Padre e Hijo (Sasuke x Naruto) ¡AHORA ES UN ThreeShot más dos extras! ACTUALIZADO Capítulo 4 sub

Ino deja a su esposo e hijo solos en casa por unos días, ¿que harán ellos sin su presencia? Desde luego amarse con todo su ser.

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  1. pri_sasukelove20
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    Hola lectores. Me quedé con ganas de cerrar esta historia y no dejarla con un final Sasuke x Ino. Así que serán en total tres capis. Y como es tan corto las cosas serán rápidas, me disculpo por eso, espero les guste.


    Capi 2:

    La felicidad iba extinguiéndose poco a poco de su ser. Lo que conocía como una vida feliz rodeado de amor iba derrumbándose continuamente. ¿Por qué? Su madre volvió de aquel viaje con sus amigas, de eso pasó un mes para que su vida tomara otro rumbo. Para que sus sentimientos se vieran aplastados. Se sentó con su familia en la mesa para poder cenar esa noche. Debía presentar examen al día siguiente y no podía demorarse en comer.

    Cuando se sintió satisfecho se puso de pie, pero su madre le detuvo.

    —Espera, Naruto, aún no te vayas. Necesito decirles algo muy importante a ambos-anunció con una pequeña sonrisa.

    El blondo tuvo un mal presentimiento. Su madre se veía muy entusiasmada. No es que le desagradara verla bien, era solo que, eso no era muy común en ella. Quedó ahí junto a la mesa a la espera de su noticia y su padre mirándola igual que él.

    —Dinos, Ino-habló el azabache-Quiero irme a dormir-suspiró el moreno.

    —Ok, ok. Bien, esto es muy, muy emocionante. Fui hoy a examinarme y…

    Oh, no. Gritó la mente de Naruto.

    —Quedó confirmado. Estoy de un mes, ¿no es genial? Naruto, tendrás un hermanito o hermanita.

    Imaginó que saltarían y le felicitarían o algo por el estilo. Pero vio al dúo de muchachos en un silencio sepulcral y con la mirada perturbada. Parecían estatuas. ¿Había dicho algo malo?

    —Oigan…

    —Te felicito, mamá-se precipitó a susurrar intentando no llorar en ese instante-Yo… yo debo seguir estudiando. Gracias por la comida-salió a prisa para encerrarse en su habitación.

    —¿Qué fue eso? ¿Qué le ha picado ahora?

    —¿Cuándo pasó?-se puso de pie el ojinegro, no había una sonrisa de por medio, solo sorpresa y angustia.

    —¿Por qué esa cara, Sasuke? Parece que hubiera dicho que alguien se murió. Se supone que tendrías que ponerte feliz por ambos, tendremos otro bebé.-sonrió acariciando su vientre todavía plano.

    —¡Contéstame, Ino!-estaba realmente malhumorado.

    —¡A mí no me grites!-levantó la voz-¿Cuándo? La última vez que lo hicimos. De eso un mes atrás. Esa noche que Naruto salió con sus amigos, ¿te acuerdas?

    —¿Qué? ¿No te cuidaste?

    —Dejé las pastillas con la idea de embarazarme-sonrió complacida-Y te lo oculté sabiendo que no me apoyarías.

    —¡Maldición!-golpeó la mesa con sus nudillos.

    —No es para tanto, no exageres-frunció el ceño-te dije que quería otro hijo. Naruto está creciendo y me parecía la hora de tener otro antes de hacerme más anciana.

    —¡Eres una maldita egoísta! Elegir sin tenerme en cuenta, mierda-salió del comedor para ir a su dormitorio.

    —Sasuke, espera.

    —Necesito descansar bien.-habló subiendo las escaleras-Déjame en paz.

    —Tks. Imbécil. Y yo que esperaba recibir una sonrisa por parte de ambos. ¿Verdad pequeño?-miró su estómago-Estoy segura, que tú solucionaras todo. Ya se le pasara.





    Esa noche fue difícil para conciliar el sueño. El blondo observó a un lado su ventana, la oscuridad junto a la claridad de la luna. Sus ojos azules brillaban intensamente debido a las lágrimas. Siempre pensó que Sasuke sería solo de él, desde el inicio de aquella relación quería a su padre solo para él. Entendía perfectamente la posición complicada en la que se encontraba. Su progenitor le había prometido que dejaría de tener relaciones con su madre y hallaría la forma de divorciarse de ella para estar juntos. El cumplió con lo primero. Llevaba un mes y unos tantos días sin tener sexo con su madre, pero trajo una desgracia. Ese bebé arruinaba toda su vida.

    Le odio.

    Odio a ese bebé.


    No había forma de que pudieran estar juntos, no ahora. Debía hacerse responsable de otro ser y seguir al lado de su madre. No era de odiar con facilidad a las personas, pero cuando algo grave ocurría, era inevitable.

    Pensó mucho esa noche. Tanto que su cabeza dolió. Y al fin halló una respuesta.





    En la mañana evitó por todos los medios hablar con Sasuke. Suerte que su madre estaba presente y no podía hacer mucho. Su padre intentó llevarlo a la escuela de ida a su trabajo, pero él negó de inmediato. Al moreno no le quedó de otra que irse solo y con el tiempo justo para llegar a la empresa. Caminó tranquilo, pensativo hasta su escuela. Una vez que se acercó a la puerta, fue recibido por su mejor amigo de cabello pelirrojo.

    —Tienes unas ojeras impresionantes-dijo sorprendido.

    —Mira quien lo dice…

    El de ojos verdes esbozó una pequeña sonrisa y comenzaron su camino hasta el interior del establecimiento.

    —¿Tu padre?-preguntó sonriendo.

    —Esta vez es muy diferente-respondió cansado-Mamá.

    —¿Eh? No me lo esperaba. ¿Qué ha pasado?

    —En el recreo te cuento. Entremos antes que el profesor nos reprenda.

    —De acuerdo.-suspiró.

    Sabaku No Gaara, era su mejor amigo. Tenía más amistades desde luego, pero con él compartía un fuerte vínculo que de niños se formó. Confiaba tanto en él, que llegó a saber de su amor con su padre. Y pese a ello, Gaara jamás le dio la espalda ni sintió repulsión por su amor. Siempre que necesitaba algo, descargarse, recurría a su pelirrojo amigo en busca de contención. Hoy no sería la excepción.

    En cuento sonó la campana y todos abandonaban sus lugares para emprender la huida a la cafetería o patio, ellos permanecieron dentro aguardando que no quedara nadie. Gaara se sentó a su lado y quedó a la espera de su compañero.

    —Mi madre está embarazada-susurró.

    —Oh, rayos-fue lo único que pudo articular en ese momento.

    —Dime, Gaara. ¿Qué puedo hacer? Solo se me ha ocurrido una única solución. No quiero permanecer más en mi casa, quiero irme.

    —¿Podrás alejarte de tu padre? Piénsalo un poco, Naruto. Lo que dices no es tan simple. Entiendo que te duela, pero… al fin y al cabo, es tu familia.

    —Lo sé. Lo sé, Gaara-susurró, cubriéndose la frente y su visión con una mano.-Todo lo que pasa es mi culpa, me lo merezco.

    —Naruto, no digas eso. Tú solo estabas enamorado, no hay nada que se pudiera hacer.

    —Si la hubo, pero yo me deje caer. Yo seducía a mi padre, supe, no, yo lo sabía. Sabía que jamás podríamos estar juntos como pareja. Solo me dejé cegar un tiempo, y ahora mis ojos se han abierto. Es hora de terminar esto.

    —¿Qué tratas de decir?

    —La beca, Gaara. ¿La recuerdas? Jamás les conté a mis padres. Voy a usar eso como mi medio de escape.

    —¿Estás loco? No te dejaran. Necesitas su firma, y debe haber un lugar disponible para que viajes en el extranjero.

    —La firma es lo de menos-se puso de pie del banco-Puedo falsificar la firma de mis padres muy bien. Me pondré en marcha ahora, acompáñame-se dispuso a salir del salón.

    —¿A dónde vamos?-le siguió por detrás.

    —A hablar con la directora. A propósito, Gaara, ¿No te apetece venir conmigo?





    A su regreso respiró tranquilo, al no ver a nadie en casa. Se dispuso a preparar su ropa en dos pequeñas maletas. Debía escoger con cuidado que ropa y accesorios llevaría. Si bien la directora no le había dado una respuesta inmediata, estaba a la espera, pero al menos le habían entregado una solicitud que debía ser firmada por sus padres. Era mejor adelantarse a los hechos. Una vez acomodado, ocultó la evidencia debajo de la cama y se recostó en el mismo dejándose relajar.

    ¿Podrás alejarte de tu padre?

    —No me queda otra solución-comenzó a sollozar.

    —¡Naruto!-se escuchó un grito proveniente desde abajo.

    Se levantó de golpe de la cama y se frotó los ojos con la manga de su uniforme. Sasuke había venido mucho antes de su trabajo, mierda, sin su madre de por medio, estaba frito.

    —¡Naruto!-sintió las fuertes pisadas por las escaleras. Tragó grueso, y vio como entraba su padre estrepitosamente por la puerta de su habitación sin ningún permiso.-Naruto-se abalanzó a su pequeño rodeándole con sus fuertes brazos, sin embargo el blondo no correspondió-Por favor, deja de evitarme. Me duele que lo hagas-susurró contra su oído-Sé que es difícil todo esto, pero… pero yo… no quiero que cambie lo nuestro. Sin importar que pase, yo sigo amándote, Naruto.-se separó del menor y le miró fijamente.

    —¿Era solo eso? Bien, vete ya, padre-habló frio.

    —Naruto… ¿Por qué estás…?

    —Quiero descansar, padre. No he dormido bien por lo que veras-dijo más serio.

    —Bien… entiendo-susurró. Se inclinó a besarle los labios, pero su hijo desvió el rostro y le besó en la mejilla. Más que sorprendido, ese acto le rompió el corazón al Uchiha mayor-Te dejo para que descanses-se fue hasta la puerta.

    —Gracias. Cierra la puerta, por favor-volvió a recostarse.

    —Sí…

    Una vez solo se tapó el rostro con el antebrazo donde ahogó sus lágrimas. Mientras Sasuke lloraba en silencio en su propia habitación. Sin duda, lo suyo con el rubio había finalizado. La siguiente semana fue más dolorosa, más distante, más gélido. A la vista de Ino, ellos procuraban aparentar lo ya destruido. Pero cuando ella no estaba en casa, Naruto se encerraba y Sasuke lloraba frente a su puerta pidiendo que le abriera.

    Esos días angustiosos acabaron a la segunda semana. Cuando Sasuke e Ino encontraron una carta en la mesa de la cocina. Ese día, Sasuke salió dejando a su esposa llorando y él bebió hasta perder la razón absoluta. Hasta creer que todo era producto de una maldita pesadilla y que su pequeño amor seguía estando en Japón y no en Europa… como decía la hoja.



    Adiós a todos. Adiós mamá, adiós papá, adiós mi amor.
     
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  2. yamíSora
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    :=WTFf: :=WTFf: :=WTFf: eso si k es muy triste, triste muy triste :cry: :cry: :=BUABUA: :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO:
    Naru se fue nooooooooo
    estuvo G-E-N-IA-L, ME ENCANTO
    ESPERO CON ANSIAS EL PRÓXIMO CAP.:=tardesds: :=ewriting:
    BYE BYE :=deeaaah: :=deeaaah:
     
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  3. princessa
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    waw estubo genial y muy triste espero con ansias el proximo cap chik eres genial escribiendo sigue asi bueno sin mas que decir bye bye :=KITTIYN: :=WIJIS: :=EEEE: :=yeahyie: :=arribarriba: :=hurrahrr: :=amors: :=DANCING:
     
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    Dame un segundo y te olvidarás de todo

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    solo contesto roles una vez a la semana, osea el dia que descanso, paciencia

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    te quedo genial, pobre de mi dobe pero espero la continuacion con ansias
     
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  5. Nairda
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    Oh! Interesante! Me pregunto como terminara owo conty!
     
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  6. 691396
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    waaaaaaaa!!!
    carajo! continualo rapido! esta muy emocionante.
    al final se fue con gaara?
    habra algo entre los dos?
    mataras a ino luego de que tenga al mocoso?
    sasuke ira a buscar a naru o naru regresara despues de un tiempo?
     
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    Incluso si te conviertes en un recuerdo lejano las flores florecerán de nuevo...
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    Oh god siento no haber comentado antes.

    Realmente espero la conty pronto, esto es algo emocionante haha.

    Adieu~
     
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  8. gatita_kukaku
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    esa maldita de ino tenia que ser una entrometida
    ojala no sea del teme el bebe, muaajajajajajajajaja
    y tanbien el teme, metiendo cosas donde no se deben -_-
    mi pobre natu!! no te vallas para a ya, beni conmigo en argentina!! nyaaaaaaaa!
    conti negai!!

     
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    Amo el SasuNaru ♥ ♥

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    En una ciudad rodeada de ríos en el rincón más lindo de Chile ^^

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    maldita ino, lo hizo a proposito pero no se porque tengo la tincada de que el mocoso no es del teme, ojala y este en lo correcto

    pobre de mi naru, se ha ido y ahora que pasara

    no pense que lo continuarias pero es genial, estare esperando el final
     
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  10. Ryuuzetsu
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    :=WTFf: :=WTFf:
    no me esperaba una segunda parte, pero sin duda
    el primer capitulo me dejo muy intrigada, espero
    la contyyy prontoo :=duouou:
     
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  11. itziritha
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    yo creo ke no es de sasuke ese bebe maldita ino
    conty
     
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  12. NanaUsagi
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    Inche Ino, tan bien que me cai,
    y la cajeteo lindo y bonito,
    Seguro y espero que Ino tuvo
    una aventurilla y de eso salio
    premiada y el baby no es de Sasu-chan

    Naruto no se puede ir, seguro
    esta en la casa del pelirrojo,
    Awwwww Ino la cagaste ¬¬!

    Sigue así bye ^^/

     
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  13. pri_sasukelove20
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    Hola lectores. Advierto que puse “Muerte de personaje” y este capítulo me resultó muy emotivo y triste. Aunque quiero saber cómo lo ven ustedes. Otra cosa, por falta de tiempo, y porque amo dejarl@s en suspenso habrá un extra.

    Espero que les guste, me he esforzado mucho y me voy a acostar ahora muy tarde por escribir XD





    Capi 3:


    Han transcurrido ocho meses desde su huida de casa, la vida independiente le resultaba agradable. Ya estaba acostumbrado y manejaba el dinero a su antojo, dinero que él mismo se ganaba con el sudor de su frente. Con la beca ganaba una buena suma por estudiar tan lejos de su país natal, compró libros que le solicitaban y pagaba su boleta de ida y vuelta. Alquilaba un departamento pero no le era algo difícil de llevar, ya que, Gaara también ponía la mitad de sus ganancias. Su pelirrojo amigo también contaba con un empleo de medio tiempo e iba a la misma institución que él, aunque diferente salón. Igual podían verse durante los recreos de diez minutos y conversar de las nuevas amistades que habían conseguido el primer día.

    En cuanto al idioma, era todo variado y en poco tiempo con un maestro y un diccionario a la mano, él y Gaara manejaban un nivel aceptable del inglés, italiano y alemán. El francés todavía le costaba la pronunciación y su mente no podía almacenar tantas palabras raras. Pero más que todo estaba a gusto con su nueva vida y contento de tener a alguien en quien apoyarse, si Gaara se hubiera negado en ese momento, la soledad y un mundo desconocido por delante hubiera sido un tanto aterrador.

    El tiempo pasa muy rápido, y no pudo evitar pensar en su familia como siempre era cada día. ¿Cómo estarían? ¿Su padre le echaría de menos? ¿Se habría olvidado de él? ¿Querría más al bebé que él? Su madre ya estaba a un mes de parir esa criatura que arruinó su felicidad, sí, los dos debían de estar muy felices, mimándose uno al otro por ese pequeño ser humano a punto de ver la luz del exterior. Para Sasuke no debía de significar nada, y por más que ansiara verle, él había decidido borrarse de la vida de ellos, de él. Su antiguo móvil ya no existía. Tenía un nuevo móvil y ningún contacto excepto el de Gaara y unos amigos que habían pedido su número.

    —Naruto-habló su amigo del otro extremo de la habitación. Sus camas estaban a poca distancia de la otra.

    —¿Hm?-le miró, saliendo de sus profundos pensamientos.

    —Sé con solo ver tu rostro que no estabas estudiando ese libro que están en tus manos, ¿En qué piensas?-preguntó comprensivo, dejó su cuaderno con ejercicios sobre una mesada de luz a su lado de la cama y se acomodó mejor sobre esta para encararle.

    —¿Tan obvio soy?-rió por lo bajo, suspiró-Mamá pronto dará a luz, solo pensaba en que… se deben haber olvidado de mí.

    —Un padre jamás dejara de amar a un hijo, no importa cuántas locuras o estupideces haga, el amor de un padre a su niño es para siempre-respondió firme en sus palabras.

    —Si, tal vez… pero el amor que le tengo a Sasuke no es paternal. Le amo como un hombre ama a una mujer, un amor enfermo como dirían algunas personas.

    —Naruto-le miró triste-Debes dejar eso de lado, tú mismo lo habías dicho. Empieza otra vez, busca distraerte con alguien más. Los chicos de aquí son muy atractivos-sonrió.

    —Ja, ja, ya lo creo. Especialmente el de la cafetería, ¿Verdad, Gaara?-le guiñó el ojo divertido.

    —Tonto-gruñó sonrojado-Somos solo amigos para que lo sepas.

    —Pues Sai te ve como algo más que un amigo. Te digo algo, Gaara, no dejes pasar esta oportunidad. Ese chino está loquito por ti, dale una oportunidad aunque sea.

    —No es chino-frunció el ceño-Es coreano, aunque el nombre es japonés porque le resultó bonito a sus padres-suspiró.

    —Ja, ja, ja, ¿ya ves? Sabes mucho de él.

    —Cállate-le aventó el cuaderno por el aire, el blondo logró esquivarlo antes que se estrellara en pleno rostro-Tal vez… tal vez lo haga-murmuró con las mejillas ruborizadas-Solo que soy…

    —¿Sí?-rió, recogiendo el cuaderno del suelo.

    —Muy tímido.

    —Ja, ja, eso tiene cura.





    —Llegué-anunció entrando a casa con su respectivo traje de trabajo y su maletín. Cerró la puerta y depositó su maletín a un lado de la entrada.

    —Bienvenido-saludó su esposa mostrando su abultado vientre, emocionada por conocer a su pequeña niña.-Has venido temprano.-le dio un corto beso en los labios.

    —Estoy muy cansado, Itachi me dejó retirarme antes. Me daré una ducha y dormiré un rato-pasó de ella y se puso en marcha de subir las escaleras.

    —Entiendo-susurró, mirándole deprimida.

    Las cosas en casa habían cambiado para mal. Desde la ausencia de su hijo, Sasuke ya no era el mismo. Su gélida mirada y su brusca forma de expresarse habían logrando una gran brecha en su relación, ni el embarazo era capaz de contentar al Uchiha. El día en que fue con él al hospital para averiguar el sexo del bebé, su alegría se esparció en ese cuarto junto a la sonrisa de su doctor que había llevado hasta ahora su cuidado. Sin embargo, la cara de su esposo era inexpresiva, sus ojos estaban vacios y una línea recta se posaba en sus gruesos labios rosa. Tan solo murmuró: “Bien por ti”.

    ¿Bien por ella?

    La niña era de ambos, ¿Por qué se refería así, si era hija de ambos? No era una extraña. Incluso el doctor quedó en silencio en ese momento incomodo. Se retiraron y durante el recorrido en el vehículo ella intentó romper el hielo, y no funcionó.

    Su relación de tantos años de amor y cariño se desvanecían continuamente. Sasuke de besos no pasaba. Después de que Naruto se fue, nunca más volvió a tocarla en la cama, sumado a los meses anteriores. Y ella estaba cansada de llevar el peso sola, francamente estaba harta, ella también sufrió cuando les abandonó Naruto; pero no había más que hacer. La tierra se lo había tragado sin dejar pistas. Y sabía con certeza que aún así, su hijo estaba bien donde estuviese, él siempre fue un magnifico luchador. Después de todo, el rubio había nacido prematuro con pocos kilos y los doctores no le daban muchas expectativas de vida. Su hijo había luchado solo para dejar boquiabierto a los doctores, definitivamente él debía de estar bien.

    Su preocupación por él siempre estaba en su mente, pero debía seguir adelante, en cambio, Sasuke siempre se quedaba muy atrás de ella. Y la decisión más importante en su vida estaba tomada. Cuando diera a luz, le pediría el divorcio a Sasuke. Era definitivo y creía firmemente que eso era lo mejor para ambos.





    Sasuke luego de aquella refrescante lluvia sobre su cuerpo se dejó caer con una muda ligera de ropa sobre la cama matrimonial. Se acostó de lado y vio en la mesita a su lado aquella nostálgica fotografía. Los tres sonriendo a la cámara, Ino a su lado y el tomando entre sus brazos a su pequeño niño de ocho años de edad. Ese imperativo rubito que le había robado el corazón, la persona que ahora mismo se había llevado su alma.

    —¿Dónde estás? ¿Qué estarás haciendo? ¿Tendrás pareja? Solo pido que estés bien, con una salud de hierro-sus ojos comenzaron a escocer-Mientras estés bien no pido más, mi querido rubito, mi gran amor-sollozó, ocultando la cara en la almohada.

    Pese a la pequeña que pronto tendría en sus brazos, la felicidad no era completa. Jamás lo sería si no volvía a ver a Naruto a su lado, con Ino no era feliz en absoluto. Hace tiempo que la chispa entre ellos se había extinguido, mas era notoria ahora con la ausencia de su pequeño. Aunque fuera difícil debía hacerlo por el bien de los dos, por el bien de la pequeña, él la amaría como todo buen padre, pero el convivir bajo el mismo techo con su esposa sería algo incómodo. La pequeña tendría todo lo que necesitara durante su crecimiento, pero esto debía acabar de una vez, así que cuando Ino tuviera a la niña hallaría la forma de decírselo sin titubear. Hallaría la manera de finalizar esa relación e ir por su rubio amor para estar juntos como lo merecían.

    —Solo espera Naru, prometo… prometo que iré por ti. Tan solo un mes más e iré por ti, mi niño.





    Un mes después.

    Aquella mañana de sábado ocurrió algo alarmante. Algo que no podría olvidar Naruto. Eran las cinco de la mañana cuando una llamada telefónica irrumpió el armonioso silencio dentro de la habitación. Gaara comenzó a removerse ante el insistente sonido, irritado se irguió destapándose y acercándose al teléfono que habían instalado con el rubio.

    —¿Quién molesta a estas horas?

    Luego de haber trascurrido unos segundos su cara fue de sorpresa para luego pasar a una de completa melancolía. Se despidió y cortó la llamada. Observó a su amigo durmiendo plácidamente desparramado en la cama, debía decírselo cuanto antes, y buscando la manera de contarle lo sucedido con respecto a su familia. Se acercó a su cama y le sacudió el hombro descubierto.

    —Naruto-murmuró-Naruto, despierta.

    —Hm… déjame.-habló con los ojos cerrados.

    —Vamos, Naruto, es importante. Una llamada de Japón.-comentó desanimado-Hay algo que debes saber.

    ¿Japón?

    Sus ojos azules quedaron al descubierto y miró al pelirrojo entre la claridad frente a él, se refregó los ojos e irguió su espalda quedando sentado en la cama.

    —¿Qué pasó en Japón?-preguntó adormilado.

    —Mi hermana me llamó, yo… mierda, es difícil decirte esto.-¿Por qué tenía que ser él?

    —Dilo, Gaara o volveré a dormirme.

    —Se trata… se trata de tu mamá, Naruto. Ella… ella murió al dar a luz…





    Sasuke Uchiha se hallaba estupefacto aún en la silla del hospital. Asimilarlo le resultaba difícil de creer. Hace tan solo unos instantes, ella había entrado a urgencias y se disponían a hacer el trabajo en medio del parto. Ino se había visto bien, no parecía tener problemas en un inicio, antes de que entrara a la sala él pudo sostenerle la mano aún con vida y con esa calidez que todo ser humano posee desde su nacimiento. Sus miradas se cruzaron, la suya reveló seguridad, valor, que todo estaría bien, que no debía temer. La de Ino, era de puros nervios e inseguridad, todo lo contrario a él. Sasuke por primera vez en mucho tiempo le había dedicado una sonrisa, una sonrisa dulce y esperanzadora. Ella presionó su mano entre la suya, para luego ser llevada a través de esas puertas.

    “Lo siento mucho”

    “Hicimos lo que pudimos, señor Uchiha”

    “Realmente hicimos lo que estuvo a nuestro alcance, ella no pudo resistir más, pero yo creo que podrá descansar en paz, se lo aseguro.”

    “Ella… dio su último aliento para que la pequeña llegara con vida a nosotros, fue una gran luchadora. Debe estar orgulloso”

    “Antes de morir, susurró un nombre, el nombre de su pequeña.”

    —¿Cuál fue su nombre?

    —Naruko, ella susurró Naruko.


    La niña, su niña se llamaba Naruko Uchiha. Ocultó su rostro entre sus temblorosas manos dejando escapar un mar salado de sus ojos ónix. Él no amaba a Ino, ya no, pero eso no significaba que no le tuviera un gran cariño. Ella había sido su mujer, su primer amor, la que le había dado a su rubito. Su gran alegría. Dolor en su pecho y culpa en su mente, por qué había sido un pésimo esposo en los últimos meses, un pésimo apoyo en cuanto a su embarazo y un pésimo amigo. Ino solo quería ser mamá una vez más, aunque fue a costas de su espalda, ella deseaba fervientemente ser madre una vez más. La vida le había jugado mal, su vida a cambio de la bebé, si bien ella había obrado mal; en esos instantes era lo que menos interesaba.

    Tan solo quería, quería cuidar de la niña a su manera. Que Ino tuviera una oportunidad de buscar un mejor hombre de lo que él alguna vez fue en su juventud, pero no pudo lograrse. Ahora estaba solo, y la niña con él, la pequeña a su lado sin su madre. Naruko, de pelusita rubia en su cabecita y ojos azules como su niño, la cual tuvo que ser llevada a una incubadora y corroborar más claramente su estado. Ni si quiera le habían permitido verla, salieron con ella en una manta a paso veloz y la preocupación en esos momentos era enorme.

    —Ino… te prometo que ella será feliz, la protegeré de todo… y de todos, Naruko será definidamente feliz conmigo. No te preocupes de nada-murmuró entre lágrimas-Le daré todo mi amor, Ino, te lo juro-susurró empapado en gotas saladas.





    El blondo no tuvo el suficiente valor de ir a su funeral. Gaara decidió no entrometerse aunque estaba molesto con su decisión tachándolo de cobarde. Y Naruto no lo negó, culpa, ese remordimiento lastimando su conciencia una y otra vez, dolor, dolor de no poder haber visto a su madre por última vez con vida. De no poder despedirse, de pedirle perdón, de que a pesar de lo que había sucedido entre ambos, él le amaba. Amaba a la mujer que le había dado la vida, y esa maldita amargura llenándole el corazón, el alma por haber mantenido una relación prohibida con su padre sin que ella se enterase.

    Pasó una semana, Gaara le ignoraba y él hacía lo mismo pese a que compartían la misma habitación, cada uno permanecía en lo suyo. Pero esa noche antes de conciliar el sueño, en ese instante en que la luz tenía que apagarse, él sollozó. Pequeños hipidos que fueron haciéndose más sonoros.

    —Gaara… por favor… abrázame.

    Y el muro entre ellos finalmente fue destruido. Su amigo se levantó rápidamente de su cama y le abrazó con fuerza dejando que el agua mojara su camiseta larga, el llanto fuerte del oji-azul finalmente salió a la luz y Gaara, lloró con él toda la noche hasta el cansancio.





    Un año después.

    Tarde o temprano uno debe enfrentar sus demonios, los demonios del pasado. Naruto estaba de camino en avión a casa, a su país oriental. Sin Gaara para apoyarle en esta difícil etapa, debía ser fuerte y enfrentar sus miedos y sufrimientos. Cosas buenas debía de salir después de tanto dolor, ¿verdad? Pues hasta ahora lo único bueno era la relación de Gaara con Sai Shimura, el dueño de aquella cafetería a la cual acudían a menudo luego de clases. Tal vez su amigo pelirrojo tenía pensado quedarse a vivir allí, pero no quería pensarlo ahora, aún faltaba para ello.

    Su beca. Sí, terminar en un año era dificultoso. Pediatría. Había escogido ser pediatra, nunca supo el porqué, solo fue un impulso y ya. Esto solo significaba una visita, todavía le restaban tres años para terminar. Había visto poco de la medicina, y pronto empezarían los cursos para estar al tanto de más cuidados, sí, su carrera era muy larga. Tenía que volver pronto, tan solo una razón le motivó para llegar a Japón.

    Despedirse de su madre correctamente.





    —Itachi, necesito un favor-acomodó unos papeles dentro de una carpeta.

    —Dime.

    —¿Podrías cuidar de Naruko? Quiero ir al cementerio.

    El mayor observó al lado del escritorio a la pequeña dormilona en el cochecito que su hermano le había comprando con su ropita color rosa y un gorrito cubriendo su ya abundante cabello.

    —Desde luego-sonrió-Ve tranquilo, hermano. El tío Itachi se queda con la reinita.

    —Gracias-sonrió de medio lado ante sus últimas palabras. Itachi amaba a su sobrina y la mimaba demasiado, no quería saber lo que haría cuando tuviera quince años.

    Siempre tenía un tiempito. Desde la muerte de su esposa, él visitaba su tumba y hablaba de cómo estaba Naruko. La ropita que le compraba, las morisquetas que hacían, las veces que lloraba y no pegaba ojo en toda la noche. Cada detalle por muy pequeño que fuese, él iba y le contaba a Ino. De alguna forma, era como si estuviera viva y le escuchará silenciosamente de todas las travesuras de su pequeña. Se despidió de su hermano y besó la frente de la beba, para luego salir en su auto a su destino.





    Tomando un taxi partió al cementerio más cercano a donde solía vivir. Una corazonada le decía que su madre estaba enterrada allí, “El camino al cielo” como se llamaba. Al llegar, pagó al taxista y antes de entrar se detuvo en un pequeño negocio que vendía flores. Compró un ramo de lilas, su madre amaba ese color, se la dieron envuelta en un papel muy bonito plateado y con listón rojo. Suspiró y entró pasando las puertas grandes de rejas negras, vio a lo largo cientos de lapidas y flores adornando su frente. Se detuvo en una casilla a preguntar.

    —Disculpe-tocó la ventanilla que lo separaba.

    —¿Sí?

    —Necesito buscar a alguien y es la primera vez que vengo-explicó.

    —Dígame su nombre y veré la planilla.

    —Yamanaka Ino-respondió con un pequeño brillo en sus ojos.

    —Seguro está ubicado en la “y” ahora la busco-sacó de una fila de papeles varias planillas y fue buscando la letra Y que figurara en la tapa-Aquí, veamos-la abrió y comenzó a leer los nombres, aquello tardó como diez minutos.-La encontré.

    El corazón del rubio se apretó de dolor.

    —Yamanaka Ino, ah, le llevaré con ella. Siendo la primera vez en este lugar tan grande, se perderá-la puerta a un lado se abrió y le invitó a que le siguiera.

    Se sorprendió en saber que estaba bastante alejado el sitio, bien al fondo, caminaron por varios minutos. Estar rodeado de gente muerta no era gusto de nadie, más bien, allí se respiraba una tristeza inmensa. El hombre finalmente se detuvo frente a una tumba.

    —Aquí está.

    Naruto leyó el nombre en la lapida y sintió una punzada en su pecho. “Amada esposa y madre…”

    —Le dejo a solas. ¿Podrá volver solo?

    —Sí, creo que sí. Muchas gracias.

    El hombre se retiró y el dolor se reflejó en sus irises azules. Se dejó arrodillar y depositó el ramo junto a otro de rosas blancas que aún permanecían en buen estado.

    De seguro las dejó, papá.

    —Mamá… perdóname. He sido… un pésimo hijo. Te he hecho sufrir y te escondido el amor que siento por mi padre, mamá… soy un monstruo. Soy un maldito monstruo…-las lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas sin piedad y mojar las flores-Perdón, perdón por tardar en venir a verte. Hubiera querido… verte con vida una vez más… de verdad que sí, Madre. Lo que hice… lo hice por todos, lo hice por ti. Aunque también… lo hice por mí. Tu y papá tenían que estar juntos por ese bebé, para no sufrir yo… decidí irme lejos. Por más odio que sintiese por esa nueva vida, debía tener un papá a su lado, una familia. Yo no podía encajar en ello, papá, papá es y será el amor de mi vida, escucha mamá. ¡Yo amo a Sasuke con todo mi corazón, le amo con todo mi ser, como hombre! ¡Por eso, perdóname, perdóname por decepcionarte, por haberlo desviado del camino! Mamá-siguió llorando-Perdóname por no poder dejar de sentir esto por él, si el infierno me espera por este prohibido amor, yo… lo aceptaré con gusto. Mientras tanto, permíteme sentir esto hasta el final de mis días. Quiero que sepas, que te amo y te amaré siempre, fuiste una mujer grandiosa y hubiera querido decírtelo antes. Te amo, mamá-se abrazó a la lapida color negra con los escritos dejando recargar la cabeza sobre ella.

    —¿Naruto?

    Escuchó perfectamente la voz pasmada y rasposa de ese hombre tan familiar y que tanto echaba de menos. Su corazón dio un brinco tal como él con su propio cuerpo apartándose de la piedra labrada, parados cara a cara y a centímetros uno del otro.

    —¿Naruto… eres tú?-las lágrimas por parte de Sasuke no se hicieron esperar, quien con una mano tapó su boca no creyendo lo que sus ojos veían.

    —Hola… papá…




    Díganme, ¿Qué tal el capi? ¿Qué Creen que pase ahora? ¿Les gustó que Ino muriera? XD
     
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  14. Nairda
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    ToT ! Que triste uwu pobre ino yo nunca quise que muriera :c waa naruto y sasuke se encontraron de nuevo owo espero que todo se solucione! Espero el extra! :3 cuidate mucho adios!
     
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  15. NanaUsagi
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    Que triste que Ino se nos fuera..
    Pero bueno sea para bien o para mal
    suceden las cosas..

    Por fin después de tanto tiempo
    Sasuke y Naruto se encuentran,
    espero que esto haga que se
    reconcilien y críen a Naruko
    en una familia muy amorosa xD

    Espero el extra con muchas ansias,
    sigue así..Bye ^^/

     
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83 replies since 17/6/2013, 07:13   13095 views
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