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Mi perfecta escultura
Tiempo atrás, en la Antigua Grecia, habitaba un pobre escultor, procedente de buena familia.
El escultor vivía en la cima de una colina, únicamente abastecido de lo que ganaba por sus obras.
Amaba su trabajo, y le dedicaba todo el corazón que ninguna mujer había logrado acaparar todavía.
A causa de esto, cierto día, la madre de dicho escultor, bajó a la cala de Afrodita. La diosa, al notarla, hizo acto de presencia brotando de entre las burbujas.
- Vengo a pedir por mi hijo - Habló la señora de avanzada edad anticipándose a la pregunta de Afrodita.
- ¿Qué pedís? - Preguntó la diosa.
- Mi hijo, a su edad, sigue soltero a pesar de tener pretendientas por doquier. Le he presentado un sin fin de hermosas doncellas, mas, se niega a casarse con ninguna; por esa razón, estaría más que agradecida si le obligarais a unirse en santo matrimonio. - Finalizó.
- Así será -
Aquella misma noche, el escultor, Takuto Shindou, recibió la visita de alguien muy especial: La mismísima Afrodita, diosa del amor y la belleza, se presentó en su casa a media noche, concretando que al día siguiente elegiría una persona a quien desposar.
- Lo siento mucho pero no puedo hacer eso - Se excusó Shindou.
- Lo harás - Afirmó Afrodita - Y si tú no eliges a nadie, lo haré yo por ti. -
- De acuerdo, mas, antes de elegir cónyuge, me gustaría recopilar su belleza en una de mis esculturas. -
La diosa, halagada, aceptó el trato.
Los días pasaban y la paciencia de Afrodita se agotaba. El artista aseguraba que la realización de tantas mini-esculturas de arcilla era necesaria para encontrar la pose perfecta, aunque solo fuera una excusa para ganar tiempo.
Al final, cuando no podía demorar más el trabajo, empezó a esculpir la imagen de la diosa en una gran piedra.
Para su sorpresa, descubrió que quería acabar la escultura, aun sabiendo que tendría que casarse después.
Recalcaba cada detalle con delicadeza; sus herramientas de movían suavemente por la piedra, temiendo romperla o dañarla. Cuanto más trabajaba en la obra, más la cambiaba, hasta tal punto de ser completamente diferente a la persona que en un principio tenía que parecerse.
Días después, una vez acabada la escultura, Shindou se posicionó en frente de ella a admirar su trabajo.
No quería darle ningún retoque, no merecía la pena: cada milímetro estaba espectacularmente elaborado, era simplemente perfecta.
Entonces lo comprendió: Se había enamorado de aquella escultura.
Lo más extraordinario no era que se hubiese enamorado de un trozo de roca, sino que esta no poseyera atributos femeninos.
Si bien en un principio la escultura tendría que haber sido de una mujer, ahora lo era de hombre.
Horas más tarde apareció Afrodita deseosa de saber con quién pasaría el resto de su vida el artista.
- Ha llegado la hora de que elijas cónyuge. De todas las pretendientas que tienes ¿Cuál se casará contigo? -
- Lo quiero a él - Dijo Takuto señalando su más preciada obra.
- Me temo que eso es imposible - reclamó Afrodita - Es solo una piedra, no puede moverse, ni hablar y , mucho menos, darte herederos.
- Entonces transfórmame en piedra a mí también para que podamos estar juntos - Pidió el escultor abrazando al hombre de piedra.
La diosa se apiadó de él y convirtió la escultura en un hombre de carne y hueso.
Sus ojos , grandes y completamente grises, ahora eran del azul más puro; su pelo largo, tomó un color rosado y un tacto sedoso; su piel, rígida y dura, se volvió suave y blanda como la de un recién nacido.
Shindou quedó embobado ante tan bello ser; había encontrado a quién darle su corazón.
Fin
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Se basa en un mito griego, habia otras versiones pero esta es la que mas me gusta
Gracias por leer
bss
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Mi perfecta escultura (Shindou x Kirino ) One-shotUn escultor siempre tiene que poner todo su corazón en su obra, este escultor lo ha dado de lleno. (Mitología griega) |
