Esmeraldas

Un deseo en este día para el héroe del mundo mágico. Harry x Draco. Mpreg, romance, categoría K. Finalizado.

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  1. Tlacuilo
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    Muchas gracias y les deseo una muy feliz navidad a ustedes también y con el que sigue terminó este fic.
    ¡Mil gracias por sus comentarios!

    Epilogo


    Alwaid miraba su manita buscando en ella el secreto del universo o eso era lo que aseguraba Ron cuando el rubito se quedaba ensimismado en su puño, era un bebé de seis meses y por el momento no había otra cosa más interesante –en su opinión– dentro de su corral. Draco caminó hasta él y lo cargó en brazos, fue hasta donde Harry y él habían adornado el árbol, el moreno sostuvo la manita de su hijo y le dio una estrella, el pequeño la tomó estrujándola afortunadamente era maleable por un hechizo de Draco.
    –Te lo dije, esas manitas son un arma.
    –Es la curiosidad normal de su edad.
    –Esperó que sea eso y no que al visitar a tus amigos los gemelos haya aprendido a desbaratar las cosas para ver como funcionan.
    Harry observó a Alwaid y negó, su esposo exageraba. Draco le pasó al niño y con él Harry levitó hasta la punta del árbol.
    –Ahora mi niño ponla ahí –Señaló la punta del pino.
    El rubito miraba con sus esmeraldas como las hadas volaban jugueteando en las ramas de pino navideño y aplaudiendo dejó caer la estrella. Draco suspiró, pero la levitó hasta sus dos amores. Si Harry deseaba que su hijo colocara la estrella ¿quien era él para negarse? después de todo ahora eran una familia y todo gracias al moreno que no se había dado por vencido, aún recordaba sus día en el hospital…
    Harry caminaba por los pasillos contestando los saludos de medimago y enfermeras que ya lo conocían, pues se la pasaba todo el tiempo en San mungo, prácticamente ya era un residente y es que el chico no dejaba el hospital nada más que para traer ropa. Llegó hasta la habitación y entró, un rubio lo vio ingresar y giró de nuevo la vista hacia el ventanal.
    –De nuevo aquí Potter ¿No tienes algo más importante que hacer?
    – ¿Qué podría ser más importante que estar a tu lado?
    –Mira te lo vuelvo a repetir, te agradezco la ayuda, pero no es necesario que me visites, mucho menos que te quedes todo el tiempo aquí.
    – ¿Cómo te hago entender que cuando te dije que estaba enamorado de ti era sincero?
    –Nunca he sido muy crédulo y siendo quien soy y quien eres, para mí es imposible creerte.
    –Bueno yo hare lo imposible, posible.
    –Que cliché.
    Harry sonrió y se giró para seguir acomodando su ropa, el rubio estaba en una habitación doble y privada, pues el moreno lo pagaba todo y él prefería de ese modo para poder cuidar de Draco. Uno toques en la puerta se escucharon y Harry permitió el acceso, una pelirroja entró y saludo cortésmente.
    –Buenos días Malfoy –El rubio respondió y buscó un libro en su esquinero para evitar conversar con la visitante. – Me dijeron que estarías aquí ¡¿Como es que mi novio no ha podio ir a visitarme siquiera?!
    La chica miró la posible reacción de rubio más este ni se inmuto, en cambio Harry estaba con la boca abierta y rojo como tomate, y Ginny no sabía a si de vergüenza o furia, pero cuando el moreno frunció el seño y se acercó a ella tomándola del brazo y sacándola de la habitación supo que era lo segundo.
    – ¡¿Qué pretendes?!
    –Ayudarte, Hermione me ha dicho que él no cree que lo ames y pretendo que lo acepte dándole celos.
    – ¡Oh claro como no se me ocurrió a mí! Fingir que tengo novia y que mi confesión solo ha sido una burla o por lastima, así seguro que cae en mis brazos.
    La chica miro al moreno y supo que su plan al contrario de ayudar a Harry lo había hundido.
    – ¡Lo siento Harry! No era esa mi intención ¡Merlín como se me ocurrió!
    Harry abrazó a su amiga y dijo ya más calmado.
    –Perdóname Ginny es solo que me siento impotente, a veces quiero que me insulte como cuando éramos adolecentes, así por lo menos sabría que soy parte de su mundo, pero…
    – ¡Lo conseguirás ya veras Harry!
    La chica Weasley regresó a la habitación y asomando la cabeza:
    –No soy su novia, solo quería molestarlo –dijo guiñándole un ojo al rubio.
    Draco regresó a su lectura creyendo fervientemente que esos ex leones estaban locos. Harry entró de nuevo y se acercó a la cama acomodando las mantas sobre el cuerpo del rubio, este no lo miró siquiera.
    –Ella fue mi novia, pero ya no te lo juro.
    –No tienes que explicarme nada Potter –dijo el rubio.
    El moreno suspiró y continuó.
    –Si tú quieres puedes entrar a estudiar aquí, he visto que les has pedido prestados libros a los medimagos.
    –Me gustaría, pero no lo creo probable.
    –Te han ofrecido una beca.
    – ¿Tú se los pediste?
    –No, uno de tus sanadores ha visto que eres muy hábil con los encantamientos de sanación, por lo menos en teoría.
    –Tengo buena memoria.
    –Si… y bueno la beca incluye un lugar donde vivir, aquí mismo.
    –Sería fabuloso. –dijo sonriendo Draco.
    El moreno asintió quedándose en silencio, pues el rubio no le importaba o no recordaba que él le había ofrecido su casa para vivir. Harry se levantó y se dirigió al ventanal, tal vez hubiese salvado al rubio, pero no se había ganado su corazón y ahora cada vez dudaba más que lo hiciera, y por desgracias su amiga pelirroja no ayudó mucho. Fue diminuta, pero ahí estaba, una lágrima corría por su mejilla.
    Draco alzó la vista y vio al moreno, y como este lloraba sin hacer sonido alguno, algo se despertó en su alma y supo que el llanto que había sentido en ese lugar llamándolo no solo había sido de ese bebé rubio, si no también de este hombre que le había ofrecido más que su casa… le había ofrecido su corazón.
    –Potter.
    Llamó Draco y Harry se limpió de inmediato el rostro y giró hacia él.
    – ¿Si?
    –Potter, tonto cara rajada ¿De verdad, de verdad amas a este paria?
    –Tú no eres un paria, eres un mago fuerte y digno de muchas cosas.
    –Entre ellas ¿del héroe del mundo mágico?
    –Si tú quieres –dijo tímido Harry.
    Draco sonrió y alzó su mano para que el moreno la tomara, era inútil negar la realidad y el rubio lo sabía, ese bebé de quien más podría heredar esas hermosas esmeraldas, si no del niño que vivió para vencer… de San Potter.
    Draco tomó el rostro moreno y lo besó, Harry correspondió sonriendo dentro del beso, las manos se aferraron al cuerpo contrario y se fueron desnudando, la cama de hospital se convertiría en su tálamo nupcial y eso era más que suficiente, y cuando la resistencia natural de interior del rubio fue vencida, este sonrió ladino, pues sabía que ese encuentro era el que les daría una familia.
    Un mes después, Draco entraba a un Grimmauld Place totalmente redecorado por los mejores especialistas del mundo mágico y es que para Harry nada era mucho para darle a su Dragoncito, el rubio recorrió el lugar de la mano de su prometido y al terminar frunció el seño viendo a su pareja.
    –Falta una habitación.
    –Todo se hizo según tus indicaciones.
    –Falta la recamara del bebé.
    – ¡¿Qué?!
    Draco se acercó al moreno y le susurró al oído.
    –Vamos a ser papás.
    Y los gritos de júbilo de Harry llenaron la casa…
    El recuerdo llegó a su fin y Draco sonrió viendo como Harry trataba de detener a Alwaid que se lanzaba a los regalos bajó el árbol.
    –No Al, hasta mañana podrás abrirlos.
    –Harry no crees que eso no llegue hasta mañana con vida.
    Dijo Draco señalando una caja con hoyos. Su esposo lo miró y asintió.
    –Tienes razón, a ver pequeño revoltoso este si lo puedes abrir.
    El bebé rubio agarró el papel y tiró de el con todas su fuerzas, y con la ayuda de su padre abrieron la caja de donde salió un cachorro de crup color ébano, que movía sus colitas con singular alegría al verse liberado de su prisión.
    – ¿Y por que un crup?
    –Una promesa con alguien que me guio hasta ti, Dragoncito.
    –Oh… pues Feliz navidad amores.
    – ¡Feliz navidad a ti amor de parte de Al y mía!



    ¡Feliz navidad 2012!

     
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9 replies since 21/12/2012, 18:41   1000 views
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