Un viaje hacia la vida: Epílogo

Autora: Zafy (NC-17) - DRARRY

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. Kari Tatsumi
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    CAPÍTULO 22



    Harry abrió los ojos sintiéndose confundido, estaba sobre una cama blanda y cómoda, la habitación estaba a oscuras; se sentó lentamente, se sentía algo mareado y adormecido, buscó a tientas sus gafas, hasta que por fin las encontró en una mesa de noche al lado de la cama. Apartó los cobertores y se encontró usando un pijama que no le pertenecía y que le quedaba algo grande, entonces recordó: estaba en el apartamento de Ron y Hermione, en Londres, y había aceptado dormir un poco tras tanta insistencia, luego de dejar a Draco en San Mungo, al cuidado de sus padres.

    Se puso en pie rápidamente, el departamento seguía casi igual a la última vez que había estado allí, casi dos años atrás; el pasillo lo llevó hasta el baño y luego fue en busca de sus amigos, tal como había creído, los encontró en la cocina.

    —Pensamos que no despertarías hasta mañana —negó Hermione, mientras se ponía en pie —, te prepararé algo de comer.

    —Pero ya comí antes de dormir —protestó Harry, mientras se sentaba en la silla que Ron le señalaba.

    —No te rehúses, se pone peor que mi madre algunas veces —dijo Ron, parecía agotado.

    —Ronald, te estoy escuchando.

    —Si lo dije para que me escucharás —asintió el chico, Hermione le dio una mirada furiosa, antes de darse la vuelta y continuar preparando un par de emparedados.

    —Ahora debes alimentarte, sólo si quieres que te contemos sobre lo que hemos averiguado de los Malfoy.

    —¿Se han llevado a Draco a otro sitio? —preguntó rápidamente, poniéndose en pie.

    —Nada de eso —negó Hermione, mientras Ron lo tomaba de un brazo para hacerlo sentar nuevamente —, no han podido hacerlo, sin embargo, sí han traído a su medimago personal y sus propias enfermeras…

    —Si hubieran podido, hubieran tomado todo el piso, realmente ellos son desagradables —frunció el ceño Ron.

    —Por eso Draco escapaba de ellos, de ellos y de Katrina —suspiró Harry, antes de darle una mordida al emparedado de pavo que Hermione le había servido.

    —Bueno, pues aunque negaré que dije esto, entiendo a Malfoy, a Draco quiero decir, sus padres son realmente estresantes —comentó Ron.

    —¿Qué han averiguado entonces?

    —Un montón de cosas —dijo Hermione con entusiasmo —: legalmente la unión de Malfoy con Katrina se ha disuelto, pues ella… murió y el matrimonio nunca se consumó, es una de las primeras cosas que ha ordenado Lucius Malfoy, y sus abogados son realmente buenos, pues han conseguido eso en sólo dos horas, tengo un amigo en el área de uniones del Ministerio y él me lo contó. Malfoy ahora vuelve a su estatus de soltero. Y eso no es todo, además el padre de Katrina ha llegado de Rusia, creo que quiere demandar a Malfoy, a Draco, por haber matado a su esposa, aunque tenemos suficientes pruebas para desmentir eso, se convertirá en un asunto engorroso…

    —¡Está loco! Malfoy, quiero decir Lucius, no permitirá que pase eso, ¿verdad? No pueden culpar a Draco por eso…

    —Y no lo harán, no pueden hacerlo. Hay algo más, Hertford aún está vivo, y los aurores lo sometieron a Veritaserum para que hable, pues decía que se encontraba en un gran shock por lo ocurrido y que no recordaba nada —continuó Ron, negando con la cabeza —, el Ministro, por instancia de los abogados de Malfoy, firmó la autorización casi inmediatamente.

    —Mañana habrá un gran titular al respecto… —Hermione pareció algo incómoda —, quisimos hacer lo posible porque… pero es que esos estúpidos del Ministerio y los periodistas…

    —¿Ha pasado algo más?

    —Al parecer los periodistas están al tanto de que fuiste tú el que rescató a Malfoy, no sabemos si la noticia se filtró de San Mungo o de los aurores, pero todos están como locos tratando de encontrarte, es más, te recomendaría no salir como tú mismo de aquí, no me sorprendería que estén merodeando las calles en busca de una foto exclusiva del re aparecido Harry Potter.

    —Oh —Harry dio una mordida más a su emparedado y masticó lentamente, mientras meditaba —, supongo que debemos encontrar algo de poción multijugos… y unos muggles de los cuales tomar algunos cabellos.

    —Eso ya está casi resuelto, Ginny vendrá mañana para darnos algunos, ha ido esta noche a conseguir algo.

    —¿Mañana? Yo quería ir ahora mismo —protestó Harry.

    —Hay más información —canturreó Hermione, llamando su atención.

    —¿Más?

    —Respuestas.

    —¿Cuáles? —preguntó Harry, ansioso.

    —Los Malfoy estaban en Francia, por eso es demoraron tanto en enterarse; todo es tan espeluznante… —suspiró Hermione, antes de dejarse caer en la silla.

    —¿Qué quieres decir con espeluznante?

    —Katrina y su padrino habían creado un fuerte maleficio sobre los Malfoy, ellos estaban en Francia, y creían que estaban con Draco y ella, pero en realidad eran imágenes creadas por magia negra…

    —¿Cómo puede haberlos engañado tanto? Pensé que los Malfoy eran más paranoicos…

    —Y deben serlo, Harry, pero su propiedad en Francia no tiene tanta seguridad como la Mansión y Katrina, luego de que Draco desapareciera, consiguió que Hieb, un guardaespaldas que por cierto apareció muerto en el mismo lugar que encontramos a Draco, se hiciera pasar por él unos días, luego lo hizo convencer a sus padres de que partiría junto a su esposa a Francia, para tomarse unas vacaciones y tratar de tener un bebé.

    —Oh… Pero para entonces Katrina ya estaría embarazada.

    —Sí, por lo que vimos lo estaba —asintió Ron.

    —Katrina nunca llegó a Francia, se quedó en Inglaterra, en el edificio donde la encontramos, mientras Hieb buscaba a Draco, al parecer, por lo que el mismo Hertford ha confesado, Hieb sí los siguió por Francia, pero les perdió el rastro, los estuvo buscando y volvió a Inglaterra un día después que ustedes.

    —Entonces Draco no fantaseaba cuando decía que lo buscaban.

    —Probablemente sí, si Hieb hubiera encontrado realmente a Draco, no lo hubiera dejado ir, probablemente imaginó que estaría en Francia debido a las raíces de Draco, lo que sí es seguro es que ni por un momento sospechó que estabas con él … En fin, mientras tanto los Malfoy se impacientaban por la negativa de Draco de volver de Francia, entonces fue que crearon el maleficio, el falso Draco volvió a Inglaterra y les dijo que Katrina estaba embarazada y que quería que fueran a Francia con él para esperar el nacimiento del siguiente heredero, usó el imperius para eso… Así fue como los Malfoy llegaron a Francia y estuvieron durante meses allí, imaginando que estaban con su hijo y su nuera, cuando en realidad estaban solos… cuando Katrina murió el hechizo se rompió, tardaron un poco en unir cabos, por eso volvieron a Inglaterra, en busca de saber qué sucedía. Cuando lo hicieron ya la noticia de que Draco estaba en San Mungo se había filtrado, así que se aparecieron allí.

    —Junto a todo su séquito de abogados —masculló Harry.

    —En el fondo ellos tienen razón —negó Hermione —Draco es su hijo, y si está enfermo, y su esposa muerta, son ellos los que deben cuidarlo y decidir por su salud, es lo que la ley estipula.

    —¡Oh, por favor! —bufó Harry —Es lo que me faltaba, que te pusieras de su parte.

    —No me pongo de parte de nadie, pero Harry, piénsalo, Draco probablemente tarde un poco en recuperarse, pero estoy segura que lo hará, y entonces decidirá qué hacer, sólo tienes que dejar que las cosas pasen.

    —No, no es así de simple, Draco me dijo que sus padres tienen toda una norma de vida, en cuanto se recupere le buscarán una nueva esposa, antes de que el escándalo sea mayor.

    —Malfoy ya está grandecito como para que le escojan una esposa —comentó Ron —y si cuando despierta, después de todo lo que ha pasado, aún le hace caso a sus padres, pues es su problema y seguramente estarás mejor sin él.

    —Yo no puedo estar mejor sin él —negó Harry —, yo simplemente… yo…

    —¿Te has enamorado de él?

    Harry miró hacia Hermione, que era la que había preguntado, y luego hacia Ron, que tenía el ceño fruncido.

    —Sí, y sé que él también se ha enamorado de mí —declaró bastante incómodo.

    —Harry —suspiró Hermione.

    —Creo que es muy pronto para hablar de esas cosas —comentó Ron —recién te estás recuperando y estoy seguro que, de alguna manera que no alcanzo a comprender, el hurón te…

    —¡Hey! —protestó Harry.

    —…ya, ya, Malfoy, te ayudó a sanar y mejorar, pero tal vez sólo estás confundiendo agradecimiento con algo más, es decir tú y él no…

    —No creo que quiera hablar de eso —negó Harry.

    —Vaya —suspiró Ron —, no pensé que Malfoy fuera…

    —¿Y recién te lo cuestionas? —criticó Harry, al que le parecía imposible que, después de todo lo que había pasado y contado, su amigo no se hubiera dado cuenta de lo evidente.

    —No… es decir Malfoy estaba casado y…

    —No consumó el matrimonio —intervino Hermione —, es común entre las clases altas, ¿sabes? Tengo todo un curso de cómo efectuar contratos pre-matrimoniales gracias a eso, les da miedo no poder tener más hijos o que los apellidos mueran…

    —Pues sí, y los padres de Draco temen eso y lo presionarán para que se case de nuevo.

    —Ron tiene razón —asintió Hermione seriamente —, si Malfoy, después de todo, decide acatar lo que sus padres le ordenan, entonces estarás mejor sin él, no eres alguien para que te tengan de amante ni a escondidas, vales mucho como para eso.

    —Hermione… —respondió Harry, viendo los ojos llorosos de su amiga.

    —¡Es cierto! —continuó ella —, eres una gran persona, un chico muy noble, y sí, has tenido tus tropiezos y has andado extraviado, pero estás de vuelta y eso es lo importante, no queremos que caigas nuevamente en eso por un tipo que no te sabe valorar.

    —No lo haré, lo prometo, y sé que lo has escuchado muchas veces, pero esta vez es diferente, lo que Draco y yo pasamos juntos… —Harry negó con la cabeza —, yo casi muero, estoy seguro de que si Draco no me hubiera encontrado, ahora mismo estaría muerto… Eso hace que vea todo desde otra perspectiva.

    —Quisiera que fuera así —dijo Ron, con voz cansada —, te hemos escuchado tantas veces decir que vas a cambiar, que ya no caerás más, y luego…

    —Lo sé —Harry apoyó los codos sobre la mesa y hundió la cabeza entre sus manos.

    —Pero aún así nunca dejamos de creer en ti, es decir… no queremos perderte —susurró Hermione —, durante todo este tiempo no nos resignamos a perderte y ahora que has vuelto…

    —No me van a perder de vuelta —replicó Harry, levantando el rostro —, no les hago ninguna promesa, simplemente se los demostraré; el Harry que se marchó de su casa hace casi dos años ya no existe más, ténganlo por seguro.

    Ron y Hermione estuvieron de acuerdo en que aquella determinación en su voz era algo que no habían visto en muchos años y por dentro se sintieron aliviados de haber recuperado a su amigo, de tenerlo nuevamente entre ellos, sano y salvo.

    *O*O*O*



    Harry había encontrado en la rutina la tranquilidad y la paciencia para esperar que Draco se recuperara y que todo volviera a su cauce: todas las mañanas se levantaba temprano, daba una vuelta con Tobby en un parque cercano al departamento de York y luego desayunaba; tomaba un par de frascos de pociones multijugos, los libros que Hermione le había conseguido acerca de medimagia, preparándose para el curso que empezaría pronto y el cual confiaba que cursaría, porque quería creer que para ese momento Draco ya estaría bien; y se encaminaba hasta San Mungo, para sentarse en el pasillo fuera de la habitación de Draco, a esperar noticias; se cruzaba siempre con los señores Malfoy, que apenas y lo miraban mientras entraban o salían de la habitación, molestos porque hubiera conseguido que le permitieran estar allí, donde casi nadie más podía llegar, debido a la gran cantidad de revuelo que la noticia del casi asesinato de Draco en manos de su esposa, embarazada de otro hombre, había suscitado.

    Los medios no dejaban un día de hablar de eso, de cómo Katrina había engañado a los Malfoy, o de cómo Harry había rescatado a Draco, cuestionando las razones para tal acto de heroísmo, creando mil y una teorías al respecto.

    Finalmente el padre de Katrina no había presentado ninguna demanda, se había llevado de vuelta a Rusia el cuerpo de su hija y su nieto, el hijo de Ivanovich Korsakov, un empleado de la familia Bündnis, un vividor que había mantenido un largo romance con la chica y al que Lucius Malfoy había pagado para que se apartara de su nuera luego de descubrir la infidelidad, lamentablemente Lucius no había estado al tanto de que cuando le pidió a Ivanovich que se largara, ya su nuera estaba embarazada, sino su solución al problema hubiera sido completamente diferente.

    También había hecho amistad con un par de enfermeras que le daban los reportes del día acerca del estado de Draco cuando Lucius Malfoy no estaba cerca, pues le temían al hombre. Lamentablemente no había podido colarse a la habitación del chico, pues Ron, durante el primer día y luego de hacer unos cuantos pases de varita discretos, había declarado que el lugar estaba lleno de protecciones contra intrusos y curiosos.

    Kaufingerstrasse, que pese a ya no estar más en el caso siempre se mantenía al tanto, le había comentado cada vez que se lo encontraba que Draco estaba mucho mejor y que esperaba que se despertara muy pronto.

    Habían pasado ya diez días, y aquella tarde Harry estaba sentado como siempre en el pasillo, comiendo un emparedado mientras leía un gran libro de anatomía, cuando los ruidos de hechizos de emergencia resonaron en la habitación de Draco, se puso en pie de un salto, pero fue empujado por un grupo de enfermeras y medimagos que llegaban corriendo. Ellos, por el apuro, dejaron la puerta de la habitación abierta, y él no dudó en asomarse, vio el cuerpo de Draco, pálido y delgado, moviéndose de un lado al otro, mientras un medimago, que no conocía, anunciaba que Draco estaba al fin despertando y que era normal que reaccionara de esa manera por todo el trauma sufrido.

    Harry sonrió y, olvidando todas las advertencias de los Malfoy, quiso entrar, pero entonces algo se lo impidió, una barrera de magia detuvo su avance; Lucius Malfoy, que permanecía a un lado y parecía francamente angustiado, giró sobresaltado para verlo, su expresión cambió a una mueca de fastidio y con un pase de varita cerró las puertas en sus narices, dejándolo apartado de todo lo que ocurría.

    Se dejó caer nuevamente en la silla de plástico y apoyó los codos sobre las rodillas, sosteniendo la cabeza entre sus manos soltó una pequeña carcajada, una risa de alivio y tranquilidad, Draco estaba despertando, eso había dicho el medimago, pronto, muy pronto podría verlo de nuevo, y aunque se había pasado noches enteras cavilando en la posibilidad de que Draco no lo quisiera más de vuelta, en ese momento su mente no podía admitir tal posibilidad, solamente que Draco había despertado y que pronto lo tendría entre sus brazos.

    *O*O*O*



    Aquella noche no se fue a casa como todos los días, se quedó allí esperando que Draco finalmente exigiera verlo; así qué, cuando Ron y Hermione fueron a buscarlo, él se negó a moverse.

    —Ha despertado, pronto pedirá que me dejen entrar, y quiero estar aquí cuando eso pase, no quiero hacerlo esperar —les dijo con resolución, mientras se cruzaba de brazos.

    —Harry… sí, ha despertado, nos lo ha confirmado Kaufingerstrasse, pero aún está muy confundido, y probablemente esté durmiendo… deberías descansar —explicó Hermione, sentándose a su lado.

    —No me moveré de aquí —reafirmó Harry, con mirada terca.

    Ron suspiró audiblemente y se sentó junto a Hermione.

    —Bien, esperaremos contigo, no me da buena espina dejarte solo con el hurón.

    —¡Ron! —protestó Harry.

    —¿Qué? Es una costumbre que no se me quita así de fácil…

    Hermione negó con la cabeza y los tres permanecieron allí por varias horas, esperando mientras varios medimagos y brujas entraban y salían, no fue hasta casi el amanecer que de la habitación salió Narcissa, tenía los ojos rojos y sus mejillas sonrojadas, parecía, pese a todo, bastante serena.

    —Señor Potter —dijo con voz suave mientras hacía una inclinación de cabeza —, mi hijo ha decidido verlo… le pido que espere un momento para que salgan todos y luego entre.

    —¿En serio? Claro, esperaré, esperaré —afirmó Harry, poniéndose en pie y alisando un poco el abrigo que tenía puesto, Hermione y Ron lo observaron detenidamente, pero nada podía distraerlo en ese momento de la idea de ver a Draco en pocos minutos.

    Un instante después un gran grupo de magos y brujas, salieron sin siquiera reparar en él. El último en salir fue Lucius Malfoy, que le dio una mirada de fastidio:

    —Tienes cinco minutos, Potter, luego lo trasladaremos a un lugar más adecuado —dijo mirando alrededor con asco.

    Harry no contestó, cuando empujó la puerta sintió a Ron y Hermione ponerse a su lado.

    —Chicos…

    —Nada, entraremos contigo —masculló Ron mirando de mala manera a Lucius y Narcissa Malfoy, que permanecían a un lado del pasillo, conversando en murmullos con uno de sus medimagos personales.

    —Esto es vergonzoso —negó Harry —, quédense atrás, en todo caso.

    —De acuerdo, pero dentro de la misma habitación —advirtió Hermione, también en un susurro.

    Empujo la puerta y entró en la habitación, estaba iluminada por un par de antorchas, y al fondo, sentado sobre la cama con sábanas blancas, estaba Draco, se veía delgado y aún algo pálido, pero con los ojos abiertos y observándolo detenidamente.

    —Draco… ¿cómo te sientes?

    —Bien, ahora creo que bien, veo que has venido con tus amigos —señaló con la cabeza, mientras alisaba las sábanas con sus manos, pareciendo un poco aburrido.

    —No se quieren ir… Ya sabes cómo son…

    —Ajá —Draco asintió y su rostro hizo una mueca de desagrado —, quisiera que tuviéramos esta conversación en privado.

    —Ni lo creas —respondió Ron, adelantándose a Harry —, no creo que lo que digas no nos lo cuente luego Harry.

    —Ron, basta… tal vez deban…

    —Está bien, Potter, después de todo estoy seguro que se los contarás… y cuanto antes aclaremos esto será mejor.

    —¿Potter? —preguntó Harry, extrañado por el tono y la forma de hablar de Draco, mientras se aproximaba más a la cama —¿qué es lo que tienes que decirme?

    —Creo que lo sabes —Draco tomó una profunda bocanada de aire, cuando empezó a hablar, la mueca de fastidio volvió: —, te agradezco, infinitamente, lo que has hecho por mí, tengo una deuda de vida contigo y…

    —No tienes que agradecerme nada, ya sabes que tú también me has salvado y… —Harry se detuvo a unos pasos de la cama de Draco, estudiándolo seriamente, no se le pasó por alto la mirada de sorpresa que Draco puso ante su declaración.

    —Como sea —desestimó Draco —, como mi padre te ha dicho, serás recompensado por esto, pero comprenderás que no hay nada más que hablar entre nosotros.

    —¿Qué? Pero tú y yo… tú dijiste…

    —Pensé que iba a morir —Draco suspiró y miró hacia otro lado de la habitación —, soy un Malfoy, y tengo deberes que cumplir para con mi familia, sé que muchas cosas pasaron entre nosotros, pero la situación ahora ha cambiado… —Draco volvió a mirarlo, sus ojos se veían diferentes, no era el color, era la forma en que lo veía, sin una pizca del amor que antes había percibido en ellos —, eres un buen chico, y estoy seguro que encontrarás a alguien que se ajuste a ti, yo, por otro lado, tengo que recuperarme y hacer lo correcto, y eso es alejarme de ti y continuar con el plan de casarme y tener un hijo.

    Harry entrecerró los ojos, escuchó a Ron bufar “Maldito”, pero él no se movió ni un poco, intentando entender.

    —Cuando estuvimos en España —comenzó a decir lentamente —, dijiste que me amabas, y que dejarías todo por mí, que no te importaba tu familia en lo más mínimo.

    —Como te dije, simplemente divagaba, no puedo negar que pasamos buen tiempo, y claro, debo tenerte algo de cariño, es decir, el viaje fue toda una locura…, pero España… y el resto del viaje, debes dejarlo como un buen recuerdo y continuar. Todos debemos hacerlo. Los abogados se encargaran de hacerte llegar una buena cantidad de oro, no he pensado ni por un momento no pagar mi deuda para contigo.

    —Harry no necesita de tu oro —protestó Hermione. Harry levantó una mano hacia ella, implorándole silencio.

    —Eres muy amable, sobre todo sabiendo que no tengo nada de dinero ni oro, después de todo, siempre dijiste que te hubiera gustado dejarme algo de oro para que yo estuviera cómodo, pero que era imposible porque ese oro era de tu familia y no podías disponer de él sin que tu padre se diera cuenta.

    —Efectivamente, así era, pero ahora es diferente, mi padre entiende la deuda que tengo contigo, y no quiero dejarte desamparado después de lo que has hecho por mí. —Afirmó Draco con frialdad —. Ahora debo pedirte que te marches, estoy agotado y en un momento más harán el traslado.

    —Ajá —Harry asintió y dio una mirada más alrededor, antes de dirigirse a sus amigos. —Creo que hemos terminado aquí, vamos a casa.

    —Te dije que no valía la pena salvarlo —dijo Ron en voz alta, Draco le dio una mirada de suficiencia, pero no contestó nada, mientras Harry lo jalaba de un brazo para hacerlo salir.

    —Vamos, en serio —susurró, sus piernas temblaban un poco y su corazón estaba agitado.

    Cuando llegaron al pasillo aún los señores Malfoy conversaban con un par de personas, pero detuvieron su charla la verlos salir; en silencio absoluto tomó sus libros y les hizo una seña a sus amigos para que lo siguieran hacia la salida.

    —Es un maldito, ¿cómo puede decirte que te pagará por lo que has hecho? —comentó Hermione, con la respiración agitada y caminando junto a él con pasos rápidos.

    —Nunca debí creer que pasaría algo más —dijo Harry con voz aparentemente calmada, notó como los Malfoy giraban a verlos con curiosidad y trató de mantener el paso, mientras Ron y Hermione lo miraban con asombro, pero no hicieron ningún comentario más.

    Se aparecieron en el departamento de Draco, donde Harry se estaba quedando, y Tobby salió a su encuentro, moviendo la cola y saltando de un lado al otro.

    —¿Seguro que estás bien? —preguntó Hermione con cautela, mientras Harry caminaba hacia la cocina para sacar un poco de comida para perros.

    —Sí, bien.

    —Nos quedaremos aquí hoy, no es recomendable que te estés solo —decidió Ron.

    —No me importa quedarme solo, tengo a Tobby.

    —Harry, ¿qué está pasando? —preguntó Hermione, en cuanto él volvió a la sala, con un tazón de comida para perros, Harry no contestó, mientras jalaba a Tobby a una de las esquinas y ponía el plato en el piso.

    —¡Harry Potter —llamó nuevamente Ron en voz alta —, contesta porque nos estás asustando!

    —Nada está pasando.

    —Malfoy dijo cosas muy desagradables, y tú habías estado esperando que despierte por tanto tiempo, para que cuando lo haga te bote de su lado como si…

    —Él explicó que lo que me dijo en España no era cierto —sonrió Harry, dejándose caer en el sofá, Ron y Hermione le dieron miradas preocupadas —¿no lo entienden, verdad?

    —No —negaron ambos.

    —Nadie lo sabe, el viaje que hicimos, los lugares que recorrimos…

    —Harry… —dijo Hermione, cada vez más pálida.

    —Él y yo nunca estuvimos en España —sonrió más ampliamente Harry.

    —Pudo haberse confundido… —objetó Ron.

    —No, él claramente mencionó España, y ¿acaso también se confundió diciendo que quería darme oro para pagarme y no dejarme sin nada?

    —Pues…

    —Me ha dejado mucho dinero, desde el año nuevo que puso a mi nombre su cuenta muggle, una de la cual su padre no tiene conocimiento, sin contar este departamento y la camioneta, pese a que le dije que no era necesario, temía dejarme desamparado cuando muriera.

    —¿Entonces dices que…?

    —Exacto —afirmó Harry —, ese de allí no era Draco, pudo ser cualquiera con multijugos, lo más probable es que Draco esté ahora ya en una clínica, que hayan hecho el traslado sin levantar sospechas.

    —Pudo haber sufrido de amnesia, es decir, Kaufingerstrasse dijo que era posible que hubieran algunos daños por las pociones que había tomado y por el hechizo al que había sido sometido —explicó Hermione, Harry notaba que trataba de ser paciente con él.

    —No lo creo, si fuera así no recordaría nada de lo que había pasado, no hubiera aceptado que estuvimos en España… él no tiene amnesia, ese de allí no era Draco, es muy fácil que Lucius hubiera obligado a cualquiera de las enfermeras, e incluso abogados a hacerse pasar por él.

    —Oh… —exhaló Hermione.

    —¿Y qué haremos ahora? —preguntó Ron.

    —Otro plan de rescate —afirmó Harry, con resolución.

    *O*O*O*

     
    Top
    .
40 replies since 16/6/2013, 05:06   3228 views
  Share  
.