Reunión (GoenjixKazemaru)

La reunión del antiguo equipo de Raimon, y un encuentro precipitado con un chico de cabellos azules, han creado la incógnita más grande en la vida de Shuuya. ¿Quién diablos le gusta a Kazemaru?

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  1. Lina-blue
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    Reunión
    (Inazuma Eleven no me pertenece.)


    ¿Cuánto tiempo había pasado desde que tocó la ciudad de Inazuma? ¿Cinco años? Quizá eran seis. Lo único que sabía Shuuya Goenji es que, al llegar a la que era su antigua ciudad, un tibio sentimiento de nostalgia le llegó; no pudo evitar pensar que estaba en su hogar, a donde pertenecía.

    Había hecho la reservación en un hotel desde unos días antes.

    Había pensado en ir a quedarse a su casa, sin embargo no estaba muy seguro de si la relación con su padre ya estaba completamente restablecida desde que, por una llamada telefónica del rubio, el doctor se había enterado de la decisión del joven de dejar la carrera de medicina para ir tras lo que lo hacía más feliz en su vida, o sea el futbol.

    Y obviamente, con la fama que tenía el chico después de ser delantero del equipo juvenil campeón del Futbol Fronteras y Futbol Fronteras Internacional, no había tenido problemas para que algunos clubs reconocidos de aquel deporte le dieran variadas ofertas y oportunidades.
    Después de dejar su equipaje en el hotel, salió con las manos metidas en los bolsillos a recorrer las calles de Inazuma con una leve sonrisa melancólica. Los locales, las casas, hasta la más remota esquina lo hacían recordar momentos que, si no fuera Shuuya Goenji, le sacarían unas cuantas lágrimas.

    De un momento a otro se culpó por sólo mantener contacto con su mejor amigo, Endo, en todos esos años fuera de la ciudad.

    De repente, se vio a sí mismo y a Endo y Kido caminando por esas mismas calles, riendo o avergonzándose por las cosas que decía el portero; también podía imaginar esos días en los que el ilusionado y enérgico Toramaru lo seguía, hablando de nuevas técnicas en conjunto que podrían hacer.

    Fubuki, Handa, hasta Someoka le llegaban a la mente, arrancándole una sonrisa.

    Sin embargo, todos se esfumaron en el momento en que pasó por una casa en particular. Se detuvo frente a ella y suspiró, observando a una ventana del segundo piso de la misma. Todo su cerebro se puso a trabajar para poder imaginar a un chico de cabellos azules despidiéndose de él con la mano, recargado en el marco de la ventana.

    Bajó la cabeza, y ese sentimiento que tenía a los quince años regresó. Se sintió cobarde y estúpido.

    Pero vamos, desde esos tiempos él sabía que el joven Ichirouta Kazemaru jamás le correspondería. Todos en el equipo estaban enterados de la atracción que el defensa y posteriormente medio campista sentía hacia el capitán Endo Mamoru, y ese hecho había sido bastante incómodo para el goleador en el momento en que se dio cuenta de que el de largos cabellos azules despertaba algo más que una simple amistad en él.

    Se tocó el pecho y se preguntó que sentiría en el momento en el que viera a Ichirouta en la reunión de mañana en su antigua escuela. Quizá, y con suerte, su enamoramiento quinceañero no era nada más que eso, y en el segundo en que se encontrara de nuevo con su ex-compañero lo vería sólo un viejo amigo del que tenía gratos recuerdos.

    Goenji decidió retomar su camino, dejando atrás la casa de Kazemaru para ir a ver más lugares de Inazuma, entre ellos la torre en donde Endo solía practicar, y a donde, en algunas ocasiones, iban él, el portero y Kazemaru a conversar sobre las prácticas.
    Tardó unos cuantos minutos en llegar, pero al fin podía divisar la torre a unos cuantos metros.

    No supo porqué, pero de un momento a otro apresuró el paso. En vedad quería llegar a ese lugar y seguir remembrando la que era, tal vez, la etapa más feliz de su vida.

    Suspiró al darse cuenta de que por fin se veía el árbol del que aun seguía colgando ese viejo neumático con el que Endo enloquecía practicando. Estaba a punto de acercarse al objeto, pero algo lo paró en seco.

    Notó que no era el único ahí.

    Sentada en la banquilla que había en el lugar, una persona de cabellos azulados que en ese momento volaban junto al viento estaba ahí, sentada, con la cabeza volteada hacia la llanta y un ojo tapado con un flequillo bastante abundante.

    El moreno caminó lentamente hacia el que, si no se equivocaba, suponía que era un él, conteniendo la respiración involuntariamente y sintiendo una extraña emoción en su pecho. Él jamás podría confundir esos cabellos azules…

    — ¿Kazemaru? — llamó cautelosamente al de cabellos largos, quien volteó sorprendido dejando ver su ojo marrón levemente más abierto de lo normal. — ¿Kazemaru Ichirouta?

    —Sí, pero tu quien…— el menor se detuvo, inspeccionando un poco más a su reciente acompañante, abriendo sus ojos aun más y señalando al rubio con incredulidad— ¿G-Goenji?

    Shuuya asintió, riendo levemente por la reacción del azulado.

    — ¡¿Pero qué pasó con tu cabello?! — preguntó, reparando de nuevo en lo que no le había permitido conocer al otro chico a primera vista. Verlo sin el peinado de cabellos parados con el que le había conocido y tratado era muy extraño.

    —Algún día debía de dejar atrás el gel ¿No te parece? — contestó Goenji, sentándose junto a Kazemaru. — Tu peinado también cambió.
    El de ojos marrones sonrió tímidamente, llevando una mano a sus hebras azules y recorriendo su largo.

    —Necesitaba un cambio. Era esto o cortármelo, y sinceramente no tuve valor para hacerlo. — el mayor no supo porqué, pero internamente agradeció la falta de agallas de Kazemaru. — ¿Y? ¿Cuándo llegaste?

    —Hoy. De hecho casi acabo de llegar, estaba dando una vuelta por la ciudad, no pensé que te encontraría aquí.

    Kazemaru sonrió, volviendo su vista al neumático viejo y maltrecho que colgaba de aquel árbol aun más viejo. Goenji pudo jurar como la nostalgia inundó la mirada de Ichirouta, quien acariciaba levemente la banca con una mano.

    —Quería venir antes de ir mañana a Raimon. Son tantos recuerdos…— suspiró, mirando otra vez al ex-goleador del equipo. — Sé que Endo querrá que vengamos después de la reunión, pero necesitaba estar aquí yo sólo, en silencio, y ya sabes que con Endo nada puede permanecer silencioso.

    Aquel comentario sacó una carcajada al rubio, que aceptaba que el antiguo defensa y centro campista tenía razón; era probable que el portero castaño no conociera el significado de silencio, paz y tranquilidad. En su mente sólo existía futbol, escándalo y cosas dignas de Endo Mamoru.

    — ¿Cómo fue la carrera de medicina?

    La voz de Kazemaru cortó sus pensamientos. Goenji fijó su vista negruzca en él, soltando un suspiro y desviando levemente la mirada; sabía que tendría que hablar en algún momento de ese tema con sus amigos, Endo era el único que sabía la situación, pero jamás imaginó que al primero que se lo diría al llegar a Inazuma sería a Kazemaru.

    —La dejé— un atónito “¿Qué?” salió de los labios del menor. — Era bueno, no puedo negarlo, pero no era para mí. Un día sólo fui con el director del instituto y, ya que contaba con mis dieciocho años, me di de baja de la escuela. Obviamente mi padre se encolerizó al saberlo, pero debía de regresar a lo que más me gusta…

    —El futbol, ¿No, goleador estrella? — mencionó su acompañante con cierta burla en su voz.

    —Exacto, veloz medio campista. — ambos soltaron una risita— ¿Y tú?

    —Estoy en un equipo de Japón. Sigo siendo medio campista, además de que estuve algún tiempo ayudando a Miyasaka con una escuela de atletismo. Volver un poco a lo que era antes me hizo bien, pero sigue sin superar el futbol. Supongo que seré un futbolista hasta que la edad me obligue a dedicarme a otra cosa.

    — ¿Cómo a poner una tienda de helados con Midorikawa y Hiroto?

    Kazemaru soltó una risotada, dejando ver sus dientes bancos y cuidados a Shuuya, mientras negaba con la cabeza una y otra vez.

    —Esa es la idea más mala que el brillante Shuuya Goenji ha tenido en años, ¡Mido terminaría comiéndose todo el negocio!
    Ambos rieron ante el comentario, bastante cierto, del de cabellos azules.

    Comenzaron una plática muy larga, con Goenji contándole a Kazemaru sobre todo lo que había tenido que pasar desde que dejó la carrera, como esa vez que discutió fuertemente con su padre, o cómo Yuuka sirvió demasiado para que terminaran con un acuerdo que, aunque beneficiaba a Shuuya, no había terminado de limar las asperezas con su padre.

    Por su parte, el rubio ahora sabía que Ichirouta seguía viéndose con la mayoría del equipo, frecuentando más a Midorikawa, Hiroto, Endo, Fubuki y, por extraño que pareciese, gracias a los dos primeros había logrado tener una linda amistad con Terumi, Suzuno y Nagumo, quienes habían decidido mudarse a una ciudad muy cercana de Inazuma.

    El de cabellos azules también hablaba con mucho ánimo y alegría sobre las parejas que se habían formado desde que el goleador se había ido de Inazuma, algunas menos sorprendentes que otras, por ejemplo, Hiroto y Midorikawa, Tsunami y Tachimukai, Suzuno y Nagumo, entre muchos otros que habían decidido que la soltería no era para ellos… o las mujeres.

    Aunque, quizá lo que más sorprendió al antes delantero de Raimon, fue enterarse de que Kido y Fudou por fin eran pareja. A decir verdad, cuando Kazemaru le reveló aquel inesperado acontecimiento, no pudo más que abrir los ojos como platos mientras el otro asentía con los ojos cerrados.

    —Endo casi se atraganta cuando se enteró— comentó el de ojos marrones con una suave sonrisilla burlona. Goenji no pudo evitar dejar salir una sonrisa.

    A media que la conversación iba avanzando, Goenji comenzaba a analizar detalle por detalle a Kazemaru; ese nuevo peinado le quedaba bien, hacía que su rostro se viera aun más fino de lo que ya era. Sus ojos tenían ahora una mirada más relajada y un tanto adulta, sin embargo, al escuchar al menor hablar, sabía que seguía siendo el mismo jugador confiable y entregado que conocía. Sus labios ahora estaban un poco más delgados y delicados, de un rosado suave encantador. Además, no podía negar que el antes velocista poseía un cuerpo que, aunque seguía siendo de complexión delgada y suave, no estaba mal. Absolutamente nada mal.

    En ese instante, llegó a la conclusión de que, cualquier persona, ya fuera hombre o mujer, podría ver inmediatamente lo atractivo que era Ichirouta Kazemaru.

    Hasta él.

    Y eso no era conveniente. Porque empezaba a sentir de nuevo ese calor en su pecho que sólo despertaba al platicar a solas con Ichirouta, aquella sensación de tranquilidad que tanto le hacía falta cuando tenía quince años.
    Pensaba entonces que, para mala suerte de él, tal vez aquel sentimiento de hace cinco años no era pasajero. Diablos que hasta el maldito aroma de Kazemaru, que se desprendía cuando el viento soplaba, hacía que algo en su pecho se removiera fuertemente.

    No podía estar enamorado de él, porque si el medio campista decía seguir teniendo contacto con Endo, entonces era muy probable que aun conservara sus sentimientos hacia el portero. Esa especulación lo hizo enojarse involuntariamente, no obstante, Kazemaru parecía no haberlo notado.

    Sólo seguía hablando de la boda de Endo y Natsumi.

    —En verdad Endo te extrañó mucho ese día. Dijo que si hubieras estado, te habría escogido como padrino junto a mí. Al final terminamos siendo Kido y yo, y Natsumi decidió pedírselo a Aki y Haruna. — el chico suspiró, recordando el día con una mirada de nostalgia. —Fue una linda boda, Fubuki terminó llorando encima de Terumi, y Midorikawa y Suzuno terminaron comiéndose los veinte litros de helado que habían llevado de regalo para los novios. Aunque el dinero del supuesto regalo había salido de la cartera de Hiroto y Nagumo…

    Ichirouta reía, recordando, quizá, aquel día tan divertido. No obstante, Shuuya parecía extrañado por el comportamiento del chico.

    — ¿Y cómo te sentiste después de eso? — preguntó Goenji con mesura, ¿Cómo es que Kazemaru hablaba con tanta calma sobre la boda del chico del que estaba enamorado desde los quince años, y de la cual, para rematar, había sido padrino? ¿De verdad él tenía tanta madurez para no sentir dolor al contarlo? Pensaba que, al escuchar a Ichirouta hablar sobre el tema, en algún momento este se quebraría y terminaría lanzándose a llorar, diciendo lo destrozado que estaba desde ese hecho pero, no había nada.

    ¿Cuán frío se podía ser para no reflejar dolor por algo así?

    — ¿Cómo me sentí? Pues, feliz, supongo. — respondió el muchacho con confusión, sin entender muy bien el punto de Goenji. — Uno de mis mejores amigos se casó y yo fui su padrino, es normal sentir felicidad ante eso ¿No?

    Shuuya frunció una ceja, enfrentando a Kazemaru quien seguía sin saber de que hablaba.

    —Kazemaru, no tienes que mentirme, si quieres llorar, hazlo. — el de cabellos azules ladeó la cabeza, teniendo el presentimiento de que Goenji y él no estaban en el mismo canal. — Todos en el equipo sabíamos que estabas enamorado de Endo, ¿Cómo puedes hablar con tanta facilidad de su boda?

    El de ojos marrones se sonrojó. Entreabrió la boca levemente, prediciendo que le sería imposible hablar sin tartamudear; estaba total e irremediablemente avergonzado.

    — ¿E-Enamorado de Endo? — Kazemaru se señaló con el dedo, sin quitar su mirada abochornada del rubio. — ¿Yo? — Shuuya asintió.

    — ¿Puedes dejar de hacerte el desentendido? Estás comenzando a irritarme. — dijo el chico, con ganas de pararse y gritarle a Kazemaru que lo aceptara de una maldita vez. Estaba siendo bastante cruel inconscientemente.

    No obstante, la duda embargó a Shuuya cuando un aura particularmente oscura rodeó a su amigo.

    — ¿Q-Quién? ¡¿Q-quien diablos les dijo que estaba enamorado de Endo?!

    Goenji parpadeó.

    — ¿No?

    — ¡No! ¡Eso es absurdo! ¡Si hasta yo fui quien ayudó a Endo a declararse a Natsumi! ¿Por qué diablos tendría que estar enamorado de él? —Se cruzó de brazos, alzando una ceja— ¿Cómo es que nadie mencionó nunca ese pequeño detalle? ¿Quieres decir que pasé casi seis años sin saber que me veían como el pobre medio campista sin amor?

    Las incógnitas de Kazemaru quedaron en el aire, volando junto a sus cabellos azulados y junto a la cordura de Goenji Shuuya, quien en ese momento estaba cayendo internamente en un descomunal agujero, que recibiría su caída con un suave colchón que decía la palabra: IDIOTA, así, en mayúsculas.

    “Nunca le gustó Endo, nunca le gustó Endo… nunca tuviste el valor para declararte porque le gustaba Endo…” oh, hasta su subconsciente se burlaba cruelmente de él.

    Goenji soltó una sonrisa un tanto boba, encorvándose un poco para recargar sus codos en las piernas.

    Volteó a ver a Kazemaru, quien seguía sonrosado, divagando y diciendo cosas que, sinceramente, el rubio no había tenido la sutileza de escuchar.

    — ¡Oh! ¡Ahora entiendo porqué en la boda casi todos se acercaron a abrazarme y porqué Suzuno y Mido querían invitarme de su helado! Diablos, ¡Hasta Terumi me recomendó un lugar de citas! Esto es tan vergonzoso que…

    — ¿Y te gustaba alguien del equipo?

    Kazemaru cortó su discurso abruptamente. Miró al muchacho de ojos negros, quien seguía con la vista perdida hacia el horizonte.

    El sonrojo del ex velocista aumentó. Desvió la mirada, ocultando aun más, si se podía, su rostro con el flequillo; estaba nervioso, ¿Por qué Goenji le preguntaba eso? ¿Debería de responderle con la verdad? Sentía su corazón latir, pero llegó a la conclusión de que sería sincero… pero no por completo. Al fin y al cabo, no quería arriesgarse a perder la amistad del de cabellos claros.

    —Sí. — Aceptó, haciendo que Shuuya dirigiera su penetrante mirada negra hacia él.

    Goenji sintió algo golpear fuertemente en su pecho, sin embargo él era un experto en disimular sus sentimientos con un rostro de seriedad.
    ¿Habría una posibilidad de que fuera él? Porque, al fin y al cabo, cuando estaban en Raimon pasaban mucho tiempo juntos… pero también lo hacía con Handa, y con Matsuno, y ¡Diablos! ¡Kazemaru pasaba tiempo con todo el maldito equipo! Hasta con Someoka.

    Tampoco podía descartar a Midorikawa, o Hiroto, o… ¡Fubuki! Ichirouta acostumbraba a pasar mucho tiempo con el jugador de hielo, además este no tenía ninguna relación con nadie- o por lo menos es lo que él sabía-, ¿Sería que el hielo y el viento estuvieran enamorados? No podía asegurar nada, porque también quedaban las chicas, Aki, Haruna, Fuyuka; nadie había dicho que el de cabellos azules fuera homosexual.
    Ese último pensamiento lo desanimó. Tal vez y al chico ni siquiera le interesaban los hombres.

    — ¿Quién? — se limitó a preguntar, procurando que su tono de voz sonara desinteresado y como una plática común y corriente.

    — ¿P-Por qué te interesaría saberlo?

    —Bueno…— puso a su mente a trabajar, pensando en alguna excusa barata y rápida— porque fui de los idiotas que pasó más de cuatro años pensando que te gustaba Endo. Creo que me gustaría saber la verdad.

    Ichirouta guardó silencio, clavando sus ojos en el suelo. Goenji suspiró.

    — ¿Enserio te da vergüenza decirlo? ¿Por lo menos puedo saber cómo era?

    Kazemaru tragó saliva con cierta rudeza, comenzando a jugar con sus manos en un gesto de nerviosismo; un momento después, asintió suavemente con la cabeza.

    —Buen futbolista, el mejor. Era… atractivo supongo— mencionó con un poco de timidez— a veces un poco frío, o rudo, pero aun así se preocupaba por sus amigos. Y sé que sigue siendo de la misma manera.

    Goenji procesó las palabras, pensando en quien poseía aquellas características.

    ¿Tobitaka? ¿Fudou? ¡¿Quién diablos le gustaba a Kazemaru?!

    —Y… ¿Sigue gustándote?

    El antes atleta abrió sus ojos grandemente, aunque sólo uno fuera visible, percibiendo que el calor en sus mejillas se aumentaba; ¿Le seguía gustando? Analizó la pregunta, meditando muy bien su respuesta, aunque en realidad no necesitaba pensárselo por mucho tiempo.

    —Sí.

    Hubo un momento de silencio. La brisa sopló fuertemente, haciendo que su cabelleras, ambas largas ahora, volaran junto a ella. Ya estaba empezando a oscurecer.

    Era hora de que Ichirouta se fuera, no obstante, sentía un apabullante arrepentimiento al no poder soltar lo que tanto había estado guardando desde que estudiaban en Raimon. Tenía que decírselo, Goenji debía de saberlo, pero no tenía el valor suficiente para hacerlo.
    De repente, una idea le llegó a la cabeza. El de cabellos azules pensó que, así, el no se avergonzaría tanto. Una sonrisa surcó el rostro fino de Kazemaru.

    —Sabes algo, es extraño que todos pensaran que me gusta Endo, ya que él es de los únicos que saben quién me gusta en verdad. — Goenji ocultó muy bien su sorpresa. — He decidido que definitivamente no te diré quién es. Pero, si tanto deseas enterarte, sólo Endo, Mido, Fubuki, Suzuno y Terumi lo saben.

    ¿Eso es una indirecta? Pensó el joven mayor.

    El menor se levantó de la banca, siendo seguido por la mirada de Shuuya, caminando hacia la salida de la torre. El rubio se quedó sentado, sin saber si sería correcto seguir a su amigo o simplemente dejar que se fuera.

    —Nos vemos mañana, Goenji. — fue lo último que escuchó del de hebras azuladas.

    En ese momento, Shuuya Goenji clavó sus ojos negruzcos en la antigua llanta, preguntándose ¿Qué diablos pensaba Ichirouta Kazemaru?

    *Espero les haya gustado el primer capitulo de este Two-shot. Quiero confesar que estoy nerviosa, es mi primer fanfic aquí. Pero, en fin, ya está hecho. Por cierto, creo que debería disculparme por la pequeña aparición de Natumix Endo aquí, para los que no les guste (Que a mi tampoco me agrada tanto pero era necesario) Lo siento :)

    Gracias por leer.

     
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  2. my kaneki shuu
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    WoW me gusto mucho te amo mi Kazemaru y mi Goenji....

    De my Kaneki shuu
     
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  3. my kaneki shuu
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  4. Osari Elizabet Stark Wilson.
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    Muy bueno tienes que continuarlo.


    Att:Osari Wilson!
     
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  5. my kaneki shuu
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    por favor tienes que continuarlo
     
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    Yaoizando
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    Esta muy lindo !!! Contyyy quiero saver q sucede despues *o*
     
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  7. †Jova Plox†
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    te quedo genial! *w*
    contii pls:3
     
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  8. kaze neko-chan <3
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    HOOLAA¡¡¡
    kyaaaaa te quedo hermoso
    conty! conty! conty!
    me encanta esta pareja >w<
    bueno eso fue todo
    conty

    bye~
     
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  9. Lina-blue
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    Reunión
    (Inazuma Eleven no me pertenece)



    Goenji volteó a ver el reloj que estaba en la pared. Eran diez para las seis, aunque no se apresuraría mucho en estar listo para irse, al fin y al cabo, Raimon quedaba a escasos quince minutos del hotel. Además, no era como si el goleador fuera alguien puntual…

    La puntualidad no era precisamente su estilo. Lo suyo eran las entradas triunfales.

    Terminó de amarrar su cabello en una coleta baja y se puso su chaqueta roja preferida, echándose también encima un poco de loción. Miró de reojo el uniforme doblado que había manado a hacer unas semanas antes, igual al que usaba antiguamente en el equipo; Endo les había pedido a todos ese favor, y obviamente no era una incógnita el para qué.

    Guardó lo que necesitaría en una mochila y, agarrando las llaves de la habitación, salió del cuarto dirigiéndose al vestíbulo del hotel, para dejar las llaves en la recepción.

    Caminó a paso lento en dirección a Raimon, envolviéndose en sus pensamientos para distraerse en el camino, sin embargo, por quién sabes cuanta vez en el día, la voz de cierto chico de cabellos azulados llegó a su mente de nuevo:

    “-He decidido que definitivamente no te diré quién es. Pero, si tanto deseas enterarte, sólo Endo, Mido, Fubuki, Suzuno y Terumi lo saben.”

    ¿Qué es lo que debería de hacer? No tenía una idea clara de ello, o, más bien, ¿Qué es lo que Kazemaru pretendía que hiciera?

    Quizá lo que el chico de ojos marrones deseaba es que preguntara. Tal vez quería que fuera hacia Endo o alguno de ellos e hiciera la pregunta en cuestión: ¿Quién le gustaba a Kazemaru? para que, en el mejor de los casos, y si la vida lo quería aunque fuera un poquito, le respondieran: ¡Obviamente le gustabas tú! Ahora vete de aquí, estorbas- en el remoto caso de que fuera Suzuno el que le respondiera-.

    Pero, lamentablemente, también existía la probabilidad mala. Podría ser que la respuesta fuera un: Pues, le gustaba tal persona, pero definitivamente tú ni siquiera figurabas en la lista.

    Eso lo hizo molestarse levemente.

    Y es que aun no entendía por qué tenía que seguir malditamente enamorado de él, ¿Era acaso que en verdad existiera un ser supremo en el cielo al que le desagradaba completamente? Porque bueno, el hecho de haber pasado su adolescencia enamorado de una persona, sin tener el valor de declararse ya que creía que ésta estaba enamorada de otra, y venirse a enterar cinco años después que todo era una reverenda confusión, no hablaba muy bien de su reputación en el cielo.

    Suspiró. Si tan sólo pudiera regresar el tiempo…

    Lamentablemente no podía. No obstante, aun si nadie le aseguraba el salir victorioso de esta, tenía una oportunidad más; y sería bastante estúpido desperdiciarla.

    Porque, tal vez sólo eran sus esperanzas internas, pero algo le decía que Kazemaru esperaba ansiosamente que él se atreviera a indagar sobre el asunto.

    Apresuró el paso, ahora decidido a que, lo más pronto posible, agarraría a alguno de esos cinco y les sacaría toda la información que necesitaba.

    Ya que Shuuya Goenji no estaba dispuesto a salir soltero de esta.

    Llegó a la entrada de la escuela, soltando un suspiro tan nostálgico, apretando la correa de su mochila, recordando esos días en los que Endo y Kido lo esperaban enfrente de la puerta, para después llegar al salón y recibir una ligera reprimenda por su usual impuntualidad de parte del chico de las rastas, mientras Kazemaru negaba con la cabeza y reía.

    Eran días buenos. Lo mejores quizá.

    Miró el reloj de su celular: las seis y cuarto. Levantó una ceja ¿Es que cuando se quedó pensando en lo que haría con Kazemaru, se había quedado parado como idiota unos cinco minutos y no se había dado cuenta?

    Bueno, por lo menos su perfil de impuntualidad no sería diferente.

    Entró, dirigiéndose a la cancha de futbol, donde sería la reunión. Al llegar al lugar, sonrió; dio una mirada panorámica y notó que ya estaban todos ahí, además de algunos más de otros equipos. Como siempre, el había sido el último.

    -¿Quién diablos es ese que viene?- alcanzó a escuchar la voz de Fudou, quien sorprendentemente ahora tenía una mata de cabello abundante, hablándole a Kido mientras bajaba por las escaleras que daban a la cancha.

    Todos eran tan inconfundibles para él.

    Vio como cierto chico de cabellos azules volteaba hacia él por la pregunta del que antes tenía una mohicana, y soltaba una sonrisa ladeada.

    -¡Hasta que llegaste Goenji!

    Todos voltearon a ver al azulado, pasmados, para después dirigir sus miradas al rubio que ya había llegado a donde se encontraban.

    -Hola. – saludó con simpleza.

    Kido fue el primero en acercarse.

    -¡¿Qué diablos pasó con tu cabello?!

    El goleador entrecerró los ojos, encogiéndose de hombros.

    -¿En verdad? ¿El que ya no use gel es tan increíble?

    -Bueno, yo dije lo mismo ayer- intervino Kazemaru, ganándose una mirada confusa por parte del ex- estratega de Raimon.

    -¿Ya se habían visto?

    Ichirouta asintió.

    -Nos encontramos ayer en la torre.

    Kido rió, envolviendo a Goenji en un abrazo amistoso, que fue correspondido inmediatamente. Habían pasado tantos años, tanto tiempo, que daba igual para Yuuto si el rubio tenía el cabello más largo, corto, si se había rapado o si hubiera llegado siendo un extraterrestre, lo único que quería era volver a ver a su compañero.

    -Y tenías que llegar tarde de nuevo, parece que tantos años recordándote la importancia de la puntualidad no sirvieron de nada- dijo Yuuto, dando pequeños golpecitos a la espalda de Shuuya.

    Sin embargo, el momento especial de rencuentro de mejores amigos se acabó cuando alguien carraspeó fuertemente a sus espaldas.
    -Oye, Goenji sólo se fue unos años, no murió y resucitó, Yuuto.- exclamó Akio, separando al de rastas bruscamente del rubio, quien sólo empezó a reír por la evidente escena de celos del muchacho.

    -¡Akio!- reclamó Kido sonrojado, disculpándose silenciosamente con Goenji.

    -Parece que a Fudou no se le ha quitado el síndrome de los celos.- mencionó Hiroto, aproximándose al rubio para repetir la acción de Yuuto- es genial volver a verte Goenji.

    Y así, uno por uno los miembros del club se acercaban a saludar a su amigo, quien correspondía a los gestos con entusiasmo; al fin y al cabo, ellos habían sido parte de los mejores momentos de su vida. Y esperaba que siguieran siendo de muchos más, ya que no estaba dispuesto a dejar de nuevo el contacto con ellos.

    Bueno, quizá con Suzuno no le haría daño, ya que seguía siendo un tanto… susceptible, y más cuando a Nagumo se le había ocurrido saludarlo con un abrazo, el cual el albino rompió con una sola mirada de muerte a su novio.

    Hasta a él le había recorrido un escalofrío por la espalda, y había compartido una mirada de terror extremo con el chico del tulipán en la cabeza.

    -¡Endo! ¡Goenji está aquí!- gritó Kido al ex-capitán, quien se encontraba dentro de la escuela, presuntamente sacando algún balón de futbol. Vaya que ser el esposo de la hija del srector de la escuela le traía bastantes beneficios.

    No pasaron ni cinco segundos, cuando una ráfaga de viento se veía acercarse hacia donde estaba el moreno y Fubuki, quien era uno de los últimos que estaba saludándolo; Shirou simplemente le deseó un “buena suerte con eso” a Shuuya, y se alejó unos pasos con una sonrisa en el rostro.

    Terumi, quien era el que ahora acompañaba al chico de cabellos grises, lo miró con una ceja alzada, sin comprender muy bien las palabras que le había dicho al goleador.

    -Ya lo verás.- se limitó a contestar.

    A Goenji no le dio tiempo ni de respirar cuando el ente que venía dentro de aquella nube de tierra se lanzó hacia él, tirando el balón que traía, desequilibrándolo un poco.

    -¡Goenji! ¡Te he extrañado amigo! ¡El futbol amistoso no es lo mismo sin ti! ¡Y ni siquiera te apareciste en la boda!

    De inmediato reconoció esa voz, inconfundible, llena de energía. Después de todo, ¿Cómo podría olvidar a Endo Mamoru?

    -Lo siento Endo, quería venir, pero lo carrera…

    El castaño lo miró mal, deshaciendo el abrazo y terminando sólo con un brazo rodeando los hombros de su amigo.

    -¡Pero si dejaste la carrera!

    Kido escupió el agua que estaba bebiendo, quedando estupefacto, al igual que todos los demás del antiguo equipo. A excepción de Kazemaru, quien sólo reía por lo bajo.

    -¡¿Dejaste la carrera?!- gritaron al unísono con paranormal coordinación.

    Shuuya suspiró.

    -Larga historia.

    Endo soltó una carcajada, soltando a Goenji y enfrentando al equipo, poniendo sus manos en la cintura.

    -¡Bien! Ya que estamos completos, ¡Espero hayan traído sus uniformes para un partido!

    El ex –capitán no tuvo que esperar mucho para que sus amigos alzaran su uniformes, compartiendo una gran sonrisa grupal.

    -¡Vamos a jugar futbol!

    Después de ir a los vestidores a cambiarse, se dividieron en dos equipos liderados por Kido y Endo. Pasaron alrededor de una hora jugando, cada uno con nuevas habilidades individuales, y también haciendo en algunas ocasiones sus técnicas pasadas.

    Al final, terminaron en un empate.

    Mientras los jugadores se secaban el sudor, y recibían bebidas de parte de Haruna y Aki-cómo era usual hace unos años- vieron a una pelirroja caminando hacia ellos con una sonrisa.

    -Ahora que terminaron, preparé una comida en la casa- empezó Natsumi, recibiendo una mirada grupal de profundo terror, ella había dicho ¿Preparé comida? Los jugadores tragaron saliva con rudeza, cosa que la chica notó, haciendo que se irritara súbitamente.- bien, Aki y Haruna la hicieron, yo sólo puse la casa. Además, no es como si me fuera a desvivir por cocinarles a todos.

    Un alivio pasó por las papilas gustativas del equipo. Natsumi era muy amable, pero su comida… en resumidas cuentas, había veces en las que preferirían quedarse sin comer.

    -Ella no cocina tan mal- la defendió Endo, poniendo sus manos en la nuca mientras por su mente pasaba un resignado: A veces.

    Se dirigieron a la casa de Endo, que quedaba bastante cerca de la escuela. Llegaron a un amplio lugar con dos pisos y un jardín pequeño, adornado con varias flores y un árbol donde estaba colgado un neumático nuevo.

    Goenji volteó a ver a Endo, sonriendo levemente. El portero sólo se llevó una mano tras la nuca, riendo.

    -Es bueno seguir con los hobbies.

    Entraron al lugar, pasando directamente a la sala, que era bastante grande- lo suficiente para que todos pudieran convivir sin estar como sardinas- y en donde, en una esquina, se encontraban algunas sillas plegables. Era obvio que el ex –capitán llevaba planeando esto por mucho tiempo.

    Shuuya notó cómo la mayoría de los presentes parecían estar familiarizados con la casa de Mamoru, cosa que lo hizo sentir levemente mal. Tendría que arreglar el asunto de su lejanía en algún momento, sin embargo, ahora había una situación de prioridad, que tenía que ver con cierto chico de cabellos azules.

    Esa noche era sólo para descubrir quien le gustaba a Kazemaru Ichirouta.

    Decidió que llevaría a cabo su interrogatorio después de la comida, la cual pasó entre recuerdos y risas por parte de sus amigos, mientras él se limitaba a reír o hacer comentarios un tanto sarcásticos para burlarse de Endo. Aunque no era lo único que hacía el rubio en ese momento; en realidad, procuraba observar a los susodichos enterados de la verdad- y unas cuantas veces sus ojos no podían evitar desviarse hacia Kazemaru- decidiendo por cuál de ellos iría a realizar sus preguntas.

    Suzuno quedó eliminado desde el principio. Vaya que el sólo hecho de ver cómo el albino traía corto a Nagumo era una señal directa de que no saldría vivo si se atrevía a molestarlo.

    Fijó su vista en Terumi. Se llevaban bien, el chico Afrodita le agradaba, pero había un problema: Afuro era, prácticamente, un pervertido sexual muy bien camuflado entre sus risitas encantadoras. Sabía que si se le ocurría preguntarle al rubio sobre su “asunto”, terminaría con toda una explicación del Kama-sutra gay y una que otra plática incómoda. Decidido, pasó su vista a Midorikawa; en realidad era una buena opción… si no se la pasará todo el tiempo comiendo helado y pegado a Hiroto.

    Quedaban sólo dos: Fubuki y Endo. Al primero siempre le había tenido una gran confianza, y sabía que Shirou tenía fama de ser un muy buen amigo. Sin embargo, eso es lo que lo sacaba completamente de las opciones; porque estaba seguro que el de cabellos grises jamás echaría de cabeza el secreto de Kazemaru.

    Llegó a una conclusión: Endo Mamoru. Y se golpeó mentalmente al no haberlo pensado cómo primera opción desde el principio.

    La comida terminó y todos se dispersaron para hablar en grupos o para jugar con la consola que el portero tenía en la sala. Sin distracciones, el ex –delantero se dirigió hacia su amigo de la banda en la cabeza, quien estaba platicando animadamente con Tachimukai y Tsunami.

    -Tachimukai, Tsunami, lamento esto pero tengo que robarles a Endo por unos minutos- dijo el rubio, recibiendo una sonrisa por parte de los nombrados y un gesto de curiosidad de Mamoru.

    -Claro Goenji, pero no te olvides que todos queremos saber qué diablos pasó con tu carrera- comentó el de cabellos rosas con una gran sonrisa, recibiendo una mirada de reproche de Tachimukai.

    -¡Eso es maleducado Tsunami!- soltó el ya no tan pequeño portero, con un leve sonrojo en sus mejillas, haciendo que su novio riera.

    -No te preocupes Tachimukai, no hay problema. Les contaré, pero ahora tengo algo que hablar con Endo, ¡Nos vemos en un rato!- se despidió el rubio, jalando a su amigo castaño del brazo, quien se dejaba mangonear sin saber qué es lo que planeaba ahora Shuuya.

    Llegaron hasta el jardín delantero, así que Goenji soltó a Mamoru, sentándose debajo del árbol en donde el dueño de la casa tenía su neumático. Endo imitó la acción del chico, mirándolo con curiosidad.

    -Es bueno estar todos juntos de nuevo, ¿No? Más cuando tú pareciste haber desaparecido del mapa.- comentó Endo, dejando su curiosidad de lado, ya que, de todos modos, si su amigo tenía algo que decirle lo haría en cualquier momento. No era bueno apresurar a Shuuya Goenji.

    -Lo siento, por alejarme, por lo de la boda, por todo pero…

    - Está bien, te comprendo- le sonrió el castaño, poniendo sus manos tras la nuca- pero, ¿Sabes algo? El día en que les dije a algunos de los muchachos que planeaba hacerte mi padrino para que vinieras, ellos se emocionaron mucho, sobretodo Kazemaru. Se llevó una gran decepción al saber que no vendrías…

    -Es de él de quien quiero hablar Endo, y es algo muy importante, prioritario. – interrumpió abruptamente el rubio a escuchar el nombre del de cabellos azulados. Mamoru, confundido, ladeó la cabeza. Goenji tomó aire, desviando levemente la mirada de su amigo.- Necesito que me digas algo muy importante Mamoru.

    El castaño frunció levemente el ceño; Goenji, generalmente, sólo le llamaba por su nombre cuando era algo muy importante.

    -Dime.

    El rubio volvió a inhalar, apretando los puños nerviosamente; ¿Desde cuándo Shuuya Goenji era tan nervioso? Ni siquiera él lo sabía.

    -¿Q-Quién…- el castaño contuvo el aire al escuchar a su amigo tartamudear, sólo le pasaba una pregunta por la cabeza ¿Qué diablos estaba sucediendo?- le gustaba a Kazemaru cuando íbamos en Raimon?

    Endo exhaló con fuerza, mirando fijamente a Goenji con la cabeza ladeada, sin entender muy bien el porqué del repentino interés del ex –goleador ante ese tema. Si no mal recordaba, si es que conocía bien a su tan querido amigo, Shuuya no era una persona, como decirlo…metiche.

    -¿Por qué quieres saber eso?- preguntó con cautela, cómo pocas veces lo hacía.

    La salud metal de Mamoru Endo se desvaneció en segundos cuando presenció aquel acto insólito: Goenji estaba sonrojado, mirando sus manos, las cuales parecían ser para el moreno lo más interesante del mundo ¿Qué había pasado con el rubio serio y reservado que conocía?

    El castaño puso a su hámster cerebral a dar vueltas en su ruedita- que varios del equipo pensaban que ya estaba bastante desgastada- tratando de atar cabos y comprender qué diablos pasaba ahí. Hasta que un pícaro y burlón pensamiento le pasó por la mente.

    -No me digas que… te gusta Kaze-chan- dijo el nombre del azulino en un tono entre burlón y meloso, dándole pequeños codazos en las costillas al rubio.

    -Sí- respondió Goenji con firmeza, clavando su negra mirada en Endo, acallando aquellas risitas burlonas que estaba soltando. El ex –portero de Raimon abrió la boca todo lo que pudo.- Me gusta Kazemaru… desde que íbamos a Raimon.

    Quizá, si el portero estuviera tomando agua en ese momento, la habría escupido sin pensárselo dos veces. Pálido, el chico subió su dedo tembloroso, apuntándolo hacia Goenji mientras balbuceaba cosas inentendibles.

    De repente, una furia torrencial inundó al castaño. Impulsándose con sus manos, se volteó, quedando se rodillas frente al rubio, agarrando las solapas de su chaqueta, comenzando a zarandearlo.

    -¡Te gustaba Kazemaru! ¡Te gustaba!- exclamaba el castaño con el rostro completamente rojo. Por la mente de Shuuya pasó un agradecimiento a la música que habían puesto dentro de la casa, la cual de seguro estaba haciendo que los impertinentes gritos de su amigo no se escucharan.- ¡¿Por qué nunca se lo dijiste?!

    -¡Porque todos en el equipo pensábamos que a Kazemaru le gustabas tú!

    Endo paró de agitarlo, mirándolo con los ojos bien abiertos.

    -¿Qué?- soltó en seco.

    -¿Me puedes decir qué le estás haciendo a Goenji? Desde dentro parecía que lo estabas matando- se escuchó la voz de Natsumi, quien estaba parada a espaldas de su esposo, con las manos en la cintura.

    Mamoru soltó la ropa del rubio, enfrentando a la pelirroja.

    -¡A Goenji le gustaba Kazemaru y nunca se lo dijo porque todos pensaban que a Kazemaru le gustaba yo!- la chica lo miró con la ceja fruncida.

    -Ajá, déjame entender Mamoru- habló Natsumi- ¿Me estás queriendo decir que no sabías que todo el equipo pensaba, o piensa en todo caso, que a Kazemaru le gustabas?

    -¡No!- gritó el muchacho, haciendo que Natsumi se llevara una mano a las sienes, sobándolas suavemente.

    -¿Por qué crees entonces que los demás casi te asesinan por escogerlo como padrino? ¿O por qué crees que obligaron a Terumi a recomendarle sitios de citas y a Suzuno y Midorikawa a distraerlo con el helado? Por favor Mamoru, que tan idiota puedes…

    -Disculpen que interrumpa el brutal descubrimiento, pero en verdad necesito saberlo Endo, ¿Quién diablos le gustaba a Kazemaru?- dijo con cierta irritación el joven rubio.

    Endo se llevó una mano a la nuca, torciendo la boca levemente mientras se echaba para atrás, cayendo sobre su trasero.

    -Bueno, es que eso es algo que me confió Kazemaru- “Aunque se lo haya contado a Natsumi… Por lo menos ahora ya sé porqué me lo preguntó” pensó, desviando levemente su mirada.

    Goenji estaba a punto de replicar, pero la chica de cabellos rojizos interrumpió, soltando un gran suspiro y cruzándose de brazos, lanzando una terrible mirada de obviedad al muchacho de ojos negros.

    -¿Sólo por eso están haciendo todo este teatro? Ahora entiendo porqué ustedes dos se llevan tan bien- Natsumi resopló, haciendo que Shuuya frunciera el ceño.- ¿Sabes algo? En realidad Kazemaru no era alguien que pudiera ocultar perfectamente las cosas, tu se lo dijiste muy bien cuando ese chiquillo Miyasaka quería que volviera al equipo de atletismo. Me sorprende, en serio, que tengas que ir mendigando respuestas…

    -¿Podrías ir al punto?- pidió Goenji, quien comenzaba a exasperarse.

    Natsumi se agachó, quedando junto a Endo y frente al rubio, subiendo una mano hasta la frente del ex –goleador de Raimon, dándole un pequeño coscorrón que lo dejó desconcertado.

    -A Kazemaru le gustabas tú, tonto.

    Describir los pensamientos de Goenji en ese momento era algo bastante complicado. Por un lado, su felicidad extrema se desbordaba extrañamente por su cuerpo, haciéndolo pensar cosas estúpidas de adolescente enamorado y algunas cosillas pervertidas tipo Terumi o Fudou; sin embargo, por otra parte, se encontraba golpeándose mentalmente por haber sido tan estúpido tantos años. Tal vez, más tarde, cuando arreglara todo este embrollo, le pediría al mismísimo Suzuno que le propinara una muy buena paliza.

    Pero eso, como había pensado, sería más tarde.

    Sin decir una palabra más, y dejando a la pareja discutir por algo que ni siquiera se había enterado, el rubio se levantó, dando unos cuantos tropezones en el proceso, y después de sacudirse rápidamente los restos de tierra y pasto que había en su pantalón, se dirigió a la casa con una mirada decidida.
    -¿Qué crees que vaya a hacer ahora?- preguntó Natsumi con los brazos cruzados, viendo al rubio con una leve sonrisa.

    Endo se levantó, y poniendo una mano en el hombro de la chica, le dedicó una gran sonrisa que dejaba ver sus dientes blanquecinos.

    -No lo sé, pero siendo Goenji será algo bastante impulsivo.

    Hubo un momento de silencio, en donde ambos compartían una larga mirada.

    -¿Quieres perdértelo?

    -Ni en un millón de años- respondió la pelirroja, avanzando junto al castaño hacia la entrada de su casa.

    Volviendo con el rubio, este ya había entrado a la casa, tan apresurado que Terumi y Shirou, quienes se encontraban conversando a lado de la puerta, lo miraron desconcertados por su evidente prisa.

    Goenji paseó sus negruzcos ojos, buscando su objetivo de ojos marrones y cabellos azules, encontrándolo platicando con Midorikawa, Hiroto, Fudou y algunos más. El rubio sonrió, dirigiéndose hacia el chico, quien reía por quien sabe qué cosa que, en ese momento, francamente no le interesaba en lo más mínimo.

    -¡Goenji! ¿Vienes a contarnos sobre tu rebelde salida de la medicina?- exclamó Fudou con una sonrisa burlona, haciendo que la atención se fuera directamente a Shuuya.

    -No, en realidad, vengo a aclarar un asunto con Kazemaru.

    -¿Conmigo?- se señaló el menor con su dedo, sin saber a qué se refería el rubio-¿Qué es lo que pasa Goenji?

    Shuuya volteó a ver a ambos lados, viendo que instantáneamente se había convertido en el foco de atención; se encogió de hombros y soltó una sonrisa cínica. Por lo menos dejaría en claro que Ichirouta era de él.

    -¿Goenji?- de un momento a otro, Kazemaru estaba de frente al mayor, quien lo había jalado de un brazo y ahora lo miraba fijamente, haciendo que el ex –atleta se sonrojara furiosamente- ¿Pero qué es lo que…?

    Kazemaru Ichirouta había sido interrumpido. Toda la sala se quedó en silencio, algunos con los ojos bien abiertos y la boca hasta el piso, otros sonriendo levemente y unos tantos más en shock; porque no podía haber una única reacción al ver a Shuuya Goenji besando posesivamente a Kazemaru Ichirouta, quien estaba más rojo que el cabello de Nagumo y Hiroto juntos.

    -También me gustas- susurró Shuuya al separarse del menor. Este sólo lo veía con sus ojos marrones sorprendidos, y sus labios entreabiertos y húmedos.

    -¿E-Eh?- se limitó a exclamar el muchacho, sin poder evitar el tartamudeo.- P-Pero, pero, ¡A ti te gustaba Shirou!- lo acusó, dejando una expresión perpleja en el rubio.

    -¿A mí qué?

    -¡Te gustaba Shirou! ¡Todo el equipo lo sabía! Es por eso qué…- Kazemaru desvió la mirada hacia el suelo, poniendo un pequeño puchero avergonzado- es por eso que nunca te dije que me gustabas. Y es por eso que tampoco te mencioné que él está con Terumi ahora.

    -¿De qué hablas Kazemaru? ¡A mí nunca me gustó Fubuki!- dijo Shuuya, sonrojándose levemente- espera, ¿Fubuki y Terumi son novios?- volteó a ver a los mencionados, quienes le sonreían mostrando sus manos unidas.

    -Bueno, soy bastante atractivo en realidad- mencionó el de cabellos grises en tono burlón, guiñándole el ojo al ex –delantero.

    Kazemaru y Goenji se miraron fijamente, pero no de una manera romántica-aunque el rubio todavía estuviera sosteniendo al menor del brazo- más bien parecía que compartían una mirada de sorpresa, consternación y estupidez infinita.

    -Tú creías que me gustaba Endo…

    -Y tú creías que me gustaba Fubuki…

    Hubo un silencio comunal. Todos miraban a los dos protagonistas de la asombrosa escena, mientras la advertencia de Game Over de la consola del dueño de la casa sonaba, y una cancioncita pegadiza amenizaba el ambiente.

    Hasta que la estruendosa y extremadamente burlona risa de Fudou Akio llenó el lugar.

    -¡Qué par de estúpidos!- gritó Fudou, golpeándose las piernas sin mostrar un poco de control o comprensión alguna.

    -¡Akio!-regañó Kido a su novio, aunque este parecía no importarle ni un carajo que el de rastas seguramente lo estuviera mirando detrás de esas gafas con el mensaje de: cállate o no habrá sexo. Al fin y al cabo sabía cómo obligarlo.

    -Bueno, no podemos negar que es una situación bastante tonta para dos personas tan inteligentes como Kazemaru y Goenji- dijo Hiroto, recibiendo una mirada matadora por parte de Kazemaru, Goenji y Midorikawa, aunque este último estuviera haciendo plegarias para poder contener la risa ante la situación de uno de sus mejores amigos.

    -Sí que eres un idiota Kazemaru- sentenció Suzuno, mirándose las uñas para después darle un puñetazo a Nagumo por reírse de su comentario.

    Y así, más comentarios comenzaron a surgir por parte de todo el equipo; algunos burlándose de ambos, y otros sólo de Kazemaru, principalmente Terumi y Suzuno.

    La pareja aun seguía en el centro de todos, y Goenji había bajado lentamente su mano para entrelazarla con la de el ex –centro campista de Raimon. Compartieron una corta mirada y sonrieron, para después empezar a reír, siendo acompañados también por las risas de sus amigos- y una sonrisa casi imperceptible de Fuusuke-.

    -¡Felicidades Kaze-chan! ¡Comeremos helado para festejar!- se había lanzado Midorikawa a abrazar a su amigo, rompiendo el agarre de este con Goenji, y dando pauta a que los demás se acercaran a felicitar a sus amigos por la reciente relación. Y vaya que en verdad necesitaban felicitaciones después de tremendas confusiones.

    Un rato más tarde, la reciente pareja por fin había dejado de ser el centro de atención, y se encontraban en el jardín, mirando el cielo estrellado, recargados en el árbol de la casa. Shuuya sólo sintió la cabeza de Ichirouta recargándose tímidamente en su hombro, y dejó salir una pequeña sonrisa.

    -¿Ahora todo está bien, no?- murmuró Kazemaru, cerrando los ojos. El rubio le respondió dándole un leve apretón a su mano.

    Y sí, desde ese día, todo estaría bien.



    -¡Goenji! ¡No nos has contado nada sobre la carrera!

    El rubio frunció las cejas al escuchar el grito de Fudou, y dando algunos refunfuños se levantó jalando a un muy divertido Kazemaru, que estaba esperando con ansias la explicación que daría su novio a todos sus amigos.

    -¡¡Goenji!!- ahora era Endo.

    -¡¡Ya voy maldita sea!!

    Y, cómo se dijo antes, todo siguió yendo bien…


    Hola, si llegaron hasta aquí, gracias por leer.
    Espero les haya gustado porque me costó mucho trabajo terminarlo, pero debo decir que me divertí mucho escribiéndolo.
    Muchas muchas gracias por su comentarios del primer capitulo, si alguien desea regalarme un comentario en este se lo agradezco de antemano, y amenazo con seguir escribiendo en este fandom ;)
    Gracias por leer.
    ¡Bye bye!
     
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  10. †Jova Plox†
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    Uooooooooh *O*
    bello!
    hermoso!
    PERFECTO! :=DFSDFSD:
    me encanto! *-* cuando sea grande quiero escribir como tu(? asdf xD okya
    escribes muy genialoso <3 *-* (aunque creo que ya quedo claro xD)
    harás mas fics de esta pareja cierto? seria genial *-*

    y pos no se que mas poner, te loveo(? XD :=amors:
    bye bye :=deeaaah:

    Pd: ya dije que escribias genial? :=nuse:
     
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    Not All Angels Have Wings...
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  12. Aly Rüsh
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    Me encantoooo:')
     
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  13. ~JustAnotherGirl~
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    LO ADORÉ
    Tu redacción y tu manera de expresar los sentimientos de los demás en omnisciente es espectacular...
    ¡Bravo! Espero que sigas escribiendo del fandom de Inazuma Eleven más seguido y con esa descripción tan inmaculada de las oraciones. Saludos.
     
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    Al parecer ha pasado un tiempo desde que fue publicado, sin embargo, y después de encontrarlo y leerlo, debía de escribir un comentario.

    La historia es simplemente maravillosa y llena de sutileza. Me fascinó el rimo de tu narración así como todo el desarrollo de ésta. Eres, en toda su expresión, una maravillosa escritora. (O escritor, lamento no estar segura)

    Si es a esto a lo que te dedicas te deseo la mejor de las suertes, pues tienes un talento nato. Y sino aún así espero te vaya de maravilla.

    Cuídate mucho y espero todo esté muy bien. Chuu~<3
     
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13 replies since 15/1/2016, 06:30   718 views
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