Te odio...amor (Harry/Draco) +16. TERMINADO

Todo empezó en la tienda de túnicas de Madame Malkin, se vieron y...se odiaron ¿verdad?. (Algo de Ron x Hermione & Sirius x Remus). OoC. Mpreg opcional.

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  1. Rukkiaa
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    Lo que tanto deseo



    La noche de la selección, todos estaban muy emocionados. Pero sucedió algo inesperado. El cáliz eligió para Durmstrang, a Viktor Krum; para Beauxbatons, a Fleur Delacour; y para Hogwarts, a Cedric Diggory. Y cuando la multitud pensaba festejar, otro nombre salió del cáliz y resultó ser Harry.

    Todo el mundo se escandalizó, Harry se ganó muchos enemigos y encima Ron se enfadó con él como consecuencia. Sin contar con lo peor, y era que peligraba su vida al participar en el Torneo siendo tan joven. La primera prueba tendría lugar el veinticuatro de noviembre.

    Los días siguientes, fueron una pesadilla para el moreno ojiverde, porque todos los alumnos decían cosas a sus espaldas o delante de él, y no contaba con ningún apoyo, solo Hermione estaba a su lado y creía la versión de que él no había metido su nombre en el cáliz de fuego.

    En clase de Cuidado de Criaturas Mágicas, Hagrid les había contado, que los escregutos, que ya medían más de un metro, se estaban matando entre ellos por un exceso de energía contenida, así que les ordenó sacarlos a pasear con una correa. Y por fortuna, Fobos seguía con vida, y era el más grande de todos, de los que quedaban unos dieciocho, entre los que no estaba ya Atenea. Y el aspecto de las criaturas había cambiado mucho, puesto que les había salido una especie de coraza de color gris brillante. Parecían un cruce entre escorpiones gigantes y cangrejos de río, pero seguían sin tener nada que pudiera identificarse como cabeza u ojos. Se habían vuelto vigorosos y difíciles de dominar.

    Ataron la correa y se alejaron de la cabaña.

    -¿Cómo metiste el nombre en el cáliz, Potter?¿alguien lo hizo por ti?- Draco parecía bastante interesado y hablaba en baja voz por si las moscas.

    -Yo no lo puse- Harry estaba extrañado, normalmente, él empezaba las conversaciones con el rubio-y no sé quien lo hizo.

    -Anda ya...-Fobos tiraba de él y aceleró el paso.

    -Es cierto...vale que durante un momento me picó el gusanillo de participar, pero a la hora de la verdad no hice nada, es un suicidio, no sé lo suficiente de magia aún...y sólo Hermione, Hagrid y el director me creen- el moreno estaba resignado.

    -Yo te creo Potter...-las verdes orbes se posaron sobre él a una rapidez alarmante-sé que te gusta ser el protagonista y todo eso...pero dudo que quieras estirar la pata- Harry sintió que podía volar en cualquier momento de la inmensa alegría que le invadió.

    -Gracias Malfoy- el Gryffindor se dio cuenta de que si Draco le creía, no le importaba lo que pensaran los demás.

    -Pero quiero que gane Diggory- el rubio se rió ante la mueca de disgusto del otro, así que cambió de tema-¿como pueden crecer tanto los escregutos si no han comido desde que nacieron?

    -Pues...ni idea, será algo del aire- la verdad es que no tenía la más mínima comprensión.

    -Espero que Fobos no muera, es el mejor de todos- la criatura cada vez iba más rápido y obligó a Draco a correr, y a Harry a seguirle. Pero lo pasaron mejor que nunca en esa asignatura, hasta la fecha.

    Más días pasaban y la actitud de sus compañeros, para con Harry no había mejorado en absoluto, y le hacían rememorar los tiempos en los que pensaban que era el heredero de Slytherin, con la salvedad de que Ron, ahora no estaba a su lado, y según Hermione, era porque sentía celos de él. A diferencia de Cedric, que era el más popular de la escuela en esos momentos, popularidad que parecía compartir con Viktor, que sobretodo obtenía atención de las chicas.

    Las clases seguían como de costumbre. La profesora Trelawney continuaba prediciendo su muerte, no sin razón, ya que se acercaba la primera prueba del Torneo.

    Y en Pociones, cuando estaban a punto de realizar un antídoto y Snape dispuesto a envenenarle, Colin Creevey apareció interrumpiendo, ya que solicitaban a Harry para hacerle unas fotos destinadas a El Profeta.

    Cuando el moreno llegó a la pequeña sala destinada para las fotografías, se percató de que Fleur, Viktor y Cedric ya estaban allí, y se fijó también en una bruja que llevaba una túnica de color fucsia, a la que él no conocía de nada.

    Por lo visto, allí se llevaría a cabo, además, la ceremonia de la comprobación de la varita, para ver que éstas se encontraban en perfectas condiciones. Y le presentaron a Rita Skeeter, la bruja de la llamativa túnica, que escribiría un artículo sobre el Torneo para El Profeta.

    El encargado de revisar las varitas, fue Ollivander, que empezó por la de Fleur, y Harry descubrió que la chica era mitad veela. Continuó con la de Cedric, la de Viktor, y finalmente la del propio Harry. Todas, perfectas.

    Se tomaron las fotos y cuando el Gryffindor pensaba que se podía marchar libremente, Rita Skeeter le detuvo- quisiera hablar con usted señor Potter- la mujer tenía mucha fuerza en el brazo que le sujetaba y temió negarse.

    -Eh...-Harry vaciló.

    -Estupendo- y la bruja de rizados cabellos arrastró al chico hasta el armario de la limpieza, que le pareció de lo más acogedor para realizar su ansiada entrevista. Hizo sentar al moreno sobre una caja de cartón y ella hizo lo propio sobre un cubo. Sacó de su bolso un rollo de pergamino y una pluma que automáticamente se colocó sobre el papel, esperando para escribir incansable-bien, Harry, ¿qué te decidió a entrar en el Torneo?

    El ojiverde no podía quitar su vista de la pluma a vuelapluma, que escribía lo que le venía en gana, independientemente de lo que allí se dijera-yo no decidí participar-repuso Harry molesto-no sé cómo llegó mi nombre al cáliz de fuego, yo no lo puse.

    -Vamos Harry, no tengas miedo de verte metido en problemas, ya sabemos todos que tú no deberías participar, pero no te preocupes por eso, a nuestros lectores les gustan los rebeldes- añadió Rita y le guiñó un ojo.

    -Pero es que no fui yo, no sé quien...

    -¿Qué te parecen las pruebas que tienes por delante?-interrumpió la bruja-¿estás emocionado?¿nervioso?

    -No he pensado realmente...sí, supongo que estoy nervioso- y no mentía, se iba alterando por momentos.

    -¿Piensas que el trauma de tu pasado puede haberte empujado a probarte a ti mismo, a intentar estar a la altura de tu nombre?¿crees que tal vez te sentiste tentado de presentarte al Torneo de los tres magos porque...?

    -Yo no me presenté- Harry estaba muy furioso con esa supuesta periodista.

    -¿Recuerdas algo de tus padres?- a la mujer no parecía afectarle la molestia de su entrevistado.

    -No.

    -¿Cómo crees que se sentirían ellos si supieran que vas a competir en el Torneo?¿orgullosos?¿preocupados?¿enfadados?

    Esa era la gota que colmaba el vaso, y más al leer la sarta de mentiras que la pluma voladora escribía sobre él, así que sin responder, se levantó de un salto de aquella incómoda caja y salió del cuartucho sin mirar atrás, a toda prisa.

    Sentía que la molesta mujer lo seguía incesante llamándolo por su nombre, y Harry sin quererlo, ya andaba por pasillos por los que no solía frecuentar jamás, así que temía acabar en un lugar sin salida y que Rita lo acorralase y le obligase a seguir con aquella tortura.

    Como alma que lleva el diablo corrió y corrió, pero en sus oídos aún escuchaba los tacones de la periodista, que no se daba por vencida y le hacían poner muy nervioso y enfadado.

    Hasta que, al adentrarse en uno de los pasillos, contempló un par de parejas de alumnos, apoyados en la pared de ambos lados, dándose efusivos besos, como ajenos al resto del mundo, y a Harry le pareció una buena idea para disimular y que la bruja no reparase en él. Así que se le ocurrió, buscar a una chica para besarla y que Skeeter ni se diera cuenta, ya que aquel sitio parecía un lugar para enamorados.

    Decidido como estaba, aceleró el paso hasta el final del pasillo, donde había una intersección y rezó para que apareciese alguien, por suerte, oyó pasos y esperó un poco. Cuando la persona que se acercaba por allí estuvo a su lado, la agarró con fuerza de los brazos y le estampó un beso en los labios, mientras se pegaba en la pared, usando a la chica desconocida como escudo anti Rita.

    La desconocida estaba muy rígida y no se movía. Harry llegó a temer que a quien estaba besando fuese un profesor, pero en ese momento, poco le importaba un castigo, siempre sería mejor que la entrevista. Continuaba con los ojos fuertemente cerrados y los labios en tensión. Hasta que escuchó como los conocidos tacones le pasaban de largo y se pudo permitir, por fin, separarse de la persona que le había prestado involuntaria ayuda, que obviamente, le agradecería.

    Cuando Harry abrió los ojos, casi se desmaya.

    Draco Malfoy, su Draco, lo miraba con los ojos extremadamente abiertos y la cara desencajada. Harry aún lo tenía sujeto por los brazos, su mente era en ese momento un hervidero de pensamientos. Por un momento, le había disgustado la idea de malgastar su primer beso con cualquiera, pero el destino había jugado a su favor y al parecer, ese honor lo había tenido el rubio. Ni que decir tiene, que Harry estaba muy contento, por el devenir de acontecimientos.

    -Malfoy...esto...-Harry no sabía que decir, si hubiera sido una chica, le cabía la posibilidad de que a ésta él no le disgustase y todo quedase como mera anécdota, pero con Draco la cosa era muy distinta, porque éste le odiaba, menos que antes pareciera, pero así era. Se esperaba de un momento a otro un Avada hacia su persona.

    -¿Qué coño fue eso Potter?- por lo visto, las palabras del moreno sacaron del shock al ojigris, que se apresuró a soltarse del agarre y con gesto de disgusto, pasó una de sus manos por su boca, en ademán de limpiarla-¿de qué vas?

    -Perdona Malfoy...yo creí que eras una chica-las orbes del otro le miraron con más furia aún-solo estaba huyendo de una persona y quería pasar desapercibido- Harry no sabía donde meterse, a él le encantaba haber besado a Draco, pero lo que podía acarrear le aterraba.

    -¡Pues haber usado tu capa para desaparecer Potter!¿es qué no tienes cerebro o qué te pa...?- la cara del Slytherin se puso de un color violáceo y se llevó las manos a la cabeza-¡joder Potter! ¡mi primer beso ha sido contigo!¡joder!¡joder!

    El corazón de Harry saltó súbitamente. ¿Para Draco también había sido su primer beso?. Ardió en deseos de ponerse a bailar y gritar como un demente, pero se contuvo, pensando en lo que eso podría conllevar, así que disimuló- para mi también Malfoy, así que estamos igual-añadió como si estuviera molesto con la situación.

    -¡No lo estamos!...¡para ti no supone una vergüenza haber besado a alguien como yo!-(egocentrismo)-¡como se te vuelva a ocurrir acercarte a mi Potter, no respondo!

    -Descuida Malf...-Harry volvió a oír los aterradores pasos de la incansable bruja y sintió pánico, no había caído en que la periodista debía volver a pasar por allí para retornar a la sala de donde habían salido previamente, y sin pensarlo dos veces, volvió a agarrar a Draco y lo besó de nuevo.

    El rubio inicialmente se resistió. Una de sus manos intentaba apartar al moreno empujándole en el pecho, pero el ojiverde lo tenía bien cogido de la nuca y la cintura, y el rechazo duró poco.

    La situación había dado un giro de trescientos sesenta grados, ya que Harry, al saber que a quien besaba era al chico que tanto anhelaba, había perdido toda la tensión del primer beso con la supuesta desconocida y en este segundo, quería disfrutar todo lo que pudiese, y más cuando notó que Draco también se relajaba y le daba libre acceso a su cavidad. El moreno podía oler el dulce aroma que emanaba del cuerpo del rubio, la tibieza de su piel y lo agradablemente húmeda que era su boca. Lo mejor que había probado jamás. Recorrió cada rincón de la boca del rubio, no podía desaprovechar aquella maravilla, y el ojigris hacía lo mismo con la suya. Parecían librar una batalla en la que ninguno de los fuertes músculos se rendiría fácilmente, y la situación duró, incluso, cuando ya Rita Skeeter había desaparecido por completo de los alrededores.

    Quizás, demasiado tiempo para Malfoy, que de pronto se separó molesto del chico de las gafas redondas y salió de allí a pasos apresurados sin decir una palabra.

    Harry respiraba agitadamente. Los latidos de su corazón, volvían a resonar en sus oídos con fuerza, y tuvo que apoyar su cabeza en la pared para detenerse a analizar lo que acababa de pasar. Había hecho realidad lo que tanto deseaba, así, de pronto, sin planearlo. Comenzó a reírse y una de sus manos se posó en sus labios, alguien se había apiadado de él, y le había cumplido su más ferviente fantasía. Por una vez, los astros, estaban de su parte, y se sentía más feliz que en toda su vida. Al parecer, Rita, no era tan mala después de todo.

    Continuará...
     
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  2. Dan2102
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    ME EN-CAN-TO JAJAJA

    Excelente! Esos dos besos fueron pffff!! Jajaja Gracias por tan buen capi. Espero con ansias el prox. :D
     
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  3. Rukkiaa
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    ¿Repetimos?



    Cuando Harry fue a cenar esa noche, nada tenía importancia para él. Le daba completamente igual estar solo en la mesa de Gryffindor, le daba igual que Ron no le hablase, le daba igual que la escuela entera le odiase, le daba igual morir en el Torneo. Solo un pensamiento rondaba su mente. Draco, siempre Draco.

    Y su estado de ensoñación, no pasó desapercibido a la mañana siguiente para su inteligente mejor amiga, que mientras desayunaban en el Gran Comedor, intentó averiguar que le ocurría al moreno, que parecía de todo, menos disgustado, como últimamente se le había visto.

    -¿Harry, se puede saber qué te pasa?...es como si te hubiesen hechizado con la Imperius y estuvieras en otro mundo.

    El aludido levantó la vista de su intacto tazón de gachas, lanzó una mirada a su alrededor y como de costumbre estaba más apartado del resto de los leones, observó a su amiga y se animó a contarle-bueno...es que ayer pasó algo que...no se si deba decirte...

    -Algo bueno supongo- el chico asintió- me alegro de verte más animado Harry, sea por lo que sea, no hace falta que me lo digas si no quieres- y la pelicastaña dio un bocado a una de sus tostadas con mermelada de fresas.

    -Es que no sé qué puedas pensar de mi después...- Harry volvió a bajar la mirada con cierta tristeza y tomó una cucharada de gachas desganado.

    -¿Tiene que ver con Malfoy?- el moreno casi se traga el cubierto y Hermione empezó a reírse irremediablemente-acerté-susurró.

    -¿Por qué nombras a Malfoy?-la cara del chico estaba completamente roja.

    -Porque no soy tonta Harry, yo me fijo en las cosas- y le guiñó un ojo divertida-me he dado cuenta de como le miras 'disimuladamente' cada vez que anda cerca, si he de ser sincera, no comencé a percatarme, hasta los Mundiales de quidditch, me pareció muy raro cuando lo llevaste con nosotros, siendo que a él no le iba a pasar nada y salí de dudas, la noche en que llegaron los de Durmstrang y los de Beauxbatons y Ron habló de lo guapa que era Fleur...porque dijiste, en Hogwarts hay personas que están muy bien, en ese momento no pude evitar reírme, porque te salió solo, creo que ni te diste cuenta, por lo que estaba claro que te gustaba alguien, até cabos y pensando en la vez que cogiste a Malfoy cuando fue transformado en hurón, con la cara de preocupación tan grande que mostrabas, sumado a que te pusieras con él de pareja para cuidar al escreguto cuando se supone que os lleváis mal...salta a la vista.

    -¿Tan evidente es?¿lo sabe más gente?- la cara del moreno era de auténtico terror.

    -Tranquilo, no lo creo, para el resto del colegio sois los eternos rivales, ni se les pasaría por la cabeza llegar a imaginarlo-la chica tenía mucha razón, la escuela entera estaba demasiado preocupada odiándole como para fijarse en eso-¿y puedo saber qué pasó que te puso tan contento?.

    -Pues...-le daba mucha vergüenza, una cosa era alegrarse por lo sucedido, y otra, era dársela a conocer al mundo-le besé.

    A la pelicastaña se le cayó la tostada en el plato y le miraba estupefacta-¿có...cómo fue eso?

    -Ayer cuando me fui de clase de Pociones a sacarme las fotos para El Profeta, me encontré con Rita Skeeter- la chica hizo una mueca de desagrado-y empezó a hacerme una entrevista, pero todo lo que yo decía ella lo escribía como le venía en gana y encima eran puras mentiras, me acabé enfadando y me marché de allí furioso, pero ella me siguió, no sabía donde meterme, hasta que llegué a un pasillo....cómo decirte...donde había parejas besándose...

    -Ah si...he oído hablar de ese corredor....los profesores no pasan por allí y los alumnos aprovechan para dar rienda suelta a sus...pasiones, es un buen atajo a la biblioteca, si tienes mucha prisa -Hermione se había sonrojado ligeramente, estaba claro que ella había cruzado por allí alguna que otra vez.

    -A mi se me ocurrió entonces, coger a la primera chica que pasara y besarla, para que Rita no se fijase en mi y me dejase en paz, tal vez un plan muy cogido por los pelos, pero en ese momento no se me ocurría nada mejor, porque no me dejaba tranquilo, pero en lugar de una chica, fue Malfoy quien apareció, y aunque el primer beso no me gustó, ya que pensaba que era cualquiera...el segundo Hermione...ese fue inolvidable- Harry volvió a subir a las nubes.

    -¿Lo besaste dos veces?

    -Rita reapareció y no me quedó alternativa...

    -Bueno...al menos lo disfrutaste- la chica sonrió- tuviste suerte Harry, pero no te fíes de Malfoy aunque esté más suave.

    -Quiero repetirlo Hermione, quiero besarle de nuevo, y estoy pensando en pedírselo...

    -¡¿Qué?! ¿estás loco Harry? es Malfoy, se burlará de ti y ...a saber que hace- la cara de pavor de la morena no se podía disimular.

    -No hará nada Hermione, Draco jamás haría público nuestro beso...nunca se rebajaría a eso- la mirada del ojiverde se tornó triste por momentos- pero, sé que a él le gustó, me correspondió, no fui el único que disfrutó ese beso, quizás si le pido hacerlo de nuevo, él acceda...no sé, pero es que lo necesito de verdad-la chica empezó a reírse-¿qué?

    -Acabas de llamarlo Draco- puntualizó- y tienes razón en lo de que siempre será un secreto...te importa mucho Malfoy ¿verdad Harry?

    -Creo que le amo Hermione- la profunda sinceridad en los ojos verdes, le hizo cambiar de actitud a la pelicastaña.

    -Entonces Harry, haz lo que te diga el corazón, no seré yo quien te juzgue, si lo necesitas...hazlo.

    Harry sonrió ampliamente, contar con el apoyo de su mejor amiga en lo que se proponía hacer, y el hecho de que ésta ya supiera acerca de sus sentimientos y no lo repudiase, le llenaron de alegría y determinación. Esa noche, actuaría.

    Apenas pudo probar bocado en la cena. El estómago se le retorcía del intenso nerviosismo que le invadía. Durante el día casi no había visto al rubio, y pensaba apenado que éste le estaba evitando, lo que le hacía perder las esperanzas de conseguir lo que se había propuesto repetir. Y como no tenía nada que hacer, y tras un leve vistazo a Ron, que hablaba animado con Seamus, a varios metros de donde él estaba, se retiró del Gran Comedor.

    Fue a su dormitorio y esperó todo lo pacientemente que pudo a que fuera medianoche.

    A las doce en punto, y oyendo las respiraciones acompasadas de sus compañeros de habitación, ya profundamente dormidos, Harry se levantó sigiloso, cogió la capa de invisibilidad que permanecía escondida bajo su almohada junto al mapa del merodeador, y salió de allí.

    Por fortuna, esa misma tarde, con la susodicha capa, había logrado escuchar la contraseña de las serpientes y no le supuso ningún problema poder entrar en su sala común, que a esas tardías horas, estaba completamente vacía. Harry sacó el mapa y encontró a Draco, inmóvil, lo que significaba claramente que dormía, y al parecer sus compañeros de habitación, eran Crabbe, Goyle, Blaise y Theodore Nott. Chicos con suerte, pensó.

    Cuando llegó a la puerta del dormitorio del rubio y compañía, giró el pomo y abrió, provocando un leve quejido de bisagras, que no fue percibido por los que allí dormían. Los ronquidos de Crabbe y Goyle inundaban el lugar. Y el moreno se acercó con sumo cuidado a donde Draco permanecía tumbado, respirando con calma. La leve luz que emanaba de su varita le permitió distinguir con mayor claridad todo lo que le rodeaba, y Harry sacó su otra mano y zarandeó ligeramente por el hombro a Malfoy, que despertó sobresaltado.

    -¿Qué...?- dijo adormilado, Harry dejó al descubierto su rostro- Potter...¿qué quieres?¿como has entrado?-el rubio echó un vistazo a su alrededor asustado.

    -Necesito hablar contigo Malfoy, ven por favor-el moreno inconscientemente le tendía la mano.

    -Estás loco Potter...-Draco ignoró la mano que le ofrecía y se levantó. Llevaba puesto un pijama de seda verde oscuro, con botones blancos. Cogió su varita de la mesita de noche. Se colocó una túnica negra encima y tras el ofrecimiento mudo de Harry, ocupó un sitio a su lado bajo la capa.

    Caminaron por la escuela. Malfoy se dejaba guiar, aunque se le notaba algo nervioso. Sujetaba su varita con fuerza, desconfiado, por si aquello era una especie de trampa de su archi enemigo. Y Harry temblaba ligeramente. Estaba convencido del rechazo que sufriría, pero quien no arriesga no gana. Hasta que llegaron a una puerta familiar para el moreno, en la cuarta planta y entraron en un aula en desuso y polvorienta. Una vez en el interior, se quitaron la capa.

    -¿Qué lugar es éste Potter?-el rubio contemplaba con desagrado la habitación.

    -Aquí solía venir el primer curso, había un espejo especial que me gustaba ver antes de dormir....pero nunca viene nadie y quería hablar a solas contigo- Harry colocó la capa doblada sobre un desvencijado pupitre.

    -Esta bien, ¿por qué me has sacado de la cama a estas horas? espero que sea importante-el ojigris se cruzó de brazos y movía con nerviosismo el pie izquierdo.

    -Quería preguntarte una cosa-al moreno empezaron a sudarle las manos y notó que la boca se le secaba-el be...beso, el beso que nos dimos ayer....-se sonrojó intensamente y desvió la vista de Malfoy-¿te gustó?

    Draco se sobresaltó-¡por supuesto que no, Potter!, menuda tontería, me has hecho perder el tiempo, maldita sea ¿a qué viene esa pregunta tan estúpida?-siguió añadiendo un par de improperios más mientras se dirigía de vuelta a la puerta, pero antes de alcanzar el picaporte, se detuvo en seco y se dio la vuelta volviendo su vista hacia el moreno-espera...¿a ti te gustó?-empezó a reírse.

    -¡No!-se defendió Harry- para nada es solo que...-las risas del ojigris seguían-vale...lo reconozco, me encantó...

    Las carcajadas cesaron en el acto. Se miraron por unos instantes.

    -No me sorprende Potter, al fin y al cabo fue conmigo...pero no me esperaba que lo reconocieras....¿eso es todo?

    -Quisiera repetirlo...si tú quieres...-le temblaban las piernas y sentía que podía desplomarse de un momento a otro al suelo.

    -¿Repetir?- la cara del rubio parecía sopesar la información-bueno...supongo que no pasa nada porque esto no va a salir de aquí- Harry esbozó una enorme sonrisa-y sobra decir que de puertas afuera, seguimos llevándonos como siempre, no va a cambiar nada solo por darnos el lote de vez en cuando-añadió el chico con seguridad.

    -¿De vez en cuando?¿lo haremos más veces?-el ojiverde se sorprendió.

    -¿Solo quieres hacerlo hoy?

    -No claro...cuando quieras- Harry se acomodó las gafas con inquietud y carraspeó la garganta.

    El ambiente se volvió tenso. El moreno jugaba con sus dedos sin apartar la vista de ellos y sintió como el Slytherin se alejaba de la puerta y se acercaba a él, acelerando su pulso.

    -Esto también nos permitirá practicar Potter, para el futuro- Malfoy por su voz también denotaba cierto nerviosismo-cuando estemos con otras personas, así que supongo que no hay mal que por bien no venga.

    Lo de las otras personas no sentó nada bien a Harry y se le formó un nudo en el estómago-tienes razón-logró decir, molesto-¿cómo empezamos?

    -Tú sabrás...eres el experto asaltabocas- el rubio se ruborizó, y el ojiverde no se lo pensó demasiado y actuó.

    Harry estaba muy ansioso. No dejaba de pensar en probar esos labios nuevamente y la fortuna quiso, que se le ofrecieran por voluntad propia.

    La boca del rubio tenía un ligero sabor a hierbabuena, seguramente por la pasta de dientes, y el agradable aroma de su cuerpo, volvió a inundar las fosas nasales de Harry, extasiándolo. Era muy dulce, una mezcla entre vainilla y miel. Esta vez, el moreno pidió permiso para entrar en la boca del otro, y con la punta de su lengua, rozó el labio inferior de Draco, que le permitió el paso sin objeciones.

    Las manos del Slytherin sujetaban con decisión la nuca de Harry, y una de las del moreno, hacía lo propio en la cintura del ojigris, mientras la otra, se entrelazaba en los sedosos cabellos dorados. Ambos tenían los ojos cerrados, se dejaban llevar, mientras sus respiraciones se iban acelerando.

    Los besos comenzaron siendo profundos, volvían a inspeccionarse el uno al otro sin descanso, tímidos, pero deseosos, saboreando la apetecible saliva del contrario, hasta tornarse en besos apasionados, donde ambas lenguas se encontraban y entrelazaban como en un brioso baile. Cuando el aire les faltaba, se separaban levemente, agitados, pero rozando suavemente sus labios hinchados, con temor a demasiada separación, en tiernos y castos besos. Las mejillas de ambos estaban sonrojadas y el brillo de la luna era la única luz que les permitía distinguirse en la oscuridad.

    Harry ardía en deseos de confesarle al rubio sus sentimientos, entre alguno de los besos que se estaban dando, y acallar cualquier queja que saliera de la boca del otro con sus labios, si éste le replicaba. Pero no se atrevía. Lo que estaba viviendo era demasiado maravilloso como para destrozarlo. Si le contaba a Draco lo que sentía por él, seguro éste se escandalizaría, le rechazaría y no querría saber nada de él jamás. Decidió que era mejor callar, no quería perder la extraña especie de amistad que últimamente había labrado con el Slytherin, ni ese increíble contacto que estaba viviendo y que reviviría en continuas futuras ocasiones. Aguantaría de ese modo, todo el tiempo que fuera capaz de soportar, porque su amor por el rubio era tan grande que se conformaba con lo que fuese, siempre que tuviera que ver con él.

    Tras un largo rato de apasionado contacto oral, Malfoy dio el alto.

    -Mejor lo dejamos por hoy Potter, es tarde y tenemos clase a primera hora- un ligero gruñido involuntario de molestia salió de la garganta del Gryffindor-¿repetimos mañana a la misma hora?

    -Claro- el ojiverde intentaba regular su respiración- vamos, te acompañó a la entrada de tu casa- hizo ademán de ir a coger la capa, pero la voz del rubio le detuvo.

    -No es necesario Potter, me voy- y anduvo hacia la puerta mientras se colocaba un poco la cabellera rubia.

    -Pero Filch te puede pillar y...

    -Soy una serpiente, Potter, sé como evadir al conserje- soltó una pequeña risa y abrió la puerta y se marchó, dejando a Harry solo en su nuevo lugar preferido de la escuela.

    Continuará...
     
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  4. Dan2102
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    Oh... Draco tambien le quiere jejeje ya veremos que tanto xD cuando Harry ande con el Dragón jejej

    :D gracias, estuvo genial!

    CONTII! :)
     
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  5. Rukkiaa
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    Las apariencias engañan



    Lo primero que hizo Draco Malfoy, cuando entró en las oscuras y silenciosas dependencias de Slytherin, fue correr a su dormitorio con la varita en alto iluminándole el camino. Sólo había una persona para él que tenía toda su confianza, y ese era su buen amigo Blaise Zabini, al que, nada más cruzar la puerta de la habitación, despertó. Éste abrió ligeramente los ojos, y al distinguir que se trataba del rubio, se sentó en la cama.

    -Blaise- se le notaba a leguas la emoción que sentía-tengo que contarte algo increíble- el ojigris se había sentado a un lado de la cama del otro, con la varita aún iluminada en su mano y hablaba en voz baja para no despertar a los demás.

    -¿Qué pasa Draco?- Zabini se restregó los ojos-¿esto no será por un sueño que has tenido verdad?-dijo usando la misma intensidad de voz.

    -Es Potter...no sabes lo que ha pasado...

    -Oh no...¿vas a contarme de nuevo vuestro alucinante beso en el pasillo?, después de diez veces te advierto que cansa...-contestó hastiado Blaise.

    -No...es que Potter estuvo aquí...-los ojos del moreno se desperezaron ligeramente-quería hablar conmigo y...me pidió repetir el beso...así que ¡nos besamos otra vez! y vamos a hacerlo de vez en cuando-la cara del otro era un cuadro-obviamente yo me hice el desinteresado...que se crea que lo hago porque no tengo nada mejor que hacer...y nadie puede saber nada de esto jamás, pero...

    -Espera...me estas queriendo decir ¿qué tú y Potter se van a dedicar a liarse como si nada?

    -Mañana por la noche volveremos a vernos a escondidas- Malfoy estaba muy animado.

    -¿Dónde?

    -En un espantoso lugar que Potter ha encontrado por ahí, al que no entra nadie, el sitio está hecho un asco...pero menos da una piedra y lo importante es estar con Harry.

    -Me parece increíble...tú y Potter...es lo que querías, así que me alegro por ti, supongo ¿ahora vais a ser amigos y os dejareis de pelear?

    -¿Bromeas? todo debe ser como siempre Blaise, nadie puede sospechar nada, ni el mismo Potter, como hasta ahora.

    -Bueno a veces se te ha visto el plumero Draco, y has sido demasiado amable con Potter y sus amigos, has desperdiciado muchas ocasiones de 'disimulo', sólo por tu cariño hacia él- Zabini estaba en lo cierto, ya que las peleas de los dos príncipes del colegio habían pasado a segundo plano para los alumnos, porque no eran tan frecuentes sus riñas.

    -No me importa ¡Blaise fue tan genial! los labios de Harry, sus manos tocándome...

    -¡Calla! no me interesan los detalles Draco, no todos adoramos a Potter- el rubio le mostró el dedo corazón y se fue a su cama, dejando que su amigo volviera a acostarse.

    Cuando el ojigris se recostó en su lecho, el moreno pudo oírle susurrar un leve Harry, en tono meloso, y sonrió para sí. Parece que su compañero iba a tener suerte en lo que se le antojaba imposible, conquistar a Harry Potter.

    Al día siguiente, era viernes, y como no, tocaba Pociones con el queridísimo profesor Snape. Cuando terminó de desayunar, un pletórico Harry partió, junto a Hermione, a las mazmorras, donde se impartía la clase, pero al llegar, los de Slytherin esperaban fuera del aula, con grandes insignias en la pechera de la túnica. Harry pensaba que eran de la P.E.D.D.O, pero cuando se fijó mejor, en ellas se leía claramente y con letras en color rojo: Apoya a CEDRIC DIGGORY ¡el AUTÉNTICO campeón de Hogwarts!.

    -¿Te gustan, Potter?- esa hermosa voz solo podía pertenecer a una persona y dirigió la vista hacia su procedencia, Draco- y eso no es todo ¡mira!-el rubio apretó la insignia contra el pecho y el mensaje desapareció, dando lugar a otro que resaltaba en color verde: POTTER APESTA.

    Todas las serpientes reían divertidas, Hermione solo miraba a Harry como queriéndole hacer cambiar de opinión con respecto al rubio, debido a su molesta actitud. Evidentemente, la chica, al igual que Zabini, ya sabía lo ocurrido la noche anterior, y aunque al principio le había sorprendido y alegrado que el ojigris se prestase a semejante actividad, pensando que quizás su mejor amigo fuese correspondido; ahora la cruda realidad le había hecho creer que el rubio solo jugaba con el Gryffindor, tal vez, enamorándole para luego humillarle y rechazarle sin compasión. Ese era el temor de la pelicastaña, que obviamente, no le había comentado a su compañero.

    Harry no le dio ninguna importancia al tema de las insignias. Malfoy le había dejado bien claro, que frente a el resto del mundo, su relación de enemistad seguiría siendo igual, por lo que no le sorprendió la campaña del rubio a favor de Cedric. Lo que no le gustaba era que el Slytherin prefiriese al buscador de Hufflepuff, por sobre él. Y más, cuando Draco le creía en lo de que él no metió su nombre en el cáliz de fuego, y no quería participar voluntariamente en el dichoso Torneo.

    Varios días después, Harry seguía con su inusual alegría, ya que sus encuentros nocturnos con Draco, continuaban noche tras noche, y los besos que se daban cada vez eran más intensos y demandantes, aunque siempre era el rubio el que los daba por finalizados excusando clases u otras razones que al moreno molestaban, por el simple hecho de tener que separarse el uno del otro. Pero, en El Profeta se publicó el espantoso reportaje de Rita Skeeter, que a pesar de que en principio iba a ser sobre el Torneo de los tres magos en general, acabó siendo una lamentable biografía de Harry, sentimental y sin sentido, lo que le turbó un poco los ánimos. En el artículo, decía del joven Potter que por las noches lloraba por sus padres, pero no lo confesaba por vergüenza, además, añadió comentarios de otros alumnos en los que se decía que Hermione era su novia, cosa que independientemente del afecto que profesaba a su mejor amiga, le molestó, dado que su corazón pertenecía por completo a otra persona y encima no podía gritarlo a los cuatro vientos como deseaba hacerlo constantemente. De hacerlo, seguro que salía en la portada.

    Tras leer la gran cantidad de estupideces y falacias que había escrito aquella odiosa bruja, Harry se perdió del Gran Comedor, porque los alumnos empezaron a meterse con él, ofreciéndole pañuelos por si sentía la necesidad de llorar por sus padres o juzgando su inteligencia, puesto que en el reportaje se daba a entender que Potter era maravilloso y no había nadie como él.

    Harry corrió por uno de los pasillos rumbo a alguna parte, oyendo las burlas a su paso, hasta que una voz entre la multitud lo llamó.

    -¡Eh, Potter!

    Más que harto, el moreno se detuvo en el corredor y empezó a gritar antes de acabar de volverse hacia la persona que le había llamado-sí he estado llorando por mi madre muerta hasta quedarme sin lágrimas y ahora me voy a seguir...

    -No...sólo quería decirte....que se te cayó la pluma.

    Era Draco y el ojiverde se puso colorado ante su propia estupidez-ah, perdona-susurró él, recuperando la pluma.

    -Estás fatal Potter- el rubio giró sobre sus pasos y se fue.

    El martes tendría lugar la primera prueba del Torneo, y la pobre Hermione tenía que lidiar con los comentarios de las chicas de la escuela en su contra, ya que sufría los daños colaterales del artículo de Rita. Además, se preocupaba de volver a reconciliar a sus dos cabezotas amigos, inútilmente. Y se devanaba los sesos pensando en la oculta cuasi relación que mantenían Harry y Draco, y como acabaría el asunto.

    Tres días antes, el viernes por la noche, el rubio y el moreno, estaban sentados sobre una manta de color rojo oscuro, que habían puesto en el suelo. Habían adecentado un poco la habitación de sus encuentros, ya que la gran acumulación de polvo que tenía el lugar les incomodaba. Por lo que estaba limpia, pero las viejas mesas y sillas, seguían apiladas junto a una pared del fondo. Los, ahora pulidos cristales de la ventana, dejaban pasar el claro resplandor de la luna, pero los chicos habían iluminado la estancia con varias velas flotantes.

    Draco permanecía sentado con un libro y un pergamino sobre sus piernas cruzadas y Harry sólo golpeaba con una pluma el papel, como ensimismado. Aparte de para los besos, ambos habían acordado usar el lugar incluso para hacer deberes, así que algunas veces quedaban justo después de cenar, para tal finalidad.

    -¿Sigues sin saber de qué va la primera prueba?- Malfoy rompió el silencio sin apartar la vista de sus quehaceres.

    -Ni idea y me temo que no pasaré de ahí-el rubio le miró con cierto reproche.

    -No digas tonterías Potter, tampoco eres manco.

    -Ya...pero no me siento preparado, a decir verdad, el constante machaque de la escuela en mi contra y que Ron pase completamente de mi...me bajan la moral, por no decir tus populares insignias...-Harry miraba a Draco con ojos de cachorro abandonado.

    El rubio rió-yo ya no la llevo Potter y no voy a decirles a los demás que se las quiten, muchos siguen pensando que metiste tu nombre en el cáliz y sería muy raro que yo te defendiera.

    -¿Por qué no la llevas? eres el creador...Hermione siempre lleva la suya encima.

    -¿La suya? ¿de qué tiene ella insignias?-Malfoy estaba intrigado.

    Harry se levantó y sacó algo de su bolsa, se acercó al rubio y le mostró la de P.E.D.D.O.-es su Plataforma Élfica de Defensa de los Derechos Obreros-la cara del ojigris denotaba confusión-quiere lograr que los elfos domésticos tengan un salario y unas mejores condiciones laborales...pero no le va muy bien, solo estamos en ella, Ron, Neville y yo, por lo que solo ha conseguido seis sickles para su campaña- volvió a sentarse con desdén.

    Draco revolvió su bolsa y tendió la mano a Harry, soltando sobre la palma de éste, dos sickles- dame una insignia de esas-añadió indiferente.

    El moreno se sorprendió-¿vas a unirte a la P.E.D.D.O.? Hermione se va a alegrar muc...

    -Puedo hacer que más gente se una Potter, a dos sickles cada uno.

    -¿Cómo?

    -Fácil, les diré que éstas iniciales significan otra cosa, mmm- sostuvo la insignia en sus manos un momento- Potter Es Débil y Demasiado Odioso, ¡nos las quitaran de las manos!- y comenzó a reírse.

    -Piensas decir que significa eso cuando la lleves puesta ¿verdad?- la cara de Harry era ahora de cachorro apaleado.

    -Habla con tu amiga por si le interesa tener más afiliados a su causa- le guiñó un ojo y colocó la insignia en la solapa de su bolsa-ah no perdona, que es tú novia-se hizo un silencio incómodo.

    -No es mi novia, supuse que lo sabrías- Harry estaba dispuesto a hacerle salir de dudas si fuese necesario con cualquier método.

    -Ya lo se Potter, pero es de lo que habla todo el mundo....bueno de eso y de que te la pasas llorando todo el día.

    -Odio a esa Skeeter- el moreno se llevó las manos detrás de la cabeza y se tumbó.

    -Es una mentirosa, porque yo en todos estos años solo te he visto llorar una vez- los ojos de Malfoy estaban puestos otra vez en su tarea, pero Harry sintió que un rojo intenso adornaba su cara y recordó aquella navidad, en la que habían discutido y estado a punto de besarse bajo el muérdago.

    La noche del día siguiente, sábado, Harry y Draco no pudieron quedar, puesto que el de las gafas redondas, tras la excursión a Hogsmeade, había descubierto gracias a Hagrid, que la primera prueba, tenía que ver con dragones, y más tarde en su sala común, tuvo una charla con Sirius a través de la chimenea, lo que acabó con otra discusión tonta con Ron. Y todo el día siguiente se lo pasó con Hermione investigando sobre dragones y hechizos que poder usar contra ellos, sin éxito. El lunes por la mañana, se sintió mal consigo mismo y apiadándose de Cedric le había contado sobre la primera prueba, puesto que era el único que no sabia nada.

    El rubio no parecía enfadado por los dos últimos plantones, comprendía perfectamente la situación por la que pasaba el niño que vivió. Además, había acertado al pronosticar que las insignias de P.E.D.D.O. serían un éxito con su nuevo significado y pronto, Hermione se vio con un listado de más de cuarenta personas afiliadas a su causa, lo que la regocijó y pudo llenar la escuela de panfletos. Esa noche, lo que Harry si tenía claro, como al día siguiente iba a morir probablemente, es que no la pasaría lejos de su ojiplata.

    Al llegar la, en palabras de Potter, última noche de su vida, fue antes de lo esperado a su rincón secreto del castillo. No había comido en la cena, puesto que nada le pasaba de la garganta. No tenía la más remota idea de como vencería a esos dragones y temía que el rubio no se presentase por los desplantes de las noches anteriores. Por suerte, se equivocó. La dorada cabellera apareció por la puerta trayendo consigo un plato de humeante estofado.

    -Necesitas comida Potter, mañana es la prueba y vas a perder por la falta de alimento- Harry estaba pálido, mirándole.

    -Son dragones Malfoy, ¡la primera prueba es enfrentarse a un dragón!-el ojigris se quedó en silencio-y no sé como derrotarlos, voy a morir seguro- no pudo evitarlo y abrazó delicadamente al chico por la cintura, que apartó el plato de comida del medio.

    -Come Potter...pensaremos algo-dijo Draco dulcemente cerca del oído del otro.

    Harry le obedeció sin rechistar, sentándose sobre la manta.

    -Piensa en lo que mejor se te da Potter- el moreno dejó la cuchara en suspenso por un rato.

    -Pues...la escoba...pero no podré llevarla a la prueba.

    -Pero varita si ¿no?-Draco estaba sentado en uno de los pupitres y sonreía triunfante.

    Harry se levantó de un brinco-¡tengo que buscar a Hermione para que me ayude con el encantamiento convocador!- corrió hacia la puerta, hasta que oyó una tos que le hizo detenerse.

    -¿Crees acaso qué yo no sé hacerlo?-el rubio se había cruzado los brazos, claramente molesto.

    -¿Tú me ayudaras con esto? podemos estar toda la noche...

    -Cuanto antes empecemos, mejor- Malfoy se puso en pie y comenzó la clase, que terminó favorablemente a las cuatro de la mañana-debes dormir Potter, necesitas recuperar fuerzas- Draco se inclinó hacia el moreno y depositó un suave beso en sus labios-suerte- y se fue.

    Continuará...
     
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  6. Dan2102
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    Que bonito jeje Draco esta más que enamorado xD

    Excelente.. De verdad excelente Jeje ... :D

    Conti pronto!
     
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  7. Kerry_Lestat
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    ¡¡¡ME ENCANTA!!! ㄟ(≧◇≦)ㄏExcelente historia. Esperando con ansias la continuación.
     
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  8. Rukkiaa
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    El baile de Navidad



    La prueba fue muy peligrosa, y a Harry le había tocado el dragón más temible, el colacuerno húngaro, pero gracias al encantamiento convocador que había perfeccionado con ayuda del rubio, y su Saeta de Fuego, había conseguido un huevo de oro para la segunda prueba, y recuperó, además, la amistad perdida de su mejor amigo, Ron. Y el resultado de la puntuación le había hecho empatar en el primer puesto con Viktor Krum.

    Esto, conllevó, que los alumnos de Hogwarts, y en mayor medida los leones, volviesen a llevarse bien con Harry, y por una gran fiesta que tuvo lugar en la sala común, el moreno de las gafas redondas no pudo encontrarse con el chico que tanto le había ayudado, y agradecérselo como se merecía. Para colmo, el huevo de oro, emitía un sonido espantoso cuando lo abría, y volvía a estar completamente en blanco de cara a la siguiente prueba, que sería el veinticuatro de febrero.

    El miércoles por la noche, y tras todo un día de incesantes miradas cómplices entre Harry y Draco en el Gran Comedor, de las que solo Hermione era consciente, los 'eternos rivales' se encontraron frente a frente y a solas.

    -Bien hecho, Potter- con el puño cerrado, Malfoy dio un suave golpe a Harry en el hombro-ese colacuerno fue un hueso duro de roer...aún me cuesta creer que lo lograses-añadió divertido.

    El moreno sonrió- en realidad fue gracias a ti que lo conseguí- y sin dudarlo dos veces, besó a Draco. Lo había echado mucho de menos, porque cada vez lo necesitaba más, su presencia y su contacto, eso podía ser un grave problema en las vacaciones, que se acercaban peligrosamente.

    A principios de diciembre, el frío llegó a la escuela como de costumbre, cosa que obligó al Gryffindor y al Slytherin, a añadir más mantas a su habitación privada.

    Cuando les tocó Cuidado de Criaturas Mágicas, sobre esas fechas, descubrieron que sólo quedaban diez escregutos, Fobos entre ellos, que destacaba por su mayor tamaño. Ya median casi dos metros de largo y Hagrid les había hecho meterlos en cajas con provisiones, por si a las criaturas les daba por hibernar, así que los repulsivos bichos disfrutarían de almohadas y mullidas mantas, pero eso solo hizo enfurecer a las alimañas y la clase fue un verdadero desastre. Puesto que los escregutos acabaron desperdigándose por el huerto de calabazas del gigante y asustando a la mayoría de los alumnos.

    Gracias a una incursión a la cocina de la escuela, Harry había descubierto que Dobby, el antiguo elfo doméstico de los Malfoy, trabajaba allí y que a diferencia de los demás, tenía un sueldo y vacaciones, algo que alegró a Hermione, no así a los demás elfos del lugar.

    Cuando llegó el jueves, en la clase de Transformaciones, la profesora McGonagall les soltó una bomba para la que ni Harry ni Ron estaban preparados. Habría un baile de Navidad, algo tradicional, por lo visto, en el Torneo de los tres magos, para relacionarse los alumnos de las tres escuelas. Empezaría a las ocho de la tarde y terminaría a medianoche. Sólo podrían asistir a el, los alumnos de cuarto curso en adelante a no ser que alguien invitase a personas de cursos inferiores. Y les obligaban a asistir con túnica de gala, cosa que dieron ganas de llorar al pelirrojo al recordar la suya.

    Al finalizar la clase, la profesora McGonagall llamó a Harry para hablar a solas.

    -Potter, los campeones y sus parejas...

    -¿Qué parejas?-preguntó Harry asustado.

    -Vuestras parejas para el baile de Navidad, Potter- dijo la profesora-vuestras parejas de baile.

    Harry sintió que se le encogían las tripas-¿parejas de baile?-notó como se ponía rojo-yo no bailo-añadió.

    -Sí, claro que bailas-replicó algo irritada la mujer-eso era lo que quería decirte, es tradición que los campeones y sus parejas abran el baile.

    El moreno se imaginó a si mismo yendo solo al baile, probablemente, puesto que si pensaba en parejas, era Draco quien le venía a la mente y dudaba mucho que éste quisiera ir con él-yo no bailo-insistió.

    -Es la tradición-declaró firme McGonagall- tú eres campeón de Hogwarts, y harás lo que se espera de ti como representante del colegio, así que encargate de encontrar pareja, Potter.

    -Pero...yo no...

    -Ya me has oído, Potter- la profesora, dio por terminada la conversación.

    Harry salió del aula muy enfadado. Estaba claro que tendría que bailar por obligación, y una idea le cruzó por la cabeza. Cuando le había pedido a Malfoy repetir el beso, se había arriesgado y había terminado ganando, tal vez, si se atrevía, esta vez también tuviera suerte. Por lo que en la noche, tras la cena, consiguió escabullirse de Ron y fue a la habitación de los besos.

    Al rato, Draco apareció comiendo regaliz y con varios libros en la mano. Así que se pusieron a hacer los deberes.

    El primero en terminarlos fue el rubio, que se acurrucó junto al Gryffindor, mientras éste terminaba su tarea-qué frío hace- dijo y se agarró fuertemente del brazo derecho del moreno, deteniendo su escritura.

    -Si- Harry sonrió ante este gesto, le encantaba que su Draco actuase así de adorable.

    -¿Ya tienes pareja para el baile, Potter?-el rubio le miraba con sus orbes plateadas atentamente.

    -No...pero supe lo del baile esta mañana por lo que aún me queda mucho tiempo...¿por qué? ¿tú si tienes?- se temió lo peor.

    -Si-ahí estaba, el balde de agua fría que el moreno esperaba, no debía sorprenderse, el rubio era muy guapo, y la gente no estaba ciega.

    -¿Quién?- Harry intentaba disimular el nudo que se le había formado en la garganta y carraspeó.

    -Pansy- un momento...¿Parkinson? ¿esa estúpida que se pasaba el día detrás de su serpiente? jamás deseó tanto la muerte de nadie que no fuese Voldemort, esa maldita se le había adelantado y no había perdido ni un segundo-está por mi, así que acepté llevarla para que sea feliz.

    Harry sentía que de un momento a otro le saldría humo por las orejas, Draco sabía que Pansy estaba interesada en él y aún así le daba esperanzas ¿eso qué significaba? ¿podría llegar a salir con ella como pareja de novios? unas inmensas ganas de llorar afloraron en su pecho, pero decidió centrarse en la lectura de lo que había escrito en el pergamino que aún sostenía, aunque solo distinguía formas borrosas-me alegro-espetó como pudo.

    -Me sorprende que no te hayan invitado todavía Potter, con lo popular que eres- Harry quería contestarle que se habría negado a cualquiera para ir con él, pero se contuvo. Las tripas se le retorcían como culebras y sintió náuseas. Como había podido ser tan imbécil. Debía haberse dado cuenta de que sus encuentros tardíos con Draco no eran más que eso, encuentros, no la antesala a una seria relación amorosa, como él se aventuraba a pensar constantemente. Pero no podía dejar de hacerlo. Por más que el rubio lo envenenase, se había vuelto adicto a él, a todas horas. Malfoy era su droga y no quería desintoxicarse. Lo amaba profundamente.

    Durante la semana que siguió, Harry no dejaba de recordar en su cabeza incesantemente la voz de Draco, diciéndole que iría al baile con Pansy, a la que sobra decir, que el moreno no podía ni ver. Y por desgracia, ninguna chica parecía ir sola nunca, siempre en grupo, lo que les impedía a Ron y a él acercarseles. Evidentemente, y ante las perspectivas del baile, muchos alumnos, más que nunca, se quedarían en la escuela esas navidades. Y a pesar de la situación, el ojiverde y el ojiplata continuaban teniendo sus tradicionales encuentros, salvo la noche previa al baile.

    Finalmente, Harry y Ron irían con las gemelas Patil, Parvati con Potter y Padma con Weasley. Ginny iría con Neville, puesto que, sino, no podría asistir, ya que ella estaba en tercero, y el chico que quería que la invitase no pensaba hacerlo ni remotamente.

    La mañana del temido día llegó, y con ella, los regalos. Harry ese curso, recibió de parte de Dobby, que de paso le había despertado a él y a sus compañeros, un par de calcetines, uno rojo con escobas voladoras dibujadas y otro verde con snitchs, hechos a mano por él mismo. De sus tíos, un pañuelo de papel. De Hermione un libro llamado Equipos de quidditch de Gran Bretaña e Irlanda. Ron, una bolsa rebosante de bombas fétidas. Sirius, una navaja con accesorios y Hagrid, una caja bien grande de chucherías. Y de Molly, como era habitual, un jersey nuevo, de color verde (ejem) con el dibujo de un dragón (más ejem), sumado a un montón de pastelillos caseros.

    Cuando se acercaba la hora del baile y del banquete que le precedería, se encaminaron a su dormitorio, cruzando por el cuadro de la, en ese momento, borracha Señora Gorda, que había elegido como contraseña: luces de colores. Se pusieron las túnicas de gala y salieron de allí rumbo al vestíbulo. Harry se había encontrado con Parvati en la sala común, y ésta llevaba una túnica rosa y el pelo recogido en una larga trenza. La túnica de su hermana Padma, por el contrario, era de color azul turquesa brillante, y estaba algo decepcionada con su pareja pelirroja de baile. Fleur asistía con Roger Davies, el capitán del equipo de Ravenclaw. Ron no cesaba en preguntar por Hermione que no daba señales de vida por ninguna parte, pero Harry solo podía pensar en una persona, que pocos minutos después, vio aparecer, subiendo una de las escaleras que llevaba a las mazmorras. Draco hizo acto de presencia, seguido de varios Slytherin más, entre ellos Crabbe y Goyle, que no tenían pareja. Malfoy vestía una túnica negra de terciopelo con cuello alto y de su brazo enganchada, una sonriente Pansy Parkinson, con una túnica de color rosa pálido con muchos volantes. 'Espantosa', pensó Harry, que si no fuera porque era una chica, le habría golpeado con todas sus fuerzas. Salvo los campeones, todos los demás alumnos debían ir entrando al Gran Comedor. Y Harry se sorprendió al ver que la pareja de Viktor Krum era su mejor amiga. Cedric también apareció con Cho Chang.

    Los participantes del Torneo y sus parejas se sentaron durante el banquete en la mesa principal, al lado de los profesores, hecho que le daba a Harry mejor vista del recinto y podía ver con desagrado, mientra se atragantaba con las gulasch de ternera que había pedido para cenar, a la insoportable de Pansy radiante de felicidad junto a su rubio, que, dicho sea de paso, parecía también muy contento y lo ignoraba completamente, puesto que en lo que llevaban de noche, ni una mirada le había dirigido.

    Al terminar la cena, la sala fue despejada y Las Brujas de Macbeth subieron al escenario, dando comienzo oficialmente al baile. Sin demasiado ánimo, tuvo que bailar con Parvati, tal y como le había dicho McGonagall, pero la chica salió mal parada, cuando inevitablemente y por dejar de prestar atención a su pareja de danza, le pisó varias veces. Y todo por estar pendiente de Draco y Parkinson, que se habían unido a las personas que bailaban a su alrededor bastante animados.

    El resto de la fiesta, el moreno de redondas gafas se la pasó sentado en una de las sillas de alrededor junto a Ron, y ambos con una cara de fastidio patente y sin quitarle el ojo de encima a Malfoy y a Granger, con la que el pelirrojo acabó discutiendo, debido a sus evidentes celos.

    A medianoche, el baile de Navidad llegó a su fin y Harry tenía claro lo que iba a hacer, pero antes de que lograse salir del Gran Comedor, Cedric se acercó a él y le aconsejó que tomase un baño en el aseo de los prefectos del quinto piso, llevándose con él el huevo de oro. Pero como el ojiverde no tenía la cabeza para esas cosas, apartó esa extravagante idea de su cabeza y fue al aula vacía esperando encontrar allí a Draco.

    El rubio apareció varios minutos después, cuando ya Harry, nervioso, tamborileaba en el alfeizar de la ventana con sus dedos.

    -Menuda fiesta ¿eh?- Malfoy estaba bastante alegre y sonreía ampliamente, apoyado de espaldas a la puerta.

    -Te divertiste parece...-Harry no quería ni mirarle, tenía ganas de echarle en cara haber ido con Pansy, el no haberle mirado ni un solo momento en toda la noche, ni un leve saludo con la cabeza, nada, como si no existiera. Echó de menos incluso algún insulto, quizás metiéndose con su pelo rebelde y desmarañado, imposible de peinar ni para las mejores ocasiones. Pero él no tenía derecho a hacer algo así, debía soportar que Draco estuviese con quien quisiera, y que hiciese lo que quisiera, aunque le doliese en el alma.

    -Mucho ¿qué tal con Parvati?- el rubio se acercó a donde él estaba-la vi bailar con otro chico ¿te dejó tirado Potter?

    -No-tajante-no me gusta bailar...y a ella sí, solo la llevé porque McGonagall me obligó a tener pareja para el baile- estaba muy furioso y lo peor es que el ojigris no tenía la culpa de sus, al parecer, enfermizos celos.

    -¿No te gusta bailar? a mi sí- Malfoy puso una mano en el hombro de Harry y le habló cerca del oído, tensándolo-seguro que no te gusta porque no se te da bien, te vi algo torpe en el baile de apertura, yo puedo enseñarte si quieres.

    El recuerdo de su amado rubio bailando con la molesta de Parkinson inundó su mente, y en un segundo, estaba besando a Draco con una fuerza y una pasión desmedidas. Era como si temiese que se le escapase. Que se le esfumase de entre los dedos, cual humo. Quería sentirlo. Que solo estaban ellos dos y no existía nadie más. Que el corazón del Slytherin solo fuese suyo. Le parecía increíble la manera en la que todo su ser demandaba al ojiplata, todos los poros de su piel lo anhelaban con fervor y no podía creer que por algún ínfimo momento hubiese llegado a odiarlo.

    Continuará...
     
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    como me lo dejas asi eres una persona cruel que le gusta jugar con nuestra inpaciensia y saves ques muy poca buuuuuuuuaaaaaaaaaa yo quiero conty.
    pregunta: ellos solo se vesan cuando se encuentran o hacen algo mas? porque siempres mencionas los besos que se dan, porque si yo tuviera un novio como Tom Felton (Draco) queria todo de el no solo sus besos (>_< huy que pervertida soy).
    cuando abra lemon?
    y sube la conty pronto que me muero.
     
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  10. Dan2102
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    Jaja muy buen capi. Jeje

    me encanta un Harry celoso jje.. Contii
     
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  11. Rukkiaa
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    QUOTE (monarus_103 @ 18/4/2013, 03:47) 
    como me lo dejas asi eres una persona cruel que le gusta jugar con nuestra inpaciensia y saves ques muy poca buuuuuuuuaaaaaaaaaa yo quiero conty.
    pregunta: ellos solo se vesan cuando se encuentran o hacen algo mas? porque siempres mencionas los besos que se dan, porque si yo tuviera un novio como Tom Felton (Draco) queria todo de el no solo sus besos (>_< huy que pervertida soy).
    cuando abra lemon?
    y sube la conty pronto que me muero.

    Por ahora solo se besan...es que aún son algo peques para pasar a mayores...pero queda menos XD

    El regreso de Voldemort



    El resto de las vacaciones, tanto él como sus amigos, las pasaron haciendo deberes, ya que, ni siquiera con el baile de Navidad por medio, los profesores les habían dado tregua. Y al comenzar de nuevo el curso, Harry, con pesar, canceló su habitual cita con Draco, para hacer una incursión nocturna al baño de los prefectos y realizar lo que le había comentado Cedric. Descubriendo así, que la segunda prueba tenía que ver con el lago, sirenas, recuperar algo de gran valor para él y apañárselas para respirar bajo el agua, a poder ser, durante una hora.

    Por lo que, los días siguientes, y con la ayuda de Hermione, Ron y Draco, que se les sumaba cuando podía, disimulando frente al pelirrojo con comentarios de rechazo a Cedric como campeón de la escuela, ayudaron al moreno a buscar algún tipo de hechizo, poción o lo que fuera, en los polvorientos volúmenes de la biblioteca.

    A falta solo de dos días para la prueba, seguían como al principio, y Harry no podía ni comer de la preocupación. En clase de Cuidado de Criaturas Mágicas, Hagrid, debido a que solo quedaban dos escregutos, Fobos y otro un poco más pequeño, centró su clase en los unicornios, de los que a pesar de ser más bonitos de lo que el acostumbraba a tratar, sabía mucho.

    La noche antes de la prueba, el moreno ojiverde estaba en estado de pánico. Los ojos de sus amigos se mostraban ojerosos y cansados. Unas pilas enormes de libros los rodeaban constantemente y no obtenían ningún resultado, y la situación no mejoró, cuando los gemelos llegaron y se llevaron a Hermione y a Ron al despacho de McGonagall, dejando a Harry y a Draco solos y rendidos. Y a pesar de que la señora Pince, les había acabado echando de la biblioteca, ambos volvieron con la capa invisible y devoraron nuevamente más libros.

    Harry despertó sobresaltado, seguía en la biblioteca, y la mejilla la tenía apoyada en un libro. Se incorporó y se colocó bien las gafas, parpadeando ante la brillante luz del día. Le había levantado Dobby, con incesantes gritos, y observó como Malfoy se desperezaba , sobre una de las incómodas sillas y apenas podía abrir los ojos, dándole un aspecto algo oriental.

    -¿Dobby?- el rubio musitó, aún dudando si era un sueño o la realidad, y con un dolor de espalda considerable.

    -¡Harry Potter tiene que darse prisa!- chilló el elfo con premura-la segunda prueba comienza dentro de diez minutos, y Harry Potter...- ambos chicos se pusieron en pie en el acto.

    -¿Diez minutos?-Harry miró asustado a Draco, que tenía la misma expresión de pánico que él.

    -¡Aprisa, Harry Potter!- continuó Dobby-¡se supone que tiene que bajar al lago con los otros campeones, señor!

    -Es demasiado tarde Dobby- el moreno había perdido toda esperanza, y el rubio histérico recogía varios libros y los abría por páginas al azar por si acaso- no puedo afrontar la prueba, porque no sé cómo...

    -¡Harry Potter afrontará la prueba!-exclamó el elfo- Dobby sabía que Harry Potter no había encontrado el libro adecuado, así que Dobby lo ha hecho por él.

    Un estruendoso ¡bum! sonó, ya que de la impresión a Malfoy se le había caído un pesado libro sobre la mesa.

    -Dobby ¿tú sabes en que consiste la segunda prueba?-preguntó el ojiverde.

    -¡Claro! Harry Potter tiene que entrar en el lago, buscar lo que Harry Potter más puede valorar y liberarle de las sirenas y los tritones ¡tiene que comerse esto señor!- dijo el elfo y le tendió lo que parecían colas de rata de color verdoso-¡branquialgas!

    El moreno las miró con asco y el rubio intervino-son una planta Potter, cómetelas antes de entrar en el agua ¡vete!

    Harry salió corriendo y a duras penas llegó a tiempo, pero afortunadamente, pasó la prueba y con creces, ya que tras salvar a Ron, rescató también a Gabrielle, la hermana pequeña de Fleur, lo que le hizo ganar más puntos con el jurado y empatar en el primer puesto con Cedric. La última prueba sería el veinticuatro de junio y hasta entonces, no tenía de que preocuparse.

    A principios de marzo, Harry había recibido una lechuza de Sirius para verse en Hogsmeade, en la próxima excursión. Y en la revista Corazón de bruja, Rita había vuelto a la carga atacando a Hermione y diciendo que ésta había roto el corazón de Potter al preferir a Viktor Krum, generándole a la chica problemas con las admiradoras del niño que vivió.

    Hasta que llegó el sábado y se encontraron con Sirius en su forma perruna, que los guió a una cueva que estaba en una montaña lejos de Hogsmeade.

    Al entrar en la cavidad rocosa, vieron dos presencias más, Buckbeak y al profesor Lupin, que no parecía haber cambiado un ápice, al igual que Sirius, que volvió a ser humano y llevaba su túnica gris andrajosa con la que salió de Azkaban.

    El trío se alegró mucho de ver al otro trío y se abrazaron cariñosamente. Pasaron la tarde hablando de los acontecimientos ocurridos durante ese curso, y pensando en quien habría metido a Harry en algo tan peligroso como el Torneo de los tres magos. Además, su padrino y su antiguo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, les pusieron en conocimiento de información referente a Barty Crouch y su hijo mortífago. Y Sirius les hizo llamarle Hocicos cuando hablasen de él en público.

    Las semanas siguientes, más cosas pasaron. Hermione recibió cartas amenazantes de fans de Harry y por culpa de una de ellas, había acabado en la enfermería. En las clases de Hagrid, habían conocido a los escarbatos, unas adorables criaturas de color negro, aspecto esponjoso, hocicos largos, y de patas delanteras planas cual palas. Según el semigigante, les gustaban las cosas brillantes, y les había puesto a desenterrar objetos de valor. Hermione planeaba una venganza contra Rita Skeeter. Y al terminar mayo, le mostraron al moreno de redondas gafas en que consistiría la tercera prueba. Un peligroso laberinto encantado, al final del cual, estaría la Copa de los tres magos, lo que le obligaba a aprender hechizos defensivos y protectores. Los gemelos continuaban con sus sospechosas actividades. Y Harry y Draco seguían viéndose como de costumbre, pero la mayoría de las veces, sólo podían hacer deberes, ya que eran demasiados los que les marcaban y además, el Slytherin tenía exámenes, a diferencia de Potter, pero les gustaba estar juntos y solos en aquella habitación, aunque solo fuese, haciéndose compañía, añadiendo, que el rubio ayudaba mucho al ojiverde con las redacciones de Pociones, cosa que no le venía nada mal.

    Sus amigos le ayudaban a practicar sin descanso, y con amigos, se incluía Malfoy, que al igual que con la segunda prueba, en esta también se había apuntado a colaborar. Intervenciones que hacían pensar a la pelicastaña, que quizás el rubio sintiera algo también por su mejor amigo, alegrándose por ello, y que provocaban en Ron una extraña sensación de familiaridad y costumbre, por lo que no había enfrentamientos entre ambos.

    Empezando junio, volvió la excitación y el nerviosismo al castillo. El día cinco, había sido el cumpleaños de Draco y Harry se encontró con la desagradable sorpresa, de que al no saberlo con anterioridad, no pudo ser partícipe, y solo tuvo que conformarse con contemplar en la distancia como los de Slytherin lo celebraban con el rubio en la mesa de las serpientes durante la cena y gritaban a los cuatro vientos la divertida fiesta que tendrían en la sala común hasta bien entrada la noche. El moreno quiso morir cuando vio las delicadas manos de su ojiplata coger un regalo de la atenta Pansy y de él no recibiría absolutamente nada. Lo que le deprimió en días posteriores, aunque Malfoy en ningún momento de los que compartieron después de su celebración, había nombrado el haber cumplido quince años.

    Entre prácticas de encantamientos, artículos de El Profeta, exámenes y secretos encuentros, llegó el veinticuatro de junio. La tercera prueba.

    Esta había tenido un trágico final, ya que Cedric, había sido asesinado a sangre fría por Colagusano. Y Harry, tras el retorno de Voldemort, escapó gracias a la conexión que había entre su varita y la del Señor Tenebroso, apareciendo frente a todos los alumnos de la escuela portando el cadáver de su estimado compañero.

    Lo que siguió después fue abrumador, ya que resultó, que el profesor Moody, era un farsante que tomaba poción multijugos, y el verdadero había sido reemplazado por el hijo de Barty Crouch, que era un ferviente admirador de Voldemort y mortífago, nada menos, culpable de que Harry hubiese acabado en el cementerio donde Quien-no-debe-ser-nombrado había resurgido. Por suerte, la intervención del director, Snape y la profesora McGonagall, evitó males mayores. Tras esto, Harry habló con Dumbledore y Sirius de lo que había ocurrido después de salir del laberinto. Terminó en la enfermería, donde la enfermera Pomfrey le dio una poción para dormir y que así pudiera descansar. Se había convertido en el campeón del Torneo por méritos propios, y el ministro le había entregado los mil galeones de premio, aunque desde el punto de vista del ojiverde, no los merecía él.

    Cuando por fin le dejaron salir de la enfermería un par de días después, descubrió que el director, había contado lo sucedido a todos los alumnos de la escuela, para no faltar a la memoria de Cedric, puesto que a ojos del ministerio, nada de lo acontecido era verdad. Lo achacaban todo a un mero accidente. Y cuando llegó la noche, se apresuró al lugar donde esperaba ver a su rubio, ya que sentía que necesitaba verlo con urgencia.

    Al pasar por la puerta lo vio sentado en la manta, con las piernas encogidas y la cabeza sobre las rodillas.

    -Potter...no sabías si vendrías...yo...-se levantó y antes de que pudiera continuar hablando, Harry lo había abrazado fuertemente por la cintura y apoyaba la cabeza en su hombro, donde comenzó a llorar incontroladamente. No hubo más palabras. El rubio se había dedicado a escuchar en silencio los sollozos del moreno y le acariciaba sus rebeldes cabellos con una de sus manos.

    La luz del sol de la mañana del día siguiente, apareció por la ventana. Draco estaba sentado encima de la manta y Harry permanecía tumbado de lado, con la cabeza recostada sobre los muslos del rubio, que continuaba acariciándole el pelo, en completo silencio desde hacía varias horas. Ninguno había dormido en toda la noche. Y el moreno se sentía aliviado, puesto que había sacado todo lo que llevaba dentro y su cuerpo y su mente parecían haberse desahogado más que nunca.

    -¿No sientes curiosidad por lo que pasó?- el ojiverde rompió el silencio, sacando del sopor a Malfoy.

    -Sé lo que ocurrió...Dumbledore nos lo dijo...

    -Yo tengo la culpa...-Harry cerró los ojos con fuerza, volvía a ver a Cedric recibiendo la maldición imperdonable de manos de Pettigrew.

    -Calla Potter- la mano de Draco que mecía sus cabellos se había detenido de pronto y la voz empezó a temblarle, igual que su mentón, como si fuese a echarse a llorar en cualquier momento-si el Señor Tenebroso ha vuelto...no podías hacer nada....al contrario, tienes suerte de seguir con vida.

    -Vi a mis padres esa noche Malfoy...-el moreno le miró a los ojos y vio que los del Slytherin estaban algo más acuosos.

    -Están orgullosos de ti, seguro- la delicada mano del rubio volvió a su oscura cabellera-tienes la costumbre de pasar por situaciones peliagudas y salir con vida.

    -Yo no busco esas cosas, me gustaría ser normal como los demás, pasar desapercibido....no preocuparme día tras día de lo que pasa a mi alrededor, más que de mi propia existencia.

    -Ser normal es aburrido Potter.

    -¿Tú te aburres?- Harry sonrió.

    -Yo no soy normal Potter- ambos rieron.

    Se quedaron en silencio durante unos segundos, hasta que el chico de gafas habló- Malfoy...gracias por haberme ayudado durante el Torneo...no sé como...

    -Ni me lo recuerdes, después de tu segunda prueba dormí tanto que casi llego tarde a clase-suspiró-y odio tener ojeras que lo sepas, no va conmigo.

    Las tripas de ambos chicos resonaron de pronto y no pudieron evitar reírse-deberíamos ir a comer algo- el rubio asintió ante la propuesta y Harry se inclinó para depositar un tierno beso en los labios del otro, que se sonrojó levemente.

    Un mes más en la escuela y llegó el final del curso, con la despedida también de los alumnos de Durmstrang y Beauxbatons, a los que se les había cogido cariño. Tuvo lugar el tradicional banquete del último día y cuando este terminó, Albus Dumbledore llamó a Harry a su despacho.

    El bonachón director le sonreía sentado detrás de su escritorio, escrutándole tras sus gafas de media luna. El moreno estaba sentado frente a él.

    -Bueno Harry- empezó el anciano-¿cómo te encuentras?

    -Muy bien, gracias- no era cierto del todo, pero estaba mejor.

    -Menudo año ¿eh Harry?

    -Me estoy acostumbrando-sonrió de medio lado, resignado.

    -Con Malfoy ¿todo bien?

    Harry casi se cae de la silla- mmm...¿a qué se refiere?

    -A lo vuestro claro-el mago parecía divertido, aunque la cara del ojiverde era como si se hubiese comido una gragea con sabor a vómito-¿sois pareja?- y como quien no quiere la cosa sacó un caramelo de limón y se lo metió en la boca.

    -No sé de lo que habla...-Harry deseaba con todas sus fuerzas que alguien entrara por la puerta del despacho e interrumpiera esa conversación tan incómoda.

    -Hablo de vuestros encuentros nocturnos Harry- estaba claro que a ese hombre no se le escapaba nada de nada.

    Al verse pillado no le quedó otra más que reconocerlo-pues...no somos pareja, pero...me gustaría...porque yo...

    -¿Estás enamorado?

    -Si-la situación más surrealista que había vivido nunca-profesor...¿desde cuando lo sabe?

    -Desde que os besasteis en el pasillo-se regocijó el anciano, eso era desde el principio-no te preocupes Harry, nadie lo sabrá nunca de mis labios, y me alegra que tengas a alguien tan importante en tu vida...no cogí al joven Malfoy para la prueba del lago porque hubiese quedado muy raro, hice bien ¿no?

    La verdad es que si, no hubiese sabido explicar porque lo que más valoraba Potter era a la serpiente rubia y no a su amigo Ron o Hermione. Asintió levemente con la cabeza.

    El director continuó-el amor es algo muy importante Harry, aférrate a ese sentimiento y te ayudará en futuras empresas, porque se acercan tiempos difíciles con el retorno de Voldemort y siempre he pensado que las personas sólo pueden volverse realmente fuertes si tienen algo importante que proteger ¿tú que crees?

    -Que tiene razón...sé que por Draco afrontaría cualquier cosa-el anciano sonrió-y por la gente que quiero- se apresuró a añadir el moreno.

    -Te deseo un feliz verano Harry, hasta el próximo curso-concluyó la conversación.

    En la estación de Hogsmeade, el soleado día siguiente, mientras esperaban el expreso que les llevaría de vuelta a casa, Viktor Krum se llevó aparte a Hermione para hablarle de algo, y mientras Ron estaba pendiente de este acto, Draco se aproximó a Harry.

    -¡Potter!- el moreno se sorprendió, ya que esa noche se habían visto y pensaba que todo lo que debían decirse, se lo habían dicho. El rubio se le acercó aprovechando el bullicio general.

    -¿Malfoy?

    -Potter ¿vas a pasar el verano con tus parientes muggles?- la voz del ojiplata era de intriga.

    -Si...en Privet Drive ¿por qué?-el moreno también estaba intrigado.

    -Por saberlo, adiós- Draco hizo un gesto con la mano y se fue con sus compañeros, incluida Pansy, dejando al de gafas confundido y enfadado por la femenina compañía de su rubio.

    Cuando por fin llegaron a la estación King's Cross, Harry entregó los mil galeones a los gemelos, para que pudieran realizar su sueño de Sortilegios Weasley, a cambio de que le compraran a Ron una túnica nueva y decente.

    Continuará...
     
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  12. Dan2102
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    Que bonito gesto de Harry para con los gemelos jeje excelente!

    OH OH! Draco irá a visitarlo jajajaja me encanta!

    Contiii!
     
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  13. Rukkiaa
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    Correspondencia



    Otro fastidioso verano le esperaba en casa de sus infames tíos. Sumado a la preocupación por la vuelta de Voldemort y los posibles desastres que éste podría generar.

    Su primo Dudley ahora se dedicaba al boxeo juvenil y pasaba todas las tardes con sus amigotes haciendo travesuras por ahí. Vernon y Petunia no habían cambiado en lo más mínimo, ya que seguían siendo igual de insoportables.

    La primera semana de las vacaciones en Privet Drive, Harry se sorprendió gratamente, cuando entró por la ventana de su dormitorio una lechuza de color negro y ojos amarillos, con una carta dirigida a él. Al abrirla, la sorpresa fue mayor.



    Hola Potter:


    ¿Cómo estás?¿tus tíos te han recibido como de costumbre?

    Ahora comprenderás por qué te pregunté si pasabas

    el verano con ellos. Yo me estoy aburriendo un poco.

    Papá anda muy ocupado últimamente...y mamá, también

    con sus cosas. ¿No odias no poder hacer magia fuera de

    la escuela?. Me parece un rollo. Uso a algunos elfos

    para que jueguen conmigo al quidditch, pero son peor

    que los de tu equipo, así que me paso el tiempo volando

    solo por los jardines. Incluso me he sentido tentado de

    entrar en la cocina y echar mano a los fogones.

    Casi tengo todos los deberes hechos. Invité a mi amigo

    Blaise a quedarse unos días, espero que venga y así

    entretenerme. Bueno, hasta otra.

    P.D: mi lechuza se llama Elle, si no le das una

    golosina te picará en los dedos.

    D.M.


    Una tonta e inevitable sonrisa se posó en los labios de Harry. Su adorado Draco le había escrito, a él. Y eso que pensaba que ese verano iba a ser espantoso a más no poder. Le alegraba haberse equivocado. Cogió a Elle, le dio una golosina de las que tenía para Hedwig y la metió junto a ésta en la jaula. Fue a su escritorio y sacó un pergamino.


    Querido....


    No...mejor no.


    Hola Malfoy:


    Estoy mejor ¿y tú?. Sí, mis tíos no conocen otra

    forma de tratarme, pero ya estoy acostumbrado.

    Me conformo con que mi primo y sus amigos

    me dejen en paz. Tienes razón, sería genial usar

    magia. Mis tíos alucinarían. ¿Cocinas Malfoy?

    No te imagino con un delantal. Quidditch...

    yo no puedo ni tocar mi Saeta de Fuego sin que

    salten las alarmas. Te recuerdo que mi equipo

    ganó la copa de quidditch la última vez. No he

    empezado a hacer deberes, pero ahora me siento

    culpable. Que suerte, ojalá yo pudiera invitar a

    Ron y Hermione, aunque en esta casa no lo

    pasarían demasiado bien.

    He de confesar que me sorprendió mucho tu

    carta, no me la esperaba. Supongo que nadie

    sabe que me la has enviado ¿me equivoco?

    H.P.


    Harry se levantó y fue directo a por Elle, que estaba acurrucada en la jaula, pero Hedwig lanzó al moreno una mirada de reproche, y le ató finalmente el pergamino en la pata a su lechuza. Así tendría él la de Draco y Hedwig no se enfadaría por no haberla utilizado a ella.

    Llegó el día del cumpleaños de Harry, quince años ya, y estaba bastante molesto. Había recibido un par de cartas de Ron y Hermione, pero apenas le decían nada sobre nada, solo que estaban muy ocupados y poco más. Estaba tan enfadado con ellos, que tiró a la basura las dos cajas de chocolatinas de Honeydukes que ambos le habían regalado. Se sentía muy mal cuando pensaba que sus amigos se estaban divirtiendo juntos, en La Madriguera, mientras él pasaba el tiempo pendiente de las noticias y recogiendo periódicos de las basuras para enterarse de cualquier acontecimiento relacionado con Voldemort. Para colmo, no había recibido aún respuesta de Draco y le molestaba pensar que estaría muy entretenido con Blaise Zabini.

    Pero a la mañana siguiente, Hedwig hizo acto de presencia y se posó sobre su cama, con un paquete en el pico, despertándolo. Se puso las gafas que reposaban en la mesita de noche y miró a su lechuza. Primero cogió el pergamino que ésta tenía en su pata y lo leyó.


    Hola Potter:


    ¿Qué tal?. Yo estupendamente. Blaise se quedó

    un par de días y nos divertimos mucho. Tus tíos

    deben ser los más horribles muggles que existan

    ¿no?. Si no fuese muy extraño te invitaría a mi

    casa para que pudieras usar tu escoba. Sería

    un buen entrenamiento ¿no crees?. Blaise casi

    se da cuenta de que tenía tu lechuza, que por

    cierto, se porta muy bien. ¿Y Elle? ¿te ha picado

    mucho?. Es algo desconfiado al principio.



    No me puse delantal Potter, ¿quién te piensas que

    soy?, pero ayer me aburrí mucho, estaba solo en

    casa y me puse a enredar en la cocina. No se me da

    mal. Y para que no te rías y lo compruebes tu

    mismo te envío unas magdalenas que he hecho.

    ¿Sorprendido?. Es normal. Soy demasiado bueno.



    ¿Como van esos deberes?. Creo que mañana viene

    a verme Pansy...me comentó algo en su última carta.



    Me he planteado perdirle a Hagrid un escreguto

    para criarlo y así tener algo que hacer. ¿Me lo

    daría?. Lo hicimos bien con Fobos. Hasta un

    gusarajo me haría feliz. Lo que sea menos un

    hipogrifo.

    D.M.


    A Harry le gustó mucho la carta del rubio, salvo el imaginarse a Pansy en su casa, a solas. Estaba seguro de que esa estúpida no desperdiciaría una oportunidad así con Draco. Pero, estaba contento. Seguía manteniendo el contacto con el Slytherin, más incluso que con sus mejores amigos, y además le había cocinado algo con sus lindas manitas.

    Abrió rápidamente el paquete y se encontró con una caja blanca, que destapó. Estaba a rebosar de magdalenas, recubiertas, de diferentes colores. Cogió una de la superficie, cubierta de chocolate y la mordió. Sabía que el rubio era arrogante, pero como siempre, estaba justificado. Era la magdalena más sabrosa que Harry había probado jamás. Era de delicioso chocolate con leche por fuera, y estaba rellena de crema pastelera. No pudo evitar coger otra apenas se hubo tragado la anterior, y ésta estaba cubierta de lo que parecía nata, pero al morderla, resultó ser crema de coco, y estaba rellena de sirope de caramelo. Malfoy era todo un chef.

    Las escondió bajo su cama, en su escondite secreto debajo de la madera del suelo. Porque estaba seguro de que si Dudley las veía, se las comería todas sin miramientos.

    Con el estómago lleno se sentó en el escritorio y sacó otro pergamino. Tenía que agradecer al rubio lo que había hecho para él.


    Hola Malfoy:


    Deliciosas las magdalenas. Te felicito. Gracias

    por enviármelas. No esperaba algo así. Me alegra

    que te divirtieras con tu amigo. Yo apenas sé de

    los míos. Siento que me ocultan algo. Y me

    molesta que ellos estén juntos y yo aquí solo

    ¿es eso egoísta?. Supongo que sí. Pero saben

    lo mucho que odio esta casa.



    Sí Malfoy, son los peores muggles del universo,

    no te quepa duda, sobretodo el tío Vernon. Estoy

    tan mal, que suena bien lo de tu casa, pero tienes

    razón, seria muy extraño. Además seguimos siendo

    rivales ¿no?



    Elle se porta estupendamente. No me ha picado

    ni una sola vez y me ha dejado acariciarle. Siento

    que te hayas visto en un apuro con tu amigo por

    culpa de Hedwig, pero quería ser ella la que

    llevase la carta.



    Empecé los deberes, pero no tengo la cabeza para

    eso ahora mismo. ¿Pansy eh? Se me hacía raro

    que no hubiera ido desde el principio a tu casa.

    ¿Sigue interesada en ti, no?. Estará ansiosa por

    verte.



    ¿No te dije? En la prueba del laberinto vi a Fobos,

    me atacó, pero creo que estaba asustado por la

    situación. Lo mismo Hagrid te lo envía a casa. No

    temas a los hipogrifos Malfoy, tu te lo buscaste.



    Necesito pedirte un favor. ¿Podrías informarme si

    pasa algo referente a Voldemort?. Me mata no tener

    información del mundo mágico. Siento que me

    protegen demasiado.



    P.D: Si te sobran más magdalenas no dudes en

    enviarlas...u otra cosa. Nos leemos.

    H.P.


    Esta vez mandó a Elle con el pergamino. Y un par de días después recibió la contestación.


    Hola Potter:


    Te escribo ahora que Pansy duerme y no

    hay peligro de que me pille. Sí, está por mi

    ¿qué tiene de malo? No puedes llevarte tú

    todas las chicas Potter, aunque te pese.



    Tengo pensado hacer una tarta de melaza,

    ¿querrás?. No sé como saldrá. Si no enveneno

    a mi madre te enviaré una.



    No eres egoísta. Pero comprende, ellos

    al ser pareja deben pasar más tiempo a solas,

    sin ti de sujeta velas. Cálmate. Fuera paranoias.



    Seguimos siendo rivales Potter. Eternamente.



    Gracias por reenviar a Elle. Me puse muy

    contento cuando lo vi.



    No temo a los hipogrifos. No temo nada. No

    seas absurdo.



    ¡No escribas su nombre!...No sale nada a

    cerca de él. En El Profeta sólo dicen cosas de

    ti. Nadie te cree. Y te ponen de vuelta y media.

    Te insultan más que yo y eso es decir. Fudge

    mantiene que todo es un invento tuyo y de

    Dumbledore. De todos modos, si cambia

    algo te escribiré.



    Centrate en otra cosa. Haz deberes, lee algo

    o pasea por ahí. Distraete. No te obsesiones con

    Quién-ya-sabes.

    D.M.


    Harry respondió en el acto.


    Hola Malfoy:


    Me has dicho más que mis 'amigos' y te lo

    agradezco. Por cierto, Ron y Hermione, no

    son pareja. Y no sujeto ninguna vela.



    Puedes hacer con Pansy o con cualquiera

    lo que te de la gana Malfoy, no te critico.

    Ni quiero a todas las chicas para mi solo.



    Me encanta la tarta de melaza. Sería genial

    probar la tuya, si está buena claro.



    Te enviaré a Hedwig. Elle está cansado del

    viaje y duerme en la jaula.



    ¿Tampoco se le puede nombrar por escrito?



    Vaya..no me sorprende que no me crean.

    ¿Pero ni al director? Estoy preocupado. Ya

    debería haber hecho daño a alguien. Quizá

    lo estén ocultando a la opinión pública.



    Intentaré hacer deberes, no prometo nada.

    No dejo de recordar lo ocurrido en el

    cementerio, y a Cedric. La culpa me carcome.

    ¿Me estaré volviendo loco?

    H.P.


    Cogió a Hedwig y ésta salió volando por la ventana con el mensaje. Decidió hacer caso a lo que Draco le había dicho. Distraerse. Miró los libros en la superficie del baúl abierto, pero no le apetecía coger ninguno. Así que salió a la calle a tomar algo de aire.

    Pensaba en Ron, Hermione y Sirius. Ni de Hagrid tenía noticias. Era como si se hubieran olvidado de él. Aquellos a los que él quería y pensaba que le correspondían de igual modo. Sentía que sobraba en sus vidas, que ya no lo querían cerca. Irónico, aquel de quien estaba seguro que no le tenía afecto alguno, era la única persona que mostraba interés en él. Y se lo agradecía. De no ser por Draco y sus cartas, sería el ser más desdichado de la tierra.

    Anduvo distraído hasta el parque y cuando volvió a casa, con su primo Dudley, de camino se toparon con dos dementores, que atacaron a ambos y a Harry no le quedó más remedio que invocar a su patronus. Descubriendo después, que su vecina, la señora Figg y un tal Mundungus, lo vigilaban por orden de Dumbledore.

    Las consecuencias de ese acto fueron que, al llegar al número cuatro de Privet Drive, con su primo muy afectado, le llegasen muchas lechuzas. Del ministerio, que le expulsaban de Hogwarts por usar magia delante de un muggle y tendría un juicio. De Arthur Weasley, dándole instrucciones. De Sirius, para que no saliera de casa. Y un vociferador para tía Petunia, que evitó que Vernon echase a Harry de su vivienda.

    Y como en los viejos tiempos, le mantuvieron encerrado en su dormitorio, sin más compañía que Elle, que intentaba consolarlo, acurrucándose junto a el. A la mañana siguiente, por suerte, recibió carta de Draco.


    Hola Potter:


    Todo sigue igual por el mundo mágico.

    Y aún no he hecho la tarta, porque Pansy

    sigue aquí y podría pensar cosas raras.



    ¿Weasley y Granger no son pareja? Eso

    me cuesta creerlo. Pero si tú lo dices.



    Es lógico que no confíen en Dumbledore. Fudge

    cree que le quiere quitar el puesto y lo detesta.



    No te estás volviendo loco Potter, ya lo estás del

    todo.



    Lo de Diggory no tenía nada que ver contigo,

    no te culpes. El destino de cada uno está escrito

    y era lo que debía ocurrir. No le des más vueltas.

    Las cosas pasan por algo.

    D.M.


    Se apresuró a por varios pergaminos y en tres escribió a sus amigos y a Sirius, contándoles lo que le había pasado y preguntando cuando podría salir de esa casa. Envió a Hedwig y escribió a Draco.


    Hola Malfoy:


    Las cosas se han puesto muy mal. Ayer

    salí a dar un paseo y al volver a casa

    dos dementores nos atacaron a mi primo

    y a mi. Me vi obligado a usar un patronus

    y el ministerio me quiere expulsar de

    Hogwarts. Es posible que lo hagan. Tengo

    un juicio el 12 de agosto. Estoy muy

    preocupado. Y no puedo salir de esta casa.



    Nadie me dice nada y encima descubrí,

    que Dumbledore tenía gente vigilandome.

    Me siento un completo estúpido.



    Si me expulsan de la escuela perderé

    el único sitio que considero mi hogar.

    Estoy muy furioso, en especial con mis

    supuestos amigos.



    Creo que tienes razón. Estoy completamente

    loco.

    H.P.


    Elle se perdió rápidamente en el cielo y Harry se tumbó desperanzado en la cama.

    Dos días después, la lechuza negra volvió a hacer acto de presencia. A diferencia de Hedwig que comenzaba a preocupar al ojiverde.


    Potter:


    ¿Cómo es posible?¿qué hacían dos dementores

    por ahí? Eso huele muy mal. ¿Crees que sea

    cosa de...ya sabes?



    No pueden expulsarte Potter. Si está en peligro

    la vida de un menor de edad, puede usar magia

    para defenderse. Si te expulsan, a ver con quien

    me peleo yo. ¡No dejes que lo hagan!



    Te envío la tarta de melaza para que te animes.

    Está deliciosa. A mamá le gustó mucho.



    Es culpa mía. No debí decirte que pasearas.

    Si es que siempre te pasan cosas malas Potter.



    ¿Te sorprende que te vigilen? Me extrañaría

    que no lo hicieran después del fin de curso

    que tuviste.¿No recuerdas que quiere matarte?



    No salgas. Fuera te podrás meter en más líos.

    Los atraes como la luz a las polillas.

    D.M.


    Harry observó la tarta. Tenía una pinta estupenda. Se sintió mejor sabiendo que su rubio se preocupaba por el. Que quería que volviese a la escuela, aunque fuera para reñir. Y los ojos se le llenaron de lágrimas. Si no regresaba a Hogwarts no podría volver a verlo. No podría volver a tenerlo cerca.

    Continuará...
     
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  14. Dan2102
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    Que bonito, ha sido un capi. Muy bonito. Gracias!

    Conti pronto, ya quiero ver que sucede. Gracias!
     
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    NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! QUE PASO?, QUIERO SAVER QUE PASO DESPUES. Saves que no puedes dejarme asi, que crueldad la tuya, me hace sufrir buaaaaaaaa :=SHOROO:
    NAOKO: pero que malo dramatica :=¬¬:
    -calla tuno saves lo que siento :=BUABUA:
    NAOKO: por el genio shikamaru pero que fastidio :=angrys:
    -por fis conty ponto si (carita dulce) :=FOXXIN:
     
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155 replies since 6/2/2013, 16:04   6769 views
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