Survival Game

Que dirían si por esas inevitabilidades de la vida, dos personas aburridas juegan con el destino de muchas personas? Si quieren saber lo que acabo de hacer pasen y vean. Todas las parejas de SH Y JR

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  1. Van Phantomhive
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    Las coincidencias no existen, solo lo inevitable
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    En alguna dimensión de algún mundo

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    Todas las parejas y personajes que aparecerán a continuación, salvo dos, son creaciones de Shungiku Nakamura-sensei, lo unico que hice fue imaginar una alocada historia basandome en otra serie y escuchando su tierno opening :3

    Que se puede decir… primero voy a aclarar mi comienzo de despelote de cuento, para que no halla dudas, preguntas, aclaro la idea que pienso escribir. Primero que nada haré un híper abuso de los personajes de sensei.

    Las parejas que estarán dentro de este embrollo literario son todas estas:

    Las parejas oficiales:

    J. Romantica: Akihiko Usami x Misaki Takahashi
    J. Egoist: Nowaki Kusama x Hiroki Kamijou
    J. Terrorist: You Miyagi x Shinobu Takatsuki
    J. Mistake: Kaoru Asahina x Ryuichirou Isaka
    Nostálgicos: Masamune Takano x Ritsu Onodera
    Domésticos: Yoshiyuki Hatori x Chiaki Yoshino
    Eróticos: Kou Yukina x Shouta Kisa
    Trifectos: Zen Kirishima x Takafumi Yokozawa

    Ahora paso a mencionar las parejas faltantes y cuyo apodo los inventé yo, por medio del grupo de rol donde participo y son las que circulan por el mundo virtual de las fans:

    J. Mistery: Kyou Ijuuin x Shizuku Ishi
    J. Antagonistic: Haruhiko Usami x Keiichi Sumi
    J. Illusion: Shinoda Kurosaki x Faustus Fenhoff
    Enigmáticos: Kanade Mino x Yuu Yanase

    Una aclaración, Shinoda aparece en el manga volumen 3 actos 7 y 8 de Junjou Egoist, Faustus Fenhoff es el nombre inventado por su servidora haciendo referencia al amigo australiano de Shinobu Takatsuki que aparece en el tomo 7 en el acto 5 de Junjou Terrorist.

    Ahora la cuestión es… por qué los usaré pues bueno ahora veremos… ah y si se preguntan por qué esos apodos pues eso lo aclararé al final del capitulo.

    Sin más que decir, abramos el nuevo telón donde estas 24 personas interactuarán en mi alocado mundo.












    Capitulo 01: Un juego para matar el aburrimiento.





    El 2012 ha sido caracterizado por el fin del mundo, muchas historias de suicidios y otros hechos desastrosos circulan por internet y todo medio de comunicación posible, al igual que en 1999.

    La gente sucumbe fácilmente a la presión y el estrés cotidiano, los grandes científicos, novelistas, y deportistas suelen cometer errores tanto en su vida privada como laboral y quienes pagan por sus faltas, no solo sus parejas sino que también sus colegas de trabajo.

    En estos días donde la tecnología se renueva día a día gracias a los grandes descubrimientos, todo eso es interesante y fantástico pero dos personas en este mundo se hallaban sumamente aburridas.

    -Hoy también estoy aburrido. –dijo un chico que miraba inexpresivo a una pantalla de computadora.

    -No te quejes que somos dos. –repliqué, si yo también participo en esta historia, aunque no del todo.

    -¿No se te ocurre algo? –preguntó mi amigo con malicia.

    -Se nota que me conoces. –respondí con una sonrisa en la cara.

    -Haber… ¿qué tenes en mente esta vez? Porque te recuerdo que tu último juego se terminó antes de tiempo.

    -No te preocupes que este va a durar un poco más que los otros.

    -Bien contame, ya picaste mi curiosidad.

    Después de unos minutos, la cara de mi amigo se curvó en una sonrisa y sus ojos se iluminaron de la emoción. Ambos nos miramos divertidos y fue cuando me preguntó:

    -¿Ya tienes a los jugadores?

    -Pues claro, son todos ellos. –dije mostrándole un documento donde se exhibían los perfiles de las personas en cuestión, Hat, a si se llama él, revisó todo y empezó a reírse a carajadas limpias exclamando.

    -¡Son perfectos! ¡Y lo mejor es que de algún modo todos están conectados! ¡Te luciste! –mientras me abrazaba fuertemente compartiendo su alegría.

    -Muy bien, ya que estamos de acuerdo… -sonreí al igual que él.

    -Sí, es hora. –secundó manteniendo su cara alegre.

    -EL JUEGO HA EMPEZADO. –dijimos al unísono, mientras nos metíamos al sistema para arreglar los detalles.


    En algún lugar, muy lejos de donde nosotros maquinábamos nuestro plan, bajo las atribulaciones y los movimientos febriles de la ciudad de Tokyo, un grupo de personas iniciaban su jornada, sea laboral o estudiantil.

    En una de las residencias de lujo, donde para vivir en ella hay que poseer una buena fuente de ingresos, el joven universitario de 22 años, Takahashi Misaki estaba ultimando sus cosas para disponerse una vez más, dirigirse a la universidad como toda persona normal.

    Toda esa “normalidad” fue irrumpida por el azote de una puerta de la segunda planta y de ella salió un fuerte aire de tensión junto con la magnificencia y el estoicismo del afamado novelista Usami Akihiko. Su inquilino lo miraba con una expresión sorprendida, mientras el otro descendía por las escaleras, el joven suspiró porque ya sabía lo que venía a continuación.

    -Misaki, te llevo.

    -No hace falta, ¿terminaste con tu manuscrito? –preguntó escudriñando el perfil del casero.

    -Si lo hice, y ahora quiero recargarme de Misaki. –comentó abrazando al castaño.

    -Usagi-san voy a llegar tarde. –se quejó.

    -Nada de eso, llegaras muy puntual. –susurró esa ultima palabra con un tono lascivo y le mordió el lóbulo, arrancándole un jadeo al joven.

    -Usagi-san déjame, voy a llegar tarde. –repitió forcejeando.

    -Sí, sí después de mi recarga. –dijo el escritor iniciando una nueva jornada para tan carismática e inusual pareja.


    Mientras en otro sitio para las mismas horas, en el edificio donde el escritor publicaba sus obras, en un departamento distinto al de literatura, un grupo de hombres discutían de forma civilizada… o sea a los cuatro vientos.

    -Maldito seas Takano, ¿por qué demonios pediste 10000 copias de Morimoto-sensei? –reclamó Yokozawa Takafumi, as de ventas de la editorial Marukawa Shoten.

    -¿Por qué? Por si no te fijaste en los últimos meses triplicó sus ventas. –respondió el editor en jefe de Emerald, Takano Masamune.

    -¡Eso lo sé pero aun así es demasiado, idiota!

    -Idiota serás tú, es más eran mas pedidos pero tuve que aceptar esto.

    -¿Quién lo decidió? –vociferó controlando el tono y bajando unos decibeles.

    -Adivina. –contestó con un tono normal y agotado.

    Durante toda la discusión, los demás editores que componen el equipo escucharon con un semblante resignado y normal.

    En ese instante todos pensaron en un solo nombre, el tejedor de los grandes éxitos y futuro dueño del establecimiento.

    -Isaka Ryuichirou.

    Y cabe decir que esta persona es un gran estratega en lo que negocios se refiere, pero tengamos en cuenta que la genialidad de este caballero también se debe a la presencia impasible y silenciosa pero sobretodo recta del brillante y mano derecha del director ejecutivo, Asahina Kaoru.

    Ahora nos damos cuenta del por qué Marukawa tiene grandes sumandos, gracias al control de uno y de la manipulación del otro.

    Todos ahogándose en una paciencia infinita suspiraron y Yokozawa relajó el semblante sin dejar de decir:

    -Si ha sido él, entonces mucho no podemos hacer, debe confiar que las ventas vallan bien… pero si algo termina mal… Takano serás el primero en morir por aceptar esa suma. –dijo molesto el vendedor con cara de pocos amigos y retirándose de la oficina doncella.

    En el mismo edificio pero en el sector ejecutivo, el director estornudó sin razón aparente llamando la atención de su secretario.

    -Ryuichirou-sama, ¿se siente bien?

    -Sí, no te preocupes Asahina, debe haber alguien hablando mal de mí. –dijo restándole importancia.

    La expresión del secretario demostraba la incredulidad y sorpresa por tan extraño comentario, el otro la percibió y comentó:

    -No me mires así.

    -Lo miro porque en parte debe tener razón. –dijo enfocando su vista en los papeles con semblante serio.

    -¿A qué te refieres? –espetó molesto.

    -A que se comporta de manera infantil, y le recuerdo que debe bajar los pies de la mesa. –lo retó mientras tomaba ambas piernas del castaño y las empujaba al suelo.

    -No sé por qué te molesta si estoy en mi oficina. –comentó desganado.

    -No es que moleste o no, simplemente no se ve bien, Ryuichirou-sama.

    -Entonces si lo hago en casa no te molestaría ¿no? –preguntó en tono de broma.

    -No pero debe cuidar su vestimenta. –respondió sin despegar la vista de los papeles que mostraban el itinerario a seguir.

    -¿Por qué?

    Al escuchar la pregunta depositó las hojas sobre el escritorio del ejecutivo y se acercó a dejando como una distancia considerable unos dos o tres centímetros de la boca de este.

    -Porque… pensaré que me está seduciendo Ryuichirou-sama.

    Esa respuesta generó el sonrojo del mencionado y logrado eso ambos hombres volvieron a su rutina de siempre, nada mas que uno sonrojado y el otro manteniendo su cara tranquila de siempre.


    En otro sector del edificio, cerca de la sección de manga shoujo, un trio de hombres tenían su propia batalla campal, mas bien era como poder persuadir a uno que siga con su trabajo con el poder de sugestión de los otros dos. Dichos participantes son, el mangaka shounen más vendido de la editorial: Ijuuin Kyou y los editores a cargo de la sección shounen, el editor de Ijuuin: Ishi Shizuku y el editor en jefe de la división Japun: Kirishima Zen.

    -Vamos Ijuuin-sensei, solo son unas paginas más. No ve que sus lectores esperan. –dijo cansino Kirishima, con tener que lidiar por millonésima vez aquel suplicio mensual.

    -Te dije que no puedo y es un no puedo. –replicó el mencionado sosteniéndose la cabeza harto de dibujar el limpio del storyboard.

    -Sensei, usted sabe que eso es mentira y que su manga es bien vendido, así que póngase a dibujar como se debe. –comentó Shizuku con un semblante frío y calmado.

    -Esas son puras mentiras.

    -No lo son, y además si no lo hace todos creeremos que es un irresponsable, incluyendo sus fans. –comentó el editor con desdén.

    Ese afilado comentario, hizo detener las rabietas del dibujante por un rato y con un aire mas tranquilo, vieron que el hombre tomaba la pluma y esbozaba los dibujos que tanto habían implorado desde hace unos diez minutos.

    Kirishima con su aire calmado se alejó del mangaka, Shizuku lo siguió por detrás, ambos hombres cruzaron palabras.

    -Shizuku me alegro que sepas lidiar con la personalidad incorregible de Ijuuin-sensei.

    -Kirishima-san, sabe que todo es posible de corregir si uno le pone empeño. –replicó el joven.

    -Pues eso es verdad, pero debo decir que tienes un don que no muchos poseen. –comentó el editor en jefe retirándose a su oficina.

    El joven colega le siguió preguntándole cual era ese supuesto don. A lo que el superior respondió:

    -Saber como sugestionar a la gente… ten cuidado porque ese hombre también tiene ese mismo toque y quien sabe… cuando este más presentable sea tú quien caigas en una charla trivial. –dijo divertido.

    El menor lo meditó por unos momentos las palabras dichas y dijo serio:

    -Las palabras son armas de doble filo, depende de cada quien como las debe usar y déjeme decirle que usted sabe darles un buen uso a ellas.

    Dicho y hecho ambos editores con sus respectivas excentricidades volvieron a enfocarse nuevamente en aquel trabajo que consumía parte de su vida social más no sentimental.


    Lejos de la alocada editorial, más bien pisando los terrenos estudiantiles, un joven rubio buscaba un nombre en una de las librerías famosas de la concurrida ciudad japonesa: Marimo’s Books

    -¿Dónde estará? –dijo escudriñando los títulos de varios libros que le costaba leer, aun el idioma no se le hacía del todo familiar pero la escritura le resultaba sencillamente imposible. –Debí haberle pedido que me lo comprara… -suspiró sin poder entender los kanjis del titulo.

    Uno de los ayudantes del local, un joven de agraciada belleza, mirada dulce y una sonrisa perfecta se acercó al otro chico, auxiliándolo.

    -Disculpe, ¿necesita ayuda?

    Al verlo le sorprendió y por un segundo creyó que era su amigo que había realizado en Australia pero pronto cayó en el error de que el joven era más alto y los ojos eran de una tonalidad acaramelada.

    -Eh… si… necesito este libro. –dijo pasándole el nombre de lo que buscaba pero con la escritura inglesa, para el joven ayudante lo miró por unos minutos y luego sonrió hacia el cliente.

    -Sígame por favor. –lo invitó el chico que claramente parecían de la misma edad y para sacarse la duda preguntó.

    -Disculpe, ¿Cuánto años tiene?

    -Tengo 22, ¿parezco mayor?

    -No, no, es que me da la impresión que usted no es japonés.

    -Pues lamento contradecirle pero lo soy. Espero que no se ofenda con mi comentario pero usted es extranjero, ¿verdad?

    -Sí… vengo de Australia. –entonó lo más fluidamente el joven.

    -Ah ya veo… -una vez dentro de la sección que rezaba el objeto buscado, el vendedor buscó uno de los libros y se lo alcanzó al extranjero. –Aquí tiene.

    -Gracias… perdone mi atrevimiento, pero ¿puedo preguntar su nombre?

    -Yukina Kou, nací en Hokkaido. –dijo sonriente el vendedor.

    -Gracias por ayudarme Yukina-san, me llamo Faustus Fenhoff. –dijo el extranjero correspondiendo el saludo de manera cortes.

    -No es nada, y déjeme decirle que la persona que le esté ayudando con su japonés, es una buena persona… aunque debería ayudarle con la lectura de los kanjis. –comentó preocupado por el extranjero.

    -Él me enseña bien… el problema es que tiene poco tiempo. –alegó el chico un tanto apenado.

    -Comprendo pero aun así aprenderá rápido, así que esfuércese Fenhoff-san.

    -Gracias… amm… debo irme.

    -Claro y vuelva pronto.

    Una vez que ambos rubios se separaron, Yukina tecleó un mensaje de texto a su pareja, Kisa Shouta, uno de los editores doncella del departamento Emerald. Al ver que su mensaje se envió correctamente, sonrió y continuó con su trabajo.

    No pasó mucho tiempo para recibir una respuesta del destinatario y el mensaje rezaba lo siguiente:

    “Yukina… de parecer lo pareces y esta bueno que te confundieran pero te recuerdo una cosa… ESTOY TRABAJANDO”

    La sonrisa se ensanchó mas de lo que estaban y respondió con un dejo de disculpa.

    “Perdóname por interrumpirte, tendré mas cuidado. Hoy te espero en mi casa, tengo un nuevo platillo para que pruebes, me enseñó mi amiga de siempre.

    Te quiero Shouta-san”

    Una vez que el mensaje se envió, no pasó ni cinco minutos y una respuesta corta y concisa llegó por par de Kisa.

    “DEJA DE LLAMARME POR MI NOMBRE”

    El rubio suspiró por el hecho de que el mayor no terminaba de asimilar que lo llamara por el nombre de pila, resignado a su suerte, volvió a recoger un pilón de libros y fue a acomodarlos a su sección correspondiente.

    Media hora más tarde su celular, vibró y viendo el mensaje, una sonrisa luminosa se formó en el rostro y con ello nuevas energías para seguir con su trabajo, solo por esta corta oración:

    “Iré esta noche, si salgo temprano te esperaré”

    El texto era corto pero la pantalla mostraba que había más contenido y deslizando el texto halló las tres palabras que menos esperaba.

    “Te quiero… Kou.”

    Tiernos comienzos si los hay, pero para el mayor de los editores doncella demostraba que nuevamente el primer amor es y no es similar al universo ficticio, aunque para los 31 años que lleva vividos eso dejaba mucho que desear y señalaban que era tan inexperto como un joven adolescente ante su primer beso.

    Continuando con el extenuante relato, vemos a nuestro amigo australiano saliendo con libro en manos y cerca de ahí estaba un hombre de aproximadamente 35 años lo esperaba en la entrada.

    -¿Lo conseguiste?

    -Si, pero…

    -¿Pero?

    -Pensé que no vendrías.

    -Tengo tiempo y por lo que veo no era necesario que viniera.

    -¿Por qué lo dices?

    -Porque siempre habrá alguien para ayudarte.

    -Puede ser… aunque yo… quiero que Shinoda-san me ayude.

    El mencionado se sorprendió por la confesión del extranjero y tras un suspiro le palmeó el hombro, susurrándole en el oído.

    -Te ayudaré cuantas veces quieras, por dentro y por fuera.

    El extranjero se sonrojó y tuvo que recalcular sus planes de estudio, al parecer su pareja lo iba tener bien ocupado lo que quedaba del día.

    Ustedes dirán que algunos estudiantes por sus embarazosas razones no llegan asistir a clases pero hay otros que llegan a tiempo y más aun a cierta clase de literatura a cargo de uno de los exigentes y tiranos profesores de la Universidad Mitsuhashi, Kamijou Hiroki.

    Hiroki enseñaba en la clase donde Misaki asistía y que afortunadamente llegó sobre la hora, no gracias a su casero pero estaba tan agotado de la actividad matutina que aun no recuperaba la fuerza para agarrar el lápiz y tomar nota a lo que el docente dictaba. Su compañero de banco, Sumi Keiichi lo miraba de reojo y sonreía por la habitual escena.

    -¿Cansado?

    -Sí…

    -Usami-sensei es demandante.

    -Como no tienes idea. –respondió sin pensar el otro.

    -Bueno no es de extrañar si es alguien insaciable. –comentó divertido al ver que su amigo se sonrojaba por lo dicho y comentado.

    En eso una tiza pasó volando cerca de ambos rostros y con un semblante de los más relajado miraron al frente, escuchando la amenazadora voz del profesor.

    -Si tienen algo que decir salgan afuera, si no es así cierren la boca por favor.

    Los dos jóvenes queriendo no presionar más el botón de la bomba decidieron continuar con las clases por la paz, suspirando por la mala suerte de tocarle semejante personaje como profesor.

    Y todos estamos de acuerdo que entre los estudiantes tienen sus predilectos y entre ellos se hallaba el jefe y colega de Hiroki, Miyagi You que en este momento tenía que lidiar con una pequeña sorpresita.

    -¿Qué tal esta? –preguntó un joven rubio de mirada grisácea y de desafiante postura aunque el tono rosado de las mejillas aplacaban parte de la misma.

    Su interlocutor lo miraba con paciencia y en parte con comprensión ya que sabía que la cocina no era el punto fuerte de su querido terrorista e hijo del director de la escuela, Takatsuki Shinobu.

    -Estas mejorando, a diferencia de tus inicios ahora tiene más sabor. –respondió Miyagi degustando los repollos semi-quemados del joven, pensando para sus adentros que si no se había muerto hasta ahora entonces viviría eternamente.

    El elogio avergonzó al estudiante que tomaba sus cosas rápidamente mientras fulminaba con la mirada al profesor.

    -Me tengo que ir ahora, espero que lo termines y si no lo haces lo sabré. –amenazó sutilmente con esa mirada de superioridad absoluta dejando a su amado con la palabra en la boca y un dejo de resignación y sumisión absoluta.

    Una vez que el chico se escabulló para volver a clases, Miyagi miró su plato y dijo para el aire.

    -Ante este terrorista, admito mi derrota.

    Luego de eso volvió a comer rezando a todos los ángeles y demonios que su cuerpo sobreviviera una vez más las inclemencias culinarias del chico.

    No mu lejos de donde se hallaba el Terrorista, el director y padre del joven estaba enseñando las históricas instalaciones a un hombre de treinta y cuatro años. Dicho hombre vestía un traje gris oscuro y una corbata violeta oscuro, la cabellera negra caía con cierta elegancia por el rostro, dándole un aire de solemnidad y seriedad. Aunque esto ultimo era resaltado por los marcos negros de los anteojos que descansaban sobre el rostro, camuflando en parte a los ojos negros del sujeto.

    -Usami-sama, de por sí nos halaga su presencia en el establecimiento pero a ¿qué debemos el honor? –preguntó el director Takatsuki.

    -Deseo construir una extensión. –dijo simplemente Haruhiko, sorprendiendo a su interlocutor.

    -Eso es maravilloso…. Y ¿sobre qué será?

    -Una parte de ella será extender el área del invernadero para poder instalar aguas termales bajo diferentes estados climáticos ya que los resultados de las investigaciones que provino de su universidad, llamando la atención de las compañías farmacéuticas. Y por otro lado, escuché que esta universidad tiene un excelente departamento de economía, por lo que desearía innovar los equipos para que los alumnos tengan mejor desarrollo sobre el mundo actual. –explicó el azabache escudriñando el verde campo de atletismo.

    El mayor no podía estar mas orgulloso de los estudiantes que albergaba pero algo le llamó la atención, más bien curiosidad y con cautela habló.

    -Todas sus ideas son excelente Usami-sama pero tengo una pregunta. –Al ver que el mencionado tenía su atención prosiguió. -¿Qué lo lleva a auspiciar todo lo mencionado?

    En el semblante del arquitecto demostraba sorpresa más no se vio reflejada en sus facciones. Meditando unos minutos la pregunta, finalmente respondió.

    -Tengo dos motivos que me impulsan.

    -¿Cuáles? –aventuró el director.

    -Son confidenciales y personales. –susurró eso ultimo sin que el otro escuchase.

    -Entiendo… y ¿Cuándo daría inicio al proyecto?

    -Posiblemente la próxima semana, de todas maneras ya vi todo lo que deseaba, gracias por su tiempo. –dijo el empresario con una leve reverencia.

    -Gracias a usted por invertir su tiempo en nuestra universidad. –reverenció rápidamente el director Takatsuki.

    Una vez que ambos adultos se separaron, Haruhiko pensó para sus adentros que esta idea era mejor de lo que pensaba ya que tendría tiempo para admirar al joven que tanto quiere y de paso podría provocar celos a la persona que no soportaba en esta vida.

    Dejando de lado la maquiavélica mente del joven arquitecto, vemos que en un estudio de un departamento hogareño se hallaba un grupo de personas lidiando, por no decir luchando, con los detalles del storyboard de la mangaka sensación de Emerald: Yoshikawa Chiharu-sensei o mejor dicho… con el storyboard del lindo y medio atolondrado mangaka, Yoshino Chiaki.

    -Chiaki, ¿cómo vas con la hoja 30? –preguntó un joven castaño cobrizo de la edad del mencionado.

    -Casi terminando, Yuu. –respondió moviendo velozmente el pincel.

    Yanase Yuu, como el mundo sabe es el asistente de tan peculiar mangaka, y en el fondo aun alberga sentimientos por su amigo pero también existía otro corazón que quería entrar en el suyo; ese era del joven de la eterna sonrisa enigmática del equipo doncella, Mino Kanade.

    Y la ironía del destino se hacía cumplir porque apenas Chiaki terminó de responder, la presencia de Hatori Yoshiyuki se hizo notar con una expresión de pocos amigos y con cansancio dijo:

    -¿Cómo van?

    -Bien, faltan dos páginas y terminamos. –respondió Yanase antes que el mangaka, cosa que no agradó del todo al editor.

    -Bien, entonces apúrense porque al menos por una vez lo entregaremos a tiempo. –suspiró sentándose en una de los bancos para verificar lo realizado y que no faltase ningún tono o fondo.

    Después de sufrir una hora más de arduo trabajo, todo el equipo del dibujante descansaba sobre sus pupitres festejando la finalización temprana del manuscrito.

    -No doy más… -se quejó Yoshino.

    -Al menos lo terminaste con tiempo. –alegó Tori.

    En eso Yuu se levanta del asiento con su bolso lleno de artículos de dibujos.

    -¿Ya te vas? –preguntó Chiaki.

    -Sí, tengo que ayudar a Ichinose-sensei. –dijo mirándolo con un dejo de dulzura.

    Un juego de miradas se cruzaron en la línea de fuego, azules contra pardo; finalmente los ojos del asistente se desviaron para recoger sus cosas y salir de aquella habitación no sin antes decir:

    -Llámame cuando quieras, Chiaki.

    Un incomodo silenció reinó dentro del estudio y fue roto por el bello tono del mangaka.

    -Tengo hambre…

    Las asistentes y el editor lo miraron sin decir nada y tras reconocer la escena cliché, una risotada sonó aunque Hatori mantuvo la seriedad pero se podría vislumbrar una sutil sonrisa en el rostro. Dentro de la casa de Chiaki comenzó un nuevo movimiento donde el dibujante descansaba sobre su escritorio, mientras las asistentes recogían sus pertenencias y limpiaban el desastre de la mesa y del hogar, a su vez Hatori iba a la cocina y se disponía a cocinar; nuevamente retomando la típica rutina diaria.

    Lejos de ahí, cerca de la estación, el joven asistente iba con un andar cansino pensando sobre las miradas recelosas del editor y anhelosas por parte de su amigo, hasta que la vibración del celular interrumpió sus pensamientos imposibles de concebir.

    El mensaje de texto dictaba lo siguiente:

    “Buenos días o noches Yanase-san, porque supongo que no habrá dormido nada, espero que la oferta del otro día la halla reconsiderado, y estaré dichoso de ayudarlo; lo esperaré en mi casa a la hora cordada… Quiero verlo.

    Mino Kanade.”

    Las mejillas del destinatario se tiñeron de un tono rosado y cerró el celular sin responder, no hace mucho que su alma se abrió a la posibilidad de ser independiente de sus tormentos pero lo que no supo es que esa oportunidad provocó que una vez más sus abatidos sentimientos florecieran. Ese fue el amor enigmático que surgió entre estos jóvenes.

    Cerca de la estación de tren que el futuro dibujante pensaba abordar, se hallaba la prominente institución de salud más grande de la ciudad: el Hospital General de Tokyo, donde albergaba todas las especialidades y a su vez era un hospital escuela para los nuevos residentes.

    Uno de ellos, no tan nuevo, estaba dichoso y feliz porque hoy terminaba temprano su turno pero su salida estaba siendo impedida por un grupo de infantes que se colgaban de donde podían para frenar lo inevitable. Cabe decir que Kusama Nowaki era y es bastante querido por los pacientes sean niños o adultos; otro pediatra de caballera castaña clara, se aproximó a su colega y se colgó del cuello de este canturreando.

    -Kusama-sensei es mío.

    -Tsumori-sensei suéltelo. –chilló una niña.

    -No quiero, además ustedes son lo que deben soltarlo. –replicó el pediatra.

    -¡¿Eh?! ¡¿Por qué?! –corearon el mar de infantes.

    -Porque Kusama-sensei debe irse a su casa. –respondió sonriente.

    -¿Eso es cierto, sensei? –preguntó un niño mirando a Nowaki con un puchero al igual que el resto.

    -Es cierto. –respondió y las miradas de los pequeños se entristecieron. –Pero vendré mañana a la noche. –la noticia alegró al grupo que lo soltó de su diminuto agarre.

    Devuelto a la libertad de movimientos comentó a su superior:

    -Gracias Tsumori-sempai.

    -No hace falta. –dijo sonriente el pediatra. –Además todo lo que hago es para que puedas reunirte con Kamijou-kun.

    Nowaki se sonrojó ilusionado por lo dicho por el su colega pero pronto se le fue la alegría tras otro comentario de Tsumori.

    -Recuerda saludar a Kamijou-kun de mi parte y que venga a visitarnos, hace mucho que no viene, lo extraño tanto~

    -Sempai, dudo mucho que Hiro-san venga. –replicó con los ojos azules como el hielo.

    -¿Por qué? –replicó desanimado.

    -Porque esta ocupado. –dijo cortante y agarrando su bolsa para salir.

    -Igual salúdalo y dile que la próxima vez lo invito un café.

    -Nos vemos, sempai. –se despidió el joven fulminándolo con la mirada a pesar de que poseía una gran y amorosa sonrisa.



    Lo que no sabían todo este grupo es que eran vigilados por dos personas que habían ultimado los detalles y estaban más que listos para iniciar la siguiente fase de sus alocados y estridentes planes.

    -¿Terminaste Hat? –pregunté a mi amado amigo.

    -Sí, ya esta todo. ¿Cuándo empezamos?

    -Ahora. –respondí sonriente y abrazándolo por el cuello, mirando como las teclas se movían y la pantalla corroboraba el correcto envío de los mensajes.

    -Hecho, ¿ellos vendrán?

    -Si lo escribimos como se supone, vendrán de seguro. –confirmé.

    Mirando la pantalla vemos que los veinte y cuatro recibieron al mismo tiempo un mensaje, a muchos se les iluminaron el rostro, a otros les pareció extraño y algunos pocos lo tomaron con una calma resignada pero absolutamente todos ellos cambiaron el rumbo y se dirigían hacia donde lo habíamos citado.

    -Esto se puso bueno. –dije observando a los sujetos en cuestión viajando por tren, por auto y por autobús.

    -Mientras ellos vienen para acá, ¿nos vamos a cambiar? –preguntó divertido Hat.

    -Claro y de paso podremos usar esos trajes que hace mucho hicimos. –respondí susurrándole en el oído.

    Esa respuesta alegró a mi dulce amigo que luego se puso de pie y tomándome de la cintura canturreó:

    -El show ha iniciado.


    Sin embargo, mientras nosotros danzábamos de un lado para otro, había un chico que esperaba a las afueras de un hotel lujoso con el entrecejo fruncido.

    -Ese estúpido de Usagi-san, para qué demonios me hizo venir hasta acá. –dijo Misaki enojado, ya que el mensaje lo había llevado hasta el hotel Teito.

    Después de unos minutos, un segundo mensaje llegó y decía que lo esperara dentro de una habitación, 901 para ser más específicos, el universitario suspirando se fue para allá por medio de uno de los ascensores.

    En la habitación 543, el joven Terrorista esperaba impacientemente a su pareja.

    -Espero que no halla sido una broma de Miyagi porque o sino lo lamentara. –dijo Shinobu escudriñando la bella decoración, cortinado blanco por los ventanales, paredes violetas acompañado por el mueblado de madera de roble pulido y lustrado.

    Un mensaje de texto y un estornudo hizo reaccionar al decano literato, cuyo mensaje del menor amenazaba y ordenaba que fuese a la habitación donde lo esperaba ya que sino lo hacía, habría serias consecuencias… muy serias…. Para su estomago.

    -No hace falta deducir quien hablaba mal de mí. –bufó desganado Miyagi.

    Aunque en eso se equivocaba porque quien maldecía su presencia, esperaba en la habitación 740 y era alguien peor que el Terrorista, cuyo nombre y apellido proclamaba un honorifico superior, el Todo Poderoso y Francotirador de la Universidad Mitsuhashi, Kamijou Hiroki-sensei que bufaba y caminaba de un lado para otro por tan extraña invitación.

    -Ese Miyagi-sensei… hacerme venir acá para una reunión entre colegas y hasta ahora ninguno ha llegado… lo mataré.

    En contraposición el joven pediatra caminaba con un ramo de flores, ansioso por celebrar con su amado demonio el ascenso que obtuvo hace unos días atrás.

    En la habitación 816, dos personas estaban ahí, una mas extrañada que la otra pero esperando a la llegada del Director Ejecutivo de Marukawa Shoten.

    -Tori… ¿Cuánto más tendremos que esperar?

    -Lo que haga falta, sabes bien que Isaka-san es de tardarse. –contestó Hatori a Chiaki que aburrido se recostó en la cama y miraba por el gran ventanal el exterior, donde el mundo seguía girando y él aburriéndose como un hongo en aquel hotel.

    -Ojala no halla sido una broma. –suspiró cansino el dibujante.

    -Eso espero. –dijo el editor meditando en lo mismo.

    No era una broma del todo porque el mencionado director esperaba siete pisos debajo a su secretario que lo había citado con una charla con su padre.

    -Ese tonto de Asahina… hacerme venir por orden de mi padre… cuando estemos a solas… me las pagará.

    Por otro lado Asahina caminaba sin ganas al cuarto 149 donde su señor lo citó por una charla sobre negocios y que estaría parte de la presidencia, o sea que el padre de Isaka estaría y que este había pedido que estuviese en tal reunión, por lo que entre suspiros y componiendo un semblante profesional se dejó llevar a dicho sitio.

    En la habitación 246 el silencio reinaba y no es porque las dos personas que lo habitaban no estuvieran, sino porque estaban bajo el poder de concentración que un juego como el ajedrez requería.

    -Usami-san… ¿qué hará? –preguntó Keiichi acorralando en una posible jugada de jaque mate.

    -Muchas cosas. –respondió Haruhiko seriamente evadiendo el final.

    -¿Cómo cuales? –preguntó en tono juguetón.

    La mirada del arquitecto se desvió del tablero, mirando intensamente al joven que le sostuvo la mirada.

    -¿Quieres saber? –Contra-preguntó con un tono más suave.

    Tanto uno como otro sabía que no hacia falta responder pero manteniendo la educación, Keiichi derribó otro caballo y comentó

    -Después de derrotarte.

    -Ya veremos. –contratacó desafiante y tomando la torre blanca del menor.

    En el mismo piso pero unos cuartos arriba, en el cuarto 287, Yokozawa Takafumi observaba molesto todo el mueblado de la habitación porque sentía como una si tuviera un dejavú. Sus recuerdos fueron opacados por el vibrato del móvil y un leve tono rosado apareció en las mejillas al leer la misiva.

    “Tardaré unos minutos más, quería comprar algunas cosas para la cena.

    Kirishima”

    -Que cena ni que nada, si no es de noche maldición. –bufó nervioso y alterado el as de ventas ante la peculiar oración del estoico editor en jefe de la división shounen.

    Un piso más arriba y 10 cuartos del vendedor, o sea 397, Yuu dormía plácidamente sobre la cama ya que el esperar a Mino le ha producido sueño y la falta de este se lo ha cobrado al hundirse en la inconciencia, sin saber que dicha persona lo contemplaba y velaba por su soñar.

    -Tiempo al tiempo. –dijo Kanade sentándose al lado y corrigiendo algunos manuscritos.

    En otro lado y en un cuarto de numeración especial: 666, el cuerpo de Ijuuin Kyou caía pesadamente sobre la cama y su editor observaba extrañado el sitio ya que no recordaba que ese día el dibujante tuviese una entrevista de una televisora.

    Ijuuin se acomodó para estar más cómodo siendo analizado por la atenta mirada de Shizuku.

    -Y pensar que cuando duerme, sus facciones se suavizan sensei… que diría el mundo sobre esto. –comentó al durmiente sentándose al lado de la cama.

    En la planta baja y en el cuarto 056, el extranjero Faustus Fenhoff estudiaba con devoción la escritura bajo la tutela de su pareja.

    -Así no es… se escribe de este modo. –resaltó Shinoda y rescribiendo el kanji correcto, bajo una postura muy sugerente poniendo nervioso al joven.

    -E-Es imposible, no aprenderé. –soltó cansado.

    -Aprenderás y te lo enseñaré todas las veces que sean necesarias. –dijo revolviéndole la cabellera alterando los nervios del otro.

    -¿En serio?

    -Sí… todas las veces que haga falta. –aseguró con un tono sensual y poniendo en aprietos al rubio.

    Sin ir más lejos, en el cuarto 077 se libraba una batalla digna de un Coliseo romano.

    -¡Ya te dije que no fui yo! –gritó Onodera Ritsu a su jefe.

    -¡Claro que sí! –contratacó Takano enseñándole la pantalla del aparato.

    Ritsu lo miró por unos segundos y dijo:

    -No fui yo, no escribí eso.

    -Que si li hiciste porque este es tu numero.

    -Te repito que no. –dijo renuente a tan absurda misiva.

    -¿Por qué eres tan terco?

    -Por qué será. –espetó dándole la espalda.

    Una situación diferente transcurre en el cuarto 439, una pareja muy apasionada profesaba su amor con besos y caricias.

    -Y-Yukina… -llamó el sonrojado editor doncella.

    El mencionado hizo caso omiso al llamado y continuó repartiendo besos por el cuello de este.

    -Yukina mnn… -llamó jadeante pero la respuesta del otro no hubo, como los toques seguían siendo sutiles y cálidos, Kisa probó llamarlo una vez más. –K-Kou…

    -Dime… Shouta-san… -dijo seductoramente el universitario.

    -Hazlo… -pidió muerto de la pena y sonrojado a más no poder, maravillándose con el rostro y con toda la constitución física de Yukina.

    Sin hacerse esperar y sonriéndole, intensificó el juego de caricias sin siquiera preguntarse por la extraña citación enviado por el otro y confiando en el otro lo que hacía y dejaba de hacer.

    Todo iba bien hasta que en el momento que entraron los que faltaban, los televisores se activaron automáticamente mostrándoles una persona en la pantalla que los saludaba alegremente.

    -Buenas tardes, o noches para algunos. –dijo un joven de cabellos castaños oscuros y de ojos del mismo color vestido con un traje verde oscuro, casi llegando al negro, acompañado con un sombrero de copa haciendo juego al conjunto donde en la punta se veía la carta del as de picas.

    Todos los presentes miraron extrañados al sujeto de la pantalla, provocándole una risa divertida.

    -No me miren así y despierten a los que duermen por favor, odio repetir mensajes. –continuó hablando el joven que para la mayoría se le hacía conocido por las vestimentas que usaba.

    -Usagi-san… -dijo Misaki.

    -Esa persona… -dijeron Kisa y Shizuku confundidos.

    -Sí… -comentó Miyagi sorprendido.

    -¿El Sombrero Loco? –dijeron loa 24 al unísono, haciendo reír sonoramente al joven castaño y disfrazado como el personaje del cuento de Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas.

    -Ja ja, Hat sos un ídolo de multitudes. –dije apareciendo al lado de mi amigo con una sonrisa en la cara y disfrazada como otro de los personajes de Alicia.

    -¿La Reina de Corazones? –entonaron confundidos, fijándose en mi vestimentas de realeza rojas de pies a cabeza, con una tiara de corazones que decoraban mis cabellos castaños oscuros. Para los presentes ver a Hat y a mí se le hacía extraño porque ambos teníamos las mismas facciones y los mismos colores de ojos pero claramente no somos hermanos.

    -Encantada. –saludé con una reverencia de la burguesía.

    -¿Qué es todo esto? –soltó Akihiko molesto por tan estúpida broma.

    -Calma que no hace falta usar ese tono. –advertí al escritor.

    -No me calmo nada. –dijo más enojado.

    -Por favor tome asiento porque debo dictar las reglas del juego. –saltó Hat manteniendo la mirada fría a los espectadores mientras daba un sorbo a la infusión inglesa.

    -¿Qué juego? –preguntaron Ijuuin, Yanase y Faustus.

    Sonriendo ambos soltamos la respuesta.

    -Survival Game.

    -¿Juego de supervivencia? –preguntaron Misaki, Shinobu y Hatori.

    -Exactamente, ustedes fueron seleccionados para jugar a un juego de supervivencia. –explicó Hat dando otro sorbo.

    -Déjense de bromas, no somos unos niños. –saltaron Masamune y Hiroki.

    -No es ninguna broma y les guste o no, jugaran. –dije en un tono tierno per en el fondo amenazador.

    -Nos rehusamos. –replicaron Kou y Nowaki, como la mayoría de los presentes en la misma postura.

    -No lo harán.

    -Lo haremos. –replicaron esta vez Yokozawa y Asahina.

    -No lo harán o sino… ellos morirán. –dijimos Hat y yo calmadamente enseñando videos en vivo de los amigos y familiares, donde los rodeaba una especie de hilo rojo. En algunos casos aquellos hilos los cubrían totalmente y en otros apenas los tapaban pero lo suficiente para abarcar los puntos letales; lo extraño y curioso era que para todas esas mujeres y hombres de todas las edades seguían sus rutinas ajenos y desconociendo la existencia de aquellos hilos.

    -¿Qué es eso? –preguntaron los jugadores.

    -¿Eso? –dije señalando los hilos. –Son sus sentimientos. –respondí sonriente.

    Un silencio se apoderó en los doce cuartos hasta que Hat lo rompió:

    -Saben la historia del hilo rojo, aquel hilo que lo entrelaza con la persona amada. El Hilo del Amor… el Hilo del Destino.

    Los hombres escuchaban atentamente las explicaciones de mi amigo y para colaborar yo continué, dejando a Hat sirviendo más té con scones.

    -El hilo rojo no solo esta presente en la persona amada sino que también esta en todas aquellas que han conocido, por más que no se lleven bien o no hallan interactuado por mucho tiempo, ese hilo estará ahí, en mayor o menor medida… si se fijan entre ustedes notaran que lo explicado no es mentira. –sentencié con tranquilidad.

    Obedeciendo, las miradas se desviaron a sus parejas y para sorpresa; y en algunos horror, los hilos rojos los rodeaba y la mayoría estaba casi cubierta de pies a cabeza. Observando fijamente, notaron que muchos comienzos se iban hacia afuera y otros se perdían entre las paredes.

    -No… puede ser… -dijo Akihiko notando la madeja roja que estaba alrededor del castaño.

    -Es imposible. –dijo Isaka mirando la suya como la de su secretario.

    -Como verán si se rehúsan, nosotros nos veremos en la necesidad de darles un estimulo. –dije sonriéndoles nuevamente.

    Y antes de darles oportunidad de replica, Hat jaló algunos hilos, en los videos se apreciaba como poco a poco las figuras de unos infantes, uno de cabello castaño, el otro de cabello grisáceo y una niña de cabellos castaño claro, junto con unas mujeres de cabelleras castañas de las mismas tonalidades sufrían los síntomas del ahorcamiento.

    -¡Suéltalos! –dijeron poniéndose de pie desesperados, Kou, Shinobu, Misaki, Shinoda y Kirishima.

    Ignorándolos, Hat continuó jalando generando que las personas tosieran, seña de que se ahogaban sin saber por qué, y los que estaban a su alrededor no sabían como socorrerlos ya que no podían ver los Hilos de la Muerte.

    -¡Suéltalos! –se unieron al reclamo Yuu, Mino, Ritsu y Yokozawa.

    -Hat. –llamé la atención y este liberó a las victimas que rápidamente recuperaban el aliento, calmando así a nuestros jugadores pero dejándoles en claro que esto iba en serio. El juego es real.

    -Bien ya que comprendieron lo que sucede cuando no cumplen las reglas, vamos a explicarles en qué consiste el juego.

    -Ustedes en total e incluyéndolos son 24 personas, naturalmente fueron elegidos por ser parejas, eso nos da un total de 12 parejas. Survival Game, consiste en eliminar a las demás parejas; toda arma es permitida en el juego pero deben tener en cuenta que si son atrapados por la policía, automáticamente los eliminaremos. También tengan en cuenta que no pueden involucrar a personas ajenas al juego ya que si lo hacen, las mataremos.
    Cuando encuentren una pareja, sean cautelosos y cuando estén confiados en quienes son, ustedes mismos deberán perseguir y exterminar porque un error puede ser fatal, sean prudentes en el lugar que elijan para la matanza. Hat y yo solo estaremos presentes para dar una pista que de con el paradero de sus perseguidores.

    -¿Cómo nos daremos cuenta que son ustedes? –preguntó Haruhiko.

    -El remitente será de una persona que ustedes conozcan pero el contenido será dentro de lo posible sutil y evidente. –explicó Hat.

    -Mis estimados jugadores, desde ahora el juego ha dado inicio y los iremos liberando cada 30 minutos.

    -Mucha suerte y que gane el mejor. –saludamos los dos con una sonrisa cortando la transmisión pero aun vigilándolos.

    En todas las habitaciones reinaba el silencio total, los rostros afligidos afloraban en esos estéticos semblantes.

    -Parece que no les sentó bien la noticia. –dije sonriendo a mi compañero.

    -Así parece, lastima que deban destruir tan bellos cuerpos. –dijo Hat para servir té y mirándome me ofreció. – ¿Se le apetece Su Majestad?

    -Me encantaría, y con tres terrones de azúcar por favor. –dije para continuar con nuestra celebración inaugural.

    Pero de algo estamos seguros, sea para bien o para mal, cada jugador pensaba en una sola cosa:

    -“Los Protegeré”

    Y como dice el refrán o uno de los dichos populares de la historia:

    “En la guerra y en el amor todos se vale”

    Y eso… damas y caballeros es lo que debemos tener en cuenta.

    Sean cordialmente bienvenidos a Survival Game.





    Bueno ese fue el final del capitulo 1

    Ahora antes de retirarme paso a explicar la gracia de los apodos.

    Los Misteriosos, Ijuuin Kyou e Ishi Shizuku son uno de los misterios mas grandes la editorial ya que como pueden ver no se sabe como llegaron a terminar juntos si estuvieron por un lapso corto de tiempo y además tengamos en mente que sus personalidades son casi opuestas. Además apelamos que ambos tienen un toque de misterio que ni la mismísima Shungiku Nakamura nos dice.

    Los Enigmáticos, Yanase Yuu y Mino Kanade, su relación tuvo una solución que a diferencia de sus antecesores saben que por esas inevitabilidades de la vida su sentimientos fueron comprendidos, mas uno que el otro entendieron que el amor tiene una ida y vuelta extraña. Lo enigmático de ellos radica en la sonrisa de Mino y de los ojos de Yuu.

    Los Antagónicos, Usami Haruhiko y Sumi Keiichi, se debe a que ambos hombres odian o detestan o no les cae bien la pareja de la persona q se enamoraron. Ej. Keiichi no quiere a Misaki q sea pareja de Akihiko y Haruhiko no quiere a su hermano por que este quiere a Misaki.
    Conclusión: los opuestos se atraen

    Los Ilusionistas, Kurosaki Shinoda y Fenhoff Faustus, se debe a que ambos viven en la ilusión de un amor no correspondido, o sea, el rechazo de Hiroki hacia Shinoda y de Shinobu al australiano, entonces que nada mejor vivir un amor correspondido imaginando en el fondo que eso que no existe suceda algún día.

    Espero que les haya gustado, esto es lo último que público a mis tiernos 22 años, los extrañaré pero en fin… mañana comienza el reinado de los 23 y con ellos las locuras aumentaran más de lo que ya están. Gracias por leerme, cualquier comentario es bien recibido, para los que no lo saben nací un dia 5-12.
     
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18 replies since 5/12/2012, 02:33   805 views
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