InGo: Mamoru de Pon! [ShindouxKirino][ExK][Muchas otras] -Cap 01-

Kirino Ranmaru es un adolescente normal enamorado de un apuesto compañero de su clase, Shindou Takuto, al que parece condenado a mirar a lo lejos hasta que un día... aparece un muglox del amor!

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    Mamoru de Pon!

    QUOTE
    Kirino Ranmaru es un adolescente normal enamorado de un apuesto compañero de su clase, Shindou Takuto, al que parece condenado a mirar a lo lejos hasta que un día... aparece un muglox del amor llamado Mamoru! Con la ayuda de Mamoru... ¿podrá Kirino acortar la distancia que lo separa de Shindou?

    Parejas:
    Principal: ShindouxKirino
    Secundaria: EndouxKazemaru
    Otras: Muchas más

    Género:
    Romance, Au, humor, drama, magia.

    Advertencias:
    Ninguna

    Clasificación:
    Todos los públicos

    Capítulos:
    Capítulo 01: El Muglox del Amor (1º página, 1º post)



    Capítulo 01:
    SPOILER (click to view)
    El Muglox del Amor

    -¡Ahí viene! ¡Mirad, ahí viene, Nanasuke, Tsurumasa!
    -¿Eh?
    -¿Dónde?
    -¡Está a 200 metros!
    Era un día más en Inazuma, un día más en el que el sol brillaba alegremente en el cielo y Kirino Ranmaru aprovecharía para observar de lejos a Shindou Takuto. Un día más, un día normal y corriente. Un día como cualquier otro día.
    Kirino sonrió ampliamente al ver llegar a ese compañero de clase tan especial en la distancia. Su corazón se caldeaba cada vez que lo veía y sus ojos se convertían en auténticos telescopios en cuanto a él se refería.
    Sus dos amigos se miraron divertidos.
    -Yo no lo veo –confesó Ichino Nanasuke, uno de los amigos de infancia de Kirino que meció sus mechones rojos que quedaban encima de las orejas sobre su cabello claro, al negar con la cabeza.
    Hayami Tsurumasa rio nervioso y se arregló sus coletitas en lo alto de la cabeza.
    -Yo tampoco.
    Pero Kirino no les hizo caso y se giró alegre, haciendo que su cabello rosa ondeara graciosamente.
    -¡Hoy también está como un queso! –rio Kirino con sus ojos celestes brillando de ilusión.
    -¿Está agujereado? –preguntó Hayami limpiándose las gafas para comprobar si así podía verlo.
    Kirino Ranmaru era un adolescente de Primero en la Secundaria Superior del Raimon y estaba perdidamente enamorado de un compañero suyo de clase llamado Shindou Takuto. Lo había conocido 11 meses atrás y se había quedado prendado de él a primera vista.
    Él se acercaba tranquilamente por la calle llena de estudiantes que se dirigían al Instituto Raimon, el grupo de los tres que salían de una perpendicular lo vieron llegar. Kirino se sonrojó nervioso.
    -Aquí viene. Ánimo, Ranmaru –dijo Ichino.
    -¡Tienes que saludarlo hoy! –asintió Hayami.
    Kirino asintió lleno de nervios y se acercó con el corazón palpitando rápido.
    -¡B… Bu-bu-bu…! –había levantado la mano para saludar al muchacho pero se trabó incapaz de continuar el saludo. Shindou pasó a su lado sin percatarse.
    -¡Dilo de una vez! –le espetó Ichino empujándolo para que terminara de arrancar.
    -¡Es que me da vergüenza! –se quejó Kirino con la cara roja.
    -Que tonto –murmuró Hayami colocándose bien las gafas -. Hay que ser más simpático.
    -¡Eso! La clave es saludar con una sonrisa –corroboró Ichino -. ¡Hazlo con nosotros!
    Ichino y Hayami sonrieron juntando las manos a un lado. Kirino los miró e intentó imitarles.
    -¿Así?
    Los dos amigos se miraron entre ellos y negaron un poco con la cabeza.
    -¡Shindou!
    Los tres se giraron sobresaltados, un chico alto y de puntiagudos cabellos azules oscuros recogidos en una coleta se había acercado al muchacho y le sonreía misteriosamente.
    -Buenos días, Shindou –al cercarse le dio una palmada en la espalda haciendo que Kirino diera un grito y se mordiera las mangas furioso.
    -Tsurugi… -se giró Shindou mirando a su acompañante.
    -¿Vamos juntos?
    -Haz lo que quieras –sonrió Shindou amablemente.
    -¡Genial! –y echó a andar a su lado con las manos metidas en los bolsillos.
    -¡Ese Tsurugi! –gritó Kirino entrando en pánico y clavándose las uñas en las mejillas.
    -Oh, Tsurugi Kyosuke será un problema –suspiró Hayami.
    -Sí, es muy guapo y popular –analizó Ichino -. Apenas llegó a este colegio, le puso los ojos encima a Shindou y en tan solo una semana comenzaron a venir juntos.
    -Además ese saludo ha sido increíble –se encogió de hombros Hayami.
    -¡Llega al corazón de cualquiera! ¡100 puntos!
    -Íntentalo tú, Kirino.
    -¿Eh? –se sorprendió Kirino, luego cogió aire para intentarlo con todas sus fuerzas –B-buenas –dijo sin motivación y muy forzado.
    -Que mal, 20 puntos –bufó Ichino.
    -0 –puntuó Hayami colocándose bien las gafas.
    -¡Debes tener valor, Kirino! –rio Ichino al ver la cara del pelirrosa al oír la puntuación del castaño de coletitas.
    -Si ni siquiera puedes saludarlo, Tsurugi se quedará con Shindou –dijo Hayami con pesar.
    Kirino suspiró decaído, era tan difícil en realidad… Se ponía muy nervioso cuando veía a Shindou y se quedaba en blanco… Era incapaz de acercarse mucho y menos de decirle nada.

    Por la tarde Kirino se echó pensativo en la cama después de hacer los deberes, cuando la puerta de casa se abrió y entró su madre llamándolo alegremente.
    -¡Ranmaru! ¡Ya he llegado!
    Kirino salió a saludar a su madre y se la encontró radiante de felicidad.
    -¡El viaje ha sido muy divertido! –informó ella con una sonrisa.
    -Hola, mamá –saludó el pelirrosa contento de verla de nuevo.
    -Ah, Ranmaru –dijo la mujer sacando un paquete envuelto de su bolsa -. ¡Mira lo que te traído! ¡Es una taza mágica!
    -Oh, gracias –sonrió Kirino dubitativo.
    -La encontré en una casa de antigüedades –explicó la mujer emocionada-. Como son muy raras me ha salido cara. ¡Dicen que con esta taza puedes hacer magia del amor! –Kirino la miró sorprendido y apretó el regalo entre sus manos -. Recuerdo que me dijiste que te gustaba alguien –añadió la madre guiñándole un ojo.
    -Ya… ya veo –contestó Kirino sonrojado, ¿una taza para el amor?
    El chico entró de nuevo a su cuarto para abrir el regalo. Si era una taza mágica de verdad tal vez lograse llevarse mejor con Shindou…
    Kirino comenzó a babear al imaginarse a su amado de forma sexy declarándosele.
    ¡Tenía que intentarlo!
    -¡Oh, que bonita! –exclamó al abrir el paquete y ver la taza de un hermoso tono naranja con rayos amarillos.
    Kirino miró la taza, si era una taza mágica debería llegar instrucciones o un conjuro o algo, la giró un poco y le dio la vuelta, en el culo tenía escritas las palabras.
    -Si viertes chocolate caliente dentro de esta taza y pides un deseo, el muglox del amor te concederá tu deseo –leyó Kirino -. ¡Je! Que divertido –sonrió dejando la taza para salir a por el chocolate caliente.
    Luego volvió a su cuarto y lo comenzó a echar en la taza con los ojos cerrados como si rezara.
    -Deseo que Shindou sienta lo mismo por mí que yo por él –pidió con cara de concentración.
    Luego los abrió preguntándose si habría echado suficiente líquido, y a que se referirían con el “muglox del amor”.
    Y fue entonces cuando lo vio, asomado a la taza y mirándolo con cara de estar perdido.
    Kirino soltó un grito asustado al verlo, pero él no reaccionó e intentó salir de la taza cayendo de espaldas a la mesa donde estaba.
    Era pequeño, apenas un palmo, y la mitad de sus proporciones corporales era cabeza. Una especie de personita cabezona y de cuerpo rechoncho. Tenía un gorro naranja con pompones y le sobresalía el flequillo castaño.
    -¿Qué-qué eres? –preguntó Kirino en un ataque de pánico. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué había aparecido eso al verter el chocolate?
    -Juguemos al fútbol –sonrió aquel ser enseñándole los dientes y llevándose las manos a las mejillas gordotas.
    -¡No puede ser! –gritó Kirino -. ¿Qué eres?
    -¿Yo? –preguntó él sorprendido y confuso -. Tú me has invocado con esta taza mágica. ¡Me llamo Mamoru! Y soy un muglox del amor.
    Kirino retrocedió un poco asustado y lo agarró para enseñárselo a su madre.
    -¡Mamá! –gritó histéricamente pasándole a Mamoru por las narices -. ¡Mira que bicho raro ha aparecido de la taza!
    La madre lo miró sin entender.
    -Ranmaru… ¿Cuánto chocolate te has bebido?
    -¡Mamá! –protestó el pelirrosa.
    -Hijo, ahora estoy ocupada –resopló la mujer volviendo la vista al libro que estaba leyendo.
    Kirino frunció los labios, derrotado y volvió a su cuarto.
    -No soy ningún bicho raro –murmuró Mamoru-. Soy Mamoru, y soy una monada.
    El muglox se llevó las manos a las mejillas y le guiñó un ojo.
    -¿Entonces eres un muglox del amor?
    -¡Sí! Puedo hacer que una persona sienta lo mismo que tú con mi magia –sonrió Mamoru moviendo los pies que eran pequeños y salían de unas piernas rechonchas y cortas.
    -¿Aunque sea una persona con la que nunca haya hablado?
    -Sí.
    -Entonces… -Kirino respiró nervioso -, ¿me concederás mi deseo?
    Mamoru lo miró sonriente y cerró los ojos acentuado su sonrisa al responderle.
    -No.
    Kirino dio un respingo.
    -¿Por qué? –se quejó.
    -¡Porque quiero jugar al fútbol! Así que me vuelvo con mis amigos, encantado.
    Mamoru se giró para entrar de nuevo por la taza pero Kirino se lo quitó.
    -¿Si yo juego contigo cambiarás de idea?
    El pequeño ser lo miró.
    -¡Juguemos al fútbol!
    Kirino resopló, no iba a rendirse tan fácilmente. Aquella cosa podía ser su pasaje al amor con Shindou.
    -Juguemos al fútbol –respondió cansinamente el pelirrosa.


    Bienvenid@s a mi nuevo fic, basado en el Manga de Mirmo XD El otro día me lo releí de nuevo y no pude evitar pensar en esto. Así que... ahí vamos.
    Seguirá los sucesos que pasan en el manga, aunque como los personajes tendrán personalidades diferentes muchas cosas ocurrirán de otra forma X,D Espero que os guste mucho!
     
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8 replies since 12/3/2013, 23:31   625 views
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