mancillados tantas veces ojos del inocente y pobre de Suzuki san. Mi pronóstico para el clima a futuro entonces era: Una vida entera al lado de hombre que amo y amaré por siempre, mi Usagui-san.





    - Yo cambiaría el final de la Sirenita .-


    - Ay no por favor, Usagui san no me arruines mi historia favorita y una de los más bellos relatos de amor que pueda existir…-


    - ¿Qué? Solo iba a decir que…. “Pero la Sirenita al saltar no se había dado cuenta que con su último beso de amor había despertado al príncipe, y este porque sabía no podría vivir sin su verdadero amor la había seguido hasta el mar donde saltó junto a ella, para poder amarla por el resto de la eternidad” y , de esa manera tuvieron su “felices para siempre” como tú y yo.


    - Es… eso es… - debía entonces admitir mi derrota frente a mi vergüenza. – Bonito y romántico. -


    - Claro que lo es. Estas frente al Gran Usami Akihiko. Puedo ser todo un romántico cuando me lo propongo. –

    - Jaja ¡Tú no eres romántico! ¡Eres pervertido y manoseador! –


    - A propósito.. ¿Qué final pensabas que le daría, hace un rato? Pusiste cara de circunstancia y toda la sangre parecía haberte subido a la cabeza. -


    - Yo…. Esto…. Pues veras… - su sonrisa se convirtió en una de pervertida autosuficiencia


    - Eres todo un pequeño pervertido Misaki, no te conocía esas manías tuyas, pero me encanta… es sexy . –


    - ¡ Aaaaaah! ¡Loco! ¡Loco es lo que estás! ¡No soy un pervertido como tú! Y además quien tiene la culpa de que mi cabeza se llene de cosas raras y sucias! ¡¿Y qué con esa sonrisa tuya?! ¡Bórrala! ¡Ahora mismo! ¡Me da miedo! ¡Pareces un violador psicópata! –


    - Y así te gusto… ah, mira tú, con que si o estabas pensando , eh, travieso. – me tenía acorralado debajo suyo, sin salida alguna.


    - Yo nunca dije… ¡! Mmmmmphgfdfg! – su boca selló a la mía frenéticamente, luego su mano reemplazó a sus labios sobre los míos por un breve instante para indicarme que no protestara… con esa mirada… de miedo que me desnudaba con violencia aun estando vestido todavía.


    - Te mostraré cuan romántico puede ser un violador psicópata, Misaki. – en ese momento, pese a mis quejas y protestas pensé: Quizá tal vez se yo el hombre más feliz del planeta. Misaki Takahashi ha intercambiado su dignidad y cordura por amor a un violador psicópata en sus inocentes 19 primaveras.








    -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-









    Creo que tuve un sueño acerca de un violador psicópata que me acosaba y me hacía todo tipo de cosas pervertidas. Hmmmm… extraño “Deja vu”



    - ¿Usagui-san? – busqué a tientas, moviendo mi mano de un lado a otro a mi lado derecho considerando el enorme vacío que se sentía en ese espacio sobrante de la cama, aun sin abrir los ojos, pero me cansé. Así que mejor rodé de un extremo al otro para comprobar mi teoría pero solo me encontré con un afelpado oso… - Hmmmm – todavía adormilado – Buen día Suzuki san… ¿Has visto a Usagui san? …. ¿Qué? ¿no respondes? Parece nos levantamos de un humor de perros, bien dicen de tal palo tal astilla…. ¡¿Usagui san?! ¡¿Dónde estás?! – pero el silencio retumbante fue todo lo que recibí, abrí solo uno de mis ojos, pero todo estaba en penumbras ¿Aun era de noche? O es debido solo a las luces apagadas? qué extraño… no creo que aun sea de noche, Usagui san no es madrugador … ¿Estará bañándose? Pero la ducha que está al lado no está prendida… que hora será? – MIERDA! La cabeza me está por explotar… - intenté incorporarme en vano para cuando caí nuevamente al cómodo y mi mejor amigo el colchón. Abracé la almohada de Usagui… - Hmmm… que rico olor… nunca se va. – sonreí sin vergüenza ni pudor, gracias a la complicidad de la oscura y silenciosa habitación. – Soy tan feliz. – feliz y con resaca….esto…. no recuerdo haber tomado… de hecho no recuerdo como llegue aquí, cuando me quede dormido o…. – aah, duele, mejor no pienso más, duele mucho la cabeza. - Demonios. – me relamí los labios más secos que una lagartija en el desierto, me duele la garganta, y no tengo ni energías de levantarme aun. Dormiré un poco más…. es inútil. Decidí ocultar mi cabeza bajo la almohada estrujada debajo mío y de nuevo pensé en voz alta… : - Me gusta tanto el olor de del shampoo de Usagui-san, toda la cama huele a él, pero especialmente esta almohada.


    - ¡Usagui san! ¡¿Me puedes traer un vaso de agua?! . - silencio. Lo olvidé, tal parecía que esta mañana (quien sabe si era o no de día) él no me hablaría ¿Dónde pudo haberse ido? Sin haber dejado ni una nota, que baka de veras… - mis mejillas se inflaron en señal de un inevitable puchero.



    Silencio.



    - ¡Usaguiiiii…..! –




    Nada.




    Esto es…. ¡Shinobu! Ahora recuerdo algo… más o menos, o a alguien, algo es algo.


    Tomé mi celular y de inmediato marqué su número.



    - ¿Alo? – me respondió una voz zombie al otro lado de la línea.

    - Menos mal, no soy el único. –

    - Shhh, no grites que me duele hasta la conciencia que no tengo Misaki .-

    - Ya somos dos, Pero dime ¡¿Qué diablos pasó?! No quiero ni tengo ánimo de revisar dentro de mi cabeza. –

    - Nos fuimos de juerga. Para celebrar la fiesta de graduación. No preguntes más que no tengo ni pálida idea. –

    - ¿Alcohol? –

    - Eso espero. –

    - Espera.. ¿ya nos graduamos? Wow, que rápido pasa el tiempo. –

    - Si, una ráfaga. –

    - Oye y ?¿Qué hora es? Lamento llamarte tan temprano. –

    - Misaki, son las 8. –

    - ¡Que temprano! –

    - Las 8 de la noche. –

    - Ah… ¡¿En serio?! ¿Y entonces porque Usagui san no estaría en casa?! ¿Lo sabes? –

    - ¡¿?! Misaki…. Tú….. –



    ¡PAM!




    Ese sonido tan peculiar de olla estrellada contra el azulejo de la cocina, me la conocía muy bien.



    - Oh, no pobre cocina, descuida, Ya encontré a Usagui. ¡Debo colgar antes de que asesine a olla de vapor! –

    - Misaki, escucha. –

    - Lo siento Shinobu debo colgar, la casa está por incendiarse en 10…. ¡Te llamo más tarde! –


    - ¡Pero! – colgué para dirigirme abajo, aun en piyamas, despeinado y descalzo. Las pantuflas misteriosamente se escondieron de mí.




    - ¡Usagui! ¡IDIOTA! ¡¿Qué crees que haces?! ¿Cuántas veces te he dicho que te alejes de la con…. ci…. na….? – mis ojos no daban crédito a lo que veían – ¿Ka-mi-jou sen-sei? Digo… ¿Hi-ro-ki?– era así como lo llamaba desde que Usagui y yo nos habíamos casado; cada sílaba era lentamente procesada y calculada detenidamente sin éxito… ¡Este maldito dolor de cabeza! llevé mis manos a mi sien adolorida.



    - Ah, despertaste. Discúlpame por hacer tanto ruido. Termine el desayuno. Bueno a estas horas cena. Vamos, ven, te hará bien. –


    - ¿Qué.. que hace aquí….? -


    - ¿Misaki? – el intentó acercarse, y su mirada, cambió inmediatamente a una en señal de alarma y preocupación…. Afirmándome cruelmente lo que no quería confirmar ni recordar mucho menos…


    - NO. – sostuve tajante, dando unos pasos atrás por instinto. Abrí mis ojos seguramente mucho más de lo que nunca lo había hecho. Y las piernas me temblaron como gelatinas por lo que me apoyé por la escalera, y aun así mis manos cayeron, sintiéndose sin fuerzas.



    ¿Era así como se sentía que la vida se te iba?
    La historia de mi vida…. Y su significado… se me estaba escapando como arena entre mis manos.
    El silencio más aterrador que había escuchado en mi vida se apoderó de mi interior así como lo hizo con mi cuerpo entero mientras seguía mirando al frente sin mirar, cayendo al suelo, sin darme cuenta hasta que sentí las frías baldosas, solo porque no podía caer más abajo, literalmente.




    - ¡MISAKI! – él se arrodilló frente a mí y me tomó por los brazos lánguidos que hasta me costaba soportar el peso de ellos, así como cada inútil parte de mi cuerpo.


    - Dígame que no. –


    Mis manos sudaban.
    Mi corazón palpitaba con violencia.
    El aire se me atoraba en mi seca garganta.



    Y cientos de imágenes se cruzaron frente a mí, como viles fantasmas vengativos por la osadía de mi momentánea y atrevida ensoñación.



    Y una lágrima escapó desesperada, cayendo por mi mejilla. Dejando que huyera la más pequeña de las esperanzas de que todo hubiera sido tan solo la peor de las estúpidas y crueles pesadillas.


    Es que no podía ser de otra manera.

    Debía ser una pesadilla.


    - Oh, Misaki . –susurró y me abrazó, confirmando mis más grandes temores…




    Lecciones da la vida, la vida te da lecciones te dicen…
    Que todo ocurre por una razón, eso dicen
    ¿Qué razón podría tener tu partida?
    "El tiempo curará tus heridas” es lo que dicen ellos.

    Es tan fácil decirlo.

    Ellos no son yo, ellos no perdieron a su alma gemela, al amor de su vida esta noche.

    Mil cuchillos disfrazados de recuerdos…
    Y un solo momento grabado dentro de mí, marchitado y enterrado, pero jamás olvidado.






    “Para siempre, Misaki”








    Y ya no pude más.







    -.Flashback.-





    - ¡Listo! ¡Excelente, Misaki! – me apremié a mí mismo observando orgulloso y con deleite todo el departamento limpio y brillante. – Usagui-san regresara en dos días Suzuki-san. Todo debe estar perfecto. Uff, menos mal que Kirishima-san me dio libre este día, o de lo contrario no hubiera podido terminar… ni empezar a tiempo. – por alguna misteriosa y milagrosa razón Kamijou san…, digo, Hiroki san, es difícil acostumbrarme a llamarlo así, no había dejado deberes estos días, así que también en la universidad me las tenía tranquilo y apañado.
    Todo en orden. Por una vez parecía que todas las fuerzas del universo conspiraban a mi favor. – Perfecto. – volví a decir y suspiré para luego sentarme por primera vez en el día aunque este ya acababa, en el sofá y darme un merecido descanso.


    - A ver Suzuki-san, dame esa lista. – pedí y a continuación saqué de detrás de su listón nuevo que le había comprado, un papel cuidadosamente doblado que a simple vista era pequeño, pero que al abrirlo se extendía hasta el piso del departamento.


    – A ver......


    limpieza= listo.

    Ir de compras= listo.

    Lavar y Ordenar ropa= listo.

    Trabajo en la Editorial= no hay pendientes (cosa extraña, Kirishima san estaba muy condescendiente estos días, él no suele comportarse de esa manera en el trabajo).

    Universidad= sin tareas.

    Suzuki san= bañado; es decir lavado y con un listón nuevo color verde con lunas púrpuras, hmmmm raro, pero a Usagui le gustó la primera vez que lo vimos.


    Flores= ¡listas!, vaya, después de todo no fue mala idea, hacer un jardín en la parte trasera.


    Finalmente....



    Regalo de bienvenida para Usagui san = ¡listo!



    - Woooooaaaauuu, en verdad terminé. Bueno, bueno, terminamos Suzuki san ¿No te hace feliz? ¡A mí también! – sonreí complacido y entusiasmado, recostándome, abrazando a Suzuki san. Pero… - De verdad lo he extrañado ¿Sabes? , demasiado. – llevé una mano a mi pecho ante el inminente ataque de añoranza que hacía que mi corazón latiera con ansiedad, inquietud e incluso… dolor . – Pero muy pronto regresará. – sonreí con verdaderas ganas, para evitar cualquier posible crisis venidera, pues una vez que empezaba ya no podía parar y en mi pecho una fiesta de alegría hubo lugar tanto que podía jurar mi corazón bailaba de emoción insoportable de contener tanta felicidad natural, si nada mas de pensarlo es así me pregunto ¿Cómo será cuando finalmente me encuentre en sus brazos? Y me haga el amor…. – Aaaaaah ¡¿Qué estoy pensando?! Soy un idiota sinvergüenza, pero uno enamorado….. todavía siento la emoción gritando algarabía dentro de mí que me dejó el haber habado con él hace solo dos días que siento como si hubieran sido décadas.




    -.Llamada telefónica. –


    - ¿Hola? –

    - ¿Usagui-san? Soy yo. – casi pude ver la sonrisa que se dibujaba en su rostro desde este lado.

    - Misaki, estaba pensando en ti, te llamé con el pensamiento. – el castaño no sabía que el peligris había estado todo el día mirando su móvil pensando en las palabras adecuadas, pero simplemente no existían las ideales para un adiós como del que pronto los separaría sin permiso. – ¿Tanto me extrañas? –

    - Bakaaaa… no.. ¡no es eso! – soy un tonto.

    - Entonces, ¿Por qué ta-tarmu-mu-de-deas? Siempre lo haces cuando estás muy nervioso y eres descubierto. –

    - ¡Hey! –

    - Jajajaja. – esas hermosas risas... cuanto las he extrañado, ahora lo sé. Misaki, ¡Se valiente! Es tu esposo al otro lado del teléfono, ¡No cualquiera! Me reclamaba mi molesta y cursi voz interior parlanchina. – Yo… solo llamaba para confirmar tu regreso, es pasado mañana ¿verdad? –






    Silencio.





    - ¿Usagui-san? ¿Sigues allí? –

    - Sí. Discúlpame. Y sí, es mañana, Misaki, ¿Me recogerás del aeropuerto? Sería muy feliz . – su voz era ahora como la de un niño pequeño pidiendo su regalo de navidad. –

    - Tonto escritor ególatra, dime, si no lo hace tu esposo ¿Quién más? – oh cielos ¿esa fue mi voz interior expresándose en voz alta, de nuevo? Misaki Takahashi, ha sucumbido ante su definitiva derrota.


    - Me haces tan feliz, Misaki. – me podía imaginar cada una de sus reacciones, sus ojos abiertos de par en par, luego entrecerrándolos con tranquilidad y alegría calmadas, y sus ojos expresando ese cariño tan inmenso que solo es para mí.


    - ¿Pasa algo Usagui…? Tu voz suena débil… ¿Me escuchas bien? –


    - Si, te escucho bien. Ha de ser porque pesqué un resfriado. No te preocupes. –




    - Ah, ya veo…. ¡¿QUEEE?! ¿Estás resfriado? Estás en cama claro, ¿no? ¿Tienes medicamentos? ¿Tienes fiebre? No estás escribiendo, ¿cierto? ¡No lo hagas! Es malo para el dolor de cabeza, aléjate del endemoniado computador ¿tomaste sopa? ¿ya comiste? No creo tengas mucho apetito, no comas sólidos, solo jugos y muchos caldos, especialmente los de verduras, pescado y pollo ¡Y no rezongues como el niño malcriado que eres! No vayas a prender el acondicionador de aire y cierra las ventanas, cualquier corriente fría que recibas puede empeorarte, te bañas con agua tibia, ¿verdad? Oh, por Dios, no te acerques a la cocina…. ¡¿Quien te cocina?! Y…. –



    - Misaki. – me interrumpió apenas, al comienzo de mis indicaciones. – tranquilo. Es solo un refriado, no el fin del mundo. –

    - Respóndeme, y no te atrevas a ocultarme nada Usami Akihiko, que lo sabré. –




    Pude escuchar un largo suspiro para nada disimulado.




    - Está bien. Sí, estoy en cama, de hecho me despertaste me encontraba durmiendo, pero no te preocupes, he dormido todo el día. Si tengo medicamentos, ya los tomé y los tengo anotados por todas partes así no me los olvido de tomarlos a hora. - en realidad tenía papelitos por todas partes pero con frases de Misaki y que lo hacían recordar que no debía rendirse por él. – Tengo fiebre, pero ya ha bajado considerablemente. No, no estoy escribiendo, estoy de vacaciones ¿Recuerdas? Sí, ya comí una sopa de pollo hoy. Y el resto del tiempo solo jugos con unas pocas galletas integrales. Pero sí, me tomé la sopa de pollo completa, hasta dejar vacío el plato aunque no tengo mucho apetito. Karen, es una enfermera que me cuida las veinte y cuatro horas del día, es muy exigente. El acondicionador de aire está apagado claro, y las ventanas cerradas. Y ya me bañé, con agua tibia claro está. ¿Alguna cosa más? –


    - Lo siento si te desperté…yo… -


    - No te preocupes, ya te dije, dormí todo el día, y desde ayer. Además eres una hermosa alarma. –


    - ¿Usagui? Etto…. – que calor siento. – Debes estar muy cansado, ¿no es así? - ¿lo desperté? Y me estaba hablando hasta ahora tan… ¿tranquilamente? El de verdad estaba calmado y se oía tan feliz… - Ok, dime, ¡¿Qué hiciste con mi esposo mal geniudo y quién eres?! Mira que ya llame a la interpol y están interceptando esta llamada. – era la primera vez que se comportaba de esta manera. Llevo una mano a mi pecho, pues una extraña y desconocida sensación alberga y sobresalta a mi corazón agitándolo, no podría decir qué era pero con seguridad y firmeza podía sentir que… algo no andaba del todo bien.


    - Jajajajaja. –


    - ¡¿Qué es tan gracioso!? ¿eh? –


    - Lo siento, mi amor, estoy bien en serio. TE AMO –


    - ¡NO INTENTES DISTRAERME! –


    - Solo digo lo que estoy sintiendo y ¿sabes que más siento Misaki?

    - ¿Qué? –

    - Me haces mucho más feliz de lo que pensé que era. – aaaaahhhh….. deja de inundarme con palabras que saben a sinceridad y cariño….


    Siento que yo no…. No…..





    Te extraño mucho
    Tu luz, tu sonrisa, tu estilo,
    Y todo lo nuestro







    - ¡POR SUPUESTO QUE ME PREOCUPO POR TI, ESTÚPIDO! ¡SI TE AMO! – ¿eh? mierda eso…






    Aunque te hayas ido, aun sigues aquí






    - También te amo Misaki, y te extraño. – sí, lo dije en voz alta. Emito un largo suspiro de resignación lenta, tortuosa, eminente y agónica.



    No quiero que sigas inundándome con tus palabras de amor.
    Porque el día que me falten, no podré vivir sin ellas.


    - También te extraño. – susurré apenas, con la leve esperanza de que no me oyera pero con el secreto deseo que sí lo hiciera ¿Hasta qué punto iría la resistencia de este joven y lamentable corazón?






    ♪En mi corazón, en mis lágrimas
    Si, definitivamente dejaste tu marca y solo empezábamos….♪







    - Eres mi vida ¿Lo sabes, verdad? – no, otra vez. Una vez más sus letales y dulces palabras condenan a muerte mi solitario yo. Palabras que me abrazan con fuerza y calidez a través de la distancia que se hace polvo, al igual que mi orgullo.


    - A que… ¿A qué viene eso? – pregunté estúpidamente nervioso, dejando notar inevitablemente mis sentimientos a través de mi temblorosa voz. Además mientes, ¿Por qué te fuiste de esa manera de vacaciones, pero sin mí? – hice un puchero jugando con el móvil y recostándome en nuestra cama, haciendo todo tipo de movimientos, rodando de un lado a otro para no tener que prestarle atención a mi vergüenza. – Usagui, tú no eres así. Nunca hiciste nada semejante. –


    - Yo no miento, Misaki. Ya te lo dije, lo necesitaba. - ¿eh? Siento su voz seria… ¿Acaso ya se cansó de hablar conmigo? ¿Es tonto o idiota?

    - ¿Te enojaste? –



    - ¿Eh? No Misaki, solo estoy cansado, ¿Por qué me enojaría contigo? –


    - Por nada. Pero Usagui… esa no es una razón ni entendible ni creíble, mucho menos suficiente. Yo de verdad quiero entenderte. Algo tienes que no me quieres decir. –


    - Alucinaciones tuyas, por amarme demasiado. –


    - ¡ IMBÉCIL! –



    - Sabes, Misaki, amar demasiado también es una enfermedad. Y tú, me condenaste a muerte. –





    ♪No fue suficiente, no fue suficiente lo nuestro... juntos…♪







    - ¡DEJA DE DECIR TANTA PAVADA CURSI! – no te detengas, no te detengas porque…


    - Sé que te gusta, mi lindo y pequeño Tsundere Bipolar. –


    - ¡¿QUIEN ES TSUNDERE?! ¡Y YO NO SOY BIPOLAR! – escuché sus risitas de burla.


    - Y así te amo mi Misaki. Eres lo que más amo en mi vida. Eres mi mundo entero. - …continua…. – lo más importante. Eres mi religión, mi luz, mi todo. Todo lo que necesito y me hace feliz. - … continua… y no te detengas, porque me haces sentir amado, me haces feliz, me haces respirar… si te detienes y no alimentas a mi oído y a mi alma con tu amor, creo que de verdad podría morir.






    ♪Pero fue lo suficientemente largo,
    Si, fue lo suficientemente largo para durar…
    ..Por siempre….♪







    - Oye… - ahora era mi voz la seria y acusadora. - ¿Quién es esa Karen? ¿Es joven? ¿Es bonita? – plop


    - Y esa se lleva el premio a la más bella declaración de amor en la historia. –


    - ¡Usagui san! –


    - Jajajaja. No te pongas celoso amor. –


    - ¡YO NO SOY CELOSO! –


    - Y yo no muero de ganas por hacerte el amor hasta que ya no podamos más del dolor del placer. –


    - ¡USAMI AKIHIKO! - ¡rayos! Mi corazón latiendo como loco, y todo tipo de calores invadiendo mi cuerpo hacían que desvariara, si eso era posible, un poco más. – Ya, dime, ¿Quién es? – de pronto, lo reflexioné un poco mejor. - ¿Por qué necesitas de una enfermera por un “simple resfriado” Usami? –


    - Ouch, no te enojes. Karen es prima de Tanaka. Misaki, tiene cincuenta y ocho años, es como mi nana ella. Bueno, en realidad lo era. Y además ¿Tú no permitirías que haga nada verdad? Ni aunque estuviera sano, recuerda que no se hacer nada más que escribir y amarte. –


    - Me suena a cuento… No sería para ti difícil inventarlo. Ponte en la webcam y llámala, quiero conocerla. –

    - ¡NO! Misaki, no seas pesado. –




    - …. –




    - ….-




    - …..-




    El silencio esta vez fue bastante prolongado.







    ♪A veces me vuelvo loco, grito y lo juro…
    Porque esto, no fue como lo planeamos♪







    Y un Misaki consternado y anonadado intentaba apaciguar su sensibilidad, sin armar un escándalo de aquellos, que a ambos podría costarle. Bien era cierto, que debes pensar no diez, sino mil veces una antes de decir algo que te molesta pero que solo causará más molestias y problemas. Él solo quería asegurarse de que su Usagui estaba siendo bien cuidado, y de que, estaba bien. Solo eso.




    - ¿Misaki? – suspiro, desganado.- Sé que sigues allí, puedo escuchar tu respiración entrecortada ¿Estás bien? Perdóname mi amor, no quise gritarte. Es solo que… ha comenzado a dolerme la cabeza, y de verdad estoy cansado. Eso es todo. Y no quiero que te preocupes mucho por mí ¿Sí? En dos días ya estaré mejor y contigo. Por favor, perdóname. – esperé a que el susto se alejara de a poco de mí y regresara mi tranquilidad pacientemente.



    - Es-está bien. Perdóname tú, no quería presionarte ni sonar patético. No quiero ser una molestia… –


    - No digas esas cosas, jamás fuiste ni serás una molestia. Tú no eres patético Misaki, soy yo el que lo es por no entender mejor tu sincera preocupación y tu amor por mí. Discúlpame, y deja de pensar cosas tan feas y falsas de mi esposo. Mira, ahora Karen salió de compras. Y como te dicho, sabes que soy muy quisquilloso para todo, más aun para atender mi salud y mantener las cosas en orden ¿verdad? –


    - Sí, un completo inútil. –


    - Pues ella solo está aquí por eso. Te lo prometo. Deja de pensar cosas que no son. En cuanto regrese, ella misma se pondrá en contacto contigo e incluso te contactara por la webcam ¿Sí? – ahora ya estaba sintiéndome culpable.


    - No hace falta. En serio. No debí dudar así de ti. –

    - No, no te preocupes más. Se hará como te acabo de decir y ya, ¿va? Y caso cerrado. –

    - Va. –

    - Misaki… ¿Confías en mí, cierto? –

    - Lo hago Usagui. –



    - Eso me basta. Misaki, me haces sentir amado. – cerrando sus ojos, el escritor y con una sonrisa se imaginaba a sus castaño tan cerca que lo podía sentir a su lado, tan real y tan suyo.


    - Es que yo…. –


    - Dime. –


    - ¿Eh? –



    - “Es que tu”…. – demonios, me había pillado de nuevo pensando en voz alta. No sé de donde, pero el coraje salió, así, sin más.






    - Temo perderte. –






    Silencio de nuevo.


    Sobresalto de mi corazón una vez más.


    Y esa sensación desconocida e inquietante que escondía su verdadera esencia.




    - Misaki. Te amo. Nunca me cansaré de repetírtelo. Siempre estoy y estaré contigo. Te lo ruego, nunca lo olvides. – deberías decir “No me perderás” , tonto Usagui. – Solo eso te pediré. –


    - ¿Eh? jeje… - reí… ¿nerviosamente? - ¿Por qué dices esas cosas tan repentinas y en ese tono tan serio? –


    - Prométemelo Misaki. –


    - Estás loco. –


    - Prométemelo. – en ese momento no me detuve a pensar mucho en sus palabras, pero no tardaría mucho para saber que era su manera de despedirse y asegurarse de que queden grabados en mí las huellas de sus sentimientos, él quería creer que yo estaría bien sin él. Yo, por mi parte, simplemente suspiré y se lo prometí ¿Por qué negarme a una promesa como aquella? Si nunca podría olvidar sus gestos, sus manías, su paranoia, su posesividad, su amor por mí. Pero, entonces no sabía cuan difícil sería entender que él iba a permanecer a mi lado, aunque no se quedara para siempre.






    - Te lo prometo. – definitivamente no quería, no quería colgar, sin saberlo mi corazón ya me estaba alertando abrazado por aquel deseo ferviente, desesperante y emergente de seguir escuchándolo, de seguir sintiéndolo cerca en la incrédula creencia que de esa manera no lo iba a perder.





    - Buenas Noches mi Misaki, Te Amo. –



    - Usagui…. ¡Espera! – no tenía nada más para decirle, no entendí entonces porque lo detuve ni porque me sentía tan…. Triste. Pero en mi interior algo me lo gritaba y me lo exigía….


    - ¿Sí? –


    - Nos vemos. –


    - Nos vemos mi amor. –




    - Te quiero Usagui-san. – lo dije finalmente aunque más tarde desearía haberle dicho “Te Amo”, era este corazón tímido y temeroso el que él tanto amaba y aunque nunca se lo dijera era la única persona en el mundo que me podía entender perfectamente sin palabras, así como yo a él y eso en mi mundo y en el suyo era lo único que bastaba para que todo estuviese bien.



    -.Fin llamada telefónica. –








    - Falta tan poco y a la vez tanto para volver a verte. Ya no voy a negar nunca más mis deseos de estar contigo a todo momento. Voy a demostrarte mis verdaderos sentimientos e intentaré con todas mis fuerzas de corresponder a tu amor en la misma medida que tú lo haces, Usagui. Por fin lo haré. Y definitivamente no dejaré que nunca más te vayas de mi lado. – eché un de nuevo enorme suspiro y me recosté nuevamente en el sofá en donde estaba sentado, esperándolo. Sonriente, ansioso, nervioso pero feliz. Tantas emociones juntas como en una montaña rusa de la cual solo quería bajar para encontrarme finalmente con él, tantas veces había practicado lo que diría cuando finalmente llegara pero tan seguro estaba de que lo más probable es que no podría hacerlo que me burlaba de mi propia osadía. – Ya estoy demente hablándolo solo nuevamente. Solo ven. – y cerré mis ojos imaginándolo llegar, abrazarlo, besarlo y luego…. Etto, hacer aquello. En cuanto el amor había entrado en mi vida creo la cordura se suicidó tirándose por la ventana.







    Abrí mis ojos, despertando de mi ensoñación de golpe, trayéndome de vuelta a la realidad.






    ----------------------Timbre-------------------------------









    - ¡Usagui! Pero ¿Eh? él tiene las llaves…. No… pero ¿Quién será a estas horas de la madrugada? – de nuevo sonó. – ¡ya! ¡ya voy! Vaya, ¿Qué persona en su sano juicio molesta a estas horas? – me dirigí a la puerta a abrirla luego de ver por el rabillo de la puerta y ver a dos personas que conocía muy bien. - ¡Nii-chan! – lo abracé contento aunque confundido en medio de la sorpresa - ¿No regresabas mañana? Es decir dentro de unas horas… ¿Qué haces aquí a estas horas….? ¿Hiroki-san? Es extraño verlos juntos…. – de pronto de me fijé en sus semblantes tal cual como sería en forma literal recibir un cubetazo de agua helada en pleno invierno.




    - Vinimos juntos Misaki. – para rematar Hiroki se expresó de manera lúgubre haciendo resaltar la tristeza tan palpable de sus ojos que evitaban mirarme de frente. Busque algún indicio que me respondiera a mis nacientes dudas en mi hermano, pero estaba en el mismo estado que mi profesor, renuente y retraído.



    - ¿Qué pasó? – entonces ambos me miraron al preguntarles de manera tan directa.


    - Misaki. –


    - ¿Nii…..chan? – inesperadamente me había encerrado en un abrazo.


    - Takahiro… - advirtió Hiroki, viéndose un poco sorprendido también e intentando llamar su atención.


    - ¿Nii-chan? ¿Qué pasa? …. ¿Hiroki-san? – observé a Hiroki por encima del hombro de mi hermano, y de nuevo su mirada evitaba encontrarse con la mía, una mirada cansada y apagada… ¡¿Qué estaba pasando?! Quería saberlo de una vez… pero tampoco quería que me lo dijeran. Quería que se callaran.





    Y así nada sería como dijeron.





    - ¿Me van a decir o…? – aunque tuviera ganas de gritar por la desesperante incertidumbre, sentía que de a poco me asfixiaba aun antes de que el aire me faltara.



    - Es…. Akihiko, Misaki. –



    - ¿Qué ocurrió con él? – entonces mi hermano deshizo el agarre y me tomó de las manos con fuerza, aun cabizbajo, ante la respuesta de Hiroki, ya no tenía salida, ya habían empezado y debían terminarlo.




    Y la incertidumbre se convirtió en un maldito presentimiento, sumado a la angustia de ver los ojos de mi hermano soportando las lágrimas para que no cayeran. - ¿Nii-chan? – entonces finalmente me miró de frente.






    El maldito presentimiento se convirtió en miedo.
    El miedo en terror.
    Y el terror pasó luego a convertirse en nada.






    - Ha fallecido. –





    Y un hueco justo a la mitad de la tierra se abrió, de donde empecé a caer, sin ser detenido por nada ni nadie.






    -.Fin Flashback. –










    “Sé fuerte”
    “Lo superarás”
    “Te sentirás mejor”




    Fueron frases obsoletas y sin significado a las que me dediqué a responder de modo automático con un leve asentimiento de cabeza y nada más, durante todo el velorio.

    Y en este absurdo momento recuerdo que no fue una pesadilla, sino mi realidad.







    ♪Me siento aquí, en un cuarto frío
    Rezando....
    Esperando...
    Que atravieses esa puerta
    Como antes....♪







    Esa noche regresé al departamento y no fue hasta que me recosté en nuestra cama que me golpeó con crudeza esa realidad que llegó para no marcharse abofeteándome el rostro. El lado derecho de la cama está vacío y su dueño jamás volvería a dormir allí.




    Algo se rompió.






    ♪No fue suficiente, no fue suficiente lo nuestro... juntos…
    Pero fue lo suficientemente largo,
    Si, fue lo suficientemente largo para durar…
    ..Por siempre….♪






    Y los pedazos se deshicieron en lágrimas que fueron acompañadas de gritos que nadie escuchó gracias al cobijo de la tormenta de afuera.



    Yo intenté olvidar.



    Creí que haciendo un simple “Delete” en mi cerebro, mi viejo corazón dejaría de recordar.



    Y en los breves momentos de conciencia que tuve hasta ahora, lo había guardado todo bajo llave, corriendo lo más lejos que fuera posible de la realidad.




    Pero ahora ni la voluntad ni las fuerzas eran mis amigas y me habían soltado las manos, había dejado de correr pues ya estaba bastante cansado, y sin poder evitarlo fui alcanzado por la cruel verdad.

    Si había algo más doloroso que sentir que pierdes para siempre a la persona que amas, era esta sensación.

    La de creer que la habías recuperado, y volver a perderla.






    - Dime que no es verdad. – allí me encontraba mi actual yo, de rodillas en el suelo, incapaz de sentir mis piernas en medio de la sala en la que alguna vez había estado él. – Dime que no lo es, dime que regresará. – de una manera estúpida, aun seguí intentando aferrarme a mis deseos. Ya el llanto y las lágrimas me habían abrazado mientras esperaba ilusionado por una respuesta, que ya sabía, no llegaría jamás.






    ♪Me siento engañado
    Derrotado, no puedo creerlo
    No puedo creer que te hayas ido, te fuiste, te fuiste
    Oh, estaba mal, tan mal♪






    “La vida debe de continuar” fue lo que siempre pensé.

    Pero sin él, todo quedó a la mitad.

    Gota por gota, ellas luchaban por no salir, pero caían una detrás de otra, empujadas por mis demonios interiores.



    Y me costaba respirar.


    ♪Sí, no fue lo suficientemente largo
    No fue lo suficientemente largo….
    Pero no fue suficiente, no fue suficiente lo nuestro, juntos
    Pero fue lo suficiente largo, si, fue lo suficiente largo
    Para durar, para durar por siempre….♪




    - Misaki, no te hagas esto. No te reprimas. Ya no más. no lo soportes, el aire se te acabara pronto. Déjame traerte un vaso de agua. -



    - ¡NOO! – lo sujeté justo a tiempo de sus manos que aún no me las había soltado del todo, deteniéndolo a medio levantarse.


    - ¿Misaki? –

    - …. –

    - …. –


    - Por favor. –


    - Misaki, estás temblando. – puso su mano en mi frente, arrodillándose de nuevo a mi lado. – Creo que tienes fiebre, te tomaré la temperatura… ¿Tienes frío? –




    - Un poco…. Hiroki…. –


    - Dime. –



    - Por favor…. No me sueltes…. No me dejes…. –



    - Misaki, no lo haré. – sus ojos aunque tristes, no eran unos ojos donde se hallara reflejada la lástima, sino una en donde pude encontrar una sincera y cariñosa comprensión. – No te dejaré. Ven. Levántate. Te ayudaré a ir hasta la cama, pero primero vamos por agua ¿Sí? Vamos juntos, no te voy a dejar, en ningún momento. No lo dudes. ¿Confías en mí? – ni siquiera pude asentir, solo obedecí a sus movimientos, dejándome llevar… levantándome con su ayuda, deteniendo las lágrimas pero sin dejar de temblar me aferraba no con fuerza sino con firmeza a su mano. No podía evitarlo, y aunque respiraba lo hacía con dificultad y muy pausadamente, incluso con pesadez. Creo que hasta estaba lastimando a Hiroki con mi agarre… pero si así era él no dijo nada y sólo afianzó el agarre, así que solo dejé que me guiara de un lugar a otro hasta encontrarme en mi habitación sin tener clara consciencia de como habíamos llegado hasta allí.




    Toda esa noche, dejé salir el dolor en brazos de la última persona que había pensado.







    CONTINUARÁ--------------------------------------

    Edited by Lady Trifecta - 7/4/2013, 03:17
     
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  4. Akemi ^o^
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    :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO: me he deshecho en lágrimas... punto.

    No encuentro las palabras para describir como me llegó este capítulo Nathy...

    Hermoso, es lo que puedo decir.... no sé que más.... estoy realmente conmovida....

    Espero conti y muchas gracias por actualizar.... :=WIJIS:

    Besos y cuídate! :=amors: :=amors:
     
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  5. flor de sakura
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    uff... no había leído esta historia... y está genial!!! como otras historias que te he leído!! Continúa así que va muy bien.
     
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    muchísimas gracias Akemi hermosa por nunca dejarme y muchas gracias Flor de Sakura tu comentario es súper valioso para mi, claro que continuare en cuanto este menos atosigada y desocupada, las aprecio muchísimo por el apoyo y las palabras, de verdad gracias, nos vemos
     
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    Desde mi bello Chile, demostrando que no todos los chilenos tienen el peor vocabulario de la américa latina ;)

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    AL FIN!!!!

    Me demoré en comentar porque me estoy atrasando leeeentamente con los fics que sigo Q___Q Y eso que ahora abuso de mi teléfono con internet cuando ando en la micro.

    Sobre el capi... creo que en realidad mejor me veo la peli xDD me desespera leer a Misaki tan mal y no poder siquiera sospechar que sucederá >.< Me parece muy cruel de parte de Akihiko no haberle dicho nada sobre su enfermedad y que ahora Misaki esté tan mal, quieroque se mejore pronto y que esos recuerdos de Akihiko ya no le hagan daño sino que le den la fuerza para seguir.


    Espero leer la conti, hasta pronto ;)
     
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    Marii Maro, te recomiendo la novela, pero en ella solo me base, esta es mi propia versión y tal vez muchas cosas cambien, aunque sea todo muy dramatico tal cual sucede, pues es un paso que Misaki tiene que atravesar, es una historia simple pero complicada pues cuando perdemos a un ser querido hay etapas que van pasando, pero el dolor nunca se va, el tema es como aprender a vivir con ello, creeme que Ahihiko si le dejo cosas buenas a Misaki, y en esas cosas Misaki debera aprender a tomar fuerza para seguir adelante...habra momentos muy dificiles y tormentosos, pero creeme que tambien habra mucho coraje y valentia de Misaki >w< no todo es tan feo, habra un bonito mensaje en cada detalle >w< ***eso espero***


    muchas gracias por comentar!
     
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  9. ----------GaByVi--------
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    con esta historia he llorado como cuando mi abuela q me consentia se fue la verdad este fic me recuerda mucho a ella,me consentía y mimaba hasta q murio y me destrose de una manera en la q enferme mi mama me cuido pero no era lo mismo ya que mi madre se lamenta de haberme tenido
    aunque este fic hable sobre el amor del corazon y lo mio sea algo de la familia lo veo demasido parecido con lo q me paso
     
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    A quienes sigan esta historia e igual la comiencen, será un poco larga, no mucho, pero quizá treinta capítulos como mínimo, pero no sé cada cuanto actualice, gracias por su comprensión y apoyo, de todo corazón. Muchas gracias por leer y comentar.





    CAPITULO 5

    PRIMERA PARTE

    —Ahora entiendo que lo que más te cuesta es lo que más aprecias—





    DEDICADO A ILSE DANIELA (Sora Takahashi)
    FELIZ CUMPLE LOCA PERVERTIDA ♥ TE AMO ♥












    —Buenos días, Misaki ¿Cómo amaneciste?

    —Sen... Digo... ¿Hiroki-san?—me percaté de su presencia en el justo momento en que nos encontramos en la cocina sin preverlo antes, hundido en mis confusos pensamientos.- Horrible, esta jaqueca no me deja... creí que ya te habías ido.

    —Es comprensible. Ah, Misaki, llámame Hiroki nada más, Akihiko lo hacía... —ese imprevisible y molesto momento incomodo en el que no sabe que decir ni que hacer llegó sin que ninguno pudiera evitarlo.


    El silencio fue prolongado, hasta que Hiroki lo interrumpió.


    —Desayunemos. —ambos nos sentamos, y nos servimos café sumergido en nuestras acciones y pensamientos. Como si aquella fuera una titánica tarea: La de servirnos café en la taza y colocarle un poco de azúcar.

    —¿Y Nowaki-san? ¿No estará preocupado por usted? Se ha quedado todo el fin de semana, aquí conmigo... Lamento de verdad haberte ocasionado tantos problemas.

    —Misaki, no lo hiciste. No pienses de esa manera. Me quedé porque quise, además Nowaki sabe que estoy aquí y él está de guardia en el hospital, recién mañana a primera hora termina su turno. —volvió a tomar su taza con una expresión taciturna y cansada.

    —Discúlpame si no te molesto en preguntarte algo así, pero…

    —¿Hm? Dime.

    —Tú y Nowaki.... se llevan muy bien por lo que parece, no puedo entenderlo muy bien del todo pues Akihiko como... Era escritor...—que difícil resulta hablar en pasado. —… casi siempre solo trabajaba desde casa. ¿No es muy difícil para su relación los problemas de horarios? Digo, con tu trabajo y Nowaki de medico…

    —Pues, sí que lo es. Es muy difícil… ¿Sabes? Ahora que lo mencionas Realmente no hay ninguna otra cosa en el mundo que desee que estar más tiempo a su lado… —volvió a fijar su vista en su taza de café perdido en sus pensamientos y con una pequeña sonrisa dibujada en sus labios casi con sabor a nostalgia. Parecía triste aquella expresión, pero más bien era una de simple alegría al momento de pensar en su esposo. Puedo entender muchas de sus expresiones casi sin preguntar, por experiencia propia. —… pero jamás sería capaz de decírselo.

    —¿De verdad? ¿Por qué?

    —La pregunta más bien sería ¿Para qué? Misaki.—suspiró por lo bajo, respirando profundo, para continuar. –Yo, simplemente soy esta clase de persona egoísta y si fuera por mí retendría a Nowaki 24/7 solo para mí. No quiero que comparta su tiempo con nadie más. Pero si solo pienso en mis deseos ¿Dónde quedan los suyos? Una vez me dijo que lo hacía por mí, para estar a mi alcance y poder convertirse en una persona que pueda estar a mi nivel y sea merecedor de estar a mi lado. Recuerdo muy bien que la primera cosa que pensé fue “Que tonterías” pero la segunda cosa fue lo que me hizo que me convenciera de permanecer a su lado.

    —¿Qué fue eso? – estaba tan atento y sumergido en su relato que ya casi no pensaba en mi durante esos segundos.

    —“Este hombre todo este tiempo solo ha estado pensando en mí”. Me sentí la peor persona del mundo, yo siempre sumergido en mis deseos egoístas y el actuando de aquella manera para poder ganarse su lugar a mi lado… ¡Ja! Imagínate “ganarse un lugar a mi lado” Fue el la persona que me considero lo suficientemente valioso como para luchar por un “lugar a mi lado” justo en el momento en que yo pensaba las peores cosas sobre mí. Ahora, aun contra los egoístas deseos de mi corazón estoy plenamente consciente de que Nowaki no me pertenece, de que es el una persona independiente y también, de que… cada aspecto de su persona es lo que me enamora de él cada día y no sería capaz de cambiarlo por anda ni nadie, ni siquiera por mí.

    —Esos son...

    —¿Misaki?

    — Lo siento... Es que de verdad...

    —¿No te los esperabas? ¿Y no creías que pudiera también tener sentimientos el demonio que en cada clase te torturaba de las más diversas e infernales maneras posibles?

    —Hiroki, eso no es... —me miró de manera obvia como descubriéndome y leyéndome en el mismo acto.

    —Ok, lo acepto. Es como tú dices. No tanto así, pero si me dejas sorprendido. N o pensé que fueras capaz de incluso decir cosas tan sinceras y bellas acerca de la persona que amas.



    —¡¿Pero qué quieres decir?! — se sonrojó ligeramente al decir esto y volviendo a su yo natural me regaño en más de una manera. Sonreí ligeramente cuando el también hizo señas de querer reírse de sí mismo y acabamos en una pequeña carcajada que el estado de mi corazón no me permitió mantener por mucho tiempo, aunque fuese un breve momento de relax sincero.

    —Nowaki debe de ser muy feliz a tu lado Hiroki.

    —¿Eh? Tú, mocoso... —su repertorio tuvo una breve pausa entre que miraba a todos lados moviéndose un poco nervioso y jugando con sus manos. Es extraño, pero puedo notar que con tal de no quedarme mucho tiempo prestando atención a mis pensamientos y voces interiores pongo atención a cada mínima cosa y detalle que ocurre a mí alrededor y no me molesta descubrir y analizarlo con minuciosa precisión. —Ya, ya... Dejemos de hablar de eso. Ahora, Misaki dime.

    —¿Eh?

    —¿Ya has pensado que vas a hacer?

    —¿A qué te refieres?

    —De si te quedaras o no aquí, ¿Regresarás a vivir aquí?

    —Yo... No creo que... —aquella pregunta me había agarrado completamente desprevenido. —No creo que deba… —como no lo estaba viendo me percaté del contacto de su mano sobre la mía nada más al sentirla. —Misaki, no sé si sabes pero creo que de todas maneras es mi deber decírtelo. Sé que no quisiste asistir a la lectura de testamento, pero Akihiko te dejo como único heredero universal de todos sus bienes.

    —¿Eh?—mi mente estaba en blanco, mi lucha interna por no pasear entre recuerdos estaba pronto a fenecer, pero aquellas palabras significaban quizá algo, pero para mí eran nada en ese momento… Akihiko… Usagui… él….

    —Como lo oyes. Estuve presente, así también como Isaka, e incluso Miyagui. Akihiko, por alguna extraña razón que aun no comprendo del todo pidió que sus amigos cercanos estuviésemos presentes en la lectura de testamento. Misaki, sé aunque no me imagino hasta donde, que esto ha de ser muy difícil para ti. Pero solo quiero que recuerdes, entiendas y aceptes que no estás solo en esto.

    —Muchas gracias Hiroki. —yo… de verdad tengo amigos en quienes puedo contar, lo sé, pero… —Siéndote sincero, no creo que ahora sea muy capaz de pensar con claridad y lucidez como para tomar decisión alguna. No quiero ser una carga para nadie. Espera, no protestes aun, sé que dirás que no lo soy, pero esa es la manera en la que pienso y me siento y no me harán cambiar de parecer. Sé que tienen los mejores y más sinceros deseos de apoyarme y ayudarme en esto pero más que querer hacerlo; porque créeme de verdad no tengo el mas mínimo deseo, lo que corresponde y como debe de ser, porque sencillamente no hay de otra es que sea yo mismo quien pase por todo esto, salir adelante por mi cuenta, solo.

    —Misaki, lo entiendo pero aun así....

    —Me quedaré.

    —¿Eh?

    —No tengo ni que pensarlo, al menos esto... Este es mi hogar, pese a todo. Es el hogar que Akihiko y yo formamos. —mis ojos se dieron un breve tour por el espacioso apartamento como si fuera que pudiera revivir tantos recuerdos tan solo con imaginármelos y volverlos a ver a través de las memorias del alma.

    —No quiero te sientas incómodo con mis mil indagaciones, pero... ¿Estás seguro?

    —No te preocupes y sí, estoy consciente de que no será nada fácil, pero de la misma manera en que estoy seguro de eso sé que aun si me marchara él y nuestros momentos juntos estarán siempre conmigo aquí. —llevé por inercia ambas manos sobre mi pecho sintiendo mi agitado corazón y pensé “Así como sé que este vacío siempre permanecerá aquí Usagui, donde todo el amor que tengo para darte y se quedó conmigo me asfixiará cada día al no tener quien lo reciba” – Aun cuando tome todo el tiempo del mundo, lo que me queda es esperar con paciencia a acostumbrarme a que estos sentimientos de nostalgia y agridulce pena son mis nuevos compañeros. – por unos momentos no dijimos nada pero no fue una incómodo pausa, sino una muy necesaria para acomodar las cosas que cada uno estaba asimilando.

    —Está bien. Pero prométeme una cosa. Sin importar lo que pase, pienses o quieras. Si necesitas alguna cosa, por mínima que sea acudirás a mí o a Shinobu, a Nowaki o a Miyagui; quienes también están muy pendientes de ti, o a quien desees. Somos tus amigos Misaki, y no te olvides de tu hermano y Manami, son tu familia, solo queremos que estés bien ¿Lo sabes verdad?

    —Lo sé.

    —Promete que en cuanto sientas que no puedes más acudirás a nosotros.




    —Te lo prometo. —cuan agradecido me sentía en mi interior pero que tan alejado estaba de querer sentir nada más, siquiera buenos o malos sentimientos. Estoy tan cansado de sentir.

    —Ahora me voy. Regresaré a la tarde para ir juntos a la casa de Shinobu y ayudarte a traer tus cosas, aunque de seguro no te la dejará tan fácil. Ah, Misaki, se me olvidaba. —se detuvo a media salida justo en la puerta del departamento donde ahora nos encontrábamos.

    —¿Sí? –

    —Te he dejado todos los libros en tu la biblioteca. Te recomiendo revises “la Sirenita” hay un mensaje para ti. Nos vemos más tarde.

    —¿Eh? está bien. —asentí dudoso, y sin más se marchó.










    Y sin ninguna clase de parsimonia, en cuanto cerré la puerta me dirigí hacia la biblioteca al piso de arriba, un poco curioso, pero nada más.

    Estaba tal cual como la última vez.

    Ese olor impregnado de cigarro y perfume suyo en el aire fue como un tierno golpe para mi desasosegado corazón.


    Todos sus libros estaban acomodados en su lugar, tal cual donde los había dejado la última vez, cada uno en su lugar destinado de descanso y sin ninguna gota de polvo aun. Supuse que en estos meses fueron Hiroki y los muchachos quienes se encargaban de limpiar el apartamento, que por cierto acabo de notar que está impecable y limpio pese al tiempo en el que estuve ausente, aunque fue más que notable que no habían entrado aún hasta aquí. No me extraña, de seguro Hiroki quiso dejar todas las cosas de Akihiko en su lugar, y tan solo había colocado mis pocos libros entre los estantes, sin remover mucho, casi nada de los demás.



    Acaricié momentáneamente el lomo de algunos de ellos asimilando la idea de que había sido Usagui la última persona que había tocado aquellos libros, los cuales habían pasado decenas de veces cada uno por sus manos y habían reposado bajo sus ojos tantas noches en vela, acompañándolo en su pasión por la literatura y otras tantas veces dándole apoyo para sus nuevas historias. Hasta sentía celos y envidia de ellos, por todo el tiempo que habían compartido juntos, tonto pero real.
    Y ahí estaba.


    Sonreí con nostalgia al tener de vuelta en mis manos ese libro que había sido testigo de cientos de lágrimas mías, tanto en mi infancia como adolescencia.


    Sin imaginarme siquiera en esos segundos, que traía entre sus hojas los sentimientos de un nuevo amor perdido en mi vida.
    La hojeé y automáticamente, la abrí en mi parte favorita, dejándome boquiabierto ante la sorpresa no solo de encontrar un sobre que lo único que rezaba era “Misaki” en la parte de atrás que aún no abriría, sino también al descubrir ciertas líneas tachadas, y debajo de ellas un agregado con la letra manuscrita absolutamente perfecta de Usagui san.


    Mi corazón se revolcó entonces, eran pocas las veces que veía un escrito suyo a mano, y eso era como un pequeño regalo exclusivo del que estaba muy orgulloso poder ser merecedor.


    Tenía miedo de leer las líneas al principio, las emociones se arremolinaron y causaron estragos en mí: miedo, emoción, ansiedad, nostalgia, alegría, tristeza. Eran demasiadas cosas para controlarlas y demasiadas las ganas como para poder aguantar por mucho tiempo más.
    Entonces tomé un poco de valor nacida de aquella fuerza que todavía me regalaban los sentimientos que le pertenecen a él, los cuales los guardo con el mayor recelo del mundo, como si de del tesoro más preciado del mundo fuera, como efectivamente lo era para mí. Y comencé con la lectura, tragando saliva, para asimilar un poco los nervios inquietantes.




    “Como en un sueño, la Sirenita, sujetando el puñal, se dirigió hacia el camarote de los esposos. Más cuando vio el semblante del príncipe durmiendo, le dio un beso furtivo y subió de nuevo a cubierta. Cuando ya amanecía, arrojó el arma al mar, dirigió una última mirada al mundo que dejaba y se lanzó entre las olas, dispuesta a desaparecer y volverse espuma.”




    Y un poco más abajo, un final alternativo, escrito de su puño y letra...




    .... Pero la sirenita al saltar no se había dado cuenta que con su último beso de amor había despertado al príncipe, y este porque sabía no podría vivir sin su verdadero amor la había seguido hasta el mar donde saltó luego de ella, para poder amarla por el resto de la eternidad y fueron felices para siempre, como Misaki y Akihiko.





    —Tonto.— y sin darme cuenta ya estaba riendo entre lágrimas por el hecho de que se haya salido con la suya y haber llevado a cabo su maléfico plan de cambiarle el final una de las bellas historias de amor que haya existido….Por una mejor y mi favorita.




    Y sin darme cuenta ya estaba sentado en el piso de aquella sala de trabajo inundada de historias suyas, todos sus pensamientos y todos sus sentimientos guardados entre esas cuatro paredes y que poco a poco me habían llevado a la profundidad de mis sentimientos, sin posibilidad alguna de dejarme escapar a la superficie.


    Por mucho que luchara supe perfectamente que mi corazón roto ya no volvería a recomponerse como los pedazos de un vidrio roto en mil pedazos en donde los pedazos de mi vida se veían fragmentados y en cada uno de ellos se reflejaba un momento vivido a lado del hombre que amo. Mi primer amor, el único y el último.


    Así que no me importó ni jamás volvería a importarme, ya no retendría estos sentimientos dentro de mí, aun cuando antes me costaba tanto ahora no me cansaría de repetir aquellas palabras que tantas veces no pude decir y tú esperabas oír. Y no me cansaré de repetírtelas.


    Abrazado al libro de la Sirenita como tantas veces en mi infancia cuando creía que mamá regresaría para terminar de leérmela, ahora también creería que regresarías a mi lado, que estás aquí conmigo, abrazándome mientras yo me aferro a los hermosos sentimientos que me regalaste y de los cuales me dejaste una pequeña pero valiosa parte en este libro que desde ahora sería una de mis más preciadas pertenencias.




    —¡Te amo Usagui! ¡Te amo, te amo, te amo, te amo tanto! —palabras ahogadas en la muy torturante silenciosa habitación fueron derramadas junto con mis lágrimas en medio de la desesperación de que me había quedado completamente solo con memorias que serían borradas con el tiempo y un amor tan intenso como las heridas de mi alma desgarrada al ser tan injustificadamente separada de su otra mitad. Ahora en adelante ya tan solo sería la mitad de uno, y la parte más dolorosa era que en algún momento la vida me obligaría a vivir de esta manera, aun cuando no siento deseos de hacerlo. —Te amo tanto...






    ~.~.~.~.~.~.~.~.~.~








    “Me olvidé de decirte que te prepares para una salida el fin de semana. De todos modos, Shinobu y yo te ayudaremos a empacar. No te preocupes. Ah, no es una pregunta, es una orden.
    Hiroki”




    Y con aquel demandante y extraño mensaje me desperté luego de haberme quedado dormido unas pocas horas en aquel piso tapizado, no recordé al instante, más sin embargo una opresión dolorosa en el pecho me lo recordó como lo haría de ahora en adelante cada vez que me despertara de un sueño para enfrentarme a la realidad.



    Y levantándome con el mayor esfuerzo que había hecho hasta entonces en mi vida me dirigí al baño a tomarme una ducha antes de que llegaran y lo hicieran Shinobu y Hiroki ellos mismos sin pedirme permiso.




    —Luces horrible. —le reproché al espantoso joven de veintitrés años desaliñado y demacrado que me devolvía la mirada en el espejo del baño.



    Nunca hubiera imaginado que existiera algo tan difícil de soportar, aun cuando no puedes hacerlo.


    Jamás se me había cruzado por la mente la sola idea de que algo pudiera ser más difícil y dolerme más que la muerte de mis padres. Y me sentía en cierto grado culpable por atreverme a pensar de esa manera, a sentir de esa manera.


    Hasta el aire me pesa.


    Inhalo y exhalo una vez más el aire que de modo automático recibe mi cuerpo y necesita para moverse, pero siento al mismo tiempo que solo es un estorbo, molesta, pesa, deseo dejar de respirar…. Podría dejar de hacerlo, pero... ¿Qué derechos tengo para ocasionarle más problemas a nii-chan? Él, quien dedicó toda su vida a mi bienestar… y además tengo amigos... ¿Por qué siento que no me importaría qué suceda con ellos si mañana muero? Y por mi hermano, nada más siento una obligación... ¿Por qué? Yo no soy esta clase de persona…


    —Mierda. —cubro mi boca con ambas manos ahogando el lamento y los sollozos que nuevamente caen y no puedo detener. —¡¿Qué me pasa?! —ahogo mis palabras a través de mis manos, y caigo sobre las frías baldosas del baño, sin fuerzas, y humillado por mí mismo ¡¿Cuándo me he convertido en esta clase de persona horrible?! El solo hecho de pensar en quitarme la vida... Y eso no es lo peor, ¿Pensar que no me importan los sentimientos de la gente que me rodea y tanto ha cuidado de mí desde que Usagui se fue, cuando yo ni siquiera entendía si estaba vivo o muerto? Mierda, mierda, mierda...—libero mi boca de mis manos y dejo mis sollozos escapar sin retener nada más en mi patético estado, desnudo en cuerpo y alma, sin nada y con todo el peso del mundo sobre mis hombros...


    —¡¿Cómo?! Y... ¡¿De dónde?!... Cómo es posible sentir tanto... Y seguir respirando... Y de donde sale tanto dolor... ¡¿Cómo puede ser que siga vivo?! ¡NO LO ENTIENDO, MALDITA SEA! Y no quiero entenderlo... No quiero... No quiero entender como sigo vivo sin ti... Te hubiera dicho tantas cosas... Te hubiera besado más veces... Te hubiera abrazado por más tiempo. Aseguré tantas cosas en mi vida, y una de esas era que estaríamos juntos por siempre y ahora que te has ido me he convertido en otra persona, sin rumbo ni dirección, ¿Qué voy a hacer? ¿Acaso importa? Si ahora ni siquiera puedo respirar bien... Ya no... ya no quiero sentir... —cuando las lágrimas se detienen un poco, me acerco hasta la canilla para cerrarla sin hacer esfuerzo por recordar cuando la había abierto y poco tiempo después me meto a la tina la cual rebosaba de agua, concentrado en recuperar el aliento perdido por causa del desesperante llanto que me ha dado una tregua y en hacer que las extremidades de mi cuerpo se muevan me mantuve ocupado unos segundos que me parecieron horas y una vez dentro, me acomodé recostándome... Cerrando mis ojos… Escuchando el breve silencio que habían hecho mis demonios interiores y dedicándome a no pensar, en esforzarme en no pensar y tan solo soportar el peso del vacío en mi pecho para que este no terminara por hundirme en un lugar del que no podría salir jamás...





    ~.~.~.~.~.~.~.~.~.~







    —¿Chibi tan? Vamos, despierta cariño, ya casi es hora de irnos. Podrás dormir nuevamente en el auto ¿Sí? Vamos… Misaki, despierta corazón. —sentía una suave voz conocida me llamaba varias veces despertándome con cuidado al mismo tiempo que acariciaba mis cabellos.


    —¿Ryou? —no era la tan acostumbrada voz de Shinobu que había escuchado despertarme los últimos meses ni los regaños de Hiroki así que lo primero que supuse es que era él. Resultaba un tanto extraño percatarme de un momento a otro, de que era tal como ahora lo veía, Ryou es amigo mío, casi como un hermano pero lo extraño estaba en que no lo había soportado desde el momento en que lo conocí y no aceptaba ni tragaba su presencia en ninguna ocasión. Pero eso cambió luego del casamiento. Mis amigos se habían convertido en los de Usagui y viceversa.


    Era como si despertara de un eterno letargo, pues recordaba poco o casi nada de las últimas semanas, y aunque era poco el tiempo en que nos hicimos cercanos fue lo suficiente como para poder confiar en él, así que debido al tiempo que no lo veía y las circunstancias parecía que solo nos habíamos hecho amigos hace poco tiempo.


    —¿Qué pasa? ¿Dónde estamos? —poco a poco iba reaccionando, ya veo es el departamento de Shinobu. Me incorporé en la cama, sentándome y de paso tallándome un poco los ojos debido al cansancio y el recién despertar.

    —Nos vamos de viaje, estabas...—por un momento desvió su mirada de la mía, y la noté un poco triste.—Te habías quedado dormido…

    —Ahora recuerdo... ¿Y Shinobu? ¿Cómo llegué aquí? Lo último que recuerdo es... Haberme quedado dormido en mi cama luego de haberme dado una ducha. – mentí... ¿Improvisadamente? En seguida me di cuenta de mi tremenda estupidez, podría ser que Ryou supiera lo que había pasado.

    —Sí... — reafirmó no del todo convencido. —Fuimos a buscarte Hiroki, Kaoru y yo. Intentamos despertarte pero Hiroki sugirió que te dejáramos dormir por las malas noches que has pasado, así que Kaoru te cargó y bueno aquí estamos. Hiroki y Shinobu están terminando de empacar tus cosas.


    —Lo siento. — me sentí realmente apenado.


    —¿Eh? No seas tonto... No te preocupes por pequeñeces. Necesitabas descansar. Hey, Hiroki me dijo que decidiste quedarte en el departamento ¿Cómo es eso? ¿Estás seguro? ¿Cómo estás llevándolo, eh?


    —No muy bien.—respondí sinceramente, y sonreí por costumbre, aunque bien sabía a él no podría engañarlo tan fácilmente. —Y sí, estoy seguro. Después de todo es mi hogar… No quiero estar en ninguna otra parte.—y era la verdad, lo más seguro era que al principio no sería fácil, pero... ¿Qué cosa en este mundo lo es? Y aunque fuera en otra parte del mundo o en nuestra casa, al fin y al cabo el dolor no iba a disminuir o a aumentar, no existía manera de que eso ocurriera, ni tampoco iría a extrañarlo menos.


    —Lo entiendo… Hey, ¿Nos vamos? Sólo estábamos esperándote a ti, ¿Puedes caminar?—su rostro era amable y comprensivo, no era como si sintiera que estaba sintiendo lástima de mí era sólo que estaba preocupado al igual que todos los demás.
    El agotamiento era tal, que no me importó por primera vez causarle problemas a nadie, y no me sentía como si los estuviera ocasionando. O tal vez sólo no quería sentir nada, porque de lo contrario lo sentiría todo.


    —Claro. Vamos.














    CONTINUARÁ-------------------------


    Edited by Lady Trifecta - 31/7/2013, 01:01
     
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  11. Sora-Takahashi
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    ... ;A; ... ;A; ;A; :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO:

    Misaki... Usagi... ashfjhlkjfd noooooooooooooooooo al menos no esta solo pero... no, nooooo madeeettaa!! quiero actu ;A; no se por que merda no había leido el anterior, exijo que me etiquetes cada que acualices D: asafhdlj gracias :3 lo amé de cualquier manera *A*
     
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  12. RoseThane
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    solo tengo dos palabras: LLORE. LITERALMENTE,
     
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  13. Musubi-chan
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    :=SHOROO: me rindo ante ti... tu eres simplemente genial... eres la primera en hacerme llorar... :=SHOROO: :=SHOROO: ningun fic me habia hecho llorar si ves por ahi algun comentario que diga que llore es mentira... si senti feo.... pero este es el UNICO fic que me ha hecho llorar sinceramente...por que me haces llorar??? :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO: quiero conti!!!!
    P.D: Sora-Takahashi y tu conti??? ya levas milenios sin actualizar ¬¬ !!!!!
     
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    Desde mi bello Chile, demostrando que no todos los chilenos tienen el peor vocabulario de la américa latina ;)

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    Este capi... sigue siendo uno triste, pero... no sé porqué veo una pequeña lucecita para Misaki.

    Esperaré ansiosa la conti ;)
     
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  15. BlackLady713
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    Lady-sama!!!

    espero con ansias a q continues esta hermosa historia. Me hiciste llorar mucho con ella, simplemente es una bellisima historia
     
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47 replies since 23/10/2012, 02:09   2000 views
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