IN11: El emperador de la oscuridad [KazemaruxEndou][S:FxK] -Cp 16-

Aquella noche todos durmieron como si no hubieran pegado ojo en muchos días. Incluso Rika accedió a dormirse sin protestar al contrario que hacía siempre, molestando hasta altas horas a Touko.

Aquella noche los chicos pudieron olvidarse por fin del cansancio acumulado en sus cuerpos, despertándose a una hora tardía en la que el sol brillaba ya con fuerza en lo alto del firmamento.

Endou se levantó cuando sus padres comían, con el estómago rugiendo y la sensación de haber dormido días y días. Ya estaba listo para jugar al fútbol. Mientras comía, devoraba, el arroz pensó en su amigo Kazemaru y el resto del equipo. Siendo domingo no había colegio, pero podría encontrarlos en la ribera, seguramente estarían esperándoles jugando al fútbol.

Mientras hacia tiempo para la hora a la que todos habían quedado en la ribera estuvo leyendo unos comics que su madre le había comprado en su ausencia. ¡Tenía que ponerse al día con todos! Finalmente dieron las 5 y Endou salió corriendo para no hacer tarde, despidiéndose de sus padres enérgicamente. Estos se miraron y sonrieron, su hijo nunca cambiaría.

En la ribera estaban esperando ya casi todos. Solo faltaban Kabeyama y él, y enseguida llegó su gran amigo de cabello cacerola.

-¡Juguemos al fútbol! –exclamó el capitán corriendo hacia la portería mientras que Tachimukai se asentaba en la contraria.

Todos jugaron con muchas ganas hasta el atardecer. Endou estaba ensimismado en el juego y no percibió que desde las sombras lo miraban atentamente y sin perderse detalles los dos mismos ojos que el día anterior.
-¿Qué observas? –le preguntó una voz grave y colérica.
-Nada que te importe.
El apelado se giró a su interrogador, ambos llevaban una túnica negra que les tapaba el cuerpo y la cabeza.
-Si te descubren ahora no tendremos la entrada triunfal que estamos esperando, idiota –le gruñó el que preguntó cruzándose de brazos y mirando con sus pequeños y negros ojos al espía.
-No me van a descubrir, están demasiado ocupados jugando.
El otro se encogió de hombros.
-Los demás te esperan, capitán.
El muchacho de ojos naranjas asintió y dio la espalda al campo de fútbol, desapareciendo en la lejanía con su otro compañero hasta que les dieran la señal de actuar, no faltaban muchos minutos para que la noche negra engullera la ribera.

El partido había sido exhaustivo pero feliz. No tenían que enfrentarse a ningún otro rival que les hiciera sentirse preocupados. Podían jugar libremente de nuevo. Endou miró a su equipo alegremente.
-¡Genial chicos!
Todos rieron y mientras bebían agua para reponer su reserva hídrica hacían bromas alegremente. Solo Endou se permitió mirar tristemente a la lejanía. Un chico de pelo blanco y ojos turquesas se le acercó en silencio.
-¿Kazemaru? –Endou asintió con la cabeza-. Te entiendo, hecho de menos a Someoka, y el resto del equipo también los extraña.
Endou lo miró un momento.
-Mañana los veremos en clase… creo que es la primera vez que quiero ir al Instituto.
Ambos soltaron una carcajada, pero unos pasos detrás de ellos los pusieron alerta.
-¿Contento de estar de vuelta, Endou? –un grupo de encapuchados salió a su paso y uno de ellos se adelantó sonriendo perversamente en la oscuridad, el nombrado abrió los ojos sorprendido y dio un paso al frente.

-¿Kazemaru? –preguntó sorprendido y feliz, aunque asustado por la capucha que vestía su amigo, porque aquella voz sin duda era suya.
El encapuchado que estaba adelantado al grupo se bajó la capucha, dejando ver su hermoso rostro, la mitad del cual estaba oculto tras su pelo azul plateado, que llevaba suelto salvajemente. Endou abrió la boca, Kazemaru siempre llevaba el pelo recogido en una coleta. Pero sonrió, al final volvía a verlo. El resto del equipo también estaba sorprendido y solo Kidou frunció el ceño preocupado.
-¡Kazemaru! –Endou quiso abrazarle pero este lo apartó sin delicadeza-. ¿Eh?
-No me toques –gruñó el muchacho de largo cabello con ferocidad.
Kazemaru dio un paso atrás y como si fuera una señal todos a una se quitaron las capas. Dejando ver al resto del equipo del antiguo Raimon, con varios compañeros de otros equipos. Todos ellos vestían con un uniforme de fútbol de una sola pieza que más se asemejaba a un traje de buzo, ajustado, azul y negro que formaba el dibujo de una X sobre sus cuerpos, con guantes blancos y unos calcetines del mismo color hasta la rodilla.
-¿Qué ocurre, Kazemaru? ¿Someoka? –Endou fue mirando a sus demás amigos sorprendido, casi todos tenían un aspecto diferente, más salvaje, Kurimatsu llevaba unas patillas largas y horribles.
-¡Someoka! –Fubuki se adelantó del grupo quedando a la altura de Endou y Gouenji, quien al ver sus antiguos compañeros se había sorprendido enormemente.
Los chicos ya no encapuchados los miraban fríamente, sin asomo de cordialidad en sus ojos o labios.
-Los Emperados Oscuros han elegido al Raimon para ser su primer rival y demostrar al mundo su poder derrotando al equipo que ha salvado Japón –Kazemaru torció los labios-. Deberíais sentiros honrados.
-¡Pero qué dices, tronco! –Tsunami, un chico alto de piel oscura y cabello rosado se llevó las manos a la cabeza.
Tachimukai le sonrió forzadamente y le tiró de las mangas para que se contuviera.
-¡Pero, chicos! –exclamó Endou sin entender lo que pasaba.
Ichinose y Domon se miraron sorprendidos y luego dirigieron sus ojos hacia Nishigaki, su amigo de toda la vida que habían vuelto a encontrar en Japón.
-¿Vais a jugar al fútbol o qué? –preguntó rudamente Someoka cruzándose de brazos y mirando con odio al equipo al que había pertenecido con anterioridad. Sus ojos fulminaron a Gouenji y a Fubuki, ambos sintieron un estremecimiento recorriéndoles el cuerpo.
-Igual nos tienen miedo –rió malignamente Honda ladeando la cabeza y siendo respaldado por Matsuno.
-¡Claro que no! ¡Si queréis jugar jugaremos! –exclamó Endou, confundido por la situación pero con firmeza en sus palabras.
El resto del equipo asintió, aunque algunos no entendían tampoco mucho. Rika se llevó las manos a la cadera, aunque seguramente no jugaría aquello no le gustaba demasiado, y tampoco a Touko que tenía sus labios fruncidos en una mueca de desconcierto.
Los jugadores ocuparon sus lugares en el campo de fútbol, las tres gerentes se sentaron en una orilla cuchicheando entre ellos. Al igual que los suplentes. Megane se situó en mitad del campo, él haría de árbitro.
Endou volvió a su portería, estaba cansado del entrenamiento pero no pensaba dejarse meter un solo gol. Miró hacia delante, al puesto que solía ocupar Kazemaru y que en ese momento mantenía Domon.
Kazemaru jugaba de delantero, junto con Someoka. Aquello extrañó a todos, Kazemaru nunca había jugado de delantero, aunque gracias a él habían anotado algún tanto en partidos anteriores.
Una sonrisa perversa apareció en sus rostros cuando Megane silbó indicando el inicio del juego. Gouenji pasó el balón a Fubuki, pero Someoka se interpuso robando el esférico y salió corriendo junto con Kazemaru hacia la meta contraria.

Someoka y Kazemaru se fueron pasando el balón entre ellos hasta que llegaron a la portería, rompiendo sin ningún problema las técnicas de Perfect Tower y The Wall.
Endou tragó saliva, viendo como a lo lejos sus amigos defensas se levantaban del suelo con cara de preocupación.
Kazemaru se paró frente a él un instante y sus miradas se conectaron. Un escalofrío recorrió la piel del portero y se preparó para parar el tiro de Kazemaru.
Este sonrió diabólicamente y con un certero pase le mandó la bola a Someoka, que no perdió tiempo y chutó con gran violencia con su Wyvern Crash.
Fubuki abrió mucho los ojos, había corrido hacia la defensa en cuanto lo pasaron, pero eran demasiado rápidos, no llegaría a tiempo.
Endou se recuperó rápidamente del engaño, y permitiéndose mirar a Kazemaru una vez más comenzó a sacar su Fist of Justice. No le dio tiempo, antes de terminarlo la pelota le dio en el estómago y le arrojó con una mueca de dolor al fondo de la portería.
Megane tembló al indicar el primer tanto para Los Emperadores Oscuros.
Endou se levantó con ayuda de Tsunami y Kabeyama. Tachimukai se había acercado también y lo miraba tristemente.
-Son muy fuertes –suspiró el joven portero suplente que jugaba en el mediocampo.
-Los ganaremos –afirmó Tsunami sonriéndole y poniéndole una mano sobre el hombro.
-Ya veremos –les desafío Kazemaru volviéndose a su posición.
El Raimon recuperó sus posiciones. Sacaban ellos. Gouenji le pasó de nuevo la pelota a Fubuki que se las ingenió para regatear a Someoka con mucho esfuerzo, sin embargo, Handa lo estaba esperando y le quitó el balón.
-Os falta mucho para alcanzarnos –rio el castaño con una mirada siniestra.
Ichinose cerró los puños con fuerza y se lanzó contra él, de forma sorprendente se hizo con el esférico y corrió hacia la meta contraria. Nishigaki le salió al paso y ambos estuvieron en una igualada lucha hasta que el rubio le consiguió alejar la pelota que fue recogida por Yamino y sin dar tiempo a reaccionar al Raimon se acercó a la portería y lanzó con su Dark Tornado a puerta.
Endou volvió a sacar su Fist of Justice y aunque intentó desviar el tiro no lo logró y este volvió a entrar, marcando el segundo gol.
Yamino miró con desprecio a Endou que le devolvió una mirada firme.
Kidou se mordió los labios, eran tan rápidos que no tenían posibilidad alguna. El Raimon luchó con fiereza, pero Los Emperados Oscuros eran muy superiores. Y no se preocupaban de jugar limpio.
Someoka era sin duda el que menos respeto tenía, y un par de veces golpeó a Gouenji con fuerza tirándolo al suelo. También lanzó a Fubuki cuando este quiso interceptarle.
El peliplata cayó pesadamente al suelo y se arrodilló mirando a su amigo con pena y desesperación, ¿por qué había acabado así?
-Sois débiles –le amonestó el chico de corto cabello rosa parándose frente a él-. ¿Ves eso? Es nuestra superioridad.
El juego siguió hasta que Megane indicó el final del partido. El marcador era de 9 a 0 a favor de Los Emperadores Oscuros.
-¡No es justo! –exclamó Kogure limpiándose la tierra de la cara con la mirada llena de furia- ¡Estábamos cansados del entrenamiento!
-¡Eso! –respaldó Tsunami levantándose del suelo y cruzándose de brazos- No podríais con nosotros si estuviéramos frescos.
Las gerentes se miraron.
-Que idiotas son –suspiró Natsumi.
-Esto es horrible –murmuró Aki, y Haruna asintió. Ella también estaba preocupada.
Kazemaru ladeó la cabeza y miró a Endou con intensidad
-¿Acaso pensáis que podéis ganarnos?
-¡Claro que sí! –exclamó el exaltado capitán-. ¡Cuando queráis! ¡Os ganaremos cueste lo que cueste!
Porque tenían que ganar, tenían que ayudar a sus amigos, durante el partido habían demostrado un odio profundo por el fútbol y por sus antiguos compañeros… Justo como la Academia Alius al estar poseída por el meteorito. Kidou lo había comentado durante el descanso, estaba seguro de que estaban influenciados por el mismo.
No podían dejarlos así, acabarían viendo lo mucho que el fútbol podía ofrecerles. Miró el único ojo visible de Kazemaru, naranja y profundo. Tenía que devolverlo a su verdadero ser, tenían que volver al fútbol juntos.