Yaoizando al mundo
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Hola  aquí les traigo el capitulo 3, perdonen la tardanza pero la inspiración me abandono por unos días TT^TT lamento no poder responder a todos sus comentarios individualmente pero Muchas gracias, siempre que me ponía a escribir el nuevo capitulo los releía para saber que habían personas esperándolo. Gracias
¡Bueno sin nada más que decir que lo disfruten!
Capituló 3
Invitado Sorpresa
Lentamente ladee el rostro para poder observar una silueta parada en medio del parque, no podía distinguir su rostro por las opacas luces pero aun así pude distinguir una leve sonrisa de satisfacción.
Algo no andaba bien.
Un escalofrió recorrió mi columna vertebral, pude sentir el frió aglomerándose a mi alrededor, pude sentir como el cuerpo de Sumi se tensaba y como sus ojos se entrecerraban con cierto fastidio.
—Parece ser que ha mandado a ese pulgoso perro callejero—siseo con enfado al momento que chasqueaba la lengua.
¿Perro callejero? La verdad que no me importaban los problemas que tuvieran esos estúpidos demonios, pero porque tenían que meterme a mí en su estúpido pleito. Sumi había dicho que ese demonio venia en mi búsqueda, no tenía ni la más mínima razón del porque, pero si un demonio me buscaba… no era un buen presagio.
*En otra parte*
—Mi señor, han hecho su movimiento—susurró un hombre de cabellos rojizos a una silueta que era cubierta por las sombras de la habitación. Dejando entrever solo en la oscuridad unos hermosos ojos color dorado que relucían con un aire de hermosura y crueldad. —Se adelantaron a nuestros planes—comentó con el ceño fruncido mientras golpeaba la pared con fuerza.
—No te preocupes Shin, es mejor que ellos piensen que tienen la delantera—explicó la sombra oculta con una leve sonrisa de auto satisfacción.
***
No podía creerlo, eso tenía que ser una broma, acaso esos estúpidos demonios habían osado a pedirme algo tan… tan… ¿ofensivo? ¿Acaso pensaban que era su sirviente? O ¿Qué?
Sin poder evitarlo caminaba con pasos furiosos hacia mi departamento, después de haber observado la expresión de Sumi, por instante llegue a convencerme de que era algo de extrema gravedad, pero por el contrario término siendo una pérdida de tiempo, esos demonios me la pagarían algún día.
Con cansancio me fui a recostar a mi cama, el día de hoy había sido agotador, primero Takahiro, luego esos demonios, ¿acaso el mundo estaba en mi contra? Desde que aquel humano había aparecido, junto con él venían más problemas.
Rodé entre las cobijas, a pesar de que mi cuerpo se encontraba agotado mi mente estaba completamente activa, sin poder evitarlo deje escapar una leve sonrisa, a pesar de que este día había sido de lo más extraño hacía años que yo no había experimentado un día tan agitado.
—Supongo que lo dejare pasar solo por hoy—susurró antes de cerrar mis ojos.
_
Otra vez la mañana llega siento mi cuerpo pesado, me levanto inspeccionando que no haya nada fuera de lugar, todo parece estar bien así que sigo mi rutina diaria, hoy aun no me han llamado del trabajo para confirmar la apertura así que iría a averiguar cómo debería obtener lo que me pedían en la Universidad.
Era algo relacionado con lo que se llama “Examen de Admisión” algo que obligatoriamente tenía que presentar, me sentía solo un poco preocupado porque no tenía ni la más mínima idea de lo que los humanos aprendían en estos días.
¿Dónde podría conseguir ayuda? ¿Alguien que fuera de confianza? Me quede pensando mientras desayunaba pero ninguna idea acudió a mí, mientras ladeaba el rostro y observaba el cielo casualmente pensé en Takahiro— ¿Me pregunto si él podría ayudarme?—susurre inconscientemente.
Esa persona siempre terminaba colándose en mis pensamientos, sin importar cuanto lo evitara, cuanto luchara por olvidarme de un simple e ingenuo ser humano como él… No podía… Definitivamente algo andaba mal.
¡Yo no era así! Cada vez me sorprendía más de mi mismo—suspire con cansancio.
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El gélido tacto de la brisa me hizo relajar, tratando de disipar mi mente observe los hermosos arboles de aquel parque pulcramente decorado.
A pesar de que debía estar lleno por lo menos de algunas cuantas personas, me causo extrañeza de que por el contrario estuviera completamente solitario.
Bueno mejor para mí.
Me desplome sobre el banco más cercano para alzar la vista al grisáceo cielo cubierto de nubes, un día bastante tranquilo si lo pienso bien. Indeciso rebusco en mi abrigo aquel aparatito.
Busco lentamente hasta que en mi pobre lista de números apareció el de primero, suspirando marque. Debía estar mal de la cabeza ese día, de seguro el desayuno me había sentado mal.
—Hai, habla Takahiro—respondió una cálida voz al otro lado, mi corazón se detuvo por un breve instante pero fui capaz de recuperarme a tiempo para contestar.
—Hablas con Misaki—respondí, pude escuchar la suave risita que se escapo de sus labios e inevitablemente sentí como mis mejillas ardían—quería pedirte un favor…
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Me sentía cansado a pesar de no haber hecho nada en todo el día, ya era algo tarde, tenia frió, y desde hace una hora había empezado a llover por lo cual me había refugiado en frente del almacén donde me encontraría a Takahiro.
—Creo que hice bien al confiar en él pero… ¿Por qué me hizo esa extraña pregunta?—susurró mientras masajeo mi sien recordando la extraña petición del mayor.
“—Comprendo la situación Misaki, no te preocupes se de la persona perfecta que te puede ayudar—exclamo con alegría, pero antes de que pudiera agradecerle, rio nerviosamente—Misaki, quiero hacerte una pregunta… ¿Sabes cocinar?—pregunto.
¿Eh? Me quede estático al escuchar aquellas palabras ¿Acaso eso era relevante? Confundido suspire.
—Eso importa—comente algo irritado.
—Un poco, así que por favor Misaki…—el tono de voz de Takahiro fue algo suplicante, así que resignado decidí contestarle.
—Si se cocinar—cuando dije aquellas palabras pude sentir el sonoro suspiro de alivio que se escapo de sus labios”
Me recosté sobre la pared, tratando de no fruncir el ceño, ¿A que se debería esa absurda pregunta? ¿Acaso el saber cocinar me haría ingresar a la universidad? Si ese era el caso no había nada de que preocuparme—sonreí.
_
*En otra parte*
— ¿Eh? ¿Y porque debería hacerlo?—preguntó un chico de cabellos color rubio cenizo, de hermosos ojos grisáceos, estatura baja y contextura delgada.
Takahiro suspiro con cansancio mientras se rascaba la mejilla con una gota de sudor recorriendo su cuello.
—Porque eres mi hermoso hermano menor—comentó con una sonrisa.
—Hermanastro que es diferente—respondió al comentario del de cabellos negros, la tensión se sentía en el ambiente, los presentes miraban al menor que con una sonrisa arrogante y un caminar elegante se sentó en el mullido sillón frente a la chimenea—Además… ¿Que gano yo a cambio?—preguntó con aburrimiento.
Takahiro sonrió con más confianza al momento que caminaba hacia donde se encontraba el menor y con gentileza le acaricio los cabellos.
—Por favor, este es el único favor que te he pedido—susurró—Además el prometió hacer comida deliciosa para ti—explicó con un aura radiante, el menor elevo la vista observando a Takahiro, sopesándolo, se llevo una mano al mentón.
—Tsk solo por esta vez te ayudare—respondió estoicamente.
Takahiro sonrió y sin poder evitarlo abrazo al rubio, que se sonrojo al instante pero trato de ocultarlo con una expresión desganada.
**_
¡No podía creerlo! ¿En que me había metido? Con un tic en el ojo mire a Takahiro que se encontraba sentado frente a mí con una expresión de felicidad grabada en su rostro, sin saber porque en estos momentos esa expresión me causa más enojo.
Pero aunque estuviera muy enfadado, tenía que reconsiderarlo tratar de mirarlo por el lado positivo como dicen los humanos. Si aceptaba el trato podría ingresar a la universidad, y aceptar el trato solo requeriría una mínima parte de mi esfuerzo.
Suspire.
Levantándome de mi asiento deje el dinero sobre la mesa pagando mi parte, Takahiro me miraba fijamente, chasquee la lengua.
—Está bien acepto—dije seriamente mientras comenzaba a caminar—Mañana le estaré esperando—finalice ladeando levemente el rostro para ver la hermosa sonrisa del pelinegro, mi rostro ardió nuevamente y gire el rostro para que él no lo notara.
Con rapidez me dirigí a la salida.
¡Como desearía que esto fuera solo un sueño!
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Esa noche tuve un sueño, o tal vez debería decir un recuerdo entremezclando con una ilusión, hace mucho que no soñaba con aquellas épocas en las que yo aun era un ángel.
“La calidez de los rayos del sol acariciaron mi piel, un poco molesto me removí, abriendo lentamente mis ojos para acostumbrarme a la luminosidad del lugar.
—Por fin despiertas—una dulce voz inundo mis tímpanos, vire mi rostro para poder mirar al dueño de esa voz pero lastimosamente una luz le impedía poder observar su rostro con claridad.
— ¿Quién eres?—pregunte, cuando hable mi garganta se sentía reseca y adolorida al igual que todo mi cuerpo, de repente todo pareció dar vueltas y aquella persona me tomo en brazos.
—Tranquilízate, no te muevas tan rápido, estas herido—comentó, sin poder evitarlo me aferre a sus brazos, su cuerpo Expedia un agradable calor, elevando el rostro pude ver unos ojos color violáceo—No te haré daño, estaré aquí para cuando despiertes—su voz se hizo más lejana y sin poder evitarlo caí en la inconsciencia.”
Me despierto bañado en sudor, mi respiración es agitada, puedo sentir como mi corazón golpea fuertemente mi pecho como si de un momento a otro se fuera a salir ¿Quién era la persona de mis sueños?
Suspirando volví a acostarme tratando de conciliar el sueño.
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—Oye, despierta—puedo escuchar una voz lejana, apretó los ojos mientras me acurruco entre las cobijas no quiero despertar no aun—Oye tu, dije que te levantaras, Acaso vas a hacerme aguantar hambre—Exclamo alguien molesto, sobresaltado di un respingo, encontrándome frente a frente con un chico de cabellos rubios cenizo y ojos grisáceos.
— ¿Quién eres tú?—pregunte desorientado y un poco asustado.
—Que rudo—susurró—soy Shinobu Takatsuki—respondió con arrogancia.
Tranquilizándome procese las palabras dichas el día anterior por Takahiro y nuestro convenio, ¿En que había ido a parar? por la forma en la que me pedía comida, deduzco que es el hermano del pelinegro… pero aun si es su hermano… ¿Cómo rayos entro aquí?
— ¿Cómo entraste?—pregunte levantándome de la cama con una mirada fría y seria.
El chico sonríe de lado mientras pasaba sus manos entrelazadas por su nuca y caminaba en dirección a la cocina.
—Dejaste la puerta abierta—mintió, le mire fijamente.
Abrí los ojos levemente sorprendido al observar aquella aura rodeándole, sonreí de lado ¿Así que es el hijo de un demonio? Y de un muy poderoso por lo que veo, no me extraña que allá podido ingresar aquí, camino atrás de él.
Esa puerta tiene una protección muy fuerte como para que un simple humano entre. Pero lo que más me sorprendía de ese chico, que para ser un mitad demonio, sus palabras contenían una fuerte autoridad, su caminado mucha elegancia y seguridad, y su comportamiento arrogante igual que el de los demonios de alto rango.
¿En que estaba pensando cuando acepte? Definitivamente iba a ser una semana muy larga. Convivir con este chiquillo no sería nada fácil.
Suspiro.
Me dirijo hacia la cocina mientras el se sentaba en una de las sillas del comedor y clavaba su mirada en mi.
—Eres un ángel caído muy interesante—susurró, di un respingo y le mire con enfado—es tan divertido verte actuar tan humanamente—se burlo con una sonrisa de arrogancia.
Tome aire tratando de tranquilizarme… Sería una semana larga… Muy larga… tratando de no matarlo.
Continuara…
Espero que halla sido de su agrado 
Jess-chan
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