Revolución del Amor en la Revolución Industrial (cap 25) (FIC FINALIZADO)

parejas: YxC y GxS, IxY, KxH, MxK, NxM, TxK, HxS, IxA...

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  1. Anita-Neko†vampiro†*¬*^_^¬_¬
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    Holas Onee-chan! jeje ^x^~ Por fin conty!!

    ¿Les gustó? Seguro que si!! >w<~ me encanto como hiciste a Kariya!! eje todo un baka pero al que ama Hikaru o que amara pronto...amenos qu ey alo haga(?) XP jejej no te preocupes a mi no me quedan muy bien las personalidades de muchos ejej...pero ya qu e igual a mi me gusto como se comporto Taki con Kishibe! eje >w< kawaii!! jeje no no puede matar a kariya que después me deja al corderito sin seme u.u...en fin estuvo muy bueno el capy!! ejej XP
    ¿Merezco algun comentario? Todos los que te puedas imaginar!! todos esos mereces por que yo me imagino muchos!! jeje pero dame conty!! exé..onegai!! ejej ^x^~ te quiero nos vemos ejejeje...

     
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    Bueno, aviso, de que no me olvidé de que tengo el fic, es solo que no sé porque no escribo mucho de algunos de ellos... lo siento... pero bueno vengo a decir que escribí uno de GendaxSakuma (lo hice como regalo para mi bebé, por eso lo escribí, sino con el trabajo que tengo dudo que hubiera usado mi tiempo para ello, pero bueno)

    Por si lo quieren leer se titulo: 1 mes

    https://mundoyaoi.forumfree.it/?t=67331449

    Y aquí el link, espero que le guste a quien lo lea, xd

    Hasta la semana que viene si hay suerte.
     
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  3. Misutore
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    ...yo juraba que habia comentado tu fic hace tieeeempo...y hoy viendo si algunos fics que me gustan habian puesto conti me fije que no lo habia comentado xD...LO SIENTO! COMO 5 AÑOS DESPUES LO COMENTO LO SIENTO MUCHO!!...

    QUOTE
    —¿Hikaru? —preguntó mientras lo giraba y veía la cara llorosa del menor— ¿Qué haces aquí?
    El pequeño se puso a llorar sin decir nada, el susto que se había llevado había sido enorme. Aunque conocía a todas las personas de la colonia no se esperaba que alguien le llegara por la espalda. El mayor se sintió un poco mal mientras lo veía llorar no había sido su intención pero tampoco sabía que esa sombra era Hikaru.
    —Deja de llorar ya, mocoso —dijo un poco enfadado mientras el otro asentía.

    SOn tan tiernos estos dos...con ellos el cielo es todo rosa y las nubes parecer algodones...oww...aunque no lo admita Kariya enserio se preocupa mucho por Hikaru...
    QUOTE
    —¿Para qué no? No hay nada interesante. Solo tienes que quedarte aquí y ya.
    Fuera de la colonia realmente, en su opinión no había nada interesante y dentro de ella solo estaba ese peli-azul así que no iba a permitir que se le escapara. Verlo aun sollozando y con la carita sonrojada por el llanto lo hacía ver muy lindo y era muy tentador. Siempre era muy provocador con ese pose de inocencia y ternura, le hacía sentir algo que no entendía muy bien pero no lo sentía como algo malo.
    —Pero yo quiero —dijo con un tierno puchero que hizo que Kariya no pudiera más.

    Hikaru es una maquina de provocaciones...enserio wn no es posible que alguien sea tan adorable! es anormal! Hikaru es un alienigena o algo...pero de todas formas es tierno! la debilidad de Kariya...y ese abrazo!! AHH!! que lindo! amo la ternura disimulada de estos dos...
    QUOTE
    Lanzó una cuerdecita que ya estaba allí preparada para esas ocasiones y el castaño sonrió antes de cogerla para subir.

    Que es esto Romeo y Julieta?...que kawaii...
    QUOTE
    —De nada Taiga —respondió mientras le miraba— algún día conseguiré mi recompensa —susurró.
    —¿Qué? —preguntó el menor el cual lo había escuchado pero no lo había entendido.
    —Nada —dijo mientras bajaba por la cuerda— Hasta pronto.

    yo tampoco entendi lo de recompensa po wn...esto es extraño!...

    ¿Les gustó?
    -Siempre! estubo kawaii...aunque sigo con la duda de la recompensa wn...
    ¿Merezco algun comentario?
    -muchos! pero el mio no vale tanto xD...estamos mal wn...

    Me encanto...y aunque me demore en comentar quiero que sepas que yo leo el capitulo el mismo dia que lo cuelgas wn enserio...asique...CONTI!...matta ne!...
     
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    Bueeeeeeno, aquí estoy con este capi, sé que me tardé mucho, lo siento, pero como no voy a dejar ningún fic sin acabar pues nada les vengo a escribir al menos una conti y lo seguiré cuando pueda, lo que pasa es que ahora me dio por empezar uno que hace mucho tenía en mente y que en verdad estoy amando y deseando colgar pero por el momento no acabo el capítulo… pero lo haré mientras decido que hacer con él voy escribiendo este capítulo, xd

    Parece que últimamente para que yo escriba y actualice cuesta mucho lo siento, es que estoy algo “perezosa” o bueno es que me distraigo con mucha facilidad y al estar feliz no me apetece escribir como hago siempre… Al parecer escribía solo para olvidar la vida real pero como la vida real ahora me gusta ya no escribo… lo siento, de todos modos no significa que no escriba nunca más solo que no escribo con tanta frecuencia… y las contis tardan más en llegar, ¡¡¡perdonad!!!

    Aunque bueno, como llevo una racha en la que todo me va mal y necesito olvidarlo todo pues nada volvamos a la carga con la escritura, xd parece que solo escriba para eso, y es solo a medias eso jeje bueno a empezar el capi, xd
    -----------------------------

    Capítulo 8
    Estaba cierto peli-lila en clase mirando por la ventana aburrido por lo que explicaba ese hombre que da clases, sí, mientras escuchaba al profesor, el cual en esos momentos hablaba de cosas que él veía poco interesante. Ya sabía escribir así que todas esas normas gramaticales que le decía no le interesaban. Con los libros que leía tenía ya más conocimientos sobre eso que su propio padre, que era el profesor. A su lado estaba ese peli-azul tsundere que tanto amaba en el fondo y que sabía que le correspondía aunque no lo reconociera algún día lo conseguiría, él tenía un plan. Lo tenía todo bien pensado, o bueno, aún le quedaban algunos detalles para conseguir que el menor se le declarara pero lo conseguiría, sonrió mientras lo observaba concentrado en lo que decía. Lo bueno de ver por la ventana era que reflejaba al menor en ella y lo podía observar sin que el moreno se enterara. Sonrió por la cara de concentración de su compañero, le gustaba cuando ponía esa cara aunque le gustaban todas.
    —Ahora quiero que escribáis una redacción explicando que hicisteis el día anterior —ordenó el profesor repartiendo una hoja para cada alumno— tenéis media hora para acabar y poned el nombre para que lo pueda corregir.
    Minamisawa suspiró, no le gustaba cuando su padre les hacía escribir esas tonterías. Empezó a escribir lo que hizo ese día, obviando detalles como el acaso hacía su “amigo” y algunos detalles, y en menos de quince minutos ya había acabado de escribir la página entera, mientras miraba como el peli-azul aún estaba allí intentándolo. Ya le había dicho muchas veces que leyera más. Vio que había faltas en el texto del chico así que se acercó a él con una sonrisa.
    —Nori-chan, estuve va con “v” y no con “b” —le dijo en su oído notando como un pequeño sonrojo aparecía en las mejillas del chico.
    —NO ME LLAMES ASÍ —le gritó en plena clase mientras le pisaba el pie.
    —Auch… —se quejó el peli-lila mientras se sobaba su pie por encima de la bota que llevaba.
    —¿Que son estos gritos Kurama? —le preguntó el profesor con una voz seria que le hizo estremecerse.
    —Na-nada, profesor —respondió sentándose de nuevo en su silla.
    El profesor no dijo nada más y Kurama corrigió la falta que Minamisawa le había dicho y unas más que le fue diciendo durante ese rato consiguiendo que el menor no perdiera ese sonrojo en todo el rato, le hacía sentir raro tenerlo tan cerca de él.
    —Aléjate un poco de mí —le dijo mientras corregía el texto siguiendo las instrucciones de Minamisawa, le dolía en el orgullo eso pero no quería que luego le castigaran por malas notas.
    —Entonces no puedo ver bien el texto Nori-chan —le llamó de nuevo de ese modo que sabía que el menor odiaba, este solo frunció el ceño pero no dijo nada ya luego se vengaría por la vergüenza que le estaba haciendo pasar.

    ----------------------------

    El profesor había dicho que hicieran una redacción así que el castaño se había puesto a hacerla como todos los que asistían a clase, que básicamente eran todos, hasta los hijos de los jefes iban a ella estudiar. Tenía algunas dudas sobre que escribir o como escribir algunas palabras y eso lo ponía nervioso. ¿Y si escribía mal las palabras? Le daría vergüenza que el profesor lo leyera y luego lo comentara en casa. Se sentiría morir si eso pasara así que estaba intentando que escribir lo mejor que podía pero no estaba seguro, revisó el texto unas cuantas veces y no sabía si había escrito todas las palabras bien.
    —¿Cómo se escribe “exhausto”? ¿Lleva la h o no la lleva? —se preguntaba en voz baja el pequeño castañito mientras miraba a su lado buscando algún tipo de ayuda por parte de su compañero.
    Al girar la cabeza se dio cuenta de que su compañero solo había escrito su nombre y una línea, que no tenía nada de lógica y con faltas de ortografía, le cayó una gotita estilo anime y se acercó para ayudarlo aunque no sabía muy bien si hacerlo o sino… tal vez el moreno se podía enfadar si le decía los errores, pero tenía que ayudarlo así que cogió algo de valor para ello y lo hizo.
    —Ha-Hamano… —lo llamó con timidez— esto… la frase que e-escribiste… e-está mal.
    —¿A si? —preguntó sorprendido— yo creía que estaba bien.
    —La fra-frase correcta e-es: A-ayer por la ta-tarde después de tra-trabajar fu-fui a la tienda de mis padres pa-para ayudarles a ve-vender el pescado.
    —¿Aaahh? ¿Entonces no es: El dia antes tarde fuí a trabajár después de ayudár a pádres en tiénda de péz? —exclamó sorprendido.
    —N-no… Ha-Hamano se e-escribe ca-casi co-como se ha-habla… —le explicó el de moñitos mientras bajaba la cabeza.
    —Oh… ahora entiendo porque el profesor siempre me suspende —dijo riéndose despreocupadamente.
    —Y-y no se po-pone a-acentos en to-todas las palabras… so-solo en algunas… —siguió explicando.
    El moreno lo miró como si hubiera dicho algo de otro mundo mientras observaba el texto del castaño, lo intentó leer pero no entendía algunas de las palabras que le parecían sacadas de algún texto extraterrestre.
    —Oh… a mi nadie me lo había dicho… —se defendió.
    —E-el pro-profe l-lo e-explicó…
    —¿En serio? Jejeje —fue su risa de “oh, me pillaron”.
    —S-sí.
    Al acabar esta conversación el menor algo preocupado por su amigo le ayudó a escribir su texto de un modo normal sin que se tuviera que utilizar un diccionario de traducción Hamano-Humano. Mientras este le escuchaba y observaba como el otro escribía el texto para que él lo copiara.
    —Eres un genio Hayami —le dijo con una sonrisa mientras lo abrazaba— no sé qué haría sin ti.
    El menor se puso más que rojo por el comentario del menor pero sonrió levemente por el abrazo, le gustaba cuando el mayor hacía eso aunque le ponía muy nervioso.
    —Señor Hamano podría dejar de abrazar a Hayami y seguir con su seguramente extraña redacción sin sentido —le regañó el profesor, al cual se le estaba acabando la paciencia por los estudiantes que le habían tocado. Hubo una risa general y el menor se puso más rojo mientras deseaba que se le tragara la tierra.

    ----------------------------------

    Por otro lado había un peli-azul sentado al lado de otro peli-azul maldiciendo su suerte. Encima que tenía que estar en clase lejos de cierto chico, tenía que aguantar ver como sonreí a su compañero, el cual solo estaba serio pero le respondía. ¿Cómo mierdas se atrevía hablarle a su esclavo? ¿Quién le había dado permiso para ello? ¡¡¡NADIE!!! Pero todos se todos modos se tomaba esa libertad, ya se lo cobraría más adelante, ¡obvio que sí! Nadie en todo el mundo iba a intentar seducirlo sin pagar las consecuencias. Vio como el corderito asintió a lo que le decía el otro le decía con una gran sonrisa y muy feliz. Arrugó levemente la hoja que tenía entre sus manos al observar eso. Al escuchar como el profesor decía que ya podían salir al patio se levantó de su asiento asustando a Taiga, el cual se sentaba a su lado y s fue hacía el peli-azul. Lo cogió del brazo y se lo llevó de allí lo más rápido que pudo.
    —¿Ka-Kariya? —preguntó al ver que el mayor se lo llevaba.
    —Llámame sempai —le dijo de manera tajante por el enojo.
    —Se-sempai —dijo el otro un poco triste ya que eso le parecía un poco más distante.
    —De que hablabas con ese peli-blanco amargado.
    —¿Sa-Saru? —le preguntó— sobre la redacción —dijo bajito mientras agachaba la cabeza.
    —No suena muy convincente pero si fue por eso porque se te veía tan feliz.
    —E-Es que bu-bueno… le escribí a-al profe que ayer me acompañó a ca-casa…
    —¿Y que con eso?
    —Pu-pues que Saru lo vio y bu-bueno le co-conté lo feliz qu-que e-estaba por ello —respondí muy sonrojado por eso mientras jugaba con sus manitas luciendo muy tierno a los ojos del mayor.
    —¿Seguro que fue por eso?
    —S-Sí…
    —Está bien entonces —respondió—Ahora a comer mocoso. ¿Qué me trajiste?
    —U-un bocadillo… —dijo con una sonrisa.
    —Al fin no es ensalada —susurró Kariya para si mismo mientras le observaba— ¿De qué es?
    —De ensalada —respondió sonriéndole al mayor— puse los mismos ingredientes dentro del pan —explicó con una sonrisa a lo que el mayor solo suspiró y cogió la comida que este le ofrecía, al parecer al final se volvería vegetariano si seguía comiendo la comida de ese mocoso.

    -----------------------------

    Cierto castaño al ver como Kariya se iba a prisa con el menor que acosaba a toda hora aprovechó para acercarse al otro peli-azul. Al llegar a su lado se sentó en la silla que su “hermano” había dejado libre y saludó al menor quien se sonrojó un poco pero le sonrió devolviéndole el saludo.
    —¿Qué tal estás? —le preguntó Sousuke preocupado.
    —Bien —respondió el menor aun con la sonrisa— mejor que ayer, gracias.
    —Me alegro —comentó observando al menor— cuando sonríes te ves más lindo.
    —¿Eh? —se sonrojó más de lo que estaba y desvió la mirada— Gra-Gracias.
    —No me agradezcas solo diga la verdad —el menor se rió un poco por el comentario pero no dijo nada más— ¿Qué escribiste en la redacción?
    —Mi día en el mercado —le explicó el otro aún con la mirada hacia otro lado el castaño le ponía nervioso.
    —Yo escribí mi día en la iglesia —le dijo como respuesta.
    —Yo fui en la tarde, porque la mañana no estuve.
    —Lo sé, te vi salir de ella junto con Kariya y tus padres…
    —Sí, como padre tampoco pudo fuimos todos.
    Empezaron a hablar sobre más cosas que el día anterior no se habían podido decir porque el mayor se había tenido que ir para que el peli-azul durmiera y ya de paso para ir él también a dormir. No tenían mucho más que hacer aparte de pasar un tiempo agradable los dos juntos, entre risas por parte del menor, sonrisas del mayor y palabras tiernas que conseguían sonrojos en el peli-azul, cosa que le gustaba mucho a Sousuke. Así estuvieron hasta que acabó el patio y tuvieron que empezar la clase nuevamente.

    ------------------------------

    Un peli-blanco que había estado hablando con cierto peli-azul vio como este había sido arrastrado por otro chico. Eso le pareció raro pero no dijo nada y solo cogió sus cosas para ir al patio con los demás aunque alejado. Solo se sentó debajo del árbol que había allí y se puso a comer tranquilamente mientras observaba que pasaba a su alrededor. No le interesaba juntarse demasiado con ninguno de ellos pero debía admitir que el peli-azul que se sentaba a su lado no le caía mal aunque le parecía algo raro.
    —Hola —le saludó una voz que le resultaba familiar pero que no reconocía.
    —¿Tu? —preguntó al girarse para ver a otro peli-crema, estaba descontento hubiera preferido que fuera Sousuke pero este no se veía por ningún lado— ¿Qué quieres?
    —Ya sé tu nombre.
    —Me alegro por ti.
    —Te llamas Saru
    —Y tu eres Gillis —le respondió el otro medianamente molesto por la presencia de este—yo también indagué sobre ti.
    —Es bueno haber conseguido que te interesaras por mí.
    —No te creas tanto —le contestó Saru cortantemente— solo lo hice para saber cómo evitarte.
    —Qué pena me da que nos tengamos que ver en la escuela —dijo con ironía.
    —Tendré que ver este horroroso rostro toda mi vida, eso es una pena —se quejó dejándolo de mirar para poder concentrarse en lo que hacía antes de que llegara.
    —No lo creo, si te quedaste viéndolo es porque te gusta.
    —Vuelves a creerte demasiado, tienes un defecto: eres un egocéntrico.
    —Tal vez, pero no le veo nada de malo.
    —Eres un idiota que se cree superior a los demás y eso me da asco.
    —Vigila estas groseras palabras, un chico tan lindo debería de hablar de manera más fina.
    —Vete a la mierda —le respondió el otro levantándose enojado por la presencia del otro, pero también intentando esconder un leve sonrojo por la palabra “lindo” que el mayor le había dedicado.
    Gillis sonrió por el comportamiento de Saru, se le hacía lindo verlo así. Aunque no sabía muy bien porque ese chico le había suscitado un interés por saber más de él.

    --------------------------------
    Hasta aquí este capítulo, xd como disculpa por la espera escribí un capítulo más largo de lo normal, xd no mucho más pero un poco sí, jejeje espero que les haya gustado y que me perdonen por el retraso.

    Misu-chan, siento coger tus ideas para mis fics, y copiar cosas sobre la personalidad de la gente, jeje, pero hay cosas que me parecen graciosas, xd y que me dan algo de juego, aparte de que tanto leerte al final me salen solas… jeje ¡¡¡Perdón!!! (Solo será en este fic) si te molesta me lo dices y no lo hago más ¿ok? La influencia en parte viene porque del Go solo te leo a ti xd y a mi novio, pero tú has escrito más sobre ellos así que tengo más influencia por difusionismo de ideas, xd

    Espero sus comentarios y muchas gracias por leer y por la paciencia
    Hasta pronto si se puede.
     
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  5. Misutore
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    No puedo creer que pase tanto tiempo sin comentar tu hermoso fic Tem-chan...lo siento! nisiquiera me habia dado cuenta de que habia ssubido conti...y recien hoy vi que la habias subido...lo siento!...ojala no te enfades...que enserio aunque lo lei muuuuy tarde ESTUPIDAMENTE! tarde...estubo muy genial la conti y me gusto mucho...lo siento por comentar tan tarde...pero...mejor empiezo...
    QUOTE
    —Na-nada, profesor —respondió sentándose de nuevo en su silla.
    El profesor no dijo nada más y Kurama corrigió la falta que Minamisawa le había dicho y unas más que le fue diciendo durante ese rato consiguiendo que el menor no perdiera ese sonrojo en todo el rato, le hacía sentir raro tenerlo tan cerca de él.
    —Aléjate un poco de mí —le dijo mientras corregía el texto siguiendo las instrucciones de Minamisawa, le dolía en el orgullo eso pero no quería que luego le castigaran por malas notas.
    —Entonces no puedo ver bien el texto Nori-chan —le llamó de nuevo de ese modo que sabía que el menor odiaba, este solo frunció el ceño pero no dijo nada ya luego se vengaría por la vergüenza que le estaba haciendo pasar.

    Kurama es tan rebelde xD...es todo un Uke que no quiere serlo xD...luchando contra sus sentimientos! y eso solo le hace ver muy lindo xD...Y MINAMISAWA! como tan masoquista...EHEM!...lo que hace el amor...
    QUOTE
    —¿Aaahh? ¿Entonces no es: El dia antes tarde fuí a trabajár después de ayudár a pádres en tiénda de péz? —exclamó sorprendido.
    —N-no… Ha-Hamano se e-escribe ca-casi co-como se ha-habla… —le explicó el de moñitos mientras bajaba la cabeza.
    —Oh… ahora entiendo porque el profesor siempre me suspende —dijo riéndose despreocupadamente.
    —Y-y no se po-pone a-acentos en to-todas las palabras… so-solo en algunas… —siguió explicando.

    Que clase de idioma habla Hamano xD...``Ayer por la tarde un pez ataco la tienda de padres´´ xDD...no se algo as lei yo xD...que suerte de que tiene a Hayami para que le ayude si no xD...
    QUOTE
    —Eres un genio Hayami —le dijo con una sonrisa mientras lo abrazaba— no sé qué haría sin ti.
    El menor se puso más que rojo por el comentario del menor pero sonrió levemente por el abrazo, le gustaba cuando el mayor hacía eso aunque le ponía muy nervioso.
    —Señor Hamano podría dejar de abrazar a Hayami y seguir con su seguramente extraña redacción sin sentido —le regañó el profesor, al cual se le estaba acabando la paciencia por los estudiantes que le habían tocado. Hubo una risa general y el menor se puso más rojo mientras deseaba que se le tragara la tierra.

    xDD...y lo peor de todo es que el profesor lo ve normal po wn xD...lo dice todo normal como si nada xD...que carajo...
    QUOTE
    —¿Seguro que fue por eso?
    —S-Sí…
    —Está bien entonces —respondió—Ahora a comer mocoso. ¿Qué me trajiste?
    —U-un bocadillo… —dijo con una sonrisa.
    —Al fin no es ensalada —susurró Kariya para si mismo mientras le observaba— ¿De qué es?
    —De ensalada —respondió sonriéndole al mayor— puse los mismos ingredientes dentro del pan —explicó con una sonrisa a lo que el mayor solo suspiró y cogió la comida que este le ofrecía, al parecer al final se volvería vegetariano si seguía comiendo la comida de ese mocoso.

    Kariya sinceramente es el ser mas celoso del mundo...como es que Hikaru no lo nota xD le pidio todo el historial de conversacion xD...santo Dio...XDDDASBJFBSDJFDS...POBRE!...Kariya todo feliz esperando comer una...una! vez en su vida algo que no sean ensaladas...y le dan bocadillos de ensalada xD...al final terminara volviendose un ser de ensalada por su corderito...
    QUOTE
    Empezaron a hablar sobre más cosas que el día anterior no se habían podido decir porque el mayor se había tenido que ir para que el peli-azul durmiera y ya de paso para ir él también a dormir. No tenían mucho más que hacer aparte de pasar un tiempo agradable los dos juntos, entre risas por parte del menor, sonrisas del mayor y palabras tiernas que conseguían sonrojos en el peli-azul, cosa que le gustaba mucho a Sousuke. Así estuvieron hasta que acabó el patio y tuvieron que empezar la clase nuevamente.

    Ohh...enserio que Kishibe es muy tiernito...y Sousuke todo un semental 1313...ehem...
    QUOTE
    —Vete a la mierda —le respondió el otro levantándose enojado por la presencia del otro, pero también intentando esconder un leve sonrojo por la palabra “lindo” que el mayor le había dedicado.
    Gillis sonrió por el comportamiento de Saru, se le hacía lindo verlo así. Aunque no sabía muy bien porque ese chico le había suscitado un interés por saber más de él.

    Finito en niño xD...estos dos cada vez me gustan mas...es un amor...algo duro y suave al mismo tiempo...y leyendo fics de ellos hace tieeeeeempo atras...son tan lindos juntos...algun dia puede que me anime a hacer un Song-Fic de ellos...pero ahora! LO SIENTO!...denuevo! esque enserio lamento no haber comentado antes el fic...me odio en estos momentos pero...mas vale tarde que nunca no?...no?...ehem...bueno...solo dire que ME ENCANTO! la conti! en especial la parte de el KariyaxHikaru...son tan bonetos...ehem...conti si? prometo que esta vez comentare a tiempo xD...matta ne!...

    PS: no te preocupes por usar esas ideas xD me alegra de que te gustaran lo suficiente como para meterlas en tu fic! ^w^...
     
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    Misu-chan!! tranquila, no te disculpes tanto, tus comentarios siempre me gustan, mi propio fic me parece más lindo cuando está en tu revirew, xd y por cierto soy yo quien tendría que disculparse:

    1. Por tardar años en actualizar.
    2. Por no comentar tu fic des de hace unos capítulos...

    Perdona, es que cuando acabo de leer el capi ya colgaste el siguiente, tengo muuy poco tiempo... o no, pero uso poco de mi tiempo en verdad... jejeje... ya ves que soy una lenta actualizando mis fics me echaron bronca en el otro foro, xd... pero bueno, que me alegra mucho que te gustara mi capítulo y también de que no te moleste que te plagie... bastante en verdad, jajajaja, pero es que tus ideas me dan mucho juego y se me haría imposible escribir de ellas sin pensar en tus fics, jajajaja... vaya que ocupas mi mente, eh? xd

    Y ya me despido
    Muchas gracias por tu review e intentaré escribirte uno esta semana, xd
    Hasta pronto
     
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  7. Misutore
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    Bueno se que no comentas porque estas ocupada y lo entiendo...yo no comente porque no me habia dado cuenta y eso fue estupido xD...y no me molesta que me ``plagies´´ como dices xD...porque es como ``Oh! le gusto tanto la idea que la usa´´ es como...me encanta xD...bueno ahora ire a esperar la conti de el fic que me pone anciosa...matta ne!...
     
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    Bueeeno, al final tal vez podáis leer la continuación de este fic que hace tanto que esperan… lo siento por el retraso estoy muy ocupada últimamente… perdón…
    ---------------------------------------

    Capítulo 9
    Era tiempo de preparativos de la fiesta mayor del pueblo. En la plaza central del pueblo se reunirían todas las personas del pueblo y de las afueras. Era un momento importante donde se reunían las personas y donde nacían muchos amores. Siempre era la fiesta más esperada de todas. Aparte de que por esas datas siempre había algo más de ventas como parte de los preparativos. En eso cierto peli-naranja estaba preparándose para esos días, escogiendo la carne que usaría para su puesto de carne a la barbacoa que ponía cada año y donde iría Kinsuke con su familia, así que debía de escoger bien, al menos para él.
    Revisaba las terneras que tenía y la mercancía que llegaría en esos días, su padre ya había separado algunas de ellas, las cuales matarían y cortarían de la mejor manera para poder venderla ese esperado día donde había más venta por ser fiesta. La gente ese día no se preocupaba tanto por el dinero, ahorraban para ese día. Después se puso a revisar las herramientas para poder preparar la carne y se dio cuenta de que necesitaba ir a la herrería a comprar algunas cosas. Así que se lo dijo a su madre y cuando esta llegó a la tienda salió a comprar lo que necesitaba. Por el camino vio a su amado rubio que iba en dirección a la carnicería y le llamó.
    ―Kinsuke ―gritó por la calle felizmente, el menor al verlo se acercó a él.
    ―Hola Taiyo ―Le saludó también feliz― ¿Dónde vas?
    ―A la herrería a comprar unos útiles que necesito para la fiesta.
    ―Yo iba a la tienda a comprar.
    ―Lo sé, ahora está mi madre ―le dijo cogiéndole de la mano― ¿Me acompañas a la tienda y luego te atiendo yo? ―le preguntó tranquilamente a lo que el rubio asintió.

    --------------------------------------

    En otra parte de la ciudad, más concretamente en la mansión Ichiban estaba el peli-naranja con su sirviente Aoyama, el cual había dejado la casa de campo a manos de otra persona para reunir-se con su amo. Siempre por esas fechas le hacía ir a la mansión de la ciudad para que se encargara de los preparativos y lo acompañara a la fiesta en la plaza mayor. Aunque normalmente pasaban poco tiempo allí y acababan la fiesta en la mansión donde iban los otros nobles de la ciudad; cada año era a una casa distinta pero ese año tocaba en la suya por eso había llamado a Aoyama antes del día de la fiesta había mucha cosa para organizar.
    —¿Cómo quiere que lo decoremos? — le preguntó un servicial Aoyama al peli-naranja.
    —Mientras quedé elegante y festivo, no me importa como esté —dijo mientras escribía las cartas para los invitados de ese año.
    —Muy bien, señor —respondió antes de irse a preparar la mansión como le habían ordenado.
    Se puso a pensar y a dar órdenes a los otros sirvientes de la casa para que empezaran a decorarlo todo para el día siguiente. A medida que iban decorando la cosa iba siendo más fácil, porque veía detalles que antes no y la decoración iba por buen camino. De repente en su cabeza vino el chico que había pasado por la casa de campo de su amo, ese pelo-gris con mechas rojas y ojos azules. ¿Iría también a la fiesta? No lo había visto hasta ese momento, pero esperaba volver a verle. Dejó esos pensamientos de lado y se centró en la mansión de su amo mientras este aun en su despacho se debatía con una carta en especial. Sabía que esa carta tenía que ser diferente si no quería que el rubio se enfadara con él. Suspiró. ¿Qué podía poner en ella? No quería ser muy frío pero tampoco muy cálido, lo normal para que el chico no se enfadara pero que tampoco se emocionara. Él no había aceptado ser su banco de espermatozoides, él era más que eso y tenía que hacerse valer. Hasta que el rubio no reconociera que él valía más no iba a aceptar ningún compromiso por parte de su familia.
    Se puso a hacer pruebas diversas para entregarle una carta más o menos potable al rubio, pero nada le gustaba. Con un suspiro más, dejó la carta a un lado y cerró los ojos intentando encontrar una frase para la carta aunque sin demasiado éxito. Al final se levantó y salió a dar una vuelta por la mansión.

    ----------------------------------

    En cierta colonia se encontraba un peli-azul que estaba impaciente por la llegada de cierta fiesta. Al fin podría salir de la fábrica. Hasta el momento no había podido salir de esta porque era pequeño, o eso le decía su tío, pero ese año, habían decidido salir todos fuera para la fiesta. Sus padres al parecer ya lo veían grandes y les habían dado permiso, ya que ellos también irían. Por alguna razón, los años anteriores no habían querido ir, supuestamente por las fiestas eran peligrosas. Cierto era que ese día había más secuestros, atracos y peleas por culpa de que la gente bebía de más, pero los niños no entendían el porqué no habían ido antes. Le habían restado importancia pero habían recibido la noticia de que ese año irían todos juntos a la ciudad para celebrar la fiesta, los padres también estaban emocionados. El señor Kariya les había dado permiso, para salir y para hacer fiesta el día siguiente, y el otro ya que era domingo, y la fábrica siempre cerraba en ese día.
    O al menos así era des de que una leí obligaba a hacer fiesta un día a la semana, pero eso era malo para el hilo, ya que al estar sin actividad durante las primeras 4 horas del lunes el hilo se rompía muchas veces y tenían que anudarlo, lo que hacía que el hilo de esas horas no fuera tan bueno y las prendas de ropa no quedaban tan perfectas. Pero la ley obligaba a que las máquinas pararan al menos durante un día a la semana.
    Por las noches si se trabajaba pero los sábados se cerraba a las 13:30 que era cuando acababa el turno de mañana. Y no se volvía a trabajar hasta las 5 am del lunes. Pero esta vez el señor Kariya les había dejado también sábado de fiesta, así que todo el mundo en cuanto plegaran a las 10 de la noche, todos empezarían a prepararse para ir. Madrugarían para llegar en la mañana en el pueblo y poder disfrutar del festival.
    Era viernes por la tarde y al día siguiente en la mañana irían todos a la ciudad por lo cual cierto peli-azul estaba muy emocionado y no dejaba de moverse.
    —Hikaru —le llamó la atención el profesor— aún no ha acabado la clase, podría dejar de moverse y de hablar por favor.
    Este se sonrojó un poco pero sonrió y asintió con la cabeza sin dejar de moverse por la silla. No podía contener la emoción ni la impaciencia. Deseaba que llegara el día siguiente. Notó como otro peli-azul le miraba des de otro asiento de la sala y al ver sus ojos, se quedó quieto de repente y sonrojó un poco más. Aunque luego le sonrió de modo más amplio consiguiendo que el chico de ojos caqui mirara hacia el profesor con expresión aburrida. Al lado de Hikaru, Saru miró todo de forma que entendió enseguida lo que había entre esos dos. Aunque no entendía que podía gustarles el uno del otro, realmente no entendía mucho esto del amor. Para él era un sentimiento que no servía para nada, solo para complicar la vida y hacerla más dolorosa de lo que ya era de por sí.
    Cuando se giró para ver a la pizarra se dio cuenta de que Gillis seguía viéndolo ¿porque ese idiota lo miraba de ese modo como si esperara algo de él que no iba a recibir? Realmente podía ser que en esa fábrica al igual que en la otra tuviera problemas de ese tipo, suspiró resignado. Si eso pasaba tendría que aguantar, porque sus padres no querían volver a cambiar de casa de nuevo. Por culpa del peli-blanco no habían podido establecerse en ningún lugar de manera definitiva y no pensaban irse de nuevo ya que esta fábrica les había gustado y tenían un mejor trato que en las otras.
    —“No permitiré que me arruines la vida en esta colonia” —se dijo más convencido a no hacer caso a ese hijo de cura.

    ------------------------------------

    Era de noche, la noche del sábado y en la posada de Hakuryuu habían estaban un peli-negro ya conocido para él y un rubio de pelo largo. Ambos tenían un camino muy largo que recorrer des de su casa a la ciudad y habían tenían parada obligatoria en esa posada. Hakuryuu los conocía a ambos al menos de vista, aunque uno de ellos le llamaba más la atención que el otro.
    —Hola Shuu —le saludó al peli-negro con mechones.
    —Hola Haku-san —le respondió este feliz.
    —¿Vienes por la fiesta? —le preguntó el peli-blanco.
    —Sí.
    —Dicen que es divertida con música y espectáculo. También hay un hombre que cuenta cuentos en la tarde.
    —Tengo ganas de que llegué la verdad.
    —Durante todo el día habrán actividades divertidas o eso me han dicho.
    —¿No has ido nunca? —le preguntó Shuu mirándolo algo confundido.
    —No, porque no puedo dejar la posada.
    —Pero ¿no hay nadie más que se pueda ocupar? —le preguntó ahora algo triste de que el peli-blanco nunca hubiera ido.
    —No es eso, es que me gusta estar aquí.
    —Pero allí también nos divertiremos.
    —Hay demasiada gente —respondió viendo la cara triste del peli-negro.
    —Pero es muy triste quedarte aquí solo ¿No te gustaría venir conmigo?
    El chico miró a su cliente, el cual se sonrojó y bajó la mirada, la verdad es que no era muy normal invitar a una persona, casi desconocida, a pasar el día los dos juntos en la ciudad. Se dio cuenta y negó un poco con la cabeza a la vez que posaba la mirada en el suelo.
    —O-olvida lo que dije… —susurró por miedo a incomodar al posadero— No debí haber dicho esto.
    —No te preocupes —le respondió pensando que no le disgustaría pasar el tiempo con ese chico y así conocerlo mejor— por mí está bien —le menor levantó la mirada en la cual se reflejaba un poco de esperanza.
    —¿De verdad? ¿Vendrías conmigo? —le preguntó deseando que el mayor dijera que sí, este asintió y él sonrió— Gracias, no me sentiré tan solo si vienes conmigo.
    Un rubio miraba la escena des de otra mesa de ese comedor, había gente pero no demasiada. En eso pensó en ese peli-blanco que le había vendido esa manzana tan hermosa y deliciosa. ¿Iría ese chico a la fiesta o tendría que esperar a que llegara el viernes siguiente para volver a verlo? Lo había visto algunos viernes pero sabía que no iba todas las semanas al mercado, sino que se turnaba con otra persona y justamente ese día no lo había visto. Había ido a comprarle más manzanas pero nunca tenían una conversación mayor porque su padre siempre estaba con él. Pero ese día iba sin él, su padre estaba ocupado por un problema con el notario y gracias a ello había podido irse sin él y esperaba poder ver al peli-blanco ese día para poder hablar sin que su padre estuviera por el medio.

    -------------------------------------------
    Hasta aquí este capítulo, espero que les haya gustado. Sé que tardo mucho en actualizar, y os doy mis más sinceras disculpas pero en verdad escribir no se me hace tan difícil como antes, entre que tengo muchos fics abiertos, la uni y que tengo 20 novelas para leer en casa y me vicio con ellas el tiempo de escribir se me va… Lo siento. Pero al fin actualicé, jaja

    Hasta pronto
     
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    Bueeeeno!!!! Despues de mucho tiempo sin escribir de casi nada, he empezado a escribir un poco, así que voy a actualizar este fic, jeje
    Perdon por la espera!
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    Capítulo 10
    Las fiestas empezaban ese día y ciertos peli-azules se habían levantado temprano para ir a ellas a disfrutar del momento, al menos uno de ellos pensaba en divertirse mientras el otro esperaba encontrarse con su amigo y así poder ir a liarla por allí. Era un buen plan. El mayor se fue hacia la plaza del ayuntamiento y esperó a que empezara la salida de los gigantes* para seguirlos. Era tradición que cada año salieran a dar una vuelta por las calles de la ciudad, en fiestas, iban seguidos por la gralla, que eran un grupo de personas que tocaban tambores, platillos y algunos instrumentos de percusión. Los gigantes eran unos “muñecos” hechos de madera y que medían unos 3 metros de altura, estaban vacíos por dentro y una persona se metía dentro de ellos para hacer que se movieran por las calles. Esa persona le hacía dar vueltas y pases de baile para que pareciera que bailaba con los otros gigantes, era algo que siempre creaba mucha expectación.
    Mientras esperaba que empezaran se dio cuenta de que había alguien que le resultaba familiar. Se quedó viendo a un chico peli-naranja, muy lindo con un mechón de pelo que le tapaba uno de sus exóticos ojos y llevaba un pañuelo azul oscuro alrededor de su cuello. Sonrió y se acercó a él, viendo entonces que estaba acompañado de un castaño muy enérgico que no paraba de sonreír como niño al ver los gigantes allí parados. No quería entrometerse así que se quedó viéndolo des de lejos. Realmente era bastante lindo, no se esperaba encontrarlo allí pero debía agradecerle al destino por ello. De repente la música empezó a sonar y los primeros gigantes empezaron a moverse haciendo su baile por la calle principal.
    Ambos menores empezaron la marcha siguiendo la gente observando el baile, el castaño tenía unas estrellitas en los ojos, mientras el otro lo miraba todo un poco más serio, aunque se notaba que se divertía. El camino que seguían los gigantes cambió de rumbo de la calle principal a algunas calles más pequeñas, mientras estaban en esas calles, de una callejuela salió un chico que empujó a Furetsu y le robó la cartera con el poco dinero que tenía para la comida. Al ver eso Tenma gritó siguiendo al ladrón mientras que Yuuichi se acercaba a ver como estaba Furetsu.
    —¿Estás bien? —le preguntó acercándose más a él.
    Furetsu giró el rostro viendo quien le hablaba, la voz le sonaba de algo, y era una voz que le parecía realmente agradable. Al ver quién era, se encontró con el chico peli-azul que había ido la otra vez a su casa, sonrió levemente.
    —Estoy bien —le dijo levantándose y tocando su trasero— pero me robó la cartera —dijo suspirando— Y Tenma fue tras él —dijo de repente alarmado saliendo corriendo por donde había visto a Tenma la última vez.
    Yuuichi lo siguió empezando a correr tras. Le preocupaba que el menor fuera solo tras ese chico. Furetsu se quedó quieto al ver que las calles se bifurcaban y no había rastro de Tenma. Se quedó de pie indeciso sin saber por dónde ir. Yuuichi se paró a su lado viendo la posible dirección, pero realmente no había ni rastro. Pero en ese momento escucharon un grito fuerte procedente de una de las calles y fueron rápidamente hacia esa dirección. Allí vieron como el ladrón estaba en el suelo tocando su estómago y el monedero que estaba tirado en el suelo. Furetsu se quedó viendo eso antes de ir a recoger su monedero.
    —Kyosuke —se escuchó ese grito enfadado— Te dije que no tenías que matarlos solo atraparlos —le dijo un molesto castaño al otro chico que estaba de pie delante de ellos.
    —Pero no había otra forma de pararlo —se defendió este sin remordimiento alguno.
    —Eso no es cierto.
    —Lo importante es que lo paré —le dijo con una sonrisa arrogante— de nuevo te salve de un robo, ¿crees que esta es la única forma de que podamos vernos?
    —¿Qué? —preguntó el castaño confundido.
    —Parece que el destino quiere que te salve continuamente.
    —¿Salvarme? —preguntó ladeando un poco la cabeza— él le había robado a mi amigo.
    Furetsu se había acercado a ese par y había escuchado la conversación hasta ese momento, no se le había pasado por alto que su amigo le había dicho por el nombre a ese individuo por lo que miraba al peli-azul con una mirada desconfiada pensando en quien debía de ser.
    —¿Y tu amigo es este que está mirándome mal? —le dijo con burla haciendo que el castaño viera a su lado encontrándose con Furetsu.
    —¿Estás bien? Recuperamos tu cartera —le dijo con una sonrisa— él es Kyosuke –le dijo señalando al RBD— y este es mi amigo Furetsu, vive conmigo —le dijo a modo de presentación al peli-azul.
    —Ya veo —fue todo lo que dijo en respuesta Tsurugi.
    —Kyosuke, ¿qué haces por aquí? —se escuchó preguntar a la voz del mayor.
    —Estaba dando una vuelta.
    —¿Por los callejones? —preguntó recibiendo un asentimiento como respuesta, por lo que suspiró— no deberías andar por estas calles —el menor solo se encogió de hombros.
    —Gracias a eso recuperé la cartera —dijo orgulloso de sí mismo— ¿Y tú qué haces por aquí?
    —Vine con Furetsu —el Tsurugi menor sonrió pero no dijo nada.
    —Volvemos a la fiesta —dijo Tenma pensando que ya no tenía caso estar en ese callejón.
    Y así fueron todos hacia la multitud donde estaban los gigantes dejando al tío ese allí tirado.

    ------------------------------

    Ichino estaba por las calles de la ciudad, cuando escuchó unos tambores y puso a ver los gigantes, había ido a la fiesta de la ciudad para ver si encontraba a ese chico peli-negro que le había cuidado el caballo, según le había dicho la otra vez que fue para recoger al caballo y llevarlo a la herrería a que le pusieran una herradura a su caballo herido, él iría a la ciudad por fiestas pero no sabía dónde podría encontrarlo y eso era algo bastante frustrante a decir verdad. Bueno, no tenía ninguna otra pista ni nada más que hacer que esperar que el peli-negro apareciera por algún lugar.

    Flashback
    Iba a recoger a su caballo de la casa de campo que había cerca de la ciudad, suponía que el caballo ya estaba bien de la pata y quería llevarlo al herrero lo antes posible ya que lo necesitaba para trabajar. Cuando llegó a la casa se encontró con el chico que esperaba ver y le saludó.
    —Hola —le dijo con una sonrisa— ¿cómo está mi caballo?
    —Bien, ya tiene la pata mejor —le respondió con una sonrisa ligera.
    —Me gustaría llevarlo al herrero —le dijo siguiendo al peli-negro quien se dirigía hacia el establo.
    —Creo que podrá llegar bien, ahora que está sin carga.
    —Me alegro, porque pronto llegaran las fiestas y me gustaría tenerlo en casa para entonces.
    —¿Irás a las fiestas? —preguntó cordialmente.
    —Sí, creo que iré, pero aún lo estoy pensando.
    —Si vas tal vez podamos vernos, yo iré un rato ni que sea.
    —Entonces sí que iré. Será interesante si podemos vernos —le dijo algo esperanzado haciendo sonrojar al chico de ojos negros.
    —No es imposible que nos encontremos —le respondió a su comentario antes de que llegaran a ver al caballo.
    Fin Flashback

    Y por esa conversación se encontraba él en la fiesta buscando con la mirada al peli-negro para poder pasar las fiestas junto a él. Pero por el contrario no lo había visto aún, aunque solo era la primera mañana de las fiestas, es decir la mañana del sábado. Suspiró y siguió viendo a los gigantes esperando que llegara el tiempo de ver a Aoyama.

    -------------------------

    Otro peli-azul que estaba lejos de allí, seguía en su lugar de trabajo, no tenía ningún motivo para ir a la fiesta y tampoco tenía muchos deseos de eso. Estaba aburrido en su tienda pensando en ese chico que había ido unos días atrás. La verdad era que le había sorprendido lo lindo que era, pero no quería pensar mucho en él porque no lo vería más y porque no podían tener nada teniendo en cuenta la diferencia de clases. Suspiró.
    —Porque tenía que ser tan lindo ese peli-gris… no pude dejar de pensar en él des de entonces —se dijo en voz baja mientras limpiaba unos zapatos.
    —¿Hablas de mi? —preguntó cierto peli-gris que acababa de entrar y que tenía una sonrisa coqueta en el rostro.
    —¿Eh? —dije levantando el rostro del zapato para ver hacia la puerta— ho-hola —dijo con una sonrisa nerviosa y con un leve sonrojo— ¿Deseas alguna cosa?
    —Sí, quería verte —dijo el otro en respuesta— quisiera otro par de zapatos para la fiesta que se hará en casa de un conocido.
    —Está bien, ¿Cómo los quieres? —preguntó recuperando la compostura.
    Empezó a describir la ropa que se pondría y el tipo de zapatos que quería. Mientras Yukimura escuchaba atento y sonreía por lo que decía Miyabino y así empezó a hacerse una idea mental de lo que este pedía. Pero no sabía cuánto tiempo tardaría en hacerlas ni para cuando las quería.
    —Para cuando los quieres —le preguntó a su cliente.
    —La fiesta es mañana en la noche, para terminar las fiestas.
    —Está bien, puedes venir mañana por la tarde a buscarlos —le dijo con una sonrisa pensando en que debía empezar a trabajar ahora si quería que quedaran perfectos para ese peli-gris.
    —Mañana vendré vestido para la fiesta, quiero que me veas vestido tan hermoso —le dijo con un guiño antes de irse hacía la puerta— hasta mañana.
    —Hasta mañana —le dijo este algo sonrojado mientras le miraba con una sonrisa de bobo, ese peli-gris era definitivamente diferente a las demás personas.

    --------------------------------
    *son tradicionales de Catalunya, en catalán se llaman: “gegants” y textualmente se traduce a “gigantes” por eso lo puse así pero no sé si es la traducción real, ya que, creo, eso no se hace en ningún otro lado.

    Y hasta aquí por hoy, espero que este capítulo les haya gustado, aunque creo que tardo tanto en actualizar que la gente deja de leerme, lo siento mucho.

    Hasta otra!!
     
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  10. meyer sayestian99
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    Q lindo estuvo!!!
    Conty plis...
     
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    Bueno, aquí viene otro capi, no sé si estará bien como pondré los nuevos personajes pero… haré mi mejor esfuerzo, aunque muchos de ellos no aparecerán mucho, solo son momentáneos por las fiestas, xd o eso creo… ya se verá.

    Meyer-chan muchas gracias por el comentario, se agradece!
    --------------------

    Capítulo 11
    Estaban aún los “gigantes” dando la vuelta por las calles de la ciudad, con mucha gente a su alrededor. Había gente delante de ellos que les abría paso, había gente a los lados viéndolos y siguiéndolos y había gente detrás, justo al lado de los tambores que hacían la música para estos. La gente disfrutaba viendo esos muñecos de madera enormes dando vueltas y bailando por las calles, aunque también había otros que solo querían escuchar la música de los tambores de la batucada que iba junto a los gigantes, ese era el caso de una chica que estaba emocionada escuchándolos, cuando de repente vio una aura rosa encima de 4 chicos. Sus ojos brillaban, ¿qué más podía desear? Tenía dos de las cosas que más amaba justo enfrente. Iba con sus padres pero eso no le impidió ver a los chicos todo el tiempo, dos de ellos de seguro que eran hermanos, ambos con el pelo-azul y con un cierto parecido, e iban con dos chicos uno peli-naranja y otro castaño. Eran muy obvias las dos parejas, cogió su mente y empezó a grabas las imágenes sin perderlos de vista, cuando llegase a casa escribiría todo lo que había visto, no podía olvidar ningún detalle.
    ―Kawaii ―susurró para sí misma con una sonrisa.
    ―¿Decías algo? ―preguntó su madre que no la dejaba ni respirar, pero la chica estaba tan embobada que solo negó con la cabeza y siguió observando a esos cuatro.
    Así siguieron un poco más hasta que se escuchó un pequeño barullo por allí cerca y ella dejó de ver al cuarteto al menos por unos segundos. Y allí vio como un niño había levantado las faldillas del vestido a uno de los gigantes haciendo que un policía con el cabello verde y parecido a un conejo se acercara a él.
    ―No puedes hacer eso ―le dijo este al niño peli-lila quien se reía del policía.
    ―Yo hago lo que quiero ―dijo muy descarado sacando la lengua antes de irse como si nada hubiera pasado.
    El chico se quedó sorprendido pero luego siguió con su trabajo intentando evitar que nada más pasara en esa fiesta. La chica había observado eso y después de que todo pasara siguió viendo al grupo que también se había quedado viendo la escena. La chica tenía la mirada fija en el hermano menor, de verdad que le había gustado esa pose rebelde que tenía, pero ese comportamiento serio y calmado que se le veía. A parte de que cuando miraba al castaño se le notaba una pequeña sonrisa en la mirada. Estaba segura ese par eran o serian pareja. Genial, ya tenía material de estudio.
    ―No entiendo porque ese niño hizo eso… ―decía el peli-verde mientras vigilaba― con lo lindo que es ver la fiesta ―se le veía feliz y emocionado viendo la fiesta.
    ―Fey ―le llamó un rubio con porte de caballero― estamos aquí para evitar que le pase nada a nadie no para admirar la belleza de la fiesta ―le avisó.
    ―Lo sé, pero no lo puedo evitar ―dijo riéndose nervioso― pero Sarjes… ese niño, aún me está viniendo a la cabeza, no lo había visto nunca por aquí…
    ―Tal vez sea hijo de un comerciante.
    Ese niño en ese momento se encontraba con otro peli-lila de mayor edad que estaba serio mirando unos papeles que contenían lo que se haría en la fiesta en esos días. El menor había insistido en que quería seguir viendo a los gigantes y por eso se habían ido a verlos des de atrás. Donde esa chica lo observó un momento. Pero no fue la única, al acercarse un poco más donde estaba la gente, el peli-verde se giró y los vio a ambos.
    ―Eh, tu… ―llamó al niño yendo hacia él― ¿Por qué te fuiste de repente?
    ―Tú no eres nadie para decirme que hacer y que no ―dijo girando la mirada hacía otro bajo la atenta mirada de ambos mayores.
    ―Lo siento ―le dijo el mayor al policía― es un niño consentido.
    ―No, está bien ―le dijo Fey con una sonrisa― pero no puede ir haciendo ese tipo de cosas…
    ―¿Qué hizo? ―dijo sin ningún tipo de expresión y voz monótona.
    ―Bueno… ―se rió un poco nervioso y miró al menor sin saber que responder, pero como policía tenía el deber de avisar del comportamiento incívico― le levantó las faldas a uno de los gigantes en plena fiesta.
    ―Eso no se hace, si no te portas bien regresaremos a casa ―le dijo en una voz un poco más seria― perdón, nuevamente ―se disculpó sin más con el policía mirándolo fijamente.
    ―Bien ―dijo Fey un poco incomodo por esa mirada y con un leve sonrojo― debo volver al trabajo
    Dicho esto se fue del lugar para regresar a su puesto, todo esto pasó obviamente ante la atenta mirada de la joven chica, quien también escribiría sobre eso. Ya recordaba otras escenas que había escrito, unas en el mercado, en la carnicería, en la zapatería… Y eso lo escribía en unas hojas que guardaba en un pequeño baúl del que solo ella tenía la llave. Tus padres la encerrarían en un monasterio de clausura si supieran que escribía de algo tan satánico.

    ------------------------------------

    Y por otro lado de la ciudad iban 4 chicos juntos charlando un poco algunos de ellos y otros en silencio. Hablando sobre temas que para ellos eran interesantes y parecían muy distraídos. Habían estado observando un poco los gigantes, pero su plan inicial era ir de visita de un amigo, así que se dirigían hacia allí. No eran de esa ciudad, eran de un pueblo cercano que se dedicaba a la ganadería y eran los proveedores de carne de la ciudad, aunque también estaba la familia que Chet, que se dedicaba tanto al cultivo como a la ganadería. Hablaban sobre sus animales y fardaban de ellos o se quejaban de si uno se había puesto enfermo o si un animal se le había comido alguno de los suyos… Hasta que llegaron a su destino. Al ver que estaba abierto arrugaron la frente y entraron dentro de la tienda.
    ―¿Yukimura? ―le llamó uno de ellos― Hemos venido a verte… Vamos juntos a la fiesta.
    Cuando escuchó esa voz el peli-azul salió de la trastienda sorprendido y sonrió. Qué raro era que lo fueran a ver pero agradecía siempre que vinieran. Aunque en esa ocasión tendría que negarse a salir porque tenía que cumplir el pedido de Miyabino. Igualmente se acercó a ellos contento de verlos, al fin y al cabo eran sus amigos.
    ―Hola chicos, no les esperaba ―les dijo tranquilamente.
    ―Queríamos darte una sorpresa ―dijo un chico de pelo oscuro con el flequillo grisáceo.
    ―Y me la habéis dado Koori, puedes estar seguro de ello ―dijo feliz.
    ―Nos enteramos que eran las fiestas aquí y pensamos que nos iría bien estar unos días de fiesta... ―añadió un peli-gris orgulloso de su plan.
    ―Oh, lo siento, pero es que tengo un pedido para mañana ―dijo disculpándose con los chicos― pero podéis ir vosotros cuatro.
    ―No jodas, ¿vinimos para estar contigo y ahora nos dices esto? ―le reclamó el peli-gris.
    ―Touma ―le llamó un peli-negro que estaba a su lado― él no sabía que vendríamos, no podemos reclamarle nada, cálmate.
    ―Pero…
    ―Está bien, será importante el pedido que tiene que hacer ―dijo viendo como el peli-azul se sonrojaba mínimamente mientras asentía― lo suponía.
    ―Entonces nos iremos por ahora, pero esta noche sí que vamos a ir juntos al baile y después nos quedaremos a dormir en tu casa ―le avisó Itetsu Touma.
    ―Está bien ―dijo Yukimura― ¿También tenéis algo planeado para la cena?
    ―Koori y yo la prepararemos ―dijo el peli-negro.
    ―Pero, Kaku… ―iba a quejarse el peli-gris.
    ―Me parece bien ―aceptó el chico de flequillo gris― Entonces Oujika y yo haremos la cena en la cocina de Yukimura.
    ―Entonces vayamos a ver que tiene y que le falta para preparar algo… ―dijo un peli-blanco de ojos rojizos.
    ―Tsuneo, ¿nos ayudaras? ―le preguntó Koori.
    ―Solo un poco, pero podríais cocinar la carne que trajimos para él, ¿no? ―dijo dando una idea.
    ―Me parece una buena idea, entonces vamos a ver que tiene.
    Después de ver como sus amigos se movían por su casa como si fuera suya sonrió y se fue a la trastienda para acabar con el trabajo, no podía defraudar al peli-gris y esos zapatos eran urgentes según el chico. Tenía que ir a una fiesta y quería ir impecable, eso le hacía pensar que tal vez el chico quería seducir a alguna chica y eso ya no le gustaba pero no tenía más remedio que hacer el trabajo que le habían dicho. Suspiró y se concentró en esta.

    -------------------------------

    Estaba un peli-rosa en su mansión sentado en la cama. Había visto la carta de Ichiban, ya no recordaba que ese año le tocaba a este organizar la fiesta. Bueno tampoco importaba mucho la casa en la que se hiciera la fiesta, serían los de siempre más o menos. Aunque en esta fiesta también irían otras personas que no habían ido a la casa del rubio. ¿Qué se podía poner para ir a esa fiesta? Aun le quedaba un día para decidirse, ya que la fiesta era el día siguiente, pero la verdad es que en esos momentos no se sentía mucho de humor. Su sirviente des del día de esa fiesta en la casa de Yoichi se había mantenido más distante, eso no quería decir que no se le acercara sino que veía una amplia barrera entre ambos, como si este no se sintiera a gusto a su lado. Eso le deprimía mucho, no entendía porque había hecho ese cambio de repente.
    ―¿Qué le debe de pasar? ―se dijo mientras suspiraba― ¿Hice algo mal? ―se preguntó tumbándose en la cama― No recuerdo haber hecho nada… y él nunca se había comportado así conmigo.
    De repente unos toques en la puerta le hicieron sentarse de golpe y olvidar sus pensamientos. Se levantó y se miró, iba bien vestido así que podía abrir la puerta sin preocupaciones. Así que se fue a ella y allí vio a Shindo.
    ―Dime.
    ―Señorito Kirino ―le habló formalmente haciendo que a este le doliera el pecho― su padre le llama.
    ―Bien, ahora voy.
    Dicho esto salió de la habitación para ir donde su padre solía estar, en su despacho. Y allí estaba él, de pie. Lo miró y luego se le acercó lentamente antes de poner su mano en uno de sus hombros, lo que hizo que el menor se estremeciera eso no era normal, algo debía haber pasado.
    ―Tengo que salir de la ciudad ―le avisó― así que te quedarás en la casa solo.
    ―¿Dónde vas?
    ―Debo ir al pueblo de al lado a hablar con una persona.
    Kirino asintió, eso era extraño pero si su padre lo decía lo aceptaría. Tendría cuidado, ya que se quedaría solo con los sirvientes, lo cual le daba un poco de incomodidad. Siempre había estado su padre en casa poniendo orden o en el trabajo, pero nunca se había ido por varios días.
    ―¿Cuánto tiempo estarás fuera?
    ―Creo que será cerca de una semana, pero intentaré que sea menos.
    ―Está bien, estaré esperando tu regreso.
    Su padre le acarició la cabeza y este le sonrió antes de salir y dar un suspiro. Sería una dura semana. Y más en estos momentos que se sentía mal por cómo estaba su relación con Shindo. Tendría que solucionar sus problemas de algún modo, ya no era un niño.

    ----------------------------

    ―Al final llegamos ―exclamó un pequeño que estaba todo emocionado mirando fijamente hacia todos lados― ¿Dónde están las fiestas?
    ―Cállate Hikaru ―le dijo un peli-azul que estaba a su lado con cara de amargado― me pones nervioso ―se quejó el chico mirando hacia otro lado.
    ―Pero eso es normal en ti Nori-chan ―dijo un peli-lila divertido antes de recibir un golpe por parte de este.
    ―No me llames Nori-chan y yo no soy un enojón ―le gritó antes de separarse un poco del grupo seguido por Minamisawa.
    Los otros los vieron irse y se miraron entre ellos preguntándose qué hacer. Si ir con ellos o no. En principio debían ir juntos todos pero eran muchos y eso sería algo agobiante. Así que después de quedar en verse en la tarde-noche a la plaza del baile para bailar un poco antes de volver a casa Hayami y Hamano siguieron al par, para ir los 4 juntos y para decirles los planes que había para regresar a casa. Ellos no podían quedarse en la fiesta de la noche porque tenían que regresar a la fábrica, pero al menos podrían ir a bailar en la tarde.
    ―¡Quiero verlo todo! ―gritó el peli-azul que estaba más animado por la salida.
    Dicho esto miró a sus compañeros y después de sonreír empezó a correr hacia las calles adornadas que había cerca, mientras lo veía todo con la mirada iluminada. Un oji-caqui lo empezó a seguir rápidamente, asustado de que el menor se fuera solo por esas calles que no eran precisamente seguras.
    ―Espera mocoso ―le gritó mientras corría detrás de él.
    Los demás lo miraron igual de extraño que habían visto a Kurama y Minamisawa al irse. Pero tampoco dijeron nada al respeto y los dejaron irse, al fin y al cabo ya habían acordado donde y cuando verse.
    ―Bueno, yo no hago nada con vosotros ―dijo un peli-blanco algo malhumorado― Sousuke, vámonos ―le dijo llamándolo por el nombre cosa que molesto a un peli-azul que estaba al lado del castaño.
    ―¿Donde quieres ir?
    ―No lo sé, no me gustan las fiestas, vayamos por un balón o algo.
    ―Si no te gustan ¿Por qué viniste? ―preguntó el peli-azul “amablemente”.
    ―Para pasar tiempo con Sousuke, me cae bien ―respondió antes de empezar a irse de allí esperando que el castaño le siguiera.
    ―¿Vamos, Taiga? ―le preguntó al peli-azul pensando en seguirlo, cuando vio como el hijo del cura empezaba a seguirlo, se encogió de hombros.
    ―¿Quieres ir? ―preguntó el peli-azul un poco triste viendo como este se encogía de hombros nuevamente sin darle mucha importancia al asunto― yo prefiero ir a ver las fiestas.
    ―Entonces vamos a las fiestas ―dijo andando en dirección contraria al peli-blanco alegrando así al chico que estaba a su lado quien asintió antes de seguirlo.
    Y con esto ya se habían dispersado todos los que habían ido juntos des de la fábrica hasta la ciudad. Unos más felices que otros por sus acompañantes y otros más emocionados.

    -------------------------------

    Por otra puerta de la ciudad estaban entrando dos personas, una morena y otra de pelo-blanco. En la puerta se encontraron dos personas que les observaron y les dejaron entrar sin decir nada. El moreno estaba sonriendo porque el otro había decidido acompañarlo a la fiesta que había en la ciudad, aunque en principio no quería ir. Pero le preocupaba que hubiera cerrado la posada justo estos días solo para estar con él. Aunque el mayor le dijo que no importaba porque en esos días la gente solía estar en la ciudad hasta la noche y que mientras abriese en la tarde no importaba.
    ―Haku-san ―le llamó al ver como los gigantes pasaban por una calle cercana― ¿podemos ir? ―le preguntó algo feliz, pensando en que el año siguiente traería a su hermana que este año se había quedado en casa.
    El peli-blanco asintió pensando que había mucha gente y que no se vería mucho, pero si el otro chico quería ir no había nada más que decir al respeto, así que ambos se acercaron para verlo mejor. Ninguno de los dos lo había visto y se sorprendieron un poco al ver lo grandes que eran de cerca, era normal medían unos 3 metros de alto. Shuu se asustó un poco y se acercó un poco al peli-blanco.
    ―Son muy grandes… ―dijo en un susurró― no esperaba que lo fueran tanto.
    ―Pero no son reales ―le explicó Hakuryuu que lo había escuchado en la posada― lo mueven unos hombres que hay dentro.
    ―Oh… ―exclamó el otro tranquilizándose un poco y separándose del mayor― aunque asustan un poco son lindos, están bailando ―dijo riéndose un poco por eso.
    El mayor asintió sin decir nada más. Le parecía algo un poco extraño el que la gente se divirtiera viendo unos muñecos grandes de madera bailando por la calle al son de unos tambores, pero estar con Shuu no era tan malo así que podría soportarlo si así este estaba feliz.
    ―En la tarde hay baile ―dijo Shuu recordando que lo había escuchado en algún lugar― ¿Crees que tendremos tiempo de ir?
    ―Yo lo veremos ―dijo preocupado por si tenía que bailar, ya que no sabía nada acerca del tema, nunca había bailado― pero yo no sé bailar.
    ―No importa está bien, solo iremos a divertirnos, si se puede ―dijo recibiendo otro asentimiento por parte de su acompañante.

    ---------------------------

    Por las calles de la ciudad estaba andando un rubio junto con dos acompañantes que estaban con él para vigilarlo a él y para que no le pasara nada. Suspiró. ¿Qué podía hacer? Él aún no había recibido ninguna carta de Ichiban para invitarlo a su fiesta, ¿Quién se creía para no querer invitarlo? Estaba más que enojado por ello.
    ―Y encima, después de no votarme en el concurso que se hacía en mi casa… perdí por su culpa seguro ―decía enojado, aunque más bien se sentía triste.
    No, él no podía sentirse triste por ello, tenía su orgullo. Así que en vez de eso, decía las cosas enojado como si quisiera matar a alguien, pero todo era fachada para no mostrar su tristeza. Pero, en verdad no lo entendía. ¿Qué se suponía que había hecho mal? Él solo había dicho sus sentimientos por el peli-naranja y estaba seguro que este le correspondía, pero entonces… ¿Por qué se portaba así con él? Eso no estaba bien. Pateó una piedra que encontró por el camino y acertó justo en un agujero que había en el asfalto de piedras de la calle.
    ―Al menos no pierdo la puntería ―dijo con un poco de chulería mientras regresaba a su casa aburrido de pasear por la ciudad solo y sin ánimos para ir de fiesta.

    ---------------------------

    En una plaza de la ciudad estaba un chico de pelo-naranja en una caseta junto con sus padres preparando las cosas para hacer la carne asada para la gente que fuera a la fiesta y quisiera comer allí, era uno de los mejores días para vender, ya que había gente que venía de fuera y comía en este tipo de lugares. Estaba esperando que llegara el mediodía para que llegara cierto rubio, que ya anhelaba ver. Lo que le sorprendió fue que el rubio vino antes de la hora prevista y le saludó.
    —Hola Kinsuke —le dijo muy feliz de verlo tan pronto en el día— ¿Qué te trae por aquí?
    —Bueno… vine a ver como estaba… —dijo algo tímido— tu puesto.
    —“Ooow” —fue la respuesta interior de Taiyo al verlo tan tierno— está bien, preparado para cuando vengas a comer —dijo sonriendo— te haré la mejor comida de todas.
    —Gra-gracias —dijo como respuesta bajando un poco la mirada— siempre cocinas bien —añadió con una sonrisa mirándolo.
    —Me alegro que lo pienses, siempre hago mi mayor esfuerzo para ti.
    El rubio le sonrió un poco más mientras se sonrojaba y después miró una bolsa que tenía en las manos. El mayor siempre le preparaba sus pedidos con mucho esmero y él nunca hacía nada por él, por eso había preparado algo para el mayor, pero le daba un poco de vergüenza dárselo. Al final se dio un poco de valor y después de dar un suspiro y lo miró un poco más intensamente lo que sorprendió al mayor.
    —E-en verdad… —empezó a decir— vine a tra-traerte e-esto —tartamudeó nervioso antes de darle la bolsa al mayor.
    Taiyo lo miró un poco más extrañado aún que antes pero luego sonrió y cogió la bolsa pensando en si sería un regalo de parte del menor para él, si era así ya podía morir feliz… o bueno, eso tal vez era exagerado, aun tenía pensado hacer muchas cosas más con el menor.
    —¿Es un regalo? —le preguntó recibiendo un asentimiento por parte del rubio.
    —Es que… tu siempre me cuidas mucho y quería agradecértelo… —dijo con una sonrisa— no es una gran cosa, pero le puse mucho esmero en ello… lo hice yo…
    El mayor sacó el regalo de la bolsa, era un delantal de color blanco con los bordes naranjas y su nombre escrito también en naranja en el bolsillo que tenía en el pecho para que pudiera guardar las listas sin que las perdiera. El mayor sonrió, pensando que ese regalo venía de su querido rubio y enseguida se lo puso. Le iba perfecto, lo que le hizo pensar que el menor lo había observado mucho para cogerle las medidas sin que él se diera cuenta.
    —Muchas gracias, Kinsuke —le dijo saliendo de la caseta para abrazarlo mientras sonreía.
    —De nada… —dijo correspondiendo el abrazo con un gran sonrojo antes de separarse un poco— nos vemos más tarde, mi padre me espera —le dijo antes de sonreírle e irse a paso un poco rápido intentando calmar su pobre corazón.

    ----------------------------

    Los gigantes estaban a punto de acabar, ya casi llegaban a la plaza, pero como era lento, pues no era seguro que se acabara pronto. I en esa plaza estaba un chico peli-lila con porte de príncipe esperando a que llegaran junto con su padre, ya que este quería ver cómo iban las cosas por la fiesta. Des de allí observó como de repente un chico de castaño salía de la nada saltando por los lugares como si nada y robaba algo de fruta de una tienda. Frunció el ceño mientras veía como este se iba y se acercaba a un chico peli-naranja. Estaba a punto de salir corriendo hacía allí para darles una charla sobre lo que se tenía que hacer y lo que no, cuando dejó de verlos como si hubieran desaparecido del mapa. Tendría que hablar con su padre para que vigilara más con la seguridad. Eso le dejó un mal sabor de boca para toda la fiesta, ya que estaba pensando en ese robo que había visto y que no había podido hacer nada para evitarlo.
    Mientras pensaba se dio cuenta de que esos dos chicos vestían realmente mal, ¿serían de esos pobres que vivían en barracas en las afueras de la ciudad? Si era así, se sentiría mal al denunciarlos, porque ya tenían suficiente pena, pero tampoco podían ir robando a la gente. Esto ahora le estaba dando vueltas en la cabeza. Tenía que pensar en una solución, pero con la aparición de las fábricas mucha gente había venido a las ciudades y no había trabajo para todos. Suspiró y dejó de pensar en eso al ver como llegaban los gigantes y también cierto chico rubio que siempre atraía su mirada sobre él. Lo miró des de lejos, viendo como este se giraba a mirarlo y le sonreía. Se sonrojó y dejó de mirarlo.

    ------------------------

    Por otro lado ese chico de pelo naranja y ese castaño se fueron a una taberna que estaba por allí cerca y se sentaron en una mesa apartada esperando a que llegara el hijo del propietario del lugar. Ambos miraron lo que había recogido el castaño de esa frutería mientras que el peli-naranja había robado un pescado.
    ―Bueno, creo que con esto al menos podremos comer hoy ―dijo el peli-naranja pensativo.
    ―Es que no piensa venir nunca ―dijo un poco nervioso el otro, debía admitir que estaba muerto de hambre, solo podían comer las sobras de las tabernas o lo que robaban, lo que implicaba una comida diaria.
    Al rato, cuando el peli-lila dueño del lugar estuvo libre fue a ver a los dos chicos y miró lo que había en la mesa. Ese día habían traído un pescado y fruta. Suspiró. No le gustaba que robaran pero no podía mantenerles todo el tiempo y sus padres no querían a nadie más trabajando en la taberna, ya tenían a un trabajador de más y no podían tener a nadie más.
    ―¿Esto es lo de hoy? ―preguntó analizando.
    ―Sí, ¿pero porque te tardaste tanto en venir? Tengo hambre ―le dijo enojado el castaño.
    ―Tenía trabajo ―respondió el otro― y para preparar vuestra comida tengo que esperar que mis padres no estén.
    ―Pero deberías tener más consideración con los amigos ―siguió quejándose mientras al peli-lila suspiraba.
    ―Voy a ver qué preparo.
    Dicho esto cogió la comida de la mesa y se la llevó a la cocina para preparar alguna cosa añadiendo él lo que necesitaba para preparar la comida y que no habían traído. Cuando acabó de cocinar eso básico lo llevó a la mesa y les dio los dos platos con la comida preparada.
    ―Espero que este bueno ―le dijo el castaño empezando a comer― la cocina no es tu fuerte.
    ―Pues cocínalo tú, encima que vienes a que lo haga yo ―dijo el peli-lila molesto girándose hasta otro lado.
    ―No te enfades Manabe, el pescado te quedó bien ―le dijo el peli-naranja disfrutando del pequeño sonrojo que apareció en las mejillas del menor― en la otra taberna cocina peor.
    ―Sí, eso es verdad ―dijo pensando en cierto peli-blanco que no tenía ni idea de cocinar.

    --------------------------------

    Estaba un chico peli-blanco entrando en la ciudad no sabía muy bien que lo había traído hasta ella en fiestas, ya que en su caso no tenía mucho que hacer, pero su madre, le había insistido diciendo que tenía que ir para conocer gente, alguna chica que le hiciera tilín para poder casarse en un futuro… pero a él no le interesaban las chicas, como decirle eso a su madre no sería algo fácil de hacer. Estaba metido en esos pensamientos cuando un chico rubio que iba con su padre le llamó.
    ―El chico de la manzana ―dijo corriendo hacia él― hola chico de la manzana perfecta.
    Se giró para verlo y suspiró unos momentos antes de sonreír. Ahora se había convertido en el chico de la manzana perfecta, pero aquello era una manzana normal y corriente. Ese chico era muy extraño. Pero era algo lindo siendo tan alocadamente extraño. Le saludó un poco tímido, no sabía que decir ya que no esperaba verlo en ese lugar.
    ―¿Vas a la fiesta? Creo que después de comer será el baile.
    ―Sí, tenía pensado ir a comer ahora.
    ―Genial, vayamos juntos, le pediré dinero a mi padre y vamos, después vamos a bailar.
    ―Está bien.
    Dicho esto el rubio de pelo largo se fue con su padre para pedir el dinero y esas cosas y volver junto al peli-blanco que lo estaba esperando allí mientras le observaba. Debía admitir que también era guapo, más que cualquiera de las chicas que podría haber conocido en el baile. Sonrió por ese pensamiento.

    -----------------------------

    Por la tarde después de la comida la gente empezaba a reunirse cerca de la plaza donde se haría el baile. Era lo normal, ya que tenían que llegar antes de que empezara la música para encontrar una pareja antes de eso. Así que la plaza poco a poco empezaba a llenarse con la gente que estaba llegando y se iban encontrando con amigos o conocidos con los que estaban hablando y quedando para hacer pareja o para buscar alguna juntos y escoger entre la gente.

    ---------------------------
    Bueno, creo que hasta aquí está bien el capítulo, es mucho más largo que los otros, así que por eso tardé más en escribirlo de lo que tenía pensado.

    Misu-chan, no es que me hubiese olvidado de escribir o que quisiera faltar a lo que te dije en la amenaza, es que estaba escribiendo más porque me había perdido y quería poner en orden donde estaban los personajes en ese momento.

    Sé que no han salido todos, pero los tengo controlados, así que en el siguiente capítulo ya aparecerán los que faltaron.
    Y bueno, espero reviews que es muy triste ver que tus capis están colgados uno detrás del otro sin ningún review de por medio… jeje

    Hasta pronto!!
     
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    Aquí vengo yo a escribir esto para actualizar el fic, que hace tiempo que no lo hago, esta vez en parte hay motivo porque des de inicios de enero no he tenido tiempo de nada que no sea la uni, aunque ahora si ya tengo más tiempo. Y aprovecho para ello, espero que les guste este capi, jeje
    ---------------------------

    Capítulo 12
    Era la hora del baile de la tarda, todos se pusieron en parejas, claro está, todos los que pudieron ir. Entre ellos estaba una pareja compuesta por dos chicos, uno de pelo canela y largo hasta los hombros con un corte recto, y otro con el pelo parado hacia arriba. El chico de cabello largo estaba enojado por tener que bailar con ese “bueno para nada” pero no le quedaba de otro, ya que estaban prometidos. ¿Y todo porque? Por intereses familiares. Su prometido por su parte no estaba tan molesto, era una decisión ya tomada y el carácter de su futuro uke le parecía algo divertido. Vio esa expresión de enojo del menor, aunque sus mejillas se notaban sonrojadas. Suponía que era por el contacto de sus brazos al estar unidos para el baile.
    ―No sé porque tengo que soportar a un inútil como este ―se quejaba entre dientes más que enojado por lo que sus padres le hacían.
    ―Porque a tus padres les interesa la unión ―fue la respuesta de su acompañante.
    ―Pero no hay amor en esto ―dijo como si fuera lo más normal del mundo.
    ―Nadie acaba casándose por amor, no estamos en una historia de las que cuentan los juglares.
    ―Idiota ―le dijo solamente muy enfadado por eso que había dicho el mayor, le molestaba que se lo tomara todo de ese modo.
    ―De todos modos, no es tan malo ―siguió diciendo este― tu puedes tener hijos míos y podemos pasarles las tierras.
    ―¿Y eso a mí qué? ―dijo más molesto casi a punto de gritar mientras daban el paseo del inicio del baile dando una vuelta por la plaza- Yo no voy a darte hijos.
    ―Es tu deber, si no fueras doncel no te habrían hecho casar conmigo.
    ―Y sería feliz ―susurró el menor pensando en que hubiera sido mejor no ser doncel.
    ―Yo me alegro de que lo seas, Einamu ―le dijo el pelos parados dando por finalizada la conversación mientras el otro se sonrojaba un poco pero miraba a otro lado― según el baile debes mirarme y sonreírme.
    ―Cállate imbécil ―fue su respuesta haciendo sonreír al más alto.

    ----------------------------------------------

    Cuando llegó a casa después de esa salida a la calle tan frustrante con sus caballeros que lo seguían siempre para protegerlo, su criada se acercó y le entregó una bandeja con una carta. Él cogió la carta y después de eso la criada se retiró. Ya sabía de quien era, así que frunció el ceño ¿Por qué había tardado tanto? La abrió esperando leer la carta, aunque sin muchos ánimos. Pero cuando la empezó a leer su rostro cambió. No parecía una carta que Ichiban escribiría para él, al contrario, él nunca había dicho nada como eso. Siempre se negaba a pasar tiempo con él y siempre ponía mala cara cuando se pegaba mucho a su persona. De todos modos se sonrojó un poco mientras fruncía el ceño. Tendría que aclarar esas dudas ya que si era una broma, era una de muy mal gusto sabiendo sus sentimientos por el peli-naranja.
    ―Como esto sea una broma o algo me vengaré ―se dijo a si mismo mientras guardaba la carta para leerla nuevamente.
    Se fue a su habitación y se sentó en la cama con la carta en las manos para abrirla nuevamente y releerla, para descubrir si habría alguna trampa en esta, algo que en un primer momento no hubiera visto, pero nada se le escaparía a él. Si había algún secreto oculto lo descubriría con ese fin empezó a releer la carta una y otra vez:

    “Para Yoichi Nishinosora,
    Te envío esta carta para invitarte a la fiesta que este año se hará en mi casa, supongo que estarás molesto porque te llegó tarde, pero es que se me hizo difícil escribir una carta digna para ti. Espero que vengas a mi casa mañana por la noche, para celebrar conmigo esta celebración y que me hagas el honor de bailar conmigo.
    También quisiera disculparme contigo por el malentendido que hubo en la última fiesta que hiciste, creo que te debo una disculpa aunque quiero que sepas que yo no voté a Miyabino. No podría votar a alguien que no fueras tu, porque para mí tu eres el más hermoso.
    Atentamente, Ichiban”



    La carta no era excesivamente larga así que la pudo releer varias veces en poco tiempo, pero aunque era rara no podía ver nada sumamente extraño. Así que al final solo envió una carta aceptando ir a esa fiesta donde esperaba que Ichiban se portara como era debido si no quería que hacerle enfadar.

    ---------------------------------

    De nuevo en la fiesta se encontraban 4 chicos viéndolo todo de pie des de un lado apartado, un castaño miraba con cara de asco esa parafernalia, mientras un chico de lentes y cabello lila pensaba que era mejor hacer cálculos que perder el tiempo, pero en esos momentos solo estaba allí de pie junto a sus amigos. La gente bailaba y parecía pasárselo bien.
    ―Manabe, ¿quieres bailar? –le propuso el peli-naranja a su lado.
    ―No podemos, tú no tienes ningún estatus y es absurdo hacerlo.
    ―Que sea pobre no significa que no pueda bailar ―dijo el búho mirándolo fijamente.
    ―No, pero vives en las barracas y vistes con eso que no se puede llamar ropa ―dijo el otro para nada directo antes de sentir un golpe― Hayato, no me pegues.
    ―Deja de meterte con nosotros, solo porque tú si tienes un lugar digno.
    ―No era eso… No quería decir eso.
    Él sabía perfectamente lo que habían vivido sus amigos y no lo había hecho con esa intención. Suspiró tal vez lo que había dicho no estaba bien, Hayato estaba algo susceptible con el tema des de que su madre se había muerto y había dejado a los tres niños solitarios, y más porque ahora era él quien tenía que conseguir la comida para sus hermanos menores. Por su parte Minaho, era un hijo bastardo de “alguien” que nadie sabía que había dejado embarazada a una puta y esta en cuanto nació lo abandonó para seguir con su trabajo. Al inicio fue cuidado por un viejo que vivía solo y que le había enseñado las cosas de la vida más básicas: analizar, tener paciencia, robar, escapar y a aguantar el hambre y el frío. Pero en cuanto se hizo grande, le tocó a él cuidar del viejo hasta que acabó muriendo por el frío y la edad. No podía burlarse de ellos de ese modo.
    ―Pero podemos bailar aquí los dos, ya vi los pasos ―dijo cogiendo la mano de Manabe para bailar.
    ―Pero que hacer ―se quejó más que preguntó.
    Un sonrojado Manabe intentó hacer lo que Minaho le decía, para intentar bailar con él aunque estaba muy nervioso por la cercanía de este. Siempre le pasaba cuando estaban muy juntos. Ibuki los miró y después miró a Hayato, no le gustaba bailar pero si le gustaba molestar al castaño.
    ―Bailemos nosotros también ―le dijo este cogiéndole el brazo a Hayato para empezar a bailar con él, aunque en su caso recibió más de un pisotazo, adrede, y algún que otro golpe― bailas fatal, ¿sabías? ―le dijo haciendo sonrojar al chico de la mecha.
    ―¿Y a ti que te importa como bailo? ―se quejó este― y para que lo sepas podría bailar bien si quisiera.
    ―Pues muéstramelo ―le dijo el otro divertido sin creérselo.
    ―Más quisieras ―le respondió el otro antes de golpearlo y separarse de él para irse.

    ------------------------------

    En otro lugar de la plaza estaba el hijo del alcalde de la ciudad mirando como bailaban, estaban todos muy felices o así lo parecían y se divertían mientras él se encontraba allí solo y aburrido observando. Aunque su mirada iba yendo de un lugar para otro, siempre acababa regresando a ver al caballero rubio que estaba cerca de él. Se sonrojó un poco al darse cuenta de ello pero simplemente lo siguió observando un poco. Vio como este iba a una tienda de allí y hablaba muy amistosamente con una chica, la cual estaba sonrojada mientras hablaba con el hermoso caballero. Eso le hizo sentir mal, pero no lo iba a demostrar. El caballero le compró una flora a la sonrojada chica y con una sonrisa se acercó a la multitud. Acrous pensó que el rubio iría a entregarle esa flor a su novia y eso le dolió, pero con lo hermoso que era de seguro era normal que tuviera pareja.
    El rubio se perdió de su vista unos momentos mientras se reclamaba a sí mismo por pensar en ese chico, por observarlo y por pensar que era hermoso. Cuando se dio cuenta empezó a buscarlo con la mirada, algo desesperado aunque no se notara, y suspiró decepcionado al no encontrarlo nuevamente. Pero de repente se sorprendió al verlo justo delante de él. Abrió sus ojos por la sorpresa aunque después intentó mantener la compostura.
    ―Me haría el honor de aceptar esta humilde flor ―le dijo con una pequeña reverencia alargando un brazo para que él tomara la flor― sé que no se puede comparar con tu belleza, pero es la flor más hermosa que pude encontrar para ti.
    Al escuchar esas palabras Acrous se sonrojó aunque lo intentó disimular, él tenía un orgullo que mantener. Su padre era la persona más importante de esa ciudad, era quien la gobernaba y era el representante de toda ella, no podía dejarse impresionar por una flor. De todos modos la aceptó y miró al caballero quien le sonreía.
    ―Gra-gracias ―tartamudeó un poco antes de aclararse la garganta― ¿puedo saber tu nombre? ―le preguntó algo curioso y ahora con la voz más segura.
    ―Me llamo Sarjes, y soy su humilde servidor ―le dijo bajando su cabeza nuevamente.
    Acrous por un momento se empezaba a preguntar en que siglo vivían, eso era algo que se solía decir en la época medieval, pero si no recordaba mal esa época ya había pasado. De todos modos le gustaba ese chico, aunque era algo raro y tal vez anticuado, le gustaba ese chico. Pero en cuanto subió el rostro unos momentos para no ver a Sarjes y así poder calmarse, vio a las dos personas de esa mañana. Su expresión cambió a una de más seria y empezó a correr.
    ―Ellos de nuevo.
    Su padre que estaba a su lado en ese momento lo miró raro pero no se movió, pronto le tocaría dar su discurso antes de que el párroco dijera las santas palabras. El rubio siguió a Acrous muy extrañado por ello y de repente este se quedó quieto. Los chicos habían desaparecido rápidamente al ver que se les acercaba.
    ―Desaparecieron nuevamente… ―dijo pensando en ese castaño y ese peli-naranja que había visto robando al acabar los gigantes.

    -----------------------------------

    Por otro lado teníamos al resto de la gente bailando en la fiesta con las parejas que habían escogido o las parejas que les habían tocado, había unos de más felices que otros pero todos bailaban siguiendo el ritmo de la música. Pero admitían que en esos momentos todos se estaban divirtiendo en esos momentos.
    Kyosuke estaba serio pero veía con una pequeña sonrisa como Tenma parecía estar de lo más feliz y entusiasmado bailando, a él no le gustaba bailar pero al parecer al castaño sí porque lo había arrastrado hacia allí. Mientras que su hermano mayor sonreía feliz viendo como un sonrojado y tímido niño peli-naranja bailaba junto a él y le miraba mal por estar bailando con Tenma.
    Hakuryuu al final había decidido que se quedaría solo el primer baile para poder bailarlo con Shuu ya que el moreno parecía entusiasmado con la idea. Él se veía un poco sonriente y bailaba con desenvoltura mientras que Shuu estaba algo sonrojado pero sonriendo feliz.
    Yuuchi había sido arrastrado por un alegre y despreocupado Chet, que le había importado todo poco y lo había metido allí. Así que ahora no tenía más remedio que bailar con él aunque tenía un leve sonrojo en sus mejillas por estar bailando con el rubio de pelo largo mientras este solo sonreía feliz de la vida mientras miraba al “chico de las manzanas perfectas”.
    Namikawa con cara seria estaba bailando con un sonrojado Makoto, lo que hacía que al pirata se le formaba una sonrisa prepotente en su rostro, mientras Makoto soñaba con ser un príncipe, a quien engaña, una princesa de uno de esos libros que leía. Se había encontrado por casualidad con Namikawa y este le había cogido la mano para llevarlo a bailar.
    Taiyo por su lado después de las comidas se había ido a dar una vuelta con Kinsuke por las tiendas, y le compró alguna que otra cosa antes de ir al baile y como habían hecho algunos años anteriores bailaron ese baile ambos juntos. Taiyo con una sonrisa radiante como el Sol y algo inocente y Kinsuke con una pequeña sonrisa y un sonrojo, haciendo movimientos elegantes para lucirse delante del carnicero.
    Kariya estaba bailando con cara de pocos amigos, él no quería, él no quería, repetía, él no quería. Pero Hikaru se lo había pedido, y cuando estaba a punto de negarse lo vio con esa mirada primero esperanzada y esa sonrisa mientras se sonrojaba, aunque levemente eso fue pasando a una carita triste, su labio inferior empezó a temblar, sus ojos se pusieron algo llorosos. Y su mente le traicionó por lo que acabó aceptando con un: “Está bien, mocoso” y lo llevó a la pista viendo como este sonreía de repente feliz mientras se abrazaba a su brazo. Suspiró. Y ahora estaba bailando.
    Sousuke le había pedido a Taiga si quería bailar a lo que él había aceptado tímidamente, le gustaba bailar y más con Sousuke. Empezó a bailar mirando a su acompañante, sonriendo altaneramente al ver como Taiga sonreía sonrojado y feliz. Era bueno estar bailando ellos juntos ya que sabían que había algo entre ellos pero no sabían el que.
    Hamano por su lado sonreía como un tonto enamorado, mientras bailaba con su chico de moñitos que miraba el suelo como si fuera lo más lindo, estaba tan nervioso que estaba seguro que le daría un infarto pronto, pero no se había podido negar cuando el moreno le había cogido de la mano y con una sonrisa le había dicho: “quiero bailar contigo, ¡bailemos!”. Él también quería bailar con el león pero se sentía muy nervioso por eso.
    Minamisawa bailaba con una sonrisa de satisfacción viendo a un molesto y sonrojado Kurama, el cual negaba rotundamente el querer bailar, pero una vez había salida a la pista no se había quedado atrás en el baile haciéndolo muy bien, aunque con cara de perro enojado.
    Yukimura por su lado estaba bailando con una chica que casi le había obligado a ello, mientras sus amigos bailaban en parejas Itetsuke con Oujika y Kitatki con Koori. Él no quería bailar con esa chica pero no le quedaba más remedio que sonreír amablemente delante de la chica que no había podido rechazar.
    Ichino y Gillis por su parte no bailaban, Gillis no había conseguido que Saru aceptase así que se había quedado a su lado esperando que este aceptara o simplemente haciéndole compañía, mientras que Ichino en otro lado de la plaza estaba algo triste ya que al final parecía que no podría ver al peli-negro. Le había dicho que a lo mejor podrían verse pero no había habido suerte, suspiró viendo como bailaban todos y rechazó alguna chica que se le había acercado para bailar con él.

    -----------------------

    Cuando la fiesta estaba en el momento álgido del baile de la tarde, un peli-verde seguía haciendo su trabajo hasta que fue reemplazado por uno de sus compañeros ya que para él ya era tarde, al ser un niño y tendría que regresar a casa. El conejito saludó a su reemplazo y se mezcló en la fiesta para ver si podía disfrutar del final de la fiesta. Wandaba le había dicho que podía quedarse hasta que se acabara el baile de la tarde así que tenía algo de tiempo para disfrutar. Estaba observando felizmente a la gente bailando con una mirada ilusionada e iluminada, cuando vio como un peli-lila lo cogía del brazo y lo hacía salir a la pista de baile. Se sonrojó un poco pero no dijo nada. Solo se puso a bailar con los demás.
    ―Hola ―le saludó con una sonrisa mientras bailaban.
    ―Hola ―le respondió ese― siento lo de antes.
    ―No te preocupes, tu hermano aún es un niño…
    ―No es mi hermano, es un pariente ―le aclaró seriamente― Pero no estuvo bien lo que hizo.
    ―Bueno, ya se arregló todo ―le sonrió un poco haciendo que el chico peli-lila pensara que era lindo.
    Después de esa corta conversación se quedaron en silencio mientras bailaban, el peli-verde estaba algo nervioso, era la primera vez que bailaba con alguien aunque se sabía los pasos, estaba seguro que no lo estaba haciendo bien.
    ―Lo siento, es la primera vez que bailo ―se disculpó sonrojado.
    ―No hay problema ―dijo el otro con esa carente pasión que siempre tenía.
    El conejito sonrió por esas palabras aunque carente de pasión, el significado de las palabras le daban ánimos para seguir bailando con él lo mejor que podía aunque era algo torpe con los pies. Estaba pensando cuando se dio cuenta de que aún no sabía algo importante, lo que normalmente es algo que se pregunta siempre.
    ―¿Cómo te llamas? ―le preguntó.
    ―Alpha ¿y tú?
    ―Fey
    Y después de eso se quedaron ambos bailando en silencio sin decir nada más hasta que se acabó el baile y Fey le sonrió.

    ----------------------------

    Ichino estaba apoyado en una pared a un lado de la plaza viendo como bailaban los demás, pronto llegaría la última canción y el chico de cabello negro no había llegado, estaba un poco deprimido mientras veía como bailaban los demás, ese año había más parejas de dos chicos que años anteriores, y a él le hubiera gustado ser una de ellas pero al parecer no era posible eso.
    ―Hola ―le saludó una voz algo conocida, cuando subió su rostro sonrió pero algo desilusionado.
    ―Hola ―le respondió a la chica que estaba delante de él, había hablado con ella algunas veces, ya que solía ir a su tienda de frutas.
    ―¿Qué haces aquí solo? ―le preguntó curiosa― ¿no quieres bailar?
    ―Estoy esperando a una persona, pero creo que ya no vendrá.
    ―¿Entonces porque no bailas conmigo? ―se ofreció la chica con una sonrisa.
    ―Porque a lo mejor si viene, y de todos modos solo querría bailar si fuera con él ―le dijo tranquilamente mientras la chica lo miraba mal.
    ―¿Él? ¿Un chico? ―se preguntó un poco indignada pensando que estaba siendo rechazada por un chico.
    ―Sí, pero no le veo el problema, él es más hermoso que una chica.
    Dicho esto lo vio, al chico de cabellos negros. A Aoyama, así que se despidió cortésmente de la chica y fue donde lo había visto. Se acercó al chico y le tocó el hombro consiguiendo que este diera un pequeño saltito antes de verlo y sonreírle.
    ―Hola ―le saludó amablemente― perdón por no venir antes, mi señor me dio mucho trabajo, porque mañana hay una fiesta en su casa.
    ―Hola ―le respondió con una sonrisa― está bien, lo importante es que llegaste para el último baile.
    Dicho esto con una sonrisa, llevó al moreno hacia la zona de baile para hacer el último baile de esa noche con la persona que llevaba todo el día esperando ver. Las cosas buenas realmente se hacían esperar pero valían la pena. Después de ese baile estuvieron hablando y pasaron un tiempo los dos juntos.

    ----------------------------------
    Y hasta aquí este capítulo de hoy, tardo en colgarlo pero escribo más que antes, jeje, así que los capis son más largos aunque se hacen esperar, uau, estuve sin luz todo el maldito día, jeje, así que aproveché para escribir ya que no podía hacer nada más, espero que les gustara esta conti, si es que alguien lee.

    Sobre Sarjes, escribo caballero pero en verdad no lo es, es solo un policía normal de la época y me disculpo porque a veces más que en la época moderna-contemporánea parece que estuviera en la época medieval, jeje

    Por favor, comenten!!

    Hasta pronto si hay suerte.
     
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    Bueno, aquí vengo a escribir un nuevo capítulo de este fic que parece que será eterno siendo que no hay manera de que me aclare con el argumento pero bueno, algún día se que conseguiré acabar de escribir mis fics, y me jubilaré, ¿Por qué motivo? Porque ya seré abuela y no veré la pantalla del pc, xd Pero de momento intentaré escribir la conti de este fic, jiji
    --------------------------------------

    Capítulo 13
    Al día siguiente, todo el mundo estaba en su casa, los chicos de la fábrica habían vuelto a ella esa misma noche, saliendo de la ciudad justo antes de que cerraran las murallas y al llegar a casa estaba oscureciendo un poco, así que habían ido rápidos al regresar aunque estaban felices después de todo y ese día tenían fiesta así que se levantaron lo más tarde que pudieron para descansar. Hicieron sus tareas en casa, si tenían, y estuvieron jugueteando por las calles con sus amigos.
    Por otro lado los campesinos habían vuelto también a sus hogares después de ese baile, todos menos Haku-san y Shuu que se habían ido antes e Ichino que se había quedado hasta tarde para hablar con Aoyama. Habían tenido que separarse y despedirse, aunque muchos de ellos no querían, sobretodo un rubio que estaba obsesionado con irse a casa de un peli-blanco y secuestrar manzanas.

    Flashback
    Había llegado el momento de despedirse, el último baile había finalizado y con ello era hora de que cada uno se fuera a su casa. Era cierto que la fiesta seguía pero era para personas mayores y muchas veces acababa con algunos hombres borrachos por el efecto de las cervezas y otras bebidas que se tomaban. En fin, la cuestión era que tenían que separarse, Yuchi estaba decidido a irse a su casa esa misma noche, mientras que Chet iba a quedarse a una taberna a dormir, en las habitaciones que había en el piso de arriba, junto con su padre para regresar al día siguiente a su casa, tirando a mansión.
    ―¡¡Quiero irme con Yuchi!! ―gritaba un rubio cogiendo el brazo de el chico que lo miraba nervioso― quiero una manzana ―susurró casi llorando por eso.
    ―Chet, compórtate ―le dijo su padre intentando que se separara del peli-blanco― no puedes ir a casa de un desconocido porque si.
    ―Pero no es un desconocido, se llama Yuchi ―le contradijo con un puchero el menor.
    ―Pero igualmente no puedes ir.
    ―¡¡Pero yo quiero!! ¡¡QUIERO!! ―siguió diciendo, aunque más bien parecían suplicas.
    ―Esto… Chet… ―intervino el peli-blanco― hoy no se puede, aparte de que es tarde y el camino puede ser peligroso, pero puedes venir otro día, seguro que nos veremos para el siguiente mercado ―le sonrió un poco mientras se lo decía con su voz suave y este dejó su puchero por unos momentos sonrojándose.
    ―¿Me traerás unas manzanas de las tuyas este viernes? ―le preguntó aún con lagrimitas en los ojos.
    ―Claro, te traeré las mejores ―le aclaró el mayor con un sonrojo― pero ahora haz caso a tu padre.
    Este asintió aún un poco reticente y le miró con carita de perro abandonado haciendo sentir un poco mal al peli-blanco. Pero tenía que irse, así que se despidió de su uke y se fue pensando en que las mejores manzanas del día de mercado serían para el rubio y así le compensaría por lo de este momento.
    Fin Flashback

    Esta fue la despedida más dramática de todas y también la más rara de toda la noche. A parte de eso, todo había sido muy tranquilo y feliz por parte de las diferentes parejas, que habían bailado juntos, y que aunque no eran parejas, lo serian en algún momento del futuro, o quizás no. Quién sabe, el futuro es muy incierto. Pero en estos momentos había llegado la mañana y la gente empezaba a despertar cada cual con sus propios quehaceres. Sobre todo había ajetreo en las casas de los nobles de la ciudad, ya que al ser domingo mucha gente estaba descansando, aprovechando el único día que no trabajaban.

    -------------------------------------

    La gente se había levantado tarde, así que esa mañana nadie había hecho nada y las calles estaban muy vacías, aunque había una zapatería donde si había actividad. De los cinco habitantes que había ese fin de semana en la casa había uno que estaba trabajando en unos zapatos que tenía que entregar, era domingo pero qué más daba, era un pedido especial del peli-gris que le gustaba. Esta tarde tendría la oportunidad de verlo nuevamente, no pasaba a menudo que pudiese ver al chico dos días seguidos, aunque tenía la impresión de que el chico iba más a menudo a la tienda que otras personas. En esos momentos mientras trabajaba en esos zapatos le pareció que algo extraño pero después pensó que tal vez era un amante de los zapatos y le gustaba tener muchos. Había gente que quería tener muchos trajes, o muchas chaquetas, u otros objetos. Le restó importancia y volvió a trabajar en ese pedido. Ya deseaba el momento en el que llegaría ese chico que con solo verlo una vez había ganado su amor.
    No lo entendía mucho, podía ser eso que se decía amor a primera vista, pero des de que había ido a su tienda por primera vez que algo había cambiado, ocupaba su mente casi todo el tiempo y cuando lo tenía delante siempre se sonrojaba un poco y su corazón se aceleraba. También debía admitir que el chico parecía hacerlo intencionadamente, aunque descartó esa idea rápidamente ese chico parecía muy inocente para hacer tales cosas, seguramente era su imaginación, aparte de que el peli-gris era un noble y el solo un simple zapatero.
    ―La vida es tan injusta ―se dijo en un suspiro acabando de preparar los últimos retoques de esos zapatos.
    ―¿Estás enamorado? ―le preguntó una voz amable detrás de él, haciendo que Yukimura se girara para encontrarse con uno de sus amigos.
    ―¿No dormías? ―le preguntó como respuesta.
    ―Sí, pero me desperté ―le respondió tranquilamente sentándose a su lado― ¿y bien?
    ―Creo que sí ―dijo un poco derrotado por ello.
    ―¿Y es de alguien que no te corresponde?
    ―No lo sé, Kitatki, pero es un amor imposible.
    ―¿Por qué?
    ―Él es un noble que viene a comprar aquí a menudo.
    ―¿Es el propietario de estos zapatos? ―preguntó consiguiendo que Yukimura sonriera un poco y afirmara.
    ―Supongo que es lógico pensar eso si trabajo un domingo ¿no?
    ―Sí, pero lo dije más porque se nota que le pones tus sentimientos en este trabajo.
    ―Supongo que tienes razón.
    ―¿Y qué piensas hacer? ―le preguntó Kitatki a su amigo― ¿Te rendirás sin más?
    ―¿Qué más puedo hacer?
    ―Romper las murallas que os separan, dicen que el amor no tiene fronteras.
    Eso dejó a Yukimura pensativo, no sabía cómo podía hacer eso, ni si tenía que hacerlo. No sabía muy bien si tendría algún resultado hacer algo como eso, pero suponía que retirarse sin intentarlo siquiera no iba a ser una posibilidad. Realmente todo se complicaría con lo que iba a pasar pero algo tenía que hacer. Y con estos pensamientos declaró su intento de acercarse más al chico aunque fuese a obtener un rechazo.

    --------------------------------

    Estaba a punto de llegar la hora y cierto peli-naranja estaba muy estresado, esa noche se hacía la fiesta en su casa y eso en verdad le parecía molesto, Aoyama lo había dejado todo bien hecho, todo bastante bien y estaba casi todo preparado para ello, todo menos él. No sabía que podría ponerse, la carta que le había mandado a su prometido estaba seguro que haría su efecto y ahora tenía que verse bien. Aunque no entendía porque se preocupaba tanto por eso. ¿Cómo podía ser que ese rubio consiguiera ponerle de ese modo? Esa relación no era nada más que un negoció más por parte de sus padres, así que no tenía mucha importancia pero por algún motivo, a pesar de que el rubio lo veía solo como un instrumento con un fin reproductor, él no podía evitar sentir algo cada vez que lo abrazaba o le sonreía de esa manera zorruna.
    ―Estoy perdido ―susurró para él mientras veía la ropa― esto es irracional.
    Estaba algo decepcionado con él mismo, aunque se indignaba por el comportamiento del rubio y por como lo trataba algunas veces pero de todos modos no podía ignorar ciertos sentimientos que inundaban su ser cuando esas cosas pasaban. Y eso realmente le molestaba, tantos esfuerzos que había hecho para escribir esa carta para el rubio para que fuera especial, a pesar de que se había dicho a si mismo que eso no era necesario. No podía entenderse, nada de lo que hacía cuando el rubio estaba en su mente era racional o su estilo, por el contrario parecía que su mente de repente no pensaba con claridad y solo le causaba problemas intentando contentar a ese uke tan provocativo y manipulador. Suspiró como tantas veces había hecho esa tarde y pensó que necesitaba prepararse rápido ya que pronto llegarían los primeros invitados de esa noche para esa gran fiesta.

    --------------------------

    Miyabino, ¿qué se puede decir de él? Pues que se había pasado todo el día viendo su traje des de todos lados y probándoselo una vez tras de otra de un modo y de otro, para asegurarse de que le quedaba perfecto y que iría de perlas con esos zapatos que había encargado. Tenía varios que encajarían bien con ese traje pero le gustaba ir a esa tienda porque así tenía una excusa para ver el peli-azul que trabajaba allí, aunque siempre se había preguntado cómo era que no había nadie más en esa pequeña tienda, algún que otro cliente pero nunca había visto a los padres del chico. Bueno, no importaba él solo iba allí para ver al chico, le gustaba ver esos sonrojos y escuchar como tartamudeaba ante su presencia. Y ese día estaba deseoso de que llegase el momento de verlo, las horas se le pasaban lentamente, o más exactamente se le hacían eternas, por eso a primera hora de la tarde ya estaba avisando que preparasen las cosas para ir en busca de esos zapatos, se vistió nuevamente con ese traje asegurándose de quedar perfecto para ir a ver al peli-azul.
    Sin esperar más fue hacía la zapatería cerrada, y llamó a la puerta esperando que el propietario del lugar lo abriera, aunque en vez de verle a él, salió un chico de cabello oscuro y recogido con unos mechones sueltos y unos ojos azul claro que lo miraban algo fríos. Se quedó sin habla ante eso, ¿Quién era ese chico que estaba en la tienda un domingo? No podía ser que tuviera algún tipo de relación con el peli-azul ¿o sí? Quizás eran familia aunque no se parecían en nada.
    ―¿Quién eres? ―le preguntó Oujika tranquilamente.
    ―Esto… Mi-Miyabino, vine a buscar un encargo…
    ―Miyabino, hola ―le saludó el peli-azul que deseaba ver― pasa, ya los tengo acabados ―dijo a la vez que el otro chico se apartaba dejándole entrar siguiéndolo con la mirada, el peli-azul al verlo vestir de ese modo se quedó con la boca un poco abierta y se sonrojó un poco― e-estas he-hermoso ―le dijo tartamudeando un poco.
    Eso ya estaba mejor, aunque seguía sin gustarle que estuviera ese chico en dicho lugar, eso no implicaba que hubiera dejado de provocar esa reacción en el mayor, y eso le alegraba. Se acercó un poco mientras sonreía feliz de la vida y sus mejillas se teñían de rojo, por ese cumplido, lo había deseado pero no tenía muy claro si realmente lo iba a conseguir, no esperaba que lo hiciera de ese modo.
    ―Mu-muchas gracias ―respondió intentando tranquilizarse.
    ―Bien ―el chico para calmarse buscó el modo de salvarse de esa situación y fue a buscar los zapatos para dárselos al chico― Aquí tienes.
    En este tiempo Oujika se había ido de allí, no tenía nada que hacer en ese lugar, solo había ido a abrir la puerta porque llaman y no había nadie más cerca del lugar. Al fijarse en eso, Yukimura pensó que debía empezar con su plan de conquista del peli-gris, aunque sinceramente no sabía muy bien cómo hacerlo, era la primera vez que se proponía hacer algo como eso, y lo acababa de pensar esa misma mañana pero las cosas tenían que hacerse en el momento en que se daba la oportunidad ¿no?
    ―Espero que te gusten, los hice con todo mi corazón especialmente para ti ―le dijo directamente como si fuera un Don Juan de primera consiguiendo un pequeño sonrojo en las mejillas del otro.
    ―Y-yo te los encargué… e-es lo normal ―dijo intentando parecer que no le daba mucha importancia mientras se sentaba en un banco para ponérselos.
    Una vez puestos se levantó y se miró en un espejo que había en el lugar, le quedaban perfectos de tamaño y de todo, porque eran justo lo que necesitaba para que ese traje mostrara toda su belleza que no era poca a su parecer. Realmente se notaba que Yukimura las había hecho pensando en él y lo había hecho muy bien, se merecía un premio por eso así que lo miró con una sonrisa y se acercó para darle un beso en la mejilla viendo como el peli-azul se sonrojaba y miraba hacia otro lado.
    ―Muchas gracias, era justo lo que necesitaba, ¿Cómo me veo? ―le preguntó mientras el otro tragaba saliva observándolo de pies a cabeza.
    ―T-te ves ge-genial.
    El otro asintió con una sonrisa y después de dar el pago por los zapatos y el extra por ser domingo y haberlos pedido con poco tiempo se fue del lugar muy feliz. Nada podría amargarle ese día, de eso estaba seguro.

    -------------------------------

    Era un poco antes de la hora a la que se había convocado la fiesta pero ya habían llegado algunos de los invitados, entre ellos un feliz Miyabino, que por la impaciencia de ver a Yukimura había salido muy temprano de casa y había llegado antes que nadie, en esos momentos estaba sentado esperando que llegara su sempai para poder explicarle lo que le había pasado con Yukimura. Mientras tanto no podía parar de sonreír al recordar esa escena que habían protagonizado aunque sinceramente estaba preocupado por ese chico que le había abierto la puerta, no sabía quién era ni qué relación podía tener con Yukimura aunque no parecían muy cercanos y eso lo tranquilizaba mínimamente.
    Llegó un peli-rosa junto a un castaño, los cuales entraron en la sala aunque ninguno de los dos parecía muy felices y no sabía muy bien porque ni tampoco si tenía que acercarse a ellos o no. Ichiban fue a recibirlos y habló un poco con el castaño, antes de alejarse de allí e ir a ver a los otros invitados. Recordó que en la última fiesta había tenido una conversación con el peli-rosa al respeto de su amor imposible y pensó que podía ser por eso, pero entonces ¿por qué Shindo también estaba extraño? ¿Podía ser que fuera él el amor imposible? Bueno, no le parecía raro en verdad ya lo había intuido pero no pensaba que eso les llevaría a estar así, quizás tendría que hablar con su sempai sobre más de un tema, porque no podía ser normal eso. Aunque primero de todo tenía que contarle lo de Yukimura sin importar que.
    ----------------------------

    Y hasta aquí por hoy, porque ya se hace tarde y quiero actualizar de una vez por todas, xd espero que les gustara y que me manden algún review, gracias por leer.

    Hasta pronto!
     
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  14. Kyoma Tsurugi Matsukaze
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    Holis me gusta mucho tu fic
    Espero tu Conty
     
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    Hola, hola, hola!!! Sé que tardo mucho pero he estado con mucho lio por la uni y todo eso… y bueno, que… ok, no es excusa, porque en parte no escribo porque soy una vaga, pero bueno, hoy actualizo, espero que eso les haga felices, no pierdan la esperanza juro, repito, juro, que acabaré todos los fics que empecé aunque vaya lenta, ténganme confianza, por fiiiiis!! Muchas gracias!
    ----------------------------

    Capítulo 14
    En una fábrica cerca de la ciudad había un grupo de chicos que ya se había despertado y se habían reunido de nuevo para jugar o charlar, lo que más les apeteciera. Al final habían decidido jugar un poco a la pelota pero estaban aún cansados y medio dormidos por haber llegado tan tarde a la fábrica y no habían jugado demasiado bien. Más bien, lo habían hecho bastante mal todos, pero unos se quejaban más que otros por ese mal partido que habían hecho.
    ―¿Por qué no pillaste ese pase, mocoso? ―gritaba un Kariya bastante enojado al pobre de Hikaru quien bajó la cabeza.
    ―Perdón, es que no me di cuenta ―dijo con un puchero haciendo que Kariya sintiera algo de culpa por haberle gritado.
    ―Debes estar más atento.
    ―Lo siento…
    ―Bueno, ya no importa mocoso, para la próxima.
    ―S-sí ―dijo con una pequeña sonrisa mientras afirmaba infantilmente con la cabeza.
    Kariya tragó saliva ante esto y miró hacia otro lado bastante nervioso por la escena que daba el pequeño corderito ante sus ojos. Suspiró para calmarse antes de escuchar como alguien hablaba con él.
    ―Kariya no puedes hablar que tu fallaste ese chute delante de la portería sin portero, eso es de ser inútiles ―le molestó un poco Sousuke.
    ―No jodas, que tu intentaste hacer un regate y te caíste al suelo ―contraatacó Kariya indignado por ese ataque.
    ―Hoy hemos jugado muy mal todos ―dijo Hayami muy deprimido por ello.
    ―No pasa nada ―respondió Hamano― no es el fin del mundo, otro día será.
    ―Supongo, pero quizás es que ya no somos buenos en esto…
    ―Este tipo de cosas no se olvidan de un día para otro ―se quejó Kurama por las palabras de su amigo― estamos cansados es por eso ―añadió dando un bostezo a mitad frase.
    ―Tienes razón Nori-chan, pero así cansadito estás muy lindo ―respondió Minamisawa con una de sus sonrisas haciendo sonrojar a este antes de recibir un golpe de codo en el estómago― auch, esto duele.
    ―No me llames Nori-chan idiota.
    Y así seguía la conversación de los chicos esa tarde, por lo que se veía salir de fiesta no les hacía ningún bien, más bien al contrario, les ponía de mal humor o tristes.

    ---------------------------------

    De mientras en la ciudad estaba llegando ya la gente para la fiesta, el rubio también había llegado ya a casa de Ichiban y este se sentía como si tuviera que sufrir un infarto. Ese rubio había ido más que hermoso ese día, al parecer la carta le había motivado. Le gustaba eso, verle tan guapo, pero le hacía pensar en cosas que no se podían en ese momento. Suspiró unos momentos para calmarse y después miró de nuevo al rubio con una sonrisa calmada, o lo más calmada que podía ser.
    ―Entonces, ¿Qué tal estás?
    ―Bien, aunque esa carta ―le dijo mirándolo un poco raro― ¿porque fue?
    ―Bueno, por qué hubo un malentendido el otro día… y…
    ―¿Y?
    ―No quería que siguieras enfadado conmigo.
    ―¿Solo fue por eso? ―preguntó ahora un poco más inquisitivo.
    Ichiban desvió la mirada, obviamente no iba a admitir que eso era algún tipo de confesión ni nada por el estilo, ya que en teoría para él no lo era, pero no iba a serlo nunca ya que él no quería ser solo un instrumento para la reproducción. Yoichi ante ese silencio empezó a molestarse un poco así que sonrió de ese modo tan suyo.
    ―Así que no es porque me amas ―le preguntó haciendo que Ichiban carraspeara―. Entonces no pasará nada si jugueteo con otros y me gusta alguien más.
    Dicho esto se fue hacia otro lado de la fiesta dispuesto a bailar con otros cuando de repente un peli-gris llegó a él corriendo hacia él feliz y emocionado. Suspiró porque se paró delante de él con unos ojos brillantes de la ilusión.
    ―¡Hola sempai! ―le dijo el chico feliz― estoy muy feliz, hoy mismo fui a buscar esos zapatos que había pedido para hoy. Ese zapatero que tanto me gusta, del que te he hablado, resulta que abrió la tienda solo para mí y me hizo estos hermosos zapatos que pegan mucho con mi traje, y dijo que estaba hermoso.
    ―Que bien que estés tan feliz ―le respondió algo cortante― ¿Entonces, tú crees que siendo un noble podrás casarte con él? Sé realista, sabes que eso no puede ser. Tu padre nunca la permitiría.
    Estaba frustrado y simplemente se estaba descargando con él, aunque era cierto que el padre del peli-gris no aceptaría eso fácilmente. Él no tenía porque meterse en eso, no era cosa suya, y se suponía que como amigo tenía que animarlo pero no podía, no en esos momentos en los que él estaba de ese humor por culpa de Ichiban. ¿Cómo podía ser tan idiota? Debería de valorarlo más y amarle como él lo amaba, y él sabía que lo hacía pero se negaba siempre. Eso realmente le estaba molestando mucho, ¿quién era él para rechazarlo de ese modo? No podía, pero lo hacía.
    ―¿Por qué me dices esto? ―preguntó el pobre peli-gris algo triste de repente―. Entre Kirino y tú, no alegráis mucho la fiesta que se diga…
    ―¿Qué le pasa a la pantera rosa?
    ―Creo que Shindo no le corresponde a su amor.
    ―¿De dónde sacaste esto? ¿Te lo ha dicho él?
    ―No, pero es algo obvio.
    ―Maldita pantera negra que no sabe comportarse ni guardar nada… ―dijo enojado porque su amigo no era más cuidadoso.

    -------------------------------

    Ichiban seguía con sus pensamientos, ya había saludado a todo el mundo y en esos momentos se encontraba de nuevo con Shindo, se llevaba bien con el sirviente de Kirino, aunque no había hablado mucho con el peli-rosa sabía que era muy amigo de su rubio. Él lo consideraba suyo a pesar de lo que dijera, y realmente esas palabras por parte de Yoichi le habían dolido en el alma.
    ―No entiendo a Yoichi, él me ve como un banco de semen, pero de todos modos está obsesionado conmigo ―le decía al pobre castaño que estaba en su mundo.
    ―¿Obsesionado? ―preguntó― yo más bien creo que te ama… pero que lo dice a su manera.
    ―No creo, a él solo le interesa tener hijos.
    ―Él quiere tener hijos contigo ―especificó Shindo― al menos eso parece ya que siempre va a por ti, nunca lo he visto fijarse en nadie más.
    ―Hoy me dijo que irá a juguetear con otros chicos…
    ―¿Y eso? ¿Peleasteis?
    ―Él se molestó porque pensó que había votado a Miyabino, le envié una carta dedicada a él como invitación y disculpa, pero cuando me preguntó porque se la envié, solo pensé en los espermatozoides y no pude decirle que es porque él me gusta, aunque no debería de gustarme ese chico manipulador.
    ―Pero te gusta ―inquirió el castaño mientras veía a Ichiban― al menos os gustáis mutuamente, a diferencia de la persona que yo amo.
    ―Kirino te quiere.
    ―¿Cómo lo sabes? ―preguntó sobresaltado―. Nunca te dije que me gustara Kirino…
    ―Pero ambos sois muy obvios.
    ―¿En serio? ―dijo algo incrédulo― pero es un amor imposible, él es un señorito y yo solo su sirviente.
    ―Pero siempre estás con él y lo conoces mejor que nadie a la vez que le amas.
    ―Sí, y su padre nunca nos bendecirá.
    ―Eso es verdad… ¿Y qué harás?
    ―No lo sé, pero al menos me gustaría decirle que le amo.
    ―¿Aunque no puedas estar con él?
    ―Sí, incluso así.
    ―Esto me parece muy admirable, yo no podría.
    Dicho esto, ambos se quedaron en silencio sin saber muy bien que decir, ya ambos se habían contado sus problemas amorosos y ya estaban más tranquilos por ese hecho así que simplemente se quedaron unos momentos callados, metidos en sus pensamientos. Ambos suspiraron y más tarde se separaron. Shindo para ir a ver que Kirino no necesitara nada y el otro para ver que la fiesta fuera bien.

    -----------------------

    ―A ver pantera rosa, ¿por qué no te cuidas y vigilas un poco más? ―le preguntaba un rubio a su amigo a gritos.
    ―¿Cuidar de qué? Y no me llames pantera rosa, rubia.
    ―De tu secreto. ¿Cómo puedes dejar que los demás sepan que amas a Shindo? Si se entera tu padre lo separará de ti.
    ―Yo no se lo dije a nadie…
    ―Pero tu comportamiento te delata idiota.
    ―¡No me llames idiota!
    ―¿Y cómo debo llamarte entonces?
    Kirino bajó la mirada sintiéndose un poco mal, pero no dijo nada más. En esos momentos no tenía ganas de pelear, solo quería llorar. Bajó el rostro entero para que no se viera y se puso a llorar. Yoichi se quedó un poco sorprendido ante eso, el peli-rosa no solía llorar por cosas así, eso le sorprendió.
    ―¿Qué te pasa? ―le preguntó mientras lo abrazaba.
    ―Shindo no me ama, él solo está conmigo porque es su trabajo.
    ―¿De dónde sacaste esta idea?
    ―Él me lo dijo ―le explicó entre sollozos sintiéndose triste.
    ―Eso no es cierto, no puede ser… ―susurró el rubio pensando en que el chico debía estar confundido, él estaba seguro de que se amaban aunque nunca podrían estar juntos por los diferentes rangos familiares― verás que solo es un malentendido ―Kirino negó con la cabeza pero no dijo nada más.

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    Estaban tranquilos dos chicos, en el bar, esta vez estaban en el del peli-blanco, el cual estaba sentado al lado del chico de mecha azul. Más que estar sentado estaba acosando un poco a Hayato, aunque como respuesta solo consiguió un golpe bien fuerte en las costillas por parte del menor. Por eso le gustaba más ir al bar de Manabe aunque este era más pobre y o podía darles tanto de comer como Ibuki, aunque era cierto que el peli-blanco cocinaba como el culo. A veces se tenía que escoger entre comer mucho o comer algo comestible. Lo bueno era que ese día había sobras que nadie quería y eso significaba que tenían comida gratis. Ibuki los había llamado para que comieran de esa comida y para ver al castaño aunque más bien, parecía que lo había hecho ir para acosarlo. Lo que quería en verdad era conquistarlo, aunque no fuera comida hecha por él, al menos le podía alimentar bien algunas veces. Le gustaría que fuera más a menudo pero al parecer eso no era posible así que al menos lo hacía cuando podía.
    ―¿Está bueno? ―le preguntó al mecha azul después de recuperarse de ese golpe.
    ―Sí, se nota que no lo cocinaste tu ―respondió el chico con la boca llena, comiendo con hambre, haciendo reír al peli-blanco.
    ―Es normal, fue mi madre quien cocinó estos platos, a ella se le da bien la cocina.
    ―Deberías aprender de ella.
    ―Sí, pero no es tan fácil, a mi no me gusta cocinar.
    ―Pero tienes que alimentarme ―respondió el otro.
    ―¿Y qué me darás a cambio? ―preguntó Ibuki con tranquilidad y picardía.
    ―No tengo dinero…
    ―No pensaba en eso, yo pensaba en ti.
    ―¿En mi? ―preguntó Hayato sorprendido― ¿Qué es lo que quieres de mi?
    ―Muchas cosas.
    ―¿Mi cuerpo? ―preguntó ahora con una mirada algo sombría.
    ―Entre otras.
    ―¿Quieres tener sexo conmigo a cambio de comida? Eso es como prostituirse ―le gritó un poco avergonzado y molesto.
    ―No es tener sexo se le llama hacer el amor.
    ―Para eso tienen que estar ambos enamorados y yo no te amo ―fue la seca respuesta que recibió el pobre peli-blanco.
    ―Yo a ti sí te amo.
    ―No diga burradas soy un chico.
    ―Y yo también ¿Y qué?
    ―Que no puedes amarme porque soy un chico al igual que tu.
    ―Eso no me importa.
    ―Pero a mí sí.
    Después de esta gran respuesta, tajante para acabar la conversación, Hayato se puso a comer de nuevo ignorando al peli-blanco que siempre lo acosaba y miró unos momentos a Minaho quien no decía nada, y solo se dedicaba a comer en silencio, supuso que pensaba en su amigo peli-lila.

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    Yoichi estaba en la fiesta, aún, ya había hablado con su futuro seme, con su kohai y con su mejor amigo y en esos momentos se preparaba para cumplir lo que le había dicho al primero. Tenía ganas de molestar al peli-naranja, al igual que él lo molestaba negando que le amaba. ¿Por qué se resistía tanto si realmente sentía eso por él? No lo sabía pero de todos modos le molestaba y por eso mismo se iba a vengar del chico. Se fue a la zona de baile para empezar a bailar con un chico que le había parecido algo guapo, no tanto como Ichiban, pero es que nadie podía compararse con el mayor, al menos para él. El chico enseguida respondió a sus artes de flirteo y se puso a bailar con él pensando que había ligado. Yoichi sonrió y sin más se puso a mover su esqueleto junto al chico, con lo cual se quiere decir que se cogieron de las manos y empezaron con su pequeño baile, yendo cogidos de estas dando vueltas por la pista.
    ―Hola ―le saludó el chico con una leve sonrisa― ¿Cómo te llamas, hermosura?
    ―Yoichi ―respondió este por cortesía― ¿Y tú?
    ―Mi nombre no tiene importancia, princesa.
    ―Yo te dije el mío, ¿no es algo descortés no decirme el tuyo? ―preguntó intentando que no le molestara que le llamara de ese modo.
    ―Tal vez lo sea, pero no creo que mi nombre sea importante estando delante de una hermosura como tú.
    Yoichi no dijo nada, realmente no le importaba el nombre de ese chico así que simplemente le sonrió un poco y siguió con el baile como si nada pasara. Estaban bastante juntos en esos momentos, y el rubio estaba un poco incomodo con eso pero no tenía más remedio que hacerlo si quería conseguir que Ichiban respondiera ante él.
    Por otro lado el peli-naranja estaba observando la escena, como Yoichi fue donde ese chico y también como habían empezado a hablar y la sonrisa del rubio dirigida hacia ese ser, realmente los celos le estaban matando ante esa escena. Apretó un poco los puños pero se dijo a si mismo que no tenía nada que ver con él, aunque estuvieran prometidos. No iba con él pero no podía dejar de mirarlos, Yoichi se veía tan coqueto como siempre y debía admitir que odiaba ver como coqueteaba con otros. Este amor insano lo iba a llevar a la perdición. Suspiró y se quedó observando los movimientos del rubio hasta que se acabó la fiesta.
    Después de eso Ichiban despidió a todas las personas que habían asistido a su fiesta, primero de todos a Kirino y Shindo que al parecer no estaban para muchas fiestas. Después se fue Miyabino que parecía un poco molesto por algo aunque no sabía porque, y por último se fueron Yoichi y ese chico. Se fueron juntos los dos, y mientras se despedían pudo ver como el rubio lo miraba fijamente un poco antes de sonreír e irse con ese chico de nombre desconocido. Sabía que era de una familia importante y que era un noble que debía de invitar pero no tenía muy claro quién era. Justamente Yoichi había escogido a un chico que no conocía, y que solo estaba allí porque sus padres eran amigos de los del chico, o tenían algún negocio con ellos, no sabía muy bien la relación entre los padres.
    Se molestó por esa fuga tan descarada de su rubio con el chico, pero no podía montar una escena delante de la gente, y quedaban algunos invitados de sus padres por la casa. Aunque se estaba mostrando muy cortés con ellos en su interior estaba descuartizando al chico que se estaba yendo con SU rubio, aunque no quisiera admitirlo delante de este, era suyo, ya que era su prometido y lo amaba. Bueno pensando en eso tenía todo el derecho del mundo de montar esa escena, pero no quería delante de tanta gente, debía comportarse.
    ―Pasa una buena noche, querido ―le dijo a Yoichi para la sorpresa de ambos.
    ―¿Querido? ―preguntó el chico sin nombre.
    ―Sí, él es mi prometido ―afirmó Ichiban marcando algo de territorio delante del menor.

    Continuará…

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    Aunque me quedó cortito, lo siento, por esta vez, esto es todo en este fic, prometo escribir lo más pronto posible ahora que al fin estoy de vacaciones.

    Hasta pronto, y perdón por tardar tanto…
     
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57 replies since 7/8/2013, 15:55   2377 views
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